2 de abril de 1918
Foto 1 “Paisaje de Hernani” representa una vista panorámica parcial de Hernani. A la derecha de ella, sin pintar, quedaría la parte monumental de la ciudad. En primer plano, a la izquierda, se puede ver el puente viejo y detrás el monte Adarra, sobre el cual quedan todavía restos de nieve, que indican que la obra fue llevada a cabo en la estación invernal. Darío de Regoyos y Valdés. 1900. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen en Málaga
Según recogen los periódicos históricos del suceso que sucedió el día 2 de abril de 1918 en Hernani a causa de unos enfermos contagiados de viruela que el gobernador civil quería que fuesen trasladados desde el barrio de Lasarte al Hospital de Hernani que se encontraba en aquella época en la Iglesia de la Milagrosa de Hernani.
Una epidemia de viruela era algo impensable para la clase alta de San Sebastián; por lo que se decidió que lo mejor sería trasladarlos de Lasarte donde se encontraba el Hipódromo a la Villa de Hernani.
Los periódicos históricos consultados son los del día 3 de abril de 1918: La Voz de Guipúzcoa. Diario Republicano. El Pueblo Vasco. Diario Independiente. El Liberal Guipúzcoano. Diario Político Independiente. Y La Información. Diario Gráfico Independiente de la Mañana.
En el Hospital de Hernani
La Villa de Hernani no recibe a los variolosos
La Villa de Hernani no recibe a los enfermos variolosos, en una respuesta masiva del pueblo, no quieren tener en dicha Villa a los enfermos con la enfermedad de la viruela y exigen a las autoridades que no dejen que lleguen dichos enfermos al Hospital de Hernani en La Milagrosa (1).
Hemos de empezar por lamentarnos de qué por malas interpretaciones, aunque por muy plausibles móviles como son los de la defensa de respetabilísimos intereses locales, ocurriesen ayer en la Villa de Hernani hechos que, aunque no tuvieron fatales consecuencias, pudieron haber acarreado un día de luto.
No nos creemos en la necesidad de demostrar a la liberalísima Villa de Hernani, donde tenemos nuestros buenos amigos y a la cual nos complacemos en distinguir con nuestro cariño, que ninguna animosidad nos guía contra ella.
Muy por el contrario, al hacernos eco ayer de cuanto oímos en centros oficiales, no sólo nos limitamos a repetir estrictamente lo que oíamos, sino que procuramos atenuar el grave aspecto que presentaba la cuestión para no echar leña al fuego y para que todo se arreglase -con afortunadamente así ha sucedido- de la mejor manera posible y sin derramamiento de sangre.
Los amigos que desde Hernani nos comunicaron ayer sus impresiones, han de hacernos el señalado favor de ponerse en nuestro caso y ver que en un asunto de tal gravedad no nos era lícito, nos lo impedía nuestro propio decoro, falsear la verdad. ¡El problema era de excepcional importancia!
Hoy, solucionado el grave conflicto, tenemos una de nuestras mayores satisfacciones al proclamar que Hernani ha sabido defender valientemente su vida, y que las autoridades superiores, al hacerse cargo de la razón moral que asistía al pueblo de Hernani, han procedido muy bien, puesto que no es un sistema de gobierno el de la fuerza sino el de la contemporización y la transacción. Pudo haber sido el de ayer un día trágico para una población digna de todo cariño, como Hernani.
¿No lo fue? Pues felicitémonos de ello, y felicitemos también a cuantos contribuyeron a este resultado (1).
Las autoridades municipales de Hernani hicieron observar al gobernador civil la imprudencia de trasladar el foco de la infección de un lado a otro, pero se encontraron con la actitud intransigente del gobernador, el cuál contó con el apoyo de cierta prensa y acaso por ciertos elementos muy interesados en que los espectáculos hípicos del recientemente inaugurado hipódromo, no fueran suspendidos a causa de la epidemia. Hay que recordar que estamos en los años de la “Belle Époque” y lo que la epidemia podría perjudicar a la imagen de la ciudad dado el turismo de la Alta Sociedad que se congregaba en Donostia y que acudirían habitualmente al Hipódromo o a jugar al club de golf de Lasarte (6).
Foto 2 Iglesia de La Milagrosa en Hernani. Fue Hospital de Hernani en 1918. Foto: Mertxe Intxausti Liceaga, 25 abril 2024
Muy de mañana vino a San Sebastián una nutrida comisión de Hernani, compuesta por respetables elementos de todas clases sociales y de todos los partidos políticos. No se trataba pues del Ayuntamiento, sino del pueblo entero de Hernani. Esa comisión conferenció con nuestro alcalde señor Mariano Zuaznávar, suponemos que, para recabar auxilio de elementos higiénicos, y no pudo conferenciar con el gobernador civil señor Juan Pavía y Fernández del Fino, porque esta autoridad se había trasladado a Tolosa, donde el Ayuntamiento esperaba su oficial visita.
Regresó a Hernani la comisión, donde el pueblo entero la esperaba en actitud completamente resuelta y decidida a que los enfermos variolosos de Lasarte no entrasen en su Hospital. Hay que tener en cuenta que, contra lo que se dijo en un principio, en Hernani, no hay ni ha habido un solo caso de viruela y que el llevar a su Hospital a los seis variolosos de Lasarte, lo consideraba su vecindario como un atentado a su salud y a sus intereses (1).
En la defensa de una y otros estaban resueltos los habitantes de Hernani a llegar a donde fuese preciso y, por tanto, la situación era grave.
En esta situación, llegó la hora del comienzo del traslado de los enfermos variolosos del barrio de Lasarte a la Villa de Hernani. Eran aproximadamente las once de la mañana.
