APRENDIENDO A CUIDAR: De la Doctrina de
Sangradores a la excelencia en el cuidado
In Memoriam de Koldobika Santisteban Cimarro, enfermero
FOTO 1 Cartel anunciador de la
Exposición bibliográfica
Exposición bibliográfica
conmemorativa del Centenario del Primer Plan de Estudios de Enfermería 1915 –
2015
Fondos bibliográficos de la colección particular de Isidoro Jiménez
Rodríguez
Hasta el 11 de febrero
permanecerá la exposición de manuales de enseñanza de la Enfermería en la
Biblioteca del Campus de la Fábrica de Armas de la Universidad de Castilla-La
Mancha en Toledo. Se trata de una muestra de libros utilizados para la docencia
de la Enfermería en España a lo largo de los dos últimos siglos.
FOTO 2 Organizador de la
Exposición Isidoro Jiménez Rodríguez
Los 80 ejemplares seleccionados
por el coleccionista Isidoro Jiménez
Rodríguez, enfermero asistencial y docente, nos permiten seguir los pasos
de los diferentes planes de estudios que se han sucedido en nuestro país desde
hace 200 años, hasta nuestros días. La finalidad de esta muestra es conmemorar
el centenario del primer plan de estudios de la enfermera.
“Enfermería Avanza” no ha querido que este interesante
evento, que también podría visitar otras ciudades, pase desapercibido para las
enfermeras y enfermeros interesados en la historia de su profesión.
Reproducimos en primer lugar los
carteles indicativos que figuran en el espacio expositivo, consistentes en una
presentación y unos breves guiones sobre los cuatro apartados en que se
estructura. Finalmente planteamos unas preguntas a Isidoro Jiménez, que nos
muestra como la historia nos permite abordar e interpretar algunos problemas
actuales.
APRENDIENDO A CUIDAR
De la “Doctrina para los sangradores” a la
excelencia en los cuidados
El hombre es la criatura más
indefensa y vulnerable que viene al mundo. Y por ello, desde el principio,
necesita estar rodeado de unos cuidados para poder subsistir.
Cuidar -como señala la enfermera,
Marie Françoise Colliere- “es un
acto de vida que tiene por objetivo, en primer lugar y por encima de todo,
permitir que la vida continúe y se desarrolle y, de este modo, luchar contra la
muerte”.
Aunque durante miles de años los
cuidados no han sido reconocidos como un oficio o profesión, ello no quiere
decir que no hayan estado presentes. Tradicionalmente, la mujer ha desempeñando
una serie de prácticas y actuaciones encaminadas a facilitar la continuidad de
nuestra especie.
FOTO 3 Díptico de la exposición
Hoy día la Enfermería, como
Ciencia de la Salud, tiene como rol profesional el cuidar, y por lo tanto, es
la encargada de prestar unos cuidados profesionales que favorecen el bienestar
de la sociedad.
“Cuidar” significa para la enfermera la aplicación de una serie de
conocimientos y técnicas sobre la persona sana o enferma. Pero no es solo eso,
“cuidar” es también un arte, pues
cada persona es diferente y tiene un mundo de sentimientos y aspiraciones
individualizado que lo hacen un ser único.
“Aprendiendo a cuidar” trata de ofrecernos una selección de textos
de enseñanza a través de los cuales las enfermeras y enfermeros, se han formado
para desempeñar las labores propias de su profesión a lo largo de los últimos
dos siglos.
Esta exposición bibliográfica conmemora
el Centenario de la aparición del primer plan de estudios de la enfermera en
España (1915), a instancias de las Siervas
de María “Ministras de los enfermos”,
cuyo convento principal se sitúa en la madrileña plaza de Chamberí y que
cuentan también con un convento en Toledo.
Alguno se puede preguntar si es
que antes no había enfermeras y enfermeros en los hospitales. Pues bien, los
antiguos hospitales y “hospitalitos” toledanos, a lo largo de los siglos, son
una clara muestra de cuidados enfermeros, en algunos casos con un alto grado de
especialización.
FOTO 4 A la izquierda, Doctrina
Moderna para los sangradores.
