sábado, 2 de abril de 2016

SANIDAD Y BIOÉTICA EN EL TERCER REICH 1933 – 1945



TRABAJO DE FIN DE GRADO EN ENFERMERÍA 2014 - 2015

FOTO 1 Portada del trabajo y contraportada, foto tomada en el Muzeum Schindlera de Cracovia (Polonia)

AUTORES:
Lucía Caballero Sánchez. Graduada en Enfermería por la Escuela Universitaria de Enfermería Salus Infirmorum de Cádiz (adscrita a la UCA). lucia.cs1501@gmail.com
Rodrigo Gutiérrez López. Graduado en Enfermería por la Escuela Universitaria de Enfermería Salus Infirmorum de Cádiz (adscrita a la UCA). rodrovw@hotmail.com
Tutor: Francisco Glicerio Conde Mora

RESUMEN
Nuestro proyecto de investigación consiste en el estudio histórico sobre la sanidad y el personal sanitario que participó ejerciendo como tal en el contexto de la Alemania Nazi del Tercer Reich (1933 - 1945).

Lo enmarcaremos en el Tercer Reich pero haremos una visión global de aspectos como la sanidad y la ética, desde el auge del Nazismo hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945). Este proyecto consistirá tanto en el estudio del trabajo sanitario llevado a cabo en estos años, como de la ética por la que se regían dichos actos profesionales y su repercusión en nuestra profesión enfermera actualmente.

Dejando desde un principio claro que no somos afines a la ideología Nazi y que no aprobamos ni justificamos ninguno de los actos que se llevaron a cabo bajo ésta, intentaremos dar respuesta a algunas preguntas. Cuestiones sobre qué de nuestra ética profesional actual debemos a los sanitarios de aquella oscura época y cómo se ha llegado a las premisas que guían el quehacer de los profesionales de la salud de nuestros días.

Con nuestro Trabajo Fin de Grado queremos reflejar la importancia que tiene para nosotros la rama investigadora y la Bioética en la enfermería y en el trato con los pacientes. Conocer sus orígenes y saber su gran valor, nos ayudará a recordar la importancia que debemos dar siempre a la vida humana y a no perder nunca de vista el aspecto humanístico de nuestra vocación.

FOTO 2 Lucía Caballero y Rodrigo Gutiérrez

ABSTRACT
Our investigation project is a history research about the health service and the health staff who participated in the context of Nazi Germany during the Third Reich (1933-1945).

We will frame it in the Third Reich but, also we will do a global view about health and ethics, since the rise of Nazism to the end of Second World War (1939-195). This project will consist in two researches: on one hand, about the health works carried out in those years and, on the other hand, about the ethics by which those professionals works were governed and its repercussion in our nursing profession nowadays.

In first instance, we must clarify that we are not according to Nazi ideology and we don’t approve or justify no act guided by this ideology. Questions about what of our current professional ethics we must acknowledge to health professionals of those dark era and how it has come to the premises that guide the professional health works nowadays.

With our degree project we want highlight the importance of the investigation and the Bioethics, from our point of view, in the nursing and in the patient care. Know its provenience and its great value is very important because it will help us to remember always the value that we must give to human’s life and never lose sight the humanistic facet of our vocation.

Palabras clave / Keywords:

FOTO 3 Palabras clave

1.- INTRODUCCIÓN

1.1.- Justificación
¿Todo lo que hicieron los Nazis fue negativo? ¿Fueron decisivos sus actos en la enfermería moderna? ¿Aportaron algo positivo? ¿Es consciente la sociedad de la influencia de los Nazis en la sanidad actual?

Este tipo de preguntas son las que nos hicimos a la hora de estudiar este tema.

La cuestión Nazi es complicada y muy extensa, centro de numerosas controversias, pero no nos asusta ahondar en ella, para demostrar que aunque es negativo y desagradable, también se puede sacar algo positivo, dejando muy claro que no justificamos ningunos de los actos cometidos bajo esta ideología, con la cual no estamos de acuerdo.

SIGLAS Y ABREVIATURAS
FOTO 4 Siglas y abreviaturas

Por otro lado, con nuestro trabajo, pretendemos demostrar que la sanidad que actualmente conocemos no siempre ha tenido el mismo carácter humanista sino que, a lo largo de esta parte de la historia, fue irónicamente lo contrario, un periodo de gran oscuridad, ya que era una sanidad mal interpretada, sin tener en cuenta al paciente ni sus derechos.

Una ironía que los Nazis llevaban a casi todos los ámbitos. Haciendo alusión a la frase “Arbeit macht frei” (el trabajo os hará libre), que recibía a los presos en algunos campos de concentración y exterminio prometiendo buenos augurios, era todo lo contrario: hambre, trabajos hasta la extenuación y sanidad precaria (1).

Sabiendo que Florence Nightingale es considerada la madre de la enfermería contemporánea, al implantar los pilares básicos del cuidado a los enfermos durante la guerra de Crimea (1853 - 1856) y salvando cientos de vidas con estas medidas, consideramos que es importante resaltar la influencia posterior que tuvieron  en los cuidados de salud actuales los actos llevados a cabo por los sanitarios de ideología Nazi. Estos eran totalmente contrarios a todo lo demostrado por Florence Nightingale unos cien años antes, estableciendo un punto de inflexión y una ruptura con todo lo anterior.

Somos conscientes de que el tema sobre los experimentos Nazis (la experimentación humana), el trato que recibían los prisioneros, la ideología que regían estos actos, etc. y todos los temas que componen nuestro objeto de estudio, son bastantes recurrentes y que están muy estudiados por parte de profesionales que dedican su vida por entero a la investigación de todo lo relacionado con la Alemania Nazi y el holocausto (Shoa), pero no queremos ser presuntuosos a la hora de presentar nuestro estudio. Con el estudio de estos documentos y a través de estas páginas queremos ahondar en el aspecto ético y en las conclusiones éticas a las que se han llegado a partir de esta barbarie, o más bien, en las repercusiones que ha tenido en la sanidad actual la ética Nazi, o para ser más exactos la ausencia de toda ética humana por la que se regían estos actos.

Creemos que es importante, no solo para la enfermería sino para cualquier rama sanitaria, conocer de dónde procede la ética por la que cualquier profesional sanitario debería guiar su quehacer profesional, una bioética tal y como la conocemos hoy en día que tiene su origen, a nuestro parecer, en estos horribles actos y que es tan importante para nuestra profesión.

A través del estudio de cada uno de nuestros capítulos, nos damos cuenta que la ideología Nazi, no es que careciese de ética como tal, sino que la bioética que conocemos no estaba presente. Fue a partir de los famosos Juicios de Núremberg y sus posteriores conclusiones recogidas en los Códigos de Núremberg (1947), base de la Declaración de los Derechos Humanos y la Declaración de Ginebra (1948), cuando comienza la bioética a imponerse en la práctica profesional de los sanitarios.

Anteriormente, aunque todo profesional debía respetar el Juramento Hipocrático, durante casi todo el régimen Nazi, la única ética por la que se regían estos “profesionales” podíamos decir que fue la Ley del más fuerte, la pureza de la especie o la selección natural de Darwin “deformada”, y así, tomando estas ideas como pretexto justificaban todas sus acciones aterradoras.

Un perfecto reflejo de esto, lo encontramos en los famosos campos de concentración y exterminio (Konzentrationslager, “KL” o” KZ” y Vernichtungslage) durante la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945). Como sabemos los Nazis contaban con tres tipos de campo: Los de exterminio, los de concentración y los de labor o trabajo, los cuales se podrían relacionar con algunos de los temas más importantes que se tratan hoy en día en Bioética como son la Eutanasia, la Eugenesia y la Distanasia.

A nuestro parecer de estos actos no solo se consiguieron datos médicos de relevancia para la medicina actual, sino que incluso de manera más significativa, se obtuvieron aspectos éticos de incalculable valor para toda la rama sanitaria, y es en este aspecto donde queremos centrar toda nuestra investigación.

Citando al filósofo hispano-estadounidense George Santayana: “Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”, frase expuesta en el antiguo Campo de Auschwitz I, queremos destacar la importancia de lo anteriormente expuesto y de reconocer la influencia que ha tenido y tiene en nuestra profesión (2).

1.2.- Contexto Histórico
El contexto en el que se desarrolla nuestro trabajo abarca los periodos de entre guerras y la Segunda Guerra Mundial (II GM), la cual comienza el 1 de septiembre de 1939 y termina el 2 de septiembre de 1945, con la victoria del bando de los Aliados. A este conflicto se llega por diversas causas y la combinación de todas ellas, desde el Tratado de Versalles en 1919, los Totalitarismos, el Crack del 29, las Alianzas, etcétera; hasta el afán imperialista, el patriotismo en su máxima expresión y los intereses económicos.

Tras el fin de la Primera Guerra Mundial (IGM) el 11 de noviembre de 1918 y con la creación de La Sociedad de Naciones (organismo internacional formado con la intención de restablecer la paz y las relaciones internacionales entre los países que lo constituían), se firma el Tratado de Versalles en París el 28 de junio de 1919, tratado el cual no contentó a todos los países implicados en él.

Alemania, parte vencida en el conflicto, consideraba desproporcionadas las medidas que debió firmar: indemnizaciones muy elevadas por el pago del daño de guerra, la pérdida de más de un tercio de su territorio y la desmilitarización del país entre otras. Todo esto sumió al país en una extrema pobreza e hirió profundamente el orgullo alemán, lo que provocó un gran impulso al sentimiento patriótico.

Italia, uno de los países vencedores de la IGM, no recibió tantos territorios como esperaba, lo que junto al pésimo estado de la economía de postguerra en el país, extendió el desánimo popular y el resentimiento contra las potencias vencedoras del conflicto. Por su parte Japón, también parte vencedora la de IGM, se encontraba igualmente insatisfecho con el poder geográfico recibido tras el conflicto.

En este contexto de descontento las ideologías totalitarias fueron ganando adeptos en el marco Europeo. Los totalitarismos en Alemania e Italia, con Hitler (nazismo) y Mussolini (fascismo), y el comunismo en Rusia con Stalin. Corrientes ideológicas que tienen en común el unipartidismo, el control central y la represión de libertades, aunque sus sistemas políticos sean muy distintos. En Japón está establecido el Imperio Japonés de Yoshihito hasta 1926, cuando lo sucede su hijo Hiroito, de características totalmente totalitarias muy afín a los fascismos europeos.

Paralelamente, en el marco Europeo, tras la IGM y la fundación de la SDN, se quiso reforzar la paz  Europea con la firma de los Pactos de Locarno el 16 de octubre de 1925, firmados por Bélgica, Checoslovaquia, Francia, Alemania, Reino Unido, Reino de Italia y Polonia. Estos acuerdos, que estaban destinados a salvaguardar la paz en Europa garantizando un arbitraje obligatorio en caso de conflictos entre dichos países, debían aplicarse bajo el amparo de la SDN, en la que Alemania fue admitida en 1926.

Con el auge de los ideales totalitaristas, en Alemania había surgido un nuevo partido de extrema derecha, el partido Nacionalsocialista (NSDAP) o más conocido como el partido NAZI (3).

FOTO 5 Enfermeras de día, nazis y asesinas de noche

Hay autores que sugieren que este partido fue fundado en las bases de una asociación secreta denominada “Sociedad Thule”, la cual nació en 1919 en Baviera a raíz de la derrota alemana en la IGM con ideas ultra nacionalistas, socialistas y racistas, orientada a la dominación mundial, y cuyos miembros formarían la élite del NSDAP. Consultado en: Montiel, M. (2013) El enigma de la bandera. Societas: Revista de Ciencias Sociales y Humanísticas, 15(2) 90-91. Universidad de Panamá: Editorial Universitaria Carlos Manuel Gasteazoro (1)

Al frente de este partido se encontraba un joven y decepcionado militar de la IGM, Adolf Hitler. Este joven militar de la Alemania de entreguerras, estaba totalmente en desacuerdo con el sistema político implantado en el país al terminar la IGM en 1918, la República Semipresidencialista de Weimar, y se sentía absolutamente traicionado por aquellos a los que él consideraba culpables de la derrota Alemana: comunistas, socialistas, republicanos y sobre todo la comunidad judía. Hitler no confiaba en la política que llevaba a cabo el gobierno ni en sus estrategias, como el contraer deudas económicas con EEUU para sacar al país de la crisis.

Este préstamo propició un apreciable auge en la economía de la República de Weimar que esperanzó al pueblo. No así a Hitler ni a sus seguidores, que creían que estas medidas más tarde traerían problemas al país. No estaban del todo equivocados, ya que el 24 de octubre de 1929 se produjo la caída de la bolsa de Nueva York, conocida como “el Crack del 29. Este día EEUU se sumió en una profunda crisis económica la cual les obligó a exigir el pago de los préstamos que habían concedido al gobierno de Weimar. Esto supuso un durísimo golpe para la economía germana y arrastró al país de nuevo a la más profunda miseria y desesperanza, como ya había predicho Hitler años atrás.

El pueblo Alemán quedó hundido en un absoluto desconsuelo y descontento social con el sistema político, encumbrando la figura de Hitler como la salvación del pueblo alemán, pareciendo un “profeta” y recuperando los miles de adeptos que había perdido el partido tras el fallido golpe de estado del 8 de noviembre de 1923, conocido como “El Putsch de Munich”. Acto que llevó a su dirigente a la cárcel durante nueve meses en abril de 1924, tiempo que aprovechó para escribir su libro “Mein Kampf” (Primera edición en 1925) en el cual plasmó las ideas por las que se regirán todos los actos del partido, convirtiéndose en la biblia del movimiento NAZI.

Durante los años 20, Hitler había ido adquiriendo más y más poder en Alemania. Tanto es así que, ya en abril de 1925 se había fundado las SS (Schutzstaffel o Compañía de Defensa), organismo que se crea a partir de las SA (Sturmabteilung o Tropas de asalto, la cual fue fundada en 1921 por el NSDAP como protección y defensa del partido y cuya verdadera función fue un activismo violento del partido a favor de la causa NAZI), como una organización paramilitar encargada de la guardia y protección personal de Hitler, aunque con los años se convierte en una de las organizaciones mayores y más importantes dentro del Tercer Reich, como iremos descubriendo más adelante en nuestros capítulos.

Al llegar los años 30 Hitler era una importante figura política y presentándose como la única esperanza de una Alemania de desempleo y austeridad en la que se había implantado un sistema de recortes. Adolf y su círculo de poder tenían totalmente pensada la estrategia para hacerse con el poder en Alemania y subvertir el sistema parlamentario. Consiguieron hacerse con el favor de la gran parte de la opinión pública gracias a su aparato de propaganda, dirigido por uno de sus mejores apoyos, Joseph Goebbels. Su mecanismo propagandístico había aprovechado la fragilidad de la sociedad Alemana para hacer grande a su partido. Gracias a su gran campaña plebiscitaria y junto con la oratoria de Hitler y su carisma, el NSDAP se había hecho con el favor del alemán medio que se creía sin un futuro. Por otro lado, sus métodos violentos de amedrentamiento de sus adversarios por parte de las SA, también ayudo al populismo. Tras el hundimiento de la bolsa de Wall Street en 1929 y el grandísimo deterioro de la economía alemana, el NSDAP aprovechó para hacer hincapié en uno de sus mayores objetivos, los judíos. Lo que hizo calar en la gente la idea de una conspiración internacional de los judíos para hacerse con la economía y que por tanto, los culpables de sus miserias eran ellos.

La crudeza de los acontecimientos y el éxito de la propaganda nazi se vieron reflejados en la urnas el 14 de septiembre de 1930 cuando el partido consiguió alcanzar los 107 escaños en el Reichstag, solo 36 representantes menos que el partido en el poder socialdemócrata encabezado por el presidente Paul von Hindenburg (4). Esto empuja a Hitler y Goebbels a aumentar su actividad en las calles, organizando grandes concentraciones del partido en todas las ciudades alemanas, convirtiéndolas en un gran escaparate de la unidad y lealtad del partido a su sentimiento patriótico, actos en los que se empezada a vislumbrar el lado pseudo-religioso del partido en el que ahondaremos más adelante.

FOTO 6 Evolución del partido de Hitler. Enfermeras nazis usan rayos UV, para aclarar el pelo a los niños alemanes y ponerlos rubios. El general Rommel saluda a unas enfermeras alemanas en 1943

Tras las elecciones de 1930, Heinrich Brüning, el Canciller de Alemania en estos años de crisis, no contaba con todos los apoyos parlamentarios por lo que empezó a gobernar por Decretos; cosa que aunque no contentó a los alemanes, lo ayudó a aguantar en el poder hasta que en Mayo de 1932 dimitiera. Esto obligó a Hindenburg a nombrar a Franz von Papen en su lugar para dirigir el gobierno de una Alemania sumida ya en una debacle económica insostenible. Todo este proceso, y después de intensificar aún más si cabe sus maniobras para exaltar la figura de Hitler, gracias a Joseph Goebbels y a Heinrich Hoffman (su fotógrafo personal), hizo que el pueblo alemán viera al partido Nazi como garantía de orden y disciplina. Ya no solo agricultores, pequeños empresarios y la clase media alemana estaban a favor del movimiento Nazi, sino también parte de las personas más reconocidas en Alemania como militares, empresarios y universitarios, es decir, se había hecho con la Mittelstand (5). A partir de este momento, el NSDAP ganó todas las elecciones que se convocaron hasta 1933, pero nunca contó con suficiente apoyo en el parlamento para gobernar (6).

No fue hasta el 30 de enero de 1933 cuando Hitler, tras la dimisión del último Canciller del partido del centro, el general von Schleicher, y una implacable presión hacia el presidente alemán (incluso por parte de su parte de su propio hijo Oscar von Hindenburg y el ex-canciller von Papen), fue nombrado Canciller de Alemania por el mariscal Hindenburg.
Aunque ya es Canciller, Hitler no contaba con la mayoría de escaños, por lo que su primera decisión al llegar al poder fue presionar al mariscal von Hindenburg para que disolviese el parlamento y convocase nuevas elecciones para el próximo marzo. Entonces el 27 de febrero de este mismo año, se produjo el famoso y oportuno incendio en el Reichstag (el parlamento alemán), el cual fue atribuido a los comunistas. Esto permitió a Hitler forzar al Mariscal para que firmase el Estado de Excepción (7).

