sábado, 30 de noviembre de 2013

EL CONSULTOR DE LA DAMA ENFERMERA 1920



Autora: ELENA SÁNCHEZ DE ARROJO
Con prólogo del Dr. Calatraveño. 2ª edición. Guadalajara
Imprenta del Colegio de Huérfanos de la Guerra 1920.

FOTO 001 La Reina Victoria Eugenia con el uniforme de Dama Enfermera de la Cruz Roja, realizado por Marcelino Santamaría

A S. M. la Reina Doña Victoria Eugenia

SEÑORA:
Permita V. M. á la más humilde y entusiasta de sus admiradoras dedicarla este modesto libro, grano de arena que deseo aportar al hermoso edificio de ilustración y cultura femenina que V.  M. levanta en nuestra Patria, y sea á la vez testimonio pobre pero elocuente, del respetuoso afecto que la autora profesa á la más hermosa, caritativa y buena de las Reinas.
SEÑORA:
A los RR. PP. De V. M.
Elena Sánchez de Arrojo

Dos palabras de la Autora
“Durante el breve y casi en sus comienzos interrumpido primer curso de Damas Enfermeras de Guadalajara, al que asistí de “oyente” como vice-presidenta de esta Delegación, pude observar lo difícil que es asimilar sin libro de texto ó de consulta donde estudiar con detenimiento, las explicaciones del maestro, no siempre tan sencillas y á la altura de las inteligencias y preparación científica de sus oyentes, como las dos ó tres que tuve la fortuna de oir en Madrid, al ilustre Dr. Calatraveño (q. e. p. d.)”.

“Al llenar tal vacío aspira este pobre libro mío, que encomiendo á la benevolencia de los dignisimos profesores de Damas Enfermeras y á la de éstas, para las cuales he libado, como la paciente abeja liba la miel en las flores de la pintoresca Alcarria, donde vivo, en cuantos libros han sido necesarios para responder al vasto y meditado cuestionario oficial de nuestra amadísima Institución”.

“No fueron las ojeadas pocas, pues no son pocas las materias del programa y esta tarea difícil, más para mi que para cualquiera de mis cultas compañeras, es la que me propuse ahorrarles con este modestisimo fruto de mi trabajo”.

“Agotada la primera edición de 1918 y con pedidos suficientes para asegurar el éxito de la segunda edición he tenido que retrasar ésta, contra todo mi deseo, por las dificultades creadas por el encarecimiento y escasez del papel. Vencidas al fin éstas, puedo hoy ofrecer al público en general, y á mis compañeras las Damas de la Cruz Roja, más particularmente, con el testimonio de mi gratitud por la benévola acogida que á mi obra han dispensado, esta segunda edición corregida y aumentada con materias que aunque no figuran en el programa oficial, me han parecido de suma utilidad. Tales son las que se refieren á profilaxis contra la gripe, erisipela y sarampión, modo de hacer y aplicar tópicos, sinapismos, vejigatorios, ventosas, etc., de vestir y desnudar á los heridos y mutilados y reeducación de éstos. He ampliado también algo de primeros auxilios en diferentes casos de envenenamientos y en cuanto se refiere al cuidado de los niños y todo esto me hace esperar que si tan útil se consideró la primera edición de mi librito, aun ha de serlo más esta segunda, no sólo para mis compañeras las Damas Enfermeras sino para la mujer en general, ávida ahora como nunca de conocimientos útiles de cuya cultura tanto se trata actualmente”.

Sea pues este pobre libro mio, el granito que lleve como hormiga laboriosa al granero común del perfeccionamiento femenino, y se verán plenamente satisfechos los deseos de LA AUTORA.


FOTO 002 Portada del libro 2ª edición

PRÓLOGO DE LA 1ª edición
Con mucho gusto accedo á la demanda de la ilustre señora Dª Elena Sánchez de Arrojo, quien desea la dedique unos renglones que sirvan de proemio al bien escrito libro que acaba de componer á fin de que puedan utilizarse, más que como texto, como guía elemental, en sus estudios, las Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española, á cuya simpática y altruista agrupación pertenece la autora del citado manual.

Cuando en el curso próximo pasado, se celebraron por vez primera, bajo mi presidencia, los exámenes de las numerosas y aristocráticas damas que atentas habían seguido las conferencias, terminados los de las alumnas de Madrid, se presentaron algunas procedentes de diversas provincias y entre ellas llamó mi atención por su cultura vastísima, la seguridad de sus respuestas y lo bien que dominaba el programa para la enseñanza, aprobado por el Excelentísimo Señor Ministro de la Guerra, una, procedente de la Comisión provincial de Guadalajara, que mereció elogios unánimes del Tribunal, por lo bien que conocía todo lo referente á las asignaturas que nos ocupan; era la Señora Sánchez de Arrojo, autora de este libro, que falta de una guía, por aquel entonces, que se ajustara exactamente á los temas oficiales, y no pudiendo asistir á mis conferencias, ni tomar de ellas apuntes, por residir habitualmente fuera de la Corte, tuvo que vencer grandes dificultades y consultar no pocos libros para estudiar las diversas materias que componían el curso. Suponiendo que en este mismo caso se hallarían muchas Damas Enfermeras, concibió, “como después me ha dicho”, apenas aprobada en el examen, la idea de escribir un libro que facilitase el trabajo de aquéllas, y en que se contestase exacta y fielmente á las preguntas del cuestionario.

La Señora Sánchez de Arrojo, cuya insalvable actividad admiran cuantos la conocen, dando pruebas de una laboriosidad y fuerza de voluntad poco frecuentes, escribió en breve espacio de tiempo este libro, en el que quedan expuestas de manera fácil, clara, sencilla, práctica y sin ridículas pretensiones de sabiduría, cuanto interesa conocer, no tan sólo á la Dama Enfermera de la Cruz Roja, sino á cuantas señoras amantes de la cultura deseen formarse “siquiera sea de modo elementalísimo” una idea de la admirable máquina humana, y utilizar, en virtud de estos conocimientos, las provechosas enseñanzas de la higiene.

Muchos han sido los libros que en estos últimos años se han dado á luz, tratando de tan interesantes asuntos, pero casi todos adolecen en nuestra opinión del grave defecto de no responder á los fines que los inspiraron. La mayoría de ellos, son demasiado extensos: en otros sus autores, influídos por sus conocimientos médicos, derrochan un tecnicismo que los hace sumamente empalagosos é inútiles para la enseñanza femenina, sobre todo tratándose de las Damas Enfermeras de la Cruz Roja, que como decimos en otro lugar (Programa razonado para la enseñanza de las Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española, Madrid, 1916), ha de ser especialísima, sui generis, sin pretender parecerse á otra alguna.

La Cruz Roja Española no ha descuidado nunca la enseñanza teórica y práctica de su personal.

Prescindiendo de innumerable serie de conferencias que no llegaron á perpetuarse por la imprenta, se han hecho copiosísimas ediciones de “La cura pronta y la cartera de socorro”, del Dr. Landa; la “Breve instrucción para el socorro de los heridos en campaña”, por Gómez Carrascón; los “Primeros socorros en accidentes repentinos”, del Dr. Esmarch; la “Guía instructiva del camillero”, del Dr. Ordónez y la de Benavent; la “Cartilla sanitaria”, del Dr. Almiñaque¸la de “Socorros de urgencia”, del Dr. Vega Díaz; la “Cartilla de socorro”, de Arlegui; y muchos más.

De mayor extensión son el “Manual de socorros de urgencia”, de Toribio Campos; “Humanidad y deber”, de los Señores Lara Molina y García Bueno; así como los “Manuales del Practicante”, de Aguinaga y Almazán y los de “Medicina doméstica”, de Oppisso y tantos otros, que tratan de Cirugía de urgencia.

Por su amplitud, aunque obra de carácter popular, no tiene aplicación sino para consulta el “Libro médico de la casa”, por los Doctores Darder y Dalmau.

