viernes, 18 de septiembre de 2015

UN CURSO DE CAPACITACIÓN DOCENTE Y DIRECTIVA EN ENFERMERÍA



Autora:
Rosa M. Masana Ribas (Terrassa 1945) es Diplomada Universitaria en Enfermería y ha cursado las Especialidades de  Salud Mental, Radiodiagnóstico, Salud laboral y también ha recibido formación en Gestión Sanitaria, Docencia y Salud Comunitaria, realizando diversos cursos de formación continua.

Ha trabajado en centros sanitarios concertados y públicos de Cataluña y también en un Hospital privado de Suiza y ha ejercido de Instructora de los alumnos estudiantes de enfermería en el Hospital de Mutua de Terrassa; ha sido jefa de la Escuela de A.T.S. del Hospital del Tórax de Terrassa y durante el periodo de cierre del centro también jefa de Enfermería del mismo centro. Posteriormente fue directora de los servicios de Enfermería y del Hospital de Palamós -Girona- y los últimos 16 años los ha dedicado a la atención de enfermos en un centro de Asistencia Primaria en la población de Pals, perteneciente a la Área Básica de Salud de Palafrugell. Ha publicado artículos profesionales y entre otros, el libro titulado: Llevadores de Palafrugell, 165 anys d’història, 2006.

Un curso de capacitación docente y directiva en enfermería

El viaje
En el año 1977 ejercía de instructora de las alumnas de enfermería (Ayudante Técnico Sanitario, o A.T.S.) de la Escuela de Terrassa mientras hacían prácticas en el Hospital de Mutua, centro sanitario en el que trabajaba.

Era socia de la Asociación Española de Enfermería Docente (AEED) y a través de esta entidad estábamos al corriente de los cursos de formación que se impartían. Debido a mi trabajo como enfermera docente consideré de interés inscribirme en un curso que se desarrollaba en el mes de agosto en el hospital La Paz de Madrid, coincidiendo con mi periodo de vacaciones. Al mediodía del día antes de iniciarse el curso recibí un telegrama comunicándome que estaba admitida.

Después de preparar algunas cosas, a las siete de la tarde me subí en mi coche un SEAT 127 y emprendí el viaje Terrassa-Madrid. Decir que fue una grata sorpresa circular por la carretera Nacional II de noche, en especial porque entablé una cierta amistad con los camioneros que hacían la misma ruta. A partir del primer encuentro mientras cenábamos en un hostal y tomando algún que otro café a medianoche, cuando nos adelantábamos los unos a los otros de forma alterna, tocábamos levemente el claxon para saludarnos. Era fantástico, me sentía acompañada y pensaba que de tener algún pinchazo seguro que me ayudarían.

Al rayar el alba pensé que me quedaría dormida cuando tuve la suerte de ver una nave industrial con un voluminoso sauce llorón y sin pensarlo dos veces camuflé el coche entre sus ramas desmayadas como yo. Dormí en el asiento de atrás más de una hora y llegué al Hospital de La Paz justo en el momento de empezar el curso.

El contenido del curso
He considerado de interés transcribir las materias que constan en el certificado acreditativo. El curso fue organizado por el Ministerio de Educación y Ciencia y el Instituto Nacional de Ciencias de la Educación y firmado por el director de este organismo, José Jiménez Blanco.

FOTO 1 Residencia Sanitaria la Paz, Madrid (imagen de Wikipedia)

Consta el nombre del alumno y a continuación dice: ha participado activamente en el curso básico de capacitación docente y directiva celebrado en Madrid durante los días 10 al 31 del pasado mes de agosto en la Escuela de Enfermeras de la Ciudad Sanitaria La Paz. El curso, con una duración de 150 horas, ha sido impartido por personal técnico y colaborador de este Instituto Nacional de Ciencias de la Educación.