Aprovechando su nueva condición de Canciller, Hitler pone en marcha tanto a la policía del estado como a sus militantes de la SA y la SS para poner orden en las calles alemanas, usándolas contra los comunistas bajo el amparo del decreto emitido por Hindenburg “Decreto del Presidente del Reich para la Protección del pueblo y del Estado” o también conocido como “Decreto del incendio del Reichstag” al día siguiente del gran incendio (8), destruyendo así al partido comunista como fuerza política.

El 5 de marzo se convocan elecciones en el Reichstag, a las que el KPD (Partido comunista de Alemania) no se pudo presentar. El partido Nazi roza la mayoría absoluta con un 44% de los votos y convence al partido católico del centro, simpatizante con su ideología y embaucado por la promesa de ser respetados cuando Hitler esté en el poder, hasta conseguir un apoyo del 52% en el parlamento alemán. Con tal resultado electoral, el 23 de marzo de 1933 se aprueba la denominada Ley Ermächtigungsgeset (“Ley de plenos poderes” o “Ley habilitante”), que otorga al NSDAP plenos poderes dictatoriales, inicialmente por 4 años, y por la que Hitler tiene libre poder para modificar la constitución de Weimar y promulgar leyes sin someterlas a votación en el parlamento.

Esto supuso el fin práctico de la República de Weimar. Hitler se había hecho con toda la autoridad parlamentaria, comenzando de esta manera el estado Nazi conocido como el Tercer Reich.

El NSDAP había empezado a encerrar a sus oponentes políticos en campos de concentración, el primero en abrirse fue Dachau el 22 de marzo de ese mismo año, y el régimen Nazi  había dado comienzo y ya de manera imparable.

En sus primeros meses como Canciller, Hitler llevó a cabo muchísimas medidas que le aseguraran el poder: una política de “sincronización” poniendo bajo el dominio Nazi todas las instituciones y organizaciones; eliminó la autonomía de los Lander; fundó la policía política del partido, la GESTAPO, en abril de este año; suprimió los sindicatos dejando como sindicato único al “Frente alemán del trabajo”; se deshizo de todos los partidos de la oposición decretando, el 14 de julio de 1933, al NSDAP como partido único en Alemania; e inició una  persecución oficial de la comunidad judía (9), sirviéndose de su ministro del interior Achim Gercke, quien desempañó un papel importante como experto en cuestiones raciales. A finales de 1933 Hitler ratificó un concordato con la Iglesia católica, “El Concordato del III Reich” (10), y rompió con la iglesia evangélica. Esto fue muy bien visto por la comunidad católica Alemana y le ayudó a llegar con muy buen pie a las elecciones del 12 de noviembre las cuales ganó con un 92% de los votos (11), prometiendo ser un hombre de paz.

Tras las elecciones Hitler sabe que tiene el poder del Reichstag, y que es apoyado por la gran parte del pueblo, por lo que sabe que ha llegado el momento de deshacerse de sus amenazas tanto fuera como dentro de su propio partido. A Hitler no le bastaba con ser el Canciller alemán, sino que cuando llegara a ser el Führer, quería concentrar en él los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales y así poder llevar a cabo sus planes de expansión por Europa sin oposición alguna.

Dentro del NSDAP la mayor amenaza para sus planes era Ernst Rohm, el más alto cargo y fundador de los “camisas paradas” (12) de las SA. Rohm sabía que con los años las SA habían ido perdiendo peso e importancia para Hitler, quien ya se apoyaba más en su fiel incondicional Heinrich Himmler, líder de las SS, en su ayudante Reinhard Heydrich, jefe de la SD (13) y en el veterano aviador de la IGM, Hermann Göering, ahora Ministro del Interior Prusiano. Todo el afán de Rohm era que la SA recuperara el papel protagonista que tuvo años atrás, en los que tuvo un importantísimo peso para el éxito del NSDAP. Sus planes se basaban en que cuando el Mariscal Hindenburg, cuya salud ya estaba muy deteriorada, muriera, las SA sustituyeran al ejército republicano formado por veteranos de la IGM y que no se avenían a las ideas ultraderechistas del NSDAP. Así Rohm tendría el poder militar para apartar a Hitler de la cabeza del partido Nazi. Hitler era sabedor de todo esto, y además de que se presumía que Rohm era homosexual, lo que iba totalmente en contra de los ideales raciales y de perpetuación de la raza Aria de Hitler. Todo esto fue la excusa perfecta para planear la eliminación de Rohm y todos sus seguidores. Para ello, Hitler y su círculo de fieles, planearon la llamada “Operación colibrí”. Esta se llevó a cabo la noche del 30 de junio al 1 de julio de 1934 y es conocida como “La noche de los cuchillos largos”. Aquella noche se procedió a limpiar la cúpula de las SA con el arresto y asesinato de Ernst Rohm y sus colaboradores. Con el pretexto de que planeaban dar un golpe de estado y de que Rohm era un traidor que había establecido acuerdos económicos con Francia, Hitler lideró una purga dentro de las SA, llevando a cabo una masacre entre los militantes pardos y viejos traidores del NSDAP. Con estos sangrientos actos, Hitler dejó claro que él era el juez supremo y jurado de los alemanes, con poder para deshacerse de cualquier opositor de su régimen, ya fuera de izquierda o derecha, de dentro o de fuera del NSDAP, que intentase ir contra sus planes de poder totalitarista.

Con todo este poder Hitler ya podía llevar a cabo sus planes de gobierno, pero sabía que estos radicales planteamientos tenían que ser implantados de manera discreta y gradual. Tras el fracaso del boicot al comercio judío de abril de 1933, sin éxito porque la idea de una cruzada contra el judío era impopular aún entre la población alemana, Hitler se da cuenta que debe dejar el tema racial apartado hasta que no se haya ganado totalmente, en cuerpo y alma, al pueblo alemán. Para ello, su política debe ser más relajada, centrándose primeramente en atajar los problemas económicos y de desempleo del país, que son los que realmente importan al ciudadano alemán de la época. Con este fin, Hitler y Goebbels, planean un nuevo programa de reactivación económica en el que el Tercer Reich invertirá más de mil millones de Reichsmark (14), dirigidos a proyectos a grandes escalas y a la ocupación social del parado. El punto más importante de este programa fue la construcción de las Autobahn, grandes autovías que comunicaban todo el país, abriéndolo a todo ciudadano alemán que quisiera explorar su patria y dando trabajo al pueblo gracias a sus construcciones.

Hasta este año, es decir, durante la República de Weimar, la situación social y económica de las profesiones sanitarias estuvo marcada por una gran inestabilidad. Al igual que en la mayoría de los trabajos, las cajas de seguro de salud se habían retrasado en los pagos de los honorarios, lo que incluso llevó, a mediados de 1923, a una huelga por parte de los profesionales. Entre 1923 y 1933, esta situación se agudizó por la crisis económica que, como hemos explicado anteriormente, atravesaba el país. Esto provocó cambios importantes en el marco ideológico de la sanidad. Por un lado, aumentó el sentimiento antisemita. Aunque las profesiones sanitarias habían sido una de las más abiertas a los judíos, empezó a emerger la exigencia de que se despidiera a los compañeros judíos para contratar a profesionales de origen alemán. Y por otro lado, se abrió un debate sobre los costes que la manutención de los discapacitados (físicos o psíquicos) le suponía al estado, considerando estos costes como una pérdida económica; es decir, entre la comunidad sanitaria nació una gran intranquilidad sobre los destinatarios de las ayudas sociales, colocando el interés de la nación por encima del interés de los individuos. A partir del final de 1933, los Nazis acrecentaron sus esfuerzos para captar a los sanitarios alemanes, así, en octubre de este año, la Liga de Médicos Nacionalsocialistas Alemanes (15) (NSDÄB) contaba con 11.000 miembros, número que fue incrementándose a medida que el partido Nazi iba adquiriendo poder.

A principios de 1934, el NSDAP y sus seguidores, tienen una visión de futuro positiva y esperanzadora, Alemania está saliendo de la crisis. Fue el 2 de agosto de 1934 cuando muere el Mariscal von Hindenburg a los 87 años de edad. Hitler se autoproclama el líder soberano de Alemania, concentrando en él todos los títulos del estado: Presidente del Reich, Canciller y Führer de Alemania. Hitler se convierte entonces en el guía del pueblo alemán y en su máximo representante. Él es el pueblo y como tal, sólo él sabe qué es lo mejor para Alemania. Todo aquello que fuera en contra del Führer iría en contra de su propio país, y por tanto, se consideraría antinacional desde ese mismo momento.

Hitler se consideraba la luz de los alemanes y sabía que para que estos lo siguieran tenía que dirigir a un pueblo unido bajo los valores que él y su partido predicaban y en esto se centraron todos los esfuerzos de los Nazis en sus primeros meses con Hitler, él se consideraba la luz de los alemanes y sabía que para que estos lo siguieran tenía que dirigir a un pueblo unido bajo los valores que él y su partido predicaban y en esto se centraron todos los esfuerzos de los Nazis en sus primeros meses con Hitler.

El segundo punto que debían abordar para hacerse con la confianza de su pueblo se basaba en recuperar la dignidad alemana, la cual consideraban humillada desde la pérdida de la IGM. Para ello debían, por un lado, hacerse con el territorio que aseguraban les pertenecía moralmente y, por otro lado, reactivar la economía del país. Con este fin, prepararon el país para una guerra “necesaria” para conquistar lo que llamaban el Lebensraum o “espacio vital”, restaurando en mayo de 1935 el Servicio militar obligatorio (desafiando así lo dictaminado en el tratado de Versalles) y llevando a cabo el rearme de la población. Esta guerra la fundamentaban en  la idea de que Alemania tenía mucha densidad de población, lo que limitaba el progreso económico del país, y en la convicción de que los pueblos que limitaban con su país estaban habitados por razas inferiores, sobre todo los limítrofes por el este, la URS. Por lo que más espacio se traducía directamente en una mejor economía.

Con todo esto, querían acreditar sus ambiciones imperialistas a ojos del Volk. Hitler, en un discurso que dio en este mismo mes, justificaba el rearme nacional afirmando que: “[...] el ejército alemán nunca será un instrumento de agresión, sino un instrumento destinado única y exclusivamente a la defensa, y por lo tanto a preservar la paz”. A pesar de todo, el apoyo popular es frágil, ya que el rearme costaba mucho dinero a las arcas del estado y exigía mucho esfuerzo por parte de los trabajadores, quienes tenían que trabajar muchas horas a cambio de muy poco dinero. Así que esta medida es impopular, lo que obliga a la cúpula Nazi a forjar otras.

Fue en estos momentos cuando se dieron cuenta que era una buena oportunidad para señalar e ir en contra del mayor enemigo del régimen, la comunidad judía. Era la ocasión perfecta para utilizar a los judíos y culpabilizarlos de las penurias económicas del país. Advierten a la población de que la amenaza interna, para el Reich y para el resurgir alemán, eran los judíos y que por lo tanto había que hacer “justicia” uniendo a toda la comunidad en contra de estos peligrosos enemigos. Hacen crecer así en la población el sentimiento antisemita que lleva tan arraigado esta ideología, perfilando el carácter de todo el régimen Nazi y sus adeptos. Este sentimiento se plasmó perfectamente en las famosas Leyes Raciales, promulgadas el 15 de septiembre de 1935 en Núremberg, con las que el antisemitismo alcanza su máxima expresión.

Con la promulgación de estas leyes antisemitas, el régimen Nazi establece una nueva política, considerando a Alemania como un estado racial, y con la quería apartar de la población el “peligro” que suponía esta comunidad para su raza, arrinconándola y marginando a sus componentes, los cuales perdían todos sus derechos dentro de los territorios alemanes, no considerándolos como ciudadanos del Reich y casi relegándolos a la condición de “no-humano”. Un mes más tarde, el 18 de octubre, también vio la luz la “Ley de Protección de la Salud Hereditaria del pueblo Alemán”, cuyo objetivo era el mismo que las anteriores pero más centrada en la Higiene Racial del Volk.

En 1936, con la creación de la llamada “Asociación de cristianos no arios”, brotó la intención de defender a la población judía de este movimiento antisemita. Esta asociación estaba constituida mayoritariamente por los denominados Mischling (16) o judíos mixtos, quienes abundaban en Alemania y normalmente lograban ocultar tal condición. Aunque este grupo fue en contra de las leyes raciales, estas fueron bien aceptadas por la mayoría de la población, pues ya había calado en ella la idea de que la pureza del pueblo estaba por encima de los derechos de los judíos. Para combatir a estos numerosos enemigos y para aumentar la tasa de natalidad alemana, que había caído drásticamente después de la IGM, vio la luz este mismo año la “Ordenanza Lebensborn”, la cual determinaba que todos los miembros de la SS debían tener al menos 4 hijos, ya fueran maritales o bastardos.

Una vez implantada en el pueblo la idea de antisemitismo y habiendo desviado la atención social hacia el problema judío, Hitler ordena en marzo de este año, rompiendo los acuerdos pactados en los Pactos de Locarno, que la tropas alemanas emprendan una ofensiva contra Renania (territorio Prusiano desmilitarizado ocupado por Francia). Ofensiva que fue todo un éxito, ya que en apenas dos días este territorio cayó en manos alemanas. Este triunfo devolvió al pueblo la confianza en los dirigentes Nazis con respecto a la conquista del “Lebensraum”, lo que aprovecharon para reanudar su campaña sobre que el nuevo territorio promete a los alemanes un nuevo estilo de vida. Un ejemplo de esto lo encontramos con la presentación al pueblo del nuevo Volkswagen, o sea, el coche del pueblo. Coche ideado por Hitler y que se presentaba como el vehículo hecho por y para el pueblo alemán, ideal para recorrer todos los territorios del Reich a través de sus famosas Autobahn.

Para llevar a cabo todas estas medidas el estado alemán había contraído deudas extranjeras, a las cuales en 1937 no podía hacer frente, por lo que asoló una nueva crisis económica. Esta crisis no duró demasiado, gracias a que la economía mundial entre 1937 y 1938 pasó por un gran auge, lo que para los Nazis fue una salvación. Este auge mundial hizo que pareciera, a ojos del pueblo alemán, que las medidas que se tomaban desde el partido eran las responsables de la rápida recuperación económica del país, las arcas del estado volvieron a llenarse en un corto periodo de tiempo y la tasa de desempleo llega casi a cero. Esto reforzó aún más la confianza del Volk en sus líderes.

FOTO 7 Una colección de horrorosas imágenes muestra a estas mujeres, probablemente en la hora más oscura de la digna profesión de la enfermería. Abajo a la izquierda, bautismo nazi

En 1938, Hitler dividió sus estrategias políticas. En cuanto a su política exterior, durante la primera mitad de 1938, el NSDAP había avanzado en sus planes imperialistas con la anexión a Austria en marzo de este año y con el inicio de sus estrategias de ocupación de Sudetes, una región de Checoslovaquia limítrofe con Alemania. Tras el éxito del partido pro-nazi en esta región checoslovaca y la reiteración de Hitler sobre su derecho a hacerse con ella, se firman el 30 de septiembre los “Acuerdos de Munich” en esta ciudad alemana. En tales acuerdos Gran Bretaña y Francia aceptaban las demandas territoriales del dictador alemán, y por consiguiente la cesión de Sudetes a Alemania, a cambio de que este no exigiera la soberanía de ningún otro territorio europeo. Esta política de apaciguamiento de franceses y británicos para evitar el conflicto armado con Alemania se sostendrá la invasión alemana de Polonia un año más tarde. Atendiendo a su política interior, el partido Nazi se centró, una vez más, en reforzar el movimiento social contra la comunidad judía. En agosto de este año los judíos fueron obligados a portar tarjetas identificativas marcas con una “J” y en noviembre del mismo los niños judío fueron expulsados de las escuelas alemanas. También fue en 1938, cuando las instituciones estatales “Kriminalpolize” o KRIPO (policía criminal) y la “Geheime Staatspolizei” o GESTAPO (policía secreta) empezaron a ir en contra y a intimidar a la población judía, lo que provocó el éxodo de más de 200.000 judíos, cuyas posesiones quedaban en manos del partido. Los judíos que decidieron quedarse no lo hicieron en mejores condiciones, ya que se decretó el registro de la propiedades judías, decreto que impedía a los judíos tener negocios propios y tener que vendérselo a ciudadanos alemanes a precio de saldo, llegando a una “arianización” del comercio alemán.

Este decreto crispó mucho a la comunidad judía, lo que provocó que el 9 de noviembre de este año, muriera Ernst von Rath (diplomático alemán) a manos de un judío polaco. Dándole a los Nazis el pretexto perfecto para desencadenar la violencia antisemita, hecho que ya estaba planeado pero para el que ahora tenían una buena excusa. Durante la noche del 9 de noviembre, noche conocida como “La noche de los cristales rotos” y los días ulteriores se saquearon casas, se quemaron unas 1.000 sinagogas, murieron 91 judíos, hubo 7.000 negocios destrozados y unos 30.000 judíos fueron enviados a campos de concentración (cuya dirección había pasado a manos de la SS el 1 de marzo de 1936).

A finales de 1938, el Nazismo ya es totalmente parte del pueblo alemán, que se ha entregado completamente a esta ideología. Hitler y la cúpula del Nazismo se sienten más fuerte que nunca, Alemania se ha rearmado y su principal enemigo puede ser perseguido con total respaldo político. El Reich alemán se está preparando para la guerra.

Durante el 1939 Alemania se dedica a forjar alianzas que le preparen el territorio europeo. El 22 de mayo de este año firmó con Italia el denominado “Pacto de Acero” en el que ambos totalitarismo se comprometían a la mutua asistencia militar, y aunque una de las condiciones que puso Mussolini para el acuerdo fue que la guerra no estallase antes de tres años, este se verá arrastrado a ella poco tiempo después. Alemania también firmó, en agosto de este mismo año, el “Pacto de no agresión germánico-soviético”. Acuerdo que fue firmado en Moscú por los Ministros de Exteriores de ambos países, y en el que se comprometían a no emprender una ofensiva en contra del otro, ni independientemente ni en alianza con otros estados, durante 10 años. Este acuerdo también será roto por Hitler en 1941 cuando las tropas germanas entren en la URSS. Por su parte Gran Bretaña, que no quería tener ningún frente abierto en Europa, firmó en agosto de 1939 un pacto de colaboración con Polonia, en el que ambos país se comprometían a una ayuda mutua si algo de ellos entraba en guerra.

