jueves, 30 de noviembre de 2023

SANATORIO NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES 1916

 

 

Foto 1 Sanatorio Nuestra Señora de las Mercedes

 

Es nuestro deseo de no aparecer “orgullosos”, a la fuerza ha de ser “modestos”, como calificó un distinguido hombre público a los guipuzcoanos al estudiar su carácter tenaz para el trabajo y poco amigo de exhibiciones, nos proponemos inaugurar esta sección en la que, a pequeñas dosis, como corresponde a quién no posee facultades para el periodismo, expondremos la labor que realiza este benéfico establecimiento, tan poco conocido y tan digno de serlo por lo que representa en la lucha contra la tuberculosis.

 

Ciertamente, que a medida que el tiempo transcurre, el número de visitantes que nos honran, aumenta; no lo es menos que cada uno en la medida de sus medios de fortuna, porque la voluntad es igual en todos, van ayudándonos en la labor debe restar víctimas a la “Peste blanca”; pero los potentados, los que sin detrimento apreciable para sus extensos capitales, pueden desprenderse de donativos fijos, estos desgraciadamente, no han hecho llegar sus automóviles hasta las faldas del “Ametzagaña”, más que en un número muy exiguo (1).

 

Y he aquí, que el Sanatorio para pretuberculosos pobres, levantado por la Caridad popular y por ella sostenido, se dirige a estos favorecidos por la fortuna, no ya para pedirles desde aquí sus donativos sino más bien para rogarles una visita ha dicho establecimiento.

 

Tenemos la confianza plena de que al estudiar por sí mismos los resultados allí obtenidos y el ancho campo que todavía no resta por laborar, no dejarán transcurrir más tiempo sin que sus nombres vayan esculpidos a las cabeceras de aquellas camas donde reposarán infinidad de pretuberculosos que, durante su estancia, sólo agradecimiento pueden almacenar en sus corazones y, que, una vez devueltos a la sociedad, firmemente acorazados para la lucha contra la tuberculosis, serán uno de tantos testigos vivientes de aquella caridad que paga a ésta con la mejor cruz o prebenda conocida, con la satisfacción de haber arrancado una vida más a la devastadora plaga (1).

 

Foto 2 Enfermeras, enfermas, Practicantes y Hermanas Mercedarias de la Caridad en el jardín del Sanatorio Nuestra Señora de las Mercedes

 

Donativos, grandes por la voluntad de los que nos los otorgan, pero pequeños para la gran obra impuesta, no nos han faltado desde el comienzo de nuestra labor; pero con ser estos muchos, tenemos que rendirnos a la fuerza numérica de los gastos e ingresos de atemperar aquellos a la inestabilidad de éstos.

 

Solamente un medio puede afianzar para siempre un número fijo de enfermos que reciban asistencia en el Sanatorio y este no está en otras manos que las de aquellos a cuyas puertas llamamos desde estas páginas. La entrega de capitales que con sus intereses sean suficientes para sostener una cama a nombre de cada uno de los donantes, quedando lo que ingresa la caridad popular, para aumentar este número fijo en la cantidad de enfermos que estos ingresos permitan (1).

 

Afortunadamente para los enfermos pretuberculosos de nuestro Sanatorio, el medio, iniciado por la calidad del filántropo señor don Francisco Larrea, que en paz descanse, entregándonos a perpetuidad una lámina de la Deuda para con los intereses de ella sostener una cama que lleva el nombre del caritativo donante, podemos continuarlo agregando hoy el donativo de mil pesetas para sostenimiento de otra cama durante un año ofrecido por donde el señor don Benito Milner, y esperando confiamos en que no tardaremos en ver adornadas las cabeceras de la mayoría de las camas del Sanatorio con las placas en las que figuren los nombres de otros generosos donantes que vengan a sumar a los actuales (1). Luis Sáiz. Secretario del Comité local Antituberculoso

 

Foto 3 Fachada principal del sanatorio antituberculoso vasco – argentino Nuestra Señora de las Mercedes, 15 de septiembre de 1912, día de la inauguración. Revista Novedades

 

DISPENSARIO ANTITUBERCULOSO DE SAN SEBASTIÁN

 

Asistencia prestada en el Consultorio durante el mes de la fecha, mayo.

 

Reconocimientos: Adultos 237. Niños 172

Inyecciones: Adultos 272

Visitas a domicilio: Adultos 4. Niños 3

 

Socorros en bonos para alimentación

 

Leche: 1.348 litros. 347,00 pesetas

Huevos: 39 docenas. Docenas 58,50 pesetas

Carne: 127 libras. Libras 151,45 pesetas

Garbanzos: 12 kilos. Kilos 12,00 pesetas

Alubias: 22 kilos. Kilos 19,80 pesetas

Lentejas: 2 kilos. Kilos 1,70 pesetas

 

En total 590,45 pesetas

Socorros en metálico para el pago de la renta: 76,50 pesetas

 

En total 666,50 pesetas

 

Recetas de medicamentos específicos: 50 pesetas

San Sebastián a 31 de mayo de 1916

La Junta Provincial de Sanidad

 

CORPORACIONES OFICIALES

 

Junta Provincial de Sanidad

 

Presidente, Excelentísimo Señor Gobernador Civil

Doctor Ramón Castañeda Otermín. Presidente de la Junta permanente

Señor Presidente de la Diputación Provincial

Señor Alcalde de San Sebastián

Jefe de Sanidad Militar de la plaza, don Rafael Giménez

Subdelegado de Medicina, doctor don Ramón Moráiz Otegui

Subdelegado de Farmacia, doctor don Manuel Vidaur

Subdelegado de Veterinaria, don Antonio Echeveste

Delegado de Hacienda, don Eduardo Melendez

Comandante de Marina, don Felipe Arnaiz

Presidente de la Cámara de Comercio don Juan Córdova

Jefe técnico de la Junta de Obras del Puerto, don Alberto Machimbarrena

Jefe del Laboratorio Municipal, don Manuel F. Casadevante

Don Paulino Caballero, Director del Instituto y Catedrático de Química

Doctor don Francisco Pérez Cuadrado. Presidente del Colegio de Médicos

 

