lunes, 29 de junio de 2009

HISTORIA DE LA ENFERMERÍA EN PUERTO RICO (2)

El Desarrollo de la Enfermería bajo la dominación Española
La conquista por parte de los españoles de los indios que vivían en Puerto Rico fue breve, a pesar de sus luchas y su feroz resistencia. A mediados del siglo XVI se había extinguido casi totalmente la raza indígena (Taína) debido a las guerrillas, el trabajo fuerte y extenuante bajo las más crueles condiciones y castigos, al control y a la explotación por parte de los españoles y la falta de resistencia e inmunidad contra las enfermedades importadas y transmitidas.
En el siglo XVI, España llegó a ser la primera potencia política del mundo occidental procediendo entonces a completar la colonización de la isla de San Juan Bautista de Puerto Rico. Los españoles sometieron a los indios al dominio y control por medio del trabajo fuerte, la explotación laboral y a las nuevas enfermedades que se agravaron por la condición precaria de salud de éstos para lidiar con dichas enfermedades.

En los asuntos relacionados con la salud, la enfermedad y el cuidado de los enfermos, el atraso era general. El espíritu religioso entraba en conflicto con el desarrollo de las ciencias naturales. Debido a las supersticiones y a la creencia en la intervención divina, se desarrolló una actitud fatalista que constituyó el mayor impedimento para el progreso de las ciencias sanitarias y el cuidado del enfermo. Las autoridades españolas adoptaron algunas medidas para proteger la salud de los colonos. Por ejemplo en el año 1510 Cristóbal de Sotomayor trató de fundar un pueblo cerca de Guánica, pero tuvo que abandonar su proyecto debido a las continuas plagas de mosquitos, desde entonces a esa región se le conoce con el nombre de “El Mosquital”. Los habitantes se trasladaron a la región de Aguada creando otro pueblo llamado Sotomayor que fue arrasado y quemado por los indios.
Una situación similar era vivida en la región oeste de la Isla en Caparra, primera capital de Puerto Rico y fundada por Juan Ponce de León, en 1518 todos los habitantes de la capital, se quejaban de las plagas de mosquitos que les atormentaban
Ya en 1578, se organizaron los primeros curanderos para atender la epidemia de viruelas que originó el tráfico de esclavos. No existían medidas de control de enfermedades ni medidas gubernamentales para inspeccionar barcos y pasajeros. El Conde de Cumberland se retiró de la isla luego de su conquista debido a una epidemia de viruelas que acabó con sus soldados.

Al morir el Rey Don Fernando, quedaron como gobernadores de la Isla, Los Padres Gerónimos y ordenaron el traslado de la capital a la isleta, donde se radicó originalmente la ciudad de San Juan.

En el informe y “Memoria y Descripción” de la isla de Puerto Rico, escrito en 1582 y por orden del Rey Felipe II, plantea el siguiente argumento:
Las enfermedades más peligrosas son los pasmos de los que mueren muchos hombres cuando beben agua mientras están sudados y muchos recién nacidos. Uno de los remedios que más se usa para curarlos es el fuego que se aplica a la nuca o cerca de los riñones y darles el zumo de una yerba que llaman tabaco.
En el año 1647 las autoridades gubernamentales decretaron el abandono de la isla de San Martín ante “una epidemia desastrosa de peste desconocida”, se sospechó que la epidemia se debía a la fiebre amarilla, la misma ocasionó muchas muertes y se extendió a la guarnición. Los vecinos celebraron rogativas y misas para “atajar” la epidemia.
Se introdujo la viruela en la Isla, en el año 1689, volviéndose a repetir como cien años antes y se sospechaba que fue traída por los navíos que transportaban esclavos desde el Golfo de Guinea. Cómo no se contaba con recursos para atajarla o poderla prevenir, el obispo Fray Francisco de Padilla estableció una “botica” en su casa para remediar a los más necesitados, además iba por las casas atendiendo a los moribundos.

En esta época que se le conoce como la “era del oscurantismo", el servicio a los enfermos, en la mayoría de los países civilizados del mundo, estaba en manos de los grupos religiosos. El cuerpo humano era considerado como el templo del Espíritu Santo y se le trataba con sumo respeto y en estricta privacidad, lo cual dificultaba la práctica de la medicina y del cuidado de los enfermos. Luego vino la Reforma Protestante y después de la misma, los enfermos quedaron al servicio de las autoridades civiles. Debido a este cambio tan brusco, el servicio en los hospitales se deterioró. Las damas de la sociedad que cuidaban de forma altruista a los enfermos fueron sustituidas por las criadas.

Como había pocos médicos capacitados, y su material de referencia era todo lo que podían conseguir por los libros de texto y los tratados de salud provenientes de España (eran los que podían consultar). Ya que muchos de los libros científicos no estaban autorizados por el Santo Oficio, no pudiendo consultarlos.

Las parteras empíricas y los curanderos tenían el respeto del pueblo y se les llamaba para consulta y cuidado de los enfermos y de las parturientas. Las supersticiones eran comunes y pasaban de generación en generación; por ejemplo el “mocezuelo” de los recién nacidos era causado por las corrientes de aire a que se exponía al bebé en los primeros días de haber nacido. Las personas residentes en áreas húmedas y llanas, solían padecer de calenturas. Las diarreas con flujos de sangre eran comunes y los remedios caseros constituían el mejor recurso.

En las Actas del Cabildo de San Juan Bautista de Puerto Rico (1730 – 1750), se intentó mejorar la salud pública y la prevención de las enfermedades. En estas actas reseñan las órdenes dadas a los alcaldes y a los médicos para “que visiten todas las casa de la ciudad en la búsqueda de los casos de lepra y personas afectadas de otras enfermedades contagiosas para aislarlas y proteger la salud del vecindario.
En 1741, se establece el Reglamento de la Guarnición de la Plaza de San Juan y se asignan dos enfermeros para asistir, ayudar y consolar a los enfermos, en cuanto a lo que necesitaran los varones enfermos. Además se asignaron dos mulatas (enfermeras) que ofrecían de comer a los enfermos en horas señaladas, administrar las medicinas y la ropa y ayudarlos en todo lo que necesitaran.

Don Pedro Tomás de Córdoba, secretario de tres gobernadores habla de las enfermeras (1832) que recibían $8.00 dólares mensuales, una libra de carne y tres onzas de arroz por ofrecer servicios de enfermería en el hogar a los pobres y servicio social; ayuda a sociedades misioneras.

Resumiendo los cuatro siglos de dominación española en Puerto Rico diremos que la asistencia de salud siguió la modalidad de cada época, atrasada con España, pero igual que en otros países del mundo. Su atraso se debía por ser una posesión ultramarina, separada del poder metropolítico y con las desventajas propias de la época, tales como la distancia, el transporte (sólo en barco), la comunicación muy lenta y la incertidumbre política. Estas modalidades o etapas fueron la asistencia de salud por parte de la Iglesia, la asistencia de salud por la caridad privada individual como modo de ganar un lugar en el cielo y el intento municipal insular.

El cuidado del enfermo fue evolucionando lentamente desde la modalidad empírica, a cargo de curiosos, curanderos, santiguadores, parteras, y adivinadores, hasta el cuidado por religiosas en los hospitales (Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Hospital San Alfonso 1513), los hogares y los asilos; y la implantación de sistemas de salud y educación en enfermería.

