martes, 20 de agosto de 2024

Beatriz de Palacios Siglo XVI

 

Apodada “La Parda”

 

Foto 1 Recreación de Beatriz Palacios

 

Beatriz de Palacios era española, aunque no se sabe el lugar exacto de su nacimiento, fue una mujer mulata, y de ahí el apodo de llamarla “La Parda”. Llegó a América con la primera oleada de conquistadores y colonos, como esposa del soldado Pedro de Escobar que era de etnia blanca igual que su padre Cristóbal Palacios.

 

Fue una de los primeros afrodescendientes en establecerse en el Nuevo Mundo. Tras llegar de Cuba junto con la tropa de Pánfilo de Narváez en 1520 (fue un militar y conquistador español, nombrado gobernador de la Florida), se unió a la expedición de Hernán Cortés al lado de su esposo, Pedro de Escobar, militar y explorador. (En España era legal los matrimonios mixtos desde 1514, no así en otros países).

 

Su papel no fue en modo alguno meramente representativo. No era tan solo la mujer acompañante de un soldado; tuvo desde el primer momento tareas asignadas en la organización logística de la expedición y ello significaba encargarse de la administración de la comida de la tropa, conseguir nuevos suministros y participar y curar y atender en los hospitales de campaña a los soldados heridos. En su caso, además está documentado que participaba activamente en las guardias y llegaba a substituir a su marido en estos menesteres guerreros cuando éste se encontraba cansado.

 

Beatriz de Palacios participó en varias batallas durante la conquista de la Nueva España y fue “enfermera” subordinada de Isabel Rodríguez, pero también tomó las armas y combatió, a menudo repartiéndose las guardias con su marido. Aparte de ejercer como enfermera también ejerció de furriel, armera, forrajeadora, cocinera, moza de caballos y cualquier otra función que fuera necesaria que se pudiese realizar.

 

Gracias a los escritos de Francisco Cervantes de Salazar, tenemos una imagen más clara de las mujeres españolas durante la conquista.

 

    «Hiciéronse célebres en estas entradas algunas mugeres españolas que acompañaron voluntariamente á sus maridos, y que con los continuos males que sufrían, y con los ejemplos de valor que tenían siempre á la vista, habían llegado a ser buenos soldados. Hacían la guardia, marchaban con sus maridos, armadas de corazas de algodón, espada y rodela, y se arrojaban intrépidamente á los enemigos, aumentando, no obstante su sexo, el número de los sitiadores. […] Estas mugeres se llamaban María de Estrada, Beatriz Bermúdez de Velasco, Juana Martín, Isabel Rodríguez y Beatriz Palacios»”.

Francesco Saverio Clavigero (1844). Historia antigua de México y de su conquista

 

Isabel Rodríguez esposa de Miguel Rodríguez de Guadalupe, fue una mujer soldado, enfermera y médico que acompañó a Hernán Cortés durante la Conquista de México. Pionera de la medicina de guerra, su labor como fundadora y líder del “Cuerpo de enfermeras” de la expedición, fue admirada por cronistas como Francisco Cervantes de Salazar y Bernal Díaz del Castillo.

 

Hay documentos que dicen que ella como sus enfermeras al curar a los soldados heridos lo hacían de esta manera: “...les ataba las heridas y se las santiguaba, diciendo: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, un solo Dios verdadero, Él te cure y te sane”. Lo cual no hacía más de dos veces, y muchas no más de una; y acontecía que los que tenían pasados los muslos iban otro día a pelear”.

 

Foto 2 Recreación de Isabel Rodríguez

 

Isabel agrupó, en su entorno, a las mujeres, tanto españolas como indígenas, que acompañaban a los soldados. Con ellas formó un “Cuerpo de enfermeras” para atender a los soldados heridos y enfermos, tanto españoles como aliados indígenas.

 

El cronista Francisco Cervantes de Salazar lo cuenta así en su obra: “…como eran tan continuas las refriegas, salían de la una parte y de la otra muchos heridos, de tal manera que no había día que, especialmente de los indios amigos, no saliesen de cientos heridos, a los cuales una mujer española, que se decía Isabel Rodríguez, lo mejor que ella podía les ataba las heridas y se las santiguaba y esto no lo hacia arriba de dos veces, e muchas no más de una, e acontecía que aunque tuviesen pasados los muslos, iban sanos otro día a pelear…”. Participó en la fiesta de la celebración de la victoria. Acabada la guerra, se estableció en Tacubaya. Quedó viuda y se casó por segunda vez.

 

Ante el elevado número de heridos, Isabel Rodríguez decidió crear un “Cuerpo de Enfermeras” que se dedicase al cuidado y recuperación de los soldados heridos para que pudieran incorporarse al combate lo antes posible. Comenzó a entrenar y formar a voluntarias entre las mujeres de la expedición, formándolas en las técnicas de curación y tratamiento de las heridas. Este Cuerpo de Enfermeras comenzó a acompañar a los expedicionarios de manera continua en todos los desplazamientos y en todas las batallas que realizó Hernán Cortés.

 

Unas heridas las curaban con hierbas, otras las quemaban con aceite o con grasa animal derretida, y finalmente las tapaban con trapos limpios. Eran tan efectivas las curas que llegaron a considerarlas milagrosas.

 

Fue tal la fama del trabajo de Isabel Rodríguez que recibió de la Corona de España el título de “médico honorario”, por lo que además de ser la pionera de la enfermería en campañas bélicas, se convirtió en la primera mujer médico documentada de la historia.

 

Foto 3 Óleo sobre lienzo de la Batalla de la Noche Triste en la conquista de México

 

Beatriz Palacios sirvió admirablemente durante la “Noche Triste”; se le vio ayudando a los soldados y luchando en primera fila, escudada y armada, para repeler los ataques mientras los españoles evacuaban Tenochtitlan, y más tarde tuvo oportunidad de devolver el golpe durante el sitio de la ciudad, al lado de varias de sus compañeras. Fue reconocida por Hernán Cortes por su valentía. Atendió a su propio marido y a otros soldados heridos en la batalla curando sus heridas.

