Autora:
Rosa M. Masana Ribas (Terrassa 1945) es Diplomada Universitaria
en Enfermería y ha cursado las Especialidades de Salud Mental, Radiodiagnóstico, Salud laboral
y también ha recibido formación en Gestión Sanitaria, Docencia y Salud
Comunitaria, realizando diversos cursos de formación continua.
Ha
trabajado en centros sanitarios concertados y públicos de Cataluña y también en
un Hospital privado de Suiza y ha ejercido de Instructora de los alumnos
estudiantes de enfermería en el Hospital de Mutua de Terrassa; ha sido jefa de
la Escuela de A.T.S. del Hospital del Tórax de Terrassa y durante el periodo de
cierre del centro también jefa de Enfermería del mismo centro. Posteriormente
fue directora de los servicios de Enfermería y del Hospital de Palamós -Girona-
y los últimos 16 años los ha dedicado a la atención de enfermos en un centro de
Asistencia Primaria en la población de Pals, perteneciente a la Área Básica de
Salud de Palafrugell. Ha publicado artículos profesionales y entre otros, el
libro titulado: Llevadores de Palafrugell, 165 anys d’història, 2006.
Un curso de capacitación docente y
directiva en enfermería
El viaje
En el año
1977 ejercía de instructora de las alumnas de enfermería (Ayudante Técnico
Sanitario, o A.T.S.) de la Escuela de Terrassa mientras hacían prácticas en el
Hospital de Mutua, centro sanitario en el que trabajaba.
Era socia
de la Asociación Española de Enfermería Docente (AEED) y a través de esta
entidad estábamos al corriente de los cursos de formación que se impartían.
Debido a mi trabajo como enfermera docente consideré de interés inscribirme en
un curso que se desarrollaba en el mes de agosto en el hospital La Paz de
Madrid, coincidiendo con mi periodo de vacaciones. Al mediodía del día antes de
iniciarse el curso recibí un telegrama comunicándome que estaba admitida.
Después de
preparar algunas cosas, a las siete de la tarde me subí en mi coche un SEAT 127
y emprendí el viaje Terrassa-Madrid. Decir que fue una grata sorpresa circular
por la carretera Nacional II de noche, en especial porque entablé una cierta
amistad con los camioneros que hacían la misma ruta. A partir del primer
encuentro mientras cenábamos en un hostal y tomando algún que otro café a
medianoche, cuando nos adelantábamos los unos a los otros de forma alterna,
tocábamos levemente el claxon para saludarnos. Era fantástico, me sentía
acompañada y pensaba que de tener algún pinchazo seguro que me ayudarían.
Al rayar el
alba pensé que me quedaría dormida cuando tuve la suerte de ver una nave
industrial con un voluminoso sauce llorón y sin pensarlo dos veces camuflé el
coche entre sus ramas desmayadas como yo. Dormí en el asiento de atrás más de
una hora y llegué al Hospital de La Paz justo en el momento de empezar el
curso.
El
contenido del curso
He considerado de interés
transcribir las materias que constan en el certificado acreditativo. El curso
fue organizado por el Ministerio de Educación y Ciencia y el Instituto Nacional
de Ciencias de la Educación y firmado por el director de este organismo, José
Jiménez Blanco.
FOTO 1 Residencia
Sanitaria la Paz, Madrid (imagen de Wikipedia)
Consta el nombre del alumno y a
continuación dice: ha participado
activamente en el curso básico de capacitación docente y directiva celebrado en
Madrid durante los días 10 al 31 del pasado mes de agosto en la Escuela de
Enfermeras de la Ciudad Sanitaria La Paz. El curso, con una duración de 150
horas, ha sido impartido por personal técnico y colaborador de este Instituto
Nacional de Ciencias de la Educación.
Las
Unidades de Instrucción de que ha constado son las siguientes:
1.
La Escuela de Enfermería como sistema abierto.
2.
El Rol Directivo-Docente como adoptador de decisiones.
3.
Modelos básicos de decisión (I): El modelo de Desarrollo de Programas (Variedades deductiva e inductiva).
4.
