Creación de la especialidad
sanitaria y funciones profesionales
AUTOR:
Jerónimo González Yanes (Tenerife,
1953), es Abogado, Doctor en Historia, Licenciado en Periodismo y Diplomado en
Enfermería. En el ámbito castrense es Teniente (RV) del Cuerpo Militar de
Sanidad – Enfermería, siendo su último destino en la UME (UIEN – Los Rodeos).
Este es su séptimo libro, habiendo publicado dos más relacionados con la
Enfermería: Historia de la Enfermería
Militar Española y Historia de la
Enfermería en la Defensa: Ejército de tierra. Regulación normativa y marco
jurídico de funciones profesionales; así como numerosos artículos, entrevistas
y reportajes en revistas especializadas del sector.
FOTO
001 Jerónimo
González Yanes. Emblema Centenario del Practicante 1857 – 1957. Emblema de la
Policía Armada: Practicante
Historia
de la Enfermería Militar
Española. Publicado el día 6 de Febrero de 2009
Historia
de la Enfermería en la Defensa. Ejército de Tierra. “Regulación normativa y marco jurídico de funciones profesionales”.
Publicado el día 13 de julio de 2014
Ejerció
la Enfermería durante más de 30 años, primero como sanitario local de APD y,
más tarde, en Atención Primaria. Luego, durante un tiempo ejerció el Periodismo
hasta consagrarse de lleno en la abogacía, sin olvidar la defensa de la
Profesión Enfermera y sus profesionales.
Estudioso
de la naturaleza y los fenómenos evolutivos del ser humano. En la actualidad,
su principal interés radica en la localización de un eslabón perdido de la
especie humana, probablemente ubicado en el continente australiano, lugar al
que prepara concienzudamente un largo viaje para cuando le llegue el retiro.
Para la petición del libro os podéis dirigir a:
e-mail: las.milicias.canarias@gmail.com
FOTO
002 Portada y contraportada del libro de Jerónimo González Yanes
HISTORIA DE LA ENFERMERÍA EN
LA POLICÍA ARMADA, NACIONAL Y DEL CUERPO NACIONAL DE POLICIA
Creación de la especialidad
sanitaria y funciones profesionales
El
libro consta de 100 páginas distribuidas de la siguiente manera: Prólogo. Introducción. El Águila de
San Juan. Capítulo I: Contexto histórico y normativa jurídica
inicial. Capítulo II: El marco jurídico de funciones: contexto
civil y militar. Capítulo III: Nueva reglamentación policial y sanitaria.
Capítulo IV: Cambio de imagen, unificación y policía civil. El Cuerpo Nacional de
Policía. Facultativos y Técnicos el CNP. Otros Cuerpos Policiales. Patrón
e Himno de las Fuerzas de Policía Armada. Decálogo del policía. Vademécum:
Legislación relacionada con la Enfermería
castrense durante los Siglos XVIII, XIX,
XX y XXI. Y Bibliografía.
En
el prólogo nos cuenta Emilio García
González, abogado y facultativo del CNP lo siguiente: De forma inesperada
recibí de mi buen amigo Jerónimo el encargo de prologar este excelente libro: “Historia de la Enfermería en la Policía Armada,
Nacional y del Cuerpo Nacional de Policía”, y lo primero que pensé fue en
por qué ha pensado en mí para esta labor, más propia de reconocidos eruditos
que de un simple funcionario policial.
Pues
bien, al margen de la amistad que le ha hecho depositar en mí una confianza que
no merezco, mis cábalas me llevan a dos posibles motivos: el primero el de mi
pertenencia a la
Policía Armada, cuerpo en el que ingresé en 1971, e
igualmente, por los avatares que en el libro se detallan del Cuerpo de Policía
Nacional y del Cuerpo Nacional de Policía.
Sobre
esta obra debo señalar que en ella se conjuga la experiencia profesional del
autor como Practicante-ATS, con otras tres facetas de su extensa formación
universitaria: la periodística, de la que encontramos repetidas muestras a modo
de crónica, fundida en la de historiador, –no en vano es doctor en esta
disciplina– con el refuerzo de su condición de abogado, destacando en todo
momento su afán investigador.
