lunes, 12 de febrero de 2018

EL DÍA DE LA TUBERCULOSIS 1914



Hace un puñado de años, doce o quince, un ilustre académico francés, Emilio Duclaux, Director del Instituto Pasteur, señalaba como características de la historia de la tuberculosis, en su calidad de plaga social, tres fases o etapas: el periodo de la ceguedad y de la sordera durante el cual el mal sigue sus estragos y extiende sus dominios; el periodo del espanto, durante el cual el azote se impone a la atención alarmada más que a la conciencia resuelta de las gentes, y el periodo de la lucha contra el mal, lucha al principio febril y desordenada, como de pueblo sorprendido por una invasión, lucha, después, reflexiva y metódica.

FOTO 1 D. Eloy Luis André, Catedrático de Filosofía del Instituto de Toledo é ilustre publicista, autor del libro “La mentalidad alemana”, ensayo de explicación genética del espíritu alemán contemporáneo. Artículo publicado en Mundo Gráfico el miércoles 10 de junio de 1914. El ministro de la Gobernación entregando un donativo a las señoritas de Calleja, que postulaban en uno de los altares levantados con motivo de la Fiesta de la Cruz o Fiesta de la Flor, organizada a beneficio de los tuberculosos pobres. Mundo gráfico 7 de mayo de 1913, página 13

¿Nos hallaremos ya, en España, por completo dentro de esta tercera etapa, y de ella en la fase de la lucha antituberculosa reflexiva y metódica?
Así parece, al ver cómo se desarrollan de día en día las instituciones antituberculosas y de qué suerte se multiplican los esfuerzos sociales en la defensa contra un mal de cuya voracidad implacable dan idea estas cifras aterradoras:

Cada año mueren de Tuberculosis en Madrid, 2.000 individuos, en España 50.000; en Europa 1.000.000 y en el Mundo 3.000.000.

Esa es una realidad que no debe disimularse; que solo se aliviará a condición de que no se la disimule, y por esto censuraba yo el año pasado que bajo el poético rótulo de La fiesta de la Flor se escamoteara la substancia social del esfuerzo de solidaridad, que se declara mejor hablando de El día de la Tuberculosis. Este año, al organizarse oficialmente esa cuestación pública para los fines de la lucha antituberculosa, se ha procedido mejor, y sin renunciar al nombre poético, la fiesta de la flor, no se oculta el apellido característico de ese nobilísimo empeño: el día de la tuberculosis.

¡Si incluso las murmuraciones aún no acabadas sobre la suerte que corrieran los fondos recaudados hace un año justifican que no se omita éste, el apellido que caracteriza y canta el fin social de la jornada!

Día de la Tuberculosis, sí, porque por mucho que sea lo que se recaude, más permanente transcendencia benéfica ha de tener lo que se medite sobre la necesidad a cuyo remedio se nos convida.

FOTO 2 La Fiesta de la Flor en San Sebastián. Las señoritas de San Sebastián postulando por las calles, con motivo de la Fiesta de las Flores, para recaudar fondos con destino al Sanatorio Antituberculoso. Mundo Gráfico del día 31 de diciembre de 1913, página 31

Y si el nombre de la enfermedad cruel evoca el cuadro doloroso y repulsivo de los tísicos menesterosos; si ese rótulo colocado “en todas las fachadas y en todas las esquinas de una ciudad alegre y bella es, como dice un cronista, evocación de lechos sucios y revueltos, de atmósferas pestilentes...”, razón dé más para no omitirlo, puesto que precisamente de purificar esta atmósfera y de limpiar y arreglar o suprimir esos lechos se trata.

Si precisamente la confesión y el reconocimiento del mal, el no volver a aquella etapa de la ceguedad y de la sordera de que hablaba Duclaux, es condición inexcusable para el remedio y para la eficacia del combate contra la plaga asoladora. Si en todas partes gana terreno, de día en día, la propaganda en favor de la declaración obligatoria de la tuberculosis; si incluso el ideal de prohibir el matrimonio a los tuberculosos, de que es campeón tan elocuente entre nosotros, el ilustre Malo de Poveda, el verdadero apóstol, desinteresado e infatigable, de la lucha española contra la tuberculosis, está cada vez más cerca de las realidades legislativas, ya que no basta la educación para darle salvadora eficacia social, ¿qué sentido científico ni progresivo puede tener, aunque la exhiban escritores muy avanzados, esa repugnancia por un rótulo que al ser pregón de la necesidad es llamamiento a su remedio?

