La cruz es uno de los símbolos humanos más antiguos: en Egipto, en China, en Cnosos de Creta (donde se encontró una cruz de mármol que data del siglo XV a.C.). La cruz es un emblema de muchas culturas y religiones, entre ellas el cristianismo. Desde su aparición habitualmente ha representado los cuatro elementos de la antigüedad, los cuatro puntos cardinales o la unión de los conceptos de divinidad y del mundo.
FOTO 001 Cruz de Lorena o Cruz de Anjou
La Cruz en las banderas
Muchas banderas tienen cruces, entre ellas las de todos los países escandinavos, por ejemplo: Dinamarca Islandia, Finlandia, Noruega y Suecia, además de Burundi Dominica, Eslovaquia, Georgia, Grecia, Jamaica, Malta, Reino Unido, República Dominicana, Suiza, Tonga y en la de todos los países, estados, provincias, dependencias y territorios que contienen la Unión Jack.
También aparecen cruces en las banderas de Alabama, Florida, estado de Misisipi, Ulster, Inglaterra, Escocia, isla de Tenerife, Islas del Canal, Madeira, Islas Feroe, Islas Aland, Martinico, Cerdeña, Wallis y Futura, San Pedro y Miquelón, Aragón, País Vasco, Principado de Asturias, Occitania, Saboya (departamento), Alberta, Nueva Escocia, Québec, provincia de Zaragoza, Ámsterdam, Barcelona, Londres, Montreal, Saint-Malo, Vitoria, provincia de Tucumán y Cruz Roja.
LA CRUZ DE LORENA
Sus orígenes se remontan a la Cruz Patriarcal Ortodoxa utilizada en el Imperio Bizantino, la cual a partir del siglo XII comenzaría a formar parte de muchos escudos heráldicos europeos. Simboliza la cruz donde fue crucificado Jesús de Nazareth, con un segundo travesaño que representa el titulus crucis que Poncio Pilatos hizo poner sobre la cruz.: Jesús de Nazareth, Rey de los judíos, INRI.
La Cruz de Lorena fue adoptada por Godofredo de Bouillon, Duque de la Baja Lorena al tomar posesión de Jerusalén en la Primera Cruzada en 1099, convirtiéndose en el líder de la ciudad tomando el título de “Defensor del Santo Sepulcro”. Cuando en 1099, Godofredo de Bouillón capturó Jerusalén y se advocó el Santo Sepulcro, él incorporó la cruz en su estandarte, como también lo hizo el Rey de Hungría en su retorno de las cruzadas. Entre uno de los primeros escudos en los que fue representado, se halla el húngaro, el rey Bellá III (1148 - 1196) lo adopta tras haber vivido en Constantinopla. Posteriormente fue incorporada en emblemas de diversas localidades y naciones europeas.
FOTO 002 Diferentes Cruces. Órdenes Militares
Esta forma de cruz fue siempre reconocida por los hombres de ese tiempo como la forma de “La verdadera Cruz”. Ellos creían que la primera barra había sido usada para las palabras, IHS NA IUD (Jhesus Naxarenus Rex Iudeorum), y con la segunda barra formando la actual cruz.
En el Siglo XV la familia de los De Guisa, la más prominente rama de la Casa de Lorena, todavía usaba la cruz en su escudo de armas y en monedas, en memoria de su antecesor Godofredo de Bouillón. La cruz de doble barra vino a ser famosa por toda la Europa del Oeste, bajo el nombre de Cruz de Lorena.
La Cruz de Lorena, también conocida como la Cruz de Anjou, figuraba en la simbología de los duques de Anjou más tarde convertidos en duques de Lorena a partir de 1431. René II de Lorena (1409 – 1480) fue el primero en incorporar la cruz de la Lorena como simbología del ducado durante la Batalla de Nancy, en oposición a la Cruz de Borgoña.
Juana de Arco, también conocida como la Doncella de Orleáns, fue una muchacha francesa, heroína, militar y santa francesa del siglo XV, que peleó para llevar a los ingleses fuera de Francia, fue quemada por ellos en la estaca y después canonizada como Santa. Nacida en Domrémy, pequeño poblado situado en el departamento de los Vosgos en la región de la Lorena, ya con 17 años encabezó el ejército real francés, convenciendo al rey Carlos VII de que expulsaría a los ingleses de Francia. Usaba la Cruz de Lorena en su estandarte.
A finales del siglo XV en 1487 fue utilizada la cruz por los habitantes de Lorena como símbolo del movimiento de resistencia en contra de la ocupación de Carlos el Temerario, Duque de Borgoña. Posterior a la Batalla de Nancy se incorporó definitivamente como símbolo del Ducado de Lorena.
En el IV Congreso Internacional de la Tuberculosis, celebrado en octubre en Berlín en el año 1902 el Doctor Gilbert Sersiron, secretario general de la Federación de Asociaciones Francesas contra la tuberculosis, lo propuso como un símbolo de entendimiento, paz y hermandad, capaz de llevar el mensaje a los lugares más distantes del mundo. En sus propias palabras: “Usarlo como emblema en la lucha diaria y en el viaje a través del mundo, puede tornarse en una marcha triunfal, que lentamente rechace al invasor que diezma nuestro ejercito, y haga desaparecer las lágrimas del sufrimiento de la humanidad, sin darles causa justa a ellas para que fluyan…”.