LEYENDA DE GUANINA Y DE DON CRISTÓBAL DE SOTOMAYOR Allá por el año de 1511 vivía en la pequeña aldea de Agueybana don Cristóbal de Sotomayor, joven hidalgo español.
Un día, cuando la tarde iba cayendo y los ojos del caballero estaban fijos en la lejanía, pensando en su patria y en su madre, la noble condesa de Camiña, oyó de pronto unos pasos que turbaron su meditación. Hacia él se acercaba Guanina, una bella india enamorada del español. Venía inquieta, temblorosa. Los caciques borinqueños habían acordado la muerte de su señor; se quejaban del abuso y del rudo laboreo de las minas que requería el lavado de las arenas para obtener el oro.
Guanina venía para avisarle y esconderle. Pero casi no había terminado de informarle de aquellos proyectos, cuando se presentó ante ellos el que hacía las veces de intérprete de don Cristóbal. Sus noticias eran parecidas a las de la india: venía a informarle de que pronto el pueblo estaría contra ellos para matarles. Había que huir.
Ante esta indicación, el noble español se alzó airado: no podía pensar en tal cobardía. Al día siguiente, a pleno sol, él y los suyos saldrían con la bandera desplegada para castigar a los rebeldes.
En efecto, apenas amaneció, don Cristóbal hizo venir al cacique Guaybana, hermano de Guanina, que hasta entonces había sido su aliado, y le pidió unas cuadrillas de los suyos para que trasladaran sus fardos: pensaba partir.
Cuando Guanina vio que el caballero descolgaba y preparaba su casco, fue a él, amorosa, y le pidió que le dejara acompañarle. Don Cristóbal no podía consentir que su amada Guanina se expusiera a la muerte, y la hizo quedarse en la aldea.
Al fin partió, después de besarla por última vez, y no bien inició su marcha la comitiva, el traidor Guaybana reunió trescientos indios para inducirles al ataque. Había llegado la hora de las venganzas; el sol había de serles propicio en la lucha.
Con su penacho de vistosas plumas, y seguido de sus guerreros, el cacique se lanzó al encuentro de la pequeña caravana de don Cristóbal, que avanzaba a paso lento. Sotomayor, a poco, tuvo que dar el alto. Las flechas enemigas empezaron a llover acto seguido sobre ellos. Al grito de «¡Santiago y Sotomayor!», don Cristóbal y sus hombres, muy inferiores en número a los atacantes, se defendieron valientemente. El suelo se fue tiñendo de sangre y cubriendo de cadáveres. Los indios pudieron suplir las bajas; pero no así los españoles. Don Cristóbal de Sotomayor fue el último en caer, cuando se lanzaba contra el cacique Guaybana.
Después de la batalla, los indios se retiraron a sus tiendas. Admirados del valor del hidalgo español, decidieron rendirle los honores debidos a un gran guerrero. Y cuando el lugarteniente del cacique fue, con veinte indios, a recoger el cadáver de don Cristóbal, se encontraron junto a él a la fiel Guanina, enloquecida, tratando de volver a la vida con sus besos a su pobre amante.
Volvieron los indios para decir al cacique que su hermana Guanina no había permitido que tocaran el cadáver. Entonces Guaybana, implacable, decretó que al día siguiente fuera sacrificada sobre la tumba del capitán cristiano. Cuando llegaron a ella, la encontraron muerta sobre el pecho del hidalgo español. Sus cadáveres fueron enterrados juntos, al pie de una gran ceiba (Árbol americano, de la familia de los bombacáceos o algodoneros, de 15 a 30 metros de altura, tronco grueso, ramas rojizas, flores rojas tintóreas y frutos de 10 a 30 cm de largo que contienen seis semillas envueltas en una especie de algodón), y sobre su tumba brotaron rojas amapolas y blancos lirios.
Cuando declina el día, creen los campesinos del lugar escuchar aún junto a aquella loma dulces cantos de amor. Creen que las almas de los jóvenes amantes salen de la tumba a contemplar la estrella de la tarde.

Agradecimiento Especial al Enfermero
Jesús F. Encarnación. Catedrático. Profesor de Enfermería. Universidad de Puerto Rico Recinto de Mayagüez.
Fotos: Las fotos están escaneadas de los libros de Historia de la Enfermería en Puerto Rico y de Internet.

Muchas gracias.
Un abrazo para todos
*Manuel Solórzano Sánchez; **Jesús Rubio Pilarte y ***Raúl Expósito González
* Enfermero Hospital Donostia. Osakidetza /SVS
** Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
*** Enfermero Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Ciudad Real
masolorzano@telefonica.net
jrubiop20@enfermundi.com
raexgon@hotmail.com

sábado, 20 de junio de 2009

HISTORIA DE LA ENFERMERÍA EN PUERTO RICO (1)

Cultura Taína
Los historiadores afirman que en Puerto Rico y en las Antillas Mayores (son un grupo de islas en el mar Caribe localizadas al este de Yucatán (México) y sureste de la Florida (Estados Unidos) y al oeste de las Antillas Menores o Pequeñas Antillas. El grupo está compuesto por las islas de Cuba, Jamaica, La Española (también conocida como Hispaniola o Santo Domingo y que incluye a los estados de República Dominicana y Haití y Puerto Rico), hubo presencia humana desde mil quinientos a dos mil años antes de la colonización europea. Se cree que las primeras inmigraciones de los pueblos indígenas llegaron desde lo que hoy es actualmente el estado de la Florida, América del Norte. No se sabe a cierta ciencia el por qué de dicha inmigración, pero se piensa que fueron presionados por otras tribus con mayores conocimientos en el uso de las armas y de la agricultura. Los arqueólogos han clasificado a esta cultura como arcaica.
Más adelante llega a las Antillas una segunda inmigración indígena, la cultura aruaca. El choque de culturas al llegar fue grande, permitiéndoles evolucionar pasando de la cultura ingerí a la sub taína y luego a la taína.

La evolución de la enfermería en Puerto Rico se deriva de un proceso de desarrollo histórico que tiene sus raíces en los cambios y eventos que ocurrieron en torno al cuidado del enfermo tan temprano como la época en que habitaban los indígenas en Borinquen (hoy Puerto Rico)

El cuidado de los enfermos siguió evolucionando según las tres épocas bien diferenciadas, los primeros años de la civilización de la Isla, la cultura taína, durante la dominación española y durante el régimen norteamericano.
La sociedad indígena daba al enfermo y a sus problemas de salud una atención de técnicas empíricas. Las mismas procedían de la experiencia interna (mente) y externa (cuerpo), fundamentadas en la práctica de ritos de magia, de superstición y uso de plantas.

La enfermería en Puerto Rico bajo la dominación española, se describe desde el siglo XVI hasta el siglo XIX. Aquí se reseña la historia de los hospitales de Puerto Rico, donde se considera su construcción, la reforma y la administración de los mismos. El período discurre por el acontecimiento de enfermedades, calamidades y epidemias traídas a la Isla, donde se establecen las prioridades del cuidado del enfermo.
El tercer período comprende la evolución de la enfermería y el cuidado del enfermo desde los inicios del régimen norteamericano (1898 – 1915), en un primer período. En él se destaca el cambio en la situación de la mujer en Puerto Rico, el cual ha sido fundamental para el desarrollo de nuestra profesión y la implantación de los sistemas de salud en la Isla. Y el segundo período de 1916 a 1930, en el se narra el progreso en el cuidado del enfermo, la salud pública y la educación en enfermería. En este período se crea la Asociación de Enfermeras Graduadas de Puerto Rico (1916) y se prepara y se aprueba la ley que regula la práctica y la educación en enfermería en Puerto Rico.
Hay tres imágenes que quiero destacar:

La primera imagen es un símbolo que representa la cultura taína.
La segunda imagen es la torre y el león, dos de las 16 piezas que bordean el escudo de Puerto Rico, que representa el dominio español. La tercera imagen es el águila, ave símbolo de los Estados Unidos de América y representa a la sociedad norteamericana.
Estas tres imágenes representan las corrientes culturales que influyen en los componentes sujeto – objeto del puertorriqueño y la puertorriqueña y por ende de la enfermería de Puerto Rico.