Las Unidades de Instrucción de que ha constado son las siguientes:

1. La Escuela de Enfermería como sistema abierto.

2. El Rol Directivo-Docente como adoptador de decisiones.

3. Modelos básicos de decisión (I): El modelo de Desarrollo de Programas (Variedades deductiva e inductiva).

4. El Subsistema de Enfermería dentro del equipo de salud. Roles que lo integran.

5. Modelos básicos de decisión (II): El modelo de Operativización de metas (Nivel conceptual y de indicadores).

6. Modelos básicos de decisión (III): El modelo general de Instrucción (Dirección por objetivos aplicada a las aulas).

7. Las relaciones en la organización educativa. Diagnóstico de actividades y decisiones de la organización educativa (Inventario de problemas y oportunidades).

8. Diagnóstico de las comunicaciones en la organización educativa (Inventario de con­flictos).

9. Análisis transversal de metas de formación (I): Taxonomía de metas cognoscitivas: Clasificación y técnica para su evaluación.

10. Análisis transversal de metas de formación (II): Taxonomía de metas afectivas: Clasificación y técnica para su evaluación.

11. Análisis transversal de metas de formación (III): Taxonomía de objetivos psicomotores: Clasificación y técnica de evaluación.

12. Formulación operativa de objetivos.

13. Los recursos humanos, informativos, instrumentales y ambientales de la Organización educativa.

14. La elección de soluciones (Técnicas y procedimientos). Adopción de soluciones (Estrategias de implantación).

15. Evaluación de otras variedades institucionales (Profesorado, Materiales, etc.).

16. El proceso de auto renovación continua de la organización educativa.

Y para que conste, se expide el presente certificado en Madrid, a uno de setiembre de mil novecientos setenta y siete.

Comentar que los conocimientos recibidos me fueron de gran utilidad mientras ejercía de directora técnica en la escuela de enfermería del Hospital del Tórax de Terrassa en especial por haber aprendido a formular objetivos didácticos comprensibles y evaluables abarcando las áreas de conocimientos cognitivos, habilidades prácticas y disponibilidad afectiva de los alumnos.

Otro aspecto interesante fue el conocimiento de nosotros mismos mediante la práctica de ejercicios de dinámica de grupos y representaciones como Doce hombres sin piedad, la detección que tres personas del grupo habían tenido una experiencia cumbre, sublime o mística, según se quiera decir. Este sería un tema a tratar en otro capítulo.

Alojamiento en una residencia de estudiantes
Algunas enfermeras estuvimos alojadas en una residencia universitaria  gestionada por una congregación religiosa. Nos encontramos —procedentes de Barcelona— tres o cuatro enfermeras, una de ellas era Rosa Serra, directora de la Escuela de Enfermeras (ATS) del Hospital Clínico de Barcelona. En total éramos cinco las Rosas del curso. Yo era Rosa la catalana, apelación recibida por mi florido acento catalán. También había la Rosa cartagenera, porque era de Cartagena. Era una manera simpática de diferenciarnos.

FOTO 2 Grupo de alumnas en el hospital de La Paz de Madrid. Rosa M. Masana es la tercera de la izquierda

En la residencia donde estábamos alojadas, conocimos a Susana, una joven con una niña pequeña que se había separado de su marido, que vivía, creo, en Río de Janeiro (Brasil). Susana había efectuado gestiones para que el Ministerio de Educación y Ciencia le otorgara la convalidación de su título de abogacía y así poder ejercer en España.

Durante el mes de agosto la residencia de estudiantes quedaba casi vacía, motivo por el cual le propusimos a Susana que comiésemos en la misma mesa y siempre teníamos alguna que otra golosina para compartir. Se lo pasaba bien oyéndonos explicar aventuras, le caíamos muy simpáticas y también mostraba cierta admiración hacia nosotras.

Una noche fuimos con ella a ver una obra de teatro al aire libre y un fin de semana también nos acompañó a visitar algunas ciudades de Castilla. Teníamos la ventaja de contar con el SEAT 127 para podernos desplazar con toda libertad.

