En estas páginas
que os ofrezco hallarás unos cuantos preceptos que, si los cumples, verás tu
vida y la de los tuyos garantizada contra las mil asechanzas que te amenazan de
continuo.
Si eres obrero, bastante
haces con atender a tu trabajo y a la educación de tus hijos, y sería necio
pretender que te ilustrases, compulsando obras extensas en materias importantes
para tu sano y honesto vivir. Mejor es que te demos, en dosis concentradas, aquellas
enseñanzas que otros háyanlos adquirido con ocasión o motivo de nuestra profesión.
Y así, yo me propongo decirte lisa y llanamente, sin entrar en discusiones
estériles, lo que entiendo que mejor conviene a tu salud, a tu bienestar, a tu
mejoramiento progresivo y al de tu familia.
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1 Portada de la Cartilla Higiénica del Obrero. 1917
Todo lo que
afecta a tu vivienda, a tu alimentación, vestidos, cuidado de tu persona, mujer
e hijos, los accidentes de que puedas ser víctima, los primeros cuidados que requieres,
y hasta la manera segura de adquirir una renta para la vejez o invalidez, y todo
eso, que constituye tu vida, es de lo que quiero escribir de modo claro y
sencillo, advirtiéndote de los males que te amenazan y de los bienes que
obtendrás con sólo que me prestes atención y te dispongas a seguir mis
consejos, que te prometo han de ser desinteresados y leales.
La tarea que me
impongo es más difícil de lo que parece a primera vista, pues no debo olvidar
que la pauta de vida que te marque ha de ser sobre un terreno esquilmado y
pobre, y que hemos de vernos obligados, en el curso de este trabajo, a intentar
repetir el milagro de los panes y los peces. Así lo exige la escasez de tus
recursos, con los que, sin embargo, hemos de construir tú vivienda sana, cómoda
y barata, esa casita hermosa en la que te esperarán los tuyos, con anhelo
amoroso, cuando dejes el trabajo de cada día, y que hemos de hacer tuya, legalmente
tuya y de tus hijos, si la muerte te rindiera.
Con tu corto
jornal hemos de preparar comidas abundantes y nutritivas, aunque ello se te
antoje un verdadero milagro. Hemos de hacer, por último, que tu vida y la de
tus seres amados se deslice libre de enfermedades, y miserias, radiante de
dicha, felices, sanos y contentos.
¿Es mucho lo que
te ofrezco? Ya verás cómo todo es posible. Escúchame, y pon tu voluntad fuerte,
en seguirme. Con eso basta para que yo me dé por satisfecho,
y
tú salvo. Verás.
FOTO
2 Vida Vasca, página 169. Año 1924
La vivienda obrera
¿No es verdad,
lector obrero, que cuando pasas por delante de esas lindas casitas bañadas de
sol, limpias, atractivas, con pequeño jardín rebosante de flores, experimentas
cierta envidia, y que te considerarías dichoso si poseyeras una vivienda tal?
Pues ese sueño
es perfectamente realizable. Y te aseguro más: te digo que eso debe ser.
De cierto que a
tus oídos ha llegado la noticia de que existe en plena vigencia una Ley que se
llama de Casas baratas, que permite, con pequeño esfuerzo, adquirir, una
vivienda a todo obrero que formalmente se lo proponga.
No he de
cansarte con la exposición del mecanismo de esa Ley, pues lo que de momento te
interesa es que te diga cómo y cuándo puedes pasar de modesto obrero a la
categoría de propietario, ya ello voy.
Se han constituido
en muchas localidades y de día en día se forman en mayor número Sociedades
para el fomento y construcción de casas baratas, para obreros
principalmente.
FOTO 3 Cartilla
Higiénica del Obrero. Proyecto de Casas Baratas, 1917
Los terrenos
para edificarlas los cede gratuitamente el Estado, Diputación o Municipio, por
imposición terminante y expresa de la Ley, y, además, el Estado garantiza el
interés al capital que inviertan esas Sociedades. Te quedarías asombrado si
vieras los planos de esas casitas, trazados por arquitectos prácticos y
conocedores del problema. Esos planos corresponden a varios tipos
de casas, desde la más modesta a la más amplia y confortable.
Tomemos el tipo
de la más económica, cuyo presupuesto es de 2.200 pesetas (plano del Arquitecto
de Palencia D. Jerónimo Arroyo).
Esa casa, de la
que te acompaño el plano, es suficiente para un matrimonio y dos hijos o más.
Para adquirirla puedes optar por varios procedimientos; pero el mejor es pagar
mensualmente la renta, la amortización en veinte años y el seguro. Pues todo
eso sólo te cuesta 12,26 pesetas al mes durante los veinte años, al fin de los
que entras en plena y definitiva posesión de la casa. Pero si tuvieras la
desgracia de morir antes de ese plazo, tus herederos son dueños inmediatos de aquélla,
pues para ello pagas la prima de seguro, que va incluida en las 12 pesetas
dichas.
Seguramente que
en la actualidad pagas esa misma o mayor cantidad, sin opción a nada.
Considera, pues, las enormes ventajas que te ofrece la nueva Ley, que un
economista ilustre le llamaba la “ley manirrota”.
Existen
múltiples procedimientos para crear Sociedades de casas baratas, pero no entro
en ello) por considerarlo innecesario. Lo que sí me interesa es que te des
exacta cuenta de la importancia que tiene para ti y los tuyos la posesión de
una vivienda higiénica.
