viernes, 27 de febrero de 2009

75 AÑOS DEL HOSPITAL DE TOLEDO

Gracias a la amistad que me une con Isidoro Jiménez Rodríguez, enfermero asistencial y docente como él se denomina, aunque vive en Orgaz en la provincia de Toledo; fue él quien me envió el librito que conmemora los 75 años de la inauguración del Hospital Provincial de Toledo. El libro consta de 51 páginas y lo ha editado la Excelentísima Diputación de Toledo. Nos decían nuestros antepasados que a comienzos del siglo XX Toledo empezaba a salir de un sueño en el que había entrado hacía siglos. Gracias a los intelectuales de la Generación del 98, la ciudad se convirtió en un símbolo del pasado y en una crítica hacia su presente, al mostrar la decadencia de un país que, no hacía tanto tiempo, había sido capaz de levantar imperios.

Como consecuencia de las quejas llegaron las soluciones y fueron los miembros de la denominada Generación del 14 los que se preocuparon por modernizar España. Para conseguirlo decidieron actuar sobre el símbolo de Toledo con el fin de que éste también empezara a tener su vinculación con el futuro. Figuras como Gregorio Marañón o Manuel Azaña, que pertenecieron a este grupo, se implicaron en el desarrollo de la ciudad y consiguieron que en la antigua capital también se hablara de modernidad, gracias a obras como la del Hospital Provincial de Toledo.
Tras varios siglos, Toledo recuperó su papel como lugar de innovación en arquitectura sanitaria, enlazando la obra del nuevo Hospital con la de edificios tan destacados como el Hospital de Santa Cruz o el Hospital de Tavera, que habían servido de modelo para el Renacimiento hispano.
Aunque en este año se ha realizado el aniversario de su inauguración después de 75 años del Hospital Provincial de la Misericordia de Toledo, su historia y orígenes datan de varios siglos antes, concretamente al año 1445, fue entonces cuando Guiomar de Meneses, esposa de Lope de Gaytán, decide ceder sus casas y dotar de rentas al centro para su mantenimiento.

En aquel momento, la dirección corría a cargo de una Hermandad compuesta de “personas respetables”, según permanece recogido en sus documentos más antiguos.

Ya en el siglo XIX, en 1836, la dirección del centro pasó a manos de la Junta Municipal de Beneficencia, que describió así el objetivo del hospital: “Curar toda clase de enfermedades agudas no contagiosas”. Por aquella época “se abren algunas camas de cirugía y plazas para enfermos crónicos”. Estaba situado en la Plaza de Padilla y las Hermanas de la Caridad se encargaban del “gobierno interior”.

El Hospital Provincial de la Misericordia, hoy en día dependiente de la Diputación de Toledo, se ha caracterizado desde su origen por la prestación de servicios sanitarios a los más necesitados.
Este hospital, como muchos otros se construyen para cuidar e intentar recuperar a los pacientes en tiempos difíciles, cuando las condiciones de salubridad de la población dejaban mucho que desear y las enfermedades venéreas campaban a sus anchas. Estas patologías de transmisión sexual, otro tipo de infecciones y la atención a los heridos de guerra están en el origen de un centro sanitario que nació de la mano de una “Hermandad de toledanos”, una «Cofradía de hombres buenos», según palabras de Julio Porres Mateo, responsable de Publicaciones de la Diputación de Toledo, una historia recogida en el libro «El testamento de Doña Guiomar de Meneses y el Hospital de la Misericordia», escrito por Julio Porres Martín-Cleto, María Jesús Cruz Arias y Guiomar de Meneses.

Su benefactora, doña Guiomar de Meneses, acaudalada toledana, que acababa de quedar viuda, decidió ocupar su tiempo y enriquecer su espíritu dedicándose a alguna actividad benéfica. Y qué mejor manera que ayudando a aquellos hombres que recogían a enfermos de las calles en tiempos de epidemia y les daban cobijo y calor en los fríos inviernos. La dama vivía en un inmueble situado en lo que hoy es el corralón de Hacienda, en un callejón sin salida donde se disponían otras casas de su propiedad, una de ellas ocupada por las Hermanas de la Misericordia. La dama, viendo la buena acción de éstos con los «sin techo», les destinó cuantiosos caudales, casas y otros bienes. La hermandad pudo poner en marcha un hospital donde médicos sanaban a los menesterosos y vagabundos enfermos. Había nacido el Hospital de la Misericordia.
En 1930 se abre el debate sobre la construcción de un nuevo Hospital Provincial construido éste en las cercanías del Castillo de San Servando, su ubicación actual. Los problemas económicos retrasaron su apertura y no fue hasta tres años más tarde cuando entró en funcionamiento.
Su inauguración tuvo lugar en la tarde del día 20 de enero de 1933. A la ceremonia asistieron las máximas autoridades del Estado como eran los presidentes de la República Don Niceto Alcalá Zamora; y del Consejo de Ministros Don Manuel Azaña, que contaba con numerosos amigos que formaban parte de las instituciones de gobierno de la ciudad.

En los actos también participó la Corporación Provincial presidida por Don José Fiscer y un buen número de autoridades entre los que destacaban el Secretario General de la República, Sr. Sánchez-Guerra; el Jefe del Cuarto militar de la Presidencia, general Queipo de Llano; el Director General de Beneficencia en representación del Ministro de Gobernación, Sr. González López; y el Director de Instituciones Sanitarias.

La ceremonia se pudo realizar gracias a la colaboración de la Academia de Infantería y de la Fábrica de Armas.

Durante la ceremonia inaugural, el Presidente de la República, el Excelentísimo Señor Don Niceto Alcalá Zamora, hizo entrega al Presidente de la Diputación Provincial de Toledo de un donativo de mil pesetas. Según consta en las Actas de las Comisiones Provinciales de 1933, la Corporación decidió dedicarlo a la adquisición de un microscopio modelo ESA94.

El destino dado a la aportación del jefe del Estado indica la existencia de una preocupación por potenciar la investigación en el nuevo Hospital. Un hecho directamente relacionado con la puesta en práctica de políticas dirigidas a conseguir la modernización y acabar con el atraso en el que se encontraban los centros asistenciales heredados de la Beneficencia en el siglo XIX. El Hospital Provincial aprovechará para homenajear a las Hermanas de la Caridad, que dejan sus dependencias en el centro para trasladarse a un piso más pequeño, acuciadas por la falta de vocaciones, a pesar de que seguirán aportando su experiencia y trabajo diario en el Hospital. Se alabó la labor desarrollada por las Hermanas de la Caridad que desde 1836 ayudan a los enfermos de Toledo, “Se han convertido en un pilar básico del hospital, y han sabido hacer del centro un lugar donde sentirse arropado y querido”.

Hoy, sin embargo, el Hospital Provincial de Toledo, es un hospital moderno y tiene una gran actividad.