A mi
juicio, con el impulso inicial de su actividad en el ámbito sanitario, la causa
principal del nacimiento de este documentado libro es la misma que ya
fructificó en el anterior sobre la Enfermería Militar Española, que no puede ser otra que el deseo del autor de difundir
el mejor y más completo conocimiento de esa importante institución cuyas ramas,
por las razones que en la obra se detallan, llegaron hasta la Policía Armada y
siguen actualmente en el Cuerpo Nacional de Policía.
Sin
embargo, puede afirmarse que la obra no se queda en la Historia de la Enfermería en la Policía Armada,
Policía Nacional y Cuerpo Nacional de Policía, como su título señala, sino que
vas más allá y ofrece una visión histórica de aquel cuerpo policial uniformado,
arrancando de sus antecedentes en el Cuerpo
de Seguridad y Asalto, más conocido como Guardia de Asalto, y reflejando con
todo detalle su desarrollo hasta lo que hoy es el Cuerpo Nacional de Policía;
por tanto, ofrece también una completa perspectiva histórica de esta
institución policial, yendo más allá de ella al incluir referencias sobre los
profesionales sanitarios tanto en el Ejército de Tierra, en la Armada como en el Ejército
del Aire e incluso alguna pincelada sobre los practicantes que ejercían en los
botiquines de la
Marina Mercante; por tanto, un análisis exhaustivo de dicha
actividad profesional en estos ámbitos.
Pero además de este recorrido extenso incluye
el desarrollo de la formación universitaria de los profesionales de la Enfermería con sus
diversas denominaciones académicas y sus vicisitudes, con especial hincapié en
el momento de la creación en 1977 de las Escuelas Universitarias de
Enfermería que, en términos generales, supuso obviamente un importante
avance en el prestigio y consideración de la profesión, reflejándose igualmente
otro hito –desconocido con carácter general– cual es el del reconocimiento de
la “facultad de prescribir o indicar la dispensación de los medicamentos” que,
como bien señala el autor, de forma “alambicada” se atribuye a estos
profesionales en la Ley
28/2009, incluyéndolos bajo la ambigua expresión de “otras profesiones
sanitarias” que se añaden a las de “medicina, odontología y veterinaria”.
Volviendo a la Policía Armada,
cuerpo que como se señala en el libro no tenía carácter militar, conviene
destacar que a pesar de ello estuvo integrado en las Fuerzas Armadas hasta
1978, tenía estructura y organización militar y sus miembros estaban sometidos
al Código de Justicia Militar, salvo para el enjuiciamiento de los delitos
cometidos en el ejercicio de sus funciones que quedaban sujetos a la
Jurisdicción Ordinaria.
FOTO 003 Teniente, Brigada, Sargento y
Teniente ATS de Policía Armada
Dicho lo anterior, debo hacer dos
matizaciones: la primera que la razón por la que se suprimió la competencia en
materia de tráfico a la
Policía Armada, cuyas funciones había recibido del Cuerpo de
Vigilantes de Caminos, extinguido por la
Ley de 8 de marzo de 1941, fue la falta de recursos de todo
tipo con la que venían prestando dicho servicio.
Todo ello cambió cuando estas funciones se
asignaron a la Guardia
Civil por el teniente general Camilo Alonso Vega, siendo
ministro de la Gobernación
y habiendo sido anteriormente director general de dicho Cuerpo. Desde su
creación el 26 de agosto de 1959, por la Orden de la Dirección General de la Guardia Civil Nº 32,
la Agrupación
de Tráfico de la Guardia
Civil contó con los mejores medios e incluso sus miembros
disfrutaron de excelentes condiciones retributivas.
