Viaje imaginario a través de la historia de la enfermedad mental
Este libro se encuentra en el Museo Vasco de Historia de la Medicina y de la Ciencia “José Luis Goti”, en la Universidad del País Vasco en Leioa (Bizkaia). En su dirección están Oscar Martínez Azumendi y Antón Erkoreka Barrena. En la Organización Begoña Madarieta, L. Erkoreka, H. Garston y S. Vallejo. Y como colaboradores J. R. Gurpegui, K Lizarraga, A. Apillaniz y M. E. Gaztañaga.
Sebastián Brante (1458 – 1521) publicó el año 1494 un libro titulado Das Narrenschiff donde relataba el viaje de más de un centenar de curiosos personajes a Locagonia, el país de la locura. El tema fue recogido pocos años después por Hieronymus Bosch (c. 1450 – 1516) en el cuadro La nave de los locos que se conserva en el Museo del Louvre y que hemos escogido como frontispicio de esta Exposición Temporal.
En la obra de Brant, traducida al latín en 1497 y difundida por toda Europa, la locura hace su propio panegírico, satirizando las costumbres de la época y sus vicios, igual que con mayor intensidad y profundidad hará Erasmo de Rótterdam (1466 – 1536) en su “Elogio de la locura” publicado el año 1509. En esta obra se presenta la locura como una mágica escoba que barre todo lo que se opone a la comprensión de las verdades más profundas y serias de la vida.
Parece que las Stultifera Navis existieron realmente y que navegaron por los ríos de Renania y los canales flamencos, alejando de las ciudades a los locos transeúntes que no pertenecían a ellas o trasladando peregrinos a los lugares como Geel, ciudad belga históricamente permisiva y acogedora con los enfermos mentales.
En su libro “Historia de la locura” en la época clásica, Foucault dedica el primer capítulo a la Stultifera Navis, donde los locos viajaban de ciudad en ciudad en busca de la razón hasta que, a mediados del siglo XVII, los dementes, mendigos y vagabundos empiezan a ser encerrados en los hospitales generales, siendo pionero el de Paris que se funda en 1656.
Sea cual sea la realidad histórica de la Stultifera Navis, el potencial mítico – simbólico de esta navegación es lo que nos ha llevado a elegirla como eje vertebrador de la exposición, no planteando un viaje lineal en el tiempo, con un punto de salida y otro de llegada, sino tomándonos la licencia de viajar por viajar, de un lado para otro, sin rumbo fijo, como desafortunadamente hacen en ocasiones algunos enfermos mentales.
El libro y/o exposición está dividido en siete partes, encabezando cada una de ellas con un símil viajero que nos permitirá acercarnos a aspectos históricos de la enfermedad mental, su tratamiento y a su imagen social.
Iniciamos el viaje con “la búsqueda de la piedra de la locura”, un concepto clásico que nos introducirá en la primera práctica quirúrgica de la que tenemos constancia en la humanidad; la trepanación, una vía “directa” y “primitiva” al interior del cerebro.
“Una visita al interior de la mente”, nos permite sintetizar algunos aspectos menos cruentos de la exploración psiquiátrica y psicológica.
“El duro camino del tratamiento” propone un recorrido histórico por diferentes terapéuticas, tanto orgánicas como psicológicas.
En “Parada y fonda” se recogen su encierro en asilos y otros establecimientos como balnearios, y las recientes corrientes desintitucionalizadoras.
“Falsos caminos y espejismos” nos avisa de la sugestión, el placebo y sobre todo los riesgos de esperanzas depositadas en diversas teorías sin base científica que entorpecen nuestro viaje.
“Mezclándonos con la gente del lugar” aglutina aspectos de la enfermedad mental y las teorías de la mente en la cultura popular e imaginario social.
“¿Próxima estación o fin de trayecto?” presenta a los enfermos como personas. Ellos y sus familias pierden el pudor de mostrarse públicamente, reclaman sus derechos y luchan contra el estigma.
La búsqueda de “la piedra de la locura”. Desde el origen de los tiempos el ser humano ha luchado contra la muerte y la enfermedad, incluida la mental, buscándole explicación y alivio primero en la magia, luego en la religión y por fin en la ciencia. El primer procedimiento quirúrgico utilizado por nuestros antepasados fue la trepanación, que pretendía acceder al interior del cráneo o, tal vez, liberarle abriendo una ventana exterior.
