IMPOSICIÓN
DE LA MEDALLA DE LA CRUZ DE BENEFICENCIA
Carmen Resines
Gardeazábal. En San Sebastián, en la sesión del
Pleno municipal del 30 de junio de 1925 fue nombrada, junto a Josefina Olóriz Arceluz, concejala del
Ayuntamiento de San Sebastián por designación del alcalde José Antonio
Beguiristain, durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera. En la lista de
concejales figuraban dieciocho hombres y dos mujeres.
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1 Grupo de concejales del Ayuntamiento de San Sebastián con Carmen Resines
Gardeazábal. 1924. Foto Pascual Marín
El
Pleno fue histórico pues Carmen Resines Gardeazábal
y Josefina Oloriz Arceluz fueron las
primeras
mujeres de toda España en ocupar el cargo de concejal. En 1929 fue la primera
mujer en ocupar el cargo de Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de San
Sebastián (1).
Ayer Sábado día 11 de marzo de 1922 en el Hospital de la Cruz Roja
de San Sebastián
Imposición de las insignias de la Cruz de Beneficencia a
la señorita Carmen Resines
Fue
el acto que presenciamos ayer, de lo más simpático y verdaderamente
emocionante.
Pocas
veces la caridad y el altruismo de una mujer tiene, ocasión de exteriorizarse
como en el acto que dio motivo a la agradable fiesta que ayer presenciamos, en
un precioso saloncito adornado con gusto y sobria elegancia, del Hospital María Cristina del barrio del
Antiguo de San Sebastián (2).
La
señorita Carmen Resines, enfermera
inteligente de la Cruz Roja, cedió un trozo grande de piel (cuanta creyó
conveniente el cirujano) para cerrar la puerta a la infección de un semejante,
sin vacilar, sin esperar recompensa al menos en la tierra, sin preocuparse del
peligro que corría, quien sabe si para tener un recuerdo íntimo é imperecedero
de la buena acción, cada vez que viera su brazo (3).
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2 Carmen Resines en el Pueblo Vasco del domingo 12 de marzo de 1922. Foto Marín
Así,
enunciando escuetamente el hecho, queda elogiada la altruista Dama Enfermera,
¿para qué buscar adjetivos ampulosos? Por grande que sea la dádiva, por
desinteresada y cuantiosa la limosna, aun cuando ella consistiera en partir el único
pan que tuviéramos para darlo al necesitado; por incómodo y meritorio que sea
el privarse del sueño por aliviar o consolar a un enfermo, ¡echarse sobre la
mesa de la sala de cirugía y dejar su piel para íntimo abrigo del semejante, es
algo excepcional, digno de excepcional premio!
La
Iglesia llevó a los altares a un francés por partir su capa y dar la mitad a un
desnudo, para que las inclemencias atmosféricas no hicieran enfermar al
desgraciado. ¿Qué hará con el humano que deja rajar la capa de sus carnes para
evitar a su semejante la forzosa infección y hacerle posible la vida? (3).
Pocas
veces siente el escritor de cosas mundanas la falta de adjetivos encomiásticos,
como en la ocasión presente. ¡Los han empleado tan sin ton ni son para incesar
actos pseudonobles como los caricaturizados por el gran Benavente en una de sus
bellas obras, periodistas y escritores de todos matices!...
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3 Hija de la Caridad, Carmen Resines, Obispo de Vitoria Mateo Múgica, junto a
los concejales de San Sebastián Resines, Olóriz, Orueta y Romero. Enfermeras
con niños. 1929. Foto Pascual Marín
El
senador del Reino por Guipúzcoa, don José
Elósegui, pronunció sentidas y elocuentes palabras, después de elogiar la
acción mundial de la Cruz Roja, dijo que la acción de la homenajeada, no
solamente la honraba a ella, sino a la institución toda, a la que pertenecía,
haciendo votos de que termine la triste causa de su actuación en el mundo.
Un
soldado Luis Longás (un simpático
catalán) leyó un tierno escrito compuesto por varios hospitalizados con las
firmas de todos ellos. El soldado entregó, en su nombre y en el de sus
compañeros, un ramo de flores con la cinta de los colores nacionales (3).
Presidió
el acto en nombre de S. M. la reina doña Victoria Eugenia, la vicepresidenta de
Damas de la Cruz Roja, doña Inés
Brunetti y le acompañaron las autoridades civiles y militares, el
presidente de la sección de Caballeros, don Joaquín Pavía, el director de la Institución doctor Luis Egaña y presidente del Comité
Antituberculoso, doctor Mariano Echauz.
Actuaba de secretaria doña Luisa
Lizariturry.
Entre
los concurrentes vimos a las Hermanas de la Caridad (cuya obra de constante
sacrificio de puro es sabida, no es bastante tomada en consideración), las
Damas Enfermeras, practicantes, Junta de Señoras, asociadas y alumnas,
sacerdotes y numerosos médicos militares y civiles.