Las cuevas de Luis Candela y la Cibeles
Muchas noches un grupo de alumnos del curso íbamos de tascas. Previamente hacíamos un bote común y no nos retirábamos a dormir hasta que hubiésemos agotado dicho bote, que siempre daba mucho de si. Para divertirnos dábamos un par de vueltas en coche alrededor de la plaza de la Cibeles, hecho que incrementaba nuestra sensación de mareo ya adquirida previamente. Nos lo pasábamos estupendamente, nos reíamos a carcajadas y nos unimos en una sana amistad. Fue de aquellas vivencias que siempre recordaremos.

FOTO 3 De izquierda a derecha José Luis, Joelle, Susana y Rosa Serra (Foto Rosa M. Masana)

Un encierro en Cebreros (Ávila)
Un fin de semana fuimos a hacer una ruta por Castilla y llegamos al pueblo de Cebreros y dio la casualidad que era el primer año que celebraban un encierro de toros. En el grupo había una madrileña muy lanzada y me dijo “Rosa, ¿por qué no entramos en el encierro?”. Le respondí que no, porque a mí los toros no me gustaban, pero insistió, decía que le daba miedo entrar ella sola. Al fin, y como casi siempre me solía suceder, accedí y saltamos la valla.

En el interior no pasaba nada, pero de repente oímos gritar “¡que viene el toro, que viene el toro!”, y con el atolondramiento de aquel momento una masa de gente me introdujo a presión en el interior de un portal, rasqué con el brazo la pared y me hice una erosión en el brazo estilo quemadura y además me quedé en primera línea.

El toro se paró frente a nosotros, nos miraba con cara de pocos amigos, le salían mocos y babas por la nariz y la boca, además con una pata trasera rascaba el suelo levantando polvo, pensé que ese gesto era previo a dar la embestida. Estaba muerta de miedo porque si el animal llega a acometernos hubiese sido la primera en recibir la cornada del toro cebrero. Tuvimos suerte que un joven incitó al animal para que corriera calle abajo.

En este pueblo conocimos a un chico que nos hizo de anfitrión de modo que pudimos ver el pueblo en detalle y nos presentó a uno de sus amigos, que era hermano del presidente español Adolfo Suárez. Constatamos que los jóvenes estaban muy contentos de poder celebrar por primera vez un encierro y además se habían vestido de forma especial, al estilo San Fermín.

FOTO 4 Un grupo de enfermeras en Segovia con el SEAT 127 al fondo

A Susana le fue convalidado el título de Derecho
Ya casi terminándose el mes de agosto, durante una cena, Susana nos comunicó con alegría que le habían convalidado el título de abogada. Después de cenar me dijo: “Rosa, ven que quiero enseñártelo”. Fuimos a su habitación, que estaba separada del edificio principal pero en el mismo patio de la residencia que también tenía una pequeña piscina.

Nos sentamos en la cama y me mostró los documentos, incluido el título original. Estaba contenta de haber logrado solucionar los trámites burocráticos que le permitirían ejercer la profesión. Me contó también que iría a visitar a una amiga que tenía en Madrid para darle la noticia.

Celebración de Santa Rosa
El día de Santa Rosa, para celebrarlo, entre las cinco enfermeras llamadas Rosa preparamos un aperitivo. Fue un detalle de nuestra parte pues nos pareció oportuno dado el grado de empatía que durante aquellos días desarrolló el grupo.

Rosa Serra recibió de algún familiar un espectacular ramo de flores que complementó el ambiente festivo.

Por la noche de ese mismo día, habíamos quedado con Susana después de cenar para ir al cine. Teníamos las entradas y la estuvimos esperando durante bastante tiempo, pero al no llegar pensamos que tal vez estuviese en casa de su amiga. Ya no estuvimos a tiempo de ver aquel estreno cuyo nombre ahora no recuerdo.

Al día siguiente
Al mediodía, en el momento de entrar en la residencia para comer, vimos en la puerta dos coches de policía. Nos informaron que una residente había muerto pero que todavía no había sido identificada. Teóricamente no estaba permitido que entrase nadie en el recinto. No sé cómo lo hice pero fui directa a la habitación de Susana.