El jefe de la policía, señor Andrés Coll Pérez, que se trasladó a Hernani, comunicó por teléfono al gobernador civil señor Juan Pavía y Fernández del Fino, que se hallaba en Tolosa. Dijo el policía señor Coll que las campanas de la iglesia de Hernani habían tocado a rebato, que en la carretera habíanse construido algunas barricadas con muebles, maderos, toneles y alambres para interceptar el paso a los vehículos que pudiesen llegar desde Lasarte y que la actitud del pueblo era poco tranquilizadora (1).
Entonces el gobernador civil encargó por teléfono al teniente coronel de la Guardia Civil, señor Narciso Portas, que se trasladase a Hernani. El señor Narciso Portas montó a caballo con un escuadrón de 40 agentes y salió con dirección a aquella Villa, encontrando en sus inmediaciones a un carruaje que conducía desde Lasarte a uno de los enfermos, leve por fortuna, y que era un inglés de los que prestan sus servicios en el Hipódromo de Lasarte.
El señor Narciso Portas ordenó detener el carruaje y él siguió hasta Hernani, donde conferenció con el alcalde. Éste le dio cuenta de la actitud del pueblo -que ya había visto claramente el señor Narciso Portas- y prometió una solución inmediata y urgentísima, como se necesitaba ahora: el Ayuntamiento de Hernani, a cambio de que no le llevasen allí a los enfermos variolosos, ofrecía construir en veinticuatro horas, con la cooperación de todo el pueblo de Hernani, un Hospital «Docker» en un sitio próximo a Lasarte, donde ya en el año 1885 hubo un “lazareto” análogo, para coléricos (1).
Estando conferenciando, avisaron que el Hospital de Hernani estaba ardiendo, lo cual afortunadamente no era verdad, pero pudo serlo. Del Hospital de Hernani se habían sacado a todos los enfermos, los muebles, los ornamentos y todo lo que había, en suma, y todas las paredes, puertas, ventanas, etc., fueron rociadas con petróleo, poniéndose el edificio en disposición de arder por los cuatro costados, antes que recibir a los enfermos variolosos de Lasarte.
El jefe de la Benemérita tenía allí algunas fuerzas a sus órdenes, que hubieran impedido o procurado impedir al menos el incendio del Hospital de Hernani, pero el señor Narciso Portas, cuyo comportamiento es digno de todo elogio, prefirió los temperamentos de prudencia, e inmediatamente dio la orden a los conductores de los carruajes que llevaban a los enfermos variolosos que habían salido de Lasarte y que estaban en la carretera, que se volvieran para Lasarte, poniéndose él al habla con el gobernador civil señor Juan Pavía y Fernández del Fino.
Foto 3 Hospital de Hernani en la Iglesia de La Milagrosa. Foto del Diario Vasco del artículo: 2 de abril de 1918... la revolución (7)
La conferencia fue muy corta y en ella se habló, poco más o menos, lo siguiente: «Señor gobernador: En Hernani está grave la situación. El pueblo entero se opone a que se lleven a su Hospital a los enfermos variolosos de Lasarte y está dispuesto a quemar el Hospital por los cuatro costados. Yo, cumpliendo mi deber, me comprometo a llevar al Hospital a los enfermos y a impedir la quema del edificio, pero he de advertir a V. E. que será preciso el derramamiento de sangre en hombres, mujeres y niños».
Además, el alcalde de Hernani señor José María Ubarrechena, ofrece solucionar este asunto en veinticuatro horas, construyendo un pabellón de madera sistema «Docker» para albergar en él a los enfermos.
El gobernador le contestó que antes de llegar al derramamiento de sangre, era preciso buscar y llegar a una solución y, puesto que Hernani la daba, no se sacase a ningún enfermo de Lasarte. Con este comunicado, renació la tranquilidad.
La Madre Superiora Sor Patrocinio y las monjas del Hospital de Hernani pasaron ayer muy malos ratos ante el temor de que el pueblo quemase el edificio. La Superiora telefoneó a la Reina doña María Cristina, al presidente del Consejo y al ministro de la Gobernación, contando lo que ocurría.
El señor Antonio Maura se puso al habla con ella y la dijo: ¿Tienen las autoridades noticias de lo que ocurre?
Si, señor, contestó a alarmada Hermana.
Pues entonces, la dijo el presidente, puede estar usted tranquila, que nada ocurrirá.
Ayer noche estuvimos un rato con el gobernador civil señor Juan Pavía y Fernández del Fino, en cuyo despacho estaban el alcalde de San Sebastián Mariano Zuaznávar, y el jefe de la Guardia Civil Narciso Portas, quienes nos dieron todos los informes que anteceden.
Foto 4 Foto antigua de Hernani
El gobernador civil estaba un tanto disgustado por el cariz que habían tomado los acontecimientos, aunque estaba satisfecho por no haber habido el menor derramamiento de sangre.
Puede usted estarlo, le dijimos. El sostener hoy violentamente el principio de autoridad; el haber llevado contra viento y marea los enfermos variolosos de Lasarte a Hernani, hubiera dejado muy en alto su entereza, pero hubiera proporcionado un día de luto en toda Guipúzcoa.
Además, Hernani, reconociendo la necesidad de aislar a estos enfermos contagiosos que hay en su término municipal, ofrece un local admitido por la ciencia, con todos los servicios necesarios. ¿Se van a perder veinticuatro o tal vez cuarenta y ocho horas? Vale más eso, que el que a estas horas hubiera unos cuantos vecinos de Hernani en el cementerio y otros en la cárcel. Crea el señor gobernador civil, que hoy puede dormir tranquilo.
