Se inaugura el nuevo local del
Dispensario Antituberculoso 29 de Marzo de 1928
Ayer día 29 de
marzo, al mediodía se inauguró el nuevo local del Dispensario antituberculoso
que dirige don Emiliano Eizaguirre, y que hasta ahora estuvo instalado en la
calle de Prim número 33.
FOTO 1 Dr.
Emiliano Eizaguirre, eminente tisiólogo de San Sebastián
Los nuevos
locales del Dispensario Antituberculoso están situados en la calle de San
Bartolomé número 1. Las reformas hechas en ellos conforme al proyecto del
arquitecto señor Zabalo, para instalar el Dispensario, les han dejado en
perfectas condiciones para el fin a que se les destina, compaginándose el ornato
con la severidad característica de estas mansiones del dolor y las exigencias de
la higiene y la asepsia.
Hemos visto,
también, que la instalación clínica es completa, con arreglo a los últimos adelantos
en la especialidad médica a que el Sanatorio se dedica; amplia sala de espera,
salas de consulta con todos los elementos necesarios, servicio de laboratorio perfectamente
montado, sala de rayos X, etcétera (1)).
A la
inauguración asistieron el alcalde interino señor Orueta, el gobernador
militar, general Aranzabe; los diputados provinciales señores Churruca,
Altolaguirre y Olaran; la señorita Carmen Resines, el director del Hospital
militar señor Diez Tortosa; los doctores Elvira, López Alén, Calles, Cuadrado,
Camio, Batanero (hijo), Emiliano y Luis Eizaguirre, Córdoba, Zabala, Zubia, Kutz,
Saizar, Loidi, Goicoechea, Echáuz, Bago (padre e hijo), Vidaur y Alzúa (hijo);
el inspector provincial de Sanidad señor Pesset y los señores Brunet, Zubeldia,
Pavía, Santo Domingo, Aldegui, Laffitte y Baldas y otras muchas personas cuyos
nombres sentimos no recordar.
Todos los
concurrentes al acto visitaron las diversas dependencias del Dispensario, elogiando
grandemente aquellas instalaciones.
FOTO 2 Comida
ofrecida a Emiliano Eizaguirre por sus alumnos 1933
Hemos
aprovechado la oportunidad del acto celebrado ayer para realzar la intensa y
beneficiosa labor que en contra del terrible mal que propaga el bacilo de Koch viene
realizando este Dispensario.
Desde el año de
1909 en que el doctor don Emiliano Eizaguirre, sin recurso alguno para tal obra
y casi hasta sin local, inició esta labor, el Dispensario viene atendiendo solícitamente
a infinidad de enfermos tuberculosos y pretuberculosos, no solamente con la
asistencia médica, sino facilitando, además, medicinas y socorros en metálico y
especies para que los enfermos puedan tener la sobrealimentación y el reposo
que esta enfermedad requiere y hasta ejerciendo un patronato sobre el ex
enfermo, en los casos afortunados en que se ha conseguido la cicatrización de
las lesiones, buscándole trabajos apropiados a su resistencia física, que
naturalmente, siempre es menor después de pasar aquella terrible dolencia (1).
Y no es
solamente esta labor la que realiza el doctor Eizaguirre secundado eficazmente
por su hermano don Luis y los demás facultativos del Dispensario, sino que se
preocupan de evitar al contagio, poniendo a los allegados del enfermo en
condiciones de que no se propague a ellos el terrible mal. Casos de estos
sabemos muchos, entre ellos el de una niña de pecho a la que el Dispensario
costea una nodriza para evitar que la contagiara el mal la madre.
Para esta ayuda
tan considerable, el Dispensario no exige más que el enfermo se entregue por
completo a él, siguiendo todos los consejos y prescripciones, permitiendo al
Dispensario tomar cuantas medidas estime prudentes tanto respecto al atacado,
para su curación, como a los allegados al enfermo, para evitar, la propagación
del mal. Esto es todo lo que se le exige al que recurre a la valiosa acción del
Dispensario.
