miércoles, 6 de septiembre de 2017

EL DISPENSARIO DE SANTA ISABEL 1925



El Dispensario Santa Isabel constituido por un grupo de médicos franceses y con los que osaron unirse a ellos otros compañeros donostiarras, y patrocinado por una Junta de Damas de la aristocracia donostiarra, ayudaron a regir la sanidad de los más menesterosos. Su finalidad era la labor social dirigida hacia quienes carecían de recursos para acudir a consultas privadas, los que eran gratuitamente atendidos en el Dispensario que a la vez practicaban curas e inyecciones y les suministraban en lo posible las adecuadas “muestras médicas” que en él se recogían. Señoras y señoritas, enfermeras expertas aunque no tituladas, cuidaban de consultas y servicios bajo la inspección de dos Religiosas Dominicas encargadas del Dispensario. Comenzó su andadura en un hermoso local en el ángulo de la calle Larramendi con la plaza de Easo el 11 de junio de 1910 (1).

FOTO 1 Dispensario de Santa Isabel. Grupo de enfermeras y médicos. Foto Revista Azul, página 21, 1 de octubre de 1925

Admirable régimen es el del Dispensario de la calle Larramendi número 25, en el que se da a los miles de enfermos que acuden todos los años alivio y consuelo desde 1910. Su fundador, el bondadoso doctor Carlos Vic, secundado por un núcleo de prestigiosos doctores, prestan su valiosísimo concurso con toda abnegación y fe, secundados por este encantador grupo de enfermeras tan digno de alabanzas y aplauso (2).

La presidenta actual, doña Luisa Lizariturry de Rezola, en unión de Madame Vic, Madame Leremboure, Madame Harriet y toda la Junta del Dispensario, organizaron una lindísima fiesta que fue un verdadero acontecimiento; la caridad es inagotable en esta ciudad de San Sebastián y todos los años todo el mundo acude gozoso a contribuir con su presencia, su generosidad y su ayuda material a sostener esta obra benéfica tan atractiva.

La fiesta se organizó en el Kursaal, fue lindísima; preciosas muchachas vestidas de chinas bailaron muy bien dirigidas por Juanito Leaburu, y el ya popular Roshario hizo los encantos de todos. La fiesta del “mah jong” a la cual acudió toda la Real Familia, fue encantador, dando un enorme relieve a esa bonita matinée; resultó admirable. La pareja de baile de la señorita Gros y su hermano, lo hicieron divinamente y la lindísima Merche estaba bailando muy sugestiva; fue un número muy bonito (2).

FOTO 2 Kursaal y el río Urumea. Foto Ragón. Vida Vasca 1940, página 43

La recaudación extraordinaria. Los pobres de San Sebastián estuvieron de enhorabuena, así como médicos, enfermeros y enfermeras, pues hacen suya la felicidad de los pobres.

A la fiesta del Dispensario en el Kursaal se sucedieron infinidad de fiestas a la cual más lindas; acudió a ellas además de la Familia Real, lo más selecto de la colonia aristocrática donostiarra y veraneantes, y entre las elegantes señoras y señoritas recordamos a la marquesa de Tenorio, señora de Alcorta, Elósegui, Herreros de tejada, Rezola, Rincón Gallardo, Gutiérrez, Pradera, Oyagüe, Fuentes, Mendía, Zaldo, Gavalda y condesa de los Gaitanes; las encantadoras Carmencita Caro, marquesa de Apezteguía, Mendigorría, Orbegozo, Aristiguieta, Bonel, Sena, Lataillade, Blasco, Machimbarrena, Brunet, marquesa Amboage, Mademoisele de Taillandier, Navarro Reverter, Obregón, etc.; acudieron miles de personas y todas salieron encantadas (3).

La fiesta del Dispensario fue un éxito con “su torneo de mah jong” y sorteo de un precioso regalo, de los amables condes de Casa Miranda. Los tes dansant resultaron muy bien y la orquesta contratada tocando admirablemente; los números de varietés todos variadísimos y el servicio del restaurant irreprochable.