A partir de finales del 1939 se sucedieron numerosos hechos y cambios en el panorama alemán y europeo. El primero y más importante de todos, que originó todos los posteriores, fue la invasión de Polonia por parte de Alemania, el 1 de septiembre de 1939. Esto provocó el estallido de la IIGM, ya que según el pacto anglo-polaco de agosto de ese mismo año, Gran Bretaña debía declararle la guerra a Alemania y formar parte como estado beligerante en el conflicto entre Polonia y el estado germano. Así lo hizo el 3 de septiembre junto a Francia. Esto provoca un gran revuelo en toda Europa y cada país toma una posición ante el enfrentamiento. Italia por su parte, y atendiendo a lo firmado en el “Pacto de Acero”, se posiciona al lado de Hitler pero no entra en guerra hasta junio de 1940; el estado soviético, toma la iniciativa de invadir Polonia por el este el 17 de ese mismo mes, sin encontrarse nunca con las tropas alemanas para respetar su pacto de no agresión (17); y España, donde acababa de terminar la Guerra Civil 6 meses antes con la victoria franquista y que por tanto se encontraba totalmente devastada por los daños de guerra, optó por la neutralidad (como hizo en la IGM); posición que mantuvo hasta junio de 1940 cuando se declaró no-beligerante, posicionándose, por afinidad ideológica, del lado Nazi de la contienda.

FOTO 8 El Hospital Spiegelgrund de Viena, uno de los 30 centros de eutanasia establecidos en el Reich y que funcionaban a principios de 1940. Enfermeras del proyecto Lebensborn. Trece millones de mujeres militaron activamente en el partido nazi

El 27 de septiembre de este año, se funda en Alemania la RSHA (Reichssicherheitshauptamt) o Administración Central de Seguridad del III Reich. Este órgano estatal será durante el III Reich una de las organizaciones más importantes e influyentes de Alemania. Su primer jefe fue Reinhard Heydrich, quién la dirigió hasta que fue asesinado en 1942 cuando lo sucedió Ernst Kaltenbrunner, que permaneció en el cargo hasta la caída del Reich alemán. Esta administración controlaba otras organizaciones del estado como la SS o la GESTAPO y se subdividía en 7 oficinas o “Amters”, cuyo objetivo principal era buscar y eliminar a todos los enemigos del régimen Nazi como eran judíos, comunistas, gitanos, polacos, testigos de Jehová, opositores políticos y/o sindicalistas, desertores del ejército y cualquier otra persona que supusiese una amenaza para el partido y el estado. Para llevar a cabo este objetivo la RSHA se hizo cargo de: dirigir a sus agentes dentro y fuera del país; la expulsión de los enemigos del estado, así como de la incautación y reordenación de sus bienes; la construcción de los vehículos dónde los judíos eran transportados y asfixiados por inhalación de gases; velar por los asuntos étnicos de la raza; organizar los transportes a los Campos de Concentración; desarrollar tareas de carácter ideológico, como la propaganda antisemita y antimasónica; espionaje de los países aliados y neutrales; entre otras tareas. Fue también desde el interior de la RSHA donde se gestó la llamada “Solución Final al problema Judío” por Adolf Eichmann, protocolo que se establecerá en 1942.

Un mes más tarde, en octubre de 1939, Hitler autoriza el asesinato en masa de las personas con discapacidad física o psíquica que estaban recluidas en las instituciones mentales, llevando a la práctica el programa que habían estado planeando meses atrás, el famoso programa de eutanasia Aktion T4”.

El 1 de enero de 1940, además del nombramiento de Hermann Göring como Director del Consejo General de Economía de Guerra, comienza un periodo en el que los Aliados (18) y los alemanes se quedaron dentro de sus fronteras y no iniciaron ninguna ofensiva, las tropas francesas y británicas apenas se movilizaron. Varios enfrentamientos bélicos se dieron en el marco europeo sin que Francia o Gran Bretaña participasen en ninguno de ellos aun manteniendo su condición de beligerantes. No fue hasta el 8 de abril de este año, cuando Alemania entra en territorio Noruego, que finalizó a la conocida como “Guerra extraña” o “Guerra de Broma”.

Por su parte, los Estados Unidos, quien se había mantenido neutral con respecto al conflicto, vio una buena oportunidad para ganar dinero vendiendo armamento a los aliados. Por ello, en febrero de 1940 llevó a cabo la conocida como “Operación Semana Grande”, bombardeando las fábricas de armamento alemanas y entrando activamente en la contienda.

El 20 de mayo de 1940, abre Auschwitz, el que va a ser el epicentro del reclutamiento y exterminio de la Polonia ocupada y uno de los más importantes Campo de Concentración Nazi durante la guerra. El primer transporte de prisioneros a este campo fue un mes más tarde, el 14 de junio, procedente de la cárcel de Tarnow, debido a que esta se había quedado sin sitio para tantos presos; llegaron al campo 758 presos políticos polacos, de los cuales un número no muy grande eran judíos polacos. El campo de Auschwitz, con el transcurso de la guerra, se convirtió en un complejo formado por 3 campos: Auschwitz I o campo principal, que se abrió en la fecha anteriormente citada; Auschwitz II-Birkenau, cuya construcción comenzó el 1 de octubre de 1941 (19) y que empezó a funcionar como KZ en marzo de 1942; y Auschwitz III-Monowitz, que meses más tarde, el 30 de octubre de 1942, que abrió primeramente como el subcampo Buna y que más tarde se convertirá en un campo de trabajo, donde los presos trabajaban fundamentalmente en las industrias alemanas (industrias que sacaban provecho de la mano de obra esclava, como por ejemplo, la IG Farbenindustrie o Siemens).

Los judíos polacos, y como también les pasaba a los judíos de cualquier región del estado alemán, fueron los destinatarios de ataques diarios por parte de los alemanes y tras el estallido de la guerra habían sido recluidos en distintos guetos al comenzar la guerra. Fue en el más grande de toda la Polonia ocupada, donde habitaban casi 400.000 judíos (quienes incluso antes de ser enviados a los KL ya habían comenzado a morir por las condiciones higiénico-sanitarias de este), en el que se produjo, en agosto de 1940, el primer levantamiento en contra del régimen, como protesta al trato y a las condiciones a las que estaban sometidos los judíos hacinados allí.

El 27 de septiembre de 1940, se firmó en Berlín, el conocido como “Pacto Tripartito” o “Pacto de Eje”, entre el imperio de Japón, Alemania e Italia. Pacto que constituía una alianza militar entre las naciones firmantes y que reafirmaba el apoyo de los totalitarismos a la causa Nazi. De esta manera, quedaban conformadas las llamadas Fuerzas del Eje.

Hitler seguía buscando aliados en Europa, a finales de 1940, por el este europeo ya había conseguido pactar con Hungría, Rumanía y Eslovaquia, pero por el oeste la situación era bien distinto. Con el fin de conseguir la alianza con España, Hitler se reunió el 23 de octubre de 1940 con el dictador español en Hendaya, población francesa situada en su frontera con España. Esta reunión tuvo lugar en una estación de trenes, a la que llegaron ambos jefes de estado con sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores. Aunque se reunieran para conseguir su alianza, ambas partes sabían que la comunión entre ambas naciones iba a ser difícil; Hitler, por su parte, sabía la situación por la que pasaba España tras salir de la Guerra Civil y que, por tanto, aunque esta entrase de manera activa en el conflicto no le iba a servir de mucho su apoyo; Franco también era consciente de esta situación por lo que consideraba que si España entraba en guerra tenía que ser a cambio de muy buenas recompensas, por lo que exigía la devolución de Gibraltar, territorios franceses de África, el suministro por parte de Alemania de alimentos, petróleo y armas, entre otras. Como era de esperar lo único que se sacó de esta entrevista fue la firma de un pacto secreto entre ambos países en el que España se comprometía a entrar en la guerra pero no en un momento determinado, si no cuando Franco considerase oportuno y Alemania garantizaba solo la cesión de Gibraltar y pocos territorios de África. A pesar de todo esto, Franco tenía, obviamente, afinidad con la ideología nazi y, en mayo de 1941, cuando el dictador ordenó a todos los gobernadores civiles elaborar una lista de los judíos que residían en España. Esta lista constaba de 6.000 nombres y los datos personales y laborales de estos (20).

En 1941, concretamente el 22 de junio de este año, se llevó a cabo la mayor ofensiva emprendida por el ejército alemán durante la IIGM, la “operación Barbarroja”. Este fue el nombre en clave que Hitler le dio al brutal ataque que lanzó sobre la Unión Soviética, rompiendo de esta manera su pacto de no agresión. Hitler pretendía con este ataque dos objetivos: conquistar todo el territorio de la URSS hasta los Montes Urales y deshacerse de la “raza” que allí habitaba de ideología, según él, judeo-bolchevique. Su idea era diezmar a la población y explotar el territorio para posteriormente colonizarlo en poco tiempo. Primeramente el ejército alemán, con ayuda de la famosa División Azul (21) enviada por franco para asistir a las tropas alemanas en el frente oriental, avanzó rápidamente por el territorio soviético, ya que el escuadrón ruso estaba desprevenido. Con lo que no contaba Hitler es con que la contienda se alargara hasta el invierno, durante el cual el ejército rojo avanzó, anulando a las tropas nazis, y dando fin a la batalla en diciembre con la retirada de Alemania.

En el verano de este año, el 14 de agosto, se firmó por parte de EE.UU. y Gran Bretaña, la llamada “Carta del Atlántico”, con el fin de conseguir un mejor provenir del mundo. Esta se constituía de ocho principios que ambos países firmantes harían constar en la política nacional de sus respectivos países. Estos principios fueron incluidos posteriormente en la Declaración de las Naciones Unidas del 1 de enero de 1942. Dentro del territorio alemán durante 1941 empezaron a abrirse los primeros Campos de Exterminio, como tales. El primero en comenzar su función fue el campo de “Chelmno”, en la Polonia ocupada, para matar a los judíos de los guetos de Lodz y Warthegau. También había empezado a utilizarse en Auschwitz el gas Zyklon B, el 3 de septiembre de este año, con el que dieron muerte a casi 600 presos soviéticos y 250 polacos, por primera vez por inhalación de este gas (22).

FOTO 9 Latas de envasado del Zyklon B. Grabado de la sala de exterminio con Zyklon

El principio de 1942 estuvo marcado por la celebración, el 20 de enero, de la conocida históricamente como “La Conferencia Wannsee”. Esta conferencia, celebrada por los máximos representantes del Nazismo, pertenecientes y no pertenecientes a las SS, fue dada en Berlín. En ella se trató el tema de “la solución final del tema judío en Europa”, es decir, se planeó minuciosamente la estrategia a seguir para acabar con toda la población judía de Europa, el genocidio de esta comunidad. Aunque los dispositivos de exterminio ya estaban matando a los judíos de los territorios ocupados, en esta conferencia se sentaron las verdaderas bases de “La Solución Final”, consiguiendo la colaboración en este programa de todos los líderes Nazis.

Esta “Solución final” alcanzó su mayor expresión dentro de los campos de concentración y exterminio; nosotros en nuestro trabajo nos centraremos más en lo que sucedió en Auschwitz durante estos años. Fue a finales de 1942 cuando empezaron en este campo los primeros experimentos “médicos” de esterilización en prisioneros y prisioneras, llevados a cabo por el cuerpo médico de la SS, cuya dirección fue tomada por Josef Mengele, en mayo de 1943 (en un primer momento nombrado como responsable médico del llamado campo familiar gitano para romaníes, creado en febrero de ese mismo año).

Entre el 19 de abril y el 16 de mayo de 1943 tuvo lugar el primer “levantamiento del gueto de Varsovia”, que consistió en la sublevación de la población judía que estaba hacinada en el gueto localizado en la ciudad de Varsovia, de la Polonia ocupada. Seis meses antes, Himmler había ordenado la liquidación de este gueto, por lo que desde octubre de 1942, sus habitantes habían sufrido continuos ataques y deportaciones a KZ. Fue el 16 de mayo, tras la muerte de unos 13.000 judíos y la deportación a KZ (principalmente al de Treblinka) de otros 40.000, cuando las tropas alemanas dieron por finalizada la batalla y la aniquilación de esta comunidad judía. Dos meses más tarde se dio en Auschwitz la mayor ejecución pública hasta el momento, en la que los oficiales de la SS ahorcaron a 12 polacos, por haber intentado huir del campo y por haber tenido contacto con personas del exterior.

Así como en 1943 fue un año de avance para las tropas alemanas por Europa sin encontrarse con grandes derrotas en el frente de batalla, en 1944 estuvo marcado por la inestabilidad del avance y los duros golpes que sufrieron las tropas alemanas. Prueba de ello fue el 6 de junio de 1944, día del famoso hecho histórico del desembarco de Normandía (la operación Neptune, más conocida como “Día D”), cuando las tropas aliadas cruzaron el canal de la mancha e invadieron el territorio que Alemania dominaba en el norte francés. Poco tiempo después, los Aliados lanzaron también la llamada “Operación Cobra”, la cual consistió en el bombardeo de este territorio alemán, lo que permitió a las tropas aliadas avanzar rápidamente, llegando en poco tiempo a las orillas del río Sena. Estas dos operaciones militares dieron como resultado la exitosa invasión de la Europa occidental ocupada por la Alemania de Hitler.

También, dentro de su propio estado Hitler empezó a estar amenazado por sus contrarios. En este año las reservas de la Wehrmacht (Ejército alemán) planearon un golpe de estado, plan operativo que fue denominado como “Operación Valkiria” y que sería puesto en práctica en caso de disturbios o sublevaciones civiles. El 20 de julio los oficiales de la Wehrmacht llevaron a cabo un atentado fallido en contra del Führer alemán como parte de esta operativa, tras el que la GESTAPO arrestó y ejecutó a cientos de opositores al régimen, sin importar si habían tenido o no relación con esta conspiración.

Durante este año la llamada “Solución final” empezó a tomar un papel prioritario y a potenciar dentro de los campos de concentración y muerte, lo que crispaba los ánimos de los reclusos. El 7 de octubre, se dio el motín de los Sonderkommando en Auschwitz, el único levantamiento a gran escala del que se tiene constancia dentro de este campo; durante el cual murieron 3 miembros de la SS y 450 miembros de esta unidad especial de trabajo, cuya misión principal era retirar los cadáveres de las cámaras de gas e incinerarlos en los crematorios (cuando llevaban un periodo de tiempo encargados de esta tarea también eran eliminados). Esta sublevación surgió por la sospecha que tenían los miembros de este destacamento de que la SS planeaba asesinar a los miembros que se encargaba del crematorio IV (23).

A finales de este año, los Nazis eran conscientes que la proximidad de las tropas aliadas, por tanto, temían ser atacados y que sus planes de genocidio y sus crueles actos fueran descubiertos por el mundo. Por lo que aceleraron sus asesinatos masivos y destruyeron las instalaciones en las que los llevaban a cabo, para destruir cualquier prueba de tal barbarie.

El 17 de enero de 1945, tras haber suspendido las ejecuciones colectivas, empezaron las denominadas “Marchas de la Muerte”, en las que los SS evacuaron a aproximadamente 60.000 prisioneros del KL Auschwitz. Estas marchas forzosas hacia el interior del Reich terminaron con la liberación del campo diez días más tarde, el 27 de enero, cuando las tropas soviéticas se adentraron en él.

La victoria del bando aliado estaba cada vez más cerca (ya que las tropas soviéticas ya dominaban en toda Europa central y del este) por lo que las decisiones militares contra las potencias del Eje tenían un peso decisivo en estos momentos. Por ello, el 4 de febrero de 1945, tuvo lugar uno de los hechos diplomáticos más relevantes del siglo XX, la “Conferencia de Yalta”. En esta conferencia se reunieron los representes de las “Tres Grandes”, es decir, los jefes de estado de Gran Bretaña, EE.UU. y la URSS, con el fin de coordinar sus esfuerzos para liberar a Europa de la dictadura alemana. En esta se establecieron objetivos muy importantes, que las tres potencias se comprometían a cumplir, como por ejemplo: la desmilitarización de Alemania, formar un tribunal internacional que juzgase los crímenes perpetrados por los Nazis, la división de Alemania (en la que se incluyó a Francia) o la reconstrucción democrática de Europa.

Fue después de esta conferencia cuando Gran Bretaña y Estados Unidos decidieron bombardear una de las áreas urbanas más grandes pero menos relevantes, en el ámbito comunicativo, militar e industrial, de lo que quedaba del Reich. El conocido históricamente como “Bombardeo de Dresde”, el cual duró desde el 13 al 15 de febrero de 1945. Hay bibliografía en la que los autores defienden que esta ciudad fue elegida simplemente para que las fuerzas aliadas le demostrasen a Stalin el poder bélico que tenían, por lo que fue un bombardeo desproporcionado, mucho más agresivo que los que tenían como propósito cualquier otro objetivo militar. Este desmedido ataque tuvo como resultado la destrucción total de la ciudad y la masacre de su población.

En este mismo mes acabó una de las operaciones más exitosas llevadas a cabo desde el interior de la Alemania Nazi, la “Operación Bernhard”. El objetivo de esta era falsificar la moneda inglesa con el fin de provocar una inflación d la economía de UK, dejándola lo más dañada posible, y financiar el propio régimen alemán. Para ello se creó en el cuartel de la SS la llamada “oficina 6-F-4”, en la que trabajaron 140 judíos con experiencia en caligrafía, dibujo e imprenta. A estos judíos se les dio mejor calidad de vida y la seguridad de protección a cambio de su trabajo, el cual llevaron a cabo en el bloque 19 del KL Sachsenhausen cerca de Berlín. Esta operación fue cancelada por Himmler el 23 de enero, ya que la situación de las tropas alemanas en Berlín no prometía muchos éxitos.