Nos decía Gilbert que ésta es la cruz de Godofredo de Bouillon, príncipe de Lorena, que la puso en su estandarte al conquistar Jerusalén en el año 1099, convirtiéndose en el símbolo de las cruzadas, y de ahí su sentido como emblema de la cruzada internacional contra la tuberculosis.
Tomando la propuesta del doctor Sersiron el Consejo de la Unidad Internacional Contra la Tuberculosis (UICT) recomendó, en el Congreso Internacional de Roma de 1928, adoptarla como símbolo de la lucha mundial antituberculosa.
Las cruzadas y las órdenes militares de enfermería
Todos los cruzados podían ser identificados como soldados de Cristo por una cruz roja en la cabeza o el pecho. La primera expedición se emprendió en el año 1096. Entre 1096 y 1291 (las fechas pueden variar según las fuentes de referencia) se organizaron numerosas cruzadas. Pero todas ellas se dividen en cuatro expediciones principales y cuatro secundarias. Estas empresas se prolongaron durante un amplio período de tiempo y aumentaron la necesidad de hospitales a lo largo de las rutas seguidas por los cruzados y los peregrinos, así como en Siria y Palestina. La guerra se hizo cada vez más mortal conforme se propagaba la enfermedad adondequiera que fueran enviadas las tropas, provocó una gran demanda de hospitales y sanitarios.
FOTO 003 Godofredo de Bouillon. Y las Órdenes militaresFOTO 001 Cruz de Lorena o Cruz de Anjou
La Cruz en las banderas
Muchas banderas tienen cruces, entre ellas las de todos los países escandinavos, por ejemplo: Dinamarca Islandia, Finlandia, Noruega y Suecia, además de Burundi Dominica, Eslovaquia, Georgia, Grecia, Jamaica, Malta, Reino Unido, República Dominicana, Suiza, Tonga y en la de todos los países, estados, provincias, dependencias y territorios que contienen la Unión Jack.
También aparecen cruces en las banderas de Alabama, Florida, estado de Misisipi, Ulster, Inglaterra, Escocia, isla de Tenerife, Islas del Canal, Madeira, Islas Feroe, Islas Aland, Martinico, Cerdeña, Wallis y Futura, San Pedro y Miquelón, Aragón, País Vasco, Principado de Asturias, Occitania, Saboya (departamento), Alberta, Nueva Escocia, Québec, provincia de Zaragoza, Ámsterdam, Barcelona, Londres, Montreal, Saint-Malo, Vitoria, provincia de Tucumán y Cruz Roja.
LA CRUZ DE LORENA
Sus orígenes se remontan a la Cruz Patriarcal Ortodoxa utilizada en el Imperio Bizantino, la cual a partir del siglo XII comenzaría a formar parte de muchos escudos heráldicos europeos. Simboliza la cruz donde fue crucificado Jesús de Nazareth, con un segundo travesaño que representa el titulus crucis que Poncio Pilatos hizo poner sobre la cruz.: Jesús de Nazareth, Rey de los judíos, INRI.
La Cruz de Lorena fue adoptada por Godofredo de Bouillon, Duque de la Baja Lorena al tomar posesión de Jerusalén en la Primera Cruzada en 1099, convirtiéndose en el líder de la ciudad tomando el título de “Defensor del Santo Sepulcro”. Cuando en 1099, Godofredo de Bouillón capturó Jerusalén y se advocó el Santo Sepulcro, él incorporó la cruz en su estandarte, como también lo hizo el Rey de Hungría en su retorno de las cruzadas. Entre uno de los primeros escudos en los que fue representado, se halla el húngaro, el rey Bellá III (1148 - 1196) lo adopta tras haber vivido en Constantinopla. Posteriormente fue incorporada en emblemas de diversas localidades y naciones europeas.
FOTO 002 Diferentes Cruces. Órdenes Militares
Esta forma de cruz fue siempre reconocida por los hombres de ese tiempo como la forma de “La verdadera Cruz”. Ellos creían que la primera barra había sido usada para las palabras, IHS NA IUD (Jhesus Naxarenus Rex Iudeorum), y con la segunda barra formando la actual cruz.
En el Siglo XV la familia de los De Guisa, la más prominente rama de la Casa de Lorena, todavía usaba la cruz en su escudo de armas y en monedas, en memoria de su antecesor Godofredo de Bouillón. La cruz de doble barra vino a ser famosa por toda la Europa del Oeste, bajo el nombre de Cruz de Lorena.
La Cruz de Lorena, también conocida como la Cruz de Anjou, figuraba en la simbología de los duques de Anjou más tarde convertidos en duques de Lorena a partir de 1431. René II de Lorena (1409 – 1480) fue el primero en incorporar la cruz de la Lorena como simbología del ducado durante la Batalla de Nancy, en oposición a la Cruz de Borgoña.
