TRABAJO DE FIN DE GRADO EN ENFERMERÍA 2014 -
2015
FOTO 1 Portada del trabajo y
contraportada, foto tomada en el Muzeum Schindlera de Cracovia (Polonia)
AUTORES:
Lucía Caballero Sánchez. Graduada en Enfermería por la Escuela Universitaria
de Enfermería Salus Infirmorum de Cádiz (adscrita a la UCA). lucia.cs1501@gmail.com
Rodrigo Gutiérrez López. Graduado en Enfermería por la Escuela Universitaria
de Enfermería Salus Infirmorum de Cádiz (adscrita a la UCA). rodrovw@hotmail.com
Tutor: Francisco Glicerio Conde Mora
RESUMEN
Nuestro proyecto de investigación
consiste en el estudio histórico sobre la sanidad y el personal sanitario que
participó ejerciendo como tal en el contexto de la Alemania Nazi del Tercer
Reich (1933 - 1945).
Lo enmarcaremos en el Tercer
Reich pero haremos una visión global de aspectos como la sanidad y la ética,
desde el auge del Nazismo hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945).
Este proyecto consistirá tanto en el estudio del trabajo sanitario llevado a
cabo en estos años, como de la ética por la que se regían dichos actos
profesionales y su repercusión en nuestra profesión enfermera actualmente.
Dejando desde un principio claro
que no somos afines a la ideología Nazi y que no aprobamos ni justificamos
ninguno de los actos que se llevaron a cabo bajo ésta, intentaremos dar
respuesta a algunas preguntas. Cuestiones sobre qué de nuestra ética
profesional actual debemos a los sanitarios de aquella oscura época y cómo se
ha llegado a las premisas que guían el quehacer de los profesionales de la
salud de nuestros días.
Con nuestro Trabajo Fin de Grado queremos reflejar la importancia que tiene
para nosotros la rama investigadora y la Bioética en la enfermería y en el
trato con los pacientes. Conocer sus orígenes y saber su gran valor, nos
ayudará a recordar la importancia que debemos dar siempre a la vida humana y a
no perder nunca de vista el aspecto humanístico de nuestra vocación.
FOTO 2 Lucía Caballero y Rodrigo
Gutiérrez
ABSTRACT
Our investigation project is a history research
about the health service and the health staff who participated in the context
of Nazi Germany during the Third Reich (1933-1945).
We will frame it in the Third Reich but, also we
will do a global view about health and ethics, since the rise of Nazism to the
end of Second World War (1939-195). This project will consist in two
researches: on one hand, about the health works carried out in those years and,
on the other hand, about the ethics by which those professionals works were
governed and its repercussion in our nursing profession nowadays.
In first instance, we must clarify that we are
not according to Nazi ideology and we don’t approve or justify no act guided by
this ideology. Questions about what of our current professional ethics we must
acknowledge to health professionals of those dark era and how it has come to
the premises that guide the professional health works nowadays.
With our degree project we want highlight the importance
of the investigation and the Bioethics, from our point of view, in the nursing
and in the patient care. Know its provenience and its great value is very
important because it will help us to remember always the value that we must
give to human’s life and never lose sight the humanistic facet of our vocation.
Palabras clave / Keywords:
FOTO 3 Palabras clave
1.- INTRODUCCIÓN
1.1.- Justificación
¿Todo lo que hicieron los Nazis
fue negativo? ¿Fueron decisivos sus actos en la enfermería moderna? ¿Aportaron
algo positivo? ¿Es consciente la sociedad de la influencia de los Nazis en la
sanidad actual?
Este tipo de preguntas son las
que nos hicimos a la hora de estudiar este tema.
La cuestión Nazi es complicada y
muy extensa, centro de numerosas controversias, pero no nos asusta ahondar en
ella, para demostrar que aunque es negativo y desagradable, también se puede
sacar algo positivo, dejando muy claro que no justificamos ningunos de los
actos cometidos bajo esta ideología, con la cual no estamos de acuerdo.
SIGLAS Y ABREVIATURAS
FOTO 4 Siglas y abreviaturas
Por otro lado, con nuestro
trabajo, pretendemos demostrar que la sanidad que actualmente conocemos no
siempre ha tenido el mismo carácter humanista sino que, a lo largo de esta
parte de la historia, fue irónicamente lo contrario, un periodo de gran
oscuridad, ya que era una sanidad mal interpretada, sin tener en cuenta al
paciente ni sus derechos.
Una ironía que los Nazis llevaban
a casi todos los ámbitos. Haciendo alusión a la frase “Arbeit macht frei” (el trabajo os hará libre), que recibía a los
presos en algunos campos de concentración y exterminio prometiendo buenos
augurios, era todo lo contrario: hambre, trabajos hasta la extenuación y
sanidad precaria (1).
Sabiendo que Florence Nightingale es considerada la madre de la enfermería
contemporánea, al implantar los pilares básicos del cuidado a los enfermos
durante la guerra de Crimea (1853 - 1856) y salvando cientos de vidas con estas
medidas, consideramos que es importante resaltar la influencia posterior que
tuvieron en los cuidados de salud
actuales los actos llevados a cabo por los sanitarios de ideología Nazi. Estos
eran totalmente contrarios a todo lo demostrado por Florence Nightingale unos cien años antes, estableciendo un punto de
inflexión y una ruptura con todo lo anterior.
Somos conscientes de que el tema
sobre los experimentos Nazis (la experimentación humana), el trato que recibían
los prisioneros, la ideología que regían estos actos, etc. y todos los temas
que componen nuestro objeto de estudio, son bastantes recurrentes y que están
muy estudiados por parte de profesionales que dedican su vida por entero a la
investigación de todo lo relacionado con la Alemania Nazi y el holocausto
(Shoa), pero no queremos ser presuntuosos a la hora de presentar nuestro
estudio. Con el estudio de estos documentos y a través de estas páginas
queremos ahondar en el aspecto ético y en las conclusiones éticas a las que se
han llegado a partir de esta barbarie, o más bien, en las repercusiones que ha
tenido en la sanidad actual la ética Nazi, o para ser más exactos la ausencia
de toda ética humana por la que se regían estos actos.
Creemos que es importante, no
solo para la enfermería sino para cualquier rama sanitaria, conocer de dónde
procede la ética por la que cualquier profesional sanitario debería guiar su
quehacer profesional, una bioética tal y como la conocemos hoy en día que tiene
su origen, a nuestro parecer, en estos horribles actos y que es tan importante
para nuestra profesión.
A través del estudio de cada uno
de nuestros capítulos, nos damos cuenta que la ideología Nazi, no es que
careciese de ética como tal, sino que la bioética que conocemos no estaba
presente. Fue a partir de los famosos Juicios
de Núremberg y sus posteriores conclusiones recogidas en los Códigos de Núremberg (1947), base de la
Declaración de los Derechos Humanos
y la Declaración de Ginebra (1948),
cuando comienza la bioética a imponerse en la práctica profesional de los
sanitarios.
Anteriormente, aunque todo profesional
debía respetar el Juramento Hipocrático,
durante casi todo el régimen Nazi, la única ética por la que se regían estos “profesionales” podíamos decir que fue la
Ley del más fuerte, la pureza de la especie o la selección natural de Darwin
“deformada”, y así, tomando estas ideas como pretexto justificaban todas sus
acciones aterradoras.
Un perfecto reflejo de esto, lo
encontramos en los famosos campos de concentración y exterminio
(Konzentrationslager, “KL” o” KZ” y Vernichtungslage) durante la Segunda Guerra
Mundial (1939 - 1945). Como sabemos los Nazis contaban con tres tipos de campo:
Los de exterminio, los de concentración y los de labor o trabajo, los cuales se
podrían relacionar con algunos de los temas más importantes que se tratan hoy
en día en Bioética como son la Eutanasia, la Eugenesia y la Distanasia.
A nuestro parecer de estos actos
no solo se consiguieron datos médicos de relevancia para la medicina actual,
sino que incluso de manera más significativa, se obtuvieron aspectos éticos de
incalculable valor para toda la rama sanitaria, y es en este aspecto donde
queremos centrar toda nuestra investigación.
Citando al filósofo
hispano-estadounidense George Santayana:
“Aquellos que no recuerdan el pasado
están condenados a repetirlo”, frase expuesta en el antiguo Campo de
Auschwitz I, queremos destacar la importancia de lo anteriormente expuesto y de
reconocer la influencia que ha tenido y tiene en nuestra profesión (2).
1.2.- Contexto Histórico
El contexto en el que se
desarrolla nuestro trabajo abarca los periodos de entre guerras y la Segunda
Guerra Mundial (II GM), la cual comienza el 1 de septiembre de 1939 y termina
el 2 de septiembre de 1945, con la victoria del bando de los Aliados. A este
conflicto se llega por diversas causas y la combinación de todas ellas, desde
el Tratado de Versalles en 1919, los Totalitarismos, el Crack del 29, las
Alianzas, etcétera; hasta el afán imperialista, el patriotismo en su máxima
expresión y los intereses económicos.
Tras el fin de la Primera Guerra
Mundial (IGM) el 11 de noviembre de 1918 y con la creación de La Sociedad de
Naciones (organismo internacional formado con la intención de restablecer la
paz y las relaciones internacionales entre los países que lo constituían), se
firma el Tratado de Versalles en París el 28 de junio de 1919, tratado el cual
no contentó a todos los países implicados en él.
Alemania, parte vencida en el
conflicto, consideraba desproporcionadas las medidas que debió firmar:
indemnizaciones muy elevadas por el pago del daño de guerra, la pérdida de más
de un tercio de su territorio y la desmilitarización del país entre otras. Todo
esto sumió al país en una extrema pobreza e hirió profundamente el orgullo
alemán, lo que provocó un gran impulso al sentimiento patriótico.
Italia, uno de los países
vencedores de la IGM, no recibió tantos territorios como esperaba, lo que junto
al pésimo estado de la economía de postguerra en el país, extendió el desánimo
popular y el resentimiento contra las potencias vencedoras del conflicto. Por su
parte Japón, también parte vencedora la de IGM, se encontraba igualmente
insatisfecho con el poder geográfico recibido tras el conflicto.
En este contexto de descontento
las ideologías totalitarias fueron ganando adeptos en el marco Europeo. Los
totalitarismos en Alemania e Italia, con Hitler (nazismo) y Mussolini
(fascismo), y el comunismo en Rusia con Stalin. Corrientes ideológicas que
tienen en común el unipartidismo, el control central y la represión de
libertades, aunque sus sistemas políticos sean muy distintos. En Japón está
establecido el Imperio Japonés de Yoshihito hasta 1926, cuando lo sucede su
hijo Hiroito, de características totalmente totalitarias muy afín a los
fascismos europeos.
Paralelamente, en el marco
Europeo, tras la IGM y la fundación de la SDN, se quiso reforzar la paz Europea con la firma de los Pactos de Locarno
el 16 de octubre de 1925, firmados por Bélgica, Checoslovaquia, Francia,
Alemania, Reino Unido, Reino de Italia y Polonia. Estos acuerdos, que estaban
destinados a salvaguardar la paz en Europa garantizando un arbitraje
obligatorio en caso de conflictos entre dichos países, debían aplicarse bajo el
amparo de la SDN, en la que Alemania fue admitida en 1926.
Con el auge de los ideales
totalitaristas, en Alemania había surgido un nuevo partido de extrema derecha,
el partido Nacionalsocialista (NSDAP) o más conocido como el partido NAZI (3).
FOTO 5 Enfermeras de día, nazis y
asesinas de noche
Hay autores que sugieren que este
partido fue fundado en las bases de una asociación secreta denominada “Sociedad
Thule”, la cual nació en 1919 en Baviera a raíz de la derrota alemana
en la IGM con ideas ultra nacionalistas, socialistas y racistas, orientada a la
dominación mundial, y cuyos miembros formarían la élite del NSDAP. Consultado
en: Montiel, M. (2013) El enigma de la bandera. Societas: Revista de Ciencias
Sociales y Humanísticas, 15(2) 90-91. Universidad de Panamá: Editorial
Universitaria Carlos Manuel Gasteazoro (1)
Al frente de este partido se
encontraba un joven y decepcionado militar de la IGM, Adolf Hitler. Este joven
militar de la Alemania de entreguerras, estaba totalmente en desacuerdo con el
sistema político implantado en el país al terminar la IGM en 1918, la República
Semipresidencialista de Weimar, y se sentía absolutamente traicionado por
aquellos a los que él consideraba culpables de la derrota Alemana: comunistas,
socialistas, republicanos y sobre todo la comunidad judía. Hitler no confiaba
en la política que llevaba a cabo el gobierno ni en sus estrategias, como el
contraer deudas económicas con EEUU para sacar al país de la crisis.
Este préstamo propició un
apreciable auge en la economía de la República de Weimar que esperanzó al
pueblo. No así a Hitler ni a sus seguidores, que creían que estas medidas más
tarde traerían problemas al país. No estaban del todo equivocados, ya que el 24
de octubre de 1929 se produjo la caída de la bolsa de Nueva York, conocida como
“el Crack del 29”. Este día EEUU se sumió en una profunda crisis
económica la cual les obligó a exigir el pago de los préstamos que habían
concedido al gobierno de Weimar. Esto supuso un durísimo golpe para la economía
germana y arrastró al país de nuevo a la más profunda miseria y desesperanza,
como ya había predicho Hitler años atrás.
El pueblo Alemán quedó hundido en
un absoluto desconsuelo y descontento social con el sistema político,
encumbrando la figura de Hitler como la salvación del pueblo alemán, pareciendo
un “profeta” y recuperando los miles de adeptos que había perdido el partido
tras el fallido golpe de estado del 8 de noviembre de 1923, conocido como “El Putsch de Munich”. Acto que llevó a
su dirigente a la cárcel durante nueve meses en abril de 1924, tiempo que
aprovechó para escribir su libro “Mein
Kampf” (Primera edición en 1925) en el cual plasmó las ideas por las que se
regirán todos los actos del partido, convirtiéndose en la biblia del movimiento
NAZI.
Durante los años 20, Hitler había
ido adquiriendo más y más poder en Alemania. Tanto es así que, ya en abril de
1925 se había fundado las SS (Schutzstaffel o Compañía de Defensa), organismo
que se crea a partir de las SA (Sturmabteilung o Tropas de asalto, la cual fue
fundada en 1921 por el NSDAP como protección y defensa del partido y cuya
verdadera función fue un activismo violento del partido a favor de la causa
NAZI), como una organización paramilitar encargada de la guardia y protección
personal de Hitler, aunque con los años se convierte en una de las
organizaciones mayores y más importantes dentro del Tercer Reich, como iremos descubriendo
más adelante en nuestros capítulos.
Al llegar los años 30 Hitler era
una importante figura política y presentándose como la única esperanza de una
Alemania de desempleo y austeridad en la que se había implantado un sistema de
recortes. Adolf y su círculo de poder tenían totalmente pensada la estrategia
para hacerse con el poder en Alemania y subvertir el sistema parlamentario.
Consiguieron hacerse con el favor de la gran parte de la opinión pública
gracias a su aparato de propaganda, dirigido por uno de sus mejores apoyos,
Joseph Goebbels. Su mecanismo propagandístico había aprovechado la fragilidad
de la sociedad Alemana para hacer grande a su partido. Gracias a su gran
campaña plebiscitaria y junto con la oratoria de Hitler y su carisma, el NSDAP
se había hecho con el favor del alemán medio que se creía sin un futuro. Por
otro lado, sus métodos violentos de amedrentamiento de sus adversarios por
parte de las SA, también ayudo al populismo. Tras el hundimiento de la bolsa de
Wall Street en 1929 y el grandísimo deterioro de la economía alemana, el NSDAP
aprovechó para hacer hincapié en uno de sus mayores objetivos, los judíos. Lo
que hizo calar en la gente la idea de una conspiración internacional de los
judíos para hacerse con la economía y que por tanto, los culpables de sus miserias
eran ellos.
La crudeza de los acontecimientos
y el éxito de la propaganda nazi se vieron reflejados en la urnas el 14 de septiembre
de 1930 cuando el partido consiguió alcanzar los 107 escaños en el Reichstag,
solo 36 representantes menos que el partido en el poder socialdemócrata
encabezado por el presidente Paul von Hindenburg (4). Esto empuja a Hitler y
Goebbels a aumentar su actividad en las calles, organizando grandes
concentraciones del partido en todas las ciudades alemanas, convirtiéndolas en
un gran escaparate de la unidad y lealtad del partido a su sentimiento
patriótico, actos en los que se empezada a vislumbrar el lado pseudo-religioso
del partido en el que ahondaremos más adelante.
FOTO 6 Evolución del partido de
Hitler. Enfermeras nazis usan rayos UV, para aclarar el pelo a los niños
alemanes y ponerlos rubios. El general Rommel saluda a unas enfermeras alemanas
en 1943
Tras las elecciones de 1930,
Heinrich Brüning, el Canciller de Alemania en estos años de crisis, no contaba
con todos los apoyos parlamentarios por lo que empezó a gobernar por Decretos;
cosa que aunque no contentó a los alemanes, lo ayudó a aguantar en el poder
hasta que en Mayo de 1932 dimitiera. Esto obligó a Hindenburg a nombrar a Franz
von Papen en su lugar para dirigir el gobierno de una Alemania sumida ya en una
debacle económica insostenible. Todo este proceso, y después de intensificar
aún más si cabe sus maniobras para exaltar la figura de Hitler, gracias a
Joseph Goebbels y a Heinrich Hoffman (su fotógrafo personal), hizo que el
pueblo alemán viera al partido Nazi como garantía de orden y disciplina. Ya no
solo agricultores, pequeños empresarios y la clase media alemana estaban a
favor del movimiento Nazi, sino también parte de las personas más reconocidas
en Alemania como militares, empresarios y universitarios, es decir, se había
hecho con la Mittelstand (5). A
partir de este momento, el NSDAP ganó todas las elecciones que se convocaron
hasta 1933, pero nunca contó con suficiente apoyo en el parlamento para
gobernar (6).
No fue hasta el 30 de enero de
1933 cuando Hitler, tras la dimisión del último Canciller del partido del
centro, el general von Schleicher, y una implacable presión hacia el presidente
alemán (incluso por parte de su parte de su propio hijo Oscar von Hindenburg y
el ex-canciller von Papen), fue nombrado Canciller de Alemania por el mariscal
Hindenburg.
Aunque ya es Canciller, Hitler no
contaba con la mayoría de escaños, por lo que su primera decisión al llegar al
poder fue presionar al mariscal von Hindenburg para que disolviese el
parlamento y convocase nuevas elecciones para el próximo marzo. Entonces el 27
de febrero de este mismo año, se produjo el famoso y oportuno incendio en el
Reichstag (el parlamento alemán), el cual fue atribuido a los comunistas. Esto
permitió a Hitler forzar al Mariscal para que firmase el Estado de Excepción
(7).
