1966
UN GORRO DE ENFERMERA SALPICADO DE SANGRE
Un
gorro de enfermera salpicado de sangre yace en el revuelto departamento de
Chicago en donde fueron asesinadas las ocho jóvenes enfermeras, entre ellas
tres chicas enfermeras filipinas (Foto 045).
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045 Una cofia de enfermera ensangrentado de sangre
Las
enfermeras amigas asisten al entierro de Gloria Davy en Calumet City, Illinois
(Foto 046).
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046 Las enfermeras asisten al entierro
A
veces la muerte llega “o pasa de largo” caprichosamente escribía Loudon
Wainwright, y uno se salva o perece a consecuencia de decisiones al parecer
carentes de importancia en el momento en que se tomaron.
Cerca
de las 6:30 de la tarde del 13 de julio de 1966, Luisa Silverio, muchacha
filipina de 21 años, fue con otra compatriota y colega del curso de intercambio
de enfermeras, que trabajaba como ella en el South Chicago Community Hospital,
a un piso de un pequeño edificio de departamentos situado a menos de dos cuadras
de la casa en que ambas vivían, a buscar la correspondencia de su país. En los
dos pisos de ese edificio vivían otras tres jóvenes enfermeras graduadas,
también filipinas, y cinco norteamericanas, alumnas todas ellas de los cursos
superiores de la Escuela de Enfermería del hospital.
Luisa
Silverio recuerda que la casa estaba en silencio cuando ella y su amiga
abrieron la puerta de tela metálica de la entrada. Las enfermeras solían dormir
desde las 3:30, en que salían del hospital, hasta la hora de la cena. Después
una de las filipinas alojadas en la casa bajó del dormitorio. Era valentina
Pasión, enfermera de 23 años, que venía a mostrar a sus compañeras un nuevo
esmalte de uñas, de color rosa nacarado. No tardó en aparecer Corazón Amurao,
otra enfermera de 23 años; ella y valentina invitaron a cenar a las dos
visitantes. Las enfermeras filipinas comían frecuentemente juntas. Valentina
era una excelente cocinera, y a todas les gustaba su especialidad, el pancit, plato de fideos y verduras con
carne de cerdo.
Pero
aquel atardecer, la casa produjo una inquietante impresión a Luisa Silverio. Le
pareció extraña y oscura como “si no hubiese nadie dentro”, y no quiso
quedarse. Ella y su compañera declinaron la invitación y regresaron a pie, en
la calurosa noche, hasta su alojamiento.
Esa
misma tarde Pat McCarthy se encontró con otras dos estudiantes de enfermería,
amigas íntimas suyas: Suzanne Farris y Mary Ann Jordan. Las tres dieron una
vuelta en el automóvil de Mary Ann; se detuvieron a beber una coca cola y
fueron luego al dormitorio de Pat, donde siguieron charlando.
A
las 12,30 de la noche era la hora reglamentaria para retirarse a sus
residencias, y se habló de la posibilidad de que todas pasaran la noche en la
casa de Sue Farris, donde Luisa Silverio no quiso quedarse a cenar. Pat tenía
que levantarse muy temprano para ir al hospital y sabiendo que se quedarían
hasta muy tarde charlando decidió irse. Pero Mary Ann Jordan, que de ordinario
vivía con su familia, decidió pasar la noche con Sue.
Fueron
a su casa en el número 2319 Este de la Calle 100, adentro les esperaba un
hombre vestido de negro y fueron víctimas de la gran furia que realizó el
asesino, que estando emboscado asesinó brutalmente a sus ocho amigas.
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047 Las enfermeras asesinadas
La Escuela
de Enfermería del South Chicago Community Hospital, sólo tiene cupo para 114
aspirantes y el curso dura tres años. Antes de la matanza había 30 muchachas en
la promoción de graduadas. No es, pues, un lugar donde nadie puede pasar
inadvertido. Las estudiantes para el grado, están en las aulas, en las salas
del hospital, en la vida conjunta, en las fiestas y visitas recíprocas a casas
vecinas, llegan a conocerse mejor que las de los establecimientos mayores. La
promoción de 1966 había crecido y madurado junta bajo un adiestramiento
riguroso, y su temple fortaleciese en el ambiente de vida o muerte de un
hospital.
Cuatro
de las norteamericanas asesinadas en la Calle 100 eran amigas íntimas y
constituían, en gran parte, el alma de la clase: Mary Ann Jordan, Sue Farris,
Gloria Davy y Nina Schmale.