También queremos recordar a un
enfermero que nos ha dejado en estos días, Koldo
Santiesteban Cimarro, coleccionista también de libros y textos sobre
Enfermería. “Nuestra admiración por su profesionalidad y la excelente persona que
supo ser”.
I. LA FORMACIÓN HASTA 1915
Entre los cirujanos franceses que
acompañaron a los monarcas españoles tras la restauración borbónica, se
encontraba Ricardo Le Preux,
nombrado en 1703 cirujano de la reina Mª. Luisa de Saboya, y algunos años
después, Examinador Mayor del Real
Protobarberiato. Este cargo le llevó a escribir en 1717 su Doctrina Moderna para los Sangradores,
texto de enseñanza del que se llegarían a realizar varias ediciones, algunas de
ellas ya bien entrado el siglo XIX. La publicación que presentamos en esta
muestra, la cuarta, se realizó en 1814 en Valencia. En ella podemos observar,
el estilo de redacción, a modo de los catecismos antiguos, en forma de
preguntas y respuestas. De ahí, el nombre de “doctrina”.
FOTO 5 A la izquierda: Doctrina moderna para los sangradores : en la qual se
trata de la flebotomia arterotomía, de la aplicación de las ventosas, de las
sanguijuelas y de las enfermedades de la dentadura. Ricardo Le Preux. A
la derecha: Curso completo de partos y de enfermedades de
mugeres y de niños. Julio Hatin
No fueron muy numerosos los
manuales para sangradores y practicantes en la primera mitad del siglo XIX,
como lo pone de manifiesto la traducción de una obra de Julio Hatin, profesor de la Facultad de Medicina de París, el Manual de flebotomistas y comadronas,
traducido en 1840.
En la Instrucción del Practicante (1863), de Bonifacio Blanco, podemos leer que la misión de asistir a enfermos,
“es
de tal naturaleza, que no basta á las veces el que las personas encargadas lo
hagan con el mejor deseo y tierna solicitud, sino que es necesario sean movidas
también por sentimientos de caridad cristiana, compadeciéndose de la adversidad
y aflicion, de las penas y dolores que sufre el que tiene la desgracia de
perder el mas precioso de los dones, la mas inestimable prerrogativa que puede
gozar el hombre, que es la SALUD”.
II. EL ÚTIMO SIGLO (1915-2015)
El primer Plan de Estudios de la
Enfermera en España (1915) va a ser mal visto por los Practicantes, los cuales
consideran que se van a ver mermados sus derechos. Por ello entablarán un
pleito por vía contenciosa, cuyo resultado, tres años más tarde, les será
desfavorable.
A lo largo del siglo XX se van a
producir diversas modificaciones legislativas que van a dar lugar a grandes
cambios en la profesión. En 1953 se unificaron en un único plan de estudios las
titulaciones de enfermera, practicante y matrona, pasando a denominarse Ayudante Técnico Sanitario (ATS).
Años después, en 1977, las
escuelas donde se cursaba A.T.S. se integran en las universidades, pasando a
denominarse la titulación Diplomado
Universitario en Enfermería.
FOTO 6 Antonio Casado, Francisca
Hernández, Isidoro Jiménez y Roberto Martín
La Ley de Reforma Universitaria
(1990) va a suponer un importante avance para los estudios de Enfermería. Pero
será la integración de España en la Unión Europea y el acatamiento del Espacio Europeo de Educación Superior,
quienes marcarán un camino de progreso sólido y firme para los cuidadores
profesionales españoles.
Los nuevos estudios de Grado implican una autonomía
profesional y el respaldo académico a una vieja profesión que cada día tiene
que reinventarse para dar solución a las necesidades en cuidados de cada
paciente.
Los manuales expuestos en este
apartado nos muestran estos cambios del último siglo, ese camino que apunta en
una dirección: la excelencia en los
cuidados.
Se completa esta parte de la
exposición con la reciente edición de los diagnósticos enfermeros (Nanda
2015-2017), libro cedido por la Editorial
Elsevier.
III. LOS MANUALES DEL DR. USANDIZAGA
La Escuela de Enfermeras de la
Casa de la Salud de Valdecilla fue fundada en Santander en 1929, bajo
las influencias del modelo enfermero anglosajón de Florence Nigthingale. Ello implicaba que sus alumnas alcanzaban la
titulación de enfermera tras tres años de formación, bajo la forma de
internado. Curiosamente, el plan de estudios oficial en España, constaba sólo
de dos cursos.
