viernes, 5 de abril de 2019

MÁS DE 100 AÑOS DE HISTORIA. COLEGIO ENFERMERÍA BIZKAIA



FOTO 1 Portada del libro Más de 100 años de Historia. Colegio de Enfermería de Bizkaia

El Colegio Oficial de Enfermería de Bizkaia ha presentado en Bilbao (Abril 2018) la edición de un libro que recoge sus más de 100 años de historia, lo que hace a través de la obra Más de cien años de historia”, que fue escrita por el Doctor, enfermero y documentalista Carlos Álvarez Nebreda; en ella, disecciona todas y cada una de las vicisitudes por las que tuvieron que pasar las practicantes, matronas y enfermeras hasta su consolidación como profesión sanitaria en el territorio histórico de Vizcaya (1).

La presentación del libro se llevó a cabo en el marco de una jornada que fue inaugurada por la presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Bizkaia, María José García Etxaniz, que estuvo acompañada por la Junta de Gobierno colegial. Además del autor de la obra también intervino el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya, y su homólogo en el Colegio Oficial de Enfermería de La Rioja, Pedro Vidal. Asimismo, al final del evento, Florentino Pérez Raya hizo entrega a María José García Etxaniz de la Gran Cruz de Enfermería en su categoría de oro, la primera distinción de este tipo que otorga en todo el Estado (1).

Tal y como señaló la Presidenta María José García Etxaniz, “como representantes de la profesión enfermera en Bizkaia, desde la Junta de Gobierno del Colegio hemos considerado la realización de este libro, que recopila nuestra historia, como una iniciativa tan necesaria como deseable. Conocer las raíces y los orígenes propios es algo que siempre es enriquecedor, pero constatar que esas raíces se hunden en más de 100 años de historia es algo que, además, nos llena de una sana satisfacción.

Hoy, todos los enfermeros de Bizkaia pueden conocer, a través de un libro de prestigio, cómo ha sido el devenir de sus predecesores en el desempeño enfermero y su esfuerzo para conseguir un desarrollo profesional que hoy se encuentra al máximo nivel internacional. Para nosotros, la publicación de este libro, sobre nuestros más de 100 años de historia, es un motivo de gran alegría y un reconocimiento justo y perdurable para todos aquellos que nos precedieron en el ejercicio profesional enfermero en Bizkaia” (1).

FOTO 2 Carlos Álvarez Nebreda, María José García Etxaniz y Florentino Pérez Raya

Según explicó Carlos Álvarez, en la obra, sujeta a la aparición de nuevas pruebas documentales o vestigios que modifiquen lo que en ella se asevera, “la primera constancia documental de la existencia de lo que hoy conocemos como Colegio Oficial de Enfermeras de Bizkaia, data de 1904” (1).

El autor afirmó, “sin lugar a dudas”, que la organización colegial de Bizkaia fue “vanguardista, o punta de lanza del resto de la profesión en el país”, dado que ya en 1904, se había dotado de un órgano de expresión propio, “El Practicante del Norte, “lo que demuestra un elevado grado de organización y medios económicos” (1).

El libro describe la evolución de la profesión enfermera en Bizkaia, incluyendo una importante exposición de títulos, “única hasta la fecha en las publicaciones relacionadas con las ciencias de la salud en España. El más antiguo data de 1811, bajo la dominación francesa, siendo Rey José Bonaparte, y los últimos, los de Grado y sus correspondientes especialidades actuales” (1).

FOTO 3 Título de Sangrador de 1881, bajo la denominación francesa, siendo Rey José Bonaparte

Por último, la obra comprende un capítulo titulado ‘Galería de autoridades‘, en el que se recogen todos los presidentes y miembros de las Juntas de Gobierno desde 1905 hasta la actualidad (1).

Para la realización del libro se desarrolló un trabajo documental realizado por el autor y los técnicos del Colegio Oficial de Enfermería de Bizkaia, para recuperar los expedientes colegiales y administrativos de otras instituciones, fundamentalmente académicas, de las autoridades colegiales y un largo etcétera (1).

El libro lo Edita: Bizkaiko Erizainen Elkargoa. Colegio de Enfermería de Bizkaia. Autor: Carlos C. Álvarez Nebreda. Diseño y maquetación: Fernando Berenjeno. Búsqueda Documental: Diego García Climent, Marina Aparicio Velasco. Área Administrativa: María José Ibáñez Colás.
Fotografías: Fernando Berenjeno: (Páginas 85, 86, 87, 242, 247). Fotos de las páginas 20, 32, 70, 71, 72 y 73 obtenidas de: Puerto Sarmiento, Javier y del Castillo García, Benito: “La mujer en la publicidad farmacéutica durante la primera mitad del siglo XX” Ed. Instituto de Comunicación Científica (Sanofi Pasteur. MSD. Madrid. 2009. Carlos C. Álvarez Nebreda. Servicio de Documentación del Colegio de Enfermería de Bizkaia.

Quiero manifestar mi más sincero agradecimiento a: José Antonio Ávila Olivares, María Dolores Ruíz Berdún, Raúl Expósito González, Manuel Solórzano Sánchez, Manuel Ferreiro Ardións, Juan Lezaun Valdubieco, Javier González Caballero y Cristina Cuevas Santos, porque siempre han estado ahí (2).

FOTO 4 Presidentes de los Colegios de Enfermería: Roberto Martín Ramírez, María José García Etxaniz, Florentino Pérez Raya, Pilar Lekuona Anzizar, Pedro Vidal Hernández y Hosanna Parra Vinós

El libro consta de 322 páginas distribuidas en la siguiente forma. Presentación de la Presidenta. Prólogo del Presidente de la Organización Colegial de Enfermería de España. Introducción del autor. Capítulo primero titulado: Orígenes de la Organización Colegial en Bizkaia. Referencias previas a los Colegios Oficiales (1904 - 1927). Capítulo segundo titulado: El asociacionismo corporativo de los profesionales enfermeros. Cofradías, gremios y oficios. Antecedentes en el siglo XIX (2).

Capítulo tercero titulado: Orígenes de la Organización Colegial en España (1860 - 1900). Introducción. Antecedentes remotos. El Fuero Juzgo de Eurico. Oficios precursores a los Practicantes y de las Matronas. El tránsito a la figura del Practicante. La enfermera.

