domingo, 13 de noviembre de 2011

BARBEROS Y CIRUJANOS







Barberos y cirujanos en las provincias de Gipuzkoa, Navarra y Almería

Barberos y cirujanos en la provincia de Gipuzkoa
Encontrado en el archivo parroquial de Oyarzun (Gipuzkoa) las “Ordenanzas del Noble y Leal valle de Oyarzun” del año 1755. “Copia de las confirmadas el año 1536”. Incluido en la “Ordenanza para la presentación de la vicaría y beneficios de la parroquial de este Noble y Leal Valle de Oyarzun, hecha el año pasado de 1574 y confirmada el año pasado de 1688, como consta del Registro del Valle”. Folios 126 y 127.
FOTO 001 Barbero, Cirujano, Sangrador

Contrato con el barbero y cirujano
Como cosa lógica y natural han sido muy cuidados los contratos suscritos entre los vecinos de un pueblo y el “barbero cirujano” obligado a atenderles. Este documento corresponde al año 1584, firmado por los representantes de los Concejos de Berastegui y Elduayen con un “maese barbero cirujano”.

“En la plaza de Sarria que es en la tierra de Berástegui entre las dos casas que fueron de Obineta y a nueve días del mes de Septiembre de mil quinientos y ochenta y cuatro años, en presencia de mí Domingo de Aburruza, escribano de S. M. y de número de la Villa de Tolosa, se juntaron en nombre de los concejos de Berástegui y Elduayen según han de uso y costumbre de se juntar especial y nombradamente, de la dicha tierra de Berástegui (…), alcalde (…), regidores (…), vecinos de Berástegui y de la tierra de Elduayen (…), alcalde (…), y (…), jurado (…), regidores y vecinos de Elduayen y en la otra maese Juan de Ichaso, vecino de la tierra de Lazcano, cirujano, y dijeron que habían concertado, convenido e igualado que el dicho maese Juan de Ichaso usando el oficio de barbero y cirujano ha de servir y asistir, sirva y asista a la dicha tierra de Berástegui de día y de noche de ordinario, teniendo en ella su mujer y familia en los cuatro años que corran desde hoy día, sirviendo a los vecinos y moradores de las dichas tierras de Berástegui y Elduayen y Eldua y valle de Leizarán yendo como propia persona a cualquiera de las casas de las dichas tierras de Berástegui y Elduayen y al barrio de Eldua y valle de Leizarán en todos los tiempos en que fuere llamado con necesidad a hacer sangría y cura de herida o descalabro que se ofreciere, y yendo a la dicha tierra de Elduayen a afeitar de mes en mes y a lo que más se ofreciere, y en los dichos cuatro años no hará ausencia ninguna el dicho maese Juan sin voluntad del dicho concejo de Berástegui y los dichos concejos le hayan de dar y pagar salario a dicho Juan de tres escudos cada uno de los dichos cuatro años”, pagados luego de contado y el dicho maese recibió y se dio por contento realmente, y con ese efecto yo el escribano otorgo carta de pago.

El dicho maese Juan, los dichos concejos en adelante a los tres años siguientes le pagarán de medio en medio año a seis ducados hasta cumplir lo susodicho, y más por cada “sangría” que hiciere. El vecino y morador de las tierras de Berástegui y Elduayen y barrio de Eldua le dará cualquiera que fuere “sangrado” dos reales por cada sangría, el dicho valle de Leizarán le pagará cuatro reales. Y por “afeitar, cortar el cabello y barba” de cada uno un cuartillo, y por “sacar cada muela” un cuartillo, y por cada “cura que hiciere de cuchillada, herida o descalabro” pagará cada cual conforme con la cura que hiciere y se concertare con las partes. El dicho maese Juan prometiólo así, obligándose con su persona y bienes, y para en caso muriere este presente año antes de cumplir el año para volver los dichos doce ducados o parte del tiempo. Nombraron fiadores (…). Y se firmó el correspondiente contrato. (Archivo de Protocolos de Guipúzcoa, Tolosa. Leg. 65 del año 1584 en el folio 473. Documento facilitado por Pedro Elosegui Irazusta).