Aprovechando su nueva condición
de Canciller, Hitler pone en marcha tanto a la policía del estado como a sus
militantes de la SA y la SS para poner orden en las calles alemanas, usándolas
contra los comunistas bajo el amparo del decreto emitido por Hindenburg “Decreto
del Presidente del Reich para la Protección del pueblo y del Estado” o también
conocido como “Decreto del incendio del Reichstag” al día siguiente del gran
incendio (8), destruyendo así al partido comunista como fuerza política.
El 5 de marzo se convocan
elecciones en el Reichstag, a las que el KPD (Partido comunista de Alemania) no
se pudo presentar. El partido Nazi roza la mayoría absoluta con un 44% de los
votos y convence al partido católico del centro, simpatizante con su ideología
y embaucado por la promesa de ser respetados cuando Hitler esté en el poder,
hasta conseguir un apoyo del 52% en el parlamento alemán. Con tal resultado
electoral, el 23 de marzo de 1933 se aprueba la denominada Ley
Ermächtigungsgeset (“Ley de plenos poderes” o “Ley habilitante”), que otorga al
NSDAP plenos poderes dictatoriales, inicialmente por 4 años, y por la que
Hitler tiene libre poder para modificar la constitución de Weimar y promulgar
leyes sin someterlas a votación en el parlamento.
Esto supuso el fin práctico de la
República de Weimar. Hitler se había hecho con toda la autoridad parlamentaria,
comenzando de esta manera el estado Nazi conocido como el Tercer Reich.
El NSDAP había empezado a
encerrar a sus oponentes políticos en campos de concentración, el primero en
abrirse fue Dachau el 22 de marzo de ese mismo año, y el régimen Nazi había dado comienzo y ya de manera imparable.
En sus primeros meses como
Canciller, Hitler llevó a cabo muchísimas medidas que le aseguraran el poder:
una política de “sincronización” poniendo bajo el dominio Nazi todas las
instituciones y organizaciones; eliminó la autonomía de los Lander; fundó la
policía política del partido, la GESTAPO, en abril de este año; suprimió los
sindicatos dejando como sindicato único al “Frente alemán del trabajo”; se
deshizo de todos los partidos de la oposición decretando, el 14 de julio de
1933, al NSDAP como partido único en Alemania; e inició una persecución oficial de la comunidad judía
(9), sirviéndose de su ministro del interior Achim Gercke, quien desempañó un
papel importante como experto en cuestiones raciales. A finales de 1933 Hitler
ratificó un concordato con la Iglesia católica, “El Concordato del III Reich”
(10), y rompió con la iglesia evangélica. Esto fue muy bien visto por la
comunidad católica Alemana y le ayudó a llegar con muy buen pie a las
elecciones del 12 de noviembre las cuales ganó con un 92% de los votos (11),
prometiendo ser un hombre de paz.
Tras las elecciones Hitler sabe
que tiene el poder del Reichstag, y que es apoyado por la gran parte del
pueblo, por lo que sabe que ha llegado el momento de deshacerse de sus amenazas
tanto fuera como dentro de su propio partido. A Hitler no le bastaba con ser el
Canciller alemán, sino que cuando llegara a ser el Führer, quería concentrar en
él los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales y así poder llevar a cabo
sus planes de expansión por Europa sin oposición alguna.
Dentro del NSDAP la mayor amenaza
para sus planes era Ernst Rohm, el más alto cargo y fundador de los “camisas
paradas” (12) de las SA. Rohm sabía que con los años las SA habían ido
perdiendo peso e importancia para Hitler, quien ya se apoyaba más en su fiel
incondicional Heinrich Himmler, líder de las SS, en su ayudante Reinhard
Heydrich, jefe de la SD (13) y en el veterano aviador de la IGM, Hermann
Göering, ahora Ministro del Interior Prusiano. Todo el afán de Rohm era que la
SA recuperara el papel protagonista que tuvo años atrás, en los que tuvo un
importantísimo peso para el éxito del NSDAP. Sus planes se basaban en que
cuando el Mariscal Hindenburg, cuya salud ya estaba muy deteriorada, muriera,
las SA sustituyeran al ejército republicano formado por veteranos de la IGM y
que no se avenían a las ideas ultraderechistas del NSDAP. Así Rohm tendría el
poder militar para apartar a Hitler de la cabeza del partido Nazi. Hitler era
sabedor de todo esto, y además de que se presumía que Rohm era homosexual, lo
que iba totalmente en contra de los ideales raciales y de perpetuación de la
raza Aria de Hitler. Todo esto fue la excusa perfecta para planear la
eliminación de Rohm y todos sus seguidores. Para ello, Hitler y su círculo de
fieles, planearon la llamada “Operación colibrí”. Esta se llevó a cabo la noche
del 30 de junio al 1 de julio de 1934 y es conocida como “La noche de los cuchillos largos”. Aquella noche se procedió a
limpiar la cúpula de las SA con el arresto y asesinato de Ernst Rohm y sus
colaboradores. Con el pretexto de que planeaban dar un golpe de estado y de que
Rohm era un traidor que había establecido acuerdos económicos con Francia,
Hitler lideró una purga dentro de las SA, llevando a cabo una masacre entre los
militantes pardos y viejos traidores del NSDAP. Con estos sangrientos actos,
Hitler dejó claro que él era el juez supremo y jurado de los alemanes, con
poder para deshacerse de cualquier opositor de su régimen, ya fuera de
izquierda o derecha, de dentro o de fuera del NSDAP, que intentase ir contra
sus planes de poder totalitarista.
Con todo este poder Hitler ya
podía llevar a cabo sus planes de gobierno, pero sabía que estos radicales
planteamientos tenían que ser implantados de manera discreta y gradual. Tras el
fracaso del boicot al comercio judío de abril de 1933, sin éxito porque la idea
de una cruzada contra el judío era impopular aún entre la población alemana,
Hitler se da cuenta que debe dejar el tema racial apartado hasta que no se haya
ganado totalmente, en cuerpo y alma, al pueblo alemán. Para ello, su política
debe ser más relajada, centrándose primeramente en atajar los problemas
económicos y de desempleo del país, que son los que realmente importan al
ciudadano alemán de la época. Con este fin, Hitler y Goebbels, planean un nuevo
programa de reactivación económica en el que el Tercer Reich invertirá más de
mil millones de Reichsmark (14), dirigidos a proyectos a grandes escalas y a la
ocupación social del parado. El punto más importante de este programa fue la
construcción de las Autobahn, grandes
autovías que comunicaban todo el país, abriéndolo a todo ciudadano alemán que
quisiera explorar su patria y dando trabajo al pueblo gracias a sus
construcciones.
Hasta este año, es decir, durante
la República de Weimar, la situación social y económica de las profesiones
sanitarias estuvo marcada por una gran inestabilidad. Al igual que en la
mayoría de los trabajos, las cajas de seguro de salud se habían retrasado en
los pagos de los honorarios, lo que incluso llevó, a mediados de 1923, a una huelga por
parte de los profesionales. Entre 1923 y 1933, esta situación se agudizó por la
crisis económica que, como hemos explicado anteriormente, atravesaba el país.
Esto provocó cambios importantes en el marco ideológico de la sanidad. Por un
lado, aumentó el sentimiento antisemita. Aunque las profesiones sanitarias
habían sido una de las más abiertas a los judíos, empezó a emerger la exigencia
de que se despidiera a los compañeros judíos para contratar a profesionales de
origen alemán. Y por otro lado, se abrió un debate sobre los costes que la
manutención de los discapacitados (físicos o psíquicos) le suponía al estado,
considerando estos costes como una pérdida económica; es decir, entre la
comunidad sanitaria nació una gran intranquilidad sobre los destinatarios de
las ayudas sociales, colocando el interés de la nación por encima del interés
de los individuos. A partir del final de 1933, los Nazis acrecentaron sus
esfuerzos para captar a los sanitarios alemanes, así, en octubre de este año,
la Liga de Médicos Nacionalsocialistas Alemanes (15) (NSDÄB) contaba con 11.000
miembros, número que fue incrementándose a medida que el partido Nazi iba
adquiriendo poder.
A principios de 1934, el NSDAP y
sus seguidores, tienen una visión de futuro positiva y esperanzadora, Alemania
está saliendo de la crisis. Fue el 2 de agosto de 1934 cuando muere el Mariscal
von Hindenburg a los 87 años de edad. Hitler se autoproclama el líder soberano
de Alemania, concentrando en él todos los títulos del estado: Presidente del
Reich, Canciller y Führer de Alemania. Hitler se convierte entonces en el guía
del pueblo alemán y en su máximo representante. Él es el pueblo y como tal,
sólo él sabe qué es lo mejor para Alemania. Todo aquello que fuera en contra
del Führer iría en contra de su propio país, y por tanto, se consideraría
antinacional desde ese mismo momento.
Hitler se consideraba la luz de
los alemanes y sabía que para que estos lo siguieran tenía que dirigir a un
pueblo unido bajo los valores que él y su partido predicaban y en esto se
centraron todos los esfuerzos de los Nazis en sus primeros meses con Hitler, él
se consideraba la luz de los alemanes y sabía que para que estos lo siguieran
tenía que dirigir a un pueblo unido bajo los valores que él y su partido
predicaban y en esto se centraron todos los esfuerzos de los Nazis en sus
primeros meses con Hitler.
El segundo punto que debían
abordar para hacerse con la confianza de su pueblo se basaba en recuperar la dignidad
alemana, la cual consideraban humillada desde la pérdida de la IGM. Para ello
debían, por un lado, hacerse con el territorio que aseguraban les pertenecía
moralmente y, por otro lado, reactivar la economía del país. Con este fin,
prepararon el país para una guerra “necesaria” para conquistar lo que llamaban
el Lebensraum o “espacio vital”, restaurando en mayo de 1935 el Servicio
militar obligatorio (desafiando así lo dictaminado en el tratado de Versalles)
y llevando a cabo el rearme de la población. Esta guerra la fundamentaban
en la idea de que Alemania tenía mucha
densidad de población, lo que limitaba el progreso económico del país, y en la
convicción de que los pueblos que limitaban con su país estaban habitados por
razas inferiores, sobre todo los limítrofes por el este, la URS. Por lo que más
espacio se traducía directamente en una mejor economía.
Con todo esto, querían acreditar
sus ambiciones imperialistas a ojos del Volk. Hitler, en un discurso que dio en
este mismo mes, justificaba el rearme nacional afirmando que: “[...] el ejército alemán nunca será un instrumento
de agresión, sino un instrumento destinado única y exclusivamente a la defensa,
y por lo tanto a preservar la paz”. A pesar de todo, el apoyo popular es
frágil, ya que el rearme costaba mucho dinero a las arcas del estado y exigía
mucho esfuerzo por parte de los trabajadores, quienes tenían que trabajar
muchas horas a cambio de muy poco dinero. Así que esta medida es impopular, lo
que obliga a la cúpula Nazi a forjar otras.
Fue en estos momentos cuando se
dieron cuenta que era una buena oportunidad para señalar e ir en contra del
mayor enemigo del régimen, la comunidad judía. Era la ocasión perfecta para
utilizar a los judíos y culpabilizarlos de las penurias económicas del país.
Advierten a la población de que la amenaza interna, para el Reich y para el
resurgir alemán, eran los judíos y que por lo tanto había que hacer “justicia”
uniendo a toda la comunidad en contra de estos peligrosos enemigos. Hacen
crecer así en la población el sentimiento antisemita que lleva tan arraigado
esta ideología, perfilando el carácter de todo el régimen Nazi y sus adeptos.
Este sentimiento se plasmó perfectamente en las famosas Leyes Raciales, promulgadas el 15 de septiembre de 1935 en
Núremberg, con las que el antisemitismo alcanza su máxima expresión.
Con la promulgación de estas
leyes antisemitas, el régimen Nazi establece una nueva política, considerando a
Alemania como un estado racial, y con la quería apartar de la población el
“peligro” que suponía esta comunidad para su raza, arrinconándola y marginando
a sus componentes, los cuales perdían todos sus derechos dentro de los
territorios alemanes, no considerándolos como ciudadanos del Reich y casi
relegándolos a la condición de “no-humano”.
Un mes más tarde, el 18 de octubre, también vio la luz la “Ley de Protección de la Salud Hereditaria del pueblo Alemán”, cuyo
objetivo era el mismo que las anteriores pero más centrada en la Higiene Racial
del Volk.
En 1936, con la creación de la
llamada “Asociación de cristianos no arios”, brotó la intención de defender a
la población judía de este movimiento antisemita. Esta asociación estaba
constituida mayoritariamente por los denominados Mischling (16) o judíos mixtos, quienes abundaban en Alemania y
normalmente lograban ocultar tal condición. Aunque este grupo fue en contra de
las leyes raciales, estas fueron bien aceptadas por la mayoría de la población,
pues ya había calado en ella la idea de que la pureza del pueblo estaba por
encima de los derechos de los judíos. Para combatir a estos numerosos enemigos
y para aumentar la tasa de natalidad alemana, que había caído drásticamente
después de la IGM, vio la luz este mismo año la “Ordenanza Lebensborn”, la cual
determinaba que todos los miembros de la SS debían tener al menos 4 hijos, ya
fueran maritales o bastardos.
Una vez implantada en el pueblo la
idea de antisemitismo y habiendo desviado la atención social hacia el problema
judío, Hitler ordena en marzo de este año, rompiendo los acuerdos pactados en
los Pactos de Locarno, que la tropas alemanas emprendan una ofensiva contra
Renania (territorio Prusiano desmilitarizado ocupado por Francia). Ofensiva que
fue todo un éxito, ya que en apenas dos días este territorio cayó en manos
alemanas. Este triunfo devolvió al pueblo la confianza en los dirigentes Nazis
con respecto a la conquista del “Lebensraum”, lo que aprovecharon para reanudar
su campaña sobre que el nuevo territorio promete a los alemanes un nuevo estilo
de vida. Un ejemplo de esto lo encontramos con la presentación al pueblo del
nuevo Volkswagen, o sea, el coche del pueblo. Coche ideado por Hitler y que se
presentaba como el vehículo hecho por y para el pueblo alemán, ideal para
recorrer todos los territorios del Reich a través de sus famosas Autobahn.
Para llevar a cabo todas estas
medidas el estado alemán había contraído deudas extranjeras, a las cuales en
1937 no podía hacer frente, por lo que asoló una nueva crisis económica. Esta
crisis no duró demasiado, gracias a que la economía mundial entre 1937 y 1938
pasó por un gran auge, lo que para los Nazis fue una salvación. Este auge
mundial hizo que pareciera, a ojos del pueblo alemán, que las medidas que se
tomaban desde el partido eran las responsables de la rápida recuperación
económica del país, las arcas del estado volvieron a llenarse en un corto
periodo de tiempo y la tasa de desempleo llega casi a cero. Esto reforzó aún
más la confianza del Volk en sus líderes.
FOTO 7 Una
colección de horrorosas imágenes muestra a estas mujeres, probablemente en la
hora más oscura de la digna profesión de la enfermería. Abajo a la izquierda, bautismo
nazi
En 1938, Hitler dividió sus
estrategias políticas. En cuanto a su política exterior, durante la primera
mitad de 1938, el NSDAP había avanzado en sus planes imperialistas con la
anexión a Austria en marzo de este año y con el inicio de sus estrategias de
ocupación de Sudetes, una región de Checoslovaquia limítrofe con Alemania. Tras
el éxito del partido pro-nazi en esta región checoslovaca y la reiteración de
Hitler sobre su derecho a hacerse con ella, se firman el 30 de septiembre los
“Acuerdos de Munich” en esta ciudad alemana. En tales acuerdos Gran Bretaña y
Francia aceptaban las demandas territoriales del dictador alemán, y por
consiguiente la cesión de Sudetes a Alemania, a cambio de que este no exigiera
la soberanía de ningún otro territorio europeo. Esta política de apaciguamiento
de franceses y británicos para evitar el conflicto armado con Alemania se
sostendrá la invasión alemana de Polonia un año más tarde. Atendiendo a su
política interior, el partido Nazi se centró, una vez más, en reforzar el
movimiento social contra la comunidad judía. En agosto de este año los judíos
fueron obligados a portar tarjetas identificativas marcas con una “J” y en noviembre del mismo los niños
judío fueron expulsados de las escuelas alemanas. También fue en 1938, cuando
las instituciones estatales “Kriminalpolize” o KRIPO (policía criminal) y la
“Geheime Staatspolizei” o GESTAPO (policía secreta) empezaron a ir en contra y a
intimidar a la población judía, lo que provocó el éxodo de más de 200.000
judíos, cuyas posesiones quedaban en manos del partido. Los judíos que
decidieron quedarse no lo hicieron en mejores condiciones, ya que se decretó el
registro de la propiedades judías, decreto que impedía a los judíos tener
negocios propios y tener que vendérselo a ciudadanos alemanes a precio de
saldo, llegando a una “arianización” del comercio alemán.
Este decreto crispó mucho a la
comunidad judía, lo que provocó que el 9 de noviembre de este año, muriera
Ernst von Rath (diplomático alemán) a manos de un judío polaco. Dándole a los
Nazis el pretexto perfecto para desencadenar la violencia antisemita, hecho que
ya estaba planeado pero para el que ahora tenían una buena excusa. Durante la
noche del 9 de noviembre, noche conocida como “La noche de los cristales rotos” y los días ulteriores se saquearon
casas, se quemaron unas 1.000 sinagogas, murieron 91 judíos, hubo 7.000
negocios destrozados y unos 30.000 judíos fueron enviados a campos de
concentración (cuya dirección había pasado a manos de la SS el 1 de marzo de
1936).
A finales de 1938, el Nazismo ya
es totalmente parte del pueblo alemán, que se ha entregado completamente a esta
ideología. Hitler y la cúpula del Nazismo se sienten más fuerte que nunca,
Alemania se ha rearmado y su principal enemigo puede ser perseguido con total
respaldo político. El Reich alemán se está preparando para la guerra.
Durante el 1939 Alemania se
dedica a forjar alianzas que le preparen el territorio europeo. El 22 de mayo
de este año firmó con Italia el denominado “Pacto de Acero” en el que ambos
totalitarismo se comprometían a la mutua asistencia militar, y aunque una de
las condiciones que puso Mussolini para el acuerdo fue que la guerra no
estallase antes de tres años, este se verá arrastrado a ella poco tiempo
después. Alemania también firmó, en agosto de este mismo año, el “Pacto de no
agresión germánico-soviético”. Acuerdo que fue firmado en Moscú por los
Ministros de Exteriores de ambos países, y en el que se comprometían a no
emprender una ofensiva en contra del otro, ni independientemente ni en alianza
con otros estados, durante 10 años. Este acuerdo también será roto por Hitler
en 1941 cuando las tropas germanas entren en la URSS. Por su parte Gran
Bretaña, que no quería tener ningún frente abierto en Europa, firmó en agosto
de 1939 un pacto de colaboración con Polonia, en el que ambos país se
comprometían a una ayuda mutua si algo de ellos entraba en guerra.
