El Dispensario Santa Isabel constituido por un grupo
de médicos franceses y con los que osaron unirse a ellos otros compañeros
donostiarras, y patrocinado por una Junta de Damas de la aristocracia
donostiarra, ayudaron a regir la sanidad de los más menesterosos. Su finalidad
era la labor social dirigida hacia quienes carecían de recursos para acudir a
consultas privadas, los que eran gratuitamente atendidos en el Dispensario que
a la vez practicaban curas e inyecciones y les suministraban en lo posible las adecuadas
“muestras médicas” que en él se recogían. Señoras y señoritas, enfermeras
expertas aunque no tituladas,
cuidaban de consultas y servicios bajo la inspección de dos Religiosas
Dominicas encargadas del Dispensario. Comenzó su andadura en un hermoso local
en el ángulo de la calle Larramendi con la plaza de Easo el 11 de junio de 1910 (1).
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1 Dispensario de Santa Isabel. Grupo de enfermeras y médicos. Foto Revista
Azul, página 21, 1 de octubre de 1925
Admirable
régimen es el del Dispensario de la calle Larramendi número 25, en el que se da
a los miles de enfermos que acuden todos los años alivio y consuelo desde 1910.
Su fundador, el bondadoso doctor Carlos Vic, secundado por un núcleo de
prestigiosos doctores, prestan su valiosísimo concurso con toda abnegación y
fe, secundados por este encantador grupo de enfermeras tan digno de alabanzas y
aplauso (2).
La
presidenta actual, doña Luisa Lizariturry de Rezola, en unión de Madame Vic,
Madame Leremboure, Madame Harriet y toda la Junta del Dispensario, organizaron
una lindísima fiesta que fue un verdadero acontecimiento; la caridad es
inagotable en esta ciudad de San Sebastián y todos los años todo el mundo acude
gozoso a contribuir con su presencia, su generosidad y su ayuda material a
sostener esta obra benéfica tan atractiva.
La
fiesta se organizó en el Kursaal, fue lindísima; preciosas muchachas vestidas
de chinas bailaron muy bien dirigidas por Juanito Leaburu, y el ya popular
Roshario hizo los encantos de todos. La fiesta del “mah jong” a la cual acudió
toda la Real Familia, fue encantador, dando un enorme relieve a esa bonita
matinée; resultó admirable. La pareja de baile de la señorita Gros y su
hermano, lo hicieron divinamente y la lindísima Merche estaba bailando muy
sugestiva; fue un número muy bonito (2).
FOTO
2 Kursaal y el río Urumea. Foto Ragón. Vida Vasca 1940, página 43
La
recaudación extraordinaria. Los pobres de San Sebastián estuvieron de
enhorabuena, así como médicos, enfermeros y enfermeras, pues hacen suya la
felicidad de los pobres.
A
la fiesta del Dispensario en el Kursaal se sucedieron infinidad de fiestas a la
cual más lindas; acudió a ellas además de la Familia Real, lo más selecto de la
colonia aristocrática donostiarra y veraneantes, y entre las elegantes señoras
y señoritas recordamos a la marquesa de Tenorio, señora de Alcorta, Elósegui,
Herreros de tejada, Rezola, Rincón Gallardo, Gutiérrez, Pradera, Oyagüe,
Fuentes, Mendía, Zaldo, Gavalda y condesa de los Gaitanes; las encantadoras
Carmencita Caro, marquesa de Apezteguía, Mendigorría, Orbegozo, Aristiguieta,
Bonel, Sena, Lataillade, Blasco, Machimbarrena, Brunet, marquesa Amboage,
Mademoisele de Taillandier, Navarro Reverter, Obregón, etc.; acudieron miles de
personas y todas salieron encantadas (3).
La
fiesta del Dispensario fue un éxito con “su torneo de mah jong” y sorteo de un
precioso regalo, de los amables condes de Casa Miranda. Los tes dansant
resultaron muy bien y la orquesta contratada tocando admirablemente; los
números de varietés todos variadísimos y el servicio del restaurant
irreprochable.