Capítulo cuarto titulado: Desarrollo de la Organización Colegial (1900 - 1929). La aportación del Colegio de Vizcaya a la colegiación obligatoria (1904 - 1929). Las Asociaciones y Colegios de Practicantes, Matronas y Enfermeras entre 1902 y 1929. Proyectos profesionales entre 1902 y 1929. La prensa profesional de los practicantes y matronas de 1900 a 1929.

Capítulo quinto titulado: La Organización colegial en Vizcaya entre 1930 y la Constitución de 1978. Los Practicantes. Antecedentes a la oficialización de los colegios. Las Matronas. Las Enfermeras. Antecedentes a la Sección de Enfermeras del Colegio.

FOTO 5 Título de Practicantes de 1880

Capítulo sexto titulado: La organización colegial en la etapa democrática (1978 - 2018). Los Colegios en el tránsito a la democracia. El tránsito a nivel nacional. El tránsito en Vizcaya. El tránsito de oficio a profesión. Colegio de Servicios.

Capítulo séptimo titulado: Sellos, membretes, símbolos y fichas administrativas del Colegio Oficial de Enfermeras de Vizcaya. Sellos. Membretes. Carnets. Cuotas. Fichas.

Capítulo octavo titulado: La profesión enfermera a través de los títulos. Sangradores. Título de Practicante. Título de Matrona. Título de Enfermera. Título de Ayudante Técnico Sanitario (A.T.S.). Diplomado en Enfermería. Grado en Enfermería. Títulos a extranjeros.

Capítulo noveno titulado: Galería de autoridades. Miembros de Juntas anteriores al año 1924. Juntas de gobierno de los practicantes (1924 - 1978). Presidentas del Colegio de Matronas de Vizcaya (1933 - 1978). Juntas de gobierno de las enfermeras (1951 - 1977). Juntas de gobierno desde la unificación de los colegios hasta la actualidad (1978 - 2018). Galería fotográfica.
Bibliografía. Anexos.

FOTO 6 María Jesús Zapirain Mancisidor (Ex Presidenta del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa), María José García Etxaniz y el autor Carlos Álvarez Nebreda

En su presentación la Presidenta del Colegio de Enfermería de Bizkaia, María José García Etxaniz nos contaba:

La Organización Colegial de Enfermería de Bizkaia lleva más de 100 años al servicio de los colegiados y de los ciudadanos.

Lo que hoy entendemos como profesión enfermera, no es sino la unión de tres oficios, los practicantes, las matronas y las enfermeras, que tras no pocos intentos y tras tomar distintas formas organizativas, acabaron confluyendo en una sola organización colegial y con una sola denominación, enfermera/o.

Como podrá comprobar de la lectura del libro que tiene en sus manos, se tiene constancia documental de que en el año 1904 ya había una revista profesional de los practicantes, “El Practicante del Norte”, lo que demostraría que detrás de este medio de comunicación profesional, habría algún tipo de organización.

Eran épocas en las que los practicantes y matronas buscaban la creación y reconocimiento de su organización, un colegio oficial, similar al que ya disfrutaban sus maestros, los médicos.

Por fin, tras no pocas luchas, desvelos, frustraciones y alegrías, porque de todo hubo, a finales de 1929 para los practicantes y a mediados de 1930 para las matronas, se consigue que la colegiación para poder ejercer la profesión fuera obligatoria, una reivindicación que venía arrastrándose desde que en 1860 se hiciera el primer intento de crear una organización nacional para los ministrantes/sangradores, precursores de los practicantes y, en el caso de las matronas, desde 1893 que editaron su primera revista profesional, “El Eco de las Matronas”.

FOTO 7 Ficha colegial de Paolo Telesforo García Perea. Secretario del Colegio de Auxiliares Médicos de Vizcaya en 1909. Ficha colegial de D. Vitorino Martín Soto, Presidente del Colegio

La oficialización de la organización colegial para los practicantes y las matronas propició que, al ser un organismo oficial, su presencia se hiciera necesaria en los informes de todas las normas legislativas que guardaran relación con la profesión, su imagen se hiciera visible en actos sanitarios de las distintas clases sanitarias, actos políticos, académicos, institucionales; en definitiva, que la imagen de la profesión se visualizara, se reconociera.

Lo que en principio no fue sino una incipiente organización de compañeros con escasos recursos, en una situación económica débil y con más “ganas que medios”, se fue poco a poco consolidando.

Y así, desde Alfonso XIII hasta la actualidad, han sido muchas las normas que han ido dando forma y configurando lo que hoy es una organización moderna de servicios al colegiado y al Estado, con el punto de mira puesto siempre en el buen servicio al ciudadano, que en definitiva es al que nos debemos.

Hoy la ley reconoce a la enfermería como una profesión sanitaria titulada y autónoma, que desde hace cuarenta años cursa sus estudios en la universidad y que recientemente ha alcanzado el nivel de grado, y con ello el acceso al doctorado. Toda una vida marcada por la lucha por el progreso, por el incremento de la carga lectiva de nuestras enseñanzas, por el reconocimiento de la sociedad y de la Administración a nuestro quehacer diario, y hoy, como acabo de comentar, lo hemos alcanzado, y la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias así lo deja plasmado en su articulado.

Gracias a todos los que han hecho posible este tránsito de oficio a profesión.

En el prólogo nos decía Florentino Pérez Raya, Presidente de la Organización Colegial de Enfermería de España: En palabras de Florence Nightingale: “Lo importante no es lo que nos hace el destino, sino lo que nosotros hacemos de él”.

FOTO 8 Reglamento del Colegio Oficial de Practicantes de Medicina y Cirugía en 1932. Ficha colegial de Elías Berdote y Soler, Secretario del Colegio

Según me adentro en sus diferentes capítulos observo, con orgullo y franca satisfacción, la evolución de la profesión a lo largo de su historia reciente, de sus últimos cien años. Tres aspectos se ponen claramente de manifiesto; el primero, el espíritu de lucha y superación de todos sus profesionales por unirse, por agruparse y por formarse, para dar el mejor servicio posible a la sociedad, en unas circunstancias difíciles.

El segundo, la búsqueda por encontrar un espacio propio, una función clara que le identificara y definiera como profesional de las ciencias de la salud elevando su formación académica.

Y el tercero, dotarse de un modelo organizativo profesional, un Colegio, similar al que ya venían disfrutando desde el siglo XIX otros profesionales sanitarios, como era el caso de los médicos.

