lunes, 23 de abril de 2018

LA MADRE DE LOS NIÑOS DEL HOLOCAUSTO. IRENA SENDLER



AUTORA: Gabriella Córdoba Delgado
Centro: Facultad de Ciencias de la Salud. Alumna del segundo curso de Grado en Enfermería 2018. Unidad Docente de Lanzarote. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Cursó sus estudios de bachillerato en el IES César Manrique, Arrecife.
Tutora: María Luz Fika Hernando. Profesora titular. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

FOTO 1 Portada del trabajo. Gabriella Córdoba Delgado

TRABAJO
Muchos se preguntarán quién fue Irena Sendler y es porque hasta hace apenas 20 años no se dio a conocer su historia.

Irena Sendler es el nombre de la enfermera que durante el Holocausto, salvó a cerca de 2.500 niños del gueto de la capital de Varsovia, por lo que fue bautizada como “La Madre de los niños del Holocausto”.

Nace el día 15 de febrero de 1910 en Otwock, a unos 23 km de Varsovia, hija del Dr. Stanislaw Krzyżanowski, reconocido por su labor social y activista del partido socialista polaco, lo que tuvo una gran influencia sobre Irena. Su padre muere cuando ella solo tenía 7 años a consecuencia del tifus contagiado por los judíos que trataba y que otros médicos se habían negado a atender. La lección que su padre le dio en su lecho de muerte queda resumida en la siguiente frase: “Si ves a alguien que se está ahogando debes tratar de salvarlo aun cuando no sepas nadar”, es por eso qué Irena en su historia personal siempre respetó y amó al prójimo sin distinciones de ningún tipo.

Como agradecimiento a su padre, los líderes judíos facilitaron a Irena los estudios de literatura polaca, época en la que hizo frente a los criterios discriminatorios en la selección de alumnado donde los judíos tenían complicaciones para ingresar en la universidad. Por ello fue vetada para la realización de cualquier estudio universitario durante tres años.

Irena entró a formar parte del Partido Socialista Polaco y pasó a ser parte de la administración superior del Departamento de Bienestar Social de Varsovia desde donde se dirigían todos los comedores comunitarios.

Ante la reciente invasión del territorio polaco por parte del ejército alemán en 1939, los comedores comunitarios pasaron a tener un papel más importante ampliando así su labor de ayuda social; no solamente proveían de alimentos, sino que aumentaron sus competencias a la asistencia financiera, textil y farmacéutica, hecho que motiva a Irena a inclinarse por la enfermería.

FOTO 2 Irena Sendler vestida de enfermera y una foto de joven

En el año 1942, los alemanes designan un área para alojar a los judíos que vivían en Varsovia, conocido en la actualidad por el nombre de “El Gueto de Varsovia”, donde sólo se podía esperar una muerte segura. Convivían medio millón de habitantes, casi el 30 % de la población de Varsovia, fue tapiado para impedir las fugas, muriendo cien mil personas, en el año y medio en que estuvo habilitado, a causa del hambre y por enfermedades contagiosas como el tifus.

A pesar de que Irina creció en la religión católica siempre tuvo simpatía por los judíos que podía llegar a ayudar a pesar del peligro que ello conllevaba, pero aun así decidió unirse al Consejo para la Ayuda de Judíos, conocido como “Zegota”, como miembro del cuerpo sanitario para encargarse de paliar los casos de enfermedades contagiosas. Ante la amenaza de una epidemia de tifus, los alemanes fueron permisivos con las personas que entraban en el gueto para intentar frenar la enfermedad.

Irena vive el terror de tal situación, dadas las condiciones infrahumanas en que estaban obligados a vivir y a la falta de libertad, actuando en todo momento para aliviar, en la medida de sus posibilidades, tal situación.