A partir de finales del 1939 se
sucedieron numerosos hechos y cambios en el panorama alemán y europeo. El
primero y más importante de todos, que originó todos los posteriores, fue la
invasión de Polonia por parte de Alemania, el 1 de septiembre de 1939. Esto
provocó el estallido de la IIGM, ya que según el pacto anglo-polaco de agosto
de ese mismo año, Gran Bretaña debía declararle la guerra a Alemania y formar
parte como estado beligerante en el conflicto entre Polonia y el estado
germano. Así lo hizo el 3 de septiembre junto a Francia. Esto provoca un gran
revuelo en toda Europa y cada país toma una posición ante el enfrentamiento.
Italia por su parte, y atendiendo a lo firmado en el “Pacto de Acero”, se
posiciona al lado de Hitler pero no entra en guerra hasta junio de 1940; el
estado soviético, toma la iniciativa de invadir Polonia por el este el 17 de
ese mismo mes, sin encontrarse nunca con las tropas alemanas para respetar su
pacto de no agresión (17); y España, donde acababa de terminar la Guerra Civil
6 meses antes con la victoria franquista y que por tanto se encontraba
totalmente devastada por los daños de guerra, optó por la neutralidad (como
hizo en la IGM); posición que mantuvo hasta junio de 1940 cuando se declaró
no-beligerante, posicionándose, por afinidad ideológica, del lado Nazi de la
contienda.
FOTO 8 El Hospital Spiegelgrund
de Viena, uno de los 30 centros de eutanasia establecidos en el Reich y que
funcionaban a principios de 1940. Enfermeras del proyecto
Lebensborn. Trece millones de mujeres militaron activamente en el partido nazi
El 27 de septiembre de este año,
se funda en Alemania la RSHA (Reichssicherheitshauptamt) o Administración
Central de Seguridad del III Reich. Este órgano estatal será durante el III
Reich una de las organizaciones más importantes e influyentes de Alemania. Su
primer jefe fue Reinhard Heydrich, quién la dirigió hasta que fue asesinado en
1942 cuando lo sucedió Ernst Kaltenbrunner, que permaneció en el cargo hasta la
caída del Reich alemán. Esta administración controlaba otras organizaciones del
estado como la SS o la GESTAPO y se subdividía en 7 oficinas o “Amters”, cuyo
objetivo principal era buscar y eliminar a todos los enemigos del régimen Nazi
como eran judíos, comunistas, gitanos, polacos, testigos de Jehová, opositores
políticos y/o sindicalistas, desertores del ejército y cualquier otra persona
que supusiese una amenaza para el partido y el estado. Para llevar a cabo este
objetivo la RSHA se hizo cargo de: dirigir a sus agentes dentro y fuera del
país; la expulsión de los enemigos del estado, así como de la incautación y
reordenación de sus bienes; la construcción de los vehículos dónde los judíos
eran transportados y asfixiados por inhalación de gases; velar por los asuntos
étnicos de la raza; organizar los transportes a los Campos de Concentración;
desarrollar tareas de carácter ideológico, como la propaganda antisemita y
antimasónica; espionaje de los países aliados y neutrales; entre otras tareas.
Fue también desde el interior de la RSHA donde se gestó la llamada “Solución
Final al problema Judío” por Adolf Eichmann, protocolo que se establecerá en
1942.
Un mes más tarde, en octubre de
1939, Hitler autoriza el asesinato en masa de las personas con discapacidad
física o psíquica que estaban recluidas en las instituciones mentales, llevando
a la práctica el programa que habían estado planeando meses atrás, el famoso
programa de eutanasia “Aktion T4”.
El 1 de enero de 1940, además del
nombramiento de Hermann Göring como Director del Consejo General de Economía de
Guerra, comienza un periodo en el que los Aliados (18) y los alemanes se
quedaron dentro de sus fronteras y no iniciaron ninguna ofensiva, las tropas
francesas y británicas apenas se movilizaron. Varios enfrentamientos bélicos se
dieron en el marco europeo sin que Francia o Gran Bretaña participasen en
ninguno de ellos aun manteniendo su condición de beligerantes. No fue hasta el
8 de abril de este año, cuando Alemania entra en territorio Noruego, que
finalizó a la conocida como “Guerra extraña” o “Guerra de Broma”.
Por su parte, los Estados Unidos,
quien se había mantenido neutral con respecto al conflicto, vio una buena
oportunidad para ganar dinero vendiendo armamento a los aliados. Por ello, en febrero
de 1940 llevó a cabo la conocida como “Operación Semana Grande”, bombardeando
las fábricas de armamento alemanas y entrando activamente en la contienda.
El 20 de mayo de 1940, abre
Auschwitz, el que va a ser el epicentro del reclutamiento y exterminio de la
Polonia ocupada y uno de los más importantes Campo de Concentración Nazi
durante la guerra. El primer transporte de prisioneros a este campo fue un mes
más tarde, el 14 de junio, procedente de la cárcel de Tarnow, debido a que esta
se había quedado sin sitio para tantos presos; llegaron al campo 758 presos
políticos polacos, de los cuales un número no muy grande eran judíos polacos.
El campo de Auschwitz, con el transcurso de la guerra, se convirtió en un
complejo formado por 3 campos: Auschwitz I o campo principal, que se abrió en
la fecha anteriormente citada; Auschwitz II-Birkenau, cuya construcción comenzó
el 1 de octubre de 1941 (19) y que empezó a funcionar como KZ en marzo de 1942;
y Auschwitz III-Monowitz, que meses más tarde, el 30 de octubre de 1942, que
abrió primeramente como el subcampo Buna y que más tarde se convertirá en un
campo de trabajo, donde los presos trabajaban fundamentalmente en las
industrias alemanas (industrias que sacaban provecho de la mano de obra
esclava, como por ejemplo, la IG Farbenindustrie o Siemens).
Los judíos polacos, y como
también les pasaba a los judíos de cualquier región del estado alemán, fueron
los destinatarios de ataques diarios por parte de los alemanes y tras el
estallido de la guerra habían sido recluidos en distintos guetos al comenzar la
guerra. Fue en el más grande de toda la Polonia ocupada, donde habitaban casi
400.000 judíos (quienes incluso antes de ser enviados a los KL ya habían
comenzado a morir por las condiciones higiénico-sanitarias de este), en el que
se produjo, en agosto de 1940, el primer levantamiento en contra del régimen,
como protesta al trato y a las condiciones a las que estaban sometidos los
judíos hacinados allí.
El 27 de septiembre de 1940, se
firmó en Berlín, el conocido como “Pacto Tripartito” o “Pacto de Eje”, entre el
imperio de Japón, Alemania e Italia. Pacto que constituía una alianza militar
entre las naciones firmantes y que reafirmaba el apoyo de los totalitarismos a
la causa Nazi. De esta manera, quedaban conformadas las llamadas Fuerzas del
Eje.
Hitler seguía buscando aliados en
Europa, a finales de 1940, por el este europeo ya había conseguido pactar con
Hungría, Rumanía y Eslovaquia, pero por el oeste la situación era bien
distinto. Con el fin de conseguir la alianza con España, Hitler se reunió el 23
de octubre de 1940 con el dictador español en Hendaya, población francesa
situada en su frontera con España. Esta reunión tuvo lugar en una estación de
trenes, a la que llegaron ambos jefes de estado con sus respectivos ministros
de Asuntos Exteriores. Aunque se reunieran para conseguir su alianza, ambas
partes sabían que la comunión entre ambas naciones iba a ser difícil; Hitler,
por su parte, sabía la situación por la que pasaba España tras salir de la
Guerra Civil y que, por tanto, aunque esta entrase de manera activa en el
conflicto no le iba a servir de mucho su apoyo; Franco también era consciente
de esta situación por lo que consideraba que si España entraba en guerra tenía
que ser a cambio de muy buenas recompensas, por lo que exigía la devolución de
Gibraltar, territorios franceses de África, el suministro por parte de Alemania
de alimentos, petróleo y armas, entre otras. Como era de esperar lo único que
se sacó de esta entrevista fue la firma de un pacto secreto entre ambos países
en el que España se comprometía a entrar en la guerra pero no en un momento
determinado, si no cuando Franco considerase oportuno y Alemania garantizaba
solo la cesión de Gibraltar y pocos territorios de África. A pesar de todo
esto, Franco tenía, obviamente, afinidad con la ideología nazi y, en mayo de
1941, cuando el dictador ordenó a todos los gobernadores civiles elaborar una
lista de los judíos que residían en España. Esta lista constaba de 6.000
nombres y los datos personales y laborales de estos (20).
En 1941, concretamente el 22 de junio
de este año, se llevó a cabo la mayor ofensiva emprendida por el ejército
alemán durante la IIGM, la “operación Barbarroja”. Este fue el nombre en clave
que Hitler le dio al brutal ataque que lanzó sobre la Unión Soviética,
rompiendo de esta manera su pacto de no agresión. Hitler pretendía con este
ataque dos objetivos: conquistar todo el territorio de la URSS hasta los Montes
Urales y deshacerse de la “raza” que allí habitaba de ideología, según él,
judeo-bolchevique. Su idea era diezmar a la población y explotar el territorio
para posteriormente colonizarlo en poco tiempo. Primeramente el ejército
alemán, con ayuda de la famosa División Azul (21) enviada por franco para
asistir a las tropas alemanas en el frente oriental, avanzó rápidamente por el
territorio soviético, ya que el escuadrón ruso estaba desprevenido. Con lo que
no contaba Hitler es con que la contienda se alargara hasta el invierno,
durante el cual el ejército rojo avanzó, anulando a las tropas nazis, y dando
fin a la batalla en diciembre con la retirada de Alemania.
En el verano de este año, el 14
de agosto, se firmó por parte de EE.UU. y Gran Bretaña, la llamada “Carta del
Atlántico”, con el fin de conseguir un mejor provenir del mundo. Esta se
constituía de ocho principios que ambos países firmantes harían constar en la
política nacional de sus respectivos países. Estos principios fueron incluidos
posteriormente en la Declaración de las Naciones Unidas del 1 de enero de 1942.
Dentro del territorio alemán durante 1941 empezaron a abrirse los primeros
Campos de Exterminio, como tales. El primero en comenzar su función fue el
campo de “Chelmno”, en la Polonia ocupada, para matar a los judíos de los
guetos de Lodz y Warthegau. También había empezado a utilizarse en Auschwitz el
gas Zyklon B, el 3 de septiembre de este año, con el que dieron muerte a casi
600 presos soviéticos y 250 polacos, por primera vez por inhalación de este gas
(22).
FOTO 9 Latas de envasado del
Zyklon B. Grabado de la sala de exterminio con Zyklon
El principio de 1942 estuvo
marcado por la celebración, el 20 de enero, de la conocida históricamente como
“La Conferencia Wannsee”. Esta conferencia, celebrada por los máximos
representantes del Nazismo, pertenecientes y no pertenecientes a las SS, fue
dada en Berlín. En ella se trató el tema de “la solución final del tema judío
en Europa”, es decir, se planeó minuciosamente la estrategia a seguir para
acabar con toda la población judía de Europa, el genocidio de esta comunidad.
Aunque los dispositivos de exterminio ya estaban matando a los judíos de los
territorios ocupados, en esta conferencia se sentaron las verdaderas bases de
“La Solución Final”, consiguiendo la colaboración en este programa de todos los
líderes Nazis.
Esta “Solución final” alcanzó su
mayor expresión dentro de los campos de concentración y exterminio; nosotros en
nuestro trabajo nos centraremos más en lo que sucedió en Auschwitz durante
estos años. Fue a finales de 1942 cuando empezaron en este campo los primeros
experimentos “médicos” de esterilización en prisioneros y prisioneras, llevados
a cabo por el cuerpo médico de la SS, cuya dirección fue tomada por Josef
Mengele, en mayo de 1943 (en un primer momento nombrado como responsable médico
del llamado campo familiar gitano para romaníes, creado en febrero de ese mismo
año).
Entre el 19 de abril y el 16 de mayo
de 1943 tuvo lugar el primer “levantamiento del gueto de Varsovia”, que
consistió en la sublevación de la población judía que estaba hacinada en el
gueto localizado en la ciudad de Varsovia, de la Polonia ocupada. Seis meses
antes, Himmler había ordenado la liquidación de este gueto, por lo que desde octubre
de 1942, sus habitantes habían sufrido continuos ataques y deportaciones a KZ.
Fue el 16 de mayo, tras la muerte de unos 13.000 judíos y la deportación a KZ
(principalmente al de Treblinka) de otros 40.000, cuando las tropas alemanas
dieron por finalizada la batalla y la aniquilación de esta comunidad judía. Dos
meses más tarde se dio en Auschwitz la mayor ejecución pública hasta el
momento, en la que los oficiales de la SS ahorcaron a 12 polacos, por haber
intentado huir del campo y por haber tenido contacto con personas del exterior.
Así como en 1943 fue un año de
avance para las tropas alemanas por Europa sin encontrarse con grandes derrotas
en el frente de batalla, en 1944 estuvo marcado por la inestabilidad del avance
y los duros golpes que sufrieron las tropas alemanas. Prueba de ello fue el 6
de junio de 1944, día del famoso hecho histórico del desembarco de Normandía
(la operación Neptune, más conocida como “Día D”), cuando las tropas aliadas
cruzaron el canal de la mancha e invadieron el territorio que Alemania dominaba
en el norte francés. Poco tiempo después, los Aliados lanzaron también la
llamada “Operación Cobra”, la cual consistió en el bombardeo de este territorio
alemán, lo que permitió a las tropas aliadas avanzar rápidamente, llegando en
poco tiempo a las orillas del río Sena. Estas dos operaciones militares dieron
como resultado la exitosa invasión de la Europa occidental ocupada por la
Alemania de Hitler.
También, dentro de su propio
estado Hitler empezó a estar amenazado por sus contrarios. En este año las
reservas de la Wehrmacht (Ejército alemán) planearon un golpe de estado, plan
operativo que fue denominado como “Operación Valkiria” y que sería puesto en
práctica en caso de disturbios o sublevaciones civiles. El 20 de julio los
oficiales de la Wehrmacht llevaron a cabo un atentado fallido en contra del
Führer alemán como parte de esta operativa, tras el que la GESTAPO arrestó y
ejecutó a cientos de opositores al régimen, sin importar si habían tenido o no
relación con esta conspiración.
Durante este año la llamada
“Solución final” empezó a tomar un papel prioritario y a potenciar dentro de
los campos de concentración y muerte, lo que crispaba los ánimos de los
reclusos. El 7 de octubre, se dio el motín de los Sonderkommando en Auschwitz,
el único levantamiento a gran escala del que se tiene constancia dentro de este
campo; durante el cual murieron 3 miembros de la SS y 450 miembros de esta unidad
especial de trabajo, cuya misión principal era retirar los cadáveres de las
cámaras de gas e incinerarlos en los crematorios (cuando llevaban un periodo de
tiempo encargados de esta tarea también eran eliminados). Esta sublevación
surgió por la sospecha que tenían los miembros de este destacamento de que la
SS planeaba asesinar a los miembros que se encargaba del crematorio IV (23).
A finales de este año, los Nazis
eran conscientes que la proximidad de las tropas aliadas, por tanto, temían ser
atacados y que sus planes de genocidio y sus crueles actos fueran descubiertos
por el mundo. Por lo que aceleraron sus asesinatos masivos y destruyeron las
instalaciones en las que los llevaban a cabo, para destruir cualquier prueba de
tal barbarie.
El 17 de enero de 1945, tras
haber suspendido las ejecuciones colectivas, empezaron las denominadas “Marchas de la Muerte”, en las que los
SS evacuaron a aproximadamente 60.000 prisioneros del KL Auschwitz. Estas
marchas forzosas hacia el interior del Reich terminaron con la liberación del
campo diez días más tarde, el 27 de enero, cuando las tropas soviéticas se
adentraron en él.
La victoria del bando aliado
estaba cada vez más cerca (ya que las tropas soviéticas ya dominaban en toda
Europa central y del este) por lo que las decisiones militares contra las
potencias del Eje tenían un peso decisivo en estos momentos. Por ello, el 4 de febrero
de 1945, tuvo lugar uno de los hechos diplomáticos más relevantes del siglo XX,
la “Conferencia de Yalta”. En esta conferencia se reunieron los representes de
las “Tres Grandes”, es decir, los jefes de estado de Gran Bretaña, EE.UU. y la
URSS, con el fin de coordinar sus esfuerzos para liberar a Europa de la
dictadura alemana. En esta se establecieron objetivos muy importantes, que las
tres potencias se comprometían a cumplir, como por ejemplo: la
desmilitarización de Alemania, formar un tribunal internacional que juzgase los
crímenes perpetrados por los Nazis, la división de Alemania (en la que se
incluyó a Francia) o la reconstrucción democrática de Europa.
Fue después de esta conferencia
cuando Gran Bretaña y Estados Unidos decidieron bombardear una de las áreas
urbanas más grandes pero menos relevantes, en el ámbito comunicativo, militar e
industrial, de lo que quedaba del Reich. El conocido históricamente como
“Bombardeo de Dresde”, el cual duró desde el 13 al 15 de febrero de 1945. Hay
bibliografía en la que los autores defienden que esta ciudad fue elegida
simplemente para que las fuerzas aliadas le demostrasen a Stalin el poder
bélico que tenían, por lo que fue un bombardeo desproporcionado, mucho más
agresivo que los que tenían como propósito cualquier otro objetivo militar.
Este desmedido ataque tuvo como resultado la destrucción total de la ciudad y
la masacre de su población.
En este mismo mes acabó una de
las operaciones más exitosas llevadas a cabo desde el interior de la Alemania
Nazi, la “Operación Bernhard”. El objetivo de esta era falsificar la moneda
inglesa con el fin de provocar una inflación d la economía de UK, dejándola lo
más dañada posible, y financiar el propio régimen alemán. Para ello se creó en
el cuartel de la SS la llamada “oficina 6-F-4”, en la que trabajaron 140 judíos con
experiencia en caligrafía, dibujo e imprenta. A estos judíos se les dio mejor
calidad de vida y la seguridad de protección a cambio de su trabajo, el cual
llevaron a cabo en el bloque 19 del KL Sachsenhausen cerca de Berlín. Esta
operación fue cancelada por Himmler el 23 de enero, ya que la situación de las
tropas alemanas en Berlín no prometía muchos éxitos.