Otro compromiso de idéntica naturaleza es el “Convenio entre los vecinos del barrio de Araoz y el cirujano”.

“En la Anteiglesia de Araoz a diez y ocho de febrero, año de mil setecientos setenta y tres, ante mí el Escribano y testigos aparecieron de la una parte Francisco de Uriarte (…), vecinos de dicha anteiglesia, y por sí mismos y en nombre de los demás vecinos ausentes y por venir por quienes prestan caución de rato de que tendrán por bueno y firme este instrumento: Y de la otra Pablo Joaquín de Barrena maestro cirujano, vecino de dicha anteiglesia y dijeron que de común acuerdo de todos los vecinos de dicho barrio se había hecho elección de cirujano en el citado Pablo Joaquín y en su virtud está sirviendo desde el día de San Miguel, de Septiembre, del año próximo pasado. Y ahora quieren otorgar escritura de común acuerdo y en su consecuencia el referido Pablo Joaquín se obliga a servir de cirujano sangrador y barbero por espacio de nueve años que empezaron a correr el expresado día de San Miguel de Septiembre próximo pasado, asistiendo a todos los vecinos de esta dicha anteiglesia y sus familias en todo lo que se ofrezca de dichos oficios: Y que por razón de salario le hayan de contribuir, es a saber, cada casa y familia media fanega de trigo, un celemín de maíz, un manojo de lino y carro de leña. Que en el caso de haber en una casa dos matrimonios se ha de atender no deber contribuir cada matrimonio con el manojo de lino y carro de leña. Que habiendo en una casa dos familias que se componen de un matrimonio, y un hombre viudo, en tal caso éste sólo deberá contribuir con una cuarta de trigo, y un celemín de maíz. Que habiendo familia de mujer viuda con hijo adulto deberá pagar media fanega de trigo y un celemín de maíz, manojo de lino y carro de leña, y no teniendo hijo adulto sólo una cuarta de trigo. Que en los casos de curación de heridos o golpes de mano airada se le haya de pagar su asistencia y curación, por el agresor o delincuente al respecto regular que se tasase. Con estas condiciones otorgan esta Escritura, obligándose cada parte a cumplir con lo que le toca, y para que así se le compela y apremie por todo rigor de derecho y vía ejecutiva como por sentencia definitiva (…). En cuyo testimonio lo otorgaron así, siendo testigos (…), cura de dicha anteiglesia (…), residentes en ella; yo el dicho Pablo Joaquín de Barrena y por los demás que dijeron no saber escribir, a su ruego firmó un testigo (…)”. (Archivo de Protocolos de Oñate. Leg. 3.380 del año 1773 en el folio 94).
FOTO 002 Tratado de la utilidad de la sangría 1583. Premática por la que se da la orden en el examen de los Cirujanos Romancistas 1604

Sus Inicios
Los primeros estatutos que se conocen de los Barberos datan de 1242 en Montpellier en los que se regulaba el ejercicio del oficio. Montpellier en aquella época pertenecía al Reino de Aragón hasta 1348. Posteriormente y en la Ciudad de Valencia se estableció “La Cofradía de Barberos y Cirujanos” en la que el examen de los candidatos consistía en una prueba teórica y otra práctica. Y más adelante en 1455 se crea “La Cofradía de Barberos y Cirujanos” de Zaragoza, Cofradía que estuvo bajo la protección y tutela de los Santos Cosme, Damián y Valentín; y en 1489 aparece una nueva “Cofradía de Barberos y Cirujanos” en Mallorca, estableciendo funciones profesionales por categorías: mestres, fadrins y mossos.

Es en 1500 cuando se crea el Protobarberato como órgano examinador con independencia absoluta del Protomedicato, Protocirujanato y Protofarmacéutico. Por la Pragmática Sanción de los Reyes Católicos dictada en Segovia el 9 de abril, se establece en su preámbulo: “los exámenes de los barberos; y pena de los que sin requisito pusieran tienda para sangrar, y hacer las demás operaciones que se expresan”. Es ilustrativo que en el primer párrafo cuando se refiere a los criterios establecidos con respecto al intrusismo dice: “Mandamos, que los Barberos y exâminadores mayores de aquí en adelante no consientan ni den lugar, que ningún barbero no otra persona alguna pueda poner tienda para sajar ni sangrar, ni echar sanguijuelas ni ventosas, ni sacar dientes ni muelas, sin ser exâminado primeramente por los dichos nuestros barberos mayores personalmente…”.