Don Ramón Usabiaga, farmacéutico

Don Enrique Arizpe, abogado

Farmacéutico de la Beneficencia Municipal don Alberto Matilla

Don Marcos Artola, veterinario

Don César Sebastián, Inspector provincial de Sanidad y Secretario de la Junta Provincial de Sanidad

 

Foto 4 Fiesta en el Sanatorio Antituberculoso Nuestra Señora de las Mercedes. Revista Novedades

 

Comisión permanente de Sanidad

Don Ramón Castañeda Otermín

Don César Sebastián

Don Antonio Echeveste

Don Francisco Pérez Cuadrado

Don Enrique Arizpe (2).

 

COMITÉ LOCAL ANTITUBERCULOSOS DE SAN SEBASTIÁN

 

PRESIDENTA DE HONOR

 

S. M. LA REINA DOÑA VICTORIA EUGENIA

 

JEFA DE INSTITUCIONES ANTITUBERCULOSAS DE ESPAÑA

 

PRESIDENTES HONORARIOS

 

Excelentísimo Señor Don Juan de la Cierva y Peñafiel

Señor Alcalde Presidente del Excelentísimo Ayuntamiento de San Sebastián

 

VOCALES HONORARIOS

 

Señor Presidente del Círculo Mercantil e Industrial de San Sebastián

Señor Cónsul de la República Argentina en San Sebastián

Excelentísimo Señor don Leonardo de Moyua, Marqués de Roca – Verde

Señor Presidente de la Sociedad Euskal Billera

Doña Catalina Z. Viuda de Guerra

Don Eugenio Insausti

Don Juan Cruz Jaureguialzo (3)

 

Presidente del Comité: Doctor Ramón Castañeda Otermín

Vicepresidente: Doctor Ramón Moráiz Otegui

Secretario. Doctor Luis Sáiz

Tesorero: Manuel Celaya Cendoya

Vocal: Excelentísimo Señor Don José Elósegui Larrañaga

Vocal: Doctor Manuel Bago Aguirre

Vocal: Doctor Luis Alzúa Carril

Vocal: Doctor Tomás Maíz

Vocal: Doctor Manuel Vidaur

Vocal: Doctor Manuel Pérez Icazategui

Vocal: Doctor José Gurruchaga Marticorena

Vocal: Doctor Mariano Echauz

Vocal: Doctor Francisco Tamés Arsuaga

Vocal: Doctor Raimundo Bueno Ramírez

 

SECCIÓN DE SEÑORAS

 

Doña Isabel Torres, Viuda de Echeverría

Excelentísima Señora Doña Eladia Luzunáriz de Altube

Doña Isabel Echeguren de Budd

Doña Eugenia Petit de Satrústegui

Excelentísima Señora Doña María Lizariturry de Elósegui

Doña Concepción Cuadra, Viuda de Arcos

Doña Josefa Otermín de Matheu

Doña Carmen Resines Gardeazábal

Doña Remedios Hernández de Insausti

Doña Teresa Barcáiztegui, Viuda de Zappino

Doña Constanza Odriozola de Castañeda (3).

 

Foto 5 El Sanatorio antituberculoso Nuestra Señora de las Mercedes. Revista Novedades

 

JUNTA DEL DISPENSARIO ANTITUBERCULOSO DE SAN SEBASTIÁN

 

COMITÉ EJECUTIVO

Señor Don Tomás Balbás

Señor Don Mariano Zuaznabar

Señor Don Aniceto Rezola

Señor Don Ramón Zubeldia

Señor Don Juan Santo Domingo

Señor Don Agustín Brunet

Señor Don Santiago Azaldegui

Señor Don Romualdo Rebollar

Señor Don Tomás Bermingham

Señor Don Ignacio Alcorta

 

MÉDICO DIRECTOR

Señor Don Emiliano Eizaguirre Marquinez

 

MÉDICOS CONSULTORES

Señor Don Manuel Zaragüeta Fernández

Señor Don Modesto Huici Zalacaín

Señor Don Luis Egaña Monasterio

Señor Don Luis Ayestarán Gabaraín

Señor Don Victoriano Solano Gordón

Señor Don José Beguiristaín Gorriti

Señor Don Ángel Elvira López

Señor Don Julio Maeso Elorrio

Señor Don Fernando Asuero Sáenz de Cenzano

Señor Don José Larburu

Señor Don Francisco F. Usabiaga (3)

 

DISPENSARIO ANTITUBERCULOSO

 

ASISTENCIA DURANTE EL MES DE AGOSTO

 

Enfermos que estuvieron por vez primera: 143

Reconocimientos a enfermos socorridos: 213

Inyecciones aplicadas: 184

Reconocimientos por Rayos X: 8

Visitas a domicilio: 14

Análisis realizados: 12

Recetas gratuitas: 91

 

En vales de alimentación se ha dado por valor de 658 pesetas con 90 céntimos (4).

 

DISPENSARIO ANTITUBERCULOSO DE SAN SEBASTIÁN

 

Hemos recibido la cuarta Memoria del Dispensario Antituberculoso y en verdad que pueden estar satisfechos de su obra los iniciadores de tan importante Institución. Puede decirse que es uno de los principales de España, tal vez el primero en que la acción social se efectúa con una intensidad tan honda, qué si le imitaran otros, fácil nos sería evitar y detener el desarrollo del mal y llegar a la curación de todos los casos que empiezan (5).

