lunes, 22 de mayo de 2017

LA SANIDAD EN MADRID 1939




FOTO 1 Contraportada Semanario gráfico nacionalsindicalista, 29 de julio de 1939

15.000 VACUNAS EN EL BARRIO DE TETUÁN DE LAS VICTORIAS

En pocos meses cuanta labor se ha hecho en Madrid. Madrid la ciudad del hambre, la de la muerte, canta otra vez sus ansias de vivir. Una campaña sanitaria, inteligentemente dirigida, ha barrido de manera definitiva la amenaza de cualquier infección. Falange ha puesto en movimiento docenas de equipos técnicos que sin descanso recorren la ciudad vacunando al vecindario.

FOTO 2 Enfermera vacunando a una niña. Para que los niños no lloren mientras se les vacuna, nuestras enfermeras les regalan muñecos

En los barrios populares la llegada de los equipos de vacunación, constituyen una alegría. En el populoso barrio de Tetuán de las Victorias, se han hecho más de 15.000 vacunaciones… pero para qué hablar de ello, si lo vamos a ver en imágenes.

El fotógrafo sale de su casa en un día claro, las calles están llenas de luz y de garbo madrileño, son las diez de la mañana. El reporter va estirado, satisfechos dentro de su traje claro, aunque algo incómodo porque ha tenido la mala ocurrencia de ponerse cuello planchado; pero le basta lanzar una mirada a la vida que ahora tiene Madrid para darse por satisfecho de todas las molestias que le causan el cuello y los zapatos de charol, un poco juntos.

Las madrileñas más guapas que nunca pasan y repasan con su taconeo de palomas. El reporter de ahora está muy lejos de aquel tipo descamisado con zapatillas y pañuelo en que tuvo que convertirse para huir de chekas y fusiles.

La puerta del Sol, ¡qué bien se está allí! Es el corazón de los madriles. El sol comienza a caldear las aceras. En el aire suena el tintineo de los tranvías de voces y de ese chorro blanco del manguero envuelto en gritos de ¡Ahí va! Agua, limpieza ¿pero es posible?

FOTO 3 Los periodistas médicos, Marañes, Prada, Fuentes y Fernán Pérez conversando con el Dr. Quintana. Enfermeras rodeadas de niños

Un tranvía a Chamberí por Hortaleza. Hay apretones, el tranvía va lleno. Pasa, siéntese, señora.

Es un muchacho el que ha cedido el asiento. ¡Jesús y no es una mujer joven! Educación; sí señor, la educación otra vez está en su sitio. Los guardias urbanos han estrenado chaquetas nuevas, blancas; los taxis pasan sin cesar. Los escaparates están llenos de curiosos porque hay telas, zapatos y brillantes mantones de Manila.

Hace el favor.
El tranvía se ha parado en Santa Bárbara. Una muchacha alta con mantoncillo negro y ojos pardos desciende garbosa; en el brazo lleva una caja de modista.

¿Dónde vas Paloma?
Y la moza se para.
Chica no puedo quedarme, tengo que entregar. Hay más trabajo que en una trinchera.
Tambores, ruidos de corneta: la juventud pasa firme, erguida en sus camisas azules. ¡Atrás niñas que viene la sal de España!
La gente se apretuja en las aceras. Las banderas proclaman su imperio. Los muchachos van lejos, al monte; cara al sol, a hacerse fuertes. El tranvía chilla, una curva, estamos en Chamberí, el barrio de las buenas mozas; de donde salió el chotis. ¡El garbo del baile en un ladrillo! Al resguardo de una esquina, una churrería. Hierve el aceite en las negras sartenes. Un grupo de chiquillos juega a la <>. Gritos, risas. Una comadre conversa con dos mozuelas. De un balcón sale una moza llamando: ¡Carmen…! Que se te va a pegar el cocido.
Ya voy. Vamos es que mi madre no me deja respirar.

