AUTOR: Rubén de Lucas Plaza.
Graduado en Enfermería por la Facultad de Enfermería de Valladolid. Promoción
2012 - 2016. Técnico superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas
(TAFAD). I.E.S La Albuera Segovia. Año 2012. Acreditación T.I.P de vigilante de
seguridad, Enero 2010. Técnico Superior en Documentación Sanitaria. I.E.S
Ezequiel González Segovia. Año 2009. Bachillerato de Humanidades y Ciencias
Sociales en I.E.S María Moliner Segovia. Año 2004.
FOTO 1 Portada del trabajo de fin de Grado
IMAGEN DE LA ENFERMERÍA A TRAVÉS DE LA PRENSA
ESCRITA
1915 – 1920
Trabajo de Fin de Grado, curso
2015 -2016. Universidad de Valladolid. Facultad de Enfermería.
TUTORA: Dra. Enfermera, María López Vallecillo
1.- RESUMEN
El objetivo principal de este
trabajo ha sido analizar la imagen social de la profesión enfermera en España a
través de la prensa de 1915 a
1920. Como fuente primaria se han estudiado los artículos publicados en el
diario La Vanguardia, entre los años
1915 y 1920, seleccionando aquellos que aportan datos sobre su desarrollo como
disciplina, la imagen de las enfermeras, su presencia social, los estereotipos
que rodearon a la profesión y la repercusión de la Primera Guerra Mundial en la
misma.
Se han encontrado un total de 351
artículos válidos, que se han agrupado en función de su contenido en 8 bloques:
anuncios de empleo, formación enfermera (cursos, posiciones a favor y en contra
de la formación), enfermera en la Primera Guerra Mundial (protagonismo dentro
del conflicto), imagen social (estereotipos, como describe a la enfermera la
prensa), teatro/cine (alusiones a obras de teatro/cine, con la enfermera como
protagonista), posición social (actos benéficos, relación de la enfermera con
personalidades de la época), el enfermero masculino (referencias al hombre
enfermero) y otros (conflicto enfermera-practicante y huelgas de enfermeros).
Como conclusión general se puede
decir que la prensa describe la Enfermería como una profesión digna,
fuertemente ligada a la mujer y a los estereotipos femeninos acordes con la
mentalidad social de la época.
Palabras clave: profesión, enfermería, prensa, imagen.
2.- INTRODUCCIÓN /
JUSTIFICACIÓN
Contexto histórico
La historia de la Enfermería ha
estado vinculada a la historia de la mujer, evolucionando ambas de manera
conjunta (1). En España, en el siglo XIX, la mujer se encontraba en
una posición social y laboral desventajosa, catalogada como un “sujeto no
productivo e inferior al hombre” (2). No fue hasta finales del siglo XIX cuando
comenzaron a aparecer paulatinamente cambios sociales, principalmente en los
sectores progresistas, que defendían la igualdad entre hombres y mujeres en
términos de educación y trabajo.
Estas posturas se mantendrían a
comienzos del siglo XX, permitiendo junto a cambios en el sistema sanitario y
una mayor demanda social de cuidados, que la Enfermería evolucionara como
profesión a lo largo del siglo XX (1).
Este cambio de mentalidad a favor
de la mujer, se vio impulsado con el comienzo de la Primera Guerra Mundial
(1914 - 1918), que generó una fuerte industrialización ligada a los progresos
en armamento e influenciada por la importancia dada a la potencia de fuego, la
duración y la manera ininterrumpida en que transcurrió el conflicto (3).
Si bien España se declaró
neutral, logró un gran crecimiento económico al suministrar diferentes recursos
a los países inmersos en la guerra (4). Esta mayor demanda contribuyó a un
aumento de la incorporación de la mujer al mercado laboral, aunque siempre en
condiciones desventajosas con respecto al varón (5); considerada mano de obra
barata, sustituible, no competitiva, limitada a puestos auxiliares y a la forma
de pensar de la época, que veía el trabajo femenino como algo transitorio a la
espera de contraer matrimonio (2).
En España la incorporación
femenina al mundo laboral fue más tardía que en otros países europeos, debido
fundamentalmente a un desarrollo industrial menor y a la influencia de la
Iglesia Católica, y en unas condiciones de desigualdad con respecto al hombre,
principalmente de tipo económico (5).
Inicio de la profesión en
España
El origen de lo que se considera
“enfermería moderna o profesional” se
relaciona con la figura de Florence
Nightingale, que fundó en 1860 en Londres la primera Escuela de Enfermeras.
Una vez concluido el periodo de formación y superado el examen que acreditaba
que habían superado esta etapa de instrucción, se las concedía un certificado
que avalaba su capacitación profesional (1, 6).
En España la Primera Escuela de Enfermeras nació en 1896 de la mano del doctor Federico Rubio y Gali, fundador de la
escuela de Santa Isabel de Hungría,
influenciado por el trabajo llevado a cabo por Florence Nightingale (7). Era un
centro de carácter privado, cuyo objetivo fue “preparar enfermeras para la
asistencia hospitalaria, con especial preparación para la labor auxiliar en
intervenciones y curas quirúrgicas” (4).