 

Todos los procedimientos modernos se emplean para conseguir la curación de los tuberculosos, pues han tratado varios casos por medio del pneumotórax artificial y muchos por la tuberculina (5).

 

Foto 6 Enfermeras, enfermas, Practicantes y Hermanas Mercedarias de la Caridad en el jardín del Sanatorio Nuestra Señora de las Mercedes

 

Si unimos a esta acción médica tan importante la bienhechora de facilitarle la alimentación adecuada, habremos llegado a conseguir todas las condiciones necesarias para el éxito del tratamiento (5).

 

No nos queda más que felicitara al ilustre presidente doctor don Manuel Zaragüeta Fernández, al director médico doctor don Emiliano Eizaguirre Marquinez, al activo tesorero don José Ramón Tellería que en unión de los demás señores que constituyen la Junta del Dispensario y médicos consultores que realizan una labor digna de encomio.

 

Durante el año 1916 tan socorrida 226 tuberculosos. Dados de alta 136. Fallecidos 11. Quedan el uno de enero de 1917, 79 ingresados (5).

 

Visitas a domicilio 286; en el Consultorio 5.622. Inyecciones de varias clases 3054. De tuberculina 678. Ocho enfermos tratados por el Pneumotórax artificial. Radioscopias y radiografías 294.

 

Los gastos por medicamentos, material para el Consultorio, ingresos, sueldos de los empleados, comida extraordinaria a los tuberculosos y alimentos consistentes en leche, huevos, alubias, patatas, garbanzos, lentejas, pan, biberones de la “Gota de Leche”, bonos extraordinarios por Navidad, carne y socorros en metálico a tuberculosos, arroja un total de 11.775,64 pesetas (5 y 6).

 

SANATORIO DE NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES 1918

 

Siendo la revista “Guipúzcoa Médica”, órgano oficial del Comité local Antituberculoso, a cuyo organismo está encomendado el sostenimiento del Sanatorio de Nuestra Señora de las Mercedes, y encargado por mis compañeros de Comité, del servicio médico de dicho Sanatorio, desde 1 de marzo de 1918.

 

Justo es que, accediendo a los deseos expresados por el Doctor Francisco Pérez Cuadrado, alma de esta Revista, digamos en ella algo de lo que por nosotros hemos observado en seis meses de asistencia, y como más del 80 % del contingente femenino que ingresa en dicho benéfico establecimiento, padecen de clorosis, lógico es que a dicha enfermedad dediquemos nuestras primeras impresiones, dejando para artículos sucesivos, el ocuparnos de otras entidades nosológicas (6 y 7).

 

Clorosis, Definición: Enfermedad descrita a principios del siglo XIX. Afectaba a las mujeres y se caracterizaba por la presencia de anorexia, palidez, amenorrea. Muchos de estos casos serían hoy diagnosticados como trastornos de ansiedad o afectivos.

 

Mas antes de pasar adelante, queremos dejar sentado que, limitado el objetivo de nuestro modesto trabajo a hacer consideraciones de índole puramente personal, para nada haremos mención de cuanto se refiera a análisis hematológicos, indispensables hoy en día en todo correcto diagnóstico de cualquier enfermedad de la sangre, pues enemigos de pavonearnos con méritos ajenos, haremos constar que, en tanto se instale en el Sanatorio el laboratorio proyectado, todos los análisis químicos y bacteriológicos necesarios, son practicados por el competente doctor en Medicina y Farmacia y vocal del Comité, don Manuel Vidaur. En 1918 es nombrado médico del Sanatorio el doctor Raimundo Bueno Ramírez (6 y 7).

 

Foto 7 Sanatorio Nuestra Señora de las Mercedes

 

Clorosis

Raros el día de los dedicados al reconocimiento de los enfermos aspirantes a su ingreso en el Sanatorio Antituberculoso, que no se presenten tres o cuatro muchachas, relatando todas ellas una historia parecida: dolores en la espalda y en las piernas, disminución de fuerzas y de apetito, desarreglos menstruales, cefalalgias, palpitaciones, etc., etcétera, que las hace imposible dedicarse a sus habituales ocupaciones (6 y 7).

 

Una vez reconocidas y admitidas, ingresan en el Sanatorio Nuestra Señora de las Mercedes donde son previamente sometidas a una cura de reposo absoluto sin medicación alguna, hasta tanto que, a nuestro juicio, el organismo haya descansado lo suficiente para poder resistir el régimen dietético y farmacológico adecuado.

 

Concediendo primordial importancia al tratamiento higiénico, somos muy exigentes en todo lo que con el descanso se relaciona, haciendo que diariamente reposen cómodamente en sendas «chaisse-longues» por lo menos 4 o 5 horas en varias veces, respirando a pleno pulmón en aquellas amplias galerías, y prohibiéndoles hasta la conversación, en el reposo que hacen después de las comidas.

 

La alimentación, rica en hierro, se compone de leche, huevos frescos, verduras, purés de legumbres y carne asada, con abstención de toda bebida alcohólica, procurando dar a las comidas la mayor variación posible (6 y 7).

 

En la medicación alternamos los sellos de protoxalato de hierro, con las píldoras de carbonato ferroso, y las cucharadas de jarabe de yoduro de hierro y lactofostato de cal.

 

En los periodos de descanso de la administración del hierro, empleamos los arsenicales por la vía intramuscular, dando entre ellos la preferencia al cacodilato de sosa.

 

Foto 8 Inauguración del Sanatorio Nuestra Señora de las Mercedes el 15 de septiembre de 1912, con sus majestades los Reyes

 

Y con este sencillo tratamiento hemos visto cómo a los pocos días de su estancia en el Sanatorio, comienzan a reanimarse aquellas naturalezas abatidas, amortiguándose el tinte céreo del cutis, coloreándose las mejillas y reavivándose sus miradas, dando la sensación de frescura y lozanía propias de la juventud (6 y 7).