FOTO 3 San Sebastián. La Fiesta de la Raza. Las Autoridades
y el Cuerpo Consular en la sesión solemne. Foto Marín. 12 de octubre de 1914
Bien puede,
pues, calificarse de benemérita a esta institución y de labor de titanes a la
realizada tanto por el Dr. Eizaguirre, como por los difuntos doctores Zaragüeta
y Usabiaga, y los señores Telleria y Zuaznávar, fallecidos también ya, para que
el modestísimo Dispensario fundado en 1909, sin recursos económicos para ello y
hasta casi sin local, sea el que vimos ayer instalado, en condiciones
magníficas, en la calle de San Bartolomé.
Claro que aún
falta mucho para realizar toda la labor que es precisa, pues todavía son
insuficientes los medios económicos dé que dispone; pero hoy el Dispensario está
perfectamente instalado, como antes decimos, y hace una labor importantísima, pudiendo
asegurarse que ha salvado buen número de vidas (1).
Dispensario Antituberculoso
Unas semanas más tarde, el 29 de marzo, se
inauguraba el nuevo dispensario antituberculoso, sito en la calle San
Bartolomé, número 1. Lo dirigía don Emiliano Eizaguirre y el comité ejecutivo
lo formaban además del citado doctor, don Aniceto Rezola como vicepresidente
primero, don Agustín Brunet como vicepresidente segundo, don Ángel Elvira,
secretario y don Ángel Calles, tesorero (2).
El dispensario había iniciado su vida en unos
locales cedidos por el Hospital de San Antonio Abad, en Manteo, pasando después
a la Escuela-Asilo de San José, en la calle Prim, 33. Pero era insuficiente
dado el número de enfermos de tuberculosis que entonces había en San Sebastián.
Según la estadística, los enfermos que existían el 1º de enero de 1928, eran
51. Los enfermos asistidos por primera vez en el dispensario fueron 1.357,
poniéndose 300 inyecciones de tuberculina y 3.800 de otras clases.
La instalación del nuevo dispensario costó 30.000
pesetas (2).
El Dispensario Antituberculoso
En 1909 el doctor don Emiliano Eizaguirre pretendió
crear un Dispensario Antituberculoso, contando con la colaboración del doctor Manuel
Zaragüeta. En 1912 solicitó de la Junta de Beneficencia un local para
instalarlo y se constituyó la Junta del Dispensario. Este se instaló
provisionalmente en el asilo - escuela de San José, en la calle Prim, 33,
trasladándose poco después a la calle de San Bartolomé, número 1, donde se
instalaron laboratorios, rayos X y las dependencias complementarias (3).
La inauguración tuvo lugar el jueves, 29 de marzo de
1928, asistiendo al acto las autoridades locales y los doctores Emiliano
Eizaguirre, Ángel Elvira, Alfredo Camio, Ángel Calles, José Cuadrado, Sebastián
Córdoba, Guillermo Zubía, Felipe Zabalo, Vicente Loidi, Miguel Kutz, Antonio
López Alén, Francisco Sáizar, José Goicoechea, Luis Eizaguirre, Mariano Echauz,
Batanero, Bago, Manuel Vidaur, Luis Alzúa, etc.
La Junta Directiva del Dispensario estaba formada
por don Emiliano Eizaguirre como presidente, don Aniceto Rezola, vicepresidente
primero, don Agustín Brunet, vicepresidente segundo, don Ángel Elvira,
secretario, y don Ángel Calles, tesorero (3).
El nuevo local constaba de una sala de espera, un
gabinete de consulta general y otro de especialidades, un laboratorio para
análisis clínicos, un gabinete de rayos X, un depósito general de productos
farmacéuticos y una secretaría. Se hallaba provisto de material quirúrgico y de
laboratorio apropiados para la asistencia facultativa.
La labor realizada hasta entonces había sido notable
como lo probaban los datos estadísticos. El primero de enero de 1927 había
registrados, entre hombres, mujeres y niños, 45 pacientes; durante el año
ingresaron 46 más y fueron dados de alta 40, figurando 51 enfermos el primer
día del año 1928.
Los enfermos asistidos en el Dispensario habían sido
1.357; por tratamiento, 3.556; inyecciones de tuberculina usadas, 300;
inyecciones de varias clases, 3.800; neumotórax punciones, 250; radioscopias,
457; visitas a domicilio, 326. Total, 10.046 intervenciones. Los análisis
practicados en el laboratorio fueron 416 (3).