Foto 5 Su Majestad la Reina María Cristina con las Damas Enfermeras de la Cruz Roja. Foto del periódico El Pueblo Vasco página 3 del 6 de agosto de 1918
Según se nos comunicó anoche, se había llevado madera de San Sebastián para la construcción rapidísimamente del Hospital «Docker». Nos parece muy bien, y para ayudar a la acción de las autoridades vamos a recordarles: Qué en Irún, y en los pabellones del cuartel, debe existir, desmontado y pudriéndose, un hospital de esa clase, que se levantó cuando la última epidemia colérica en el extranjero y que aquí en San Sebastián, y tal vez no lo sepa el señor alcalde, que hay otro Hospital «Docker» en el Hospital Civil San Antonio Abad (8), en la Avenida de Navarra, y las cosas se emplean cuando son necesarias y hacen falta.
Y también ayer, bajo la presidencia del alcalde se reunió la Junta de Beneficencia Municipal con el director del Hospital Civil San Antonio Abad, doctor Modesto Huici (9), y se acordó intensificar la vacuna contra la viruela, que además es gratuita, y aconsejar a las clases pudientes y a las clases trabajadoras que se revacunen con sus respectivos Practicantes y médicos.
El martes dos de abril de 1918, se vacunaron entre Lasarte, el Hipódromo y los lugares próximos más de ochocientas personas (1).
Foto 6 Mujer recibiendo la vacuna contra la viruela. Ricardo Martín. Diciembre de 1920 Hospital Civil San Antonio Abad
ESTABAN EN LO JUSTO
El Pueblo de Hernani se manifiesta enérgicamente
Hay que reconocer que por mucha prisa que nos demos los donostiarras en remediar nuestros males nos damos bastante más en ocultarlos. Es la táctica del silencio. ¿No es natural que un emigrante traiga cualquiera infección forastera? Pues no se puede decir, porque esto perjudica a la ciudad: ¿Qué dirán en otras playas? (2).
Con esta consideración ingenua se obliga al silencio de sucesos de los que no es responsable la ciudad. Ello da lugar a rumores de creciente inverosimilitud, cuando la verdad, lealmente proclamada, no sólo atajaría las exageraciones, sino que evitaría la despreocupación cuando la magnitud del caso exigiera medidas personales.
Según nuestras noticias, un vecino de la provincia de Ávila ha importado la viruela al vecino barrio de Lasarte dependiente del municipio de Hernani. El foco del contagio se ha extendido en una proporción que no conocemos exactamente. ¿Qué mancha arroja esta importación infecciosa sobre el prestigio de la pulcra Guipúzcoa, de la higiénica Donostia? (2).
Sin embargo, se ha tratado de encubrir el caso como si se tratara de una infamia. Por nuestra parte nos sacudimos la parte de complicidad a la que por mala costumbre estamos obligados. En Lasarte hay cinco o seis casos de viruela benigna. Sépalo y vacúnese todo el mundo (2).
Se nos había dicho que inmediatamente se tomaron disposiciones higiénicas para toda la población. Por parte del inspector provincial de Sanidad no lo dudamos. Conocemos su celo. Pero siempre habíamos creído que la medida inmediata en caso de epidemia es el aislamiento; y no es que pretendamos incomunicar el barrio de Lasarte, pero no es prudente callar la epidemia y fomentar la atracción hacia el foco de contagio. ¿Por qué no se han suspendido las carreras de caballos en el Hipódromo? (2).
Foto 7 Carreras de caballos en el hipódromo de San Sebastián. Ricardo Martín, 1918
Lasarte era un barrio simpático y apacible de Hernani que fue sorprendido por la instalación del Hipódromo. No estaba preparado para recibir a tanto jockey, mozos de cuadra y demás profesionales que componen el pequeño mundo del “turf”. Esto ha determinado cierta congestión que indudablemente ha influido en la extensión del contagio. Uno de los atacados es un jockey. El pueblo está íntimamente ligado al Hipódromo y éste recibe dos o tres veces a la semana un contingente más o menos numeroso de espectadores de San Sebastián.
Al consentir la celebración de las carreras de caballos mientras persista el foco de contagio de viruela, se ha favorecido la propagación de la infección que es muy contagiosa. Esta tolerancia negligente ha podido hacernos bastante daño. No sabemos si nos lo ha hecho.
El gobernador civil señor Juan Pavía y Fernández del Fino, dispuso que los enfermos variolosos de Lasarte fueran trasladados al Hospital de Hernani, de cuyo Municipio depende el citado barrio.
Aquel Hospital, como los de casi todos los pueblos, son más bien asilos de ancianos y niños desvalidos. Por lo tanto, nos parece lamentable que esta medida gubernativa se redujera a trasladar en carruajes el foco infeccioso de un poblado a otro, sin que con él se obtuvieran mayores garantías de aislamiento. Verdad es, eso sí, que de este modo los espectadores que acuden al Hipódromo jugarían a “ganador” con un poco más de tranquilidad.
Foto 8 Capilla del Hospital de La Milagrosa de Hernani. Foto: Pascual Marín
Esto explica bastante la excitación del vecindario de Hernani. Aún se explica más recordando que por otra infección importada de unos enfermos de tifus, hace unos pocos años, que se puso injustamente en duda la salubridad de este maravilloso pueblo de Hernani. Y nadie duda que las excelencias de su clima y las bellezas de su situación, hacen que se vea constantemente favorecido por muchas familias donostiarras y veraneantes que allí tienen su residencia, Hernani estaba dispuesta a luchar en legítima defensa por su prestigio y sus intereses (2).
El mal efecto que en el pueblo hernaniarra produjo la disposición gubernativa de anteayer a la tarde, se había transformado ayer mañana en una temible indignación popular: ¿qué había ocurrido? Cuantas veces hemos querido conferenciar con nuestro corresponsal, una censura inesperada interrumpía la comunicación.