Además de ayudar a otras enfermeras no judías a introducirse en el gueto, Irena pronto se dio cuenta de que aquel espacio estaba controlado y vigilado las 24 horas del día, proponiéndose buscar la manera de sacar del gueto al menos a los más pequeños. Era una decisión terrible para las madres que debían desprenderse de sus hijos, pero era la única manera de salvar sus vidas. Muchos de aquellos padres terminarían falleciendo en los campos de concentración, a los cuales serán enviados tras el cierre del Gueto.

FOTO 3 Recorte de periódico donde relata que Irena Sendler, rescató 2.500 niños judíos del Gueto de Varsovia

Utilizó multitud de argucias para sacarlos de allí, desde bolsos, cestos de basuras, bolsas de arpilleras, maletines de herramientas, ataúdes, camillas de ambulancias o como la niña Elzbieta Ficowsha que fue sacada en un cajón de madera con agujeros, para que pudiera respirar, con tan sólo 7 meses.

Durante año y medio, Irena con prudencia y un gran coraje fue rescatando a niños judíos, consiguiendo salvar un total de 2.500 vidas.

El caso más conocido fue el de la mencionada Elzbieta Ficowska. Sus padres habían muerto en el gueto y solo le pudieron dejar como recuerdo una pequeña cuchara grabada con su nombre para que ésta no perdiera el recuerdo de sus raíces. Al quedar huérfana, la niña pasó a ser criada por una conocida de Irena.

Irena se encargaba de llevar un exhaustivo registro de todos los niños incluyendo en él su lugar de procedencia y su verdadera identidad, con la esperanza de que con la llegada de la paz todos los niños pudieran recuperar sus verdaderas identidades, conocieran sus historias y pudieran sobre todo buscar a sus familiares. Este registro lo mantenía dentro de una botella de cristal que siempre llevaba con ella o lo enterraba en el jardín de una conocida para evitar que lo encontraran en caso de que ella falleciera.

FOTO 4 Portada y contraportada del libro de Tilar J. Mazzeo “Los niños de Irena”

Con el tiempo, los alemanes fueron conscientes de las actividades que realizaba Irena, siendo traicionada, y detenida por la Gestapo el 20 de octubre de 1943 y conducida a la famosa cárcel de Pawiak, donde sufrió todo tipo de torturas. Según comentaba la propia Irena: “Yo aún llevo las marcas en mi cuerpo que esos superhombres alemanes me hicieron. Yo fui condenada a muerte”. Durante las torturas le rompieron los pies y las piernas, pero no lograron que ella revelase el paradero de los niños que había escondido ni siquiera la identidad de sus colaboradores. Tras ser condenada, Irina logró escapar gracias a la ayuda de un soldado polaco que había sido sobornado por la organización en la que trabajaba ésta. Al día siguiente el nombre de aquel soldado aparecería en las listas de los polacos muertos.

Irena cambió su identidad y hasta el final de la guerra continuó con su labor bajo un nombre falso, trabajando en organizaciones para el bienestar social, ayudando a la creación de casas para ancianos, orfanatos y un servicio de emergencia para niños. Una vez terminada la guerra desenterró las listas con los nombres de los niños y la entregó al Comité de Salvamento judío, aunque lamentablemente la mayoría de las familias de los niños habían muerto en los campos de exterminio.

La identidad de Irena Sendler no vino a ser descubierta hasta el año 1999 por un grupo de estudiantes de Kansas cuando estaban realizando un estudio sobre el Holocausto judío. Durante su investigación, se toparon por casualidad con el nombre de una mujer polaca y un dato junto al mismo: Irena Sendler junto a la cifra de 2.500 niños del gueto de Varsovia que fueron salvados por ella durante la ocupación nazi.

FOTO 5 Irena Sendler “La Madre de los niños del Holocausto”.

Salía a la luz medio siglo después la imagen de una ancianita a la que muchos de aquellos niños que rescató, ahora convertidos en adultos, reconocieron en los medios de comunicación. La historia de esta maravillosa mujer fue la historia de una persona valiente y con unos valores puros. Al margen de ideales políticos y religiosos, Irena se jugó la vida para salvar a seres inocentes de una muerte más que asegurada.