El Subsistema de Enfermería dentro del equipo de salud. Roles que lo integran.
5.
Modelos básicos de decisión (II): El modelo de Operativización de metas (Nivel
conceptual y de indicadores).
6.
Modelos básicos de decisión (III): El modelo general de Instrucción (Dirección
por objetivos aplicada a las aulas).
7.
Las relaciones en la organización educativa. Diagnóstico de actividades y
decisiones de la organización educativa (Inventario de problemas y
oportunidades).
8.
Diagnóstico de las comunicaciones en la organización educativa (Inventario de
conflictos).
9.
Análisis transversal de metas de formación (I): Taxonomía de metas
cognoscitivas: Clasificación y técnica para su evaluación.
10.
Análisis transversal de metas de formación (II): Taxonomía de metas afectivas:
Clasificación y técnica para su evaluación.
11.
Análisis transversal de metas de formación (III): Taxonomía de objetivos
psicomotores: Clasificación y técnica de evaluación.
12.
Formulación operativa de objetivos.
13.
Los recursos humanos, informativos, instrumentales y ambientales de la
Organización educativa.
14.
La elección de soluciones (Técnicas y procedimientos). Adopción de soluciones
(Estrategias de implantación).
15.
Evaluación de otras variedades institucionales (Profesorado, Materiales, etc.).
16.
El proceso de auto renovación continua de la organización educativa.
Y
para que conste, se expide el presente certificado en Madrid, a uno de
setiembre de mil novecientos setenta y siete.
Comentar que los conocimientos recibidos me fueron
de gran utilidad mientras ejercía de directora técnica en la escuela de
enfermería del Hospital del Tórax de Terrassa en especial por haber aprendido a
formular objetivos didácticos
comprensibles y evaluables abarcando las áreas de conocimientos cognitivos,
habilidades prácticas y disponibilidad afectiva de los alumnos.
Otro
aspecto interesante fue el conocimiento de nosotros mismos mediante la práctica
de ejercicios de dinámica de grupos y representaciones como Doce hombres sin piedad, la detección
que tres personas del grupo habían tenido una experiencia cumbre, sublime o
mística, según se quiera decir. Este sería un tema a tratar en otro capítulo.
Alojamiento en una residencia de estudiantes
Algunas
enfermeras estuvimos alojadas en una residencia universitaria gestionada por una congregación religiosa.
Nos encontramos —procedentes de Barcelona— tres o cuatro enfermeras, una de
ellas era Rosa Serra, directora de
la Escuela de Enfermeras (ATS) del Hospital Clínico de Barcelona. En total
éramos cinco las Rosas del curso. Yo era Rosa
la catalana, apelación recibida por mi florido acento catalán. También
había la Rosa cartagenera, porque era
de Cartagena. Era una manera simpática de diferenciarnos.
FOTO 2 Grupo
de alumnas en el hospital de La Paz de Madrid. Rosa M. Masana es la tercera de
la izquierda
En la
residencia donde estábamos alojadas, conocimos a Susana, una joven con una niña
pequeña que se había separado de su marido, que vivía, creo, en Río de Janeiro
(Brasil). Susana había efectuado gestiones para que el Ministerio de Educación
y Ciencia le otorgara la convalidación de su título de abogacía y así poder
ejercer en España.
Durante el
mes de agosto la residencia de estudiantes quedaba casi vacía, motivo por el
cual le propusimos a Susana que comiésemos en la misma mesa y siempre teníamos
alguna que otra golosina para compartir. Se lo pasaba bien oyéndonos explicar
aventuras, le caíamos muy simpáticas y también mostraba cierta admiración hacia
nosotras.
Una noche
fuimos con ella a ver una obra de teatro al aire libre y un fin de semana
también nos acompañó a visitar algunas ciudades de Castilla. Teníamos la
ventaja de contar con el SEAT 127 para podernos desplazar con toda libertad.