Juana de Arco, también conocida como la Doncella de Orleáns, fue una muchacha francesa, heroína, militar y santa francesa del siglo XV, que peleó para llevar a los ingleses fuera de Francia, fue quemada por ellos en la estaca y después canonizada como Santa. Nacida en Domrémy, pequeño poblado situado en el departamento de los Vosgos en la región de la Lorena, ya con 17 años encabezó el ejército real francés, convenciendo al rey Carlos VII de que expulsaría a los ingleses de Francia. Usaba la Cruz de Lorena en su estandarte.
A finales del siglo XV en 1487 fue utilizada la cruz por los habitantes de Lorena como símbolo del movimiento de resistencia en contra de la ocupación de Carlos el Temerario, Duque de Borgoña. Posterior a la Batalla de Nancy se incorporó definitivamente como símbolo del Ducado de Lorena.
En el IV Congreso Internacional de la Tuberculosis, celebrado en octubre en Berlín en el año 1902 el Doctor Gilbert Sersiron, secretario general de la Federación de Asociaciones Francesas contra la tuberculosis, lo propuso como un símbolo de entendimiento, paz y hermandad, capaz de llevar el mensaje a los lugares más distantes del mundo. En sus propias palabras: “Usarlo como emblema en la lucha diaria y en el viaje a través del mundo, puede tornarse en una marcha triunfal, que lentamente rechace al invasor que diezma nuestro ejercito, y haga desaparecer las lágrimas del sufrimiento de la humanidad, sin darles causa justa a ellas para que fluyan…”.
Nos decía Gilbert que ésta es la cruz de Godofredo de Bouillon, príncipe de Lorena, que la puso en su estandarte al conquistar Jerusalén en el año 1099, convirtiéndose en el símbolo de las cruzadas, y de ahí su sentido como emblema de la cruzada internacional contra la tuberculosis.
Tomando la propuesta del doctor Sersiron el Consejo de la Unidad Internacional Contra la Tuberculosis (UICT) recomendó, en el Congreso Internacional de Roma de 1928, adoptarla como símbolo de la lucha mundial antituberculosa.
Las cruzadas y las órdenes militares de enfermería
Todos los cruzados podían ser identificados como soldados de Cristo por una cruz roja en la cabeza o el pecho. La primera expedición se emprendió en el año 1096. Entre 1096 y 1291 (las fechas pueden variar según las fuentes de referencia) se organizaron numerosas cruzadas. Pero todas ellas se dividen en cuatro expediciones principales y cuatro secundarias. Estas empresas se prolongaron durante un amplio período de tiempo y aumentaron la necesidad de hospitales a lo largo de las rutas seguidas por los cruzados y los peregrinos, así como en Siria y Palestina. La guerra se hizo cada vez más mortal conforme se propagaba la enfermedad adondequiera que fueran enviadas las tropas, provocó una gran demanda de hospitales y sanitarios.
La respuesta a estas necesidades fue el desarrollo de órdenes militares de enfermería, la aparición de la caballería y las órdenes mendicantes, la fundación de nuevos hospitales y el nacimiento de varios grandes santos que dedicaron su vida a la enfermería.
Las órdenes militares de enfermería fueron una consecuencia de las Cruzadas a Tierra Santa. Eran un tipo especial de órdenes de enfermería que surgieron en el seno de las hermandades militares. Estas órdenes combinaban los atributos de la religión y la caballería, del militarismo y la caridad, en su servicio al prójimo. Por desgracia, las crónicas e historias de este período contienen muy poca información sobre cómo cuidaban los caballeros a los enfermos y heridos, ya que el énfasis de estos documentos recae en los aspectos militares de las expediciones. Sin embargo, sí mencionan que se construyeron y equiparon grandes hospitales y que los caballeros cuidaban a los enfermos.
No hay duda de que el fervor religioso que llevó a los grupos de caballeros a cuidar a los heridos y enfermos fue importante para la organización y estructuración de los hospitales europeos y para modelo de servicio de enfermería que establecieron y normalizaron. La mayor parte de lo escrito sobre estas órdenes realza sus virtudes; sus miembros eran benévolos, valientes y caritativos.
Francia Libre
Este precedente (se refiere a la resistencia contra las tropas de Carlos el Temerario) fue seguido en los tiempos modernos cuando fue escogida por el vicealmirante Muselier, originario de Lorena, que propuso al General De Gaulle, como el emblema de la Francia libre en su resistencia contra los nazis durante la segunda guerra mundial. Y así a través de los años, la cruz roja de doble barra, ha venido a ser un símbolo de la cruzada contra el mal y la opresión.
Muselier que era de origen lorenés lleva como símbolo de su 507º Regimiento de carros de combate la cruz, que no obstante varía de colores y posicionamiento en concordancia con los ejércitos y ocasiones en que se utilice; así pues la marina nacional usa este pabellón en azul, blanco y la cruz en rojo.
