jueves, 27 de junio de 2024

Mary Robinson e Isabel Adams Hampton Enfermeras

 

 

Mary Robinson, Primera Enfermera de Distrito en Liverpool, Inglaterra 1859

 

Foto 1 Mary Robinson, primera enfermera de distrito en Liverpool, Inglaterra 1859

 

Las enfermeras visitadoras

 

Las diaconisas apostólicas pueden considerarse como las antecesoras de las actuales enfermeras domiciliarias. También fueron las primeras órdenes religiosas de enfermería que se dedicaron a la asistencia a los domicilios como las “Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl” y las “Siervas de María, Ministras de los enfermos”. Visitaban a los enfermos en sus hogares y eran muy conocidas por su loable esfuerzo (1).

 

Durante algunos periodos de tiempo en la historia de la enfermería, las visitas a los domicilios fueron la principal actividad de las enfermeras, hasta que se desarrollaron por completo los modernos hospitales municipales y las Escuelas de formación de Enfermeras.

 

Las “Hermanas Protestantes de la Caridad”, organizadas por Elizabeth Fry; el “Hogar de San Juan”, la “Orden de Santa Margarita” y otros grupos que se fundaron con ese objetivo específico. Además de las “Diaconisas de Kaiserswerth” adquirían parte de su formación de enfermería en la comunidad.

 

Foto 2 Kinder-Kranken-Saal, Escena de sala con niños y Diaconisas en Kaiserswerth. J.B. Sonderland, 1845

 

En Gran Bretaña se creó una estructura formal de enfermeras domiciliarias gracias al empeño de William Rathbone, un acaudalado ciudadano de Liverpool. Su esposa había fallecido en 1859 tras una larga y dolorosa enfermedad, durante la cual fue cuidada por una enfermera preparada y competente.

 

William Rathbone apreció el hecho de que su esposa, una mujer que tenía todo lo que se podía comprar con dinero, hubiera obtenido alivio gracias a un cualificado cuidado dado por una enfermera profesional. Así, llegó a la conclusión de que los pobres, cuyas enfermedades se veían agravadas por la falta de recursos económicos y los ambientes inadecuados, obtendrían aún más ayuda. Por tanto, había que enviar enfermeras profesionales a los hogares de los enfermos necesitados (1).

 

William Rathbone empleó a Mary Robinson, la enfermera profesional bien prepara y muy bien formada que fue la que había cuidado durante su larga enfermedad a su esposa; aliviando enormemente el dolor y el sufrimiento de sus últimos días.

 

Le preguntó a Mary Robinson si estaría dispuesta a participar en una prueba de tres meses de atención a los enfermos pobres en sus hogares, proporcionándole los cuidados más adelantados de la enfermería y el consuelo a los pobres de Liverpool, como prueba piloto que él organizaría y financiaría (1).

 

Foto 3 Enfermeras en la Sala de la mujer Johns Hopkins Hospital 1887

 

Ella estuvo de acuerdo y William Rathbone se dispuso a conseguir el equipo, las medicinas y los alimentos necesarios. Dada su familiaridad con la situación de los ciudadanos pobres de Liverpool, creía que la enfermera de distrito tendría el mayor impacto si no sólo atendiera las dolencias físicas inmediatas del paciente, sino que también tomara en consideración su situación social y familiar.

 

Es interesante resaltar que su plan debió vencer una fuerte oposición basada en las condiciones poco higiénicas que a menudo había en los hogares de los pobres. Según William Rathbone, un médico contemporáneo hizo la siguiente declaración:

 

Es evidente que las condiciones esenciales para una enfermería racional y satisfactoria, como son el aire fresco, la luz, el calor, la cama, los buenos y variados alimentos, etc., Están del todo ausentes en los hogares de los pobres. ¿De qué sirve la provisión gratuita y regular de medicamentos, si faltan todos los requisitos para una vida sana normal? No es que la enfermera profesional se arredre ante las privaciones e influencias perjudiciales que existen en las cabañas y cobertizos; es la imposibilidad de ser útil en tales circunstancias lo que hace que la enfermería domiciliaria sea una quimera para los pobres. Se puede consolarlos en sus cabañas y darles alimentos y medicamentos, pero cuidarlos y curarlos con alguna expectativa de éxito es inviable. William Rathbone, 1890.

