martes, 5 de marzo de 2024

El ángel de Siberia Elsa Brändström, enfermera sueca

 

1888 – 1948

 

Foto 1 Elsa Brändström, enfermera sueca, con el uniforme de la Cruz Roja Sueca, 1929

 

Elsa Brändström nació en San Petersburgo, Rusia el 26 de marzo de 1888. Era hija del agregado militar de la Embajada de Suecia, Edvard Brändström (1850 - 1921) y su esposa Anna Wilhelmina Eschelsson (1855 - 1913). En 1891, cuando Elsa tenía tres años, Edvard Brändström y su familia regresaron a Suecia, ya que a su padre le dieron el mando del Regimiento de Fursta Livgrenadjr en Linköping, donde fue educada hasta que entró en una escuela de formación de profesores en Estocolmo en 1906. Se educó como una chica de pensamiento libre, asistiendo a la escuela en San Petersburgo (4). En 1906, Edvard Brändström, ahora general, se convirtió en embajador de Suecia en la corte del zar Nicolás II y regresó a San Petersburgo (1).

 

De 1906 a 1908 estudió en Anna Sandström Teachers Training College (Anna Sandströms högre lärarinneseminarium) en Estocolmo, y posteriormente estudio para enfermera en la misma ciudad, regresando luego otra vez a San Petersburgo (4). Su madre Anna murió en 1913. Elsa se encontraba en San Petersburgo cuando estalló la Primera Guerra Mundial y se ofreció como voluntaria para un puesto como enfermera en el Ejército Imperial Ruso (1). Al incorporarse otra vez a San Petersburgo se convirtió en miembro de la Sociedad Sueca de San Petersburgo, de la que su padre era presidente honorario. Durante 1913 y 1914, después de la muerte de su madre, sirvió como ayudante en la Embajada de Suecia (5).

 

En 1915, Elsa Brändström fue a Siberia junto con su amiga enfermera Ethel von Heidenstam también nacida en San Petersburgo (1881 - 1970) y las dos como enfermeras de la Cruz Roja Sueca, miembro de la misión sueco-danesa enviada a Siberia durante la Primera Guerra Mundial (2), para introducir material sanitario básico dedicado a los soldados prisioneros heridos y enfermos de guerra alemanes y austriacos, que morían en porcentajes enormes de frío, hambre y enfermedades variadas, hasta un 80 % de prisioneros murieron. Los prisioneros alemanes y austriacos soportaron un trato extremadamente duro mientras se encontraban en los campos de prisioneros rusos en Siberia durante la Primera Guerra Mundial (1 y 5).

 

Las dos amigas se inscribieron en un curso para enfermeras militares, mientras prestaba servicio en un hospital militar que se financiaba con donaciones que Elsa Brändström había recaudado a través de la delegación sueca. Cuando se organizó el llamado intercambio de inválidos y mutilados entre las partes en conflicto, con Suecia como intermediaria, fue una de las enfermeras de la Cruz Roja Sueca que participó en el transporte de los soldados heridos (5).

 

Las impulsoras de esta campaña de ayuda financiada con donaciones, fueron dos mujeres enfermeras: Elsa Brändström, de 26 años, hija de Edvard Brändström, embajador sueco de raíces alemanas en San Petersburgo, y la esposa del Consejo de la Legación sueca, Ethel von Heidenstam. Como tantas mujeres, se formaron como enfermeras militares después del estallido de la Primera Guerra Mundial. Cuando en 1915 la colonia sueca instaló un pequeño hospital en San Petersburgo, las dos enfermeras de la “Orden Rusa de San Jorge” visitaron el Hospital Nicolai. Este no sólo sirve como refugio de emergencia para los soldados rusos heridos, sino que también albergaba una sección separada y vigilada para los soldados prisioneros alemanes (1).