FOTO 003 Segunda página del libro

Merecen también ser citadas, con elogio, las publicaciones siguientes: Contestaciones al programa oficial del Estado; Conocimientos necesarios de la enfermera, de la inteligente señora Dª Pilar Lora; el Manual editado por las Hijas de la Caridad; el Manual Práctico de Asistencia a enfermos, de la Congregación de las Siervas de María, Dr. Nicasio Mariscal, 1920, que no se venden ni se regalan, así como el escrito recientemente por el ilustre Dr. Fernández Corredor, Delegado de la Asociación en Valladolid y profesor del curso de enfermeras en dicha capital.

Todas estas publicaciones son de inestimable valía, pero insistimos en que no sirven especialmente para la Dama de la Cruz Roja, cuya misión es distinta de las demás señoras que por devoción ó por deber profesional, dedican sus horas al cuidado de los enfermos en Sanatorios, Hospitales, Dispensarios, Clínicas y demás establecimientos de esta índole, ya médicos ó quirúrgicos.

La Dama Enfermera de la Cruz Roja no es, ni tiene por qué ni para qué, ser la religiosa que por amor á Dios consagra enteramente su existencia al servicio del prójimo: ni la profesional laica que funda su modo de vivir en el ejercicio de su carrera: es sencillamente la señora que llevada de hidalgos sentimientos patrióticos y de generosos impulsos caritativos, sin abandonar por completo su vida ordinaria social y sus deberes de esposa, madre, hija ó hermana, dedica, transitoria y accidentalmente, horas y aún días tal vez, al voluntariado y desinteresado auxilio y consuelo de sus semejantes, ayudando en sus nobles tareas á los que, por diversos motivos, las desempeñan de un modo permanente.

Esta diversidad de origen, de medio y de fin, explica las diferencias en la enseñanza y aun en el reclutamiento del personal; el olvido de estos elementales principios, trayendo la confusión de conceptos, produce los errores pedagógicos que contienen muchos reglamentos y manuales de enseñanza.

En este sentido nos ha parecido irreprochable el presente librito, que viene á llenar un verdadero vacío y á prestar un señalado servicio á la Asociación, sin alardes de ciencia barata y al alcance de todas las inteligencias; seleccionando lo inútil y dejando tan sólo lo práctico é indispensable; está tan de acuerdo con mis sencillas explicaciones, que puede decirse que sus páginas son fiel reflejo de las mismas. Su autora tuvo la bondad, que mucho la estimo, de demandar mi opinión y consultarme, en las dudas que en alguna lección la ocurrieron, por no tener en Guadalajara suficientes libros de que disponer, ni facilidad de procurarse todos los datos necesarios á este fin; y aquí no puedo menos de dedicarla muy calurosos y efusivos plácemes por su valentía al decidirse á escribir un libro de índole tan esencialmente técnica que acaso pudiera parecer sólo propia de un profesional. Estas dificultades que en otra cualquiera persona extraña á la medicina hubieran sido insuperables, las ha vencido, con relativa facilidad, la clarísima inteligencia y la firme voluntad de la Señora Sánchez de Arrojo, que no es esta la vez primera que lanza á la publicidad los frutos de su privilegiado cerebro.

En su juventud escribió en varios periódicos y revistas de Filipinas. Casada y madre muy joven, casi niña, y viuda pocos años después, hay en su vida un larguísimo paréntesis en sus tareas literarias, lapso de tiempo dedicado exclusivamente á la educación de sus tres hijos varones, de la que fue celosísima y de la que obtuvo óptimos frutos, pues logró formar tres completísimos caballeros, brillantes oficiales del Ejército, y adornados además no sólo de aquellos talentos sociales y facultativos propios para hacerles sobresalir en su esfera social, su carrera sino de los de índole moral, que solo una madre semejante puede inculcar en el corazón de sus hijos, y que muy especialmente brillaron en nuestro compañero el benemérito y entusiasta socio de la Cruz Roja, á cuya institución prestó grandes servicios, el malogrado Ilustrísimo Señor Don Emilio Martínez. Capitán de Infantería de Marina y Gentil hombre de S. M. el Rey. Muerto el mayor de sus hijos tan identificado, con su madre que puede afirmarse vivían el uno para el otro, la vida de la autora de este libro corrió serio peligro y en su convalencia se acogió como á suprema medicina moral, al cultivo de sus aficiones artísticas y literarias, y entonces nacieron de su bien cortada pluma una preciosa novela de costumbres tagales, con el título de “El Padre Mabuti”, un interesante libros de cuentos; una conferencia humorística, que fue muy aplaudida en el teatro Infanta Isabel , un drama titulado “¡El éxito… la gloria!” una comedia “Alma Mater”, admirablemente pensada y dialogada y multitud de artículos muy notables.

No pareciéndole bastante á la cultísima dama de quien venimos ocupándonos, estas tareas literarias, se dedicó por entero al ejercicio de la caridad, extremándolo, como Dama de la Junta del Hospital de la Princesa, de cuyo competentísimo personal médico y administrativo es justamente admirada y estimada, como lo es en Guadalajara donde reside desde hace dos años, en cuyo breve espacio de tiempo ha conseguido ser el hada bienhechora, siempre dispuesta á prestar sus valiosos servicios en todas las asociaciones de piedad ó caridad y en cuantas obras de beneficencia hay allí establecidas, coadyuvando de eficaz manera á las muchas y valiosas de acción social católica, fundadas allí por su hijo el ilustradísimo Capitán de Infantería Don Víctor Martínez, celoso propagandista, fundador de cuantas obras sociales existen en Guadalajara y que bien pudiera ostentar el título de hijo predilecto de la Ciudad, por los grandes beneficios que á la misma viene dispensando.

Tal es la silueta moral y personal de la autora de este libro, el cual deseo, lector amable, que repases con la atención que merece.

La enseñanza de Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española, debida á iniciativas de nuestra bellísima y caritativa Soberana S. M. la Reina Victoria Eugenia, está llamada á adquirir un gran desarrollo en nuestro país; yo guardo gratísimo recuerdo de las conferencias que dí durante dos cursos; las numerosas y aristocráticas damas que á ellas concurrieron, mostraron siempre vivo anhelo por conocer las materias objeto de sus estudios; esta semilla lanzada en la Corte, por orden de S. M. la Reina, fructificó en numerosas localidades, donde ilustres profesores establecieron estos interesantes cursos, haciendo concebir la esperanza de que en breve espacio de años, contaremos con un numeroso personal femenino, culto, instruído en lo necesario, para prestar su poderosa ayuda al personal médico de la Institución, si las circunstancias lo demandan, en tiempo de guerra, y si Dios nos concede el inapreciable don de la paz, durante la misma, dejando sentir su valiosa influencia para extender los inagotables dones de la higiene, en todas las manifestaciones de la vida pública y privada.

Para lograr estos nobles fines es preciso tan sólo la unión, pero unión firme y sincera entre los dos grupos femenino y masculino que integran la Asociación; desunidos éstos, marchando cada uno por diverso camino, sobrevendrá, á mi juicio, una catástrofe que habrá de pesar sobre la conciencia de los que la hayan provocado.

Cada grupo tiene su misión importante é irreemplazable que cumplir; las señoras con su dulzura, valiéndose del encanto sugestivo que en todo momento ejercen sobre el hombre, recaudando fondos, organizando festivales, prestando sus auxilios insustituíbles en hospitales, ambulancias, sanatorios, consultorios, etc.; los hombres, sean médicos, socios ó simples camilleros, atendiendo en tiempo de paz á los centros donde se presten servicios de índole facultativa, á los desgraciados, y en épocas de trastornos revolucionarios, acudiendo, aun á trueque de jugarse la vida “como hacen con suma frecuencia” allí donde el peligro lo demande, y en todo tiempo velando por la higiene pública, ocupándose de resolver problemas tan pavorosos como son la manera de evitar los estragos de la tuberculosis, profilaxis del paludismo, alcoholismo, viruela, avariosis, etc., al igual que hace el personal de las Cruces Rojas de Alemania, Inglaterra, Francia, Japón y Estados Unidos; de esta única manera la fuerza de la Cruz Roja Española aumentará ya que protegida por nuestra egregia Soberana, admirada y querida por el pueblo, gozando de prestigio como ninguna Sociedad lo disfrutó jamás, contando por miles sus asociados, no puede ser patrimonio de un solo hombre, ni estar bajo la férula de una sola inteligencia, por preclara que sea; y no digamos nada si cayera en manos de audaces impulsivos, desprovistos de toda cultura y exhaustos del tino social y trato de gentes que requieren estos elevados puestos. Por fortuna la Cruz Roja Española se halla regida hoy por una Asamblea cuyos miembros todos, presididos por el dignísimo Comisario regio el respetable y caballeroso General Mille, y secundado por el ilustrado Secretario Señor Criado y Domínguez, llena por completo su delicada misión y ha de llevar al Instituto por camino de prosperidad y gloria.