La
tómbola de la Cruz Roja resultó concurridísima, la presencia de SS. MM. Los
Reyes dio gran realce. En resumen, puede asegurarse que el Gran Kursaal dio
enorme animación a San Sebastián y orgullosa puede estar la Junta directiva del
Dispensario, de su éxito (3).
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3 El Dr. Augusto Harriet, su mujer y enfermeras aristocráticas
El Dr. Carlos Vic, médico de gran prestigio y
clientela, formó los primeros grupos de enfermeras siguiendo las normas de la
Cruz Roja francesa que conocía bien y quien, al frente de la consulta de
Medicina abrió el establecimiento el 11
de junio de 1910 en un hermoso local en el ángulo de la calle Larramendi
con la plaza de Easo.
Años más tarde se trasladó al final de la calle San
Francisco, esquina Berminghan, siendo ampliadas sus instalaciones. Con Vic
trabajaban José Mª Gastaminza y Antonio Gonzalo; el Dr. Antonio Echeto llevaba
la consulta de Niños, en un tiempo ayudado por el Dr. Ángel Eizaguirre, hermano
de Emiliano; Augusto Harriet la de Ojos; el Dr. Michel Leremboure ayudado por
el Dr. Jaén la Cirugía y en el funcionamiento de los aparatos eléctricos; el
Dr. Julio Albea y más tarde Agustín Sánchez Martín la de Ginecología; don
Antonio Arrieta la de O.R.L. y durante unos años se ocupó de la consulta de
Digestivo el Dr. Ignacio María Barriola. Y no sé si olvido algún otro servicio
(Barriola) (1).
EL DISPENSARIO
SANTA ISABEL 1915
La gente se agrupaba por donde iba a pasar la Reina
Madre, doña María Cristina, quería verla y mostrarla su cariño y simpatía.
Motivos inmensos tenía el pueblo de San Sebastián para ofrecer a la Reina
testimonios espontáneas y constantes de profunda gratitud (4).
FOTO 4 El Dr. Augusto Harriet
con un niño, su mujer y enfermeras aristocráticas
Un día de Septiembre de 1915 ante el número 25 de la
calle de Larramendi se reunió gran muchedumbre: se esperaba a la Reina
protectora. Iba a visitar el dispensario Santa Isabel, un dispensario gratuito
que honraba a San Sebastián, en el que lo más granado de las aristocráticas
señoras y señoritas de nuestra sociedad, presididas por doña Inés Brunetti y
Gayoso, hermana del duque de Arcos, con la cooperación activísima de doña Luisa
Lizariturry de Rezola y los servicios médicos de los doctores Vic, Leremboure,
González Ayani y Olalde, prestaban sus caritativos cuidados, y que gracias a
ellos funcionaba con una precisión admirable (4).
La Reina en su visita se enteró de todos los
detalles de la marcha del establecimiento, su régimen, administración, método
de las curas, aparatos quirúrgicos y material sanitario del centro, etcétera.
Al dar cuenta el periódico El Pueblo Vasco de la visita, escribía:
Las lindas enfermeras, cuyo
lindo palmito es ya un bálsamo de consuelo en aquella casa, con una abnegación
sin límites que les honra, se esfuerzan, con hechos y palabras, en mitigar los
sufrimientos de los pacientes dándoles la ayuda requerida.
Timbre de honor
glorioso es para estas valientes mujeres, en los tiempos egoístas que
corremos, la obra de misericordia de
socorrer a los enfermos.
Su juventud y su hermosura
puestas al servicio de tan humanitaria causa, resplandecen con destellos de
virtud.
FOTO 5 Dos enfermeras aristocráticas atendiendo a un
niño
El establecimiento estaba a cargo de distintas
señoras que bajo la dirección de una enfermera con título, religiosa
Dominica, habían constituido una sociedad de Damas Enfermeras, que ingresaron en la Cruz Roja Española (4).