De hecho, pocos meses después
empezó la que fue la última batalla europea de la IIGM, en abril del 1945. La
“Batalle de Berlín”, como es conocida históricamente, comenzó tras la ofensiva
lanzada por la URSS sobre Berlín, capital del III Reich. Durante esta las
tropas aliadas avanzaron muy rápidamente hacia el interior de Berlín, ganando
cada choque con las tropas Nazis, hasta que se hicieron con el centro de la
capital donde los combates se libraron cuerpo a cuerpo. El 30 de este mismo
mes, el Führer alemán se suicidó junto a su esposa Eva Braun y a otros grandes
cargos del NSDAP, al tomar conciencia de la pérdida de la ciudad y, por tanto, de la guerra y antes de caer en
manos de los aliados. El 2 de mayo los defensores Nazis de la ciudad se
rindieron y esta quedó tomada por las tropas soviéticas tras el asedio que
habían sufrido durante más de un mes. Una semana después, el 8 de mayo, se
anunció la rendición incondicional de Alemania, tras haber firmado las
capitulaciones de guerra el día anterior en las que entregaban el Reich al Alto
Mando Soviético, y terminando así con la IIGM en el marco de Europa.
Cuando la rendición alemana ya
era una realidad, las potencias aliadas se reunieron en Postdam, el 17 de julio
de 1945, para concretar los temas que habían tratado meses atrás en la
“Conferencia de Yalta”. Esta nueva conferencia, estuvo enfocada a determinar la
división del terreno alemán entre los cuatro participantes y a trazar el plan
definitivo de la reconstrucción democrática de una Europa en ruinas tras los
años de guerra. Fue en esta conferencia donde se empezó a vislumbrar las
diferencias ideológicas y de intereses entre los países aliados, lo que pronto
daría la disolución de la Gran Alianza y el estallido de la Guerra Fría (1947-1991).
FOTO 10 Enfermeras saludando a
Adolf Hitler
De esta conferencia surgió
también un ultimátum para Japón donde la guerra de los aliados contra el
imperio nipón seguía su curso. Con él avisaban al emperador japonés de que si
no se rendía y tropas aliadas atacarían a su país. Así lo hicieron cuando, tras
la negativa del imperio japonés a rendirse, el ejército del aire estadounidense
lanzó las bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima, el 6 de agosto, y
Nagasaki tres días más tarde. Tras este ataque nuclear, el único ocurrido en la
historia, el 15 de este mismo mes Japón anunció su absoluta rendición ante las
fuerzas aliadas, por miedo a la destrucción y ejecución de su imperio. El acta
de capitulación se firmó el 2 de septiembre de 1945, día en el que terminó la
guerra en el pacifico, lo que supuso el final oficial de la IIGM.
Tras el fin de la IIGM, Europa se
encontraba derruida y el mundo conmocionado por la violencia con la que se
había llevado el conflicto, poniendo su punto de mira en los causantes de esta
guerra. Los Nazis tenían que ser juzgados por sus crímenes de guerra y por las
atrocidades llevadas a cabo durante el III Reich en contra de los judíos y
demás minorías. Para ello, se constituye un tribunal militar especial por parte
de los aliados, el cual dio comienzo, el 20 de noviembre de 1945, a los famosos Juicios
de Núremberg. Estos juicios se celebraron en la ciudad alemana de Núremberg,
ciudad que había sido elegida en muchas ocasiones por Hitler para dar sus
discursos y mítines de estado, y duraron hasta 1946. Fueron un conjunto de 12
juicios en contra de los principales dirigentes Nazis que quedaban vivos y de
los representantes de sus principales organizaciones (como el Juicio de los
médicos o el Juicio de los ministros). La mayoría de estos se reconocieron
culpables de los abusos y atrocidades de las que se les acusaban, y muchos de
ellos fueron condenados a muerte.
Estos juicios y sus conclusiones
fueron la base, posteriormente, de numerosas conferencias, declaraciones, comisiones
y códigos destinados a velar por el respeto y la vida de la humanidad y del ser
humano, sin importar su edad, sexo, raza o religión. Uno de ellos fueron los
Códigos de Núremberg (1947), donde se recogían las directrices del qué hacer
sanitario, o la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), la cual
vela por la libertad, la justicia y la paz en el mundo, entre otros que
explicaremos más detenidamente a lo largo de nuestro trabajo.
Además de todo lo anteriormente
expuesto, el fin de la IIGM también condujo a la formación de la “Comisión
UNSCOP” por parte de la ONU, la cual tenía como finalidad la partición de
Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío, para darles un lugar a los
judíos que habían sufrido los golpes del régimen Nacionalsocialista. Plan que
fue llevado a votación por parte de los componentes de las Naciones Unidas y
cuya resolución fue positiva, por lo que las tropas británicas que ocupaban el
territorio tuvieron que retirarse el 14 de mayo de 1948, quedando así constituido
un nuevo estado: Israel. Esto lo podemos considerar como fuente del actual
conflicto entre árabes y judíos dentro de Palestina.
2 OBJETIVOS E HIPÓTESIS
HIPÓTESIS PRINCIPAL:
Los actos llevados a cabo a manos
de los sanitarios Nazis y su enjuiciamiento originan la bioética y los
distintos códigos por los que se rigen las profesiones sanitarias.
HIPÓTESIS SECUNDARIAS:
1.- La finalidad de los KL
implicaban malas condiciones higiénico-sanitarias.
2.- Las distintas
actuaciones sanitarias y experimentales requerían la implicación en ellas de
los profesionales enfermeros.
3.- Los hechos
experimentales realizados sin la conformidad de los pacientes originaron lo que
hoy conocemos como “Consentimiento Informado”
4.- Los fundamentos
ideológicos del Nazismo, como el antisemitismo y el racismo, ocasionaron la
creación de una ética sanitaria propia de los sanitarios Nazis.
5.- Las bases
ideológicas del Nazismo dieron como resultado políticas y legislaciones racistas durante el III Reich.
OBJETIVO GENERAL:
Demostrar que la Bioética por la
que se rigen los profesionales sanitarios actualmente tiene su origen en los
actos llevados a cabo por los sanitarios Nazis y su valoración durante el III
Reich alemán.
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
1.- Describir las condiciones
sanitarias a las que estaban sometidos los presos dentro de los KL.
2.- Describir el papel
de los profesionales de enfermería dentro de los KL.
3.- Demostrar que las
actuaciones sanitarias y experimentales se llevaban a cabo sin la aprobación
del paciente por parte de los miembros sanitarios de la SS dentro de los KL
Nazis.
4.- Describir la ética e
ideología de los sanitarios Nazis en la sanidad del III Reich.
5.- Esclarecer que la
discriminación y el partidismo eran definitorios de la legislación
nacionalsocialista en la política alemana del Nazismo.
4.- CAPÍTULOS
4.- 1 Fundamentos ideológicos del nazismo
Para entender el objeto de
nuestra investigación primero debemos analizar la ideología en la que se
basaban los actos perpetrados por los Nazis. Con este fin, y siempre
manteniendo un punto de vista objetivo e intentando no expresar opiniones
personales, debemos ahondar en las teorías que originan esta corriente
ideológica, el Nacionalsocialismo.
Podemos considerar como una
evidencia que a lo largo de la historia han surgido distintas civilizaciones y
razas, sin presuponer que ninguna de ellas es superior o inferior a otra. Es el
Nacionalsocialismo la primera política contemporánea (o del siglo XX) que tiene
como base la jerarquización de estas. El pilar fundamental de esta doctrina
política era “La teoría racial”, aunque no fue Hitler el primero en desarrollar
esta teoría.
La teoría Racial fue una teoría
dinámica, sujeta a diferentes cambios e interpretaciones a lo largo del tiempo.
El Dr. Goebbels, político alemán y ministro de propaganda del NSDAP, sostenía
que esta teoría no se podía definir totalmente debido a los continuos cambios y
transformaciones que sufría, según sus palabras recogidas en “Wesen und Gestalt
des Nationalsozialismus” en Berlín, 1935. Para entender esta teoría hay que
tener en cuenta el contexto social y político de la época, intentando no
influenciarnos por la visión actual.
El término “Ario” es fundamental
para entender esta teoría, aunque el concepto de “Raza aria” no es originario
del Nacionalsocialismo. Esta idea fue dada a conocer en el siglo XIX por el
escritor francés Arthur de Gobineau, en su trabajo “Disertación sobre la
desigualdad de las razas humanas”, publicación que llego a ser muy importante
en la Alemania de entreguerras y que finalmente formó parte de las bases del
NSDAP (27).
El concepto de “Ario” se ha
relacionado tradicionalmente con el idioma original de los indoeuropeos, pero
fue el filólogo alemán Max Müller, el que le da a este término connotaciones
raciales y no solo lingüísticas. Aunque la idea de “Ario” asociada popularmente
al Nazismo obtiene su significado del trabajo del filósofo, Houston Stewart
Chamberlain, “Los fundamentos del siglo XIX”, publicado en 1899.
Según lo anteriormente expuesto,
fue la idea distorsionada del concepto “Ario” lo que Hitler plasmó en su obra
“Mein Kampf” (Mi lucha), publicada por primera vez en 1925. Su idea de Raza
Aria era el resultado de una mezcla entre Selección natural y eugenesia. Sus
ideas principales sobre este tema están expuestas en el capítulo XI de esta
obra, titulado “Pueblo y Raza”(1), donde hace una analogía entre raza humana y
especies animales: “las innumerables
formas de la voluntad creadora de la Naturaleza están sometidas a la ley
fundamental, inmutable, de la reproducción y multiplicación de cada especie
restringida a sí misma. Todo animal se apareja con un congénere de su misma
especie”. En páginas posteriores sostiene que “todo cruzamiento de dos seres cualitativamente desiguales, da un
producto de término medio entre el valor cualitativo de los padres; es decir,
que la cría estará en nivel superior con respecto a aquel elemento de los
padres que racialmente es inferior, pero no será de igual valor cualitativo que
el elemento racialmente superior de ellos. Luego será, por consiguiente,
derrotado en la lucha con los superiores. Semejante unión está, sin embargo, en
franco desacuerdo con la voluntad de la Naturaleza”. Por otro lado Hitler
hace hincapié en el orden natural de las especies ligándolo a la especie humana,
concretamente a cada raza dentro de esta: “Ese
instinto que actúa en toda la Naturaleza, esa tendencia a la purificación
racial, tiene como consecuencia no sólo levantar una barrera poderosa entre
cada raza y el mundo exterior, sino también mantener las disposiciones
naturales.[...] Nunca se supondrá, sin embargo, a una raposa manifestando a un
ganso sentimientos humanitarios, de la misma manera que no existe un gato con
tendencia favorable a un ratón”.
Con todo lo escrito en este
capítulo Hitler deja clara la superioridad de la raza aria sobre las demás,
siendo esta la precursora de todas las civilizaciones. Además asocia el
concepto de “Hombre” única y exclusivamente con el de “ario”, dejando claro su
opinión sobre la mezcla de esta raza con otras que él considera inferiores.
Esto lo manifiesta en frases como: “También
la historia humana ofrece innumerables ejemplos de este orden, ya que demuestra
con asombrosa claridad que toda mezcla de sangre aria con la de pueblos
inferiores tuvo por resultado la ruina de la raza de cultura superior”. Y
como en: “No fue por mera casualidad que
las primeras formas de civilización se presentaron allí donde el ario entró en
contacto con las razas inferiores, subyugándolas y forzándolas para obedecer su
comando. Los miembros de la raza inferior fueron las primeras herramientas
mecánicas al servicio de una civilización cada vez mayor”. Más adelante
Hitler aclara que el término “Ario” hace referencia al pueblo alemán: “.....las
cualidades arias fundamentales de nuestro pueblo alemán”. Por lo tanto, de lo expuesto por Hitler en “Mi lucha” (1925),
podemos concluir que: existe una raza “aria” superior y su mezcla con las
consideradas razas inferiores dan como resultado la degeneración de la especie
humana. Esto será el comienzo de la doctrina ideológica del NSDAP.
A medida que el partido Nazi va
cobrando importancia en el panorama político alemán, la Teoría Racial va
ganando adeptos entre la comunidad científica. Este hecho crea una corriente
que toma como eje central de la higiene racial a la biología, dándole base
científica a algo que hasta entonces solo era teoría. Ya en 1923, Fritz Lenz,
profesor de higiene racial, eugenista y genetista humano, comentaba que “el nacionalsocialismo puede ser considerado
como una biología aplicada, una radiología aplicada”. Años más tarde otro
importante genetista de la época Otto Freiherr von Verschuer declaraba que “El Führer del Reich alemán ha sido el
primer hombre de Estado que ha hecho de los conocimientos de la biogenética y
de la higiene racial un principio director de la conducta del Estado”
alabando la política de Hitler (29). También en 1931 el Presidente de la
Sociedad Alemana de Biólogos, Ernst Lehmann, afirmó que “la visión del mundo nacionalsocialista ha conquistado Alemania, y el
núcleo de esta visión del mundo está formado por la ciencia biológica”. Ya
en 1934, personas del círculo más íntimo de Hitler, como su lugarteniente
Rudolf Hess, declaró: “El
Nacionalsocialismo no es nada más que biología aplicada” resaltando la
importancia que adquirirá el mundo científico en éste área.
FOTO 11 Campos de exterminio. Fotografía incluida en “Imágenes y memoria de Mauthausen”
exposición dedicada a los centenares de valencianos, principalmente
republicanos, deportados a ese campo. Niños
Quedará patente la relación entre
Biología y Nacionalsocialismo en la frase del Premio Nóbel de Fisiología y
Medicina, Konrad Lorenz: “La medida más
efectiva para preservar la raza es aquella que da el mayor apoyo a las defensas
naturales… Nosotros podemos y debemos descansar en los instintos saludables de
lo mejor de nuestro pueblo… para el exterminio de los elementos de la población
cargados de escoria. De otra manera, estas mutaciones deletéreas permearán el
cuerpo del pueblo al igual que las células de un cáncer” (30).
La situación en la que se
encontraba la Alemania de esta época, de gran depresión social y política, hace
que todo este discurso cale profundamente en la población y que esta comience a
ser partidaria y partícipe de todo este pensamiento. Comienza así a formarse el
marco perfecto para que las ideas del Nacionalsocialismo y sus seguidores
puedan llevarse a cabo, reflejándose cada vez más la demanda social de
estructurar la teoría racial.
Uno de los puntos importantes de
los fundamentos Nazis para estructurar esta teoría es el concepto de
“Lebensraum” o espacio vital. Esto hace referencia al espacio que, según
Hitler, los alemanes de sangre pura tenían derecho a ocupar por el simple hecho
de ser una raza superior. Este derecho solo lo tenían los alemanes puros y para
llevarlo a cabo tenían que deshacerse de todo aquel que fuera una carga para
las ambiciones políticas y sociales del régimen.
Así, empieza a excluirse de la
sociedad a los considerados no “alemanes de sangre” o “Stammdeutsche”, es
decir, todos aquellos que no cumplían los cánones arios o no descendían de
estos. Aparece el término “nórdico” como concepto más concreto dentro de la
raza aria. Término acuñado por el antropólogo Hans Günther, cuyos trabajos
suscitarán gran interés a los ideólogos Nacionalsocialistas ya que daban base
científica a su teoría racial (31).
Según este antropólogo alemán en
sus libros “Kleine Rassenkunde des deutschen Volkes” y “Rassenkunde Europas”
publicados en Múnich en 1929 y 1926 respectivamente, la raza nórdica se
caracteriza físicamente por ser alta y delgada, de largas piernas, con cara,
frente, nariz y mandíbula estrecha, barbilla prominente y de pelo rubio. Por
otro lado, las características psíquicas del nórdico son la sabiduría en el
juicio y la veracidad. También es enérgico y valeroso, inventivo, tenaz,
prudente, competitivo, justo, respetuoso, caballeroso, individualista,
altruista, con carácter, fiel, líder, honorable, entre otras.
Aunque este teórico, en un
principio, es acogido entre los pensamientos del Nacionalsocialismo, a la larga
terminará siendo desacreditado por la radicalización a la que somete al término
nórdico, al afirmar que todo aquel que no cumpla las características del
nórdico es inferior, sin importar sus capacidades ni su posición. Esto
excluiría a la mayoría de la población alemana e incluso a las altas esferas de
NSDAP. Uno de los primeros en oponerse a estas ideas de Günther fue el mismo
Hitler, en Núremberg en 1933, cuando declaró que: “Nosotros no concluimos del tipo físico de un hombre su habilidad, sino
que de sus logros su raza”. Esto se convirtió en un pilar de la
antropología nacionalsocialista. Dejando claro que la calidad de un hombre no
solo dependía de su apariencia física, como defendía la teoría de Günther, sino
que también dependía de su herencia, sus capacidades y su valía.
Después de esto, se promulgaron
en 1933 las Leyes de Núremberg, encaminadas a velar por la pureza de la raza
aria, exaltando una evidente desigualdad entre las diferentes razas. Para el partido
Nazi, como explicamos anteriormente, ellos como raza, eran superiores a otras,
por tanto estas leyes estaban dirigidas, más concretamente, a separar a los
alemanes de los judíos para preservar la herencia alemana. Un concepto
importante para la ideología Nazi es el de “Volk” o pueblo, referido a la raza
alemana, exacerbado en las leyes anteriormente nombradas. Se crea una comunidad
“Volk” que lleva el patriotismo y el sentimiento nacionalista a todos los
aspectos de la vida diaria. Esto fue la base de un gran proyecto de política
social que se llevó a cabo para unir a la población bajo el movimiento
Volkisch, es decir, bajo las creencias y valores nazis. Un conservadurismo
nacionalista y revolucionario con sentimientos hipernacionalistas y antisemitas.
Este proyecto consistía en la
comunión de todo el pueblo ario y en una unión nacional total entorno al
Führer. Los Nazis defendían que era necesaria la unión de la comunidad para que
Alemania avanzara. Con frases como “La
comunidad nacional encontrará el destino que Dios le ha fijado” (32), la
cual se repetía en muchos de los discursos de Hitler y sus oradores, el partido
quería dejar claro cuanta importancia tenía este sentimiento de alianza aria,
para el desarrollo y engrandecimiento de su país. Esta comunión tenía que ser
total, por encima de cualquier creencia o ideología. Para esto Hitler se
propuso llevar el nazismo a todos los matices de la vida cotidiana. Las
familias y los individuos ya no son una unidad si no que forman parte de una
comunidad consolidada y en la que los preceptos nazis llegaban a todas las
prácticas diarias. Se instauraron nuevas fiestas nacionales, como el cumpleaños
del Führer, y nuevas organizaciones para premiar e incentivar a los
trabajadores arios como “La fuerza mediante la alegría”, la cual premiaba a los
trabajadores con viajes, vacaciones y fiestas.