Todos estos datos han sido recogidos por los periódicos ABC, Diario de Castilla La Mancha y otros, entre sus reporteros destacaremos a Rebeca de Torres y a María José Muñoz, también lo han realizado más compañeros, y sería muy larga poner todos los nombres.

Asistieron a los actos de inauguración: El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda; el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, y el presidente de la Diputación, José Manuel Tofiño, y demás autoridades.

Dar las gracias a mi amigo Isidoro Jiménez Rodríguez por haberme enviado dicho libro y así poder descubrir interesantes anécdotas de éste singular libro.
Enhorabuena a todos los trabajadores del Hospital Provincial de Toledo y sobre todo a sus enfermeras y enfermeros; y a las Hermanas de la Caridad que saben hacer lo que hemos aprendido a realizar que es “CUIDAR a nuestros pacientes”.

Muchas gracias, Un abrazo para todos
Manuel Solórzano Sánchez y Jesús Rubio Pilarte
Enfermeros - Hospital Donostia - San Sebastián
masolorzano@telefonica.net
jrubiop20@enfermundi.com

Nota: Las fotos están escaneadas algunas del mismo libro y otras de la red.

sábado, 21 de febrero de 2009

UN DÍA EN EL MUSEO VASCO DE HISTORIA DE LA MEDICINA "JOSÉ LUIS GOTI"

Un día cualquiera de un mes de diciembre con mucho frío, me fui a pasar el día a Bilbao a la Universidad del País Vasco en Leioa a la UPV para simplificar. Allí rápidamente entré en calor, me acogió su anfitriona, Begoña Madarieta Revilla. Historiadora de profesión, virtuosa, muy servicial, alegre, excelente persona que aunque siempre está muy ocupada, supo sacar tiempo para acompañarme y enseñarme su extraordinario trabajo del día a día. Enseña el museo a grupos a los que les explica la historia con magníficas salas llenas de recuerdos. Ella es la que realiza las visitas guiadas de grupos y pude comprobar como un grupo de Bizkaia de alumnos de Auxiliares de Enfermería quedaban boquiabiertos con su disertación.
Por Begoña supe que el museo empezó su andadura gracias a “José Luis Goti” en 1974, en la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, tras la recogida de los primeros objetos aportados por unos pocos médicos y académicos. Después de un comienzo difícil y con la ayuda de la comunidad universitaria, logró inaugurar la primera sala en 1979, en la Facultad de Medicina de Leioa y su inauguración oficial fue el 25 de Mayo de 1982, con la presencia de las autoridades académicas, como el Rector Magnífico, Prof. Monreal, el Decano de la Facultad de Medicina, Dr. Méndez y el Vicedecano, Dr. Toledo.

Ocupa un espacio de 1.520 metros cuadrados, distribuidos en 22 salas, de las cuales 4 están ubicadas en la Facultad de Medicina y las 18 restantes en el edificio central de Bibliotecas, que en la actualidad se ha quedado muy pequeño y necesitaría casi el doble de extensión para poder exponer la cantidad de objetos que hay en él amontonados.

Su actividad es preferentemente científica, docente, cultural y museística, pero además realiza una labor editorial, bibliográfica, informática y de intercambio de documentación con otros museos.

Su patrimonio es de 5.000 objetos y 6.000 libros de valor histórico-médico procedentes de donaciones de médicos, familiares, instituciones y entidades públicas y privadas de todo el País Vasco.
Su fundador fue el Dr. D. José Luis Goti Iturriaga, siendo su actual director el Dr. Anton Erkoreka, al que tuve la suerte de saludar antes de impartir su clase magistral a los alumnos de medicina.

La primera vez que oí hablar de tan singular museo fue a mi compañero Koldo Santisteban Cimarro en el Congreso de Historia de la Enfermería en Alcalá de Henares de Madrid hace ya muchos años; y que por cierto, es el enfermero que más libros antiguos tiene en su biblioteca privada sobre enfermería, medicina y ciencias de la salud.
En el museo me llamó mucho la atención, el poco espacio y los muchos aparatos que tienen, tales como las camillas, aparatos antiguos de Rayos X, amén de las tres o cuatro bibliotecas llenas de antiguos libros y manuscritos.
Poco a poco la reina de la historiografía va limpiando, clasificando y organizando dichos volúmenes de historia de nuestros antepasados.
Hay tres salas en la Facultad de Medicina. Una de ellas es la Sala Seminario, se le considera el aula de la ciencia y docencia y además es la Biblioteca principal. Es la destinada al intercambio de los conocimientos, conferencias, seminarios, sesiones científicas, defensa de tesis y tesinas, preparación de publicaciones, memorias, etc. En la última década han tenido lugar más de 200 sesiones científicas, de ellas la mayoría Conferencias y en menor número mesas redondas. Han pasado por su tribuna relevantes intelectuales vascos como Caro Baroja, Barandiarán, Ajuriaguerra, S. Granjel, Monreal, Villasante, Charrritton, Barriola, y un largo etcétera, hasta que llegó un servidor.
En la Sala Barandiarán me llamó la atención que esté dedicada a recoger la visión de la Medicina Asistencial, en la que está encuadrada la Medicina Popular La asistencia domiciliaria está representada por un maletín expresamente preparado con medicamentos, jeringas, agujas y todo el utillaje con que el médico acudía a los domicilios en los casos urgentes. Ofrece un valor histórico la silla de partos del siglo XVII- XVIII.
También me llamó la atención por mi trabajo, la Sala de Oftalmología, en la que resalta la colección de bisturíes oftalmológicos de los últimos años del siglo XIX, del Doctor Epalza, las lámparas de hendidura, reglas de skiascopia, refractómetros, campímetros, esferómetro, tonómetro, lentillas antiguas, oftalmoscopio para astigmatismo de madera, etc, tanto del Dr. Candina como del Dr. Epalza.
Y así podríamos seguir mencionando el nombre junto con su interesente contenido de las 22 salas…

A la hora del almuerzo tuve la suerte de estar con unas buenas compañeras, además de estar con Begoña que me acompañó todo el día, estuve con las enfermeras y profesoras de la Universidad de Enfermería: Txaro Uliarte Larriketa; Lucía Campos Capelastegui; María Piedad Flores Elices y la pediatra Marian Municio Martín. Con ellas compartí además del almuerzo sus excelentes pláticas y conocimientos, para mí ese día en el Museo y en la Universidad fue todo un lujo. Os doy las gracias a todos por vuestra gran fuente de conocimientos y por haberme enseñado vuestro saber.
Desde aquí os quiero recomendar al que no conozca dicho museo, que de verdad merece la pena estar en él y aprender de nuestros antepasados.
Muchas gracias

A ti Begoña en particular, muchas gracias por trasladarme un poco de tu saber.

