domingo, 12 de septiembre de 2010

ENA “LA REINA ENFERMERA”

Este artículo está dedicado a Nuria, pareja sentimental de mi gran amigo y autor de este trabajo, que está pasando por momentos muy difíciles y espero y deseo que los supere muy pronto.

Autor de este Trabajo: Raúl Expósito González. Enfermero y Supervisor del Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Ciudad Real.

Artículo publicado en la Revista Enfermería de Ciudad Real, nº 59 (Extra de verano de 2010)
FOTO 001 Reina Victoria Eugenia, con el uniforme de las Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española. (Mundo Gráfico XI 1921)

Introducción
La historia de la Cruz Roja está íntimamente ligada a la historia de las enfermeras. Fundada por el masón Henry Dunant en 1863 bajo el nombre de Comité Internacional de Socorros a los Militares Heridos (antecedente del Comité Internacional de Cruz Roja) e inspirada en la obra de Florence Nightingale y su labor en la Guerra de Crimea, concebía una organización internacional que contase entre sus filas con un cuerpo de enfermeras voluntarias para atender a los heridos durante los conflictos bélicos. En España el pensamiento de Dunant fue materializado por Ena que es como familiarmente se llamaba a S. M. la Reina Victoria Eugenia de Battenberg, esposa de Alfonso XIII.
FOTO 002 Medalla Militar Henri Dunant

Origen de la Cruz Roja Española
En 1863 tuvo lugar la I Conferencia de Ginebra a la que acudió una delegación española en la que además de don Joaquín Agulló, Conde de Ripalda y del coronel don Nicasio Landa, asistieron algunos miembros del cuerpo diplomático. Los acuerdos tomados fueron adoptados por la Orden de San Juan de Jerusalén que constituiría la base para la creación en 1864 de la Sección Española de la Asociación Internacional de Socorros a Militares Heridos en España, primera denominación que tuvo la Cruz Roja en nuestro país. Así pues, Isabel II fundó la Cruz Roja en España por Real Orden de 6 de julio de 1864 siendo declarada como sociedad de utilidad pública. España asistiría a la Conferencia Diplomática de Ginebra convocada por el Consejo Federal Suizo en agosto de 1864 ratificando ese mismo año el I Convenio de Ginebra y siendo su primera intervención la guerra franco-prusiana de 1870 para una Cruz Roja Española incipiente.

Desde ese momento la Cruz Roja Española estaría presente en todos los conflictos armados del siglo XIX: guerras carlistas, guerras cantonales, guerra en África, repatriación de soldados españoles de las guerras de Ultramar, es decir, desde Cuba y Filipinas y; en los desastres ocurridos en España como la epidemia de cólera morbo de 1885, la Semana Trágica de Barcelona de 1909 o la Huelga General de 1917, por citar algunas actuaciones de una lista interminable.
FOTO 003 Acuarela cólera morbo 1885

La enfermería española del siglo XIX y principios del XX: practicantes, matronas y enfermeras
En España la enfermería de la primera mitad del siglo XIX se caracterizaba por su carácter profundamente vocacional y religioso, donde los miembros de las distintas órdenes o congregaciones de los hospitales eran los encargados de proporcionar cuidados básicos al enfermo, ayudándole en sus necesidades más básicas como la higiene, la alimentación, etc. Las enfermeras actuaban como sirvientas sin conocimientos técnicos, y en la mayoría de los casos sin saber leer ni escribir, lo que demuestra la impronta paradoméstica, al menos en origen, de la actividad de enfermería, ocupándose sangradores, ministrantes y parteras de la asistencia quirúrgica.

