Tras
casi 75 años de frustraciones y lucha, la Constitución de los Estados Unidos
fue enmendada en 1920 para permitir el sufragio de las mujeres. (1)
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1 Lavinia Lloyd Dock
El voto femenino
fue siendo aprobado mediante consultas populares en diversos estados: Wyoming
(1869), Utah (1870), Colorado (1893), Idaho (1896), Washington (1910),
California (1911), Oregón, Arizona y Kansas (1912) y Nevada y Montana (1914).
En 1917 fue elegida en Montana la primera congresista de los Estados Unidos,
Jeanette Rankin. Finalmente, en 1919, el presidente Wilson, del partido
demócrata, anunció personalmente su apoyo al sufragio femenino. En 1920 quedaba
aprobada la XIX Enmienda a la Constitución que otorgaba el derecho de voto a
las mujeres (2).
Enmienda XIX de
la Constitución de Estados Unidos:
“El derecho de los
ciudadanos de Estados Unidos al voto no será negado ni limitado por los Estados
Unidos o por cualquier estado por razón del sexo”.
Las
líderes de la enfermería participaron en las luchas tanto por los derechos de
la mujer como por los derechos humanos. Las enfermeras se encontraban en las
marchas de las sufragistas. La sufragista más pintoresca y entusiasta fue “Lavinia Lloyd Dock (1858 – 1956), una
de las líderes más grandes de la enfermería y feminista radical. Estuvo
comprometida activamente en la protesta social, formó piquetes y participó en
las marchas por los derechos de las mujeres y en contra de la guerra,
actividades todas ellas que no se consideraban dignas de una enfermera o de una
dama (1).
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2 Sufragistas americanas
Fue una pionera
de la enfermería que a su vez estuvo comprometida con la lucha por la igualdad
de la mujer. De familia acaudalada, recibe estudios superiores, algo
infrecuente en aquella época. También fue importante como enfermera de Salud
Pública, escritora, historiadora, educadora y por encima de todo, la de una
activista comprometida. Su biografía se configura así como ejemplo a seguir por
las mujeres que desarrollan papeles profesionales y sociales y que reclaman un
lugar en la sociedad en la que viven. Lavinia rompió con muchos de los moldes
que hasta entonces se tenían de la mujer y enfermera. Tuvo la convicción que
sin derechos para la mujer nunca se podría hablar de avances para la
enfermería. A pesar del tiempo transcurrido, los desafíos siguen estando ahí,
siendo los mismos por los que peleó Lavinia (3).
También
expresó sus opiniones y preocupaciones acerca de los temas sociales siempre que
tuvo oportunidad. En un momento la “pequeña
Dockie” tenía que hablar sobre la historia de la enfermería en Europa ante
un grupo de estudiantes de enfermería en el Teachers College. Miss Adelaide Nutting estaba ausente.
La situación la describió así Isabel
Stewart:
…
Yo era bastante joven y nunca había visto
a Miss Dock… Estaba segura de que la
reconocería en cuanto la viera, ya que debía ser alta, angulosa y con aspecto
intelectual. Pero quien apareció por la puerta fue una persona pequeña, bajita
y rechoncha, con el pelo rizado. Acababa de llegar de una reunión sufragista y
tenía “Votos para las Mujeres” por
todo el sombrero y “Votos para las
Mujeres” por todo el pecho. Dijo: “¿De qué voy a hablar ahora?” Yo le
contesté: “…debía hablar sobre la enfermería en el continente”. “Ah, repuso. Muy
mal. No mejorará en absoluto hasta que no tengan el sufragio. Voy a hablar
sobre el sufragio”. (Stewart, 1961: páginas 139-140).
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3 Oficina de mujeres sufragistas,Cleveland, 1912
Miss Stewart continúa:
Este asunto del sufragio
lo era todo para ella; quería no sólo trabajar por él sino sufrir por él. Se
marchó a Gran Bretaña a trabajar con Mrs.
Pankhunst, y deseaba sobre todas las cosas que la encerraran en la cárcel.