En la Edad Media europea la trepanación estaba asociada a la enfermedad mental en busca de “la piedra de la locura”, cuya extracción la mayoría de las veces no era más que una simple simulación, mejor o peor dramatizada por charlatanes. La evolución del conocimiento médico y de la tecnología quirúrgica, desde el siglo XIX, racionaliza la práctica de la trepanación con indicaciones precisas y técnicas depuradas. Cráneo trepanado
Trepanación viene de “trepanoum” que en griego significa “horadar”. Según Campillo, Etxeberria y otros investigadores las trepanaciones más antiguas pertenecen al Neolítico pero su auge se da en el Eneolítico, apareciendo desde entonces en casi todas las culturas del mundo. Todavía hay constancia de su utilización en algunas culturas primitivas hasta el siglo XX. Se han utilizado tres técnicas: barrenado, rascado e incisión.
Tumi o cuchillo ceremonial
Entre los restos del Perú precolombino se han encontrado cráneos trepanados por millares, muchos con signos de haber sobrevivido a la operación. Los tumis (cuchillos) encontrados en las tumbas se han asociado a las prácticas de trepanación, aunque probablemente sean objetos rituales y se utilizarían instrumentos de mayor dureza como la obsidiana para las intervenciones.
“La Piedra de la Locura”
La extracción de la piedra era una práctica de curanderismo. Aunque en algún caso se realizaban verdaderas trepanaciones, afortunadamente en la mayoría de casos no pasaban de simulaciones que se cobraban luego a los incautos. El cuadro lleva la inscripción “Maestro, quíteme la piedra, me llamo Lubbert Das”, nombre que en la literatura holandesa designa a las personas que demuestran un alto grado de estupidez.
Trépano con corona cilíndrica
Con el desarrollo y sofisticación del conocimiento médico la neurología se separa progresivamente de la psiquiatría a lo largo del siglo XX. De igual forma, desde los primeros trépanos mecánicos, el utillaje e indicaciones de la intervención se sofistican progresivamente hasta llegar a la neurocirugía actual.
Una visita al interior de la mente
El ser humano siempre ha sentido una innata curiosidad por conocer sus aspectos más ocultos, el sentido de su propia existencia, lo que le deparará el futuro o la comprensión de sus propios impulsos y personalidad. En la antigüedad se ha recurrido a los oráculos, predicciones e incluso a la interpretación de los sueños, técnica que el psicoanálisis recupera como camino regio hacia el inconsciente.
Progresivamente las explicaciones basadas en concepciones mágicas y religiosas van dando paso a otras, fruto de la lógica y la razón. Algunas teorías no soportarán el paso del tiempo como la frenología, que intentó explicar y catalogar conductas y emociones basándose en la forma y características de la cabeza.
Paralelamente se van desarrollando un gran número de pruebas, más o menos objetivas o científicas, en forma de tests psicotécnicos o mediciones bio-fisiológicas, que buscan conocer capacidades intelectuales, rasgos de personalidad, respuestas ante diferentes estímulos, reales o imaginarios, e incluso la sinceridad de la persona a la hora de responder.
Cabeza frenológica y compás de brazos curvos
El anatomista y neurólogo alemán Franz Joseph Gall (1758-1828) creó la frenología, que relaciona cada función mental con una zona del cerebro: la memoria y el espíritu metafísico con la zona frontal, los instintos animales con las zonas medias, el sentido religioso con la zona superior, etc. La frenología tuvo una gran aceptación popular, divulgándose numerosos tratados que incluso aconsejaban como seleccionar el empleado adecuado o encontrar la pareja ideal.
Tinción neuronal de Cajal
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), profesor de histología y anatomía patológica, descubrió la neurona como la unidad funcional del sistema nervioso, por lo que se le concedió El Premio Nobel de Medicina en 1906. Entre sus discípulos se encontraba Nicolás Achúcarro (1880-1918)
Microscopio monocular
Feijoo fue uno de los primeros microscopistas de nuestro entorno. A partir de 1936 extendió las investigaciones serológicas y análisis de LCR a todos los ingresados en los hospitales psiquiátricos de Zaldibar y Mondragón. También fue uno de los iniciales miembros de AEN y entusiasta participante en la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao.
Test de Rorschach
Hermann Rorschach (1884-1922) publicó en 1921 este test proyectivo con 10 láminas compuestas por manchas de tinta simétricas. Las imágenes son vagas e imprecisas, por lo que dependiendo de lo que cada persona vea en ellas se infiere un tipo de personalidad, ya que se supone que ha “proyectado” en las manchas su mundo interior.
Test de apercepción temática
El test de apercepción temática (TAT) fue diseñado por Murray y Morgan en la década de 1930. Considerado como técnica de exploración proyectiva, consta de 31 ilustraciones, incluida una lámina totalmente en blanco, sobre las que se pide inventar historias que posteriormente son interpretadas.
