sábado, 25 de abril de 2009

LA APASIONANTE HISTORIA DE LA MEDICINA Y LA ENFERMERÍA EN TOLOSA (GIPUZCOA)

El escritor y médico José Antonio Recondo recoge en su nuevo libro la Tolosa de los siglos XIII a XX

“Medicina y beneficencia. Guipúzcoa y Tolosa. Siglos XIII y XX”

En su libro recoge una visión completa de las epidemias, médicos, practicantes, enfermeras y curanderos a lo largo de la historia en Guipúzcoa y Tolosa. De los hospicios, leproserías, casas de misericordia y hospitales en Guipúzcoa y Tolosa. También relata la política de expósitos, inclusas y casas de expósitos. El destino de los hijos de padres desconocidos. También trata de la sanidad militar durante las guerras carlistas y en la última guerra civil, cuando las sucesivas Casas de misericordia de Tolosa funcionaron como “hospitales de sangre”. Y también tiene un capítulo para la “peste blanca”, la tuberculosis, enfermedad que golpeaba a todas las clases sociales.

La villa de Tolosa fue fundada en 1256 por el rey castellano Alfonso X el Sabio, que según la costumbre de la época bautizó a la nueva villa con el nombre de otra localidad ya existente y con un notorio prestigio, como era el caso de la ciudad francesa de Toulouse.

El 9 de agosto de 1794, durante la Guerra de la Convención, las tropas francesas ocuparon Tolosa. En la Guerra de la Independencia fue ocupada otra vez. Mientras estuvo dominada por el ejército napoleónico sufrió los ataques de las guerrillas de la zona.

Tolosa fue una de las ciudades más importantes del territorio controlado por los carlistas en la guerra civil de 1872-1876, por lo que fue una de las sedes del periódico “El Cuartel Real”.

(Autor fotografías: Gorka Aguirre)

De 1854 a 1856 bajo el gobierno de los progresistas, Tolosa fue capital de Guipúzcoa por espacio de 2 años cediendo más tarde la titularidad a San Sebastián, con el consiguiente traslado de la Diputación y toda la gestión y gobierno a la nueva capital de la provincia.

Pocos sabrán, a día de hoy, que en Tolosa hubo un hospital para tratar a los leprosos. Y que muy cerca, en Andazarrate, existió un sanatorio para curar a los tuberculosos. Y que se construyó una Misericordia en Arramele. También ha habido hospitales militares y de sangre durante las contiendas bélicas. Y casa de expósitos para acoger a los niños de las madres solteras. Y un imponente complejo hospitalario en Yurreamendi

Bucear en la historia de la medicina y la beneficiencia de Tolosa entre los siglos XIII y XX es un apasionante trabajo en el que lleva inmerso durante varios años el tolosarra José Antonio Recondo, en su documentación aparece que la primera Casa de Misericordia y Hospital en Tolosa se edificó en Arramele entre 1771 y 1784.

«Se construyó en el solar de la antigua Encomienda Templaria y sólo eran acogidos los pobres “naturales” o vecinos de Tolosa y los de poblaciones que llegaban a un acuerdo de pago con la junta de la beneficiencia», relata Recondo. «A los pobres “forasteros” no se les permitía pernoctar más de una noche», añade.

Casa Misericordia Yurreamendi

En el año 1794, la Misericordia sería utilizada por las tropas francesas que invadieron Guipúzcoa (Guerra de la Convención) como cuartel.

Los niños expósitos
La primera casa de expósitos en Tolosa se crea, dentro de la Misericordia, en 1803, para exponer y recoger a los niños abandonados de madres solteras. Hasta esta fecha, los expósitos guipuzcoanos eran llevados a las inclusas de Pamplona y Zaragoza. «Los niños expósitos recogidos en la Misericordia serán dados a nodrizas para que los críen y a la edad de 6 años si no eran prohijados por ellas o por familias respetables volvían a la Misericordia. Aquí se les daba enseñanza. El destino posterior será diverso: adopción, trabajo como criado o sirvienta, desempeño de un oficio o simplemente permanecer en la Casa de por vida. En muchas ocasiones, la historia de estos niños fue muy triste, yo diría desgarradora», subraya José Antonio Recondo.

El Hospital Zarra
Tolosa, desde su fundación, en 1256, contó con un hospital de peregrinos, el Hospital Zarra, situado junto a la parroquia y un hospital para leprosos, la Casa y Ermita de Santa Magdalena. «El hospital Viejo tenía acceso a la parroquia por una puerta lateral. Era pequeño; 16 camas y hacía también las veces de Ayuntamiento alternado con la Torre de Andía. Estaba construido, como todos los edificios de la villa, en madera pero, tras el incendio de 1500 toda la villa, incluido también su hospital, se reconstruyó con la piedra obtenida de la cantera de Montezkue», explica José Antonio Recondo.

La leprosería de Tolosa
La lepra se extendió rápidamente por toda Europa durante los siglos XI al XIV. Había sido traída por los cruzados y los peregrinos la propagaron por el norte de España. «Hay que tener en cuenta-dice Recondo-que los peregrinos leprosos de vuelta a Santiago no querían volver a sus respectivos pueblos derrotados y por ello se quedaban a vivir por el camino». El camino de Santiago que pasa por Tolosa se va convirtiendo en la vía predilecta a partir del siglo XIII.

En Guipúzcoa, casi todos los pueblos a lo largo del camino de Castilla y de la costa tenían su leprosería. «A los leprosos se les aislará de por vida. Así se conseguirá que la enfermedad casi desaparezca en el siglo XIV», indica Recondo. La leprosería de Tolosa va perdiendo importancia hasta que deja de existir en 1600.

El complejo hospitalario
Corría el año 1913 y el entonces alcalde de Tolosa, José Caballero, fue el artífice que hizo posible la edificación de este enorme complejo hospitalario, la Casa Misericordia de Yurreamendi, que fue construida entre 1915 y 1920. «Vislumbró la necesidad de crear la Casa y supo encontrar y aunar a personas e instituciones que contribuyeron en la financiación. El Ayuntamiento no tuvo que gastarse ni una peseta. Los benefactores fueron principalmente tres: Fundación Muñoa, Eugenio Zuigasti Insausti y los industriales tolosanos. En aquellos años se intensificó enormemente el auge del tolosanismo», dice Recondo.

En la Guerra Civil, la villa tuvo dos hospitales de sangre; uno, en la Cruz Roja y el otro, en la Casa Misericordia (Hospital General Sanjurjo).

«La situación estratégica de Tolosa hizo que, a lo largo de su historia, sus edificios principales fueran utilizados como cuarteles y como hospitales militares».

El Sanatorio de Andazarrate y antecedentes de la sanidad en Guipúzkoa
La Junta Provincial de la lucha antituberculosa ha construido también en el alto de Andazarrate, en Aya, una Enfermería titulada de Victoria Eugenia. Hay que advertir también que en el Hospital de San Antonio Abad de San Sebastián son acogidos los enfermos de la provincia, mediante las compensaciones consiguientes.

Memoria de Manuel Solórzano
El donostiarra Manuel Solórzano Sánchez, enfermero del Servicio de Oftalmología Hospital Donostia-San Sebastián, ha elaborado un excelente trabajo sobre los sanatorios antituberculosos guipuzcoanos durante el siglo XX, que debido a su interés transcribimos a continuación: (Javier Carballo Berazadi (Zumaia, mayo/ 2006)

A comienzos del siglo, una de las principales preocupaciones de la ciencia médica era la tuberculosis, conocida también como tisis y peste blanca, por el elevado número de pacientes que contraían la enfermedad y el alto porcentaje de fallecimientos. Además de las investigaciones sobre fármacos, medidas preventivas, muchas ciudades optaron por crear sanatorios dedicados exclusivamente a esta enfermedad.
En San Sebastián, coincidiendo con la celebración del II Congreso Español Internacional de la Tuberculosis, Alfonso XIII inauguró el 15 de septiembre de 1912 el Sanatorio de Nuestra Señora de las Mercedes, muy cerca de la ermita de la Virgen de Uba, en Ametzagaña, en lo que hoy es el barrio de Loyola.