 

Lo último que se sabe de la conquistadora de la Nueva España, Beatriz de Palacios es que ella y su esposo sobrevivieron a este proceso histórico tan violento y en el periodo de paz decidieron establecerse en algún poblado de la isla caribeña de Cuba en la que comenzó su historia, que se la habían ganado luchando contra los enemigos, y ahora con mayor tranquilidad y en tiempos de paz descansaron, al menos con la que la relaciona directamente con el territorio azteca.

 

Foto 4 Litografía del encuentro de Hernán Cortés y Moctezuma, el 8 de noviembre de 1519. Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos

 

La “Noche Triste” es el nombre de la derrota sufrida por los soldados españoles de Hernán Cortés y sus aliados indígenas tlaxcaltecas a manos del ejército mexica la noche del 30 de junio al 1 de julio de 1520, último día del mes Tecuilhuitontli, en las afueras de Tenochtitlan, hoy Ciudad de México.

 

También fueron valientes soldados, y a la vez esforzadas enfermeras, Beatriz González, las hermanas Ordaz o Elvira Hermosilla, esposa de Juan Díez del Real y amante de Hernán Cortés, con quien tendría un hijo.

 

La Real Academia de la Historia muestra la existencia de Beatriz de Palacios, la guerrera afro-española que participó en la conquista de la Nueva España, y citando el texto de Hug Thomas, que la incluyó es su libro “Quién es quién de los conquistadores” en la conquista de México, para ser más específicos, en la página número 436 del mismo, en la que dice:

 

Beatriz de Palacios, enfermera, mujer de Pedro de Escobar, participó en la expedición de Pánfilo de Narváez a Nueva España (México) en 1520, pues como indica Thomas con Narváez, [era] muger de Pedro de Escobar, parda [existen historiadores que equiparan esta condición social-“racial”, con mulata, aunque existen otros que aluden a la variante de negra, mestiza, mulata… libre o/y esclava], tan singular (…) que mientras su marido se posava hacia en el cuerpo de guardia la posta por el ensillava el caballo i peleava al lado de su marido, curaba todas las heridas que se le presentaban…

 

Foto 5 Recreación de Beatriz de Palacios

 

Pero Beatriz de Palacios no era una excepción, ni como organizadora ni como mujer, ni cómo enfermera. Gracias a los escritos de Francisco Cervantes de Salazar, tenemos recuento más preciso de las españolas de la Conquista de México que también fueron soldados y enfermeras. Beatriz Ordaz, Francisca Ordaz, Juana Martín, María de Vera, Elvira Hernández, Isabel Rodríguez, Beatriz Hernández, Catalina Márquez, Beatriz Palacios Parda, Juana López, Violante Rodríguez, María Estrada, Catalina González y Antonia Hernández. Estas referencias están documentadas por otros relatores como Bernal Díaz del Castillo o Bartolomé de las Casas.

 

Las Enfermeras ejercieron un papel fundamental en la conquista del Nuevo Mundo. La excelente labor sanitaria del Cuerpo de Enfermeras creado por Isabel Rodríguez realizó un impresionante trabajo en la recuperación de los soldados heridos y enfermos durante toda la conquista que resultó ser clave para la consecución del éxito.

 

Un Cuerpo de Enfermeras formado por heroicas mujeres que igual blandían espadas en los combates, cuidaban los caballos y conseguían provisiones, como curaban heridos o ayudaban a bien morir a los moribundos.

 

Foto 6 Representación del Cuerpo de enfermeras atendiendo a los soldados heridos. Fotograma del vídeo de youtube

 

Bibliografía

Beatriz de Palacios

https://es.wikipedia.org/wiki/Beatriz_de_Palacios

 

Colegio de Enfermería de Zaragoza. Isabel Rodríguez. La enfermera que conquistó América. Juan Carlos Criado Gutiérrez, Graduado en enfermería, Comandante del Cuerpo Militar de Sanidad, Especialista en Salud Laboral y Máster en Prevención. Revista Noticias de Enfermería. Páginas 31 a 35. Número 130. Abril – Junio 2022

https://www.ocez.net/enfermeras-que-cuidan/43-isabel-rodriguez-la-enfermera-que-conquisto-america

 

Beatriz de Palacios, una conquistadora mulata

https://traslaultimafrontera.com/beatriz-de-palacios-la-parda/

 

Real Academia de la Historia. Beatriz de Palacios

https://dbe.rah.es/biografias/117299/beatriz-de-palacios

 

España en la Historia. Beatriz de Palacios y la Nochez Triste. 30 de junio de 1520

https://espanaenlahistoria.org/efemerides/beatriz-de-palacios-y-la-noche-triste-30-junio-1520/

 

Lo mejor de la información de México y el mundo. ¿Quién fue Beatriz de Palacios, conquistadora afroamericana de la Nueva España?

https://www.postamexico.com/internacional/quien-fue-beatriz-de-palacios-conquistadora-afroamericana-de-la-nueva-espana/vl1574757

 

Beatriz de Palacios. Vídeo Youtube

https://www.youtube.com/watch?v=oY218y_Wi9k

 

El Debate. Fundado en 1910. Las mujeres soldado de Hernán Cortés

https://www.eldebate.com/historia/20220109/mujeres-soldado-hernan-cortes.html

 

El Correo de Pozuelo. Valientes mujeres españolas en la Conquista de México: María Estrada, Beatriz de Palacios, Isabel Rodríguez, Beatriz Bermúdez, las Hermanas de Ordaz y otras muchas

https://elcorreodepozuelo.com/2020/11/05/valientes-mujeres-espanolas-en-la-conquista-de-mexico-maria-estrada-beatriz-de-palacios-isabel-rodriguez-beatriz-bermudez-las-hermanas-de-ordaz-y-otras-muchas/