Dos pilares básicos de esta
comunidad eran las mujeres y los jóvenes. La mujer aria porque representaba el
seguro del país con su papel como gestante, cuidadora y educadora de los
futuros alemanes. Los hombres del Volk valoraban y querían a una mujer para
procrear, que supiese cuidar a su familia, obedecer y educar a sus hijos en los
ideales del Reich. A todo esto se las enseñaba en la “Liga de muchachas
alemanas” que había sido constituida en 1930 como el brazo femenino de “Las
juventudes Hitlerianas”, organizaciones donde adoctrinaban a los jóvenes para
ser un alemán ejemplar y servir al régimen (33).
Así, se crea casi una
pseudo-religión, ensalzando la figura del Führer hasta casi la adoración, para
los alemanes arios. Evidentemente al “Volk” solo pertenecía el alemán
generacional puro, excluyendo de esta comunidad a los judíos y más tarde a
otras etnias y pueblos. Paralelamente a esta pseudo-religión se fue creando lo
que podemos considerar como una pseudo-ciencia, que cobró gran importancia en
el mundo sanitario. Para Hitler la Sanidad Alemana era una parte muy importante
en su plan de liberar al pueblo ario de lo que él consideraba ensuciar la
sangre alemana, como demuestra en varios discursos: “Me puedo pasar sin abogados, sin ingenieros, sin constructores, pero
sin vosotros, los médicos nacionalsocialistas, no me puedo pasar ni un solo día
ni una sola hora. Sí me falláis todo está perdido. ¿Para qué sirve nuestra
lucha, si la salud de nuestro pueblo está en peligro?”. Otros, como el
ministro de propaganda del partido, Joseph Goebbels, dejaban patente la
importancia de la salud en el programa Nazi con comentarios del tipo de: “[...] Nuestros objetivos son totalmente
diferentes, nosotros necesitamos un pueblo sano
para dominar el mundo” (34).
Es en este punto donde podemos
considerar que la medicina Nazi se separa de la “medicina tradicional”
olvidando los valores básicos de esta disciplina. La medicina Nazi deja de
centrarse en la enfermedad y el enfermo, buscando solo la excelencia del
individuo sano.
Incluso se llega a crear una Bioética propia, la cual violaba el
“Juramento Hipocrático” (Siglo V a.C.), el que se centraba en el enfermo,
como podemos leer en este fragmento del mismo: “En cuanto pueda y sepa, usaré de las reglas dietéticas en provecho de
los enfermos y apartaré de ellos todo daño e injusticia. Jamás daré a nadie
medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de
este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna. Por el contrario,
viviré y practicaré mi arte de forma santa y pura” (35).
Esta Bioética Nazi seria
concebida según los siguientes postulados (36):
Evolucionismo darwiniano: se acepta y se manipula la Teoría de Darwin
sobre el origen de las especies en favor del régimen.
Intervencionismo biológico: un buen gobierno tiene que asumir el
deber de intervenir en la evolución biológica de su pueblo, desarrollar y
fomentar programas de cribado evolutivo.
La apariencia humana puede no implicar humanidad: aunque los judíos
tengan apariencia humana son resultado de otra evolución. Por lo tanto, los
signos externos no son suficientes para su consideración como humanos.
De las diferencias externas se desprenden estados jurídicos diversos:
considerando que existen distintas razas y aunque éstas son (con excepción de
la judía) el resultado de la evolución humana, no todas poseen los mismos
derechos. Dado que la raza depende del aspecto exterior, éste se vuelve
determinante del status jurídico del sujeto.
Eugenesia individual y social: se debe eliminar de la sociedad
aquellos individuos biológicamente nocivos (enfermedades hereditarias, defectos
congénitos, etc.), por la vía de su esterilización, voluntaria o forzosa, o
inclusive de su eliminación física (muerte).
Eutanasia individual y social: la vida por sí sola no tiene por qué
ser respetada, solo aquella que merezca ser vivida. Se antepone el malentendido
concepto de bien común o del “Volk” al del propio individuo si el estado considera
que es indigno. El fin justifica los medios.
Preferencia por la muerte de los más jóvenes: se consideraba más
correcto social y éticamente eliminar primero a los individuos de menor edad.
Esta Bioética es el preámbulo
para los programas de “Higiene racial” que comenzaron a llevarse a cabo por el
régimen para adoctrinar a la sociedad germana. Estos programas abarcaban todo
el ámbito social, desde enseñanzas en las escuelas y universidades,
propagandas, cursos de puericultura (donde las mujeres recibían instrucciones
de higiene racial y salud), etc., hasta los actos llevados a cabo en los campos
de concentración por los sanitarios nazis.
Como ejemplo de uno de estos
programas podemos hablar de las campañas anti-tabaco llevadas a cabo por el
estado, en uno de sus documentos podemos leer: “The Nazi anti-tobacco effort
must be understood as part of the effort to safeguard the German population
against racial poisons” (37). Dando a
entender que el consumo de tabaco era un modo de contaminar la raza. Otro caso
lo encontramos en las escuelas, donde el tema racial se trataba en todas
materias, como ejemplo un problema matemático: “Mantener toda la vida a una persona con una enfermedad mental cuesta 4
marcos al día, a un mutilado 5,50 marcos, y a un criminal 3,50. Los
funcionarios cobran al día 4 marcos, los oficinistas apenas llegan a los 3,50,
los obreros no cualificados cobran menos de 2 marcos, para mantener a sus
familias (Ilustra estos datos con un diagrama). Según ciertos datos puede haber
al menos 300.000 enfermos mentales, epilépticos, etc. ¿Cuánto cuesta mantener a
todas estas personas a un coste de 4 marcos por día? ¿Cuántos préstamos de 1.000
marcos cada uno, se podrían dar a las familias cuando fueran a casarse, con ese
dinero (con el empleado en mantener a los deficientes)?” donde se señalaba
claramente los costes de las personas que se consideraban una carga para el
estado al mismo tiempo que ponían en práctica la lógica matemática (38).
Por otro lado, como escribe
Robert N. Proctor en el capítulo uno de su libro “The Nazi war on Cancer”, el
cáncer era unos de los grandes enemigos para el régimen Nazi y su obsesión por
mantener la salud del “Volk”: “The Reich Anticancer Committee (Reichsausschuss
für Krebsbekämpfung) established in 1931 was enlarged, and an ambitious new
journal, the Monatsschrift für Krebsbekämpfung (Monthly journal for the
struggle against cancer), [...] was launched in 1933 to coordinate the
anticancer effort. More than a
thousand medical doctoral theses explored cancer in one form or another in the
twelve years of Nazi rule […] Cancer registries were established, including the
first German registries to record cancer morbidity (incidence) and not just
mortality (deaths). Efforts were made to strengthen prevention-oriented public
health measures, including occupational safeguards, laws against the
adulteration of food and drugs, bans on smoking, and programs to reduce the use
of cancer-causing cosmetics, to name only a few” (39).
FOTO 12 Carteles propagandísticos
de la raza aria
Esta preocupación por la salud y
la excelencia de la raza que tenían los Nazis se traduce en una nueva
disciplina que pasó a denominarse “ciencia de la raza”. Como dice Horacio
Riquelme en su artículo “La medicina nacionalsocialista: ruptura de cánones éticos
en una perspectiva histórico-cultural” citando a Michael H. Kater, profesor de
la Universidad de Toronto, Canadá, “el desarrollo de esta disciplina como
especialidad médica bajo el dominio Nazi en base a las trayectorias académicas
de cuatro figuras centrales: “la
especialidad médica específicamente nazi de la ciencia de la raza consta
básicamente, por una parte, de un componente extraído de las ciencias
naturales, esto es, de la antropología (física) convencional y de la medicina
positivista y, por otra, de uno ideológico que encuentra su culminación en la
idea de un inmutable orden jerárquico de la sangre” En el desarrollo de la
ciencia de la raza se puede distinguir una senda recta [...] En esta senda se
alternan cuatro hombres, todo médicos, y todos también al principio jóvenes
científicos serios que se fueron desviando progresivamente hasta lo irracional.
Estos hombres son Theodor James Mollison, Eugen Fischer, Ottmar Freiherr
von Verschuer y Josef Mengele”(40). Estos cuatro hombres que nombra Horacio Riquelme en su
publicación, fueron connotados expertos en la “ciencia de la raza” e
instauraron varios conceptos básicos de esta. Fueron admiradores de Hitler y
participes en numerosas investigaciones experimentales y en las políticas
raciales y antisemitas que llevaba a cabo el régimen.
Esta “ciencia de la raza” se vio
totalmente reflejada en los proyectos de Eutanasia y Eugenesia que se
desarrollarían durante estos años. Todos los considerados una carga para el
Estado o que ensuciaban la raza debían ser eliminados.
Para explicar estos proyectos,
primero debemos aclarar los conceptos de Eugenesia y Eutanasia:
Eugenesia: término acuñado por el científico Francis Galton
(1822-1911), significa “buen nacimiento” y según la RAE es la “aplicación de
las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana”.
Sin embargo, los Nazis toman una definición de este término procedente de la
distorsión de la teoría de Charles Darwin, sobre la selección natural y la
supervivencia del más apto, y de su propia adaptación de la “teoría del
Superhombre” del filósofo alemán del siglo XIX, Friedrich Nietzsche (41).
Eutanasia: término que proviene del griego y significa “buena
muerte”, la RAE lo define como “la acción u omisión que acelera la muerte de un
paciente desahuciado, con o sin su consentimiento, con la intención de evitar
sufrimiento y dolor”. Para los Nazis el fin de esta práctica no era evitar el
sufrimiento de los enfermos, sino más bien, la carga social que suponen lo que
ellos denominan las “vidas indignas de vivirse” [Lebensunwertes lebens].
Para los Nazis la medicina
tradicional iba en contra de la propia naturaleza y de la selección natural que
Darwin defendía, por lo que la práctica clínica de estos conceptos comienza a
ser cada vez más habitual, encaminándose a reforzar la “ciencia de la raza”.
Como dijo el Doctor, anteriormente nombrado, Eugen Fischer en 1943 “Es una suerte que se da pocas veces que una
ciencia teórica florezca en una época en la que la ideología predominante la
acoge con entusiasmo y en la que sus hallazgos pueden tener beneficios
inmediatos para la política del Estado” (42).
Algunas de las justificaciones
del empeño por deshacerse de los llamados “lastres sociales”, es decir, de los
que estaban fuera de los sistemas de producción o aquellos que padecían alguna
enfermedad crónica o invalidez física o mental, las podemos encontrar en el
texto publicado en 1920 por el jurista Binding y el psiquiatra Hoche, “La
licencia para exterminar vidas sin valor: su medida y su forma”.
Estas justificaciones se resumen
en tres aspectos esenciales:
La existencia de un
individuo es inherente a su utilidad para la comunidad, por tanto, un individuo
que ya no es útil no debe existir.
El aspecto económico,
es decir, la carga monetaria que estas personas suponen para el Estado.
El simple hecho de
exterminar estas personas para limpiar el “cuerpo de la Nación”, es decir, un
concepto tergiversado de Salud Pública.
Todo esto lo vemos reflejado en
las paginas 118-119 de este mismo texto con palabras como: “Preparados ideológicamente de esta forma, impresionados por la muerte
de tantos jóvenes sanos en la Primera Guerra Mundial y acicateados por su
experiencia con la indigencia social que en ese momento se generalizaba en los
establecimientos para enfermos crónicos, inválidos e incapacitados mentales, la
conciencia de responsabilidad social de los médicos se invirtió, tomando una
dirección inhumana y reaccionaria: la medicina y el Estado no podían sacrificar
hombres sanos en los campos de batalla, mientras se conservaba la vida a
enclenques y enfermos con un alto gasto material y asistencial. La medicina y
el Estado no debían tomar medidas en contra de la selección natural, ayudando
así al empeoramiento de la especie humana. En tanto que la medicina y el Estado
ostensiblemente no podían lograr condiciones de vida que suficientes para
todos, debían tener el valor de promover la vida de los sanos y socialmente
fuertes y exterminar las ‘existencias lastres' (43)”.
Estas ideas dieron paso a
legislaciones para acotar la vida y la reproducción, dando base legal para
exterminar a toda persona clasificada por los Nazis como no válida para el
Nacionalsocialismo, leyes que fueron muy bien acogidas por la comunidad médica,
como expondremos en nuestro siguiente capítulo.
4.2.- Marco legislativo
En este capítulo vamos a intentar
plasmar las políticas y legislaciones que se desarrollaron a partir del ascenso
al poder del partido Nacionalsocialista. Como explicamos en el contexto
histórico de nuestro trabajo, este partido alcanzó el poder de una manera
lícita, a través de un proceso democrático, elegido por el pueblo alemán. Por
tanto, todas sus leyes tenían una base legal y eran de obligado cumplimiento
para todos los habitantes del Reich.
Nosotros para nuestro trabajo
vamos a centrarnos en las leyes relacionadas con la cuestión racial. Todas
estas leyes y decretos seguían el mismo perfil antisemita y ultranacionalista,
con el fin de dejar clara la jerarquización de la sociedad alemana y dándole un
marco legislativo a la “Teoría Racial” en la que basaban su ideología, como
explicamos en el capítulo anterior.
El partido Nazi promulga la
llamada “Ley Habilitante” en marzo
de 1933, cuando el Reichstag dio plenos poderes a Hitler y con la que se
iniciaba la política de sincronización que llevaría a cabo el NSDAP. Dicha
política consistía en poner bajo los preceptos Nazis todos los estamentos del
gobierno alemán. Esta ley constaba de 5 artículos, los cuales establecían que
todas las decisiones políticas serían tomadas por el “Gobierno de Reich”, lo
que en la práctica limitaba el poder de promulgar leyes y por tanto de gobernar
al NSDAP. Estas normas legales podían ir incluso en contra de la Constitución
de Weimar (la cual no fue derogada expresamente) o modificarla. El partido Nazi
era totalmente libre de dictar todas las políticas que se llevarían a cabo en
Alemania, sin contar con la opinión de ningún otro gabinete del Reichstag. Con
esta ley daba comienzo la “dictadura democrática” que sería régimen
nacionalsocialista hasta el final de la IIGM.
A esta ley le siguieron más de
400 leyes y decretos, promulgados entre 1933 y 1939, dirigidos a limitar todos
los aspectos de la vida de los “no arios”, centrándose en la comunidad judía.
La primera ley en restringir la
vida pública y privada del pueblo judío fue, en abril del 1933, la “Ley para la Restauración del Funcionariado
Público Profesional”. Esta apartaba de las funciones públicas a los judíos
y al resto de personas que consideraban peligrosas para la política. La legislación
restringía el número de alumnos judíos en escuelas y universidades. En este
mismo mes se restringió radicalmente la actividad a los profesionales judíos
del derecho, prohibiéndose la práctica jurídica a abogados y notarios judíos.
Por otro lado, lo mismo ocurrió en el ámbito de la medicina; donde se limitaba
su actividad a la atención de pacientes judíos, se les deja de abonar los
reembolsos por parte de los fondos de seguro médico del estado y se prohíbe el
ingreso de estudiantes judíos en las facultades de medicina. A este respecto
debemos resaltar que hasta este año, es decir, durante la República de Weimar,
la situación social y económica de las profesiones sanitarias estuvo marcada
por una gran inestabilidad, al igual que en la mayoría de los trabajos. Las
cajas de seguro de salud se habían retrasado en los pagos de los honorarios, lo
que incluso llevó, a mediados de 1923, a una huelga por parte de los
profesionales.
Entre 1923 y 1933, esta situación
se agudizó por la crisis económica que, como hemos explicado anteriormente,
atravesaba el país. Esto provocó cambios importantes en el marco ideológico de
la sanidad. Por un lado, aumentó el sentimiento antisemita y aunque las
profesiones sanitarias habían sido una de las más abiertas a los judíos, empezó
a emerger la exigencia de que se despidiera a los compañeros judíos para
contratar a profesionales de origen alemán. Y por otro lado, se abrió un debate
sobre los costes que la manutención de los discapacitados (físicos o psíquicos)
le suponía al estado, considerando estos costes como una pérdida económica; es
decir, entre la comunidad sanitaria nació una gran intranquilidad sobre los
destinatarios de las ayudas sociales, colocando el interés de la nación por
encima del interés de los individuos. A partir del final de 1933, los Nazis
acrecentaron sus esfuerzos para captar a los sanitarios alemanes, así, en octubre
de este año, la Liga de Médicos Nacionalsocialistas Alemanes (NSDÄB) contaba con 11.000 miembros, número
que fue incrementándose a medida que el partido Nazi iba adquiriendo poder
(44).
Una de las que sufrió estas
exigencias fue Hertha Einstein, alemana de nacimiento pero de raíces judías,
que se casó con el medico judío Erich Nathorff. Quienes confiaron en Hitler,
debido a la situación en la que se encontraba el país, pero cuando este fue
nombrado Canciller, las cosas comenzaron a cambiar para el matrimonio. A él lo
despidieron del hospital en el que trabajaba y a ella solo le quedo su clínica
ginecológica, donde poco a poco dejaron de acudir los clientes. Ambos sufrieron
numerosas vejaciones, hasta que en 1939 consiguieron salir del país junto con
su hijo.
La represión política de los
judíos, con el transcurso de los años, llegó a todas los ámbitos sociales,
desde su expulsión del ejército o la prohibición de su participación en el cine
y en el teatro, hasta la expropiación paulatina de todos sus bienes, impidiendo
que estos se ganasen la vida, decretada a finales de 1938.
En julio de 1933 se promulgó la “Ley sobre profilaxis de descendencia con
enfermedades hereditarias” la cual muestra un interés marcado del NSDAP por
las medidas de eugenesia y eutanasia, lo que consideraban como un “tratamiento
especial”.
Esta ley se aplicaría en tres
aspectos a favor de la “salud racial”, dando como resultado: “[...] 1.- El programa de eutanasia para
‘enfermos mentales’. 2.- El exterminio directo de poblaciones étnicas
indeseadas y enfermos indeseados por ‘tratamientos especiales’. 3.- Trabajos
experimentales preparatorios para esterilizaciones masivas” (45).
A este respecto, años más tarde,
en 1936 se promulgó la ordenanza
“Permiso para destruir la vida indigna”, el cual daba la autorización para
aplicar la eutanasia o eugenesia en enfermos mentales y que será la base para
numerosos programas más adelante.
Enlazando con la anterior ley de
1933 y destinadas a la “pureza de la sangre alemana” se aprueban en 1935 las
famosas “Leyes de Núremberg”,
publicadas el 15 de septiembre de este año y que enumeramos a continuación:
1.- “Ley de la bandera del Reich”, en ella se tratan los colores y
forma de la bandera, emblema (esvástica) y se le da el poder al Führer para
determinar dichos aspectos (46).
