50 AÑOS PINCHANDO
UNA VIDA CONSAGRADA A UNA PROFESIÓN
Juan Antonio Santolaya Barrio nació el día 13 de junio de 1882 en Enciso,
Logroño. Posee el título de Practicante por la Facultad de Medicina de la
Universidad de Zaragoza, número 190, folio 492, con fecha 9 de octubre de 1909.
Entró a trabajar con dicha fecha en el Cuerpo
de Practicantes Municipales de la ciudad de San Sebastián y en su puesto de
trabajo de la Casa de Socorro de la
Plazuela de las Escuelas. En el Colegio de Practicantes de Gipuzkoa se
colegió el día 1 de junio de 1912. Tuvo uno de los primeros números de
colegiados, con el número doce. También aparece con el apellido Santaolalla
(1).
FOTO 1 Antonio Santolaya. Diario Vasco, 21 de
Diciembre de 1952. Casa de Socorro 1881
Hoy domingo día 21 de diciembre de 1952, a las doce del
mediodía, será impuesta la Medalla de la
Ciudad a los ex funcionarios municipales Don Luis Ariz Beramendi, don José
Gorostidi Aguirreche, don Juventino
del Pozo Pascual y don Antonio
Santolaya Barrio, que han sido jubilados después de prestar valiosos
servicios que ahora premia el Ayuntamiento donostiarra con la citada honrosa
distinción.
Entro a trabajar en 1909 en la Casa de
Socorro
La figura de don Antonio Santolaya Barrio, es muy
conocida en nuestra ciudad.
Ayer le visitamos en su casa. Terminaba de “pinchar”
a un enfermo.
Muchas gracias - oímos que le decía -, no me ha
hecho usted nada de daño.
En efecto, el bueno de don Antonio no puede jamás
hacer daño a nadie. El sabe lo que es “pinchar”, pero él también sabe cómo
hacerlo. Es una maravilla su mano, que lleva ...
Más de cincuenta años, llevo ofreciendo mis
servicios en San Sebastián, nos dijo.
¿De donde vino?
De Logroño y para cumplir con mis deberes militares
en sanidad.
¿Le gustó mucho San Sebastián?
Muchísimo y me quede. Pasé a la Casa de Socorro y he
prestado servicios durante 43 años y 19 días. Ahora me ha tocado la jubilación.
¿Contento?
Por todos los conceptos. Siempre he encontrado
cariño y cordialidad en todas partes. El equipo de médicos de la Beneficencia
es admirable. Su celo, extraordinario. Vea usted si me aprecian, que al
llegarme la jubilación me dieron una comida a la que asistieron todos los
médicos, enfermeras, practicantes y chóferes de la Casa de Socorro, que me
dedicaron un hermoso pergamino con las firmas de todos ellos.
¿Ha “pinchado” usted a grandes personalidades?
A numerosas personalidades. En fin, este detalle no
puedo dárselo para evitar omitir nombres.
¿Cuál fue la época de más trabajo que atravesó?
Cuando la gripe de 1918. Fue agotadora la tarea a la
cual nos dedicamos con gran espíritu profesional.
¿Hubo recompensa?
Una cordial felicitación y 250 pesetas para cada
practicante, cifra muy elevada en aquella época en la que los duros sonaban a
plata.
¿Catástrofes que recuerda?
Mejor es no recordar cosas tristes. Pasaron ...
¿Algún día le preocupó su cargo?
El primer día que comencé a prestar mis servicios.
Me destinaron a la Casa de Socorro de la Plazuela de las Escuelas. Me sentía
nervioso y cada vez que veía pasar por delante del edificio un coche, creía
siempre que se trataba de algún caso grave. Estuve muy nervioso toda la noche,
que fue de gran calma para todos los donostiarras; pero para este modesto
servidor no.
¿Siente alguna emoción por el acto de hoy, en el
Ayuntamiento?
Pasaré mis apuros. Es una distinción que no merezco.