Ah, y desde luego que la encerraron… Eso fue durante la guerra, a principios de
la I Guerra Mundial. Era miembro del sector avanzado del Partido Sufragista, y
estaban celebrando una reunión en Washington en el momento en que Wilson
empezaba a pensar en la posibilidad de la guerra. Lo discutieron, y una amiga
mía que se encontraba allí y dijo: “¡Juventud, a los colores!”, y comenzó la
marcha, saliendo por la puerta, mientras la seguían. Se fue directa a la Casa
Blanca, ¡y la rodearon de piquetes!
Es así de alta, sabe… De
cualquier forma, todas acabaron entre rejas aquella noche. Yo creo que estaba
encantada de la vida.
(Stewart, 1961: página 275).
Lavinia Lloyd Dock, fue una de los seis
hijos de una familia culta y acaudalada, nació en Harrisburg, Pennsylvania.
Tanto su padre como su madre tenían una buena formación e insistieron en que
tanto sus hijos como sus hijas siguieron estudios. Vino al mundo en 1858, diez
años después de la Declaración de Séneca
Falls (Nueva York, 1848), uno de los textos fundacionales del sufragismo.
Unos años antes, una mujer llamada Florence
Nightingale se había hecho célebre cuidando a los enfermos y heridos
durante la guerra de Crimea (1854-1856). De alguna manera estos referentes
tendrían una especial importancia en Lavinia y marcarían uno de los rasgos
definitorios que le acompañaron durante su vida: su activismo por los derechos
de las mujeres, un activismo siempre inseparable de la lucha por el desarrollo
profesional de las enfermeras (3).
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4 Escuela Johns Hopkins de Enfermeras, con Isabel Hampton 1893
En
efecto, Lavinia destacó en el transcurso de extensa vida (murió en 1956 en la
edad de 98) como sufragista situándose en la vanguardia de la lucha para los
derechos de las mujeres. También trabajó como enfermera de Salud Pública,
escritora, historiadora, educadora y por encima de todo, la de una activista
comprometida. Su biografía se configura así como ejemplo a seguir por las
mujeres que desarrollan papeles profesionales y sociales y que reclaman un
lugar en la sociedad en la que viven (3)
Lavinia en su
época joven era organista y pianista, pero decidió entrar en la Bellevue Hospital Training School for
Nurses, en la que se graduó en 1886 (1). Esta escuela había entrado en
funcionamiento en el año 1873 siguiendo el modelo propuesto por Florence
Nightingale, en respuesta a las condiciones deplorables en los hospitales de
los Estados Unidos y fue una de las primeras en evidenciar la importancia del
empleo de enfermeras profesionales y expertas, una vez que la medicina y los
procedimientos fueron tornándose más complejos. Los graduados de estas escuelas
serían decisivos en formar el futuro de la profesión. Aunque a principios de
1800 ya se hicieron esfuerzos rudimentarios para educar a las enfermeras, no se
produce un cambio significativo hasta después de 1873 con la apertura de las
primeras escuelas de enfermería que incorporan el modelo de Florence
Nightingale en la educación de la Enfermera (1, 3).
Se
convirtió en supervisora nocturna del Bellevue
Hospital, donde escribió uno de los primeros libros de textos para
enfermeras, “Materia médica para enfermeras”. Era consciente de los
problemas a los que debían enfrentarse las estudiantes para aprender todo lo
relativo a los fármacos y soluciones, y escribió este libro para ayudarlas a
dominar el tema (1). Puesto que el editor no estaba dispuesto a hacer la
inversión inicial, el padre de Lavinia adelantó el dinero. Según Roberts
(1956), esta inversión se amortizó generosamente; se vendieron más de 100.000
copias en varias ediciones (1).
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5 Sufragistas en Nueva York 1913
También trabajó
para instituir las prácticas apropiadas para las Enfermeras durante la epidemia
de la fiebre amarilla en Jacksonville, Florida, en 1888, donde tuvo ocasión de
trabajar con Jane Delano y con el
mismo empeño durante las consecuencias de las inundaciones de Johnstown, Pensilvana,
en 1889.
A
lo largo de su vida Miss Dock ocupó diversos puestos dentro de la enfermería.