Y luego tenemos el sello oficial que representa el emblema del Colegio de Profesionales de la Enfermería de Puerto Rico (CPEPR).
El desarrollo social y económico de los taínos de la isla de Boriquén (Puerto Rico), así como los que habitaban en Santo Domingo (La Española) era más avanzado que el de los taínos establecidos en las islas de Cuba y Jamaica, e incluso que los llamados indios Caribes, quienes habitaban las Antillas Menores. El idioma, el gobierno, la religión y algunos usos y costumbres prevalecieron como elementos característicos de la cultura taína. Sus viviendas, sus armas y sus utensilios eran muy semejantes. Eran agricultores y pescadores, aunque también había cazadores, aunque muchos menos por los pocos animales que había en la isla. Sus poblados los construían cerca de corrientes de agua potable, pues la tenían cerca y en abundancia. Para ellos era conveniente tener agua para beber y cocinar a la mano y también para pescar y bañarse, pues eran bien conocidos por sus pulcros hábitos de aseo personal. Vivían agrupados en aldeas llamadas yucayeques, formadas por bohíos.
Su religión primitiva era politeísta. Honraban a una serie de dioses menores o secundarios llamados Cemíes. Estos ídolos hacían el papel de mensajeros de las fuerzas del bien. Los Cemíes eran representados en forma visible por medio de esculturas de piedra, madera, algodón u oro. El indio como todo pueblo relacionado con la naturaleza, rendía culto a la tierra, a la lluvia y al sol, los que eran fuentes de fertilidad, sin la cual la vida era imposible.

La mujer, como conservadora de la especie, era incluida en este culto a la fertilidad. La tribu tenía dos puestos políticos diferenciados, que eran el cacique y el bohique. El cacique, como jefe tenía a su cargo el planear y ordenar todo lo que fuese necesario para la salud, seguridad y bienestar de la tribu.

El bohique era el médico – brujo, hechicero, sacerdote, herbolario, adivino, sabelotodo y por lo tanto su influencia era poderosa. Era experto en curar las enfermedades, era el depositario de la historia de la tribu y un educador que había heredado de su antecesor los conocimientos referentes a los romances históricos, los areytos y las tradiciones de su pueblo.
Entre las medidas de prevención utilizadas para el mejoramiento de su salud, estaba el culto al agua. El agua era para ellos como para nosotros, un elemento natural indispensable para la vida. Además de asear el cuerpo, le atribuían condiciones purificadoras del espíritu. Comentaba Bartolomé de las Casas en su referencia al pueblo taíno que tenía la costumbre de bañarse en el mar y en los ríos cada hora; no sólo porque eran sumamente aseados y limpios, sino porque consideraban que el agua tenía el poder de limpiarlos de pecados dándole sanidad al cuerpo y al alma. Además Morales Cabrera nos narra que el baño frío era el principal medicamento para bajar la fiebre, para asear a las parturientas y para devolver la salud en todos los males. El historiador López de Gómara relata que los taínos demostraban predilección por los baños de agua fría: “lavaban las criaturas en agua fría para que se les endurezca la piel; y aún ellas (las madres) se bañan en agua fría recién paridas y no les hace mal”. Todos coinciden que los taínos usaban el agua como medicina, sobre todo para bajar la temperatura y asearse.

La sangría, la realizaban para combatir el cansancio por las largas caminatas y cuando pensaban que les sobraba sangre acostumbraban a practicarse sangrías. Para ello utilizaban unos pedernales muy delgados o los colmillos de las víboras y se hacían heridas por las pantorrillas y en los brazos, desde los codos hasta las muñecas. Se limpiaban el sangrado con el jugo de la jagua, sustancia astringente que comprime la piel.
Para la pérdida de apetito y a los enfermos que presentaban hastío, les daban a comer piñas (ananás comosus). Esta fruta nacía en unas plantas como cardos con muchas hojas y espinosas. Para la preservación del calor y repelentes de insectos nos narraba Pedro Tomás de Córdova: Todos los hombres y mujeres doncellas andaban enteramente desnudos. Aunque pintaban su cuerpo con mucha prolijidad y esmero con bija roja y achiote, llamado también urucú por los caribes. La naturaleza y la experiencia misma les habían dictado que las resinas y aceites con que pintaban su cuerpo les preservaba del calor excesivo y de la transpiración superabundante, sirviéndoles igualmente de defensa contra los daños del aire y de la humedad. Estas sustancias oleosas expedían un olor que ahuyentaban los enjambres de mosquitos y otros insectos que poblaban aquellos bosques.
Para el cansancio había una gran cantidad de árboles jobo, eran grandes y hermosos y daban buena sombra, su fruta era de gran sabor y olor. La cáscara y los cogollos de esta fruta los echaban en agua, los cocían, y el agua lo usaban para afeitarse y lavarse las piernas. Supuestamente les quitaba el cansancio y era un baño excelente y saludable. También les gustaba colocar su hamaca debajo de este árbol y dormir debajo de él, ya que no le causaba pesadez en la cabeza.

Creían que la tortuga o su carne curaban la lepra y que la enfermedad se curaba comiendo carne de tortuga, bebiendo y lavándose con su sangre. Esto equivale a la práctica de hoy en día de curar las enfermedades con vacunas del miso virus.
A las taínas les causaba terror la menstruación y trataban de ocultarla. Durante el periodo, la mujer se retiraba a un rincón del bohío, donde se sometía a escarificaciones y allí permanecían hasta que el flujo desaparecía. Se les suprimían las carnes de la alimentación y se ponían en uso ciertas plantas hemostáticas que diminuían el flujo menstrual.

Cuando alguien moría de enfermedad contagiosa como bubas o viruela, incineraban el cuerpo hasta convertirlo en cenizas. Esta acción revela el concepto moderno de asepsia en el pueblo taíno.

Los taínos eran muy supersticiosos y fetichistas ya que le rendían culto a los objetos a los que le atribuían poderes misteriosos. Elaboraban ídolos o cemíes para adorarlos, pues le traían buena suerte y los defendían de adversidades para su salud o vida. Modelaban sus fetiches en arcilla, hueso, madera, oro y piedras y los usaban como amuletos; con estos creían poder prevenir enfermedades y ahuyentar espíritus y fuerzas extrañas.
Oviedo nos narra que al caminar los indios por los campos se les pegaban las garrapatas de las hierbas, se le hinchaban las piernas y no había forma de despegarlas. El método utilizado para despegarlas era untándose aceite y luego de un rato que estaban impregnadas las piernas o las partes donde estaban las garrapatas, las raspaban con un cuchillo y así se las quitaban. Los indios que no tenían aceite, las chamuscaban aplicándose fuego. Lo que les provocaba mucho dolor al quitárselas. También nos habla de los piojos, animales pequeños e inoportunos que se criaban en la cabeza y cuerpo de los hombres. Todos los taínos tenían piojos. Estos se espulgaban unos a otros y en especial las mujeres eran las espulgadoras y todos los piojos que sacaban se los comían. Otra plaga era la de las niguas una pulga pequeñita, saltadora y amiga del polvo que se metía en los pies, dentro de la piel y formaba una bolsa tan grande como un garbanzo y se llenaba de liendres. Cuando aumentaba la generación de niguas los hombres quedaban tullidos quedando cojos y muchos de ellos perdían los dedos de los pies o el pie entero. Para sacárselas se aplicaba fuego. También para evitarlas empezaron a cubrirse los pies.

Nota:
El escudo de Puerto Rico lleva los símbolos de nuestra historia, cultura y religión. Fue otorgado por la Corona Española en el 1511, pero no fue hasta el 9 de marzo de 1905 que se aprueba la ley que establece el primer escudo de armas. Luego de varias investigaciones y enmiendas a la ley para obtener la interpretación del escudo, en el 1976 se aprueba el mismo como lo conocemos hoy.
El escudo se divide en tres (3) partes: jefe o parte superior, centro y punta o parte inferior. El color verde nos enmarca como isla pero a su vez puede representar las virtudes, la esperanza y la cortesía. En su interior se encuentra un cordero sobre el libro de los siete sellos del Apocalipsis. El cordero plateado simboliza la humildad, pureza, integridad y paz y sostiene una bandera blanca con una cruz roja. La bandera significa tregua o el entendimiento para cesar la lucha. El cordero junto con la bandera es el símbolo de San Juan Bautista, nombre que originalmente se le dio a la Isla.