Creo que he cumplido con mi deber y con mi conciencia. Estoy muy agradecido al
Ayuntamiento de San Sebastián, a los médicos de la Casa de Socorro y a todos
cuantos han trabajado conmigo.
Ahora, ¿vivirá de las rentas?
Nada de eso. Seguiré “pinchando” hasta que Dios
quiera. Estoy joven y fuerte, y siento la profesión cada día con más entusiasmo.
Pues que sea enhorabuena. Más de cincuenta años
ejerciendo una honrosa profesión y querido de todo el mundo, es algo que se
premia y se aprecia siempre, por constituir un ejemplo que gustosamente
destacamos en honor de aquellos que en el anonimato realizan una labor callada
y eficaz, aunque de vez en cuando cierto dolorcillo que se siente donde termina
la espalda nos obliga a decir un ¡ay! no muy agradable. Pero, como nos decía
una enferma, don Antonio tiene mano de santo. Y hechos, decimos nosotros (2).
CASA DE SOCORRO DE
LA PLAZUELA DE LAS ESCUELAS
La Junta de Beneficencia estudió
la petición de incluir personal sanitario y designó una comisión donde
proponían poner al frente de La Casa de Socorro a un practicante (3).
La Casa de Socorro, se hizo
pública la apertura oficial, el 19 de Diciembre de 1881, sito en el número 1 de
la Plazuela de las Escuelas (hoy Plaza Sarriegui) ocupando la planta baja del
edificio de los juzgados municipales, justo en el ala izquierda del inmueble.
Al parecer comenzó a funcionar el 30 de mayo de 1882, estando a su cargo un
practicante Blas Benegas, que vivía
en la calle Elcano. Anteriormente en las dos guerras Carlistas, el segundo piso
funcionó como Hospital de Sangre (3).
Durante varios años, hasta
1885, la labor asistencial corrió a cargo de un sólo practicante. En 1886 se
nombra al médico Julián Usandizaga.
El accidentado, cuando llegaba, era atendido en primera instancia por el
practicante.
FOTO 2 Casa de Socorro de la
Plazuela de las Escuelas. Revista Novedades 1912
El día 10 de Enero de 1904, a las cinco de la
tarde, se inauguró el nuevo local del Cuarto
de Socorro, en la calle San Marcial, seguía como
practicante Blas Benegas, había dos habitaciones para médicos y una para el
practicante. Ha quedado instalada con todos los adelantos médicos y
quirúrgicos, en el antiguo Asilo de San José (4).
El personal que atendía la consulta era
un practicante Blas Benegas, si bien se ayudaba cuando se presentaban casos
urgentes del médico que vivía en la calle Narrica, aunque esta práctica era
extraoficial, ya que el doctor no estaba en la nómina del centro asistencial
(5).
Blas Benegas renuncia a su
plaza del Cuarto de Socorro el día 1 de Abril de 1909, después de 22 años de
servicio, y es cuando saca su plaza Antonio Santolaya.
El 5 de Julio de 1912 el
Gobernador Provincial Eduardo García
Bajo sancionó el nuevo Reglamento unificador, que se publicaría dos años
más tarde. El nuevo personal, 4 médicos municipales de distrito, los dos
médicos del barrio del Antiguo e Igueldo, los cuatro del Cuarto de Socorro y
los seis practicantes contarían con
un único Jefe, el Decano del Cuerpo de la Beneficencia, que sería el de mayor
antigüedad en el escalafón y que en aquellos años recayó en el doctor José
Manuel Oa y Amilibia.
Desde la apertura extraoficial
del viejo Cuarto de Socorro de la Plazuela de las Escuelas, la asistencia
sanitaria estuvo desempeñada por un practicante, Blas Benegas Idigoras, que
durante años había trabajado en el Hospital de Manteo u Hospital San Antonio
Abad de San Sebastián. Vecino de la ciudad, había cursado los estudios de
cirugía menor y durante años ejerció como ayudante de los médicos forenses, así
como en las campañas municipales de vacunación. No sería hasta Diciembre de
1886 cuando se le otorga la plaza de practicante municipal, con la categoría de
ayudante del centro, a la vez que se le gratificaba con un aumento de sueldo.