Fue ayudante de Isabel Hampton Robb
en el Johns Hopkins Hospital durante algún tiempo. Tras abandonar
este hospital fue nombrada superintendente de enfermeras en la Illinois
Training School de Chicado. Consideró esta breve experiencia como un
fracaso y se fue de allí preguntándose cómo podían haberla aguantado. Entonces
se unió a la institución de la calle Henry para trabajar con Lillian Wald. En el establecimiento
conocido por el nombre de “The House on Henry Street” para
trabajar con Lilian Wald, donde permaneció durante 20 años. Junto con Lilian
Wald fue pionera de la Enfermería al servicio de la comunidad contribuyendo a
la integración de la teoría de la enfermería de salud pública y de las
experiencias clínicas en las escuelas de entrenamiento para enfermeras. Miss
Dock consideró que el trabajo en este centro era el que mejor le iba, y fue
allí donde más feliz se sintió (1).
Una de las
grandes innovaciones del establecimiento de Henry Street era “la sala de los primeros auxilios”. Esta
era una clase de clínica comunitaria donde los inmigrantes podrían tener el
acceso fácil a los cuidados de enfermería para sus problemas de salud
rutinarios. En cambio los doctores, pronto se quejaron de que las “enfermeras llevaban los ungüentos y las
píldoras que daban fuera del control determinante de los médicos, y ellos
creían que solamente les correspondían dar a ellos” (3).
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6 Enfermeras del Hospital Royal de Sheffiel a favor del voto, 1910
Lavinia Lloyd Dock estaba preocupada por
los numerosos problemas que aquejaban a la enfermería. Se cuestionó la gravedad
y los efectos a largo plazo del sometimiento de las mujeres a los hombres.
Estaba convencida de que el dominio de los hombres dentro del campo de la salud
era el principal problema al que se enfrentaba la enfermería. En 1903 Miss Dock
habló de los proyectos que casi afianzarían el dominio de los hombres y que, a
su vez, tendrían mayor impacto sobre el desarrollo de la enfermería. Sus
peticiones de cautela fueron desatendidas, y las enfermeras se convirtieron en
cómplices de su propia subordinación (1).
Las líderes de la
enfermería ignoraron todas sus advertencias, y en la segunda década del siglo
se convirtieron de hecho en miembros sin voto de la American Hospital
Association. Trabajaban con médicos y administradores en
los comités conjuntos, esperando que sus opresores las ayudaran a resolver los
problemas de la enfermería. Buscaban la aprobación de los hombres, no la
liberación. Como consecuencia, desde la primera década del siglo los médicos y
administradores hospitalarios han mantenido una posición de dominio y control
sobre la enfermería y los cuidados de salud. (Asbley, 1975: página 1.466).
Finalmente,
la opresión de las enfermeras se tradujo en la legislación y el sistema
educativo a través de la legalización del paternalismo y la
institucionalización del aprendizaje. Las amenazas se habían convertido en
realidad. Existía una poderosa combinación de dominio masculino y
discriminación sexual que impedía el reconocimiento de las enfermeras como
profesionales iguales que los médicos y con el derecho a una práctica
independiente. Por desgracia, aún hoy la desigualdad en el campo de los
cuidados de salud sigue siendo un serio impedimento para el desarrollo del
máximo potencial de la enfermería, aunque se ha avanzado mucho.
Lavinia Lloyd Dock sirvió a la enfermería
en aspectos tan numerosos como selectos. Sus colegas nacionales y extranjeras
admiraban su mente perspicaz y versátil, y en ella encontraban la dirección a
seguir. Llevó a cabo un estudio sobre los estatutos de una organización
profesional y fue pieza clave en la creación de la American Society of Superintendents of Trainin Schools for Nurses.
Miss Dock fue la primera
secretaria de esta organización, así como la primera secretaria del Consejo
Internacional de Enfermeras (1899). Se la considera como la mayor aportación
norteamericana a la organización de las enfermeras a nivel mundial. Lavinia
Dock fue miembro activo del movimiento para la aprobación efectiva de la
legislación sobre el control de la práctica de enfermería (1).