En un principio nos hablaron de la socorrida “avería telefónica”; más tarde era la prohibición terminante de hablar de este asunto. ¿Es que también andaban por Hernani los famosos “elementos extraños” de que se había en cuanto cuatro o cinco hombres se permiten elevar la voz? ¿Es que la violenta protesta de ayer formaba parte de algún vasto complot anarquista de esos de veinte duros? Si es así, confiamos en que se habrá sofocado con la incomunicación de anoche que no permitió transmitir la noticia a Madrid ni a provincias.
Por referencias de testigos y otros informes de distintos orígenes, hemos podido saber cuanto ayer ocurrió en Hernani. Por la mañana vinieron comisiones del Ayuntamiento y de las Juntas de Beneficencia y Sanidad para protestar ante el gobernador civil señor Juan Pavía y Fernández del Fino, de sus disposiciones relativas al traslado de los enfermos variolosos. Aquel Hospital no reune las condiciones especiales para ello. Era de temer el contagio de los ancianos y niños allí acogidos. Podían levantarse en otro sitio unos pabellones provisionales. El pueblo de Hernani estaba un poco nervioso…
El gobernador civil Juan Pavía y Fernández del Fino, que ostentaba el título de Conde de Pinofiel, se había marchado a Tolosa para visitar oficialmente aquel Ayuntamiento, los comisionados de Hernani tuvieron que regresar, bastante enojados. Hemos oído decir que el Jefe de Policía, señor Andrés Coll Pérez, mantuvo ante ellos una actitud poco conciliadora.
Cuando el pueblo de Hernani supo el poco éxito de sus comisionados, la excitación aumentó. Pero al saberse que los enfermos variolosos iban a llegar de un momento a otro, se desató el furor popular.
No fue la indignación de una plebe inculta., no fue la sacudida ciega de la turba. El pueblo de Hernani, tan caracterizado por sus luchas políticas, se había unido estrechamente para protestar con la urgencia que el caso tan grave requería. La agitación fue comunicándose y acrecentándose de uno en otro, llegando a una violencia que las autoridades no pudieron contener.
La indignación alcanzó a todas las clases sociales, haciéndose notar entre los más exaltados algunas distinguidas señoras y personas de reconocida sensatez que no pudieron sustraerse a la excitación general. Tenemos entendido que las campanas del pueblo tocaron a rebato.
Bien pronto se levantó a la entrada del pueblo una imponente barricada de troncos de árboles, vigas, carruajes y todo lo que podía oponerse a la entrada de los enfermos variolosos. Los ancianos y los niños del Hospital de Hernani fueron recogidos en distintas casas particulares y el pueblo rocío de petróleo el edificio dispuesto a incendiarlo antes que consentir el alojamiento de los atacados por la viruela.
Foto 9 Los obreros abandonarían sus puestos de trabajo para formar barricadas en las entradas de dichas carreteras, y a la vez el vecindario de Hernani saldría a la calle. Foto página 19 de Hernani y la Epidemia de Viruela. 2 de abril de 1918
Cuando estos llegaron en un carricoche acompañados del personal de Sanidad, el pueblo salió al encuentro más indignado que nunca, gritando desaforadamente. ¿Por qué se traía aquel triste convoy? ¿Por qué no se les aislaba en el mismo Lasarte sin extender el contagio a otros poblados? ¿Por qué no se levantaban allí mismo unos pabellones provisionales?
Pronto llegaron fuerzas de la Guardia Civil a caballo, mandadas por el teniente coronel Narciso Portas. Este conferenció telefónicamente con el gobernador civil, que se encontraba en Tolosa. Mientras tanto el pueblo dirigía despachos de protesta al presidente del Consejo, al ministro de la Gobernación y al marqués de Santillana, diputado por el distrito. Se nos ha dicho que la Madre Superiora Sor Patrocinio de las religiosas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que trabajaban en el Hospital de Hernani, conferenció directamente con el Presidente del Gobierno Antonio Maura. El jefe de Gobierno aconsejó la construcción inmediata de los pabellones a la salida de la Lasarte.
A todo esto, el gobernador civil, seguía desde Tolosa las incidencias del motín. El teniente coronel de la Guardia Civil le comunicó qué cumpliendo sus disposiciones, se comprometía a alojar a los enfermos variolosos en el Hospital de Hernani y a preservar el edificio de la indignación popular, pero advertía que se vería en la necesidad de hacer uso de las armas, con un gran derramamiento de sangre.
Por otra parte, José María Ubarrechena, alcalde de Hernani, prometía construir en veinticuatro horas un Hospital «Docker». En vista de esto, el gobernador civil dispuso que volvieron los enfermos variolosos a Lasarte.
Y esto fue todo como ocurrió (2).
Anoche, el conde de Pinofiel nos recibió en su despacho a los periodistas media hora antes que la hora de costumbre. Por la amabilidad de un colega sabemos que relató las incidencias del motín en la forma que arriba transcribimos.
Foto 10 Médicos y Practicantes del Hospital Civil San Antonio Abad de San Sebastián. Foto: Pascual Marín
Añadió que el Hospital «Docker» se está construyendo cerca de Lasarte, en el mismo punto donde se emplazó otro análogo en 1885 con motivo de la epidemia colérica. Conociendo la actividad celosa del señor José María Ubarrechena, era de esperar que el alcalde de Hernani no perdiera el tiempo.
A primera hora de la tarde del día 2 de abril ya teníamos noticia de que el alcalde andaba con un equipo de carpinteros en plan de levantar un pabellón de aislamiento. El alcalde de la invicta villa no ha descansado hasta conseguir su propósito, solucionando el conflicto.
El gobernador civil se mostró anoche disgustado por el giro súbito de los acontecimientos, que pudo traer un día de luto para el pueblo de Hernani. Con haberlo evitado el conde de Pinofiel se considera satisfecho, aunque para ello haya tenido que dejar sin efecto sus disposiciones de la víspera. Compartimos su criterio y su satisfacción.