 

 

Enciclopedia Wikipedia

Manuel Solórzano Sánchez. Grado en Enfermería

https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez

Día 20 de octubre de 2022, jueves

 

Entziklopedia Wikipedia en Euskera

Manuel Solórzano Sánchez. Erizaintzako Gradua

https://eu.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez#Ibilbidea

Día 27 de octubre de 2022, jueves

 

La Voz de Enfermería en la Enciclopedia Auñamendi

Primera parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190

Segunda parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190/132780

 

 

El legado del enfermero Manuel Solórzano. Antton Iparraguirre. Artículo del Diario Vasco de San Sebastián. Lunes, 7 de agosto de 2023

https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/historia/legado-enfermero-manuel-solorzano-enfermeria-gipuzkoa-donostia-blog-manuel-solorzano-20230807210304-nt.html

 

Foto 7 Representación de Beatriz de Palacios cómo soldado e Isabel Rodríguez cómo enfermera atendiendo a los soldados heridos. Fotograma del vídeo de youtube

 

Manuel Solórzano Su Legado Enfermero. Publicado el lunes día 4 de septiembre de 2023

https://enfeps.blogspot.com/2023/09/manuel-solorzano-su-legado-enfermero.html

 

Noticias de Gipuzkoa domingo 14 de abril de 2024. Mí décimo tercer libro.

Una Gota de Leche para los niños donostiarras

https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2024/04/14/gota-leche-ninos-donostiarras-8108257.html

 

Manuel Solórzano: curioso y defensor de su profesión

https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2024/04/14/manuel-solorzano-curioso-defensor-profesion-8108387.html

 

Foto 8 Representación de Beatriz de Palacios cómo enfermera atendiendo a los soldados heridos. Fotograma del vídeo de youtube

 

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Premio a la Difusión y Comunicación Enfermera del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa 2010

Director y Miembro del Blog de Historia de Enfermería “Enfermería Avanza”

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro Supernumerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Comisión de Historia de la Enfermería del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa / Gipuzkoako Erizaintza Elkargo Ofiziala

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa. Años 2019 y 2022

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020 y 31 de diciembre de 2022

Premio a la Visibilización de la ACEB. 15 de mayo de 2024. Deusto Bilbao

masolorzano@telefonica.net

 

 

martes, 6 de agosto de 2024

El desaparecido Hospital de San Lázaro de la Magdalena de Mutriku

 

Mutriku es la localidad más occidental del litoral guipuzcoano.

 

Edificada sobre una pendiente su ladera desciende del monte Arno (628 m), esta pintoresca villa pesquera, cuna de los eminentes marinos Antonio Gaztañeta y Cosme Damián Churruca, fue fundada a comienzos del siglo XIII y aún conserva su trazado medieval y vestigios de sus antiguas murallas.

 

Foto 1 Litografía de Fidel Múgica. Vista de Motrico. Museo San Telmo. Donostia. 1870

 

Su casco histórico, declarado conjunto monumental en 1995, destaca por sus estrechas y empinadas callejuelas, donde el visitante tendrá la posibilidad de descubrir bellos palacios y torres de los siglos XV, XVI y XVII.

 

En los alrededores de plaza principal, presidida por el monumento dedicado a Churruca (héroe de la batalla naval de Trafalgar), encontraremos algunos de los edificios más significativos de Mutriku, como la iglesia neoclásica de la Asunción, catalogada como monumento nacional, la casa consistorial y el palacio Galdona. Asimismo, los palacios Zabiel y Montalibet y las casas Gaztañeta y Olazarra llamarán nuestra atención.

 

Puerto con sabor

El puerto de Mutriku es uno de los más antiguos de Gipuzkoa. Durante años, sus habitantes se han dedicado a la pesca de la ballena y, hoy en día, muchos continúan con la actividad pesquera y sus industrias derivadas.

 

El barrio de Astigarribia, por su parte, guarda un auténtico tesoro: La iglesia de San Andrés del siglo XI, la más antigua de Gipuzkoa, y el barrio de Olatz, situado al interior, es conocido por sus numerosas cuevas y caleros. La belleza del entorno del municipio supone un gran potencial para el desarrollo turístico de la zona.

 

Foto 2 Pintura Los vascos y la caza de ballenas. Macizo de Gorbeia. En el año 1200 el rey Fernando III estableció que los balleneros de Mutriku cedieran una pieza de sus capturas a la Orden de Santiago, y en una orden real fechada en Burgos el 28 de septiembre de 1237 se lee que “de acuerdo con la costumbre, el Rey debe tener una porción de cada ballena, a lo largo de la columna vertebral, de la cabeza a la cola” como tributo de los de Zarautz y Luanco en Asturias

 

Hospital de San Lázaro de la Magdalena de Mutriku

 

La villa de Motrico tiene una hermita nombrada Santa María Magdalena, en su jurisdicción de la cual es patrona; y dicha hermita tiene un ospital nombrado de San Lazaro con porzion considerable de vienes raices dedicados para los pobres que la villa quisiera ponerlos en dicho ospital …asimismo nombre a una economa o administradora para que cuide de dichos vienes y manttenga a los pobres que asi señalara la villa y con obligación de que aia de dar cuenta todos los años de ttodo lo que perziva de dichos vienes y su distribución…

 

Este texto de 1727 muestra a “grosso modo” el funcionamiento del, en nuestro caso al menos, desconocido Hospital de San Lázaro, ligado a la ermita de Santa María Magdalena -patrona de la villa- y sito extramuros, en el hoy llamado “Barrio Magdalena”, paraje que en aquel entonces se denominaba “Alto de la Magdalena o Repotos”. Desconocemos la fecha de su fundación de este hospital, pero sabemos que en 1572 ya estaba en funcionamiento.