FOTO 4 Enfermeras de falange. Enfermeras preparando una vacuna. El pueblo acudiendo a los puestos de vacunación

Tetuán de las Victorias, más que un barrio es un hormiguero humano. A la puerta de una clínica una nube de mujeres espera con los chicos en brazos que les toque el turno para vacunarles. El reporter llega hasta ellas.
Dejar paso chicas -dicen- que viene un médico.
Pues no tiene cara de médico.

La que ahora habla es una madrileña nata, de cuarenta años, el pelo tirante, bien plantada y con un habla madrileño que causaría asombro hasta a López Silva.
¿Verdad que usted no es médico?
¿Y por qué es la pregunta?
Hombre porque tiene usted cara de actor de cine; los médicos son más…
Vamos, acaba…
Más serios.
Pues yo la voy a sacar a usted de dudas…
A mí no me saca nadie nada, ni los rojos con ser los rojos, pudieron sacarme una palabra, con que usted…
Cálmese, que no va a ser la sangre, sino que donde la voy a sacar es en los periódicos.
¿En los periódicos! Eso ya es otra cosa y no por mí, sino por esta jovencita que como usted ves, es una cosa seria.
¿Y para qué es eso de la foto?
Porque no será para una revista de modas ¿verdad? Interrumpe la “cosa seria”.
No, el fotógrafo les va a retratar para que la gente vea las caras que ponen cuando las pinchamos.
¿Ay, qué gracia! ¿Pero si no me duele!
¡Chica, que te quedas sin el turno!

FOTO 5 Las enfermeras de Falange, incansables en su labor profiláctica, prestando su desinteresado trabajo en bien de la salud pública

El dispensario está lleno de mujeres y niños. Las enfermeras no descansan. Sencillas, alegres, con su uniforme blanco impecable, con el alcohol y el algodón en la mano, van frotando los brazos y las espaldas.

No tenga cuidado, que no duele.
Sí, ya lo sé; en casa se han vacunado todos, y ni fiebre. Estas vacunas son más buenas que un pirulí.
Alrededor de una enfermera se apretuja un grupo de niños.
¿Cuándo me pinchas?
La pequeña que tiene en los brazos la enfermera se agarra a su cuello gritando:
A mí, a mí, a mí.
Bueno, tú ya estás.
Pero vamos, pero no ve usted a los niños, -dice una enfermera a una mujer ya entrada en años- no tenga miedo, que no le va a doler.
Pero si no tengo miedo al pinchazo, lo que no quiero es que me vea usted la espalda.
Y así una tras otra, quince mil vacunaciones. Once equipos están constantemente trabajando.

El 90 % de los habitantes comprendidos entre las calles del Marqués de Viana, Paseo de la Dirección, calle de Prim y Avenida del Generalísimo, están ya vacunados.

FOTO 6 Enfermas vacunando. El doctor Quintana, inspeccionando los puestos de vacunación en Tetuán delas Victorias, en Madrid.

Además, constantemente se hacen vacunaciones en los mismos domicilios. Actualmente son 300.000 las que se han hecho en pocos días. Los niños ya no vivirán en barriadas sucias, sino entre luz. Sí, en la nueva España todo tiene que ser para ellos, hay que trabajar, sufrir si es preciso, pero los niños tienen que vivir como nunca.

¡Qué contraste! En la calle de una casa grande no quedan más que las paredes. La casa sirvió de parapeto. Pero ya pasó. Hoy el Madrid de la guerra parece un sueño. La sangre de los que cayeron ha levantado una vida nueva.

FOTO 7 Los vacunados enseñan las huellas de la vacuna y el certificado correspondiente

Conclusión
Las enfermeras, incansables en su labor profiláctica, prestando su desinteresado trabajo en bien de la salud pública.

Revista comprada en Salamanca
Mundus Libri. Ana Fortes
Calle Compañía nº 43
Salamanca

Fotografías
Fotógrafo Antiñolo y Arenas
Reporter: A. Alonso

Bibliografía
Semanario gráfico nacionalsindicalista. Año III, número 126. 29 de julio de 1939. Dirección y Redacción: Avenida nº 2. Teléfono 11.821. Administración: Elcano nº 7. Teléfono 12.308. San Sebastián

AUTOR:
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)



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