Este sanatorio fue creado por el Comité Local de la Lucha Antituberculosa por iniciativa del entonces alcalde donostiarra José Elósegui y con una importante financiación de la “colonia vasco-argentina
”. Los planos y la dirección de la obra correspondieron al arquitecto Juan José Gurruchaga. Según La Voz de Guipúzcoa, que narraba el acontecimiento al día siguiente de la inauguración, “el aspecto del edificio es sumamente bonito, pues a su elegante construcción se une el estar pintado de blanco, haciéndolo muy agradable a la vista”. El periódico llega a comparar el nuevo edificio con un hotel.
Según la memoria de 1919, publicada en Guipúzcoa Médica, “todos los pacientes han mejorado notablemente, ganando en salud y peso, algunos hasta nueve kilos y medio, gracias a la sobrealimentación, el reposo y el aire puro oxigenado”.
En 1931, por falta de medios económicos, el sanatorio fue transferido a la Junta de Beneficiencia, que lo vendió en 1942 al Patronato Nacional Antituberculoso (PNA) por la cantidad de 536.884 pesetas.
De 1931 a 1941 fue preventivo Infantil Anti-tuberculoso, salvo durante el lapso de tres años y medio que, a causa de la guerra civil, fue destinado Hospital Militar.
En 1953 se arrienda para Auxilio Social, obra que atendían a los niños necesitados. El Hogar Infantil se clausuró en 1978, abandonándose el edificio.
A partir de ese momento el Sanatorio de nuestra Señora de las Mercedes acogió exclusivamente a mujeres.
Con la inauguración del Hospital de Amara, las pacientes ingresadas se trasladaron al nuevo centro.
A partir de esa fecha se pensó en darle distintos destinos, desde derruirlo hasta convertirlo en la nueva Escuela de Arquitectura de la UPV. Finalmente el 23 de Junio de 1983 se cedió a la ONG Traperos de Emaús donde desarrollan sus actividades sociales.

Sanatorio Antituberculoso de Andazarrate
“En 1928 se iniciaron las obras de construcción del Sanatorio Antituberculoso de Andazarrate en terrenos de Asteasu, que se inauguró el 1 de junio de 1933. Este nuevo centro sanitario se dedicó desde su creación a la asistencia de hombres y contaba con servicio quirúrgico. Poco antes de la inauguración se incorporan al centro 15 Hermanas Mercedarias, que junto a 3 médicos, 2 practicantes internos, 10 personas de servidumbre y 1 capellán, formaban la plantilla del sanatorio.
El sostenimiento del centro se realizaba a partes iguales entre el Estado, la Diputación y los ayuntamientos de la zona. Cada uno de ellos pagaba por paciente un total de 27,60 pesetas al trimestre.
Además de la asistencia sanitaria, se organizaban los domingos “veladas musicales”, por ejemplo, el Diario Vasco, de fecha 21 de abril, relata que acuden al centro “los populares artistas Los Cosqueros y los clows Hermanos Arfe”. También la Peña Gasómetro y la Donosti Berri organizaban espectáculos para pacientes y familiares.
Al finalizar la guerra civil, el centro pasó a denominarse Sanatorio Antituberculoso 18 de julio de Andazarrate.
El 31 de enero de 1950, a las nueve y media de la mañana, se declaró un violento incendio que adquirió pronto una gran virulencia. Empezó en la sala de calderas y se propago rápidamente hasta el tejado, que quedó totalmente destruido, aunque afortunadamente no hubo que lamentar víctimas.
En marzo de 1956 se clausuró este sanatorio, incorporándose los pacientes al hospital de Amara. El edificio se utilizó a partir de ese momento como escuelas municipales hasta 1971 y fue demolido en 1990.”

Manuel Solórzano continua describiendo en su memoria del Hospital de Amara, hoy Edificio Amara del Hospital Donostia, de cuya redacción entresacamos un párrafo correspondiente al Sanatorio de Andazarrate:
“De esta manera, se trasladaron al nuevo hospital las pacientes del sanatorio de mujeres de Nuestra Señora de las Mercedes en UBA y los niños del pabellón infantil Doker del Hospital San Antonio Abad de Gros. En 1955 se procedió al ingreso de los pacientes del sanatorio de Andazarrate.

La fusión de estos centros especializados en la atención de enfermos con tuberculosis motivó también el traslado de sus profesionales al nuevo edificio, que tenía espacios diferenciados para mujeres, niños y hombres. Además, se estableció una doble dirección médica con el Dr. José Luis Martínez de Salinas y Salcedo (Andazarrate) y el Dr. Rafael Bartolomé Martínez De la Pera (Nuestra Señora de las Mercedes). El primer administrador fue Jorge Muñiz Díaz y la primera madre superiora de la orden de las Hermanas Mercedarias, que se hicieron cargo del hospital, Sor Esperanza Goenaga. ...”

Otros apuntes sobre el Sanatorio de Andazarrate
Antes de relatar apuntes referidos al Sanatorio de Andazarrate, informamos que la mayoría de los enfermos del tórax guipuzcoanos que llegaban al citado sanatorio, habían sido diagnosticados previamente en el Dispensario para Enfermos del Tórax, sito en la calle Prim de San Sebastián. En dicho dispensario los enfermos eran examinados por los doctores Rafael Bartolomé, Olondris, Salvador Bravo ó José Labayen, entre otros. Revelamos el dato localista que el doctor Labayen es el esposo Carmen Berdonces Aladren, nieta del arquitecto Luis Aladren y de Ramona Gurruchaga y biznieta del alcalde zumaiano Eusebio Gurruchaga.
El desaparecido “Sanatorio de Andazarrate”, que en un principio se llamó “Enfermería Victoria Eugenia” en honor a la reina Victoria Eugenia de Battenberg, esposa del rey Alfonso XIII, fue construido, como se indica anteriormente, entre los años 1928 y 1933 en las laderas del monte Andazarrate -433 metros de altitud- en el término municipal de Asteasu. Estaba situado al borde de la carretera comarcal que une el alto de Orio pasando por Aia con el valle de Aiztondo, que acoge los pueblos de Asteasu, Larraul, Zizurkil, Alkiza y Aduna.
Frente al sanatorio surgía una pista, que en 1972 se convirtió en carretera asfaltada, que conducía hasta la ermita de San Juan, el caserío de “Iturriotz” y la célebre fuente de aguas gélidas del mismo nombre. Esta ruta sigue siendo paso obligado para los montañeros que suben hasta las campas de “Zelatun” –803 metros de altitud- y después a la cumbre del emblemático monte “Ernio” de 1072 metros de altitud.

A escasos metros de donde estuvo ubicado el sanatorio se halla el caserío “Izurtzu”, en el cual estuvo establecida desde el año 1891 hasta el año 1926 una empresa originaria de Bélgica que explotaba una mina de hierro llamada “Alerta está”. El material extraído se transportaba en cangilones a través de un tranvía aéreo con un tendido de cables de ocho kilómetros de longitud hasta el puerto de “Malla-arria”, ahora llamado “Mollarri”, de Zarautz, en donde mediante un cantilever se embarcaba en los buques cargueros.

La instalación del sanatorio constaba de un edificio central de cuatro plantas y adosados a derecha e izquierda del mismo, dos pabellones de tres plantas y aproximadamente 40 metros de longitud cada uno.
Sus ¿cuarenta? habitaciones fueron ocupadas ininterrumpidamente durante más de veintidós años por cientos de hombres enfermos de dolencias pulmonares producidas por el bacilo de Koch. La mayoría de los pacientes sanaron de su contagiosa enfermedad, merced a las eficaces intervenciones de los cirujanos del equipo médico y a los medicamentos que los científicos de todo el mundo desarrollaron a partir del descubrimiento de la penicilina.
El equipo médico del Sanatorio de Andazarrate lo compusieron juntamente los doctores José Luis Martínez de Salinas y Salcedo, su hermano Germán Martínez de Salinas y Salcedo y Pablo Jiménez Brundelet. José Luis Martínez de Salinas era el director y había estado en Boston -USA- instruyéndose en las técnicas más avanzadas en operaciones de pulmón.
También queremos dejar constancia de la gran labor humanitaria y generosa que desempeñaron las Hermanas Mercedarias, que en un número aproximado a la quincena atendían de los enfermos. Es muy difícil citar ahora los nombres de todas las que estuvieron en el centro durante los veintidós años de su existencia, pero en la memoria de algunos internos permanecen todavía, entre otros, los nombres de las monjas: Esperanza, Francisca, Arrate, Mari Cruz y Sebastiana. La madre Esperanza Goenaga y la auxiliar María Jesús Gorrochategui eran las ayudantes del quirófano y de la enfermería.
El capellán del sanatorio era el sacerdote D. Marcial Iraola Cristobal, que había nacido en 1916 en el pueblo navarro de Bera de Bidasoa.
Los enfermos que fallecían en el Sanatorio de Andazarrate eran obligadamente enterrados en el cementerio de Asteasu, por tal motivo el año 1940 el ayuntamiento tuvo que ampliarlo colocando una tapia nueva en su alrededor, ya que en el camposanto de 1896 no cabían las tumbas de tantos difuntos.
Desconocemos los motivos en que se basó la administración para que el mes de marzo del año 1956, después de 22 años y diez meses de actividad, clausurara el Sanatorio de Andazarrate como centro de salud.
Años más tarde fue utilizado como escuela pública hasta el año ¿........?. Luego fue abandonado y el año ¿......? demolido totalmente. Ahora en su lugar existe una campa en la cual los domingos corretean los niños de familias de excursionistas que suben a disfrutar del paisaje.
Zumaianos en Andazarrate
Al igual que del resto de pueblos guipuzcoanos en el Sanatorio de Andazarrate también hubo enfermos naturales de Zumaia, y aunque no lo consideramos ninguna desdoro, nos abstenemos de nombrarlos por respeto a sus personas. Recordamos el trajín que tenían que realizar los familiares para poder visitar a sus enfermos en dicha casa de salud. Solían viajar desde Zumaia en tren hasta Zarautz, allí montaban en dos o tres automóviles taxis que les llevaban por la tortuosa carretera desde el alto de Orio pasando por Aia hasta el alto de Andazarrate. Durante los crudos días de invierno, con lluvia, granizo y muchas veces con nieve, los chóferes de los vehículos tenían que hacer verdaderos prodigios para poder llegar sanos y salvos hasta dicho puerto de montaña. Para colmo solamente podían estar una escasa hora de visita, ya que de retornar más tarde perdían la combinación con el último tren de los vascongados para volver a Zumaia.
Los amigos y socios del Centro de los Luises Obreros de Zumaia solían acudir frecuentemente al sanatorio y los componentes del grupo de teatro interpretaban alguna función cómica, para el divertimento de todos los internados. Nuestro recuerdo para todos los pacientes que estuvieron internados en el sanatorio de Andazarrate, para los que lograron curarse, que fueron la mayoría, y sobre todo para los que fallecieron, un sinnúmero que están enterrados en el cementerio de Asteasu. Javier Carballo Berazadi (Zumaia, mayo/ 2006)