De hecho, pocos meses después empezó la que fue la última batalla europea de la IIGM, en abril del 1945. La “Batalle de Berlín”, como es conocida históricamente, comenzó tras la ofensiva lanzada por la URSS sobre Berlín, capital del III Reich. Durante esta las tropas aliadas avanzaron muy rápidamente hacia el interior de Berlín, ganando cada choque con las tropas Nazis, hasta que se hicieron con el centro de la capital donde los combates se libraron cuerpo a cuerpo. El 30 de este mismo mes, el Führer alemán se suicidó junto a su esposa Eva Braun y a otros grandes cargos del NSDAP, al tomar conciencia de la pérdida de la ciudad y,  por tanto, de la guerra y antes de caer en manos de los aliados. El 2 de mayo los defensores Nazis de la ciudad se rindieron y esta quedó tomada por las tropas soviéticas tras el asedio que habían sufrido durante más de un mes. Una semana después, el 8 de mayo, se anunció la rendición incondicional de Alemania, tras haber firmado las capitulaciones de guerra el día anterior en las que entregaban el Reich al Alto Mando Soviético, y terminando así con la IIGM en el marco de Europa.

Cuando la rendición alemana ya era una realidad, las potencias aliadas se reunieron en Postdam, el 17 de julio de 1945, para concretar los temas que habían tratado meses atrás en la “Conferencia de Yalta”. Esta nueva conferencia, estuvo enfocada a determinar la división del terreno alemán entre los cuatro participantes y a trazar el plan definitivo de la reconstrucción democrática de una Europa en ruinas tras los años de guerra. Fue en esta conferencia donde se empezó a vislumbrar las diferencias ideológicas y de intereses entre los países aliados, lo que pronto daría la disolución de la Gran Alianza y el estallido de la Guerra Fría (1947-1991).

FOTO 10 Enfermeras saludando a Adolf Hitler

De esta conferencia surgió también un ultimátum para Japón donde la guerra de los aliados contra el imperio nipón seguía su curso. Con él avisaban al emperador japonés de que si no se rendía y tropas aliadas atacarían a su país. Así lo hicieron cuando, tras la negativa del imperio japonés a rendirse, el ejército del aire estadounidense lanzó las bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima, el 6 de agosto, y Nagasaki tres días más tarde. Tras este ataque nuclear, el único ocurrido en la historia, el 15 de este mismo mes Japón anunció su absoluta rendición ante las fuerzas aliadas, por miedo a la destrucción y ejecución de su imperio. El acta de capitulación se firmó el 2 de septiembre de 1945, día en el que terminó la guerra en el pacifico, lo que supuso el final oficial de la IIGM.

Tras el fin de la IIGM, Europa se encontraba derruida y el mundo conmocionado por la violencia con la que se había llevado el conflicto, poniendo su punto de mira en los causantes de esta guerra. Los Nazis tenían que ser juzgados por sus crímenes de guerra y por las atrocidades llevadas a cabo durante el III Reich en contra de los judíos y demás minorías. Para ello, se constituye un tribunal militar especial por parte de los aliados, el cual dio comienzo, el 20 de noviembre de 1945, a los famosos Juicios de Núremberg. Estos juicios se celebraron en la ciudad alemana de Núremberg, ciudad que había sido elegida en muchas ocasiones por Hitler para dar sus discursos y mítines de estado, y duraron hasta 1946. Fueron un conjunto de 12 juicios en contra de los principales dirigentes Nazis que quedaban vivos y de los representantes de sus principales organizaciones (como el Juicio de los médicos o el Juicio de los ministros). La mayoría de estos se reconocieron culpables de los abusos y atrocidades de las que se les acusaban, y muchos de ellos fueron condenados a muerte.

Estos juicios y sus conclusiones fueron la base, posteriormente, de numerosas conferencias, declaraciones, comisiones y códigos destinados a velar por el respeto y la vida de la humanidad y del ser humano, sin importar su edad, sexo, raza o religión. Uno de ellos fueron los Códigos de Núremberg (1947), donde se recogían las directrices del qué hacer sanitario, o la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), la cual vela por la libertad, la justicia y la paz en el mundo, entre otros que explicaremos más detenidamente a lo largo de nuestro trabajo.

Además de todo lo anteriormente expuesto, el fin de la IIGM también condujo a la formación de la “Comisión UNSCOP” por parte de la ONU, la cual tenía como finalidad la partición de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío, para darles un lugar a los judíos que habían sufrido los golpes del régimen Nacionalsocialista. Plan que fue llevado a votación por parte de los componentes de las Naciones Unidas y cuya resolución fue positiva, por lo que las tropas británicas que ocupaban el territorio tuvieron que retirarse el 14 de mayo de 1948, quedando así constituido un nuevo estado: Israel. Esto lo podemos considerar como fuente del actual conflicto entre árabes y judíos dentro de Palestina.

2 OBJETIVOS E HIPÓTESIS

HIPÓTESIS PRINCIPAL:
Los actos llevados a cabo a manos de los sanitarios Nazis y su enjuiciamiento originan la bioética y los distintos códigos por los que se rigen las profesiones sanitarias.

HIPÓTESIS SECUNDARIAS:
1.- La finalidad de los KL implicaban malas condiciones higiénico-sanitarias.
2.- Las distintas actuaciones sanitarias y experimentales requerían la implicación en ellas de los profesionales enfermeros.
3.- Los hechos experimentales realizados sin la conformidad de los pacientes originaron lo que hoy conocemos como “Consentimiento Informado”
4.- Los fundamentos ideológicos del Nazismo, como el antisemitismo y el racismo, ocasionaron la creación de una ética sanitaria propia de los sanitarios Nazis.
5.- Las bases ideológicas del Nazismo dieron como resultado políticas y legislaciones  racistas durante el III Reich.

OBJETIVO GENERAL:
Demostrar que la Bioética por la que se rigen los profesionales sanitarios actualmente tiene su origen en los actos llevados a cabo por los sanitarios Nazis y su valoración durante el III Reich alemán.

OBJETIVOS ESPECIFICOS:
1.- Describir las condiciones sanitarias a las que estaban sometidos los presos dentro de los KL.
2.- Describir el papel de los profesionales de enfermería dentro de los KL.
3.- Demostrar que las actuaciones sanitarias y experimentales se llevaban a cabo sin la aprobación del paciente por parte de los miembros sanitarios de la SS dentro de los KL Nazis.
4.- Describir la ética e ideología de los sanitarios Nazis en la sanidad del III Reich.
5.- Esclarecer que la discriminación y el partidismo eran definitorios de la legislación nacionalsocialista en la política alemana del Nazismo.

4.- CAPÍTULOS
4.- 1 Fundamentos ideológicos del nazismo
Para entender el objeto de nuestra investigación primero debemos analizar la ideología en la que se basaban los actos perpetrados por los Nazis. Con este fin, y siempre manteniendo un punto de vista objetivo e intentando no expresar opiniones personales, debemos ahondar en las teorías que originan esta corriente ideológica, el Nacionalsocialismo.

Podemos considerar como una evidencia que a lo largo de la historia han surgido distintas civilizaciones y razas, sin presuponer que ninguna de ellas es superior o inferior a otra. Es el Nacionalsocialismo la primera política contemporánea (o del siglo XX) que tiene como base la jerarquización de estas. El pilar fundamental de esta doctrina política era “La teoría racial”, aunque no fue Hitler el primero en desarrollar esta teoría.

La teoría Racial fue una teoría dinámica, sujeta a diferentes cambios e interpretaciones a lo largo del tiempo. El Dr. Goebbels, político alemán y ministro de propaganda del NSDAP, sostenía que esta teoría no se podía definir totalmente debido a los continuos cambios y transformaciones que sufría, según sus palabras recogidas en “Wesen und Gestalt des Nationalsozialismus” en Berlín, 1935. Para entender esta teoría hay que tener en cuenta el contexto social y político de la época, intentando no influenciarnos por la visión actual.

El término “Ario” es fundamental para entender esta teoría, aunque el concepto de “Raza aria” no es originario del Nacionalsocialismo. Esta idea fue dada a conocer en el siglo XIX por el escritor francés Arthur de Gobineau, en su trabajo “Disertación sobre la desigualdad de las razas humanas”, publicación que llego a ser muy importante en la Alemania de entreguerras y que finalmente formó parte de las bases del NSDAP (27).

El concepto de “Ario” se ha relacionado tradicionalmente con el idioma original de los indoeuropeos, pero fue el filólogo alemán Max Müller, el que le da a este término connotaciones raciales y no solo lingüísticas. Aunque la idea de “Ario” asociada popularmente al Nazismo obtiene su significado del trabajo del filósofo, Houston Stewart Chamberlain, “Los fundamentos del siglo XIX”, publicado en 1899.

Según lo anteriormente expuesto, fue la idea distorsionada del concepto “Ario” lo que Hitler plasmó en su obra “Mein Kampf” (Mi lucha), publicada por primera vez en 1925. Su idea de Raza Aria era el resultado de una mezcla entre Selección natural y eugenesia. Sus ideas principales sobre este tema están expuestas en el capítulo XI de esta obra, titulado “Pueblo y Raza”(1), donde hace una analogía entre raza humana y especies animales: “las innumerables formas de la voluntad creadora de la Naturaleza están sometidas a la ley fundamental, inmutable, de la reproducción y multiplicación de cada especie restringida a sí misma. Todo animal se apareja con un congénere de su misma especie”. En páginas posteriores sostiene que “todo cruzamiento de dos seres cualitativamente desiguales, da un producto de término medio entre el valor cualitativo de los padres; es decir, que la cría estará en nivel superior con respecto a aquel elemento de los padres que racialmente es inferior, pero no será de igual valor cualitativo que el elemento racialmente superior de ellos. Luego será, por consiguiente, derrotado en la lucha con los superiores. Semejante unión está, sin embargo, en franco desacuerdo con la voluntad de la Naturaleza”. Por otro lado Hitler hace hincapié en el orden natural de las especies ligándolo a la especie humana, concretamente a cada raza dentro de esta: “Ese instinto que actúa en toda la Naturaleza, esa tendencia a la purificación racial, tiene como consecuencia no sólo levantar una barrera poderosa entre cada raza y el mundo exterior, sino también mantener las disposiciones naturales.[...] Nunca se supondrá, sin embargo, a una raposa manifestando a un ganso sentimientos humanitarios, de la misma manera que no existe un gato con tendencia favorable a un ratón”.

Con todo lo escrito en este capítulo Hitler deja clara la superioridad de la raza aria sobre las demás, siendo esta la precursora de todas las civilizaciones. Además asocia el concepto de “Hombre” única y exclusivamente con el de “ario”, dejando claro su opinión sobre la mezcla de esta raza con otras que él considera inferiores. Esto lo manifiesta en frases como: “También la historia humana ofrece innumerables ejemplos de este orden, ya que demuestra con asombrosa claridad que toda mezcla de sangre aria con la de pueblos inferiores tuvo por resultado la ruina de la raza de cultura superior”. Y como en: “No fue por mera casualidad que las primeras formas de civilización se presentaron allí donde el ario entró en contacto con las razas inferiores, subyugándolas y forzándolas para obedecer su comando. Los miembros de la raza inferior fueron las primeras herramientas mecánicas al servicio de una civilización cada vez mayor”. Más adelante Hitler aclara que el término “Ario” hace referencia al pueblo alemán: “.....las cualidades arias fundamentales de nuestro pueblo alemán”. Por lo tanto, de lo expuesto por Hitler en “Mi lucha” (1925), podemos concluir que: existe una raza “aria” superior y su mezcla con las consideradas razas inferiores dan como resultado la degeneración de la especie humana. Esto será el comienzo de la doctrina ideológica del NSDAP.

A medida que el partido Nazi va cobrando importancia en el panorama político alemán, la Teoría Racial va ganando adeptos entre la comunidad científica. Este hecho crea una corriente que toma como eje central de la higiene racial a la biología, dándole base científica a algo que hasta entonces solo era teoría. Ya en 1923, Fritz Lenz, profesor de higiene racial, eugenista y genetista humano, comentaba que “el nacionalsocialismo puede ser considerado como una biología aplicada, una radiología aplicada”. Años más tarde otro importante genetista de la época Otto Freiherr von Verschuer declaraba que “El Führer del Reich alemán ha sido el primer hombre de Estado que ha hecho de los conocimientos de la biogenética y de la higiene racial un principio director de la conducta del Estado” alabando la política de Hitler (29). También en 1931 el Presidente de la Sociedad Alemana de Biólogos, Ernst Lehmann, afirmó que “la visión del mundo nacionalsocialista ha conquistado Alemania, y el núcleo de esta visión del mundo está formado por la ciencia biológica”. Ya en 1934, personas del círculo más íntimo de Hitler, como su lugarteniente Rudolf Hess, declaró: “El Nacionalsocialismo no es nada más que biología aplicada” resaltando la importancia que adquirirá el mundo científico en éste área.

FOTO 11 Campos de exterminio. Fotografía incluida en “Imágenes y memoria de Mauthausen” exposición dedicada a los centenares de valencianos, principalmente republicanos, deportados a ese campo. Niños

Quedará patente la relación entre Biología y Nacionalsocialismo en la frase del Premio Nóbel de Fisiología y Medicina, Konrad Lorenz: “La medida más efectiva para preservar la raza es aquella que da el mayor apoyo a las defensas naturales… Nosotros podemos y debemos descansar en los instintos saludables de lo mejor de nuestro pueblo… para el exterminio de los elementos de la población cargados de escoria. De otra manera, estas mutaciones deletéreas permearán el cuerpo del pueblo al igual que las células de un cáncer” (30).

La situación en la que se encontraba la Alemania de esta época, de gran depresión social y política, hace que todo este discurso cale profundamente en la población y que esta comience a ser partidaria y partícipe de todo este pensamiento. Comienza así a formarse el marco perfecto para que las ideas del Nacionalsocialismo y sus seguidores puedan llevarse a cabo, reflejándose cada vez más la demanda social de estructurar la teoría racial.

Uno de los puntos importantes de los fundamentos Nazis para estructurar esta teoría es el concepto de “Lebensraum” o espacio vital. Esto hace referencia al espacio que, según Hitler, los alemanes de sangre pura tenían derecho a ocupar por el simple hecho de ser una raza superior. Este derecho solo lo tenían los alemanes puros y para llevarlo a cabo tenían que deshacerse de todo aquel que fuera una carga para las ambiciones políticas y sociales del régimen.

Así, empieza a excluirse de la sociedad a los considerados no “alemanes de sangre” o “Stammdeutsche”, es decir, todos aquellos que no cumplían los cánones arios o no descendían de estos. Aparece el término “nórdico” como concepto más concreto dentro de la raza aria. Término acuñado por el antropólogo Hans Günther, cuyos trabajos suscitarán gran interés a los ideólogos Nacionalsocialistas ya que daban base científica a su teoría racial (31).

Según este antropólogo alemán en sus libros “Kleine Rassenkunde des deutschen Volkes” y “Rassenkunde Europas” publicados en Múnich en 1929 y 1926 respectivamente, la raza nórdica se caracteriza físicamente por ser alta y delgada, de largas piernas, con cara, frente, nariz y mandíbula estrecha, barbilla prominente y de pelo rubio. Por otro lado, las características psíquicas del nórdico son la sabiduría en el juicio y la veracidad. También es enérgico y valeroso, inventivo, tenaz, prudente, competitivo, justo, respetuoso, caballeroso, individualista, altruista, con carácter, fiel, líder, honorable, entre otras.

Aunque este teórico, en un principio, es acogido entre los pensamientos del Nacionalsocialismo, a la larga terminará siendo desacreditado por la radicalización a la que somete al término nórdico, al afirmar que todo aquel que no cumpla las características del nórdico es inferior, sin importar sus capacidades ni su posición. Esto excluiría a la mayoría de la población alemana e incluso a las altas esferas de NSDAP. Uno de los primeros en oponerse a estas ideas de Günther fue el mismo Hitler, en Núremberg en 1933, cuando declaró que: “Nosotros no concluimos del tipo físico de un hombre su habilidad, sino que de sus logros su raza”. Esto se convirtió en un pilar de la antropología nacionalsocialista. Dejando claro que la calidad de un hombre no solo dependía de su apariencia física, como defendía la teoría de Günther, sino que también dependía de su herencia, sus capacidades y su valía.

Después de esto, se promulgaron en 1933 las Leyes de Núremberg, encaminadas a velar por la pureza de la raza aria, exaltando una evidente desigualdad entre las diferentes razas. Para el partido Nazi, como explicamos anteriormente, ellos como raza, eran superiores a otras, por tanto estas leyes estaban dirigidas, más concretamente, a separar a los alemanes de los judíos para preservar la herencia alemana. Un concepto importante para la ideología Nazi es el de “Volk” o pueblo, referido a la raza alemana, exacerbado en las leyes anteriormente nombradas. Se crea una comunidad “Volk” que lleva el patriotismo y el sentimiento nacionalista a todos los aspectos de la vida diaria. Esto fue la base de un gran proyecto de política social que se llevó a cabo para unir a la población bajo el movimiento Volkisch, es decir, bajo las creencias y valores nazis. Un conservadurismo nacionalista y revolucionario con sentimientos hipernacionalistas y antisemitas.

Este proyecto consistía en la comunión de todo el pueblo ario y en una unión nacional total entorno al Führer. Los Nazis defendían que era necesaria la unión de la comunidad para que Alemania avanzara. Con frases como “La comunidad nacional encontrará el destino que Dios le ha fijado” (32), la cual se repetía en muchos de los discursos de Hitler y sus oradores, el partido quería dejar claro cuanta importancia tenía este sentimiento de alianza aria, para el desarrollo y engrandecimiento de su país. Esta comunión tenía que ser total, por encima de cualquier creencia o ideología. Para esto Hitler se propuso llevar el nazismo a todos los matices de la vida cotidiana. Las familias y los individuos ya no son una unidad si no que forman parte de una comunidad consolidada y en la que los preceptos nazis llegaban a todas las prácticas diarias. Se instauraron nuevas fiestas nacionales, como el cumpleaños del Führer, y nuevas organizaciones para premiar e incentivar a los trabajadores arios como “La fuerza mediante la alegría”, la cual premiaba a los trabajadores con viajes, vacaciones y fiestas.