El borde del escudo se compone de 16 piezas: castillos que representan el Reino de Castilla, leones por el Reino de León y una bandera de castillos y leones en representación de ambos reinos unidos y la cruz de Jerusalén usada por los reyes para expulsar a los moros de la Península. Sobre el jefe se encuentra una corona que simboliza la realeza de quienes otorgan el escudo. En la parte derecha aparece la inicial "F" de Fernando el Católico y a la izquierda "Y" de Ysabel, los Reyes de España. En la punta se encuentra inscrito en latín el lema "Joannes Est Nomen Ejus" que en español quiere decir "Juan es su nombre".

El Escudo Oficial de Puerto Rico, que simboliza nuestro nacimiento como pueblo, es el más antiguo de toda América pues las otras colonias hicieron nuevos emblemas al lograr su independencia. Es por esto que nuestro escudo es el único que recuerda la presencia de España en el Nuevo Mundo.

En el siguiente trabajo continuaremos hablando de las enfermedades y remedios del pueblo taíno.

Agradecimientos a:
Comisión de Historia del Colegio de Profesionales de la Enfermería de Puerto Rico: Rufina Aguirre de Torres; Elba R. Pereles Vélez; Raquel O. Portela; Olga Rosa Lugo López; Gloria E. Rivas Rodríguez y Gladis E. Vélez de Jesús.
Celia Guzmán y Lydia Pérez Gonzáles


Agradecimiento Especial al Enfermero
Jesús F. Encarnación. Catedrático. Profesor de Enfermería. Universidad de Puerto Rico Recinto de Mayagüez.
Fotos:
Las fotos están escaneadas de los libros de Historia de la Enfermería en Puerto Rico y de Internet.

Muchas gracias.
Un abrazo para todos
*Manuel Solórzano Sánchez; **Jesús Rubio Pilarte y ***Raúl Expósito González
* Enfermero Hospital Donostia. Osakidetza /SVS
** Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
*** Enfermero Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Ciudad Real
masolorzano@telefonica.net
jrubiop20@enfermundi.com
raexgon@hotmail.com

viernes, 12 de junio de 2009

BARBEROS CIRUJANOS

Empezamos sobre el año 1572, donde hubo un gran avance en los conocimientos científicos y técnicos en el arte de la navegación, esto permitió a los navegantes alejarse de las costas, perderlas de vista y adentrarse, paulatinamente, cada vez más en la inmensidad del mar abierto, las condiciones sanitarias de las embarcaciones y la situación de quienes las proporcionaban se vieron sujetas a un importante cambio. La disponibilidad y el uso de nuevos instrumentos, de mejores y más completos mapas, y el establecimiento de rutas marítimas, brindaron la posibilidad a la gente de mar de realizar viajes más largos. Ya no era imprescindible guiarse tan sólo por la morfología de las costas; los avances en los saberes astronómicos, matemáticos y náuticos proporcionaron al Portugal y a la España renacentista un significativo papel en el desarrollo de sus exploraciones marítimas.
Hasta antes del reinado de Pedro IV de Aragón, en las embarcaciones no estaba presente una figura ocupada en tareas de sanidad. Fue la supremacía de la corona aragonesa en el Mediterráneo la que marcó, para conservarla, “la necesidad de dotar a las naves de higiene” y mejorar sus condiciones generales. La normatividad no tardó en aparecer, y fueron las “Ordenanzas navales” de 1354, promulgadas en ese reinado, las que establecen ya en forma explícita, si bien aún incipiente, la presencia necesaria del médico y del barbero cirujano o cirujano barbero.

A partir de los viajes colombinos se establece la necesidad de llevar a bordo un representante de los saberes médicos, el médico o el cirujano.

Desde épocas inmemoriables hasta la Ley de Instrucción Pública de 1857, en la que se crean el título de Practicantes, quedando fuera de lugar todos los demás nombres cómo se les conocía: barberos de pueblo, ministrantes, sangradores, cirujanos, etc.. Todavía en los concursos públicos de Ayuntamientos y Diputaciones, seguían haciendo las convocatorias cómo cirujanos hasta bien entrado los años 1900. (Ley de Instrucción Pública de 9 de Septiembre de 1857, reseña al final del artículo) (Nota y Anexo 1)

En estos viajes embarcaban, a duras penas, los facultativos menos preparados; los cirujanos plebeyos o cirujanos de heridas, sin duda eran barberos sin la adecuada experiencia en las enfermedades que se presentaban en el largo trayecto, tan sólo capaces de curar algunas heridas leves.

Frente a las peligrosas condiciones de las embarcaciones y la casi inexistente presencia de un entendido en los saberes médicos, el Consejo de Indias promulgó, a partir de 1522, sucesivas ordenanzas, en las cuales se establecieron los puestos a bordo. En las grandes empresas marítimas españolas del XVI, la exploratoria de Magallanes y las militares de don Juan de Austria, de don Álvaro de Bazán, marqués de la Santacruz, y la tristemente “Armada Invencible”, bajo el mando del duque de Medina Sidonia, los médicos y cirujanos ocuparon ya lugares importantes en las naves almiranta, capitana y de menor rango. Su presencia era imprescindible, ya que de ellos dependía, en mucho, contar con la ayuda a marinos y soldados, quién así se mostraban más dispuestos a la lucha, sabiéndose atendidos en sus heridas y enfermedades.

El siglo de Carlos V y Felipe II destaca por la abundante normatividad que pretendía mejorar las condiciones sanitarias en las embarcaciones en general, especialmente en aquellas que participaban en las grandes gestas militares y/o descubridoras. Los médicos y cirujanos que en ellas sirvieron Diego Álvarez Chanca, Luis Lobera deÁvila, Gregorio López Madera y Dionisio Daza Chacón, por citar los más destacados, ocupan un sitio especial en la historia de la medicina y cirugía por las obras que nos legaron y que dan muestra de su experiencia y sus conocimientos puestos al servicio de la sanidad naval.
Hacia mediados del siglo XVI (noviembre de 1554), se fijan las primeras reglas para la higiene de las embarcaciones, que se reducen a las obligaciones de barrer y limpiar cada mes sobre cubierta y bajo cubierta, y perfumar con romero una vez por semana. Treinta años más tarde se toma conciencia de esa misma necesidad en los barcos de la Armada.

En 1633 se publicaron en Madrid las importantes Ordenanzas del Buen Gobierno de la Armada del Mar Océano, este valioso documento normativo recoge las ricas disposiciones que hasta la fecha se habían producido durante los reinados de Felipe II y Felipe III.

Se tendrá particular cuidado en no admitir ni asentar plazas de cirujanos, ni barberos de la Armada y su hospital; a personas que no tengan suficiencia y partes que convienen para gozar de sus plazas, lo cual ha de constar por las cartas de examen que presentaren y aprobación del Protomédico de la Armada.

En el transcurrir del siglo XVII aunque se producen incipientes mejoras en las condiciones sanitarias de las naves, es por ello la presencia mayoritaria de cirujanos que teniendo buena experiencia de trabajo carecían de la preparación que proporcionaba la academia. Había diferentes acepciones: cirujanos romancistas, cirujanos plebeyos, cirujanos de heridas o cirujanos de ropa corta. Sus superiores en cuanto a posición social adquirida a través de la preparación universitaria se les llamaba cirujanos latinos o cirujanos de ropa larga.

Recordaremos a Jerónimo de Silva, nacido en Oporto, y fallecido en San Juan de Ulúa, fortaleza frente a las costas del puerto de Veracruz en la Nueva España en 1590. Es el caso de este barbero y cirujano de Nao de quien sabemos que fue hijo de Juan y de Catalina González, casado con Isabel Rodríguez, vecina de Sevilla, a quien nombró en su testamento heredera universal.

También recordaremos a Hernando de Alba, barbero y cirujano de la Nao Almiranta de la flota a cargo de Fernando de Souza. Cuando las naves emprendían el regreso a España y a punto de embarcarse en la de su destino también falleció en la fortaleza de San Juan de Ulúa en 1623.

