lunes, 30 de mayo de 2011

MI AMIGO SAM

Explicación de las características de un niño con autismo en la escuela

GAUTENA
Es la Asociación Guipuzcoana de Autismo, es una entidad, sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es informar y sensibilizar a la sociedad sobre la problemática que supone el autismo y ofrecer los servicios adecuados a las personas que presentan este tipo de trastorno.
http://www.gautena.org/intro/intro.html
info@gautena.org
FOTO 001 Portada y contraportada del Libro Mi Amigo Sam

El nombre de GAUTENA proviene del acrónimo en vasco de Asociación Guipuzcoana de Autismo. Es una entidad sin ánimo de lucro, compuesta por familias de personas que presentan trastornos del espectro autista (TEA). Se caracteriza por su íntima vinculación con las instituciones clave de la sociedad en la que se enmarca y por su gestión profesionalizada en la atención del colectivo al que sirve. Así, GAUTENA, mantiene conciertos con departamentos del Gobierno Vasco, como los de Sanidad y Educación, y con departamentos de la Diputación Foral de Gipuzkoa, como los de Política Social, y Juventud y Deporte. Su labor ha sido reconocida por el Ayuntamiento de San Sebastián, que, en el año 2003, le concedió la Medalla al Mérito Ciudadano.

Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) cuyo prototipo es el autismo son unos trastornos infantiles en los que se altera el normal desarrollo de la socialización, la comunicación y el comportamiento. Se asocian a anomalías cerebrales, aún por detallar de manera exhaustiva, y se entienden fundamentalmente debidos a motivos genéticos. Descubiertos en 1943, se identifican hoy en día con una mayor frecuencia que antes y, aunque son incurables, los tratamientos actuales permiten mejorar radicalmente la calidad de vida de quienes los presentan y conseguir que, con apoyos, vivan en un entorno normalizado

Introducción
Mientras estamos a la espera del descubrimiento de indicadores biológicos específicos, el autismo se define meramente en términos de los modelos conductuales que muestra. Estas características se recogen en los sistemas internacionales de diagnóstico y clasificación que aceptamos, tales como el DSM IV, de la Asociación Psiquiátrica Americana, y el ICD 10, creado por la Organización Mundial de la Salud. Estas clasificaciones, aunque imperfectas, son revisadas periódicamente a fin de incorporar nuevos datos procedentes de la investigación, y son esenciales para el perfeccionamiento de los diagnósticos clínicos individuales en nuestro campo.

El objetivo de esta descripción del autismo no es ser un sustituto de las clasificaciones mencionadas, sino más bien, complementarlas, yendo más allá del diagnóstico y tomando en consideración aspectos que cualquier persona interesada encontrará útiles al abordar el reto que plantea esta patología. Este documento se ha escrito dentro de los límites de nuestros conocimientos actuales, y los futuros hallazgos de la investigación harán necesaria su revisión.

Aunque necesitamos nuevos progresos para entender mejor la causa exacta del autismo, no hay duda que en el autismo existe un elemento genético o hereditario multifactorial, y que su origen tiene que ver con diversas causas orgánicas. Estas causas ciertamente son diversas, reflejan la diversidad de las personas con autismo, y afectan mecanismos neuropsicológicos y fisiopatológicos comunes que son prerrequisitos esenciales para el autismo.

Estos mecanismos, a su vez, sufrirán la influencia de factores ambientales y personales muy diversos que darán como resultado una serie de variaciones de las características clínicas esenciales. Dado que el autismo es esencialmente una alteración del desarrollo, su manifestación concreta variará considerablemente según la edad y la experiencia.

El diagnóstico clínico, como esta descripción sostiene, debe ser un indicador hacia un progreso en lugar de una etiqueta negativa, debe conducir hacia el reconocimiento de las cualidades y necesidades peculiares de cada individuo. Aunque haya ciertos elementos clave que aparecen en los programas más eficaces, existe un amplio rango de terapias posibles, muchas de las cuales pueden ser útiles en problemas particulares, o para ciertos individuos. Estas posibilidades deben tomarse en consideración al desarrollar planes de apoyo personalizados.

Estos planes deben someterse a revisión y supervisión constantes a efectos de su eficacia, y también de su adecuación al desarrollo y a las circunstancias de la persona. Cada persona es miembro de una familia, y extensivamente de la sociedad. Todas las partes implicadas necesitan recibir ánimos y apoyo en su esfuerzo para lograr un entorno que favorezca la realización de las personas afectadas de autismo, su felicidad, y la calidad de sus vidas.

Definición
Autismo Europa acordó, con ocasión del Congreso de Oslo de 2007, actualizar el contenido del documento “Descripción del Autismo” del año 2000, realizado por encargo de esta organización europea, por parte de un grupo de expertos, entre los que se encontraba el Dr. Joaquín Fuentes, Asesor Científico de GAUTENA. Fruto de ese encargo, un nuevo grupo de expertos, entre los que de nuevo se encuentra el Dr. Fuentes, han llevado a cabo un nuevo texto que, bajo el título “Persons with Autism Spectrum Disorders: Identification, Understanding, Intervention” en su original en inglés, próximamente se dispondrá de traducción al castellano, ofrece una visión actualizada y práctica acerca del trastorno del espectro del autismo, según el más actual conocimiento científico.
FOTO 002 Edificio Gautena

Este libro lo ha realizado su autora Liz Hannah, que ha trabajado durante muchos años con niños con trastornos del espectro autista. Actualmente trabaja en un recurso integrado en el centro de Londres. Es autora de Teaching young children with autistic spectrum disorders to learn y co-autora de It can get better, ambos también publicados por The National Autistic Society.

El ilustrador, Steve Lockett, formado como profesor de arte, trabaja con niños con dificultades visuales en el centro de Londres. Ha ilustrado muchos libros para The National Autistic Society, incluyendo Teaching young children with autistic spectrum disorders to learn y It can get better.

Traducción: Inge Lazkoz y Cristina Martínez

Traducción al Euskera: Inge Lazkoz eta Aritz Lazkoz

AGRADECIMIENTOS
Inge Lazkoz
Aritz Lazkoz
Cristina Martínez
The National Autistic Society
Gautena
Erein


AUTOR
Manuel Solórzano Sánchez

Enfermero Servicio de Oftalmología
Hospital Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Vocal del País Vasco de la SEEOF
Miembro de Eusko Ikaskuntza
Miembro de la Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos
Miembro Comité de Redacción de la Revista Ética de los Cuidados
M. Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro no numerario de La RSBAP
masolorzano@telefonica.net

domingo, 22 de mayo de 2011

JORNADA DE ENFERMERÍA OFTALMOLÓGICA

ACTUALIZACIÓN EN RETINA

Celebrado el sábado 14 de mayo de 2011 dentro de las Perlas de Enfermería. VI Jornada de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica. SEEOF. Hospital Universitario LA PAZ. Madrid

En plenas fiestas de San Isidro Labrador, se celebró la Jornada de Enfermería Oftalmológica, gracias al tesón y la organización de Aurora Egido Cañas, “Alma máter” de las jornadas y siempre apoyada por su jefe, el Doctor Agustín Fonseca, Jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario La Paz, que ha apoyado durante estos seis años la apuesta importante por la formación de la enfermería oftalmológica, gracias a los dos se han podido celebrar sin interrupción dichas jornadas.

Con la ayuda inestimable de la secretaria de la Sociedad Carolina Gil Serrano, repartió la documentación y las firmas para la acreditación de este curso. Acudieron más de 200 enfermeras, que siendo en sábado ha sido todo un record de participación. Este año la asistencia ha sido masiva, llenando el salón de actos.
FOTO 001 Inauguración Agustin, Rosario, Federico, Aurora y Francisco

Inauguraron la Jornada el Dr. Agustín Fonseca Sandomingo, Jefe del Servicio de Oftalmología del H. U. La Paz, María Rosario Fernández Acevedo, Subdirectora de Enfermería del H. U. La Paz, Federico Jiménez González, Tesorero del Ilustre Colegio de Enfermería de Madrid, la Presidenta de la Jornada Mª Aurora Egido Cañas, Enfermera del H. U. La Paz y Francisco J. Gabaldón Ortega, Presidente de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica (S.E.E.O.F.).

Todas las conferencias que se dieron en la jornada estuvieron a un gran nivel y como mejor muestra para empezar el día nos la dio el Dr. Agustín Fonseca Sandomingo, Jefe del Servicio de Oftalmología del H. U. La Paz. Su conferencia titulada “Patología y Cirugía de la Mácula. Hitos históricos”. Empezó su disertación con la “tela de araña” y Galeno de Pérgamo, que fue un médico griego nacido en el año 130 y sus puntos de vista dominaron la medicina europea durante más de mil años. Luego habló de Avicenas y de Gerardo de Cremona. Alhazen en el siglo XI y llegando a Averroes como el inspirador que decía que el fotorreceptor era la retina. A partir de aquí se sustentan muchas teorías pasando por Leonardo Da Vinci, Andrea Vesalius. Llegamos a Samuel T. Soemmerring que fue el que describe la fóvea por primera vez. Nos habló también de Santiago Ramón y Cajal, llegando hasta el descubridor del oftalmoscopio Hermman Von Helmholtz. Para terminar hablándonos de lo que nos va a deparar el futuro dentro de las nuevas técnicas y de las inyecciones intravítreas. Como siempre magnífico.