2.- “Ley para la protección de la sangre y del honor alemán”, ley
que se dividía en 7 artículos, que podemos resumir de la siguiente manera: los
matrimonios entre judíos y arios quedaban totalmente prohibidos, aunque se
hubieran efectuado en el extranjero, con el fin de evadir esta ley. Todos estos
matrimonios serían nulos, procedimiento de nulidad que sería iniciado por el
estado; las relaciones sexuales entre judíos y arios o similar quedaban
prohibidas; el empleo de sirvientes domésticos alemanes quedaba prohibido para
todo aquel de sangre judía; se prohibía a los judíos lucir la bandera o los
colores del Reich. Solo les estaba permitido exhibir los colores judíos, aunque
regulados por el estado. Serían penados con multa, prisión y/o trabajos
forzados cualquiera que infringiese los artículos anteriormente citados (47).
3.- “Ley de Ciudadanía del Reich”, esta ley aclara que solo era
considerado ciudadano del estado alemán, aquella persona que obtuviera el
documento de “Ciudadanía del Reich”. Tal documento solo se les concedía a
aquellos de sangre alemana o afín y que pudieran demostrar ser aptos para
servir lealmente al pueblo alemán. Solo el ciudadano de Reich disfrutaba de
plenos derechos políticos (48).
Con respecto a esta última ley,
un mes más tarde, se decretó una reforma en base a su artículo 3º, endureciendo
las condiciones para obtener la acreditación de “sangre pura”, perfilándose más antisemita. Esta reforma la podemos
resumir en tres puntos:
1.- El estado se
guardaba el derecho de conceder o retirar la ciudadanía del Reich a su
criterio. Solo los ciudadanos del Reich pueden votar. Además, hace extensible
esta ley no solo a la comunidad judía sino también a romaníes, negros y otras
etnias.
2.- Define qué sujeto
era judío puro y cual de sangre judía mezclada o “Mischlinge”. Se consideraba
judío puro aquel que profesara la religión judía o que al menos tres de sus
abuelos fueran judíos. También descendientes de padres judíos o cuyo cónyuge
profesara la religión judía.
3.- El judío, en ninguna
circunstancia, sería considerado Ciudadano del Reich, por lo tanto, no tenía
derecho a votar ni a participar de la vida pública. El 31 de diciembre de este
mismo año, todos los judíos trabajadores del estado serían relegados de sus
puestos. Las organizaciones religiosas no se vieron afectadas.
A partir de estas leyes y sus
reformas, todo individuo que quisiera acceder a las organizaciones políticas o
a cargos públicos debía poseer el conocido “Árbol
Familiar de Linaje Ario” válidamente emitido por el estado, que demostrase
su descendencia aria desde 1.750 (49).
Como consecuencia de estas leyes
raciales, y de la decreciente tasa de natalidad durante los primeros años del
III Reich, el 12 de diciembre de 1935 Himmler funda el programa “Lebensborn”. Proyecto destinado a
contrarrestar dicho fenómeno demográfico y a crear una generación que liderase
en un futuro una Alemania pura. Para lograr este objetivo se creó la llamada “Lebensborn Eingetragener Verein”,
sociedad que recompensaba a las jóvenes racialmente puras por dar a luz en
secreto a niños arios con oficiales de la SS (en 1939 se impuso un mínimo de 4
hijos). A estas jóvenes, quienes debían haber pasado por un test de pureza
racial y cumplir ciertos requisitos físicos, se les proveía de una casa y de
los medios necesarios para llevar una vida confortable. Los niños que nacían
dentro de este programa eran separados de sus madres, las cuales perdían la
potestad de sus bebés, y eran adoptados por el estado y llevados a las llamadas
“nurseries” o guarderías infantiles.
Estas tenían como función educar a los niños, evitar el aborto y proteger a las
madres. Posteriormente, también sirvieron como lugar de encuentro entre las
jóvenes y los oficiales de la SS que desearan formar parte del programa. Los
niños que tuvieran taras físicas o psíquicas serían exterminados inmediatamente
(50).
Entre 1937 y 1938 el Estado
alemán recrudece la legislación en contra del pueblo judío, promulgando leyes
como la del 11 de julio de 1938 en la que se prohibía la entrada de judíos en
centros de salud, la ley del cambio de apellidos del 17 de agosto (51), o la
del 21 de diciembre del mismo año, “Ley
para Parteras”, que prohibía a las mujeres judías practicar la profesión.
Todo estas leyes y sus análogas en todos los aspectos sociales y la incesante
persecución llevada en contra esta comunidad provoco un éxodo de más de 200.000
judíos, cuyas posesiones quedaban en manos del Estado. Los que decidieron
quedarse no lo hicieron en mejores condiciones, ya que se decretó el “Registro de la propiedades judías”,
decreto que impedía a los judíos tener negocios propios y tener que vendérselo
a ciudadanos alemanes a precio de saldo, llegando a una “arianización” del
comercio alemán.
En agosto de 1939 se emite una
ordenanza secreta a médicos y matronas, la cual instaba a estos sanitarios a
registrar en un censo a niños menores de tres años afectados por enfermedades.
Tal decreto incluía como enfermedades de registro obligatorio: “[...] 1.- Idiotez, mongolismo (en especial
los casos unidos a ceguera y sordera). 2.- Microcefalia. 3.- Hidrocefalia en
estado grave o avanzado. 4.- Deformaciones de todo tipo, especialmente falta de
miembros, fisuras graves del cráneo y la columna vertebral. 5.- Parálisis,
incluida la enfermedad de Little” (52). Estos niños censados por los
sanitarios eran incluidos en las ‘Secciones infantiles especiales’ donde eran
exterminados inmediatamente.
Paralelamente, también en 1939,
empezó a gestarse la denominada “Aktion T4”. Programa de eutanasia cuyo
objetivo era disminuir el número de internados en los centros psiquiátricos, a
los que se aplicarían unas determinadas ‘medidas especiales’ para acabar con
estas ‘vidas sin valor’ para el régimen Nazi. Con este fin fue enviada a todas
las instituciones mentales una ordenanza, la cual obligaba a los profesionales
encargados de estas a inscribir en un registro a determinados pacientes que
sufrieran: esquizofrenia, epilepsia, demencias seniles, parálisis, sífilis,
‘imbecilidad’ por cualquier causa, encefalitis o estadios neurológicos
terminales. También se incluirían en este proyecto aquellos que llevaran 5 o
más años en una de estas instituciones, los enfermos mentales criminales o los
que no fueran de descendencia aria.
Ya en 1940, estas ordenanzas y
preceptos jurídicos culminaron en la ley que dio como resultado el mayor
exterminio masivo de las comunidades consideradas como ‘asociales’, la “Ley sobre Extraños a la comunidad”.
Esta ley se basaba en la idea de una biología criminalística, cuya etiología
venia dada por el grupo social o la “raza” a la que el individuo pertenecía. El
término ‘asocial’ hacía alusión a todos aquellos individuos considerados indeseables
por el estado como eran: los gitanos, prostitutas, tuberculosos, negros,
homosexuales, entre otros; y cuya erradicación se llevaría a cabo en todo el
territorio de dominio Nazi (53).
En relación a la homosexualidad,
durante el régimen Nazi estuvo en vigor el Artículo 175 de su Código Penal, el
cual condenaba las relaciones sexuales o
cualquier otra práctica lasciva entre personas del mismo sexo masculino o de
personas con animales. Estas prácticas estaban castigadas con penas de prisión,
de trabajos forzados y de suspensión
temporal de los derechos civiles de los sujetos. Wilhelm Frick, diputado Nazi
en el Reichstag, expresaba así su aversión hacia este grupo social ya en 1927: “... tales vicios conducen a la perdición de
la Nación alemana.”. El intento de erradicación de los homosexuales se
saldó con aproximadamente 5.000 muertos durante el III Reich (54).
Todas estas leyes, de marcado
carácter racista y antisemita, fueron aplicadas bajo el beneplácito del Führer
alemán y la supervisión del Ministerio del Interior del Reich, de cuyo
cumplimiento no estaba exento ningún habitante de este. Por esta razón, no
dejaron indiferente a nadie de la época, ni dentro de las fronteras del Reich
ni fuera de estas. Aunque la gran mayoría de alemanes arios las aceptaron sin
objeciones, haciéndose cómplices de estas, hubo otro sector de la población que
se opuso a ellas.
En el sector sanitario, como
hemos explicado anteriormente, la idea de la “teoría racial” y la aceptación de
una pseudo-ciencia basada en la “pureza aria”, fueron adoptadas por una gran
mayoría de profesionales, pero también hay que resaltar que, pese a que fuera
difícil oponerse individualmente a ello, se produjeron movimientos en contra de
esta ‘actividad científica’. Un ejemplo de esta oposición lo encontramos en el
médico progresista judío Julius Mozes (1868-1942), gran defensor de la salud
pública a través de la prevención, como afirma cuando dice que: “Todo lo que pensaba hasta ahora que era el
dictado supremo de la medicina (cuidar a los enfermos, sin reparar en razas,
tratar igual a cualquier paciente sin diferencias de religión o sexo, ayudar a
todos y aliviar sus sufrimientos) no se considera apropiado en opinión del
nacional-socialismo. Es lo contrario. Ellos (los nazis) desean hacer una guerra
total contra los inferiores de todo tipo, especialmente enfermos sin esperanza,
y deshacerse de ellos… Los enfermos que no tienen posibilidades están
predestinados a la eliminación, y justamente el médico es el encargado de la
tarea. ¡El médico se convertirá en asesino!” (55)
Esta oposición al régimen Nazi,
ya fuera por estar en contra del régimen fascista o por tener una actitud
pro-humanista, se da en general dentro de la comunidad médica. Un ejemplo de
esto lo vemos en la Unión de Médicos Socialistas quienes paralelamente se
habían quedado en la oposición camuflados y en silencio frente a estas
“actividades científicas” y que finalmente fueron exiliados por el régimen
Nazi. Otro caso, de oposición individual, fue el del Dr. Schede, profesor de ortopedia
de la facultad de Leipzig, quien impidió la esterilización, al no registrarlas,
de las personas nacidas con luxaciones de cadera y/o pie equino. También
existieron durante estos años varios grupos de opositores a estos actos, entre
los que debemos destacar un grupo de estudiantes de medicina de Munich
denominados ‘Rosa Blanca’, quienes criticaban al fascismo y las políticas
desarrolladas en su nombre, alentando a la gente a la resistencia.
Una de las oposiciones más
influyentes fue la que presentaron los psiquiatras de las instituciones
mentales, tras conocer las verdaderas intenciones de los traslados de enfermos
mentales concernientes al programa “exterminio de vidas sin valor”. Varios de
estos psiquiatras, como el profesor Büchner de Friburgo y el profesor Kurt
Sneider, ejercieron una gran presión social en contra de estas acciones.
FOTO 13 Saludos
Nazis por parte de sacerdotes y cardenales del clero junto con oficiales de las
SS
No podemos olvidar como uno de
los mayores opositores del Nazismo a la Iglesia Católica, oposición liderada en
estos años por Eugenio Pacelli (1876-1958), el Papa Pío XII (1939-1958). Este
Papa, siendo el nuncio de Pío XI (1922-1939) en Berlín (56), firma en 1933 un
concordato con el régimen Nazi, conocido como el “Concordato del III Reich”,
intentando proteger al catolicismo de las pretensiones del Nazismo y,
colateralmente, haciendo que el NSDAP se alce con el poder apoyado por el
partido político católico ‘Zentrum’, poco después Hitler disuelve este partido
(57). Cuatro años después, en 1937, viendo claramente la política de opresión y
odio de los Nazis, la iglesia condena al régimen Nacionalsocialista y a los
actos perpetrados en su nombre con la encíclica “Mit Brennender Sorge” firmada
por el todavía Papa Pío XI , leída el 21 de marzo de este año en las más de
11.000 iglesias católicas alemanas (58). Pacelli, a través de sus radio
mensajes navideños, también condenó el Nazismo años más tarde (59). Estos hechos han sido objeto de innumerables
controversias y críticas a lo largo de estos últimos setenta años, llegando
incluso a acusar a este Papa de colaborar con la causa Nazi. A este respecto,
el actual Papa Francisco ha declarado que “No
quiero decir que Pío XII no haya cometido errores –yo mismo cometo muchos– pero
su papel hay que leerlo según el contexto de la época” instando a la
compresión de esta actuación de la Iglesia Católica durante el III Reich (56).
4. 3.- Sanidad dentro de los campos (Auschwitz-Birkenau). Papel de la
enfermería
Con la subida al poder del
partido nacionalsocialista y a medida que la legislación Nazi iba tornándose
más racista y opresora, fueron abriéndose en el territorio alemán y en los
territorios ocupados, numerosos centros destinados a recluir a ciertos grupos
sociales, judíos, minorías raciales, asociales, criminales y rivales políticos
de Hitler, donde los derechos civiles y el respeto humanos les eran
arrebatados. Estos centros quedaron definidos como campos de tránsito, de
concentración, trabajo y finalmente de exterminio (60).
Por otro lado, empezaron a
construirse en Alemania lugares de hacinamiento para los judíos, guetos donde
eran apartados de la población alemana, y condenados a unas condiciones de vida
precarias. En estos guetos a la población judía, que se veía sometida a un
asedio por parte del gobierno alemán, se les restringía la libre circulación y
el suministro de alimentos y medicamentos, por lo que las condiciones
higiénico-sanitarias comenzaban en poco tiempo a degradarse. Todo esto, junto a
la sobrepoblación y los servicios sanitarios inadecuados, daban como resultado
numerosas epidemias y el incremento de las tasas de mortalidad. Con la
reclusión de los judíos en estos guetos, el régimen mantenía a esta comunidad
bajo control y tenía una fuente de mano de obra para su industria bélica,
además podemos considerar que esto fue una manera encubierta de llevar a cabo
sus planes de genocidio de la población judía. El primer gueto que se fundó fue
el de Łodz, en febrero de 1940, para recluir a la comunidad judía de esta
ciudad de la Polonia ocupada y meses más tarde, en noviembre de este año, se
estableció un segundo gueto y el más conocido en la ciudad de Varsovia. Aquí encontramos a algunas enfermeras como
Irena Sendler, que dedicó su vida a ayudar y salvar cientos de vidas de niños
(61).
Una vez nombrados los dos
principales instrumentos del Nazismo para el hacinamiento de la población
‘no-aria’, debemos aclarar que nuestro estudio lo vamos a centrar en la
aplicación práctica de la ideología nacionalsocialista dentro del ámbito
“sanitario” en los campos de concentración y exterminio Nazis, y más
concretamente en el complejo Auschwitz- Birkenau. Para ello debemos describir
los tipos de campo que existieron durante el III Reich y su finalidad. Estos
los vamos a englobar en tres tipos principales de campos: de concentración, de
exterminio y de trabajos forzados, como nombramos anteriormente.
Los campos de trabajo eran centros de internamiento donde los presos
eran sometidos a trabajos forzados durante interminables horas, llegando a la
extenuación de estos o incluso a la muerte.
Los campos de concentración los podemos definir como centros destinados
a confinar y detener a estos grupos de personas, sin juicio previo pero sí con
respaldo legal por parte del gobierno Nazi. Se construyeron por toda Alemania a
partir de 1933.
Los campos de exterminio fueron construidos a partir de 1941 con la
función específica de eliminar a personas. Existieron siete de estos campos de
los cuales seis fueron construidos en el territorio ocupado de Polonia (62).
Esta función era la gran diferencia con los otros tipos de campos, donde la
gente moría por las condiciones higiénico-sanitarias y el maltrato que recibían
los presos por parte de los oficiales encargados de estos campos.
En nuestra opinión podemos
considerar que al final todos estos campos tenían el mismo objetivo: la
exterminación de la población judía de Europa, ya que, fuera por un método u
otro, la finalidad era la muerte del preso.
El campo de Auschwitz, en el que
hemos contextualizado nuestro estudio, con el transcurso de la guerra, se
convirtió en un complejo formado por 3 campos y 47 sub-campos, los tres campos
principales fueron: Auschwitz-I o campo principal, que se abrió el 20 de mayo
de 1940, aprovechando las instalaciones de un antiguo cuartel del ejército
polaco; Auschwitz II-Birkenau, cuya construcción comenzó el 1 de octubre de
1941 y que empezó a funcionar como KZ en marzo de 1942; y Auschwitz
III-Monowitz, que el 30 de octubre de 1942 abrió en un principio como el
subcampo Buna, el cual más tarde se convertirá en un campo de trabajo, donde
los presos trabajaban fundamentalmente en las industrias alemanas (industrias
que sacaban provecho de la mano de obra esclava, como por ejemplo, la IG
Farbenindustrie o Siemens). Todo este complejo estaba dirigido por la Oficina
Central Económico-administrativa de las SS (WVHA), sin embargo, de la
deportación de personas a los campos y de su exterminio se encargaría la
Oficina Central de Seguridad del Reich (RSHA). Podemos considerar que este
complejo de campos vivió dos etapas durante su existencia: la primera, del 26
de mayo de 1940 al 31 de julio de 1941, durante la cual fue un campo de
reclusión y trabajos esclavos, donde la muerte de los presos eran producto del
hambre, el agotamiento y por las enfermedades, una forma de exterminio indirecto; la segunda, del 1
de agosto de 1941 a
27 de enero de 1945, a
partir de la creación de Birkenau, durante la que la finalidad de este complejo
fue el exterminio directo de los
presos.
El 4 de mayo de 1940 fue nombrado
comandante del KL Auschwitz, el SS-Obersturmbannführer o Jefe de la guardia de
asalto, Rudolf Höss (aunque la dirección de todos los campos de concentración
estuvo bajo el mando de Heinrich Himmler, la mano derecha de Hitler) y el 14 de
junio de este mismo año, la RSHA dirige el primer grupo de personas a
Auschwitz-I, 728 presos políticos polacos provenientes de la cárcel de Tarnów.
Este campo principal llegó a su máxima extensión entre 1941 y 1942, y quedó
compuesto finalmente por 28 barracones de dos plantas, poblados por entre
13.000 y 20.000 presos (pico de población alcanzado una vez en 1942). Este
campo fue el centro administrativo de todo el complejo Auschwitz-Birkenau.
De estos 28 barracones, durante
el periodo que estuvo en activo el campo, varios funcionaron como “hospital” (63). Los
barracones 19 y 20, a
partir de 1940, empezaron a formar parte del hospital del campo, el número 19
era conocido como ‘Schonungblock’ o bloque de “reposo” (los cuales podemos
considerar como “enfermerías”) para los presos enfermos y el número 20 estaba
reservado para los enfermos con enfermedades contagiosas. Los bloques 21 y 28
también formaron parte del hospital, como bloque quirúrgico y de medicina
interna, respectivamente (64).