Los
que con mayor emoción y entusiasmo presenciaban el conmovedor homenaje, eran
los valientes muchachos hospitalizados que, al representar a las diversas
regiones a que pertenecen, compendiaban el unánime aplauso de la nación, a la
caridad de la mujer española. Rafael
Larumbe, periodista (3).
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4 Personal sanitario en la escalera de la Maternidad de San Sebastián, 1933
CARMEN RESINES GARDEAZÁBAL
UN
HOMENAJE MERECIDO
En
el hospital de la Cruz Roja Miramar, celebróse ayer la ceremonia de imponer la
Cruz de Beneficencia a la señorita Carmen Resines.
No
necesitaba la señorita Resines cruces ni condecoraciones oficiales para
realizar su figura de mujer abnegada. Por muy enemiga que ella sea de la
exhibición personal. San Sebastián conoce su espíritu de sacrificio y las
vicisitudes de su corazón de madrecita tierna y compasiva de los que sufren.
Aunque ella ha tratado de ocultarlos, han trascendido ciertos rasgos que la
colocan entre las mujeres de la estirpe de la Nightingale.
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5 Carmen Resines con concejales del Ayuntamiento de San Sebastián en el Paseo
Nuevo. 1929. Foto Pascual Marín
Los
médicos del Hospital de la Cruz Roja solicitaron para ella, a pesar suyo, la
Cruz de Beneficencia, y por espontánea decisión de todo el personal del mismo
tuvo lugar el acto de ayer, sencillo y elocuente (4).
Ante
una concurrencia, en que figuraba todo el personal del Hospital, los enfermos
hospitalizados en el mismo y distinguidas Damas de nuestra buena sociedad, leyó
la secretaria de la Asociación de la Cruz Roja el oficio de concesión de la
Cruz de Beneficencia y una expresiva carta de S. M. la reina Victoria Eugenia, felicitando a la
señorita Resines por la distinción a que se había hecho acreedora. A
continuación, pronunció el senador por Guipúzcoa señor Elósegui un largo
discurso lleno de conceptuosos elogios para la homenajeada.
La
concurrencia dio pruebas inequívocas de compartir en un todo la admiración del
señor Elósegui pro la labor benéfica de la señorita Resines (4).
El
soldado Luis Longás Torres pronunció
en nombre de todos los soldados hospitalizados en la Cruz Roja unas sentidas
frases, exteriorizando el cariño de todos a la señorita Resines y entregándola,
como recuerdo del día de ayer, un artístico pergamino, obra del dibujante Domingo Bontigui.
También
le fue entregado a la obsequiada un espléndido ramo de flores.
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6 Celebración de un acto religioso en el exterior del Hospital de la Cruz Roja
de San Sebastián. Hijas de la Caridad y Damas Enfermeras. 1944. Foto Pascual
Marín
Encabezaron
el homenaje doña Inés Brunetti, los
doctores Luis Egaña, Mariano Echaud, comandante de Marina,
el gobernador militar, señor Rezola, el presidente de la Audiencia y el señor
Paulino Caballero.
En
suma una fiesta sencilla y conmovedora, justo premio a los desvelos de una
admirable mujer: Carmen Resines (4).
MATERNIDAD DE SAN SEBASTIÁN
Sesión
del día 5 de agosto de 1930, a la seis de la tarde.
Asistencia: Juan
José Prado, Presidente y Alcalde de San Sebastián. Los vocales Juan José
Gurruchaga, José Miguel Zatarain, Rafael Arcelus, José Aizpurua y José Antonio Beguiristain.
El Médico – Director Juan María Arrillaga. El Arquitecto Ramón Cortazar y el
Director Bonifacio de Furundarena.
También se
acordó, de conformidad con las indicaciones del Sr. Beguiristain, designar a la
señorita Carmen Resines (Primera
concejal del Ayuntamiento de San Sebastián y de España) y a Agustín Brunet para
que con el carácter de asesores actúen en esta Comisión Especial. Firmado el
Presidente y Secretario (5).
FOTO 7 Matronas,
enfermeras, médicos y practicantes de la Maternidad de San Sebastián. 1933
Sesión
del día 12 de agosto de 1930, a la seis de la tarde.
Resaltar que: el
secretario procedió a la lectura del acta de la sesión anterior aprobada por
unanimidad, y leyó a continuación el oficio de la señorita Carmen Resines, de
fecha siete de los corrientes, aceptando el cargo de asesora de esta comisión
especial. El problema nuevo planteado era si realizar un edificio o dos
separados.
La señorita Carmen Resines se mostró conforme en un
todo con las teorías sustentadas por el Dr. Arrillaga, pues como Tesorera que
era de la Cruz Roja de San Sebastián, había podido comprobar en más de una
ocasión, que los servicios esparcidos en pabellones separados resultaban de un
coste muchísimo mayor. Por ello se mostró partidaria de las posiciones de un
solo edificio por ofrecer mayores ventajas (5).