La tómbola de la Cruz Roja resultó concurridísima, la presencia de SS. MM. Los Reyes dio gran realce. En resumen, puede asegurarse que el Gran Kursaal dio enorme animación a San Sebastián y orgullosa puede estar la Junta directiva del Dispensario, de su éxito (3).

FOTO 3 El Dr. Augusto Harriet, su mujer y enfermeras aristocráticas

El Dr. Carlos Vic, médico de gran prestigio y clientela, formó los primeros grupos de enfermeras siguiendo las normas de la Cruz Roja francesa que conocía bien y quien, al frente de la consulta de Medicina abrió el establecimiento el 11 de junio de 1910 en un hermoso local en el ángulo de la calle Larramendi con la plaza de Easo.

Años más tarde se trasladó al final de la calle San Francisco, esquina Berminghan, siendo ampliadas sus instalaciones. Con Vic trabajaban José Mª Gastaminza y Antonio Gonzalo; el Dr. Antonio Echeto llevaba la consulta de Niños, en un tiempo ayudado por el Dr. Ángel Eizaguirre, hermano de Emiliano; Augusto Harriet la de Ojos; el Dr. Michel Leremboure ayudado por el Dr. Jaén la Cirugía y en el funcionamiento de los aparatos eléctricos; el Dr. Julio Albea y más tarde Agustín Sánchez Martín la de Ginecología; don Antonio Arrieta la de O.R.L. y durante unos años se ocupó de la consulta de Digestivo el Dr. Ignacio María Barriola. Y no sé si olvido algún otro servicio (Barriola) (1).

EL DISPENSARIO SANTA ISABEL 1915
La gente se agrupaba por donde iba a pasar la Reina Madre, doña María Cristina, quería verla y mostrarla su cariño y simpatía. Motivos inmensos tenía el pueblo de San Sebastián para ofrecer a la Reina testimonios espontáneas y constantes de profunda gratitud (4).

FOTO 4 El Dr. Augusto Harriet con un niño, su mujer y enfermeras aristocráticas

Un día de Septiembre de 1915 ante el número 25 de la calle de Larramendi se reunió gran muchedumbre: se esperaba a la Reina protectora. Iba a visitar el dispensario Santa Isabel, un dispensario gratuito que honraba a San Sebastián, en el que lo más granado de las aristocráticas señoras y señoritas de nuestra sociedad, presididas por doña Inés Brunetti y Gayoso, hermana del duque de Arcos, con la cooperación activísima de doña Luisa Lizariturry de Rezola y los servicios médicos de los doctores Vic, Leremboure, González Ayani y Olalde, prestaban sus caritativos cuidados, y que gracias a ellos funcionaba con una precisión admirable (4).

La Reina en su visita se enteró de todos los detalles de la marcha del establecimiento, su régimen, administración, método de las curas, aparatos quirúrgicos y material sanitario del centro, etcétera.

Al dar cuenta el periódico El Pueblo Vasco de la visita, escribía:

Las lindas enfermeras, cuyo lindo palmito es ya un bálsamo de consuelo en aquella casa, con una abnegación sin límites que les honra, se esfuerzan, con hechos y palabras, en mitigar los sufrimientos de los pacientes dándoles la ayuda requerida.

Timbre de honor glorioso es para estas valientes mujeres, en los tiempos egoístas que corremos, la obra de misericordia de socorrer a los enfermos.

Su juventud y su hermosura puestas al servicio de tan humanitaria causa, resplandecen con destellos de virtud.

FOTO 5 Dos enfermeras aristocráticas atendiendo a un niño

El establecimiento estaba a cargo de distintas señoras que bajo la dirección de una enfermera con título, religiosa Dominica, habían constituido una sociedad de Damas Enfermeras, que ingresaron en la Cruz Roja Española (4).