El bloque número 10 también
constituyó el hospital durante estos años, el cual funcionó, a partir de 1943,
como centro de experimentación; también el número 13, entre 1941 y 1942,
funcionó como hospital para los POWs soviéticos. El 26 de marzo de 1942, llegó
a Auschwitz-I el primer transporte de mujeres procedente del KL Ravensbrück
(único KL exclusivo para mujeres), la cuales fueron instaladas de los bloques 1
al 10 del campo principal, designando el Bloque número 3 de estos como “hospital”.
El bloque 10 de este campo, también fue elegido en 1944, como lugar para
internar a los enfermos mentales. No podemos olvidar que los oficiales de la SS
también contaban con su propio hospital dentro de este complejo, donde las
condiciones higiénico-sanitarias eran muy distintas a las que soportaban los
presos (65).
En marzo de 1941, Himmler mandó
construir a unos 3
kilómetros del campo principal, en la región de
Brzezinka, un segundo campo de prisioneros, como parte de sus planes para
llevar a la práctica la llamada “Solución Final”. KL Auschwitz-II o
Birkenau, estuvo constituido finalmente por más de 300 barracas, la mayoría de
estas de madera, cuyo número había ido ampliándose con el paso de los años para
dar cabida a mayor cantidad de presos. Estaba dividido por sectores, los cuales
llegaron a albergar hasta 100.000 prisioneros, hombres y mujeres, en agosto de
1944 y cuyas condiciones higiénico sanitarias eran incluso peores que las del
campo principal. Las SS equipó a este campo con la mayoría de las instalaciones
utilizadas para el exterminio: cuatro cámaras de gas con sus crematorios, dos
cámaras de gas provisionales y fosas y piras para la incineración de los
cadáveres (66).
En varios sectores de Birkenau
también diversas barracas fueron puestas en funcionamiento como “hospitales”,
aunque debido a las continuas restructuraciones y ampliaciones de los campos,
los presos eran trasladados constantemente. Por ejemplo, en mayo de 1942 fue
abierto un nuevo campo para hombres en el sector BIb (que finalmente será
establecido junto al BIa como campo femenino) donde la barraca número 1
contenía, además de salas para los enfermos, las oficinas
médico-administrativas, un laboratorio y una farmacia. También las barracas 7 y
8 fueron establecidas como “enfermerías” del campo. Estas tenían
una función especial, la número 7 servía como lugar de espera o “reposo” para
aquellos prisioneros elegidos, por estar exhaustos o gravemente enfermos, para
ser asesinados. Posteriormente algunos de estos presos se trasladaban a la
barraca número 8, donde eran liquidados mediante una inyección de fenol directa
en el corazón; aunque como regla general los prisioneros de la barraca nº 7
eran trasladados a las cámaras de gas dos veces a la semana. Los presos
denominaban estas barracas como “Bloques
de la muerte”. Esto mismo ocurría en el sector de las mujeres donde las
barracas 25 y 28 cumplían las mismas funciones que las anteriormente descritas.
Salvo que, en la barraca número 25, además de hacer “reposo” por la
extenuación, a las embarazadas y recién nacidos se le administraba directamente
la inyección de fenol.
Era en la barraca 28 donde se
asesinaba al resto de presas mediante esta inyección. Los presos internados en
el hospital del sector BIb, en julio de 1943 fueron trasladados al sector BIIf,
un sector hospitalario que llegó a tener 18 barracas y a albergar a
aproximadamente 2.000 enfermos. Las barracas número 2 y 15, serían establecidas
como bloques experimentales, donde los sanitarios de la SS llevarían a cabo sus
experimentos con niños, enanos, embarazadas, entre otros. También, bajo la
dirección de los jefes médicos del sector BIIf, se construyeron “hospitales”
más pequeños en los conocidos como “campos familiares”, en el BIIe o campo de
los gitanos (al que más tarde, en 1944, se trasladarían las actividades de
experimentación) y en el BIIb o de los judíos del gueto de Theresienstadt. Los
sectores BIIa y BIId se establecieron como zona ambulatoria de cuarentena para
los presos que llegaban al campo.
Estos dos grandes campos,
Auschwitz-I y Birkenau, contaban con su propio personal sanitario, tanto
médicos y enfermeras de la SS (Sanitätsdienstgehilfe: SDG), como sanitarios que
eran seleccionados entre los presos para trabajar con ellos, que llevaban a
cabo la dirección y la práctica de sus actividades dentro de estos. Además
también supervisaban las instalaciones hospitalarias que se establecieron en
los distintos sub-campos de este complejo. En este tema ahondaremos más
adelante en nuestro estudio. En 1943, con la creación de Auschwitz-III en la
región de Monowice, se construye en este campo el hospital más grande de todos
los sub-campos de Auschwitz, y cuya dirección queda bajo el director médico de
este, que era también quien seleccionaba y trasladaba a las cámaras de gas a
los presos enfermos más graves.
FOTO 14 Jeringa utilizada
para administrar Fenol. Preparado B 1034,
fármacos experimentales producidos por Bayer y probados en los prisioneros de
Auschwitz. Administración de fenol en Auschwitz. (Museo de Auschwitz)
Las personas deportadas llegaban
en trenes desde todos los puntos de Europa a estos campos, donde al bajar de
los vagones, debían enfrentarse a una primera selección, conocida como ‘la
selección de la muerte’, llevada a cabo por los SDG (67). Esta selección se
basaba en la observación de los recién llegados y su separación en dos filas:
una fila compuesta por ancianos, discapacitados, enfermos, mujeres embarazadas
o con sus hijos y niños, quienes eran calificados como ‘no-aptos’ para
trabajar, y que por tanto eran conducidos por los Kapos directamente a las
cámaras de gas (bajo el engaño de ir a las duchas y desinfección) (68); y otra
fila compuesta por hombres en edad y condiciones de trabajar y algunas mujeres,
quienes eran clasificados según su profesión, ya que no todos eran igual de
valiosos, y finalmente conducidos a los barracones (69). Entre estas dos filas,
los SDG elegían a los que consideraban que pudieran ser útiles para los
experimentos médicos que se llevaban dentro de los campos (embarazadas,
gemelos, algunos niños...) o que tuvieran algún rasgo que considerasen
interesante. Una selección similar se llevaba a cabo periódicamente dentro de
los campos para apartar a los presos que ya no servían para trabajar o estaban
enfermos, como anteriormente apuntamos al describir la función de algunos
bloques.
Otra de las funciones del
personal sanitario del campo era realizar, a partir de mediados de 1941, como
parte del programa de eutanasia, selecciones dentro de los propios bloques
hospitales. En estas selecciones los enfermos que no tenían expectativas de
volver al trabajo pronto, los enfermos mentales y los enfermos terminales eran
elegidos para morir mediante una inyección de fenol o en las cámaras de gas. De
esta forma, los hospitales adquirían dos funciones principales: dar tratamiento
sanitario y exterminar a los prisioneros. Durante 1941, como resultado de una
epidemia de Tifus y las duras condiciones del campo, casi todos los enfermos
que ingresaban en estos hospitales eran elegidos para morir, por lo que los
presos empezaron a denominar a los hospitales como “la antesala del crematorio”
(70).
Tras estas selecciones, algunos
de los prisioneros eran trasladados a las cámaras de gas, donde eran
asesinados, a partir de 1941, mediante el ya nombrado Zyklon B. Este gas era
suministrado a los campos por la Cruz
Roja alemana y era un SDG quien se encargaba de arrojarlo por las
escotillas de las cámaras de gas, para dar muerte a los presos. Este podría
considerarse otro de los engaños de los Nazis, el suministrar “la muerte” bajo
las siglas internacionales de la Cruz Roja.
El proceso de exterminio dentro
de los hospitales, comenzó el 28 de julio de 1941, cuando una comisión de médicos,
entre los que se encontraba el reputado Dr. Horst Schumann, realizo una primera selección entre los paciente
del hospital del campo principal. Seleccionaron a 575 prisioneros, que fueron
trasladados al hospital mental Sonnentein
en Saxony (Sajonia, Alemania), donde fueron asesinados con Monóxido de
Carbono (71). Estas selecciones continuaron en agosto del mismo año, los presos
elegidos fueron utilizados incluidos en ensayos para comprobar la eficacia de
distintas inyecciones intravenosas de concentrados de perhidrol, éteres,
peróxido de hidrogeno, bencenos, hexobarbital y fenol. Los médicos de la SS
concluyeron que el compuesto más efectivo para el asesinato rápido de los
presos era la inyección de fenol directamente en el corazón. Este método se
empezó a utilizar regularmente en una de las habitaciones del Bloque 20 del
campo principal, donde un total de 121 judíos polacos fueron asesinados entre enero
y marzo de este año. Dada la eficacia de este método, esta forma de exterminio
se trasladó a los hospitales de todos los campos de Auschwitz (72).
Entre 1942 y 1943, la rápida
llegada de deportados a los campos provocó una sobrepoblación de estos,
aumentando el número de epidemias y de personas enfermas dadas las precarias
condiciones higiénico-sanitarias, lo que obligó a los responsables de los
campos a ampliar las instalaciones sanitarias (73). Himmler, en 1943, tomó la
decisión de parar este aumento de la tasa de mortalidad dentro de los campos,
por lo que ordenó la suspensión de los asesinatos sistemáticos de los presos
internados en los hospitales (excepto a los enfermos mentales). Estos
asesinatos se reanudaron en agosto de este año aunque ya solo dirigidos a los
presos judíos como parte de la ‘Solución final’. También en la segunda mitad de
este año enfermedades como el Tifus o la tuberculosis empezaron a ser tratadas.
En estos “hospitales”, las
precarias condiciones higiénico-sanitarias, como hemos nombrado anteriormente,
estaban relacionadas con la actividad del personal médico de las SS, quienes habían
obviado su condición de sanitarios en aras del objetivo Nazi. Como norma
general, los tratamientos aplicados a los presos no eran curativos, de hecho,
no disponían de un suministro de alimentos y medicamentos suficientes. Esto
daba como resultado que el número de muertes incrementara, por lo que algunos
de los presos destinados a trabajar como sanitarios en estos hospitales,
introducían de manera clandestina dichos recursos básicos para la recuperación
de sus compañeros enfermos. Esto hizo de los “hospitales”, un punto clave de la
resistencia en contra del régimen Nazi dentro de los campos. Estos trabajadores
tenían distintos puesto dentro del “sistema sanitario” de los campos, algunos
trabajaron como auxiliares de médicos, enfermeros e incluso auxiliares de
enfermería (74).
Algunos de los presos que
trabajaron como enfermeros en estos campos fueron:
Stanislaw Glowa, número 20017, nacido en Polonia en 1898 y enviado
a Auschwitz en 1941. Fue asignado como secretario del bloque 20, cargo que
aprovechó para introducir medicamentos y copiar clandestinamente los documentos
del hospital. Fue liberado el 3 de mayo de 1945.
Wieslaw Kielar, número 290, preso criminal polaco nacido en agosto
de 1919 y enviado a Auschwitz desde Tarnów en 1940. Quien además de trabajar
como enfermero, también ocupó cargos como el de supervisor de bloque. Fue
liberado por los americanos en abril de 1945.
Tadeusz Kosmider, número 624, nacido en Polonia en julio de 1923 y
enviado a Auschwitz, también desde Tarnów, en 1940. Tras recuperarse de una
gripe en el hospital del bloque 21, fue asignado como auxiliar de enfermería.
Fue liberado por las tropas estadounidenses en abril de 1945.
Ludwika Wierzbicka, número 35.918, nacida en el sureste de Polonia
en mayo de 1916 y enviada a Auschwitz en 1942 desde la cárcel de Tarnów. Fue
empleada en 193 en el campo familiar gitano como enfermera, donde cuidaba a los enfermos de Noma (cáncer de agua o
chancra), quienes eran utilizados para la experimentación (75). Fue transferida
al KL Ravensbrück en agosto de 1944.
También una de las funciones más
destacadas del personal de enfermería dentro de los campos fue la de ‘partera’. Un caso destacado es el de Stanislawa Leszczynska, polaca de
nacimiento y que sustituyo a un alemán en el cargo (76). Stanislawa tuvo la
ayuda de su hija, estudiante de medicina, pero esta cayó enferma y fue
sustituida por otra prisionera con formación de comadrona. Juntas tuvieron como
iniciativa el procurar una “sala de partos” compuesta de treinta literas,
ubicada finalmente en el bloque 24. Este bloque también disponía de una sala de
ginecología usada por la Dra. Irena
Konieczna (77). Aquí se practicaban abortos, que se llevaron a cabo por
prisioneras judías y médicos de Hungría, a las órdenes del Dr. Josef Mengele.
Todos o la gran mayoría de los
médicos que trabajaron en estos campos lo hicieron bajo la supervisión y la
obediencia incondicional a la medicina del estado, creyendo totalmente en los
fundamentos ideológicos de la sanidad Nazi y en la que hasta ahora hemos ido nombrando
como ‘Solución final’. Fueron muchos
los médicos que pasaron por los hospitales de Auschwitz, pero nos centraremos
en los que consideramos más relevantes para los objetivos de nuestro trabajo.
Carl Clauberg, alemán nacido en septiembre de 1898, ginecólogo,
profesor de la universidad de Königsberg y director del hospital ginecológico
de St. Hedwig. A partir de 1942 y bajo la dirección de Himmler, este ginecólogo
alemán llevo a cabo experimentos de esterilizaciones masivas con las
prisioneras de Auschwitz. Estos experimentos tenían como finalidad desarrollar
un método de esterilización rápido, para cumplir los objetivos Nazis de pureza
de la raza Aria, el cual pudiera ser aplicado por cualquier médico en su
consulta. Estos experimentos fueron realizados en una de las salas del bloque
hospital número 10 del campo principal y en el laboratorio instalado para
Clauberg en la Barraca número 30 de Birkenau, donde Clauberg disponía de todos
los recursos necesarios para llevarlos a cabo (78). Tales métodos consistían en
la inyección de un producto, del cual desconocemos su composición, en el cérvix
de las mujeres judías elegidas para el proyecto. Clauberg afirmaba, en una
carta dirigida a su superior Himmler en 1943, que el método que estaba
desarrollando era casi perfecto y que con él se podría esterilizar a cientos de
miles de mujeres judías al día (79). Tras la evacuación de Auschwitz estas
mujeres fueron trasladadas a Ravensbruck, donde Clauberg intentó continuar su
estudio. Finalmente, este ginecólogo Nazi fue arrestado en noviembre de 1955 en
Alemania, donde muere antes de ser juzgado en la prisión de Kiel en agosto de
1957.
Helmut Vetter, nacido en Alemania en junio de 1910. Miembro de la
Waffen-SS, que estuvo destinado en Auschwitz desde octubre de 1941 hasta marzo
de 1943. Este médico Nazi, durante su estancia en el campo, llevo a cabo
experimentos con nuevos fármacos contra distintas enfermedades contagiosas como
el Tifus, la Tuberculosis o la Difteria (80). Estos fármacos experimentales
eran producidos por grandes empresas farmacéuticas, como la conocida
actualmente Bayer, para que los médicos de la SS probaran su eficacia en los
prisioneros antes de lanzarlos al mercado. Este doctor fue condenado a muerte
en su juicio y ejecutado en Alemania en 1951.
Victor Capasius, alemán nacido en febrero de 1907. Doctor en
farmacología, que se encargó de la farmacia de Auschwitz a partir de 1943.
Farmacia que guardaba el producto usado para la asfixia en las cámaras de gas,
el llamado Zyklon B, el cual se convirtió en un instrumento imprescindible para
la ‘Solución Final’. Este farmacéutico también colaboró en las llamadas
‘Selecciones de la muerte’ y en experimentos farmacéuticos con judíos. En agosto
de 1965 fue condenado a 9 años de prisión en Frankfurt.
August Hirt, alemán nacido en 1898, director del Instituto de
Anatomía de la Universidad del Reich en Strasbourg. Este anatomista Nazi,
propuso recoger una muestra de esqueletos para estudiar las diferencias
anatómicas raciales. Para ello se seleccionaron 115 prisioneros de Auschwitz
(79 hombres judíos, 30 mujeres judías, 2 polacos y 4 POW soviéticos asiáticos)
quienes fueron asesinados en agosto de 1943 en las cámaras de gas de KL
Natzweiler. Sus cadáveres fueron enviados al Instituto de Anatomía dirigido por
Hirt. Este doctor se suicidó en Alemania en junio de 1945.
Hubo muchos otros médicos para
los que los presos de Auschwitz les sirvieron como cobayas paras sus
experimentos “médicos”. Como por ejemplo, Josef
Paul Kremer, quien estudió la atrofia fusca del hígado y las consecuencias
de la “enfermedad del hambre” en Auschwitz hasta noviembre de 1942; o el Dr. Kaschub, cuyos experimentos
consistían en infectar a los prisioneros elegidos con enfermedades típicas que
sufrían los soldados alemanes, para buscar un tratamiento y estudiar sus
consecuencias, a partir de 1944.
Pero sin duda, uno de los médicos
más representativos de todas las atrocidades llevadas a cabo en este campo por
parte de los sanitarios fue Josef Mengele. Este doctor en
medicina y filosofía, nació en Günzbrug (Alemania) en marzo de 1911. Miembro
del NSDAP y de la Waffen-SS, quien antes del estallido de la guerra fue
ayudante para el Profesor Freicher von Verschuer en el Instituto de Genética y
La Raza Higiene de la Universidad de Frankfurt, en Alemania, que era entonces
el centro académico líder en el campo de la genética. Tras su retirada del
frente oriental durante la guerra, él mismo pidió ser destinado al campo de
Auschwitz para seguir con sus estudios de antropología racial. Por lo que en mayo
de 1943, el Dr. Mengele fue nombrado jefe del campo familiar gitano (BIIe) de
Birkenau. Los experimentos de este médico se centraron en el estudio de niños y
niñas gemelos, niños y niñas con anomalías congénitas y en la fisiología y
anatomía del enanismo. También cuando el llamado ‘cáncer de agua’ o ‘noma
faciei’, desconocido en otros lugares del campo, empezó a propagarse por el
campo gitano, sobre todo entre los niños, Mengele comenzó a estudiar esta
enfermedad, sus síntomas, causas y consecuencias, minuciosamente observando y
fotografiando cada etapa de la enfermedad y dándole un trato especial a este
tipo de enfermos. Muchos de ellos también eran asesinados para mandar que sus
cadáveres fueran analizados y estudiados. Muchos de sus órganos eran conservados
en frascos y enviados al Instituto Káiser Wilhelm de Antropología, genética y
la eugenesia en Dahlem, cerca de Berlín, y a la SS Academia de Medicina de
Graz. El Dr. Bertold Epstein, un famoso pediatra de origen judío de Praga, fue
asignado por Mengele como su ayudante para la supervisión y el tratamiento de
estos pacientes.
