EL SANATORIO MARÍTIMO DE HENDAYA
Entre
los establecimientos que sostiene la Asistencia Pública de París, y que se
elevan a un total de ochenta y tres
(1910), de los cuales treinta y dos
se hallan instalados fuera de la urbe, encontrándose diseminados en diversos
puntos de Francia; se encuentra el “Sanatorio
de Hendaya” (1899), destinado a los niños procedentes de las escuelas
públicas parisienes, establecimiento interesante, que aunque no ofrece ninguna
atrayente particularidad arquitectónica, pues está dispuesto con suma
sencillez, puede ser considerado como modelo de esta clase de instituciones por
su excelente organización.
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001 Sanatorio Marítimo de Hendaya
Situado
frente al mar, lindando con la playa, y a no muy grande distancia de los
hoteles y sillas que hermosean aquella parte de la costa, ya de por si muy
bella; sin embargo, pasa seguramente inadvertido para muchos de los
excursionistas y veraneantes que en aquellos preciosos sitios se recrean.
Contrastando
con la magnificencia de hoteles que, como el Euskalduna, junto al mar se alza majestuoso atrayendo
principalmente la atención, el Sanatorio, más modesto, está constituido por
sencillos pabellones separados por jardines, y en ellos están instaladas las
distintas dependencias que le integran, siendo las principales las destinadas a
dormitorios, comedores, salas de clase, de baños, cocina, oficinas, etc., así
como las destinadas a lazareto, en las que, como veremos más adelante, son colocados
los niños durante los primeros días de su estancia en el establecimiento.
El
Sanatorio Marítimo de Hendaya empezó a funcionar en 1906. Tiene este Sanatorio
capacidad y elementos suficientes para albergar a 644 niños, aunque en aquella
primera época la máxima capacidad ocupada fue de 585. Estos niños proceden
todos de las escuelas públicas de Paris, y son enviados por la Administración
general de la Asistencia Pública para que residan en el Sanatorio hasta lograr
la tonificación que su organismo necesita.
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002 Hotel Residencia Euskalduna, Hendaya
Hijos,
muchos de ellos de obreros, de empleados modestos y de humildes industriales,
mal alimentados y viviendo en condiciones muy deficientes en cuanto a higiene;
llevando sobre sí, en gran parte la influencia hereditaria del alcoholismo, la
sífilis o la tuberculosis, dichos niños han de mostrar necesariamente los
estigmas de la anemia, la debilitación y el empobrecimiento orgánico, y son
candidatos seguros a enfermedades que tal vez puedan evitarse colocando a estos
niños en mejores condiciones de resistencia.
Cuando
en virtud de las investigaciones encomendadas a la inspección médica escolar
estos niños van siendo seleccionados, dispónese su traslado al Sanatorio; una
vez que llegan a éste son conducidos al lazareto o pabellón de aislamiento,
donde permanecen por espacio de veintiún días, y si al cabo de ellos no han
presentado ninguna manifestación de enfermedad infectocontagiosa, pasan a
reunirse con los demás niños, para hacer con ellos la vida común; vida que
consiste en permanecer la mayor parte del tiempo al aire libre, jugando en la
playa o haciendo excursiones por las inmediaciones de ésta, bordeando la costa
y estando siempre respirando la atmósfera marina.
No
por eso queda descuidada su instrucción, pues la enseñanza se hace compatible
con el fortalecimiento orgánico, no supeditando éste a aquélla, sino dando a la
regeneración física una importancia capital.
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003 Sanatorio Marítimo de Hendaya
Aunque
el régimen de fortalecimiento está
basado principalmente en la vida al aire libre, el baño es considerado como
elemento importante en la labor tonificadora, y se emplea constantemente,
utilizando el de mar desde Febrero a Octubre, haciéndose uso durante los meses
de invierno del servicio de baños y duchas con que cuenta el Sanatorio.
Los
niños están agrupados en diversas secciones, según sexo y edad, y al frente de
ellos se encuentran enfermeras-institutrices
encargadas de la vigilancia, e independientemente cada sección emprende sus
paseos o recreaciones, conforme a lo dispuesto por la dirección del
establecimiento.
