Enhorabuena al Colegio Oficial de Enfermería de Teruel por cumplir sus 100 años de trabajo continuado y entra en el Club de Sevilla, Almería, Gipuzkoa y muchos más colegios de enfermería que ya son centenarios. Aunque también hay que decirlo que mucho antes también existían los practicantes, ministrantes, barberos, sangradores y antepasados nuestros como las Ordenes de Caballería como las Ordenes Religiosas. Por todo ello otra vez enhorabuena.
El Colegio Oficial de Enfermería de Teruel, con su Presidente al frente Ángel Torres Benedicto, con su Junta de Gobierno y con el patrocinio de su Ayuntamiento y de la Caja Rural de Teruel, han puesto en circulación el libro de su centenario titulado “Enfermería Turolense. Más de Cien Años de Historias”.
Sus autores han sido Isabel Cortel Ezpeleta, licenciada en Humanidades, actualmente es redactora en la Televisión Local de Teruel. Raquel Fuertes Redón, licenciada en Periodismo, es columnista en el Diario de Teruel. Y Javier Atienza Salvador, licenciado en Periodismo hoy en día es el delegado en Teruel de Aragón Digital. Los tres han conseguido realizar un libro muy ameno de 191 páginas y ha sido editado por el Colegio de Enfermería de Teruel. Su correo electrónico y su hoja Web:
http://www.enferteruel.org/
enferteruel@enferteruel.org
Con una presentación de su presidente, y un prólogo de Javier Sánchez-Caro, Académico Honorario Correspondiente a la Real Academia Nacional de Medicina, donde resalta que la “profesión enfermera”, los diplomados en enfermería, tienen hoy ante si un porvenir risueño y halagador, aunque eso no se consiga sin esfuerzo y sacrificios.El Colegio Oficial de Enfermería de Teruel, con su Presidente al frente Ángel Torres Benedicto, con su Junta de Gobierno y con el patrocinio de su Ayuntamiento y de la Caja Rural de Teruel, han puesto en circulación el libro de su centenario titulado “Enfermería Turolense. Más de Cien Años de Historias”.
Sus autores han sido Isabel Cortel Ezpeleta, licenciada en Humanidades, actualmente es redactora en la Televisión Local de Teruel. Raquel Fuertes Redón, licenciada en Periodismo, es columnista en el Diario de Teruel. Y Javier Atienza Salvador, licenciado en Periodismo hoy en día es el delegado en Teruel de Aragón Digital. Los tres han conseguido realizar un libro muy ameno de 191 páginas y ha sido editado por el Colegio de Enfermería de Teruel. Su correo electrónico y su hoja Web:
http://www.enferteruel.org/
enferteruel@enferteruel.org
Comenzando con el capítulo I, Una larga historia comienza el libro hablándonos del origen de los Colegios Profesionales que proviene de la Ley General de Sanidad de 1855, mediante la que se instituye en cada provincia una Jurado Médico Farmacéutico de calificación para fines disciplinarios y arbitrales. Ha partir de esa ley, los Colegios Profesionales de Practicantes empiezan a organizarse y a partir de mil ochocientos y pico, empiezan a crearse y a funcionar como colegios profesionales y es a partir de 1900 cuando se crean en España y en sus provincias los colegios profesionales. En 1944 y por medio de la Ley de Bases de Sanidad convivían juntos los practicantes, las enfermeras y las matronas en tres ramas.
Los Colegios se van creando desde últimos años de 1800 y primeros de 1900, pasando una época muy mala entre 1905 a 1912, donde algunos colegios ya creados desaparecen para volver a crearse, observándose una total continuidad sólo truncada por el periodo bélico de la Guerra Civil española y continuando hasta nuestros días.
Volviendo a nuestros orígenes, en la Edad Media aparece la figura del barbero-sangrador. Se trata quizá de los profesionales más característicos de la práctica empírica de la medicina en la España Medieval. Su ejercicio estuvo asociado a la vigencia de una técnica delegada de la medicina, la sangría, que diera lugar a sesudos enfrentamientos entre partidarios y detractores de sus indicaciones y eficacia terapéutica.
Durante la primavera, en la Edad Media, la gente acudía a las barberías de los pueblos que estaban en las afueras de las ciudades, no necesariamente a cortarse el pelo o afeitarse, sino también para que le arrancaran una muela o le sacaran sangre. La gente creía que el desequilibrio de los humores “sangre, flema, bilis y atrabilis” era perjudicial para la salud, y que la extracción del exceso de sangre cada primavera, “la época de la renovación” era la forma de restaurar ese equilibrio. “Sacando la sangre, se saca la enfermedad”, era el principio en el que se basaba esta práctica que, pese a su potencial peligrosidad, fue el tratamiento más popular para muchas enfermedades graves durante siglos.
El oficio de sangrador se transmitía de generación en generación, de modo que un aspirante a barbero comenzaba de aprendiz con un maestro, habitualmente su padre, e iba adquiriendo el conocimiento de todos los secretos del oficio. En las grandes ciudades, sin embargo, los aprendices podían asistir a las mimas clases de anatomía que los estudiantes de medicina.
En Teruel hay citas a los barberos sangradores en el libro editado por el Justicia de Aragón “Insaculación y Ordenaciones Reales de la Ciudad de Teruel”, facsimil de la obra de Juan Bautista Pujadas de 1696.
En el mismo se dice literalmente en la Ordenación 196, “Estatuimos y ordenamos que el que deje (renuncie) el oficio o facultad de Cirujano, y hubiera sido Barbero, para ser Ciudadano debe renunciar antes de asumir dicho oficio o facultad, ante el Jurado en su mayoría. Si el renunciante hubiera sido elegido para alguno de los oficios de la ciudad, los pueda desempeñar si hubiera renunciado 3 años antes de ser elegido, y desempeñara los oficios para los que fue seleccionado”.
Posteriormente habla de las parteras, hernistas y algebristas. La importancia de la Beneficencia, las reformas del siglo XIX y Concepción Arenal. La enseñanza reglada con uno de sus libros estrella el “Manuel del Practicante y de Partos normales”. Los difíciles años de la post guerra. Le dedica un capítulo para los años cincuenta y sesenta, llegando a la democracia y hasta nuestros días, estando hoy inmersos en la Universidad. Un largo recorrido en poquísimo tiempo.
Un libro muy interesante y muy fácil de leer; y recordar lo que muchos de nosotros nos ha tocado vivir, la transición de las Escuelas de Enfermería a las aulas hoy en día de la Escuelas Universitarias de Enfermería, con los grados y doctorados a los que nos va a llevar nuestra profesión.
Me podría extender mucho más, pero lo que si me gustaría es que os hagáis con un volumen del libro y lo leáis y aprendáis lo que fuimos y lo que somos, para mejorar nuestra profesión.
Dar las gracias a los autores del libro, al Presidente del Colegio de Enfermería de Teruel y a toda y cada una de los miembros de la Junta de Gobierno y a todos/as los trabajadores del propio Colegio, donde su obra de su centenario, hoy es día es una realidad.
Enhorabuena a todo el Colegio de Enfermería de Teruel, por este magnífico libro que habéis publicado.
Muchas gracias, un abrazo para todos
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero del Hospital Donostia de San Sebastián
masolorzano@telefonica.net
Nota: Las fotos están escaneadas del mismo libro.
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