 

En 1915 la Cruz Roja Sueca pidió a Elsa Brändström que proporcionara trabajos de socorro en los grandes campos de soldados prisioneros en Siberia e inspeccionara los campamentos como representante de la neutral Suecia y Dinamarca. También viajó a través de Siberia entregando material sanitario y comestibles donados para los soldados prisioneros de guerra. Las condiciones en los campos siberianos eran extremadamente malas. Había escasez de ropa de invierno, mantas y colchones, las provisiones sanitarias eran deficientes, y la falta de medicamentos y suministros sanitarios básicos, hacían que apareciesen repetidos brotes de enfermedades infecciosas, y en particular el tifus. De los casi 2.000.000 de soldados prisioneros de guerra de las Potencias Centrales en los campos de prisioneros rusos durante la Primera Guerra Mundial, se estima que 700.000 de ellos murieron (5).

 

Foto 2 Las Grandes Duquesas Tatiana y Olga Nikolaevna Romanova con las enfermeras de la “Orden Rusa de San Jorge” y enfermeras de la Misericordia del Ejército Imperial Ruso, 1915

 

La imagen que se les presenta a estas mujeres enfermeras es similar a la de 1853 en la Guerra de Crimea: los soldados se encontraban gimiendo y gritando de dolor; soldados gravemente heridos y enfermos yacen hacinados con sus uniformes desgarrados, indefensos ante la suciedad, el frío y las alimañas, esperando en vano la medicación y el cuidado y la atención de sus heridas en los hacinados y malolientes barracones del campo de batalla.

 

Y como antes, este encuentro se convierte en un punto de inflexión en la vida de unas jóvenes de las altas esferas de la sociedad. La decisión de Elsa Brändström y Ethel von Heidenstam de “hacer el destino de los pobres soldados que se han encontrado en tan terribles dificultades sin tener culpa alguna, y mejorar sus condiciones de vida” es el comienzo de una larga y ardua lucha por la supervivencia y traer a estos soldados a sus casas (3).

 

Cuando Elsa Brändström visitó el primer campamento y fue testigo de la situación inhumana, decidió dedicar su vida a estos soldados. Los soldados de Alemania y Austria, con la muerte tan cercana por las diferentes enfermedades y sobre todo la fiebre tifoidea que a tantos mató; miraban a la enfermera de ojos azules y cabello rubio que fue bautizada como el “Ángel de Siberia” y/o “Engel von Sibirien” (1 y 2).

 

Elsa Brändström y Ethel von Heidenstam intercambian el uniforme de la “Orden Rusa de San Jorge” por el de la “Cruz Roja Sueca”, a través del cual organizan su ayuda a los soldados prisioneros de guerra alemanes y austriacos. El 8 de octubre de 1915 el primer tren “Liebesgeschenkzug” (del gobierno de Berlín proporcionó los fondos a petición de ellas) e inició su viaje de Saßnitz a Petrogrado, donde los suecos se hicieron cargo del transporte y lo reenviaron a Sretensk, Krasnoyarsk, Novosibirsk, Irkutsk, a lo largo de la ruta del Ferrocarril Transiberiano; en todas partes donde las dos enfermeras visitaban a los soldados prisioneros de guerra en los respectivos barracones, en todos ellos prevalecieron las mismas condiciones deplorables (3).

 

El campamento de Stretensk en Siberia, que visitó Elsa Brändström en 1915, se convirtió en el prototipo para su acercamiento. Mandó separar a los soldados presos enfermos de los sanos, organizó secciones dentro de los hospitales e implementó sistemas de agua potable, puso fin a las continuas epidemias de fiebres tifoidea, que de otra manera habrían llevado a cifras de mortalidad mucho más altas de las que ocurrieron (5).

 

En 1922, Elsa Brändström lo informó en su libro “Entre prisioneros de guerra en Rusia y Siberia 1914 - 1920”: “El suelo estaba lleno de soldados heridos y enfermos, algunos medio desnudos, otros mal uniformados (…), no había ni una sola manta ni almohada…”.

 

Como delegada oficial de la Cruz Roja Sueca, Elsa Brändström obtiene el acceso a los campos de los comandantes responsables y garantiza el establecimiento de la atención sanitaria básica para los soldados prisioneros de guerra. Junto con su equipo de enfermeras, brinda ayuda pragmática.