Después de su excelente exposición sobre la Historia de la Oftalmología y después de estar apoyando siempre a la enfermería en general y a la enfermería oftalmológica en particular, la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica quiso agradecerle al Dr. Agustín Fonseca por medio de su Presidente Francisco J. Gabaldón Ortega por todo lo que ha hecho por nosotros obsequiándole e imponiéndole como merecimiento la Insignia de Plata de la S.E.E.O.F. Gracias Agustín por tu gran ayuda.
FOTO 002 Francisco Gabaldón y Agustín Fonseca

Posteriormente empezó la Jornada de retina y dentro de la Exploración básica de retina tuvimos la suerte de contar con una compañera enfermera que anteriormente había hablado ya en estas jornadas, repitiendo como oradora y realizando una flamante exposición de su trabajo titulado “Anatomía y fisiología de la retina”. Su presentación corrió a cargo de María García Rojo del Hospital del Henares. Como siempre su trabajo fue perfecto. Nos habló sobre la etimología, la definición, el origen embriológico, la función de la retina, la estructura y sus capas, fisiología de la retina y exploración, las retinopatías, lo que realiza la enfermería en quirófano de retina. Para terminar quiso hacer una puntualización sobre el maltrato infantil, ya que un problema que se presenta en la retina suelen ser las alteraciones en el fondo de ojo, que pueden ser la clave de una forma de maltrato infantil (síndrome del niño sacudido), observándose hemorragias retinianas múltiples y manchas algodonosas producidos por golpes y sacudidas intensas. Cada año lo hacer mejor y esperamos poder contar en los años venideros.
FOTO 003 Rosa, José Luis, María, Carlos y Mariví

Le siguieron los enfermeros Vicente Carlos Morán Alario y José Luis Medrano Ruiloba del Hospital Del Escorial, que desarrollaron perfectamente con un ejemplar trabajo titulado “Agudeza visual normal” y “Sensibilidad al contraste” respectivamente. Carlos nos habló sobre “Ver bien”, no solamente es ver nítido y enfocado. También es percibir, comprender, reconocer y discriminar la forma, el color y el movimiento. Calcular la distancia y la velocidad de los objetos, y todo ello de forma cómoda y eficaz. Según la OMS, la agudeza visual es: la capacidad de percibir formas y orientaciones de las mismas a una distancia determinada medida con optotipos. También habló de los factores que alteran la agudeza visual. Tipos de medida y cómo se miden, los registros y los tipos de test que hay. Le siguió su compañero José Luis y nos habló de la sensibilidad al contraste y decía que es la medida de la calidad de la visión, desde el punto de vista del contraste. Y se hacía esta pregunta ¿Es suficiente que todos los detalles de un objeto superen un tamaño mínimo para tener una imagen satisfactoria del mismo? Para tener una imagen satisfactoria de un objeto no solo tendremos en cuenta los detalles espaciales, por eso es muy importante conocer como varía la detectabilidad en función de su contraste. Puso magníficos ejemplos, con preciosas fotografías quedando perfectamente estructurado su trabajo.
A continuación hablaron Cecilia Hernández Bermejo y Rosa Santos enfermeras del Hospital Clínico de San Carlos de Madrid. Su trabajo titulado “Tomografía de coherencia óptica. OCT”. Hicieron una pequeña introducción de la retina, tipos de aparatos, fundamentos técnicos, utilidades, protocolos de examen, su utilidad en la patología macular, ventajas e inconvenientes y como conclusiones nos contaban que es una prueba diagnóstica de primera elección en la mayoría de las patologías maculares. Que la información obtenida es complementaria a la angiografía y es de un valor enorme para el seguimiento de las patologías. Muy buen trabajo y muy bien presentado.
Y para terminar esta mesa sobre exploraciones diagnósticas de retina nos habló por primera vez Mariví Ceballos García, enfermera del Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes. Nos habló sobre “Angiografía y Verde de Indocianina”. Su magnífica exposición fue acompañada de fotos angiográficas, así como la técnica a realizar. Nos informó de la retinografía con cámara no midriática, de lo que es la prueba y en que consiste, sus ventajas y las principales indicaciones de su uso tanto de AGF o ICG. También nos habló sobre las propiedades de la fluoresceína y sus efectos adversos. Pasando luego a informar sobre la técnica y la información que recibe el paciente. El mecanismo de acción y las fases de la AGF y las recomendaciones que se les da a los pacientes. Un trabajo muy completo y muy bien presentado.
FOTO 004 Chus, Mariví e Irene Ceballos

Tuvo apoyo familiar en su primera charla que daba delante de profesionales, sus hermanas Chus e Irene Ceballos y sus compañeros de trabajo. Hay que decir que para nosotros es un orgullo asistir a jornadas y congresos donde compañeras y compañeros jóvenes se quitan el miedo de hablar en público y realizan unas magníficas y espectaculares exposiciones, muy bien presentadas y muy trabajadas, así sabemos que seguirán el camino que un día emprendimos nosotros y siempre habrá enfermeras nuevas que cojan el testigo de la formación. Enhorabuena.

Después de un merecido café, nos dio una lección magistral sobre Patología de la retina el Dr. Jesús R García Martínez del Servicio de retina del Hospital Universitario La Paz, su trabajo titulado “Retinopatía diabética”. Nos habló de la diabetes y sus problemas, en que consiste la enfermedad y la situación en la que se encuentra. Habló de la retinopatía diabética diciendo que es la Principal causa de ceguera en países desarrollados en la población en edad de trabajar. Factores de riesgo, los estudios multicéntricos que hay realizados, las consecuencias y las manifestaciones clínicas. Estuvo acompañada su exposición por dos vídeos, para terminar hablando sobre las terapias futuras. También es coordinador del Servicio de Oftalmología del Hospital Moncloa Oftalvist de Madrid.
FOTO 005 Ignacio Cervan, Juan Reche, Jesús R. García y Jesús Ortiz

Le siguió el Dr. Juan Reche Frutos del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Su trabajo titulado “Degeneración macular Asociado a la Edad (DMAE). Casos Clínicos”. Nos habló del polo posterior diciéndonos que la DMAE es una de la principal causa de ceguera en los países occidentales, que existe una gran implicación en las actividades diarias como puede ser la lectura, y además causan un gran impacto emocional, al no poder desarrollar las actividades de la casa o simplemente del tiempo de ocio. Siempre tienen que depender de otra persona para que les ayuden. Además presenta esta patología un coste socio-económico enorme. Expuso diez casos clínicos, perfectamente documentados y aportando material fotográfico, angiográfico y de OCT. En sus conclusiones hacía referencia a las dos clases de DMAE que existen, la seca y la húmeda.

A continuación el Dr. Jesús Ortiz Castillo del Hospital Infanta Sofía, este doctor ya es conocido por la enfermería en las Jornadas de La Paz, al haber asistido en anteriores acontecimientos, y habiéndonos transmitido sus magníficas ponencias y trabajos. Pocos médicos hay que hablen tan bien para la enfermería oftalmológica. Su trabajo titulado “Obstrucciones venosas”. Nos habló de la clasificación, de los síntomas, del diagnóstico, de las fases agudas y crónicas, de la angiografía, de la OCT, de los factores de riesgo y de los tratamientos. Nos habló de los implantes intravítreos de corticoides, de las inyecciones intravítreas y de la cirugía, perfectamente documentado con material de vídeo y fotográfico. Es un placer oírle hablar en sus exposiciones. Allí estuvo para ayudar a sus compañeros el Dr. Ignacio Cervan López. Manuel Solórzano Sánchez enfermero del Hospital Donostia de San Sebastián estuvo como moderador de la mesa de Patología de la retina.

Posteriormente le llegó el turno a nuestra querida presidenta de las Jornadas que este año por sexta vez repite y esperemos que siga con fuerza para organizar durante muchos años más estas perfectas jornadas de Enfermería. Es un referente para Madrid la organización de su jornada de enfermería oftalmológica, ella es Mª Aurora Egido Cañas, como siempre nos sorprendió gratamente con su trabajo titulado “Mirando por sus ojos. Repercusión psicosocial de los pacientes con baja visión”.
FOTO 006 Aurora Egido y Agustín Fonseca

El Dr. Mogk dice: “En términos de enfermedades incapacitantes, la pérdida de visión ocupa el segundo lugar, detrás sólo de la incapacidad mental”. Además de darnos unas cifras escalofriantes de los pacientes que están incapacitados visualmente nos decía que según la OMS: “En todo el mundo, por cada persona ciega, hay un promedio de 3,4 personas con baja visión”. Los pacientes con baja visión presentan problemas físicos, emocionales, económicos y sociales. Presentan pérdida de actividad productiva, problemas familiares, aumento de caídas y lesiones, aislamiento social, pérdida de independencia, mala calidad de vida, tienen imposibilidad para la lectura, conducir, pasear, disminuyendo su nivel de satisfacción personal, pudiendo llegar a la depresión que podría causar la muerte.

Como conclusiones nos decía que por la vista obtenemos el 80 % de la información del mundo exterior. La baja visión limita a las personas para su vida diaria. Tiene un alto coste económico. Hay que promover la prevención de las patologías que la producen, y poner tratamientos a estas enfermedades. Las campañas de detección son más eficaces y económicas que las prestaciones por invalidez.

Para terminar y antes de ir a comer nos pasó un vídeo de cómo ven los pacientes en su trabajo diario, impactante, impresionante y magníficamente expuesto. Cada año Aurora se supera y nos sorprende con sus magníficos relatos. Gracias Aurora y sigue trabajando por las Jornadas de La Paz y por la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica.

Posteriormente a la espléndida comida que se sirvió en la sala adjunta al Salón de Actos del Hospital Universitario La Paz. Siguió la Jornada con la Mesa titulada Retina quirúrgica, con una mesa redonda titulada “Protocolo de actuación de dosis de carga de inyección intravítreas”. Estuvieron en la mesa el Dr. Moriche Carretero, Jefe de Sección del Hospital Infanta Sofía, Rosa Santos del Hospital Clínico y Mª Carmen García Requena, Presidenta de AEOCV.

A continuación María Requejo Díaz y Natalia Rodríguez Fernández, enfermeras del Instituto Fernández Vega de Oviedo. Su trabajo titulado “Aportando luz al polo posterior”. Ya conocidas por los congresistas por sus impresionantes exposiciones en el campo oftalmológico, sólo se puede decir de ellas que lo hacen tan bien que siempre lo bordan. Esta vez también como Aurora se han superado. Nos hablaban del trabajo de la Enfermería Oftalmológica y en este caso particular en la enfermería del polo posterior. Diferenciaban el preoperatorio, el intraoperatorio y el postoperatorio. Cómo reciben al paciente y siempre está la enfermera para explicarle, atenderle y despejar sus dudas. Comprobar el aparataje, el material, cómo montar una mesa de operaciones, disposición del quirófano, preparación del campo quirúrgico. Actuación de la enfermera: instrumentista, circulante, pasando a describir lo que realiza la enfermería en las diferentes patologías.