Doctor Raimundo Bueno Ramírez

 

DISPENSARIO ANTITUBERCULOSO DE SAN SEBASTIÁN 1919

 

Hemos recibido la Memoria del Dispensario Antituberculoso de San Sebastián, leída en la Junta General celebrada por el humanitario organismo el primero del pasado febrero.

 

La labor altruista y beneficiosa que realiza el Dispensario Antituberculoso, bajo la acertada dirección del doctor Emiliano Eizaguirre, es digna del mayor encomio (8).

 

El Dispensario ha emprendido una tenaz cruzada contra la tuberculosis, la plaga moderna que tantas víctimas produce.

 

El número de enfermos que acuden a sus consultas y reciben asistencia es considerable. Para ayudar a la curación de la terrible dolencia e impedir la propagación del mal el Dispensario hace una activa propaganda de los preceptos higiénicos mediante la distribución de sabios consejos y folletos llenos de enseñanzas.

 

Para mejor llevar a cabo su eficaz labor, sostiene una íntima relación con el Hospital, en cuyo benéfico establecimiento ingresan los enfermos que por su gravedad o falta de medios no pueden atender en sus casas debidamente a un buen tratamiento.

 

La atención vigilante del Dispensario no abandona a los pacientes, cuando éstos, aliviados, vuelven a su vida cotidiana. Entonces continúa su tutela facilitándonos bonos de alimentación o procurándoles empleos adecuados a sus condiciones físicas.

 

Pero esta obra de amor y humanidad necesita ayuda inmediata y decidida. Los enfermos que acuden en demanda de socorro son cada día más, y la situación económica del Dispensario no responde a las necesidades de acción.

 

En el avance del año los ingresos han sido de 20.000 pesetas y los gastos alcanzan la suma de 26.000 pesetas.

 

Los enfermos socorridos durante el año fueron 136. El 1º de enero de 1919 existían 105 enfermos.

 

Entre los 136 enfermos se han distribuido durante el pasado año 19.916 litros de leche, 7.410 huevos, 6.964 kilos de pan, 2.836 pesetas de carne y 2.287 pesetas en metálico, sin contar los socorros de legumbres (8).

 

Como decimos anteriormente el balance presenta un déficit de 6.000 pesetas.

 

En nuestra ciudad, donde toda iniciativa humanitaria tiene ferviente acogimiento no debe existir ese desnivel que impedirá el socorro a más enfermos (8).

 

Es necesario arbitrar recursos para que el Dispensario dilate su benéfico radio de acción llevando a los enfermos del terrible mal una risueña esperanza y un inmediato auxilio.

 

Tenemos la seguridad que el llamamiento iniciado por la Junta del Dispensario no caerá en el vacío y obtendrá colaboraciones económicas en cantidad.

 

Réstanos tan sólo tributar nuestro aplauso sincero al Comité ejecutivo de la humanitaria entidad y a los médicos consultores que les secundan en tan noble tarea (8).

 

Foto 9 Capellán, enfermeras, Practicante y Médico Raimundo Bueno Ramírez

 

Bibliografía

1.- Guipúzcoa Médica Año I. Número 2. Páginas 17 - 19 de junio de 1916

 

2.- Guipúzcoa Médica Año I. Número 2. Páginas 28-29 de junio de 1916

 

3.- Guipúzcoa Médica Año I. Número 4. Páginas 31 y 32 de agosto 1916

 

4.- Guipúzcoa Médica Año I. Número 5. Página 32 de septiembre 1916

 

5.- Guipúzcoa Médica Año II. Número 11. Página 156 de marzo de 1917

 

6.- Guipúzcoa Médica Año III. Número 29. Páginas 232 y 233 de septiembre de 1918

 

7.- Guipúzcoa Médica Año III. Número 29. Páginas 232, 233 y 234 de septiembre de 1918

 

8.- Guipúzcoa Médica Año IV. Número 36. Páginas 146 y 147 de abril de 1919

 

Otra Bibliografía para consultar

 

Historia y antecedentes del Hospital de Amara

http://www.euskonews.com/0227zbk/gaia22702es.html

 

Amarako Ospitalearen historia eta aurrekariak

http://www.euskonews.com/0227zbk/gaia22702eu.html

 

Historia y antecedentes del Hospital de Amara San Sebastián. Antiguo Sanatorio Antituberculoso.- Manuel Solórzano

http://www.enfersalud.com/amara/

 

Mi estancia en el Sanatorio Antituberculoso de San Sebastián. Primera Parte. 1960 – 1961. Sanatorio Antituberculoso de las Enfermedades del Tórax. Grupo Sanatorial “AMARA”. Publicado el sábado día 8 de octubre de 2016

http://enfeps.blogspot.com.es/2016/10/mi-estancia-en-el-sanatorio.html

 

Mi estancia en el Sanatorio Antituberculoso de San Sebastián. Segunda Parte. 1960 – 1961. Sanatorio Antituberculoso de las Enfermedades del Tórax. Grupo Sanatorial “AMARA”. Publicado el viernes día 21 de octubre de 2016

http://enfeps.blogspot.com.es/2016/10/mi-estancia-en-el-sanatorio_21.html

 

Una visita al Sanatorio de Nuestra Señora de las Mercedes 1913. Publicado el lunes día 15 de marzo de 2021

https://enfeps.blogspot.com/2021/03/una-visita-al-sanatorio-de-nuestra.html

 

El Hospital del Tórax de San Sebastián y las Hermanas Mercedarias de la Caridad se puede descargar en la siguiente dirección (pesa 9 MB):

http://www.aniorte-nic.net/archivos/trabaj_libro_hosp_torax_san_sebastian_hermanas_mercedarias.pdf

 

Enciclopedia Wikipedia

 