Y nada más, benévolo lector, sino felicitar con toda la sincera efusión de mi alma á la Señora Sánchez de Arrojo, autora de este libro, que cumpliendo el precepto de Horacio, ha sabido unir lo útil con lo agradable, añadiendo con la publicación de este bien escrito “Manual” un nuevo é importante servicio á los muchos que lleva prestados á la Cruz Roja de nuestra Patria, que conservará siempre su nombre “enaltecido ya por sus hermano el héroe de Fuerte Victoria, el laureado Comandante Sánchez de Arrojo, figura inolvidable de la milicia española en la insurrección filipina”, entre los de sus hijos predilectos, ya que á ello se ha hecho acreedora por su inteligencia, su afecto á nuestra patriótica Asociación y sus incesantes desvelos en pro de la misma.
Dr. Calatraveño. Madrid, Mayo de 1918

El Consultor de la Dama Enfermera, 2ª edición, consta de 322 páginas distribuidas en: Prólogo.

1ª Lección. La Cruz Roja. Origen de esta Asociación. Su importancia en tiempo de paz como de guerra. Idea general de su organización, tanto en España como en el Extranjero. Conferencias internacionales. Relaciones de la Cruz Roja con la Sanidad Militar.

2ª Lección. Necesidad de crear un cuerpo de damas enfermeras al servicio de la Asociación. Condiciones que deban reunir para el buen desempeño de su misión en ambulancias, sanatorios y establecimientos de índole análoga. Límites de su intervención. Deberes y derechos.

La enfermera debe ser instruída en todo aquello que sirva para mayor consuelo y bienestar del enfermo y facilitar su servicio y curación, no descuidando ni el menor detalle ni desdeñando intervenir, siempre que sea preciso, en aquellos servicios que repugnen tal vez á su naturaleza delicada, pero que son acaso los de mayor necesidad para el enfermo.

FOTO 004 Dedicatoria del libro. Y fotografía de la autora

Debe saber sin duda la cubicación de aire necesaria para la estancia y los grados de temperatura á que debe estar, manejar autoclaves, termómetros, etc. Hacer gráficos de temperatura, poner una inyección, conocer por su nombre las partes que componen el organismo humano y hasta sacar una radiografía, pero también, muy preferentemente preparar la cama del enfermo o herido, cambiar sus sábanas y metedores sin que le hagan arrugas ni le causen molestias, debe saber con que y cómo se limpian escupideras y vasos de noche; cómo se usan pisteros, aspiradores y cánulas y cómo se improvisan fanones, férulas y demás aparatos; cómo se viste y desnuda á un enfermo, cómo se le transporta, caso de heridas y fracturas, cómo debe bañársele y con cuáles precauciones y en fin, hasta cómo se debe barrer la habitación y limpiar los objetos desterrando plumeros y demás artefactos que lleven de un lado á otro el polvo, con gran peligro para la salud.

Y por último, la enfermera debe ser subordinada, obediente y sumisa á las órdenes del médico, de quien es ayudante, no suplente y jamás permitirse variar un tratamiento, ni tomar una iniciativa si no es con ocasión de un incidente que en ausencia del médico puede sobrevenir, comprometiendo la vida ó pudiendo retardar considerablemente la curación del herido ó enfermo.

3ª Lección. Idea general del organismo humano. Esqueleto: músculos, articulaciones, aponeurosis. Sistema nervioso y aparatos en general. Sentidos: papel que desempeña cada uno de ellos en el funcionamiento armónico del cuerpo.

4ª Lección. Esqueleto: partes en que se divide. Cabeza: enumeración y descripción elemental de cada uno de los huesos que la forman.

5ª Lección. Tronco. Enumeración y descripción elemental de cada uno de los huesos que lo componen.

6ª Lección. Extremidades. Enumeración y descripción elemental de cada uno de los huesos que constituyen las superiores é inferiores.

7ª Lección. Enumeración de los principales músculos y articulaciones. Su papel como lazo de unión entre las diferentes partes del esqueleto y su importancia como órgano del movimiento.

8ª Lección. Aparato Digestivo. Somera descripción del mismo en general y de las diversas partes que lo constituyen. Alimentos; su importancia y variedad, ya se trata de enfermos afectos de dolencias médicas ó quirúrgicas. Alimentos plásticos y respiratorios. Diversas dietas.

9ª Lección. Aparato respiratorio y circulatorio. Ligera descripción de los órganos que los forman y funcionamiento de cada uno de ellos. Arterias y venas; caracteres diferenciales. Aire atmosférico: su composición. Alteración que puede sufrir con perjuicio de enfermos ó heridos. Medios de evitarla. Auscultación y percusión.

10ª Lección. Aparato urinario. Riñones, uréteres y vejiga. Descripción elemental de cada uno de estos órganos. Orina. Principales caracteres de las mismas y su significación clínica. Idea de lo que son los análisis de orina y cuándo debe pedirse su práctica á los laboratorios instalados en los Hospitales ó anejos á las salas de los mismos.

11ª Lección. Sistema nervioso en general. Partes de que consta. Papel de cada una de ellas desempeña en la economía. Descripción elemental. Síntomas que interesa conocer á las Damas Enfermeras de la Cruz Roja, derivados de las lesiones médicas ó quirúrgicas que pueda ofrecer cada parte.

12ª Lección. Nociones elementales de los sentidos de la vista, oído, olfato, gusto y tacto. La piel como cubierta general del organismo. Poros: su importancia en la economía. Reglas higiénicas que se derivan de estos conocimientos.

13ª Lección. Fiebre. Importancia y significación de la misma. Modo de apreciar la fiebre. Pulso y temperatura. Termómetros clínicos; gráficas de pulso y temperatura. Baño en general; baños simples; baños medicinales. Clasificación de los baños por su temperatura. Precauciones que deben adoptarse al administrar un baño.

14ª Lección. Infección. Microbios en general. Enumeración de los productores de las principales y más frecuentes dolencias. Toxinas. Tétanos; su importancia en cirugía de guerra, síntomas y remedios. Suero antitetánico. Desinfección y desinfectantes. Estufas de esterilización y autoclaves.

15ª Lección. Sepsia y antisepsia, hemostasia y anestesia. Anestesia local y general. Enumeración de los principales anestésicos de una y otra clase. Peligros de la anestesia y modo de evitarlos.

16ª Lección. Enumeración de los elementos más usados en una cura de urgencia. Idem en las definitivas. Importancia de la primera cura. Paquete individual de curación. Algodones, gasas, vendas, bisturís, pinzas, cánulas, sondas, lancetas, férulas, gotieras, jeringas de cura, de Pravaz, de Potein y de Roux; fonendoscopio, termocauterio y electrocauterio. Conocimiento teórico de estos instrumentos y aparatos; manejo y prácticas con los mismos.

Gotieras ó canales. Medias cañas destinadas á sujetar los miembros. Pueden ser de tres clases: 1ª de tela metálica con un bastidor metálico; las más usadas son las gotieras acodadas para el miembro superior, la de la pierna y la del muslo. Se hacen dos modelos: izquierdo y derecho. 2º de paredes compactas, cartón o gutapercha. 3º de substancias solidificables y endurecidas (aparatos enyesados).

Es muy recomendable el aparato Sculeto para fracturas de los miembros y la gotiera de Bonnet para las de la pelvis y raiz del muslo. Fuera de estas gotieras que ya están acolchadas, antes de usar las otras hay que revestirlas de una ó varias capas de algodón.