El origen de la enfermería moderna en Europa, se sitúa en torno a Florence Nightingale, precursora de la enfermería organizada, que en 1860 creó la primera escuela de enfermeras.
FOTO 004 Florence Nightingale “La Dama de la lámpara”

En España, por entonces ya existían los títulos oficiales de practicante y de matrona o partera, creados por la Ley de Instrucción Pública de 1857 siendo entonces Ministro de Fomento don Claudio Moyano. Cuatro años más tarde, en 1861 fue aprobado el reglamento para la enseñanza de estos estudios. No obstante, pocos años nos separarían del resto de Europa en la “modernización” de la enfermería. En 1896 el doctor don Federico Rubio y Galí fundó en su Instituto de Terapéutica Operatoria de Madrid la primera Escuela de Enfermería en España bajo la advocación de “Santa Isabel de Hungría”.
FOTO 005 Tarjeta que muestra una imagen de las Enfermeras de Santa Isabel de Hungría, cuya escuela fue fundada por el Dr. Rubio y Galí

Aunque en la práctica existían enfermeras profesionales, estas no alcanzaron el reconocimiento oficial hasta 1915. A instancias de la Congregación de las Siervas de María, por medio de una Real Orden de 7 de mayo, se aprobó el programa con los conocimientos necesarios para habilitar como enfermeras a quienes lo solicitasen, pertenecientes o no a comunidades religiosas.
FOTO 006 Nuevas Damas Enfermeras de la Cruz Roja con el brazal e insignias puestas

La gran aportación de la Reina Victoria Eugenia: las Damas Enfermeras
La creación del Cuerpo de Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española tardó en ponerse en marcha debido a que los cuidados de enfermería en España, como hemos visto en el epígrafe anterior, estaban confiados a miembros de comunidades religiosas, personas que no percibían retribución alguna por la prestación de estos servicios, hasta que en 1915 nace oficialmente la figura de la enfermera.

El origen de las Damas Enfermeras se remonta al estallar la Primera Guerra Mundial. Es aquí donde la reina Victoria Eugenia tuvo un destacado papel dentro de la enfermería española. Quiso con el ejemplo dado por las aristócratas de los países beligerantes y con el suyo propio, despertar en las damas de la más alta sociedad española el afán de ayuda a los enfermos con el trabajo personal y no sólo con las limosnas.

El Real Decreto de 16 de enero de 1916 que aprobaba las bases para la reorganización de la Cruz Roja Española establecía dos secciones, la de Caballeros y la de Señoras, ésta última presidida por S. M. la Reina Victoria Eugenia que además ejercería la Autoridad Suprema por delegación de S. M. el Rey Alfonso XIII. El reglamento de la Asamblea Central de Señoras fue aprobado por Real Decreto de 29 de junio de 1916.
FOTO 007 En el coche personal de la Reina Victoria Eugenia son trasladados los heridos al Palacio de Miramar de San Sebastián, convertido en Hospital de Sangre

La regla 4ª recogida en el Real Decreto del 13 de julio de 1916 que aprobaba las reglas para aclaración y complemento de las bases establecidas por el Real Decreto de 16 de enero decía textualmente:
4.ª Las Secciones de Señoras presididas por S. M. la Reina, tendrán a su cargo la organización del Cuerpo de enfermeras, dentro de las necesidades exigidas por el plan general, el establecimiento de un hospital que sirva de Escuela para el propio Cuerpo, la preparación de otros para caso de guerra en los puntos que se designen, la hospitalización de heridos en domicilios particulares, el fomento de suscripciones y aportación de fondos para las atenciones de la Sociedad, y en general, cuantos cometidos se relacionen directamente con la asistencia de heridos y enfermos, una vez transportados al interior del país; todo con arreglo a las instrucciones que reciba la Asamblea Central, según la regla 3.ª , y bajo la alta inspección del Comisario Regio y de la Asamblea Suprema, y, en último término, de los Ministerios de la Guerra y de Marina, en las materias de la competencia de cada una de ellos.

Por tanto, la Sección de Señoras tendría la tarea de crear el Cuerpo de Enfermeras de la Cruz Roja Española bajo la autoridad suprema y presidencia de la Reina Victoria Eugenia, aunque el empeño personal de esta soberana porque la enseñanza de la enfermería adquiriese la importancia y el desarrollo que en otros países, dio lugar a que, un año antes, el 1 de febrero de 1915 y en los Salones de la Asamblea Suprema de Madrid se inaugurase el Primer Curso Oficial, encargándose de la enseñanza el doctor don Fernando Calatraveño, Inspector Médico de la Institución y al que la Junta General de la Asamblea Suprema celebrada en mayo de 1914, propuso organizar con carácter general la enseñanza de enfermeras, propuesta que fue aprobada por unanimidad. Este curso dado en 1915, en el que terminaron 42 alumnas, no fue completo, y en 1916 y debido a la citada reorganización de la Cruz Roja no se celebró el curso de enfermeras.