Durante más de cuatro años
sostuvo el peso de la actividad diaria, siendo el encargado de velar por el
estado de conservación del local, incluyendo su limpieza. Vivía cerca de la
plaza, en la contigua calle de Elcano, y acudía raudo para prestar los primeros
auxilios necesarios. Hay noticias sobre su continuidad en el Hospital Civil
durante aquellos heroicos años. Su callada y eficaz labor fue uno de los
motivos que proporcionaron cierto renombre a la nueva institución. Permanecería
trabajando en el viejo Cuarto Socorro hasta abril de 1909, fecha en que
presentó su renuncia, dado lo avanzado de su edad (3, 5).
REGLAMENTO para el buen orden y funcionamiento de las Casas de Socorro
de San Sebastián
El Ayuntamiento en Sesión con
fecha 8 de Enero de 1901 decide acordar a propuesta de la Comisión de Obras la
adquisición del edificio ocupado por la Escuela Asilo San José.
1º Con fecha de 1 de Enero de
1904 estará abierta la nueva Casa de Socorro con servicio permanente de médico
y practicante en el antiguo Asilo San José, de la calle San Marcial.
3º El Cuarto de Socorro
situado en la Plazuela de las Escuelas, con un horario de 8 de la mañana hasta
las 8 de la tarde y hasta la 1 de la madrugada los sábados y festivos.
4º El servicio permanente del
antiguo Cuarto de Socorro estará a cargo de un practicante bajo la dirección
del médico municipal Sr. Julián Usandizaga.
5º Se fija en cuatro los
practicantes con un haber de 3 pesetas diarias.
San Sebastián a 22 de Octubre
de 1902 (6).
El 3 de febrero de 1925, a mediodía, se
celebró la inauguración oficial del nuevo local, de la Casa de Socorro en la calle Garibay, asistió además de los
representantes del Ayuntamiento y los médicos, el Cuerpo de Practicantes Municipal de la Casa de Socorro.
Practicantes: Andrés Aguirre, Miguel López, Antonio Santolaya y Francisco
Losada (3, 5 y 6).
A esta nueva casa de socorro acudían
anualmente entre 600 y 900 obreros heridos de las fábricas cercanas. El
Ayuntamiento barajó entonces la posibilidad de cobrar las asistencias, pero los
patronos se negaron y al final echó marcha atrás en sus pretensiones y se
mantuvo el carácter gratuito de todas sus prestaciones (5)
LA NUEVA CASA DE
SOCORRO DE LA CALLE GARIBAY
POR 55.000 PESETAS SE HA INSTALADO
UN ESTABLECIMIENTO VERDADERAMENTE MODELO
Ayer se inauguró
oficialmente. Una rápida descripción de las salas, departamentos, etc.
FOTO 3 Los doctores José Larburu, Julio Maeso y
Vicente Aristegui, y los practicantes señores Andrés Aguirre, Miguel López,
Antonio Santolaya y Francisco Losada, que componen el personal facultativo de
la nueva Casa de Socorro. (Foto Gueréquiz).
Ayer a mediodía (3 de febrero de 1925) se celebró la
inauguración oficial de la nueva Casa de Socorro, como previamente se había
anunciado (7).
Desde ayer cuenta San Sebastián con una Casa de
Socorro modelo en su clase, como quizá en ninguna o en muy pocas capitales
podrá encontrarse en condiciones iguales, ni siquiera semejantes, pues para su
instalación no se ha perdonado ninguna clase de sacrificios y se han puesto a
su servicio para la realización del plan concebido la inteligencia y
laboriosidad del doctor Emiliano Eizaguirre y cuanto dinero se ha necesitado
para tan espléndida instalación, en la cual se ha aprovechado la última palabra
de la ciencia en sus aplicaciones a los útiles y al instrumental quirúrgico
(7).