A partir de 1934 la Escuela va a
contar con un material de estudio propio, escrito por su director, el Dr. Manuel Usandizaga. Conocemos, al menos
nueve ediciones del Manual de la
enfermera, que a partir de la unificación de estudios con los Practicantes
y Matronas (1953), cambiará de nombre: Manual
de la enfermera y del practicante.
FOTO 7 Manual de la Enfermera.
Manuel Usandizaga, segunda edición 1938. Manual del Practicante y de Partos
Normales. Emilio A. García-Sierra
En los primeros momentos las relaciones
entre las alumnas y las enfermeras instructoras fueron muy conflictivas, por lo
que algunas estudiantes abandonaron sus estudios.
En la primera edición del Manual (1934) observamos un primer apartado
donde se trata de las actividades de la enfermera; su misión; los deberes con
los enfermos, los médicos o sus compañeras; y las cualidades físicas o morales que debe reunir. Entre estas últimas
se citan: sinceridad, bondad, paciencia,
obediencia, sentido del deber y de la responsabilidad, economía y amor a la
limpieza.
La Anatomía y la Fisiología,
junto a la Patología, la Higiene, las Técnicas de cuidados de los enfermos, la
Química, la Farmacología, la Dietética y la Puericultura, configuran los
apartados principales.
IV. RAMAS DE EXPECIALIZACIÓN ENFERMERA
Una parte del contenido de los
manuales de enseñanza de Practicantes y Ministrantes presentan temas relacionados
con la cirugía menor, la dentistería y la pedicura.
Presentamos en primer lugar el Tratado completo de la extracción de los
dientes (1846) de Antonio Rotondo,
sin duda uno de los primeros textos dedicados específicamente a una de estas
áreas de conocimiento.
FOTO 8 Gema Torrejón y Pilar López
Layos, representantes de SATSE
Durante la vigencia del título de
ATS (1953-1977) aparecieron diversas especialidades que se cursaban en centros
oficiales y algunos hospitales, durante uno o dos años. Estas líneas de
especialización fueron: Asistencia
obstétrica, Fisioterapia, Radiología y Electrología, Podología, Pediatría y Puericultura, Neurología,
Psiquiatría, Análisis Clínicos y Urología-Nefrología.
Posteriormente, la Orden
Ministerial de 9 de octubre de 1980 apuntó diversas ramas de estudios o
especialidades: Pediátrica, Salud Mental, Salud Comunitaria, Cuidados
Especiales, Geriatría, Gerencia y Administración y Obstétrico-ginecológica. Si
bien, la única que llegó a desarrollarse fue la última de estas.
La última regulación de
especialidades se estableció por el R.D. 405/2005, fijándose estas en
Enfermería: Obstétrico-Ginecológica;
de Salud Mental; Geriátrica; del Trabajo; de Cuidados
Médico-Quirúrgicos; Familiar y Comunitaria; y Pediátrica. Hasta la fecha no se ha desarrollado la rama de
Enfermería de Cuidados Médico-Quirúrgicos. La formación especializada actual se
lleva a cabo a través de la vía EIR (Enfermero Interno Residente), similar a
otras Ciencias de la Salud.
FOTO 9 Manual del Practicante y
de la Enfermera, cuarta edición 1937
“Enfermería Avanza” ha realizado unas preguntas al
organizador de esta muestra, el enfermero Isidoro Jiménez Rodríguez, en la que
nos señala el sentido y finalidad de esta curiosa y atractiva exposición de
manuales de enseñanza utilizados en España durante los dos últimos siglos.
-¿Cómo se te ocurrió realizar esta muestra bibliográfica?
El motivo no fue otro que la
conmemoración del centenario del plan de estudios de la Enfermera. Me he
querido sumar a los actos que se vienen organizando desde el mes de mayo por
varias organizaciones, como los Colegios de Enfermería de Madrid y Cantabria, y
otras instituciones. Se trata también de homenajear el empeño y valentía
demostrado por las Siervas de María
para plantear en 1915 al Gobierno de España, una regulación de los estudios que
debían seguir sus religiosas para ejercer como enfermeras. Plan que al ver la
luz, se extendía también a quienes desearan cursar estos estudios fuera de la
orden religiosa, como seglares.