El 28 febrero de 1917 se dictó un Real Decreto por el cual se aprobaban las instrucciones generales para la organización y constitución del Cuerpo de Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española y el programa anexo para su enseñanza que constaba de 35 lecciones. El artículo segundo establecía los requisitos para ostentar al título y pertenecer al Cuerpo de Damas Enfermeras:
1º. Ser súbdita española, mayor de 17 años y pertenecer como Asociada a la Institución.
2º. Aprobación, ante el Tribunal de examen nombrado por la Asamblea Central, de los estudios teóricos, con arreglo al programa oficial aprobado.
3º. Aprobación de la práctica en Hospitales que designe la Asamblea Central, así como el tiempo de estas prácticas
.
FOTO 008 Insignia y/o medalla de Las Damas de la Cruz Roja Española

Sin embargo, el título de Dama Enfermera sólo tenía validez dentro de la Cruz Roja Española. Aprobados los exámenes a las Damas Enfermeras se les hacía entrega de un diploma, un brazal y la insignia, pasando a ser inscritas en el escalafón en base a las cuatro categorías en que estaba dividido el Cuerpo de Damas Enfermeras según el Reglamento aprobado por Real Orden de 18 de mayo de 1917 y que eran jefas, subjefas, damas de 1ª clase y damas de 2ª clase. Así mismo, el Reglamento decía en su artículo primero:
S. M. la Reina es la Jefa Suprema del Cuerpo de Damas Enfermeras”.

En 1917 comenzó el segundo Curso de Damas Enfermeras bajo la dirección del doctor Calatraveño. Las clases teóricas se impartieron en el Colegio de la Asunción y las prácticas se realizaron en el Hospital del Niño Jesús.

Para la enseñanza de estas enfermeras Ena insistió en la necesidad de construir un Hospital en Madrid para impartir la formación y en crear un segundo Cuerpo de Enfermeras, el de las enfermeras profesionales o retribuidas, distintas del Cuerpo de Damas Enfermeras que estaba formado por mujeres de la alta sociedad pertenecientes a la Familia Real y a la aristocracia que prestaban sus servicios de forma voluntaria, sin percepción económica alguna, como doña Carmen Angoloti y Mesa, duquesa de la Victoria, brazo derecho de la reina Victoria Eugenia que colaboró intensamente con S. M. al establecimiento de la red de hospitales de la Cruz Roja en España, y recordada por su incesante trabajo en Marruecos tras el desastre de Annual de 1921.
FOTO 009 Medalla Cruz Roja Española: Perseverancia, Fortaleza y caridad

En agosto de 1918 se abrió en Madrid el Hospital Central de la Cruz Roja, más conocido como Hospital de San José y Santa Adela, dirigido por las Damas de la Cruz Roja y al que se añadió el Cuerpo de Enfermeras profesionales. En este Hospital se estableció la primera Escuela de Enfermeras de la Institución. Por lo tanto, en 1918 se inició la formación de enfermeras profesionales retribuidas en Madrid, y también harían lo propio en San Sebastián, León, Granada, Valladolid, Melilla, Santa Cruz de Tenerife y La Coruña. Un año después, en 1919 se impartirían cursos para enfermeras profesionales en Barcelona, Alicante, Cartagena, Huelva, Bilbao, Mataró, Mahón, Oviedo, Pamplona, Santander, Santiago y Vitoria, aumentando en años sucesivos estas enseñanzas en otras Asambleas de la Institución.