 

Se construyen nuevos barracones; se procuraron camas, colchones de paja, almohadas, mantas, sábanas, recipientes para agua y utensilios para comer, se aisló a los soldados enfermos de los heridos, se limpiaron las letrinas y se distribuyó agua y alimentos para todos.

 

Dado que el cuidado continuo y completo de los soldados prisioneros de guerra requería de una organización bien pensada, Elsa Brändström instalaba bases entre Moscú y Khabarovsk, donde distribuye a sus ayudantes. “Hemos visto una cantidad increíble de cosas terribles. Una vez que has estado allí y lo has visto y has podido ayudar y cuidar, no puedes descansar en un hogar cómodo y cálido” (3).

 

Con su trabajo y esfuerzo, salvó la vida de cientos de miles de soldados prisioneros de guerra. Pronto sería llamada “el Ángel de Siberia”.

 

Foto 3 Elsa Brändström, enfermera sueca, con el uniforme de la Cruz Roja Sueca, 1929

 

Atendió con sus compañeras y ayudantes a los soldados prisioneros, fueron muchos ya que se calcula que fueron alrededor de 700.000 soldados los prisioneros de guerra en los barracones, hospitales y lugares de trabajo en los campos de prisioneros de Siberia; Elsa Brändström no sólo experimenta un sufrimiento físico, sino también las consecuencias de un trauma psicológico. Por ello, amplía su ayuda para mejorar la atención sanitaria e higiénica incluyendo además la atención psicológica. Uno de los pilares más importantes es ayudar a las personas a ayudarse a sí mismas, fortaleciendo la voluntad de vivir de los soldados presos y recuperando su dignidad. Un primer enfoque terapéutico es crear oportunidades de trabajo y empleo para los soldados prisioneros en los campos rusos: ella y sus ayudantes consiguen de todo, desde agujas de coser hasta cuero e hilo, martillos y clavos para los sastres, zapateros, carpinteros y fabricantes de cepillos: las herramientas necesarias. Utilizando donaciones de libros de Alemania y Suecia, instaló bibliotecas en los campos de prisioneros y obtuvo permiso para que los soldados prisioneros asistieran a los servicios religiosos en las iglesias de los alrededores (3).

 

De regreso en San Petersburgo, inició el proceso de crear de una organización de ayuda sueca. Su trabajo se vio gravemente obstaculizado por el estallido de la Revolución de Octubre en 1917 o Revolución bolchevique (1).

 

Foto 4 Enfermeras y sanitarios de la Cruz Roja Sueca responsables de los soldados prisioneros de guerra en los trenes de inválidos y mutilados durante el intercambio de prisioneros de guerra en la Primera Guerra. Museo de Trelleborg

 

En 1918, las autoridades rusas retiraron su permiso de trabajo, pero ella no se rindió y siguió trabajando como enfermera. Entre 1919 y 1920, realizó varios viajes a Siberia para cuidar a los soldados prisioneros, hasta que fue arrestada en Omsk, Siberia, bajo sospecha de ser una espía bolchevique e incluso condenada a muerte por espionaje; posteriormente la sentencia fue revocada y la liberaron por qué había contraído la fiebre tifoidea. Después de su inesperada recuperación Elsa Brändström regresó a Suecia en 1920 (1 y 5).

 

Después de su liberación, regresó a Suecia, vía Stettin situada a orillas del río Óder en Polonia embarcando en el “barco MS Lisboa”, donde el gobierno alemán le dio una recepción pública oficial, y organizó la recaudación de fondos para los soldados ex prisioneros de guerra y sus familias. Posteriormente emigró a Alemania (1).

 

En 1922 se publicó su libro “Bland krigsfångar i Ryssland och Sibirien”. Más tarde fue traducido y publicado como “Among prisoners of war in Russia & Siberia” (Londres: Hutchinson. 1929).