FOTO 004 Cruz de Constantino I está en la Capilla de la Girouardière (Francia). Cascos militares de la Francia Libre
El símbolo fue rápidamente adoptado por todos los franceses libres y figura en innumerables insignias de carácter nacional y militar, como la “Orden de la Liberación” creada en Brazzaville el 16 de noviembre de 1940, la “Medalla de la Resistencia” y la Medalla conmemorativa de los servicios voluntarios de Francia Libre” creado en abril de 1946. La cruz de Lorena se halla en los monumentos, sellos y símbolos de la Francia Gaullista.
A través de los años la cruz de doble barra ha representado la cruzada en contra de la opresión y la adversidad. Continuando con esta característica, hoy en día la Cruz de Lorena persiste como símbolo de la cruzada en contra de la Tuberculosis, lucha permanente de quienes tratan día a día de derrotar a esta enfermedad, sobreponiéndose a los embates del mundo de hoy y saliendo adelante, con el fin último de vivir en un mundo libre de esta enfermedad.
Desde los primeros tiempos, la Cruz Roja con doble barra o Cruz de Lorena ha sido usada como un símbolo en la cruzada contra el mal, y ahora es usado por las Asociaciones Antituberculosas de no menos de 55 países, como su emblema en la cruzada contra la enfermedad.
La Cruz con doble barra ha figurado en Relicarios del Este, desde el Siglo VII. Los Cruzados la encontraron representada en monumentos cristianos de antes de la conquista de la Tierra Santa y desde ese tiempo fue usada como un Símbolo de Jerusalén.
La Cruz de Lorena, antiguamente de Anjou
Hacia el año 327 o 328, una serie de excavaciones realizadas en el monte Gólgota llevaron al descubrimiento de tres cruces. La de Jesús, distinguiéndose de las demás por la inscripción de Pilatos, fue dividida en dos partes, permaneciendo una de ellas en Jerusalén y la otra siendo enviada al emperador Constantino I, en Constantinopla. Fragmentadas ambas, las diversas partes refluyeron a Europa a medida de las diferentes embestidas musulmanas, viéndose vendidas, obsequiadas o robadas. Antes de llegar a manos de Jean d’Alluye, la cruz de doble travesaño habría pertenecido al emperador Manuel Comnème, y enseguida al patriarca Gervais, quien la confió al obispo Tomás.
FOTO 005 Sellos de Correos
Por su volumen, es la segunda de Francia después de la de la Santa Capilla en París. Confeccionada en madera de roble (quercus), mide 270 mm de longitud; su travesaño superior 78 mm y el inferior 92 mm. Cada cara presenta a Jesucristo en oro, crucificado, sobre un medallón que representa de un lado al Espíritu Santo descendiendo del cielo y del otro al Cordero divino portando una cruz coronada por una oriflama. Los medallones y las extremidades están rodeados de piedras preciosas (corindones de Ceylán: zafiros, 17 rubís y un granate que remplaza a uno de éstos) y perlas de los mares cálidos; el conjunto reposa sobre un pedestal de corladura. Desde 1790, esta reliquia de la “Verdadera Cruz” se conserva en la Capilla de la Girouardière, en la localidad de Bauge.
LA CRUZ DE LORENA Y EL DISPENSARIO ANTITUBERCULOSO DE LA CALLE PRIM DE SAN SEBASTIÁN
DISPENSARIO DE LA CALLE PRIM DE SAN SEBASTIÁN Nº 61
La Cruz de Lorena en San Sebastián se encuentra en la calle Prim nº 61 en el antiguo Dispensario Antituberculoso. En su parte delantera el blasón o escudo de piedra está deteriorado por el paso de los años, en su parte posterior del edificio en el Paseo de Los Fueros se encuentra en perfecto estado el blasón con la Cruz de Lorena, escudo y símbolo en contra de la tuberculosis.
FOTO 006 Cruz de Lorena, Dispensario Antituberculoso calle Prim nº 61. San Sebastián (Parte posterior Paseo de Los Fueros)
La Lucha contra la tuberculosis o peste blanca
La tuberculosis era la plaga más terrible que sufre el género humano, azote del que no se libra ningún país, que no respeta edades, ni clase social alguna y la más mortífera de cuantas enfermedades contagiosas existen, es motivada por un microbio que lo descubrió Koch y que por eso lleva su nombre, y es de tal modo contagiosa que supera al cólera, viruela y otras enfermedades tan temidas por el género humano.
La única causa de esta enfermedad es el bacilo de Koch; este bichito mil veces menor que la cabeza de un pequeño alfiler, lo contienen todos los tuberculosos y ellos son los que con sus esputos, con el pus de sus úlceras, con sus deposiciones, contagian a los individuos sanos, pues es tan enorme el número de microbios tuberculosos que contienen esas materias que es difícil librarse del contagio si previamente no son destruidas.
En San Sebastián, coincidiendo con la celebración del II Congreso Español Internacional de la Tuberculosis, Alfonso XIII inauguró el 15 de septiembre de 1912 el Sanatorio de Nuestra Señora de las Mercedes, muy cerca de la ermita de la Virgen de Uba, en Ametzagaña, en lo que es hoy el barrio de Loiola.