Estos cursos de enfermeras se impartieron desde 1918 sin interrupción hasta 1921 con motivo de la Guerra en África. Para su formación las enfermeras contaron con algunos libros de texto como el Manual de la enseñanza de enfermeras publicado en Valladolid en 1917 por el doctor don Mariano Fernández-Corredor y Chicote, delegado de la Cruz Roja en Valladolid y profesor de los cursos de Damas Enfermeras en dicha ciudad; El consultor de la Dama Enfermera publicado en Guadalajara en 1918 por una integrante del Cuerpo de Damas Enfermeras, doña Elena Sánchez de Arrojo; El libro de la Dama Enfermera de la Cruz Roja; Manual de las Damas Enfermeras de la Cruz Roja publicado en 1918 en Barcelona por el doctor don Andrés Martínez Vargas; o el Curso teórico de la Dama Enfermera escrito por el doctor don Cándido Soriano Catalán en 1920 en Oviedo. En 1921 en Cartagena otra Dama Enfermera, doña María de los Dolores Bas Bonald publicó la segunda edición de su Vademécum de la Dama Enfermera de la Cruz Roja y Auxiliares Sanitarios.

Finalmente, en 1922 quedó oficialmente constituido el Cuerpo de Enfermeras Profesionales de la Cruz Roja en España gracias a una Real Orden de 26 de octubre.
FOTO 010 Uniforme de La Cruz Roja realizado por Marcelino Santamaría

CONCLUSIONES
Con estas líneas hemos querido poner de manifiesto la influencia de toda una institución con más de cien años de vida como es la Cruz Roja en el desarrollo e impulso de la enfermería moderna en España, así como la importante actuación de la que fuera reina de España, doña Victoria Eugenia de Battenberg, primero con la creación del Cuerpo de Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española y después con la creación de un segundo Cuerpo de Enfermeras Profesionales. Ello supuso un gran avance para nuestra profesión cambiando la visión que hasta entonces se tenía de la enfermera dotándole de una serie de conocimientos teóricos y prácticos carentes hasta ese momento.
FOTO 011 La Corona española hizo un gran esfuerzo humanitario para paliar los desastres de la Gran Guerra. En la ilustración, la reina Victoria Eugenia, presidenta de la Cruz Roja e iniciadora de varias cuestaciones en favor de los heridos en la contienda (dibujo de Gamonal)

Hasta aquí este fenomenal y magnífico artículo de Raúl Expósito González, publicado en la Revista del Colegio de Ciudad Real.

Ahora seguiremos con otros artículos recogidos sobre la actividad de “Ena La Reina Enfermera”.

Creo que es de justicia recordar y hacer mención de la excelente labor que la reina desarrolló desde el principio en el campo de las obras sociales. Cuando nació su primer hijo, y para conmemorarlo, crea una institución para niños abandonados y delincuentes, y recordando la muerte de Alfonso XII, lucha para erradicar una enfermedad tan grave por aquel entonces como la tuberculosis.

Pero su mejor obra y a la que ella tendrá más apego es la creación de la Cruz Roja española, primero San Sebastián, después en Madrid, y luego en otras ciudades, como Barcelona y Sevilla. Allí se forman Enfermeras y también las Damas Auxiliares de Sanidad Militar, que tan buen trabajo harían en la guerra de Marruecos.

La reina visitaba con frecuencia los hospitales y estaba muy atenta y preocupada de su buen funcionamiento. En sus conversaciones con Marino Gómez Santos, la propia Victoria Eugenia manifiesta que para crear la Cruz Roja estudió a fondo el sistema que se empleaba en otros países europeos. El ejército agradece el papel de su reina encargando una estatua ecuestre en la que Victoria Eugenia aparece con el uniforme de coronel del regimiento de caballería que lleva su nombre.
FOTO 012 Victoria Eugenia aparece con el uniforme de coronel del regimiento de caballería

Tampoco el rey era ajeno a los actos humanitarios, y de hecho durante la guerra mundial se crea en el palacio una oficina de auxilio a heridos y prisioneros de la guerra. Será esta época de la guerra un momento especialmente delicado en la relación entre las dos reinas, pues la reina madre, como buena austriaca simpatiza con el bando alemán, y los pensamientos de la reina Victoria están al lado de los aliados, donde luchan dos de sus hermanos. Se cuenta que en ocasiones en que la reina Cristina celebraba una victoria alemana en la que habían muerto conocidos de Ena, ésta clava las uñas en el mantel de la mesa hasta dejar marcas para no responder a su suegra como su corazón hubiera deseado.
FOTO 013 Los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia

Se calcula que el rey de España salvó a unos 25.000 rehenes franceses y belgas del ejército alemán. De hecho, en un viaje que los reyes hacen a Bélgica en 1923, reciben el homenaje de los miles de personas que se habían beneficiado de su ayuda. En 1917 los precios suben de una manera alarmante y en todo el país se suceden huelgas y protestas, además de insubordinaciones en las Juntas de Defensa. El desastre del ejército español en Melilla lleva el luto a muchas familias; y en 1921 es asesinado Eduardo Dato, presidente del Consejo. El rey dirá más adelante que ha sido uno de los peores años de su reinado, cuando la vida política parecía haberse hundido, y las Fuerzas Armadas manifestaban también su descontento. Mientras la familia real todavía veraneaba en el Palacio de Miramar de San Sebastián, el 12 de septiembre de 1923 se avisa al rey de que el capitán general de Cataluña, don Miguel Primo de Rivera, se había pronunciado en Barcelona y esperaba que el rey aceptase un régimen dictatorial que acabase con los problemas que acuciaban a España.

La Reina Victoria Eugenia tenía un lema: Ella decía: “Que el Señor me de serenidad para afrontar lo que no tiene remedio, y coraje para cambiar lo que se puede cambiar. Ríe, y el mundo reirá contigo; llora, y llorarás sola

En un artículo de Mikel G. Gurpegui en el Diario Vasco el día 10 de marzo de 2006 con el título: 1906. Entre cohetes y música se bautizó Victoria Eugenia

“San Sebastián presentó la fisonomía de las grandes solemnidades. Todos los balcones engalanados, izadas las banderas oficiales con un cielo azul y un sol espléndido. Las bandas de música locales La Unión y Bella Iruchulo en las calles, tocando alegres dianas. En el aire el estampido de cohetes y chupinazos. Riadas de gente camino de Miramar, a la expectativa de los invitados a la ceremonia de conversión al catolicismo de la futura Reina de España, la rubia princesa protestante inglesa Ena de Battemberg”.
FOTO 014 Retrato de Ena. Partida de Bautismo en el Palacio de Miramar en San Sebastián

Así describió Juan María Peña la jornada histórica que vivió San Sebastián el 7 de marzo de 1906. Ena de Battemberg, hija del alemán Enrique de Battemberg y de Beatriz de Inglaterra, se transformaría en la reina Victoria Eugenia. En aquellos tiempos, el único obstáculo para la formalización de bodas reales solía ser la religión. Victoria Eugenia, todavía Ena, era anglicana. Para poder casarse con Alfonso XIII y reinar en España, debía convertirse antes al catolicismo.

Así se hizo aquí hace un siglo, en la capilla del palacio de Miramar. Aunque la expectación en la ciudad era grande, el acto fue sencillo, con apenas 27 asistentes.

Seguimos leyendo a Peña: «El rey vestía uniforme de gala de los Húsares de la Princesa con distintivo de capitán general, luciendo las insignias del Toisón de Oro. La princesa Ena, un traje blanco llevando en el cuello un collar de perlas. La reina Madre un traje de color malva y su hija la infanta María Teresa traje de color azul. Las tres llevaban mantillas de color blanco».
FOTO 015 Casamiento de las Reyes de España

El obispo de Nottingham celebró la breve ceremonia. Victoria Eugenia «colocó la mano sobre los Evangelios y contestó en inglés, con voz débil, a las preguntas que le dirigió el oficiante».

Unas salvas disparadas desde el Club Náutico -la Batería de las Damas estaba entonces desmontada- comunicaron a los donostiarras que Victoria Eugenia había recibido el bautismo.

“El romance había comenzado el año anterior, en 1905, cuando Alfonso XIII visitó el palacio londinense de Buckingham y, al parecer, se produjo el flechazo. Según explicó una de las princesas presentes en el momento, “estábamos todas alineadas en el gran salón (...). Al ver la fila de princesas, Alfonso la recorrió con una mirada alegre y juvenil, como cualquier mozo que inicia su vida con avidez. Al fijarse su mirada en Ena experimentó un sobresalto”.