Manuel Solórzano Sánchez. Grado en Enfermería

https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez

Día 20 de octubre de 2022, jueves

 

Manuel Solórzano Sánchez. Entziklopedia en Euskera

https://eu.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez#Ibilbidea

Día 27 de octubre de 2022, jueves

 

El legado del enfermero Manuel Solórzano. Antton Iparraguirre. Artículo del Diario Vasco de San Sebastián. Lunes, 7 de agosto de 2023

https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/historia/legado-enfermero-manuel-solorzano-enfermeria-gipuzkoa-donostia-blog-manuel-solorzano-20230807210304-nt.html

 

Manuel Solórzano Su Legado Enfermero. Publicado el lunes día 4 de septiembre de 2023

https://enfeps.blogspot.com/2023/09/manuel-solorzano-su-legado-enfermero.html

 

Foto 10 Manuel Solórzano Sánchez con su undécimo libro “El Hospital del Tórax de San Sebastián y las Hermanas Mercedarias de la Caridad

 

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Premio a la Difusión y Comunicación Enfermera del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa 2010

Miembro de Enfermería Avanza

Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa. Años 2019 y 2022

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020

Sello de Correos. 31 de diciembre de 2022

masolorzano@telefonica.net

 

lunes, 27 de noviembre de 2023

Franklin Flint Thompson el Enfermero de la Guerra de Secesión Americana que era mujer

 

 

Foto 1 El enfermero “Franklin Flint Thomson”

 

El enfermero conocido como “Franklin Flint Thomson” era en realidad “Sarah Emma Edmonds”, 1841 - 1898, una mujer canadiense que sirvió disfrazada de hombre en el Ejercito de la Unión durante la Guerra de Secesión estadounidense.

 

 

Experta en hacerse pasar por varón vestida como tal, Sarah Edmonds describió sus proezas y sus memorias en el muy exitoso libro “Nurse and Spy in the Union Army”, (Enfermero y espía en el ejército de la Unión), que fue un éxito para su época (1).

 

En 1992, fue incluida en la “Michigan Women's Hall of Fame” (Salón de la Fama de las mujeres de Míchigan”.

 

Nace en diciembre de 1841 en Nuevo Brunswick, entonces colonia británica, en el estado de Canadá. Hija de Isaac Edmonds, de Escocia, y Elizabeth Leeper, de Irlanda. Sarah Edmonds creció con sus hermanas en la granja familiar. Edmonds huyó de su casa a los quince años, para evitar un matrimonio de conveniencia impuesto por su padre. Ayudada por su madre, quien también había sido obligada a casarse muy joven, Edmonds huyó; y adoptó la identidad masculina como Franklin Flint Thompson, para poder viajar por la Colonia británica más fácilmente.

 

Foto 2 El enfermero “Franklin Flint Thomson” era en realidad “Sarah Emma Edmonds”

 

En sus memorias “Unsexed, or the Female Soldier” (Sin sexo o la mujer soldado), Sarah Edmonds afirmó que su familia era sobreprotectora, lo que la hacía sentirse “protegida pero esclavizada” y describió a su padre como el “severo maestro de ceremonias” (4).

 

Cuando su padre intentó casarla con un vecino de 16 años, ella se escapó de casa, cambió su nombre por Franklin Thompson y consiguió un trabajo como vendedor en una sombrerería, según el libro “More Than Petticoats: Remarkable Michigan” (Women Más que enaguas: mujeres notables de Michigan) (4).

 

La sombrerería era un lugar de paz hasta que su padre descubrió su paradero, así que Emma se cortó el cabello, gastó todos sus ahorros en ropa de hombre y buscó otro trabajo. Fue contratado y comenzó su vida como Franklin Thompson (4).

 

Su identidad masculina le permitía a Sarah Edmonds moverse, viajar, y trabajar independientemente todo lo cual le habría estado vetado como mujer. Cruzó a los Estados Unidos y allí Franklin trabajó como vendedor para un exitoso librero y editor de biblias y libros religiosos en Hartford, Connecticut (1, 2 y3).

 

El interés que había despertado por la aventura en su juventud fue a causa de la lectura del libro de Maturin Murray Ballou titulado “Fanny Campbell, la Capitana Pirata”, que cuenta la historia de Fanny Campbell y sus aventuras en un barco pirata durante la Guerra de la Independencia vestida de hombre para perseguir sus aventuras, a lo que Sarah Edmonds atribuyó su deseo de imitarla (1 y 2).

 

Estando sentada en la estación de tren, escuchó la noticia sobre el estallido de la Guerra de Secesión y supo que tenía que proceder:

“Me despertó mi ensoñación una voz en la calle que gritaba “New York Herald – Caída de Fort Sumter – Proclamación del Presidente – ¡Convocatoria de setenta y cinco mil hombres!” Este anuncio le sobresaltó, mientras su imaginación retrataba la lucha que se avecinaba en toda su terrible magnitud… Es cierto, que él no era estadounidense – no estaba obligado a quedarse allí durante esta terrible lucha – podía regresar a su tierra natal donde sus padres le darían la bienvenida al hogar de su infancia, y sus hermanos y hermanas se alegrarían de su llegada. Pero estos no eran los pensamientos que ocupaban su mente. No era su intención o deseo de buscar su propia tranquilidad y consuelo mientras tanto dolor y angustia llenaban la tierra. Pero la gran pregunta por decidir era: ¿qué podía hacer? ¿Qué papel debía actuar en este gran drama? No podía decidir por sí mismo, así que llevó su pregunta al Trono de Gracia y allí encontró una respuesta satisfactoria” (4).