Y como conclusiones nos decían que: la cirugía de polo posterior requiere conocimiento y práctica, conocer el material, el aparataje, leer la historia clínica para adelantarnos a los pasos de la cirugía, conseguir que el paciente entienda su tratamiento, las medidas posturales si las requiere y explicar el tratamiento médico, como los colirios y la higiene. Como siempre espectaculares. También asistió a las jornadas nuestra compañera de Baleares Isabel Domenech Tizón.
FOTO 007 María Requejo, Paco Gabaldón, Saturnino García e Isabel Domenech

Le siguió otro enfermero muy conocido de estas jornadas, Saturnino García García, enfermero ejemplar del Hospital Universitario de La Paz. Su trabajo titulado “Técnicas mínimamente invasivas en la cirugía de la retina. Actuación de enfermería”. Como objetivo nos contaba que había que colaborar en la seguridad del paciente. Tener un perfecto conocimiento de las técnicas quirúrgicas, que cada vez son menos invasivas. Colaborar en la adopción de las buenas prácticas, basadas en el mejor conocimiento científico disponible, siguiendo los planes de calidad planteados por nuestro Sistema de Salud y así mejorar la práctica clínica. Como introducción reseñó su propia experiencia como enfermero de quirófano en oftalmología a lo largo de estos últimos veinte años, vividos junto a eminentes retinólogos como son los doctores: Fonseca, Armadá, García, Moriche y un largo etcétera de compañeros. Pasó luego a exponer que es la retina, técnicas quirúrgicas, patologías, indicaciones para una vitrectomía, la anestesia, el aparataje, colirios, lentes, etc. Beneficios de la técnica no invasiva, etc. Para terminar aportó una diapositiva que la resalto aquí y es lo que dijo José Luis San Pedro: la enfermera/o, “...aporta un gran ramo de valores humanos, ternura, comprensión, compañía para la soledad, sosiego para la inquietud, tranquilidad y seguridad” o como diría Aristóteles, el gran filósofo griego: “...Somos lo que hacemos día a día de modo que la excelencia no es un acto sino un hábito”. Y como diría nuestro buen Saturnino comparándose con los filósofos griegos: “En definitiva, las enfermeras/os, más que técnicos somos personas maravillosas”. Gracias Saturnino por tan brillante exposición.

También asistieron las enfermeras organizadoras de la I Jornada de Enfermería en Oftalmología celebrada en el Hospital General San Jorge de Huesca el día 3 de Mayo de este año. La dirección del curso corrió a cargo de Mª Pilar Broto Torres, Rosa Mª Higuera Ubau y Nuria Mateos Fernández-Arroyo, enhorabuena e ir organizando las segundas jornadas.
FOTO 008 Rosa Mª Higuera, Mª Pilar Broto y Nuria Mateos

Para terminar la Jornada el Presidente de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica (S.E.E.O.F.), Francisco J. Gabaldón Ortega, presentó los proyectos de la Sociedad.

Queremos agradecer desde estas líneas a Silvia Martín, Francisco Valiente, Noelia Vergara y Karina Alejandra de Jesús de Novartis, por su implicación y gran ayuda a la realización de estas jornadas y en particular a la Enfermería y a la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica.

También queremos agradecer a Rubén Rubio Bolívar, que estuvo como informático en toda la jornada para que todas las presentaciones, vídeos y sonido funcionasen correctamente. Nos veremos en los siguientes eventos y sobre todo y preparando vuestros trabajos y comunicaciones para el Congreso Nacional que se celebrará los días 22, 23 y 24 de Septiembre en Oviedo, que este año lleva el nombre de “Educación Sanitaria al paciente oftalmológico; mucho que decir”. Nos vemos en Oviedo.
FOTO 009 Diferentes momentos de La Jornada

AUTOR
Manuel Solórzano Sánchez

Enfermero Servicio de Oftalmología
Hospital Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Vocal del País Vasco de la SEEOF
M. Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro no numerario de La RSBAP
masolorzano@telefonica.net

domingo, 15 de mayo de 2011

MIS VIVENCIAS COMO MÉDICO RURAL






Así comienza el libro de Joaquín Hernández Rodríguez, médico rural que nació en 1923 y se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca, de donde es natural, trasladándose a ejercer su profesión a la provincia de Asturias en el Concejo de Ibias. La edición de estas vivencias, pretende ser un homenaje a Joaquín y Mary Nieves de sus hijos, nietos y amigos por el sesenta aniversario de su matrimonio.

Según Joaquín nos cuenta que: “Este es el relato de mis comienzos como médico rural. Con él quiero que mis nietos se enteren de las vicisitudes que pasó su abuelo hasta llegar a formar la familia numerosa que somos; también me gustaría que los médicos de este siglo supieran cómo se ejercía la profesión hace 60 años en ciertas zonas rurales, como Somiedo e Ibias (Asturias), donde debido a las malas, malísimas comunicaciones existentes con mucha frecuencia era aterrador tratar de curar…”.
FOTO 001 Portada y contraportada del libro

Según Celso López Gavela (Antiguo alcalde) nos relata: “Un día de octubre de 1951, llegó a San Antolín, capital del concejo de Ibias, en Asturias, para iniciar su trabajo como médico, para el que había sido designado por el Ayuntamiento. Llegaba al anochecer, en el coche correo, un vehículo singular en el que se apiñaban los viajeros. Al día siguiente, 12 de octubre, Fiesta nacional, en la salida de misa, me lo presentaron y en ese momento comenzó una amistad que ha permanecido viva a pesar de años y distancias. Se inició también su historia personal como médico del concejo, dejando una estela de humanidad, rigor profesional y de buen humor que fascinaba a los habitantes de los pueblos tan necesitados de atención médica y de ánimo para sus dolencias. Fue un símbolo de bondad y también de modernidad para aquellas gentes abandonadas durante muchos años y de cuya gratitud quiero hacerme yo mensajero en estos momentos…”.

Mi etapa de estudiante
En aquella época la carrera de medicina constaba de siete cursos, el primer curso se estudiaba en la Universidad Central y a partir del segundo se pasaba a la facultad de Medicina. En el curso 45-46 me trasladé el expediente a Salamanca desde Madrid donde había empezado mi carrera. Aquí fue cuando me di cuenta que había que “apretar los codos”; vivía en una buhardilla compartida con un compañero, por la que pagaba 4,50 pesetas al día, incluido el desayuno, más 50 céntimos por el brasero en los meses fríos; en la pared frente a la mesa de estudio coloqué una carta que me había escrito mi padre muy enfadado diciéndome, que debido al sacrificio económico que tenían que hacer, o estudiaba o se acababa el envío de dinero. Aprobé todo el curso con nota alta.
FOTO 002 Joaquín de joven, con Lucero y de mayor

Aunque hacía seis años que había terminado la Guerra Civil todavía se pasaba hambre; comíamos en el comedor que tenía el SEU (Sindicato Español Universitario) para los estudiantes que no podíamos pagar una “pensión decente”. Pagábamos 6 pesetas por comer y cenar… pero ¡que comidas! Casi todos los días el menú consistía en lentejas (con carne, debido a los gorgojos que tenían) y salchichas de segundo plato ¡de que estarían hechas!, de vez en cuando nos daban huevos para cenar pero como el aceite era un lujo (costaba el litro de estraperlo 100 pesetas del año 1948) los escalfaban, en alguna ocasión los freían y el aceite que sobraba en la fuente, la camarera nos escurría en los platos a los cuatro de la mesa, a cambio la invitaba de vez en cuando a pasear, no tenía dinero para más.

Comienzo del Ejercicio Profesional
Regresé de Salamanca el día 9 de octubre de 1949 y el día 10 sustituí a mi cuñado Antonio, médico de Libardón (Colunga), con el consiguiente “miedo” a que me avisaran para una urgencia grave. Me pasaba las noches leyendo el Manual de Urgencias Médicas. Al día siguiente fui a Sietes (Concejo de Villaviciosa) montado en “Lucero” un asturcón que tenía el titular del pueblo para desplazarse por los pueblos. Cuando llegué me encontré con mi primer disgusto, había un enfermo que trataba el médico del pueblo de una pleuritis tuberculosa y al verme con cara de “chavalín” me espetó: ¡cómo ha dejado Don Antonio un practicante en vez de un médico!, sin comentarios, me quedé petrificado. Así fue mi comienzo en la abnegada profesión que elegí, no hubo urgencias graves, ni partos, ni autopsias, solamente enfermos corrientes que se curaron sin problemas.

Después de Libardón me dieron la plaza de La Riera que constaba de veinte pueblos diseminados por los valles a los que se accedía por caminos de carros. En todos los pueblos como no había médico siempre había algún “entendido” al que acudían, unas veces por urgencia y otra por falta de recursos para visitar al médico. Como ejemplo os contaré que me avisaron que una señora tenía una brecha muy grande en la cabeza y muy fea, cuando llegué vi al curioso del pueblo que le había cortado el pelo y con una aguja de coser sacos y un bramante le había dado tres puntos de sutura para cerrar la herida, le echó azúcar para cortar la hemorragia y le colocó una telaraña en toda la herida para evitar la infección, eso no se enseña en la facultad, es auténtica medicina rural de hace 50 años.

Al casarme con Mary además de cuidar de la casa y de los niños, en muchas ocasiones tenían que ayudar al marido a curar a los enfermos. Así se estrenó mi mujer un madreñero se cortó con una azuela el dedo anular izquierdo por la segunda falange y llegó a la consulta con él envuelto en un trapo, pero al destaparlo quedó colgando y sujeto tan solo por la piel y los músculos de la región palmar, pues se había fracturado el hueso. Mi consejo lógicamente era que fuese trasladado a una clínica de Oviedo, pero en aquella época, no tenían seguro de ninguna clase ni dinero para pagar una intervención quirúrgica, como se iban como habían venido, y al no contar con ningún practicante cercano, me animé y con mi mujer decidí arreglar el desaguisado, resultado a los dos meses volvía a fabricar madreñas.