Pero si por algo destacó este
doctor fue por sus estudios sobre los gemelos, más especialmente en gemelos
idénticos. En un principio, instaló su propio departamento en la Barraca 32 del
campo gitano, donde llevaba a cabo estudios morfológicos y antropológicos con
los gemelos de este mismo campo. Mengele trataba a estos niños de manera muy
amable y magnánima, incluso les proporcionaba alimentos, dulces y juguetes,
para así ganarse su confianza, por ello este doctor es conocido como “El ángel de la muerte”. A partir de
1944, tras la liquidación del campo familiar gitano en agosto de este año,
Mengele utilizaba la rampa de selección de Birkenau para seleccionar a los
gemelos recién llegados al campo de todas las edades. Utilizó la Barraca 1 del
sector de las mujeres para hacinar a los gemelos de entre 7 y 8 años, la
barraca 15 del sector BIIf para los gemelos de edades más mayores y adultos (de
los que se sabe que hubo más de cien, algunos trillizos alemanes y también
enanos húngaros) y la barraca 22 del campo hospital de mujeres para los bebés
gemelos y sus madres. El número total de niños gemelos que pasaron por las
manos de este médico no los sabemos con exactitud, pero según Elżbieta Warszawska Jesień, quien
trabajó como enfermera en la Barraca
1 y estimó que unos 350 pares de gemelos, de entre dos y dieciséis años y de
diversas nacionalidades, fueron objetos de los crueles experimentos del Dr.
Mengele.
Estos gemelos eran sometidos a
diversos procesos antropométricos, morfológicos, radiológicos y quirúrgicos,
casi todos ellos muy dolorosos sobre todo para los niños de más corta edad; y
el fin de todos ellos era la muerte para analizar sus órganos en las autopsias.
Mengele también llevó a cabo estudios sobre la transmisión vertical del Tifus
en mujeres embarazadas que habían contraído esta enfermedad en los últimos
meses del embarazo, sobre la inanición en bebés recién nacidos o sobre métodos
para cambiar las características raciales de los individuos (como inyectar
gotas de un fármaco, del cual no conocemos la composición, en los ojos de los
niños para intentar cambiar el color de sus iris). Estos niños también
sirvieron para los experimentos de esterilización o sobre la tuberculosis. Tras
la liberación de Auschwitz, el Dr. Mengele se convirtió en uno de los fugitivos
más buscados para ser juzgado por sus crímenes llevados a cabo dentro de este
campo, aunque finalmente, y tras años como prófugo en Sao Paulo bajo el nombre
de Wolfgang Gerhard, este médico Nazi murió por un derrame cerebral en febrero
de 1979 (79).
4. 3. 1.- Papel de la Enfermería dentro de los campos
Todos estos médicos eran
asistidos en sus diferentes trabajos y estudios por distintos colaboradores, en
su mayoría presos destinados para ello, que realizaban el papel enfermero
dentro de los campos. La función de estos “enfermeros”
supuso un engranaje muy importante dentro del programa “sanitario” de los
campos, ya que las labores que realizaban eran de gran importancia para el
gobierno Nazi. Estos papeles llevados a cabo por los enfermeros, eran regidos
por un ya obsoleto sistema biomédico y una jerarquización en el binomio
médico-enfermero.
Durante estos años, el objeto
principal de la enfermería, el cuidado, era relegado a un segundo plano y el
papel enfermero se desarrolló bajo el contexto de la ideología racial del
régimen Nazi, volviéndose cómplice de las numerosas atrocidades realizadas en
estos campos y de los programas de eutanasia y eugenesia que en ellos se
desarrollaron. Aunque muchos de los enfermeros que desarrollaron esta
disciplina durante el régimen Nazi se vieron en un dilema moral e intentaron
formar parte de la resistencia llevando a cabo su verdadera función de cuidar y
ayudar a los enfermos de los campos, otros muchos acataron su labor de buen
grado.
Estas labores consistían en, por
ejemplo, administrar los fármacos, en muchas ocasiones experimentales o
fármacos letales para provocar la muerte del sujeto; la atención de los
enfermos dentro de los barracones hospitales; ayudar en las selecciones de los
presos, tanto en la primera de estas a la llegada de los deportados como en las
que se realizaban periódicamente en los campos y hospitales; funciones de
parteras y ayudantes de ginecología; otra de las funciones, y una de las más
importantes, fue la de supervisión, administración y registro de los enfermos y
de las actividades “sanitarias” llevadas a cabo dentro de los campos, en el
desempeño de este papel los enfermeros ayudaban a enmascarar las verdaderas
pretensiones Nazis, falsificando los registros, por ejemplo, de las causas de
muerte de los presos en sus certificados de defunción (80).
4. 4.- La Bioética después del III Reich
A tenor de todo lo anteriormente
expuesto y al término de la IIGM, se celebraron en Núremberg, a partir del 20
de noviembre de 1945, una serie de juicios en contra de los actos llevados a
cabo durante el III Reich y sus responsables. Actos como crímenes contra la
humanidad, experimentos médicos criminales, entre otros; estos actos se
llevaron a cabo a todos los niveles y fueron el resultado de un estudiado plan,
cuyos fundamentos ideológicos estuvieron arraigados en gran parte de la
sociedad.
En estos juicios se llegó a
conocer y demostrar la magnitud de las atrocidades cometidas, por eso, tras su
finalización y las condenas que fueron establecidas en ellos, surge la
necesidad de enmarcar y legislar el quehacer futuro de los seres humanos e
intentar que estos hechos no volvieran a suceder. Surgen entonces, distintos
organismos, códigos y declaraciones destinados a preservar los valores
éticos-morales y los derechos fundamentales de la humanidad.
El primer código y más importante
en la historia con respecto a la ética clínica fue el denominado Código de Núremberg (1947), el cual
servirá de base para los códigos éticos ulteriores. Este código resultó de los
anteriormente nombrados juicios y consta de 10 principios básicos que deberán
regir la investigación con seres humanos. Entre estos principios se recoge el
derecho del individuo a ser informado y no coaccionado, es decir, el “consentimiento
informado”. Término que hoy en día conocemos bien los enfermeros pero
que no fue hasta la promulgación de este código cuando se intenta instaurar en
la comunidad científica por primera vez. Estos principios también hablan, por
primera vez, de que estos experimentos deben ser beneficiosos tanto para el
individuo como para la sociedad, además de tener que estar justificado.
Un año después, el 10 de diciembre
de 1948, se aprueba en la Asamblea General de la Organización de las Naciones
Unidas, la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, la cual tiene como base el reconocimiento de la dignidad,
la igualdad y los derechos inalienables de todas las personas. Es la primera
promulgación que, además de tener un carácter ético, constituye una norma
legal, es decir, que es de obligado cumplimiento. Esta declaración sirvió como
guía para la Constitución Española de 1978.
También en el ámbito de la
comunidad científica, se empezó a regular la investigación médica en seres
humanos con la Declaración de Helsinki,
de la Asociación Médica Mundial, en junio de 1964; en la que se tratan los
principios éticos que deben orientar la investigación médica. Esta declaración
ha sufrido numerosas modificaciones hasta nuestros días.
A pesar de todo esto, no podremos
hablar de ética en el campo sanitario, hasta que en 1970, Rensselaer Potter,
acuñara el término de Bioética, en
su obra “Bioethics bridge to the future”.
Término que, por primera vez, comprende lo que hoy en día entendemos como
básico a la hora de desarrollar nuestras profesiones y que 25 años después de
los juicios de Núremberg todavía nadie había planteado, dejando muy atrás la
“bioética” racista e injusta por la que se rigieron los Nazis.
No es hasta el 18 de abril de
1979, nueve años después, cuando se elabora el Informe Belmont, que sienta los principios éticos para proteger a
los individuos a la hora de colaborar en experimentos científicos. Estos
principios bioéticos son: Respeto, Beneficencia y Justicia. Aunque actualmente
nos regimos por los principios Bioéticos
publicados por Beauchamp y Childress,
quienes añadieron a los tres anteriores el principio de No maleficiencia,
aplicando el Prinun non nocerem, es
decir, que debe primar el ‘no hacer daño’ a la hora de la práctica científica;
quedando estos establecidos como: Principio de Beneficencia, de Autonomía, de
Justicia y de No maleficencia.
Actualmente, y como recoge
nuestra Constitución de 1978 en su artículo 43, queda establecido que todas las
personas tienen derecho a la protección de la salud. Como resultado de este
derecho, entre otros, se han establecido diversas normas que rigen las
profesiones sanitarias. En España, se publicó el 14 de julio de 1989, el Código Deontológico de la Enfermería
Española, el cual reconoce la enfermería como una profesión y la dota de
unas normas mínimas éticas y legales de obligado cumplimiento (81). Entre estas
normas se encuentra el anteriormente mencionado “Consentimiento Informado”,
dándole un significado actual al establecido en el Código de Núremberg; el
Secreto Profesional, el cual vela por la intimidad de los pacientes; y la
Objeción de Conciencia, derecho del profesional de negarse a la realización de
determinadas actividades sanitarias, que surge relacionado con algunas
problemáticas actuales, y que por supuesto no existía durante el III Reich;
entre otros.
Debemos aclarar que, en la
evolución de la Bioética sanitaria, han existido y existen otros códigos,
declaraciones y normas, que aun siendo importantes no las hemos considerado lo
suficientemente relevantes para su inclusión en la redacción de nuestro
estudio.
FOTO 15 Irena Sendler tenía
entonces 19 años y era ya enfermera. Su padre había sido médico y había muerto
de fiebre tifoidea debido a que atendía enfermos judíos que vivían en ghetos
5.- DISCUSIÓN / CONCLUSIONES
Habiendo estudiado el desarrollo
histórico anteriormente expuesto y desde el punto de vista de la sanidad y la
bioética actual, podemos analizar varios hechos acaecidos durante la época de
nuestro estudio.
Por un lado, nos damos cuenta
que, considerando algunos puntos importantes tratados actualmente por la
bioética, podemos relacionar los diferentes tipos de campo con la forma de dar
muerte a los presos en cada uno de ellos:
Campo de Concentración /
Trabajo……………Distanasia
La distanasia, encarnizamiento,
obstinación o ensañamiento terapéutico es el empleo de todos los
medios posibles, sean proporcionados o no, para prolongar artificialmente la
vida y por tanto retrasar el advenimiento de la muerte en pacientes en el
estado final de la vida, a pesar de que no haya esperanza alguna de curación.
Campo de Exterminio Eutanasia / Eugenesia Cacotanasia
Eutanasia: Acto de provocar intencionadamente la muerte de
una persona que padece una enfermedad incurable para evitar que sufra.
Eugenesia: Aplicación de las leyes biológicas de la herencia
al perfeccionamiento de la especie humana.
Cacotanasia: Significa Mala muerte. Es un tipo de eutanasia
que se impone sin el consentimiento y en contra de la voluntad del afectado, la
cacotanasia es considerada inmoral ya que atenta en contra de la vida y este es
un derecho fundamental que no debe ser violado por agentes externos
Relacionamos los campos de
concentración y trabajo con la Distanasia porque podemos considerar que
sometían continuamente a los prisioneros a actividades que prolongaban
angustiosamente sus vidas, sabiendo que el final sería su muerte o asesinato.
Los campos de extermino
consideramos que se relacionan claramente con los términos de eutanasia y
eugenesia, ya que, atendiendo a las definiciones expuestas en nuestro primer
capítulo, estos campos fueron creados para llevarlas a la práctica.
Todo esto nos lleva a pensar que
durante el Holocausto, la actividad sanitaria se llevó a cabo bajo la puesta en
práctica de la Cacotanasia. Por lo
tanto, a nuestro parecer, según lo estudiado en nuestra investigación y
conociendo las técnicas que empleaban los Nazis para llevar a cabo estas
prácticas consideramos más adecuado este término el cual podemos definir como:
“la muerte que se impone sin el consentimiento del afectado. La palabra apunta
hacia una mala muerte”.
La North American Nursing Diagnosis Association (NANDA) recomienda que
se cumplan una serie de Patrones funcionales, dados
por Marjory Gordon en la década de 1970, a la hora de realizar
los cuidados.
Por ello, tras el estudio de las
malas condiciones higiénico-sanitarias y de la práctica llevada a cabo por los
sanitarios en los campos de concentración y de exterminio, nos damos cuenta que
ninguno de estos 11 patrones ni las necesidades básicas de los presos (Maslow,
A. 1943) estaban cubiertos, sino que reforzaban todo lo contrario:
PATRONES FUNCIONALES
Percepción - manejo de la Salud
Evidentemente, tanto el manejo
como la apreciación de la salud por parte de los presos era totalmente
negativa, dado que no tenían ninguna libertad, ni se les capacitaba para ello.
Nutrición - metabólico
La alimentación que recibían los
presos, basada en pan, margarina, pequeñas porciones de embutido y agua, que
sólo aportaba un 60% de los nutrientes necesarios y su prolongación en el
tiempo durante meses o años, hacía que estas personas tuvieran una desnutrición
severa (caquexia).
Eliminación
Debido a la mala alimentación, a
las precarias condiciones de las instalaciones y al contexto de insalubridad,
la eliminación en estos presos era totalmente deficiente.
Actividad - ejercicio
Durante su estancia en los campos
los presos eran sometidos a largas y duras jornadas de trabajo extenuante, por
lo que su salud se veía degradada de manera muy importante.
Sueño - descanso
Debido a las condiciones de las
barracas y el hacinamiento de los presos, el descanso y el sueño se veía
totalmente mermado.
Cognitivo-Perceptivo
Por las malas condiciones de
salud en la que se encontraban los presos y las enfermedades, sus capacidades
se veían reducidas al mínimo, dando como resultado síntomas negativos como
desorientación, fatiga, abulia, alteraciones sensitivas, etc.
Autopercepción - Autoconcepto
El estado de los prisioneros se
caracterizaba por un pesimismo generalizado, denigrando el concepto que tenían
sobre ellos mismos.
Rol - Relaciones
Las interacciones sociales se
veían limitadas por las propias restricciones a las que eran sometidos en los
campos. Por otro lado, los roles venían determinados por la categoría de cada
preso de una manera jerárquica.
Sexualidad - Reproducción
Estas capacidades se veían
completamente limitadas por la distribución de los presos en los campos y por
las propias condiciones de salud física y mental de los individuos.
Afrontamiento - Tolerancia al estrés
Dada el propio contexto en el que
se desarrollaron los campos, las pocas horas de descanso, las nefastas
condiciones y el sometimiento de los presos, estos estaban sujetos a un
continuo estrés y malestar psicológico.
Valores - Creencias
Estos presos veían coartadas su
capacidad de expresión, tanto en valores morales como en creencias religiosas,
de manera radical.
A pesar de que aún existen
corrientes que defienden que estos hechos nunca ocurrieron, como es el
negacionismo, a través del estudio de la bibliografía y la documentación
inédita que aportamos hemos podido “negar
el negacionismo”, es decir, demostrar que no solo ocurrió, como nos
confirman el gran número de víctimas, sino que lo que ocurrió tubo importantes
repercusiones para la vida actual y para la sanidad tal y como la concebimos
hoy en día. Por lo que, en nuestra humilde opinión, toda esta documentación
revierte positivamente en la comunidad científica
Como conclusión podemos afirmar
que las hipótesis planteadas al comienzo de nuestro estudio se confirman y, en
parte, todos los objetivos que nos marcamos se han conseguido, aunque de este
tema aún quedan parcelas pendientes.
Al principio de este documento
nos hicimos esta serie de preguntas ¿Todo lo que hicieron los Nazis fue
negativo? ¿Fueron decisivos sus actos en la enfermería moderna? ¿Es consciente
la sociedad de la influencia de los Nazis en la sanidad actual? ¿Aportaron algo
positivo?
A nuestro parecer, las dos
primeras preguntas quedan contestadas.
También debemos darles respuesta
a las dos últimas porque, además de numerosos avances médicos dados a partir de
esta oscura época, la influencia incuestionable que tuvieron los Nazis y sus
actos en el desarrollo de la sanidad actual es innegable, hecho que ni siquiera
muchos sanitarios conocen.
FOTO 16 Lucía Caballero y Rodrigo
Gutiérrez, recién Graduados y en la Puerta de Birkenau. Auschwitz
AGRADECIMIENTOS
Lucía Caballero Sánchez
Rodrigo Gutiérrez López
Francisco Glicerio Conde Mora. Tutor. Profesor de la Escuela Universitaria de Enfermería Salus
Infirmorum de Cádiz (adscrita a la UCA).
Wojciech Plosa. Director
del archivo Histórico de Aushwitz
José Almenara Barrios. Profesor y Catedrático de Bioestadística
en la Universidad de Cádiz
Manuel Bustos Rodríguez.
Profesor y Catedrático en Historia Moderna en la Universidad de Cádiz
Manuel Solórzano Sánchez
Diplomado en Enfermería. Servicio
de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI-
Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad
Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza /
Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana
de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de
Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la
Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN,
A.C.
Miembro no numerario de la Real
Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
4 comentarios:
Muy buen trabajo. Hubiese incluido quizá los estudios que se realizaron sobre los soldados en Stalingrado comprobando los efectos de la ingesta de grasas en un cuerpo mal nutrido, la capacidad corporal y la resistencia a la malnutrición en un estado de stress, efectos de la congelación en heridas...
Hola, felicidades por el trabajo. Tengo una duda,en la foto 7 pone este pie de foto
"FOTO 7 Una colección de horrorosas imágenes muestra a estas mujeres, probablemente en la hora más oscura de la digna profesión de la enfermería. Abajo a la izquierda, bautismo nazi"
Creo que están realizando un tratamiento de fototerapia (en las dos fotos de enfermeras con niños, la del bautismo nazi, mejor no comentar)
¿Están haciendo otra cosa??. Gracias un saludo
Joaquín
Hola, les felicito por el esfuerzo pero el sesgo ideológico con que lo tratan (a las ideas que se pergeñaron posteriormente) le resta TODO VALOR COMPARATIVO a una bioética actual.
Aunque el tema es POLÉMICO, debo criticarles el manejo en los epígrafes de las ayudas gráficas y la falta de equilibrio con la literatura actual Negacionista y Revisionista que han demostrado la falsedad de muchos de los datos aportados en este trabajo.
No es el caso detallarles la gran cantidad de falsedades y mentiras en que la literatura consultada ya ha sido rebatida pero si les solicito mayor RIGUROSIDAD para la próxima.
Felicidades
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