FOTO 2 Ofrenda floral al Dr.
Federico Rubio y Gali por las Enfermeras de La Escuela de Santa Isabel de
Hungría. Foto cedida por la Fundación Mª Teresa Miralles Sangro
Ocho años después de esta
iniciativa particular se dio el primer paso para constituir el título oficial
de enfermera, gracias a la Ley de Instrucción General de Sanidad Pública de
1904, en la que se establecía la obligatoriedad de poseer un título oficial
para poder trabajar en una profesión sanitaria, con el fin de evitar el
intrusismo. Esta ley favoreció la posibilidad de crear nuevos títulos oficiales
relacionados con el campo sanitario (8), de forma que once años más tarde, en
1915, aparecía en España el Título
Oficial de Enfermera. Las Siervas de
María Ministras de los enfermos, congregación religiosa dedicada al cuidado
de enfermos, fueron las que solicitaron a Alfonso
XIII mediante una instancia, la aprobación del Programa para la Enseñanza
de la Profesión de Enfermera (5). Buscaban un medio para poder formar a las
religiosas pertenecientes a la orden, sin tener que enviarlas a estudiar a
Roma, aspecto que económicamente resultaba difícil de asumir (9). El programa
oficial para obtener el título de enfermera constaba de 70 lecciones, las
aspirantes para obtener el título oficial debían aprobar un examen teórico - práctico
ante un tribunal, en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de
Madrid (10, 11). El programa habilitaba a la acreditación como enfermera tanto
a mujeres pertenecientes a comunidades religiosas como laicas (4).
Magdalena Santo Tomás Pérez expone que para lograr la aprobación de
la Real Orden fue necesario que varios sectores confluyeran y avanzasen en la
misma dirección, siendo necesario que políticos, médicos, iglesia y nobleza
apoyaran la aparición de la figura de la enfermera profesional. Santo Tomás
refleja como la oficialización de la Enfermería junto con los cambios sociales
a favor de la mujer, y la fuerte industrialización que supuso la Primera Guerra
Mundial, propiciaron un aumento de la incorporación de esta al mercado laboral,
así como la posibilidad de tener mayor independencia y vivir de su trabajo
(12).
FOTO 3 Enfermeras de la Primera Guerra Mundial,
transportando a un herido
Protesta de los practicantes
ante la profesión de enfermería
La aparición del título de
enfermera generó ciertas desavenencias y desconfianza entre los practicantes,
poniendo este hecho de manifiesto desde que en 1896, con la Real Escuela de
Enfermeras de Santa Isabel de Hungría, surgió la figura de enfermera (13).
Desde el principio los
practicantes mostraron su malestar y su oposición al reconocimiento del título
de enfermera, llegando a interponer un recurso ante el Tribunal Supremo con el
fin de anular la Real Orden del 7 de mayo de 1915 (5). Para ello se apoyaban en distintos argumentos como ver en la
Enfermería una forma de intrusismo y pérdida de identidad profesional, que
podría llegar a quitarles su trabajo, tampoco estaban de acuerdo con que se
concediesen a las enfermeras los mismos derechos que a los practicantes, puesto
que a estos se les exigían mayores estudios. Desde un punto social, pensaban que
se dada demasiado protagonismo a la mujer con este título, pidiendo que
aquellas que quisiesen ejercer de enfermeras estudiasen la carrera de
practicante 4, 14).
A principios del siglo XX, el
principal medio de comunicación era la prensa, con un gran poder de influencia
y divulgación (15). El interés en identificar la imagen que proyectaba de la
Enfermería y su relación con el desarrollo de la profesión han impulsado la
incitativa de este trabajo.
FOTO 4 Enfermeras francesas con heridos, Primera Guerra
Mundial. Foto perteneciente al Museo Albert Kahn
3.- OBJETIVOS
Objetivo general:
Analizar
la imagen social de la profesión enfermera en
España a través de la prensa de 1915
a 1920.
Objetivos específicos:
Identificar
los estereotipos asociados a la profesión y su relación con la imagen de la
mujer.
Describir
la evolución de la profesión enfermera en sus primeros cinco años.
Estudiar
el papel y la participación de la enfermera en la Primera Guerra Mundial y su
influencia en la profesión.
4.- METODOLOGÍA
Se ha llevado a cabo un estudio
descriptivo retrospectivo, con un enfoque cualitativo.
Como fuente primaria se han
revisado los artículos publicados en el diario La Vanguardia. La accesibilidad a su hemeroteca, el tratarse de
prensa de tirada nacional y los más de 125 años de historia con los que cuenta,
han sido los principales motivos de su elección. Las fuentes secundarias han
sido tanto publicaciones impresas como textos en formato digital sobre la mujer
y las enfermeras en la Primera Guerra Mundial, los inicios de la profesión en
España y la imagen de la mujer enfermera.