En 1901 se registró en San Sebastián, con una
población de 38.787 habitantes, una mortalidad de 927 personas. En 1927,
teniendo San Sebastián 73.377 habitantes, murieron 1.208 personas. La
mortalidad máxima fue en 1918 que con 56.799 habitantes fallecieron 1.576
personas, o sea, un 27 por 1.000.
FOTO 4 Cartilla Antituberculosa 1912. Escupideras de
latón y porcelana
EL DISPENSARIO QUE QUERIA
FUNDAR EL DOCTOR EIZAGUIRRE iba a tener las siguientes funciones:
1º Función médica; esto es, reconocer
concienzudamente al enfermo y analizar sus esputos.
2º Girar visita al domicilio del paciente e
inspeccionar sus medios de vida, salario, familia que convivía con él, etc.
3º Comprobado el estado de pobreza se le admitía en
el Dispensario.
4º Tratamiento del tuberculoso con todos los medios
más modernos al alcance, además de ilustrarle en todo lo concerniente al
contagio del bacilo de Koch, entregándole una escupidera de bolsillo.
5º Desinfección de su casa y periódicamente de sus
ropas.
6º Recomendación del oficio o trabajo más adecuado
para su estado y aptitudes mientras durase el largo tratamiento. Y
7º En caso de reagudización los médicos del
Dispensario le atenderían en su casa o bien se le ingresaría en el Hospital.
El día 11 de Marzo de 1913 se Inauguró oficialmente el Dispensario Antituberculoso, instalado en
el Hospital de San Antonio Abad.
En el Hospital San Antonio Abad hizo reservar un “Pabellón”
del mismo para tuberculosos exclusivamente, y desde hacía muy poco tiempo él lo
dirigía (Emiliano Eizaguirre). Aumento su número de camas de 18 a 36, pero esto
era insuficiente.
FOTO
5 Emiliano Eizaguirre, presidente del Comité organizador del Congreso de
Tuberculosis, celebrado en San Sebastián
EMILIANO EIZAGUIRRE MARQUINEZ
Nació en San Sebastián a las
10 de la noche del 8 de Agosto de 1988. Viene al mundo en la calle del Puerto
nº 12, piso primero, en el corazón de la Parte Vieja donostiarra. Tiene la
ciudad en esas fechas 30.000 habitantes, cifra que se ve rebasada con creces
durante la temporada veraniega, pues no en vano es la capital estival de la
nación. A los 21 años siendo ya médico se traslada con sus padres a la calle
del Puerto nº 16.
Médico tisiólogo, amplió sus estudios
en Munich especializándose en la parte quirúrgica. Se le considera como el fundador de la tisiología en España.
Organizó la Lucha Antituberculosa fundando en Guipúzcoa el Dispensario
Antituberculoso, primero que se creó en el Estado español.
Entre sus publicaciones
destacan por orden de cronología:
Cartilla Antituberculosa 1912
Cirugía pleuropulmonar 1927
Tuberculosis pulmonar 1931
Primoinfección tuberculosa
1934
Tratado de tuberculosis
pulmonar 1939
Supuraciones pleuropulmonares 1942
Estreptomicina, el Pas y el
Tbl en la tuberculosis pulmonar 1950
Cáncer broncopulmonar 1952
Entre 1875 y 1936 se editan en
el país un total de unos veinte textos que abordan de modo general la patología
tuberculosa, y casi doscientos estudios monográficos. El grave problema que
suponía para la sociedad esta enfermedad, verdadera plaga conocida como la peste blanca, obligó a distintas
instancias político sociales a encarar y poner todos los medios a su alcance,
aprobando una legislación que buscaba canalizar y hacer realidad una prevención
social ante el padecimiento. La mayor parte de los tisiólogos cumplieron una
labor de esta índole, mediante campañas antituberculosas y publicaciones
dirigidas al pueblo para sensibilizarlo acerca del contagio y otros extremos de
la tisis.
El Doctor Don Emiliano
Eizaguirre no fue ajeno a esto, siendo el promotor y alma de la lucha social
antituberculosa, que llevó personalmente en San Sebastián, culminada con la
creación del primer dispensario antituberculoso en la ciudad.