Con la aparición de la Congregación de Cirujanos y Sangradores y su incorporación a la Hermandad de San Cosme y San Damián, estos se fueron haciendo fuertes frente a los Barberos, interponiendo continuas demandas por intrusismo ante el Consejo de Estado que les fueron quitando competencias a los Barberos y dándoselas a los Sangradores.
FOTO 003 Barbero cirujano. Utensilios del barbero

Barberos y cirujanos en la provincia de Navarra
Los oficios de barbero y de cirujano fueron siempre muy diferentes. En la época medieval, coincidieron en algunos intereses y se asociaron. El cirujano de entonces, era un hombre de estudios universitarios, de menor categoría que los médicos; eran sujetos que aprendían más técnica que ciencia: hacían sangrías, curaban heridas, evacuaban abscesos de pus, arreglaban fracturas, amputaban piernas. Había tres escalas en la carrera de cirujano: mancebo, romancista y maestro.

El oficio de cortar el pelo y cuidar la barba, era un servicio poco demandado. Los Barberos fueron también ayudas de cámara de señores importantes, a los que a parte de cortar pelo y arreglar barba, cuidaban la ropa y enseres; los reyes solían tener barberos en su corte, que también les ayudaban a lavarse y bañarse. Más tarde derivaron hacia la cirugía menor y recibieron una titulación que les autorizaba a hacer: sangrías (sangradores), colocar sanguijuelas (sanguijuelistas), poner emplastos (medicamentos sobre tela aplicados al cuerpo).

Esta deriva de los barberos hacia la cirugía estuvo facilitada o promovida por culpa de las luchas profesionales entre médicos y cirujanos. Los médicos del Renacimiento, especialmente en Inglaterra, no admitían asociarse con cirujanos, por considerarlos de menor categoría y fundaron el Real Colegio de Médicos en donde solo podían entrar internistas.

Los cirujanos se vieron en la necesidad de buscar otras asociaciones para defender sus intereses y se juntaron a los barberos; se fundaron compañías mixtas de Barberos y Cirujanos, a las que se unieron pasteleros y cerveceros y tuvieron una serie de estatutos en común. De esta unión coyuntural y antinatural nació la aproximación y el interés de los barberos a las técnicas llamadas de “cirugía menor. A los barberos con dedicación quirúrgica les van a llamar “cirujanos de bata o traje corto” o de “cuota”, para diferenciarlos de los cirujanos de formación universitaria que serán los de traje largo o de academia.
FOTO 004 Don Quijote de la Mancha. Visita del cura y el barbero

En la literatura universal hay referencias a estos personajes. Cervantes en El Quijote menciona la figura de Maese Nicolás, “barbero, cirujano, y sacamuelas”, que preparaba también brebajes para jaquecas; que atendería al famoso hidalgo, después de ser molido a palos, tras una de sus hazañas. Un caso extraordinario fue el de Ambrosio Paré (1510 - 1590), hijo de una prostituta francesa, que pasó de aprendiz de barbero cirujano a cirujano real y a ser considerado uno de los padres de la cirugía universal, al descubrir la hemostasia por ligadura, (tomar entre pinzas los grandes vasos sangrantes y aplicar ligadura de los mismos con un hilo).

Los sanadores de bata corta, tuvieron un período largo de esplendor, y en innumerables ocasiones se excedieron en sus atribuciones; algunos hasta se atrevieron a hacer operaciones mayores: hernias y almorranas; un ejemplo del abuso de atribuciones, en Francia, en un período de un año, se pusieron 30 millones de sanguijuelas.

