sábado, 29 de agosto de 2020

SAN SEBASTIÁN 1700

 

UNA DESCRIPCION DE SAN SEBASTIÁN PUBLICADA EN LONDRES

 

Por JUAN ANTONIO DE ZUNZUNEGUI

 


Foto 1 Litografía de San Sebastián

 

En la terna de las hermanas vascongadas, San Sebastián es la sonrisa y la gracia. Bilbao pone a un lado su áspera rudeza minera y al otro mueve Vitoria su sosegada y llana provincialidad. Así, de la mano, entre las dos, se deja llevar, fronteriza y amable, la Bella Easo, en la biribiliqueta de las capitales.

 

El azar puso en manos de don Manuel Conde López un libro escrito sobre la hermosa capital guipuzcoana por un inglés que la visitó en 1700. Vertido ahora en buen castellano y nítidamente impreso, en edición numerada de 400 ejemplares, con un mapa antiguo del puerto y la ciudad y dos deliciosos aguafuertes de Lambert, el libro resulta un regalo para el bibliófilo.

 

Se dice compuesto By one lately come from thence (por uno últimamente llegado allí).

 

El hombre pasa revista ingeniosamente, después de describir la ciudad, a la forma de su gobierno, a las costumbres, diversiones y trabajos de sus habitantes.

 

Después de explicar cómo son designados por insaculación los magistrados que se turnan anualmente, explica: Los elegidos, cuando llegan a gobernar o a ser alcaldes, se aprovechan para explotar lo mismo a sus compatriotas que a los extranjeros, y esto lo hacen a la faz del mundo y sin ningún escrúpulo.

 

Para gobernar entonces se necesitaba ser noble, y la nobleza consistía, según el viajero inglés: en no tener sangre de judío, moro turco o hereje. Para probarlo es necesario presentar solicitud a la provincia de Guipúzcoa, y un caballero diligenciero investigaba acerca del peticionario. Si vivía en la ciudad debía tener casa propia, y si no, necesitaba poseer en la provincia tierra bastante donde cultivar o poder cultivar doscientos manzanos.

 

La verdad, en el mil setecientos, los guipuzcoanos exigían demasiadas cosas para ser concejal.

 

En la descripción que hace de la ciudad, dice que se halla al sur de un alto monte. Es de forma cuadrada y esta de tal forma oculta por el monte, que viniendo del mar hacia tierra no se la ve, hasta que se encuentra uno dentro de la bahía. Existen dos puertas: la del muelle y la que llaman puerta de Pasajes, por la que se sale a dicho puerto.

 

Hace gran elogio del castillo y de su emplazamiento y atribuye a Carlos V la frase: Que reconquistaría toda España si solo le dejaban el castillo de San Sebastián.

 

Sus cuarteles son magníficos, y añade que todos los soldados son unos pordioseros, y si el extranjero rehusa darles algo, procuran jugarle una mala partida.

 

Hablando de la isla de Santa Clara que hay a la entrada de la bahía, refiere que había en ella un caballero del reino de Castilla a quien habían confiscado sus bienes, confinándole en la isla como ermitaño. Todos los herejes que morían los enterraban allí.

 

El modo de vivir por aquel entonces resultaba delicioso. Los easonenses parece eran poco trabajadores. La gente más principal y distinguida, a la mañana temprano, después de gozar con la música de la serenata (?), se levantaba y tomaba chocolate; sin tomarlo, nadie saldría a la calle, aunque su casa ardiera.

 

A continuación, hombres y mujeres se peinan, después de un ímprobo trabajo, y se van a la iglesia; luego, al muelle, hasta las once, y más tarde al centro de la ciudad, a un lugar llamado las cuatro esquinas; allí están hasta las doce, y a esa hora se va todo el mundo a comer. Comen una sopa de caldo y carne asada y cocida y beben sidra. Hay mucho y abundante pescado. Cuando los pescadores vienen del mar en las lanchas, sus mujeres les esperan sentadas en el muelle con las capas de los maridos y sus largas espadas o largos espadines≫.