Test de Szondi
Análisis del destino o dinamismo de Personalidad. Diseñado por Leopold Szondi en 1947 reuniendo 48 fotos de sujetos con perturbaciones psicopatológicas correspondientes a ocho tipos de condiciones. Basándose en las preferencias o rechazo del examinando se diagnostica su propia disposición hacia determinada condición o enfermedad.
Test de Wais
Test Wais (wechsler adult Intelligence Scale) de inteligencia para adultos, del que existen versiones adaptadas para niños. Creado por Wechsler en 1939, ha sufrido diversas revisiones hasta la actualidad, en que consta de 6 pruebas que miden capacidades verbales y otras 5 manipulativas, calculándose también un Cociente de Inteligencia (CI) global.
Polígrafo (”detector de mentiras”)
Instrumento de registro de respuestas fisiológicas como la presión arterial, el ritmo cardíaco, la tasa respiratoria y la respuesta galvánica de la piel por el sudor y la tumescencia peneana. El “detector de mentiras” se sustenta en la teoría de que las respuestas fisiológicas cambian de forma mensurable con las emociones, como suele ocurrir cuando se miente. Éste fue utilizado por el Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la UPV/EHU en prácticas de sus alumnos.
El duro camino del tratamiento
Sin recurso a otro tipo de explicaciones menos trascendentes, durante gran parte de la historia de la humanidad la enfermedad mental ha sido atribuida a fuerzas divinas o sobrenaturales. No es de extrañar entonces que muchas de las terapéuticas estuvieran impregnadas de este tipo de connotaciones, asociándose asimismo a prácticas casi exclusivamente coercitivas.
Mientras que la cultura popular ha recurrido a diferentes remedios creenciales y naturales, la medicina de siglos pasados ha utilizado tratamientos más agresivos como sangrías, purgas, vomitivos, baños, vesicantes, etc. utilizados hasta no hace muchos años a pesar del temor y el rechazo de muchos de los pacientes.
Todavía hace poco tiempo que la psiquiatría se ha integrado plenamente con el resto de la medicina, y menos aún que busca racionalizar y humanizar la asistencia al enfermo mental con tratamientos de mayor base científica y más acordes a los valores sociales imperantes. Los primero neurolépticos aparecieron en los años 1950 y, junto a abordajes psicológicos y comunitarios, abrieron la esperanza a un amplio grupo de enfermos asilados.
Escapulario y nómina contra el mal de ojo. Mano de Fátima
“¿Está afligido alguno entre vosotros? Ore. ¿Está de buen ánimo? Salmodie. ¿Alguno entre vosotros enferma? Haga llamar a los presbíteros de la Iglesia y oren sobre él, ungiéndole con el óleo en el nombre del Señor, y la oración de la fe salvará al enfermo” (Santiago 5, 13-15)
Romero, ricino/Sangrías (estilete)/Jeringa para lavativas
La medicina de siglos pasados ha intentado evacuar los males con sangrías, purgantes, vomitivos o productos que han sobrevivido en la medicina popular, como el polvo de cráneo de una persona víctima de muerte violenta, telarañas, nido de golondrina., orina humana u ojos de cangrejo. Popularmente las infusiones de romero han sido ampliamente utilizadas para “calmar los nervios” igual que la cola de caballo (Equisetum) o la ruda (Ruta graveolens L.) a la que se atribuyen poderes contra los malos espíritus y las brujas.
Camisa de fuerza
La camisa de fuerza es el símbolo de la psiquiatría más coercitiva y del furor de la enfermedad Aunque no se utiliza en nuestro entorno, se sigue empleando en otros países occidentales en los que hay limitaciones para la utilización de psicofármacos en contra de la voluntad del paciente.
Correas de sujeción mecánica
La sujeción mecánica sigue siendo necesaria en casos de agitación o desorientación, en cuadros secundarios a enfermedad mental, intoxicación por drogas, demencia y algunos cuadros médicos y de recuperación postquirúrgica. En estos casos, se exigen protocolos de actuación y supervisión estricta para garantizar una práctica acorde a derecho.
Piroterapia
La piroterapia es el tratamiento a base de picos febriles, introducido por el neuropsiquiatra austríaco Julius Wagner-Jauregg (1857-1940) en 1917. Inoculó el paludismo para tratar la parálisis general progresiva sifilítica, siendo la técnica rápidamente aplicada en otras enfermedades psiquiátrica. Recibió el Premio Nobel de Medicina en 1927.
Insulinoterapia
La insulinoterapia o “Cura de Sakel”, en honor al neuropsiquiatra austriaco Manfred Joshua Sakel (1900-1965), fue un método inventado en 1932 y muy extendido en los años 40 y 50. Consiste en la provocación de repetidos comas hipoglucémicos y convulsiones tras la administración de insulina. Los pacientes eran recuperados con soluciones azucaradas introducidas a través de una sonda.