 

A partir de entonces, se ocupó de los antiguos prisioneros de guerra en un sanatorio de rehabilitación para soldados alemanes que regresaban a casa en Marienborn-Schmeckwitz, en Sajonia. Con los derechos de autor de su libro compró un molino llamado “Schreibermühle” cerca de Lychen en Uckermark y lo utilizó como centro de resocialización para soldados ex prisioneros de guerra. En ellos construyó un centro de salud y un sanatorio en funcionamiento para antiguos prisioneros de guerra alemanes con el fin de su rehabilitación física y psicológica (3). Schreibermühle tenía extensas tierras que incluían campos, bosques y prados en los que se podían cultivar papas y otros cultivos. Esto fue muy útil en aquel momento porque el marco alemán era una moneda inestable y perdía valor día a día (1).

 

En 1923 realizó una gira de seis meses por los Estados Unidos, organizando conferencias para recaudar fondos para un nuevo hogar para los hijos de los soldados prisioneros de guerra alemanes y austríacos fallecidos y excombatientes mutilados. En su largo viaje recaudó 100.000 dólares y viajó a 65 pueblos. En una parada en Gustavus Adolphus College en St. Peter, Minnesota, Elsa Brändström vistió el uniforme de enfermera de la Cruz Roja Sueca y “habló sobre sus emocionantes experiencias en Rusia y Siberia durante el cuidado de los soldados heridos y posteriormente de los cuidados después de la terminación de la Primera Guerra Mundial” (1).

 

En enero de 1924, fundó un hogar de niños “Neusorge” en Mittweida en el distrito de Mittelsachsen, en el estado federado de Sajonia, que tenía espacio para más de 200 huérfanos y niños necesitados. En Siberia les había prometido a muchos soldados alemanes, que estaban muriendo, que cuidaría de sus hijos (1).

 

En 1929, a los 41 años se casó con el académico alemán de pedagogía con Heinrich Gottlob Robert Ulich. Después de un tiempo, se mudó junto a su marido a Dresde (capital del estado federado de Sajonia en Alemania). En 1931, vendió el molino “Schreibermühle” y donó su otra casa, “Neusorge”, al Centro de Bienestar de Leipzig en Sajonia. Fundó la “Elsa Brändström Foundation for Women” que otorgaba becas a niñas de Neusorge.

 

El 3 de enero de 1932 nació su hija Brita en Dresde. En 1934, Elsa y su esposo desaprobaron la forma de la toma del poder nazi de Adolf Hitler, y en 1934 la familia se trasladó a Estados Unidos, aceptando él una cátedra en la Universidad de Harvard. En este país Elsa ayudó a los refugiados alemanes y austríacos que llegaron como inmigrantes a un nuevo país. En 1939, abrió el “Window Shop”, un restaurante que ofrecía oportunidades de trabajo a los refugiados en Cambridge, Massachusetts (1).

 

Foto 5 Postal de Elsa Brändström, enfermera sueca, con el uniforme de la Cruz Roja Sueca; sello de corros alemán sellado en Frankfurt (Main) el 9 de febrero de 1952

 

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, comenzó a recaudar fondos para mujeres y niños necesitados en Alemania que pasaban hambre y no tenían refugio a través de las organizaciones CARE International (Cooperativa para la Ayuda Estadounidense en Europa) y CRALOG (Consejo de Agencias de Ayuda con Licencia para Operar en Alemania). Se recaudaron fondos considerables de los estadounidenses y especialmente de los estadounidenses de origen alemán, que representaron a más 25 % de la población estadounidense. Realizó una gira final de conferencias por Europa con el nombre del “Save the Children Fund”.

 

Foto 6 Enfermeras de la Cruz Roja Sueca y personal ferroviario trasladando a los soldados heridos en la Primera Guerra Mundial. Museo de Trelleborg, 1915

 

Elsa Brändström no pudo emprender su último viaje planeado a Alemania debido a su enfermedad. Murió el 4 de marzo de 1948 de cáncer de huesos en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos. Está enterrada en el Cementerio del Norte de Estocolmo en Suecia. Mientras su hija Brita se quedó con su esposo e hijos en los Estados Unidos, su esposo Heinrich Gottlob Robert Ulich, regresó a Alemania, donde murió en 1977 en Stuttgart (1).