Los policías al verme entrar en la habitación con voz autoritaria dijeron: “¿Qué hace usted aquí? ¿Sabe que no se puede entrar? Estamos haciendo el atestado. ¿A ver, quién es usted?” Les dije “una amiga de la residencia”. “Por favor, déjeme usted su carnet de identidad”. Se lo di y registraron mis datos.

FOTO 5 El primer encierro del pueblo de Cebreros (Ávila)

Mientras tanto observaba a Susana viendo que era cierto que estaba muerta y tendida en la cama. Tenía el cuerpo ladeado hacia su lado izquierdo y sus dos manos apareadas las tenía debajo de la mejilla. Vi que su rostro era sereno y daba la impresión de que se había quedado dormida, aunque quien sabe qué le sucedió. Los agentes me invitaron a salir del recinto.

A todas nos pareció imposible que estuviese sucediendo una desgracia, como aquella. ¿Cómo era posible? Si dos noches antes habíamos cenado juntas… Nos quedamos con un sentimiento enorme de tristeza y desconcierto. Les expliqué que me pareció ver a Susana como si se hubiese quedado dormida sin poderse despertar. Este hecho, si bien seguía siendo trágico, nos servía para pensar que tal vez tuvo un traspaso libre de angustia. Son especulaciones.

El otro día después
Las tres compañeras de la residencia fuimos a acompañarla en su entierro, que se hizo en el cementerio de la Virgen de la Almudena de Madrid. Fue directo sin previa ceremonia y allí nos encontramos con su amiga, su padre y nosotras. En total éramos cinco personas.

La enterraron en el suelo y depositaron la caja con la ayuda de unas cuerdas. Rosa Serra llevaba el ramo de flores que le habían regalado el día de su santo y su amiga también llevaba un ramillete de flores. Cuando los sepultureros iban cubriendo la caja con tierra, se nos escapaban las lágrimas. Aquellos momentos fueron estremecedores. Rezamos un padre nuestro y una ave María, depositamos las flores sobre el montículo de tierra y afligidamente nos fuimos.

Aquel era también el último día que pasábamos juntas en Madrid, que también nos comportaba experimentar un pequeño luto, pero para nosotras la vida nos ofrecía continuar. Es curioso que ahora tras haber transcurrido 38 años haya querido explicar esta experiencia y colgarla en Internet.

No recuerdo como fue la vuelta diurna por la carretera Nacional II, tenía la mente ocupada en los múltiples acontecimientos que nos habían sucedido aquel mes de agosto.

FOTO 6 Carnet Asociación Española de Enfermería Docente 1979

Escribí a la familia
Cuando llegué a Terrassa, pensé podría haber pedido a la residencia la dirección de Susana y lo hice entonces. Cuando me llegaron sus datos, escribí una carta a sus padres y les mandé unas fotos de ella. Me contestaron, pero ahora no he sido capaz de encontrar aquella carta. Estoy segura que un día aparecerá porque sé que la guardo en algún sitio y, si es así, seguro que escribiré algo más sobre Susana.
Rosa M. Masana Ribas

FOTO 7 Portada de Llevadores i infermeres gironines

Historia de las infermeres y comadrones gironines
Estos dos volúmenes fueron auto editados por Rosa M. Masana (Barcelona 2014), son fruto de algunas investigaciones y entrevistas realizadas hace años, aunque también se incluye información referente a enfermeras y comadronas contemporáneas.

El motivo principal de estas ediciones fue el de ordenar y evitar que se extraviara una información que consideraba podría ser de interés para la historia de la enfermería.

En cada uno de los tomos se incluye un listado onomástico de los profesionales que se mencionan en el libro y al final del volumen II, se destinan 36 páginas a citar hechos considerados de interés bien sean de naturaleza sanitaria, académica o social.

Manuel Solórzano Sánchez
Diplomado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)

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