Electro-Shock
A principios del Siglo XX se utilizaban curas convulsivas producidas de diferentes formas. En 1938 los neuropsiquiatras italianos Cerletti y Bini provocaron convulsiones epileptiformes por medio de electricidad para trata enfermos con esquizofrenia. Sin ser una práctica universal y liberada del dramatismo asociado a las convulsiones gracias a la anestesia general y relajación muscular del paciente, se sigue indicando en algunas patologías concretas.
Medicamentos
Los barbitúricos han sido utilizados en múltiples patologías hasta la década de 1960. Uno de los primeros, Allonal, barbitúrico de acción analgésica, sedante e inductor del sueño fue comercializado en 1921. En 1922 Klaesi introdujo la “cura de sueño” de hasta 20 horas diarias a lo largo de dos semanas con Somnifene. El Largactil (clorpromazina) fue el primer neuroléptico, siendo utilizado ininterrumpidamente desde 1952. La fluoxetina, antidepresivo comercializado en 1986 como Prozac, tomó el sobrenombre de “droga de la felicidad”.
Diván de psicoanalista
Sigmund Freud (1856-1939) introdujo a finales del siglo XIX el concepto del inconsciente como estructura básica que regula y explica nuestras conductas. Para acceder al mismo y tratar diversos síntomas, desarrolló la técnica psicoanalítica basada en el discurso espontáneo y libre del paciente, muchas veces tumbado de espaldas al analista par permitir su mejor concentración.
Psicoanálisis y Dr. Garma
Tras Freud, son muchos los autores que han ampliado y enriquecido sus teorías. Ángel Garma (1904-1993), natural de Bilbao, emigra a Argentina con la Guerra Civil. Fue miembro fundador y primer presidente de la potente Asociación Psicoanalítica Argentina y Miembro de Honor de la AEN.
Parada y fonda
La inexistencia de tratamientos efectivos, la alteración social generada por el enfermo en su entorno y su propia incapacidad para sobrevivir autónomamente en un gran número de casos, ha justificado a lo largo de la historia el recurso de la segregación de los enfermos en instituciones cerradas. Manicomios donde muchos de ellos eran encerrados de por vida y donde era práctica habitual la anulación de cualquier indicio de individualidad, junto al abuso, maltrato y descuido de sus mínimas necesidades vitales.
Un papel institucional más amable lo jugaron los balnearios, que ofrecieron a una nutrida amalgama de neurasténicos un encuadre ideal para el reposo y las curas hidroterápicas.
El cambio de modelo ideológico, junto a los más recientes avances en terapéutica farmacológica y desarrollo de nuevos recursos psicosociales, ha permitido la salida de los pacientes de las macroinstituciones hospitalarias. Alentados por el modelo de psiquiatría comunitaria, en el mundo occidental, se van desarrollando diversos procesos de reforma que trasladan el lugar de tratamiento a la propia comunidad.
“Aguas minero medicinales de Burlada. La mejor agua de mesa”
Los manicomios no eran lugares adecuados para la búsqueda de remedio a aquellas otras patologías menores que encuadraríamos dentro de las neurosis. Los balnearios, además de sus aguas, ofrecían el encuadre ideal para el reposo y la relajación. El propio viaje era otra de las prácticas de “distracción” indicadas como terapia.
Queremos dar las gracias a los autores del libro, colaboradores y Museo que nos han prestado este libro para poder realizar este trabajo. Magnífico libro que nos recuerda la historia de nuestra profesión y sobre todo darle las gracias a Begoña Madarieta, porque siempre que la necesitamos, ella está disponible siempre con su brillante sonrisa. Gracias a todos por tan bella obra.
Un día en el Museo Vasco de Historia de la Medicina “José Luis Goti”. Publicado el día 21 de febrero de 2009: http://enfeps.blogspot.com/2009/02/un-dia-en-el-museo-vasco-de-historia-de.html
AGRADECIMIENTOS A:
Anton Erkoreka Barrena
Begoña Madarieta Revilla
Museo Vasco de Historia de la Medicina y de la Ciencia
Fotos: Las fotos están escaneadas del propio libro y de Internet.