A la Mili
Por fin llegó la hora de incorporarme a cumplir los seis meses que me faltaban para obtener el título de Alférez de Complemento, aunque yo pertenecía al arma de Infantería, debido a mi experiencia como médico en ejercicio me destinaron a la Agrupación de Sanidad Militar de Burgos como Médico de Cuerpo, es decir que tenía que pasar reconocimiento diario a los reclutas enfermos, reconocer a todos los soldados cada cierto tiempo para detectar enfermedades. Al día siguiente comencé mi tarea para el reconocimiento de los reclutas enfermos; al toque de reconocimiento por el corneta de guardia, había que pasar visita a las dependencias donde se encontraban aquellos que por la índole de su enfermedad no podían acudir al botiquín. Para ello íbamos el practicante, un soldado “sanitario” y el médico; al llegar al dormitorio el soldado que estaba de imaginaria tenía que anunciar a viva voz “compañía, el Alférez Médico”. En mi caso, como el practicante era teniente me parecía un poco absurdo que anunciaran al alférez, teniendo el teniente más categoría; se lo comenté al practicante y me dijo que en sanidad Militar además del cargo se tiene en cuenta la profesión, siempre en los partes y en las órdenes siempre que se nombraba a un oficial, si este era médico había que indicarlo.

Ejerciendo la Medicina en Ibias
Al terminar la mili me puse en contacto con el secretario del Ayuntamiento de San Antolín de Ibias, porque estaban buscando a un médico que estuviera dispuesto a hacerle la competencia al que ejercía en dicha localidad, ya que no estaban muy contentos con él, con la carrera ya casi terminada, había conseguido el título con unos exámenes patrióticos que hacían a los excombatientes de la Guerra Civil, la boticaria era su mujer y el cura su hermano, por consiguiente eran los caciques del concejo. Acepté la oferta; solicité de la Jefatura Provincial de Sanidad la plaza de APD y me concedieron del Distrito 2º.
FOTO 003 Diferentes momentos de su vida

En aquellos tiempos ejercer la medicina en Ibias era muy duro pues no había carreteras, casi todas las visitas a los 73 pueblos del Ayuntamiento había que hacerlas a pie o a caballo, algunos se encontraban a seis horas a caballo; los distritos eran de primera categoría y los colegas que engañados por la categoría solicitaban la plaza, se marchaban enseguida buscando algo mejor. Tuve que esperar en una taberna a que pasase el camión que iba al pueblo y al decir que era el médico, me dejaron sentarme en la cabina, sino habría ido con las mercancías y los animales.

Una de las anécdotas que voy a contar sucedió en octubre con la recolección de las castañas, se subían con un palo a los castaños y los golpeaban hasta que las cápsulas llenas de púas cían al suelo, pero como no tenían gafas, muchas de ellas llegaban a impactar en el ojo de quién las golpeaba. Como el oftalmólogo más cercano se encontraba en Oviedo que estaba a más de 150 kilómetros, con una carretera infame, no me quedó más remedio que extraérselas yo, así que con ayuda de un aguja fina para inyecciones, buen pulso, buena vista y mejor voluntad le quité la infinidad de púas que se le habían clavado.

Como nadie seguía los consejos para que utilizasen gafas de protección, al final tuve que adquirir una aguja especial que usan los oftalmólogos para estos menesteres; también tuve que extraer las virutas de hierro que se les clavaban a los herreros, después los curaba yo personalmente durante unos días y afortunadamente nunca tuvimos que lamentar ninguna complicación. Os recuerdo aquí lo que le contestó la enferma de Somiedo al oftalmólogo, cuando le preguntó si el médico de su pueblo era especialista en ojos… el médico de mi pueblo es especialista en todo.

Ibias limita con el concejo de Nogueira de Muñiz en la provincia de Lugo y al no haber médico allí, los vecinos de casi todos los pueblos de los alrededores venían a mi consultorio o yo iba a visitarlos. Un día me llamaron de Palabreo para visitar a un enfermo que había tenido un cólico y me encontré un caso curioso. El enfermo estaba tumbado en la cama, con una pierna sobre un soporte de madera y una piedra que colgaba de una cuerda e iba sujeta con esparadrapo a la altura de la rodilla; el muslo estaba envuelto con unas vendas empapadas en clara de huevo ya seca que hacía las veces de escayola. Se había fracturado el fémur y el “compostor” (el curandero) que le había preparado el “artilugio”, le dijo que comiera muchos huevos para que “soldara” bien la fractura y el buen hombre se comió una docena de una sentada, así que no es de extrañar que tuviera un cólico; el fémur “soldó” sin problemas y no quedó secuela alguna, ¡así era de dura la gente de aquella época!

Dentista a la fuerza
Igual que al leñador de la obra de Molière “El médico a palos”, me hicieron dentista a la fuerza, llegué a extraer más de quinientas muelas. Un día se me presentó en mi consulta una señora con dolor de una muela pidiéndome que se la extrajera, como es lógico le dije que fuera al dentista de Cangas o esperase al domingo siguiente que había feria de ganado y esos días los aprovechaba dicho dentista para venir al pueblo; le receté unos analgésicos, pero el dolor era muy intenso y la pobre mujer estaba tan desesperada que me dijo que si no le sacaba yo la muela, le diría al herrero que lo hiciese; este profesional del hierro sacaba muelas con una llave que había hecho él mismo y que era muy parecida a las que usaban los sacamuelas.

Debido a su insistencia y como en mi arsenal quirúrgico disponía de un “fórceps comodín” para las emergencias, con una aguja fina de las que usaba para inyecciones intradérmicas, sin gran dificultad anestesié la zona y pude sacar la dichosa muela y acabar con el dolor.

Seguidamente incluyo un modelo de los artilugios que se usaban para sacar muelas y que el herrero había copiado a la perfección y hasta me atrevo a decir que mejorado; como se corrió la voz que Don Joaquín sacaba muelas sin dolor, se quedó sin clientela y me regaló la llave como recuerdo. Con los “pinchos” del extremo cóncavo se enganchaba la muela cerca de la raíz y al girar con fuerza esta salía, y me imagino que con ella parte del maxilar. Había que estar muy desesperado para recurrir a este sistema, pero cuando el dolor de muelas aprieta y no hay otros medios al alcance se hacen barbaridades, ya lo expresa bien el dicho popular: “eres peor que un dolor de muelas”.
FOTO 004 Llave de Garengeot

A partir de entonces tuve que adquirir varios tipos de fórceps, una jeringuilla, agujas de las que usan los dentistas y un libro para aprender bien la forma de extraerlas, el libro se titulaba: “Manual de Extracciones Dentarias”. Según mi agenda extraje 573 muelas y raíces.

Cuando el enfermo vivía en pueblos lejanos, solían traer un caballo pues caminar durante varias horas, muchas veces más de cinco, con subidas y bajadas era agotador. Cuando los familiares del enfermo no disponían de caballería, alquilaba el mulo de un vecino de San Antolín que era tan vago el puñetero que tuve que prepararme un punzón para estimularle y no dormirme por el camino; si estaba disponible y previo pago de 25 pesetas por el servicio diario, a veces utilizaba un caballo de otro vecino que andaba más ligero, a pesar de ser parecido al Asturcón de Libardón.

Partos
Los partos, por las preocupaciones y malos ratos que me hicieron pasar, merecen este capítulo aparte. En Ibias no había practicante ni comadrona, aunque en algunos pueblos existía “la partera”, que era una señora que aunque carecía del título tenía el valor y la experiencia necesarios para atender a las parturientas. Yo siempre llevaba conmigo el “Manual de urgencias en obstetricia”, y de tanto releerlo durante las esperas al lado de las parturientas, me lo acabé aprendiendo de memoria.

En San Antolín aprovechaba la impagable ayuda que me prestaba mi mujer Mary Nieves, junto a la cabecera de las parturientas, oyendo los quejidos de muchas de ellas y acompañándolas durante las interminables horas de espera hasta que parían; además las atendía en el post-parto sin más retribución que el agradecimiento de “algunas”.

En el siguiente caso que voy a relatar me encontré con una mujer que había parido hacía 24 horas y tenía la placenta retenida, como hacía mucho frío en pleno invierno, estaba tapada con un montón de mantas, pero al levantar la ropa para explorarla, salió un vaho y un olor nauseabundo que casi me hace vomitar; no tuve dificultad en desprender la placenta, pero comprobé que tenía una infección puerperal, que a su vez había provocado una “Flegmasía Alba Dolens”, trombosis de la vena femoral que hace que el muslo se inflame y adquiera un color blanquecino (pierna de leche la llamaban los antiguos); la infección se soluciona con los antibióticos, pero ¿cómo combatir la trombosis en una época en la que la heparina aún no estaba a nuestro alcance?
FOTO 005 Sanguijuelas. Cuadro el Sacamuelas

Mi cuñado Antonio que le había pasado un caso parecido y había leído en algún tratado antiguo de medicina, no en la Facultad, que las sanguijuelas servían como sustituto de la heparina, gracias al potente efecto antitrombótico que tiene la hirudina, una sustancia que segregan estos anélidos. Así que buscamos unas sanguijuelas en un riachuelo y las apliqué en distintas zonas del muslo inflamado, había que sustituirlas por otras con el tubo digestivo vacío cuando los anélidos se llenaban de sangre.

Ver el muslo sangrando y con aquellos repugnantes gusanos pegados al mismo era un espectáculo poco agradable, pero indoloro, ya que segregan una sustancia anestésica para que el sujeto parasitado no se entere; como en el caso de mi cuñado, la parturienta del concejo de Nogueira se curó.