 

Mientras la mujer vende el pescado, el marido pasea majestuoso por la ciudad.

 

Las casas son altas y hermosas, y las tejas están sostenidas por grandes piedras contra el viento. Hace mucho calor, más que en muchas ciudades situadas más al sur.

 

Los comerciantes extranjeros, a menos de estar casados con españolas, no tienen el derecho de alquilar casas y deben entenderse con uno de la ciudad, para que las alquile por ellos. Ambos viven juntos y el indígena generalmente percibe la mitad de las ganancias del comerciante extranjero.

 

En el capítulo de los pasatiempos y deportes, cuenta que terminada la comida echan la siesta hasta las dos o las tres de la tarde y después se quedan fuera de los muros de la ciudad jugando o viendo jugar a la pelota o a los bolos.

 

En invierno pasan el tiempo, hasta las ocho de la noche, en casas particulares o en círculos.

 


Foto 2 Litografía de Pasajes

 

Describe así el atuendo de las personas:

Los hombres van muy elegantes, con sus trajes a la moda española: largas espadas, medias de seda y zapatos acuchillados. Las mujeres llevan modestos y estrafalarios vestidos. Todas ellas usan mantillas muy anchas y ajustadas en su parte inferior, de tal modo que cuando andan se hinchan sus mantillas como las velas de un barco azotado por el viento. Las faldas son proporcionadas, y las mujeres, que generalmente se sientan en el suelo, lo hacen con tanta habilidad, que al extender sus faldas en redondo ocupan más sitio que la circunferencia de una piedra de molino en Inglaterra, dicho sea sin exageración. Cuando dan una vuelta, el aire se acumula en el interior de sus ropas y tarda mucho tiempo en salir, de forma que sus vestidos van cayendo poco a poco, y así se encuentran con que se establece una fresca brisa, refrigeración muy agradable para ellas en un clima tan cálido.

 

En el capítulo de las danzas describe un baile que todos los domingos y días festivos tiene lugar en la plaza del mercado, y que resulta ser el aurresku.

 

Ha y una industria de toneleros muy numerosa. El principal comercio de la ciudad es el vino, el hierro y el aceite.

 

Las ferrerías están cerca de la ciudad, y las barras de hierro las transportan al almacén público en caballos o mulas, provistos de armazones de madera adaptados a la albarda.

 

Las narrias arrastradas por bueyes se usaban para llevar las mercancías dentro de la ciudad.

 

En el capítulo dedicado a las labores del mar, cuenta que poseen algunos barcos que van hacia el norte a la pesca de la ballena. Dice que a veces las cogen a la vista del castillo, y para ello tienen en ciertos meses del año un hombre a sueldo con la misión de vigilar desde la cima. Cuando divisa una ballena o cachalote hace una seña al castillo y salen a pescarla.

 

El negocio más importante en aquel tiempo y que rendía más dinero era el del vino: con Francia, desde donde enviaban sus Graves Medoc y vinos de Pontac y los caldos de Navarra.

 

Estas son las líneas generales de lo visto por el anónimo viajero. No hay que olvidar, como señala don Manuel Conde Lopez, que era inglés y protestante.

 

De todas formas, la vida en San Sebastián a finales del dieciocho era grata y apacible.

 

La presentación del libro y las notas del traductor, deliciosas y atinadas.

 

En fin, un librito encantador por lo que dice y por lo que se adivina.

 

Bibliografía

Revista Vértice Número 71. Páginas 63 y 64. Febrero de 1944

 

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Osakidetza, Hospital Universitario Donostia, Gipuzkoa

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Miembro de Enfermería Avanza

Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa 2019

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020

masolorzano@telefonica.net

 

 

martes, 25 de agosto de 2020

CLÍNICA SAN IGNACIO EN LA REVISTA VÉRTICE 1937

 

Inauguración Oficial de la Clínica Operatoria en “Villa San Ignacio”, el 23 de Septiembre de 1906

 

Foto 1 Clínica Villa San Ignacio 1906

 

La Clínica de San Ignacio fue fundada en 1905 por los doctores Mariano Antin y Miguel Vidaur y a finales de 1905 por los doctores Mariano Antin, Miguel Vidaur y Benigno Oreja, con la cooperación de los señores Hilario Gaiztarro Eceiza y Ramón Castañeda Otermin, de gran renombre en aquella época.