Tras décadas de vida anónima, cuando su fotografía fue publicada en los periódicos y reconocida por todos aquellos niños, la Orden del Águila Blanca de Polonia, le concedió el título de Justa entre las Naciones de organización Yad Vashem de Jerusalén y también fue propuesta su candidatura para optar al Premio Nobel de la Paz.

Irena Sendler fallecería en Varsovia, el 12 de mayo de 2008 a la edad de 98 años (1).

Su equipo

Tenía a su cargo a veinticuatro mujeres y solamente a un hombre. Hicieron unos tres mil documentos falsos para las familias judías. Irena utilizaba el pseudónimo de “Jolanta” y caminaba por las calles del gueto llevando un brazalete con la estrella de David como símbolo de solidaridad y así pasar desapercibida. También adiestró a un perro para que, al pasar los controles de salida, ladrase de forma furiosa a los soldados alemanes tratando de impedir el registro del carro que salía del gueto con uno o varios niños.

Irena usaba también una iglesia que tenía dos puertas, una daba al gueto y otra a la ciudad. Los niños entraban judíos y mal vestidos y salían por la otra puerta bien vestidos y católicos.

El rescate de cada uno de los niños necesitaba la ayuda de al menos 10 personas; estos niños eran transportados a unidades de servicios humanitarios y luego llevados a lugares seguros. Posteriormente se les colocaba en casas, orfanatos y conventos; Irena decía: “Envié a la mayoría de los niños a establecimientos religiosos, porque sabía que podía contar con las Hermanas”. También contó con gran apoyo para ubicar a los niños más mayores y nunca nadie se negó a aceptarlos.

¿Qué fue de los niños huérfanos?

Los niños que estaban con familias católicas siguieron con ellas, pero los que no tenían familia adoptiva ingresaron en diferentes orfanatos para posteriormente ser enviados a Palestina y ser adoptados por familias que se habían asentado en ese territorio.

Una vez acabada la II Guerra Mundial, Polonia quedó dentro del bloque comunista encabezado por la U.R.R.S.S. La historia de Irena quedó oculta, pues lo que había pasado con los judíos polacos estaba prohibido comentarlo. A ello, hay que unir que Irena era militante socialista, lo que provocó que continuamente fuera hostigada por la policía secreta polaca, lo que le provocó el parto prematuro de su hijo Andrzej, quien fallecería a las dos semanas posteriores a su nacimiento. Tuvo otros dos hijos: Janina y Adam que sufrieron diversas dolencias (2).

Reconocimientos

Los niños solo conocían a Irena por su nombre en clave “Jolanta”. Pero años más tarde cuando su foto salió en un periódico luego de ser premiada por sus acciones humanitarias durante la guerra, un hombre la llamó por teléfono y le dijo: “Recuerdo su cara, usted es quien me sacó del Gueto”. Y así comenzó a recibir muchas llamadas y reconocimientos (3).

En 1965 la institución de Yad Vashem de Jerusalén le otorgó el título de “Justa entre las naciones”, siendo ese el Ente para el recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto, y se la nombró “Ciudadana Honoraria de Israel”.

Con lo que realmente se dio a conocer su historia fue en 1999, con la obra teatral “La vida en un Tarro”, a través de esta obra fue que logró ser reconocida por todos aquellos niños que salvó.

Irena, teniendo entonces noventa años y postrada en una silla de ruedas, fue muy visitada destacando por su prudencia, amabilidad y sabiduría. La gente salía impactada por su personalidad (2).

En noviembre de 2003 el presidente de la República Aleksander Kwasniewski, le otorgó la más alta distinción civil de Polonia cuando la nombró “Dama de la Orden del Águila Blanca”. Irena fue acompañada por sus familiares y por Elzbieta Ficowska, “la niña de la cuchara de plata”.

FOTO 6 Irena Sendler

Pero Irena Sendler nunca pensó que recibiría homenaje alguno por sacar a 2.500 niños judíos del gueto, ni por soportar las torturas que los nazis le infligieron o pasar décadas hostigada por el régimen comunista que precedió a la guerra. Según ella, “esos actos fueron la justificación de mi existencia en la tierra, y no un título para recibir la gloria”. En referencia a las visitas incesantes que recibía, expresó: “Estoy muy cansada; esto es demasiado para ”.

En el año 2007 el gobierno de Polonia la presentó como candidata para el premio Nobel de la Paz. Esta iniciativa fue del presidente Lech Kaczynski y contó con el apoyo oficial del Estado de Israel y de la Organización de Supervivientes del Holocausto residentes de Israel. Las autoridades de Auschwitz expresaron su apoyo a esta candidatura, ya que consideraron que Irena Sendler fue una de las últimas heroínas vivas de su generación, y que demostró una fuerza, una convicción y un valor extraordinario frente a un mal de una naturaleza inimaginable. Finalmente, el galardón le fue concedido a Al Gore (3).

El autor de “Irena Sendler, una Nobel de la Paz sin Nobel de la Paz”, de nombre Edmundo Favanas Escuer, comentó: “Es una vergüenza, que este premio se dé a numerosos políticos como Al Gore, Abana, Henry Kissinger, Jimmy Carter, Isaac Rabin, Shimon Peres, Menachem Beguín, Anwar El Sadat, etc., y sin embargo otros muchos personajes que sí han luchado por los derechos humanos se queden sin él, como es el caso de Irena Sendler. Elecciones como las anteriormente mencionadas, son las que producen la mala imagen de estos premios de la Paz. Irena Sendler es una auténtica Premio Nobel de la Paz, aunque prefirieron dárselo a un político irrelevante. La institución noruega no se lo ha dado, pero sí los ciudadanos que conocemos su historia”.

FOTO 7 Irena Sendler. Su frase, su razón de vivir

Cabe destacar las frases que Irena pronunció para justificar su actuación: “La razón por la cual rescaté a los niños tiene su origen en mi hogar, en mi infancia. Fui educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada de corazón, sin mirar su religión o su nacionalidad”. No se consideraba una heroína y nunca se adjudicó crédito alguno a sus acciones, decía “podría haber hecho más, este lamento me seguirá hasta el día de mi muerte”. Irena nunca esperó reconocimientos “Yo no hice nada especial, solo hice lo que debía, nada más. Cada niño que salvé es la justificación de mi existencia en la Tierra y no un título de gloria” (2).

Su vida fue llevada a la pequeña pantalla, gracias a la C.B.S., con el título The Courageous Heart of Irena Sendler, cuyo papel principal fue interpretado por la ganadora de un Oscar, Anna Paquin (3).

Edmundo Favanas Escuer usó la siguiente frase para concluir su artículo y que incluiré para finalizar esta historia también:

Esta historia va dedicada a los miles y miles de cooperantes voluntarios que dan su trabajo para salvar a millones de personas pobres por todo el mundo. Son una luz que alumbra un mundo envuelto en el materialismo más obsceno”.

FOTO 8 Irena Sendler, con el tarro de cristal donde llevaba su lista de niños y el brazalete judio para despistar a los soldados alemanes. Dibujo de Isabel Ruiz Ruiz

Bibliografía
1.- Ferrer Valero, Sandra. El ángel de Varsovia, Irena Sendler (1910 - 2008) [Internet]. Mujeresenlahistoria.com. 2018 [visitado 22 January 2018]. Disponible en:

2.- Edmundo Favanas Escuer. Irena Sendler, una Nobel de la Paz sin el Nobel de la Paz [Internet]. Nuevatribuna. 2018 [visitado 22 January 2018]. Disponible en:

3.- Irena Sendler [Internet]. Es.wikipedia.org. 2018 [visitado 22 January 2018]. Disponible en:

Referencia Bibliográfica
Llamas A. Esencia de líder. Ed: Grijalbo. México 2016

Agradecimiento
Sandra Ferrer Valero. Periodista y amante de la Historia

Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)