La antigua Casa
Veintiún años hizo el 9 de enero pasado que fue
inaugurada la Casa de Socorro de la calle San Marcial, que hasta el lunes ha
venido prestando tan grandes servicios a los donostiarras víctimas de
accidentes y a cuantos necesitaban de sus atenciones.
Era preciso renovar todo en la antigua Casa de
Socorro de la calle San Marcial, y la renovación se ha hecho, en virtud de un
cambio radical que honra al Ayuntamiento y al pueblo de San Sebastián.
En la calle de Garibay, sitio céntrico y por lo
tanto mejor equidistado de los extremos de la ciudad, en los locales del
edificio que fue en un tiempo Fábrica de Tabacos y aprovechando las salas que
ocupaban las oficinas de la Feria de Muestras, el Gimnasio municipal y otras
dependencias, ha planeado el arquitecto municipal la actual Casa de Socorro, en
la que nada falta y en la que todas las salas son amplias, sobradas de luz bien
ventiladas, con gran altura de techo, con las necesarias comunicaciones entre
sí, a pesar de su independencia, y con arreglo a cuantos preceptos referentes a
la construcción señala la Higiene moderna (7).
Las blancas paredes, esmaltadas en los sitios
convenientes; los pisos de mosaico, los muebles, todo se halla en consonancia
con el fin a que se destina y todo revela arte, inteligencia y buen gusto.
La nueva Casa de Socorro, verdadera Clínica de
urgencia, es más bien un hospitalillo, en el que pueden atenderse rápidamente
toda clase de servicios y en donde si un día “que ojalá no llegue nunca”
ocurriera en nuestra ciudad una de esas catástrofes que dejan eterno recuerdo y
en las cuales hay que atender simultáneamente a varios heridos graves, se
podrían socorrer sin barullos ni apresuramientos más de una docena de casos de
urgencia, todos al mismo tiempo, sin sufrir retrasos las curas, esos retrasos
de cuatro o cinco minutos que a veces deciden entre la vida y la muerte de una
persona.
La Nueva Casa
Tiene la nueva Casa de Socorro un amplio “hall” de
cerca de veinte metros de largo por cinco o seis de ancho, que sirve para dar
acceso a los diferentes departamentos del benéfico establecimiento.
Hay primeramente un antedespacho, bien amueblado,
para que pueda el juez de guardia tomar declaraciones, actuar el Juzgado y
tomar notas los periodistas. Comunica esta pieza con el despacho del médico de
guardia, en el cual hay una pequeña biblioteca médica y armarios convenientes
para la documentación y archivos de la Casa. En ésta, como en todas las
habitaciones, hay calefacción central, instalada por la casa Pradera.
Cerca se halla un cuarto de baño, de gran lujo, que
podría envidiar el más elegante de los hoteles. Gran bañera, baños de pies,
lavabos, espejos, etc., y agua caliente casi al minuto pues con el gran aparato
“Vesubius” se calienta agua suficiente para un baño en tres o cuatro minutos.
La Sala de Curas
La sala de curas, con su mesa de cristal, vitrina
provista de todo el instrumental quirúrgico necesario, gotieras, portacuras, en
fin, todos los útiles necesarios en una clínica en la que se han de hacer las
curas corrientes, si éstas son sencillas y no requieren determinadas
condiciones, pues para estos casos cuenta la nueva Casa de Socorro con una gran
sala de operaciones, que es un verdadero modelo. Se halla iluminada por un
amplio ventanal con cristales deslustrados, que ocupa todo un lado de la sala,
por el cual entra luz difusa más que suficiente para la operación más delicada
(7).
La sala tiene luz artificial, dispuesta con verdadero
acierto científico, que evita sombras y sustituye a la luz de día
admirablemente. La mesa de operaciones, articulada con toda clase de
movimientos, es un modelo de la casa Rongiere, de París, que representan los
señores Vargas de Irún, que son los que han hecho las instalaciones y aportado
también el instrumental.
Inmediata a esta sala, se halla la de
esterilización, que es completa, absoluta, merced a los aparatos Rongiere
instalados en ella.