Fruto de estos esfuerzos que practicantes, matronas y enfermeras vinieron realizando desde hace ya más de un siglo, hoy tenemos una profesión unificada desde el punto de vista terminológico y, como recoge la “Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitaria, una profesión sanitaria titulada, regulada, con unos estatutos que, según dijo Judith Oulton, Directora General del Consejo Internacional de Enfermería - C.I.E.”, en estos momentos, los Estatutos aprobados en España, constituyen la legislación más avanzada y completa de enfermería a nivel mundial.

FOTO 9 Ficha colegial de M. Nieves Cuerno y Bartolomé. Mujer practicante

En su introducción el autor Carlos Álvarez Nebreda nos relata que este libro que se presentó en el Palacio Euskalduna de Bilbao; dejó constancia documental de la evolución de la profesión enfermera a largo de su historia, sobre todo de su historia reciente, que han sido los que, al menos desde un punto de vista legal, han dado pie a la creación de una organización colegial potente, reconocida a nivel nacional e internacional y que en el caso de Bizkaia está acreditado que lleva más de cien años al servicio de los profesionales y de la ciudadanía.

Se inicia con una serie de referencias históricas que nos permite conocer como estaban distribuidas las diferentes profesiones sanitarias desde los Reyes Católicos hasta la actualidad, sus luchas y desvelos por buscar su propio espacio profesional, por denunciar el intrusismo, y lo que quizá sea más importante, preocupados por incrementar su formación reglada y continua, por dotarse de una organización, en este caso en forma de colegio con un medio de comunicación propio, un periódico o una revista profesional.

Gracias a los archivos históricos conservados en la sede colegial hemos podido trabajar con fuentes primarias, actas, fotos y documentos que hemos complementado con otras fuentes, primarias también en la gran mayoría de los casos, externas al colegio, lo que nos ha permitido contextualizar las vicisitudes por las que tuvieron que pasar nuestros ancestros hasta llegar a lo que hoy es una profesión sanitaria titulada.

FOTO 10 Carnet de Matrona emitido por el Consejo Nacional de Auxiliares Sanitarios, “Sección Matronas”

Carlos, quiere agradecer todo el apoyo mostrado por la Junta de Gobierno, y el equipo informático y administrativo, durante este largo tiempo que han compartido, pero necesariamente tengo que hacer una mención especial a José María Viñals Martinena, sin cuyo apoyo esta obra no se hubiera podido realzar. José María inició su actividad laboral con 14 años como empleado del colegio, se hizo practicante, y ocupó en distintas Juntas el cargo de Secretario, Tesorero y Vocal, es la memoria histórica del colegio y como he dicho, sin él esta obra no hubiera podido realizarse.

En el capítulo primero
Sujeto, como es lógico, a la aparición de nuevas pruebas o vestigios que modifiquen lo que aquí se asevera, la primera constancia documental de la existencia de lo que hoy conocemos como Colegio Oficial de Enfermeras de Bizkaia data de 1904.

FOTO 11 Portada de “La Cirugía Menor”. Año I. n° 10. Madrid, 20 de mayo de 1905. Portada del Boletín de los Colegios de Practicantes n° 21 de julio de 1909, en el que aparece el Colegio de Vizcaya como propietario

Debe aclararse previamente que, lo que hoy entendemos como profesión enfermera, no es sino la suma de una serie de denominaciones que descansa sobre la base de lo que podíamos llamar como tres familias, la de los practicantes (sangradores, ministrantes, cirujanos menores, flebotomianos, etc.); matronas (comadres, parteras, madrinas) y enfermeras (civiles, religiosas y militares).

En el capítulo segundo Cofradías, gremios y oficios: nos dice que la transformación del modelo organizativo y productivo entre los siglos XII y XV, fundamentalmente en las grandes urbes europeas es, desde el punto de vista de la división social, una auténtica revolución, las grandes ciudades se ven obligadas a cambiar incluso su sistema de organización urbana, tanto en el terreno económico como en el social y organizativo.

La organización empieza a ser una necesidad. Hay que asociarse, agruparse para conseguir a nivel colectivo lo que es imposible alcanzar a nivel individual.

Los gremios y cofradías que las autoridades políticas y administrativas ven con buenos ojos para una mejor organización social de las ciudades, se convierten también en instrumentos que facilitan ese fin.

El oficio podría definirse como la práctica laboral diferenciada con la que se identifican, por ser común, a un grupo de productores. Se introduce una participación genérica en los artesanos que es reconocida por la legislación foral e incorporada a las ordenanzas municipales por los monarcas cristianos en la Baja Edad Media.

FOTO 12 Noticia publicada en el Boletín de los Colegios de Practicantes número 22

Los propios artesanos se denominan a sí mismo por la profesión que ejercen en el momento. Esta regulación o incorporación al ordenamiento jurídico municipal, no es todavía un reconocimiento como tales organizaciones profesionales, pero éste no tardará en llegar, sancionando definitivamente la participación corporativa y su creciente incidencia en el tejido institucional y económico de las ciudades.

Las cofradías son congregaciones o hermandades que forman algunos devotos, con autorización competente para ejercitarse en obras de piedad. A iniciativa de la iglesia, nacen y se desarrollan cofradías que agrupan a individuos de un mismo oficio.

Estas cofradías por lo general se ponen bajo la advocación de un patrón, solían fundar un hospital y realizaban distintas obras asistenciales y benéficas entre sus miembros, pero también hacían obras asistenciales a pobres y peregrinos (Cordero, 2015).

El gremio es una corporación formada por los maestros, oficiales y aprendices de una misma profesión u oficio, regida por ordenanzas o estatutos especiales.

Dice el profesor Siles que “Los gremios constituyeron durante la Edad Media unos órganos catalizadores de la actividad profesional mediante un control férreo de la transmisión de los saberes y la actividad profesional. Las Cofradías y hermandades de Socorro, con funciones de auxilio en caso de muerte o enfermedad, conformaban otro de los frentes que, posteriormente sería asumido por los colegios profesionales, integrando complementariamente sus actividades, los sistemas de auxilio entre sus colegiados” (Siles, 1999).

En éste contexto, surgen órdenes de carácter militar, religioso y seglar que centraban gran parte de sus esfuerzos a cuidar a los necesitados, a los menesterosos.

FOTO 13 Texto sobre el arte del barbero. Libro de texto de los sangradores, 1724

Así, surgen entorno a las hermandades militares los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, que se funda en Italia en el siglo XI, y tenían como objetivo la difusión de la caridad cristiana. Esta orden posteriormente modificó su denominación por la de Caballeros de Roda, y por último Caballeros de Malta.

Algunos autores señalan que la orden más antigua es la de los Caballeros de San Lázaro de Jerusalén, que se dedicaba a la asistencia a peregrinos que acudían a visitar los Santos Lugares.