Eizaguirre luchó denodadamente
hasta conseguir que se fundara, en 1913, un Dispensario, que se ubicó en el
Hospital de San Antonio Abad.
Eizaguirre no descansará hasta
conseguir que en el Hospital de San Antonio Abad se cree el Pabellón de
Tuberculosos y más tarde el Docker para los niños con primoinfección.
La actividad profesional y
científica de Emiliano Eizaguirre se ubicó en San Sebastián, su ciudad natal,
sin embargo su nombre trasciende apareciendo como un tisiólogo de primera fila
nacional e internacional. Su nombre es bien conocido en la España de su tiempo,
así como en América Latina y otros países de Europa. Eizaguirre fue, además, un
investigador que dio a conocer mediante muchas y valiosas publicaciones, sus
aportaciones y experiencias Clínico-quirúrgicas. Ahí están sus 74 escritos
publicados en revistas nacionales y extranjeras. Algunos trabajos, como su cirugía
Pleuropulmonar, de 1927, que recibió el premio Alvarez-Alcalá, de la Real
Academia de Medicina; el Tratado de Tuberculosis Pulmonar, o la Primo-Infección
Tuberculosa, por citar sólo los más conspicuos, fueron textos imprescindibles
en la formación de los tisiólogos de la época y su difusión fue muy notable
tanto en España como en Latino - América.
Eizaguirre, además de su
agotador trabajo en su consulta privada, en el Paseo de Colón nº 2, fundó en
1922, junto con los Doctores Zubía y Kutz, la Clínica de San José.
Sin duda, la gran contribución
del Dr. Eizaguirre a la tisiología española constituyó la utilización del
recurso quirúrgico en la tuberculosis; fue el pionero. Sus grandes dotes de
organizador se vieron palpables en las Jornadas
Médicas de San Sebastián, de 1929; la capital donostiarra, en aquellos días
de septiembre, acogió a los clínicos más renombrados de España y algunos del
extranjero. La Revista Guipúzcoa Médica,
homenajeó al Dr. Eizaguirre reconociéndole el gran mérito y éxito de la trascendencia
de aquellas Jornadas.
FOTO 6 Jornadas Médicas de San Sebastián 1929. El Dr.
Eizaguirre (x) con alumnos que han prestado su colaboración en el curso
teórico-práctico sobre tuberculosis. Gaceta Médica Española, 38, Nov. 1929
Su afán por enseñar y
transmitir lo que sabía, hizo que su Escuela
de Tisiología de San Sebastián, se colocara entre las primeras del país, a
la misma altura que la de Sayé, en Barcelona, o la de Verdes Montenegro o
Tapia, en Madrid. Y no sólo se limitó a enseñar en Congresos y conferencias de
alto vuelo, pues, verano tras verano recibía a todos los estudiantes que
quisieran aprender su especialidad o iniciarse en la auscultación
cardiopulmonar. Fue, pues de los pioneros en organizar cursos de verano, que se
realizaron durante 1929 a 1936.
En su opinión, el alcoholismo,
la tisis y la sífilis constituían el trípode que servía de base a toda la
anormalidad infantil, y añadió: En presencia de un niño degenerado, anormal o
defectuoso física o psíquicamente, podemos decir que sus ascendientes, padre o
madre, tal vez ambos, padecieron alguno de aquellos vicios o enfermedades.
Fue el fundador del Primer
Dispensario que hubo, era privado, estaba ubicado en el jardín de la casa donde
vivía el Dr. Emiliano Eizaguirre, en el Paseo de Colón nº 2 del Barrio de Gros
de San Sebastián. Allí tenía con el atendiendo el centro a las enfermeras:
Consuelo y Agueda Acha, Pilar Merino y Felisa Ortiz de Zárate, esto
ocurría en el año 1937.
FOTO 7 La bella señorita Elvira
Ordoqui y el joven doctor donostiarra Don Emiliano Eizaguirre, médico de la
Beneficencia Municipal, que el día 17 del corriente contrajeron matrimonial
enlace en la capilla de la “Villa Puyo” suntuosa morada de los padres de la
novia. Foto Willy Koch. 16 de Septiembre de 1914. Fotos cedidas por su hija
Pochichi Eizaguirre. Jornadas Médicas
de San Sebastián 1929
Le ingresan en la Clínica
Nuestra Señora de las Mercedes (Avda. de Navarra); el día 11 de Octubre de 1967
le opera el Dr. Barriola con otros ayudantes. Falleció a las 11 de la mañana
del día 22 de Octubre de 1967, tenía 79 años de edad.