FOTO 007 II Congreso Español Internacional de la Tuberculosis
Para mentalizar a la gente sobre el problema, los doctores Emiliano Eizaguirre y Manuel Zaragüeta diseñaron la cartilla antituberculosa que se distribuyó también a través de las iglesias y la prensa. Asimismo, dieron conferencias en sociedades, centros religiosos, etc. Esta campaña estuvo patrocinada por la Diputación Foral de Gipuzkoa. En 1930 se comenzó con la vacunación en San Sebastián. En 1934 habían sido vacunados 6.000 niños. La cartilla antituberculosa “que daba cuenta de las causas del contagio y de los medios para evitarlo” estaba escrita en términos claros y sencillos, pues el objetivo era que llegara a toda la población. Se hizo una tirada de 10.000 ejemplares que se repartieron por toda Gipuzkoa; además la leyeron los párrocos en las iglesias y el diario La Voz de Guipúzcoa la publicó íntegramente.
En San Sebastián el primer Dispensario Antituberculoso se inauguró el día 11 de marzo de 1913 en una sala del Hospital San Antonio Abad a cargo del médico Emiliano Eizaguirre, que luchó denodadamente hasta conseguir su fundación.
Según la memoria de 1919, publicada en Guipúzcoa Médica, “todos los pacientes han mejorado notablemente, ganando en salud y peso, algunos hasta nueve kilos y medio, gracias a la sobrealimentación, el reposo y el aire puro oxigenado”.
En 1928 se inauguró otro Dispensario en la calle San Bartolomé nº 1, que desapareció en la guerra Civil. Además de estos, Emiliano Eizaguirre inauguró los de Eibar, Irún, Tolosa y en 1934, los de Azpeitia y Vergara.
En 1928 se iniciaron las obras de construcción del Sanatorio Antituberculoso de Andazarrate en terrenos de Asteasu, que se inauguró el 1 de junio de 1933. Este nuevo centro sanitario se dedicó desde su creación a la asistencia de hombres y contaba con servicio quirúrgico. Poco antes de la inauguración se incorporan al centro 15 Hermanas Mercedarias, que junto a 3 médicos, 2 practicantes internos, 10 personas de servidumbre y 1 capellán, formaban la plantilla del sanatorio. Este sanatorio fue posible gracias a la Diputación Provincial de Guipúzcoa que se hizo cargo de toda la obra.
Sin duda, la gran contribución de Emiliano Eizaguirre a la tisiología española constituyó la utilización del recurso quirúrgico en la tuberculosis; fue el pionero Sus grandes dotes de organizador se vieron palpables en las Jornadas Médicas de San Sebastián de 1929; la capital donostiarra, en aquellos días de septiembre, acogió a los clínicos más renombrados de España y algunos del extranjero. La Revista Guipúzcoa Médica, homenajeó al Dr. Eizaguirre reconociéndole el gran mérito y éxito de la trascendencia de aquellas Jornadas.
Su afán por enseñar y transmitir lo que sabia, hizo que su “Escuela de Tisiología de San Sebastián” se colocara entre las primeras del país, a la misma altura que la de Luis Sayé, en Barcelona, o la de Verdes Montenegro y Tapia, en Madrid. Y no sólo se limitó a enseñar en Congresos y conferencias de alto vuelo, pues, verano tras verano recibía a todos los estudiantes que quisieran aprender su especialidad o iniciarse en la auscultación cardiopulmonar. Fue, pues de los pioneros en organizar cursos de verano, que se realizaron durante 1929 a 1936.
En 1931, por falta de medios económicos, el sanatorio fue transferido a la Junta de Beneficencia, que lo vendió en 1942 al Patronato Nacional Antituberculoso (PNA) por la cantidad de 536.884 pesetas.
En 1936 la Diputación de Gipuzkoa nombra la Comisión de la “Lucha Antituberculosa” que recae en los señores Quintín Altolaguirre, Irizar y Brunet.
El Primer Dispensario que hubo, era privado, estaba ubicado en el jardín de la casa donde vivía el médico Emiliano Eizaguirre, en la plaza del 13 de Septiembre en Gros (Hoy plaza de Euskadi). Allí tenía con el atendiendo el centro a Consuelo y Agueda Acha, Pilar Merino y Felisa Ortiz de Zárate, esto ocurría en el año 1937.
En el año 1938, se crea por oposición el Primer Dispensario a nivel Provincial, en la calle Hermanos Iturrino nº 6 bajo, hoy calle Arrasate de San Sebastián, que ganó el médico Salvador Bravo y tenía por compañeras a las enfermeras: Agueda Epelde, Felisa Ortiz de Zárate y Pepita Bedialauneta.
En el año 1940 se crea el Dispensario Antituberculoso de la calle Prim nº 61, siendo Director el médico Salvador Bravo Olalla y van con él las enfermeras Pilar Merino y Felisa Ortiz de Zárate, siendo el médico ayudante José Labayen Toledo.