En el ámbito de las órdenes religiosas quizá la más destacada fue la de San Francisco de Asís (1182 - 1226) que llegó a fundar tres órdenes, la de los Frailes Menores, la de las Clarisas Pobres y la de los Terciarios, en ésta última figuraba Santa Isabel de Hungría, hija de la Casa Real que destino su riqueza a los pobres, construyendo hospitales. Estas mismas autoras, hacen referencia como órdenes seglares más relevantes y que hicieron una gran contribución a la enfermería dado que cuidaban a los enfermos, a los pobres, a los abandonados y a los huérfanos en sus propias comunidades, nos referimos a los Hermanos Hospitalarios de San Antonio, también conocidos como “antonianos”, las Beguinas de Flandes y las Hermanas del Hotel –Dieu de París. Éstas últimas, eran hermanas que ejercían de enfermeras y pasaban la vida en las salas del hospital, solo salían cuando había que visitar enfermos (Martínez, 2011).

Sin embargo, todo parece indicar que la profesión enfermera no era considerada como una profesión u oficio, sino que sus actividades eran consideradas como parte de la actividad religiosa que organizaban algunas congregaciones y hermandades, con un fuerte componente religioso y vocacional.

FOTO 14 Instrucción de enfermeros de la Congregación del Hermano Bernardino Obregón, 1625. Instrucción de enfermeros de 1728.

Tal era el caso de los Hermanos Obregones que tuvieron su máximo exponente en las actividades realizadas en los Hospitales General y de la Pasión de Madrid, o las Hijas de la Caridad de Santa Ana en el Hospital Real y General de Nuestra Señora de Gracia en Zaragoza (Hernández, 2015).

Capítulo tercero Orígenes de la Organización Colegial en España
Hasta el siglo XIX, los practicantes, las matronas y las enfermeras eran tres oficios que se regían por normas diferentes, (denominaciones, titulaciones, planes de estudios, incluso funciones).

Hubo que esperar al año 1953 para que estos tres oficios se unificaran bajo el paraguas de una nueva denominación, única en el mundo, la de Ayudante Técnico Sanitario (A.T.S.), denominación que posteriormente tornó a enfermería, en este caso ya como titulación oficial universitaria con rango de diplomado, y en el año 2007, y con motivo de la aplicación del denominado Plan Bolonia, las enseñanzas enfermeras alcanzaron su máximo nivel académico al encontrarse incluida, y por tanto afectada en el Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre, por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales.

Es por esto que podemos afirmar que, lo que hoy entendemos como profesión enfermera, al menos desde un punto de vista estrictamente legal, no es sino la integración, mediante distintos sistemas de homologación y/o convalidación de unos oficios en otros, hasta llegar a la figura de la enfermera.

Así, sangradores, flebotomianos, ministrantes, cirujanos menores y demás profesiones auxiliares a la médica acabaron confluyendo en la figura del practicante, y posteriormente junto a las matronas para terminar con el nombre de enfermera.

FOTO 15 Carnet de colegiada de Rosario Gaminde Ygartua. Primera presidenta de las enfermeras vizcaínas. Carnet de colegiada de Julia Echart Causo. Primera vicepresidenta de las enfermeras vizcaínas. Boletín Informativo del Colegio Oficial de Practicantes y A.T.S. de Vizcaya

Las primeras enseñanzas universitarias
Las primeras universidades fueron creadas en Italia, Inglaterra, España y Francia. Su desarrollo fue extendiéndose por las principales capitales de toda la Europa Occidental. Entre los siglos XIII y XIV se fundaron 52 universidades y no pudieron escapar del carácter gremial que invadía la sociedad en la Edad Media. Algunos autores llegaron a afirmar que “lo que diferenciaba a los universitarios del resto de los artesanos miembros de los gremios es que ellos eran artesanos de la palabra” (Le Goff, 1990), se daba incluso el caso de que constituyeron gremios de intelectuales, que en algunos casos se avergonzaban del trabajo manual (Le Goff, 1969).

La introducción en España de las enseñanzas universitarias se produce durante el reinado de Alfonso VIII de Castilla que crea la Universidad de Palencia entre los años 1208 y 1212, no existiendo certeza sobre la fecha de su fundación, que ocurrió aprovechando la existencia de las escuelas episcopales. Fundamentalmente sus enseñanzas versaban sobre artes, teología y ciencias jurídicas. Sin embargo su existencia fue efímera, tras el fallecimiento de Alfonso VIII en el año 1214, la universidad entró en crisis y, tras no pocos intentos de mantenerla activa por parte del Monarca Fernando III de Castilla, e incluso por la protección del Papa Honorio III y la mediación del Papa Urbano IV, que le dio los mismos privilegios con los que contaba la universidad de París, la universidad no pudo superar la crisis y dejó de impartir enseñanzas en el año 1263.

FOTO 16 Membretes, símbolos y fichas administrativas del Colegio Oficial de Enfermeras de Vizcaya

Las enseñanzas de medicina gozaban de un gran prestigio la Escuela Médica Salernitana, con raíces árabes, que provenía del siglo IX; y en 1220 empezó a rivalizar con ella la Facultad de Medicina de Montpellier (Riche, 1978). En las enseñanzas médicas poco a poco se fueron incorporando enseñanzas sobre cirugía, odontología y obstetricia que a la postre, y tras no pocos encuentros y desencuentros, acabó configurando las figuras de sangradores, practicantes y matronas para concluir en lo que hoy es ya una profesión, la enfermería

Protomedicato
Al unirse las dos Coronas de Castilla y Aragón, los Reyes Católicos realizan un tremendo esfuerzo por reordenar toda la normativa existente y reguladora del ejercicio de las profesiones sanitarias. Con ello consiguen un doble objetivo, por un lado, regulan una profesión de indudable valor estratégico desde el punto de vista humanista y científico, y por otro protegen a la población de charlatanes, visionarios e intrusos.

El Protomedicato tiene su amparo legal en la Ley de 30 de marzo de 1477 que recopila otros intentos reguladores existentes, como es el caso de las Leyes de Toro creadas en el año 1371, donde los médicos ejercían con documentos que les otorgaba la Cancillería Real, o el Tribunal de Alcaldes Mayores y Examinadores que en 1422 creara el monarca Juan II también en Castilla, para examinar a aquellos que pretendieran ejercer el arte de la medicina y de la cirugía.