Dos pilares básicos de esta comunidad eran las mujeres y los jóvenes. La mujer aria porque representaba el seguro del país con su papel como gestante, cuidadora y educadora de los futuros alemanes. Los hombres del Volk valoraban y querían a una mujer para procrear, que supiese cuidar a su familia, obedecer y educar a sus hijos en los ideales del Reich. A todo esto se las enseñaba en la “Liga de muchachas alemanas” que había sido constituida en 1930 como el brazo femenino de “Las juventudes Hitlerianas”, organizaciones donde adoctrinaban a los jóvenes para ser un alemán ejemplar y servir al régimen (33).

Así, se crea casi una pseudo-religión, ensalzando la figura del Führer hasta casi la adoración, para los alemanes arios. Evidentemente al “Volk” solo pertenecía el alemán generacional puro, excluyendo de esta comunidad a los judíos y más tarde a otras etnias y pueblos. Paralelamente a esta pseudo-religión se fue creando lo que podemos considerar como una pseudo-ciencia, que cobró gran importancia en el mundo sanitario. Para Hitler la Sanidad Alemana era una parte muy importante en su plan de liberar al pueblo ario de lo que él consideraba ensuciar la sangre alemana, como demuestra en varios discursos: “Me puedo pasar sin abogados, sin ingenieros, sin constructores, pero sin vosotros, los médicos nacionalsocialistas, no me puedo pasar ni un solo día ni una sola hora. Sí me falláis todo está perdido. ¿Para qué sirve nuestra lucha, si la salud de nuestro pueblo está en peligro?”. Otros, como el ministro de propaganda del partido, Joseph Goebbels, dejaban patente la importancia de la salud en el programa Nazi con comentarios del tipo de: “[...] Nuestros objetivos son totalmente diferentes, nosotros necesitamos un pueblo sano para dominar el mundo” (34).

Es en este punto donde podemos considerar que la medicina Nazi se separa de la “medicina tradicional” olvidando los valores básicos de esta disciplina. La medicina Nazi deja de centrarse en la enfermedad y el enfermo, buscando solo la excelencia del individuo sano.

Incluso se llega a crear una Bioética propia, la cual violaba el “Juramento Hipocrático” (Siglo V a.C.), el que se centraba en el enfermo, como podemos leer en este fragmento del mismo: “En cuanto pueda y sepa, usaré de las reglas dietéticas en provecho de los enfermos y apartaré de ellos todo daño e injusticia. Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna. Por el contrario, viviré y practicaré mi arte de forma santa y pura” (35).

Esta Bioética Nazi seria concebida según los siguientes postulados (36):
Evolucionismo darwiniano: se acepta y se manipula la Teoría de Darwin sobre el origen de las especies en favor del régimen.
Intervencionismo biológico: un buen gobierno tiene que asumir el deber de intervenir en la evolución biológica de su pueblo, desarrollar y fomentar programas de cribado evolutivo.
La apariencia humana puede no implicar humanidad: aunque los judíos tengan apariencia humana son resultado de otra evolución. Por lo tanto, los signos externos no son suficientes para su consideración como humanos.
De las diferencias externas se desprenden estados jurídicos diversos: considerando que existen distintas razas y aunque éstas son (con excepción de la judía) el resultado de la evolución humana, no todas poseen los mismos derechos. Dado que la raza depende del aspecto exterior, éste se vuelve determinante del status jurídico del sujeto.
Eugenesia individual y social: se debe eliminar de la sociedad aquellos individuos biológicamente nocivos (enfermedades hereditarias, defectos congénitos, etc.), por la vía de su esterilización, voluntaria o forzosa, o inclusive de su eliminación física (muerte).
Eutanasia individual y social: la vida por sí sola no tiene por qué ser respetada, solo aquella que merezca ser vivida. Se antepone el malentendido concepto de bien común o del “Volk” al del propio individuo si el estado considera que es indigno. El fin justifica los medios.
Preferencia por la muerte de los más jóvenes: se consideraba más correcto social y éticamente eliminar primero a los individuos de menor edad.

Esta Bioética es el preámbulo para los programas de “Higiene racial” que comenzaron a llevarse a cabo por el régimen para adoctrinar a la sociedad germana. Estos programas abarcaban todo el ámbito social, desde enseñanzas en las escuelas y universidades, propagandas, cursos de puericultura (donde las mujeres recibían instrucciones de higiene racial y salud), etc., hasta los actos llevados a cabo en los campos de concentración por los sanitarios nazis.

Como ejemplo de uno de estos programas podemos hablar de las campañas anti-tabaco llevadas a cabo por el estado, en uno de sus documentos podemos leer: “The Nazi anti-tobacco effort must be understood as part of the effort to safeguard the German population against racial poisons” (37). Dando a entender que el consumo de tabaco era un modo de contaminar la raza. Otro caso lo encontramos en las escuelas, donde el tema racial se trataba en todas materias, como ejemplo un problema matemático: “Mantener toda la vida a una persona con una enfermedad mental cuesta 4 marcos al día, a un mutilado 5,50 marcos, y a un criminal 3,50. Los funcionarios cobran al día 4 marcos, los oficinistas apenas llegan a los 3,50, los obreros no cualificados cobran menos de 2 marcos, para mantener a sus familias (Ilustra estos datos con un diagrama). Según ciertos datos puede haber al menos 300.000 enfermos mentales, epilépticos, etc. ¿Cuánto cuesta mantener a todas estas personas a un coste de 4 marcos por día? ¿Cuántos préstamos de 1.000 marcos cada uno, se podrían dar a las familias cuando fueran a casarse, con ese dinero (con el empleado en mantener a los deficientes)?” donde se señalaba claramente los costes de las personas que se consideraban una carga para el estado al mismo tiempo que ponían en práctica la lógica matemática (38).

Por otro lado, como escribe Robert N. Proctor en el capítulo uno de su libro “The Nazi war on Cancer”, el cáncer era unos de los grandes enemigos para el régimen Nazi y su obsesión por mantener la salud del “Volk”: “The Reich Anticancer Committee (Reichsausschuss für Krebsbekämpfung) established in 1931 was enlarged, and an ambitious new journal, the Monatsschrift für Krebsbekämpfung (Monthly journal for the struggle against cancer), [...] was launched in 1933 to coordinate the anticancer effort. More than a thousand medical doctoral theses explored cancer in one form or another in the twelve years of Nazi rule […] Cancer registries were established, including the first German registries to record cancer morbidity (incidence) and not just mortality (deaths). Efforts were made to strengthen prevention-oriented public health measures, including occupational safeguards, laws against the adulteration of food and drugs, bans on smoking, and programs to reduce the use of cancer-causing cosmetics, to name only a few” (39).

FOTO 12 Carteles propagandísticos de la raza aria

Esta preocupación por la salud y la excelencia de la raza que tenían los Nazis se traduce en una nueva disciplina que pasó a denominarse “ciencia de la raza”. Como dice Horacio Riquelme en su artículo “La medicina nacionalsocialista: ruptura de cánones éticos en una perspectiva histórico-cultural” citando a Michael H. Kater, profesor de la Universidad de Toronto, Canadá, “el desarrollo de esta disciplina como especialidad médica bajo el dominio Nazi en base a las trayectorias académicas de cuatro figuras centrales: “la especialidad médica específicamente nazi de la ciencia de la raza consta básicamente, por una parte, de un componente extraído de las ciencias naturales, esto es, de la antropología (física) convencional y de la medicina positivista y, por otra, de uno ideológico que encuentra su culminación en la idea de un inmutable orden jerárquico de la sangre” En el desarrollo de la ciencia de la raza se puede distinguir una senda recta [...] En esta senda se alternan cuatro hombres, todo médicos, y todos también al principio jóvenes científicos serios que se fueron desviando progresivamente hasta lo irracional. Estos hombres son Theodor James Mollison, Eugen Fischer, Ottmar Freiherr von Verschuer y Josef Mengele”(40). Estos cuatro hombres que nombra Horacio Riquelme en su publicación, fueron connotados expertos en la “ciencia de la raza” e instauraron varios conceptos básicos de esta. Fueron admiradores de Hitler y participes en numerosas investigaciones experimentales y en las políticas raciales y antisemitas que llevaba a cabo el régimen.

Esta “ciencia de la raza” se vio totalmente reflejada en los proyectos de Eutanasia y Eugenesia que se desarrollarían durante estos años. Todos los considerados una carga para el Estado o que ensuciaban la raza debían ser eliminados.

Para explicar estos proyectos, primero debemos aclarar los conceptos de Eugenesia y Eutanasia:
Eugenesia: término acuñado por el científico Francis Galton (1822-1911), significa “buen nacimiento” y según la RAE es la “aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana”. Sin embargo, los Nazis toman una definición de este término procedente de la distorsión de la teoría de Charles Darwin, sobre la selección natural y la supervivencia del más apto, y de su propia adaptación de la “teoría del Superhombre” del filósofo alemán del siglo XIX, Friedrich Nietzsche (41).
Eutanasia: término que proviene del griego y significa “buena muerte”, la RAE lo define como “la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado, con o sin su consentimiento, con la intención de evitar sufrimiento y dolor”. Para los Nazis el fin de esta práctica no era evitar el sufrimiento de los enfermos, sino más bien, la carga social que suponen lo que ellos denominan las “vidas indignas de vivirse” [Lebensunwertes lebens].

Para los Nazis la medicina tradicional iba en contra de la propia naturaleza y de la selección natural que Darwin defendía, por lo que la práctica clínica de estos conceptos comienza a ser cada vez más habitual, encaminándose a reforzar la “ciencia de la raza”. Como dijo el Doctor, anteriormente nombrado, Eugen Fischer en 1943 “Es una suerte que se da pocas veces que una ciencia teórica florezca en una época en la que la ideología predominante la acoge con entusiasmo y en la que sus hallazgos pueden tener beneficios inmediatos para la política del Estado” (42).

Algunas de las justificaciones del empeño por deshacerse de los llamados “lastres sociales”, es decir, de los que estaban fuera de los sistemas de producción o aquellos que padecían alguna enfermedad crónica o invalidez física o mental, las podemos encontrar en el texto publicado en 1920 por el jurista Binding y el psiquiatra Hoche, “La licencia para exterminar vidas sin valor: su medida y su forma”.

Estas justificaciones se resumen en tres aspectos esenciales:
La existencia de un individuo es inherente a su utilidad para la comunidad, por tanto, un individuo que ya no es útil no debe existir.
El aspecto económico, es decir, la carga monetaria que estas personas suponen para el Estado.
El simple hecho de exterminar estas personas para limpiar el “cuerpo de la Nación”, es decir, un concepto tergiversado de Salud Pública.

Todo esto lo vemos reflejado en las paginas 118-119 de este mismo texto con palabras como: “Preparados ideológicamente de esta forma, impresionados por la muerte de tantos jóvenes sanos en la Primera Guerra Mundial y acicateados por su experiencia con la indigencia social que en ese momento se generalizaba en los establecimientos para enfermos crónicos, inválidos e incapacitados mentales, la conciencia de responsabilidad social de los médicos se invirtió, tomando una dirección inhumana y reaccionaria: la medicina y el Estado no podían sacrificar hombres sanos en los campos de batalla, mientras se conservaba la vida a enclenques y enfermos con un alto gasto material y asistencial. La medicina y el Estado no debían tomar medidas en contra de la selección natural, ayudando así al empeoramiento de la especie humana. En tanto que la medicina y el Estado ostensiblemente no podían lograr condiciones de vida que suficientes para todos, debían tener el valor de promover la vida de los sanos y socialmente fuertes y exterminar las ‘existencias lastres' (43)”.

Estas ideas dieron paso a legislaciones para acotar la vida y la reproducción, dando base legal para exterminar a toda persona clasificada por los Nazis como no válida para el Nacionalsocialismo, leyes que fueron muy bien acogidas por la comunidad médica, como expondremos en nuestro siguiente capítulo.

4.2.- Marco legislativo
En este capítulo vamos a intentar plasmar las políticas y legislaciones que se desarrollaron a partir del ascenso al poder del partido Nacionalsocialista. Como explicamos en el contexto histórico de nuestro trabajo, este partido alcanzó el poder de una manera lícita, a través de un proceso democrático, elegido por el pueblo alemán. Por tanto, todas sus leyes tenían una base legal y eran de obligado cumplimiento para todos los habitantes del Reich.

Nosotros para nuestro trabajo vamos a centrarnos en las leyes relacionadas con la cuestión racial. Todas estas leyes y decretos seguían el mismo perfil antisemita y ultranacionalista, con el fin de dejar clara la jerarquización de la sociedad alemana y dándole un marco legislativo a la “Teoría Racial” en la que basaban su ideología, como explicamos en el capítulo anterior.

El partido Nazi promulga la llamada “Ley Habilitante” en marzo de 1933, cuando el Reichstag dio plenos poderes a Hitler y con la que se iniciaba la política de sincronización que llevaría a cabo el NSDAP. Dicha política consistía en poner bajo los preceptos Nazis todos los estamentos del gobierno alemán. Esta ley constaba de 5 artículos, los cuales establecían que todas las decisiones políticas serían tomadas por el “Gobierno de Reich”, lo que en la práctica limitaba el poder de promulgar leyes y por tanto de gobernar al NSDAP. Estas normas legales podían ir incluso en contra de la Constitución de Weimar (la cual no fue derogada expresamente) o modificarla. El partido Nazi era totalmente libre de dictar todas las políticas que se llevarían a cabo en Alemania, sin contar con la opinión de ningún otro gabinete del Reichstag. Con esta ley daba comienzo la “dictadura democrática” que sería régimen nacionalsocialista hasta el final de la IIGM.

A esta ley le siguieron más de 400 leyes y decretos, promulgados entre 1933 y 1939, dirigidos a limitar todos los aspectos de la vida de los “no arios”, centrándose en la comunidad judía.

La primera ley en restringir la vida pública y privada del pueblo judío fue, en abril del 1933, la “Ley para la Restauración del Funcionariado Público Profesional”. Esta apartaba de las funciones públicas a los judíos y al resto de personas que consideraban peligrosas para la política. La legislación restringía el número de alumnos judíos en escuelas y universidades. En este mismo mes se restringió radicalmente la actividad a los profesionales judíos del derecho, prohibiéndose la práctica jurídica a abogados y notarios judíos. Por otro lado, lo mismo ocurrió en el ámbito de la medicina; donde se limitaba su actividad a la atención de pacientes judíos, se les deja de abonar los reembolsos por parte de los fondos de seguro médico del estado y se prohíbe el ingreso de estudiantes judíos en las facultades de medicina. A este respecto debemos resaltar que hasta este año, es decir, durante la República de Weimar, la situación social y económica de las profesiones sanitarias estuvo marcada por una gran inestabilidad, al igual que en la mayoría de los trabajos. Las cajas de seguro de salud se habían retrasado en los pagos de los honorarios, lo que incluso llevó, a mediados de 1923, a una huelga por parte de los profesionales.

Entre 1923 y 1933, esta situación se agudizó por la crisis económica que, como hemos explicado anteriormente, atravesaba el país. Esto provocó cambios importantes en el marco ideológico de la sanidad. Por un lado, aumentó el sentimiento antisemita y aunque las profesiones sanitarias habían sido una de las más abiertas a los judíos, empezó a emerger la exigencia de que se despidiera a los compañeros judíos para contratar a profesionales de origen alemán. Y por otro lado, se abrió un debate sobre los costes que la manutención de los discapacitados (físicos o psíquicos) le suponía al estado, considerando estos costes como una pérdida económica; es decir, entre la comunidad sanitaria nació una gran intranquilidad sobre los destinatarios de las ayudas sociales, colocando el interés de la nación por encima del interés de los individuos. A partir del final de 1933, los Nazis acrecentaron sus esfuerzos para captar a los sanitarios alemanes, así, en octubre de este año, la Liga de Médicos Nacionalsocialistas Alemanes  (NSDÄB) contaba con 11.000 miembros, número que fue incrementándose a medida que el partido Nazi iba adquiriendo poder (44).

Una de las que sufrió estas exigencias fue Hertha Einstein, alemana de nacimiento pero de raíces judías, que se casó con el medico judío Erich Nathorff. Quienes confiaron en Hitler, debido a la situación en la que se encontraba el país, pero cuando este fue nombrado Canciller, las cosas comenzaron a cambiar para el matrimonio. A él lo despidieron del hospital en el que trabajaba y a ella solo le quedo su clínica ginecológica, donde poco a poco dejaron de acudir los clientes. Ambos sufrieron numerosas vejaciones, hasta que en 1939 consiguieron salir del país junto con su hijo.

La represión política de los judíos, con el transcurso de los años, llegó a todas los ámbitos sociales, desde su expulsión del ejército o la prohibición de su participación en el cine y en el teatro, hasta la expropiación paulatina de todos sus bienes, impidiendo que estos se ganasen la vida, decretada a finales de 1938.

En julio de 1933 se promulgó la “Ley sobre profilaxis de descendencia con enfermedades hereditarias” la cual muestra un interés marcado del NSDAP por las medidas de eugenesia y eutanasia, lo que consideraban como un “tratamiento especial”.

Esta ley se aplicaría en tres aspectos a favor de la “salud racial”, dando como resultado: “[...] 1.- El programa de eutanasia para ‘enfermos mentales’. 2.- El exterminio directo de poblaciones étnicas indeseadas y enfermos indeseados por ‘tratamientos especiales’. 3.- Trabajos experimentales preparatorios para esterilizaciones masivas” (45).

A este respecto, años más tarde, en 1936 se promulgó la ordenanza “Permiso para destruir la vida indigna”, el cual daba la autorización para aplicar la eutanasia o eugenesia en enfermos mentales y que será la base para numerosos programas más adelante.