El 11 de
noviembre en la sesión de la Comisión Especial, el Sr. Arrillaga manifestó que había
hablado con la Madre Superiora de las Hijas de la Caridad del Hospital de San
Antonio Abad, a la que le expuso el presupuesto que oportunamente fue presentado
por la señorita Carmen Resines,
habiendo sacado en consecuencia, que podría obtenerse alguna economía sobre los
precios presupuestados. Le indicó la citada Madre Superiora que las casas que
surtían al Hospital eran generalmente: las de Lasagabaster, Villa
de Madrid, Brunet y Cia. y Echeverría Hermanos,
y que le aconsejó la compra por piezas, dando las mismas para la confección de
prendas, con lo que se obtenía una economía bastante importante (5).
LA
DAMA ENFERMERA
La Dama
enfermera antes de decidirse a serlo ha de reflexionar seriamente, ya que su
misión será muy difícil. Necesita unos conocimientos sólidos, teóricos y
prácticos, piadosa abnegación, espíritu de severa disciplina, cristiano amor al
prójimo, dulzura atrayente y paciencia ejemplar e inagotable con los enfermos y
que vale más no ser enfermera que serlo sólo de nombre (6).
La mujer posee
cualidades que le dan el privilegio de endulzar los dolores y pone su corazón
fácilmente de acuerdo con la razón cuando desea consagrarse al cuidado de los
enfermos. Desde luego ha de reconocer la necesidad de someterse en el Hospital
o Dispensario a una rigurosa disciplina en tiempos de guerra y de una buena
organización en el Dispensario en tiempo de paz,
La Dama
enfermera cuando está bien instruida, colabora de la manera más útil al trabajo
de los médicos y cirujanos, siendo ella la que ha de responder de la perfección
y seguridad del material de curas y muy especialmente en las salas de
operaciones donde su papel es más indispensable aún.
La Dama
enfermera ha de saber cómo se prepara todo el material de curas y como se
ejecutan estas, estar familiarizada con todos los detalles técnicos. Es
necesario, también, que esté plenamente convencida que, en la manera de hacer o
colocar un vendaje, estriba el que se eviten accidentes locales, como dolores,
hemorragias y complicaciones infecciosas (6).
Promesas de la Dama
Enfermera
La Dama
enfermera se conformará con dormir, si es preciso, en el suelo, sin exigir
comodidad de ninguna clase.
La Dama
enfermera no hará por si, bajo ningún pretexto, ninguna cura ni modificación de
vendaje, ni pondrá ninguna inyección, etc., sin consultarlo con el Médico que
esté de Jefe del puesto (6).
Me comprometo a
servir de todo corazón a los que se hallen en tratamiento en el hospital o
dispensario al que yo pertenezca (6).
FOTO 8 La Cruz
Roja en acción. Revista Nuevo Mundo 11 de julio de 1895
No cesaré nunca
de esforzarme en el mejor cumplimiento de la misión que me ha sido confiada.
Me comprometo
solemnemente a no divulgar los hechos de que yo tenga noticia acerca de la vida
privada de mis enfermos.
Reconozco la
dignidad y grandeza de la misión que he aceptado. Ningún trabajo es trivial e
indigno en la lucha contra la enfermedad y preservación de la salud.
Me comprometo a
servir con lealtad y obediencia a aquéllos bajo cuya dirección estoy colocada.
Que nunca en el cumplimiento de mis funciones me falten la paciencia, la bondad
y la comprensión (6).
FOTO 9 Hospital
Gran Casino. Damas Enfermeras de la Cruz Roja de San Sebastián. 1924
Agradecimientos:
Anna Arregui Barahona
Eneko E. Oronoz.
Investigador. Áncora. Asociación para la Conservación del Patrimonio
Ion Urrestarazu Parada.
Documentalista. San Sebastián
Pedro
Cano Abadía. Documentalista.
San Sebastián
Mikel
G. Gurpegui.
Periodista. Diario Vasco. San Sebastián
Biblioteca
Municipal de San Sebastián
Biblioteca
Nacional de España
Kutxateka
Bibliografía
1.-
Diario Vasco de San Sebastián.
2.-
Hospital María Cristina de San Sebastián. Escuela de Damas Enfermeras de la
Cruz Roja de San Sebastián. Publicado el sábado día 18 de febrero de 2017
3.-
El Pueblo Vasco. Domingo 12 de Marzo de 1922, página 1
4.-
La Voz de Guipúzcoa. Domingo 12 de Marzo de 1922, página 2
5.-
Maternidad de San Sebastián. La Casa de Maternidad Municipal de San Sebastián,
1933. Publicado el viernes día 25 de noviembre de 2016
6.- La dama Enfermera. Enfermería y Cruz
Roja. Vidas Paralelas. Publicado el día 19 de marzo de 2009
Autor:
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en
Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San
Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro
de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de
Enfermería Avanza
Miembro de Eusko
Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la
Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la
Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro no
numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
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