17ª Lección. Hemorragias. Enumeración de las que se observan con mayor frecuencia en la práctica. Hemorragia arterial y venosa. Caracteres diferenciales entre la una y la otra. Medios sencillos de cohibir las diversas hemorragias. Epistaxis; taponamiento de las fosas nasales. Hemoptisis. Metrorragias. Gastro y enterorragias. Venda de Esmark. Modo de improvisar un torniquete compresor y manera de aplicar el mismo. Sitio de elección para las compresiones de los vasos.

18ª Lección. Inyecciones hipodérmicas. Teoría y práctica de las mismas. Manejo, desinfección y empleo más frecuente de la jeringuilla de Pravaz. Indicaciones más urgentes de la hipodermia. Medicamentos usados con más frecuencia. Sueros medicinales; aparatos que se emplean para su aplicación. Diferentes clases de sueros. Teoría y práctica de las aplicaciones de los diversos sueros.

FOTO 005 La Reina Victoria Eugenia con el uniforme de Dama Enfermera de la Cruz Roja

19ª Lección. Operaciones quirúrgicas. Preparación del enfermo, de la sala de operaciones y del material de cura, condiciones indispensables que ha de reunir este para que su empleo no resulte nocivo. Diferentes clases de algodones, gasas y vendas. Disposición del instrumental quirúrgico. Desinfección del mismo y del material de cura, blusa, guantes y zapatos del operador y ayudantes. Condiciones que debe reunir y preparación que necesita tener la enfermera de la Cruz Roja, para su disposición conveniente. Manera de hacer y mudar la cama á los enfermos y heridos.

20ª Lección. Vendajes. Su importancia como complemento de operaciones y curas. Vendajes de cabeza y cuello: práctica de la aplicación de los mismos en el maniquí.

21ª Lección. Vendajes de tronco y extremidades superiores é inferiores. Práctica de los mismos en el maniquí.

22ª Lección. Medios de combatir los accidentes que pueden sobrevenir antes y después de una operación. Vómitos, hemorragia, delirio, colapso, retención de orina, dolores violentos, sed, ataques de histerismo, íd. Epilépticos, cuidados que reclama cada uno de ellos.

23ª Lección. Idea general de la broncoscopia y rayos X. Masaje, pulverizaciones, supositorios, cataplasmas, fomentos, irrigaciones, embrocaciones, colutorios, gargarismos, etc. Importancia de la asepsia nasal y bucal en las enfermedades, y sobre todo en las infecciones.

24ª Lección. Purgantes y vomitivos. Enumeración de los principales y su división. Ventajas é inconvenientes de cada uno de ellos. Hielo y sus aplicaciones en las diversas enfermedades.

25ª Lección. Fracturas en general. Fracturas de los huesos de la cabeza, de la columna vertebral, de las costillas, de los huesos que forman la cavidad pelviana y de las extremidades superiores é inferiores. Cuidados que exigen las fracturas en general. Precauciones que deben adoptarse para su traslación de unos puntos á otros. Vendajes inamovibles; idea general de su preparación y aplicaciones. Luxaciones. Síntomas diferenciales entre estas y las fracturas. Camillas; diversos modelos adoptados por la Cruz Roja Española, delantal Landa, artolas, parihuelas, etc. Manera de improvisar una camilla con fusiles, bastones, palos, etc.

26ª Lección. Envenenamientos: Enumeración de los más frecuentes. Alcohol. Arsénico. Cloroformo. Cobre. Cocaína. Digital. Estricnina. Fósforo. Iodo. Mercurio. Morfina. Plomo. Setas y moluscos. Principales síntomas de cada una de estas intoxicaciones. Cuidados que deben prestarse á los pacientes en cada caso particular.

27ª Lección. Respiración artificial. Manera de practicarla. Auxilios que deben prestarse á los asfixiados por inmersión ó suspensión. Gases asfixiantes. Accidentes causados por la acción solar, baja temperatura y electricidad. Muerte real y aparente. Signos de la muerte real.

28ª Lección. Quemaduras en general. Sus diversos grados. Tratamiento de cada uno de ellos, según la materia cáustica y la región ú órgano donde radiquen las lesiones.

29ª Lección. Acción de la Cruz Roja en tiempos de paz. Su influencia en la campaña contra el paludismo y la tuberculosis en algunas naciones Europeas. Reglas de conducta á seguir en España por las Damas de la Cruz Roja y campo donde pueden desarrollar sus energías caritativas.

30ª Lección. Alcoholismo. Necesidad de emprender una enérgica campaña contra esa enfermedad social. Peligros del alcohol para el porvenir de la raza. Locos, degenerados y mendigos. Demostración gráfica y estadística de estos peligros.

31ª Lección. Tuberculosis. Su origen, gérmen patógeno, contagiosidad. Mortalidad por tuberculosis en España. Medidas adoptadas y que deberían adoptarse para combatirla. Socorros domiciliarios, viviendas, Hospitales especiales, Dispensario y Sanatorios antituberculosos. Su modo de funcionar en España. Su actuación en el extranjero. La Cruz Roja en la lucha anti-tuberculosa. Resultados obtenidos en Alemania por la Cruz Roja. Papel que están llamadas á representar las Damas de la Cruz Roja en esta campaña de saneamiento social.

32ª Lección. Paludismo. Causa y agente productor del mismo. Influencia de los mosquitos. Estragos que el paludismo produce en el individuo y en las comarcas por él invadidas. Campaña de la Cruz Roja italiana. Conducta que debiera seguirse en nuestra nación para evitar los estragos que causa en algunas localidades. Desecación de charcas y pantanos. El Eucaliptus glóbulus como agente de saneamiento de los lugares palúdicos.

33ª Lección. Viruela. Importancia de la vacunación para combatirla. Necesidad de propagar esta. Estragos de la viruela por inercia y abandono en lo referente á la vacunación. Papel importantísimo que las Damas de la Cruz Roja pueden desempeñar en esta campaña sanitaria. Difteria. Ligera noticia de esta enfermedad y cuidados que reclama. Suero Roux. Intubación laríngea.

34ª Lección. Qué se entiende por Puericultura. La mortalidad infantil en España. Manera de evitarla. Cuidados á la mujer embarazada y en el acto del parto. Oftalmia purulenta de los recién nacidos.

35ª Lección. Cuidados especiales á los recién nacidos. Envoltura higiénica. Lavado diario del niño. Lactancia materna, mercenaria, artificial y mixta. Inclusas, Casas-cunas, Gotas de leche. Régimen higiénico durante los primeros años de vida. Educación física y moral. Necesidad de la inspección médico-escolar. Escuelas al aire libre. Importancia social de la Medicina.

AGRADECIMIENTOS
Frantxi López Landache. Biblioteca Koldo Mitxelena
Raúl Expósito González

BIBLIOGRAFÍA
Fondo de Reserva de la Biblioteca de San Sebastián Koldo Mitxelena: EL CONSULTOR DE LA DAMA ENFERMERA. Elena Sánchez de Arrojo. Con prólogo del Dr. Calatraveño. 2ª edición. Guadalajara. Imprenta del Colegio de Huérfanos de la Guerra 1920.

Raúl Expósito González: ENA “La Reina Enfermera”. Publicado el domingo día 12 de septiembre de 2010

Textos para la formación de las enfermeras de la Cruz Roja.