Un abrazo para todos
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero
Hospital Donostia
San Sebastián
masolorzano@telefonica.net

Hoja Web del Museo:
http://www.ehu.es/museo/museo.html

martes, 17 de febrero de 2009

Número 2 de Ética de los cuidados

Ya está disponible en formato electrónico el número 2 (2º Semestre 2008) de Ética de los Cuidados, REVISTA PARA EL ESTUDIO Y REFLEXIÓN ÉTICA DE LOS CUIDADOS
Abre este número una editorial sobre La ética al final de la vida, un inicio para dar paso a diversas reflexiones entre las que se encuentran las Vivencias sentidas hoy por personas que viven con VIH/SIDA, las Reflexiones bioéticas en los cuidados intensivos, los Cuidados paliativos: Calidad de vida en el final de la vida hacia una muerte con dignidad o el Proceso de toma de decisiones en los comités de ética asistencial hospitalarios.Un estudio de Tamayo, Simón, Barrio y Seoane sobre Las Voluntades Anticipadas en España: una visión general hace una revisión general del estado de desarrollo de las voluntades anticipadas en España, útil para aquellas personas que entren por primera vez en contacto con estos documentos.
Dentro de la sección Marco teórico, Ética Moral, Derecho y Religión. Un mapa de conceptos básicos para entender la bioética clínica de Simón Lorda y Barrio Cantalejo, donde se aborda la diferenciación de estos términos que están muy entrelazados, necesaria para todo aquel que quiera introducirse en el mundo de la bioética clínica. La Exclusión social y ¿En qué modo de cuidar, la esencia de enfermería es el cuidado? son otros trabajos incluidos en este número.

Completan este número las secciones de Casos clínicos, Cartas al director y de Reseña bibliográfica.Para consultar este número puede acceder a: http://www.index-f.com/eticuidado/n2/sumario.phpPara conocer más sobre la revista véase: http://www.index-f.com/eticuidado/revista.phpSi desea suscribirse a esta revista y todo el entorno de CIBERINDEX y la Hemeroteca CANTÁRIDA, con miles de accesos a texto completo, acceda a:http://www.index-f.com/suscripcion.htm

ÉTICA DE LOS CUIDADOS es una revista científica digital especializada en bioética, tanto desde la perspectiva más global como desde la más estrictamente clínica, pasando por la ética de las organizaciones sanitarias o la ética de las políticas de salud.
ÉTICA DE LOS CUIDADOS entiende que “cuidar” de la salud de una persona toma a veces la forma de tratamiento, incluso de tratamiento intensivo tecnológicamente complejo, otras toma la forma de educación para la salud, otra la de cuidados higiénicos básicos, en otro momento exige el cuidado emocional, en muchas ocasiones exige además cuidado del entorno social. Los cuidados son obligación de todos. Y aún habría que ir más lejos, conectando la idea de la bioética global con la de los cuidados integrales: tenemos obligación de cuidar no sólo de las personas enfermas, también de las sanas, y no sólo de los humanos, también de los demás seres vivientes. Una ética de los cuidados integrales no puede ser sino, también, una ética ecológica.

lunes, 16 de febrero de 2009

Sociedad Gallega de Calidad Asistencial


El próximo miercoles 18 de febrero de 2009 a las 9:30 horas, tendrá lugar en el Salón de Actos de la Consellería de Sanidad (Edificio Administrativo de San Lázaro, en Santiago de Compsotela) la "I Xornada da Sociedade Galega de Calidade Asistencial" acto que servirá de presentación pública de la recientemente constituida Sociedad Gallega de Calidad Asistencial, que nace por iniciativa de un grupo de profesionales sanitarios relacionados y preocupados con la Calidad Asistencial.


En este momento inicial, cuenta con una Junta Gestora Provisional compuesta por los siguientes miembros:


Presidencia: Dr Jesús Caramés Bouzán; Xerente Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela


Vicepresidencia: Dra. Ana Clavería Fontán; Xefe de Servizo de Calidade e Programas Servizo Galego de Saúde


Tesorería: D. Pablo Permuy Villanueva Subdirector Xeral de Compras e Servizos Servizo Galego de Saúde


Secretaria: Dona Mercedes Carreras Viñas Subdirectora de Calidade Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela


Vocales:

  • D. Luis Arantón Areosa; Supervisor y Coordinador de Calidad del Area Sanitaria de Ferrol.

  • Doña Rosa González Gutiérrez Solana; Subdirectora de Calidad del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña

  • Dr. Ángel Facio Villanueva; Director de Procesos Médicos del Area Sanitaria de Ferrol.

  • D. Rodrigo Gómez Ruiz; Responsable de la Unidad de Desarrollo de FEGAS.

  • Doña Mª Antonia Muñoz Mella; Directora de Enfermería de POVISA.

  • Doña Mª Ángeles Pérez Vázquez; Supervisora de Calidad del Complejo Hospitalario de Pontevedra.

  • Dr. David Rodríguez Lorenzo. Coordinador de Calidad del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo.

  • Dr. Bernardino Alonso Fernández; Responsable de Calidad del Hospital Cristal Piñor de Ourense.

  • Dr. Javier José Nogueira Fariña; Facultativo. Servizo de Documentación Clínica Complejo Hospitalario de Pontevedra.

  • Doña Olga Roca Bergantiños; Supervisora del Área de Calidad del Hospital Xeral-Calde de Lugo.

  • Doña Carmen Fernández Merino; Directora Asistencial de la Gerencia de Atención Primaria de Santiago de Compostela.

El principal objetivo de lal Sociedad, es la promoción de todo tipo de actividades de análisis, monitorización y mejora de la Calidad Asistencial y de todos aquellos aspectos relacionados con la formación e investigación en Gestión de la Calidad en nuestra comunidad y para ello pretende aglutinar en torno a esta idea, a todos aquellos profesionales interesados y relacionados con la actividad sanitaria y socio-sanitaria.


Para poder asistir al evento, hay que inscribirse en el teléfono: 981 95 50 56 o enviar un correo electrónico a la dirección: secretariasogalca@sogalca.es


En caso de agotarse las plazas de aforo de la sala, la inscripción será por riguroso orden de envío.



PROGRAMA del ACTO

  • 09:30 h. Acto Inaugural

  • 10:00 h. Presentación da Asociación Galega de Calidade Asistencial.

  • 10:30 h. Mesa Redonda: Estratexias en Xestión de Calidade Total no ámbito Sanitario

M oderadora: Berta Rivera Castiñeira. Directora da Escola Galega de Administración Sanitaria

Ponentes:

  • Rosa Suñol, Directora Xeral do Instituto Universitario UAB Avedis Donabedian
    – O proxecto Marquis

  • Ramón Sevilla García, Xefe do Servizo de Coordinación de Servizos Xerais. Subdirección
    de Compras e Servizos. División de Recursos Económicos
    – Os Sistemas de Xestión da Calidade ISO

  • Yolanda Agra, Consejera Técnica Agencia da Calidade do SNS Ministerio de Sanidade e
    Consumo
    – Seguridade de Pacientes, Proxectos Nacionais e Internacionais. Visión do Ministerio de Sanidade e Consumo

  • Montserrat Tarres, Directora de Comunicación e Relacións Institucionais de Novartis
    – Responsabilidade Social Corporativa como ferramenta de motivación, resultados
    da súa aplicación.