En Navarra como es natural también existieron y anduvieron a su antojo; muchos iban de un lado para otro con un criado que se ocupaba de acompañarles y llevarles la bolsa de cuero con el instrumental. En los siglos XVI y XVII, toparon con la Cofradía de San Cosme y San Damián de Pamplona, que intentó separar claramente la función de barbero de la de cirujano. El enfrentamiento duró mucho tiempo, entre otras razones porque el pueblo los defendía, al considerarlos más asequibles, en un período de escasez de cirujanos universitarios. En definitiva, los barberos serán perseguidos por intrusismo y muchas veces retirados sus instrumentales del consultorio, como sucediera con Juan Gómez, Juan de Aldaz, Pedro Aguinaga, el alquimista italiano Antonio Tavera y con los barberos de Ecároz y Monreal.

Los conflictos con los barberos, llevaron a la Cofradía de San Cosme y San Damián, a solicitar a Las Cortes de Navarra en 1677, que suspendiera definitivamente los permisos a todos los barberos, para cualquier tema de cirugía, tanto mayor como menor, y que solo los cirujanos tuvieran permiso para usar el escalpelo. Las Cortes apoyaron parcialmente las peticiones de la Cofradía, seguramente por la escasez de cirujanos de academia, y solo obligaron a los barberos a solicitar permiso a los médicos, caso por caso, para poder actuar. Sin embargo años después y ante denuncias reiteradas por la falta de calidad de los cirujanos, Las Cortes participarían decididamente en la creación de La Cátedra de Cirugía del Hospital General de Pamplona de la Misericordia.

Idoate, en “Rincones de Navarra” hace referencia a un sucedido maravilloso del año 1611. Narra la historia de un barbero cirujano y sangrador del pueblo navarro de Ujué, que un día decidió hacerse operador. Por aquel entonces un cirujano francés estuvo operando hernias a monjes del Monasterio de La Oliva; el francés debía ser un cirujano hábil y castrador, es decir que extirpaba el testículo para curar la hernia, pero que obtenía buenos resultados. El barbero cirujano de Ujué se mostró solicitó para ayudar al cirujano francés y un día se consideró capacitado para realizar idéntico cometido. Cuentan que en una de las primeras operaciones de quebradura, no consiguió meter los intestinos dentro de la tripa del enfermo, al parecer, según propia expresión, porque estaban “llenos de viento”. Alguien que presenció la operación opinaría que “si el sufrido enfermo aguantaba la operación del cirujano de Ujué, ya no podría morirse de nada”.

El discurrir de los tiempos irá poniendo las cosas en orden. Los cirujanos encontrarán un buen camino para su mejor preparación con la creación de las escuelas de cirugía de la Armada Naval de Cádiz (1748), la Cátedras de Cirugía y Anatomía del Hospital General de Pamplona de la Misericordia (1757) del Ejército de Tierra de Barcelona (1760) y del Colegio San Carlos de Madrid (1780).

Con la ley Moyano de 1857 los escasos barberos cirujanos de traje corto que quedaban, pudieron asimilar y equiparar sus oficios a los de practicante. En 1886 un Real decreto del Ministerio de Fomento equipararía de manera definitiva los títulos de Médico y Cirujano. (Médico Javier Álvarez Caperochipi).
FOTO 005 Sacamuelas y cirujano sangrador siglo XVI

Barberos y cirujanos en la provincia de Almería
El médico almeriense José Antonio García Ramos, tiene recogidos los nombres de varios barberos y sangradores del siglo XVIII.

Joseph de Agüero. Cirujano vecino de la villa de Albox quien tenía también igualados en Partaloa, razón por la que se le calculaba por las igualas una utilidad anual de seis fanegas de trigo.

Andrés Martínez de los Monteros. Maestro de barbero y sangrador en Vélez Rubio en 1752. Se le calcula una renta de trescientos reales de vellón.

Vicente Ximenez. Maestro de barbero y sangrador en Vélez Rubio a mediados del siglo XVIII (1752). “El que por sus higualas (sic) tendría de utilidad al año quinientos reales de vellón”.

Manuel Maurandi. Oficial de barbero en Vélez Rubio en 1752. Se le calcula una renta anual de cien reales.