Te disculpo y comprendo
cuando, al salir de la fábrica o taller, buscas en el café o la taberna un poco
de confortamiento, de luz y calor. En tu cuartucho actual no hay sino
lobreguez, frío, humedad y ruina. Y huyes de él, dejando en aquella mazmorra a
tu pobre mujer, a tus niñitos, sufriendo la larga espera de su padre. Otra cosa
sería si tu casa fuese limpia, alegre, clara, lugar de santo reposo, cien veces
más apetecible que la taberna. ¿Y
lo de ser tuya? ¿Y la seguridad de que, al morir tú, no se verán en el arroyo
los seres que amas?
FOTO 4 Preparando
el pescado en Pasajes (Guipúzcoa). Vida Vasca, página 183. Año 1924
Pudiera decirte
muchas cosas interesantes respecto a lo que es una vivienda insana para la salud.
Nuestro gran Letamendi dijo, con
hermosa frase: Donde no entra el sol, entra el médico. Así es.
El
sol es el gran desinfectante universal. La escrófula, la tuberculosis, las
infecciones todas, se ceban en las viviendas míseras oscuras, y sólo el sol es
su mortal enemigo.
El día que goces
de una vivienda higiénica, ya verás, obrero amigo, cómo te sientes otro hombre,
más hombre; en la plenitud de tu fuerza y dicha, y te inspirarán profunda
repugnancia y aversión los burdeles donde hoy derrochas salud y dinero y
adquieres además funestos hábitos que, tarde o temprano, te aniquilarán.
De ti depende,
de tu voluntad soberana.
Y si tú y tus
compañeros deseáis conocer detalles sobre la forma de constituir una Sociedad
cooperativa de casas baratas, acudid al Instituto de Reformas Sociales, o a sus
agentes, y adquiriréis el convencimiento de que todo es hacedero, todo verdad y
todo fácil.
Acudid, si
queréis más detalles, a la obra preciada de D. José María Puyol titulada Las
casas baratas, o leed la conferencia que dio en 1911, en la Escuela de
Artes Industriales de Palencia, el ilustre propagandista D. Eugenio Madrigal
Villada.
Ellos
os pondrán en camino seguro del éxito.
Pero, en tanto
llega ese ideal, bueno será que te advierta de algunos pormenores sobre la
mejor vivienda:
1.- Busca
siempre las afueras de la población, mejor las alturas y laderas que los sitios
bajos. Elige casa que esté bañada por el sol, al menos cuatro o seis horas. Que
sea seca, que tenga fácil desagüe, que los techos sean altos, sin
vigas ni anfractuosidades, de paredes lisas, blanqueadas con cal, los pisos de
madera, sin junturas y con retrete inodoro.
2.- El adorno de
las habitaciones debe suprimirse. Esas colgaduras, tapices o papeles son focos de
infección permanente y nido de gérmenes de enfermedades graves. Todo liso, todo
sencilla, pues en ello está la verdadera elegancia, unido a la más alta
conveniencia.
3.- El
dormitorio es, en la casa del obrero, el departamento más importante. Procura
que sea amplio, sin alcobas, blanqueado con cal,
destinando un
cuarto para el matrimonio, con cubo de aire en exceso, con grandes ventanas, luz
directa, de preferencia soleada, sin cortinajes ni pabellones.
4.- Presta gran
atención a la cocina. Es el taller de tu mujer, y si el tiro del fogón es
insuficiente, se desprenderá óxido de carbono, que lentamente irá envenenando
la sangre de los que lo respiren, hasta causarles la muerte. Cuida mucho de que
el conducto destinado a recibir las aguas sucias de la cocina posea obturador
hidráulico, que impida el reflujo de
gases fétidos. Cocina que no tenga las condiciones
dichas, es un foco de infección permanente.
5.- En punto a
calefacción, la mejor es… no tenerla, a no ser que el frío sea demasiado
intenso. No bajando la temperatura de 14 o 15 grados centígrados, debe prescindirse de calefacción. En los
dormitorios, de ningún modo debe establecerse, pues a lo más, si el frío es
grande, se puede recurrir a sencillos caloríferos de agua
caliente, como botellas u otros recipientes.
6.- El alumbrado
actual es generalmente eléctrico, y carece de peligros. El de petróleo es menos
peligroso que el de acetileno, y todos deben tener pantallas que eviten la
viveza excesiva de la luz. No hay que olvidar que, fuera del eléctrico, los
demás contribuyen en gran parte a viciar la atmósfera.
7. No olvides
que el sol es el amigo de los pobres. Ábrele siempre tus ventanas y baña la
casa en sus rayos de oro. El sol regenerará tu sangre, y así puede explicarse
el vivir de tantos infelices campesinos cuya ración
alimenticia es insuficiente a todas luces para su sostenimiento. El milagro lo
hace el sol, el sol piadoso, que acaricia
su
cuerpo constantemente.
FOTO 5 La vida
en el campo. Vida Vasca, página 139. Año 1925
Alimentación
Amigo obrero: El
hombre pierde al día unos 20 gramos de ázoe o
nitrógeno y 310 gramos de carbono. Es menester reintegrar al organismo de esas
pérdidas, y a ello subviene la alimentación.
En casas con peculio
bastante, nada más fácil;
pero en la tuya, donde el vivir ha de regularse al modesto jornal, la cuestión
ofrece grandes dificultades, aunque dominables. Es tu voluntad la que ha de
resolver el problema. A nada práctico conduciría que te hablase de
albuminoides, grasas e hidratos de carbono. Lo que te
interesa saber es cómo has de alimentarte con el menor gasto posible.
A eso voy. Tu
alimentación ha de tender a proporcionarte una cantidad de energía que
equivalga a la pérdida de fuerza viva de tu organismo. Además, en tus hijos hay
que atender al crecimiento.