 

Tras iniciarse la Guerra de Secesión Americana, el 25 de mayo de 1861 se alistó como “enfermero” en la Compañía F de la 2ª Infantería de Michigan, también conocida como “Flint Union Greys”. Era su segunda adopción con una identidad masculina; dio el falso nombre de “Franklin Flint Thompson”, parece ser que el segundo nombre suyo fue posiblemente por referencia a la ciudad donde se alistó, Flint en Míchigan. Hasta 1962 trabajó como enfermero en un hospital, hasta que en esa fecha fue reasignado a su destacamento.

 

Sentía que era su deber servir al país, siendo verdaderamente patriota en su nuevo país y como mujer no lo podía realizar. En aquella época y con las prisas de la guerra, los exámenes físicos para el alistamiento eran muy superficiales, por lo que no fue descubierta. Al principio sirvió como enfermero de campo, participando en varias campañas bajo el mando del general McClellan, incluyendo la Primera y Segunda batalla de Bull Run, Antietam, Campaign, Vicksburg, Fredericksburg, y otras. Aun así, algunos historiadores actuales ponen en duda que pudiera haber estado en todas ellas (1 y 2).

 

Franklin Thompson, se convirtió en el segundo enfermero de campo de Michigan. Se creía que las mujeres no podían estar expuestas a la sangre de la batalla ni a los cuerpos desnudos de los hombres, por lo que casi todas las enfermeras en ese momento eran hombres. Sin que nadie lo supiera, Sarah Edmonds estaba nuevamente invalidando los estereotipos de género (5).

 

Foto 3 El enfermero “Franklin Flint Thomson” atendiendo a un soldado herido

 

En Bull Run, o Manassas si eras del Sur, la primera gran batalla de la guerra, Franklin Thompson observó cómo las tropas de la Unión avanzaban con rapidez, pero luego la dirección de la guerra cambió. Su hospital de campaña estaba totalmente desbordado. El ayudó a serrar extremidades y a curar y vendar las heridas y luego se movió en el campo de batalla entre el estruendo atronador de los cañones y las bolas minié silbantes para rescatar a soldados jóvenes ensangrentados, todos gimiendo, pidiendo y llamando a sus madres (5).

 

La carrera de Franklin Thompson en la guerra dio un giro inesperado cuando un espía de la Unión en Richmond, Virginia, fue descubierto y puesto ante el pelotón de fusilamiento, y su amigo James Vesey, fue asesinado en una emboscada. Aprovechó el sitio vacante y la oportunidad de vengar la muerte de su amigo. Solicitó, y ganó, el puesto como Franklin Thompson. A pesar de que no hay ninguna prueba en sus registros militares que ella hubiera servido como espía, escribió extensamente sobre sus experiencias disfrazada como espía durante la guerra (1 y 2).

 

Viajar a territorio enemigo para reunir información requirió que Franklin Thompson empleara muchos disfraces para engañar a los enemigos. Uno de los disfraces requirió que Thompson utilizara nitrato de plata para teñir de negro su piel, además de una peluca rizada negra, y pasarse a la Confederación como un hombre negro llamado Cuff. Allí trabajó construyendo murallas y en la cocina, donde escuchaba a escondidas todas las conversaciones (4).

 

Foto 4 Grabado en madera de Sarah Emma Edmonds por R. O'Brien, publicado en “La espía femenina del ejército de la Unión” en 1864

 

Franklin Thompson escapó unos días más tarde cuando fue asignado como piquete confederado y regresó para contarle al propio general McClellan la información que había reunido y le dijo la cantidad de hombres que había en las tropas locales de los confederados, las armas de que disponían y la ubicación de numerosas “armas cuáqueras” que no eran otra cosa que troncos de madera pintados de negro para que parecieran cañones desde lejos, y que los usaban los confederados para confundir a las tropas y estaban emplazadas para su utilización en Yorktown (4).

 

Cuando Thompson regresó a la Unión con los papeles que portaba con valiosa información militar, los generales quedaron encantados, además llevaba consigo un hermoso caballo y una herida en el brazo donde el caballo le había mordido mientras recuperaba suministros médicos de sus alforjas.

 

Unos meses más tarde se volvió a infiltrar nuevamente en el ejército confederado como una vendedora ambulante irlandesa de nombre Bridget O'Shea, al campamento rival para vender manzanas y jabón a los soldados. Otra vez, “trabajaba para los confederados” como lavandera negra cuándo un paquete de papeles oficiales se cayó de la chaqueta de un oficial (4).

 

En otra ocasión, trabajó como detective en Maryland como Charles Mayberry, y encontró un agente para la Confederación (1 y 2).

 

Franklin Thompson declaró que estuvo presente en muchas batallas históricas, como la Batalla de Antietam en septiembre de 1862, durante la cual ejerció su profesión como enfermero cuidando a un soldado herido de muerte, al que le confesó que en realidad era una mujer disfrazada, según sus memorias:

 

“Escuché con atención casi sin aliento para captar cada sonido que salía de esos labios moribundos, y le dijo: “Puedo confiar en ti y te contaré un secreto. No soy lo que parezco, no soy hombre soy una mujer. Me alisté por los motivos más puros y he permanecido oculto e insospechado...” El soldado herido le dijo: “Deseo que me entierres con tus propias manos, para que nadie sepa después de mi muerte que soy distinto de lo que mi apariencia indica, aunque veas un soldado, soy mujer”. Permanecí con ella hasta que murió, que fue aproximadamente una larga hora”.

 

Luego, haciendo una tumba para ella bajo la sombra de una morera cerca del campo de batalla, con la ayuda de dos de los muchachos encargados de enterrar a los muertos, llevamos sus restos a ese lugar solitario y se le dio sepultura a la soldado, sin ataúd ni mortaja, sólo con una manta a modo de sábana. Allí duerme en ese hermoso bosque donde las suaves brisas del sur suspiran tristemente a través del follaje y los pajaritos cantan dulcemente sobre su tumba” (4).