En otro artículo en El País de fecha 1 de Junio de 1985 y titulado:
Homenaje a la reina Victoria Eugenia por su intensa dedicación a la Cruz Roja

"No puede hablarse de la Cruz Roja Española sin hablar de la reina Victoria Eugenia", dijo ayer Rafael González Más en un acto de homenaje a la citada reina, por su dedicación a la Cruz Roja, que fue presidido por don Juan de Borbón, conde de Barcelona. Intervinieron Rafael González Mas, director del Centro de Estudios y Difusión de los Derechos del Hombre de la Cruz Roja; Carmen Llorca, historiadora y diputada por el Grupo Popular; Jaime Miralles, abogado; Luis Rosales, poeta y José Prat, senador socialista González Más recordó que "un día como hoy, hace 79 años, Victoria Eugenia se convirtió en reina de España", por lo que se unieron en el acto celebrado ayer la conmemoración del 90 aniversario de la fundación del hospital de la Cruz Roja en Madrid y el 79 aniversario de la boda de Victoria Eugenia con el rey Alfonso XIII. La reina Victoria Eugenia colaboró activamente con esta institución y "mi último recuerdo de ella", concluyó González Más, "son sus palabras: "Cuidad de mi Cruz Roja".

Cristóbal Halffter, que no pudo asistir al homenaje, remitió unas palabras en las que resaltó "la calidad del ser humano que habitaba en la reina de España". Carmen Llorca, por su parte, habló de su acercamiento a la familia real a lo largo de la historia: "Siempre me he encontrado con la simpatía de las reinas". Victoria Eugenia, para Carmen Llorca, "era una belleza auténticamente británica, una princesa del norte". La historiadora mencionó las dificultades, superadas con creces, de la abuela de Juan Carlos I en España e hizo hincapié en sus visitas constantes a los hospitales y en su dedicación a la Cruz Roja, organización de la que siempre se mantuvo muy cercana y con la que colaboró estrechamente. Carmen Llorca recordó la boda de los reyes y el atentado que puso en peligro sus vidas.

Visita
Jaime Miralles, abogado y hombre cercano al Conde de Barcelona en su exilio, rescató sus recuerdos personales y encuentros con la reina Victoria Eugenia, especialmente cuando visitó España en 1968, tierra que no pisaba desde el exilio de la familia real en 1931 y ocasión que aprovechó para visitar las instalaciones de la Cruz Roja. "Fue la Jefa suprema de la Cruz Roja", dijo Miralles, "pero la jefa efectiva, y se la podía ver incluso en los quirófanos". Tuvo palabras elogiosas también para las infantas Beatriz y Cristina, hijas de la reina y activas damas de honor de la institución. En una breve intervención, el poeta Luis Rosales resaltó la calidad humana de la que fuera esposa de Alfonso XIII. José Prat destacó su afición a las obras benéficas y añadió: "Su recuerdo señala, el infortunio de un reinado que suscitó para los españoles enormes esperanzas". Para el senador socialista, "el destierro ha agrandado la figura de esta reina y hoy la tierra de España se enriquece de sus cenizas". Una gran ovación dedicada al Conde de Barcelona cerró el acto de homenaje a la reina Victoria Eugenia, cuyo retrato, ataviada con el uniforme de dama de la Cruz Roja, obra de Marcelino Santamaría, presidió la sala
FOTO 016 Victoria Eugenia Reina de España con el uniforme de la Cruz Roja obra de Marcelino Santamaría