Lo que tú necesitas como
alimentación diaria va expuesto en el cuadro que sigue, y el coste, que actualmente es muy elevado, por las circunstancias de la guerra.
Las cantidades son, por individuo adulto:
FOTO
6 Cartilla Higiénica del Obrero. Tabla de alimentos, 1917
Resulta que el
coste de alimentación normal es hoy de 1,08 pesetas por individuo, y, suponiendo que
la familia conste del matrimonio y dos hijos, tendremos que, sólo en alimentación, deben invertirse 4,32 pesetas.
Las cantidades
de albúmina encerradas en esa alimentación son de unos 120 gramos, 494 de
hidratos de carbono y 70 de grasas.
Tal gasto es
insostenible en la inmensa mayoría de los hogares obreros, donde los salarios
apenas pasan de 3pesetas,
habiendo muchísimos,
que no llegan ni a las 2. Y hay que descontar el
domingo, día en que come la familia y no percibe jornal.
No hablemos del obrero agrícola, que
gana en invierno 1,50 o 1,75 pesetas, cuando más, excepto los
días de lluvia, que son muchos.
Suponiendo el
jornal medio de 3 pesetas, tenemos que sólo en
alimentación
existe un déficit de 1,32 pesetas. Agreguemos a éste la renta de casa:
calefacción, o, cuando menos, combustible para la cocina, alumbrado, ropa y gastos menudos del jefe de familia, y veremos
la imposibilidad de vivir normalmente ésta.
El déficit
alimenticio ha de expresarse forzosamente en la falta de vigor del obrero, en
la demacración constante y progresiva de la mujer,
en el raquitismo y empobrecimiento de los hijos, en la anemia, tuberculosis, en
esas múltiples enfermedades, por deficiencia nutritiva, que acaban lentamente
con la raza.
Declaro
sinceramente mis dudas y perplejidad ante el problema, y, sin embargo, fuerza
es ir en derechura de su resolución, otorgando al obrero medios suficientes
para su vida normal.
Y hay que
advertir que no anotamos ni un solo céntimo para alcohol, tabaco y otros gastos, no
sólo superfluos sino altamente dañinos.
FOTO 7 Posada.
La Brecha, luego se construiría la pescadería. Vida Vasca, 1929
He escrito la
palabra alcohol, y, haciendo un inciso, me ocuparé de cuestión tan
trascendental. El alcohol es tenido por muchos pobres obreros como poderoso estimulante
sin el que no pueden trabajar. Así es, por desgracia. Quisiera poder trazar una
página sobria, sincera y fuerte, que expresara mi hondo sentir en el asunto, y
si tal lograra, me consideraría dichoso.
El alcohol, en
cualquiera de sus formas, vino, aguardiente, licores, es el gran enemigo del
obrero. Esas fuerzas que de
momento adquiere ingiriendo el alcohol es a costa de latigazos que da el gran
veneno al organismo. En tanto dura su acción, todo va bien; pero cuando se ha quemado
en los tejidos orgánicos, viene forzosamente la depresión física e intelectual,
acompañada de enorme malestar, y para hacerle desaparecer es preciso ingerir nuevas
dosis de alcohol. Y he ahí cómo, sin darse cuenta, queda el obrero encerrado en
brutal círculo de hierro, en el hábito funesto, del que difícilmente se librará de por vida, a menos que sinceramente
quiera salvarse. Su vivir será una continuada pesadilla.
Al principio,
todo marchará a placer. La bebida le proporciona fuerzas, contento y bienestar. Pero el traidor veneno no perdona. El hígado sufrirá lenta
y continua inflamación; el cerebro, excitado siempre, acabará por desquiciarse;
el sueño será un cruel tormento, con pesadillas terroríficas; el estómago,
pervertido, inflamada su mucosa, no tolerará
alimentos, y, trastorno tras trastorno, verá el infeliz obrero rota su vida,
aniquiladas sus fuerzas, deshecho su antes feliz hogar, sin que le
quede otra perspectiva que el hospita1, el manicomio o el presidio.
Te juro, amado obrero, que
no hay sombra de exageración en las líneas que acabas de leer. Todo es pálido
ante la realidad. Son aún más grandes los desastres, es más tremendo el
sufrimiento físico y moral, más sombrío y duro tu porvenir y el de tus hijos, a
los que legarás fatalmente la
predisposición al alcoholismo, la epilepsia, la tisis, las mil
enfermedades que prepara ese demonio de alcohol.
FOTO
8 Anuncios. Vida Vasca, 1929
Aún estás a
tiempo, amigo obrero. Si eres víctima del terrible veneno, no te entregues a la
desesperación y desesperanza. Pon tu voluntad al servicio de tu redención;
busca un médico inteligente y piadoso, y entrégate a él confiado. Él te
salvará. Es cuestión de unos días de aislamiento, acostado en tu cama,
alimentándote con leche. Y ya verás cómo sales
de
la prueba lleno de vigor, de alegría, recuperado el sueño normal, el apetito,
la salud, en suma.
Y basta. Si no
te han convencido las anteriores líneas, no te convencerás con otros razonamientos.
No olvides que sólo el agua es la bebida de los hombres fuertes, de los
hombres buenos y previsores.
He desviado la
atención, porque no pude resistir al impulso de escribir sobre esta gran plaga
social que amenaza con destruir el mundo, de no adoptarse medidas radicales, cual han hecho varias naciones durante la guerra
actual, entre ellas Rusia, Francia e Inglaterra,
prohibiendo la venta de bebidas espirituosas.
Continuemos con
el estudio de la alimentación.