 

El Ayuntamiento, es decir, el alcalde, los sindicos (persona elegida por una comunidad o corporación para defender sus intereses) y regidores, eran los patronos, únicos administradores y distribuidores del hospital y de la ermita. Como tales patronos, eran los encargados de elegir a un ecónomo o mayordomo, Persona que se nombra en las congregaciones o cofradías para que se encargue y atienda los gastos y los cuidados y gobierno de las funciones) quien además de cuidar a los enfermos, asumía las siguientes obligaciones:

 

.- Cuidar, administrar y beneficiar todos los bienes, alhajas y efectos del hospital, dando razón anualmente de las cuentas del mismo.

 

.- Arrendar dichos bienes, y cumplidos los plazos de arrendamiento, renovar el arrendamiento o hacer otros, con las cláusulas, vínculos y firmezas necesarias para su validación.

 

.- Pedir y tomar cuentas a los arrendatarios y mayordomos anteriores que hubieran dejado deudas.

 

.- Nombrar contador o contadores de los bienes.

 

La administración del hospital era controlada periódicamente por los señores tenientes de alcaldes y el secretario, que podían cesar del cargo al mayordomo si consideraban que su labor no había sido positiva. Pero también el Obispo podía ordenar la cesión, como sucede en su visita a Mutriku el día 8 de julio de 1746, cuando Gaspar de Miranda y Argaiz descubre que las rentas y cuentas del hospital no han sido utilizadas por el mayordomo en pro del hospital y de la ermita sino para fines propios.

 

En algunos casos, si la persona nombrada ecónoma era soltera, debía de entregar una dote a cambio de recibir el cargo, al igual que si se tratara de una boda. “En 1643, se nombra ecónoma a Catalina de Urquiaga, doncella, vecina de la villa, ella, a cambio, tuvo que entregar la dote de 60 ducados, una cama 6 veces vestida y obligarse a poder testar solamente a favor del hospital”.

 

Los bienes del hospital y de la ermita eran:

.- La Casa-hospital y la accesoria a ella con sus lagares.

.- El campo situado junto a la dicha casa en el que existía un pozo y ermita con unos cinco encinos, siete nogales y tres robles.

.- Casa en el camino de Santa Elena, en Leizarren, en “Asqueaga” (Akiaga), en Madariaga, en San Juan y en el camino hacia Deba.

.- Dos sepulturas enteras y una media en la iglesia parroquial.

.- El caserío de Bidecoa con todas sus tierras y bienes.

.- Un censo de 117 ducados de vellón de principal.

.- Una heredad pequeña en el camino de “Euneta”.

.- Jarales, castañales, robledales, manzanales, montes, bravos, terrenos medianeros y otras diversas heredades.

 

Como ya sabemos, esos bienes los arrendaba el ecónomo o mayordomo, generalmente por nueve años, aunque también se podía poner en arriendo en pública almoneda (Venta en pública subasta de bienes muebles, generalmente usados), adjudicándose el mismo al mejor postor. El arrendatario tenía que cumplir una serie de condiciones: tenía que vivir en alguna de las casas del hospital, pagar anualmente una cantidad a la villa, y sólo podía cortar los jaros cada cinco años y los robles cada nueve.

 

Foto 3 Ilustración del puerto de Motrico extraída de El atlas del rey planeta: La descripción de España y de las costas y puertos de sus reinos, de Pedro Texeira, 1634

 

La situación económica del hospital nunca fue muy boyante. El Hospital de San Lázaro se mantenía mediante el arriendo de sus bienes, tanto tierras como caseríos o ganado; se valía también d ellos beneficios que obtenía vendiendo los productos de sus terrenos: vino, chacolí, sidra, trigo, manzanas, naranjas, madera y carbón; el ganado menor como vaquillas, novillos y ternerillos; árboles, troncos y colmenas. Los ingresos del hospital se completaban con las cantidades que pagaban los inquilinos, y a través de censos, acciones y gracias a la ayuda de particulares, herencias en nombre del hospital y postulaciones por la calle o en la iglesia.

 

El hospital contó también con la ayuda de la “Cofradía del Glorioso San Lázaro”, cofradía fundada en 1681 con el fin de ayudar al hospital y a la ermita. Esta cofradía posteriormente fue llamada “Cofradía de Santa Bárbara”. Cuando la situación era precaria, el Ayuntamiento vendía algunos terrenos a fin de conseguir fondas para el hospital.

 

En 1727´, es también la villa, quien, en nombre del hospital, otorga un censo a favor de don Antonio de Gaztañeta e Iturribalzaga, hipotecando varios bienes suyos -casas y terrenos- a cambio de 300 ducados de plata que Gaztañeta les prestaba y que eran necesarios para llevar a cabo las obras y arreglos de mampostería que necesitaba la ermita de la Magdalena. Las condiciones impuestas por Gaztañeta fueron las siguientes: ni el hospital ni la ermita ni la villa en su nombre, podían partir ni dividir los bienes ni venderlos, trocarlos, cambiarlos ni enajenarlos, y los 300 ducados de plata que debían a Antonio Gaztañeta y a su esposa doña María Jacinta de Urdinso se les debía de entregar en una paga, más los réditos que de él se debieran.

 

Efectivamente, este dinero se destinó a la ejecución de las obras de mampostería y de carpintería en los años 1727, 1728 y 1729. Pero no fue suficiente y el Ayuntamiento, en nombre del hospital y de la ermita, tuvo que pedir permiso al Obispo de Pamplona Andrés Murillo Velarde, para tomar dinero de las rentas de la Junta de Fábrica Parroquial.