 

En la primavera de 1863, Franklin Thompson declaró que su regimiento fue transferido al ejército del general Ulysses S. Grant en preparación para la Batalla de Vicksburg.

 

La carrera de Sarah Edmonds como Franklin Thompson llegó a su fin cuando contrajo malaria en Kentucky y se encontró con un grave enigma. Tosiendo, temblando y soportando alucinaciones de pesadilla, permaneció lo suficientemente lúcida como para darse cuenta de que no podía buscar tratamiento sin poner fin a su artimaña.

 

No podía ingresar en un hospital militar por miedo a ser descubierta. Abandonó su deber en el ejército; así que ingresó en un hospital privado ya como mujer, pretendiendo regresar a la vida militar una vez recuperada.

 

Compró un billete de tren y huyó.

 

Foto 5 Grabado en acero de Sarah Emma Edmonds por Geo E Perine, publicado en la edición de 1865 de “Enfermera y espía en el ejército de la Unión”

 

Llegó arrastrándose y cojeando a un hotel de Illinois y dos semanas más tarde salió pálida y débil para encontrarse catalogada como desertora. Después de recuperarse y estar curada salió del Hospital en El Cairo, Illinois, donde había sido tratada y vio unos carteles donde en un boletín del ejército en la oficina de correos local la reclamaban al soldado Frank Thompson como desertor. Se compró un vestido de mujer y dejó atrás al fugitivo Franklin Thompson. (4 y 5).

 

Antes que regresar al ejército bajo otro alias o como Franklin Thompson, arriesgándose a la ejecución por deserción, decidió recuperar su identidad femenina como Sarah Emma Edmonds y volvió a alistarse para servir como “enfermera” en un Hospital de Washington, D. C. para soldados heridos administrado por la Comisión Cristiana de los Estados Unidos. Sus camaradas, los soldados heridos y compañeros de combate hablaron muy bien Franklin en su comportamiento en su servicio militar en la duración de la guerra, e incluso después de saber que era una mujer y que su disfraz había sido descubierto, la consideraron una buena soldado, una buena enfermera y una buena persona, que destacó siempre porque estuvo en primera línea participando activamente y osadamente en las batallas libradas por su regimiento contra los enemigos (1 y 2).

 

Foto 6 Almacén de la Comisión Cristiana de Estados Unidos. La religión protestante era bastante fuerte en el Norte en la década de 1860. La Comisión Cristiana de Estados Unidos envió agentes a los campamentos del Ejército para proporcionar apoyo psicológico, así como libros, periódicos, comida y ropa. A través de oraciones, sermones y las operaciones de bienestar, los agentes servían a las necesidades espirituales, así como temporales de los soldados, ya que trató de llevar a los hombres a un modo de vida cristiano

 

La casualidad la reunió con su amigo de la infancia y formalizaron su situación convirtiéndolo en su novio de New Brunswick, Linus Seelye. Al final de la guerra se casaron (5).

 

En 1864, la editorial de Boston, DeWolfe, Fiske, & Co. publicó el relato de sus experiencias militares como “The Female Spy of the Union Army” (La mujer espía del ejército de la Unión). Ofreció grandes detalles, pero ocultó al lector el hecho de su cambio de género. Si bien algunos la criticaron más tarde por embellecer algunas historias, el libro sigue siendo un tremendo relato de aventuras, coraje y determinación y un recurso valioso para comprender la guerra desde la perspectiva de un soldado.

 

Un año más tarde, su historia fue recogida por el editor Hartford, CT quién la publicó con un título nuevo, “Nurse and Spy in the Union Army” (Enfermera y espía en el ejército de la Unión). Fue un éxito enorme, vendiendo sobradamente más de 175.000 libros. Sarah Edmonds donó los beneficios obtenidos de sus memorias a “varias organizaciones de ayuda a los soldados heridos”.

 

Foto 7 El enfermero “Franklin Flint Thomson” era en realidad “Sarah Emma Edmonds”

 

El 27 de abril de 1867, se casó con Linnus. H. Seelye, un mecánico canadiense que había enviudado y amigo desde la infancia. Se casaron en el Wendell House Hotel en Cleveland, OH y se mudaron brevemente a Canadá antes de regresar a los Estados Unidos, donde viajaron a través de los EE. UU. en busca de trabajo, deteniéndose en Michigan, Ohio, Texas. Illinois, Luisiana y Kansas. Tuvieron tres hijos que los perdieron muy pronto a causa de una enfermedad, pero adoptaron a dos niños de un orfanato que Emma Edmonds había dirigido en Luisiana a finales de la década de 1870. Emma Edmonds, se convirtió en conferenciante cuando su historia se hizo pública en 1883.

 

Todavía molesta por haber sido tildada como desertor e irritada porque no era elegible para una pensión debido a su género, Emma Edmonds solicitó y reclamó al Departamento de Guerra una revisión completa de su caso. Empezaban a salir a la luz varias historias de mujeres que habían servido en la Guerra de Secesión en combate, pero a ninguna de ellas todavía se les había concedido una pensión.

 

En una reunión con su regimiento en 1884, sus camaradas de Michigan se sorprendieron al ver que el hombre que habían conocido, fuera una mujer.

 

Foto 8 Sarah Emma Edmonds. Nurse and Spy in the Union Army

 

En 1886, Emma Edmonds recibió una pensión del gobierno de 12 dólares al mes por su servicio militar; después de que realizasen diferentes campañas para que fuese retirado el cargo de deserción de Franklin Thompson, y fue retirado, recibiendo la baja del ejército con honor.

 

En 1897, se convirtió en la única mujer admitida en el Gran Ejercito de la República, la organización de veteranos de la Guerra de Secesión de la Unión.