Las cuevas de Luis Candela y la Cibeles
Muchas
noches un grupo de alumnos del curso íbamos de tascas. Previamente hacíamos un
bote común y no nos retirábamos a dormir hasta que hubiésemos agotado dicho
bote, que siempre daba mucho de si. Para divertirnos dábamos un par de vueltas
en coche alrededor de la plaza de la Cibeles, hecho que incrementaba nuestra
sensación de mareo ya adquirida previamente. Nos lo pasábamos estupendamente,
nos reíamos a carcajadas y nos unimos en una sana amistad. Fue de aquellas
vivencias que siempre recordaremos.
FOTO 3 De
izquierda a derecha José Luis, Joelle, Susana y Rosa Serra (Foto Rosa M.
Masana)
Un encierro en Cebreros (Ávila)
Un fin de
semana fuimos a hacer una ruta por Castilla y llegamos al pueblo de Cebreros y
dio la casualidad que era el primer año que celebraban un encierro de toros. En
el grupo había una madrileña muy lanzada y me dijo “Rosa, ¿por qué no entramos
en el encierro?”. Le respondí que no, porque a mí los toros no me gustaban, pero
insistió, decía que le daba miedo entrar ella sola. Al fin, y como casi siempre
me solía suceder, accedí y saltamos la valla.
En el
interior no pasaba nada, pero de repente oímos gritar “¡que viene el toro, que
viene el toro!”, y con el atolondramiento de aquel momento una masa de gente me
introdujo a presión en el interior de un portal, rasqué con el brazo la pared y
me hice una erosión en el brazo estilo quemadura y además me quedé en primera
línea.
El toro se
paró frente a nosotros, nos miraba con cara de pocos amigos, le salían mocos y
babas por la nariz y la boca, además con una pata trasera rascaba el suelo
levantando polvo, pensé que ese gesto era previo a dar la embestida. Estaba
muerta de miedo porque si el animal llega a acometernos hubiese sido la primera
en recibir la cornada del toro cebrero. Tuvimos suerte que un joven incitó al
animal para que corriera calle abajo.
En este
pueblo conocimos a un chico que nos hizo de anfitrión de modo que pudimos ver
el pueblo en detalle y nos presentó a uno de sus amigos, que era hermano del
presidente español Adolfo Suárez.
Constatamos que los jóvenes estaban muy contentos de poder celebrar por primera
vez un encierro y además se habían vestido de forma especial, al estilo San
Fermín.
FOTO 4 Un
grupo de enfermeras en Segovia con el SEAT 127 al fondo
A Susana le fue convalidado el título de
Derecho
Ya casi
terminándose el mes de agosto, durante una cena, Susana nos comunicó con
alegría que le habían convalidado el título de abogada. Después de cenar me dijo:
“Rosa, ven que quiero enseñártelo”.
Fuimos a su habitación, que estaba separada del edificio principal pero en el
mismo patio de la residencia que también tenía una pequeña piscina.
Nos
sentamos en la cama y me mostró los documentos, incluido el título original.
Estaba contenta de haber logrado solucionar los trámites burocráticos que le
permitirían ejercer la profesión. Me contó también que iría a visitar a una
amiga que tenía en Madrid para darle la noticia.
Celebración de Santa Rosa
El día de
Santa Rosa, para celebrarlo, entre las cinco enfermeras llamadas Rosa
preparamos un aperitivo. Fue un detalle de nuestra parte pues nos pareció
oportuno dado el grado de empatía que durante aquellos días desarrolló el
grupo.
Rosa Serra
recibió de algún familiar un espectacular ramo de flores que complementó el
ambiente festivo.
Por la
noche de ese mismo día, habíamos quedado con Susana después de cenar para ir al
cine. Teníamos las entradas y la estuvimos esperando durante bastante tiempo,
pero al no llegar pensamos que tal vez estuviese en casa de su amiga. Ya no
estuvimos a tiempo de ver aquel estreno cuyo nombre ahora no recuerdo.
Al día siguiente
Al
mediodía, en el momento de entrar en la residencia para comer, vimos en la
puerta dos coches de policía. Nos informaron que una residente había muerto
pero que todavía no había sido identificada. Teóricamente no estaba permitido
que entrase nadie en el recinto. No sé cómo lo hice pero fui directa a la
habitación de Susana.