 

La obra de mampostería, puesta en almoneda, fue concedida al mejor postor, Agustín de Irarraga, quien para realizarlo utilizó arena que se acarreaba desde el muelle. Para llevar a cabo la obra fue necesario derribar una de las paredes viejas de la ermita. El trabajo de carpintería lo realizó Domingo de Orbea, vecino de Elgoibar; la tabla y ripia se trajeron desde Leizarren con bueyes.

 

En 1729 ejecutada la obra principal, se necesitaban aún una serie de reparaciones:

.- blanquear la paredes nuevas.

.- revocar dichas paredes y también las viejas.

.- hacer una espadaña de piedra labrada para poner la campana.

.- dos pilas de agua bendita a los dos lados de las dos puertas.

.- Componer la bóveda, que había empezado a desmoronarse sobre el altar.

.- un frontal y un atril nuevo para el coro.

.- dos luceros para debajo del coro.

.- ochenta balaustres con sus antepechos para la parte delantera del coro y para las escaleras que llevaban a él.

.- escalera del coro.

.- construir un púlpito “a toda costa”.

.- ventanas a los dos lados del coro, una de las cuales estaba enfrente al hospital.

.- cuatro bancos para los señores del Ayuntamiento y un banquillo para prestes y diáconos.

 

Años más tarde, en 1754, se arreglaron los tejados tanto de la ermita como del propio hospital. La teja necesaria fue transportada desde la tejería de Ganduza en Bizkaia y después en txalupa desde Rentería hasta el muelle de Mutiku.

 

Poco más sabemos acerca del pequeño Hospital de San Lázaro, un hospital que a duras penas podía mantener si quiera las posiblemente no más de diez camas que acogían prioritariamente a los enfermos pobres.

 

Desconocemos incluso la fecha de su derribo, que probablemente tuvo lugar a finales del siglo XIX, cuando la construcción del nuevo “Hospital-Asilo de San Miguel” hizo innecesario su mantenimiento. Con el hospital, también desaparecería la ermita de la Magdalena; pero en este caso, sí que nos dejó una buena huella de su existencia, al quedar para siempre el nombre de su patrona ligado a nuestra villa.

 

Foto 4 La Residencia San Miguel de Mutriku, situada en el municipio de Mutriku, es un excelente lugar para el cuidado de sus mayores. Foto del libro Una aproximación a nuestra historia. Mutriku Udala. Leyre Arrieta Alberdi

 

Descripción de las enfermedades epidémicas y contagiosas

 

Descripción de las enfermedades epidémicas y contagiosas que a lo largo de muchos años han venido azotando a la villa de Mutriku, hablando también de sus profesionales y organizaciones que intentaron la prevención de esas enfermedades y d ellos medicamentos que se utilizaron para tal fin.

 

Peste Bubónica

La primera noticia que se tuvo de esta enfermedad de la peste en la villa de Mutriku se remonta al año de 1651, fecha de la que data el expediente relativo a las disposiciones adoptadas para preservar a la población del contagio de la peste, con motivo de la llegada de dos marineros mutrikuarras que anduvieron en partes sospechosas de peste. Estos dos marineros se habían embarcado en San Sebastián en un navío que viajaba a Cádiz.

 

La siguiente noticia referente a esta enfermedad es más cercana. En 1815 la Junta de Sanidad del Reino de España envía una circular sobre los rumores acerca de la manifestación de la peste bubónica en las Siete Islas o Islas Canarias. En 1816 se repiten los rumores de extensión de la epidemia en este caso procedentes de Nápoles. Se prohíbe por Real Orden la entrada a puerto de embarcaciones procedentes de Nápoles y del Mar Adriático. A partir de entonces las noticias llegan de la Costa Septentrional de África, Bohemia, Venecia y Marsella. No creemos que esta vez la peste bubónica llegara a afectar a nuestra villa.

 

Calenturas Pútridas

En 1778 la villa de Mutriku vivió una enfermedad epidémica, cuya extensión al parecer provocó un terror generalizado entre la población, terror que las autoridades inmediatamente intentaron calmar, encargando al entonces médico titular de la villa a don Juan Ignacio Moguel y Urquiza, la realización de un expediente relativo a la enfermedad.

 

El doctor Juan Ignacio Moguel escribió un informe sobre la calidad, progresos, estado actual y método curativo de la calentura epidémica que reina en Motrico, que desvanece en mucha parte los temores causados por varias exageradas noticias. En el informe Moguel insistía en la frecuencia con que esta enfermedad se sufría en el País, y subrayaba que no era más que una calentura pútrida maligna, pero de una malignidad regular en esa especie de epidemias.

 

Esta epidemia se sintió por primera vez en el mes de febrero en una familia pobre del barrio de Ibirriaga; luego se fue extendiendo por toda la vecindad, pero muy lentamente. Durante el mes de marzo creció el número de enfermos y la enfermedad se comunicó a una de las calles de arriba; para el mes de abril se había generalizado y en mayo comenzó a declinar. Se extendió con mucha menor fuerza en los caseríos que en el núcleo de la villa, afectó sobre todo a los ancianos y a las mujeres, siempre pertenecientes a las capas pobres de la sociedad, cuias casas eran estrechas, los quartos mui pequeños, y en cada uno tres y quatro enfermos. Las casas mui malas sin disposición de mudar sabanas, aun quando estuviesen mui sucias, y lo que es mas, haver sucedido entrar en la misma cama del convalesciente el nuevo enfermo sin renovar los lienzos.

 

Aunque no se pudo hallar la causa o causas que provocaron estas calenturas pútridas, al menos se tomaron una serie de precauciones. El doctor Moguel nos decía que la primera fue qué en día festivo, el señor vicario publicara la importancia de acudir al médico nada más sentir la menor indisposición.

 

Otro de los consejos era beber vino y limonadas, utilizar vinagre, y comer poca carne, lechuga y otras verduras bien cocidas y con pan abundante. Se insistía asimismo en la necesidad de regar el cuarto del enfermo con vinagre y esparcir su humo por toda la casa, dejando las ventanas abiertas de día y de noche, si el clima lo permitía.