Enlazando con la anterior ley de 1933 y destinadas a la “pureza de la sangre alemana” se aprueban en 1935 las famosas “Leyes de Núremberg”, publicadas el 15 de septiembre de este año y que enumeramos a continuación:
1.- “Ley de la bandera del Reich”, en ella se tratan los colores y forma de la bandera, emblema (esvástica) y se le da el poder al Führer para determinar dichos aspectos (46).

2.- “Ley para la protección de la sangre y del honor alemán”, ley que se dividía en 7 artículos, que podemos resumir de la siguiente manera: los matrimonios entre judíos y arios quedaban totalmente prohibidos, aunque se hubieran efectuado en el extranjero, con el fin de evadir esta ley. Todos estos matrimonios serían nulos, procedimiento de nulidad que sería iniciado por el estado; las relaciones sexuales entre judíos y arios o similar quedaban prohibidas; el empleo de sirvientes domésticos alemanes quedaba prohibido para todo aquel de sangre judía; se prohibía a los judíos lucir la bandera o los colores del Reich. Solo les estaba permitido exhibir los colores judíos, aunque regulados por el estado. Serían penados con multa, prisión y/o trabajos forzados cualquiera que infringiese los artículos anteriormente citados (47).

3.- “Ley de Ciudadanía del Reich”, esta ley aclara que solo era considerado ciudadano del estado alemán, aquella persona que obtuviera el documento de “Ciudadanía del Reich”. Tal documento solo se les concedía a aquellos de sangre alemana o afín y que pudieran demostrar ser aptos para servir lealmente al pueblo alemán. Solo el ciudadano de Reich disfrutaba de plenos derechos políticos (48).

Con respecto a esta última ley, un mes más tarde, se decretó una reforma en base a su artículo 3º, endureciendo las condiciones para obtener la acreditación de “sangre pura”, perfilándose más antisemita. Esta reforma la podemos resumir en tres puntos:
1.- El estado se guardaba el derecho de conceder o retirar la ciudadanía del Reich a su criterio. Solo los ciudadanos del Reich pueden votar. Además, hace extensible esta ley no solo a la comunidad judía sino también a romaníes, negros y otras etnias.
2.- Define qué sujeto era judío puro y cual de sangre judía mezclada o “Mischlinge”. Se consideraba judío puro aquel que profesara la religión judía o que al menos tres de sus abuelos fueran judíos. También descendientes de padres judíos o cuyo cónyuge profesara la religión judía.
3.- El judío, en ninguna circunstancia, sería considerado Ciudadano del Reich, por lo tanto, no tenía derecho a votar ni a participar de la vida pública. El 31 de diciembre de este mismo año, todos los judíos trabajadores del estado serían relegados de sus puestos. Las organizaciones religiosas no se vieron afectadas.
A partir de estas leyes y sus reformas, todo individuo que quisiera acceder a las organizaciones políticas o a cargos públicos debía poseer el conocido “Árbol Familiar de Linaje Ario” válidamente emitido por el estado, que demostrase su descendencia aria desde 1.750 (49).

Como consecuencia de estas leyes raciales, y de la decreciente tasa de natalidad durante los primeros años del III Reich, el 12 de diciembre de 1935 Himmler funda el programa “Lebensborn”. Proyecto destinado a contrarrestar dicho fenómeno demográfico y a crear una generación que liderase en un futuro una Alemania pura. Para lograr este objetivo se creó la llamada “Lebensborn Eingetragener Verein”, sociedad que recompensaba a las jóvenes racialmente puras por dar a luz en secreto a niños arios con oficiales de la SS (en 1939 se impuso un mínimo de 4 hijos). A estas jóvenes, quienes debían haber pasado por un test de pureza racial y cumplir ciertos requisitos físicos, se les proveía de una casa y de los medios necesarios para llevar una vida confortable. Los niños que nacían dentro de este programa eran separados de sus madres, las cuales perdían la potestad de sus bebés, y eran adoptados por el estado y llevados a las llamadas “nurseries” o guarderías infantiles. Estas tenían como función educar a los niños, evitar el aborto y proteger a las madres. Posteriormente, también sirvieron como lugar de encuentro entre las jóvenes y los oficiales de la SS que desearan formar parte del programa. Los niños que tuvieran taras físicas o psíquicas serían exterminados inmediatamente (50).

Entre 1937 y 1938 el Estado alemán recrudece la legislación en contra del pueblo judío, promulgando leyes como la del 11 de julio de 1938 en la que se prohibía la entrada de judíos en centros de salud, la ley del cambio de apellidos del 17 de agosto (51), o la del 21 de diciembre del mismo año, “Ley para Parteras”, que prohibía a las mujeres judías practicar la profesión. Todo estas leyes y sus análogas en todos los aspectos sociales y la incesante persecución llevada en contra esta comunidad provoco un éxodo de más de 200.000 judíos, cuyas posesiones quedaban en manos del Estado. Los que decidieron quedarse no lo hicieron en mejores condiciones, ya que se decretó el “Registro de la propiedades judías”, decreto que impedía a los judíos tener negocios propios y tener que vendérselo a ciudadanos alemanes a precio de saldo, llegando a una “arianización” del comercio alemán.

En agosto de 1939 se emite una ordenanza secreta a médicos y matronas, la cual instaba a estos sanitarios a registrar en un censo a niños menores de tres años afectados por enfermedades. Tal decreto incluía como enfermedades de registro obligatorio: “[...] 1.- Idiotez, mongolismo (en especial los casos unidos a ceguera y sordera). 2.- Microcefalia. 3.- Hidrocefalia en estado grave o avanzado. 4.- Deformaciones de todo tipo, especialmente falta de miembros, fisuras graves del cráneo y la columna vertebral. 5.- Parálisis, incluida la enfermedad de Little” (52). Estos niños censados por los sanitarios eran incluidos en las ‘Secciones infantiles especiales’ donde eran exterminados inmediatamente.

Paralelamente, también en 1939, empezó a gestarse la denominada “Aktion T4”. Programa de eutanasia cuyo objetivo era disminuir el número de internados en los centros psiquiátricos, a los que se aplicarían unas determinadas ‘medidas especiales’ para acabar con estas ‘vidas sin valor’ para el régimen Nazi. Con este fin fue enviada a todas las instituciones mentales una ordenanza, la cual obligaba a los profesionales encargados de estas a inscribir en un registro a determinados pacientes que sufrieran: esquizofrenia, epilepsia, demencias seniles, parálisis, sífilis, ‘imbecilidad’ por cualquier causa, encefalitis o estadios neurológicos terminales. También se incluirían en este proyecto aquellos que llevaran 5 o más años en una de estas instituciones, los enfermos mentales criminales o los que no fueran de descendencia aria.

Ya en 1940, estas ordenanzas y preceptos jurídicos culminaron en la ley que dio como resultado el mayor exterminio masivo de las comunidades consideradas como ‘asociales’, la “Ley sobre Extraños a la comunidad”. Esta ley se basaba en la idea de una biología criminalística, cuya etiología venia dada por el grupo social o la “raza” a la que el individuo pertenecía. El término ‘asocial’ hacía alusión a todos aquellos individuos considerados indeseables por el estado como eran: los gitanos, prostitutas, tuberculosos, negros, homosexuales, entre otros; y cuya erradicación se llevaría a cabo en todo el territorio de dominio Nazi (53).

En relación a la homosexualidad, durante el régimen Nazi estuvo en vigor el Artículo 175 de su Código Penal, el cual  condenaba las relaciones sexuales o cualquier otra práctica lasciva entre personas del mismo sexo masculino o de personas con animales. Estas prácticas estaban castigadas con penas de prisión, de trabajos forzados  y de suspensión temporal de los derechos civiles de los sujetos. Wilhelm Frick, diputado Nazi en el Reichstag, expresaba así su aversión hacia este grupo social ya en 1927: “... tales vicios conducen a la perdición de la Nación alemana.”. El intento de erradicación de los homosexuales se saldó con aproximadamente 5.000 muertos durante el III Reich (54).

Todas estas leyes, de marcado carácter racista y antisemita, fueron aplicadas bajo el beneplácito del Führer alemán y la supervisión del Ministerio del Interior del Reich, de cuyo cumplimiento no estaba exento ningún habitante de este. Por esta razón, no dejaron indiferente a nadie de la época, ni dentro de las fronteras del Reich ni fuera de estas. Aunque la gran mayoría de alemanes arios las aceptaron sin objeciones, haciéndose cómplices de estas, hubo otro sector de la población que se opuso a ellas.

En el sector sanitario, como hemos explicado anteriormente, la idea de la “teoría racial” y la aceptación de una pseudo-ciencia basada en la “pureza aria”, fueron adoptadas por una gran mayoría de profesionales, pero también hay que resaltar que, pese a que fuera difícil oponerse individualmente a ello, se produjeron movimientos en contra de esta ‘actividad científica’. Un ejemplo de esta oposición lo encontramos en el médico progresista judío Julius Mozes (1868-1942), gran defensor de la salud pública a través de la prevención, como afirma cuando dice que: “Todo lo que pensaba hasta ahora que era el dictado supremo de la medicina (cuidar a los enfermos, sin reparar en razas, tratar igual a cualquier paciente sin diferencias de religión o sexo, ayudar a todos y aliviar sus sufrimientos) no se considera apropiado en opinión del nacional-socialismo. Es lo contrario. Ellos (los nazis) desean hacer una guerra total contra los inferiores de todo tipo, especialmente enfermos sin esperanza, y deshacerse de ellos… Los enfermos que no tienen posibilidades están predestinados a la eliminación, y justamente el médico es el encargado de la tarea. ¡El médico se convertirá en asesino!” (55)

Esta oposición al régimen Nazi, ya fuera por estar en contra del régimen fascista o por tener una actitud pro-humanista, se da en general dentro de la comunidad médica. Un ejemplo de esto lo vemos en la Unión de Médicos Socialistas quienes paralelamente se habían quedado en la oposición camuflados y en silencio frente a estas “actividades científicas” y que finalmente fueron exiliados por el régimen Nazi. Otro caso, de oposición individual, fue el del Dr. Schede, profesor de ortopedia de la facultad de Leipzig, quien impidió la esterilización, al no registrarlas, de las personas nacidas con luxaciones de cadera y/o pie equino. También existieron durante estos años varios grupos de opositores a estos actos, entre los que debemos destacar un grupo de estudiantes de medicina de Munich denominados ‘Rosa Blanca’, quienes criticaban al fascismo y las políticas desarrolladas en su nombre, alentando a la gente a la resistencia.

Una de las oposiciones más influyentes fue la que presentaron los psiquiatras de las instituciones mentales, tras conocer las verdaderas intenciones de los traslados de enfermos mentales concernientes al programa “exterminio de vidas sin valor”. Varios de estos psiquiatras, como el profesor Büchner de Friburgo y el profesor Kurt Sneider, ejercieron una gran presión social en contra de estas acciones.

FOTO 13 Saludos Nazis por parte de sacerdotes y cardenales del clero junto con oficiales de las SS

No podemos olvidar como uno de los mayores opositores del Nazismo a la Iglesia Católica, oposición liderada en estos años por Eugenio Pacelli (1876-1958), el Papa Pío XII (1939-1958). Este Papa, siendo el nuncio de Pío XI (1922-1939) en Berlín (56), firma en 1933 un concordato con el régimen Nazi, conocido como el “Concordato del III Reich”, intentando proteger al catolicismo de las pretensiones del Nazismo y, colateralmente, haciendo que el NSDAP se alce con el poder apoyado por el partido político católico ‘Zentrum’, poco después Hitler disuelve este partido (57). Cuatro años después, en 1937, viendo claramente la política de opresión y odio de los Nazis, la iglesia condena al régimen Nacionalsocialista y a los actos perpetrados en su nombre con la encíclica “Mit Brennender Sorge” firmada por el todavía Papa Pío XI , leída el 21 de marzo de este año en las más de 11.000 iglesias católicas alemanas (58). Pacelli, a través de sus radio mensajes navideños, también condenó el Nazismo años más tarde (59). Estos hechos han sido objeto de innumerables controversias y críticas a lo largo de estos últimos setenta años, llegando incluso a acusar a este Papa de colaborar con la causa Nazi. A este respecto, el actual Papa Francisco ha declarado que “No quiero decir que Pío XII no haya cometido errores –yo mismo cometo muchos– pero su papel hay que leerlo según el contexto de la época” instando a la compresión de esta actuación de la Iglesia Católica durante el III Reich (56).

4. 3.- Sanidad dentro de los campos (Auschwitz-Birkenau). Papel de la enfermería
Con la subida al poder del partido nacionalsocialista y a medida que la legislación Nazi iba tornándose más racista y opresora, fueron abriéndose en el territorio alemán y en los territorios ocupados, numerosos centros destinados a recluir a ciertos grupos sociales, judíos, minorías raciales, asociales, criminales y rivales políticos de Hitler, donde los derechos civiles y el respeto humanos les eran arrebatados. Estos centros quedaron definidos como campos de tránsito, de concentración, trabajo y finalmente de exterminio (60).

Por otro lado, empezaron a construirse en Alemania lugares de hacinamiento para los judíos, guetos donde eran apartados de la población alemana, y condenados a unas condiciones de vida precarias. En estos guetos a la población judía, que se veía sometida a un asedio por parte del gobierno alemán, se les restringía la libre circulación y el suministro de alimentos y medicamentos, por lo que las condiciones higiénico-sanitarias comenzaban en poco tiempo a degradarse. Todo esto, junto a la sobrepoblación y los servicios sanitarios inadecuados, daban como resultado numerosas epidemias y el incremento de las tasas de mortalidad. Con la reclusión de los judíos en estos guetos, el régimen mantenía a esta comunidad bajo control y tenía una fuente de mano de obra para su industria bélica, además podemos considerar que esto fue una manera encubierta de llevar a cabo sus planes de genocidio de la población judía. El primer gueto que se fundó fue el de Łodz, en febrero de 1940, para recluir a la comunidad judía de esta ciudad de la Polonia ocupada y meses más tarde, en noviembre de este año, se estableció un segundo gueto y el más conocido en la ciudad de Varsovia.  Aquí encontramos a algunas enfermeras como Irena Sendler, que dedicó su vida a ayudar y salvar cientos de vidas de niños (61).

Una vez nombrados los dos principales instrumentos del Nazismo para el hacinamiento de la población ‘no-aria’, debemos aclarar que nuestro estudio lo vamos a centrar en la aplicación práctica de la ideología nacionalsocialista dentro del ámbito “sanitario” en los campos de concentración y exterminio Nazis, y más concretamente en el complejo Auschwitz- Birkenau. Para ello debemos describir los tipos de campo que existieron durante el III Reich y su finalidad. Estos los vamos a englobar en tres tipos principales de campos: de concentración, de exterminio y de trabajos forzados, como nombramos anteriormente.

Los campos de trabajo eran centros de internamiento donde los presos eran sometidos a trabajos forzados durante interminables horas, llegando a la extenuación de estos o incluso a la muerte.
Los campos de concentración los podemos definir como centros destinados a confinar y detener a estos grupos de personas, sin juicio previo pero sí con respaldo legal por parte del gobierno Nazi. Se construyeron por toda Alemania a partir de 1933.
Los campos de exterminio fueron construidos a partir de 1941 con la función específica de eliminar a personas. Existieron siete de estos campos de los cuales seis fueron construidos en el territorio ocupado de Polonia (62). Esta función era la gran diferencia con los otros tipos de campos, donde la gente moría por las condiciones higiénico-sanitarias y el maltrato que recibían los presos por parte de los oficiales encargados de estos campos.

En nuestra opinión podemos considerar que al final todos estos campos tenían el mismo objetivo: la exterminación de la población judía de Europa, ya que, fuera por un método u otro, la finalidad era la muerte del preso.

El campo de Auschwitz, en el que hemos contextualizado nuestro estudio, con el transcurso de la guerra, se convirtió en un complejo formado por 3 campos y 47 sub-campos, los tres campos principales fueron: Auschwitz-I o campo principal, que se abrió el 20 de mayo de 1940, aprovechando las instalaciones de un antiguo cuartel del ejército polaco; Auschwitz II-Birkenau, cuya construcción comenzó el 1 de octubre de 1941 y que empezó a funcionar como KZ en marzo de 1942; y Auschwitz III-Monowitz, que el 30 de octubre de 1942 abrió en un principio como el subcampo Buna, el cual más tarde se convertirá en un campo de trabajo, donde los presos trabajaban fundamentalmente en las industrias alemanas (industrias que sacaban provecho de la mano de obra esclava, como por ejemplo, la IG Farbenindustrie o Siemens). Todo este complejo estaba dirigido por la Oficina Central Económico-administrativa de las SS (WVHA), sin embargo, de la deportación de personas a los campos y de su exterminio se encargaría la Oficina Central de Seguridad del Reich (RSHA). Podemos considerar que este complejo de campos vivió dos etapas durante su existencia: la primera, del 26 de mayo de 1940 al 31 de julio de 1941, durante la cual fue un campo de reclusión y trabajos esclavos, donde la muerte de los presos eran producto del hambre, el agotamiento y por las enfermedades, una forma de exterminio indirecto; la segunda, del 1 de agosto de 1941 a 27 de enero de 1945, a partir de la creación de Birkenau, durante la que la finalidad de este complejo fue el exterminio directo de los presos.

El 4 de mayo de 1940 fue nombrado comandante del KL Auschwitz, el SS-Obersturmbannführer o Jefe de la guardia de asalto, Rudolf Höss (aunque la dirección de todos los campos de concentración estuvo bajo el mando de Heinrich Himmler, la mano derecha de Hitler) y el 14 de junio de este mismo año, la RSHA dirige el primer grupo de personas a Auschwitz-I, 728 presos políticos polacos provenientes de la cárcel de Tarnów. Este campo principal llegó a su máxima extensión entre 1941 y 1942, y quedó compuesto finalmente por 28 barracones de dos plantas, poblados por entre 13.000 y 20.000 presos (pico de población alcanzado una vez en 1942). Este campo fue el centro administrativo de todo el complejo Auschwitz-Birkenau.