El alma de la casa hace 80 años era la hermana Sor Renata, dominica procedente del convento de Nuestra Señora del Pilar, de Ategorrieta, en cuya orden todas tenían título oficial de enfermeras, razón por la cual varias de ellas fueron trasladadas a Francia a cuidar en los hospitales heridos de la guerra europea (4, 5, 6, 7, y 8).

REVISTA AZUL, 01 DE OCTUBRE DE 1925

Lo que ha de ser la “Revista Azul
Una publicación trimestral dirigida por Sofía Blasco; podrán colaborar  espontáneamente todo aquel novel escritor, poeta, dibujante, fotógrafo, etc., que quiere lograr y aspirar a ser conocido, siempre que sus trabajos lo merezcan, dando referencia a la colaboración femenina.

Contendrá amenísima lectura, cuentos, novelas, recopilación de los ecos de sociedad y bodas más salientes; se inaugurarán la publicación de los interiores hogares vascos, chalets, palacios, casa de personas aristocráticas y reseña ilustrada de cuadros y objetos artísticos que contengan, interwius con personalidades, artistas, actores y todo aquél que sobresale por su talento. Planas ilustradas con bellezas locales, lindos bebés, música, etc.

FOTO 6 Portada Revista Azul. Anuncios. 1 de octubre de 1925

Lo que se lleva y se ha de llevar en cuestión de modas, recetas culinarias, deportes, sección religiosa sumamente interesante por personas de autoridad. Plana dedicada a la actualidad. Cartas de París y Madrid; chispeantes artículos y una preciosa novela inédita de Sofía Blasco que ha de llamar la atención por su interés y sentimentalismo, es la vida real de una bella mexicana en París y ha de llamar poderosamente la atención, es un “roman” sujestivo y atractivo. Cuentos y artículos de Eusebio Blasco, que esta generación desconoce y serán el encanto de todos. En una palabra, una revista amena; será la preferida de la juventud femenina, interesando a grandes chicos. Su precio será de 5 pesetas (9).

¿Gustará la “Revista Azul”? El lector tiene la palabra.
Toda la correspondencia, originales y consultas se deben dirigir a la Revista Azul.
Dirección: “Revista Azul”. Apartado 84. San Sebastián.
Comenzó su andadura el 1 de octubre de 1925 y duró hasta el 25 de febrero de 1928.

Bibliografía
1.- Cuadernos de Historia de la Medicina Vasca. Ignacio María Barriola
2.- Revista Azul. Número 1. 1 de octubre de 1925. Páginas 21, 22 y 23
3.- Revista Azul. Número 1. 1 de octubre de 1925. Página 25
4.- El Dispensario Santa Isabel. Diario Vasco. 30 de septiembre de 1995
5.- Santa Isabel Precedente de la sanidad pública. 1909 El dispensario fundado por tres médicos franceses atendió a los donostiarras sin recursos hasta 1960. Publicado en el Diario Vasco el día 27 de enero de 2012
6.- Dispensario de Santa Isabel de San Sebastián
7.- Dispensario de Santa Isabel de San Sebastián
8.- “Santa Isabel” Kontsultategia Donostian
9.- Revista Azul. Número 1. 1 de octubre de 1925. Página 64

FOTO 7 El Dr. Augusto Harriet, su mujer y enfermeras aristocráticas

Fotos
Cedidas por María del Coro Picabea Urquía. Familia del Dr. Harriet

Agradecimiento
Biblioteca Municipal de San Sebastián. Donostiako Udal Liburutegia
Itziar Etxeberria, Esther Zabalo, Arantxa Arzamendi. Biblioteca Municipal de San Sebastián. Liburutegi Nagusia. Alderdi Eder. Donostia – San Sebastián

FOTO 8 Sala de Curas del Dispensario de Santa Isabel. Calle San Francisco nº 52 bajo
 
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)

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