FOTO 008 José Labayen, Salvador Bravo y la Cartilla Antituberculosa
Nuestra ciudad, siempre en vanguardia del progreso, cuenta desde hace cuatro meses (mayo 1948) con un nuevo establecimiento dedicado a paliar los dolores y miserias fisiológicas de la humanidad. Se trata de un Consultorio Clínico, instalado en la finca “Villa Luz” sita en el paseo del Maestro Arbós, y de cuya inauguración y bendición, efectuadas el 25 de Septiembre de 1948, ya dio oportuna noticia la prensa diaria de su época. Este Consultorio es un arma más al alcance de sus fundadores, los doctores Salvador Bravo y José Labayen, en su laudable cruzada contra la tuberculosis y enfermedades del corazón. Conocido del público y nunca suficientemente alabado este constante batallar de hombres que, como los doctores Bravo y Labayen, han hecho de la lucha antituberculosa la exclusiva finalidad de su vida; y pocos tan autorizados como ambos, por su capacidad profesional, que les valió, antes de ahora, la dirección y subdirección, respectivamente, del Dispensario Antituberculoso de Guipúzcoa.
“Villa Luz”, interesa aclarar este concepto, no es una Clínica más en el amplio sentido que se tiene de estos beneméritos establecimientos. En “Villa Luz”, los doctores Bravo y Labayen han montado con todos los posibles adelantos dentro de la especialidad, eso sí un Consultorio de carácter clínico para atender e intervenir, exclusivamente todas las enfermedades comprendidas bajo estos dos enunciados: Tisiología y Cardiología; es decir, pulmón y corazón. Felicitamos a los doctores Bravo y Labayen por haber dotado a San Sebastián de esta utilísima instalación, una de las primeras de su género en España. Este último es padre del magnífico neumólogo Francisco Javier Labayen Berdonces.
Según el periódico “Diario Vasco” de San Sebastián, en su artículo del día 12 de julio de 1953, decía así: La Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa adquirirá una moderna estación móvil de radiofotografía seriada y vacunación B.C.G. para la lucha contra la tuberculosis, enfermedades cardiacas y despitaje del cáncer, que permitirá realizar una labor de profilaxis contra dichas enfermedades en toda la provincia de Guipúzcoa. Este servicio será el primero que se va a implantar en España y será llevado en su parte técnica por el Dispensario Central Antituberculoso de San Sebastián que dirige el médico Salvador Bravo Olalla. Su sostenimiento correrá a cargo de la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa.
Estudiadas diversas proposiciones de distintas casas y encomendando al consejero de la referida Caja de Ahorros Miguel Sagardía y el médico Bravo Olalla el informe sobre las mismas, se ha decidido la adquisición del equipo móvil que presenta la central de material Hospitalario Francés, de París, después de comprobar personalmente su buen funcionamiento y absoluta garantía.
La campaña de la Erradicación de la Tuberculosis empezó en el año 1964 terminando en 1972.
FOTO 009 Cartel de la Lucha Antituberculosa de España. Cedida la imagen por el Museo de San Telmo de San Sebastián
El personal sanitario en el Dispensario antituberculoso de 1965 y 1974
El año 1965, al crearse la Campaña de la Erradicación de la Tuberculosis, llevada por el médico Director Salvador Bravo Olalla (1934-1973) y como subdirector José Labayen Toledo (fallecido en 1976), se incorporan a ella las enfermeras Felisa Ortiz de Zárate, Esperanza González, Pilar Bastarrica y Mª Rosario Martín, haciendo desplazamientos diarios a toda la provincia de Guipúzcoa, patrocinada dicha Campaña por la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa, entonces Director en dicha entidad es el señor Santos Alegría y de la Diputación el señor Murua.
El director de la Campaña es el entonces Director del Dispensario Antituberculoso Salvador Bravo. Los desplazamientos a empresas se hacían en los coches del P.M.M., vehículos donados por la Caja de Ahorros Provincial, cuyo conductor es Antonio Peñamaría, acompañado por 4 señoritas auxiliares: Mª Sol Ortiz, Arancha de Pablos, Rita Martínez y Toya Insausti. También estuvo de conductor y trabajaba en una farmacia Miguel Martiarena.
FOTO 010 Loli Aguilar. Dispensario Antituberculoso calle Prim nº 61
Al empezar la Campaña y tener que desplazarse las enfermeras Pili Bastarrica y Charo Martín, se incorporan a la consulta de Cardiología, Mª Dolores Aguilar, Gloria Aymerich y a Radiología Irene Fernández Matamoros y Belén Dapena, todas ellas Damas enfermeras y Damas auxiliares del ejército. Al causar baja por traslado Belén Dapena, se incorpora una nueva auxiliar Isabel Ruiz Pérez, que va a Radiología.
La coordinación de la Campaña Antituberculosa está a cargo del médico Luis Alzua Mimendía y del médico de Sanidad Militar Carlos Alberto Lacasa de Claver. En el Servicio de Cardiología están Salvador Bravo, Enrique Pérez Ruiz y Javier Lasheras Garde. En el Servicio de Neumología y Radiología están el médico José Labayen Toledo, que era el subdirector, el médico Joaquín Olondris y los dos neumólogos de la coordinación de la campaña.