Agradecimientos
Gorka Aguirre
Javier Carballo Berazadi
José Antonio Recondo Bravo

Nota:
Algunas fotos están escaneadas del mismo libro, otras son de Ricardo Sáez, que estuvo ingresado en 1950 en el Sanatorio. Otra foto me la cedió el Dr. Labayen, y otras son particulares mías. Otras están sacadas directamente de Internet.

Para comprar el libro:
José Antonio Recondo
http://www.jarecondo.com/
jarecondo@yahoo.es

Material utilizado:
Diario Vasco, 13 de enero de 2008
http://www.diariovasco.com/20080113/gipuzkoa/apasionante-historia-medicina-tolosa-20080113.html

Artículo de Javier Carballo Berazadi “Antecedentes en la sanidad en Gipuzkoa”
javiercarballoberazadi@telefonica.net

Historia y antecedentes del Hospital de Amara San Sebastián. Antiguo Sanatorio Antituberculoso.- Manuel Solórzano
http://www.enfersalud.com/amara/
http://www.euskonews.com/0227zbk/gaia22702es.html
Amarako Ospitalearen historia eta aurrekariak
http://www.euskonews.com/0227zbk/gaia22702eu.html

Muchas gracias, espero que disfrutéis de este trabajo. Un abrazo para todos

*Manuel Solórzano Sánchez y **Jesús Rubio Pilarte
* Enfermero Hospital Donostia. Osakidetza /SVS
** Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
masolorzano@telefonica.net
jrubiop20@enfermundi.com

lunes, 20 de abril de 2009

sábado, 18 de abril de 2009

DESARROLLO DE LA ENFERMERÍA DE ONCOLOGÍA EN CUBA

Desarrollo de la Enfermería de Oncología en Cuba

Presencia de la Enfermera en el pesquisaje de las enfermedades neoplásicas


DEDICADO
Este trabajo quiero dedicarlo a la memoria del esposo de Eduarda Ancheta y a todas las enfermeras y enfermeros que han trabajado y trabajan en los hospitales oncológicos y unidades de oncología de Cuba.

Igual o quizás no recuerden a Eduarda Ancheta, su menuda figura en el Congreso de Granada. Como se puede apreciar en esta fotografía, en la que aparece, entre otras personas, junto a los grandes profesores de Historia de Enfermería de España: José Siles, Francisca Hernández y Manuel Amezcua.

También se lo quiero dedicar a una enfermera que desde la Fundación del Instituto del Cáncer en 1929 hasta su retiro no dejo de trabajar en la atención al paciente con cáncer, me estoy refiriendo a Edelmira Fernández Mas graduada en el segundo grupo de enfermeras del Hospital Nuestra Señora de las Mercedes en 1903. Edelmira era Jefa del salón de operaciones, hasta su retiro en 1960.

En los Objetivos de este trabajo queremos describir el desarrollo de la Oncología en Cuba, y demostrar “la importancia del papel de la enfermera y analizar la presencia de ella en el pesquisaje de las enfermedades neoplásicas”. Mencionar las Instituciones más destacadas en el tratamiento del cáncer. Reconocer la labor del personal de enfermería que ha dedicado su vida al paciente oncológico.

Para realizarlo tuvimos la oportunidad de entrevistarnos con médicos y enfermeras que laboraron o laboran en salas del hospital donde se atienden estos enfermos así como también en el consultorio del médico y la enfermera de la familia; de estos obtuvimos la información de los diferentes programas que se llevaban en el consultorio para el pesquizaje de las enfermedades neoplásicas, además revisamos bibliografía del tema en cuestión encontrando una bella historia de los enfermeros y enfermeras que trabajan en la atención de los pacientes con enfermedades neoplásicas en las primeras salas que se abrieron en la primera mitad del siglo XX, así como el dispensario que se creó con el fin de detectar estas afecciones con tiempo suficiente para poder intentar su mejoría o su curación.

A manera de marco histórico queremos realizar un bosquejo de cómo se desarrollaron las Ciencias Patológicas en Cuba tomando lo referido por el doctor Gregorio Delgado Gracia que entiende por ellas la Anatomía e Histología Patológica y la Oncología.
Nosotras aunque nos referiremos al desarrollo de la oncología en el siglo XX, pues es esta época en que se empieza a prestar la enfermería de forma profesional es bueno reconocer que desde finales del siglo XVIII se venían realizando estudios macroscópicos de los tejidos y tan así es que se tiene documentada la autopsia que se le realizó a un soldado de 30 años en el Hospital de San Isidro en 1797, que había muerto del vómito negro que es con el nombre que se conocía a la Fiebre Amarilla.

Debemos destacar que la Presencia de la enfermera en el Pesquizaje de las enfermedades Oncológicas en Cuba ha ido en línea ascendente desde sus comienzos y que sin su colaboración este desarrollo no hubiera tenido el éxito alcanzado hasta la actualidad pues ella se ha hecho imprescindible en todas las tareas que se realizan para la detección y atención del paciente oncológico.
También debemos destacar como muy meritoria la labor de las enfermeras y enfermeros que trabajan en esta especialidad ya que la misma es muy dura, puesto que les hace a veces sentirse impotentes ante la evolución de esta enfermedad, sobre todo en personas jóvenes y en niños.

El doctor José E Casuso y Oltra fue un notable cirujano general con grandes relaciones políticas, representante a la Cámara, logró por ley del Congreso que se creara el 25 de junio de 1924 el Instituto del Radium “Juan Bruno Zayas” en el hospital Nuestra Señora de las Mercedes,
Contaba con tres salas:
• una para hombres nombrada San Ramón
• una para mujeres nombrada Santa Magdalena
• y una para niños nombrada Lourdes, en ellas trabajaban “un grupo de enfermeras con un alto grado de humanismo y ternura
•Debemos señalar que la escasa cantidad de radium con que se contaba era en gran parte adquirida por la Liga contra el Cáncer y en parte donada por el doctor Emilio Martínez del de su propiedad y de los médicos que trabajaban con el, porque el estado no suministraba este tipo de tratamiento.
Desde la inauguración el 24 de junio de 1924 del Instituto del Radium Juan Bruno Zayas en el Hospital Nuestra Señora de las Mercedes, la labor de la enfermera en el cuidado del paciente al que se aplicaba alguna terapéutica era básica. De los comienzos de estos tratamientos, con la aplicación de las agujas de radium, recojo lo que le sucedió a una compañera mía, cuando trabajábamos en la sala San Ramón del hospital Mercedes. Un paciente tenía puesta una aguja de Radium en la lengua y el médico que lo atendía al irse de la sala le dice a mi compañera, si la aguja se cae, guárdela muy bien, que esas agujas son muy caras, pero no le explicó donde debía guardarla, ella al igual que yo teníamos muy poca experiencia en el tratamiento de estos pacientes. Cuando al rato de irse el médico se le cayó la aguja tomó una gasa la cubrió y se la guardó en el bolsillo de su uniforme muy cercano a la pelvis así permaneció con ella toda la mañana y la tarde, la llevó para el dormitorio y al otro día la volvió a poner en el bolsillo y al llegar a la sala, le saca la envoltura del bolsillo y con gran asombro por parte del médico este le informa que donde debió ella guardarla era en el estuche protector, pero no se lo había dicho antes y ya el daño estaba hecho. Mi compañera no pudo quedarse nunca embarazada.
No tenemos el nombre de las primeras enfermeras que comenzaron en el Hospital Nuestra Señora Mercedes pero si recordamos, que en 1957 cuando eramos alumnas de la “Escuela de Enfermeras Miss Mary O Donnell”, a Caridad Martinez que fue jefa de la sala San Ramón y se retiró muy anciana poco antes de mudarse el hospital para su nuevo edificio. También recordamos a Concepción Hermida que fue la jefa de Santa Magdalena y a Oliva Amor Medina que en la actualidad tiene 87 años pero recuerda con gran amor su trabajo en la sala Lourdes atendiendo a los niños. También recordamos a María Hernández que fue jefa el salón de operaciones por muchos años (después de 1960).