En resumen, este libro es una importante
aportación sobre el nacimiento y el desarrollo histórico de los servicios
sanitarios en la Policía,
y en particular de la
Enfermería, con inclusión de datos sobre dichos servicios en
el seno de las Fuerzas Armadas, todo ello visto desde un profesional del ramo
cuya formación universitaria multidisciplinar le ha permitido conjugar con
rigor la crónica con las referencias históricas y las constantes referencias de
orden jurídico; todo ello en el marco de la propia institución policial
enriquecida con valiosas aportaciones sobre el nacimiento, evolución y
desarrollo de la misma desde 1941 hasta el presente, por lo que tengo que
felicitar a mi buen amigo Jerónimo y agradecerle que su trabajo me haya
permitido conocer la evolución del escudo nacional español, anécdotas
interesantes como que la coronación de la reina Isabel se celebró el día de San
Juan Bautista e incluso datos sobre la composición y distribución de la Guardia de Asalto,
propiamente dicha, que me eran desconocidos.
Mención especial debo hacer a la inclusión
del “Himno de la Policía Armada”
compuesto en 1948 por el comandante Andrés Gonzales y el músico Mayor José
Martín, por lo que su lectura me ha resultado gratificante, amena y
enriquecedora.
En
la Introducción nos cuenta que en el año 2003 publicó el libro Historia de la Enfermería Militar
Española, donde citó al servicio sanitario de este Cuerpo policial, dentro
del apartado otros “Cuerpos específicos”, aunque de manera somera y a título
más bien referencial dado que se había transformado en un cuerpo civil –con la
propia integración y transformación de los cuerpos policiales en un único ente:
el Cuerpo Nacional de Policía–, y el texto de referencia era un estudio de la Enfermería Militar
stricto sensu.
Ahora,
algunos años después, y tras recabar material legislativo por otros motivos
profesionales, he considerado oportuno sacar a la luz un capítulo de la
historia de la Enfermería,
en este caso en el campo policial, centrándome fundamentalmente en su
nacimiento y posterior regulación normativa, competencias profesionales,
lugares de actuación, empleos, hasta su posterior evolución.
Destacar
a su vez, la tardía reglamentación de este Cuerpo si se compara con el resto de
las Fuerzas Armadas españolas, pero ello tiene su explicación, pues sus
botiquines, enfermerías u otras dependencias sanitarias estaban atendidas por
funcionarios enfermeros, es decir que estaban en posesión de los títulos de
Practicantes en Medicina o Ayudantes Técnicos Sanitarios, según denominación
académica de la época.
Quizás
por ello titule al presente trabajo como Historia en la Policía Armada, que fue donde
se germinó la idea de una escala específica para estos profesionales, que
finalmente se materializó en la
Especialidad de Ayudantes Técnicos Sanitarios de Policía
Armada.
Poco
tiempo duró la experiencia y denominación anterior, pues al Cuerpo policial,
con los cambios democráticos del momento, le modificaron la denominación por la
de Cuerpo de Policía Nacional. Pero también fue efímero este nombre, porque
años después se convirtió, al unificarse con el Cuerpo Superior de Policía, en
el Cuerpo Nacional de Policía, que parece más bien un juego de palabras, pero
que lejos de serlo es el resultado de una profunda transformación en la
política de seguridad estatal, además de convertir al Cuerpo objeto de estudio
en una policía totalmente civil.
Intento
describir el itinerario histórico y legislativo en un lenguaje lo más sencillo
posible, aunque para los profesionales del Derecho esa cuestión a veces se nos
convierte en un reto de difícil solución, pero como el texto va dirigido,
principalmente, al sector de la
Enfermería en general y a los profesionales relacionados con
la sanidad policial y castrense en particular, espero que su lectura les resulte
cuando menos útil y amena.
FOTO
004 El Águila de San Juan. Placa-emblema del Cuerpo Nacional de Policía
El Águila de San Juan
El
distintivo del Cuerpo de la Policía Armada fue el “águila
de San Juan” nimbada en oro, que portaba en sus garras el yugo y las
flechas, simbolizando el mandato de la protección de los valores e ideales, del
que hacía gala el régimen del general Francisco Franco y que procede del escudo
de los Reyes Católicos. En 1978, cuando se transforma en el Cuerpo de la Policía Nacional, continúa
dicho emblema, pero suprimiéndose el yugo y las flechas de las garras del
águila. Posteriormente, con la unificación y nacimiento del actual Cuerpo
Nacional de Policía, desaparecerá totalmente.