  • 12:30 h. Debate

  • 13:30 h. Acto de Clausura
Estais todos invitados.
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sábado, 14 de febrero de 2009

LOS PRACTICANTES DE LA MARINA DE GUERRA AUXILIAR DE EUZKADI

Euzkadiko Gudontzidia. La Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi fue una de las unidades militares más singulares y peor conocidas de las que tomaron parte en la Guerra Civil de 1936-1939. En esas unidades navales había asignados practicantes.

Derivado de la Constitución de la República de 1931 y del Estatuto de Autonomía Vasco aprobado en Referéndum en 1933, primera votación en que en la península las mujeres ejercitaron su derecho al voto; el Gobierno de Euzkadi se constituyó el 7 de octubre de 1936. Ese día, en la Casa de Juntas de Guernica, mientras gudaris y milicianos paraban al ejército sublevado en Elgeta, los concejales vizcaínos, guipuzcoanos y algunos alaveses eligieron, por casi total unanimidad, primer presidente del Gobierno de Euzkadi a José Antonio Aguirre, abogado de treinta y dos años, alcalde de Guetxo y diputado a Cortes desde 1931. En nombre del Gobierno de la República José Echevarría Novoa, gobernador civil y presidente de la Junta de Defensa de Vizcaya, invistió como Lendakari a Aguirre, quien pronunció este juramento:"Ante Dios humillado, en pie sobre la tierra vasca, con el recuerdo de los antepasados, bajo el árbol de Guemica. juro cumplir fielmente mi mandato".
A continuación, dio a conocer la lista de su Gabinete, de concentración nacional, y su programa ministerial, pactado previamente. Su composición fue la siguiente:
Presidencia y Defensa, José Antonio Aguirre (PNV); Gobernación. Telestoro Monzón (PNV); Justicia y Cultura, Jesús María de Leizaola (PNV); Hacienda, Heliodoro de la Torre (PNV); Agricultura, Gonzalo Nárdiz (Acción Nacionalista Vasca); Industria, Santiago Aznar (PSOE); Trabajo, Juan de los Toyos (PSOE); Asistencia Social, Juan Gracía (PSOE); Comercio y Abastecimiento. Ramón M. Aldasoro (Izquierda Republicana); Sanidad. Alfredo Espinosa (Unión Republicana), y Obras Públicas, Juan Astigarrabía (PC de Euskadí).
En plena guerra, y sin poder contar con la colaboración del Gobierno de la República, el Gobierno de Euzkadi tiene que organizarse en todos sus ámbitos. El propio Lehendakari Aguirre asume la constitución del cuerpo de Ejército de Euzkadi. Un Ejército propio y distinto al de las milicias irregulares. El decreto del 25 de octubre de 1936 firmado por Aguirre y publicado en el Diario Oficial del País Vasco, establece acorde con la declaración ministerial del día 7, que “todas las unidades, Armas y Cuerpos del Ejército” que operan en Vizcaya quedan “bajo la autoridad superior del Consejero de Defensa de Euzkadi”; esto es, del propio Aguirre. Con lo que se crea un Mando militar propio, supremo, desligado del Ejército del Norte, que existía ya, en principio. Además pone en marcha las siguientes medidas:
Llamar cuatro reemplazos: 1932, 1933, 1934 y 1935.
Militarizar las milicias, que deberán usar uniforme y quedar sujetas al fuero militar.
Militarizar los técnicos y obreros especializados, así como la incautación de las fábricas y talleres, es decir, la industria, la poderosa industria vizcaína.
Establecer zonas de guerra
Crear los organismos competentes: Estado Mayor y Departamento (o pequeño Ministerio) de Guerra, con todas las dependencias propias de una administración militar.

Así, el Gobierno Vasco llegó a crear un pequeño ejército de 40.000 hombres con el Lehendakari Aguirre como Comandante en Jefe.
Fue el 15 de octubre de 1936 cuando el presidente del Gobierno de Euzkadi y consejero de Defensa, José Antonio Aguirre, designó a Joaquín Egia y Untzueta Jefe de la Sección Marina que empezaría a funcionar diez días después.

La misión confiada a esta Sección era la de organizar una fuerza naval auxiliar de la Armada Republicana que se dedicara a la protección del tráfico mercante y de las faenas de pesca en aguas propias y mantuviera libres de minas submarinas los accesos a los puertos vascos. Y es así como nació la Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi, una de cuyas tareas básicas fue la de escoltar buques mercantes que llegaban a Bilbao. En este contexto esta fuerza naval una autonomía orgánica y operativa absoluta respecto de la Marina Republicana.

Para organizar esta fuerza auxiliar, Egia convirtió en "buques de guerra" a un buen número de pesqueros que estaban refugiados en Bilbao, sin ninguna ocupación. En su mayoría habían llegado en la evacuación de Pasajes. Les dotó de artillería en unos casos (bous armados) o de aparejos para el rastreo de minas submarinas en otros (dragaminas).
Para la protección del tráfico mercante y de los pesqueros que faenaban en aguas territoriales se escogió a 4 bacaladeros de la empresa PYSBE de Pasajes, llegados a Bilbao en la evacuación de Guipúzcoa. El 30 de octubre de 1936 el presidente del Gobierno Vasco, José Antonio Agirre firmó los decretos de incautación de los buques Hispania, Euzkal-Erria, Mistral y Vendaval, ocupándose la Armada Republicana de artillarlos. Se les instaló al principio 1 cañón de 101’6 mm. a proa y 2 ametralladoras en el puente (el Mistral llevaba también 1 de 76’2 mm. a popa). El 9 de diciembre fueron rebautizados Araba, Bizkaya, Gipuzkoa y Nabarra y entre enero y febrero se les instaló a todos, menos al Araba, un segundo cañón de 101’6 mm. a popa. El Araba, que siempre tuvo sus calderas en muy mal estado, fue desarmado en febrero de 1937 y entró en dique a continuación para sufrir una profunda modificación que no se había completado cuando cayó Bilbao en junio. Todos los buques fueron pintados de color gris aplomado, llevando en sus amuras, en color negro, la inicial de su nombre o el numeral correspondiente; izaban la ikurriña a proa y la bandera tricolor republicana a popa.