La Ley de 30 de marzo de 1477 se ve complementada y desarrollada por las Ordenanzas de 1491 y 1498 fechadas en la Real Vega de Granada y de Alcalá.

El Real Tribunal del Protomedicato se crea en Castilla, en España, y rápidamente se extiende a México, Perú y Argentina a lo largo del siglo XVI hasta su supresión en el siglo XIX. Podríamos asegurar que su máxima era evitar que los intrusos ejercieran la medicina y la cirugía.

Los Reyes Católicos mandaron establecer este tipo de institución por todos sus territorios, por lo que se conoce “la nueva España”, y se tiene constancia de que en México el 13 de enero de 1525, el ayuntamiento de la capital publica la primera norma al respecto en la que textualmente se recoge:
“Que ninguna persona que no sea médico o cirujano examinado e tenga título, no sea osado de curar en medicina ni cirujía so pena de sesenta pesos de oro, porque hay algunos que por no saber lo que hacen, además de les llevar su hacienda les matan”.

“Mandamos, que los Protomédicos y Alcaldes Examinadores Mayores, que de Nos tuvieren poder, lo sean en todos nuestros Reynos y Señoríos que agoran son ó fueren de aquí adelante, para exâminar los Físicos y Cirujanos, y Ensalmadores, y Boticarios, y Especieros, y Herbolarios, y otras personas que en todo ó en parte usaren en estos officios, y en officios á ellos y á cada uno dellos annexo y connexô, ansi hombres como mugeres, de qualquier ley, estado, preeminencia y dignidad que sean; para que si los hallaren idóneos y pertenecientes, les den cartas de exámen y aprobación y licencia para que usen de los dichos officios, libre y desembargadamente, sin pena ni calumnia alguna; y que los que hallaren que no son tales para poder usar de los dichos oficios, ó de alguno dellos, los manden y defiendan que no usen dellos.”

El profesor Ventosa, en un estudio sobre la enfermería en los siglos XV - XVIII recoge lo siguiente: “la sociedad española se compone de algo mas de ocho millones de habitantes. Población preferentemente rural, con ciudades escasamente pobladas, factor que favorece el ejercicio de las practicas médicas empíricas y pervivencia de recursos curadores-supersticiosos” (Ventosa, 1984).

Es por esto que los Reyes Católicos se marcan un doble objetivo, por un lado, proteger a la población de charlatanes y visionarios y por otro, ordenar las profesiones sanitarias de la época dotándolas de órganos superiores en competencias formativas, examinadoras, interviniendo en asuntos de mala praxis e intrusismo y asesorando también a las autoridades políticas y judiciales.

Así, aprobaron la Ley de 30 de marzo de 1477 por la que se establece el Real Protomedicato, y Junta Superior Gubernativa de Medicina, tribunal formado por los protomédicos y examinadores, que reconocía la suficiencia de quienes aspiraban a ser médicos, concediendo las licencias necesarias para el ejercicio de la práctica asistencial, convirtiéndose también en un órgano consultivo de la Casa Real.

FOTO 17 Prematica sobre el examen de médicos y cirujanos y en el Protomedicato, 1617. Real Cédula sobre el Proto-Cirujanato en los exámenes de Cirujanos y Sangradores, 1797

El Protomedicato fue un órgano que colisionó desde sus inicios con las autoridades universitarias que impartían enseñanzas relacionadas con las ciencias del arte de curar, siendo eliminado y restaurado en distintas ocasiones.

Así, inició su actividad, como ya se ha dicho en el año 1477 desapareciendo oficialmente en el año 1822; fue abolido en el año 1799 y restablecido nuevamente en el año 1801; posteriormente fue nuevamente abolido en el año 1804 y restaurado por la regencia de las cortes de Cádiz en 1811; Fernando VII lo suprimió de nuevo en 1814; y por último fue restablecido durante el trienio liberal (1820 - 1823), celebrando su última sesión el 28 de marzo de 1822 (Campos, 1999).

Se tiene constancia de que los Reyes españoles implantaron este modelo de reconocimiento de la suficiencia de quienes aspiraban a ser médicos, cirujanos, boticarios y parteras, concediendo las correspondientes licencias para el ejercicio profesional y convirtiéndose de hecho en un órgano consultivo en la recién descubierta América. Así, se implantó en México en el año 1527 y perduró en el tiempo hasta 1831, fecha en la que se publica la Ley de cesación del Tribunal del Protomedicato y la creación de la Facultad de Medicina del distrito Federal. (Solórzano, Rubio, Expósito, 2009).

El tránsito a la figura del Practicante
La figura del practicante se oficializa y se constituye como tal, mediante la Ley de Instrucción Pública de 9 de septiembre de 1857. En su artículo 40, se establece: “Queda suprimida la enseñanza de la Cirujía menor o ministrante. El reglamento determinará los conocimientos prácticos que se han de exigir a los que aspiren al título de practicantes”.

Esta misma Ley establece en su artículo 41, con respecto a las matronas, que “Igualmente determinará el reglamento las condiciones necesarias para obtener el título de Matrona ó Partera”.

Es importante poner en valor que a mediados del siglo XIX, se produce un gran malestar en el ámbito de los médicos y cirujanos que han visto como han proliferado titulaciones con líneas profesionales mal definidas y que inevitablemente conllevan al intrusismo. Este malestar tuvo su mayor exponente al ponerle voz en el Congreso de los Diputados, dos señorías de reconocido prestigio en el mundo sanitario, los diputados, D. Francisco Méndez Álvaro y el señor Herrera y Ortíz de Zárate. Ambos presentaron en las Cortes una moción sobre “Defensa de la clase médica contra las pretensiones de cirujanos y practicantes”, considerado como un examen crítico presentado en una proposición de ley en la que plantean directamente “la prevaricada metamorfosis de los cirujanos en médicos y de los ministrantes y practicantes en lo mismo” (Méndez, 1866).

Raúl Expósito, uno de los investigadores de reconocido prestigio en el ámbito de los practicantes y ministrantes, recoge en uno de sus múltiples artículos, que esta nueva figura tendría como funciones principales “la realización de sangrías generales o tópicas, la aplicación de medicamentos al exterior así como las inyecciones de sustancias medicamentosas por vías naturales, poner toda clase de cáusticos o cauterios y hacer escarificaciones, limpiar la dentadura y extraer dientes y muelas, (el arte de dentista), así como el arte de callista, atender los accidentes que pudieran derivarse de las evacuaciones sanguíneas y los vendajes más frecuentes en medicina“ (Expósito, 2006).