El director Salvador Bravo, hacía dos desplazamientos semanales a los Dispensarios de Vergara y Mondragón, así hasta finalizar la Campaña de Erradicación de la Tuberculosis en el año 1972. Al cerrar el Dispensario de Tolosa, se incorpora la enfermera Tomasita Bravo al dispensario, (esta enfermera al incorporarse lo hace en el turno de tarde que esta desde el año 1960 hasta el año 1973 que pasa al turno de la mañana jubilándose en 1982, incorporándose a su plaza la enfermera Mª Luisa Ayestarán.
Al finalizar la Campaña se incorpora la plantilla al servicio del Dispensario: En Cardiología: los médicos Salvador Bravo, Enrique Pérez Ruiz y Javier Lasheras y como colaboradores voluntarios los médicos Ignacio Eizaguirre, Pablo Recondo Ponte y Goena. En Neumología: Los médicos José Labayen, Joaquín Olondris, Luis Alzua y Carlos Lacasa y se incorpora voluntario y colaborador el José Miguel Otaegui. En Radiología, están José Miguel Otaegui, Joaquín Olondris y el técnico de Rayos X. y fotoseriación Carlos Altolaguirre Castellón. La consulta de Oftalmología la pasa Carlos Gansow. La de Dermatología y Venéreas Luis Ángel Fernández. Y la consulta de Otorrino la pasa el médico Cusí.
FOTO 011 Dispensario Central Antituberculoso Autoestación Fotoradioscópica de la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa. PNA Kutxa
A estos servicios se unían las revisiones de todos los deportes de Guipúzcoa (cicloturistas, pelotaris, remeros, subacuaticas, etc...). Revisiones para los desplazamientos de las Colonias de Verano, que las llevaban Enrique Pérez Ruiz, Luis Alzua, Gloria Aymerich y Mª Dolores Aguilar. Estas revisiones se hacían por las tardes, durante los meses de Abril y Mayo. (Por supuesto eran escolares).
También se hacía control médico a los extranjeros que trabajan en la provincia (Servicio de Extranjería), estos acudían al servicio de Fotoseriación. Las revisiones de algunas empresas como: Kraff, Ramón Vizcaino, Bancos y Cajas de Ahorros de Guipúzcoa.
La parte de secretaría, la llevaban en Fotoseriación Mª Teresa Zarranz y del Dispensario en general Carmen Oyón, Josefa Bedialauneta y Carmen Portero. En la recepción del Dispensario estaba el conserje Francisco Montesinos, y de encargado del garaje y chofer estaba Jacinto Miñano.
Al jubilarse Salvador Bravo el 1 de Octubre de 1973, nombran Director al médico Rafael Bartolomé hasta su jubilación el 13 de Julio de 1980 y subdirector a Joaquín Olondris Adúriz. El 4 de agosto de 1980 es nombrando Director Enrique Pérez Ruiz y como subdirector a Javier Lasheras Garde, cargos que desempeñan hasta el traslado al Hospital de Amara el 1 de Septiembre de 1984.
Al Hospital de Amara suben el director Enrique Pérez Ruiz y Luis Alzua, ya que los demás, unos se habían jubilado como Joaquín Olondris, Pepita Bedialauneta y Carmen Portero, y otros piden excedencia. El resto del personal se incorpora en diferentes servicios del Hospital de Amara, como: Carmen Oyón, Esperanza González, Pili Bastarrica, Irene Fernández Matamoros (que cesa en el hospital en el año 1986), Mª Luisa Ayestarán, Carlos Altolaguirre, Toya Insausti y Mª Dolores Aguilar.
José Antonio Angulo, siendo practicante en Bilbao, le trasladan a Sanidad en la Avenida de Navarra, pero con plaza en el Dispensario; se incorpora a su plaza en el dispensario cuando les trasladan a los trabajadores al Hospital de Amara. Al poco tiempo (3 meses) pide excedencia y pasa como practicante en el ambulatorio de Nuestra Señora del Coro. Hace la especialidad de Podología y monta una consulta de podología en la Avenida de Francia.
Enfermeras que han trabajado en el dispensario: Pepita Bedialauneta, Carmen Portero, Felisa Ortiz de Zárate, Carmen Oyón Latienda, Mª Teresa Zarranz, Charo Martín Sánchez, Esperanza González, Pili Bastarrica Aguirre, Mª Luisa Ayestarán y Tomasita Bravo Ramos (El 4 de Junio de 1952 es nombrada Enfermera Interina de este Patronato con Destino en la Consulta de Tisiología del Dispensario Comarcal de Tolosa. (Centro Secundario de Higiene Rural de Tolosa). El 5 de Agosto de 1954, le nombran Enfermera Instructora destinada al Sanatorio Antituberculoso de Santa Marina (Vizcaya).