 

El sentir general era que si los pobres estaban gravemente enfermos debían ir al hospital. Sin embargo, William Rathbone disentía aduciendo que a muchos pacientes que se encontraban gravemente enfermos se les negaba el ingreso en los hospitales generales, que nunca habría suficientes hospitales para cuidar todas las enfermedades graves de los pobres y que los cuidados que proporcionaba la enfermera domiciliaria eran más baratos que los dispensados por el hospital.

 

Foto 4 Enfermeras británicas tomando el té, 1887

 

Su visión era que la enfermera no proporcionaría simplemente alivio a corto plazo, sino que también plantaría una semilla de mejora generalizada y a largo plazo al educar al paciente y a la familia en el cuidado de sus propios enfermos e inculcarles la importancia de una vida sana y los principios de una higiene adecuada.

 

Después de sólo un mes de trabajo, Mary Robinson le pidió a William Rathbone que la liberara de su contrato. Aunque estaba acostumbrada a la enfermedad y la muerte, el nivel de sufrimiento y miseria al que se enfrentó al servir y cuidar a los enfermos pobres de Liverpool era abrumador. Sintió que sus esfuerzos eran inútiles y quedaban eclipsados por el gran nivel de necesidad.

 

William Rathbone la instó a continuar y trató de transmitirle su creencia en el tremendo efecto positivo que su trabajo tendría en las vidas de sus seres queridos. “Él le mostró cuánto alivio del sufrimiento que su cuidado traía a los enfermos; cómo su enseñanza y ejemplo deben, con el tiempo, dar sus frutos; y que la satisfacción de saber que había sido fundamental para poner en pie incluso a unas pocas familias y abrir el camino en un nuevo campo de trabajo, la compensaría por todos sus desalientos actuales”.

 

La firme creencia de William Rathbone en los méritos de su plan convenció a Mary Robinson para continuar y terminar su contrato de tres meses, momento en el que las esperanzas de William se cumplieron. Pudo ver su éxito no solo en abordar las dolencias inmediatas de los más desheredados, sino también en lograr mejoras permanentes en su salud y en su nivel de vida. Además, en muchos casos, la mejora no se limitó sólo al paciente, sino también a sus familias, cuyo bienestar dependía de la presencia tanto de una madre como de un padre como cuidadores y sostén de la familia, y también de la comunidad que vio el impacto positivo en sus vidas. vecinos y cambiaron sus propios comportamientos.

 

Foto 5 Enfermeras británicas, 1886

 

Así fue como al final del período de tres meses, William Rathbone decidió hacer de la enfermería de distrito el trabajo de su vida. Confiaba en que su experimento había demostrado ampliamente el beneficio potencial que las enfermeras de distrito aportarían a la comunidad para mejorar la salud y la estabilidad de aquellos cuyas sombrías vidas a menudo se veían ensombrecidas por la pérdida y la desesperación; personas que de otro modo habrían sido consideradas casos desesperados. Estaba decidido a ampliar el servicio, pero se enfrentó con muchas barreras, incluido el escepticismo de sus homólogos.

 

La opinión predominante era que los problemas que enfrentaban las multitudes de trabajadores con salarios bajos eran insuperables y que sería un ejercicio inútil para una enfermera intentar marcar una diferencia. Además, muchos miembros de la comunidad médica no creían que se pudiera brindar una atención adecuada en las condiciones de ajetreo y suciedad del hogar y sugirieron que un hospital era el único lugar apropiado para recibir atención sanitaria. E incluso si Rathbone pudiera convencer a la gente de que apoyara el proyecto, encontrar un suministro de enfermeras capacitadas para prestar este servicio en los distritos empobrecidos de Liverpool iba a ser una tarea casi imposible.

 

Foto 6 Florence Nightingale y William Rathbone

 

En 1862, William Rathbone contactó con Florence Nightingale, y fundó la «Asociación de Enfermeras de Distrito», que tenía por objeto establecer un servicio permanente de enfermeras a domicilio. Se considera la Primera Escuela de Enfermeras de Salud Pública del Mundo. Estas enfermeras trabajaban en la división de la ciudad de Liverpool en Inglaterra en 18 distritos, con una enfermera profesional asignada a cada distrito. Las funciones de las enfermeras de salud pública eran: visita domiciliaria a los enfermos, educación y asistencia sanitaria. Se pensó que estas enfermeras que trabajaban al margen de las que lo hacían en el entorno hospitalario, debían recibir una formación específica para el desarrollo de sus funciones.