En las ordenanzas fundacionales del cuerpo de cirujanos aprobadas en 1728 se mantenía la distinción profesional entre cirujanos y barberos-sangradores de la armada, distanciamiento que se había iniciado con la real orden de 1703. De esta forma, los barberos-sangradores o cirujanos-barberos quedaban subordinados a los cirujanos (médicos) quienes los seleccionaban y concertaban un convenio para su embarco. De resultas de estos contratos, el cirujano-barbero cobraba el importe del recorte de las barbas a la marinería y oficialidad durante la travesía, pagando al barbero lo estipulado.

Como es lógico, por el riesgo y las privaciones que conllevaban las navegaciones, el destino en la mar no era muy apetecido por aquellos barberos afincados en Cádiz, por ese motivo se desplazaron a la misma ciudad barberos-sangradores de otros lugares de la península.

Los estudios que se realizaban en el Colegio de Cirugía en 1758 por Gracia Real equiparó la institución gaditana a la universitaria. Se abría así la puerta al examen del Protomedicato para los colegiales graduados, que accederían tras su aprobación a la condición de cirujanos latinos.

En las ordenanzas de 1728 aparecían las obligaciones que tenían que realizar los cirujanos y sangradores de la marina a bordo de los navíos, las obligaciones del empleo del cirujano primero se resumían en:
1.- Llevar un cuaderno diario con los nombres de los ingresados en la enfermería. En él debían figurar las fechas de baja y de alta de cada paciente, tipo de enfermedad y por supuesto los fallecimientos en caso de que los hubiera.
2.- Realizar las curas en la enfermería a las 7 de la mañana acompañado del segundo cirujano y del sangrador. Acabada ésta debía realizar la curación a la tripulación que no estuviera sujeta a dieta, anotando todo ello en su cuaderno diario. También debía presenciar el acto de las comidas y las cenas. Una segunda visita a la enfermería estaba priv9ista a las 3 y media de la tarde.
3.- Cuidar que los instrumentos de cirugía se conservaran limpios, en caso de negligencia, la posterior limpieza correría a su cargo, descontando de su sueldo el doble del coste de la misma.
4.- Vigilar que el segundo cirujano y el sangrador cumplieran sus cometidos, dando parte al ayudante del cirujano mayor de la escuadra en caso contrario.
Por lo que se refiere a los segundos cirujanos siempre y cuando éstos acompañaran al primero:
1.- Realizar todas las visitas y curas acompañando al cirujano primero.
2.- Llevar un segundo cuaderno en el que debía anotar los medicamentos que recetaba su superior.
3.- Dar cuenta al ayudante del cirujano mayor de la escuadra en el caso de que el cirujano primero no cumpliese con sus obligaciones.
4.- Solicitar la confesión del capellán siempre que un paciente ingresara en la enfermería.
Era competencia del sangrador de la Armada embarcado:
1.- Asistir a todas las curas y visitas llevando dos cuadernos diarios. En uno de ellos anotar todos los medicamentos y remedios tópicos recetados por el cirujano primero, y en el otro los alimentos y dietas estipulados.
2.- Procurar que los alimentos y dietas fueran de buena calidad y velar por la puntualidad en su servicio, asistiendo también, a todas las comidas y cenas.

A pesar de algunas diferencias entre los cirujanos con diferentes nombres podemos aventurar que todos o la mayoría constituyeron una organización social con tintes de una comunicad científica en formación. Decimos comunidad aún en estadio de formación, ya que la pertenencia de los cirujanos a departamentos de marina que controlaban todos sus movimientos y marcaban sus normas de conducta, que tenían como sustento una vigente y aplicada reglamentación jurídica,. Indica, sin duda alguna, la existencia de un fuerte estamento militar. Simultáneamente encontramos ya indicios de una relativa autonomía de los sujetos. Tampoco tenemos duda del estado del avance del arte de la cirugía de la regularidad en la formación profesional y a través de la pertenencia a los colegios o a la escuela de cirugía y a través de la presentación de exámenes ante el protomedicato, que dotaba a los cirujanos de una filiación científica homogénea.

La formación científica recibida era obtenida en instituciones especiales como los Reales Colegios de Cádiz, Barcelona y Madrid, y/o la Escuela Real de Cirugía de México y también en la práctica del arte de la cirugía durante varios años, tanto a bordo de los navíos como en los hospitales.

A partir de las ordenanzas de 1791 apareció un nuevo título, el de médicos cirujanos o profesores de medicina en cirugía que unificaban estudios en el Real Colegio de Cirugía de Cádiz, diferenciándose los cirujanos médicos de los barberos-cirujanos o barberos-sangradores.

Existe una parte de la Sanidad, de la enfermería, que sigue siendo la gran desconocida y a quien hemos de agradecer muchos avances y descubrimientos. Nos referimos a la Sanidad Naval y más concretamente a la de la Ilustración-S.XVIII. La miscelánea profesional entre médicos, cirujanos y barberos se alargó en el tiempo; surgieron disputas que llegaron al despacho real, se escindieron ramas comunes y caminaron separadas aunque tímidamente paralelas, una civil y otra militar, e incluso entre los distintos ejércitos también existían roces y celos.












Se crearon los departamentos marítimos como los de Ferrol, Cádiz y Cartagena, construyéndose Arsenales y llegando la Armada a tener 76 navíos, 51 fragatas y 184 buques menores con 100.000 hombres. El hecho de reforzar la Armada o Armada Real como será conocida desde entonces, era la intención de recuperar territorios perdidos (bien en batallas bien en tratados). Así se creó la Real Compañía de Guardiamarinas de Cádiz en 1717, el Cuerpo de Batallones o el Real Observatorio Astronómico en 1753.

Los cambios en la Marina, en la asistencia sanitaria, marcaron un nuevo rumbo en los planteamientos docentes de la universidad española. Una de las prioridades era mejorar dicha asistencia, sustituyendo a los barberos que ejercían en galeras por cirujanos examinados y de inteligencia.
Aun así existía poca diferencia de funciones entre Barberos-Sangradores y Cirujanos Segundos, de ahí que durante la primera mitad del S. XVIII fuera normal ascender a un barbero-sangrador a Cirujano Segundo previo examen del Cirujano Primero.
¿Quién estaba mejor formado?, el de años de experiencia y horas de mar, o los hechos al calor de la lumbre de Virgill en Cádiz?... No cabe duda que esto desembocó en otro conflicto en 1791, por eso el Protomedicato en su subdelegación de Cádiz, quiso cerrar las barberías de los barberos-sangradores de Marina que no hubiesen revalidado en el Real Tribunal.

Hacinados, sin higiene, férrea disciplina, brutales combates; la vida de un tripulante de un barco de guerra era toda una odisea de supervivencia, debiendo cohabitar con vacas, cerdos, aves y todo un corral, además de provisiones, cables, cajas, cañones, municiones, etc. Por término medio, el número de hombres embarcados corresponde a 1.000 sobre un buque de 112 cañones donde hay un estado mayor con veinte oficiales (incluidos capellán y cirujano). Un buque de guerra constituye un nido de infección. En la sentina (parte más baja del navío) se acumulaban: agua de mar a causa de temporales o que chorrea por las aberturas del barco, aguas de lluvia, aguas de lavado de los puentes, aguas residuales de la vida de los hombres y de los animales. Es un lugar donde las bacterias pululan, los parásitos se reproducen y donde larvas de mosquitos (que transmiten la fiebre amarilla y el paludismo) proliferan. En estas condiciones, la higiene corporal es un objetivo inaccesible. Dichas medidas de higiene son tomadas a partir del último cuarto del siglo XVIII: los médicos de marina quieren hacer salubres estos buques y mejorar la calidad de vida de las tripulaciones. Su primer acto es el empleo de desinfectantes, más tarde aparecen las fumigaciones de enebro, vinagre y pólvora de cañón cada mañana en la sentina, la bodega, el sollado y las baterías, y dos veces al día en el puesto de los enfermos.