Y he aquí por donde los sucesos vulgares se convierten en motines terribles. Ha habido unos casos de viruela benigna en Lasarte. Es decir, una insignificancia fácilmente atajable, sin ruido, sin comentarios, sin motines. Y la prisa con que se quería expulsar a los enfermos variolosos de las proximidades del Hipódromo ha determinado aquella revuelta de ayer y esta información de hoy que dilatamos tanto, más bien por la importancia del comentario que por la insignificancia de su motivo real (2).
Foto 11 “Villa Artazcoz” Lazareto-hospital en la última epidemia europea de cólera, nido de espías en la Primera Guerra Mundial. El Ayuntamiento de Hondarribia lo adquirió en 1981 para dedicarlo después a Hogar del Jubilado con el nombre de “Kasino Zaharra”. Ricardo Martín. Hondarribia, 1918
Medidas Higiénicas
Para combatir rápidamente la viruela, de cuya epidemia ha aparecido un pequeño foco de infección en Lasarte, se han tomado por las autoridades sanitarias las más enérgicas medidas sanitarias para conjurar el peligro y extinguir la epidemia en breve plazo.
Ayer fueron vacunados todos los habitantes de Añorga y Zubieta, así como los individuos de la Guardia Municipal de San Sebastián y personal de algunas dependencias municipales.
Foto 12 El Pueblo Vasco. Diario Independiente. Año XVI. Número 6.502. Página 2 del miércoles día 3 de abril de 1918
Bajo la presidencia del alcalde de San Sebastián el señor Mariano Zuaznávar, se reunió a mediodía la Junta Municipal de Beneficencia. Asistió también a la reunión el director del Hospital Civil de San Antonio Abad, el doctor Modesto Huici.
En la reunión se tomaron diversos acuerdos relacionados con la adopción de disposiciones higiénicas.
Como de ordinario, el próximo domingo 7 de abril de 1918, primero de mes, se procederá por el negociado de Higiene Municipal a la vacunación pública y gratuita.
Hoy o mañana se darán a conocer y se distribuirán los boletines de vacuna, que contienen instrucciones de carácter práctico y utilitario. Estas instrucciones van redactadas en castellano y vascuence (2).
Convocada una reunión con el Ayuntamiento de Hernani, la Junta de Sanidad y la Junta de Beneficencia, en donde se acordó:
1.- No admitir a dichos enfermos contagiados de viruela (todavía se recordaba la epidemia de Tifus de 1913 - 1914, que en Hernani ocasionó la muerte de muchas personas).
2.- Desde la torre de la Iglesia Parroquial se vigilaría la venida de coches desde Lasarte, y al toque de las campanas, los obreros abandonarían sus puestos de trabajo para formar barricadas en las entradas de dichas carreteras, y a la vez el vecindario saldría a la calle.
3.- Formar una Comisión con representantes de las tres entidades citadas y personalidades de la localidad, y cuyo objetivo era entrevistarse de nuevo con el Gobernador y dar una solución al conflicto (6).
Después de los sucesos de Hernani
Manifestaciones del alcalde señor Ubarrechena
Ayer tuvimos ocasión de conversar con el alcalde de Hernani José María Ubarrechena, quien nos ha confirmado los puntos esenciales de nuestra información de ayer, aclarando al mismo tiempo otros extremos interesantes que reproducimos con imparcialidad. Sólo como justa aclaración hemos de publicar estas explicaciones, ya que en el interés y la tranquilidad de todos está el no volver sobre sucesos tan unánimemente lamentados.
Hace unos días se presentó al señor Ubarrechena el inspector de Sanidad Municipal de Hernani para darle cuenta que había comunicado al inspector de Sanidad provincial la aparición de dos casos de varioloide en Lasarte, en la casa llamada “Lizarraga”. Al mismo tiempo explicó las medidas adoptadas de localización, vacunación general, etc. Estas medidas obtuvieron la conformidad de los alcaldes de Hernani y de la Junta permanente constituida en este último barrio de Lasarte para ejecutar dichas medidas.
Pero luego se presentaron dos casos más en la misma casa. Las autoridades y el vecindario comenzaron a preocuparse hondamente; y se pensó en un local apropiado para aislar a los atacados de viruela. En esto se presenta un quinto caso: el alguacil del pueblo, hombre de 44 años que habitaba en el segundo piso de la Casa concejil, ocupando un cuarto dormitorio interior que comunica por una ventana con el local destinado a Escuela pública de niñas.
Lo más indicado era aislar a los enfermos variolosos en la escuela, puesto que con más facilidad se encontraría un local apropiado para Escuela que no un local adecuado para Hospital de infecciosos. El alcalde conferenció con el maestro y éste se entrevistó con el inspector de Enseñanza; el cual se negó a dar la llave del local.
Foto 13 Personas esperando en la cola para recoger alimentos en la calle Aldamar de San Sebastián al lado de la sucursal de la Caja de Ahorros Municipal y el mercado de la Bretxa. Foto: Ricardo Martín, 1918
Al saberlo el alcalde de Hernani, llamó por teléfono al gobernador civil explicándole la necesidad de ocupar las Escuelas. El gobernador contestó que no le parecía justo ni razonable convertir las Escuelas en Hospital de infecciosos; a pesar de lo cual llamaría al inspector de Sanidad para que se entrevistase con el alcalde de Hernani. A la media hora estaban conferenciando los dos, acordándose que el inspector de Sanidad solicitara del de Enseñanza la ocupación de las escuelas.