Cuando a finales de noviembre,
ultimábamos los preparativos para la inminente inauguración, me llego la triste
noticia de que otro coleccionista, Koldo
Santiestaban Cimarro había fallecido, por eso plantee el poder dedicar
también esta exposición al recuerdo de este “compañero enfermero e inolvidable
amigo”.
-¿Qué idea has seguido para la presentación de los libros?
Al principio me plantee varias
posibilidades de argumento expositivo, pero finalmente me decanté por agrupar
los manuales en los cuatro apartados ya señalados, por pensar que la muestra
está dirigida no solamente a personas relacionadas con la Enfermería, sino
también a otros estudiantes de las variadas carreras que se cursan en el Campus
de la Fábrica de Armas. Sin olvidarme también, de las personas ajenas al ámbito
académico que también pudieran acercarse.
Llama la curiosidad de los
visitantes los formatos y presentación de los libros del siglo XIX, sus
primitivas formas de impresión empleadas o la escasez de ilustraciones. La
evolución de los formatos y las coloridas portadas nos van aproximando al
momento actual. Y en este recorrido, también están presentes, como no podía ser
menos, los manuales de la UNED, para la convalidación del título de ATS por el
de Diplomado. Resulta emocionante para algunas compañeras y compañeros que
visitan la muestra reencontrarse con su camino andado.
FOTO 10 Explicando el Organizador
de la Exposición Isidoro Jiménez Rodríguez
Otra idea que me pareció
importante desarrollar fue la labor llevada a cabo por la Escuela de Enfermeras de la Casa de Salud de Valdecilla (Santander)
y la gran difusión de los manuales del Dr. Usandizaga. Se exponen todas las
ediciones aparecidas de los mismos.
La última parte de la exposición
nos invita a una reflexión sobre los avatares que ha tenido el ámbito de la
especialización de los cuidados. Tema este que es un capítulo por analizar en
la historiografía enfermera. Por ejemplo, ámbitos como la dentistería, durante
muchos siglos ligados a nuestra profesión, hay que investigar cómo han
evolucionado y que repercusiones ha tenido para la Enfermería esta separación.
-¿Quieres decir que debemos reivindicar campos de actuación desarrollados
anteriormente?
No se trata de cambiar aspectos
que ya están implantados legislativamente. Se trata, por ejemplo, de
reflexionar del porqué durante siglos, esa vertiente más práctica de la
actividad enfermera, desarrollada por Ministrantes, Practicantes o A.T.S., como
es la Cirugía Menor, no hemos sabido retenerla como campo de actuación
profesional. De analizar los intereses que han guiado a otras profesiones para
hacerse suyas prácticas sanitarias que a lo largo de la historia han
desempeñado profesiones predecesoras de la actual Enfermería.
Resultan inadmisibles los
términos despectivos que se emplean en la historiografía sanitaria para los
antiguos profesionales de la odontología, como “sacamuelas”, pues
significa interpretar de una forma interesada un pasado profesional. No he
visto que a nadie se le denomine “sanguinario”
por determinar la sangría como recurso terapéutico hasta hace poco tiempo.
FOTO 11 Una de las vitrinas que
recoge manuales sobre especialidades
Dada esta opinión, también me
gustaría expresar que nadie puede cuestionar que el campo de actuación de la
Enfermería actualmente, el cuidado prestado de una forma científica, supone
dentro del contexto de las Ciencias de la Salud, la profesión que tiene más
expectativas de desarrollo y progreso. Siempre y cuando se respete su ámbito
profesional reconocido en la legislación vigente y no se interprete de forma
torticera por otros colectivos sanitarios.
¿Crees que hoy no se respeta este campo profesional enfermero?
Para responder a esta pregunta
podemos hojear algunos de los manuales más antiguos de esta exposición. En
ellos, de forma obsesiva, y bajo mi punto de vista, también infundada, se
refiere en sus prólogos, a la formación de unos
profesionales obedientes y dóciles, cuyo trabajo está guiado no hacia el
servicio del enfermo, sino a cubrir las necesidades sanitarias de un momento
determinado, o también, a desempeñar unas labores auxiliares.