Os queremos desear a todos nuestros fieles lectores una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo 2010. Zorionak eta Urte Berri On
*Manuel Solórzano Sánchez; **Jesús Rubio Pilarte y ***Raúl Expósito González
* Enfermero Hospital Donostia. Osakidetza /SVS
** Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
*** Enfermero Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Ciudad Real
masolorzano@telefonica.net
jrubiop20@enfermundi.com
raexgon@hotmail.com
Este libro se encuentra en el Museo Vasco de Historia de la Medicina y de la Ciencia “José Luis Goti”, en la Universidad del País Vasco en Leioa (Bizkaia). En su dirección están Oscar Martínez Azumendi y Antón Erkoreka Barrena. En la Organización Begoña Madarieta, L. Erkoreka, H. Garston y S. Vallejo. Y como colaboradores J. R. Gurpegui, K Lizarraga, A. Apillaniz y M. E. Gaztañaga.
Sebastián Brante (1458 – 1521) publicó el año 1494 un libro titulado Das Narrenschiff donde relataba el viaje de más de un centenar de curiosos personajes a Locagonia, el país de la locura. El tema fue recogido pocos años después por Hieronymus Bosch (c. 1450 – 1516) en el cuadro La nave de los locos que se conserva en el Museo del Louvre y que hemos escogido como frontispicio de esta Exposición Temporal.
En la obra de Brant, traducida al latín en 1497 y difundida por toda Europa, la locura hace su propio panegírico, satirizando las costumbres de la época y sus vicios, igual que con mayor intensidad y profundidad hará Erasmo de Rótterdam (1466 – 1536) en su “Elogio de la locura” publicado el año 1509. En esta obra se presenta la locura como una mágica escoba que barre todo lo que se opone a la comprensión de las verdades más profundas y serias de la vida.
Parece que las Stultifera Navis existieron realmente y que navegaron por los ríos de Renania y los canales flamencos, alejando de las ciudades a los locos transeúntes que no pertenecían a ellas o trasladando peregrinos a los lugares como Geel, ciudad belga históricamente permisiva y acogedora con los enfermos mentales.
En su libro “Historia de la locura” en la época clásica, Foucault dedica el primer capítulo a la Stultifera Navis, donde los locos viajaban de ciudad en ciudad en busca de la razón hasta que, a mediados del siglo XVII, los dementes, mendigos y vagabundos empiezan a ser encerrados en los hospitales generales, siendo pionero el de Paris que se funda en 1656.
Sea cual sea la realidad histórica de la Stultifera Navis, el potencial mítico – simbólico de esta navegación es lo que nos ha llevado a elegirla como eje vertebrador de la exposición, no planteando un viaje lineal en el tiempo, con un punto de salida y otro de llegada, sino tomándonos la licencia de viajar por viajar, de un lado para otro, sin rumbo fijo, como desafortunadamente hacen en ocasiones algunos enfermos mentales.
El libro y/o exposición está dividido en siete partes, encabezando cada una de ellas con un símil viajero que nos permitirá acercarnos a aspectos históricos de la enfermedad mental, su tratamiento y a su imagen social.
Iniciamos el viaje con “la búsqueda de la piedra de la locura”, un concepto clásico que nos introducirá en la primera práctica quirúrgica de la que tenemos constancia en la humanidad; la trepanación, una vía “directa” y “primitiva” al interior del cerebro.
“Una visita al interior de la mente”, nos permite sintetizar algunos aspectos menos cruentos de la exploración psiquiátrica y psicológica.
“El duro camino del tratamiento” propone un recorrido histórico por diferentes terapéuticas, tanto orgánicas como psicológicas.
En “Parada y fonda” se recogen su encierro en asilos y otros establecimientos como balnearios, y las recientes corrientes desintitucionalizadoras.
“Falsos caminos y espejismos” nos avisa de la sugestión, el placebo y sobre todo los riesgos de esperanzas depositadas en diversas teorías sin base científica que entorpecen nuestro viaje.
“Mezclándonos con la gente del lugar” aglutina aspectos de la enfermedad mental y las teorías de la mente en la cultura popular e imaginario social.
“¿Próxima estación o fin de trayecto?” presenta a los enfermos como personas. Ellos y sus familias pierden el pudor de mostrarse públicamente, reclaman sus derechos y luchan contra el estigma.
La búsqueda de “la piedra de la locura”. Desde el origen de los tiempos el ser humano ha luchado contra la muerte y la enfermedad, incluida la mental, buscándole explicación y alivio primero en la magia, luego en la religión y por fin en la ciencia. El primer procedimiento quirúrgico utilizado por nuestros antepasados fue la trepanación, que pretendía acceder al interior del cráneo o, tal vez, liberarle abriendo una ventana exterior.