 

En 1914 salió de la Sociedad el doctor Castañeda y entró el doctor Luis Urrutia, primer especialista español del aparato digestivo que abordará la terapéutica quirúrgica de la misma. De todos es bien conocida su brillante labor y el renombre que con la asombrosa e infatigable tenacidad llegó a adquirir la CLÍNICA SAN IGNACIO.

 

Por otra parte, el prestigio de los demás compañeros, particularmente la especialidad en Urología, atraían la atención de numerosos enfermos de dentro y fuera de la región, y pronto resultó insuficiente la disposición del edificio primitivo.

 

Los doctores Luis Urrutia y Benigno Oreja, se decidieron a perfeccionar y ampliar el edificio, y previo convenio con los demás compañeros, quedaron éstos exclusivos propietarios del mismo, reformándolos en términos tales, que gastaron en la ampliación y nueva organización de servicios, la importante suma de un millón de pesetas.

 

Foto 2 Quirófano de la Clínica San Ignacio

 

Nueve años después, el doctor Luis Urrutia quiso repartir sus actividades quirúrgicas entre Madrid y la Clínica San Ignacio, trabajando en ésta exclusivamente de junio a octubre, y preocupándose antes que su puesto quedase provisto por persona idónea y competente, lo que no le fue difícil, pues entre sus alumnos, pronto se destacó el que sin vacilación había de ostentar enhiesta y sin mengua alguna, la gloriosa tradición que en la especialidad del aparato digestivo creó el llorado maestro.

 

En la actualidad es el doctor Julián Bergareche, quien se ocupa de esta especialidad.

 

Foto 3 Sala de radiodiagnóstico, en la que los pacientes hallan la mejor y más completa instalación que puede dedicarse a esta finalidad

 

El lector se podrá formar idea de la distribución del trabajo de la casa y de las personas que la integran, pero no podemos pasar por alto sin subrayar, la novedad para España, de que así como esta Clínica fue la primera donde se implantó la práctica de la especialidad del Aparato Digestivo en sus dos aspectos médico y quirúrgico, practicada por el mismo individuo, así también podemos decir con orgullo, que la Neurología está regentada, por vez primera, por un doctor que ha adquirido sólida base quirúrgica en los servicios de Martel, en París, y, sobre todo, con Forsber en Breslau, donde mereció singular predilección del ilustre maestro, por sus dotes excepcionales.

 

Otra preocupación –dice la Dirección de la Clínica– desde que la ortopedia moderna ha adquirido en la Europa Central, después de la Gran Guerra, su gran esplendor y relieve social de primer orden, por sus íntimas conexiones con los problemas más vivientes en el aspecto económico social, era resolver en nuestra casa aquellos que fuesen reflejo fiel de este progreso, lo que creemos haber realizado, haciendo que dos jóvenes compañeros, los doctores Francisco Arriola y José Elósegui, nada más terminar en España sus estudios universitarios, eligieran como centro de cultura ortopédica, las gloriosas Escuelas Vienesas de Lorenz-Büber-Spitzi, las alemanas de Goecht-Biesalski en Berlín y Langue en Munich, durante dos años repartiéndose el trabajo cultural ordenada y equitativamente, terminando su formación en la de Futti en Bolonia, Galeazzi en Milán y en Francia con su prolongada estancia en las distintas Escuelas Berck-Plage.

 

Foto 4 Un detalle de la Sala de citoscopias, equipada con arreglo a la más rigurosa actualidad científica

 

Un rico arsenal con taller apropiado para la confección de las distintas piezas que tanta admiración causan, las prótesis actuales, estando encargado de su ejecución mecánica el señor Göstze, hacen que consideremos sin jactancia la instalación de este servicio como de uno de los mejores y más completos que existen en nuestra nación.