Para terminar este relato de este magnífico médico rural comentaros de la anécdota que le ocurrió con un enfermo de una parroquia del Concejo. Se trataba de un paciente al que diagnostiqué una amigdalitis aguda (vulgares anginas) y receté supositorios de bismuto “rectamigdol”, que era el tratamiento que se solía aplicar en aquella época, ya que la penicilina se reservaba para infecciones más graves; al día siguiente de haber visto al paciente vinieron los familiares del enfermo a la consulta, muy asustados por los vómitos y dolor de estómago que este padecía después de haber “comido” los dichosos supositorios, sin comentarios.
FOTO 006 Caricatura de su nieto Alex

Gracias Joaquín por este bello ejemplar que nos lo dejas para la posteridad, para que puedan aprender de ti los futuros compañeros de la Sanidad y de la Historia.

AGRADECIMIENTOS
Joaquín Hernández Rodríguez

Mary Nieves Almaraz
Nieves Hernández Almaraz
Mirian Hernández Almaraz
Alex Hernández Almaraz
Pedro Mendieta Larrondo
Celso López Gavela
Begoña Madarieta Revilla. Historiadora del Museo Vasco de Historia de la Medicina y de la Ciencia “José Luis Goti”

AUTORES
Jesús Rubio Pilarte

Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
Miembro no numerario de La RSBAP
jrubiop20@enfermundi.com

Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero Servicio de Oftalmología
Hospital Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Vocal del País Vasco de la SEEOF
Miembro de Eusko Ikaskuntza
Miembro de la Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos
Miembro Comité de Redacción de la Revista Ética de los Cuidados
M. Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro no numerario de La RSBAP
masolorzano@telefonica.net

domingo, 8 de mayo de 2011

ENFERMERÍA: HISTORIA DESDE 1857






Este magnífico libro lo ha realizado y diseñado el enfermero y podólogo Tomás Urien Blázquez, nacido en el belicoso año de 1936 en Navalosa provincia de Ávila, aunque ahora reside en Madrid. Además de este lujoso libro ha realizado el Diccionario de Podología y el Diccionario de Ortopedia y Podología: Historia, Antigua y Moderna.

El libro consta de cinco partes y un anexo, donde recorre nuestra historia desde 1857, aunque en su primera parte nos habla de las Falsas teorías médicas, personajes desclasificados y teorías de enfermería, España en el siglo XIX, la importante figura de Florence Nightingale, la excelente biografía de Juan Enrique Dunant, fundador de La Cruz Roja, y los practicantes de 1857.
FOTO 001 Portada del libro e insignias

En la segunda parte nos relata el período comprendido entre el año 1900 hasta 1919, la estructura y organización Colegial, los presidentes prenacionales, la Carrera de Practicante, las primeras Asambleas nacionales de practicantes celebradas en Madrid, la Colegiación de los Practicantes y las Enfermeras en 1914.

En la tercera parte entra hablándonos de los períodos comprendidos entre 1920 hasta 1939, en ella nos cuenta que revistas paramédicas había, practicantes titulares en 1920, la Federación sanitaria nacional y regionales, los practicantes militares en 1921, matronas, Escuela Nacional de Sanidad, títulos de practicantes, matronas y enfermeras. Colegiación Oficial Obligatoria. Intrusismo en el año 1930. Los ciegos aprendices de masajistas.

La cuarta parte comprende desde el final de la Guerra Incivil de 1939 hasta la creación de A.T.S. por el Decreto de 1953 y continúa hasta el Real Decreto de 1977 sobre ola creación de las Escuelas Universitarias.

La quinta parte comprende desde 1977 hasta la actualidad. La unificación de las tres secciones. Integración en la Universidad de las Escuelas de Ayudantes Sanitarios como escuelas Universitarias de Enfermería. Los Presidentes Colegiales democráticos, hasta el Grado Universitario de Enfermería en 2010.

En el anexo nos relata sobre las Auxiliares de Clínica, el edificio Reina Sofía, Previsión y Socorros Mutuos de Auxiliares Sanitarios. Presidentes Nacionales por años y tiempo ejercido desde 1899. Fuentes bibliográficas de enfermería consultadas y Orlas.
FOTO 002 Practicantes militares, enfermeras y título

Como veréis un magnífico y extenso trabajo bien realizado y que cubre una parte importante de nuestra historia de Enfermería. Ha tocado temas que otros compañeros no lo han hecho y con ello se va completando cada vez más nuestra importante historia de nuestra magnífica profesión de Enfermería. Aquí se relata el camino tan duro y difícil, en muchos momentos tortuosos, con piedras en el camino, con empujones de otras profesiones que poco a poco hemos sabido ir limpiando sin prisa pero sin pausa, para terminar lo que nuestros mayores empezaron y hoy gracias a todos y todas ellas estamos en la Universidad con el Grado y el Doctorado en Enfermería.

En su prólogo Tomás nos relata que los enfermeros actuales, ejercen principalmente en los hospitales, clínicas y centros de salud, su atención puede ser especializada y dirigida paralelamente a las mismas ramas que la medicina, requiriendo entre sus capacidades y aptitudes la comprensión y expresión verbal, memoria, concentración y una gran habilidad manual. Hubo una época en la que lo más habitual era la atención domiciliaria, con la aplicación de inyectables y curas.

En nuestra historia tenemos episodios como a principios de 1900 donde muchos profesionales tenían como obsesión separar al practicante con el ejercicio de barbero. Otro de los episodios fue la separación de los estudios y de los Colegios por sexos. Estos magníficos profesionales de ambos sexos antes de 1953, no pueden olvidar que con los Practicantes existían practicantes femeninos con las mismas condiciones y estudios que los masculinos y que siempre estuvieron colegiados o colegiadas en el Colegio de Practicantes sin distinción de sexo. La separación existía en los Colegios de Practicantes, de Enfermeras y Matronas.

Si es verdad que en 1953 se sentaron las bases de Ayudante Técnico Sanitario (ATS), con los mismos estudios para hombres y para mujeres. Es muy importante tener en cuenta que la enfermería actual es la heredera y continuista de los Ayudantes Técnicos Sanitarios, como estos así lo fueron de los practicantes, que a su vez lo fueron de los Ministrantes y Flebotomianos y por supuesto de las Matronas.

También y para terminar su prólogo quiere dar las gracias a todos los que le han ayudado a buscar y aportar datos de fondos históricos, como Cristina, Bibliotecaria del Colegio de Enfermería de Madrid y por supuesto a mi querido amigo Carlos Álvarez Nebreda, por toda su aportación, y porque siempre está ayudando a los compañeros que se lo piden, un gran profesional, un gran compañero y un gran amigo.

En la primera parte no os voy hablar de Florence Nightingale cuando el año pasado fue su centenario y creo que se ha publicado mucho de su vida y de su obra. Pero si mencionar las Enfermeras Teóricas como Virginia Henderson, Dorotea Orem, Hildegarde Peplau, Martha Rogers, Callista Roy y algunas teorías de enfermería como la teoría naturalista o ecologista, la de suplencia o ayuda y la de interrelación.

Hablando de la Organización Sanitaria de España en el Siglo XIX, comprendía numerosas titulaciones expedidos por las Universidades y Colegios de Cirugía y Escuelas de Medicina correspondientes, este conglomerado de titulaciones se llamaban: Doctores en Medicina y Cirugía; Doctores en Medicina (solamente), Licenciados en Medicina y Cirugía, en Medicina y sólo en Cirugía, Médicos Puros, Físicos, Médico-Cirujano habilitado, Facultativo de segunda clase, Bachilleres en Medicina, Bachilleres en Cirugía, Cirujanos de Primera y de segunda clase, Cirujanos de tercera clase o Sangradores; Dentistas, Cirujanos-Comadrones; Matronas o Parteras y Ministrantes y/o Practicantes.

En la segunda cuenta que a principios del siglo XX varias organizaciones de practicantes se autoproclamaron nacionales, hasta que felizmente se unificaron todas en la III Asamblea General celebrada en mayo de 1905. Sigue hablando de la Organización Colegial y de sus primeros presidentes: Salvador Costa, Juan José Fernández García, Federico Oñate López y Juan Antonio de Haro, estos cuatro darían lugar al Primer Presidente Nacional en la figura de Carlos Chies Castilla.

Se reorganizan las enseñanzas en 1902 aprobando con la Real Orden el Programa de la Carrera de Practicante. En 1904 la Carrera de matrona. En estos años se crean los Colegios de Practicantes en las provincias españolas, habiendo altibajos creándose y desapareciendo hasta la actualidad.
FOTO 003 La importancia de los practicantes, matronas y cirujanos dentistas que tuvieron a principios de siglo, nunca lo obtuvo la figura de la enfermera

Según nos relata el Doctor José E. Lasarte Calderay como buen gaditano, que la primera Asamblea general de Practicantes fue convocada por la Asociación de Practicantes de Madrid, que presidía el malogrado compañero Don Juan José Fernández García, celebrándose durante los días 11, 12, 13 y 14 de mayo de 1.903, en el local del Colegio de Médicos de la Corte.
Se nombró la siguiente Mesa presidencial:
Presidente: Doctor Maximino Gomar, representante de los Practicantes de Coruña.
Vicepresidente: Antonio Iglesias, de Vizcaya.
Vocales: Teodoro Escalona, de Cáceres; Ildefonso Ruiz, de Jaén y Vicente Echauri, de Madrid.
Secretarios: Juan Antonio de Haro y Andrés Merino, ambos de Madrid.
En las Comisiones que actuaron en esta Asamblea aparecen los nombres de muchos camaradas, que han sido después grandes luchadores, como son Pascual Tarrero y Salvador Costa.
Los temas discutidos en el curso de las sesiones son casi todos los que actualmente preocupan a La Clase, a pesar del cuarto de siglo, transcurrido: Montepío, Titulares, Ferrocarriles, Beneficencias, Ejército, Reglamentación de la carrera, Formación de Colegios, etc.