Asamblea general de Practicantes de 1902
Aprovechando la jura y proclamación del Rey Alfonso XIII el 17 de mayo de 1902, la Asamblea de Practicantes de España reunida en Madrid, envía una carta a Su Majestad, informándole de la penosa situación en la que queda “la clase” una vez aprobado el Real Decreto de febrero de 1902, por el que no solo implicaba una “perturbación radical en el seno de la justicia, cuyas más elementales nociones se encuentran en él totalmente subvertidas, y por el que además, presupone una oprobiosa y denigrante degradación, negándonos el libre ejercicio de los derechos que al hombre ilustrado y libre le corresponden, como atributos esenciales de su personalidad….”. No parece razonable tener o no, una competencia determinada en función del lugar donde se habite, y no en función de la preparación académica.

FOTO 18 Asamblea General de Practicantes, celebrada en Madrid, 1912

Pero si dolorosa era esa limitación, no menos importante era la segunda parte de este artículo cuarto, en el que el médico determinaría en cualquier momento, si el practicante estaba preparado o no para atender los partos normales. Sobre este apartado, la carta que la asamblea envió a S. M. el Rey, disponía lo siguiente: “….otorgando al médico titular omnímodas atribuciones, sin otras garantías que la libre apreciación de su juicio meramente personal, cuyo valor comparativo, por tanto, ha de resultar siempre deficiente é inferior al percibido y afirmado por el, único, verdadero y competente tribunal en materia de enseñanza…….Si la calidad del título presupone aptitud y suficiencia, y si ésta se halla competentemente autorizada para desenvolver sus actividades en poblaciones pequeñas, repugna á la razón lógica, la restrictiva pretensión de que no puedan ser legítimamente ejercidas las idénticas condiciones de aptitud en las grandes capitales; porque si ante la Ley de estudios todos los que aspiramos á cumplimentar sus exigencias somos iguales, ante el Tribunal de la justicia general, debemos serlo también incontestablemente, aparte y además de que esta limitación ocasiona, al menos en apariencia, absurdos privilegios entre las mujeres de las diferentes clases sociales , que hacen muy poco honor á la imparcialidad de los gobernantes y á la dignidad y grandeza de la Ciencia”.

La carta la firma, en nombre de la Asamblea de practicantes, don Ángel Barahona, como secretario de la asamblea y Federico Oñate en su calidad de presidente.

Se han citado aquí a estos dos líderes de “la clase”, pero fueron muchos más los que entregaron de forma generosa y altruista, gran parte de su tiempo, sus energías y su dinero, para conseguir una organización que canalizara.

Colegio de Bizkaia
Como ya se ha comentado en el apartado “Orígenes de la Organización Colegial en Vizcaya”, la primera referencia o vestigio que disponemos de los practicantes data de 1904, se trata de una cita del Boletín de los Practicantes de Vizcaya. Posteriormente, en 1905 la revista profesional “La cirugía menor” hace referencia a la asistencia de los delegados que participaron en la Asamblea de 1905, citando al representante de Vizcaya señor Bruno Azcutía.

Se conoce también que el presidente del Colegio de Auxiliares Médicos de Vizcaya en el año 1909 era D. Pablo López de Argumedo y el secretario D. Paulo García Perea, gracias a un acta completa de la Junta General ordinaria del Colegio de Bilbao celebrada en el Círculo Mercantil e Industrial de la capital de fecha de 15 de julio de 1909. A esta reunión asistieron también los señores Bolívar, Ugaldea, Fernández (D), Fernández (M), Irureta, Oñate (J), Martínez (R), Soto, Iglesias, Ruiz (F), Berdote y Salazar (P).

Gracias a las informaciones aparecidas en el Boletín de los Colegios de Practicantes de Medicina y Cirugía, órgano de expresión de los Colegios Unidos, se tiene nuevamente conocimiento de la reconstrucción del Colegio de Vizcaya a cuyo frente estaba Antonio Iglesias. También se conoce la existencia de una “Asociación Regional” integrada por los Colegios de Logroño, Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra.

Del año 1920 disponemos de una Circular fechada en 8 de mayo en la que firma como presidente D. Antonio Iglesias y como Secretario D. Julián Yuchart, y del año 1923, la configuración de la denominada Región Vasco-Navarra que la conformaban las cuatro provincias (Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra), al frente de la cual estaba el vizcaíno, y presidente del Colegio de Vizcaya D. Antonio Iglesias y cuya sede social estaba en la calle Barrencalle, 14, 3°. Muy probablemente tal sede no fuera sino el domicilio particular del señor Antonio Iglesias.

Como ha quedado demostrado, se tiene constancia documental de la existencia de un incipiente sistema organizativo de los practicantes, que toma como modelo el de los colegios médicos, sus maestros, desde el año 1905, gracias a las referencias tomadas de distintas revistas y periódicos profesionales existentes en España. Pero lo cierto es que las primeras actas de las que disponemos de las reuniones tenidas por ellos, y custodiadas en el Colegio de Enfermeras de Vizcaya datan de 1924.

Efectivamente, el primer libro de actas que se conserva en el Colegio de Enfermeras de Vizcaya está rubricado el 10 de enero de 1924 bajo la denominación de “Colegio de Auxiliares Médicos de Vizcaya”.

Aunque en la galería de autoridades queda reflejado de una manera más precisa, gracias a esta Junta Directiva de la que a continuación se detallan los nombres y cargos, se institucionalizó el establecimiento de actas, en las que se recogía todo lo que sucedió en la profesión, así como las gestiones realizadas, y sus resultados, lo que nos permite hoy tener un conocimiento más profundo de cuanto aconteció.

Presidente: Vitorino Martín Soto.
Tesorero: Paulo Telesforo García Perea (Renuncia).
Tesorero: Francisco Ruiz Castedo.
Secretario: Elías Berdote López.
Resto miembros de la Junta:
Adolfo Gómez.
María Adorno.
Sergio Crespo.
Eladio Angulo.

En marzo de 1925, había en Vizcaya 96 practicantes colegiados, lo cual es todo un record, téngase en cuenta que la colegiación no fue obligatoria hasta diciembre de 1929.

FOTO 19 Junta de Gobierno del Colegio de Practicantes de Vizcaya, 1927

La lucha por la defensa y mejora de la profesión en los ámbitos académico, profesional y laboral, era una constante.