Auxiliares que han trabajado en el dispensario: Irene Fernández Matamoros, Mª Dolores Aguilar Pérez, Belén Dapena, Gloria Aymerich San Román, Isabel Ruiz Pérez, Arancha De Pablos, Toya Insausti Sansinenea, Mª Sol Ortiz y Rita Martínez.
Según el periódico “Diario Vasco” de San Sebastián, en su artículo del sábado día 4 de marzo de 1995 decía así hablando del Dispensario de la Calle Prim: Si hoy es el sida la enfermedad que más preocupa a las gentes y la que cada vez causa más víctimas, hace años era la tuberculosis. Se la combatía con todos los medios que la ciencia había puesto en manos de los hombres, pero seguía atacando a muchos. En San Sebastián se creó en 1930 el Dispensario Antituberculoso que dirigía el eminente tisiólogo doctor Emiliano Eizaguirre, cuya labor se extendió a toda la provincia pues se crearon centros en Tolosa, Vergara y Azpeitia.
FOTO 012 Sanatorio Antituberculoso de las Enfermedades del Tórax Amara
En 1934 se reconocieron en el Dispensario de San Sebastián a 6.000 escolares pertenecientes a las escuelas públicas, Instituto y Escuela de Artes y Oficios. La Caja de Ahorros Provincial encomendó al Dispensario el reconocimiento de 887 niños que habían solicitado su ingreso en las colonias escolares. El sistemático reconocimiento de los familiares de los enfermos que acudían a las consultas sirvió para diagnosticar los casos de contaminados, aislar al enfermo contagiante, vigilar a los familiares sospechosos, ingresar algunos hijos suyos en el servicio de primoinfecciones del hospital y vacunar a los no contagiados. Este servicio resultó tan eficaz que el peligro de contagio de los enfermos quedó prácticamente anulado.
Los enfermos que acudieron a consulta en 1934 fueron 2.500 y cuando se creó este servicio en 1930 sólo eran 500. En este mismo año 1934 se comenzó con la campaña de vacunación en San Sebastián, siendo vacunados 6.000 niños. En 33 años en Guipúzcoa disminuyó la mortalidad por tuberculosis en 58 % y en el conjunto de España en el 40 %. La labor realizada por radioscopias, inyecciones, análisis, vacunaciones y labores sociales fue enorme. En 1901 en San Sebastián, con una población de 38.887 habitantes la mortalidad por tuberculosis fue de 1.566 personas, lo que daba un promedio de 40,27 por 1.000. En 33 años había disminuido la mortalidad por tuberculosis en el 63,76 %. En Guipúzcoa, en 1933, con una población de 311.146 habitantes, fallecieron 374 personas por tuberculosis, dando un porcentaje de 1,20 por 1.000. Guipúzcoa era en 1901 la primera provincia de España en mortalidad por tuberculosis y en 1934 ocupaba el décimo lugar.
Estos datos figuraban en la memoria que en 1934 publicó el Dispensario Antituberculoso de San Sebastián. Cifras que son ya sólo para el recuerdo.
El Antiguo “Sanatorio Antituberculoso de las Enfermedades del Tórax Amara”, que comprendía los edificios donde hoy está la Universidad de Enfermería y Medicina y el antiguo Hospital de Amara de San Sebastián hoy Edificio Amara del Hospital Donostia, e él ya no quedan los recuerdos de un tiempo pasado, ya no está la Cruz de Lorena que estaba insertada junto a su blasón en el arco de entrada de dicho edificio. Cuando se incorporó al Hospital Donostia se pintó todo él de blanco, perdiendo sus cruces antiguas de haber pertenecido al Patronato Nacional Antituberculoso (PNA).
FOTO 013 Entrada al Centro de Salud Amara-Centro, Prim número 61
Hoy en día se denomina Centro de Salud Amara–Centro, perteneciente a la Comarca Este de Osakidetza. Como Directora de Enfermería de esta Comarca está Carmen Rodríguez. En el Centro está como responsable de Enfermería Eva Gallego Diego y como jefe de unidad Miguel de la Cruz. En este centro trabajan 11 enfermeras, 13 médicos (de familia y pediatras), 4 auxiliares administrativas y personal de servicios.
AGRADECIMIENTOS
Colegio de Médicos
Dr. José María Urkia Etxabe
Francisco Javier Labayen Berdonces
Javier Alonso Antón (Especialista en Retoques fotográficos y audiovisuales). Unidad de Comunicación del Hospital Donostia de San Sebastián
Diario Vasco de San Sebastián Fototeka Kutxa
Loli Aguilar Pérez
Museo San Telmo
Raúl Expósito González
AUTORES
Jesús Rubio Pilarte
Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
Miembro no numerario de La RSBAP
jrubiop20@enfermundi.com
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero Servicio de Oftalmología
Hospital Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Vocal del País Vasco de la SEEOF. Insignia de Oro de la SEEOF
Miembro de Eusko Ikaskuntza
Miembro de la Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos
Miembro Comité de Redacción de la Revista Ética de los Cuidados
M. Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro no numerario de La RSBAP
masolorzano@telefonica.net
5 comentarios:
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