En
el Sanatorio pueden permanecer los niños desde la edad de tres años hasta los
de doce, estando allí el tiempo necesario para lograr la tonificación favorable
de su organismo, pues así es como únicamente pueden ser útiles estos
establecimientos, estando funcionando todo el año y no limitando la estancia en
ellos a unos cuantos días, durante los cuales el efecto conseguido es
insignificante o nulo.
A
este respecto debemos tener en cuenta las opiniones de las autoridades en la
materia. Los pediatras que han estudiado los efectos de clima marino, al
estimar la beneficiosa acción de éste, no precisamente por la composición de la
atmósfera marina químicamente considerada, sino por la ventaja de tener a los
niños haciendo su vida al aire libre en atmósfera exenta de polvo, reconocen
unánimemente la inutilidad de las curas cortas, de uno o dos meses, en las que
la mejoría es manifiesta de momento; pero una vez que el niño vuelve a las
condiciones de medio en que anteriormente vivía, se pierden todos los
beneficios obtenidos, sin conseguir ninguna ventaja en definitiva, pues como
dice Salge: “sólo se consigue enseñar al niño el camino de su curación sin que
le sea permitido seguirle hasta el fin”.
En
Hendaya no sucede así. En el Sanatorio pueden permanecer los niños
continuamente por espacio de un año y más tiempo, si es preciso; lo mismo en
verano que en invierno, y de allí no salen hasta que están verdaderamente
fortalecidos y pueden volver a Paris en excelentes condiciones de resistencia,
después de una cura climatoterápica que puede considerarse como verdaderamente
eficaz.
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004 Pabellones Sanatorio Marítimo de Hendaya
De
esta manera, en el verano, con la vecindad de una sociedad cosmopolita y
elegante, y en el invierno, contemplando desierta aquella hermosísima playa,
antes tan concurrida y animada, los niños parisienes pobres disfrutan de
aquella vida higiénica sabiamente regimentada, sin sentir la nostalgia de la gran urbe, en la que más tarde han de
gastar sus energías, y en la que seguramente habrían enfermado, si la
beneficencia pública no hubiese acudido solícita a cambiarles de ambiente.
De
desear es que esta labor profiláctica de regeneración orgánica pueda propagarse
extendiéndose a otras ciudades y países, pues sólo así podrá tenerse la
satisfacción de haber logrado disminuir una de las más importantes cifras entre
las que integran la mortalidad infantil, y al mismo tiempo se habrá asegurado
la existencia de ciudadanos vigorosos que contribuyan a detener, en su marcha
progresiva, la degeneración de la raza, que por desgracia tan ostensiblemente
se manifiesta. (Dr. Vázquez Lefort) (1).
Antecedentes históricos
Durante
el siglo XIX y parte del XX hubo un profundo cambio, tanto económico cómo
político. El nuevo modelo de vida se asoció al crecimiento rápido de la
población en las grandes ciudades. El hacinamiento, la mala alimentación y la
pobreza estaban servidos. Los niños y las niñas fueron los más vulnerables y
los que más sufrieron (2).
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005 Niñas en el comedor del Sanatorio Marítimo de Hendaya
La
infancia de los sectores más humildes estaba determinada desde su nacimiento
por un conjunto de situaciones adversas generadas por el medio familiar,
económico, urbanístico y sanitario. Además se agrava con la incorporación
temprana al trabajo, al abandono de cientos de niños y sobretodo a la
mendicidad que era lo único que podían hacer para subsistir.
Ante
todos estos problemas que se presentaban surgió un movimiento en favor de la
higiene y la salud de los más necesitados. Había que erradicar los focos
potencialmente infecciosos: viviendas en los barrios pobres de las ciudades,
centros de trabajo de las clases populares, colegios y los centros públicos de
reuniones. La escuela iba a ser utilizada como lugar privilegiado para que
intervinieran los higienistas, y los sanatorios infantiles como grandes centros
de tratamiento para paliar las enfermedades o predisposiciones a ellas.
Las
obras benéficas llamadas sanatorios de montaña y hospitales marinos se
presentaban como redentoras de la infancia humilde y abandonada.
A
estos centros se les llamó de diferentes nombres, estaban calificados en
función del objetivo específico que pretendían. Se les llamó: sanatorios marítimos,
preventorios, escuelas flotantes, hospicios marinos, escuelas sanatorios y
casas de curación. Las diferencias entre ellos aparecían por las normas de
admisión o por su organización. Unos eran temporales, otros permanentes, otros
dedicados a niños enfermos, otros a los que se podrían poner enfermos y algunos
a ambos casos.
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006 Construcción del Sanatorio Marítimo de Hendaya, inauguración con las
autoridades, sala de estiramiento y pabellones
La
beneficencia pública francesa no permaneció al margen y abrió el Sanatorio
Marítimo de Hendaya. Este establecimiento admitía a los niños de tres a doce
años y sus puertas estaban abiertas durante todo el año.
Cómo vivían en el Sanatorio Marítimo de
Hendaya
La vida de los internos en el
Sanatorio Marítimo de Hendaya se iniciaba a las seis de la mañana, levantándose
y realizando su aseo personal con la ayuda del personal sanitario, y de las
enfermeras que les cuidaban; se incluía el lavabo de boca, nariz y oídos con
los utensilios de limpieza asignados y numerados. A continuación, se pasaba a
tomar un desayuno nutritivo, reposando una media hora. Más tarde, acompañados
por enfermeras se trasladaban a la playa donde tomaban el baño de agua y/o sol,
según se disponía en el régimen diario de cada escolar.
Además, éstos jugaban en la
playa de forma espontánea y a veces en juegos organizados por el personal, los
bañeros adscritos al sanatorio cuidaban del buen orden y armonía.
Después, se iniciaban las
clases divididas por sexos e impartidas por personal docente adecuado. Se
intentaba adaptar los conocimientos al nivel educativo de cada niño, formándose
grupos homogéneos. La enseñanza de la escritura, lectura y cálculos básicos era
el objetivo perseguido. Seguidamente, se pasaba a la comida aislando a los niños
y niñas, ya que en dicho hospital no eran partidarios de la coeducación. La
alimentación se componía a base de carne y todos los niños tomaban vino en las
comidas. Concluido el almuerzo se les permitía reposar y luego se volvía a la
playa hasta la hora de la merienda. Concluía el día de los niños, paseando y
jugando entre los pinares cercanos hasta la hora de la cena. Posteriormente, se
comunica a todos el momento del acto de silencio y los acogidos ocupaban sus
camas para el descanso.
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007 Pabellones del hoy Hôpital Marin de Hendaye, antiguo Sanatorio Marítimo de
Hendaya
La estancia normal era de tres
a cinco meses como mínimo y en la mayoría de ellos se disponía de enfermería,
cocinas, gimnasio ortopédico, salas de baños y desinfección y una estancia
dedicada específicamente para niños catalogados como infecciosos.
Habitualmente el personal de
los centros se componía de un médico director, más otros doctores ayudantes
residentes internos, enfermeras profesionales, personal subalterno y mujeres
jóvenes que desempeñaban sus trabajos de forma voluntaria. Los maestros acudían
durante un número de horas determinadas o en algunos casos residían en el
propio sanatorio marítimo.
Hoy
en día en el mismo lugar se encuentra el Hospital Marítimo de Hendaya (Hôpital
Marin de Hendaye), con todos sus bloques renovados y en la mitad de todos ellos
sigue la incripción de “1906”
y la “Infirmerie”.
CRUZADA DE MUJERES PORTUGUESAS
La
Cruzada de Mujeres Portuguesas (CMP), fue un movimiento de la beneficencia
femenina creada el 20 de marzo de 1916 por iniciativa de un grupo de mujeres
encabezado por Elzira Dantas Machado,
esposa de Bernardino Machado, el
entonces Presidente de la República Portuguesa, con la misión de prestar
asistencia moral, asistencia sanitaria y material a los necesitados que
intervinieron en la Primera Guerra Mundial y la consiguiente movilización de
los hombres para el ejército.
El
12 de junio de 1919 fueron galardonadas con la Gran Cruz de la Orden Militar de
la Torre y la Espada, Valor, Lealtad y Mérito.
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008 Cruzada de Mujeres Portuguesas
Ana de Castro Osório, decía que fue una
organización que “tuvo la gran ventaja de mostrar a los hombres cuanto podían y
cuanto valían moral e intelectualmente, las mujeres de nuestro país”.
Insiste
en poner de manifiesto los valores intrínsecos de las portuguesas y su
inequívoca vocación patriótica, ya que “Las mujeres de nuestra tierra
correspondiendo, como han correspondido, en todas las clases y en todas las
familias, a la llamada que se les hizo en nombre de la patria, amenazada y
ofendida por aquellos que se juzgan los más fuertes, muestran de qué forma han
sido injustamente comprendidas e injustamente tratadas por los hombres,
responsables de haber creado una humillante situación dentro de su propio país…”.
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009 Boletín de la Cruzada de Mujeres Portuguesas
Los
trabajos que llevaría la Cruzada de Mujeres Portuguesas, se organizaron
internamente en siete comisiones:
Comisión
Administrativa, presidida por Luisa Braamcamp Freire; Propaganda y organización
del trabajo femenino: Adelaide Fernandes Costa; Asistencia a las mujeres y
madres de los movilizados: Joana Queiroga de Almeida; Comisión Hospitalaria: Alzira Costa; Comisión de Enfermería y creación de cursos de enfermeras laicas
profesionales: María Isabel Guerra Junqueiro Mesquita de Carvalho; Comisión
de Asistencia a los militares movilizados: Rita Norton de Martos; Comisión de
asistencia infantil: Alice Braga Martins; Comisión receptora de donativos:
María Barreto.
HOSPITAL PORTUGUÉS DE HENDAYA
Este
hospital se pudo preparar y organizar gracias a la obra y al personal de la
Cruzada de las Mujeres Portuguesas (CMP).
El
Hospital Portugués de Hendaya, situado en Hendaya plage, en el sur de Francia, fue creado para dar apoyo a los
soldados portugueses en Francia en la Primera Guerra Mundial. Fue instalado en
el Casino de la Ciudad construido junto al mar. Éste edificio fue cedido por la
Sociedad Empresaria del mismo Casino
por interferencia del arquitecto Henry
Martinet, gran amigo del Presidente de la República de Portugal, Dr.
Bernardino Machado.
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010 Enfermeras y mujeres de la Cruzada de Mujeres Portuguesas
El
Hospital Portugués de Hendaya era una formación sanitaria autónoma, organizada,
mantenida y dirigida técnica y administrativamente por la Comisión de
Hospitalización de la Cruzada de las Mujeres Portuguesas. Dependía del
Ministerio de la Guerra y del Mando del Cuerpo Expedicionario Portugués. Como
organismo le fue entregado la Cruz Roja Portuguesa (3).
El
Hospital Portugués de Hendaya dependía del Instituto Policlínico, y se
destinaba a recibir y tratar oficiales, soldados, heridos y enfermos del Cuerpo
Expedicionario Portugués. Era dirigido por la Señora Delegada del Cuerpo
Expedicionario Portugués, y coadyuvada por un Oficial Militar como Comisario.
La
dirección del Hospital estaba a cargo de un Oficial Médico o de un Médico
Civil, con condiciones de graduación (o similar militar) a un Oficial Superior,
el cual proponía el personal de asistencia clínica. Estaba compuesto por 7 médicos,
15 Enfermeras profesionales y personal de asistencia clínica escogido, siempre
que fuese posible, en el personal del Policlínico, siendo después propuesta la
Comisión de Hospitalización de la Cruzada de las Mujeres Portuguesas (3).
El
Hospital Militar Portugués de Hendaya tenía a su servicio 12 Enfermeras
equiparadas a Teniente o Alférez.
La 1ª Orden de Servicio de este Hospital data
del 18 de abril de 1918 y en él se hace referencia a que esta formación
sanitaria está “destinada al tratamiento
de Oficiales y clases de tropa de enfermos recuperables del Cuerpo
Expedicionario Portugués”, con todo las primeras (3) Enfermeras (orden de
servicio nº 5 de 26 de abril de 1918) sólo entran a su Servicio el 26 de abril
de 1918, hasta ahí el servicio de Enfermería fue asegurado por un 2º Sargento Enfermero.
Fuente:
AHM CEP – 1 División. 35º Sesión. Caja 94.
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011 Hospital Militar Portugués
Entre
los cuidados que eran prestados a los militares destacamos la determinación
relativa a los baños de mar (Orden nº 48 de 8 de junio de 1918 del Director del
Hospital).
1º:
Las clases de tropa que quisieran tomar baño de mar sólo podrían hacerlo
después de previa inspección médica y vestidos con el bañador apropiado.
2º:
El baño será a las 6.30 horas para todas las clases de tropa y no durará más de
15 minutos.
3º:
Es necesario que las clases de tropa no se bañen sudadas, ni seguir en el mar
después de sentir escalofríos.
4º:
Las clases de tropa serán acompañadas durante el baño por un Sargento que
recomendará el cumplimiento de estas recomendaciones.
5:
Las clases de tropa que tomasen regularmente estos baños serán dispensadas de
los baños de tina (bañera) bisemanales.
Fuente:
AHM CEP, 1ª Divisón. 35 Sesión. Caja 94
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012 Hoy el Hospital Militar Portugués
Al
fin de la Gran Guerra, el 30 de marzo de 1920, y en secuencia del Congreso de la Paix en París, y por
determinación del Dr. Alfonso Costa, perteneció Portugal a la Sociedad “Casion
& Sports” de Hendaya como consecuencia del uso y adaptación del Casino a
Hospital Militar Portugués.
Hay
que recordar que el Casino había sido ofrecido gratuitamente a la Comisión de
Hospitalización de la Cruzada de las Mujeres Portuguesas y que en él había
funcionado un “Hospital de Beneficencia”, para tratar a los Soldados franceses
venidos del frente y que había cerrado por orden del Gobierno francés como
consecuencia de su proximidad a la frontera.
Fuente
AHM. División1-35-1270-5
Reglamento del Hospital Militar de Hendaya
Artículo
1º: El Hospital Militar de Hendaya, auxiliar nº 1 del Policlínico de Lisboa, es
una formación autónoma organizada y mantenida por la Comisión de
Hospitalización de la Cruzada de las Mujeres Portuguesas, destinado a recibir y
tratar a los Oficiales y Soldados heridos y enfermos del Cuerpo Expedicionario
cuando sean recuperables.
A
través del análisis del reglamento del Hospital Militar Portugués de Hendaya
(decreto 2:493 del Ministerio de la Guerra)
Y de
otros documentos que reportan el reclutamiento y las actividades de los
enfermeros que irán a prestar los cuidados de Enfermería existentes en dicho
Hospital militar.
Foto 013 Ministerio de la Guerra. Reglamento
del Hospital Portugués de Hendaia
La Cruzada
de las Mujeres Portuguesas (CMP) y de acuerdo con sus estatutos (decreto 2:493
del Ministerio de la Guerra) refiere:
En
el artículo 22 que: “Compete a la Comisión de hospitalización proveer en todo
momento del material, personal y cuidados que precisen, respecto a la hospitalización
de todos los heridos y convalecientes de Guerra.
Y el
artículo 23 refiere que “Compete a la Comisión de Enfermería crear cursos de
Enfermeras, para prepararlas adecuadamente y principalmente para levantar el
nivel moral de los profesionales”.
ARTÍCULO
DE PERIÓDICO
Ministerio
de la Guerra
2ª
Dirección General
5ª
Repartición
Decreto
1:141
Manda
el Gobierno de la República Portuguesa por el Ministerio de la Guerra aprobar y
publicar el reglamento del Hospital Militar de Hendaya.
“Pasos”
del Gobierno de la República, 18 de noviembre de 1917. El Ministro de la Guerra,
Jose Mendes Ribeiro Norton de Matos.
CONCLUSIONES:
Muchos
niños pobres, sin recursos, procedentes de las escuelas públicas parisinas, se
curaron de sus enfermedades gracias a las instituciones benéficas públicas
francesas que les acogieron en los Sanatorios Marítimos.
La
alimentación, la higiene y las buenas condiciones que se encontraban en estos
establecimientos, hicieron que se pudieran controlar enfermedades casi mortales
como la tuberculosis y la anemia, tan padecidas por estos niños sin recursos.