 

Tampoco es frecuente en nuestras Clínicas privadas y desgraciadamente ni en muchos hospitales, procurar estar provistos de un buen laboratorio, sobre todo en la sección de Anatomía Patológica, y, por esto, se ha cuidado de llenar cumplidamente esta laguna, al buscar y encontrar la colaboración de uno de los más distinguidos anatomopatólogos del país, el doctor Antonio Llombart, de la Escuela de Río Ortega.

 

Al frente de la sección radiológica, está un compañero que en buena lid demostró sus aptitudes en la materia, el doctor Sebastián Córdoba, y por último, un ayudante, el doctor Luis Garmendia, probo, inteligente y laborioso, estrechamente compenetrado con sus compañeros y con hábitos quirúrgicos para llevar a cabo con perfección las intervenciones que la urgencia pudiera reclamar; es el encargado de la visita nocturna diaria y las guardias permanentes que las contingencias de la enfermería reclamasen.

 

Respecto al criterio médico que impera en la Clínica, hemos de decir que la Clínica San Ignacio encarna el ejemplo clásico de una división de especialidades, como puede verse en el cuadro médico de la misma: Gastroenterología, Urología, Neuro-cirugía, Otorrinolaringología, Oftalmología, Ginecología, Ortopedia, Pediatría, Nutrición, Sección de Laboratorio y Sección de Rayos X (radiología y radioterapia).

 

Sirven por tanto, de modelo a esta clínica los grandes establecimientos norteamericanos y alemanes análogos.

 

Foto 5 Una sala de trabajo del laboratorio, eficaz colaborador de la clínica en todos los aspectos

 

Opina el doctor Julián Bergareche, que la obra extraordinaria del doctor Luis Urrutia, realizad casi totalmente en esta clínica, si constituyó el modelo insuperable al que hemos de procurar ajustar siempre nuestra labor, no se ha de tomar, dada su misma condición científica, por una meta definitiva, sino como una base firmísima sobre la que han de apoyarse sus discípulos para continuar su obra en lo posible.

 

Por si fuera poco el caudal de experiencia que nos legó Luis Urrutia, he contado, además gracias a él y al doctor Benigno Oreja, no sólo con un rico arsenal de instrumental exploratorio y quirúrgico, sino lo que es aún más eficaz, con la colaboración inestimable por competente y devota, de quienes fueron durante años conmigo asistentes y discípulos del mismo maestro, los doctores Jesús Batanero y Luis Garmendia.

 

Una de las aportaciones más importantes de Luis Urrutia a la cirugía española, fue su interpretación biológica de los problemas quirúrgicos, su empeño de buscar la disminución del riesgo operatorio no sólo en la perfección de la técnica sino en el diagnóstico precoz, en la preparación adecuada del enfermo y en una vigilancia exquisita del curso operatorio.

 

Foto 6 Sala de trabajos ortopédicos que en la Clínica San Ignacio ocupa un lugar importante en la Clínica

 

El estudio de la capacidad vital de los enfermos, problema reducido antes a los recursos de la clínica, se ha completado actualmente con la exploración físico-química hasta hacerse imprescindible; y todas las complicaciones que se derivan del schock y de la desintegración celular operatorias, a saber; la acidosis, la insuficiencia hepática y renal y algunos síndromes erróneamente atribuidos a trastornos mecánicos del curso gastrointestinal, sólo pueden ser denunciados y eficazmente tratados con el concurso del laboratorio.

 

Claro es que sin la histología, la anatomía patológica quirúrgica es incompleta y deficiente, y aventurada toda conclusión que no lleve el referéndum microscópico. Si hasta hace un año nuestro laboratorio ha podido subvenir mal que bien a las exigencias clínicas, en lo que se refiere a las investigaciones hematológicas, serológicas y fisicoquímicas, el problema del diagnóstico anatomopatológico sólo lo podíamos resolver con grandes dificultades y limitaciones, dada la distancia a que nos encontramos de todo centro universitario.

 

En la actualidad, este problema importantísimo del laboratorio lo hemos resuelto por completo, gracias a la munificencia de la dirección y al concurso del doctor Antonio Llombart, que ha renunciado a los lauros académicos para ayudarnos a resolver los problemas de la práctica diaria.

 

Foto 7 Esta es una de la habitaciones de precio reducido de la clínica. Claridad, limpieza y asepsia perfecta

 

Respecto a la cirugía ortopédica, escriben los doctores José Elósegui y Francisco Arriola lo siguiente:

 

“Las palabras rendimiento, provecho, eficiencia, son las que dominan la concepción ortopédica. Es preciso tener en cuenta qué función no equivale a eficiencia, función significa actividad, eficiencia significa utilidad, rendimiento. Función es fisiología, eficiencia es realidad”.

 

“La alteración de la función no implica necesariamente disminución de eficacia en cuanto que el organismo dispone de muchos recursos de compensación”.

 

“Por el fin que se propone (la máxima eficiencia del individuo) es la Ortopedia eminentemente social. Por esta razón erigida en especialidad a principios de siglo principalmente por la labor de Hoffa y Lorenz ha adquirido una importancia extraordinaria en la guerra y en la postguerra”.

 

“La dirección de la Clínica San Ignacio ha creído necesario establecer esta sección. Para ello ha implantado un servicio de Ortopedia y Traumatología con un taller ortopédico a cargo de Adolfo Göetze, mecánico diplomado en la Universidad de Berlín”.

 

El doctor Miguel Vidaur es el encargado de la Sección Oftalmológica en la Clínica San Ignacio. Fundador de ella y uno de los que con mayor entusiasmo han colaborado a darle prestigio, su nombre es garantía del buen funcionamiento de esta Sección.

 

Foto 8 Moderna sala de otorrinolaringología, dotada de las mayores perfecciones científicas

 

El doctor Ramón Castañeda está encargado de las enfermedades del oído. Teniendo el pabellón auricular una gran participación en las percepciones acústicas, sobre todo para los sonidos graves, y como localizador de la dirección del sonido según indica Kompagneetz, su cirugía reparadora de un comienzo antiquísimo, se ha visto últimamente reforzada ante la necesidad de corregir las nuevas y abundantes mutilaciones y deformaciones, que como natural consecuencia dejó la gran guerra siendo en Italia Cesari, en Polonia Lobrzaniegski, en Rusia Zebrowski, en Alemania Lenker, Katz, Kahler y en Francia A. Noel, Jacques y Roig, quienes han publicado una porción de interesantes trabajos dándonos a conocer distintos métodos quirúrgicos de corrección, siendo Chenet quien recientemente ha mejorado la técnica de Henning por medio de piezas protésicas habiéndola empleado nosotros con resultados bastante buenos.

 

Los tratamientos de oído medio poco han avanzado, pues seguimos con los rudos desinfectantes, con la cura seca, etc., y como cosa nueva tenemos la monoterapia y el empleo de la vacunoterapia, pero nosotros compartimos la idea de Tretrop y únicamente empleamos este tratamiento en las inflamaciones del tejido blando, no dándonos resultados brillantes cuando la infección es de una cavidad ósea.

 

En las trepanaciones mastoideas y en las petro-mastoideas totales, se puede decir que ha avanzado poco, a pesar de ser el caballo de batalla de la cirugía otológica y de la gran cantidad de trabajos publicados sobre estos temas, pues al mismo tiempo que seguimos empleando las distintas curas húmedas y secas que se hacen interminables, hemos controlado el nuevo procedimiento de la ambrina con resultados para todos los gustos, y el de la irrigación continua de Borri en las mastoidectomías.

 

Foto 9 Clínica Villa San Ignacio

 

Con gran intensidad se han ocupado de corregir el mal estado auditivo en que quedaban los radicalizados totales, siendo Heath en Inglaterra, Sohier y Bujani en América, Neuman en Viena, Lermoiez Boulag y Hautant en Francia quienes más se han ocupado empleando para ello la trepanación petro-mastoidea conservadora, y aplicando Sourdiñe su método de ático timpanotomía transmastoidea, así como con su método de trepanación del canal semicircular externo en los otoesclerosos, quien ha dado a conocer estas nuevas técnicas con el objeto de dejarles una buena audición a los trepanados y a los otoesclerosos.

 

En las tromboflebitis del seno lateral, se ha dado un gran avance sobre todo en su diagnóstico con la introducción por Kindler de la prueba de Kueckennstedt, así como los datos que la punción lumbar nos da de tensión, análisis citológico y bacteriológico del líquido cefalo-raquídeo y la valiosa aportación  de la radiología (Wittmaach, Kunge, Wagener, Spencer, Reverchon, Worms, Stenvers). Este último dato lo consideramos tan importante que no operamos ningún enfermo sin antes obtener una placa radiográfica de su mastoides que nos indique sus lesiones, el sitio donde éstas se encuentran más pronunciadas y las relaciones que puedan tener con las meninges o con el seno lateral, sirviéndonos estos datos grandemente en el acto operatorio.

 

Foto 10 Uno de los aspectos ofrecidos por la sala de esterilización, en el que puede apreciarse la calidad de los aparatos destinados a ese fin

 

Desde Helzmotlz que creó la concepción auditiva, poco ha variado ésta, no así en cambio la fisiología vestibular donde las experiencias d´Ewald, Mach, Breuer, Minx, Barany, Magnus, Klein y Kuix, son cambiadas y refutadas constantemente por otras nuevas, viviendo el laberinto en un constante cambio de teorías; afortunadamente la cirugía del oído interno se practica con más frecuencia y seguridad ya que esta parte del órgano auditivo es mucho más accesible a cualquier intervención, debido al perfeccionado instrumental que hoy día se posee.

 

En lo referente a las enfermedades de la Faringe y Laringe, se siguen en la Clínica San Ignacio los más modernos procedimientos, siendo el doctor Eusebio Polit Etxepare, el que dirige esta sección.

 

La instalación electrológica y electroterápica de la Clínica San Ignacio es digna de especial mención. Esta especialidad y las necesidades de la Clínica San Ignacio en el momento actual, están cubiertas por completo, funcionando este servicio totalmente compenetrado con los demás, pero conservando la debida autonomía en cuanto a las técnicas. En esta forma como es mayor el rendimiento de un servicio de esta naturaleza, pues se le conserva el papel de auxiliar de todos los demás sin coartar las iniciativas de quien asume su dirección.

 

Para el radiodiagnóstico cuenta con un moderno aparato de cuatro válvulas y alto rendimiento. Las radioscopias se hacen directamente por los diversos especialistas así como también la indicación para las radiografías, quedando la preparación del enfermo y la técnica de las mismas a cargo del radiólogo que luego colabora con el especialista en la interpretación de las placas. Unida como se halla la Sala de Radiodiagnóstico con la Sala de Citoscopia, y próxima a los demás servicios, la colaboración con todos es fácil y evidentes los beneficios para el diagnóstico.

 

Foto 11 Rincón de la cocina del establecimiento, donde se preparan magníficos y suculentos manjares

 

El servicio de radioterapia profunda está distribuido en tres salas contiguas: sala de transformadores, sala de tratamiento y cabina de mandos donde se hallan los cuadros eléctricos de distribución para todo servicio.

 

El aparato empleado, moderno y de gran potencia, consta de todos los interruptores automáticos de seguridad, necesarios para haber eliminado completamente los peligros de electrocución; la protección contra las radiaciones directa y secundaria existe en toda la sala de tratamiento mediante las adecuadas planchas de plomo que cubren las paredes, suelo y techo. Las intensidades de radiación se controlan periódicamente mediante el ionómetro y con la debida vigilancia se ha conseguido no haber tenido hasta la fecha ni un solo accidente.

 

Siguiendo las normas de estricta colaboración que rigen en todos los servicios, una vez hecho el diagnóstico por quien corresponda se hacen las irradiaciones con absoluta libertad por el radiólogo, después de ponerse de acuerdo con el clínico en cuanto a indicaciones y momento de irradiación (preoperatoria o postoperatoria) y luego, juntos otra vez, siguen el curso del enfermo.

 

Gracias a esto, se han podido evitar los criterios cerrados, respecto a terapéutica meramente quirúrgica o radiológica, que muy corrientemente imperan, y en todo momento se aplica en cada caso un criterio ecléctico, que es lo más científico y naturalmente, lo más beneficioso.

 

Foto 12 De pie de izquierda a derecha: Miguel Vidaur, Benigno Oreja y Mariano Antín. Sentados: Leopoldo Ramoneda y Ramón Castañeda, doctores de la Clínica San Ignacio

 

Con esta organización, se consigue la máxima eficiencia tanto en diagnóstico como en terapia, pues el radiólogo no puede poseer las diversas técnicas de los especialistas (sondajes ureterales, punciones lumbares, punciones de ventrículos, etc.,) como éstos las poseen, y por otra parte, éstos no pueden dominar las técnicas de radiografía y los métodos de dosificación y técnicas terapéuticas, cada día más complicadas, y que deben ser de absoluta competencia del radiólogo, que responde de su correcta aplicación.

 

Para la fototerapia, disponemos de una lámpara Hanau, y para la diatermia de tres aparatos, uno de ellos de ondas entretenidas, especialmente adaptado para servicios quirúrgicos, (bisturí eléctrico), de gran uso actualmente, y otro pequeño, especial, para electrocoagulaciones vesicales.

 

Los dos aparatos para corrientes galvánicas y farádicas, son manejados por el neurólogo, por ser quien los necesita para el diagnóstico. Como personal auxiliar del radiólogo, actúan un electricista y varias Hermanas de la Esperanza, convenientemente instruidas, que se encargan de la parte de laboratorio, de revelado y de las sesiones de fototerapia y diatermia. A su cargo está el doctor Sebastián Córdoba.

 

El Laboratorio es, en la medicina moderna, el que resuelve en todo momento las dudas del médico. Nace el laboratorio como consecuencia del científico deseo de ver posibles alteraciones en los escreta del enfermo y aún en sus tejidos, por la causa morbosa, deseo de interés puramente teórico hasta mitad del siglo XIX, y que se plasma en espléndida realidad en la época presente.

 

De todos son bien conocidas las características del laboratorio, las cuales podríamos resumirlas en estas breves frases:

Es el factor químico, médico y anatómico, limador de las fantasías e hipótesis del clínico, que presta base precisa a sus opiniones y que proyecta con su dato positivo serena tranquilidad ante las dudas del médico, y finalmente, es el fiel consejero que relaciona en cada caso hechos experimentales y médicos, sirviéndole al clínico de auxiliar sincero y desinteresado.

 

Quien haya leído los artículos de nuestros compañeros, verá en ellos con cuánta frecuencia se alude al laboratorio; alusiones que son otros tantos argumentos probadores de las ideas que venimos escribiendo.

 

El laboratorio en la Clínica San Ignacio, consta de las secciones corrientes en todos los hospitales: una serológica, otra química, otra bacteriológica y otra anatomopatológica, repartidas en las distintas salas que ocupa el mismo, y provista de los aparatos y medios de investigación más perfectos y utilizados en la medicina moderna.

 

Difícil es dar una expresión exacta del espíritu que anima a los médicos de esta Clínica, y que trata de estar basado en el concepto moral de las ideas que debe llenar el laboratorio junto al clínico. Una estrecha colaboración y un constante darse cuenta de los problemas que se quieren resolver en cada caso, es el papel que procura llenar de ordinario, y en los casos de interés clínico amplía estas investigaciones con objeto de que puedan ser publicadas y enriquecer la bibliografía médica.

 

Sabido es, que en la práctica quirúrgica, el estudio de los preparados anatomopatológicos descubre en muchas ocasiones detalles que justifican y avaloran la historia clínica del enfermo.

 

Junto a estas investigaciones del laboratorio, se desenvuelven la investigación en materias de biología médica y anatomopatológica, a las cuales se han dedicado todos los entusiasmos de nuestra vida científica, y que durante nuestra formación en la escuela de Río Hortega y después en los años de permanencia en el extranjero, nos hemos dado cuenta de los grandes problemas que hoy día apasionan a los cultivadores de la ciencia de Galeno y Virchow.