BIBLIOGRAFÍA
Diario Vasco de San Sebastián. Mikel G. Gurpegui
CLEMENTE, J. C. (1986): Historia de la Cruz Roja Española. Cruz Roja Española. Madrid.
CLEMENTE, J. C. (1999): Historia de una iniciativa humanitaria de la Cruz Roja Española (1918-1997). La Escuela Universitaria de Enfermeras de Madrid. Editorial Fundamentos. Madrid.
DELGADO MARCHANTE, A. HERNÁNDEZ GARCÍA, F. PINAR GARCÍA, M. E. & VILLAHOZ MÁRQUEZ, M. C. (1995): “Orígenes “modernos” de la enfermería española: primera escuela de enfermería en España, 1896”. En La Enfermería en el Siglo XX. De oficio a profesión. Los momentos del cambio. Actas de la I Jornada Nacional de Investigación en Historia de la Enfermería española. Madrid, 1992. Escuela Universitaria de Enfermería, Podología y Fisioterapia de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid, pp. 187-192.
DONAHUE, M. P. (1985): Historia de la Enfermería. Ediciones Doyma. Barcelona.
EXPÓSITO GONZÁLEZ, R. (en prensa): “Los manuales para la formación de las Enfermeras de la Cruz Roja Española”. Comunicación al X Congreso Nacional y V Internacional de Historia de la Enfermería. Almería, 27-29 de noviembre de 2008.
FRANK, C. M. & ELIZONDO, T. (1981): Desarrollo histórico de la enfermería. La prensa médica mexicana. México.
GARCÍA LOZANO, A. (1993): Història de l´escola d´infermeria “Creu Roja” de Barcelona. Escola Universitària “Creu Roja”. Terrassa.
HERNÁNDEZ MARTÍN, F. (COORD.) (1996): Historia de la Enfermería en España (desde la antigüedad hasta nuestros días). Editorial Síntesis. Madrid.
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SOLÓRZANO SÁNCHEZ, M., RUBIO PILARTE, J. & CAMAÑO PUIG, R. (2003): “Enfermería y Cruz Roja: vidas paralelas”. En La Enfermería Profesional. VI Congreso Nacional y I Internacional de Historia de la Enfermería. Libro de Actas. Alcalá de Henares, 2003. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá. Madrid, pp. 104-110.

FUENTES LEGISLATIVAS
Real decreto de 16 de enero de 1916 aprobando las bases para la reorganización de la Cruz Roja Española. Gaceta de Madrid, nº 18. 18 de enero de 1916, p. 130.
Real decreto de 29 de junio de 1916 aprobando el reglamento para el régimen interior de la Asamblea de Señoras de la Cruz Roja Española. Gaceta de Madrid, nº 183. 1 de julio de 1916, pp. 5-6.
Real decreto de 13 de julio de 1916 aprobando las reglas para aclaración y complemento de las bases establecidas por el de 16 de enero. Gaceta de Madrid, nº 197. 15 de julio de 1916, p. 118.
Real Decreto de 28 de febrero de 1917 aprobando las instrucciones generales para la organización y constitución del Cuerpo de Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española. Gaceta de Madrid, nº 60. 1 de marzo de 1917, pp. 504-505.
Real decreto de 4 de abril de 1917 creando una medalla con distintivo especial para las Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española. Gaceta de Madrid, nº 95. 5 de abril de 1917, p. 34.
Real Orden de 18 de mayo de 1917 aprobando el reglamento del Cuerpo de Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española. Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, nº 110. 19 de mayo de 1917, p. 507.
Real Orden de 26 de octubre de 1922 aprobando el reglamento para el Cuerpo de Enfermeras Profesionales de la Cruz Roja Española. Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, nº 242. 28 de octubre de 1922, p. 403.
FOTO 17 La Reina Victoria Eugenia visita un hospital 1921

AUTOR PRINCIPAL
Raúl Expósito González
Enfermero y Supervisor del Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Ciudad Real
raexgon@hotmail.com

AUTORES SECUNDARIOS
*Manuel Solórzano Sánchez; **Jesús Rubio Pilarte
* Enfermero Hospital Donostia. Osakidetza /SVS. Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
** Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
masolorzano@telefonica.net
jrubiop20@enfermundi.com

1 comentario:

Ana Maria dijo...

Saludos cordiales.
Soy Anna María Julio, nacida en junio de 1945 en Ledesma, propietaria de una empresa comercial.
Al ser estéril, perdí a mi difunto marido durante la crisis pandémica.
Aquejada de distonía, las pruebas médicas revelaron muy pocas opciones de seguimiento.
Mi padre religioso me recomendó una obra social para agradecer a Dios su bendición.
Como no tengo herederos ni parientes cercanos conocidos, decidí donar 518.000 euros y encontrar una familia adoptiva para mi querida perra Mila.
Para el administrador legal, responda al correo electrónico a continuación.
anamariajulio38@gmail.com
¡Que Dios nos acompañe!