Manuel Solórzano Sánchez: 150 Años de la Cruz Roja. 1863 – 2013. “La Cruz Roja. Memoria y Paz”. Publicado el miércoles día 23 de octubre de 2013

La Cruz Roja de Ferrol en la Monarquía de Alfonso XIII. Publicado el miércoles día 26 de diciembre de 2012

La Cofia, su Historia. Publicado el domingo día 16 de octubre de 2011

Creación de la Cruz Roja de Euzkadi (I/II). Publicado en la Revista Electrónica Euskonews, en su número 527 - 2010 / 04 / 09-16. Manuel Solórzano Sánchez

Medalla Florence Nightingale de la Cruz Roja. Juana Hernández Conesa. Publicado el miércoles día 12 de mayo de 2010

Hemofilia. Historia y Realeza. Publicado el domingo día 9 de mayo de 2010

Creación de la Cruz Roja de Euskadi. Publicado el sábado día 30 de enero de 2010

La dama Enfermera. Enfermería y Cruz Roja. Vidas Paralelas. Publicado el día 19 de marzo de 2009

Cruz Roja: Reglamento de 1939. Editado en San Sebastián. Artículo publicado nº 287 con fecha 04-11/02/2005

AUTOR:
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Colegiado 1.372. Ilustre Colegio de Enfermería de Gipuzkoa
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)

sábado, 23 de noviembre de 2013

EL ESPACIO ARQUITECTÓNICO DESTINADO A CUIDAR: LEPROSERÍA DE ABADES. TENERIFE



El pasado 8 de noviembre, el Dr. Francisco Javier Castro Molina impartió la conferencia titulada, “Leproseria de Abades: arquitectura, sol y aislamiento”, durante la celebración de las III Jornadas de Historia del Sur de Tenerife, organizadas por el Ayuntamiento de Arona, en la que este Doctor enfermero , historiador del arte y antropólogo ha querido hacer un recorrido por este tipo de  dispositivo asistencial que ha estado presente en las Islas desde la Conquista, analizando la evolución del “espacio destinado a los cuidados”.

FOTO 001 Dr. Francisco Javier Castro Molina

Tanto la lepra como la elefancía, afectaron a numerosas personas en las Islas desde los primeros momentos del dominio castellano, aunque no llegó a considerarse epidemia gracias a decretos y ordenanzas promulgadas por las autoridades.

Esta situación era el resultado de la carencia de las mínimas condiciones higiénicas de la población canaria humilde, a lo que se unía un desconocimiento sobre su propagación y tratamiento, que tanto Leonardo Torriani como George Glas hicieron públicas en sus escritos.

Todo ello obligó a plantearse la habilitación de lugares para su aislamiento, tratamiento y cuidado, ante la inexistencia de instituciones que prestaran tales servicios. Por iniciativa del Cabildo de Gran Canaria, en 1510 se creó un lazareto en el extrarradio del Real de Las Palmas.

El devenir de los siglos y sobre todo un creciente número de casos en la ya provincia de Santa Cruz de Tenerife, obligó a dotarla de un moderno dispositivo asistencial de particulares características en la década del los cuarenta del siglo XX de la mano del arquitecto José Enrique Marrero Regalado. Tres fueron los posibles lugares que se plantearon: Ofra, la costa del Sobradillo, y por último, el costero pueblo de Abades en el municipio de Arico, lugar en el que se inicio el inacabado proyecto.

FOTO 002 Cartel de la Jornada

Felicitamos al Dr. Francisco Javier Castro por su trabajo y por la puesta en marcha de la recientemente creada Asociación Canaria de Historia de la Profesión Enfermera, del Seminario Canario Permanente de Historia de la Enfermería y la EGLE: Revista de la historia de los cuidadores profesionales y de las Ciencias de la Salud.

FOTO 003 Dr. Francisco Javier Castro Molina

Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Colegiado 1.372. Ilustre Colegio de Enfermería de Gipuzkoa
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)


domingo, 17 de noviembre de 2013

HISTORIA DE LA ENFERMERÍA PEDIÁTRICA EN CUBA



Introducción
En Cuba la atención a los niños en la época colonial, no tenía relación alguna con las necesidades especiales que tenía esta etapa tan importante de la vida, por lo tanto ni había ninguna preocupación especial por su educación ni por su atención directa en algún centro especializado para tratar las enfermedades que estos padecieran, pues estos eran atendidos en el hogar tanto para su instrucción como cuando padecían alguna dolencia; solo se conoce de lugares para la atención a los infantes en los Hospicios o Casas de Beneficencia, posteriormente se abrirían Centros de Instrucción pero casi todos bajo la orientación religiosa, casi siempre eran los sacerdotes y posteriormente las monjas las que se encargaban de esta instrucción.

FOTO 001 Eduarda Ancheta y Manuel Solórzano. Hotel Sevilla La Habana mayo 2012

Los orígenes en Cuba de la Casa Cuna Habanera se remontan a cuando estaba como Obispo de Cuba Diego Evelino Hurtado conocido por el “Padre Compostela” por ser oriundo de esa provincia española, parece que tras conocer que una criatura recién nacida y abandonada había sido devorada por los perros dentro de la misma ciudad, abrió el primer Asilo a sus expensas en los últimos años del siglo XVII en una casa muy próxima a la ermita de Belén o San Melchor y que después él, la daría como monasterio a las Monjas Carmelitas. Al dar este local a las monjas antes mencionadas los expósitos se quedan sin lugar donde atenderlos y permanecieron en dicho convento hasta 1711.

La fundación debió de ser hacia 1687-1688, es en esta época cuando se menciona la “Real Casa Cuna” aunque no se menciona que tuviera nombre, este será el primer establecimiento en la Villa de San Cristóbal de la Habana para atender a los niños abandonados por  sus madres y llevaría una existencia precaria hasta 1832 (1).

En 1704 cuando fallece el obispo Hurtado y su sucesor será fray Gerónimo Valdés quien se encargara de fabricar a sus expensas en 1711 una Casa en la calle de los Oficios esquina a la de Muralla, la dotó de un pequeño capital 15.439 pesos fuertes, puso la dirección del establecimiento en manos de un capellán – administrador. La circunstancia de haber sido el Obispo Valdés el verdadero fundador de la primera casa destinada a los expósitos, fue el origen de que desde entonces se apellidaran con su nombre todos los que residieron en aquel entonces en este centro de beneficencia (2).

Los avatares del tiempo hacen que esta casa tuviera épocas de verdaderas penurias pues la mayor parte del dinero con que se sostenía este centro era de limosnas y donaciones de personas ricas caritativas, aunque algunos Gobernadores de la Isla como Dionisio Martínez de la Vega puso especial interés y consiguió del municipio algunas anualidades de los dineros a invertir, esto sería hasta 1734, tanto el Obispo Lazo de la Vega como su sucesor Pedro Morell de Santa Cruz, procuraron el pago al administrador que se le adeudaban, pero ante el incumplimiento de la financiación de la Casa Cuna por las autoridades civiles, será la caridad pública del obispo y los vecinos quienes durante muchos años cubrirían el déficit entre los ingresos y el gasto del centro (3).

Es el Obispo Morell de Santa Cruz quien contrata 10 mujeres, destinadas unas al cuidado de los niños varones y otras a la enseñanza de las niñas, se disponía también que los Betlemitas (Orden de los Hermanos de Nuestra Señora de Bethlehem, fundada por Pedro de San José Betancur, con el fin de servir a los pobres) se encargarían de la asistencia de los párvulos que pasaran de 5 años hasta que tuvieran aptitud para aprender algún oficio. Ya en 1780 llegaban a 200 los expósitos en una casa capaz de albergar solo a 40 infantes, ni tenían condiciones materiales y los ingresos fijos eran muy escasos hasta el punto que muchos niños murieron por falta de alimento (4).

Ante esta penosa situación que atravesaron los niños expósitos, es gracias al presbítero Mariano Arango, impulsado por el Obispo Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa quien  hizo cesar este estado de abandono. Una benefactora de la Casa Cuna fue Antonia Maria Menocal que es quien deja como herencia una suma considerable de dinero para sufragar los gastos de esta Casa Cuna y seria el presbítero Arango quien en esta fecha usa esos bienes para construir una Casa de Maternidad donde se refundiría la antigua Casa Cuna años mas tarde, ésta estaría compuesta por tres departamentos: uno para refugio de las parturientas, otro para la lactancia de los niños hasta el destete y otro para la conservación y educación de los niños hasta los 6 años y la vigilancia de los mayores hasta su emancipación. Esta estaría terminada en 1830 aunque su inauguración fue el 14 de octubre de 1832 con el nombre de Casa de Maternidad de María Santísima y del Señor San José.

Antes de la unión a la Casa Maternidad, la Casa Cuna por su estado ruinoso, es trasladada a la calle Cuarteles numero 2, pero este nuevo asentamiento carece de agua, esta lejos de la ciudad y la falta de condiciones hizo que no fuera el lugar mas apropiado para sus fines, por la que se le dio un carácter provisional hasta su traslado en 1832 al edificio del Hospicio o Colegio de San Isidro.