Próxima y en comunicación directa está una sala para
heridos, con cuatro camas, y todo lo necesario para sus servicios, y frente a
ésta se encuentra la sala donde se han instalado los Rayos X, con un aparato
“Víctor”, que funciona perfectamente, pero que en breve será substituido por
otro “Diax”, de la casa Kock y Sterxel, que ya se halla en camino, y que ofrece
aún mayores ventajas, según afirma el representante de la casa, señor Schuetz,
que hará la instalación.
Estos aparatos se habían encargado a una casa de
nueva York, pero se rescindió el contrato, por no haber cumplido los
fabricantes los compromisos del mismo.
Como complemento de todo lo descrito, diremos que
para los Practicantes hay una habitación con seis camas plegables, que se
transforman al ser recogidas en otros tantos elegantes armarios, piezas bien
entendidas y fabricadas con esmero en la casa Murguía, de San Sebastián.
La Sala de Practicantes tiene también su pequeña
biblioteca. Después se han instalado dos habitaciones con dos camas cada una,
para los señores facultativos de guardia.
No hay para que decir, que los demás servicios, de
cocinas, water-clos, etc., se hallan instalados con igual lujo que los demás
descritos (7).
Lo que ha costado
Cuando después de recorrer los diferentes
departamentos y enterarnos de las instalaciones, supimos que todo aquello sólo
había costado 55.000 pesetas, quedamos maravillados.
El Ayuntamiento, con su gasto de once mil duros,
relativamente pequeña cantidad, ha hecho un verdadero milagro.
Esta Casa de Socorro, en estas condiciones, ya se
había planeado siendo alcalde el señor Zuaznávar, pero al señor Prado le ha
cabido la gloria de inaugurarla, habiendo llevado a efecto los trabajos con tal
aceleración y tino debido en una gran parte, como ya decimos, a la inteligencia
y actividad del doctor Emiliano Eizaguirre, que no ha descansado hasta ver
terminados sus propósitos (7).
Más elementos
Se piensa, mejor dicho, está ya acordado, que el
actual automóvil de la ambulancia, sea dedicado exclusivamente para el
transporte de los cadáveres, y que para los enfermos y heridos se emplee un
nuevo modelo que se adquirirá en breve.
Claro está que todos los demás servicios se irán
mejorando sucesivamente, pues repetimos que a gala podrá tener decir San
Sebastián, que tiene desde ayer una Casa de Socorro como no hay otra de sus
condiciones (7).
Los asistentes
Hicieron los honores de la casa los doctores
Arístegui, Maeso, Mendivil y Larburu y los practicantes señores Eugenio Albizu, Miguel López, Antonio
Santolaya, Andrés Aguirre, Tomás Amelburu y Francisco Losada.
Entre los allí presentes, recordamos al señor
gobernador civil; al alcalde señor Prado; el secretario del gobierno señor
Pastrana; los doctores señores José Bago, Manuel Celaya, Nemesio Mendizábal,
Miguel Vidaur, Ramón Moraiz, Luis Ayestarán; señores Alday, Arbide, Azqueta,
Pesset, Vivar y otros varios que fueron obsequiados por el Ayuntamiento con
pastas y licores (7).
FOTO 4 Plazuela de las Escuelas. Eskola publikoa donostia
ugartemendia. 1833
Un detalle
El primer caso que ha socorrido el nuevo
establecimiento benéfico, ha sido el de Juan Zabala, linternero, que se
presentó en la nueva Casa de Socorro a las ocho y media, siendo curado de una
herida contusa en el dedo anular de la mano izquierda.
Juan Zabala ha inaugurado las curas. Después fueron curados
otros dos heridos leves también, por fortuna (7).
LA CIUDAD PREMIA A
CUATRO SERVIDORES SUYOS
EN EL DÍA DE SANTO
TOMÁS, FIESTA CLÁSICA DONOSTIARRA
HOY LES SERÁ IMPUESTA LA
MEDALLA DE PLATA
Antonio Santolaya Barrio. Ingresa en el Cuerpo de
Practicantes municipales, comienza en abril de 1909, siendo alcalde el marqués
de Rocaverde (8).