El alcalde de Hernani recibió más tarde un telefonema del gobernador anunciándole que al día siguiente visitaría el barrio de Lasarte acompañado del inspector de Sanidad. Después de esta visita realizaron otra al Hospital de Hernani; y el resultado fue disponer el traslado de los enfermos variolosos a dicho Hospital por entender que reunía las condiciones necesarias.
Aunque siempre dispuestos a catar las órdenes de sus superiores, el alcalde y el inspector de Sanidad Municipal hicieron observar que no les parecía prudente el traslado de los enfermos variolosos del barrio de Lasarte a Hernani, dejando allí un local que en su creencia estaba en mejores condiciones.
Foto 14 Foto 9 Fiesta en Hernani. El Ayuntamiento de la localidad acordó celebrar en un día, varias fiestas para conmemorar la infausta fecha del 2 de abril, cuando el gobernador civil, conde de Pinofiel pretendía trasladar de Lasarte al pabellón de infecciosos del Hospital de Hernani, a los seis enfermos atacados por la viruela y qué debido a la actitud enérgica de los vecinos y autoridades de la villa, dicha orden no pudo llevarse a cabo. Para conmemorar dicho día y tributar el homenaje merecido a las “Hermanas de la Caridad” que prestan sus servicios en el hospital, se descubrió una placa conmemorativa de los sucesos de abril y el lugar pasó a llamarse “Avenida del 2 de abril”. A continuación, hubo una procesión, solemne misa, concierto, partido de pelota, banquete en el Paseo de los Tilos, Aurresku de honor y por la noche, cine público y bailables. Fotógrafo: Ricardo Martín. Fecha:1 junio 1918
Añadió el alcalde que antes de aceptar tal responsabilidad con posible perjuicio del casco del pueblo, habría de conferenciar con el Ayuntamiento, la Junta de Sanidad y la Junta de Beneficencia. A las siete y media de aquella noche se celebró la reunión en la Casa Consistorial donde se presentó todo el vecindario, enterado de lo que se gestionaba. Después de discutirse ampliamente, marchó a San Sebastián una Comisión de cuarenta personas formada por representantes de las tres entidades y algunos notables de la villa.
En vano intentaron y suplicaron ver al gobernador civil. Eran las ocho y media de la noche, y el conde de Pinofiel se había retirado a sus habitaciones. Los comisionados se entrevistaron con el inspector de Sanidad para rogarle que intercediera cerca del gobernador; tampoco tuvo éxito esta intercesión, a pesar de que la Comisión se contaba con ser recibida al día siguiente, antes del traslado de los enfermos.
Foto 15 Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, enfermeras y personal con el alcalde Mariano Zuaznávar en el “Hospital San Antonio Abad” de San Sebastián donde se descubrió una lápida en memoria de la enfermera Leona Arcans fallecida por un contagio en el ejercicio de sus funciones. Ricardo Martín. 30 octubre 1916
El inspector de Sanidad se puso, amable y deferente, a disposición de los comisionados para buscar alguna solución, pero advirtiendo que carecía de autoridad para tomar ni ejecutar acuerdo propio. El señor Sebastián propuso varias soluciones. Una era trasladar los enfermos aquejados de viruela al Hospital Civil de San Antonio Abad de San Sebastián, pero se tropezaba con un acuerdo de la Junta que no admite enfermos forasteros.
Otra solución consistía en adquirir una barraca «Docker» muy cómoda para los enfermos infecciosos; y en caso de que no accediera a ello el Ayuntamiento o la Junta de Beneficencia, compraría el material y construiría un nuevo barracón en las afueras del barrio de Lasarte en un sitio adecuado que designara el inspector de Sanidad.
Muy agradecidos, los comisionados regresaron a Hernani cerca de las dos de la madrugada, en un tranvía especial, citándose para las ocho de la mañana en el Gobierno Civil. A dicha hora, la Comisión expuso al jefe de policía su deseo de ser recibida por el gobernador civil para solucionar el asunto en bien de todos.
La respuesta fue que no había más solución que la propuesta por la primera autoridad gubernativa. Los comisionados esperaron a la puerta, esperando que les oiría el gobernador al salir para hacer su anunciado viaje de inspección a Tolosa. Pero el gobernador desapareció por otra puerta.
En vista de que se rehuía una solución amistosa del asunto, se enviaron despachos a Palacio, al presidente del Consejo, al ministro de la Gobernación y al diputado de distrito. Al regresar a Hernani hubieron de bajar del tranvía antes del apeadero de Oriamendi para calmar al vecindario que había salido a esperarles, excitadísimo ante la inminencia del traslado d ellos enfermos variolosos.
Foto 16 Guardia Civil a caballo en la Alhóndiga de Pasai Antxo. Ricardo Martín, 1920
Lo demás es bien conocido. Llegó la Guardia Civil a caballo y se enteró del asunto. Comprendiendo su gravedad, se puso al habla con el gobernador civil que se encontraba de inspección en Tolosa. Hubo conferencias telefónicas entre el conde de Pinofiel y el señor Ubarrechena que terminaron con la promesa, por parte de éste, de proceder inmediatamente a la construcción de un pabellón. A pesar del mal tiempo, comenzaron activamente los trabajos.
El pueblo de Hernani se muestra profundamente reconocido a la actitud conciliadora e inteligente del teniente coronel de la Guardia Civil, que evitaron una jornada luctuosa. Hemos oído palabras de expresiva gratitud para su comportamiento. A ellas unimos las nuestras al expresar aquí el agradecimiento del pueblo hernaniarra (3).