De estos 28 barracones, durante el periodo que estuvo en activo el campo, varios  funcionaron como “hospital” (63). Los barracones 19 y 20, a partir de 1940, empezaron a formar parte del hospital del campo, el número 19 era conocido como ‘Schonungblock’ o bloque de “reposo” (los cuales podemos considerar como “enfermerías”) para los presos enfermos y el número 20 estaba reservado para los enfermos con enfermedades contagiosas. Los bloques 21 y 28 también formaron parte del hospital, como bloque quirúrgico y de medicina interna, respectivamente (64).

El bloque número 10 también constituyó el hospital durante estos años, el cual funcionó, a partir de 1943, como centro de experimentación; también el número 13, entre 1941 y 1942, funcionó como hospital para los POWs soviéticos. El 26 de marzo de 1942, llegó a Auschwitz-I el primer transporte de mujeres procedente del KL Ravensbrück (único KL exclusivo para mujeres), la cuales fueron instaladas de los bloques 1 al 10 del campo principal, designando el Bloque número 3 de estos como “hospital”. El bloque 10 de este campo, también fue elegido en 1944, como lugar para internar a los enfermos mentales. No podemos olvidar que los oficiales de la SS también contaban con su propio hospital dentro de este complejo, donde las condiciones higiénico-sanitarias eran muy distintas a las que soportaban los presos (65).

En marzo de 1941, Himmler mandó construir a unos 3 kilómetros del campo principal, en la región de Brzezinka, un segundo campo de prisioneros, como parte de sus planes para llevar a la práctica la llamada “Solución Final”. KL Auschwitz-II o Birkenau, estuvo constituido finalmente por más de 300 barracas, la mayoría de estas de madera, cuyo número había ido ampliándose con el paso de los años para dar cabida a mayor cantidad de presos. Estaba dividido por sectores, los cuales llegaron a albergar hasta 100.000 prisioneros, hombres y mujeres, en agosto de 1944 y cuyas condiciones higiénico sanitarias eran incluso peores que las del campo principal. Las SS equipó a este campo con la mayoría de las instalaciones utilizadas para el exterminio: cuatro cámaras de gas con sus crematorios, dos cámaras de gas provisionales y fosas y piras para la incineración de los cadáveres (66).

En varios sectores de Birkenau también diversas barracas fueron puestas en funcionamiento como “hospitales”, aunque debido a las continuas restructuraciones y ampliaciones de los campos, los presos eran trasladados constantemente. Por ejemplo, en mayo de 1942 fue abierto un nuevo campo para hombres en el sector BIb (que finalmente será establecido junto al BIa como campo femenino) donde la barraca número 1 contenía, además de salas para los enfermos, las oficinas médico-administrativas, un laboratorio y una farmacia. También las barracas 7 y 8 fueron establecidas como “enfermerías” del campo. Estas tenían una función especial, la número 7 servía como lugar de espera o “reposo” para aquellos prisioneros elegidos, por estar exhaustos o gravemente enfermos, para ser asesinados. Posteriormente algunos de estos presos se trasladaban a la barraca número 8, donde eran liquidados mediante una inyección de fenol directa en el corazón; aunque como regla general los prisioneros de la barraca nº 7 eran trasladados a las cámaras de gas dos veces a la semana. Los presos denominaban estas barracas como “Bloques de la muerte”. Esto mismo ocurría en el sector de las mujeres donde las barracas 25 y 28 cumplían las mismas funciones que las anteriormente descritas. Salvo que, en la barraca número 25, además de hacer “reposo” por la extenuación, a las embarazadas y recién nacidos se le administraba directamente la inyección de fenol.

Era en la barraca 28 donde se asesinaba al resto de presas mediante esta inyección. Los presos internados en el hospital del sector BIb, en julio de 1943 fueron trasladados al sector BIIf, un sector hospitalario que llegó a tener 18 barracas y a albergar a aproximadamente 2.000 enfermos. Las barracas número 2 y 15, serían establecidas como bloques experimentales, donde los sanitarios de la SS llevarían a cabo sus experimentos con niños, enanos, embarazadas, entre otros. También, bajo la dirección de los jefes médicos del sector BIIf, se construyeron “hospitales” más pequeños en los conocidos como “campos familiares”, en el BIIe o campo de los gitanos (al que más tarde, en 1944, se trasladarían las actividades de experimentación) y en el BIIb o de los judíos del gueto de Theresienstadt. Los sectores BIIa y BIId se establecieron como zona ambulatoria de cuarentena para los presos que llegaban al campo.

Estos dos grandes campos, Auschwitz-I y Birkenau, contaban con su propio personal sanitario, tanto médicos y enfermeras de la SS (Sanitätsdienstgehilfe: SDG), como sanitarios que eran seleccionados entre los presos para trabajar con ellos, que llevaban a cabo la dirección y la práctica de sus actividades dentro de estos. Además también supervisaban las instalaciones hospitalarias que se establecieron en los distintos sub-campos de este complejo. En este tema ahondaremos más adelante en nuestro estudio. En 1943, con la creación de Auschwitz-III en la región de Monowice, se construye en este campo el hospital más grande de todos los sub-campos de Auschwitz, y cuya dirección queda bajo el director médico de este, que era también quien seleccionaba y trasladaba a las cámaras de gas a los presos enfermos más graves.

FOTO 14 Jeringa utilizada para administrar Fenol. Preparado B 1034, fármacos experimentales producidos por Bayer y probados en los prisioneros de Auschwitz. Administración de fenol en Auschwitz. (Museo de Auschwitz)

Las personas deportadas llegaban en trenes desde todos los puntos de Europa a estos campos, donde al bajar de los vagones, debían enfrentarse a una primera selección, conocida como ‘la selección de la muerte’, llevada a cabo por los SDG (67). Esta selección se basaba en la observación de los recién llegados y su separación en dos filas: una fila compuesta por ancianos, discapacitados, enfermos, mujeres embarazadas o con sus hijos y niños, quienes eran calificados como ‘no-aptos’ para trabajar, y que por tanto eran conducidos por los Kapos directamente a las cámaras de gas (bajo el engaño de ir a las duchas y desinfección) (68); y otra fila compuesta por hombres en edad y condiciones de trabajar y algunas mujeres, quienes eran clasificados según su profesión, ya que no todos eran igual de valiosos, y finalmente conducidos a los barracones (69). Entre estas dos filas, los SDG elegían a los que consideraban que pudieran ser útiles para los experimentos médicos que se llevaban dentro de los campos (embarazadas, gemelos, algunos niños...) o que tuvieran algún rasgo que considerasen interesante. Una selección similar se llevaba a cabo periódicamente dentro de los campos para apartar a los presos que ya no servían para trabajar o estaban enfermos, como anteriormente apuntamos al describir la función de algunos bloques.

Otra de las funciones del personal sanitario del campo era realizar, a partir de mediados de 1941, como parte del programa de eutanasia, selecciones dentro de los propios bloques hospitales. En estas selecciones los enfermos que no tenían expectativas de volver al trabajo pronto, los enfermos mentales y los enfermos terminales eran elegidos para morir mediante una inyección de fenol o en las cámaras de gas. De esta forma, los hospitales adquirían dos funciones principales: dar tratamiento sanitario y exterminar a los prisioneros. Durante 1941, como resultado de una epidemia de Tifus y las duras condiciones del campo, casi todos los enfermos que ingresaban en estos hospitales eran elegidos para morir, por lo que los presos empezaron a denominar a los hospitales como “la antesala del crematorio” (70).

Tras estas selecciones, algunos de los prisioneros eran trasladados a las cámaras de gas, donde eran asesinados, a partir de 1941, mediante el ya nombrado Zyklon B. Este gas era suministrado a los campos por la Cruz Roja alemana y era un SDG quien se encargaba de arrojarlo por las escotillas de las cámaras de gas, para dar muerte a los presos. Este podría considerarse otro de los engaños de los Nazis, el suministrar “la muerte” bajo las siglas internacionales de la Cruz Roja.

El proceso de exterminio dentro de los hospitales, comenzó el 28 de julio de 1941, cuando una comisión de médicos, entre los que se encontraba el reputado Dr. Horst Schumann, realizo una primera selección entre los paciente del hospital del campo principal. Seleccionaron a 575 prisioneros, que fueron trasladados al hospital mental Sonnentein en Saxony (Sajonia, Alemania), donde fueron asesinados con Monóxido de Carbono (71). Estas selecciones continuaron en agosto del mismo año, los presos elegidos fueron utilizados incluidos en ensayos para comprobar la eficacia de distintas inyecciones intravenosas de concentrados de perhidrol, éteres, peróxido de hidrogeno, bencenos, hexobarbital y fenol. Los médicos de la SS concluyeron que el compuesto más efectivo para el asesinato rápido de los presos era la inyección de fenol directamente en el corazón. Este método se empezó a utilizar regularmente en una de las habitaciones del Bloque 20 del campo principal, donde un total de 121 judíos polacos fueron asesinados entre enero y marzo de este año. Dada la eficacia de este método, esta forma de exterminio se trasladó a los hospitales de todos los campos de Auschwitz (72).

Entre 1942 y 1943, la rápida llegada de deportados a los campos provocó una sobrepoblación de estos, aumentando el número de epidemias y de personas enfermas dadas las precarias condiciones higiénico-sanitarias, lo que obligó a los responsables de los campos a ampliar las instalaciones sanitarias (73). Himmler, en 1943, tomó la decisión de parar este aumento de la tasa de mortalidad dentro de los campos, por lo que ordenó la suspensión de los asesinatos sistemáticos de los presos internados en los hospitales (excepto a los enfermos mentales). Estos asesinatos se reanudaron en agosto de este año aunque ya solo dirigidos a los presos judíos como parte de la ‘Solución final’. También en la segunda mitad de este año enfermedades como el Tifus o la tuberculosis empezaron a ser tratadas.

En estos “hospitales”, las precarias condiciones higiénico-sanitarias, como hemos nombrado anteriormente, estaban relacionadas con la actividad del personal médico de las SS, quienes habían obviado su condición de sanitarios en aras del objetivo Nazi. Como norma general, los tratamientos aplicados a los presos no eran curativos, de hecho, no disponían de un suministro de alimentos y medicamentos suficientes. Esto daba como resultado que el número de muertes incrementara, por lo que algunos de los presos destinados a trabajar como sanitarios en estos hospitales, introducían de manera clandestina dichos recursos básicos para la recuperación de sus compañeros enfermos. Esto hizo de los “hospitales”, un punto clave de la resistencia en contra del régimen Nazi dentro de los campos. Estos trabajadores tenían distintos puesto dentro del “sistema sanitario” de los campos, algunos trabajaron como auxiliares de médicos, enfermeros e incluso auxiliares de enfermería (74).

Algunos de los presos que trabajaron como enfermeros en estos campos fueron:
Stanislaw Glowa, número 20017, nacido en Polonia en 1898 y enviado a Auschwitz en 1941. Fue asignado como secretario del bloque 20, cargo que aprovechó para introducir medicamentos y copiar clandestinamente los documentos del hospital. Fue liberado el 3 de mayo de 1945.
Wieslaw Kielar, número 290, preso criminal polaco nacido en agosto de 1919 y enviado a Auschwitz desde Tarnów en 1940. Quien además de trabajar como enfermero, también ocupó cargos como el de supervisor de bloque. Fue liberado por los americanos en abril de 1945.
Tadeusz Kosmider, número 624, nacido en Polonia en julio de 1923 y enviado a Auschwitz, también desde Tarnów, en 1940. Tras recuperarse de una gripe en el hospital del bloque 21, fue asignado como auxiliar de enfermería. Fue liberado por las tropas estadounidenses en abril de 1945.
Ludwika Wierzbicka, número 35.918, nacida en el sureste de Polonia en mayo de 1916 y enviada a Auschwitz en 1942 desde la cárcel de Tarnów. Fue empleada en 193 en el campo familiar gitano como enfermera, donde cuidaba a los enfermos de Noma (cáncer de agua o chancra), quienes eran utilizados para la experimentación (75). Fue transferida al KL Ravensbrück en agosto de 1944.

También una de las funciones más destacadas del personal de enfermería dentro de los campos fue la de ‘partera’. Un caso destacado es el de Stanislawa Leszczynska, polaca de nacimiento y que sustituyo a un alemán en el cargo (76). Stanislawa tuvo la ayuda de su hija, estudiante de medicina, pero esta cayó enferma y fue sustituida por otra prisionera con formación de comadrona. Juntas tuvieron como iniciativa el procurar una “sala de partos” compuesta de treinta literas, ubicada finalmente en el bloque 24. Este bloque también disponía de una sala de ginecología usada por la Dra. Irena Konieczna (77). Aquí se practicaban abortos, que se llevaron a cabo por prisioneras judías y médicos de Hungría, a las órdenes del Dr. Josef Mengele.

Todos o la gran mayoría de los médicos que trabajaron en estos campos lo hicieron bajo la supervisión y la obediencia incondicional a la medicina del estado, creyendo totalmente en los fundamentos ideológicos de la sanidad Nazi y en la que hasta ahora hemos ido nombrando como ‘Solución final’. Fueron muchos los médicos que pasaron por los hospitales de Auschwitz, pero nos centraremos en los que consideramos más relevantes para los objetivos de nuestro trabajo.

Carl Clauberg, alemán nacido en septiembre de 1898, ginecólogo, profesor de la universidad de Königsberg y director del hospital ginecológico de St. Hedwig. A partir de 1942 y bajo la dirección de Himmler, este ginecólogo alemán llevo a cabo experimentos de esterilizaciones masivas con las prisioneras de Auschwitz. Estos experimentos tenían como finalidad desarrollar un método de esterilización rápido, para cumplir los objetivos Nazis de pureza de la raza Aria, el cual pudiera ser aplicado por cualquier médico en su consulta. Estos experimentos fueron realizados en una de las salas del bloque hospital número 10 del campo principal y en el laboratorio instalado para Clauberg en la Barraca número 30 de Birkenau, donde Clauberg disponía de todos los recursos necesarios para llevarlos a cabo (78). Tales métodos consistían en la inyección de un producto, del cual desconocemos su composición, en el cérvix de las mujeres judías elegidas para el proyecto. Clauberg afirmaba, en una carta dirigida a su superior Himmler en 1943, que el método que estaba desarrollando era casi perfecto y que con él se podría esterilizar a cientos de miles de mujeres judías al día (79). Tras la evacuación de Auschwitz estas mujeres fueron trasladadas a Ravensbruck, donde Clauberg intentó continuar su estudio. Finalmente, este ginecólogo Nazi fue arrestado en noviembre de 1955 en Alemania, donde muere antes de ser juzgado en la prisión de Kiel en agosto de 1957.

Helmut Vetter, nacido en Alemania en junio de 1910. Miembro de la Waffen-SS, que estuvo destinado en Auschwitz desde octubre de 1941 hasta marzo de 1943. Este médico Nazi, durante su estancia en el campo, llevo a cabo experimentos con nuevos fármacos contra distintas enfermedades contagiosas como el Tifus, la Tuberculosis o la Difteria (80). Estos fármacos experimentales eran producidos por grandes empresas farmacéuticas, como la conocida actualmente Bayer, para que los médicos de la SS probaran su eficacia en los prisioneros antes de lanzarlos al mercado. Este doctor fue condenado a muerte en su juicio y ejecutado en Alemania en 1951.

Victor Capasius, alemán nacido en febrero de 1907. Doctor en farmacología, que se encargó de la farmacia de Auschwitz a partir de 1943. Farmacia que guardaba el producto usado para la asfixia en las cámaras de gas, el llamado Zyklon B, el cual se convirtió en un instrumento imprescindible para la ‘Solución Final’. Este farmacéutico también colaboró en las llamadas ‘Selecciones de la muerte’ y en experimentos farmacéuticos con judíos. En agosto de 1965 fue condenado a 9 años de prisión en Frankfurt.

August Hirt, alemán nacido en 1898, director del Instituto de Anatomía de la Universidad del Reich en Strasbourg. Este anatomista Nazi, propuso recoger una muestra de esqueletos para estudiar las diferencias anatómicas raciales. Para ello se seleccionaron 115 prisioneros de Auschwitz (79 hombres judíos, 30 mujeres judías, 2 polacos y 4 POW soviéticos asiáticos) quienes fueron asesinados en agosto de 1943 en las cámaras de gas de KL Natzweiler. Sus cadáveres fueron enviados al Instituto de Anatomía dirigido por Hirt. Este doctor se suicidó en Alemania en junio de 1945.

Hubo muchos otros médicos para los que los presos de Auschwitz les sirvieron como cobayas paras sus experimentos “médicos”. Como por ejemplo, Josef Paul Kremer, quien estudió la atrofia fusca del hígado y las consecuencias de la “enfermedad del hambre” en Auschwitz hasta noviembre de 1942; o el Dr. Kaschub, cuyos experimentos consistían en infectar a los prisioneros elegidos con enfermedades típicas que sufrían los soldados alemanes, para buscar un tratamiento y estudiar sus consecuencias, a partir de 1944.

Pero sin duda, uno de los médicos más representativos de todas las atrocidades llevadas a cabo en este campo por parte de los sanitarios fue Josef Mengele. Este doctor en medicina y filosofía, nació en Günzbrug (Alemania) en marzo de 1911. Miembro del NSDAP y de la Waffen-SS, quien antes del estallido de la guerra fue ayudante para el Profesor Freicher von Verschuer en el Instituto de Genética y La Raza Higiene de la Universidad de Frankfurt, en Alemania, que era entonces el centro académico líder en el campo de la genética. Tras su retirada del frente oriental durante la guerra, él mismo pidió ser destinado al campo de Auschwitz para seguir con sus estudios de antropología racial. Por lo que en mayo de 1943, el Dr. Mengele fue nombrado jefe del campo familiar gitano (BIIe) de Birkenau. Los experimentos de este médico se centraron en el estudio de niños y niñas gemelos, niños y niñas con anomalías congénitas y en la fisiología y anatomía del enanismo. También cuando el llamado ‘cáncer de agua’ o ‘noma faciei’, desconocido en otros lugares del campo, empezó a propagarse por el campo gitano, sobre todo entre los niños, Mengele comenzó a estudiar esta enfermedad, sus síntomas, causas y consecuencias, minuciosamente observando y fotografiando cada etapa de la enfermedad y dándole un trato especial a este tipo de enfermos. Muchos de ellos también eran asesinados para mandar que sus cadáveres fueran analizados y estudiados. Muchos de sus órganos eran conservados en frascos y enviados al Instituto Káiser Wilhelm de Antropología, genética y la eugenesia en Dahlem, cerca de Berlín, y a la SS Academia de Medicina de Graz. El Dr. Bertold Epstein, un famoso pediatra de origen judío de Praga, fue asignado por Mengele como su ayudante para la supervisión y el tratamiento de estos pacientes.