Las tripulaciones se organizaron con personal voluntario, procedente de las marinas mercante y pesquera, que suplió su escasa o nula formación militar con entrega, disciplina y una elevada motivación. Se necesitaban 300 hombres y se presentaron más de 3000 voluntarios, de los que más de 900 llegaron a pasar por las filas de la Marina de Euzkadi. Con el fin de dotar a estos buques y a todos los de la Marina Vasca de personal sujeto al control del Gobierno de Euzkadi, el 10 de noviembre de 1936, se publicó el Decreto de creación del Voluntariado de Personal de Mar.
La mayoría del personal del Voluntariado del Mar provenía de las localidades costeras vascas, más de la mitad eran vizcainos (57 %), destacando el elevado número de bermeotarras (más del 11 % del total); algo más de la cuarta parte eran guipuzcoanos (28 %) y muy pocos los alaveses y navarros (cerca del 1 % entre ambos); el resto (14 %) eran nacidos fuera de Euskal Herria, en su mayoría en Galicia (11 %), y también en Cantabria, Andalucía, Castilla, Aragón, Asturias, Madrid y Cataluña. Por lo que se refiere a su militancia política, el 57 % pertenecía a Solidaridad de Trabajadores Vascos o al Partido Nacionalista Vasco, el 19 % era de la UGT o del Partido Socialista y porcentajes menores estaban afiliados a la CNT (5 %), Acción Nacionalista Vasca (4 %), Izquierda Republicana (2 %), Partido Comunista (2 %) y diversos sindicatos profesionales (1 %). Finalmente un 10 % no estaba afiliado o se desconocía su afiliación.
Una vez incorporados quedaban sujetos a las leyes y fueros de la Marina de Guerra y sometidos a la disciplina militar. Todo el personal recibió vestuario exterior de faena y de paseo. El primero era tipo mono y el segundo consistía en un chaquetón y pantalones en tonos que iban del gris verdoso al azul marino, junto con botas de pescador y boina oscura. No se utilizaron insignias, ni galones que identificaran los grados de cada uno, aunque llegó a esbozarse un proyecto. A los comandantes de los bous se les asignó la categoría de tenientes de navío, aunque el resto de la nomenclatura jerárquica se tomó de la existente en la Marina civil.

En el “destructor José Luis Díez” estaba embarcado el capitán médico José Muxika Arana, natural de Bergara (PNV).
Todos los buques de la Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi tenían embarcado, al menos, un practicante. Entre ellos se encontraban: Tomás Aguirre Ajuria; practicante del “bou Nabarra”, nacido en Bilbao (STV) fallecido en el combate de Cabo Matxitxako, después de atender a los heridos de su barco; Bernardo Alacano; practicante del “bou Bizkaya” nacido en Bizkaia (EGI-STV); Anastasio Arbe Oleagoitia; practicante del “bou Araba”, nacido en Bilbao (STV) posteriormente embarcado en el “destructor Ciscar”; José Ignacio Gorostidi Axuria; practicante del “bou Donostia” nacido en Álava (PNV); Antonio Imaz Areitioaurtena; practicante del “bou Gazteiz” nacido en Bizkaia (Sin afiliación); José María Sáenz Martínez; practicante del “bou Gipuzkoa” nacido en Bilbao (No afiliado); Fernando Zabaleta Abaitua; practicante del “destructor José Luis Díez” nacido en Mendata (PNV-STV); Donato Andonegui Tellechea, marinero enfermero del “destructor José Luis Díez” nacido en Bermeo (PNV-STV) y Francisco Colominas Casas, marinero enfermero del “destructor Ciscar” nacido en Cataluña (Estat Catalá).
La propuesta de Nombramiento del personal sanitario era realizado por la Jefatura de Sanidad Militar del ejército republicano. Los practicantes de los Bous Gipuzkoa, Bizkaia y Nabarra hicieron su prácticas y obtuvieron el título en el Hospital de Basurto.
El sueldo mensual de los practicantes era de 500 pesetas al mes. El personal sanitario de los buques principales atendían las necesidades sanitarias de enfermería del personal de los buques más pequeños como dragaminas y lanchas auxiliares. Documentación extraída del Archivo particular del Bou Bizkaia que está en el Archivo General de la Administración en Alcalá de Henares.

Los practicantes de los bous artillados decidían que personal o soldados podían estar capacitados para el servicio y quien era incapacitado o dado de baja. Dentro de sus cometidos, era de especialmente importante la atención a los heridos en combate.
Además ponían vacunas (tifus, fiebre amarilla, viruela, etc y de todas las enfermedades de la época), además del resto de actividades propias de su profesión, realizando tanto curas como atendiendo toda clase de enfermedades.
Los practicantes mandan una carta donde se quejan de que quieren obligarles a hacer guardias en los “bous”. Dándoles la razón el día 8 de enero de 1937, por la Jefatura de la Marina de Guerra. Al no realizar guardias en los barcos, se las cambian para que los sábados, los practicantes durante la instrucción militar de 10 a 12, debían de dar conferencias sobre la higiene y las enfermedades. Además cada 15 días harán reconocimiento médico a toda la dotación.

El Canarias avistó sólo al Gipuzkoa que venía de la parte de Santoña y abrió fuego contra él. A los pocos minutos una salva del Canarias le desmontó el cañón de popa y otra provocó un incendio en el puente; 5 tripulantes resultaron muertos y 12 más heridos. El Gipuzkoa contestó al fuego y alcanzó a su vez al Canarias produciéndole un muerto y un herido (las primeras bajas de la campaña). Persiguiendo al Gipuzkoa, el Canarias se colocó al alcance de las baterías costeras de Punta Galea y Punta Lucero que empezaron a disparar para ayudar al bou. Enseguida, el crucero rebelde hizo rumbo Norte y se retiró y el Gipuzkoa, seriamente averiado, pudo entrar en Portugalete.
El practicante José Mª Sáenz Martínez del “bou Gipuzkoa” se multiplicaba para intentar atender a todos los heridos, que una vez en tierra fueron evacuados a hospitales de Bilbao.

Entretanto, el “bou Bizkaya” se había topado cerca de Machichaco con un misterioso mercante de bandera estoniana que había apresado el “crucero Canarias” poco antes del combate. Resultó ser el Yorkbrook que transportaba armas para los republicanos. Inmediatamente el “bou Bizkaya”, aprovechando que el Canarias se hallaba ocupado con el “bou Gipuzkoa”, le condujo a Bermeo, recuperándo así el buque y el armamento.

En el “bou Bizkaya” estaba como 2º Oficial de la Marina Mercante Avelino González Zulaika, pasando posteriormente a 1º Oficial de la Marina, casado con la enfermera Miren Begoña Elorriaga Aurrekoetxea y con domicilio en la calle Amistad nº 10 de Las Arenas (Bizkaia), y siendo posteriormente exilados en Burdeos, entre los hijos que tuvieron quiero destacar a su hija Nerea González Elorriaga, hoy enfermera diplomada con residencia en el país austral de Chile.