Melchor Lentisco. Sangrador y maestro de barbero en Vélez Rubio. Año de 1752. Se le calcula una renta anual de mil reales de vellón. (Son quinientos reales menos que la renta del médico y ¡800 más que el cirujano!)

Diego Lentisco Puente. Maestro de barbero y sangrador en Vélez Rubio en 1752, al que se le calcula una utilidad anual de ciento cincuenta reales. De este gremio ejercían en Vélez Rubio además dos maestros de boticario llamados uno Ygnacio Martínez y otro Pedro Redondo con utilidad anual de 1.200 reales, según el censo de Ensenada.

Melchor Lentisco Puente. Oficial de sangrador y barbero en Vélez Rubio. En 1752 se le calcula de renta anual cien reales.

Domingo Lentisco. Oficial de barbero y sangrador en Vélez Rubio en 1752.

Pedro Gómez. Sangrador. "memorial de Pedro Gómez de esta ciudad que estando para examinarse de sangrador pide informe por esta real Junta la práctica que ha tenido este hospital en el tiempo de que Antonio Gómez era sangrador de él” (Archivo de la Diputación de Almería, legajo 5 B. Actas, 29 de Junio de 1796)

Nicolás Alcaraz. Aspirante a la plaza de practicante del Hospital de Almería el 1 de Febrero de 1826. No es elegido.
FOTO 006 Utensilios siglo XVII. Koldo Santisteban Cimarro

José Gutiérrez Casas (1774 - 1837). Cirujano Romancista que ocupaba la plaza titular del Hospital Mayor de Almería en 1826. Ejercía en Almería. Ocupó la plaza titular del Hospital desde 1824 a 1837. En 1804 en el mes de noviembre sustituye a Francisco Cisneros como cirujano de Almería, tras el fallecimiento de aquel a causa de la fiebre amarilla. (Sanz Salvador 1998). Fue encargado de estudiar en Junio de 1823, la causa del fallecimiento de todos los expósitos alimentados con la leche de ocho cabras compradas en Mayo anterior, concluyendo junto al Doctor Navarro que la causa y remedio para éstos perniciosos efectos sería mezclar desde el principio de la lactancia, la leche de cabra con leche de nodrizas contratadas a tal fin ese mismo mes.

En Abril de 1824, sienta plaza de cirujano de la casa cuna. En torno a éste cirujano hubo una polémica importante y poco conocida en la Historia de la Medicina española. Pretendiendo mediante reclamación un “Cirujano latino” Jaime Borux en abril de 1826, ocupar la plaza de cirujano del Hospital de Almería por su condición de “Doctor en Cirugía” y así creer tener más derecho o prioridad que Gutiérrez Casas (que solo era “cirujano romancista”) a dicha plaza, la plaza de Gutiérrez Casas es reclamada por Jaime Borux. Tal reclamación quedó sin efecto tras el decreto de 30 de Abril de 1836, dado por el ministro F. Tadeo Calomarde por el que la preferencia de los cirujanos latinos sobre los romancistas solo se produciría en caso de vacante. Borux, no obtuvo la plaza referida hasta 1837, tal vez el año en que falleció Gutiérrez Casas.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Juan Garmendia Larrañaga. Gremios, oficios y cofradías del País Vasco.
Rafael Sanz Ferreiro. Tesis Doctoral: Los Practicantes y el Ejercicio de la Odontología Española. Madrid 2004
Sergio Quintairos Domínguez. Tesis Doctoral: Del Practicante a la Enfermera. 150 años de desarrollo profesional: El papel de los Colegios Profesionales. Ferrol 2008
Carlos Álvarez Nebreda: Código enfermero español del siglo XX: compendio legislativo. Madrid 2002
Cecilio Eseverri Chaverri. Historia de la enfermería española e hispanoamericana. Madrid 1995
José Siles González. Pasado, presente y futuro de la Enfermería en España. Alicante 1996 e Historia de la Enfermería. Alicante 1999
Francisco Ventosa Esquinaldo. Cuidados psiquiátricos de enfermería en España. Madrid 2000
Manuel Ferreiro Ardións y Juan Lezaun Valdubieco. Historia de la Enfermería en Álava. Vitoria 2008
Antonio C. García Martínez; Manuel J. García Martínez y Juan Ignacio Valle Racero. Hiades, Revista de Historia de la Enfermería números 1 al 10
Diego José Feria Lorenzo. Los Ministrantes ante la Ley de Sanidad de 1855. Análisis de la petición enviada a la comisión encargada del dictamen. Huelva 2008
José Antonio Ávila Olivares. Los precursores oficiales de los practicantes de mitad del siglo XIX: Los Sangradores. Barcelona 2010 y ¿Existió realmente una titulación Oficial con el nombre de Ministrante?
Juan Ignacio Valle Racero. Múltiples trabajos, conferencias y congresos.
Isidoro Jiménez Rodríguez: Las titulaciones quirúrgico-médicas a mediados del siglo XIX: Los Ministrantes. Toledo 2006
Javier Saavedra Balseiro. De la Historia a la Intrahistoria Lucense. Precursores de la Enfermería (I, II y III). Lugo 2009 - 2011
Koldo Santisteban Cimarro: Libros antiguos