 

Pronto contrató a más enfermeras y comenzó a prepararlas en la Escuela de Enfermeras que había fundado en la “Liverpool Royal Infirmary”. Su perseverancia tuvo como resultado la sólida instauración de la enfermería domiciliaria en Liverpool. Esta iniciativa seguida por la aparición de otras Asociaciones de enfermeras domiciliarias.

 

La Enfermería domiciliaria recibió un espaldarazo en 1887, cuando la reina Victoria celebró su 50 aniversario. De las 76.000 libras esterlinas que recaudaron las mujeres de Inglaterra, la reina donó 70.000 para la causa de las enfermeras visitadoras. Esta suma aumento la aportación de otras fuentes para el establecimiento del “Queen Victoria Jubilee Institute for Nurses”, que recibió la cédula real en 1889.

 

Las enfermeras de esta organización se llamaron “Enfermeras del Jubilee Institute”, aunque también se las conocía como las “Enfermeras de la Reina”. Su ejemplo fue seguido por grupos similares en todo el Imperio, como la “Victorian Order of Nurses en Canadá”, la “Order of King Edward VII” en Sudáfrica, la “Bush Nursing Association” en Sudáfrica y las “Plunket Nurses” en Nueva Zelanda.

 

Foto 7 Queen Victoria Jubilee Institute for Nurses

 

Aunque desde un principio hubo intentos de desarrollar la enfermería domiciliaria en los Estados Unidos de América, el impulso necesario para su progreso tardó en llegar. Los primeros servicios de enfermería domiciliaria estaban conectados con grupos confesionales que participaban en tareas religiosas y caritativas. Se crearon sociedades de tipo no confesional en Nueva York en 1877, la “Women´s Branch of the New York City Mission”, en Boston y Filadelfia en 1886 y en Chicago en 1889.

 

Estas Asociaciones de enfermeras visitadoras, que contrataban a enfermeras profesionales principalmente para el cuidado de los enfermos en sus hogares, a menudo eran conocidas como “Instructive District Nursing Associations”. La formación y preparación, tal como su nombre indica, también era una función esencial del cuidado domiciliario en los pacientes; se les enseñaba los principios de higiene y saneamiento, además de aspectos específicos de la salud y la enfermedad. Isabel Hampton Robb hizo un comentario sobre el nombre de la asociación en un discurso en el Congreso Internacional de Enfermeras de 1893.

 

Las “Enfermeras de Distrito” nos enfrentamos a condiciones que requieren el máximo orden de trabajo; pero el cuidado del paciente y del enfermo en sí, son la parte más importante de la labor e influencia que deben tener las enfermeras entre esta clase de personas. Para esta rama de la enfermería no hay mejor nombre que el de “Enfermera Educadora”, pues debe ser educativa en el mejor sentido de la palabra. Isabel Hampton Robb (1).

 

Foto 8 Enfermeras del King’s College Hospital, Londres, 1900

 

Isabel Adams Hampton

 

Isabel Adams Hampton Robb, Primera Superintendente de Enfermeras en la Johns Hopkins Hospital Training School for Nurses, 1890

 

La Nurses Associated Alumnae of the United States and Canada, fue la segunda organización creada para las enfermeras. Los objetivos iniciales en 1897 fueron:

a).- Establecer y mantener un código de ética profesional

b).- elevar los estándares de formación para las enfermeras

c).- Promover el valor, el honor y los intereses económicos y de otra índole de la profesión enfermera (American Nurses Association).

 

Foto 9 Isabel A. Hampton, primera superintendente de enfermeras en la Johns Hopkins Hospital Training School for Nurses, 1890. The Alan Mason Chesney Medical Archives, Johns Hopkins Medical Institutions Baltimore, Maryland

 

El objetivo primordial de esta Asociación fue el asegurar la legislación a fin de poder diferenciar a las enfermeras profesionales de las que no lo eran, ya que el título de “Enfermera formada” había acabado por indicar todos los grados de formación y todos los tipos de mujeres.

 

Cuando la Asociación intentó convertirse en Corporación Profesional, se descubrió que la legislación vigente de Nueva York, prohibía la pertenencia de miembros extranjeros. Por lo tanto, fue imprescindible y necesario eliminar la palabra “y Canadá”, lo cual a su vez excluía la participación canadiense.

 

La primera presidenta de la “Nurses Associated Alumnae” fue Isabel Adams Hampton Robb (1859 – 1910). Un autor la describió como “el núcleo radiante de la fuerza magnética que puso en marcha las dos organizaciones nacionales antes de 1900” y otro autor la calificaba como el “arquitecto de las organizaciones americanas de enfermeras”. Se apueste por el apelativo que se crea, lo cierto es que dicha enfermera fue una de las grandes líderes de la enfermería americana, y tal vez la más querida. Fue una mujer vital y con visión de futuro, pero a la vez demostraba una fuerza atemperada, que se consideró como una característica fundamental de su liderazgo (2).

 

Isabel Adams Hampton nació en Welland, Ontario, en Canadá el 26 de agosto de 1859. Asistió al Collegiate Institute of St. Catherine´s en Ontario, tras lo cual enseñó en la Merriton School durante tres años. En 1881 fue admitida como enfermera en la Bellevue Hospital Training School for Nurses, graduándose como enfermera profesional en 1883.

 

Durante un breve periodo, trabajó como supervisora en el Women´s Hospital de Nueva York y después durante dos años como enfermera de planta en el Hospicio de San Pablo en Roma. A su regreso a los Estados Unidos, trabajó como enfermera privada para la familia Conover en Nueva Jersey. En 1886, Hampton fue a Chicago y asumió el papel de superintendente de la Escuela de Formación de Illinois (Illinois Training School) para enfermeras en el Cook County Hospital, donde introdujo diversas innovaciones de tipo educativo.

 

También puso en funcionamiento un sistema gradual de teoría y prácticas; acabó con la costumbre de que las estudiantes realizaran un servicio privado como parte de su formación, ella creía que este servicio privado enmascaraba una explotación de las estudiantes, puesto que los hospitales eran los que cobraban los emolumentos y desarrolló el concepto de afiliación, a través del cual las estudiantes podían obtener la experiencia necesaria inexistente en sus instituciones locales. Estas innovaciones sin duda, estaban influidas por su experiencia como maestra y por sus fundamentos de teoría educativa.

 

Los estudiantes de enfermería tendrían que demostrar su competencia para recibir sus calificaciones. Antes de las reformas de Hampton, la lactancia había sido asumida en gran medida por mujeres de clase baja que no podían ocupar otros puestos de trabajo.

 

Isabel Adams Hampton, no había cumplido los treinta años cuando fue elegida en 1889 para organizar la “Escuela de Enfermeras del Johns Hopkins Hospital”. Sin embargo, no estuvo disponible durante tres meses, así que fue la enfermera Louisa Parsons quien fue acreditada como la primera superintendente durante esos tres meses.

 

Foto 10 Enfermera de Distrito de Liverpool 1893

 

Se cuenta que al llegar causó sensación debido a su serenidad y belleza. William Osler, un compañero canadiense, afirmó metafóricamente que entró en el Hopkins como “una estatua griega animada”. Tanto hombres como mujeres la comparaban con “Venus”. Lavinia Dock (3) expresó el sentimiento general:

 

Pensé que no había visto una figura más bella o majestuosa que no estuviera sobre el pedestal de alguna escultura clásica. Isabel Adams Hampton tenía un color vivo y fresco, sus ojos, del azul más claro y de un tamaño desacostumbradamente grande, se abrían con inusitada belleza; su voz era uno de sus mayores encantos, muy dulce y suave, pero sin esconder una cierta emoción cuando hablaba con seriedad. También sus manos eran extremadamente bellas, muestra de su carácter y poder de organización. Eran tan perfectas que merecían ser modeladas.

 

Se intentaron más innovaciones. Isabel Adams Hampton se convirtió en la “directora” más que en la “superintendente”, y se establecieron horarios para una jornada de doce horas, que incluía tiempo para las comidas, recreo, descanso y periodos de estudio y prácticas.

 

También reconoció la necesidad de las publicaciones de enfermería y escribió tres libros de gran influencia. Enfermería: sus principios y práctica para uso hospitalario y privado en 1894, Ética de enfermeras y Normas educativas para enfermeras en 1907.