En la Edad Media europea la trepanación estaba asociada a la enfermedad mental en busca de “la piedra de la locura”, cuya extracción la mayoría de las veces no era más que una simple simulación, mejor o peor dramatizada por charlatanes. La evolución del conocimiento médico y de la tecnología quirúrgica, desde el siglo XIX, racionaliza la práctica de la trepanación con indicaciones precisas y técnicas depuradas. Cráneo trepanado
Trepanación viene de “trepanoum” que en griego significa “horadar”. Según Campillo, Etxeberria y otros investigadores las trepanaciones más antiguas pertenecen al Neolítico pero su auge se da en el Eneolítico, apareciendo desde entonces en casi todas las culturas del mundo. Todavía hay constancia de su utilización en algunas culturas primitivas hasta el siglo XX. Se han utilizado tres técnicas: barrenado, rascado e incisión.
Tumi o cuchillo ceremonial
Entre los restos del Perú precolombino se han encontrado cráneos trepanados por millares, muchos con signos de haber sobrevivido a la operación. Los tumis (cuchillos) encontrados en las tumbas se han asociado a las prácticas de trepanación, aunque probablemente sean objetos rituales y se utilizarían instrumentos de mayor dureza como la obsidiana para las intervenciones.
“La Piedra de la Locura”
La extracción de la piedra era una práctica de curanderismo. Aunque en algún caso se realizaban verdaderas trepanaciones, afortunadamente en la mayoría de casos no pasaban de simulaciones que se cobraban luego a los incautos. El cuadro lleva la inscripción “Maestro, quíteme la piedra, me llamo Lubbert Das”, nombre que en la literatura holandesa designa a las personas que demuestran un alto grado de estupidez.
Trépano con corona cilíndrica
Con el desarrollo y sofisticación del conocimiento médico la neurología se separa progresivamente de la psiquiatría a lo largo del siglo XX. De igual forma, desde los primeros trépanos mecánicos, el utillaje e indicaciones de la intervención se sofistican progresivamente hasta llegar a la neurocirugía actual.
Una visita al interior de la mente
El ser humano siempre ha sentido una innata curiosidad por conocer sus aspectos más ocultos, el sentido de su propia existencia, lo que le deparará el futuro o la comprensión de sus propios impulsos y personalidad. En la antigüedad se ha recurrido a los oráculos, predicciones e incluso a la interpretación de los sueños, técnica que el psicoanálisis recupera como camino regio hacia el inconsciente.
Progresivamente las explicaciones basadas en concepciones mágicas y religiosas van dando paso a otras, fruto de la lógica y la razón. Algunas teorías no soportarán el paso del tiempo como la frenología, que intentó explicar y catalogar conductas y emociones basándose en la forma y características de la cabeza.
Paralelamente se van desarrollando un gran número de pruebas, más o menos objetivas o científicas, en forma de tests psicotécnicos o mediciones bio-fisiológicas, que buscan conocer capacidades intelectuales, rasgos de personalidad, respuestas ante diferentes estímulos, reales o imaginarios, e incluso la sinceridad de la persona a la hora de responder.
Cabeza frenológica y compás de brazos curvos
El anatomista y neurólogo alemán Franz Joseph Gall (1758-1828) creó la frenología, que relaciona cada función mental con una zona del cerebro: la memoria y el espíritu metafísico con la zona frontal, los instintos animales con las zonas medias, el sentido religioso con la zona superior, etc. La frenología tuvo una gran aceptación popular, divulgándose numerosos tratados que incluso aconsejaban como seleccionar el empleado adecuado o encontrar la pareja ideal.
Tinción neuronal de Cajal
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), profesor de histología y anatomía patológica, descubrió la neurona como la unidad funcional del sistema nervioso, por lo que se le concedió El Premio Nobel de Medicina en 1906. Entre sus discípulos se encontraba Nicolás Achúcarro (1880-1918)
Microscopio monocular
Feijoo fue uno de los primeros microscopistas de nuestro entorno. A partir de 1936 extendió las investigaciones serológicas y análisis de LCR a todos los ingresados en los hospitales psiquiátricos de Zaldibar y Mondragón. También fue uno de los iniciales miembros de AEN y entusiasta participante en la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao.
Test de Rorschach
Hermann Rorschach (1884-1922) publicó en 1921 este test proyectivo con 10 láminas compuestas por manchas de tinta simétricas. Las imágenes son vagas e imprecisas, por lo que dependiendo de lo que cada persona vea en ellas se infiere un tipo de personalidad, ya que se supone que ha “proyectado” en las manchas su mundo interior.
Test de apercepción temática
El test de apercepción temática (TAT) fue diseñado por Murray y Morgan en la década de 1930. Considerado como técnica de exploración proyectiva, consta de 31 ilustraciones, incluida una lámina totalmente en blanco, sobre las que se pide inventar historias que posteriormente son interpretadas.