Así, en el acta de 2 de abril de 1925 nos encontramos con dos noticias interesantes en un solo párrafo:
“Se acuerda respecto a los casos de intrusismo, no se gestionen del Sr. Gobernador hasta ver lo que resuelve la delegación del consejo de trabajo sobre la implantación de su jornada de ocho horas así como también se acuerda mandar una copia del escrito informativo del colegio en que se aboga por la implantación de las ocho horas al Sr. Presidente del Consejo del Trabajo Sr. Largo Caballero”.

Las reivindicaciones que plantean en las actas son de lo más variado, pero nos muestran a las claras, cuáles son sus preocupaciones. Así, en el acta de 4 de junio de 1925 toman la decisión de escribir una carta a todos los alcaldes recordándoles que donde haya un médico, deben sacar una plaza de practicante.

Se recuerda al director del Boletín que debe asistir a las reuniones el 3° miércoles de cada mes, probablemente, por las fechas, se refiera al Boletín de la Federación Regional Vasco-Navarra, asimismo se recogen sugerencias de retirar palabras gruesas que se dicen en las reuniones, y se tratan problemas relacionados con los pagos de las cuotas.

FOTO 20 Título de Practicante autorizado para la asistencia a partos normales, 1928

El tránsito en Vizcaya
Como ya se ha comentado, el final de los años 70 y principio de los 80 fue en toda España un periodo en el que el movimiento asambleario sacudió todas y cada una de las instituciones sanitarias. La muerte del dictador y la falta de hábitos democráticos en las instituciones administrativas y en la sociedad en general, propiciaron cierta inestabilidad en la vida política y administrativa española.

Probablemente el hecho más relevante que tuvieron que gestionar los Colegios Profesionales al final de la década de los 70 fue la conversión de las Escuelas de A.T.S. en Escuelas Universitarias de Enfermería mediante el Real Decreto 2128/1977 de 23 de julio. Este Real Decreto fue la culminación de un largo proceso reivindicativo de colegios, sindicatos y sociedades científicas que consiguieron que los estudios de enfermería se impartieran en la universidad y no en las escuelas de formación profesional como pretendía el gobierno lo que conllevó una oleada de protestas importante.

Esta incorporación requirió para la completa homologación de los títulos, es decir a nivel profesional y académico, la realización de un curso de nivelación de conocimientos.

Como se ha comentado, la inestabilidad política y de las administraciones públicas, no fue ajena a la vida colegial.

El movimiento asambleario se hizo notar en el ámbito hospitalario y colegial, sin embargo el Colegio Oficial de Vizcaya, mantuvo una cierta estabilidad, saliendo elegidos como Presidente don Joaquín Ramón Salinero Alonso y como Secretario don José María Viñals Martinena, cargos que venían repitiendo desde el 25 de febrero de 1962.

FOTO 21 Título de Matrona, 1899

La primera Junta de la etapa democrática quedó constituida el 30 de octubre de 1978 estando la sede oficial del Colegio en la calle Espartero n° 42 bajo.
Presidente: Joaquín Ramón Salinero Alonso.
Vicepresidente: Armonía Pedrosa Ayarzagüena.
Secretario: José María Viñals Martinena.
Tesorero: Ignacio Serrano Beitia.
Vocal I: Vicenta López Echevarría.
Vocal II: María del Carmen García Arcocha.
Vocal III: Arantza Azcoaga Echevarría.
Vocal IV: Begoña Larrazabal Ruíz.
Vocal V: Juan Antonio García López.

Los presidentes del Colegio Oficial de Auxiliares Sanitarios - Sección de Practicantes, Enfermeras y Matronas – eran en el momento de la unificación: D. Joaquín Ramón Salinero Alonso (Practicantes); Dña. Dolores Alonso Pérez (Matronas) y Dña. María Begoña del Álamo Elechiguerra (Enfermeras). Tras la unificación salió relegido como presidente don Joaquín Ramón Salinero Alonso.

Dado el valor documental de la primera acta de esta etapa que podríamos denominar como “constitucionalista”, se detallan a continuación los acuerdos a los que llegaron, que como puede observarse, fueron prolijos:
1. Felicitan a la otra candidatura por su buen hacer y por su ofrecimiento a colaborar.
2. Se nombran tres interventores para redactar las actas.
3. Se informa de las negociaciones con el Ministerio de Educación para la nivelación.
4. Se informa sobre el reconocimiento del coeficiente 3,6 y nivel 8 que según el consejo entrará en vigor el 1 de enero de 1979.
5. Informan sobre la situación de las escuelas universitarias de enfermería.
6. El Intrusismo de los nuevos técnicos en Medicina Nuclear y Radiodiagnóstico.
7. Se aprueba la compra de un local anexo a la sede para ampliarla y se faculta al presidente para gestionarlo.
8. Se solicita que deroguen la norma por la que los médicos pueden convalidar el título por el de ATS.
9. Se debate sobre los sistemas de puntuación para la obtención de plazas en la Seguridad Social.
10. Se propone que se creen especialidades de ATS iguales a la de los técnicos para preservar los puestos de trabajo.
11. Se acuerda que los oficios vayan en castellano y en euskera quedando el siguiente texto: Bizkaiko Osasunerako Laguntzaile Terrikoen Kolejio Ofiziala.
12. Proponen a una enfermera vizcaína, para que participe en la elaboración del Mapa Sanitario Nacional, Cristina Jiménez Larrea, que ya viene trabajando sobre el plan de Salud de Vizcaya.

Como puede observarse, son muchos y variados los retos que tenía la enfermería vizcaína en esta nueva etapa, problemas comunes a los del resto de España, como se comprobará en el resto de este capítulo.

Al finalizar el año 1979 y al inicio de 1980, nuevamente se produce un conflicto de cierta trascendencia para la profesión enfermera. Así, según consta en el acta de fecha 29 de noviembre de 1979, se crea una comisión de ATS sin empleo. Hay inscritos 300 profesionales y se convoca una asamblea de parados para debatir sobre la problemática.

En la siguiente década, en el acta de 4 de enero de 1980, se informa que el Consejo de Subsecretarios no eleva al Consejo de Ministros la convalidación de los ATS por Diplomados Universitarios en Enfermería. Este incumplimiento genera que desde el Consejo General, se convoque una huelga. Sometida esta propuesta a las distintas asambleas colegiales, el resultado en Vizcaya fue que 114 profesionales estaban a favor, mientras que 8 votaron en contra y 13 lo hicieron en blanco.