 

Creemos que estas líneas que acabamos de escribir, darán una idea al público médico de cómo se desenvuelven los servicios de laboratorio en la Clínica San Ignacio por el doctor Antonio Llombart.

 

Foto 13 Hermana de la Esperanza dando medicación a una niña

 

Y, para finalizar, haremos constar que la Clínica, cuenta también con un taller de ortopedia propio. En efecto, las curas ortopédicas exigen imperiosamente, unas veces como fundamento, otras como complemento, la colaboración de un mecánico ortopédico de vasta y acredita gran experiencia, que aparte de los miembros artificiales y de todo cuanto necesita para la terapia de las enfermedades y lesiones del aparato locomotor, pueda producir los aparatos para la fisioterapia ortopédica.

 

La sección de ortopedia cuenta para ello con un taller ad-hoc, instalado en la Clínica y dirigido por Adolfo Göetze, mecánico diplomado de la Clínica ortopédica de la Universidad de Berlín.

 

Foto 14 Clínica San Ignacio, mayo 2017

 

El taller trabaja sobre bases rigurosamente científicas, según principios y métodos de la Escuela alemana. El mecánico pone a disposición de los señores médicos, todos sus conocimientos y competencia técnica en la construcción de los aparatos, que le son sugeridos bajo sus indicaciones.

 

Toda producción está sometida al examen, prueba y control médicos, para que ofrezca todas las garantías posibles de seguridad y buen funcionamiento. La dirección médica asume, pues, la plena responsabilidad de la producción del taller.

 

Tal es la Clínica San Ignacio, verdadero modelo en su género y honra de San Sebastián.

 

Bibliografía

Revista Vértice Número 3. Páginas 107 a 110. Junio de 1937

 

Foto 15 Personal médico y sanitario del establecimiento Clínica San Ignacio, a cuyos cuidadosos e inteligentes desvelos se debe el renombre y el merecido prestigio logrados por la misma. El eminente cirujano Doctor Benigno Oreja, una de las glorias de la Medicina española, director de la Clínica San Ignacio

 

Otros Trabajos sobre la Clínica San Ignacio

Clínica San Ignacio en Ategorrieta. San Sebastián. Publicado el lunes día 3 de abril de 2017

http://enfeps.blogspot.com.es/2017/04/clinica-san-ignacio-ategorrieta-san.html

 

Clínica San Ignacio. San Sebastián. 1999. Trabajo de: Maite Tapia Herrero, Eneka Torres Sastre y Cristina Villar López. Publicado el martes día 13 de junio de 2017

http://enfeps.blogspot.com.es/2017/06/clinica-san-ignacio-san-sebastian_60.html

 

Fotógrafo Velasco de la Revista Vértice

 

Revista Vértice

La Revista Vértice nace en abril de 1937 que apareció su primer número y surgió en San Sebastián al igual que muchas otras revistas y publicaciones falangistas. Fue redactada, impresa y publicada por la Diputación Provincial de Gipuzkoa, en Nueva Editorial en Casa Navarro y del Teso y también en la Editorial Itxaropena de Zarauz. Los textos de este primer número eran los autores: Federico de Urrutia, Dionisio Ridruejo, Carmen de Icaza, Martín Almagro, José María Usandizaga y Benito Perojo. Fotógrafo Velasco. Tras el final de la Guerra Civil española, su sede se trasladó a Madrid, al igual que otras publicaciones franquistas y pasó a ser editada bajo el subtítulo “Revista Nacional de FET y de las JONS”.

 

Foto 16 Manuel Solórzano. Sobre y Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020

https://enfeps.blogspot.com/2020/07/manuel-solorzano-insignia-de-oro.html

 

Autor:

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Osakidetza, Hospital Universitario Donostia, Gipuzkoa

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Miembro de Enfermería Avanza

Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa 2019

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020

masolorzano@telefonica.net