Test de Szondi
Análisis del destino o dinamismo de Personalidad. Diseñado por Leopold Szondi en 1947 reuniendo 48 fotos de sujetos con perturbaciones psicopatológicas correspondientes a ocho tipos de condiciones. Basándose en las preferencias o rechazo del examinando se diagnostica su propia disposición hacia determinada condición o enfermedad.
Test de Wais
Test Wais (wechsler adult Intelligence Scale) de inteligencia para adultos, del que existen versiones adaptadas para niños. Creado por Wechsler en 1939, ha sufrido diversas revisiones hasta la actualidad, en que consta de 6 pruebas que miden capacidades verbales y otras 5 manipulativas, calculándose también un Cociente de Inteligencia (CI) global.
Polígrafo (”detector de mentiras”)
Instrumento de registro de respuestas fisiológicas como la presión arterial, el ritmo cardíaco, la tasa respiratoria y la respuesta galvánica de la piel por el sudor y la tumescencia peneana. El “detector de mentiras” se sustenta en la teoría de que las respuestas fisiológicas cambian de forma mensurable con las emociones, como suele ocurrir cuando se miente. Éste fue utilizado por el Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la UPV/EHU en prácticas de sus alumnos.
El duro camino del tratamiento
Sin recurso a otro tipo de explicaciones menos trascendentes, durante gran parte de la historia de la humanidad la enfermedad mental ha sido atribuida a fuerzas divinas o sobrenaturales. No es de extrañar entonces que muchas de las terapéuticas estuvieran impregnadas de este tipo de connotaciones, asociándose asimismo a prácticas casi exclusivamente coercitivas.
Mientras que la cultura popular ha recurrido a diferentes remedios creenciales y naturales, la medicina de siglos pasados ha utilizado tratamientos más agresivos como sangrías, purgas, vomitivos, baños, vesicantes, etc. utilizados hasta no hace muchos años a pesar del temor y el rechazo de muchos de los pacientes.
Todavía hace poco tiempo que la psiquiatría se ha integrado plenamente con el resto de la medicina, y menos aún que busca racionalizar y humanizar la asistencia al enfermo mental con tratamientos de mayor base científica y más acordes a los valores sociales imperantes. Los primero neurolépticos aparecieron en los años 1950 y, junto a abordajes psicológicos y comunitarios, abrieron la esperanza a un amplio grupo de enfermos asilados.
Escapulario y nómina contra el mal de ojo. Mano de Fátima
“¿Está afligido alguno entre vosotros? Ore. ¿Está de buen ánimo? Salmodie. ¿Alguno entre vosotros enferma? Haga llamar a los presbíteros de la Iglesia y oren sobre él, ungiéndole con el óleo en el nombre del Señor, y la oración de la fe salvará al enfermo” (Santiago 5, 13-15)
Romero, ricino/Sangrías (estilete)/Jeringa para lavativas
La medicina de siglos pasados ha intentado evacuar los males con sangrías, purgantes, vomitivos o productos que han sobrevivido en la medicina popular, como el polvo de cráneo de una persona víctima de muerte violenta, telarañas, nido de golondrina., orina humana u ojos de cangrejo. Popularmente las infusiones de romero han sido ampliamente utilizadas para “calmar los nervios” igual que la cola de caballo (Equisetum) o la ruda (Ruta graveolens L.) a la que se atribuyen poderes contra los malos espíritus y las brujas.
Camisa de fuerza
La camisa de fuerza es el símbolo de la psiquiatría más coercitiva y del furor de la enfermedad Aunque no se utiliza en nuestro entorno, se sigue empleando en otros países occidentales en los que hay limitaciones para la utilización de psicofármacos en contra de la voluntad del paciente.
Correas de sujeción mecánica
La sujeción mecánica sigue siendo necesaria en casos de agitación o desorientación, en cuadros secundarios a enfermedad mental, intoxicación por drogas, demencia y algunos cuadros médicos y de recuperación postquirúrgica. En estos casos, se exigen protocolos de actuación y supervisión estricta para garantizar una práctica acorde a derecho.
Piroterapia
La piroterapia es el tratamiento a base de picos febriles, introducido por el neuropsiquiatra austríaco Julius Wagner-Jauregg (1857-1940) en 1917. Inoculó el paludismo para tratar la parálisis general progresiva sifilítica, siendo la técnica rápidamente aplicada en otras enfermedades psiquiátrica. Recibió el Premio Nobel de Medicina en 1927.
Insulinoterapia
La insulinoterapia o “Cura de Sakel”, en honor al neuropsiquiatra austriaco Manfred Joshua Sakel (1900-1965), fue un método inventado en 1932 y muy extendido en los años 40 y 50. Consiste en la provocación de repetidos comas hipoglucémicos y convulsiones tras la administración de insulina. Los pacientes eran recuperados con soluciones azucaradas introducidas a través de una sonda.