 

El doctor Moguel habla de tres periodos o fases en el desarrollo de la enfermedad, describiendo las características de ésta en cada una de ellas de forma muy detallada.

 

1.- La primera fase se daba a conocer por un malestar general, disminución de la fuerza, dolores de cabeza, nuca, espalda y lomos, sueño inquieto, inapetencia y amargura de boca. Los pulsos se hallaban bajos, la lengua sarnosa, y a veces aparecían petequias o manchas en el cuello, pecho y brazos. En algunos casos también se daban náuseas y vómitos.

 

2.- Tras seis u ocho días comenzaba la segunda fase con un enorme frío seguido de un intenso calor, sed, calentura aguda con pulsos bastante elevados, náuseas y dolores de cabeza muy intensos. Las petequias que eran de diversos colores, según la mayor o menor gravedad, se manifestaban más claras y extendidas. En los brazos se notaba un ligero temblor y la lengua se cargaba más. Las hemorragias nasales eran frecuentes, así como la expulsión de lombrices. Esta segunda fase fue la última para muchas personas.

 

3.- En la tercera fase bajaban los pulsos, las manos temblaban mucho, los enfermos deliraban, tenían la lengua hinchada, en algunos casos con una costra blanca seca, en otros con amarilla en parte, y en otras negra y áspera. Labios, encías y dientes se cargaban y el vientre se inflamaba. Varios enfermos sufrieron movimientos convulsivos en la cara y saltos de tendones. Este tercer periodo duraba muchos días sin notarse mutación alguna hasta que llegase la muerte, o, por el contrario, el enfermo se aliviase.

 

Foto 5 Enfermera en la Sala de hospital atendiendo a los enfermos. Siglo XVIII

 

El método curativo variaba según la fase en que se hallaba la enfermedad. En el primer periodo el remedio, que según el doctor Moguel produjo maravillosos efectos, fue el vomitibo y seguidamente el cremor de tártaro, las lavatibas y las limonadas. En el segundo se continuaba con las limonadas, lavatibas y el cremor de tártaro y si la calentura era muy aguda, se valían de espiíritus ácidos, y como regularmente el vientre estaba metheorizado, se aplicaban cataplasmas emolientes. Algunos otros tomaban también tamarindo con arrope de sauco. En el tercer periodo, si la lengua se hallaba muy seca y negra, se continuaba con los espíritus ácidos y el método de la segunda fase, pero como regularmente se presentaban casos de movimientos convulsivos en la cara, mucho temblor en las manos y pulso bajo, se les añadía el uso de la emulsión común alcanforada.

 

El doctor Mogel recomendaba además un régimen a base de caldo delgado de carnes al que se le debía añadir vinagre, limón o cremor de tártaro, y frutas, sobre todo, fresas y guindas.

 

Fiebre Amarilla

La primera noticia sobre esta epidemia data de 1814, cuando la Junta de Sanidad dispone el establecimiento de guardias en el puerto y calles principales de la villa, a fin de reconocer las embarcaciones y personas que viniesen de la provincia, para evitar el contagio de la fiebre amarilla que se estaba extendiendo en ella.

 

Más tarde, se repetirán las Reales Órdenes y otro tipo de documentos ordenando cuarentar lso puertos, anunciando la llegada de un barco con portadores de al enfermedad. La fiebre amarilla rebrota de nuevo en 1819, proveniente de Andalucía y en 1821, de Cataluña.

 

Viruela

La viruela llega a Mutriku en 1832 nada menos que desde Hamburgo. La Junta de Sanidad de la villa recibió una carta de la Junta de Sanidad Provincial anunciando que la mañana del 23 de diciembre había arribado al puerto de Pasajes el bergantín – goleta “Nuestra Señora de la Antigua”, cuyo capitán era el lekeitiarra Francisco Arana; este bergantín procedente de Hamburgo se dirigía a Cádiz. Por ello, la Junta Provincial ordenaba a todas las Juntas subalternas que no permitiesen la salida de ningún barco, y que en el caso de que la goleta fuera divisada o se cruzase o arrimase al puerto, se le echara a la fuerza. Asimismo, mandaba a los médicos de la provincia a averiguar si alguna lancha o marinero había contactado con ese barco.

 

A pesar de la prevencióm, la viruela afectó a los mutrikuarras, y la Junta de Sanidad de Mutriku pidió al médico don Momento Saenz de Castillo, que informase y aconsejase sobre la enfermedad que se estaba extendiendo por la villa. La Junta decidió también que los que en adelante murieran por viruela o por cualquier otra enfermedad contagiosa, fuesen dirigidos directamente de casa al camposanto, sin pasar por la iglesia.

 

Cólera Morbo

El 11 de abril de 1832 la Junta de Sanidad recibió un oficio de la Junta de Sanidad de la Provincia en el que, haciendo relación de la aparición el día 27 de marzo en París de la epidemia de cólera morbo asiático e insinuando la aproximación de la enfermedad a la frontera de Irún, ordenaba que no se admitiese en el puerto ningún barco procedente de París o de cualquier puerto francés.

 

La Junta de Sanidad de Mutriku tomó, además, las disposiciones siguientes: Había de estudiarse qué casas carecían de comunes y chimeneas para seguidamente acordar las providencias correspondientes; limpiar y extraer a la mayor brevedad posible, fuese a la mar o a otros puntos más ventilados o expuestos a la infección de la atmósfera, todas las suciedades existentes en las letrinas, basureros y demás depósitos inmundos de las casas; los vocales de la Junta habían de hacer cumplir lo expuesto, correspondiendo a cada uno de ellos el control de una zona determinada de la villa.