Del funcionamiento de esta Casa Cuna al ser trasladada a la Calle de Cuarteles, puede darnos idea el dato siguiente de 1832- 1834, fueron recibidos 158 expósitos de ellos solo sobrevivieron 9. En los dos primeros años del funcionamiento de la obra de Arango tenemos que fueron expuestos 197 expósitos y sobrevivieron 105 a pesar que entre ellos se cuentan los que fallecieron del Cólera Morbo en 1833 (4). Nos cuenta el Dr. Gregorio Delgado García que el Dr. Tomas Romay antes de pasar por el Hospital de Paula donde trabajaba, iba a la Casa de Beneficencia y atendía a los niños que estuvieran enfermos dejando indicaciones para su tratamiento (5). Por un decreto del 29 de febrero de 1852 fue incorporada la Casa de Maternidad obra del presbítero Arango a la Casa de Beneficencia de La Habana, las dos Casas estarían regidas por una misma administración y un mismo reglamento. La que con el tiempo se denominaría “Real Casa de Beneficencia y Maternidad de la Habana  o mas comúnmente “Casa de Beneficencia”, se encontraba situada el la Caleta de San Lázaro, junto al Torreón del mismo nombre.

A partir de 1847 atenderán esta Casa Las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul, en funciones de maestras y como enfermeras de las salas para ingresos de los niños enfermos, aunque también había profesores laicos (6). En las postrimerías de la dictadura de Fulgencio Batista el edificio fue vendido al gobierno, este edificio que estaba céntrico lo destinaron al Banco Nacional. Al triunfo revolucionario los niños y jóvenes pasan a una institución totalmente renovada con las más recientes normas psicológicas y pedagógicas para su atención y cuidado en Ceiba del Agua. La edificación se pensaba destinar para el Banco Nacional fue remodelada, para empezar a funcionar como el Hospital Hermanos Ameijeiras (7).

FOTO 002 Casa de Beneficencia y Maternidad de La Habana. Cuba

Desarrollo. La atención a los niños en la época Republicano burguesa
En el período de la intervención norteamericana, por su propio carácter de intervención se agudiza la crisis de la educación preescolar, los niños se encontraban casi desamparados, se propuso que se pagara $10 mensuales per cápita a los que se encontraban en centros internos, como pensionistas, con esta medida injusta, trataron de "remediar" la situación del hacinamiento de los asilados. En "apuntes sobre la Fundación de la Escuela Cubana" Carlos Génova y Zayas señala que en 1899 se abrieran "escuelas para párvulos" con educadoras cubanas seleccionadas por un tribunal, debido a la carencia de locales, estas aulas iniciaron sus actividades en las propias casas de las educadoras: en Santiago de Cuba se abrieron 34 aulas y se creó el Primer Kindergarten atendido por una joven norteamericana. Esta institución constituye el primer intento de enseñanza preescolar en Cuba, pero solo con beneficios para una pequeñísima parte de la población infantil, con planes e intereses vinculados a los Estados Unidos.

El advenimiento de la República no puso fin a los graves y difíciles problemas de la institución. Entre 1901 y 1902 surgió la Escuela Normal de Kindergarten en Matanzas, por iniciativas norteamericanas con maestros y planes de estudio propio de aquella nación. Una sociedad de huérfanos cubanos dirigida, también por norteamericanos, organizó, al final de la intervención, algunas aulas de Kindergarten en Santiago de Cuba, Matanzas y Sagua la Grande y ya en 1925 se contaba con 22. A la par de la creación de las aulas, se llevaron a cabo modificaciones de carácter organizativo, como la reorganización de las juntas de Educación, la creación de los Inspectores de Distrito y se fijó la estabilidad de los maestros. La labor que debían realizar los niños en el Kindergarten consistían en la realización de diferentes actividades tales como: doblar y entrelazar papeles, jugar, cantar, dibujar, pintar, modelar, coser, tejer etc. Estos trabajos estaban encaminados a relacionar a los niños con el mundo de los objetos que les rodeaba, desarrollar habilidades y destrezas a través de los ejes temáticos, todo esto estaba dado por la influencia froebeliana. Los métodos utilizados estaban encaminados a ayudar al niño a obtener dominio de si, desarrollar sus cualidades físicas, intelectuales, morales y de independencia.

El Kindergarten lo atendía un personal integrado por una maestra, una auxiliar y una conserje, estaba concebido para niños de 4 a 5 años. El ambiente de estas aulas se preparaba en concordancia con las vivencias infantiles, e intereses presentes y futuros de los niños. La estética era discreta, logrando despertar en los niños el deseo de permanecer en el lugar. Las condiciones higiénicas eran perseguidas al máximo: amplitud, mobiliario adecuado, orden, limpieza, aire, luz y materiales al alcance de los niños para trabajar. Donde las condiciones les permitían debía mantenerse un pequeño jardín, huerto, implementos para trabajar allí, lugar apropiado para realizar actividades con arena; rincón de la naturaleza, así como diferentes áreas para el juego. En cada aula había un lugar preferente para la bandera, escudo nacional y retrato de patriotas cubanos. Esta realidad, no fue posible lograrla en todos los casos, debido al poco apoyo y abandono en que se encontraba nuestro sistema educacional. El esfuerzo la responsabilidad, las gestiones y contribución personal de cada maestra permitió mantener estas aulas con cierto decoro. Honrado modo de actuar de las educadoras cubanas en la etapa republicana.

Hacia la década de los 40 se crearon con fines de enseñanza y educación para los niños de edad preescolar las aulas del grado pre-primario dentro de la enseñanza oficial. Esta poseía objetivos similares al Kindergarten, estaba destinado para los niños que no asistían al Kindergarten pudiesen adaptarse al nuevo medio escolar. El grueso de estas aulas funcionó en La Habana y algunas capitales de provincia. Estas aulas no resolvieron la situación existente en la educación preescolar, los niños campesinos sufrían completo desamparo y aún cuando comenzó la enseñanza en las escuelas rurales esta era inadecuada y en sus planes no incluía a los niños menores de 7 años.

Otras instituciones creadas fueron las Creches, tomando auge en el período de la seudo-república, tenían el objetivo similar a las otras instituciones; el cuidado y la enseñanza de niños pobres. En ellas un pequeño grupo de madres trabajadoras podían dejar a sus hijos (entre las 6 de la mañana y las 9). Esta forma organizativa albergaba de 30 a 60 niños en locales inapropiados generalmente, muchos eran pequeños y faltos de higiene, el personal que lo atendía no tenía ninguna preparación, contaba con una manejadora por cada 25 niños, una encargada, una cocinera, una criada y una ayudanta. El régimen de vida era casi carcelario, carecían en su gran mayoría de actividades infantiles, apenas poseían juguetes; si contaban con un parquecito infantil donde los niños jugaban sin dirección pedagógica, no se les daba orientación a los padres. El ingreso a estas creches estaba determinado por los interese políticos de los gobernantes de turno; por lo que estas instituciones fueron una variedad de asilos. En 1958 funcionaban en nuestro país 38 instituciones de este tipo que atendían a 1.600 niños aproximadamente de edades entre 1 y 6 años; entre los Kindergarten y pre primarias la cifra excedía de 300 centros. Al triunfo de la Revolución Cubana el Primero de Enero del 59, es en este momento que se revelan los aspectos dolorosos ante la clase que asume el poder, de la miserable atención que se brindaba a la infancia cubana (8).

Por primera vez en Cuba en 1900, se destinan camas en los Hospitales para la atención a los niños enfermos estos serían el Hospital “General Calixto García la sala “Albertini” y en el Hospital “Nuestra Señora de las Mercedes” las salas “San Vicente”, “Manuel de la Cruz” y “Lourdes”. Se realizan modificaciones en el plan de estudios de la carrera de Medicina, trasladando la enseñanza de la asignatura de Pediatría para el último año de la carrera de medicina. En esta época la atención especializada del niño no sobrepasaba el 10 % de la población infantil, la mortalidad infantil se calculaba alrededor del 70 por cada 1.000 nacidos vivos (9). En 1921, por iniciativa del Club femenino de Cuba, se creó la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas de Cuba (FNAF) que estaba compuesta por cinco asociaciones: Club Femenino de Cuba, Congreso Nacional de Madres, Asociación de Católicas Cubanas, Asociación Nacional de Enfermeras y Comité de la Creche Habana Nueva.