Pero
este escudo con el águila como hemos visto se pierde en el tiempo,
denominándose en alguna ocasión por parte de algún iluminado o manifiestamente
indocumentado, como escudo fascista, franquista o inconstitucional. Nada más
lejos de la realidad, pues tiene otras raíces más profundas en la Historia de España.
En
los tiempos de los Reyes Católicos se unen los escudos de Castilla y Aragón,
incorporando el águila que tenía el escudo heráldico de Isabel I de Castilla,
seguidora del evangelio de San Juan y que se hizo coronar Reina de Castilla el
día de San Juan. El águila, definida desde la heráldica, era un águila real pasmada,
de sable, nimbada en oro, con el pico y las garras de gules y un halo de oro.
Así
seguirá siendo durante los siglos posteriores, sin ninguna referencia a
Francisco Franco, que por esa época “ni estaba, ni se le esperaba”. Es verdad
que el águila de San Juan fue incorporada como soporte al escudo de España,
siendo un elemento destacado.
Además
del águila, en el escudo que hablamos, durante la dictadura y posterior
transición, se sustituyó el cuartel de Dos Sicilias por el de Navarra, se
incorporaron las columnas de Hércules y la cinta con el lema “Plus Ultra”, de
versiones anteriores del escudo nacional, y la divisa de los Reyes Católicos
“Tanto Monta” fue sustituida por: “Una, Grande y Libre”.
Hubo
tres momentos en el pasado reciente en los que se modificaron los modelos
oficiales, estos son: en 1938 (aprobado el 2 de febrero de de ese año, en la
zona nacional), el de 1945 (publicado el 11 de octubre), y el de 1977 (de 21 de
enero de ese año).
Por
tanto, resulta totalmente incorrecto referirse al uso del escudo de España con
el águila de San Juan con los términos “anticonstitucional
o, incluso, inconstitucional”, dato
significativo de la grave ignorancia histórica de muchas personas y, lo que es
peor, de bastantes medios de comunicación, pues este escudo con esa águila era
el diseño que figura en todos los lugares oficiales y documentos cuando se
presidían los debates, redacción y promulgación de la Constitución española
de 1978.
A
partir de ese momento, se continúa con el mismo hasta unos años después,
figurando –además– sobre el preámbulo del texto del ejemplar solemne que firmo
el Rey Juan Carlos I de la
Constitución, conservándose dicho ejemplar en el Congreso de
los Diputados.
Así
se mantuvo hasta 1981, que mediante la
Ley 33/1981, de 5 de octubre, del Escudo de España, se
sustituyó dicho escudo por el actual, donde desaparece el águila con el yugo y
las flechas en sus garras (que proceden de los Reyes Católicos, como se ha
dicho), el emblema de “Una, Grande y Libre”, y la corona imperial es sustituida
por la real, además de incorporar la flor de lis borbónica.
Es
muy probable que, estas modificaciones, se hayan hecho más por desconocimiento
histórico que por necesidad real.
Por
último…, reiterar que la propia Carta Magna de 1978 no hace mención, en ninguno
de sus artículos, al escudo de la
Nación, sólo en su artículo cuarto proclama lo siguiente
sobre su bandera: “La bandera de España está formada por tres
franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble
anchura que cada una de las rojas”.
Capítulo I
Contexto histórico y normativa jurídica inicial
Este
cuerpo policial nace con el nombre de Cuerpo
de Policía Armada y de Tráfico, creado por el Gobierno del general
Francisco Franco tras la Guerra
Civil española (y conocido popularmente como los grises), en virtud de las Leyes de 3
de agosto de 1939 y de 8 de marzo de 1941, siendo su misión fundamental “la vigilancia total y permanente, así como
la represión cuando fuera necesario”, pero tenían otras…
Este
Cuerpo de Policía Armada es el heredero natural del antiguo Cuerpo de Seguridad y Asalto (conocida
como Guardia de Asalto), que había sido fundado en 1932 por las autoridades
republicanas. Miguel Maura Gamazo, ministro de la Gobernación del
Gobierno provisional de la II República,
adaptó los recursos humanos provenientes del anterior Cuerpo de Seguridad a las
circunstancias del momento, pues no gozaban de la confianza de los nuevos
líderes políticos.