He dicho que
asciende a 1,08 pesetas por día y por individuo la cantidad mínima para la
alimentación, y ello es imposible de soportar por el obrero. ¿Qué hacer?
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9 Anuncio Productos alimenticios. Vida Vasca, 1930
Existen vegetales más
ricos en albuminoides que las mismas carnes. La de vaca, magra, tiene en 100
gramos unos 20 de albúmina, y, en cambio, los guisantes, las lentejas, las habichuelas o alubias y los garbanzos tienen alrededor de 24:
gramos. Ahí tienes elementos poderosos más ricos en albúmina que la carne, con
los que puedes sustituirla. En calorías, da la carne unas 110 por cada 100
gramos, y los vegetales dichos te rinden. 340 por los mismos 100 gramos.
Y esto te
explicará el vivir sano y robusto de esos millones de campesinos que trabajan
muchas más horas que tú en faenas agrícolas, gastando más calorías que tú, sin
probar la carne sino en contados días del año. Es en virtud
del valor alimenticio de esos vegetales, que tienen un precio muy inferior a
aquéllas, ayudados del sol, de la pureza del aire en los pueblos rurales, de la
falta de hábitos nefastos como el alcoholismo, de una vida en fin, morigerada y
despaciosa.
Al arbitrio de
tu mujer ha de quedar la formación de las comidas,
y
ella hará verdaderos milagros de economía y previsión, pero a condición de que
la ayudes y des ejemplo de austeridad y continencia. Tus comidas pueden ser
variadas y nutritivas, si das el debido valor
a los citados vegetales, mezclándolos con tocino o alguna carne de calidad
inferior, aunque absolutamente salubre. Lo que habías de invertir en tabaco y
alcohol, dedícalo a mejorar la alimentación, y con ello saldrá ganando tu salud
y tu peculio.
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10 Cuento. Vida Vasca, 1936
Los vestidos
La sencillez en
el vestir, en todas las clases sociales, es signo de buen sentido y buen gusto.
El vestido debe ser modesto, sin adornos, de colores poco llamativos, amplio,
cómodo, y la ropa interior, limpia siempre, y frecuentemente renovada.
Para el trabajo
deben usarse blusas, pero de ningún modo deben quedar sueltas y largas, pues
exponen a ser cogidas por los órganos de las máquinas y
arrollar al obrero. Muchos muchísimos accidentes de trabajo ocurren por
esta falta de precaución.
La mujer será
más considerada y respetada cuanto más modesto sea su vestir. Ello es
representativo de honestidad y buena administración. No puede pretenderse la
estima y consideración de las gentes por el lujo en el vestir. Las prendas que
adornen el alma son las que dan aquélla, y precisamente cuando las externas son
poco valiosas es cuando el alma las atesora riquísimas. El uso del corsé cada
día se limita más, y los que ahora se usan más merecen el nombre de justillo.
En los niños,
las vestiduras serán amplias, sin ligaduras, de colores suaves, más
bien oscuros, mereciendo nuestra reprobación el llevar a las niñas, en pleno
invierno, con las piernas desnudas. El traje debe abrigar bien el cuerpo del
niño, pero sin exageración ninguna.
El aseo personal
Evitación de las
enfermedades infecto - contagiosas.
En España
existen muchísimas personas que, desde que las lavaron al nacer, no han bañado
su cuerpo. Ello es signó de suciedad, rutina e ignorancia. El baño es tónico
por excelencia, y, además de limpiar la piel de sus naturales excrecencias, la
deja en condiciones de eliminar venenos y toxinas y absorber el rico, oxígeno.
Bien se me
alcanza que las clases menesterosas no disponen fácilmente de baño; pero en la
más humilde vivienda existe un cubo y una esponja, para hacer abluciones,
siquiera una vez por semana.
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11 Los enfermos reciben los cuidados de éstos ángeles del amor. Vida Vasca,
1938
La importancia
que tiene para la salud esta práctica se ha demostrado últimamente en la guerra europea,
pues los turcos prisioneros de los franceses en los Balkanes apenas han sufrido
el tifus exantemático, y, en cambio, los
serbios han dado un horrible contingente de enfermos y de muertos. El hecho
depende de que los primeros efectúan frecuentes lavados o abluciones, impuestas
por su religión, cosa que no hacen los serbios.
La limpieza en
todo rinde crecidos réditos, pues las infecciones se presentan de preferencia
en locales sucios, con piojos y. chinches,
transmisores de esas enfermedades. Y bien puede asegurarse
que, cuando esos repugnantes parásitos invaden una casa, es por abandono y
desidia de la mujer encargada del gobierno doméstico. Esto no puede
disculparse, pues todo es cuestión de agua, que no cuesta
dinero.
Las moscas
representan papel importantísimo en la propagación de las enfermedades
infecciosas, y, para, darse idea de ello, basta seguir con la vista o la
imaginación el vuelo de una mosca, que después de posarse en un estercolero,
llenando sus alas y aguijón de pus y materias fecales, sigue su vuelo hasta
posarse en el pan, fruta, carnes y azúcar, depositando allí infinidad de microbios,
generadores de las más graves enfermedades. Lo demás se explica al considerar
que ingerimos esos alimentos contaminados, y con ellos adquirimos seguramente la infección. Cuantos cuidados y prevenciones se
tomen contra las moscas, siempre nos parecerán escasos.
Hay muchísimas
poblaciones que tienen sus aguas contaminadas -sobre todo, en verano- de los
más diversos microbios, que producen fiebres infecciosas, llegando a constituir
verdaderas endemias. Contra este peligro hay un remedio eficaz y barato: hervir
el agua. El filtro no basta. Muchos pretenden que el agua hervida es
indigesta y de sabor desagradable. No es cierto. Si se hierve en vasija nueva,
y se bate para airearla, ni es indigesta, ni tiene mal gusto.
Dos palabras
sobre manos y boca. Las manos son el vehículo de miles y miles de enfermedades
graves. Al dar la mano a gente sucia que acaba de tocar pus o excrecencias
dañinas, nos contaminamos seguramente. Lo propio ocurre al
tomar monedas y otros objetos. En esas condiciones, si llevamos las manos a la
boca, la infección será casi segura. El remedio surge naturalmente: lavarse a
menudo, y no llevar las manos a la boca, ni tocar alimentos sin esa prevención.
Y
estas prácticas, tan sencillas y hacederas, debemos imponerlas a nuestra
familia con rigor inexcusable.
La boca debemos
mantenerla siempre limpia, para lo cual basta que la enjuaguemos, antes y
después de las comidas, con agua hervida.
La
costumbre de besar ¡Cuántos y cuán graves males acarrea ésta sucia e indecorosa
práctica! Si este trabajo lo permitiera, traeríamos aquí multitud de casos
documentados de enfermedad cuyo origen ha sido el beso. Diríamos de muchos
casos de difteria transmitidos por el beso de un niño a otro; casos de sífilis
horrible contagiada por hombres y mujeres a ange1icaleses criaturas al besarlas.
La fiebre tifoidea,
la tuberculosis, viruela, sarampión, difteria, carbunco y otras, son
enfermedades perfectamente evitables, o, cuando menos, poseemos medios para
prevenirlas en muchas ocasiones.
Todos estos males
se engendran por la acción de unos microbios o seres tan pequeños, que no
pueden verse a simple vista, y se necesita para lograrlo el empleo de un
aparato llamado microscopio, que aumenta los objetos muchos cientos y miles de
veces. Estos microbios pasan de un individuo enfermo
a
uno sano, bien por intermedio de las aguas, de los alimentos, de las manos, ropas,
moscas, etc.
Y, una vez
llegados a nuestro organismo, estalla la enfermedad, en la mayoría de los casos
con todas sus consecuencias.
Pero si
observamos rigurosamente las reglas que aquí expondré, de cierto que estaremos
casi a cubierto de ser inficionados. De todas esas enfermedades, la más
terrible, la que más víctimas ocasionan y más difícilmente se cura es la
tuberculosis, la terrible tisis que en las familias pobres hace, más grandes
estragos, por la imposibilidad en que se hallan, de hacer frente largo tiempo
al implacable mal. Yo quisiera que en todos los hogares hubiera grandes
carteles que dijeran lo que vas a leer a continuación:
FOTO
12 Enfermas en el Hospital San Antonio Abad de San Sebastián. 1920
Intrucciones para evitar la tuberculosis
1ª.- La
tuberculosis es evitable y curable.
2ª.- La
tuberculosis mata cada año en Españ, más de setenta y cinco mil personas,
y, de éstas, más de la mitad son alcoholizadas.
3ª.- El germen
de tan terrible mal es un bacilo que flota en el aire que respiramos y procede
de los enfermos tuberculosos, que los arrojan a millones en sus esputos,
que, al desecarse, se pulverizan., incorporándose a la atmósfera y pasando a
nuestros pulmones en el momento de aspirar el aire.
4ª.- El bacilo
penetra en los pulmones de todos, sanos y enfermos, pero sólo se desarrolla en los sujetos mal alimentados, en los
alcohólicos, en
los que habitan viviendas con escasa luz, sucias y sin ventilación. En
individuos de vida morigerada y bien alimentados, el bacilo se esteriliza y no
ocasiona mal alguno.
5ª.- Revela gran
ignorancia creer que el alcohol aumenta las fuerzas, pues precisamente es todo
lo contrario.
6ª.- De cada 100
alcohólicos, mueren tuberculosos 88, y los 12 restantes mueren por el espantoso
delirium tremens, o acaban en el manicomio.
7ª.- Es crimen
de lesa humanidad arrojar los esputos en
el suelo, especialmente en el de casa o en el del taller, pues cada esputo puede
ocasionar millares de tuberculosos.
8ª.- Tan
terrible plaga acabaría por extinguirse si los enfermos arrojasen sus esputos
en escupideras; el suelo de fábricas y talleres debería estar sembrado de
escupideras, y el barrido debe hacerse siempre con paños húmedos.
9ª.- Si lo que
gasta el obrero en bebidas alcohólicas lo emplease en mejorar su alimentación y
la de su familia, poco tendría que temer de esta y otras enfermedades que hacen
presa preferente en los débiles y viciosos.
10ª.- El obrero
no debe olvidar nunca la aterradora y exacta frase de Landoucy: El
alcoholismo hace la cama a la tuberculosis.
Limpieza, sol y
aire.-En esas tres palabras se halla el gran secreto
de la salud de los pobres. Esos preciosos .elementos
los
puso Dios al alcance de todos, de ricos y pobres, y con ellos se triunfa de
muchas infecciones que tantas vidas cortan en flor.
Cierto que
curamos hoy difícilmente la tuberculosis; pero poseemos medios para
evitarla, y lo mismo decimos de otras enfermedades.
La viruela es
desconocida en las naciones cultas y progresivas.
En España, por
desgracia y vergüenza nuestra, es endémica esta enfermedad, y causa numerosas
víctimas.
La vacuna
confiere la inmunidad, y vacunando y revacunando es
como se ha logrado exterminar este asqueroso mal de muchas naciones. Sólo aquí
registramos millares de muertes, y los que se
salvan muestran en su rostro la huella de la viruela, que debiera estimarse
como baldón de ignominia y sello de ignorancia y rutina.