Los Colegios Provinciales convocaron asambleas y debatieron sobre su participación en dicha huelga, así como en otro tipo de reivindicaciones colaterales, pero relacionadas con el objetivo y estrategia común, conseguir la convalidación. Según figura en el acta de 6 de mayo de 1980 se votaron varias propuestas que pusieron de manifiesto la gran división del colectivo de los ATS vizcaínos con respecto a las propuestas planteadas.

FOTO 22 Título de Matrona, 1935

Así, una de las propuestas que se votó llevaba el siguiente enunciado:
“Ministerio de Sanidad y Seguridad Social. Técnico de Grado Medio. Que el Consejo coordine con Partidos Políticos y Centrales Sindicales en una Mesa de Trabajo para conseguir la retribución”:
Votos a favor: 99
Votos en contra: 70
Todo parece indicar que el posicionamiento de los ATS de Vizcaya no estaba del todo claro y las diferencias no eran significativas.

CREACIÓN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA ENFERMERÍA DE BIKAIA
Por otro lado, y con el motivo de fomentar y difundir la ciencia enfermera, se crea la Academia de Ciencias de Enfermería en Bilbao, la primera de España y entre cuyos fines se encuentra el mayor y mejor desarrollo de la investigación y docencia en el ámbito enfermero.

Ana María Pascual Pérez ocupó la primera presidencia y Maite Feito Fernández Capalleja es la actual presidenta.

En la actualidad son varios los enfermeros que han alcanzado la distinción de académicos de número, entre los que se encuentra la actual presidenta del colegio, Mª José García Etxaniz.

Puede afirmarse, sin lugar a dudas, que con sus aciertos y errores, con sus lagunas, y con sus claros y oscuros, la organización colegial de enfermería, en cualquiera de las denominaciones que tomara a lo largo de sus años de historia, ha participado en todas y cada una de las decisiones que afectan a la profesión enfermera desde sus primeras formas organizativas establecidas a nivel nacional en el año 1860, o en el ámbito de Bizkaia desde el año 1904.

FOTO 23 Título de Dama Enfermera Española, 1937

Son más de 150 años a nivel nacional y más de 100 a nivel provincial en el que practicantes, matronas, enfermeras, A.T.S., diplomados y grado, han utilizado sus servicios profesionales, años dedicados a la defensa profesional, a evitar el intrusismo, orientado éste como defensa de los derechos de los ciudadanos a ser atendidos por profesionales titulados, altísimamente cualificados que hoy por hoy, son demandados en todos los países más avanzados de nuestro entorno socioeconómico.

Hoy celebramos algo que está al alcance de muy pocas organizaciones e instituciones vizcaínas, y españolas, que el Colegio de Enfermeras de Bizkaia lleva más de cien años de servicio de los ciudadanos y de los profesionales enfermeros.

Fueron muchos los problemas que tuvieron que solventar, muchas las dificultades que tuvieron que sortear, muchas las barreras que altas instituciones y corporaciones profesionales pusieron en el camino, pero los profesionales enfermeros supimos jugar bien nuestras bazas y hoy la profesión está en un nivel profesional y de reconocimiento que jamás pudo soñar.

Quién le iba a decir a Claudio Moyano que esos auxiliares médicos que unificó en la figura del practicante en 1857, hoy son diputados, senadores, alcaldes.

Quién le iba a decir a Federico Rubio y Gali que esas enfermeras que en 1896 no le podían mirar directamente a los ojos, cien años después cursarían sus estudios en la universidad.

FOTO 24 Diploma de Dama Enfermera Española, 1939

Y por último, quién le iba a decir a Joaquín Ruiz Giménez que esos ATS que el creara para unificar a practicantes, matronas y enfermeras, hoy serían decanos de facultad.

Creo que nadie puede dudar que, al menos desde un punto de vista legal, la profesión enfermera ha transitado de oficio a profesión. Sin duda este es un logro colectivo, de los profesionales y de las organizaciones que siempre la han defendido y representado, y el Colegio de Enfermería de Bizkaia siempre ha estado ahí.

Fotos:
Fotos 2, 4, 6 y 25. Propiedad del Colegio de Enfermería de Bizkaia
Las demás fotos son escaneadas del Libro del Colegio de Enfermería de Bizkaia. Más de 100 años de Historia

FOTO 25 Junta de Gobierno del Colegio de Enfermería de Bizkaia

ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA ENFERMERÍA DE BIKAIA

El 25 de febrero de 2019 en el salón de la Sociedad Bilbaína, en la calle Nafarroa número 1, en Bilbao se procedió a la inauguración del Curso Académico 2019 de la ACEB, donde fueron investidos como Académicos de Número: Inmaculada Moro Casuso, Nuria de Ríos Briz, Inmaculada Sánchez Martín y Manuel Solórzano Sánchez y como Académicos de Honor: Carlos César Alvarez Nebreda y Francisco Megías Lizancos.

Fue presentado por el secretario de la Academia Fernando Ramos Peña y presidido por la presidenta Maite Feito Fernández - Capalleja, el vicepresidente Baltasar Gómez Galán y la concejala del Ayuntamiento de Bilbao en representación del señor Alcalde.

El orden del acto fue:
Bienvenida de la Presidenta
Intervención de la concejala del Ayuntamiento de Bilbao
Memoria y actividad del año 2018
Lectura del acta
Imposición de las medallas a los Académicos de Número y de Honor
Intervención de los Académicos de Honor
Terminando con el Himno de la Enfermería. Consejo General de Enfermería
Clausura y lunch

FOTO 26 Académicos de la ACEB en la Sociedad Bilbaína, el 25 de febrero de 2019

Agradecimientos
María José García Etxaniz. Presidenta del Colegio. Académico de la ACEB
Manuel Guerrero García. Vicepresidente del Colegio. Académico de la ACEB
Ignacio González Sanz. Secretario del Colegio. Académico de la ACEB
Javier González Caballero. Vocal III del Colegio. Académico de la ACEB
Junta de Gobierno colegial de Bizkaia
Colegio de Enfermería de Bizkaia
Raúl Expósito González
José Antonio Ávila Olivares
María Dolores Ruíz Berdún
Manuel Ferreiro Ardións
Juan Lezaun Valdubieco
Cristina Cuevas Santos
Maite Feito Fernández – Capalleja. Presidenta de la ACEB
Fernando Ramos Peña. Secretario de la ACEB
Carlos Álvarez Nebreda. Académico de la ACEB
Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia

Bibliografía
2.- Libro del Colegio de Enfermería de Bizkaia. Más de 100 años de Historia. ISNB: 978-84-09-0041-8. Depósito Legal: DL NA 547-2018

Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)
Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB - BEZA

No hay comentarios: