Hace un puñado
de años, doce o quince, un ilustre académico francés, Emilio Duclaux, Director del Instituto Pasteur, señalaba como
características de la historia de la tuberculosis, en su calidad de plaga
social, tres fases o etapas: el periodo de la ceguedad y de la sordera durante
el cual el mal sigue sus estragos y extiende sus dominios; el periodo del espanto,
durante el cual el azote se impone a la atención alarmada más que a la conciencia
resuelta de las gentes, y el periodo de la lucha contra el mal, lucha al
principio febril y desordenada, como de pueblo sorprendido por una invasión,
lucha, después, reflexiva y metódica.
FOTO 1 D. Eloy Luis André, Catedrático de
Filosofía del Instituto de Toledo é ilustre publicista, autor del libro “La
mentalidad alemana”, ensayo de explicación genética del espíritu alemán
contemporáneo. Artículo publicado en Mundo Gráfico el miércoles 10 de junio de
1914. El ministro de la Gobernación entregando un donativo a las señoritas de
Calleja, que postulaban en uno de los altares levantados con motivo de la Fiesta
de la Cruz o Fiesta de la Flor, organizada a beneficio de los tuberculosos
pobres. Mundo gráfico 7 de mayo de 1913, página 13
¿Nos hallaremos
ya, en España, por completo dentro de esta tercera etapa, y de ella en la fase de
la lucha antituberculosa reflexiva y metódica?
Así parece, al
ver cómo se desarrollan de día en día las instituciones antituberculosas y de qué
suerte se multiplican los esfuerzos sociales en la defensa contra un mal de
cuya voracidad implacable dan idea estas cifras aterradoras:
Cada año mueren
de Tuberculosis en Madrid, 2.000 individuos, en España 50.000; en Europa 1.000.000
y en el Mundo 3.000.000.
Esa es una
realidad que no debe disimularse; que solo se aliviará a condición de que no se
la disimule, y por esto censuraba yo el año pasado que bajo el poético rótulo
de La fiesta de la Flor se escamoteara la substancia social del esfuerzo
de solidaridad, que se declara mejor hablando de El día de la Tuberculosis. Este
año, al organizarse oficialmente esa cuestación pública para los fines de la
lucha antituberculosa, se ha procedido mejor, y sin renunciar al nombre
poético, la fiesta de la flor, no se oculta el apellido característico de ese
nobilísimo empeño: el día de la tuberculosis.
¡Si incluso las
murmuraciones aún no acabadas sobre la suerte que corrieran los fondos recaudados
hace un año justifican que no se omita éste, el apellido que caracteriza y
canta el fin social de la jornada!
Día de la Tuberculosis,
sí,
porque por mucho que sea lo que se recaude, más permanente transcendencia benéfica
ha de tener lo que se medite sobre la necesidad a cuyo remedio se nos convida.
FOTO 2 La Fiesta
de la Flor en San Sebastián. Las señoritas de San Sebastián postulando por las
calles, con motivo de la Fiesta de las Flores, para recaudar fondos con destino
al Sanatorio Antituberculoso. Mundo Gráfico del día 31 de diciembre de 1913,
página 31
Y si el nombre
de la enfermedad cruel evoca el cuadro doloroso y repulsivo de los tísicos
menesterosos; si ese rótulo colocado “en todas las fachadas y en todas las
esquinas de una ciudad alegre y bella es, como dice un cronista, evocación de lechos
sucios y revueltos, de atmósferas pestilentes...”, razón dé más para no
omitirlo, puesto que precisamente de purificar esta atmósfera y de limpiar y
arreglar o suprimir esos lechos se trata.
Si precisamente
la confesión y el reconocimiento del mal, el no volver a aquella etapa de la
ceguedad y de la sordera de que hablaba Duclaux, es condición inexcusable para
el remedio y para la eficacia del combate contra la plaga asoladora. Si en
todas partes gana terreno, de día en día, la propaganda en favor de la
declaración obligatoria de la tuberculosis; si incluso el ideal de prohibir el
matrimonio a los tuberculosos, de que es campeón tan elocuente entre nosotros,
el ilustre Malo de Poveda, el verdadero apóstol, desinteresado e infatigable,
de la lucha española contra la tuberculosis, está cada vez más cerca de las
realidades legislativas, ya que no basta la educación para darle salvadora
eficacia social, ¿qué sentido científico ni progresivo puede tener, aunque la exhiban
escritores muy avanzados, esa repugnancia por un rótulo que al ser pregón de la
necesidad es llamamiento a su remedio?
FOTO
3 Logroño.-Una de las mesas petitorias instaladas el día de la Fiesta de la
flor, a beneficio de la Liga contra la tuberculosis. Mundo Gráfico 30 de
septiembre 1914. Anuncio. Mundo Gráfico 18 de marzo de 1914. SS. MM. los Reyes
Don Alfonso y Doña Victoria entregando un donativo a una de las dependientes de
la casa Gal, a su paso por la Puerta del Sol, Madrid. Mundo Gráfico 10 de junio
de 1914
Para
intensificar la labor de los Dispensarios, para completarla con la obra de los Sanatorios
de la playa y de la montaña y con la de la asistencia domiciliaria a los
tuberculosos desvalidos y que puedan ser aún rehabilitados para la lucha por la
vida, se necesita dinero, mucho dinero. Por grande que sea la cantidad que
logren recaudarlas Damas ilustres a cuyo celo ha confiado la Reina esa misión,
nunca será el suficiente, sobre todo si en el aprovechamiento de esos recursos flaquean
la austeridad y el espíritu de organización de los que los sienten, a manos del
profesionalismo aprovechado y envidioso, y por esto es lástima que tampoco este
año se haya desarrollado por completo el plan oficial del «día de la
tuberculosis»; pero, lo repito, aunque para la asistencia del tuberculoso
desvalido se reuniera cuanto hace falta y se empleara bien, aun quedaría
muchísimo por hacer en esa obra social, y de ahí la altísima conveniencia de
que se hable de ella sin escrúpulos ni regateos.
Porque, lo dije
el año pasado y vuelvo a decirlo, más importancia que asistir a los tuberculosos
para aliviar su triste condición y remediarla cuanto se pueda, tiene el apartar
de ese siniestro desenlace a los que van en camino de él, que son muchedumbre
reclutada en todas las clases sociales. Agente eficacísimo de la tuberculosis son
sin duda las privaciones que afligen al pobre; pero no la producen con menos
estrago los placeres desordenados a que se entregan los ricos. La resistencia
física individual, tan diferente de individuo á individuo, lo mismo tiene un límite
que no se franquea sin quebranto grave, para sufrir las privaciones, que para
gozar los placeres, y acaso sea más fácil para la acción social, aun en estos
tiempos de desidia, dar aire puro y alimento sano al pobre, que educación saludable
al rico para redimirlo de sus propios apetitos sin freno...
FOTO 4 La Fiesta
de las Flores en Madrid. Mundo Gráfico 7 de mayo de 1913
Y ya es hora de
que en aquella asistencia al tuberculoso desvalido se piense de preferencia en la
clase media, que no solamente es aquella en que más cruelmente se ceba el
bacilo implacable, sino también aquella peor armada para la lucha contra él. La
familia del empleado de ocho o diez mil reales tendrá acaso mejor habitación y sin
duda ropa más vistosa que la del obrero que gana tres o cuatro pesetas diarias;
pero se alimenta mucho peor y no guarda quizás las reservas de resistencia
nativa que el campesino trajo a la ciudad al cambiar la azada del labrador por
la paleta del albañil. Prejuicios reprobables, pero explicables, apartan a ese
tuberculoso de la clase media de los auxilios del dispensario popular, y aun de
lo que ya se viene haciendo para proporcionar cambio y mejora de aires a los
tuberculosos pobres.
La Asistencia Domiciliaria
y el Sanatorio para la clase media son cosas muy difíciles de organizar y de
mantener en permanente eficiencia, pero acaso la mayor necesidad, la más
apremiante de la lucha antituberculosa en España. Piénsenlo los gobernantes y,
sobre todo, las Damas ilustres que a tal obra consagran sus generosos desvelos.
SALVADOR CANALS
Bibliografía
Mundo
Gráfico, 10 de junio de 1914, página 3
Autor:
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en
Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San
Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro
de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de
Enfermería Avanza
Miembro de Eusko
Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la
Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la
Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro no
numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
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