El Estado procura
imponer tan inofensiva práctica como es la vacunación, exigiendo certificado de
ella en los Centros oficiales, y a los obreros para ser admitidos al
trabajo, según dispone el artículo 16 del Reglamento para la aplicación de la
Ley sobre trabajo de mujeres y niños, y, sin embargo, aún son muchos los que burlan la
Ley, contribuyendo a sostener tan bochornosa situación, que nos equipara a
países como Marruecos y Turquía.
¡Qué enorme
responsabilidad la de esos padres que dejan sin vacunar a sus hijos, si éstos
llegan a sufrir la enfermedad!
Ante la rebeldía
de ciertas gentes, el Estado debiera, manu militare, imponer la
vacunación. Sólo así acabaremos con la viruela en nuestra patria.
Accidentes que
pueden ocurrir al obrero, y medios para prevenirlos y combatirlos
La mayor parte
de las industrias son insa1ubres, y la higiene tiende a evitar los riesgos, o,
por lo menos, a atenuarlos.
Conviene
establecer la debida diferencia entre la enfermedad profesional, que se
adquiere fácilmente cuando la instalación industrial es defectuosa o cuando el
obrero desdeña los consejos de la Ciencia, y el accidente propiamente
dicho, que surge inopinadamente, por olvido o inobservancia de
los·Reglamentos y consejos, o por
imprudencia del obrero, unas veces, y otras, a pesar de cuantas medidas de
prevención se adopten.
Tiene también
gran parte en la producción de los accidentes la fatiga·de1 obrero, que le hace
menos apto para el trabajo, y por eso, las estadísticas
ofrecen
un mayor número en sábado, que es cuando, aquél se halla más agobiado, por las
faenas de· toda la semana.
FOTO
13 Enfermas y personal sanitario del Hospital San Antonio Abad de San Sebastián.
1920
Enfermedades
Profesionales
Las más frecuentes
y graves ocurren en las filaturas de yute, cáñamo, algodón y seda; y
con más intensidad en el regenerado de lanas, que, como es sabido,
consiste en transformar el trapo sucio del arroyo, que lleva gérmenes de
enfermedades gravísimas, y, al ser manipulado, desprende el polvo, que respiran
los obreros, infectándose fatalmente.
Aparte las
medidas de protección general que imponen en las fábricas los Inspectores del
Trabajo, debe el obrero aceptar los consejos de la higiene, que consisten en el
uso de careta protectora, de las que existen muchos modelos, algunos muy perfectos,
y que los patronos están obligados a facilitar a sus operarios. Desgraciadamente,
hemos tenido ocasión de advertir la repugnancia con que miran los obreros estos
aparatos, rechazándolos con tan fútil pretexto como es el de que parecen
«perros con bozal» al colocar la careta. También hemos visto que,
cuando se han habituado a ella, no la abandonan nunca.
En los almacenes
de trapo debiera imponerse la careta, y no tolerar las autoridades que sea
manipulado el trapo sin desinfección previa. Lo mismo decimos de las fábricas
de abonos, curtidos, yeso, y, en general, en todas las que desprenden polvos.
El carbunco es muy
frecuente entre los curtidores con ocasión de manipular pieles de animales
muertos por carbunco o pústula maligna. El contagio se verifica por contacto de
la piel carbuncosa con alguna ligera herida o efracción en el cuello, cara manos
del obrero. En casos tales, el obrero debe renunciar al trabajo hasta hallarse
curado por completo de la pequeña herida, pues de otro modo se contagiará
seguramente. Puede prevenirse con el uso de guantes adecuados. Y, apenas advierta
la presentación de alguna ampollita o pápula que le cause picazón y escozor,
llena de un líquido blancuzco, debe dar cuenta inmediata al médico; pues de no
hacerlo así, se expone a una muerte horrible. La curación del carbunco depende
de la rapidez en la intervención médica.
FOTO
14 Vidrieros 1910 http://mesa-revuelta.blogspot.com.es/2010/11/esclavos-del-momento.html
En
los vidrieros se dan muchos casos de sífilis, y el contagio se verifica por los
labios, al soplar los obreros por las cañas que han sido usadas por compañeros
sifilíticos. El remedio más eficaz consiste en que cada obrero tenga cañas
personales, y de ningún modo deben usarlas del otro, ni consentir que
nadie use las suyas.
Muy frecuentes
son también en estos obreros los enfriamientos, de carácter grave a veces, y pulmonías, por los cambios bruscos
de temperatura, al suspender el trabajo y no adoptar precauciones. Cuidará
mucho el obrero de no pasar en seguida a departamento fresco, sino que se abrigará
y enjugará el sudor, y no beberá agua sino pasado un largo rato, y en cantidad
corta. Lo mismo decimos de los obreros encargados
en
hornos en las fábricas de cerámica, ácidos, fundiciones, etc.
Las industrias
del plomo (tipógrafos, pintores y otros) dan lugar al cólico saturnino, grave
enfermedad, muy rebelde al tratamiento. La limpieza más exquisita, el no llevar
las manos a la boca y los baños frecuentes, evitarán esta enfermedad. Pero los pintores
harán bien en sustituir el albayalde por el blanco de cinc, sustancia
inofensiva en absoluto, que muchos pintores sustituyen por aquél.