En cuanto a la comida a bordo del navío, había tres clases de raciones en los buques. La primera se llamaba de carne salada o cecina y tocino; la segunda de bacalao, aceite y vinagre, y la tercera de queso y aceite. Con cada una de estas raciones se suministraba bizcocho, vino, menestra fina, agua y sal. Para los grandes viajes, los animales son embarcados vivos, destinados a mejorar la dieta del estado mayor y a abastecer el "caldo de ave" que revitaliza los enfermos y los heridos. Por otro lado, una parte importante de las calorías es aportada por el alcohol: un litro de vino al día y por hombre, completado por una porción de aguardiente, pudiendo ser utilizado para recompensar a los hombres, galvanizar a los combatientes o reconfortar a los heridos.

La gran amenaza para la vida de un marino era las enfermedades de a bordo. La mortalidad por enfermedad es bastante superior a la causada por los combates y los naufragios. Las patologías más comunes son las referidas a la alimentación (escorbuto, daños gastrointestinales provocados por el alimento salado, los salazones podridos, la mala dentición, al agua (la bebida corrompida era caldo de cultivo del tifus) y a la falta de higiene favorable en la proliferación de enfermedades contagiosas: cólera, sarampión, viruela y enfermedades transmitidas por parásitos: tifus, enfermedades de piel. El mar puede agravar las enfermedades pulmonares (tuberculosis), las afecciones articulares (artritis, artrosis, reuma articular agudo con complicación cardio-respiratorio; los estados "preescorbúticos" favorecen traumas del tipo de "artrosis crónica " con dolores y rigideces). Al escorbuto se sobrepone el tifus y la tifoidea, que deja impotente la medicina del momento. Pero es el escorbuto lo más temido, como demuestra su sobrenombre "peste del mar”. Por empirismo, los británicos descubren la eficacia del zumo de limón para luchar contra el escorbuto, pero éste pierde su eficacia al cabo de algunos días, y los marineros son reticentes a su consumo. La solución fue encontrada, por un cirujano de Nelson, que lo añade al aguardiente de caña, el ron.

Por último, a las enfermedades orgánicas se añaden las enfermedades psíquicas de los hombres. Los médicos aconsejan dejar a los marineros, los días de fiesta y el domingo por la tarde, entregarse al baile y otros juegos, el recreo es tan necesario para el hombre como los alimentos.

El instrumental y diversos efectos de enfermería, eran sufragados por la Hacienda Real y se puede dividir en 2:

Equipamiento de enfermería:
Se disponían de “catres de firme” o camas fijas con patas cortas que tenían colchón, cabezal, sábanas y manta más un gorro y camisa para los enfermos.

El resto del material lo componía:
Brasero con paleta y tenaza, escalfeta(2), palmatoria, jarrillo, escudillas, zambullo (3), jeringas de distintos tamaños, vaso de sanguijuelas, ventosas (4), lebrillo para sangrar, tazas para recibir la sangre, tinaja de barro para tisanas, papeles de zancas y alfileres(5), cajas para medicinas, cajas para instrumentos de cirugía y “trépano”.
Terminaremos contaba como era una jornada sanitaria a bordo de un navío de guerra.
Comenzaba a las 6 de la mañana aseándose y preparando todo para comenzar el día. A las 7 de la mañana se estaba con los enfermos de la enfermería; curas, administración de remedios y horario de consulta para la dotación, tras el toque de almirez como llamada, era lo siguiente. En la enfermería existían cinco cuadernos, el primero se reservaba para los hospitalizados, sus curas, remedios y evolución. El Cirujano Primero disponía de otro para anotar los pacientes vistos, diagnósticos y tratamientos. También el Cirujano Segundo tenía otro cuaderno con toda la medicación prescrita a cada enfermo. Los dos últimos cuadernos eran para el Barbero, en uno anotaba remedios tópicos y en otro el régimen alimenticio.

La segunda visita a la enfermería era a las 15:30 de la tarde, el personal sanitario ocupaba su tiempo en preparar medicación (Cirujano Segundo) y elaboración de dietas y cuidados capilares (Barbero).
Sería el Cirujano Primero quien ofreciera consejo espiritual así como la asistencia obligatoria junto con todos los cirujanos de otros navíos, de reunirse en cada puerto para “conferenciar sobre las enfermedades presentes en cada bajel”. En puertos extranjeros habían de visitar los hospitales y presentarse para observas sus enfermedades y remedios curativos, haciendo un detallado informe de lo observado.

NOTA y Anexo (1)
Gaceta de Madrid nº 1710 de 10 de Septiembre de 1857
Ministerio De Fomento
Ley de Instrucción Pública de 9 de Septiembre de 1857, reseña al final del artículo

DOÑA ISABEL II, por la gracia de Dios y la Constitución de la Monarquía española Reina de las Españas; a todos los que las presentes vieren y entendieren, sabed: que, en uso de la autorización concedida al Gobierno por la Ley de 17 de julio de este año. He venido en resolver, conformándose con el parecer de mi Consejo de Ministros, que rija desde su publicación en la Península e Islas adyacentes, la siguiente:
LEY DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA
TÍTULO III. CAPÍTULO I: "DE LAS FACULTADES"
[…]
ARTÍCULO 40: Queda suprimida la enseñanza de la Cirugía menor ó ministrante. El Reglamento determinará los conocimientos prácticos que se han de exigir á los que aspiren al título de Practicantes.
ARTÍCULO 41: Igualmente determinará el Reglamento las condiciones necesarias para obtener el título de Matrona ó Partera.
ARTÍCULO 42: El Gobierno dictará las disposiciones necesarias para que, por medio de estudios suficientes, puedan pasar de una clase a otra los actuales profesores del arte de curar, tomando en cuenta los estudios, el tiempo y los gastos de las respectivas carreras.
Documento facilitado por cortesía de Juan Ignacio Valle Racero





























































































































































AGRADECIMIENTOS A:
-Iñiga Pérez Cabrera de México. Decana de la ENEO-UNAM. Decana del H. Consejo Técnico. Presidenta de la Academia de Investigación de México. “Historia de la Enfermería de México 100 años”.
-Elena Muñoz Arranz; Alicia Ponce Valencia¸ Antonia Valverde Freixinos¸ Ana Mª Vidal Martínez y Antonia Mª Díaz Cuenca, todas ellas de UCAM, Murcia (España). Por su artículo “La Enfermería en la Sanidad Naval del Siglo XVIII, del Orto al Ocaso”.
-María Luisa Rodríguez Sala; Karina Neria Mosco; Verónica Ramírez Ortega y Alejandra Tolentino Ochoa. Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Por su libro “Los Cirujanos del Mar”.
-Mikel Astrain Gallart. Doctor en Historia. Su libro “Barberos, Cirujanos y Gente de Mar”.

A todos ellos muchas gracias por ser unos apasionados de la “Historia de la Enfermería”.

Fotos: Las fotos están escaneadas de los dos libros y del trabajo de Elena Muñoz y compañeras.

Muchas gracias.
Un abrazo para todos
*Manuel Solórzano Sánchez; **Jesús Rubio Pilarte y ***Raúl Expósito González
* Enfermero Hospital Donostia. Osakidetza /SVS
** Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
*** Enfermero Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Ciudad Real
masolorzano@telefonica.net
jrubiop20@enfermundi.com
raexgon@hotmail.com

martes, 9 de junio de 2009

NOTICIAS SOBRE EDUCACIÓN PARA LA SALUD

VILLANUEVA DE LA SERENA
La segunda semana para la salud en drogodependencias enfoca sus actividades hacia la prevención
El martes 16 habrá una jornada de puertas abiertas en el centro de ApoyatFRAN HORRILLO VILLANUEVALa Concejalía de Servicios Sociales y Atención a la Dependencia ha preparado una serie de actividades con motivo de la celebración de la segunda semana de educación para la salud en drogodependencias, y que se ha enfocado hacia el tema de la prevención.http://www.hoy.es/20090609/villanueva/segunda-semana-para-salud-20090609.html

3.234 alumnos de 30 colegios del casco urbano y pedanías de Lorca han disfrutado y aprendido con los Talleres de Educación para la Salud del curso 2008/9
Fuente: Ayuntamiento de Lorca
Niños y niñas de los tres ciclos de Primaria de 260 aulas han recibido la formación teórica y práctica sobre la higiene personal, la alimentación saludable y la mejora de la convivencia. La Concejal de Sanidad del Ayuntamiento de Lorca, Antonia López, ha informado que 6.234 alumnos de 15 colegios del casco urbano y otros 15 de pedanías han disfrutado y aprendido con los Talleres de Educación para la Salud para Escolares organizados por el Consistorio durante el curso 2008/9 y que han finalizado este mes.