Raúl Expósito González:
La prensa profesional de los ministrantes y practicantes de España en el siglo XIX. 2009
Don Manuel Rodríguez: Practicante mayor de la Beneficencia provincial. 2009
La Junta Directiva del Colegio Provincial de Practicantes de Ciudad Real en 1914. 2009
El Origen del Colegio Provincial de Practicantes de Ciudad Real. Nº 34 Cuadernos de Estudios Manchegos. 2009
El arte del dentista según el Manual de Flebotomianos de Ambrosio González del Valle (1887). 2010
El congreso español de cirujanos, ministrantes, practicantes y dentistas de 1885. 2010
Ena, la reina enfermea. 2010
Ministrantes y practicantes en los albores del corporativismo odontológico español. Octubre 2011
La Unión de cirujanos, ministrantes y practicantes de Barcelona. 2011
La Matritense Sociedad de Ministrantes. Noviembre 2011
FOTO 007 Séptimo libro de Manuel Solórzano: Hospital Civil de San Antonio Abad

Manuel Solórzano Sánchez
Historia y antecedentes del Hospital de Amara. Donostia 1999
Dispensario Médico de Santa Isabel. Gratuito para los pobres de San Sebastián. Donostia 2002
Francisco Zaragüeta y Linzuain (Practicante de Hernani Gipuzkoa). 1796 – 1880. Donostia 2005
“Apuntes históricos de Gipuzkoa. Practicantes, Matronas y Enfermeras. 1904 – 2004”. Donostia 2007
“50 años del Hospital Donostia”. Donostia 2010
Hospital Civil de San Antonio Abad. Donostia 15 de Diciembre de 2011 a las 19 horas. Se presentará a los medios de comunicación en la Casa de Cultura de Oquendo. Avenida de Navarra. San Sebastián

Javier Álvarez Caperochipi. Médico: Cuitas médicas.
http://cuitasmedicas.blogspot.com/2010/06/barberos-cirujanos.html

José Antonio García Ramos. Médico. Médicos Almerienses
http://garciaramosmedicosalmerienses.blogspot.com/2010_11_01_archive.html

Museo Histórico de Enfermería Fundación José Llopis (MHE)
http://www.museohistoricodeenfermeria.org/

AUTORES
Jesús Rubio Pilarte

Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
Miembro no numerario de La RSBAP
jrubiop20@enfermundi.com

Raúl Expósito González
Enfermero. Servicio de Anestesia y Reanimación. Hospital “Santa Bárbara” de Puertollano. Ciudad Real. Experto en Barberos, Ministrantes y Sangradores
raexgon@hotmail.com

Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero Servicio de Oftalmología
Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Vocal del País Vasco de la SEEOF. Insignia de Oro de la SEEOF
Miembro de Eusko Ikaskuntza
Miembro de la Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos
Miembro Comité de Redacción de la Revista Ética de los Cuidados
M. Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro no numerario de La RSBAP
masolorzano@telefonica.net

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