Lo que la organización Colegial y los Colegios Profesionales siempre han luchado contra el intrusismo profesional, así en 1908 se publica este modelo para denunciarlo: “Sr. Juez de Primera Instancia del Partido de … El que suscribe Practicante en Medicina y Cirugía, establecido en … Con su correspondiente cédula personal número … a V.S. expone: Que teniendo conocimiento que ejerce la profesión de Practicante D … que habita en … sin estar autorizado para ello, le ruego suspenda su ejercicio, sin perjuicio de proceder como dispone el artículo 343 del Código penal. Hay varios casos denunciando el intrusismo en diferentes provincias.

Por aquellos años (1920) la influencia sindical era muy fuerte, todo el mundo pertenecía a alguna organización y los colegios sanitarios también se ven impelidos a federarse entre ellos formando confederaciones a las que se asigna gran fuerza decisoria. Así nacen las Federaciones Sanitarias Regionales y la Federación Sanitaria Nacional. La Federación sanitaria provincial madrileña, está integrada por médicos, farmacéuticos, odontólogos, veterinarios, matronas y practicantes.
FOTO 004 Enfermeras y practicantes

En 1921 aparecen los Practicantes Militares, en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra con fecha 24 de noviembre se publica la siguiente Real Orden:
El Rey, ha tenido a bien nombrar practicantes militares con derecho a plaza, a los 100 que a continuación se relacionan, 50 con título y 50 sin título, aprobados en el concurso oposición convocado por Real orden circular de tres de septiembre último, los cuales figurarán en el escalafón en el orden que se indica y percibirán sus haberes con cargo al capítulo segundo etc. Siéndole reclamados por los cuerpos, centros o dependencias a donde vayan a prestar servicio”. A los practicantes militares sin título se les denominaba “sanitario”.

En 1924 se crea La Escuela Nacional de Sanidad durante el primer año de la dictadura de Primo de Rivera, con la función de instruir a los médicos y formar un cuerpo de “Enfermeras sanitarias” y preparar al personal subalterno auxiliar. Para eso reclaman a enfermeras norteamericanas, que según la directora del servicio de enfermeras de la Cruz Roja, ponderan su función sanitaria, claro que en esta apreciación, no tienen en cuenta que en Norteamérica no hay practicantes/as, pero en España sí. Teóricamente son tres funciones principales las que competen a estas enfermeras: enseñar la higiene, prevenir la enfermedad y restaurar la salud de los que la han perdido…
FOTO 005 Enfermeras, religiosas y Auxiliares de Enfermería

En septiembre de 1926 y por Real Orden del 25 de agosto se reorganizan los estudios de la segunda enseñanza y establece el Bachillerato Elemental, como ampliación y complemento de los conocimientos de la primera enseñanza adquiridos en la escuela, que además de atender a la cultura general, ha de servir de preparación necesaria para otras carreras y profesiones no universitarias. Entre ellas se encontraban las carreras de practicantes y de matronas, para comenzar los estudios, y como preparación, ya que todavía estaba en vigor el Real Decreto que las organizó de 10 de agosto de 1904. En el Real Decreto dice primero: Para hacer la inscripción en el primer curso de las carreras de practicantes y matronas será preciso estar en posesión del título de bachiller elemental, en vez de la aprobación de los conocimientos de enseñanza primaria superior, que exigió el decreto con esa fecha.

Por fin las enfermeras, en 1927, obtienen su título oficial que no es y nunca fue como el de los practicantes y las matronas. En el caso de las enfermeras su título no estaba encabezado por el Rey o el Jefe del Estado, sino que figuraba el Rector de la Universidad correspondiente. Después en la guerra fueron impartidos títulos por diversos organismos y autoridades.

Así cuenta la Gaceta de Madrid con fecha 21 de febrero de 1927, inserta la Real Orden siguiente:
Su majestad el Rey que Dios guarde se ha servido disponer:
Primero. En adelante el título de Enfermera se extenderá con carácter general, tanto para los hospitales civiles, militares o de la Cruz Roja, así como para clínicas y dispensarios, tengan carácter oficial o privado y sean religiosos o no.
Segundo. Que a tal fin por una comisión interministerial, compuesta de representantes de los departamentos de gobernación, Guerra e Instrucción pública, se redacte, el proyecto de programa único de los conocimientos necesarios para poder ejercer el cargo de Enfermera en toda clase de establecimientos sanitarios dependientes del Estado o particulares y pertenezcan o no a las aspirantes a comunidades religiosas.
Así seguiríamos con los seis puntos que tiene la Real Orden.

Otro dato que nos relata Tomás es sobre la petición que realizan las Matronas en 1928 para conmutar su carrera por la de practicante. En ríos revueltos todo vale y las matronas, muy queridas y siempre apoyadas por los practicantes, también aprovechan para reivindicar derechos, por lo que en marzo de 1928 tiene que producirse una Real Orden que ampara al colectivo de practicantes ante esta petición abusiva de las matronas.

Llegando a la Real Orden de 28 de diciembre de 1929 donde queda reseñada la Colegiación Oficial Obligatoria. Su Majestad el Rey, que Dios guarde, ha tenido a bien disponer le sea concedida la colegiación oficial obligatoria a la Clase de Practicantes y aprobar, para el régimen colegial, los Estatutos que figuran a continuación. Y está firmado por Martínez Anido.

Tomás nos relata que cuando llega la Guerra Incivil en España, los Colegios Profesionales continuarán malamente funcionando divididos en dos bandos. Durante la guerra se formaron urgentemente en ambos bandos las enfermeras militares. En la parte republicana se les denominaba Socorro Rojo y en la nacional Cuerpo Auxiliar de damas Enfermeras. Al comenzar la guerra se promulgaron nuevas leyes y se militarizó al personal sanitario civil concediéndoles asimilación de oficiales y suboficiales a médicos, practicantes, veterinarios y farmacéuticos. También se organizaron los parques Divisionarios de Sanidad Militar, creando el servicio de Transfusión de sangre conservada por el suero IHT, según el método del doctor Elósegui.

Para terminar el resumen de este magnífico libro, decir que el autor quiere destacar en la figura de Máximo González Jurado, Presidente del Consejo General de Enfermería, que nació en Puente Genil en 1949. Cursó sus estudios en la Escuela de A.T.S. del Hospital Civil de Málaga y en la Escuela de Podología de Madrid. Presidente del Colegio Oficial de ATS y Diplomados en Enfermería de Córdoba. Hoy en día está en posesión de dos Doctorados en Enfermería.

Tomás dice de él: Al tomar posesión de su cargo como Presidente del Consejo General de Enfermería, “Comienza así la presidencia más larga y positiva de toda la historia de la enfermería española; nadie ha ejercido tantos años como Presidente del Consejo Nacional. En números redondos, Máximo, actualmente lleva de presidente 23 años. Gracias también a su tesón combativo en todos los frentes profesionales y a la “normalización” de la sociedad ha conseguido cotas impensables para la Enfermería”.
FOTO 006 Máximo González Jurado Y Manuel Solórzano

Gracias Tomás por este magnífico ejemplar. Me imagino que nuestros compañeros enfermeros y los que se dedican a la Historia de la Enfermería, sabrán usar, leer y utilizar tus fuentes y bibliografía para seguir haciendo y escribiendo la Historia de la Profesión Enfermera.

AGRADECIMIENTOS
Tomás Urien Blázquez
. Autor del libro. TURIENB28@terra.es
Cristina, Bibliotecaria del Colegio de Enfermería de Madrid
Colegio de Enfermería de Madrid
Carlos Álvarez Nebreda. Enfermero
Máximo González Jurado. Enfermero

AUTORES
Jesús Rubio Pilarte

Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
Miembro no numerario de La RSBAP
jrubiop20@enfermundi.com

Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero Servicio de Oftalmología
Hospital Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Vocal del País Vasco de la SEEOF
Miembro de Eusko Ikaskuntza
Miembro de la Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos
Miembro Comité de Redacción de la Revista Ética de los Cuidados
M. Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro no numerario de La RSBAP
masolorzano@telefonica.net

martes, 3 de mayo de 2011

XV JORNADAS DE PSORIASIS 2011

Acción Psoriasis, asociación sin ánimo de lucro, integrada por afectados de psoriasis y familiares, cuyos principales objetivos son facilitar información y dar apoyo a los afectados para mejorar su calidad de vida, viene de programar las XV Jornadas de Psoriasis 2011.
Este año, Acción Psoriasis ha organizado siete jornadas informativas en otras tantas ciudades del Estado, en colaboración con los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de cada provincia.
Están invitados todos los pacientes de psoriasis, familiares, personal sanitario y cualquier otra persona que pudiera estar interesada en participar en las jornadas. La entrada es libre y gratuita (solo limitada a la capacidad de las salas).
El calendario de las jornadas es el siguiente:
Barcelona: 5 de mayo
Bilbao: 10 de mayo
Santander: 12 de mayo
Alicante: 17 de mayo
Murcia: 19 de mayo
Burgos: 31de mayo
Zaragoza: 2 de junio
Es necesario inscribirse a través del formulario o poniéndose en contacto con Acción Psoriasis (tel. 932.80.46.22 // e-mail: psoriasi@pangea.org)
En el siguiente enlace, teneís acceso a toda la información y al impreso de inscripción:
http://www.accionpsoriasis.org/home/2011/04/xv-jornadas-de-psoriasis-2011

domingo, 1 de mayo de 2011

LOS SANADORES AZTECAS





La caída de la civilización Mexica y la cultura sanitaria de la humanidad

La comadrona recostó a la niña al lado de su madre, envolvió el cordón umbilical en un pañizuelo de algodón blanco y se puso a mirar a derecha e izquierda, sin saber que hacer. El rito requería que en el caso de una niña, el ombligo se enterrase cerca de las cenizas del hogar, en señal de que la niña se quedaría en la casa, ligada a sus deberes familiares”.
Salvador de Madariaga. El corazón de piedra verde.

La historia distingue a los humanos de la inmensa mayoría de los seres vivos. No es que el mundo sea ajeno al paso del tiempo, claro. Pero incluso a los animales dotados de gran encéfalo les está vedado acumular experiencias y habilidades más allá de las dos o tres generaciones que coinciden en el mismo espacio y comparten sus biografías. Desde la aparición del lenguaje, los conocimientos se pueden atesorar indefinidamente. Una base desde la que desarrollar la cultura. Lo que convierte a la historia en una herramienta de la evolución humana. Facultad exponencialmente incrementada cuando las experiencias y conocimientos se escriben.