Nuevo reconocimiento a la estrategia de La Laguna en prevención de drogas, expuesta en un foro nacional
La política de prevención de drogodependencias y educación para la salud que se desarrolla en el municipio de La Laguna ha recibido un nuevo reconocimiento. El Ayuntamiento de la ciudad ha sido invitado a participar este mes de junio en un foro nacional con expertos en esta materia, en base “a la importante labor” y su “modélica experiencia” en este ámbito, según se indica en la invitación cursada a la Corporación municipal.

Profesionales de los centros de salud del área Mancha Centro se forman en Mediación intercultural
A través de un curso organizado por el SESCAM en colaboración con la UCLM y Médicos del Mundo Castilla-La ManchaJCCM - Domingo, 07 de junio de 2009Imagen del curso sobre mediación intercultural en el ámbito sanitarioEsta actividad desarrollada esta semana en Tomelloso (Ciudad Real) tenía como objetivo formar a los profesionales del ámbito sanitario sobre el fenómeno migratorio y favorecer la accesibilidad del colectivo inmigrante al sistema sanitario público.

Más de 300 escolares se benefician de un proyecto de educación para la salud
07.06.09 - JOSÉ VÍCTOR PAVÓN ZAFRA
La Asociación de Investigación y Mediación para la Promoción del Empleo y la Igualdad (AIMPEI) ha realizado un proyecto sociosanitario en el campo de la promoción y educación para la salud beneficiándose más de 300 alumnos, según informó Susana Cortés de AIMPEI. Para la asociación, los resultados han sido bastante positivos, puesto que la participación del alumnado ha sido considerable.

Cruz Roja da charlas de Sexualidad en Ceuta http://www.elpueblodeceuta.es/200906065202.html

IV JORNADAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ENFERMERÍA OFTALMOLÓGICA (SEEOF). POLO ANTERIOR

Se celebró esta Jornada el día 30 de mayo de 2009 en el Salón de Actos del Hospital LA PAZ de Madrid.

Se inscribieron 175 enfermeras, en su mayoría de la provincia de Madrid y también y en menor número acudieron de diferentes Comunidades y Autonomías del Estado Español. Después de ser atendidos por la secretaria de la SEEOF Carolina Gil Serrano y ayudada por sus miembros más veteranos de la Junta Directiva con su Presidente al frente, se les entregó a todos la documentación de la Jornada y se pasó las listas para firmar, ya que sin ellas no se puede dar la acreditación de asistencia a ninguna enfermera.
Inauguraron la Jornada la Presidenta Mª Aurora Egido Cañas y el Presidente de la Seeof Francisco J. Gabaldón Ortega.

Todas las conferencias que se dieron estuvieron a un gran nivel y para demostrarlo empezó la jornada con una magnífica exposición el Dr. Agustín Fonseca, Jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital La Paz. Madrid. Comenzó con la “Evolución Histórica del Ojo”, y comenzó con Imhotep de hace 3000 años A.C., siguiendo con el Códido de Hammurabi de hace 1800 años A.C., le siguió La Piedra de Iry de la misma época. A continuación el Papiro de Ebers, Empedocles, Democrito, Hipócrates, los pitagoricos, Aristóteles, Celsio y cómo cada uno de ellos presentaban el dibujo del ojo de forma diferente. Galeno en su descripción del ojo pinta por primera vez el cristalino. Toca también la historia árabe e hindú, llegando hasta Leonardo Da Vinci, y posteriormente hasta los galenos de nuestros días. Fabulosa exposición de historia de muchísimos años concentrada y disfrutada en media hora.
Dentro de los Procedimientos Diagnósticos, le tocó el turno a María García Rojo, enfermera del Hospital del Henares. Era su primera presentación en público y hay que reconocerlo lo hizo fenomenalmente bien, muy tranquila en su disertación que cursó sobre “Pruebas de Exploración en Superficie Ocular I. Biomicroscopía, Tinciones Corneales y Raspado Corneal”. Habló sobre las enfermedades más frecuentes que nos podemos encontrar como: Traumatismos oculares, Inflamaciones o infecciones de la conjuntiva, pterigium. Inflamaciones o infecciones de la cornea y Síndrome del ojo seco. Nos habló de la lámpara de hendidura, las técnicas de iluminación con magníficas fotos ilustrando toda su exposición. Siguió con las tinciones corneales, la fluoresceína, y el rosa de bengala y terminando con el raspado corneal.
Después le siguió Manuel Solórzano Sánchez del Hospital Donostia de San Sebastián habló sobre “Pruebas de Exploración en Superficie Ocular II. Autorefracto y defectos, Test de Sensibilidad, Test de Shirmer y Estesiometría”. Hablé del refractómetro de Topcon KR-8800, que es un instrumento computarizado que mide objetivamente la cantidad de defecto refractivo del paciente, con gran precisión; mide además la curvatura de la córnea, el diámetro de la pupila y la distancia interpupilar. El test de sensibilidad al contraste, es la pérdida de sensibilidad siendo común en pacientes de edad avanzada. La medida de la sensibilidad al contrate, nos da información importante de cómo se desenvolverá el individuo para realizar determinadas tareas. Se recomiendan los filtros a aquellas personas que padecen sensibilidad al deslumbramiento, visión borrosa, pérdida de sensibilidad al contraste y dificultad para adaptarse a cambios bruscos de niveles de iluminación. El Test de Shirmer es una prueba clásica en el diagnóstico del ojo seco, y descrita por Schirmer en 1903. Existen varias variantes, una de las más usadas consiste en la administración de un colirio anestésico y medir los milímetros que se humedece una tira de papel filtro, colocado entre el párpado y el ojo. Y para terminar hablé sobre la estesiometría que es la medición de la sensibilidad corneal. La sensibilidad corneal se encuentra reducida en el Síndrome del ojo seco, en los portadores crónicos de lentillas, tras la cirugía Lasik, en queratoplastia y en la queratitis herpética. Quiero dar las gracias a Sabin Zubizarreta, Sandra Sáez de Arregui, Ana Carmen Blanco, Ana Ondarra, Igor Illarramendi y Santiago Ayerdi por su ayuda en este extenso trabajo.

Siguió el Dr. Luis Rivas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Su conferencia versó sobre “Pruebas Específicas del Polo Anterior”. Nos habló como esta formada la superficie ocular, la película lagrimal, técnicas y recogidas de muestras, ¿qué áreas interesan? Y como fijar las muestras. Como teñir las muestras y los métodos de tinción. Para terminar con las enfermedades del ojo seco.
Seguimos con los Procedimientos de Diagnóstico y disertó la Presidenta de la Jornada Mª Aurora Egido Cañas del Hospital La Paz de Madrid. Habló sobre “Microscopia, Topografía, Queratometria y Taquimetría”. Nos contó sobre los conceptos, tipos, y funcionamientos de los cuatro aparatos antes mencionados, su lectura e indicaciones de las cuatro pruebas expuestas. Magnífica exposición surtida de fotos, enseñándonos como se deben utilizar bien dichos aparatos. Pasada su exposición y viendo el devenir de la jornada se relajó y dejó que el día discurriese sin ningún contratiempo, terminando felizmente la jornada después de una preparación y un trabajo perfecto. Gracias por tu organización. Hay que mentar que Aurora es vocal de la SEEOF por Madrid desde Octubre de 2008, eso conlleva mucha dedicación, organización y trabajo. Enhorabuena.