Al resto del convoy se habían unido ahora los pesqueros Pantzeska y Joseba Mikel, que regresaban de sus faenas. Desconociendo lo ocurrido, al poco rato se topó el convoy con el Canarias. Primero abrió fuego contra el Galdames, causando la muerte a cuatro pasajeros por lo que el mercante izó bandera blanca y paró las máquinas. Disparó luego contra el Donostia, que se alejó, y finalmente contra el Nabarra. El comandante del Nabarra, a pesar de la desigualdad de fuerzas, decidió presentar batalla al crucero y hundirse combatiendo antes que rendir su barco. El Pantzeska y el Joseba Mikel aprovecharon este momento para ponerse a salvo.
De todas las acciones en las que participó la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi, el Combate de Matxitxako es, sin lugar a dudas la más importante, que se desarrolló en medio de un fuerte temporal. El 5 de marzo de 1937, en el cabo Matxitxako y con olas de más de 5 metros, estos bacaladeros artillados se enfrentan en un combate desigual al buque insignia de la flota sublevada, el crucero Canarias, en el que destaca el coraje de la tripulación del “bou Nabarra”. Una salva lateral del "Canarias" lanzaba 1.000 kilos de acero y explosivo, mientras que una salva de los cuatro bous pesaba unos 75 kilos. Teóricamente, dadas las características de protección del crucero (51 mm y 38 mm), los proyectiles de 101 mm de los bous no podían alcanzar ninguna parte vital del "Canarias“. Durante el combate, ya que el “bou Nabarra" estaba sólo, eran primero 1.000 kilos contra 22 (11 kg cada proyectil de 101 mm) y luego contra 11, después del fallo de la pieza de proa.
El “bou Nabarra" hace fuego sin cesar, a la vez que se aleja al norte, tratando de separar al crucero del mercante "Galdames". El "Canarias" reacciona rápidamente. Habiendo fijado "in situ" sus tres presas con órdenes y amenazas dirige ahora su atención al "Nabarra" y empieza a batir el bou con su artillería. Un obús toca en proa, cortando las cadenas en los escobenes y precipitando las anclas al mar. Varios tocan en cubierta; otros, perforantes, atraviesan el casco. Empieza un incendio a proa, otro en media cubierta. En la cubierta, tapizada de esquirlas y cascotes de metralla, corre la sangre.

De los primeros muere un contramaestre de Ondarroa. Luego un marinero. El practicante, Tomás Agirre, tratando de curar heridas, es herido a su vez, también de los primeros. La metralla lo acribilla todo. El palo mayor cae. La chimenea, alcanzada varías veces, está destrozada e inclina a estribor. La pieza de proa del Nabarra se bloquea porque se agarrota definitivamente el cerrojo del cañón. La pieza de popa sigue tirando sin cesar, a veces tiene que hacer fuego por elevación hacia proa, rozando chimenea y arboladura. Un obús alcanza el puente blindado de mando, que queda destrozado, y hasta el timón ha perdido sus cabillas. Llaman a un artillero para que coja el timón, porque el timonel ha muerto, con un brazo arrancado. El segundo oficial Olabeaga, ha perdido varios dedos y está tocado en las costillas. Pese a estar herido, Tomás Agirre continúa atendiendo a los heridos.
En uno de los acercamientos del "Canarias" un obús del "Nabarra" alcanza al crucero, matando a un guardiamarina y haciendo varios heridos. Un proyectil del crucero atraviesa cubierta superior, inferior, y estalla en el tubo de alimentación de las calderas y máquina del "Nabarra". Saliendo de las entrañas del "Nabarra" aparecen varios titubeantes moribundos, quemados por el vapor. Sus carnes escaldadas cuelgan lastimosamente; han perdido cejas, pelo, piel, y se les va la vida.
El comandante del Nabarra, Enrique Moreno ordena abrir las compuertas del fondo para hundir el barco, al tiempo que comienza el desalojo. En medio del temporal y bajo el fuego enemigo, se botan como se pueden los botes salvavidas, saltando al agua para llegar a ellos. 5 tripulantes mueren ahogados, al no poder alcanzar los botes, entre ellos, el practicante herido, Tomás Aguirre. Enrique Moreno y Ambrosio Sarasola deciden quedarse en el barco y hundirse con él. El crucero se acerca al bou y le dispara a quemarropa una tremenda andanada que ha quedado grabada en la memoria de los supervivientes. Todo salta, y puente, cubiertas, cañones, tapas, maderas y maquinillas vuelan por los aires… y el “bou Nabarra” se hunde.
Mientras el gran crucero maniobra para recoger el primer bote del "Nabarra", Francisco Elortegi, comandante del "Donostia", da avante toda máquina para recoger el segundo bote. Al hacer esto, el pequeño bou se acerca a menos de dos millas del crucero, colocándose a distancia suicida de la artillería del "Canarias". Este acto de valor sin esperanza define bien a aquellos hombres y aquella batalla, a la vez que respeta la eterna tradición de los marinos en su obligación de salvar a sus compañeros.
De la lancha le llegan fuertes gritos y opiniones: "¡Escapad!" "¡Para caer presos ya bastamos nosotros!" "¡Nosotros tenemos más responsabilidad, se hace de noche, mientras nos cogen podéis escapar”"
Elortegi, emocionado, les echa baldes para achicar, vendas para los heridos, que es lo que le piden desde la lancha, arrumba al norte y pronto el pequeño bou desaparece en la noche que cae rápidamente.
Como decíamos anteriormente el 5 de marzo de 1937, en el cabo Matxitxako estos bacaladeros artillados se enfrentan en un combate desigual al buque insignia de la flota sublevada, el crucero Canarias, en el que destaca el coraje de la tripulación del “bou” Nabarra. El practicante de este buque, Tomás Aguirre Ajuria, de 30 años, y natural de Bilbao fallece durante la primera hora de combate alcanzado por la metralla mientras atendía a los heridos. Junto al practicante Tomás Aguirre Ajuria, fallecieron otros 29 marineros, incluídos el capitán y el primer oficial que se hundieron con el Nabarra. Los 20 supervivientes fueron recogidos y atendidos por el Canarias. Posteriormente fueron encarcelados en la Cárcel de Ondarreta en Donostia, juzgados en Consejo de Guerra y condenados a muerte. Por intercesión directa del Comandante del Canarias, Salvador Moreno y especialmente de Manuel de Calderón director de tiro del mismo barco y posteriormente ayudante naval de Franco en Burgos, son indultados, por el valor demostrado en combate.
Lo ocurrido en Matxitxako fue excepcional. El corresponsal del diario Times de Londres, Steer, en su libro "The tree of Gernika", hizo una emocionante narración del combate de cabo Matxitxako. El gran poeta inglés, C. Day Lewis, escribió un espléndido poema de inspiración épica, y lo publica con el título "The Nabarra (Overtures to death and otherpoems)".