Existe una
enfermedad conocida por anquilostomasia o anemia de los mineros, que
consiste en grandes y persistentes hemorragias intestinales, ocasionadas por la
acción, sobre el intestino duodeno, de una pequeñísima lombriz, cuyos
huevecillos se ingieren por el agua, en bebida,
con
los alimentos, o por contacto delas manos contaminadas, con los labios. Una vez
que han llegado al aparato digestivo, los huevos evolucionan, produciendo la lombriz
o anquilostomo.
FOTO 15 Lavanderas
de San Sebastián en el Rio Urumea. Pascual Marin. 1910
Es una
enfermedad terrible, que causa la anemia y hasta la muerte, y resiste a
los mejores tratamientos, si el enfermo no
pone decidido empeño en curarse.
La limpieza de
manos y cara, el comer en sitio seco y cubierto de
mantel o servilleta, y el asegurarse de que el agua de bebida no contiene
gérmenes de anquilostomo, son las medidas más
principales para evitar el contagio por parte del obrero. Por parle de la
empresa o patrono, deben adoptarse prevenciones, cuales son: asegurar la
provisión de agua potable y pura, asegurar el desagüe de las materias fecales,
y la instalación de comedores, .obligando a los obreros a
verificar las comidas en éstos.
Las industrias
en que se padece de preferencia la anquilostomasia son las minas, las cerámicas
y las tejerías.
En las
industrias agrícolas se padece con harta
frecuencia
el paludismo, y en los arrozales, ciertas parálisis de muy difícil curación.
Para evitar el
paludismo donde se padece endémicamente; es de necesidad el uso de mosquiteros,
que eviten las picaduras de los insectos llamados cínifes, que transmiten la enfermedad. El permanecer después de la puesta del sol, y antes de su salida,
en el campo, en sitios húmedos, es dañino en alto grado.
FOTO 16
Refectorio de la Beneficencia de San Sebastián. Notable lienzo de Ignacio
Ugarte Bereciarte. La Casa de Misericordia de San Sebastián. Excelentísimo
Ayuntamiento de San Sebastián. 1895. Novedades 30 de enero de 1910, página 10
Si el obrero
sufriera algún ataque de paludismo, debe continuar por bastante tiempo usando
la quinina, en dosis de 25centigramos de sulfato o clorhidrato, en ayunas, y
almorzar seguidamente. Donde se padezca endémicamente el
paludismo, deberá tomarse quinina preventivamente,
y conviene insistir en asegurar que es una gran mentira la creencia vulgar de
que la quinina inflama el hígado y el bazo. Lo que causa la
inflamación es el paludismo. Precisamente todo lo contrario de lo que cree el
vulgo.
Accidentes propiamente
dichos
De día en día es
mayor el uso de las máquinas en la industria, y ello aumenta el riesgo del
obrero, pues los engranajes, transmisiones y
correones son los que determinan la mayoría de los accidentes.
Todo nos
parecerá poco, tratándose de prevenciones para evitar éstos, .y así el obrero
deberá cuidar de que sus ropas no puedan ser cogidas por los órganos de la
máquina, para lo cual deberá usar blusas ceñidas, sin vuelos, y estar siempre alerta,
pues el más leve descuido puede causarle la
muerte.
Cuando surge el
accidente, lo más importante y de momento es contener la hemorragia, si la
hubiere, comprimiendo directamente, o por encima de la lesión, bien con la mano
o con ligadura o venda. Después se lavará la herida con agua hervida o
sublimada al 1 por 1.000. Tenga muy presente el obrero que, en la mayoría de
los casos, el resultado final de su lesión depende de cómo haya sido
tratada en el primer momento.
Por último, y
hasta que llegue el médico, debe envolverse la herida en gasa aséptica, o,
cuando menos, en un lienzo limpio, acostando al herido.
Las corrientes
eléctricas de alta tensión, tan extendidas en la industria, ocasionan muchas
catástrofes que, con racional previsión, se evitarían.
FOTO 17 Las
sardineras de San Sebastián. Ignacio Ugarte. Novedades 30 de enero de 1910,
página 14
El obrero
electricista no debe olvidar que todo conductor por el que pase una corriente continua
de 600 voltios, o alterna de 120, es peligrosísimo. A los amperios no hay que
temer. Lo temible es la intensidad representada por el voltaje.
En estos
accidentes es frecuente ver a los obreros en muerte aparente, pero no debemos resignarnos a abandonarlos, pues la respiración artificial, elevando
y bajando rítmicamente los brazos y ejecutando a un tiempo tracciones rítmicas de la lengua, con fricciones sobre el
corazón, efectuadas con fuerte cepillo, producen asombrosos resultados, devolviendo
una vida que parecía acabada.
Estos obreros no
deben prescindir jamás del banquillo aislador, guantes de caucho, tenazas y
perchas adecuadas, y no fiar nada a la práctica ni a la habituación
adquirida.
Las quemaduras
son accidentes de todos los
días en multitud de industrias, ocasionadas, unas veces, por el fuego; por
vapor, otras, o por líquidos corrosivos.
Lo inmediato es
no romper las flictenas o vejigas que se forman rápidamente. Deben respetarse,
empapando las quemaduras de una solución de ácido pícrico al 2 por
100, cubriéndolas con gasa o lienzos finos mojados en la misma solución.
Sólo viéndolo puede formarse idea de los maravillosos resultados que rinde este
tratamiento, pues ,se cicatrizan las lesiones con
pasmosa rapidez, calmando el dolor inmediatamente.
En todas las
casas particulares, fábricas y talleres debiera existir un gran frasco
conteniendo esta solución, y aseguramos que quien lo use
una vez tendrá verdadero cariño a éste método.
Sabemos de
muchas fábricas donde se emplea, y en todas nos han referido casos
verdaderamente notables en
punto á curación.