Los pobladores de Mesoamérica, olmecas, mayas y aztecas compartían la lengua náhuatl. Una lengua creada a partir de las que trajeron consigo algunos de los primeros pobladores de América, procedentes de Asia a través del estrecho de Behring y tal vez de la Polinesia muchos siglos antes. La polémica tiene su miga porque, mientras que los aztecas interpretaron la llegada de Cortés como el advenimiento del dios héroe Quetzalcóatl, el obispo anglicano James Ussher pensaba en 1650 que los aztecas eran descendentes de las tribus perdidas de Israel, llegadas supuestamente a América en el año 500 a.C.

El caso es que la nación Mexica alcanzó su máxima expansión entre los siglos XIV y XVI de nuestra era en la cuenca del lago Texcoco, donde fundaron Tenochtitlan en 1325. Según la mitología, la denominación mexica la adoptaron cuando el dios Huitzilopochtli les hizo abandonar su cuna legendaria en la ignota tierra lacustre de Aztlan, donde servían como pescadores y cazadores de aves a otro poderoso pueblo “narración que recuerda el éxodo bíblico”, y les dijo: “Desde ahora ya no os llamaréis aztecas, vosotros sois ya mexicas”. Pero también adoptaron un tercer gentilicio: tenochca, derivado de Tenoch, el cuadillo que los guió hasta el final de su migración en Tenochtitlan. Allí encontraron la señal que indicaba el lugar predestinado por la revelación divina: el águila devorando la serpiente encaramada en un nopal.

La sociedad azteca se basaba, como la helénica clásica, en las grandes ciudades de estado. Algunas muy próximas, como las gemelas y adversarias México-Tenochtitlan y México-Tlatelolco, que llegaría a fusionarse; otras más alejadas como Texcoco o Tlacopan. Precisamente en 1430 estas tres ciudades establecieron una triple alianza que devino una coalición militar particularmente agresiva, cuya supremacía sobre el valle de México y un amplio territorio circundante se mantuvo noventa años hasta la llegada de Cortés, el cual supo sacar partido del descontento y las ansias de revancha de otras ciudades estado sojuzgadas o simplemente pretendidas.

Los monumentos, las pinturas, los códices (libros de pinturas y grifos), a menudo grabados sobre piel de venado, dibujados en tela de algodón o sobre el papel amate, junto con la tradición oral de los antiguos mexicanos, son las fuentes que permiten hacernos una idea de cómo vivían y morían los aztecas, de sus enfermedades y medicinas, y de la sanidad que desarrollaron para poder sobrevivir en una metrópolis de centenares de miles habitantes.
FOTO 001 La medicina a través de los códices

La invasión española supuso la destrucción de muchos testimonios, si bien dio lugar a otros: las pesquisas de los frailes misioneros o los esfuerzos de los indígenas para no perder la memoria de su pasado. Aunque no es fácil comprender cabalmente los procesos y acontecimientos relacionados con la medicina náhuatl, debido a la intensa influencia religiosa en la cosmovisión azteca y en la vida cotidiana.

Sin embargo, no hay duda de la importancia de muchos de los descubrimientos aztecas en el campo de la medicina y la salud pública. Desde la alimentación al ocio, el deporte y el juego, pasando por la higiene personal y la colectiva, mediante acueductos y alcantarillas, que poco tenían que envidiar a las del Imperio romano cuando la peste se enseñoreaba de las angostas callejuelas de las sucias ciudades europeas medievales.

Una civilización que no sucumbió tanto al ardor guerrero de los españoles, a los que igualaba o superaba en belicosidad y fiereza, como a milenios de evolución separada y a una escasa ganadería doméstica. Todo ello la hizo vulnerable a gérmenes que nunca antes habían aparecido por aquellos lugares, como el virus de la viruela.

El Dr. Andreu Segura Benedicto, nos decía que los vaivenes históricos y los flujos de un lado al otro del atlántico tienen un nuevo hito en el trabajo que sigue. Un resumen riguroso y, a la vez, amable y ameno de la sanidad azteca: desde su concepción de la enfermedad, el sufrimiento y la muerte, que han sido siempre el programa y el argumento del Cuidado, de la medicina, hasta la de la salud, pasando por la herbolaria y la botánica, la higiene y los estilos de vida o la alimentación. Dimensiones siempre vigentes de la cultura sanitaria de la humanidad.

La Salud y la Enfermedad entre los Aztecas
Las culturas precolombinas empleaban una intrincada mezcla de religión, magia y ciencia para combatir la enfermedad. La religión, porque determinados dioses eran los responsables de las enfermedades, y sus sacerdotes, los protectores de sus devotos. La magia, porque algunas enfermedades podían ser causadas por enemigos o rivales; de modo que la curación requería de rituales mágicos. Y la ciencia, porque gracias a ella y mediante la aplicación de remedios elaborados a base de animales, plantas y minerales, según determinados procedimientos médicos, algunos de ellos aceptados hasta hoy, lograban sanar al enfermo. Los códices precolombinos y las crónicas realizadas por los europeos acerca del nuevo continente dieron a conocer la exuberante y rica cultura náhuatl.

El legado botánico de la cultura náhuatl
Además del oro y la plata, los conquistadores describieron la sorprendente flora y la rara fauna que habían encontrado en las Indias Occidentales.
Una vegetación que exhibía extrañas hierbas milagrosas que adormecían o producían alucinaciones, y árboles cuyas raíces crecían fuera de la tierra. De ahí que la Corona española proyectara la segunda fase de la conquista americana: la de sus productos naturales”.

El franciscano Fray Bernardino de Sahagún (1499-1590), compiló en el Códice Florentino, escrito en náhuatl y en castellano, el saber y las costumbres de los indígenas sobre las plantas curativas que la población autóctona empleaba. El legado azteca incluye calendarios y códices (Codex Mendoza, Codex Telleriano Remensis), elaborados en cuero y otros materiales, donde inscribían sus símbolos. Se servían para ello de tintes naturales, como la grana cochinilla o otros que obtenían de plantas como las coníferas.

“Los antiguos de esta tierra decían que los ríos todos salían de un lugar que se llama Tlalocan, que es como el paraíso terrenal, el cual lugar es un dios que se llama Chalchihuitlicue; y también decían que los montes que están fundados sobre él, que están llenos de agua, y que de fuera son de tierra, como si fueran vasos grandes de agua, o como casas llenas de agua; y que cuando fuera menester se romperían los montes; y saldrá el agua que dentro está y anegará la tierra; y de aquí acostumbraron a llamar los pueblos donde viene la gente altépetl, quiere decir monte de agua, o monte lleno de agua”. Fray Bernardino Sahagún. “Del agua de la mar y de los ríos”. Historia General de las cosas de la Nueva España.

La medicina a través de los códices
Los pueblos precolombinos no alcanzaron a conocer la escritura fonética. La expresión de su cultura lo realizaron a través de los códices pictográficos mexicas, que incluyen los pictogramas aztecas, cholultecas, mixtecas y zapotecas. La medicina de estos pueblos precolombinos era por esencia teúrgica y su concepto de la enfermedad, sobrenatural.
FOTO 002 Dioses de la medicina azteca

Encontramos en los códices los elementos imprescindibles para la comprensión de la medicina prehispánica, de las enfermedades y de cómo se aliviaban éstas. El tratamiento de las enfermedades combinaba elementos mágicos, religiosos y empíricos. El Códice Badiano (1552), los códices (Historia general de las cosas de Nueva España) de Sahagún (1572) o el Magliabecchi contienen información de naturaleza médica acerca de la terapéutica que aplicaban los aztecas. El códice Magliabecchi es un manuscrito pintado de tipo calendárico ritual que contiene pictogramas de los dioses de la medicina, plantas alucinógenas, escenas de diagnóstico y pronóstico médico y autosacrificios de penitencia para algunas enfermedades. Está descrito los procedimientos para obtener sangre y ofrecerla a los dioses, según un ritual terapéutico azteca que perseguía la salud de los enfermos y el descanso de los difuntos.

Dioses de la medicina azteca
Los dioses aztecas relacionados con los conceptos de fertilidad, lluvia, salud y sus contrarios compartían legado cultural con otros pueblos (Olmeca y Tolteca). A cada dios le correspondía un aspecto de la vida de las personas, el trabajo, las ceremonias, la reproducción de la especie, de la comunidad y del cosmos en su totalidad.
Quetzalcóatl. La imagen de Quetzalcóatl acompañaba a los médicos cuando emitían el diagnóstico de las enfermedades. Se le representaba con una mitra en la cabeza coronada de plumas, la cara pintada de negro, vestido con una camisa labrada, calzas de cuero de tigre con pequeños caracoles marinos y sandalias.
Tláloc. Los aztecas creían que algunas enfermedades provenían del frío procedente de las montañas. Allí moraba Tláloc, el dios del agua y de la lluvia, quien producía los enfriamientos y catarros, así como también podía causar neumonía y enfermedades reumáticas. Se le representaba muchas veces junto a dos serpientes.

Xochiquetzal. Flor preciosa, era la diosa del amor y la fertilidad. Representaba los vicios y las virtudes de las mujeres, por lo que se la consideraba diosa de las prostitutas. Según afirmaba fray Bernardino de Sahagún, provocaba enfermedades contagiosas, particularmente venéreas y complicaciones del embarazo y el parto. Frecuentemente aparecía muy bien vestida, portando capas muy finas y faldas bordadas, adornada con lujosa joyas y con el rostro cubierto por una máscara amarilla.

Los sanadores indígenas
La concepción de la salud y la enfermedad tenía un componente dual y complementario procedente no sólo del propio concepto que describe el omeyocan, dualidad masculina y femenina situada en lo más alto de los cielos, sino también de la propia cosmovisión.