Pero si por algo destacó este doctor fue por sus estudios sobre los gemelos, más especialmente en gemelos idénticos. En un principio, instaló su propio departamento en la Barraca 32 del campo gitano, donde llevaba a cabo estudios morfológicos y antropológicos con los gemelos de este mismo campo. Mengele trataba a estos niños de manera muy amable y magnánima, incluso les proporcionaba alimentos, dulces y juguetes, para así ganarse su confianza, por ello este doctor es conocido como “El ángel de la muerte”. A partir de 1944, tras la liquidación del campo familiar gitano en agosto de este año, Mengele utilizaba la rampa de selección de Birkenau para seleccionar a los gemelos recién llegados al campo de todas las edades. Utilizó la Barraca 1 del sector de las mujeres para hacinar a los gemelos de entre 7 y 8 años, la barraca 15 del sector BIIf para los gemelos de edades más mayores y adultos (de los que se sabe que hubo más de cien, algunos trillizos alemanes y también enanos húngaros) y la barraca 22 del campo hospital de mujeres para los bebés gemelos y sus madres. El número total de niños gemelos que pasaron por las manos de este médico no los sabemos con exactitud, pero según Elżbieta Warszawska Jesień, quien trabajó como enfermera en la Barraca 1 y estimó que unos 350 pares de gemelos, de entre dos y dieciséis años y de diversas nacionalidades, fueron objetos de los crueles experimentos del Dr. Mengele.

Estos gemelos eran sometidos a diversos procesos antropométricos, morfológicos, radiológicos y quirúrgicos, casi todos ellos muy dolorosos sobre todo para los niños de más corta edad; y el fin de todos ellos era la muerte para analizar sus órganos en las autopsias. Mengele también llevó a cabo estudios sobre la transmisión vertical del Tifus en mujeres embarazadas que habían contraído esta enfermedad en los últimos meses del embarazo, sobre la inanición en bebés recién nacidos o sobre métodos para cambiar las características raciales de los individuos (como inyectar gotas de un fármaco, del cual no conocemos la composición, en los ojos de los niños para intentar cambiar el color de sus iris). Estos niños también sirvieron para los experimentos de esterilización o sobre la tuberculosis. Tras la liberación de Auschwitz, el Dr. Mengele se convirtió en uno de los fugitivos más buscados para ser juzgado por sus crímenes llevados a cabo dentro de este campo, aunque finalmente, y tras años como prófugo en Sao Paulo bajo el nombre de Wolfgang Gerhard, este médico Nazi murió por un derrame cerebral en febrero de 1979 (79).

4. 3. 1.- Papel de la Enfermería dentro de los campos
Todos estos médicos eran asistidos en sus diferentes trabajos y estudios por distintos colaboradores, en su mayoría presos destinados para ello, que realizaban el papel enfermero dentro de los campos. La función de estos “enfermeros” supuso un engranaje muy importante dentro del programa “sanitario” de los campos, ya que las labores que realizaban eran de gran importancia para el gobierno Nazi. Estos papeles llevados a cabo por los enfermeros, eran regidos por un ya obsoleto sistema biomédico y una jerarquización en el binomio médico-enfermero.

Durante estos años, el objeto principal de la enfermería, el cuidado, era relegado a un segundo plano y el papel enfermero se desarrolló bajo el contexto de la ideología racial del régimen Nazi, volviéndose cómplice de las numerosas atrocidades realizadas en estos campos y de los programas de eutanasia y eugenesia que en ellos se desarrollaron. Aunque muchos de los enfermeros que desarrollaron esta disciplina durante el régimen Nazi se vieron en un dilema moral e intentaron formar parte de la resistencia llevando a cabo su verdadera función de cuidar y ayudar a los enfermos de los campos, otros muchos acataron su labor de buen grado.

Estas labores consistían en, por ejemplo, administrar los fármacos, en muchas ocasiones experimentales o fármacos letales para provocar la muerte del sujeto; la atención de los enfermos dentro de los barracones hospitales; ayudar en las selecciones de los presos, tanto en la primera de estas a la llegada de los deportados como en las que se realizaban periódicamente en los campos y hospitales; funciones de parteras y ayudantes de ginecología; otra de las funciones, y una de las más importantes, fue la de supervisión, administración y registro de los enfermos y de las actividades “sanitarias” llevadas a cabo dentro de los campos, en el desempeño de este papel los enfermeros ayudaban a enmascarar las verdaderas pretensiones Nazis, falsificando los registros, por ejemplo, de las causas de muerte de los presos en sus certificados de defunción (80).

4. 4.- La Bioética después del III Reich
A tenor de todo lo anteriormente expuesto y al término de la IIGM, se celebraron en Núremberg, a partir del 20 de noviembre de 1945, una serie de juicios en contra de los actos llevados a cabo durante el III Reich y sus responsables. Actos como crímenes contra la humanidad, experimentos médicos criminales, entre otros; estos actos se llevaron a cabo a todos los niveles y fueron el resultado de un estudiado plan, cuyos fundamentos ideológicos estuvieron arraigados en gran parte de la sociedad.

En estos juicios se llegó a conocer y demostrar la magnitud de las atrocidades cometidas, por eso, tras su finalización y las condenas que fueron establecidas en ellos, surge la necesidad de enmarcar y legislar el quehacer futuro de los seres humanos e intentar que estos hechos no volvieran a suceder. Surgen entonces, distintos organismos, códigos y declaraciones destinados a preservar los valores éticos-morales y los derechos fundamentales de la humanidad.

El primer código y más importante en la historia con respecto a la ética clínica fue el denominado Código de Núremberg (1947), el cual servirá de base para los códigos éticos ulteriores. Este código resultó de los anteriormente nombrados juicios y consta de 10 principios básicos que deberán regir la investigación con seres humanos. Entre estos principios se recoge el derecho del individuo a ser informado y no coaccionado, es decir, el “consentimiento informado”. Término que hoy en día conocemos bien los enfermeros pero que no fue hasta la promulgación de este código cuando se intenta instaurar en la comunidad científica por primera vez. Estos principios también hablan, por primera vez, de que estos experimentos deben ser beneficiosos tanto para el individuo como para la sociedad, además de tener que estar justificado.

Un año después, el 10 de diciembre de 1948, se aprueba en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual tiene como base el reconocimiento de la dignidad, la igualdad y los derechos inalienables de todas las personas. Es la primera promulgación que, además de tener un carácter ético, constituye una norma legal, es decir, que es de obligado cumplimiento. Esta declaración sirvió como guía para la Constitución Española de 1978.

También en el ámbito de la comunidad científica, se empezó a regular la investigación médica en seres humanos con la Declaración de Helsinki, de la Asociación Médica Mundial, en junio de 1964; en la que se tratan los principios éticos que deben orientar la investigación médica. Esta declaración ha sufrido numerosas modificaciones hasta nuestros días.

A pesar de todo esto, no podremos hablar de ética en el campo sanitario, hasta que en 1970, Rensselaer Potter, acuñara el término de Bioética, en su obra “Bioethics bridge to the future”. Término que, por primera vez, comprende lo que hoy en día entendemos como básico a la hora de desarrollar nuestras profesiones y que 25 años después de los juicios de Núremberg todavía nadie había planteado, dejando muy atrás la “bioética” racista e injusta por la que se rigieron los Nazis.

No es hasta el 18 de abril de 1979, nueve años después, cuando se elabora el Informe Belmont, que sienta los principios éticos para proteger a los individuos a la hora de colaborar en experimentos científicos. Estos principios bioéticos son: Respeto, Beneficencia y Justicia. Aunque actualmente nos regimos por los principios Bioéticos publicados por Beauchamp y Childress, quienes añadieron a los tres anteriores el principio de No maleficiencia, aplicando el Prinun non nocerem, es decir, que debe primar el ‘no hacer daño’ a la hora de la práctica científica; quedando estos establecidos como: Principio de Beneficencia, de Autonomía, de Justicia y de No maleficencia.

Actualmente, y como recoge nuestra Constitución de 1978 en su artículo 43, queda establecido que todas las personas tienen derecho a la protección de la salud. Como resultado de este derecho, entre otros, se han establecido diversas normas que rigen las profesiones sanitarias. En España, se publicó el 14 de julio de 1989, el Código Deontológico de la Enfermería Española, el cual reconoce la enfermería como una profesión y la dota de unas normas mínimas éticas y legales de obligado cumplimiento (81). Entre estas normas se encuentra el anteriormente mencionado “Consentimiento Informado”, dándole un significado actual al establecido en el Código de Núremberg; el Secreto Profesional, el cual vela por la intimidad de los pacientes; y la Objeción de Conciencia, derecho del profesional de negarse a la realización de determinadas actividades sanitarias, que surge relacionado con algunas problemáticas actuales, y que por supuesto no existía durante el III Reich; entre otros.

Debemos aclarar que, en la evolución de la Bioética sanitaria, han existido y existen otros códigos, declaraciones y normas, que aun siendo importantes no las hemos considerado lo suficientemente relevantes para su inclusión en la redacción de nuestro estudio.

FOTO 15 Irena Sendler tenía entonces 19 años y era ya enfermera. Su padre había sido médico y había muerto de fiebre tifoidea debido a que atendía enfermos judíos que vivían en ghetos

5.- DISCUSIÓN / CONCLUSIONES
Habiendo estudiado el desarrollo histórico anteriormente expuesto y desde el punto de vista de la sanidad y la bioética actual, podemos analizar varios hechos acaecidos durante la época de nuestro estudio.

Por un lado, nos damos cuenta que, considerando algunos puntos importantes tratados actualmente por la bioética, podemos relacionar los diferentes tipos de campo con la forma de dar muerte a los presos en cada uno de ellos:

Campo de Concentración / Trabajo……………Distanasia
La distanasia, encarnizamiento, obstinación o ensañamiento terapéutico es el empleo de todos los medios posibles, sean proporcionados o no, para prolongar artificialmente la vida y por tanto retrasar el advenimiento de la muerte en pacientes en el estado final de la vida, a pesar de que no haya esperanza alguna de curación.

Campo de Exterminio                       Eutanasia / Eugenesia            Cacotanasia
Eutanasia: Acto de provocar intencionadamente la muerte de una persona que padece una enfermedad incurable para evitar que sufra.
Eugenesia: Aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana.
Cacotanasia: Significa Mala muerte. Es un tipo de eutanasia que se impone sin el consentimiento y en contra de la voluntad del afectado, la cacotanasia es considerada inmoral ya que atenta en contra de la vida y este es un derecho fundamental que no debe ser violado por agentes externos

Relacionamos los campos de concentración y trabajo con la Distanasia porque podemos considerar que sometían continuamente a los prisioneros a actividades que prolongaban angustiosamente sus vidas, sabiendo que el final sería su muerte o asesinato.

Los campos de extermino consideramos que se relacionan claramente con los términos de eutanasia y eugenesia, ya que, atendiendo a las definiciones expuestas en nuestro primer capítulo, estos campos fueron creados para llevarlas a la práctica.

Todo esto nos lleva a pensar que durante el Holocausto, la actividad sanitaria se llevó a cabo bajo la puesta en práctica de la Cacotanasia. Por lo tanto, a nuestro parecer, según lo estudiado en nuestra investigación y conociendo las técnicas que empleaban los Nazis para llevar a cabo estas prácticas consideramos más adecuado este término el cual podemos definir como: “la muerte que se impone sin el consentimiento del afectado. La palabra apunta hacia una mala muerte”.

La North American Nursing Diagnosis Association (NANDA) recomienda que se cumplan una serie de Patrones funcionales, dados por Marjory Gordon en la década de 1970, a la hora de realizar los cuidados.

Por ello, tras el estudio de las malas condiciones higiénico-sanitarias y de la práctica llevada a cabo por los sanitarios en los campos de concentración y de exterminio, nos damos cuenta que ninguno de estos 11 patrones ni las necesidades básicas de los presos (Maslow, A. 1943) estaban cubiertos, sino que reforzaban todo lo contrario:

PATRONES FUNCIONALES

Percepción - manejo de la Salud
Evidentemente, tanto el manejo como la apreciación de la salud por parte de los presos era totalmente negativa, dado que no tenían ninguna libertad, ni se les capacitaba para ello.

Nutrición - metabólico
La alimentación que recibían los presos, basada en pan, margarina, pequeñas porciones de embutido y agua, que sólo aportaba un 60% de los nutrientes necesarios y su prolongación en el tiempo durante meses o años, hacía que estas personas tuvieran una desnutrición severa (caquexia).

Eliminación
Debido a la mala alimentación, a las precarias condiciones de las instalaciones y al contexto de insalubridad, la eliminación en estos presos era totalmente deficiente.

Actividad - ejercicio
Durante su estancia en los campos los presos eran sometidos a largas y duras jornadas de trabajo extenuante, por lo que su salud se veía degradada de manera muy importante.

Sueño - descanso
Debido a las condiciones de las barracas y el hacinamiento de los presos, el descanso y el sueño se veía totalmente mermado.

Cognitivo-Perceptivo
Por las malas condiciones de salud en la que se encontraban los presos y las enfermedades, sus capacidades se veían reducidas al mínimo, dando como resultado síntomas negativos como desorientación, fatiga, abulia, alteraciones sensitivas, etc.

Autopercepción - Autoconcepto
El estado de los prisioneros se caracterizaba por un pesimismo generalizado, denigrando el concepto que tenían sobre ellos mismos.

Rol - Relaciones
Las interacciones sociales se veían limitadas por las propias restricciones a las que eran sometidos en los campos. Por otro lado, los roles venían determinados por la categoría de cada preso de una manera jerárquica.

Sexualidad - Reproducción
Estas capacidades se veían completamente limitadas por la distribución de los presos en los campos y por las propias condiciones de salud física y mental de los individuos.

Afrontamiento - Tolerancia al estrés
Dada el propio contexto en el que se desarrollaron los campos, las pocas horas de descanso, las nefastas condiciones y el sometimiento de los presos, estos estaban sujetos a un continuo estrés y malestar psicológico.

Valores - Creencias
Estos presos veían coartadas su capacidad de expresión, tanto en valores morales como en creencias religiosas, de manera radical.

A pesar de que aún existen corrientes que defienden que estos hechos nunca ocurrieron, como es el negacionismo, a través del estudio de la bibliografía y la documentación inédita que aportamos hemos podido “negar el negacionismo”, es decir, demostrar que no solo ocurrió, como nos confirman el gran número de víctimas, sino que lo que ocurrió tubo importantes repercusiones para la vida actual y para la sanidad tal y como la concebimos hoy en día. Por lo que, en nuestra humilde opinión, toda esta documentación revierte positivamente en la comunidad científica

Como conclusión podemos afirmar que las hipótesis planteadas al comienzo de nuestro estudio se confirman y, en parte, todos los objetivos que nos marcamos se han conseguido, aunque de este tema aún quedan parcelas pendientes.

Al principio de este documento nos hicimos esta serie de preguntas ¿Todo lo que hicieron los Nazis fue negativo? ¿Fueron decisivos sus actos en la enfermería moderna? ¿Es consciente la sociedad de la influencia de los Nazis en la sanidad actual? ¿Aportaron algo positivo?

A nuestro parecer, las dos primeras preguntas quedan contestadas.

También debemos darles respuesta a las dos últimas porque, además de numerosos avances médicos dados a partir de esta oscura época, la influencia incuestionable que tuvieron los Nazis y sus actos en el desarrollo de la sanidad actual es innegable, hecho que ni siquiera muchos sanitarios conocen.

FOTO 16 Lucía Caballero y Rodrigo Gutiérrez, recién Graduados y en la Puerta de Birkenau. Auschwitz

AGRADECIMIENTOS
Lucía Caballero Sánchez
Rodrigo Gutiérrez López
Francisco Glicerio Conde Mora. Tutor. Profesor de la Escuela Universitaria de Enfermería Salus Infirmorum de Cádiz (adscrita a la UCA).
Wojciech Plosa. Director del archivo Histórico de Aushwitz
José Almenara Barrios. Profesor y Catedrático de Bioestadística en la Universidad de Cádiz
Manuel Bustos Rodríguez. Profesor y Catedrático en Historia Moderna en la Universidad de Cádiz

Manuel Solórzano Sánchez
Diplomado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen trabajo. Hubiese incluido quizá los estudios que se realizaron sobre los soldados en Stalingrado comprobando los efectos de la ingesta de grasas en un cuerpo mal nutrido, la capacidad corporal y la resistencia a la malnutrición en un estado de stress, efectos de la congelación en heridas...


Joaqu� dijo...

Hola, felicidades por el trabajo. Tengo una duda,en la foto 7 pone este pie de foto
"FOTO 7 Una colección de horrorosas imágenes muestra a estas mujeres, probablemente en la hora más oscura de la digna profesión de la enfermería. Abajo a la izquierda, bautismo nazi"
Creo que están realizando un tratamiento de fototerapia (en las dos fotos de enfermeras con niños, la del bautismo nazi, mejor no comentar)
¿Están haciendo otra cosa??. Gracias un saludo
Joaquín

Anónimo dijo...

Hola, les felicito por el esfuerzo pero el sesgo ideológico con que lo tratan (a las ideas que se pergeñaron posteriormente) le resta TODO VALOR COMPARATIVO a una bioética actual.

Aunque el tema es POLÉMICO, debo criticarles el manejo en los epígrafes de las ayudas gráficas y la falta de equilibrio con la literatura actual Negacionista y Revisionista que han demostrado la falsedad de muchos de los datos aportados en este trabajo.

No es el caso detallarles la gran cantidad de falsedades y mentiras en que la literatura consultada ya ha sido rebatida pero si les solicito mayor RIGUROSIDAD para la próxima.

Anónimo dijo...

Felicidades