El
medicamento es baratísimo, y puede formularse así:
Acido pícrico 10
gramos.
Agua destilada 500
gramos.
Disuélvase
según arte.
En cerrajerías y
canteras son frecuentes las lesiones de ojos, por
choque, sobre estos órganos, de trozos de hierro, o acero, o piedra.
La manera de
prevenir estos accidentes, que pueden ser gravísimos, es usando anteojos de
taller.
A modo de
apéndice escribiré algunas líneas sobre el cuidado del niño que lacta y sobre
la manera práctica de asegurar al obrero su vejez o invalidez para el trabajo.
El cuidado del niño
Por ignorancia
de las madres se cometen verdaderas enormidades en la lactancia, de las que son
víctimas los niños.
La lactancia
debe ser siempre de preferencia materna, y cuando ello no sea posible, se dará
biberón en estas cantidades y condiciones:
Los dos primeros
meses, 600 gramos de leche por día, dándole cada dos horas y una vez durante la
noche. De los dos meses en adelante, cada tres horas y ninguna vez de noche.
Desde el tercer
mes en adelante, se aumentará la ración de leche en 100 gramos por cada
kilogramo de peso, contando desde 6 kilos.
EL BIBERÓN
DEBERÁ HERVIRSE SIEMPRE QUE HAYA DE USARSE.
Sin esta
práctica correrá gran peligro la vida del niño.
Debe pesarse al
niño cada quince días, y esto servirá de guía, para alimentarle.
Si se presenta diarrea,
debe suspenderse toda alimentación, y sólo se le dará agua hervida, con un poco
de sal.
Es dañina la
lactancia prolongada con exceso, tanto para el niño como para la madre. Si el
niño está sano y robusto, debe destetarse a los diez meses, de modo gradual y
lento, intercalando en las mamadas papilla de harina lacteada o de avena.
Fuera de los dos
primeros meses, de ningún modo debe mamar durante la noche.
FOTO 18 Anuncio revista Novedades 13 de febrero de
1910, página 27
Después del
destete debe darse al niño alguna sopa y yema de huevo.
Es UN CRIMEN
BRUTAL dar al niño bebidas alcohólicas. Si la madre las bebe, es igual, pues el
alcohol pasa, con la leche, al lactante.
El niño debe
dormir solo, en cama o cuna.
Niño sucio va
camino del encanijamiento y de la enfermedad.
Las costras de
la cabeza revelan que la madre es desidiosa, por lo menos. De ningún
modo deben existir, pues debajo de ellas se cobijan multitud de parásitos que
causan al niño hondo malestar.
Si al nacer
tiene el niño los ojos malos, acudid en seguida al médico. No hacerlo, es
exponer a la criatura a la ceguera completa.
De previsión obrera
Voy a terminar,
pero no sin decirte, querido obrero, dos palabras sobre tu porvenir, sobre tu
vejez y posible invalidez para el trabajo.
Hoy la ves
lejana; pero precisamente hoy es
cuando estás a tiempo de prevenir la miseria de tu hogar, si un
accidente te inutiliza o dejas pasar los días de juventud
y
trabajo.
Los españoles
tenemos el prurito de injuriar al Estado y decir de España los más grandes
horrores, y cometemos con ello grave injusticia. Tendrá, nuestro Estado graves
defectos, pero posee grandes virtudes, y una de las mayores es ese momento de
legislación tutelar obrera, que nada tiene que envidiar a la de las más
progresivas naciones.
FOTO 19 Mineros
en las minas de Arditurri. Revista Novedades 13 de marzo de 1910, página 1
El Instituto
Nacional de Previsión es la más acabada obra de sabiduría y amor a las clases
proletarias. No tiene similar, en el mundo en
liberalidad, en previsión y grandeza. '
No lo dejes para
mañana, querido obrero. Busca hoy mismo un agente de esa nobilísima institución
que te informe de la manera de adquirir una cartilla de retiro, para cobrar una
renta vitalicia desde los cincuenta y cinco,
sesenta o sesenta y cinco años. Con una suma módica, con sólo que dejes cada
mes en tu cartilla el importe de un jornal, verás asegurada tu vejez y tu
invalidez.
El Estado se encarga de
bonificar tu cartilla hasta constituirte la renta salvadora.
Cuanto más joven
seas, mayores ventajas hallarás. Ahora puedes redimirte y redimir a los tuyos.
Mañana será tarde, pues tendrás que pagar primas elevadas. Y si, por desgracia,
murieses antes de la edad fijada en el contrato; puedes hacer que las primas impuestas
vuelvan a tu familia.
Abandona el
tabaco y el alcohol, tus, dos grandes y feroces enemigos. Pon tu voluntad al
servicio de tan noble causa, y con ello serás un hombre dichoso que podrá mirar
cara a cara al porvenir, sin miedo al feroz lobo que en el desfiladero de la
vejez espera al obrero imprevisor, pronto a devorarle, según la frase
acertadísima del ilustre sociólogo Don Severino Aznar.
Así
te lo deseo de todo corazón.
Septiembre
de 1916
FOTO
20 Anuncio La Voz de Guipúzcoa. Sábado 14 de julio de 1928
Agradecimientos
Javier González
Caballero
Ion Urrestarazu Parada
Bibliografía
Instituto
de Reformas Sociales. Cartilla higiénica del obrero y su familia. José González
Castro. Inspector Regional del Trabajo. Obra Laureada por la Sociedad Española
de Higiene. Madrid, 1917
Manuel Solórzano
Sánchez
Graduado
en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI-
Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia
de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro
de Enfermería Avanza
Miembro
de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro
de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro
de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro
no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
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