El alma de la casa hace 80 años era la hermana Sor
Renata, dominica procedente del convento de Nuestra Señora del Pilar, de
Ategorrieta, en cuya orden todas tenían
título oficial de enfermeras, razón por la cual varias de ellas fueron
trasladadas a Francia a cuidar en los hospitales heridos de la guerra europea
(4, 5, 6, 7, y 8).
REVISTA AZUL, 01 DE OCTUBRE DE 1925
Lo
que ha de ser la “Revista Azul”
Una
publicación trimestral dirigida por Sofía
Blasco; podrán colaborar
espontáneamente todo aquel novel escritor, poeta, dibujante, fotógrafo,
etc., que quiere lograr y aspirar a ser conocido, siempre que sus trabajos lo
merezcan, dando referencia a la colaboración femenina.
Contendrá
amenísima lectura, cuentos, novelas, recopilación de los ecos de sociedad y
bodas más salientes; se inaugurarán la publicación de los interiores hogares
vascos, chalets, palacios, casa de personas aristocráticas y reseña ilustrada
de cuadros y objetos artísticos que contengan, interwius con personalidades,
artistas, actores y todo aquél que sobresale por su talento. Planas ilustradas
con bellezas locales, lindos bebés, música, etc.
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6 Portada Revista Azul. Anuncios. 1 de octubre de 1925
Lo
que se lleva y se ha de llevar en cuestión de modas, recetas culinarias,
deportes, sección religiosa sumamente interesante por personas de autoridad.
Plana dedicada a la actualidad. Cartas de París y Madrid; chispeantes artículos
y una preciosa novela inédita de Sofía Blasco que ha de llamar la atención por
su interés y sentimentalismo, es la vida real de una bella mexicana en París y
ha de llamar poderosamente la atención, es un “roman” sujestivo y atractivo.
Cuentos y artículos de Eusebio Blasco,
que esta generación desconoce y serán el encanto de todos. En una palabra, una
revista amena; será la preferida de la juventud femenina, interesando a grandes
chicos. Su precio será de 5 pesetas (9).
¿Gustará
la “Revista Azul”? El lector tiene la palabra.
Toda
la correspondencia, originales y consultas se deben dirigir a la Revista Azul.
Dirección:
“Revista Azul”. Apartado 84. San Sebastián.
Comenzó
su andadura el 1 de octubre de 1925 y duró hasta el 25 de febrero de 1928.
Bibliografía
1.-
Cuadernos de Historia de la Medicina Vasca. Ignacio María Barriola
2.-
Revista Azul. Número 1. 1 de octubre de 1925. Páginas 21, 22 y 23
3.-
Revista Azul. Número 1. 1 de octubre de 1925. Página 25
4.-
El Dispensario Santa Isabel. Diario Vasco. 30 de septiembre de 1995
5.-
Santa Isabel Precedente de la sanidad pública. 1909 El dispensario fundado por
tres médicos franceses atendió a los donostiarras sin recursos hasta 1960.
Publicado en el Diario Vasco el día 27 de enero de 2012
6.-
Dispensario de Santa Isabel de San Sebastián
7.- Dispensario de Santa Isabel de San Sebastián
8.-
“Santa Isabel” Kontsultategia Donostian
9.-
Revista Azul. Número 1. 1 de octubre de 1925. Página 64
FOTO
7 El Dr. Augusto Harriet, su mujer y enfermeras aristocráticas
Fotos
Cedidas por María del Coro Picabea Urquía. Familia
del Dr. Harriet
Agradecimiento
Biblioteca
Municipal de San Sebastián. Donostiako Udal Liburutegia
Itziar Etxeberria,
Esther Zabalo, Arantxa Arzamendi. Biblioteca
Municipal de San Sebastián. Liburutegi Nagusia. Alderdi Eder. Donostia – San
Sebastián
FOTO 8 Sala de
Curas del Dispensario de Santa Isabel. Calle San Francisco nº 52 bajo
Manuel Solórzano
Sánchez
Graduado
en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de
San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia
de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro
de Enfermería Avanza
Miembro
de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro
de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro
de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro
no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
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