La elección del periodo de
estudio 1915 - 1920, responde a varios puntos: en julio de 1914 se inicia la
Primera Guerra Mundial, conflicto en que participaron las enfermeras, en 1915
la Enfermería nace como profesión en España y 1920 es el año elegido como
límite en este estudio antes de que se inicie la Campaña de Marruecos.
FOTO 5 La Vanguardia, 25 de julio de 1918, La enfermera
moderna, p. 4
Selección de la muestra
Se han revisado artículos publicados en La Vanguardia, a través del acceso a su
hemeroteca digital desde el 1 de enero de 1915 hasta el 31 de diciembre de
1920.
La búsqueda se ha realizado
empleando las palabras clave: enfermera,
enfermero, dama enfermera, enfermera - practicante. Como criterios de
inclusión, se han considerado válidos, todos aquellos artículos, anuncios de
empleo, cine o teatro, columnas, o artículos de opinión, que pudiesen ofrecer
información sobre la profesión de enfermera en lo referente a: su formación,
repercusión social, protagonismo en la guerra, estereotipos sociales y rol
femenino asociado a la profesión, excluyendo los que no reúnan dichas
condiciones.
5.- RESULTADOS
Se han encontrado un total de 458
artículos, de los que se han excluido 107 por no cumplir los criterios de
inclusión, siendo válidos 351. Se puede clasificar la información localizada en
ocho grupos: anuncios de empleo, formación
enfermera, enfermera en la Primera Guerra Mundial, imagen social, teatro/cine,
posición social, enfermero masculino y otros (conflicto enfermera - practicante,
huelgas reivindicativas). Para más información ver gráfico 1.
Gráfica 1: Distribución de artículos según grupos de
interés
FOTO 6 Fuente: tabla de elaboración propia (Rubén de Lucas
Plaza)
Predominan los anuncios de oferta
y búsqueda de empleo, y alusiones a la participación de las enfermeras en la
Primera Guerra Mundial. Los grupos pertenecientes a la formación y la figura
del enfermero masculino tienen una incidencia similar entre ellos en cuanto al
volumen de noticias encontrado. La imagen y posición social, así como anuncios
publicitando obras de cine/teatro tienen una menor repercusión en lo que a
número de noticias encontradas se refiere.
Anuncios de empleo
Los anuncios son sin duda el
grueso de referencias que hacen alusión a la enfermera con un total de 109, de
estos, 70 corresponden a mujeres y 39
a hombres.
En su mayoría son las enfermeras
y enfermeros los que demandan un puesto de trabajo como personal sanitario. En
algunas ocasiones las enfermeras también se ofrecen para ejercer tanto en
centros sanitarios como en casas de particulares, incluso para encargarse del
cuidado y la educación de niños (17). En el caso de los enfermeros, ya sea en
centros sanitarios o para el cuidado de particulares, se ofrecen además para
trabajar como criados, mozos o incluso porteros (18).
Es muy común citar que se cuenta
con experiencia práctica como enfermera/o, aunque no se especifica lugar,
características, ni duración de las mismas. Muchas ofertas aluden que se está
en posesión del título de enfermera, pero en ninguna de ellas se hace mención
de que se trate del título oficial, con lo que no queda claro si es una
profesional titulada o simplemente ha realizado los cursos impartidos por las
escuelas que los ofertan.
“Enfermera con práctica se ofrece para asistencia día o noche” (19).
“Enfermera con título se ofrece para cuidar enfermos y parteras”
(20).
En cuanto a los anunciantes que
solicitan personal de enfermería, estos hacen referencia solo a la figura de la
enfermera, en ningún caso a hombres. Por regla general son clínicas o centros
que ofrecen realizar las prácticas de enfermería en sus instalaciones, con el
aliciente de la entrega de un certificado que acredite las mismas. En ocasiones
se solicitaba que las interesadas tuvieran una “conducta intachable” para ser aceptadas:
“En la Clínica del Remedio, Clarís, 114, se admiten señoritas de
conducta intachable, para hacer prácticas de enfermeras, a las cuales se
librará certificado, comprobada su aptitud” (21).
Dentro de las fechas elegidas
para el estudio, no hay un año concreto en el cual el volumen de anuncios de
trabajo sea mayor al resto. Únicamente en el caso de los hombres se puede
destacar que durante 1915 no existe oferta alguna, y tanto 1916 como 1919,
presentan unas cifras más elevadas en lo que a ofertas de empleo se refiere.
Formación enfermera
Se han localizado 47 artículos
relacionados directamente con la formación enfermera. Dentro de estos, se han
encontrado 2 posicionamientos al respecto; quienes defienden la educación de la
enfermera para crecer como profesional, y quienes mantienen posturas
conservadoras, argumentando que con las cualidades innatas de la mujer como
cuidadora y la propia experiencia es suficiente para desarrollar su trabajo.
Quienes razonan la obtención de
unos adecuados conocimientos por parte de las enfermeras, exponen, que si bien
en el pasado bastaba con unos conocimientos básicos, en la medicina actual
resultaban carentes, ya que se hacía necesaria una base científica para poder
realizar los cuidados al enfermo y asistir al médico de la mejor forma posible.
Se hace alusión a que la mujer puede ganarse la vida con un trabajo digno y
respetado, como es la profesión de enfermera. En los artículos analizados, se
muestra que se trata de una profesión socialmente aceptada, estableciendo así
un reconocimiento hacia la mujer enfermera con relación a otros trabajos (22,
23).
“...creemos llegada ya la hora de que la mujer pueda ganarse honradamente
la vida en otras ocupaciones que en coser a máquina, bordar a precio vil,
meterse a corista o bailarina o lo que es peor, a literata...” (24).
FOTO 7 Enfermeras en clase en la
Escuela de Enfermería
A pesar de estar a favor de su
formación, en los artículos encontrados, se hace referencia a que se trata de
unas nociones básicas, que deben complementarse a su vez con unos conocimientos
prácticos (25). Aún estando de acuerdo con que la mujer se ilustre, se aconseja
que no se haga en exceso, no es necesario que se accedan a estudios superiores
como licenciaturas, que se deben dar por satisfechas con servir de enfermeras
(24). En algunos de ellos tampoco se olvidan de recordar que el hecho de ser
enfermera no es excluyente de ser madre, o de cuidar el hogar.
“... No está excluida ninguna mujer de su misión tutelar en la familia como
madre, esposa o hija,...” (26).
En el sector más conservador,
defiende como argumento principal que para ser una buena enfermera no es
necesario poseer amplios conocimientos, sino que basta con las aptitudes que se
adquieren a través de la práctica, primando esta por encima de la cultura. Se
remarca que el fin de la mujer no es graduarse, sino llegar a ser una buena
madre, no debe olvidar su papel dentro del hogar, y la formación y tener familia
es algo incompatible (27). También recalca la importancia de contar con unas
condiciones morales, ser dulces, cariñosas y tener caridad, este tipo de
atributos en la mujer bastan para convertirse en una buena enfermera:
“... Mucho puede el saber el manejo del fonendoscopio, pero pueden más aún
el amor al prójimo, la bondad, la ternura,...” (27).
La mayoría de los artículos
encontrados que aluden a la formación de enfermeras se corresponden con la
impartición de cursos por parte de la Cruz Roja y de Montepío de Santa Madrona
(28, 29, 30).
De Montepío de Santa Madrona, se destaca la implicación en mejorar la
condición de la mujer y de la enfermera en particular, en general, siempre hace
referencia a lo importante de adquirir una serie de conocimientos mínimos y la
necesidad de contar con un cuerpo de enfermeras bien preparado. Para la
elaboración de su programa se fija en escuelas de Francia e Inglaterra, y así
lo refleja en la promoción de alguno de sus cursos, en los que se mencionan las
visitas a hospitales de estos países (31). La actividad de Montepío de Santa
Madrona, no se limita sólo a los estudios de Enfermería, encontrando cursos y
conferencias complementarios como: cursos de mecanografía, conferencias de
higiene alimenticia y alimentación de enfermos, cursos de auxiliar de
laboratorio de microbiología, e incluso se ofertaban cursos de física y química
(32, 33, 34).
FOTO 8 Escuela de Enfermeras del
Montepío de Santa Madrona. Curso 1922 - 23
Montepío de Santa Madrona da una
gran importancia a la mujer independiente, que se gana la vida con un empleo y
salario, iniciándose varios de sus cursos con frases como: “El Montepío de Sta. Madrona, instituto de
amparo y protección a favor de la mujer que vive de su trabajo...” (35). Tanto
es así, que la matricula contaba con un descuento si se acreditaba que la mujer
solicitante vivía de su trabajo. Se admitían tanto personal de carácter
religioso como laico. No se han encontrado referencias de que se impartiese el
programa oficial. A pesar de destacar el acierto de la cultura en la mujer y el
acercamiento de esta al hombre en derechos y conocimientos, siguen situando a
la enfermera como subordinada o auxiliar del médico y practicante.
A su vez, se alude a que la
enfermera no debe olvidar sus obligaciones como mujer y contar con unos valores
morales cristianos, llegando a impartir conferencias en este sentido. Sus
cursos son impartidos mayoritariamente por hombres, aunque se sabe de la
participación de mujeres como parte del profesorado, quedando reflejado en dos
de los cursos publicitados (36).
FOTO 9 Enfermeras Cruz Roja
La Cruz Roja también impartía cursos para la formación de
enfermeras. La prensa hace poca referencia a la necesidad de la adquisición de
conocimientos por parte de la mujer para ejercer la profesión. En su mayoría se
limitan a dar publicidad al curso, o especificar alguna característica del
mismo, haciendo mención de aquellas que se ganan la vida con su trabajo de
enfermera en escasas ocasiones (37). Muchos de los anuncios de los cursos se
acompañaban de los actos de entrega del brazalete de la Cruz Roja a aquellas
que los habían superado (38). Al igual que ocurre con Montepío de Santa
Madrona, no hay menciones del título oficial. También es común citar la
inauguración de un nuevo cuerpo de enfermeras de la Cruz Roja en diferentes
puntos del territorio nacional.
Las visitas fuera de la península
a otras instalaciones de la Cruz Roja también son recogidas. Era frecuente que
se incluyesen los requisitos para poder formar parte del curso, estando entre
ellos el de ser asociada:
“Para matricularse en dichos estudios es necesario: ser súbdita
española, mayor de diez y siete años, y pertenecer como asociada a la Cruz Roja.”
(39).
Más adelante en 1918, se admite
el ingreso sin ser asociada de la Cruz Roja, pero se debía superar un examen y
pertenecer a una orden religiosa:
“Podrán ingresar, sin ser asociadas de la Cruz Roja, en el cuerpo de
damas enfermeras, previo examen teórico y práctico, las religiosas de cualquier
orden legalmente establecida en España” (40).
No se ha encontrado ningún
artículo sobre la formación de enfermeros, tanto en cursos como artículos, ya
sea a favor o en contra de los estudios de enfermera, la protagonista es
siempre la mujer.
La enfermera en la Primera
Guerra Mundial
Se han encontrado 70 artículos
que hacen alusión al papel de las enfermeras en la Primera Guerra Mundial.
Principalmente se tratan de noticias de sucesos ocurridos dentro del conflicto
bélico, en su mayoría noticias sobre enfermeras caídas o heridas mientras
ejercían su profesión. Es frecuente informar sobre la movilización de personal
sanitario junto con el envío de tropas a diferentes zonas en conflicto (41).
También se han encontrado
artículos que describen las duras condiciones de trabajo en la cual
desarrollaban las enfermeras sus funciones 42, 43).
La gran cantidad de artículos de
la enfermera durante la guerra nos da una idea del gran papel del que participó
durante la contienda.
Imagen social
El total de artículos que hacen
referencia únicamente a la imagen de la enfermera ha sido de 21. Durante la
revisión del total de los mismos se han encontrado adjetivos que permiten tener
una idea de la imagen de la enfermera plasmada en la prensa. Los adjetivos
repetidos con mayor frecuencia en los artículos analizados han sido: delicada, dulce, elegante, alegre, bella,
hermosa, limpia, y abnegada (44, 45, 46).
En cuanto al uniforme se destaca
el color blanco y la limpieza de este por encima del resto de prendas:
“... a estas voluntarias enfermeras, con sus blancos trajes y con su eterna
sonrisa...” (47).
“... vestidas con unas batas a rayas blancas y azules. Unas enfermeras muy
lindas y muy blancas...” (48).
Dentro de los artículos de La Cruz
Roja se presenta una imagen de la enfermera asociada a actos de posición social
y con personalidades importantes de la época. Un claro ejemplo se puede ver en
la realización de actos de entrega de brazaletes a las damas enfermeras que
completan los cursos, donde aparte de citar a las personalidades que allí se encuentran,
se señala la elegancia y hermosura de la enfermera perteneciente a Cruz Roja:
“... la Infanta doña Luisa (Luisa De Orleans) impuso a continuación la
medalla y entregó los brazales las siguientes distinguidas y bellísimas
señoritas enfermeras, vestidas con el sencillo y elegante uniforme de la
Institución...” (49).
En la realización de fiestas
benéficas se muestra la imagen y participación de la enfermera en los actos:
“... buen número de bellísimas señoritas estaban encargadas de expender
flores y cigarros habanos, llamando la atención alguna vestida con el traje de
enfermera de la Cruz Roja...” (50).
En general este tipo de
acontecimientos ofrece una imagen de la enfermera, bella, elegante y rodeada de
personalidades importantes, siendo común la presencia de la Reina o las
infantas:
“La Reina fue imponiendo la medalla y entregando el diploma
correspondiente a cada una de las enfermeras... siendo muchas de ellas
lindísimas señoritas” (51).
FOTO 10 La Reina
Victoria Eugenia con las Damas Enfermeras Sevillanas a las que impuso el
brazalete de la Cruz Roja. Juan Barrera 1920. Propiedad ABC
Cine / teatro
El lo que respecta al cine y
teatro, todo lo analizado han sido anuncios donde principalmente se
publicitaban obras de teatro. No se hace referencia al argumento o reparto de
las obras, los títulos hacen alusión al protagonismo de la enfermera: “La enfermera”, “El enfermero del chacho”, “Historia
de una enfermera” y “Robustiana
enfermera” (52, 53, 54).
Un ejemplo del tipo de anuncio
encontrado sería el siguiente:
“Proyección de grandes películas
de estreno: ... Historia de una enfermera...”
(55).
FOTO 11 La Vanguardia, 26 de
noviembre de 1920, Palace cine, p. 9
El enfermero masculino
Se han encontrado 47 artículos
que hacen alusión al enfermero, se corresponden con noticias sobre la Primera
Guerra Mundial, con enfermeros heridos o muertos durante el conflicto (56), o
bien su movilización junto a tropas a zonas en disputa (57).
Se alude en ocasiones a las malas
condiciones de trabajo de estos, destacando la alta carga que tienen que
soportar:
“... No hay vendajes y las operaciones quirúrgicas tienen que hacerse sin
cloroformo. Un solo enfermero tiene que atender a 500 heridos...” (58).
Resulta llamativo que la palabra
enfermero suele acompañarse con la de médicos, hallando un gran número de
artículos en los cuales se emplea la frase “médicos
y enfermeros” (59, 60, 61).
Conviene destacar un artículo en
donde el enfermero debe de ir armado al igual que otro soldado, pero esto no le
excluye de sus servicios como sanitario:
“... nos fue leída una orden diciendo que ahora los enfermeros tendríamos
también armas para prestar servicio en trincheras... se nos dijo expresamente
que no perderíamos la calidad de sanitarios y cada vez que nuestro regimiento
iba a un asalto debíamos quedarnos en retaguardia para hacer de nuevo servicio
de enfermeros...” (62).
Otras noticias
Se han encontrado 3 artículos que
hacen alusión al conflicto entre practicantes y enfermeras. No se han
localizado noticias donde se genere debate o exista argumentación alguna de la
adecuación o no de la profesión enfermera, similitud de contenidos y funciones
con respecto a los practicantes. Como artículo más representativo, destacar un
fragmento de “Las Damas de Cruz Roja”,
donde se afirma que estaría justificado que a una dama enfermera con título, se
le reconociese el diploma de practicante así como sus mismos derechos:
“... sin grandes estímulos se les ocurra a las Damas enfermeras aspirar al
título de licenciados o doctores, o cuando menos se les reconozca, y estaría
muy justificado, el diploma de practicantes, con iguales derechos que los que
poseen hoy ese título” (27).
Se han localizado dos artículos
sobre temas reivindicativos, concretamente se trata de huelgas por parte de los
enfermeros. Aunque en uno de ellos se cite a las compañeras enfermeras, en
estos artículos se da protagonismo al enfermero masculino, llegando a dar
nombre y apellidos de algunos de los implicados en las huelgas (63). A su vez
el titular de ambos artículos encontrados es “Huelga de enfermeros”.
“... se declararon en huelga de brazos caídos, negándose a prestar servicio,
algunos enfermeros,... como promotores del conflicto... fueron detenidos y
conducidos al juzgado, Juan Vidal, José Montero...” (63).
6.- DISCUSIÓN
Una vez analizados los
resultados, se refleja de forma clara, que la prensa de la época tiene una
concepción de la Enfermería totalmente ligada a la mujer, basada en
estereotipos tradicionales muy arraigados dentro de la sociedad.
Aunque la Enfermería como
profesión en España nació en 1915, siempre han existido personas que han
prestado cuidados a los enfermos, como expone Almudena Delgado, se puede decir que “la enfermería es una actividad tan antigua como la vida misma” (64).
En los artículos, se muestra que
esta función de cuidar está vinculada a roles femeninos, muy acorde con la
mentalidad de la época, en referencia a esto, M. H Pimentel y autores, señalan en su trabajo, que los cuidados
durante miles de años han sido un papel que se ha atribuido a la mujer, y esto
ha sido una imagen que ha persistido en el tiempo (65).
La profesión enfermera y la mujer
se encuentran irremediablemente ligadas la una a la otra, y los cambios que
afecten a la mujer, repercutirán en la enfermera y viceversa, ya sea en lo
positivo o en lo negativo. Como señala Eva
Molina, la Enfermería desde sus inicios se ha visto influenciada por
consideraciones de género, y tanto su desarrollo como evolución, han estado
condicionados por esta circunstancia, al ser una actividad principalmente
femenina (6).
Esta relación enfermera - mujer,
junto con la posición social desfavorable de esta última, se refleja a lo largo
de los textos analizados, colocando siempre a la enfermera como subordinada del
médico, incluso se la llega a situar como auxiliar del practicante.
FOTO 12 Enfermeras e Hija de la
Caridad. Procesión Corpus Christi. Hospital Civil
Salvo algunos sectores que
defienden ideas progresistas, no se ve la necesidad de que la enfermera se
forme o adquiera conocimientos teóricos amplios, menospreciando la actividad
enfermera y alegando que la práctica y experiencia es suficiente para realizar muy
bien su trabajo. Este tipo de posturas se ven reflejadas en el trabajo de B. Errasti - Ibarrondo y autores,
cuando afirman que la Enfermería ha sufrido de estereotipos públicos, y en
general hay una tendencia a verla como una profesión inferior y subordinada a
la figura del médico, muy relacionada con la ejecución de “tareas” (67).
Incluso los sectores a favor de
la igualdad de la mujer, mantenían posturas conservadoras con relación a la
enfermera, como el no olvidar las obligaciones como buena madre o esposa, o
poseer unos valores de moral cristiana. Este hecho indica que hasta quienes se
encontraban a favor del feminismo, no contaban aún con posturas muy alejadas de
lo que se entendía que debía de ser la mujer. Con referencia a esto Esdaile
(dentro del artículo de E. G. Iglesias,
M. Amezcua y J. Siles González), describe la situación de la mujer en España,
donde afirma que las pocas feministas de la época, eran propensas a creer que
la mujer solo se adaptaba a ciertos ámbitos de la vida pública, esta
circunstancia, unida a los escasos simpatizantes con los que contaba la mujer,
no eran razones para temer el inicio de una revolución sexual (4).
La prensa muestra una imagen
totalmente estereotipada de la profesión, presenta una “enfermera ideal”, con características como: bondad, delicadeza,
calidez, moral, atractivo, caridad, paciencia, ternura, etc. entre muchas
otras, todas ellas se dan por hecho que toda buena mujer debe poseer,
encasillando aún más a la profesión dentro de un rol femenino y menospreciando
los conocimientos, actitudes y aptitudes propias de la profesión. En este
sentido Beatriz Marchador expone que
al haber sido una profesión mayoritariamente ejercida por mujeres, su trabajo
se devaluaba por su inherencia al sexo femenino, restando méritos o
reconocimientos por esta circunstancia (68).
A pesar de la imagen social de la
mujer de la época, la profesión enfermera aparece como una alternativa laboral
y de independencia para la mujer que quiera ganarse la vida con su trabajo, el
estar asociada al rol femenino y relacionarla con valores cristianos, como son
la moral, la caridad y la ayuda a los necesitados, la convierten en una
profesión socialmente aceptada, situándola por encima de otras.
Manuel Ángel Calvo señala que la enfermería en España, en sus
comienzos estuvo vinculada a la promoción y emancipación femenina, y al ser
considerada una ocupación adecuada para las mujeres repercutió positivamente en
su imagen social y cultural (69). El hecho de que cualquier persona, bien
religiosa o laica, pudiese obtener el título de enfermera, desvincula en parte
la Enfermería de la iglesia, pues hasta entonces los cuidados habían corrido a
cargo de las órdenes religiosas. También supuso un reconocimiento del trabajo
de la mujer en el cuidado, ya que según muestra Alicia Rodriguez - Vilariño: “...al profesionalizar la enfermería se profesionaliza el trabajo realizado
por la mujer durante siglos en la esfera privada y oculta, sin relevancia
social, política o económica” (70).
En cuanto a las escuelas
enfermeras en los artículos revisados, solo se han encontrado dos: Montepío de Santa Madrona y La Cruz Roja. Montepío de Santa Madrona
se implica ampliamente en lo que a la formación y emancipación femenina se
refiere, ofreciendo múltiples cursos como alimentación, laboratorio o
mecanografía que complementan el de enfermera. Por su parte La Cruz Roja se
centra en la formación de enfermeras y no promociona tanto el cambio social en
la mujer. Dentro de La Cruz Roja se emplea indistintamente las palabras
enfermera y dama enferma, lo que supone una confusión a la hora de interpretar
las noticias.
Dentro de los varios artículos de
la Cruz Roja se muestra una imagen de posición social por parte de las damas
enfermeras, estas no percibían salario alguno por sus actividades, por lo que el cuerpo estaba compuesto por
mujeres de una posición social acomodada, que podían permitirse esta situación
(5). Por otro lado, el concepto de caridad cristiana y servicio a los
necesitados sin esperar nada a cambio, resultaba muy bien visto en la época,
con lo que formar parte de este cuerpo de damas enfermeras otorgaba cierto
nivel social y aceptación.
Como indica María López Vallecillo en su tesis doctoral, “Las secciones de señoras de Cruz Roja permitieron a las mujeres, que
poseían cierto poder adquisitivo, formar parte de la esfera pública en la
parcela social reservada al auxilio de los necesitados” (5). En este tipo
de artículos la enfermera entendida como profesional sanitario queda en un
segundo plano, convirtiéndose la imagen de posición social en la protagonista.
Estos actos de promoción social,
como la entrega de brazaletes, actos benéficos recaudatorios y condecoraciones
a las damas de alta posición por su labor, son muy frecuentes en la asociación,
llegando a eclipsar la promoción de cursos en lo que a volumen de noticias se
refiere.
FOTO 13 Imposición de la cofia
enfermera
En los artículos publicados no se
hace mención alguna a que se siguiese el programa oficial para la obtención del
título de enfermera, esto junto con los cambios de programa de unos cursos a
otros, hacen pensar que no se regían por él, y que contaban con títulos o
certificados propios. En alusión a este tema M. E. González Iglesias, expone que tan solo la escuela creada por
las Siervas de María siguió el programa oficial, y se presentó de forma
ininterrumpida en la Universidad Central a realizar el examen para la obtención
del título hasta 1931 (11).