En
esta foto tomada en 1965 aparecen cuatro de las jóvenes asesinadas: Sue Farris,
Nina Schmale, Pam Wilkening y Mary Ann Jordan (Foto 047).
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048 Las enfermeras asisten al entierro
Las
chicas filipinas formaban parte de un grupo de 38 que trabajaban en el
hospital. Eran ya enfermeras diplomadas, que habían llegado a Estados Unidos en
un intercambio internacional. Trabajaban con el resto del personal
especializado y percibían un salario mensual de 350 dólares. Las tres que
vivían en la casa llevaban solamente dos meses en EE. UU.
Sus
relaciones con las compañeras americanas eran amistosas y generalmente pasaban
sus horas libres con sus compatriotas.
Las
estudiantes para enfermeras hacen guardia de honor junto al féretro de Mary Ann
Jordan, la cual vivía con sus padres, pero decidió pasar la noche fatal en el
departamento de sus amigas (Foto 048).
LAS 8 ENFERMERAS ASESINADAS
Mary
Ann Jordan, Sue Farris, Gloria Davy, Nina Schmale, Patricia Matusek, Pam Wilkening,
Merlita Gargullo y Valentina Pasión.
Su
asesino entró por la puerta de atrás, sólo quería dinero para ir a Nueva
Orleáns, las llevó al dormitorio del fondo, las maniató y les ordenó que se
tumbaran en el suelo. Comenzó entonces su salvaje orgía. Richard Franklin
Speck, de 24 años, era un expresidiario condenado por robo con escalamiento,
agresión y emisión de cheques sin fondos. Lo describían los que le conocieron
como “errabundo”, “solitario”, “indeseable”. Le gustaban los licores, las
mujeres y los cuchillos.
Enfermeras de un Hospital de Miami
consolando a un niño (Foto 049)
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049 Enfermeras de un Hospital de Miami
LA FOTO QUE DIO LA VUELTA AL MUNDO
La
fotografía más famosa de Eisie se publicó en la revista del 7 de noviembre de
1966. Ésta foto muestra a un marinero abrazando y besando a una enfermera,
realizada en Nueva York, el día de la victoria sobre el Japón (2 de septiembre
de 1945). Recuerda que la gente estaba delirante de júbilo: “Cuando llegué a
Times Square se daban besos a granel. Este marinero había besado a muchas
mujeres, pero la enfermera era la más bonita”. El marinero vestido de blanco,
que está a su izquierda, se presentó 21 años más tarde a una exposición de las
fotos de Eisenstaedt, en el edificio Time-Life,
para saludar al fotógrafo y darse a conocer (Foto 050).
FOTO 050 Times
Square, Nueva York
1967
ANTE UNA LARGA CONTIENDA, LA LUCHA CONTRA
LA LEUCEMIA
Una
enfermera anima y hace reír a un niño con leucemia en el Hospital Anderson.
Tuvo que sufrir siete horas de agotadoras transfusiones de sangre, al mismo
tiempo que se le aplicaban las primeras dosis de drogas destinadas a combatir
las células leucémicas. Al llegar la noche se produjo una reacción febril por
las transfusiones, el niño no se lamentó ni derramó ninguna lágrima. Estando su
madre con lágrimas en los ojos dijo: “Ese cuerpecito está recibiendo mucho
castigo”.Pero a su lado está la enfermera (Foto 051).
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051 Una enfermera del Hospital Anderson
1968
Guatemala.
ATENCIÓN Y TERNURA PARA PACIENTES DE TODAS
LAS EDADES
La
hermana Charles Marie, tía del Dr.
Kendrick, que es enfermera, bebe agua de coco en una excursión a la playa de
Quegüeche (Foto 052).
FOTO 052 La Enfermera Charles Marie
Tras
la devoción, la diversión
El
anfitrión de los Kendrick, arranca una carcajada a la enfermera Charles, cuando
aparece ataviado con un “minihábito” (Foto 053).
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053 Tras la devoción, la diversión
Antonio
Figueroa del instituto Guatemalteco de Seguridad Social, aplica un ungüento a
María Teresa Morales de 14 meses, mientras la hermana Charles la distrae (Foto
054).
FOTO 054 Distracción a la criatura
La
hermana Charles, la ayudante Lucy Dougal y la madre del Dr. Kendrick, Mrs.
Lilliam Kendrick, clasifican medicinas regaladas por compañías farmacéuticas de
EE. UU. (Foto 055).