Otros autores como Juan Pardo San Gil, José María Gamboa, Joaquín Sarria, Alejo Bilbao y José Miguel Romaña que también han recogido lo ocurrido en Matxitxako aquel 5 de marzo de 1936, y en el año 2006, coincidiendo con el 70 aniversario se ha editado un cómic titulado “Mar de plomo”

Desde hace 30 años, el 5 de marzo en Bermeo se rememora la batalla de Matxitxako. El valor que demostraron los miembros de los cuatro Bous de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi que hace más de 70 años libraron una "desigual" batalla con el crucero franquista Canarias.
El Lehendakari ha destacado la valentía de aquellos "hombres de mar" que ante la amenaza del totalitarismo supieron levantarse para defender la libertad de Euskadi al lado de la República y que "a pesar de los escasos medios con los que contaban, fueron capaces de contribuir decisivamente en labores de aprovisionamiento, escolta, evacuación y defensa de la costa vasca".
En el acto de conmemoración del 70 aniversario del combate de Matxitxako el Lehendakari se ha referido a éste como un ejemplo de "honor", porque "posiblemente ha añadido, no haya a lo largo de la dramática Guerra civil un episodio tan lleno de reconocimiento y respeto al adversario" y en este sentido ha reconocido el apoyo personal del comandante del crucero Canarias, Salvador Moreno, que fue "decisiva" para salvar la vida de los marineros vascos apresados tras el combate.
El acto del 70 aniversario de la batalla de Matxitxako concluyó con la inauguración de la escultura Matxitxakoko guda de Nestor Basterrechea.

Un enlace importante es:
La marina de guerra auxiliar de Euskadi (1936 – 1937)
http://www.gipuzkoa.net/kultura/museos/um/castella/mgae/mgae.htm

Agradecimientos para:
Juan Pardo San Gil, Juantxo Egaña y Nerea González Elorriaga

Un abrazo para todos
Manuel Solórzano Sánchez y Jesús Rubio Pilarte
Enfermeros
Hospital Donostia
San Sebastián
masolorzano@telefonica.net

Nota: Las fotos están escaneadas de libros que tratan el tema, de Juan pardo y Juantxo Egaña.

lunes, 9 de febrero de 2009


WikiHealthCare


WikiHealthCare es el foro interactivo de The Joint Commission para profesionales de la salud con el objetivo de permitir y promover la discusión y colaboración entre todos los usuarios con el propósito de mejorar la calidad de la atención de la salud.Para utilizarlo podeis registraros en : http://wikihealthcare.jointcommission.org/twiki/bin/view/Home/WebHome

La Joint Commission ofrece un reporte de investigación que provee un marco de referencia para los hospitales y otras organizaciones de salud para desarrollar e implementar prácticas que cubra las diversas necesidades de los pacientes. También incluye una herramienta de auto evaluación que las organizaciones pueden usar para iniciar discusiones sobre las necesidades de recursos y metas para lograr la más alta calidad de atención. Para leer un resumen o el artículo completo. http://www.jointcommission.org/NewsRoom/Podcasts/


viernes, 6 de febrero de 2009

HISTORIA DE LA ENFERMERÍA MILITAR ESPAÑOLA


Mi primera impresión cuando se me ocurrió poner en el buscador “google”: “Historia de la enfermería española” salen 255.000 resultados, pero si introducimos en el mismo buscador “Historia de la enfermería militar española” solamente me encuentro con algún artículo y un solo libro de historia militar, y ese libro lo ha escrito Jerónimo González Yanes, lo conocí en Las Palmas de Gran Canaria y fue el enfermero que cerró con su trabajo, el Congreso Internacional y Nacional de Historia de la Enfermería. Su charla fue magistral, y la lectura de su libro espléndida. Este enfermero de Tenerife, es además Licenciado en Ciencias de la Información, rama Periodismo, Licenciado en Geografía e Historia, ex-Ayudante Técnico de Sanidad Militar (EC) y Diplomado en Enfermería. Ha sido colaborador del periódico Mundo Sanitario, corresponsal del rotativo Diario Médico y director-ajunto de la revista Acta Médica. En la actualidad colabora con la revista Hespérides.

Su libro editado por Ediciones de Autor, tiene unas 130 páginas, dividido en seis capítulos. Con la presentación que hago de él arriba, no se puede decir más y paso a relatar como lo ve un compañero, que es el que realiza el prólogo de su libro.

Nos cuenta y nos habla de Jerónimo, su compañero Ramón Izquierdo Pérez y nos relata lo siguiente:

Sus estudios de ayudante técnico sanitario (A.T.S.) que le hace ser más humano, si cabe, su forma de ser me recuerda mucho a mi padre que también lo dio todo por los demás sin esperar nada a cambio, pues su profesión de “Practicante y Comadrón en Medicina y Cirugía” independientemente de otros estudios. Así lo sentía. Profeso una gran admiración por González Yanes, por su entrega a los demás, su honradez y sentido de la responsabilidad. Ha realizado una gran labor de investigación ayudado por la gran cantidad de amigos que tiene en Hesperia, incluyendo su tierra natal, que son todas las Islas Canarias, para poder llevar a cabo la publicación de este libro titulado “Historia de la Enfermería Militar Española”, que abarca a los tres ejércitos: Tierra, Mar y Aire. Es decir a las Fuerzas Armadas. Esta recopilación histórica es de todos los Cuerpos, Escalas de Practicantes, A.T.S. y Enfermería Militar desde finales del siglo XIX hasta nuestros días, con todas las vicisitudes, frustraciones y alegrías. Es un texto único en España.

El libro consta de seis capítulos en el segundo, hay que destacar el sentido de la disciplina que debe tener un enfermero con respecto a los jefes y oficiales médicos, para poder cumplir su misión, sin abandonar la subordinación y el sentido profesional. El hizo sus prácticas de milicia en el antiguo cuerpo de sanidad militar y su sentido del deber lo llevó hasta sus máximas consecuencias.

Como buen historiador que es, relata de forma cronológica las diferentes variaciones en las estructuras y denominaciones de la enfermería militar española desde la Ley Moyano (1857) hasta nuestros días.

Muchos “milicianos” hicieron sus prácticas en estos cuerpos militares, sobre todo aquellos que procedían de las carreras de medicina o diplomados en enfermería y todos, excepto raras excepciones, guardan un buen recuerdo y aprendieron a conocer a las fuerzas armadas, con sus virtudes y sus defectos.

Nos cuenta que tuvo que realizar grandes “heroicidades” en los campamentos de las milicias que tuvo que combatir en “grandes batallas con jeringuillas y esparadrapos en ristre”. Yo creo que no fue tanto, pero si aprendió a trabajar sin grandes medios y tenía que agudizar el ingenio para poder resolver los problemas que se le presentaban.

Es reconfortante observar como ha llevado esa labor de investigación en un tema que no es su profesión habitual “militar”, lo que me hace pensar, y repito, que la vida militar le dejó huella y siempre ha sentido un gran cariño por esta “religión de hombres honrados“ como decía Calderón de la Barca.
Es muy difícil para los civiles comprender lo que los militares llaman “espíritu militar”.

Jerónimo siempre ha practicado esa virtud de preocuparse de los suyos en cualquiera de las profesiones que tiene: Enfermero, periodista, historiador y graduado social. Todo esto nos lo cuenta Ramón Izquierdo Pérez, Coronel de Infantería y Licenciado en Ciencias de la Información.