Demostraron
que un tratamiento inferior a los seis meses de estancia no era efectivo, pero
que con uno superior se llegaba a la total curación. En 100 niños y niñas de
entre tres y quince años, se identificaron: el 6% de agudos de convalecencia; 23% de anemia; 5%
de la escoliosis también anémico; 21% de retraso
en el crecimiento; 40% de tuberculosis
escrofulosos y glandular
o pulmonar; que sólo el 4%
y el 5% de los niños “no tenían nada en
absoluto”, ninguna enfermedad, pero se podían beneficiar de la asistencia
sanitaria gratuita por ser pobres o no tener las necesidades básicas cubiertas.
Las
Enfermeras-Institutrices realizaron una gran labor con sus cuidados de
enfermería, en beneficio de los niños más necesitados.
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014 Soldados y Enfermeras del Hospital Militar Portugués
Durante
la Primera Guerra Mundial la Cruzada de las Mujeres Portuguesas (CMP) y las
Enfermeras de esta formación sanitaria, a pesar de haber funcionado durante un
periodo de tiempo muy corto, fueron de una gran valía gestionando todo un
Hospital de Recuperación/Convalecencia de apoyo a los militares heridos y
enfermos portugueses.
En esta
organización destacan dos Comisiones, una de Hospitalización y otra de Formación
de Enfermería.
Estas
Enfermeras realizaron un trabajo agotador, muchísimas veces muy peligroso,
trabajando mucho y descansando poco. Muchas de estas enfermeras, unas
profesionales y otras voluntarias, se enfrentaron directamente con el horror de
los combates, carnicerías y deshechos humanos, llegando a pagar algunas de
ellas un precio muy alto, su propia vida.
FOTO
015 Hoy el Hospital Militar Portugués
AGRADECIMIENTO ESPECIAL A LOS ENFERMEROS/AS:
Fernando Pérez Camacho. Capitán Enfermero Retirado
Jorge Eurico Gonçalves de Sousa
Ferreira. Departamento
de Enfermagem da Criança e do Jovem. Curso de Especialização em Enfermagem de
Reabilitação Doutoramento em Enfermagem. Escola Superior de Enfermagem de
Lisboa (ESEL).
Maria Alice dos Santos Curado. Enfermagem de Saúde Infantil e
Pediátrica. Bacharelato em Enfermagem. Curso de Estudos Superiores
Especializados em Enfermagem de Saúde Infantil e Pediátrica. Mestrado em
Desenvolvimento da Criança - Variante de Desenvolvimento Motor. Licenciatura em
Estatística e Gestão de Informação. Escola Superior de Enfermagem de Lisboa
(ESEL).
FOTOGRAFÍAS
Fotos: Cruzada de Mujeres
Portuguesas.
Fotos: Archivo personal Manuel Solórzano. Fotos
realizadas el 13 de abril de 2014
Fotos:
Compradas tarjetas postales. Cartes Postales Mercado del anticuario Bayona
BIBLIOGRAFÍA
1.-
España Médica. Año II, Madrid, 20 de noviembre de 1912, número 66. Biblioteca
Nacional de España.
2.-
Juan Félix Rodríguez Pérez. El Futuro del Pasado nº 4, 2013, pp. 175 – 190
(ISSN: 1989-9289)
3.- La
Enfermería en el Hospital Militar de Hendaya. 1º Simposio Nacional de Historia
de Enfermería. Investigación en la Historia de la Enfermería. Lisboa 29, 30 y 31 de mayo de 2013. Autores Originales: Jorge Eurico Ferreira e Maria Alice Curado
4.- Historia
AUTORES:
Raúl Expósito González
Enfermero
del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. SESCAM
Experto
en Barberos, Ministrantes y Sangradores
Jesús Rubio Pilarte
Enfermero
y sociólogo. Profesor de la E.
U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
Miembro no numerario de La RSBAP
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero.
Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Colegiado
1.372. Ilustre Colegio de Enfermería de Gipuzkoa
Miembro
de Enfermería Avanza
Miembro
de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro
de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro
de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro
no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)
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