 

A partir de ese momento, se repetirán los oficios de Diputación anunciando la aparición de casos de cólera morbo en diversos puntos: Burdeos, Lyon e incluso los Estados Unidos. No obstante, ene ste caso la epidemia no llegó a atravesar los Pirineos y las medidas preventivas se suavizaron. Pero no por mucho tiempo, ya que el 12 de septiembre de 1832, en la reunión de la Junta de Sanidad, se leyó un comunicado de la Diputación anunciando que se habían detectado casos de cólera morbo en Huelva, y prohibiendo la entrada de barcos procedentes de dicha capital anadaluza, de Sevilla, Ayamonte o cualquier otro punto donde el cólera hubiera hecho su aparición.

 

Foto 6 Interior del Hôtel-Dieu de París. Siglo XVI. Biblioteca Bourgogne. Bruselas

 

Esta vez Mutriku no escapó a la epidemia. En noviembre de 1834, el médico titular d ela villa pone en conocimiento de la Junta de Sanidad la existencia de casos de cólera morbo en el barrio de “Ybirriaga” y plazuela de “Aiciocale”. La Junta decidió consultar con los médicos de Ondarroa y Deba sobre los casos sospechosos de cólera.

 

En 1855 el número de casos aumenta de tal forma que el Ayuntamiento de Motrico se ve obligado a pedir ayuda a la Diputación de Guipúzcoa tanto para hacer frente a los gastos que motivaban las medidas higiénicas como para asistir a las necesidades de las familias pobres que habían sido afectadas. Entre otras medidas, la Junta adoptó la de socorro diario de pan y carne a las familias pobres atacadas por el mal. Asimismo, pisió a la Diputación que le autorizase para enajenar unas siete acciones que le pertenecían de su crédito contra la Provincia, acciones procedentes de la cesión del Camino Real de la Hermandad del Río Deva.

 

Cuatro años más tarde la villa seguía sufriendo la epidemia, y las condiciones higiénicas no sólo no habían mejorado sino que llegaba hasta tal extremo el grado de insalubridad, que la sección médica de Mutriku realizó un informe analizando las causas de esta situación, situación que facilitaba la propagación de enfermedades.

 

La sección médica planteaba que si por las características climáticas y topográficas, la situación d ela villa debiera ser saludable, eran la aglomeración de gente, la acumulación de ganado y la industria a la que se dedicaban sus habitantes, las causas que, en caso de epidemia, podían contribuir a que provocara en ella más estragos que en otros pueblos de los alrededores.

 

Según la sección médica era necesario, además, que existiese una policía sanitaria que controlase los abusos que se cometieran: casas que carecen de escusados, acumulaciones considerables de depósitos de estiércol en las calles, depósitos y letrinas, limpieza de pescado en plena calle de Ybirriaga, la existencia de una calleja a las afueras de Barrenkale llena de porquería, foco de infección y de enfermedad…

 

Tras detallada exposición, la sección médica de Mutriku, exigía:

.- Obligar a los propietarios que nos los tuviesen a instalar comunes.

.- Realizar un blanqueo general de todas las fachadas exceptuando las de cantería.

.- Desecar y empedrar inmediatamente la calleja a la espalda de Barrenkale, destruyendo las paredes que formaban cercas o depósitos de basura.

.- sacar todos el estiércol existente en la población, sea en los aptios, callejas o en las cuadras de las casas.

.- Se había prohibido arrojar nada a las calles.

.- Procurar que en el barrio de Ibirriaga y demás extremos del pueblo se mantuviese la vigilancia para el cumplimiento de las disposiciones.

.- Cuidar que los alimentos fuesen de mejor calidad.

.- Sólo en la matadería se podría matar el ganado y se controlaría el grado de limpieza d elas carnicerías.

.- Se procuraría que los freideros de pescado para venderlo estuviesen lo más lejos posible del centro del pueblo.

.- Convendría mucho fomentar el arbolado y paseos públicos.

 

Enfermedades no contagiosas

Aunque las epidemias causaron estragos en las poblaciones, solamente afectaban a éstas muy de vez en cuando. La verdad es que eran otras las enfermedades que normalmente sufrían los mutrikuarras. A mediados del siglo XIX estas eran las enfermedades más comunes:

 

.- Enfermedades ordinarias: anginas, pulmonía, reumatismo, cólico, oftalmia, cólico nefrítico, metro-peritonitis, cistitis y parálisis.

 

.- Enfermedades que provocaron muertes: perlesia (parálisis), apoplejía, altericia, gastroenteritis crónica, escarlatina, disentería, tisi tuberculosa, tétanos, cáncer de útero, hempotisis violenta, tifus, cáncer de estómago y ataques cerebrales.

 

Foto 7 Enfermera atendiendo a un moribundo

 

Sección Sanitaria

El médico también llamado galeno, el farmacéutico o boticario, el Practicante y el cirujano eran los cargos que antiguamente conformaban la “Sección Sanitaria”. Cada uno de ellos cumplía una labor específica en pro de la villa de Mutriku.

 

El médico era, junto con el alcalde, el practicante y el párroco, una de las autoridades del pueblo. Era elegido por una comisión compuesta por el alcalde y otras dos personas, generalmente licenciadas, a partir de una lista de posibles aspirantes.

 

Pero así cómo le nombraban médico titular y le concedían el puesto de trabajo, de la misma manera podían cesarle de su cargo. Es lo que sucede en 1798 con el doctor Miguel Andrés de Sanz, médico de Huarte-Araquil, quien fue despedido a los pocos meses de la elección por motivos justos.

 

Tras la cesión, la comisión ofreció el puesto al médico titular de Ondarroa, Joaquín Bernardo de Urcelay, quien impuso antes de aceptar el cargo una serie de condiciones, entre otras, la subida del sueldo. El Ayuntamiento respondió que no contaba con medios para el aumento, pero a cambio se le permitía ausentarse del pueblo en caso necesario.