El 11 de marzo de 1925, el doctor Emilio Martínez Martínez logra crear la “Liga contra el Cáncer”, institución con fines benéficos para luchar contra el cáncer (muere en 1948 con 84 años).
Por decreto presidencial del 7 de marzo de 1928, fue creado e inaugurado oficialmente el 19 de mayo el Instituto del Cáncer en un edificio que se construyó en los terrenos del hospital General Calixto García (hoy la biblioteca de dicho hospital).
El tratamiento de los enfermos con cáncer se aplicaba en el Pabellón número 2 y en la sala de la cátedra de Laringe, Oídos y Fosas Nasales del hospital General Calixto García.

Cuando se inaugura el 19 de mayo de 1929 el Instituto del Cáncer el Hospital Calixto García el cuerpo de enfermeras que trabajaba era el siguiente:
Carmen Vicens como Jefa de enfermeras
• Edelmira Fernández Mas como jefa del salón de operaciones
• Emilia Córdova
• Manuela Menéndez
• Rosa M. Fernández
• Eloisa Puyols
• Valentina Sardiñas
• Manuela Fernandez
• Catalina Morina
En 1944 gracias a la donación del comité de Damas de la Liga contra el Cáncer comenzó la construcción de un moderno Dispensario en la esquina de F y 29 Ese mismo año en un terreno contiguo en la calle 29 entre E y F se comenzó la construcción del Hospital del Cáncer Madam Curie. En 1949 cerró sus puertas el Instituto del Cáncer del Hospital General Calixto García y se trasladaron a los nuevos locales del Dispensario, la secretaría de la Liga contra el Cáncer, al Hospital del Cáncer Madame Curie, al que se agregaría poco después una tercera unidad en 29 y E, el Hospital Domínguez Roldan para enfermos con Cáncer Terminal. Al construirse en 1958 el nuevo Hospital Nuestra Señora de las Mercedes se construyó a su lado un hermoso edificio para el Instituto del Radium Juan Bruno Zayas muy cercano a las instituciones antes mencionadas. Cuando en 1949 se trasladaron al hospital Curie, Edelmira paso a ser jefa del salón cargo que ocupó hasta 1960 cuando ya muy viejita se retiro siendo recordada por muchos de sus compañeros.

El doctor Nicolás Puente Duany en una conferencia que impartió a un grupo de enfermeras y alumnas de la Escuela de Enfermeras del Hospital Calixto García en 1930 reconocía que la labor de la enfermera es un eslabón esencial en la detección de las enfermedades neoplásicas.
En la labor de prevención, la enfermera es imprescindible, pues ella es la primera persona que está en contacto con el paciente y puede orientarlo cuando observaba lesiones de la piel, la boca y los genitales femeninos o las mamas, ya que en la mayor parte de los casos que tratamos, cuando vienen para su atención están en una etapa terminal. La prevención es el punto clave en la lucha contra el cáncer”.
La labor de la enfermera en el pesquisaje de las enfermedades neoplásicas, estaba organizada en torno a programas. Por ejemplo:

Programa: Labor de la enfermera

Cancer cérvico uterino: Realiza prueba Citológica a mujeres entre 25-60años

Próstata: Ayuda al médico en el examen de la próstata a hombres + 45 años

Boca: Toma muestra de las afecciones de la boca, para enviarla al laboratorio

Mama: Brinda educación sanitaria y enseña el examen físico de las mamas

Piel: Observa y reporta cualquier lesión

Estas tres edificaciones que mencionamos anteriormente: Hospital Nuestra Señora de las Mercedes, el Instituto del Radium Juan Bruno Zayas y el Hospital Domínguez Roldan, se fundieron en lo que es en la actualidad el Instituto Nacional de Oncologia y Radiobiología – INOR -, el cual estuvo dirigido hasta el momento de su muerte por el doctor Zoilo Marinello Vidaurreta.
En las modernas instalaciones del INOR se desarrolla una parte del trabajo en oncología de la enfermería cubana.

Martina Guevara en 1923 se formó como enfermera docente.
En la actualidad la preparación de las enfermeras que laboran en los distintos departamentos del INOR es muy diferente, y reciben cursos específicas de entrenamiento, cursos de especialización para adecuar sus conocimientos a las nuevas técnicas de tratamiento.

Reflexiones
Debemos destacar que la presencia de la enfermera en el pesquisaje de las enfermedades oncológicas en Cuba, ha ido en línea ascendente desde sus comienzos y que sin su colaboración y esfuerzo, este desarrollo no hubiera tenido el éxito alcanzado hasta la actualidad, pues ella se ha hecho imprescindible en todas las tareas que se realizan para la detección, atención y cuidados del paciente oncológico.

También debemos destacar como muy meritoria la labor de las enfermeras y enfermeros que trabajan en esta especialidad ya que la misma no es muy halagüeña y les hace a veces sentirse impotentes ante la gravedad y la muerte de personas jóvenes que estaban en la plenitud de su vida y que no se ha podido hacer nada para la curación de esta terrible enfermedad, pero se le han aportado los mejores cuidados de enfermería.

AGRADECIMIENTOS
Olivia Amor Medina
Ciudad Habana2005
Doctor Sergio Ferran Resell C. Habana 2005.
Sara Pérez Llaugert Camaguey 2005

Muchas gracias, espero que disfrutéis de este trabajo
Un abrazo para todos

*Manuel Solórzano Sánchez; **Jesús Rubio Pilarte y ***Eduarda Ancheta Niebla
* Enfermero Hospital Donostia. Osakidetza /SVS
** Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
*** Enfermera, Profesora Instructora de Enfermería Médico – Quirúrgica, Miembro de la cátedra de Enfermería de la Universidad Virtual Infomed. Miembro titular de la Sociedad Cubana de Enfermería. Miembro de la Sociedad de Historia de la Medicina. Miembro del Consejo de Editores de la Revista Temperamentum.
masolorzano@telefonica.net
jrubiop20@enfermundi.com
eduarda.ancheta@infomed.sld.cu

PUBLICADO EN EL DOG APERTURA DE LISTAS DE CONTRATACIÓN

Resolución do 1 de abril de 2009, da División de Recursos Humanos e Desenvolvemento Profesional, pola que se formaliza a incorporación de novos méritos polas persoas aspirantes xa inscritas e a selección de novas persoas aspirantes para vinculacións temporais nas institucións sanitarias deste organismo en categorías de persoal médico de familia, pediatra, persoal médico de urxencias hospitalarias, odontóloga e odontólogo, persoal de enfermaría (DUE), matrona e matrón, auxiliar de enfermaría e cociñeira e cociñeiro.

DOG con la COnvocatoria de listas de contratación.

jueves, 16 de abril de 2009

VI CERTAMEN DE CARTELES DEL AREA SANITARIA DE FERROL

Estimados compañeros, informaros de la celebración de la VI Jornada Nacional de Enfermería del Area Sanitaria de Ferrol, que se va a celebrar en el Salón de Actos del Hospital Arquitecto Marcide el próximo 26 de mayo de 2009; asimismo informar también de que como en años anteriores, se convoca paralelamente el:

VI Certamen de Carteles del Área Sanitaria de Ferrol, bajo el lema:

“ Servir a la comunidad y garantizar la calidad: Cuidados innovadores”

Como ya conoceis de años anteriores, la participación en el Certamen es libre y gratuita tanto para profesionales de cualquier ámbito asistencial, como para pacientes y familiares (también de cualquier nacionalidad) no siendo imprescindible la asistencia al acto. Para ello, solo hay que enviar los trabajos siguiendo las instrucciones antes del 12 de mayo. Se certificarán todos los trabajos presentados.