Las circunstancias y las
necesidades asistenciales que se daban, por ejemplo, en España hasta bien
entrado el siglo XX, dejaban en manos del Practicante la única atención
sanitaria a la que podían acceder los habitantes de muchos pueblos. Estos
profesionales se dejaban la piel, y también su vida, por dar solución a todas
las situaciones que se les planteaban.
Y podemos preguntarnos, ¿porqué
se permitía esta abnegada actuación, pero jamás se vio reflejada en ninguna
normativa?. Mi respuesta, a la luz de los testimonios que he podido recoger, es
que siempre hemos desarrollado una labor muy por encima de lo que las leyes nos
permitían, simplemente por el espíritu altruista que siempre nos ha guiado,
frente a las aspiraciones crematísticas de otras profesiones sanitarias. Pero
el problema surge cuando se intenta que eso que venimos haciendo, se plasme en
la normativa.
FOTO 12 El Consultor del
Practicante, 1915. Lámina utensilios de dentisteria
Lo anterior lo podemos aplicar a
día de hoy con el problema de la prescripción enfermera. Podemos hacer de todo,
siempre y cuando no se reconozca oficialmente que lo estamos realizando.
Me gustaría opinar que esta
desconsideración y prepotencia que se está arrojando sobre la Enfermería, en
estos últimos días, se podría rebatir, simplemente, desarrollando un estudio a
nivel estatal sobre el tiempo que las enfermeras y enfermeros dedican en su
jornada de trabajo a aclarar tratamientos o pautas incorrectas y dudosas; o a
desempeñar funciones de coordinación asistencial que no les corresponde
realizar, pues la ley determina que sea otro profesional quien las asuma.
Luego, ¿nuestra historia nos sirve para poder entender nuestro
presente?
Esta afirmación ya se recoge en
consejos o máximas latinas, no descubrimos nada nuevo. Si para cualquier
profesión resulta fundamental conocer su historia, para la Enfermería, que aún
no ha podido descubrir sus raíces, y lo poco que ha conocido de su pasado, ha
estado mediatizado por otros profesionales ajenos, es primordial e
imprescindible.
Por ello hay que potenciar el
estudio de nuestra historia como asignatura independiente dentro del plan
curricular actual. Ello, además, contribuiría a ampliar el horizonte
humanístico que siempre ha acompañado a nuestra práctica profesional a lo largo
de los siglos. Humanismo, al que
otros pretenden apuntarse en estos últimos años, “autoconsiderándose”, perdón
por la licencia gramatical, sus descubridores e impulsores.
Por lo tanto, dentro de la
importancia de conocer nuestro pasado y de analizarlo con una perspectiva
enfermera, esta exposición de libros nos puede plantear algunas hipótesis de
interés: ¿Cómo han contribuido estos manuales a modelar, a lo largo del tiempo,
la profesión?; ¿Qué intereses han guiado los diferentes planes de estudio, bajo
cuya sombra se editaron estos libros?; ¿Se adaptan a la tipología de otros
textos de enseñanza de profesiones de su época?; ¿Reflejan los distintos
momentos políticos y sociales de la sociedad española?; ¿Quiénes son los
autores de estos libros?; ¿Qué fines se perseguían con las diversas denominaciones
de la profesión?, etc.
¿Deseas añadir algo?
Reiterar mi agradecimiento a los
órganos rectores de la Universidad de Castilla-La Mancha y a la Biblioteca por
poner a disposición de las enfermeras y enfermeros este espacio expositivo
durante más de dos meses. La colaboración del responsable de la Biblioteca, D. Antonio Casado Poyales, ha sido
fundamental para llevar a cabo el proyecto.
Agradecimiento que hago extensivo
al Seminario Permanente de Historia de la Enfermería, y a su directora, la
Doctora, Dª. Francisca Hernández Martín,
por facilitar que quienes estudiamos la historia de la profesión podamos
reunirnos en sus Congresos. Gratitud que también quiero expresar hacia el Colegio de Enfermería de Toledo,
presidido por D. Roberto Martín Ramírez,
y al Sindicato Satse, cuya
representante provincial es Dª Gema
Torrejón.