A través de esta Asociación, y en particular de la Asociación Nacional de Enfermeras de Cuba las enfermeras podían emprender acciones orientadoras al tratamiento especial que necesitaban los niños que redundarían en una atención especializada. Algunas de las acciones que se desarrollaron por parte del Club Femenino de Cuba fueron más allá que las realizadas por otras organizaciones de mujeres cubanas anteriores, ya que el Club Femenino de Cuba: […] fundó escuelas nocturnas para obreras y otras para la enseñanza del comercio; creó la primera institución formadora de niñeras que funcionó en el país: La Escuela de Niñeras en 1923 (10). El 1927 se ofrecían en el Instituto Finlay algunos cursos posbásicos de especialidades como Dietética y Alimenticios, Higiene infantil y escolar, pero ninguno relacionado con el niño hospitalizado (11).

Es bueno señalar que el contexto político social y económico de la época republicana burgués fue un factor fundamental para que las enfermeras no pudieran tener mejor calificación científica a través de cursos posbásicos y claro está, que no era prioridad del Ministerio de Sanidad y Beneficencia Social ofertar cursos que capacitaran a las enfermeras en alguna especialidad infantil, pues tenían que aumentar el sueldo a pagar, que ya resultaban irrisorios pues eran entre 30 y 50 pesos, por lo que cuando alguna clínica particular fundamentalmente, necesitaba una especialización de su personal en el cuidado de los niños, llamaba a especialistas casi siempre enfermeras norteamericanas, para impartir estos cursos, pero sus participantes tenían que pagar la matricula a estos y casi siempre no pasaban de 20 las cursillistas, pues no podían pagar la matricula con los sueldos tan bajos que ganaban (12).

En 1929, la señorita Caridad Coello asistió al V Congreso Panamericano del Niño donde leyó y discutió el trabajo “Fundación de las Escuelas de Niñeras y su reglamento(13). No es hasta 1931 en que se construye en la Habana el primer Hospital especializado en la atención a la población infantil, este será el Hospital Municipal de Infancia, (el pueblo lo llamaba el Hospital Infantil) situado en la Avenida de los Presidentes entre las calles F y 29. En este hospital eran atendidos alrededor de 1.000 niños diariamente en Consultas externas y tenía capacidad para 290 niños (14). En el trabajaron Enfermeras Generales, pues en esta época no existía una preparación especializada para ellas.

Otro hospital que atenderá a infantes será el Hospital Infantil Antituberculoso que lleva el nombre de Ángel Arturo Aballi erigido en 1944 situado en la carretera de Arroyo Naranjo, frente al antiguo Hospital Antituberculoso “La Esperanza” donde hoy esta situada la Facultad de Ciencias Médicas Julio Trigo (15).

FOTO 003 (Fig. 1) Enfermeras asistentes a un curso de especialización infantil entre ellas se encuentra Alba Aviles Moreno y Luzdemia Ancheta Niebla, ambas Profesoras de Enfermería posteriormente

Graduación de las Primeras Enfermeras Profesionales Cubanas
La fecha exacta de la graduación de las primeras estudiantes de enfermería no consta en ningún documento; al revisar el Boletín de la Junta encontré que el 22 de septiembre de 1902 a las 4 de la tarde se realizó el examen teórico y estuvieron presentes en el tribunal el doctor Juan Guiteras, como presidente; los doctores Emilio Martínez como secretario y Enrique Núñez como vocal. El día 23 a las 4 de la tarde se realizó el examen práctico. Si eran siete las alumnas que se tenían que examinar no pudieron graduarse el mismo día al salir del examen ya que el tribunal tenía que deliberar las notas y también seleccionar a la alumna ganadora de la medalla de oro. El 26 de octubre de 1902 se seleccionó la alumna ganadora de la medalla de oro con la presencia de los doctores Carlos E. Finlay, Emilio Martínez, Enrique Núñez y miss Mary O´Donnell; no hay datos que justifiquen que se graduaron el 25 de septiembre. En el Boletín del mes de noviembre se encuentra la reseña de la graduación sin que se mencione la fecha exacta en que se produjo, sin embargo, aparece el discurso pronunciado por el doctor Carlos E. Finlay.

Así que en 1902 se graduaron las primeras enfermeras cubanas, en este acto solemne estuvo presente el Presidente de la República Tomás Estrada Palma, con la asistencia del doctor Emiliano Núñez de Villavicencio, director del Hospital, el claustro de profesores, así como personalidades científicas y de la sociedad; el doctor Carlos E. Finlay pronunció el discurso de graduación. En este acto se les entregó el Diploma de Graduadas por la Universidad de la Habana. Con este hecho Cuba se convertía en el primer país en otorgar título universitario a sus enfermeras. Esto se estableció hasta 1961. A partir de esta fecha será la Dirección de Docencia y Perfeccionamiento la encargada de expedir estos títulos. Las siete enfermeras que se graduaron fueron: Trinidad Cantero Cantero que resultó ganadora de la medalla de oro y pronunció el discurso en nombre de sus compañeras. Las otras fueron Rosa Gallardo y García, Martina Guevara y Molina, Adelaida Rendós Alarcia, Rosa Seiglie y Comesañas, Antonia Tejedor y Herrera y Bienvenida Cantón Pérez (Fig.3) (16).

A partir de esa fecha solo se graduaran tanto hombres como mujeres con este título  para ejercer la atención de enfermería dirigida a adultos, embarazadas y niños, sin hacer especificidad alguna para la atención a estos grupos especiales de la población. Comprendiendo posteriormente que para el cuidado de niños se necesitaba alguna preparación especial para la atención de Enfermería a este grupo poblacional:
Se Organiza la Especialidad de Higiene Infantil. El doctor Enrique Núñez organizó la especialidad de Higiene Infantil en 1914, cuya responsabilidad entregó a Martina Guevara y Molina (hasta 1921); ella también fue comisionada por la Secretaría de Sanidad y Beneficencia para que organizara dicho servicio en algunas ciudades del interior del país como Matanzas, Cárdenas, Cienfuegos y Santa Clara. En 1915, se organizó el consultorio central de Higiene Infantil; su jefa fue la señorita Zoila Borrero y como enfermeras Noemí Pons, Nieves Montes, Juana Flaque, Dolores González y la señora Antonia Prieto de Calvo.

En 1929, se encontraban al frente del departamento de Higiene Infantil en la Secretaría de Sanidad y Beneficencia, Lucía Olmedo, (Fig.4) que se había graduado en el Hospital “Nuestra Señora de las Mercedes” en 1918 y había realizado un curso posbásico en 1921 de Asistencia de Enfermería, junto a ella estaba Verena Juver que se había graduado en el primer grupo de alumnas de la escuela de enfermeras del Hospital “Número Uno” en 1903 (17). Verdaderamente la preparación especializada en materia de enfermería infantil solo se logra al triunfo revolucionario de 1959.

FOTO 004 (Fig. 3) Miss Mary O Donnell con las graduadas 1902

Comienzo de la Enfermería Pediátrica
En 1960 cuando comenzaron los Círculos Infantiles se analizó la situación de quienes iban a atender a estos niños y se organizó un curso que se llamaba “Orientadoras de Círculos infantiles” la coordinadora y profesora de esos cursos fue la enfermera especializada Alba Aviles Moreno (18). Al hacer un análisis general de lo importante que sería para el cuidado de los niños que se prepararan enfermeras con los conocimientos necesarios para brindar este cuidado con la calidad requerida, primero se formarían a las Auxiliares de Enfermería Pediátrica, luego estas podrían superarse a través de los Cursos de Complementación como enfermeras técnicas, en la especialidad de Pediatría.