No hay duda que el desempeño
de la Dirección del Hospital de Sangre (ubicado en el Hotel de Londres), no se
lo perdonaron, y quisieron ver un colaborador del Frente Popular. Cuando
estalló el Alzamiento, el Dr. Eizaguirre ocupaba la Presidencia del Colegio
Médico, y el Dr. Barriola era el Secretario. El Frente Popular los destituyó a
los dos.
La Hoja del Lunes de San
Sebastián, del 23 de Octubre de 1967, y el desaparecido periódico vespertino
Unidad, del mismo día, y sobre todo el Diario Vasco del martes día 24 de
Octubre de 1967, recoge la noticia del fallecimiento del ilustre doctor don
Emiliano Eizaguirre.
La
Real Sociedad de Fútbol, ese domingo homenajeó al Dr. Eizaguirre, fue la
primera vez que en Atocha los jugadores llevaron brazaletes negros en señal de
duelo.
FOTO 8 La Fiesta de la Flor en
San Sebastián
Trabajó primero en su
domicilio familiar en la Parte Vieja, sus primeros clientes serán los
pescadores y la gente de la Parte Vieja. En Diciembre de 1910, La Junta de
Patronato de la Casa de Misericordia y Hospital de San Antonio Abad, de San
Sebastián, convocó un concurso para la provisión de dos plazas de médicos
suplentes del Hospital, sin sueldo, uno para la sección de Medicina y la otra
para la de Cirugía. Durante 1911 trabajará en el Hospital haciendo guardias
nocturnas.
Nos decía: Desde los primeros años de mi carrera sentí
verdadera predilección por los estudios referentes a las enfermedades del pecho
e impulsado así como una fuerza irresistible, se me ocurrió establecerme en San
Sebastián, mi ciudad natal, enterándome de las estadísticas de la mortalidad
que causaba en la provincia de Guipúzcoa la Tuberculosis.
Dicho en el Tercer Congreso
Español de la Tuberculosis. Segundo con carácter internacional, celebrado en
San Sebastián del 9 al 16 de Septiembre de 1912. Tomo Segundo, pag. 606 a 611.
San Sebastián, 1914 (4).
El Dr. Eizaguirre escribió con
este fin su Cartilla Antituberculosa,
redactada en términos concisos y llanos para dar a conocer las causas del
contagio y medios para evitarlo, publicándose en la Voz de Guipúzcoa el 4 de
marzo de 1912.
LA FIESTA DE LA FLOR
A San Sebastián le cabe el
honor de implantar por primera vez en España la que se denominó Fiesta de la
Flor. Se trataba de una cuestación cuyos fondos se destinaban a la Lucha
Antituberculosa. La idea fue lanzada por el representante del Uruguay, en el II
Congreso Internacional contra la Tuberculosis, de 1912, que como sabemos por la
prensa escrita, tuvo lugar en nuestra ciudad. Ese mismo año, gracias a la
iniciativa de Emiliano Eizaguirre y
sus colaboradores, tuvo lugar la primera Fiesta de la Flor, y ciudades como
Madrid y Bilbao, imitaron esta iniciativa donostiarra.
Guipúzcoa
Médica 1934 – 1935
Bibliografía
1.-
La Voz de Guipúzcoa, viernes 30 de marzo de 1928, página 6
2.- Diario Vasco 25 de febrero de
1997
3.- Diario Vasco, 31 de Marzo de
1998
4.-
Dicho
en el Tercer Congreso Español de la Tuberculosis. Segundo con carácter
internacional, celebrado en San Sebastián del 9 al 16 de Septiembre de 1912.
Tomo Segundo, páginas 606 a 611. San Sebastián, 1914
Manuel Solórzano
Sánchez
Graduado
en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de
San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia
de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro
de Enfermería Avanza
Miembro
de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro
de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro
de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro
no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)