Los
policías al verme entrar en la habitación con voz autoritaria dijeron: “¿Qué
hace usted aquí? ¿Sabe que no se puede entrar? Estamos haciendo el atestado. ¿A
ver, quién es usted?” Les dije “una amiga de la residencia”. “Por favor, déjeme
usted su carnet de identidad”. Se lo di y registraron mis datos.
FOTO 5 El
primer encierro del pueblo de Cebreros (Ávila)
Mientras
tanto observaba a Susana viendo que era cierto que estaba muerta y tendida en
la cama. Tenía el cuerpo ladeado hacia su lado izquierdo y sus dos manos
apareadas las tenía debajo de la mejilla. Vi que su rostro era sereno y daba la
impresión de que se había quedado dormida, aunque quien sabe qué le sucedió.
Los agentes me invitaron a salir del recinto.
A todas nos
pareció imposible que estuviese sucediendo una desgracia, como aquella. ¿Cómo
era posible? Si dos noches antes habíamos cenado juntas… Nos quedamos con un
sentimiento enorme de tristeza y desconcierto. Les expliqué que me pareció ver
a Susana como si se hubiese quedado dormida sin poderse despertar. Este hecho,
si bien seguía siendo trágico, nos servía para pensar que tal vez tuvo un
traspaso libre de angustia. Son especulaciones.
El otro día después
Las tres
compañeras de la residencia fuimos a acompañarla en su entierro, que se hizo en
el cementerio de la Virgen de la Almudena de Madrid. Fue directo sin previa
ceremonia y allí nos encontramos con su amiga, su padre y nosotras. En total
éramos cinco personas.
La
enterraron en el suelo y depositaron la caja con la ayuda de unas cuerdas. Rosa
Serra llevaba el ramo de flores que le habían regalado el día de su santo y su
amiga también llevaba un ramillete de flores. Cuando los sepultureros iban
cubriendo la caja con tierra, se nos escapaban las lágrimas. Aquellos momentos
fueron estremecedores. Rezamos un padre nuestro y una ave María, depositamos
las flores sobre el montículo de tierra y afligidamente nos fuimos.
Aquel era
también el último día que pasábamos juntas en Madrid, que también nos
comportaba experimentar un pequeño luto, pero para nosotras la vida nos ofrecía
continuar. Es curioso que ahora tras haber transcurrido 38 años haya querido
explicar esta experiencia y colgarla en Internet.
No recuerdo
como fue la vuelta diurna por la carretera Nacional II, tenía la mente ocupada
en los múltiples acontecimientos que nos habían sucedido aquel mes de agosto.
FOTO 6
Carnet Asociación Española de Enfermería Docente 1979
Escribí a la familia
Cuando
llegué a Terrassa, pensé podría haber pedido a la residencia la dirección de
Susana y lo hice entonces. Cuando me llegaron sus datos, escribí una carta a
sus padres y les mandé unas fotos de ella. Me contestaron, pero ahora no he
sido capaz de encontrar aquella carta. Estoy segura que un día aparecerá porque
sé que la guardo en algún sitio y, si es así, seguro que escribiré algo más
sobre Susana.
FOTO 7
Portada de Llevadores i infermeres gironines
Historia de las infermeres y comadrones
gironines
Estos dos
volúmenes fueron auto editados por Rosa M. Masana (Barcelona 2014), son fruto
de algunas investigaciones y entrevistas realizadas hace años, aunque también
se incluye información referente a enfermeras y comadronas contemporáneas.
El motivo
principal de estas ediciones fue el de ordenar y evitar que se extraviara una
información que consideraba podría ser de interés para la historia de la
enfermería.
En cada uno
de los tomos se incluye un listado onomástico de los profesionales que se
mencionan en el libro y al final del volumen II, se destinan 36 páginas a citar
hechos considerados de interés bien sean de naturaleza sanitaria, académica o
social.
Manuel
Solórzano Sánchez
Diplomado en Enfermería. Servicio de Traumatología.
Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza-
Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de
Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios
Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la
Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la
Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico
Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada
de Amigos del País. (RSBAP)
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