Electro-Shock
A principios del Siglo XX se utilizaban curas convulsivas producidas de diferentes formas. En 1938 los neuropsiquiatras italianos Cerletti y Bini provocaron convulsiones epileptiformes por medio de electricidad para trata enfermos con esquizofrenia. Sin ser una práctica universal y liberada del dramatismo asociado a las convulsiones gracias a la anestesia general y relajación muscular del paciente, se sigue indicando en algunas patologías concretas.
Medicamentos
Los barbitúricos han sido utilizados en múltiples patologías hasta la década de 1960. Uno de los primeros, Allonal, barbitúrico de acción analgésica, sedante e inductor del sueño fue comercializado en 1921. En 1922 Klaesi introdujo la “cura de sueño” de hasta 20 horas diarias a lo largo de dos semanas con Somnifene. El Largactil (clorpromazina) fue el primer neuroléptico, siendo utilizado ininterrumpidamente desde 1952. La fluoxetina, antidepresivo comercializado en 1986 como Prozac, tomó el sobrenombre de “droga de la felicidad”.
Diván de psicoanalista
Sigmund Freud (1856-1939) introdujo a finales del siglo XIX el concepto del inconsciente como estructura básica que regula y explica nuestras conductas. Para acceder al mismo y tratar diversos síntomas, desarrolló la técnica psicoanalítica basada en el discurso espontáneo y libre del paciente, muchas veces tumbado de espaldas al analista par permitir su mejor concentración.
Psicoanálisis y Dr. Garma
Tras Freud, son muchos los autores que han ampliado y enriquecido sus teorías. Ángel Garma (1904-1993), natural de Bilbao, emigra a Argentina con la Guerra Civil. Fue miembro fundador y primer presidente de la potente Asociación Psicoanalítica Argentina y Miembro de Honor de la AEN.
Parada y fonda
La inexistencia de tratamientos efectivos, la alteración social generada por el enfermo en su entorno y su propia incapacidad para sobrevivir autónomamente en un gran número de casos, ha justificado a lo largo de la historia el recurso de la segregación de los enfermos en instituciones cerradas. Manicomios donde muchos de ellos eran encerrados de por vida y donde era práctica habitual la anulación de cualquier indicio de individualidad, junto al abuso, maltrato y descuido de sus mínimas necesidades vitales.
Un papel institucional más amable lo jugaron los balnearios, que ofrecieron a una nutrida amalgama de neurasténicos un encuadre ideal para el reposo y las curas hidroterápicas.
El cambio de modelo ideológico, junto a los más recientes avances en terapéutica farmacológica y desarrollo de nuevos recursos psicosociales, ha permitido la salida de los pacientes de las macroinstituciones hospitalarias. Alentados por el modelo de psiquiatría comunitaria, en el mundo occidental, se van desarrollando diversos procesos de reforma que trasladan el lugar de tratamiento a la propia comunidad.
“Aguas minero medicinales de Burlada. La mejor agua de mesa”
Los manicomios no eran lugares adecuados para la búsqueda de remedio a aquellas otras patologías menores que encuadraríamos dentro de las neurosis. Los balnearios, además de sus aguas, ofrecían el encuadre ideal para el reposo y la relajación. El propio viaje era otra de las prácticas de “distracción” indicadas como terapia.
Queremos dar las gracias a los autores del libro, colaboradores y Museo que nos han prestado este libro para poder realizar este trabajo. Magnífico libro que nos recuerda la historia de nuestra profesión y sobre todo darle las gracias a Begoña Madarieta, porque siempre que la necesitamos, ella está disponible siempre con su brillante sonrisa. Gracias a todos por tan bella obra.
Un día en el Museo Vasco de Historia de la Medicina “José Luis Goti”. Publicado el día 21 de febrero de 2009: http://enfeps.blogspot.com/2009/02/un-dia-en-el-museo-vasco-de-historia-de.html
AGRADECIMIENTOS A:
Anton Erkoreka Barrena
Begoña Madarieta Revilla
Museo Vasco de Historia de la Medicina y de la Ciencia
Fotos: Las fotos están escaneadas del propio libro y de Internet.
Os queremos desear a todos nuestros fieles lectores una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo 2010. Zorionak eta Urte Berri On
*Manuel Solórzano Sánchez; **Jesús Rubio Pilarte y ***Raúl Expósito González
* Enfermero Hospital Donostia. Osakidetza /SVS
** Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
*** Enfermero Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Ciudad Real
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