Tanto la exposición de los trabajos, como el fallo de los premios, se realizan bajo pseudónimo

Se establecen 3 categorías: Artístico, Cultural y Educación para la Salud y se otorgarán 2 premios en cada categoría (Diploma Acreditativo), enviándose certificado de participación a todos los carteles presentados (los carteles ganadores podrán ser utilizados por los autores, haciendo mención a que han sido galardonados en el Certamen), de igual manera la organización se compromete a hacer mención a los autores, en caso de utilización o publicación de los carteles.

Disponéis de información más detallada en los accesos directos correspondientes(bases del Certamen y plantilla de participación); además en este mismo blog podéis visualizar (al final de la página tenéis la presentación) todos los trabajos presentados el año pasado y los que resultaron premiados.

Os animamos a participar con nosotros tanto de manera presencial como a distancia enviando vuestras colaboraciones.

Al mismo tiempo, todos los que pudierais estar interesados, quedais invitados también a participar en la Jornada presencial del día 26 de mayo (aquí os dejamos la información).
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martes, 14 de abril de 2009

100 AÑOS DE LA ENFERMERÍA EN MÉXICO

El seis de enero se celebra en México el día de la enfermera, en virtud de que el médico José Villagrana, director del Hospital Juárez de México, calificó como un “regalo de reyes” para los pacientes la presencia de las enfermeras.

La historia de la enfermería se remonta a las primeras enfermeras monásticas e islámicas en la Edad Media, aunque se considera a Florence Nightingale (1820 - 1910) como la madre de la enfermería moderna y creadora del primer modelo conceptual de enfermería.
En México, la población ocupada que presta servicios de enfermería profesional, técnicos y auxiliares asciende a 302 mil personas; alrededor de 9 de cada 10, son mujeres. La edad promedio de las enfermeras y los enfermeros generales es de 38 años. El promedio de escolaridad de la población dedicada a la atención y cuidado de los enfermos es de 12.2 años de estudio. Siete de cada diez enfermeras y enfermeros residen en localidades de 100 mil y más habitantes y uno de cada diez, en localidades rurales. Nueve de cada diez enfermeras/os prestan su servicio a cambio de un sueldo o salario y la proporción restante trabaja en forma independiente. Cerca de 9 mil enfermeras/os declararon hablar alguna lengua indígena.

En nuestro país, a la llegada de los españoles así como en el inicio de la época de la Colonia la regulación de los establecimientos y el ejercicio de las profesiones enfocadas a la curación y atención de los enfermos estuvo a cargo del Tribunal de Protomedicato.
El Protomedicato fue un Tribunal que establecieron los Reyes de España en varias ciudades y provincias de sus dominios, con el objeto de vigilar el ejercicio profesional de los médicos, cirujanos, boticarios y parteras. Tenía jurisdicción en todos los problemas de Salubridad Pública, cuidaban de la buena preparación y despacho de medicamentos y disponían de las providencias necesarias en caso de epidemias u otras calamidades.

El Real Tribunal del Protomedicato de España fue la primera institución de la administración de la salud pública española, creado por Ley Fundamental signada por los Reyes Católicos el 30 de marzo de 1477 y las Reales Pragmáticas de 1491 y 1498 vinieron a completar las ordenanzas de este organismo.

En México, esta importante institución de la salud pública fue fundada muy tempranamente, en 1527, ante el mismo cabildo de poderes de los protomédicos de Madrid que le permitieron entrar en funciones creando el Tribunal del Protomedicato, y se reafirmó como tribunal personal por la Ley de 1570. Al crearse en la Real y Pontificia Universidad en 1580, la cátedra de Prima de Medicina, primera del Nuevo Mundo, se especificó que quien la desempeñara ocuparía también el cargo de Protomédico de la Nueva España.

El 11 de enero de 1527 se dejó asentado en el libro de Actas del Cabildo de la Ciudad de México el recibo de cédulas y poderes de los protomédicos de su majestad.

Al fundar el gobierno español, la Real y Pontificia Universidad de México en 1553. por gestiones iniciadas del virrey Don Antonio de Mendoza y del obispo Fray Juan de Zumárraga, se hizo realidad durante el gobierno del virrey Don Luís de Velasco. (Padre). Al tener la anuencia real de Felipe II y la confirmación del Papa Clemente VII, la Universidad obtuvo la calidad de Real y Pontificia Universidad de México. Cinco eran las facultades que albergaba: Artes, Teología, Cánones, Leyes y Medicina.

El Protomedicato estuvo en funciones hasta el 21 de noviembre de 1831, fecha en que se publica “La Ley de cesación del tribunal del Protomedicato y la creación de la Facultad Médica del Distrito Federal”. En aquel momento los protomédicos: presidente el Dr. y Maestro Manuel de Jesús Fables, decano el Dr. Don Casimiro Liceaga y el Dr. y Maestro Joaquín Guerra; el primero personificando el final del período metafísico, y Liceaga significando el principio del período positivo, fundando y dirigiendo a la escuela y los hombres de ese tiempo.

Las funciones del Consejo eran lo suficientemente amplias para tratar de regular el ejercicio de la medicina y la cirugía así como de los farmacéuticos y de las boticas, de los dentistas, parteras y flebotomianos y de tomar todas las medidas conducentes a favorecer la salubridad pública, sobre todo en casos de epidemias. En 1840 el Consejo Superior de Salubridad, fue encargado de Extender el título a quienes aspiraban a ejercer la profesión, el avance de la medicina continuó.

Como podemos observar estas tres corporaciones: Protomedicato, Facultad Médica y Consejo Superior de Salubridad, han sido siempre una misma institución: una junta compuesta por médicos y farmacéuticos, encargada de velar por la salubridad pública.
Por la instrucción formal de las parteras en toda la República, tenían un lugar social distinguido, con una práctica no enfocada al lucro. Finalmente, la mayoría se encontraba en una situación educativa privilegiada en un país donde el analfabetismo predominaba, la educación primaria no correspondía a la gran mayoría de las mujeres a quienes se consideraba “incapaces de estudiar una carrera universitaria”. Ya para el siglo XIX la mayoría de las universidades del país ofrecían la carrera de partera, su preparación era muy heterogénea según el Estado, por la autonomía, legislaban en forma independiente sobre las profesiones.

Desde 1833 en la Escuela de Medicina del Establecimiento de Ciencias Médicas; se exigía para ser partera, ser mujer, con educación primaria, aprobaran al ingreso un examen preparatorio y tener conocimiento del idioma francés. La carrera duraba 2 años y, según consta en el Boletín de Instrucción Pública de 1903 (Tomo I), recibían “una enseñanza objetiva, ya en cadáver, ya en piezas anatómicas artificiales que habrán de pedirse a Europa”.

La situación de las enfermeras era muy distinta. En primer lugar cabe aclarar que con el nombre de “enfermera”(o) se denominan las actividades que mujeres y hombres realizaban en los hospitales fundados desde el siglo XVI en la Nueva España. En la mayoría de las ordenanzas aparecen en la categoría de “sirvientes” porque además de atender a los enfermos se especifica su ubicación laboral: “enfermera lavandera”, “enfermera cocinera”, “enfermera mandadera”. En esas mismas las parteras se ubicaban dentro del personal “científico” o del “administrativo” y su salario era tres veces mayor que el de las enfermeras. Aun cuando la partera tenía una situación social superior a la de la enfermera, se encontraba en condiciones desfavorables en relación con el médico, tratando de conservar las funciones que le fueron propias hasta mediados del siglo XX.
La profesionalización de la Enfermería al empezar el siglo XX, se instituyó por diversas causas, entre ellas, el grupo médico necesitó formar recursos idóneos porque:

1º. Ya no disponía de religiosas que prodigaran atención cristiana y gratuita a sus enfermos.

2º. No podía utilizar a las parteras para atender a sus enfermos puesto que ellas tenían bien definidas sus funciones y nivel jerárquico.

3º. Las enfermeras no estaban acordes con las enormes posibilidades de desarrollo médico que el nuevo siglo prometía.

Este proyecto requería de cambios en la estructura que, hasta ese momento, había tenido la atención a los enfermos y esos cambios se dieron en tres ámbitos principalmente: educativo, ideológico y administrativo.

En el ámbito educativo, desde 1900 se iniciaron los intentos por capacitar a las enfermeras que laboraban en el Hospital de San Andrés en la Ciudad de México.

De 1900 a 1905 fueron varias las estrategias del grupo médico para reunir un buen grupo de estudiantes; se pretendía que los aspirantes, hombres y mujeres tuvieran, entre otras cualidades, “un determinado grado de estudios, como haber cursado la escuela normal o los estudios de Obstetricia”. El Dr. Eduardo Liceaga puso gran empeño en ello trayendo incluso a enfermeras extranjeras para hacerse cargo de la educación de las enfermeras ante la necesidad urgente de preparar al personal que habría de trabajar en el Hospital General inaugurado el 5 de febrero de 1905.