Señalar también el apoyo de la Editorial
Elsevier, aportando algunas de sus obras recientes, las cuales han
servido para plasmar ese “hoy” de la enseñanza.
Y finalmente, deseo poner a
disposición de las distintas Universidades, Colegios de Enfermería, Bibliotecas
y otras entidades, esta exposición, que sin duda, permite hacernos visibles a
las enfermeras y enfermeros ante la sociedad.
En el artículo de Ángel M. Gregoris en el Diario
Enfermero del 25 de diciembre de 2015, lo titulaba así:
Los libros de la enfermería, en Toledo
Acercar a la
sociedad la evolución que ha sufrido durante los dos últimos siglos la
enfermería es el objetivo de la exposición ‘Aprendiendo a cuidar: de la
Doctrina de Sangradores a la excelencia en el cuidado’, que se puede visitar de
lunes a viernes de 9.00 a
21.00 hasta el próximo 11 de febrero en la biblioteca del campus de Toledo de
la Universidad de Castilla-La Mancha.
Un total de 70
ejemplares de manuales y libros de texto del siglo XVIII y XIX pertenecientes
al fondo bibliográfico del enfermero del Hospital Provincial de Toledo Isidoro Jiménez; se exponen dentro de
los actos de conmemoración del centenario del primer plan de estudios de la
profesión.
FOTO 13 Láminas
de El Consultor del Practicante, 1915
Los volúmenes
expuestos, que trazan una línea narrativa desde hace más de 200 años hasta la
actualidad, se centran en diferentes disciplinas sanitarias, todas ellas
precedentes al nombramiento de la enfermería como independiente de la medicina
y de otras prácticas en el año 1915. Los libros muestran, además, las
diferentes legislaciones surgidas para la obtención de las titulaciones. De
esta manera, en alguno se hace patente la Real Cédula de 1804 que regula el
examen de reválida de los sangradores, el Real Decreto del 29 de junio de 1846,
que crea la figura del Ministrante o el plan de Estudios de la Enfermería de
1915, entre otros.
A través de las
diferentes piezas que muestran el devenir de la profesión, se entienden los
cambios más trascendentes en la profesión, como la unificación de las carreras
de enfermeras, practicantes y matronas en una única titulación.
Todo ello con
ejemplares de diferentes épocas y años, como viejos manuales de enseñanza
utilizados para la formación de varias generaciones de enfermeras y enfermeros
y que, como explica Isidoro Jiménez,
“ayudan
a explicar esta profesión, que es vieja y joven al mismo tiempo, y que tiene
tanto calado e importancia entre la sociedad actual”.
FOTO 14 Lámina
de El Consultor del Practicante, 1915. Artículo sobre la exposición en el
Diario Enfermero
El presidente
del Colegio de Enfermería de Toledo, Roberto
Martín, agradece a Isidoro Jiménez su implicación y dedicación con la
profesión. “Esta exposición es el testimonio de la evidencia científica de la
enfermería, muestra sus orígenes y presenta el cuidado como pilar fundamental
en pro de la salud”, apunta.
Esta exposición
cuenta con el objeto de “difundir los diferentes aspectos que dan y han dado
forma a la enfermería, mostrando cuáles son sus raíces, de dónde viene la
formación, cómo ha evolucionado la especialización de los profesionales que han
dado, además, paso a otras profesiones distintas como la odontología, la
fisioterapia o la podología, entre otras”, añade Isidoro Jiménez.
Jiménez además, en un intento por
compartir su extensa colección y toda la información que alberga el recorrido
por los más de 70 ejemplares expuestos, se ofrece a realizar visitas guiadas
previamente concertadas con aquellas personas que deseen conocer un poquito más
sobre una profesión centenaria para la salud.
FOTO 15 ABC 26 de diciembre de
2015
Manuel Solórzano Sánchez
Diplomado en Enfermería. Servicio
de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI-
Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad
Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza /
Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana
de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de
Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la
Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN,
A.C.
Miembro no numerario de la Real
Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
1 comentario:
Q horario de visitas hay?.
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