 

En 1843 se volvieron a empañar las relaciones entre el médico y el Ayuntamiento. El doctor Miguel de Cigaran escribió a la Diputación de Guipúzcoa quejándose de la rebaja que en su dotación el Ayuntamiento pretendía hacerle, bajo la amenaza de despido en caso de que no aceptara las condiciones.

 

Además de con el Ayuntamiento, el médico de la villa llegaba, asimismo, a acuerdos con la Cofradía de San Pedro. Se comprometía a asistir a los marineros y a sus familias a cambio de pescado, generalmente besugo.

 

Al igual que el médico, también el Boticario podía surtir de medicamentos a varias villas a la vez, y como él, llegar a acuerdos con la Cofradía de San Pedro para suministrar las medicinas necesarias a los pescadores y familias.

 

El cirujano, que no tiene nada que ver con el profesional que actualmente lleva ese nombre. Era denominado con diferentes nombres en su historia profesional; Barbero, Sangrador, Ministrante, Practicante, etc.; este profesional se dedicaba a afeitar a los marineros, asistir a sus familias en las enfermedades, curar sus heridas y quebraduras. El cirujano podía ser contratado por el Ayuntamiento por oposición o trabajar por su cuenta atendiendo a particulares, por lo que no era mucho lo que ganaba.

 

En 1875 en plena Tercera Guerra Carlista, tanto los farmacéuticos como los demás trabajadores vieron disminuir sus sueldos, debido a la situación excepcional en la que se vivía.

 

El cirujano José Benito de Urquina, cirujano que lo era a la vez de Mutriku, deba y Elgoibar, suplicó al Ayuntamiento le concedieran una asignación mensual ya que las contratadas hechas por el vecindario eran muy escasas y no reportaban lo suficiente para mantener con decoro su posición. Con la creación de las Juntas de Beneficencia en dichos valles, le imponían el deber de asistir gratuitamente a los pobres.

 

Foto 8 Una farmacia del siglo XV, acuarela de la Wellcome Collection

 

Los medicamentos que usaron nuestros antepasados

Es precisamente una lista de precios de los medicamentos que se usaban en el siglo XVI, el primer documento relacionado con la sanidad en la villa de Mutriku que ha encontrado Leyre Arrieta.

 

Estos son algunos de los medicamentos que se enumeran:

.- Jarabe rosado                                  6 maravedíes

.- Jarabe de lengua de buey                6 maravedíes

.- Jarabe de borrajas                           6 maravedíes

.- Jarabe de ajenjo                              6 maravedíes

.- Jarabe de endivia                            6 maravedíes

.- Complexión de hígado                   8 maravedíes

.- Jarabe de milena                             8 maravedíes

.- Almibar de membrillo                     6 maravedíes

.- Jarabe de membrillo                        8 maravedíes

.- Jarabe de romero                             8 maravedíes

.- Cirope de moras                              6 maravedíes

.- Jarabe de regaliz                             6 maravedíes

.- Jarabe de menta                              10 maravedíes

.- Conserva rosada                             8 maravedíes

.- Conserva violada                            8 maravedíes

.- Conserva de borrajas                      8 maravedíes

.- Conserva de lomo de buey             8 maravedíes

.- Aceite de almendras                        20 maravedíes

.- Aceite de manzanilla                       5 maravedíes

.- Aceite de coco                                6 maravedíes

.- Aceite de alcaparras                        6 maravedíes

.- Aceite de trementina                       6 maravedíes

 

También se consideraban medicamentos a las aguas de hierbabuena, de habas, de pimpollo, de romero, etc. También eran muy comunes los emplastos y ungüentos. Aunque también este documento menciona el consumo de píldoras; los medicamentos consumidos en aquella época eran en su mayoría de origen natural, y lo seguirían siendo en los siglos posteriores.

 

Agradecimientos

Esteban Durán León

Leyre Arrieta Alberdi

 

 

Bibliografía

El Desaparecido Hospital de San Lázaro de la Magdalena de Mutriku. Una aproximación a nuestra historia. Mutriku Udala. Leyre Arrieta Alberdi. 1996

 

Entziklopedia Wikipedia en Euskera

Manuel Solórzano Sánchez. Erizaintzako Gradua

https://eu.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez#Ibilbidea

Día 27 de octubre de 2022, jueves

 

La Voz de Enfermería en la Enciclopedia Auñamendi

Primera parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190

Segunda parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190/132780

 

El legado del enfermero Manuel Solórzano. Antton Iparraguirre. Artículo del Diario Vasco de San Sebastián. Lunes, 7 de agosto de 2023

https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/historia/legado-enfermero-manuel-solorzano-enfermeria-gipuzkoa-donostia-blog-manuel-solorzano-20230807210304-nt.html

 

Manuel Solórzano Su Legado Enfermero. Publicado el lunes día 4 de septiembre de 2023

https://enfeps.blogspot.com/2023/09/manuel-solorzano-su-legado-enfermero.html

 

Noticias de Gipuzkoa domingo 14 de abril de 2024. Mí décimo tercer libro.

Una Gota de Leche para los niños donostiarras

https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2024/04/14/gota-leche-ninos-donostiarras-8108257.html

 

Manuel Solórzano: curioso y defensor de su profesión

https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2024/04/14/manuel-solorzano-curioso-defensor-profesion-8108387.html

 

Foto 9 Pintura de la farmacia del Hospital Saint-John. Óleo sobre tabla. Philipe Jacques van Bree 1786 - 1871

 

 

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Premio a la Difusión y Comunicación Enfermera del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa 2010

Director y Miembro del Blog de Historia de Enfermería “Enfermería Avanza”

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro Supernumerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Comisión de Historia de la Enfermería del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa / Gipuzkoako Erizaintza Elkargo Ofiziala

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa. Años 2019 y 2022

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020 y 31 de diciembre de 2022

Premio a la Visibilización de la ACEB. 15 de mayo de 2024. Deusto Bilbao

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