Le ha tocado a usted trabajar mucho en su cometido.
Recuerdo que antes se trabajaba más que ahora, y ello era porque había pocos
practicantes: Existía la Casa de Socorro en la calle Echaide, además estaban
las Clínicas que tanto trabajo han absorbido, también había entonces tres Casas
de Socorro. Recuerdo que los sábados y domingos no se podía ir a ellas de
tantas borracheras que albergaban. Es a lo que más “hincha” he tenido en toda
mi vida. Antes era muy fácil emborracharse. Bastaba con dos reales de sidra.
Hoy no hay tanto borracho, quizá porque la vida es más difícil (8).
FOTO 5 Carne líquida. Anuncio de la época. La Voz de
Guipúzcoa, 3 de febrero de 1925
Entre con un sueldo de catorce reales y con la
obligación de hacer jornadas de treinta horas de servicio seguidas. No había
más que cinco practicantes municipales. Me dio posesión del cargo el doctor Manuel Celaya, condecorado hace unos
años con la medalla de Plata, también por sus servicios.
¿Recuerda alguna epidemia notable?
La de la gripe de 1918. Teníamos coche a la puerta
para ir a atender a los enfermos. No dábamos a vasto. No dormíamos. Aquello
duró dos o tres meses. Ya ni tocaban las campanas por los muertos. Había pulmonías
y las bronconeumonías, no se salvaba casi nadie.
¿Sé que entonces el Ayuntamiento se fijó en Usted
para esta condecoración?
El Ayuntamiento lo sabrá. Yo no encuentro méritos
para ello, pues me han pagado y he servido.
Creo que es obvio el hablar, como se ha hecho
públicamente, de obras de caridad y de servicios excepcionales. Cuando me lo
dijeron, no me lo creía.
Pero agradezco la Medalla, porque es de la ciudad
que más quiero. Yo soy de Logroño, pero lo poco que soy, se lo debo a San
Sebastián (8).
ACTA DEL AYUNTAMIENTO DE SAN SEBASTIAN
PROPONIENDO LA CONCESION DE LA MEDALLA DE PLATA DE
LA CIUDAD AL PRACTICANTE JUBILADO, DON ANTONIO SANTOLAYA
“EXCELENTISIMO SEÑOR:
La Comisión Municipal Permanente en su sesión del
día 23 de abril próximo pasado, al acordar la jubilación reglamentaria del
Practicante de la Casa de Socorro Don Antonio Santolaya -a quién, además otorgo
un voto de gracias- dispuso que por la Comisión de Gobernación se tramitará en
oportuno expediente de concesión de la Medalla de Plata de la Ciudad al
citado Señor Santolaya creada para premiar servicios prolongados o de carácter
extraordinario prestados al Ayuntamiento (9).
En cumplimiento del citado acuerdo de la Comisión
Municipal Permanente, la Comisión de Gobernación ha examinado con todo cariño
las circunstancias que concurren en el Señor Santolaya y también el Reglamento
que rige para la concesión del expresado galardón y ha sacado la conclusión de
que dicho Señor reúne plenamente las condiciones requeridas para que le sea concedida
la Medalla de Plata de la Ciudad, ya que aparte de llevar 43 años al servicio
de la Corporación Municipal, la actuación del Señor Santolaya ha sido digna del
mayor elogio según los informes facilitados por el Señor Médico Jefe de los
Servicios de la Casa de Socorro, el ex-Decano del Cuerpo Médico Municipal Señor
Manuel Celaya y el actual Jefe Local
de Sanidad Don José Larburu.
Además de méritos contraídos en el desempeño de sus
funciones durante 43 años el Señor Santolaya donó cantidades en metálico para
fines patrióticos y benéficos.