Una vez en funciones, el personal médico fue el encargado de dar las clases, designar personal de enfermería para que vigilara el trabajo de las estudiantes y establecer coordinación con la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes para validar los estudios que las alumnas cursaban en el Hospital General y al incorporarse a la Escuela de Medicina de la Universidad.

Se reconoce que ya desde 1896 se había iniciado la capacitación de algunas mujeres en el Hospital de San Andrés, con ayuda de enfermeras alemanas que se trajeron para tal fin. Sin embargo, tras la inauguración en 1905 del Hospital General se inició el adiestramiento formal de enfermeras; dos años más tarde, en ese mismo nosocomio, el 9 de febrero de 1907 se fundó la Escuela de Enfermería.

El 16 de noviembre de1843, llegaron a la Ciudad de México, las Hijas de la Caridad fueron recibidas por compacta multitud entre la que se encontraban comisiones del Ayuntamiento. Tales muestras de simpatía y deferencia de que fue objeto por parte de las autoridades y en general de todas las clases sociales fue debido a la justificada fama de bondad que tenía su instituto, y a la gran falta que hacían en los hospitales que desde los últimos años del periodo virreinal, habían sufrido lamentable y progresiva decadencia.

En 1910, con la reapertura de la Universidad Nacional de México, Justo Sierra promovió la Reforma Integral de la Educación Mexicana, favoreciendo el desarrollo de extensión de la enseñanza y la investigación científica para contribuir al desarrollo nacional. Al reabrirse la Universidad Nacional, la Escuela de Medicina se integra a ella el 26 de mayo de 1910 y el 30 de diciembre de 1911 la Universidad de México aprueba integrar la enseñanza de la Enfermería a la Escuela de Medicina en las propias instalaciones de ésta, situación que prevaleció hasta 1945, siguiendo las mismas normas y reglamentos disciplinarios de planes y programas eran aplicados en ambas escuelas.
Para 1911 se incorporó a la Escuela de Medicina de la entonces Universidad Nacional, y se estructuró así su primer plan de estudios de dos años después de la primaria; se instituyó como requisito para cursar la carrera de partera (actividad que nació antes de la de enfermería), de ahí que esta escuela, al integrar la carrera de partera, recibió el nombre de Escuela de Enfermería y Obstetricia.

En 1920, José Vasconcelos señalaba “la técnica y el arte” tienen como único fin social servir al hombre del pueblo. La universidad deja de producir profesionales individualistas, en cambio se forjará al profesional capaz y solidario. Como reflejo de estas políticas desde los años 20’s del siglo XX se desarrolla un proceso de integración de programas de servicio social en las universidades. Con estos antecedentes, el servicio social surge como una respuesta de las instituciones de educación superior a la necesidad de reconstruir el país surgido de la Revolución Mexicana. Por ello mismo, constituyó un esfuerzo por hacer realidad el reclamo de justicia social emanado del proceso revolucionario

La formación de las enfermeras y parteras bajo los reglamentos de los hospitales Juárez y General de México, incluía el internado, régimen que mantenía a las estudiantes de enfermería las 24 horas del día en el hospital, y el avance académico era seguido por la administración de estos nosocomios. En 1932, Carmen Gómez Siegler con apoyo del Dr. Luís Méndez reorganizó el departamento de enfermería, y redujo la jornada a 12 horas. Esta forma de llevar a cabo las prácticas en los hospitales dejó por sentado que con las horas prácticas que realizaban en el hospital estaba cumplido el servicio social.

En 1935 se creó el nivel técnico de la enfermería con duración de tres años de estudios, que también fue requisito para cursar la carrera de partera. Para 1948, gracias a la iniciativa de Everardo Landa y Cayetano Quintanilla, la Escuela de Enfermería se independizó de la de Medicina, y se determinó que la enfermera debía tener título y cédula profesional para ejercer. Asimismo, se inició un movimiento de crecimiento a partir de que sus directores tuvieron la responsabilidad y las atribuciones que les confiere la legislación universitaria para promover su desarrollo.

Hay que resaltar que hoy en día existen en la actualidad 593 escuelas de enfermería en el país, de las cuales 103 imparten el nivel licenciatura, siete el técnico superior universitario y 490 el técnico, hacen falta enfermeras de alto nivel, de manera que el reto es que la enfermería tiene que alcanzar el valor que corresponde a una practica formal, de profesionistas, pues su misión es el servicio, la investigación y la docencia, “por eso estamos formando enfermeras avanzadas, algunas con maestría y doctorado, orientando actividades científicas para que la enfermería sea del nivel humanista y científico que la sociedad merece y, con ello, pretendemos cautivar a los jóvenes para que encuentren en la enfermería una posibilidad de crecimiento y de realización humana”.

AGRADECIMIENTOS
Agradecimiento a las enfermeras: Iñiga Pérez Cabrera; Mª Cristina Müggenburg R.V; Mª Cristina Castañeda Godínez y Leticia Ramírez Toriz.

Muchas gracias, espero que os haya gustado leerlo. Un abrazo para todos.
*Manuel Solórzano Sánchez; **Jesús Rubio Pilarte y ***Raúl Expósito González
* Enfermero Hospital Donostia. Osakidetza /SVS
** Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
*** Enfermero Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Ciudad Real
masolorzano@telefonica.net
jrubiop20@enfermundi.com
raexgon@hotmail.com

lunes, 6 de abril de 2009

IX CURSO DE FORMACIÓN CONTINUADA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ENFERMERÍA OFTALFOLÓGICA

Cirugía Refractiva. Aportación de Enfermería a la Excelencia Quirúrgica

Celebrado en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega de Oviedo, el día 21 de Marzo de 2009
Con la magnífica organización de la Presidenta de la Jornada Natalia Rodríguez Fernández y del brillante apoyo a la enfermería del Ilustre Profesor Luis Fernández-Vega y de José F. Alfonso.

La Jornada había comenzado el día anterior viernes con el “Curso de Técnicas Avanzadas en Intratase y Aplicaciones Prácticas” que duró toda la tarde, fue organizado por Imexclinic y apoyado por el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega; Alcon y Ophtec.

Después de la entrega de documentación a cargo de nuestra secretaria Carolina Gil Serrano, que estuvo en todo momento atendiendo y explicando a los participantes en todo lo que necesitasen con una bonita sonrisa; se empezó puntualmente con la Ponencia Inaugural del curso impartida por el Profesor Luis Fernández –Vega, Catedrático de Oftalmología en la Universidad de Oviedo. Director Médico de éste centro donde celebramos la jornada, y desde aquí le queremos agradecer doblemente su presencia aquí dada su apretada agenda de trabajo y por otro lado el habernos cedido tanto el salón de actos como las instalaciones para ambos eventos. Ha sido un Honor para la enfermería escuchar de su boca esta excelente exposición sobre el tema “Actualización en lentes multifocales”. Creí entender yo que lo que nos decía podía ser en un pequeño resumen así: Hoy en día la cirugía de la catarata no sólo persigue la eliminación de un cristalino senil sino que busca la emetropía. Para ello se han desarrollado diferentes tipos de lentes intraoculares con materiales biocompatibles y ópticas adecuadas a los requerimientos de cada individuo, lo que nos lleva a una elección personalizada del tipo de lente en función de las necesidades de cada paciente. A modo de resumen las LIOs pueden dividirse en función de su óptica en monofocales: adecuadas para una buena visión de lejos y en multifocales: para visión de lejos y de cerca; a lo que se añade la condición de toricidad en cualquiera de las dos anteriores. Recogiendo datos de diferentes estudios se concluye que la LIO ideal sería de óptica difractiva, asférica, con máxima biocompatibilidad y toricidad opcional. Gracias Profesor Luis Fernández-Vega por su excelente exposición y su brillante oratoria y sobre todo por su ayuda para que nuestra profesión enfermera siga creciendo.
A continuación pudimos disfrutar de los conocimientos del Dr. José Alfonso que es Profesor Asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo y especialista en cirugía del segmento anterior y cirugía refractiva. En este Instituto, es el Jefe de Servicio de Cirugía Refractiva y Coordinador Científico. También le agradecemos su implicación para con la enfermería como su antecesor en la exposición. Versó su tema sobre “Técnicas en cirugía refractiva”. Nos habló de: ametropías, miopías, hipermetropía, astigmatismo y presbicia. Del láser excimer, PRK y LASIK; lentes fáquicas, lensectomía y cirugía del astigmatismo. Dio a lo largo de la charla y en varias ocasiones su impresión sobre el magnífico trabajo que hace la enfermería en su trabajo diario, siendo imprescindible tanto en el quirófano como en las consultas de enfermería. Habló sobre las ventajas e inconvenientes de las técnicas que se realizan con una exposición clara y sencilla. Muchas gracias por su brillante ponencia.
Posteriormente se visualizó un vídeo de Consuelo Lledó, enfermera de la Clínica Baviera de Albacete que por imposibilidad de estar entre nosotros nos envió el vídeo “Biometría Ocular”.
Le siguió un descanso para el merecido café, pero antes hubo un interesante turno de preguntas hacia los dos profesores de universidad, los doctores Luis Fernández-Vega y José Alfonso.
Después del café nos disertó el enfermero del Instituto Oftalmológico Avelino Ojanguren, Coordinador de enfermería del Instituto, agradeciéndole su aportación y su ayuda para sacar adelante la realización de esta jornada. Su tema trató sobre “Aportación de Enfermería al uso del Intralase”. Nos habló del lasik, del estroma, de la charnela y del flap. De sus trucos y del decálogo del Intralase del usuario que nos dice: Estandarizar un protocolo, programar las cirugías con tiempo, comprobar todo antes de la cirugía, tranquilizar e informar al paciente, sugerir al cirujano si fuera necesario, en caso de duda ante un tratamiento llamar al médico de aplicación, no dudar en interrumpir un tratamiento, última opción: apagar y encender, y sino llamar al técnico. Fantástico.