 

Debido a su compromiso con los prisioneros de guerra, Elsa Brändström se hizo famosa como una “santa patrona” de los soldados. En Alemania y Austria, muchas calles, escuelas e instituciones llevan su nombre.

 

La guerra ha traído muchas heroínas en varias naciones, pero en mi opinión, la más digna de ser recordada o de ser honrada es Elsa Brändström”. General Alfred Knox, agregado militar británico en Rusia. Tuvo innumerables medallas, premios y honores.

 

Varios folletos y exposiciones cortas, basados en gran medida en sus propios relatos y en la biografía de 1932 escrita por su amiga de la escuela y compañera de la Cruz Roja Sueca Elsa Bjorkman-Goldschmidt (1888 - 1982), dan fe del interés que generó entre sus contemporáneos en Suecia (5).

 

El 16 de septiembre de 1965 en una ceremonia en Arne-Karlsson-Park en la capital de Austria en Viena, precedió a la inauguración oficial de la XX Conferencia Internacional de la Cruz Roja. En presencia de autoridades civiles y militares austríacas, miembros de la colonia sueca, líderes de la Cruz Roja Austriaca y muchos delegados de la conferencia, se inauguró un monumento a Elsa Brändström. Este monumento, del escultor Robert Ullmann, es un testimonio de gratitud por el trabajo de la famosa enfermera sueca con los prisioneros germano - austriacos durante la Primera Guerra Mundial (1).

 

Foto 7 Enfermeras y cuatro médicos suecos en la Primera Guerra Mundial, 1915

 

Bibliografía

01.- Elsa Brändström

https://es.wikipedia.org/wiki/Elsa_Br%C3%A4ndstr%C3%B6m

 

02.- Elsa Brändström. Marta Macho-Stadler

https://mujeresconciencia.com/2016/03/26/elsa-brandstrom-enfermera/

 

03.- Elsa Brändström. Sandra Krämer M.A.

https://www.aerzteblatt.de/archiv/230203/Elsa-Braendstroem-%281888-1948%29-Engel-der-Kriegstraumatisierten

 

04.- Elsa Brändström

https://www.ebs-hannover.de/unsere-schule/elsa-braendstroem

 

05.- Elsa Brändström por James Patton

http://roadstothegreatwar-ww1.blogspot.com/2018/11/remembering-veteran-angel-of-siberia.html

 

Enciclopedia Wikipedia

 

Manuel Solórzano Sánchez. Grado en Enfermería

https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez

Día 20 de octubre de 2022, jueves

 

Foto 8 Libro de Elsa Brändström, enfermera sueca. El Ángel de Siberia. Biografía

 

La Voz de Enfermería en la Enciclopedia Auñamendi

Primera parte

http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190

Segunda parte

http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190/132780

 

El legado del enfermero Manuel Solórzano. Antton Iparraguirre. Artículo del Diario Vasco de San Sebastián. Lunes, 7 de agosto de 2023

https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/historia/legado-enfermero-manuel-solorzano-enfermeria-gipuzkoa-donostia-blog-manuel-solorzano-20230807210304-nt.html

 

Manuel Solórzano Su Legado Enfermero. Publicado el lunes día 4 de septiembre de 2023

https://enfeps.blogspot.com/2023/09/manuel-solorzano-su-legado-enfermero.html

 

Foto 9 Elsa Brändström visita las escuelas primarias de Estocolmo en 1945. Foto Alliance/dpa/Heinz Ducklau

 

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Premio a la Difusión y Comunicación Enfermera del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa 2010

Miembro de Enfermería Avanza

Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Comisión de Historia de la Enfermería del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa / Gipuzkoako Erizaintza Elkargo Ofiziala

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa. Años 2019 y 2022

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020 y 31 de diciembre de 2022

masolorzano@telefonica.net

 

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