 

Fue en el Johns Hopkins Hospital donde Isabel Adams Hampton conoció al doctor Hunter Robb, que había sido residente de ginecología, se casaron en St. Margaret´s Westminster en Londres el 12 de julio de 1984; la novia llevó el ramo de flores enviado por Florence Nightingale. A las compañeras de Isabel no les agradaba demasiado el doctor Robb porque pensaban que no estaba a su nivel ni en cuanto a capacidad intelectual ni en su aspecto físico. Los Robb se instalaron en Cleveland en Ohio, donde nacerían sus dos hijos varones.

 

Isabel Adams Hampton, continuó con sus actividades como enfermera y realizó sus mayores aportaciones tras su matrimonio. Ayudó a fundar las dos organizaciones nacionales de enfermeras, llevó el peso de la instauración del programa de formación para las enfermeras graduadas del Teachers College, formó parte del comité fundador del American Journal of Nursing y fue esencialmente la fuerza motora del desarrollo inicial de la enfermería profesional en los Estados Unidos de América. Falleció prematuramente en un accidente de tráfico el 5 de abril de 1910 (2).

 

Bibliografía

 

1.- Las enfermeras visitadoras. Página 342, 343. Historia de la Enfermería. M. Patricia Donahue. Versión española de la obra original “Nursing. The Finest Art. An Illustrated History”, publicada por The C. V. Mosby Company. B-24.474-99. Ediciones Doyma, 1985

 

2.- La Nurses Associated Alumnae of the United States and Canada. Página 360 a 364. Historia de la Enfermería. M. Patricia Donahue. Versión española de la obra original “Nursing. The Finest Art. An Illustrated History”, publicada por The C. V. Mosby Company. B-24.474-99. Ediciones Doyma, 1985

 

3.- La enfermera sufragista. Lavinia Lloyd Dock. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día 14 de junio de 2015

http://enfeps.blogspot.com.es/2015/06/la-enfermera-sufragista-lavinia-lloyd.html

 

Foto 11 La Enfermera. Isabel A. Hampton, Bellevue Hospital 1882. Boceto del natural para la Century Magazine, noviembre 1882 en “Una nueva profesión para las mujeres” The Bettmann Archive, Nueva York

 

Enciclopedia Wikipedia

Manuel Solórzano Sánchez. Grado en Enfermería

https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez

Día 20 de octubre de 2022, jueves

 

Entziklopedia Wikipedia en Euskera

Manuel Solórzano Sánchez. Erizaintzako Gradua

https://eu.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez#Ibilbidea

Día 27 de octubre de 2022, jueves

 

La Voz de Enfermería en la Enciclopedia Auñamendi

Primera parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190

Segunda parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190/132780

 

Foto 12 Presbyterian Hospital, Nueva York. Harper´s Weekly. 16 de noviembre de 1872. Cortesía de The New York Historical Society, Nueva York

 

El legado del enfermero Manuel Solórzano. Antton Iparraguirre. Artículo del Diario Vasco de San Sebastián. Lunes, 7 de agosto de 2023

https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/historia/legado-enfermero-manuel-solorzano-enfermeria-gipuzkoa-donostia-blog-manuel-solorzano-20230807210304-nt.html

 

Manuel Solórzano Su Legado Enfermero. Publicado el lunes día 4 de septiembre de 2023

https://enfeps.blogspot.com/2023/09/manuel-solorzano-su-legado-enfermero.html

 

Noticias de Gipuzkoa domingo 14 de abril de 2024. Mí décimo tercer libro.

Una Gota de Leche para los niños donostiarras

https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2024/04/14/gota-leche-ninos-donostiarras-8108257.html

 

Manuel Solórzano: curioso y defensor de su profesión

https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2024/04/14/manuel-solorzano-curioso-defensor-profesion-8108387.html

 

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Premio a la Difusión y Comunicación Enfermera del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa 2010

Miembro de Enfermería Avanza

Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro Supernumerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Comisión de Historia de la Enfermería del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa / Gipuzkoako Erizaintza Elkargo Ofiziala

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa. Años 2019 y 2022

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020 y 31 de diciembre de 2022

Premio a la Visibilización de la ACEB. 15 de mayo de 2024. Deusto Bilbao

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