FOTO 3 Logroño.-Una de las mesas petitorias instaladas el día de la Fiesta de la flor, a beneficio de la Liga contra la tuberculosis. Mundo Gráfico 30 de septiembre 1914. Anuncio. Mundo Gráfico 18 de marzo de 1914. SS. MM. los Reyes Don Alfonso y Doña Victoria entregando un donativo a una de las dependientes de la casa Gal, a su paso por la Puerta del Sol, Madrid. Mundo Gráfico 10 de junio de 1914

Para intensificar la labor de los Dispensarios, para completarla con la obra de los Sanatorios de la playa y de la montaña y con la de la asistencia domiciliaria a los tuberculosos desvalidos y que puedan ser aún rehabilitados para la lucha por la vida, se necesita dinero, mucho dinero. Por grande que sea la cantidad que logren recaudarlas Damas ilustres a cuyo celo ha confiado la Reina esa misión, nunca será el suficiente, sobre todo si en el aprovechamiento de esos recursos flaquean la austeridad y el espíritu de organización de los que los sienten, a manos del profesionalismo aprovechado y envidioso, y por esto es lástima que tampoco este año se haya desarrollado por completo el plan oficial del «día de la tuberculosis»; pero, lo repito, aunque para la asistencia del tuberculoso desvalido se reuniera cuanto hace falta y se empleara bien, aun quedaría muchísimo por hacer en esa obra social, y de ahí la altísima conveniencia de que se hable de ella sin escrúpulos ni regateos.

Porque, lo dije el año pasado y vuelvo a decirlo, más importancia que asistir a los tuberculosos para aliviar su triste condición y remediarla cuanto se pueda, tiene el apartar de ese siniestro desenlace a los que van en camino de él, que son muchedumbre reclutada en todas las clases sociales. Agente eficacísimo de la tuberculosis son sin duda las privaciones que afligen al pobre; pero no la producen con menos estrago los placeres desordenados a que se entregan los ricos. La resistencia física individual, tan diferente de individuo á individuo, lo mismo tiene un límite que no se franquea sin quebranto grave, para sufrir las privaciones, que para gozar los placeres, y acaso sea más fácil para la acción social, aun en estos tiempos de desidia, dar aire puro y alimento sano al pobre, que educación saludable al rico para redimirlo de sus propios apetitos sin freno...

FOTO 4 La Fiesta de las Flores en Madrid. Mundo Gráfico 7 de mayo de 1913

Y ya es hora de que en aquella asistencia al tuberculoso desvalido se piense de preferencia en la clase media, que no solamente es aquella en que más cruelmente se ceba el bacilo implacable, sino también aquella peor armada para la lucha contra él. La familia del empleado de ocho o diez mil reales tendrá acaso mejor habitación y sin duda ropa más vistosa que la del obrero que gana tres o cuatro pesetas diarias; pero se alimenta mucho peor y no guarda quizás las reservas de resistencia nativa que el campesino trajo a la ciudad al cambiar la azada del labrador por la paleta del albañil. Prejuicios reprobables, pero explicables, apartan a ese tuberculoso de la clase media de los auxilios del dispensario popular, y aun de lo que ya se viene haciendo para proporcionar cambio y mejora de aires a los tuberculosos pobres.

La Asistencia Domiciliaria y el Sanatorio para la clase media son cosas muy difíciles de organizar y de mantener en permanente eficiencia, pero acaso la mayor necesidad, la más apremiante de la lucha antituberculosa en España. Piénsenlo los gobernantes y, sobre todo, las Damas ilustres que a tal obra consagran sus generosos desvelos.
SALVADOR CANALS

Bibliografía
Mundo Gráfico, 10 de junio de 1914, página 3

Autor:
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)


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