Su
misión, en síntesis: “…hacer frente a las
alteraciones del orden en las ciudades…”. En un primer momento, ni durante
su corta existencia, se ha encontrado en la normativa consultada ninguna cita
al Servicio de Sanidad en estos
Cuerpos policiales.
En
principio y dado el carácter militar de la Policía Armada la asistencia médica se la
prestaba el Cuerpo de Sanidad Militar del Ejército de Tierra, siendo a partir
de este momento cuando se incorporan los primeros oficiales médicos del
Ejército de Tierra a las Unidades y Guarniciones de la Policía Armada, pudiéndose
considerar el comienzo de un tímido Servicio Sanitario en el seno de esta
Institución.
Las
competencias profesionales en este ámbito policial desarrolladas, de forma
genérica, fueron:
“La vigilancia de las condiciones higiénico
sanitarias de las instalaciones, la emisión y control de las bajas y altas
médicas, así como las propuestas de reconocimiento por los Tribunales Médicos
Militares”.
Por
tanto, dicho Servicio de Sanidad se desarrollará paulatinamente ampliándose sus
competencias y siendo sus actividades más específicas, como las de:
“Calificar la aptitud física del personal
que ingrese en las Fuerzas de Policía Armada, vigilar su salud, cuidar su
asistencia facultativa y proponer para la declaración de inutilidad física a
quienes se hallen incluidos en alguna de las causas previstas en el cuadro de
exclusiones de aquellas”.
Las
cabeceras de las Circunscripciones y determinadas Unidades y Guarniciones
contaban también con algunos funcionarios del Cuerpo General de Policía que
tuviesen el título de Licenciado en Medicina y Cirugía y estuvieran ejerciendo
la profesión.
En
dicho Servicio Sanitario estaba integrado el personal de Enfermería del
momento, que eran elegidos entre los miembros del Cuerpo de Policía Armada que
estuvieran en posesión del título de Practicante o Ayudante Técnico Sanitario,
no existiendo una sección o escala específica de procedencia, como la citada de
los médicos y enfermeros en el Cuerpo de Sanidad Militar, hasta el año 1973 que
se procedió a su regulación formal, si bien su desarrollo fue unos años
después.
Por
tanto, el antecedente normativo que regula formalmente a estos profesionales
proviene de una norma dictada en 1973, (Ley 33/1973, de 22 de diciembre, por la
que se reajustan las plantillas de las Fuerzas de la Policía Armada). Hasta
aquí y antes de entrar en las funciones profesionales de este cuerpo sanitario
que vamos a estudiar: los ATS de Policía Armada.
Capítulo II
El marco jurídico de funciones: contexto civil y militar
El
marco jurídico de funciones de los Ayudantes Técnicos Sanitarios españoles, que
sustituía al anterior de los Practicantes, estaba regulado por el Decreto
2319/1960, que establecía las siguientes competencias profesionales:
FOTO 005 Emblema de brazo de policía armada. Emblema
distintivo de Sanidad de la Policía Nacional. Emblema distintivo de Sanitario
(Practicante o ATS) de la Policía Nacional
Sobre
el ejercicio profesional de Ayudantes Técnicos Sanitarios, Practicantes,
Matronas y Enfermeras
Artículo 1º: Los
Ayudantes Técnicos Sanitarios, así como los Auxiliares Sanitarios con títulos
de Practicantes, Matrona o Enfermera obtenidos con arreglo a la legislación al
Decreto de 4 de diciembre de 1953, podrán ejercer sus funciones tanto en
centros oficiales, instituciones sanitarias, sanatorios y clínicas públicas o
privadas como en trabajo profesional libre, siempre que su actuación se realice
bajo la dirección o indicación de un
médico y que se hayan inscrito en los respectivos colegios oficiales.