También ayudaron a organizar el curso los siguientes ponentes Elena González y César Arias, los dos enfermeros de éste Instituto, hablaron sobre “Láser excimer. Labor de enfermería”. Se repartieron la ponencia en dos mitades, primero habló Elena y luego siguió César. Nos hablaron sobre: la labor de enfermería con el láser excimer, empezaron con una introducción, explicación breve de la cirugía y tipos, introducción de datos del paciente y las fases de la cirugía: preoperatorio, intraoperatorio y postoperatorio. Para terminar con las indicaciones que hay que realizar en el postoperatorio. Muy bien.
Para seguir con un gaditano de pro y miembro de la SEEOF, Enrique Cosme de las Clínicas Oculsur de Cádiz y gran experto en Esterilización. Nos versó con su tema “Esterilización en láser excimer”. Como siempre espléndido. Nos habló sobre que es la esterilización, cómo realizarla, el procedimiento de limpieza, de sus piezas, el material que hay que utilizar, los registros que hay que cumplimentar, el mantenimiento preventivo y la normativa. Muy bien. Excelente.
Siendo las dos de la tarde, pasamos a degustar a la Cafetería del Instituto un suculento banquete, muy bien regado, para seguir con este espléndido curso. Una gran calidad en sus alimentos y una amabilidad y sensibilidad hacia los comensales de su personal. Muchas gracias. Había que seguir, el temario era enorme y el tiempo muy poco. A la tres y media en punto estábamos otra vez en el Salón d Actos más de 60 enfermeras y enfermeros para seguir trabajando en un sábado soleado, allí seguimos con el excepcional y fenomenal compañero de trabajo Antonio Vázquez, brillante en su exposición como todo lo que hace, nos impresionó con su tema ”ICL. Aportación de enfermería”. Lo bordó como siempre, es un lujo cuando se une en una misma jornada al Presidente Francisco Gabaldón, a Enrique Cosme, a Antonio Vázquez y a Natalia Rodríguez. Todo ello va unido a un gran éxito seguro. Entrábamos en una serie de comunicaciones sobre lentes fáquicas. Habló sobre la cirugía refractiva, el enfoque ocular, procedimientos: indicaciones y contraindicaciones, su historia y el estado actual, para terminar con la valoración funcional preoperatoria.
Le siguió nuestra compañera del IMO de Barcelona Elisabeth Muñoz, fenomenal, nos habló sobre “Artisan / Artiflex”. Debemos agradecer su presencia tanto a ella como al laboratorio OPTHEC. Es enfermera instrumentista del Instituto de Microcirugía Ocular de Barcelona. Empezó explicando las lentes LIOs fáquicas Artisan/Artiflex, su experiencia con ellas, los modelos de lentes que hay y los instrumentos que utilizan, presentó dos vídeos igual que muchos de los compañeros que le precedieron sobre los dos tipos de lentes, las diferencias entre ellas y sus conclusiones. Francamente su exposición brillante y magnífica como todas las anteriores.
También queremos agradecer al laboratorio ALCON la presencia de Antonio Frade, y a él personalmente por toda la ayuda prestada con este curso, y además nos presentará como novedad la nueva lente fáquica de Alcon. Su tema “Acrysof Phakic”. Presentó la nueva lente, sus características, guías de selección, proceso quirúrgico, consideraciones preoperatorias, instrumentación recomendada, carga en el cartucho, verificación de la posición de la lente, plegado e implante. Después de su ponencia admitió todo tipo de preguntas.
Para ir terminando, y como no, nos habló magníficamente la Presidenta de esta Jornada Natalia Rodríguez, como siempre fenomenal. Nos disertó sobre “Estar al día en lensectomía refractiva”. Estaba ya más tranquila, se iba terminando la Jornada y a primera hora sus nervios afloraban su piel, Hay que decir que ella, y sus compañeros y compañeras han realizado un gran trabajo del que toda la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica (SEEOF) y el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega se sienten muy orgullosos y felices. Nos habló sobre ¿Qué es la lensectomía refractiva?. Cambios en la técnica quirúrgica, cambios en los pacientes, sobre todo en la edad de los pacientes. Los diagnósticos de enfermería. Y los cambios en las nuevas lentes. Terminando con sus conclusiones. Magnífico.
Y para terminar y también agradeciéndole su presencia con nosotros y por su implicación en la organización del curso, estaba María Requejo, enfermera del Instituto. Nos habló sobre “Relevancia del marcado de ejes”. La importancia de enfermería en el marcaje de los ejes, ¿qué es? Y ¿quién lo realiza?. Lo realiza una enfermera en el ante quirófano. Material necesario, manejo de la lámpara de hendidura, posición del paciente, marcador de ejes. Cómo lo realizamos, comprobamos que el marcado sea correcto, la preparación y sabiduría en los marcados difíciles y sus conclusiones. Fenomenal, muy bien.
Dar las gracias a su aportación e implicación en esta Jornada a los doctores Luis Fernández-Vega, y a José Alfonso, por su muestra de cariño para toda la enfermería y en especial por haberse sabido rodear de estos magníficos profesionales de enfermería que tienen en su Instituto Oftalmológico Fernández-Vega trabajando con ellos en el día a día. Gracias a todos los demás profesionales por asistir a esta Jornada, sin ellos no se podrían realizar y dar las gracias a todos los que han hecho posible haber realizado esta Jornada. Todos saben que la Enfermería como tal, tiene muy poco dinero para realizar Jornadas, Cursos y Congresos, pero poco a poco vamos realizando cada vez más, y cada vez son más los cursos especializados y cada vez buscamos el saber más sobre lo que sería para nosotros; aunque hoy en día es solamente una ilusión nuestra querida especialidad de enfermería, que sería la especialidad “Enfermería Especialista en Oftalmología”, seguiremos luchando por ella, hasta que lo consigamos.
Agradecer con su presencia a los compañeros desplazados de la SEEOF para esta Jornada como la Vicepresidenta Mª Ángeles Sebastián Rodríguez, o como yo, vocal del País Vasco Manuel Solórzano Sánchez, que allí estuvimos apoyando en todo momento al gran equipo de profesionales que tiene el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega.
Posteriormente fue el cierre y clausura de la Jornada por el Presidente de la SEEOF Francisco Gabaldón y la Presidenta de la Jornada Natalia Rodríguez, y la reunión de la SEEOF para el siguiente evento que será el día 30 de mayo en el Hospital La Paz de Madrid.
Dirección de Interés:
Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica (SEEOF)
http://www.seeof.org/ secretaria@seeof.org

Muchas gracias por leerme, Vuestro compañero
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero Servicio de Oftalmología - Hospital Donostia. San Sebastián
masolorzano@telefonica.net

viernes, 3 de abril de 2009

VIVIR

Guía para una jubilación activa

Este libro creado y escrito por el filósofo Ramón Bayés, profesor emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro fundador de la Sociedad Catalana-Balear de Cuidados Paliativos. En este último año la Universidad Nacional de Educación a Distancia le concedió el título de Doctor Honoris Causa. Al finalizar el año 2008 tenía cerca de 700 publicaciones científicas y de divulgación, así como numerosos libros. Los últimos títulos son “Afrontando la vida, esperando la muerte” y “El reloj emocional: La gestión del tiempo interior”. Ahora publica su último libro “Vivir. Guía para una jubilación activa”.