Le siguió el Dr. Pedro Arriola Villalobos del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Su conferencia versó sobre “Ecografía y OCT de segmento anterior y Microscopía con Focal”. Comenzó diciendo que son pruebas poco extendidas y costosas, requieren experiencia para su interpretación, su utilidad clínica es limitada, obtención de imágenes o cortes histológicos in vivo de gran calidad y permite entender mejor la patología ocular. Muy buena exposición como todas las que hemos visto hasta ahora, muchas imágenes, fotos y vídeo. Quería dar las gracias a los profesores: Benítez del Castillo y García Feijoo y al Dr. Díaz Valle.
Le siguió con la “Patología de la ConjuntivaConsuelo Muro García del Hospital Gómez Ulla de Madrid. Comenzó su disertación que es la conjuntivitis, clasificación, síntomas y signos, exploración ocular y tratamiento. Habló de las diferencias entre las conjuntivitis bacteriana y vírica, conjuntivitis alérgica y por chlamydias. También habló sobre las conjuntivitis neonatorum y la del recién nacido. Tratamiento de las conjuntivitos y el ojo seco. Siguiendo con el Pterigión, las quemaduras y las causticaciones, térmicas y fototraumatismos. Quemaduras químicas, y para terminar habló sobre la membrana amniótica. Excelente exposición y, muy buena presentación.

Les siguió la Dra. Almudena del Hierro Zarzuelo del Hospital La Paz de Madrid. Nos habló de “Patología Corneal”. Empezó con los herpes corneal, formas epiteliales y estromales, diagnóstico y tratamiento médico. queratoplastia, membrana amniótica, distrofias corneales, endoteliales, diferentes distrofias su diagnóstico diferencial, ectasias corneales, queratocono. Magnífica exposición y una buena cantidad de fotografías para terminar su buena presentación.

Le siguió el Dr. Félix Armadá Maresca del Hospital La Paz de Madrid, desde el estrado nos dio las gracias a la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica, por estar presentes otro año más en el Hospital La Paz y animándonos a seguir con nuestro buen trabajo de formación, ya que cada año, acuden más enfermeras y médicos de diferentes Hospitales a las jornadas de formación. Continuando con su conferencia que versó sobre “Novedades en lentes Multifocales” nos decía y enseñaba el funcionamiento de las lentes multifocales, los tipos de lentes que hay hoy en el mercado, su aplicación y principios ópticos, como inciden los rayos ópticos en las lentes monofocales, en el diseño refractivo, en la óptica esférica, la diferencia de los focos de los rayos en las lentes en la monofocal, difractiva y la primera generación multifocal. Nos habló también de las claves del éxito para los implantes difractivos, para terminar hablando de las lentes tóricas y las lentes intraoculares acomodativas. Como siempre magnífica exposición y muy buena su presentación.
Después de un excelente almuerzo al lado mismo del Salón de Actos, reanudamos la sesión con “Tratamientos biológicos” de Aquilino Corral de “La Botica de Argensola” de Madrid. Además de ilustrarnos con imágenes de otras épocas, nos habló de las fórmulas magistrales que preparan los boticarios, nos dijo lo que habla la legislación sobre ¿Qué es la formula magistral? Y dice la fórmula magistral: el medicamento destinado a un paciente individualizado, preparado por un farmacéutico, o bajo su dirección, para cumplimentar expresamente una prescripción facultativa detallada de los principios activos que incluye, según las normas de correcta elaboración y control de calidad establecidas al efecto, dispensado en la oficina de farmacia o servicio farmacéutico y con la debida información al usuario en los términos previstos en el artículo 42.5. Y también habló sobre sus preparados como son: colirios en solución; colirios en suspensión; colirios en emulsión; colirios liposomados y geles; pomadas oftálmicas; pomadas perioculares, soluciones de irrigación, inyectables Intracamerales y liofilizados.

Le siguió con “Queratitis infecciosas” la Dra. Ana Boto de los Bueis del Hospital La Paz de Madrid. Novedades. Queratitis estromales, las separó en Bacterianas, Q. cristalina, Mycobacterias, Hongos y Amebas. Y también en Queratitis epiteliales. Nuevos factores de riesgo, resistencias, sensibilización y nuevos tratamientos. Muy buena su conferencia unida a excelentes fotografías y diferentes casos y tratamientos.
Y llegando casi al final de la jornada quedaban por exponer los tratamientos quirúrgicos en las queratitis infecciosas y la conferencia estaba a cargo del enfermero Saturnino García García del Hospital La Paz de Madrid, que nos habló del “Papel de la Enfermería quirúrgica en el transplante de córnea”. Empezó su disertación recordando simplemente la anatomía del ojo, como es la córnea humana y sus capas, recordó un poco de historia, se nota de quien tomar ejemplo teniendo al Jefe de Servicio Dr. Fonseca, datos estadísticos de los tratamientos quirúrgicos, Cross-Linking corneal, y para terminar con la queratoplastia penetrante. Como conclusiones tenemos que la enfermería quirúrgica desarrolla un papel muy importante en el desarrollo de las distintas técnicas quirúrgicas del transplante de córnea, conocemos los distintos procedimientos, preparamos el instrumental adecuado, preservamos la esterilidad del campo quirúrgico y de las personas que intervienen en él y ponemos nuestro saber y nuestro buen hacer para que, más personas consigan recuperar la visión que han perdido. Muy buena conferencia, con muchas imágenes y un vídeo.

Y para terminar la jornada la enfermera Julia Gallego Villaba del Hospital Universitario Montepríncipe de Madrid con su tema “Endoftalmitis Prevención y Terapéutica”. Empezó contando que era una endoftalmitis y sus diferentes formas infecciosa y no infecciosa, y las infecciosas exogenas y endogenas, incidencia, profilaxis preoperatoria, preparación del paciente, profilaxis post quirúrgicas, endoftalmitis postraumáticas y vitrectomía. Una charla muy bien estructurada, y muy bien presentada.

Para terminar nos habló el Presidente de la SEEOF Francisco Gabaldón, primero para dar las gracias a la Presidenta de la Jornada de Madrid Mª Aurora Egido, ya que cada año se supera increíblemente en beneficio de la enfermería, habiendo sido un total éxito la jornada, y animarle para que el año próximo celebre una más y mejor, aunque será difícil superarla. Agradecer al Dr. Fonseca y Dr. Armadá su presencia, su apoyo y su ayuda para seguir realizando estas jornadas de éxito. Dar también las gracias a la Presidenta de la Jornada de Oviedo que también fue un éxito rotundo Natalia Rodríguez Fernández y al tesorero de la sociedad Antonio Vázquez Barrero. A la vicepresidenta Mª Ángeles Sebastián Rodríguez, y a los vocales presentes de la sociedad Isabel Doménech, Cristina Herce, Mª Carmen Guerrero. No pudo asistir el vicepresidente Enrique Cosme y su mujer Mila Reyes, que están esperando familia para dentro de unos días, desde aquí les deseamos mucha felicidad. Y no olvidarnos del Presidente Honorífico Fernando Pérez Camacho y su dulce esposa Sofía Isabel de Jesus Cunha.

No me quiero olvidar de Paco Blázquez, y de nuestra paternaire Belén Rallo del Laboratorio Imex Clinic, del Dr. Manuel Moriche, de Silvia Tejada del Laboratorio Allergan y del informático que estuvo todo el día pendiente para que estuviesen todas las comunicaciones en perfectas condiciones Rubén Rubio Bolivar.
Los siguientes congresos que nos quedan son en Marbella 25, 26 y 27 de junio y el Congreso Nacional que se celebrará en Santander los días 24, 25 y 26 de Septiembre, espero que nos podamos ver en Santander.

Gracias Aurora por reunirnos otro año más en Madrid y espero que no sea el último.

Dirección de Interés:
Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica (SEEOF)
http://www.seeof.org/
secretaria@seeof.org

Muchas gracias, vuestro compañero
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero Servicio de Oftalmología - Hospital Donostia. San Sebastián
masolorzano@telefonica.net