Una nota del Alcalde Señor Ubarrechena
El alcalde nos recomendó ayer la publicación de la siguiente nota:
“El Excelentísimo Ayuntamiento de esta ciudad tiene establecido el servicio de vacunación y revacunación de un modo perfecto y regular. Los primeros domingos de cada mes, en los locales de las Escuelas de Viteri, en el barrio de Gros de San Sebastián; Casa de Socorro del barrio del Antiguo (10) y Laboratorio Municipal en la calle Garibay, antigua fábrica de tabacos, se vacuna y revacuna gratuitamente a cuantos se presentan por los señores Practicantes y facultativos municipales (3).
Foto 17 Se hallan impresas las siguientes prescripciones. El Pueblo Vasco. Diario Independiente. Año XVI. Número 6.503. Página 3 del jueves día 4 de abril de 1918
Al propio tiempo se hace entrega de un libro talonario, una certificación de la vacunación o revacunación, en cuyo dorso se hallan impresas las siguientes prescripciones:
1.- La viruela es la enfermedad más repugnante y contagiosa.
“Baztanga edo naparroya da gaitz nazkagarriena eta pegakorrena”.
2.- La vacunación es el remedio más eficaz para evitar esta enfermedad.
“Chertua da erremediorik onena gaitz au alde egiteko”.
3.- Debe revacunarse cada ocho años cuando menos, por qué la acción de la vacuna no dura más que ese tiempo.
“Zortzi urtetik bein, ehertatu edo chertuberritu bear da, zergatik chertuak indarra galtzen du denbora ori pasa ezkero”.
4.- En los países donde la vacunación es obligatoria, no se padece nunca la viruela.
“Chertua, nai eta nai ez, edo derrigorrian egitendan erriyetan, ez dute baztanga beñere izaten”.
5.- La existencia de la viruela es la gran vergüenza de un pueblo. Vacunémonos, pues, todos, pobres y ricos.
“Edozein erriyetako lotza aundiya da baztanga izaeta. Chertatu gaitezen bada guztiok, aberatzak eta pobreak” (3).
Foto 18 Es digna de todo aplauso la idea del Ayuntamiento de San Sebastián de utilizar las “Escuelas Munipales de Viteri” de Gros para la vacunación de la viruela y también como “hospitalillos”, descongestionando así esas míseras buhardillas en que gimen acosados y hacinados por la enfermedad de la grippe y por el hambre los infelices desheredados de la fortuna.
Las certificaciones tienen por objeto que puedan los señores industriales de todos los órdenes, desde el industrial panadero a la modista, y los particulares todos coadyugar a la campaña higiénica que el Ayuntamiento viene haciendo e intensificar en estos momentos con solo exigir a los obreros, a los dependientes, a los criados y criadas, a todo el que preste un servicio, las justificaciones de hallarse vacunado o revacunado.
Con tan insignificante molestia, si cuanto tiende al bien común puede significarla, será infinitamente provechosa la campaña emprendida.
Hasta aquí la nota del señor Alcalde. Ahora por nuestra cuenta, una pregunta: ¿no se podría, ahora, para facilitar la vacunación gratuita destinar uno o dos días semanales, además de los primeros domingos de cada mes?
Creemos que, en los momentos actuales con la viruela en nuestras puertas, estaría muy indicado.
Foto 19 Campaña de la vacuna antivariolosa. Se vacunaron a 273 personas en el “Laboratorio Químico Municipal”, en la “Casa Socorro” del Antiguo y en las en las “Escuelas Viteri” de Gros. 1918
Informe del Gobierno Civil
El vecindario de Hernani recobró ayer, totalmente, la tranquilidad. La actitud turbulenta del día anterior, fue la expresión clara y determinante de su hostilidad a la decisión gubernativa de que los atacados de viruela de lasarte, fueran colocados en el Hospital de aquel pueblo.
El alcalde de Hernani ofreció ayer que se construiría en veinticuatro horas un pabellón aislado, para instalar en él a los enfermos variolosos. Sabemos que el pabellón estará terminado hoy mismo al mediodía.
Las impresiones de los médicos son sumamente satisfactorias. Se cree que con las medidas adoptadas y las que se pondrán en práctica hoy, la enfermedad de la viruela quedará localizada y será prontamente extinguida.
No se ha registrado ningún caso más. Los enfermos variolosos son en total siete y ninguno se encuentra en estado grave.
Gentes alarmistas -a las que con este incidente se ha dado alas- han hecho circular la especie de que también en el Hospital Civil San Antonio Abad de San Sebastián hay atacados de viruela. No ocurre tal cosa. Solamente se encuentra en observación un obrero, que trabajaba en Añorga y a quién se ha colocado en uno d ellos pabellones «Docker» que hay en dicho hospital. Esto nada significa, ni justifica que se hagan circular infundios.
Foto 20 A primera hora de la tarde del día 2 de abril ya teníamos noticia de que el alcalde de Hernani andaba con un equipo de carpinteros para levantar un pabellón de aislamiento. El alcalde de la invicta villa no ha descansado hasta conseguir su propósito, solucionando el conflicto. El Hospital «Docker» en un sitio próximo a Lasarte, donde ya en el año 1885 hubo un “lazareto” análogo, para enfermos coléricos. Ricardo Martín, 2 de abril de 1918
Como medida de precaución se recomienda la revacunación. El consejo ha sido tan bien aceptado que ayer se agotó la linfa de vacuna que había en San Sebastián. Hoy se recibirá más cantidad para atender a todos los que soliciten la vacunación.
Insistimos en afirmar que no hay razón ninguna para sentir alarma. Si en Lasarte se han extremado las precauciones es por el tránsito de personas que determinan las carreras de caballos en el Hipódromo; tránsito que podía ser vehículo conductor de la repugnante enfermedad.
Anoche supo el gobernador civil que en Irún hay un pabellón «Docker» desmontado, que podría utilizarse para colocar a los enfermos variolosos. Tiene el propósito, el conde de Pinofiel, de ver si puede ser trasladado, por si es mejor que el pabellón de madera que se está construyendo entre Lasarte y Hernani (3).