La Primera Guerra Mundial ofrece
una visión de la enfermera como protagonista dentro del conflicto, aparece en
numerosos artículos, acompaña a los soldados y vive en las mismas condiciones
que ellos, es víctima de ataques y forma parte de la movilización de personal a
zonas de combate. Se muestra una imagen muy diferente de los papeles que la
sociedad atribuía a la profesión y la mujer. El conflicto bélico favoreció el
aumento de artículos sobre enfermeras extranjeras y las labores que llevaron a
cabo, lo que supuso un afianzamiento de la imagen de la enfermera española (5).
En lo que respecta a la Primera Guerra Mundial, Magdalena Santo Tomás indica que las noticias que llegaban,
mostraban que las mujeres enfermeras estaban participando activamente en el
conflicto (12).
Dentro de los textos relacionados
con la guerra, es donde se han podido localizar noticias que hiciesen alusión
al enfermero. Además de sus labores sanitarias, se muestra que podía actuar
como un soldado más. Por otra parte la palabra enfermero suele acompañarse con
la de médico, hallando un gran número de artículos en los cuales se emplea la
frase “médicos y enfermeros”, esta
situación rara vez se da con la enfermera, lo que coloca al enfermero
prácticamente al mismo nivel que el médico y no se da una imagen tan
subordinada, hecho que no ocurre con su homóloga femenina. Tampoco se presentan
unos estereotipos o se muestra una figura idealizada de este.
El conflicto enfermera - practicante
se encuentra con una escasa representación en lo que a resultados analizados se
refiere, aunque la totalidad de fuentes bibliográficas consultadas al respecto,
se hacen eco de la oposición del sector de practicantes ante la aparición del
título de enfermera, este hecho no se ha visto reflejado con esa importancia
durante el estudio.
FOTO 14 El País. Belleza y dolor.
Para concluir se puede afirmar
que la Enfermería es una profesión influenciada por su entorno, como muestra C. Butler Collado, quien resume las
principales tendencias en el desarrollo de la Enfermería a lo largo de su
historia, tales como: su imagen, la educación, los avances en la práctica, la
guerra, asuntos relacionados con la fuerza del trabajo, la regulación y la
investigación (71).
Como limitaciones del trabajo
cabe tener en cuenta que como fuente primaria se ha accedido a un único diario,
por lo que sería interesante ampliar el estudio a otro tipo de prensa,
contrastando sus resultados para obtener una mayor fiabilidad.
Por otra parte, el hecho de que
prácticamente la totalidad de artículos se encontrasen escritos por hombres
invita a dar una visión de la enfermera desde el punto de vista masculino, lo
que puede provocar un sesgo en la información. Podría plantearse identificar en
la prensa, archivos y manuales formativos, textos escritos por mujeres para
analizar si existen diferencias con los presentados en este estudio.
FOTO 15 Enfermeras durante una jornada festiva.
7.- CONCLUSIONES
La
Enfermería está fuertemente ligada a la mujer.
Existe
controversia en la formación enfermera y los contenidos teóricos de la
disciplina. Los sectores a favor limitan esta adquisición de conocimientos.
La
prensa muestra una imagen de la enfermera muy estereotipada, con atributos como
dulzura, calidez, belleza o elegancia.
Los
cambios sociales con respecto a la mujer como la coeducación y la inserción al
mundo laboral influyen en la profesión.
La
profesión enfermera aparece como una alternativa laboral y de emancipación para
la mujer y socialmente aceptada.
Las
Escuelas de Enfermeras encontradas no hacen referencia al programa oficial, no
pudiendo establecer si se regían por este, o contaban con programas y títulos
propios.
La
Dama Enfermera cuenta con una imagen social aceptada y ligada a la burguesía.
La
Primera Guerra Mundial muestra una imagen del protagonismo de la enfermera
dentro del conflicto, afianzando la imagen de la profesión.
A
pesar de la oposición de los practicantes, la prensa no le da protagonismo al
conflicto.
Las
noticias que hacen referencia al enfermero se encuentran relacionadas con la
guerra y anuncios de empleo.
FOTO 16 Cuestación a favor de la Cruz Roja
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Manuel Solórzano Sánchez
Diplomado en Enfermería. Servicio
de Traumatología. Hospital
Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza-
Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad
Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza /
Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana
de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de
Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la
Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN,
A.C.
Miembro no numerario de la Real
Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
1 comentario:
Purificación Patricio Ragel en 1915 fue una de las 7 mujeres odontólogas que se graduó en España, única andaluza, el colectivo total estaba formado por 700 profesionales.
Posteriormente en septiembre de 1916 y con 37 años de edad finalizó sus estudios de Practicante, profesión reservada para hombres que ejerció en Algeciras, siendo también la 1ª mujer en ejercer dicha profesión en su ciudad natal.
http://historiamujeres.es/vidas/patricio_regal_purificacion.html
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