Para Fenwick y Dock, primeras líderes del ICN, la influencia vocacional y
religiosa en la formación enfermera necesitaba desecharse para ser entendido el
cuidado como un servicio cívico a la comunidad. Para las enfermeras británicas
y norteamericanas, la regulación de su profesión representó el final de la
enfermera religiosa-vocacional y el principio de la enfermera profesional. La
nueva élite de la enfermería estableció el Consejo
Internacional de las Enfermeras (ICN) en Londres, en 1899. A través del ICN, de
la señora Bedford Fenwick
(presidente) y de Lavinia Dock
(secretaria), se escuchó una voz fuerte y radical para el mundo del cuidado
(Lewenson, 1993). Estas enfermeras vieron el CIE como una federación
internacional de asociaciones nacionales de enfermeras, dirigida por
enfermeras, libre del control del estado y representativa de las enfermeras
exclusivamente (1, 3).
Se
manifestó abiertamente sobre el entonces tema tabú de las enfermedades
venéreas, y en 1910 publicó un libro, “Higiene
y moralidad”, que alarmó a algunas personas. El mundo de la enfermería se
ha beneficiado de los numerosos artículos suyos que aparecieron en los primeros
números del American Journal of Nursing. La “Historia de la Enfermería”
en cuatro volúmenes (volúmenes 1 y 2 en 1907, y los volúmenes 3 y 4 en 1912),
escrita en colaboración con M. Adelaide
Nutting, se convirtió en el texto clásico sobre la historia de la
enfermería.
FOTO 7 Enfermeras Cruz
Roja Americana, 1914
La
versión condensada, una “Historia resumida de la Enfermería”,
la escribió en colaboración con Isabel
M. Stewart. Finalmente, la “Historia de la Enfermería de la Cruz Roja
Americana” fue un trabajo sólido y exhaustivo. Estos estudios hicieron
de Miss Dock una de las historiadoras más importantes de la enfermería.
Un resultado alcanzado
por la vitalidad de su estilo, conocimiento de idiomas, dominio de los hechos,
perspectiva internacional, una inteligencia que no podría dar cabida a la
estupidez y un carácter que desdeñaba para mitigar el mal por muy profundo que
fuese.
(Robinson 1946: página 301).
A
comienzos del siglo ya se habían dado algunos pasos hacia la consecución de la
igualdad y libertad para las mujeres. Un acontecimiento de particular
importancia fue la readmisión de las mujeres en el campo de la medicina. Elizabeth Blackwell (1821 – 1910) fue
quien rompió las barreras al ser admitida en el Geneva Medical College,
de Geneva en Nueva York, en 1847. Tras su graduación, y viéndose imposibilitada
de obtener un puesto dentro del personal hospitalario, creó el New
York Infirmary for Womwen and Children. También fue la responsable de
la fundación del Women´s Medical College de esa institución.
Sin
embargo, el movimiento de las mujeres todavía sigue vivo en la actualidad,
experimentando derrotas periódicas y éxitos intermitentes. El ideal último de
los esfuerzos de estas primeras líderes de la Enfermería aún está por
alcanzarse. El movimiento de la enfermería refleja este trayecto (1).
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8 Por el voto de las mujeres, foto Biblioteca del Congreso, 1913
Las
líderes de la enfermería a fines del siglo XIX estuvieran particularmente
interesadas en mejorar el bienestar de las mujeres y la elevación de su
posición en la Sociedad. Esto hizo que Lavinia, en su lucha por el sufragio de
las mujeres, pasara tiempo en la prisión en sus esfuerzos de conseguir que
penetrase en la Sociedad el movimiento emancipatorio de las mujeres. Su empeño,
tuvo su influencia. Así, en 1896, el entonces comisario de policía Theodore
Roosevelt, a la postre Presidente de Estados Unidos, rechazó encarcelarla
cuando fue arrestada por manifestarse a favor del voto en Nueva York (1).
Soledad Mújica Smith como autora de una
tesis doctoral sobre la responsabilidad social en Lavinia Dock destaca tres
aspectos fundamentales: su progresismo,
la idea de la responsabilidad social de
la enfermera, y su rol de abogada de
los pacientes.