Foto 21 Hospital de aislamiento en Irún, inaugurado para enfermos infecciosos, anexo a la Estación Sanitaria fronteriza y construido por el Estado. El nuevo hospital, enclavado en el barrio de Lapice, próximo a Elizatxo, constaba de un cuerpo central y dos pabellones dirigido por el doctor don Alberto Anguera. Ricardo Martín, 6 de septiembre de 1923
Según nos relata en otro artículo sobre el día 2 de abril de 1918
La indignación alcanzó a todas las clases sociales. El vecindario entero (hombres, mujeres, niños y niñas) se lanzarían a la calle para salir, en caso de que llegase, al paso de la comitiva.
A la entrada al pueblo, junto al convento de las Agustinas, fue levantada una gran barricada de troncos de árboles, vigas, toneles, carros, etc. Un electricista cortó un cable de alta tensión y se colocó atravesando la calle. Las mujeres, reviviendo gestas de otras guerras, prepararon pucheros de aceite hirviendo para después los hombres, desde los tejados de Zinko-Enea, arrojarlas a las fuerzas de escolta de la guardia civil e impedir que la comitiva llegase a Hernani.
Los ancianos y niños acogidos en el Hospital fueron alojados en casas particulares y después se roció el edificio con petróleo, dispuestos, en última instancia, a incendiarlo antes de consentir el alojamiento de los enfermos de viruela. La Madre Superiora de las monjas, Sor Patrocinio, intentó hablar telefónicamente con la Reina María Cristina.
Esta decisión incrementó la tensión existente y así cuando, el día 2 de abril, los vigías apostados en Santa Bárbara y en la Torre Parroquial avistaron en Galarreta el primero de los coches sanitarios que desde Lasarte se dirigían a Hernani, todas las campanas tocaron a “rebato” y el pueblo se dispuso para la lucha. La reacción fue inmediata. Los maestros y los niños y las niñas se colocaron en primera fila seguidos del pueblo en masa (6).
Después de todo lo sucedido, el gobernador civil tuvo que dimitir y Hernani se libró del traslado de los enfermos de viruela; en una postura que desde otros lugares cercanos llegó a catalogarse como insolidaria (6).
Foto 22 Mujer recibiendo la vacuna contra la viruela. Ricardo Martín. Diciembre de 1920 Hospital Civil San Antonio Abad
Bibliografía
01.- La Voz de Guipúzcoa. Diario Republicano. Año XXXIV. Número 11.735. Página 1 del miércoles día 3 de abril de 1918
02.-El Pueblo Vasco. Diario Independiente. Año XVI. Número 6.502. Página 2 del miércoles día 3 de abril de 1918
03.- El Pueblo Vasco. Diario Independiente. Año XVI. Número 6.503. Página 3 del jueves día 4 de abril de 1918
04.- El Liberal Guipúzcoano. Diario Político Independiente. Redacción y Administración, calle Santa Catalina número 3 de San Sebastián. Año IV. Número 1.001. Página 1 del miércoles 3 de abril de 1918
05.- La Información. Diario Gráfico Independiente de la Mañana. Año III. Número 571. Página 1 del miércoles día 3 de abril de 1918
06.- Hernani y la Epidemia de Viruela. 2 de abril de 1918
07.- 2 de abril de 1918... la revolución. San Joan Konpartsa recrea lo sucedido hace 100 años, parte de la historia de Hernani. Una pequeña revolución de un pueblo valiente. Diario Vasco del sábado 23 de junio 2018
08.- Hospital San Antonio Abad o de Manteo 1960. Su cierre. Publicado el lunes días 5 de julio de 2021
https://enfeps.blogspot.com/2021/07/hospital-san-antonio-abad-o-de-manteo.html
09.- Modesto Huici Zalacaín In Memoriam. Clínica Nuestra Señora de las Mercedes. San Sebastián. Publicado el martes día 4 de abril de 2023
https://enfeps.blogspot.com/2023/04/modesto-huici-zalacain-in-memoriam.html
10.- Casa de Socorro del Antiguo y los Practicantes. Publicado el martes día 26 de marzo de 2024
https://enfeps.blogspot.com/2024/03/casa-de-socorro-del-antiguo-y-los.html
Agradecimientos
Esteban Durán León
Mertxe Intxausti Liceaga
Enciclopedia Wikipedia
Manuel Solórzano Sánchez. Grado en Enfermería
https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez
Día 20 de octubre de 2022, jueves
La Voz de Enfermería en la Enciclopedia Auñamendi
Primera parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190
Segunda parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190/132780
El legado del enfermero Manuel Solórzano. Antton Iparraguirre. Artículo del Diario Vasco de San Sebastián. Lunes, 7 de agosto de 2023
Manuel Solórzano Su Legado Enfermero. Publicado el lunes día 4 de septiembre de 2023
https://enfeps.blogspot.com/2023/09/manuel-solorzano-su-legado-enfermero.html
Noticias de Gipuzkoa domingo 14 de abril de 2024. Mí décimo tercer libro.
Una Gota de Leche para los niños donostiarras
https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2024/04/14/gota-leche-ninos-donostiarras-8108257.html
Manuel Solórzano: curioso y defensor de su profesión
Foto 23 Varón recibiendo la vacuna contra la viruela. Vicente Martín. Dispensario Médico de Santa Isabel. Gratuito para los Pobres de San Sebastián. 7 de diciembre de 1920
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Premio a la Difusión y Comunicación Enfermera del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa 2010
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro Supernumerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)
Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA
Comisión de Historia de la Enfermería del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa / Gipuzkoako Erizaintza Elkargo Ofiziala
Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa. Años 2019 y 2022
Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020 y 31 de diciembre de 2022
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