Por todo lo expuesto y por estimarlo de justicia la
Comisión de Gobernación a V.E. tiene el honor de proponer:
Que acuerde otorgar a DON ANTONIO SANTOLAYA,
recientemente jubilado la Medalla de
Plata de la Ciudad como premio a los meritorios servicios prestados al
Ayuntamiento a lo largo de los 43 años de su vida municipal en la que se
distinguió por su celo en el cumplimiento de su deber y su abnegada labor
profesional.
V.E. sin embargo, con su elevado criterio acordará
lo que estime más justo y acertado.
San Sebastián, 26 de mayo de 1952 (9).
POR LA COMISION DE GOBERNACION, Ramón Flórez”.
(El Ilustrísimo Señor Alcalde vuelve al Salón y
ocupa la Presidencia). (Don Santiago Pagola, entra en el Salón y ocupa su
escaño) (9).
Juan Antonio Santaolalla
Barrio, Practicante de la Casa de
Socorro de San Sebastián. En 1939 sus compañeros en la Casa de Socorro eran: Rigoberto Serrano Quiza; Miguel López Elzo; Francisco Losada Alonso; Eugenio
Albizu Iribe; Tomás Amelburu Viciola;
Feliciano Galparsoro Beguiristain y Andrés Aguirre Gómez (10).
FOTO 6 Médicos y practicantes de la Casa de Socorro.
Revista Novedades 1912
Distinción Honorífica
1952 Concesión de la Medalla de Plata de la Ciudad
de San Sebastián, al Practicante de la Casa de Socorro Don Antonio Santolaya
Barrio (10).
En 1952 se jubilaron con Antonio Santolaya Barrio (Practicante); Josefa Aguinaga Lapuente (Telefonista); Teodoro Andicoberria Inurrieta (Barrendero); Mariano Antolinez Ruiz (Vigilante de Arbitrios); Clara Arana Iraola (Maestra); Pedro Carril Arocena (Maquinista de la
Central Eléctrica Municipal); Vicente
Echeverria Jauregui (Portero); Porfirio
Miguel Dronda (Guardia Municipal); Demetria
Múgica Aguirre (Maestra); Luis
Aldama Ayestarán (Jefe de Servicio del Teléfono Municipal) y Vicente Elizondo González
(Administrador subalterno del Mercado de Frutas) (10).
AGRADECIMIENTOS
Nekane Flores Barroso. Administrativa sección Archivo general
histórico. Ayuntamiento de San Sebastián. Donostiako Udala
Colegio Oficial de
Enfermería de Gipuzkoa
Ayuntamiento de San
Sebastián
La Voz de Guipúzcoa. Diario Republicano
Diario Vasco de San Sebastián
La Voz de España de San Sebastián
Dr.
José María Urkia Etxabe
Dr. Carlos Placer Galán
Bibliografía
1.- Expediente número 12. Colegio Oficial de
Enfermería de Gipuzkoa
2.- Diario Vasco, 21 de Diciembre de 1952, página 6
3.- Apuntes históricos de Gipuzkoa. Practicantes,
Matronas y Enfermeras. Manuel Solórzano Sánchez. Diciembre 2006. SS-1254/06
4.- La Voz de Guipúzcoa 10 enero de 1904
5.- El
Cuarto de Socorro de San Sebastián. Carlos Placer Galán y José María Urkia
Etxabe. 1993
6.- Reglamento de las Casas de Socorro. San Sebastián a 22 de Octubre
de 1902
7.- La Voz de Guipúzcoa, 4 de febrero de 1925,
página 6
8.- La Voz de España, domingo 21 de diciembre de
1952, página 10
9.- Acta número 8 del 4 de junio de 1952. Acta del
Ayuntamiento de San Sebastián
10.- Expediente del Ayuntamiento de San Sebastián
número H-02325-01. 1926 a
1946. Practicante de la Casa de Socorro con el nombre de Antonio Santaolalla
Barrio
AUTOR:
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado
en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital
Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia
de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro
de Enfermería Avanza
Miembro
de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro
de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro
de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro
no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
1 comentario:
Muchísimas gracias por el recuerdo de mi abuelo y padrino, Antonio Santolaya Barrio.
Montse Santolaya Forgas
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