Los ticitl, o médicos indígenas prehispánicos, proporcionaban al paciente los recursos necesarios para su sanación. El concepto de enfermedad entre los aztecas aparece en el Código Tudela (1553) muy relacionado con la ira de los dioses: “(…) cuando algún indio enfermaba tenía muchos demonios (dioses) a quienes sacrificaban y rogaban por la salud, y para aplacar los demonios, si rogando y sacrificando al uno no sanaba, iba a otros, y desta causa tenían muchos demonios y diablos (dioses) para las enfermedades, y si en el tiempo que rogaban a uno, acontecía sanar decían: que aquel demonio le había dado salud (…)”.

Distintos tipos de sanadores
Entre los pueblos aztecas había distintos tipos de sanadores. El ticitl examinaba a las personas enfermas y las curaba con remedios basados en sus conocimientos. Hoy sería nuestro médico de cabecera o de familia. El nahualli actuaba mediante la confección de horóscopos y era capaz de predecir el pronóstico de los males al mismo tiempo que curaba con métodos secretos y determinados rituales simbólicos. Se centraba más en el espíritu que en el cuerpo, y estaría más bien relacionado con lo que hoy en día tratan de hacer los psicólogos y psiquiatras.
Otros sanadores destacaban por sus habilidades:
el cirujano, tetecqui o texoxotla ticitl;
el sangrador, tezoc o teximani;
la comadrona, tlamatqui o temixintiani;
el boticario, papiani o panamacani.

Sabían curar fracturas y mordeduras de serpientes. Las mujeres ejercían la medicina una vez alcanzada la menopausia. Porque la menstruación y el parto se consideraban impurezas del cuerpo y ponían, por consiguiente, en riesgo su práctica.

Bernardino de Sahagún dejó testimonio escrito de los atributos que él, a su entender, reconocía en la sabiduría médica azteca: “El médico suele curar y remediar las enfermedades; el buen médico es entendido, buen conocedor de las propiedades de las yerbas, piedras, árboles y raíces, experimentado en las curas, el cual tiene también por oficio saber concertar los huesos, purgar, sangrar y sajar, y dar puntos, y, al fin, librar de las puertas de la muerte. El mal médico es burlador, y por ser inhábil, en lugar de sanar, empeora a los enfermos con el brebaje que les da, y aún a las veces usa hechicerías y supersticiones para dar a entender que hace buenas curas”.
FOTO 003 Sanadores y números

Los textos antiguos afirmaban que una de las herramientas que debía poseer el médico-sacerdote era la capacidad de impresionar a sus pacientes. Y ésta se conseguía mediante una extensa gama de objetos: plantas de tabaco, plumas de aves, cabellos humanos, conchas, etc., que legitimaban y creaban un adecuado clima de sugestión, misterio y magia entre el médico y el enfermo.

La educación de los sanadores aztecas se iniciaba en el Calmenac: la escuela para los nobles en donde se transmitía su propio acerbo cultural, su historia, los cantares a los dioses y la ciencia calendario. Luego, se continuaba el aprendizaje junto al maestro o temachtiani. El aprendiz debía saber interpretar el Tonalamatl augural y también, conocer las virtudes de las hierbas medicinales.

Algunos desequilibrios que amenazaban la salud
El “mal de ojo
Éste era un tipo de desequilibrio que respondía a diferentes supuestos y que causaba en el afectado algunas enfermedades que cursaban con inflamación, vómito, etc. Una acepción de lo que entonces se conocía como “mal de ojo” se refería a la afección que causaba el cansancio transitorio de los caminantes, los iracundos, las menstruantes y otros agentes que presentaban la particularidad de tener los “humores muy revueltos”; estados físicos que explicaban el malestar de las mujeres que acababan de parir o de sus recién nacidos.

El “mal de ojo” se podía transmitir por la sola presencia de los irritados, pero sobre todo a causa de la mirada de éstos.

Otra afección, la fuerza del tonalli, una de las tres entidades anímicas, se transmitía a través de la vista. Se explicaba por la penetración de calor que las personas de “sombra fuerte” ejercían sobre las de “sombra débil”, por lo general niños.

También se relacionaban con el “mal de ojo”: el tlazolmiquitzli, una enfermedad que se originaba ante la proximidad de “el sucio” (ladrones, prostitutas, adúlteros, etc.); la chipilez, una especie de melancolía que causaba la mujer embarazada a su hijo y a su marido; el xoxalli, propio de las personas que roban el calor a su paso, y los malos aires que acarrean los caminantes.

Por último, la codicia y la envidia causaban el “mal de ojo”. Ésta es la acepción que más se asemeja a la concepción contemporánea de este mal y que, por lo general, tiene su origen en un deseo insatisfecho.

El conocimiento, el diagnóstico
Los sacrificios humanos de índole religiosa que llevaron a cabo los aztecas favorecieron su conocimiento de la anatomía del cuerpo humano, que fue sin dudad el más amplio entre las diversas culturas precolombinas. Las frecuentes ceremonias en honor a los dioses incluían la extracción del corazón y el desmembramiento del cuerpo.

El diagnóstico de la enfermedad y su pronóstico combinaban el horóscopo y las circunstancias astrológicas que regían en el momento del nacimiento del individuo, y también las que existían en el momento en que aparecía la enfermedad. El médico analizaba todos los datos astrológicos del enfermo y a la vez examinaba los órganos y partes del cuerpo que se hallaban afectados.

Por ejemplo: el glifo del caimán influía sobre el hígado; el viento, sobre los pulmones; la casa, en el ojo derecho; la lagartija, sobre la cabeza; el venado, sobre la pierna derecha; la serpiente, sobre los genitales; el agua, en el pelo; el perro, en la nariz; la liana, en el intestino; la cuchilla de la obsidiana, en los dientes; la lluvia, en el ojo izquierdo; y la flor, en el pecho.

La salud en la mujer y en la infancia
La población azteca solía contraer matrimonio sobre los 20 años, e incluso antes. La partera aconsejaba a la mujer en su primer embarazo. Y los consejos iban encaminados a evitar dañar el feto. Por ejemplo, la futura madre debía evitar mirar a un ahorcado y no debía hacer la siesta ni mascar tzictli; esto último para evitar que la criatura tuviera luego dificultades al mamar. No debía mantener relaciones sexuales con su marido dos meses antes del parto, satisfacer los antojos que tuviera y seguir una correcta alimentación. Se le recomendaba tomar baños de vapor o temazcalli. Las mujeres menstruantes, preñadas, puérperas o que se hallaban de parto tenían una condición de exceso de calor y eran muy vulnerables a los ataques de frío. Conocían diversas enfermedades ginecológicas y puerperales. Sabían, por ejemplo, que algunas infecciones en el aparato reproductor de las mujeres provocaban exudados purulentos.

El Parto
Dos meses antes del parto, la comadrona comprobaba la posición del feto. El parto se realizaba en cuclillas y se favorecía con la ayuda de algunas substancias como la cola de tlacuatzin o las infusiones de cihuapatli, una hierba con efectos similares a la oxitocina. La partera era asimismo quien se encargaba de extraer el feto en el caso de que éste estuviera muerto antes de nacer, así como de provocar el aborto mediante manipulaciones y hierbas. El nacimiento de gemelos se interpretaba como una señal clara de la muerte temprana del padre o de la madre. Y, por ello, uno era sacrificado.
FOTO 004 La salud en la mujer y en la infancia

La Lactancia
Puesto que los aztecas no disponían de leche procedente de la cría de animales domésticos, la lactancia solía durar hasta los tres años de edad. El Códice Mendoza (1550) contiene textos e ilustraciones sobre la educación y la alimentación durante la infancia.

Los médicos prácticos
Había una extraordinaria variedad de médicos y sangradores que actuaban siguiendo procedimientos básicamente no mágicos, aunque no exentos de cierta liturgia o puesta en escena, Entre otros:
Yerbateros (xiuhximatqui), que conocían empíricamente las propiedades reales o míticas de las plantas, animales y minerales.
Sangradores; los que curaban de las picaduras de víboras y alacranes; quienes reducían las fracturas de los huesos; los que curaban los dientes extrayendo gusanos (tetlacuicuilique); cirujanos (cuatlapanque); comadronas (temixihuitiani) o parteras, que no sólo atendían a la parturienta, sino que también proporcionaban consejos y cuidados a la embarazada desde el comienzo de la gestación.

Así, a las parteras o comadronas se les prohibió el ofrecimiento del recién nacido a los dioses (uno de los primeros ritos náhuatl de la vida).

BIBLIOGRAFÍA
La Medicina de los Antiguos Aztecas. María Estrada Campmany; Nuria Pérez Pérez; Jaume Serra Farró y Xavier Sorní Esteva. Ediciones ACV. 2007
FOTO 005 El viaje

AGRADECIMIENTOS
Andreu Segura Benedicto. Doctor en Medicina y Cirugía. Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.
Iván Gomezcésar Hernández. Doctor en Ciencias Antropológicas y coordinador de Enlace Comunitario de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
María Estrada Campmany. Llicenciada en Farmacia por la Universidad de Barcelona.
Elsa Fujigaki Cruz. Licenciada en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Carmen Macuil. Licenciada en Antropología por la Escuela nacional de Antropología e Historia. México.
Nuria Pérez Pérez. Doctora en historia de las Ciencias por la Universidad Autónoma de Barcelona. Licenciada en Biología y en Filosofía por la Universidad de Barcelona.
Andreu Segura Benedicto. Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Jaume Serra Farró. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona.
Xavier Sorní Esteva. Doctor en Farmacia.

Manolo González. Periodista de la Unidad de Comunicación del Hospital Donostia de San Sebastián

AUTORES
Jesús Rubio Pilarte

Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
Miembro no numerario de La RSBAP
jrubiop20@enfermundi.com

Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero Servicio de Oftalmología
Hospital Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Vocal del País Vasco de la SEEOF
Miembro de Eusko Ikaskuntza
Miembro de la Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos
Miembro Comité de Redacción de la Revista Ética de los Cuidados
M. Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro no numerario de La RSBAP
masolorzano@telefonica.net