Un cuerpo legendario…

Tras publicar un artículo en la revista Hespérides en el año 2002, que edita la Capitanía General de Canarias, sobre los orígenes corporativos de los profesionales de enfermería en el ejército de tierra le animaron a realizar un estudio más exhaustivo de estos sanitarios en todos los cuerpos y escalas que han conformado los ejércitos españoles, pues no existía nada específico sobre este asunto y la importancia de la histórica profesión justificaba el trabajo.

Si este libro es importante es porque cuando empezó a desescombrar todo el marasmo legislativo y bibliográfico sobre la creación y desarrollo de estos cuerpos y escalas, en la que se integraban los antiguos practicantes en medicina, ayudantes técnicos sanitarios (A.T.S.) y actuales diplomados en enfermería, se me vino el mundo encima. El hecho de la dispersión de las fuentes, el difícil acceso a las mismas y la confluencia de todas las citas o referencias documentales en un solo compendio “tras la creación del cuerpo común de la sanidad de las FFAA, en 1989”, hicieron que esta “sencilla” tarea se convirtiera en un embrollo de difícil continuidad.

El trabajo, en síntesis, tras la introducción en el contexto histórico donde discurren los principales acontecimientos de carácter académico, nominativo y corporativo, comienza por el ejército de tierra, la armada, ejército del aire, cuerpo común de sanidad y finaliza con otros cuerpos específicos incluyéndose la policía armada y las tropas de socorro de la Cruz Roja Española.

Nos habla también de antes de la Ley Moyano (1857), y como ejemplo tenemos a los practicantes con título de Bachiller y empleo de subtenientes en tierra de 1855; o los cirujanos sangradores de la armada instituidos por Real Orden de 1738.

Por otra parte, detallar todas las actuaciones profesionales de los sanitarios militares, los cuantiosos hechos heroicos que los hubo, pues existen laureados, destinos concretos o situaciones socio-profesionales específicas.

Los sanitarios militares españoles han prestado y continúan prestando servicios de ayuda humanitaria en diferentes lugares del mundo, también en situaciones bélicas o conflictos concretos: en África, América, Asia y Europa. Seguramente la primera misión humanitaria del ejército español creemos que fue en la guerra de Vietnam, pues por el sigilo de la época poco se conoce de ellos. Allí acudieron un cuantioso número de brigadas y subtenientes practicantes y A.T.S., hoy comandantes y tenientes coroneles en la reserva.

Creo que con el presente estudio se aporta un poco de luz al campo de la enfermería en España. Sobre todo en el ámbito castrense. Olvidado por la sociedad, pero tan importante como el civil. Máxime si tenemos en cuenta que el personal de enfermería militar no sólo está preparado sino habilitado legalmente para actuar en el campo civil, dentro y fuera de España: catástrofes, ayudas humanitarias, etc.

En el capítulo primero, con la aplicación de la Ley de Instrucción Pública de 9 de septiembre de 1857, más conocida como Ley Moyano, se establecen formalmente los estudios para la obtención del título de practicantes y matrona por todos conocidos.

El 21 de noviembre de 1861 se publicó el reglamento para la enseñanza de practicantes y matronas, existiendo unos tribunales que evaluaban los conocimientos sobre las asignaturas de primera enseñanza elemental principalmente de anatomía, fisiología y la asistencia durante dos años a un hospital público.

En su bibliografía utiliza datos de: Carlos Álvarez Nebreda, Francisco Ventosa, J. Bernabeu, Jesús Bescos, Ernesto Domínguez, Luis Villalonga, Cartilla de uniformidad del cuerpo de tropas de socorra de Cruz Roja Española, Revista Militar, Guión formación moral y militar de la instrucción militar escala de complemento, Periódicos Enfermería Actualidad, Reglamento general del cuerpo de tropas de Cruz Roja Española, Revista Boletín Cultural e Informativo del Consejo General del de Ayudantes Técnicos Sanitarios y Revista de Enfermería de Sevilla.

Bueno con este resumen término por hoy con el único libro que nos habla sobre “La Historia de la Enfermería Militar Española”.

Enhorabuena Jerónimo, por este magnífico libro que has realizado y publicado.
Muchas gracias
Un abrazo para todos
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero Servicio de Oftalmología
Hospital Donostia
San Sebastián
masolorzano@telefonica.net

Nota:
Las fotos están escaneadas del mismo libro.

martes, 3 de febrero de 2009

Los últimos días de Eluana

El Tribunal de Apelación de Milán autorizó ayer a la familia de Eluana Englaro, una mujer italiana de 34 años en coma desde 1992 tras sufrir un accidente automovilístico, a «interrumpir la hidratación y la alimentación forzosa» que la mantienen con vida. Los jueces sostienen que la decisión de interrumpir el tratamiento era «inevitable» una vez comprobada la «extraordinaria duración de su estado vegetativo permanente».En 1999, el padre de la enferma, Beppino Englaro, inició una larga y dura batalla legal para lograr la suspensión del tratamiento, que considera un «ensañamiento terapéutico». El caso de Eluana Englaro, en estado neuro-vegetativo irreversible desde que sufrió un accidente de tráfico en 1992, recuerda al de la joven estadounidense Terry Schiavo, que falleció después de que un tribunal decidiese que le fuera desconectada la sonda alimenticia que la mantenía viva, tal como pedía su marido. Desde el día del accidente, Eluana Englaro vive como un vegetal, confinada en una cama del hospital de la ciudad de Lecco, al norte de Milán. Decisión «inevitable»En octubre del año pasado la Justicia italiana decidió reabrir el caso. Ocho años después de iniciada su dura batalla legal, el Tribunal Supremo italiano aceptó el recurso del padre de Englaro contra la decisión del Tribunal de Apelación de Milán de mantener la alimentación forzosa a Eluana. Esta misma instancia ha dictaminado ahora la pertinencia de retirar la alimentación a la mujer. Los jueces arguyen que la decisión ha sido «inevitable».En la sentencia que ordenaba volver a estudiar el caso, el Supremo abría la vía para «desconectar» a Eluana de los equipos médicos que la mantienen con vida al establecer que, para hacerlo, debía probarse «que se trata de un estado vegetativo» y «que Eluana, en el caso de poder elegir, habría preferido no continuar el tratamiento». El padre, Beppino Englaro, que en 2002 escribió al entonces presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, y a otras autoridades una emocionante misiva pidiendo «un acto de humana piedad» para poner fin a la «agonía» de su hija, ha repetido durante todos estos años que «desde el 18 de enero de 1992, cuando tuvo el accidente, Eluana no ha existido». «Desconectad las máquinas, dejad morir a mi hija, tened un poco de dignidad», ha pedido en numerosas ocasiones Beppino Englaro a los poderes públicos. «Ha ganado el Estado de derecho. Seguiré el camino que me han indicado los jueces, pero el asunto debe ser una decisión privada de la familia», dijo ayer Beppino Englaro. La decisión reabre el debate sobre la eutanasia en todo el país, un debate reavivado tras la muerte de Piergiorgio Welby, un enfermo de distrofia muscular, a quien un médico retiró, a petición suya, el equipo de respiración asistida.
Fuente: elideal.com