 

Sarah Emma Edmonds murió el 5 de septiembre de 1898 en La Porte en Texas en la casa de su hijo adoptivo y fue enterrada en la sección del Gran Ejército de la República (GAR) del Cementerio de Washington en Houston, siendo enterrada por segunda vez en 1901 con honores militares plenos. En su lápida se lee, con la típica modestia canadiense, “Emma Edmons Seelye, enfermera del ejército”. (1, 2 y 5).

 

Además de sus publicaciones como: Sarah Emma Edmonds. Nurse and Spy in the Union Army: Comprising the Adventures and Experiencies of a Woman in Hospitals, Camps, and Batle-Fields. Hartford, Conn: W.S. Williams, 1865.

 

También se escribieron numerosos relatos de ficción de su vida, que fueron escritos en el siglo XX para los jóvenes, incluyendo el relato de Ann Rinaldi Girl in Blue. Rinaldi escribe sobre la vida de Sarah Edmonds y cómo acabó siendo Franklin Thompson.

 

Foto 9 Sus memorias “Unsexed, or the Female Soldier

 

En 1992, fue incluida en la “Michigan Women's Hall of Fame” (Salón de la Fama de las mujeres de Míchigan” (1, 2, 3 y 4).

 

Algunos historiadores dudan de las historias de Sarah Emma Edmond y sospechan que ella pudo haber embellecido la verdad para vender más copias de sus memorias, según el libro The Mysterious Private Thompson:

 

Las partes más dramáticas de su libro fueron sus historias de espionaje: el primer viaje detrás de las líneas enemigas en Yorktown, sus hazañas, vestida como una vendedora ambulante irlandesa, su exitoso reconocimiento disfrazada de esclava durante la Segunda Batalla de Bull Run, y su dramática fuga de la caballería confederada en Kentucky.

 

Estas historias son imposibles de verificar, pero, ciertas o no, añadieron mucho dramatismo al libro y son la fuente de la perdurable creencia popular de que Sarah Emma Edmond era una espía. También hay eventos que no podrían haberle sucedido a ella porque estaba documentada que estaba en otro lugar en ese momento. Por ejemplo, el regimiento de Emma no estaba en Antietam, pero ella escribió sobre su estancia allí e incluso incluyó una historia melodramática de la mujer soldado moribunda, muy similar a la experiencia de Clara Barton, que Emma pudo haber escuchado o leído en ese momento.

 

Emma también escribió sobre el asedio de Vicksburg, que ocurrió varios meses después de que ella dejara el ejército, como si hubiera estado presente. Es posible, sin embargo, que la fuente de ese material fuera su amigo Jerome Robbins, quien estuvo allí y pudo haberle escrito a Emma al respecto” (4).

 

Foto 10 Franklin Flint Thompson o Sarah Emma Edmonds. Mujer que luchó en la Guerra de Secesión americana

 

Sarah Emma Edmonds, ofreció su vida por una causa en la que creyó y sirvió en el ejército de la Unión, tanto como enfermero o soldado con entusiasmo y valentía y posteriormente como enfermera. Demostró que las mujeres eran iguales a los hombres en voluntad, coraje, espíritu y habilidades. Ella representó a los 40.000 canadienses que se ofrecieron voluntarios para luchar en la Guerra de Secesión y jugaron un papel fundamental e importante, aunque habían nacido en Canadá (5).

 

Al igual que la propia Guerra de Secesión americana, Sarah Emma Edmonds merece ser recordada (5).

 

Foto 11 Las enfermeras y la guerra. Cuidados. Grabado en madera. Harper Weekly, 21 de enero de 1871. National Library of Medicine. Bethesda, Maryland

 

Bibliografía

 

1.- Enfermero Franklin Flint Thompson

https://divertimentoenfermero.blogspot.com/2023/08/enfermero-franklin-flint-thompson.html?fbclid=IwAR1Ft5pOr9zC0KKVgL7DjMKn1EtewEbhp1XTnAJZh_1R4803VhODS6t_Yr8

 

2.- Sarah Emma Edmonds, fue una mujer canadiense que sirvió disfrazada de hombre en el Ejército de la Unión durante la Guerra de Secesión estadounidense

https://es.wikipedia.org/wiki/Sarah_Emma_Edmonds#Primeros_a%C3%B1os

 

3.- Sarah Emma Edmonds: mujer espía del ejército de la Unión

https://civilwarsaga.com/sarah-emma-edmonds-female-spy-of-the-union-army/

 

4.- Sarah Emma Edmonds en la Guerra Civil

https://civilwarsaga.com/sarah-emma-edmonds-female-spy-of-the-union-army/

 

5.- Una canadiense en la Guerra Civil estadounidense: Sarah Emma Edmonds

https://johnboyko.com/2014/05/10/a-canadian-in-the-american-civil-war-sarah-emma-edmonds/

 

Enciclopedia Wikipedia

Manuel Solórzano Sánchez. Grado en Enfermería

https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez

Día 20 de octubre de 2022, jueves

 

Manuel Solórzano Sánchez. Entziklopedia en Euskera

https://eu.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez#Ibilbidea

Día 27 de octubre de 2022, jueves

 

El legado del enfermero Manuel Solórzano. Antton Iparraguirre. Artículo del Diario Vasco de San Sebastián. Lunes, 7 de agosto de 2023

https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/historia/legado-enfermero-manuel-solorzano-enfermeria-gipuzkoa-donostia-blog-manuel-solorzano-20230807210304-nt.html

 

Manuel Solórzano Su Legado Enfermero. Publicado el lunes día 4 de septiembre de 2023

https://enfeps.blogspot.com/2023/09/manuel-solorzano-su-legado-enfermero.html

 

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Premio a la Difusión y Comunicación Enfermera del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa 2010

Miembro de Enfermería Avanza

Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa. Años 2019 y 2022

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020

Sello de Correos. 31 de diciembre de 2022

masolorzano@telefonica.net