Artículo 2º: Los
Ayudantes Técnicos Sanitarios serán habilitados para realizar las siguientes
funciones:
1.- Aplicar medicamentos, inyecciones o vacunas y tratamientos
curativos.
2.- Auxiliar al personal médico en las intervenciones de
cirugía general y las distintas especialidades.
3.- Practicar las curas de los operados.
4.- Prestar asistencia inmediata, en casos urgentes, hasta la
llegada del médico o titular de superior categoría, a quien habrá de llamar
perentoriamente.
5.- Asistir a los partos normales cuando en la localidad no
existan titulares especialmente capacitados para ello.
6.- Desempeñar todos los cargos y puestos para los que en la
actualidad se exigen los títulos Practicante o Enfermera con la sola distinción
que en cada caso corresponda a los Ayudantes Técnicos Sanitarios masculinos o
femeninos.
Artículo 3º: Los
Practicantes tendrán las mismas funciones que los Ayudantes Técnicos Sanitarios
a todos los efectos profesionales, sin pérdida de ninguna de las que
especialmente se fijaron en el artículo séptimo de los Estatutos de las
Profesiones Auxiliares Sanitarias, aprobadas por Orden Ministerial el 26 de
noviembre de 1945.
FOTO 006 Damas Enfermeras de la Cruz Roja 1921. Archivo
familia Campuzano de la Paz
Con
esta nueva regulación de las funciones profesionales, los ATS verán recortadas
sensiblemente sus atribuciones, pues basta comparar el presente Decreto con la
anterior Orden Ministerial –la que organizaba a los Practicantes– para observar
la cuantiosa disminución en sus actuaciones. Este asunto será objeto de debate
en la profesión durante muchos años, aún no zanjado del todo.
“El personal de dicha
Escala tendrá como misión la que corresponde al Ayudante Técnico Sanitario,
siendo Auxiliar en las funciones peculiares de los Jefes y Oficiales Médicos”.
Como
se puede apreciar, el término “auxiliar” es una constante en las competencias
profesionales de este colectivo, en todos los Ejércitos y en la vida civil. Es
más, a los Practicantes que prestaban servicios en los botiquines de la Marina Mercante aparecen
catalogados y, por tanto, se les equiparaba con los cocineros y barberos.
Conclusión
Así
podríamos seguir enumerando, resumiendo y apuntando los demás capítulos que
componen este primer libro sobre la Historia de la Enfermería en la Policía
Armada, Nacional y del Cuerpo Nacional de Policía.
Excelente
y único libro que hoy en día existe relacionado con este recóndito tema tan
apasionante para los estudiosos de la Historia de nuestra profesión. Libro que
merece su lectura íntegra, para comprender y aprender otra parte de nuestra
historia, la de los Cuidados de Enfermería, de la que hasta nuestros días no
había ningún erudito que se hubiese ocupado. Gracias Jerónimo, por tu libro y por abrir otros campos de estudio, como
son la enfermería en el Cuerpo Nacional de Policía.
Para la petición del libro os podéis dirigir a:
e-mail: las.milicias.canarias@gmail.com
Agradecimientos
Jerónimo González Yanes, por su amistad
Emilio García González
Fotos
Escaneadas y mandadas los originales del mismo libro y autor.
Y Archivo familia Campuzano de la Paz.
Bibliografía
Historia
de la Enfermería en la Policía Armada, Nacional y del Cuerpo Nacional de
Policía. Autor: Jerónimo González Yanes. Depósito Legal: TF 729-2014. ISBN:
978-84-617-1488-9
Manuel Solórzano Sánchez
Diplomado
en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de
San Sebastián. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Colegiado
1.372. Ilustre Colegio de Enfermería de Gipuzkoa
Miembro
de Enfermería Avanza
Miembro
de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro
de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro
de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro
no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
1 comentario:
La participación de enfermería en las guerras ha sido la fuente para la utilización de nuevas tecnologías, y es un espacio en donde la acción profesional es muy bien valorada por la población.
Publicar un comentario