Inicio de los cursos para auxiliares de enfermería
El 23 de agosto de 1961, el Ministerio de Salud Pública, por medio de la Dirección de Docencia y Perfeccionamiento, inició un curso para auxiliares de enfermería, del que se graduaron las primeras 466 alumnas el 27 de marzo de 1962. Por decreto ministerial # 4 del 13 de septiembre de 1961, se establecieron las normas para el funcionamiento del trabajo de las auxiliares de enfermería. Los primeros cursos de auxiliares eran de seis meses, posteriormente de nueve meses  y más tarde de un año. En estos cursos se impartían asignaturas teórico prácticas que les permitían a los alumnos adquirir conocimientos, habilidades y hábitos fundamentales para una vez graduados poder brindar atención a las necesidades básicas del paciente y estar bajo el control y supervisión de la enfermera graduada. Al primer curso asistieron alumnos de todo el país, tuvo un carácter nacional, pero los siguientes se impartieron en cada provincia y/ o municipio que tuviera algún hospital con los requerimientos necesarios para este tipo de enseñanza. Después se implementarían cursos de Auxiliares de Enfermería Pediátrica y Obstetricia (19).

FOTO 005 1929 Enfermeras condecoradas por la Cruz Roja Cubana

Cursos de Auxiliares de Enfermería Pediátrica y Enfermeras Pediátricas
Al hacer un análisis general de lo importante que sería para el cuidado de los niños que se prepararan Enfermeras con los conocimientos necesarios para brindar este cuidado con la calidad requerida, primero se formarían a las Auxiliares de Enfermería Pediátrica para que luego realizasen los Cursos de Complementación y más tarde quedarían como enfermeras técnicas, ambas en la especialidad de Pediatría y es así que en 1963 comienzan los cursos de Auxiliares de Enfermería Pediátrica impartiéndose primero en los Hospitales William Soler y Pedro Borras y Ángel Arturo Aballi posteriormente se abrirían aulas en los Hospitales Aneiro Subirat, Sagrado Corazón, Clínica Marfan, Hospital Pediátrico del Cerro y Hospital Carlos J Finlay (20).

Estos cursos tenían una duración de dos años, el título que se les expedía era exactamente igual que a las enfermeras graduadas de los cursos de tres años. Alrededor de 1978 la enfermería técnica con su plan de estudios de tres años se diversifica y se empiezan a formar en las especialidades de Adulto y Pediatría. Esto sería hasta 1983 en que nuevamente se vuelve a Enfermeras/os Generales.

Primer Curso Posbásico de Docencia después de 1959
En 1959 se impartió el primer curso posbásico de docencia de enfermería, del que se graduaron: Roselia Bonet Armas, Georgina Nardo, María T. Monzón, Margarita Paret, María L. Díaz, Argelia Díaz, Andrea Izaguirre, Camila Rodríguez, Julia Ferrera, Dora Rubal, Ildeliza Leza, Filomena García, María J. Pérez, Mercedes Rivero, Rosa Castillo Martínez, Natividad Rojas Vega, Hilda Águila Alarcón, Ángela García Pedrosa, Caridad García Alfonso, Eloísa Olivera, Dalia Pérez Alsina, e Hilda Sosa (21). De este grupo recordamos a Roselia Bonet Armas como profesora de Enfermería Pediátrica de la Escuela de Enfermeras Pelegrina Sarda.

Cursos Posbásicos y Otros
A partir de la década de 1970 comienzan los cursos Posbásicos en la especialidad de Neonatología aparejado a estos cursos comenzaran diseñarse los diplomados que se relacionaran con la especialidad de Enfermería Pediátrica, el primero fue alrededor de 1996 y fue en Neonatología, después sería uno en Puericultura y otro en Perinatología En el 2000 se diseño una Maestría de Amplio Acceso que será fundamentalmente para las enfermeras/os y médicos colaborantes en los distintos países que Cuba prestaba este tipo de ayuda, después esta Maestría sería también de acceso a los cubanos aquí en la patria (22). A finales de la década de 1980 se suspende la formación de enfermería a través de los cursos de auxiliares de enfermería en todas sus especialidades, así como los cursos de Complementación. Tenemos una Enfermera Pediátrica que ya realizó el doctorado en Ciencias de la Salud, la Licenciada Marisela Torres Esperon.

Consideraciones Finales
El lema del Ministerio de Salud al hacer referencia a los infantes es “Nada hay más importante que un Niño” y es con ese fin que la Enfermería Pediátrica trabaja.  Muestra de ello  lo tenemos en el esquema de vacunación que inmuniza a los Pequeños reyezuelos contra 14 enfermedades transmisibles,  sin contar con los Hospitales especializados done se atiende toda la grey infantil cubana
La enfermería Pediátrica es vanguardia en atención infantil en todos los niveles de salud bien Primario,  Secundario o Terciario, llevando las cifras de mortalidad infantil a los niveles mas bajo si tenemos en cuenta que Cuba esta dentro de los países del Tercer Mundo, aun así la atención a la salud de la población esta dentro de los niveles de países Desarrollados.

AUTORA: Licenciada Eduarda Ancheta Niebla

Eduarda Ancheta, a sus 78 años es una veterana enfermera que sigue ejerciendo su profesión y dedicada a la Historia de la Enfermería. Sigue realizando trabajos y dando espléndidas conferencias. Es un ejemplo a seguir. Ha sido nombrada Coordinadora de la nueva Red de Historia de la Enfermería Cubana. Profesor Auxiliar, Master en Enfermería. Miembro Titular de la SOCUENF. Miembro de la Sociedad Historia de la Medicina. Miembro de la Asociación Médica Caribeña. Miembro de la sección de historiadores de la SOCUENF. Miembro del Consejo Editor de la “Revista Temperamentum. Granada, España”. Miembro del Comité Científico Internacional de la “Revista Uruguaya de Enfermería”. Miembro del Comité Científico Internacional de la “Revista El ser enfermero” Buenos Aires Argentina. Profesora Principal de Historia de la Enfermería Universidad de Ciencias Médicas de la Habana. Profesora de Historia de la Enfermería Facultad “Enrique Cabrera”. Candidata a Dra. en Ciencias de enfermería. Universidad de Ciencias Medicas de La Habana. Facultad Dr. Enrique Cabrera Cosio.

FOTO 006 Enfermeras Escuela del Hospital Nuestra Señora de las Mercedes 1929

Referencias Bibliográficas
1.- Torre Rodríguez F. El Padre Olallo. Un Testigo de la Misericordia. Barcelona 1994: 85
2.- Ob cit en 1: 86
3.- Ob cit en 2: 89- 94
4.- Ancheta Niebla Eduarda. Historia de la Enfermería en Cuba. Editorial de Ciencias Médicas la Habana. 2006: 24
5.- Entrevista al Dr. Gregorio Delgado García. La habana 1999
6.- Roig de Leuchsering E. La Habana. Apuntes históricos. Editorial del Consejo Nacional de Cultura. 1964: 149
7.- Ob cit en 6: 150
8.- Cuellar Cartaya E. La educación pre- escolar en Cuba. Revista Conrado Benítez. ISSN1990-8644
9.- Dueñas Gómez E., Mesa Riquelme L. Momentos de la pediatría Cubana. II parte La república mediatizada, trabajo presentado en el 1er Congreso Nacional de Historia de la Medicina, Cienfuegos 1988
10.- Memoria del Primer Congreso Nacional de Mujeres organizado por la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas. La Habana: Imprenta La Universal. 1924
11.- Ancheta Niebla Eduarda. Historia de la Enfermería en Cuba Editorial de Ciencias Médicas. La Habana .2006:109
12.- Entrevista a Luzdemia Ancheta Niebla. La Habana 1963
13.- Ob Cit en 11: 97
14.- Ob Cit en 6: 152
15.- Ob Cit en 6: 155
16.- Ob Cit en 11: 70
17.- Ob Cit en 11: 91
18.-Entrevista a Alba Aviles Moreno. La Habana. 1963
19.- Ob Cit en 11: 121
20.- Entrevista a Lic. Maria Verdaguer Varona. La Habana. 2011
21.- Ob Cit en 11: 117
22.- Zubizarreta Estévez M. Entrevista. La Habana 2011

Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Colegiado 1.372. Ilustre Colegio de Enfermería de Gipuzkoa
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)