Nuestro
distinguido amigo el médico de guardia del Hospital Civil u Hospital San
Antonio Abad, don Luis Alzua ha tenido la atención, que le agradecemos, de
enviarnos un ejemplar de la Memoria anual que presenta á la junta de patronato
de la Casa de Misericordia y Hospital Civil de San Antonio Abad.
Es un
documento tan curioso como erudito y sentimos que la falta de espacio nos
impida ocuparnos de él con la atención que se merece, máxime teniendo en cuenta
que por la reforma introducida en algunos artículos del reglamento cesa el
señor Luis Alzua en la redacción de esa Memoria.
FOTO 1 La
Voz de Guipúzcoa. Jueves 21 de Febrero de 1907. Grupo de médicos en el Hospital
San Antonio Abad, 1932. Foto Pascual Marín. Kutxa Fototeka
El año
1906, ya finado, dice el señor Luis Alzúa, ha sido excelente bajo el punto de
vista sanitario, pues excepción hecha del sarampión que originó un respetable
número de entradas allá por los meses de Enero y Febrero, ninguna otra
enfermedad ha sobresalido en el nivel habitual de nuestras Estadísticas, y este
sello especial de benignidad, tiene su apéndice en la marcha clínica de las
enfermedades del aparato respiratorio que ha dado un contingente la mitad menor
que los años anteriores.
Ocupándose
luego de los enfermos tuberculosos, dice que se sigue empleando con éxito la
tuberculina Marechal y el Fhosote y sus resultados han sido
mejores aún si cabe, que el año anterior, pues en dos enfermos, de los muchos
en que se han empleado, han llegado á ganar de 10 á 12 kilos en tres meses de
tratamiento, siendo negativo el resultado del análisis bacilar hecho á la
salida de los enfermos como positivo fué á la entrada de los mismos.
Las
salas de cirujía rebosan, como siempre, mayor actividad, siendo su causa muy
sencilla de explicar.
Así
como los médicos, dice el señor Luis Alzua, ante muchísimos casos clínicos no
podemos salir de una esfera limitada de medios terapéuticos más allá de los
cuales nada nos es posible intentar, puede en cambio el cirujano dar un
carácter agudo á un caso crónico y así se ve, por ejemplo, que en una úlcera
crónica ó un linfoma tuberculoso no estará el cirujano con las manos quietas
esperando la cicatrización lenta de la primera ó la resolución más ó menos tardía
del segundo, si no que cogiendo el bisturí y la tijera escoge de la piel sana
un trozo para cubrir la úlcera ó estirpa el ganglio enfermo evitando al
paciente una supuración siempre larga y que consume sus debilitadas fuerzas.
FOTO 2
Grupo de médicos en el Hospital San Antonio Abad. El 4º es el Dr. Dámaso
Sánchez. 1947. Foto Paco Marí. Kutxa Fototeka
A
continuación vuelve á insistir el autor de la Memoria que reseñamos, en la
necesidad de un sanatorio marítimo para niños é indica como sitio apropiado el
antiguo departamento de Maternidad del hospital que tiene dos pisos, bajo y
principal, con comedor y cuarto de labor, más dos salas espaciosas donde pueden
albergarse buen número de niños de tuberculosis no pulmonar, pues en éstos,
excepción hecha de la forma tórpida, la cura marina está contraindicada.
Como la
situación de la sala antedicha está próxima al mar, allá pueden ir niños y
niñas bajo la dirección del guardián respectivo los días de verano é invierno
en que la estancia á orillas del mar es una verdadera delicia.
Terminado
el relato de lo más importante de los hechos transcurridos durante el año, pasa
á ocuparse el señor Luis Alzúa de la posibilidad de convertir en asilo ó
sanatorio de tuberculosos el actual edificio de Uba.
FOTO 3
Sala de mujeres, Hija de la Caridad, enfermeras y enfermas del Hospital San
Antonio Abad de San Sebastián. Archivo fotográfico: Manuel Solórzano
Con
gran elocuencia y profusión de datos explica el señor Luis Alzúa lo que se hace
en el extranjero para proporcionar al obrero punto donde recobrar su salud
perdida y aboga porque se imite aquí el ejemplo de Alemania creando una caja
provincial ó municipal al estilo de aquel adelantado país con un personal
inteligente á quien el obrero y el patrono mandarían su modesto óbolo para
socorros en caso de necesidad, tanto del cabeza de familia imposibilitado por
dolencia aguda ó crónica, como su familia.
Analiza
las condiciones del asilo de Uba y dice que son buenas para el objeto á que se
destinaría, porque tiene un aire puro, está resguardado del viento, expuesto
todo el día al sol, teniendo pro vecindad un magnífico bosque de robles y pinos
que pudiera comprarse con poco dinero.
Además,
en Uba no hay polvo, pues tiene una hermosa arboleda delante de su principal
entrada y un camino vecinal donde hay muy poco movimiento, está á la distancia
de suficiente número de metros, y por si esto no basta, hay un río por medio,
que es el Urumea, desde cuya margen izquierda empieza la subida directa al
asilo actual.
Al
final de la Memoria aparecen curiosas estadísticas, que completan el luminoso
trabajo del señor Luis Alzúa.
Existían
en fin de Diciembre de 1905, 154 enfermos y durante 1906 ingresaron 1.011.
Salieron
874, fallecieron 135 y quedaron 156.
Se
practicaron por el doctor Hilario Gaiztarro 211 operaciones quirúrgicas y 5
cataratas por el doctor Miguel Vidaur.
Terminamos
estas notas, que sentimos no poder ampliar, felicitando al señor Luis Alzúa por
su excelente trabajo y sus nobles propósitos en pró de la humanidad doliente y
crea que su idea del sanatorio merece todo nuestro aplauso y protección, porque
es tan humanitaria como útil y redentora.
Agradecimiento:
Ion Urrestarazu Parada. Documentalista
FUENTE
La Voz
de Guipúzcoa. Jueves 21 de Febrero de 1907. Págs. 1 y 2.
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Servicio
de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI-
Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad
Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza /
Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana
de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de
Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la
Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN,
A.C.
Miembro no numerario de la Real
Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
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