Sus acciones,
trabajo, e ideas de la vida tienen implicaciones significativas para la teoría
y la praxis de la enfermería, de la educación, de los ideales democráticos, y
de los valores cívicos. Su visión del cuidado, de la responsabilidad social y
del bienestar holístico de todos los individuos ha sido enriquecedora para la
enfermería. Incorporó varias tendencias sociales incluidas las filosóficas que
prosperaron en ese momento. De hecho, aunque muchas de sus ideas eran únicas,
encajan en la línea con el progresismo, pragmatismo, feminismo y sufragismo. En
este sentido Lavinia Lloyd Dock desafió los “cánones victorianos” para las mujeres persiguiendo una mejor
educación, saliendo del hogar para vivir en la comunidad con otras mujeres
progresistas, convirtiéndose en una activista social para los pobres, y que
promovía la integración racial y étnica en una sociedad altamente segregada. El
progresismo de Lavinia combinó ideas feministas con las experiencias como
enfermera y educadora (3).
Su mayor
preocupación, relacionando este elemento con el campo de la enfermería, era la
lucha contra los prejuicios masculinos, y el reconocimiento de la enfermera
como profesional. Es posible afirmar que llegó a convertirse en un símbolo, a
menudo poco reconocido, de la lucha por la igualdad dentro y fuera del campo
sanitario, e incluso ha sido vista más como un símbolo de la igualdad de la
mujer en lugar de la igualdad en el ámbito sanitario (3).
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9 Movimiento sufragista de Emmeline y Christabel Pankhurst
Sus ideas
progresistas se recogen también en algunas exposiciones, tales como A History of Nursing, en la que expone
la existencia de dos tipos de enfermería: una para los ricos y otra para los
pobres. Lavinia recalca la importancia de la responsabilidad social de la mujer
con los necesitados y la figura de la enfermera como defensora de la sanidad
ciudadana. En este caso, resalta sus críticas a la enfermería por no implicarse
en elementos de salud masiva como las enfermedades venéreas, y la visión
aceptada de la mujer como víctima de los deseos masculinos (3).
Teniendo
en cuenta sus convicciones feministas, expuso la historia de la enfermería como
un ejemplo de las profesionales para detener la expansión de estos males.
Aunque Lavinia Lloyd Dock supuso un
revulsivo para el mundo de la enfermería, es necesario tener en cuenta que la
enfermería de principios de siglo estuvo profundamente influenciada por las
corrientes feministas y sufragistas, dotando este concepto con connotaciones
políticas progresistas que, pese a ser una inevitabilidad histórica, no deben
desestimarse por haber supuesto un avance en la concepción de la profesión
sanitaria (3).
Conclusión
Lavinia Lloyd Dock como otras pioneras de
su tiempo, rompió el silencio tradicional y con la ayuda de las enfermeras
habló claramente del sufragio, de los derechos de las mujeres, y las
injusticias locales con respecto a la salud.
Agradecimientos
Laura Torres Fernández
Ángel Alfredo
Martínez Ques
Flora
Fernández Romero
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10 Las enfermeras y Adelaide Nutting
Bibliografía
1.-
Historia de la Enfermería. M. Patricia Donahue. Versión española de la obra
original “Nursing. The Finest Art. An Illustrated
History”, publicada por The C. V. Mosby Company. B-24.474-99
2.-
Sufragismo y Feminismo: la lucha por los derechos de la mujer 1789-1945. Susan
B. Anthony.
3.- El compromiso de una pionera con los derechos de las mujeres. Lavinia Lloyd Dock (1858-1956). Ángel Alfredo Martínez Ques, Flora Fernández Romero. Grupo gallego EBE. Complexo Hospitalario de Ourense, Galicia, España. Index Enfermería v.16 n.56. Granada primavera 2007
Manuel Solórzano Sánchez
Diplomado
en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital
Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio
Vasco de Salud
Insignia
de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro
de Enfermería Avanza
Miembro
de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro
de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro
de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro
no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
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