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055 Clasificando medicinas
CÓMO OCURRIÓ EL DESASTRE Y CÓMO IMPEDIR QUE
SE PIERDA UNA VIDA
En
un camión se rompió una botella que derramó sobre los sacos de harina,
impregnándolos con un mortífero insecticida. El paratión (Folidol, fosfato
orgánico) en México, su polvo causó 17 muertes al contaminar un lote de harina.
En
la foto. Una enfermera del Hospital del Salvador, en Chiquinquirá, induce al
vómito en una víctima del envenenamiento, para atenuar el efecto del Folidol
(Foto 056).
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056 Una enfermera del Hospital del Salvador
UN ABRAZO DE AMOR
Para
los niños desamparados de Honduras
Para
los huérfanos que vagan por las calles de Tegucigalpa, Honduras, a los niños
abandonados en el hospital público o en la penitenciaría central.
María
Rosa nos cuenta la rolliza monja y enfermera.
Al
profesar, hacemos tres votos: pobreza, castidad y obediencia, pero la pobreza
se queda en la calle (Foto 057).
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057 El amor de la enfermera María Rosa
Sor
María Rosa, de 40 años de edad, que trabajaba entonces de enfermera en un
hospital de la capital hondureña, emprendió una campaña a favor de los pobres,
especialmente de los niños desamparados. Quería fundar un hogar para todos los
niños de Tegucigalpa que no lo tuvieran.
El
abogado Roberto Zacapa fundó la Sociedad de Amigos de los Niños, con los fondos
de esta Sociedad se alquilaron cinco apartamentos dobles en el nuevo barrio de
Miraflores, donde Sor María Rosa consiguió tener a su cargo 130 niños, 100 en
los apartamentos y los 30 más mayores en una pequeña granja próxima (Foto 058).
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058 Sor María Rosa sonríe a los niños y juega con ellos.
1969
En
todo el año no hay ninguna imagen de enfermeras.
CONCLUSIONES
La
revista Life ha sido uno de los referentes básicos en la evolución de la
sociedad occidental a lo largo del siglo XX.
La
aparición de la revista en castellano y en España, tras pasar los filtros de la
censura, acerca los cambios que acontecen en el mundo a una sociedad
especialmente aislada desde el final de la guerra civil.
En
Life se puede apreciar perfectamente la progresiva incorporación de la mujer al
mundo laboral a lo largo del siglo XX.
La
presencia de la figura de la enfermera como profesional cualificada que trabaja
en el cuidado y promoción de la salud es un fiel reflejo de estos cambios
sociales. Además, la aparición de esta versión en castellano de la revista Life
coincide con el desarrollo del sistema de grandes hospitales / residencias
sanitarias del denominado Seguro Obligatorio de Enfermedad, precursor de
nuestro actual sistema nacional de salud, en el que Enfermería constituye el
colectivo más numeroso y el mejor valorado por las personas que utilizan sus
servicios.
Si
analizamos las imágenes de enfermeras que aparecen en la revista
mayoritariamente (80%) recogen los uniformes que se empleaban en la época y
caracterizados por la cofia. También aparecen, aunque en menor medida,
enfermeras pertenecientes a órdenes religiosas (17%) y de forma simbólica (3%)
enfermeras que vestidas de calle prestan sus servicios en la comunidad.
En
este sentido es preciso reconocer que esta proporción de la representación de
las enfermeras se corresponden más con los usos de los países más desarrollados
que con la realidad de la socioeconómica de una sociedad que comenzaba a salir
de la autarquía impuesta por el gobierno del general Franco.
Sin
embargo, considerando el contexto sociocultural imperante, predomina la
aparición de escenas que exaltan los valores cristianos para transmitir
gratitud, amor, ternura, esperanza, caridad y fe en diversos contextos: una
maternidad, un orfanato, una peregrinación de enfermos a Lourdes, un hospital,
un sorteo de lotería, hospitales, etc.
Destaca
un aspecto, extraído del contexto norteamericano, en el que se visualiza que
todas las enfermeras profesionales deben recibir una formación reglada y de
calidad, que en Estados Unidos consideran que debe ser universitaria, cuestión
que no llegó a España hasta el último cuarto del pasado siglo XX.
AUTORES:
Jesús Rubio Pilarte
Enfermero
y sociólogo. Profesor de la E.
U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
Miembro no numerario de La RSBAP
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero.
Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Colegiado
1.372. Ilustre Colegio de Enfermería de Gipuzkoa
Miembro
de Enfermería Avanza
Miembro
de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro
de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro
de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro
no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
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