El orgullo de un familiar por una hazaña épica siempre es de alabanza, y más cuando ha tenido una vida tan espectacular como desconocida en nuestra ciudad. Digno de mención es este escrito realizado por su pariente José Luis Blanco sobre la vida y obra de este ilustre personaje ferrolano, a tener muy en cuenta.
Gracias Jose por el escrito, por querer compartirlo con nosotros y por seguir apostando por nuestra historia, enhorabuena!
Eva
El Subintendente militar José Benito Serantes Pérez
Por
el sargento 1º de la Armada José Luis Blanco Lorenzo
José Benito Serantes Pérez
nació en San Martín de Cobas (Ferrol) el 23 de diciembre de 1809 y el 12 de
Agosto de 1828 con dieciocho años de edad, sentaba plaza voluntariamente en la
bandera de recluta para ultramar establecida en La Coruña para servir en el
Batallón Ligero de Galicia. Sirvió en dicho batallón hasta el 13 de noviembre
de 1833 en el que fue trasladado al Regimiento de Dragones, milicias
disciplinadas de Matanzas (Cuba), en el que obtuvo una escuadra veterana a las
órdenes del comandante de la partida de Capa de la jurisdicción de Matanzas, en
la persecución de malhechores.
En esa época (1833-1834) la
Isla de Cuba y especialmente el ayuntamiento de San Carlos de Matanzas, lugar
donde se encontraba Serantes, se vio asolada por una epidemia de cólera –morbo y
prestó importantes servicios por este motivo.
El cólera es una infección
diarreica aguda causada por la ingestión de alimentos o agua contaminados con
el bacilo Vibrio cholerae. En la actualidad se calcula que cada año se
producen entre 3 millones y 5 millones de casos de cólera y entre 100.000 y
120.000 defunciones.
En 1836 fue nombrado
distinguido por haber demostrado hidalguía, y con el tiempo regresó a la
península como oficial del Cuerpo administrativo del Ejército.
Unos años más tarde,
concretamente en 1854, se volvió a
enfrentar otra vez a una epidemia de cólera –morbo que se desató en La Coruña,
ciudad a la que solicitó regresar ya que se encontraba realizando una comisión
de servicio en Madrid, haciéndose cargo casi en solitario de la intendencia y
de la intervención de la Coruña, por encontrase la mayor parte del personal
enfermo o que había fallecido. Se calcula que fallecieron 5.800 coruñeses de
una población que aproximadamente rondaba los 20.000.
Siendo Comisario de guerra de 1ª clase participó en el restablecimiento de la paz en
el motín surgido en la ciudad de Lugo el 28 de abril de 1859, siendo felicitado
por Su Majestad por haber establecido un hospital de sangre y curación
momentánea de los heridos.
En septiembre de 1859 se encargó
de la inspección de hospitales y revistas de cuerpos en La Coruña puesto que
desempeñaba cuando fue elogiado por S.M. la reina por haber montado el hospital
de la Coruña y el de Lugo.
En la hoja de servicios de
Serantes se puede leer textualmente a este respecto: “Correspondiendo a una especial y directa orden verbal de Su Majestad
concerniente al ramo de hospitales, no sea perdonado medio alguno de cuantos
han estado a su alcance, para montar como montó el de la Coruña, en términos
que le hacen figurar entre los más brillantes y hermosos de Europa en todos sus
detalles, por lo que ha recibido los mayores elogios del Excmo. Sr. Ministro de
Estado a presencia de los señores generales y jefes de aquella guarnición. Lo
propio verificó en Lugo”.
El hospital militar de la
Coruña ya no reunía las condiciones necesarias para cuidar a los enfermos por
lo que el 4 de marzo de 1858 se
trasladaron los enfermos de dicho hospital a los antiguos salones de baile del
señor Pola situados en la calle del Socorro y se comenzó a derribar el antiguo
hospital.
En el periódico “La Esperanza”
del día 3 de mayo de 1861 se podía leer lo siguiente: “Puede darse por terminado el magnífico hospital militar de La Coruña,
pues solo faltan los últimos perfiles y retoques. El cuartel de nueva planta
que se edifica en dicho punto está ya fuera de cimientos, y adelanta tanto
cuanto lo permite el número de brazos que pueden reunirse en aquella localidad”.
Los enfermos comenzaron a
trasladarse al nuevo hospital el día 28 de diciembre, del que se comentaba lo siguiente
en las crónicas periodísticas: “Es un
modelo de buen gusto y de buena distribución, conteniendo cuanto de mejor se
conoce para el servicio de tales establecimientos, y todas las circunstancias que
la higiene reclama. Este hospital ha sido la primera obra militar que se ha
terminado costeada por el presupuesto extraordinario de dos mil millones.
Nuestro corresponsal elogia el celo que ha demostrado en el arreglo y buena
administración del establecimiento, el señor Conde de la Peña del Moro, capitán
general de aquel distrito”.
Por una Real Orden de 4 de febrero de 1862 fue trasladado al
cuerpo de ocupación de Tetuán con motivo de la guerra de África, disuelto el
cual regresó al Distrito de Galicia donde se le encomendó la inspección de
provisiones y utensilios.
Cuando fue destinado a Santoña,
perteneciente al distrito de Burgos, en julio de 1863, gestionó el
proyecto de un hospital militar para 600
enfermos, cuya acta suscribió con el Comandante de Ingenieros y Jefe de Sanidad
Militar y la remitió a la superioridad con el croquis y presupuesto que fueron aprobados por el gobierno.
En 1866 se retiró del servicio
habiendo contribuido en el desempeño de sus funciones en la inspección de
hospitales a mejorar las instalaciones
sanitarias en nuestro país.
Estaba en posesión de la cruz
de Isabel la Católica.
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