Este libro publicado por la editorial Paidós, consta de 310 páginas, desarrollado en X capítulos; el primero trata sobre la jubilación en el siglo XXI, en el segundo sobre jubilación y autonomía, en el tercero nos habla sobre la esperanza de la plasticidad cerebral, en el cuarto afronta los problemas, los tiempos de espera, la soledad, la vivencia del tiempo de la enfermedad y en la vejez, residencias, el tiempo del cuidador, etc. En el quinto afronta los problemas como son las pérdidas, el anciano ante el diagnóstico de una enfermedad grave, su indefensión, espera e incertidumbre, en el sexto capítulo trata sobre las estrategias para sobrevivir, la propuesta de un psicólogo jubilado, en la séptima en las estrategias para sobrevivir nos lleva a identificar las técnicas para detener la vivencia del paso del tiempo, los factores temporales en el proceso de duelo, en el octavo nos habla de la jubilación a la eternidad, nos dice que hay un tiempo para nacer y otro para morir. Habla de un tema tan controvertido como es la eutanasia y el suicidio asistido. Preparando el viaje a un exótico país llamado “Eternidad”. Permanencia y cambios del yo a través de la vida, variabilidad de los pensamientos y los deseos en la proximidad de la muerte. En el noveno habla sobre las notas dispersas para profesionales y cuidadores que atienden a personas al final de la vida. Sus objetivos prioritarios en el campo de la salud, el maltrato a las personas de edad, su atención espiritual. La ignorancia conduce al sufrimiento. Cuando muere un anciano, la importancia de los pequeños detalles, y en el décimo se titula A modo de síntesis. Reflexiones alrededor de una taza de café.

En el artículo publicado en el periódico El País con el título “Vida larga, muerte lenta”, nos decía:
A medida que me voy acercando a la estación terminal de la vida contemplo con creciente tristeza, desde la plataforma del último vagón, cómo huyen los brillantes raíles hacia un pasado irrecuperable, cómo se van perdiendo en la lejanía alegres prados de niños sonrientes, borrosas colinas de adolescentes inseguros, atardeceres de amigos y familiares prematuramente desaparecidos, viejos cerezos a los que ya no esperan nuevas primaveras, sonrisas perdidas en la niebla que sólo a mí me es posible recordar. Se trata de mi biografía, única, irrepetible, que se escapa fugaz a través de los raíles, a la vez que me anuncia, sin que apenas me aperciba de ello, la proximidad del fin del viaje.
"La muerte tiene mil puertas", nos recuerda Nuland en su conocido best seller Cómo morimos. Así, en Estados Unidos, 450.000 infartos de miocardio conducen todos los años a sus ciudadanos a una "muerte súbita e inesperada". De forma similar, una investigación realizada en seis países europeos muestra que una de cada tres personas muere -lejos de los tsunamis, la malaria, el hambre, las guerras y los huracanes- de "muerte súbita e inesperada". Y no deja de ser curioso que en ambos datos, procedentes de dos revistas médicas de reconocido prestigio (N Engl J Med y Lancet), se utilice el mismo adjetivo, inesperado, para un acontecimiento aparentemente sorprendente al que, debido a su elevada frecuencia, deberíamos estar acostumbrados.
También sabemos que en los próximos ocho años se producirán en el mundo 45 millones de nuevas infecciones por VIH y que, lejos de nuestras eficaces terapéuticas antirretrovirales, a una gran parte de las personas infectadas les espera una muerte terrible en plena juventud. Debemos, sin duda, luchar contra éstas y todas las muertes prematuras (de infarto, accidente de tráfico, leucemia, homicidio, etcétera), pero también debemos aprender a aceptar la muerte cuando nos llegue el tiempo de morir, que en las sociedades occidentales podría establecerse alrededor de los 80 años.
Lo más probable es que, para la mayoría, la muerte tenga tendencia a demorar su aparición, pues nuestro entorno medicalizado -señala Callahan- "ha cambiado una vida corta y una muerte rápida por una vida larga y una muerta lenta". Lo mismo opina Norberto Bobbio, señera figura contemporánea de la filosofía del derecho, quien, a los 84 años, escribe: "La verdad es que, aunque sea difícil de entender para los más jóvenes, el descenso hacia ninguna parte es largo, más largo de lo que había imaginado, y lento, hasta el punto de parecer casi imperceptible (mas no para mí). El descenso es continuo y, lo que es peor, irreversible: bajas un pequeño peldaño cada vez, pero una vez puesto el pie en el peldaño más bajo, sabes que no volverás al peldaño más alto. No sé cuántos quedan aún, pero no me cabe duda de una cosa: son cada vez menos".
Hace muchos siglos, Cicerón se preguntaba en De Senectute, con el mismo título que el libro de Bobbio: "¿Acaso sería menos gravosa una vejez a los 800 años que a los 80?". Como contrapunto al pensamiento anterior, el jesuita Díaz Alegría, en una entrevista reciente (EL PAÍS, 29 de mayo de 2005), matiza, en la línea de Borges: "A la muerte hay que aceptarla como un bien. Si esta vida no se acabara nunca, sería algo horroroso; si no hubiera noches no se podría vivir. Atisbo en mí una muerte plácida, con una tranquilidad enorme porque me entrego en manos de Dios".
Aceptar la muerte. Abandonarse en las manos bondadosas de un Dios; o cumplir, serenamente, sin la certeza de Dios alguno, con el destino de todo ser humano. Asignatura difícil en una sociedad en la que permanentemente se nos repite que nuestro objetivo en la vida es adquirir, poseer, acaparar cada vez más cosas, sin tener en cuenta que la muerte llegará un día y que la misma implica desprendimiento, pérdida, de todas ellas, de las que hemos conseguido con nuestro trabajo o arrebatado a otros, e incluso de aquellas, como el amor, la amistad o la belleza, que nos han sido regaladas.
Disponemos de datos de enfermos de cáncer avanzado que, encontrándose en la fase final de su existencia, manifestaban, como Díaz Alegría, sentirse bien por cosas tales como la visita de un hijo, la carta de un amigo, la sonrisa de una enfermera o la autorización del médico para salir al jardín a tomar el sol. Curiosamente, nada que pueda comprarse con dinero.
Aceptar el sufrimiento y la muerte, y ayudar a los demás a morir en paz, este es el difícil y atractivo programa que nos presenta el informe Hastings sobre los fines de la medicina del siglo XXI (www.fundaciongrifols.org). La propuesta de un cambio de paradigma, de una esperanza solidaria para una humanidad en crisis: dar prioridad a la prevención de muertes prematuras, universalizar los cuidados paliativos, atender el sufrimiento o investigar qué facilita el proceso del bien morir, colocados al mismo nivel que la genética molecular, la personalización de las terapias oncológicas o las tecnologías médicas avanzadas.
Tal vez la respuesta al problema se reduzca a las extrañas palabras de Simone de Beauvoir ante la muerte de su madre -"he comprendido por mí misma, hasta el tuétano de mis huesos, que en los últimos momentos de un moribundo se puede encerrar el absoluto"-, a las no menos misteriosas de Saint-Exupéry -"contemplad el cielo y preguntaos: la oveja, ¿se ha comido, o no, la flor? Y veréis como todo cambia..."-, o a las últimas frases de uno de los relatos de James Joyce difundidas por John Huston, ya enfermo, en una película póstuma perfecta que consigue transmitirnos con sobrecogedora sencillez la tristeza de la vida y de la muerte. Es posible que todo lo que podamos hacer ante la muerte sea dejarnos disolver sin resistencia, manteniendo algún tipo de esperanza y soslayando la desesperación trágica de Unamuno, escindido entre el escéptico y el místico.

"La muerte tiene mil puertas". Siento que el tren en el que viajo disminuye la velocidad. Estamos llegando a una pequeña estación de montaña llena de geranios. Quizá nos detengamos en ella unos minutos. Me gustaría aprovechar la parada para bajar al andén, pasear un poco y reflexionar. La locomotora, con su vieja caldera de vapor, necesita un descanso. Es posible que no haya llegado al fin del viaje y que, tras el próximo túnel, me esperen hermosos bosques de abetos y prados en flor. Quizá pueda todavía aprender a mirar los brillantes raíles sin que se humedezcan mis ojos. Tal vez aún pueda compartir el último tramo del viaje con seres humanos maravillosos; o encuentre consuelo en algún pensamiento, alguna mirada, algún gesto, una palabra. O tal vez no.

Volviendo a la realidad del libro, pienso que nuestra profesión enfermera está muy ligada a la filosofía de la vida y sería muy bueno que los profesionales de enfermería leyesen estos libros creados y realizados por filósofos, para poder atender y cuidar mejor a nuestros pacientes.

Gracias Ramón por esta fenomenal obra que pones en nuestras manos para poderla consultar y orientarnos para mejorar en nuestro trabajo y para atender a los pacientes mayores que tantos cuidados de enfermería demandan.

Muchas gracias, Un abrazo para todos
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero del Hospital Donostia de San Sebastián
masolorzano@telefonica.net
Nota: Las fotos están escaneadas del mismo libro.