lunes, 28 de abril de 2025

Protobarberato 1500

 

A decir de algunos estudiosos e investigadores de la profesión enfermera, “la figura del barbero como predecesor del profesional de la Enfermería ha sido muy importante. Sin embargo, no se le ha tenido la consideración que merece en el estudio de la Historia de la Enfermería”. (Ventosa, 2000)

 

Los barberos eran unos profesionales que ejercían una actividad curadora, pero que estaban fuera de la regulación del Tribunal del Protomedicato. Su función, además de las propias de la barbería, eran la de realizar sangrías, sanguijuelas, sajaban, ponían ventosas, curaban heridas, sacaban muelas, etcétera.

 

Foto 1 Tribunal del Protobarberato con los examinadores Barberos Mayores, al fondo el escudo de los Reyes Católicos, 1500 (IA)

 

“El Barbero es otra de las numerosas denominaciones claves dentro del contexto de las profesiones sanitarias. Ya en 1500 funcionaba el “Protobarberato” como institución independiente del “Protomedicato”. (Siles, 1996)

 

En el año 1500 se legisló por Pragmática Sanción de los Reyes Católicos dictada en Segovia el 9 de abril de 1500, otro órgano examinador, el “Protobarberato”, entidad independiente del Protomedicato, estableciendo los exámenes a barberos, y la pena “de los que sin requisito pusieran tienda para sangrar, y hacer las demás operaciones que se expresan”.

 

De la Pragmática extraemos este párrafo como significativo del intento regulador de los Reyes: “Mandamos, que los Barberos y Exâminadores Mayores de aquí en adelante no consientan ni den lugar qué ningún barbero, ni otra persona alguna pueda poner tienda para sajar ni sangrar, ni echar sangüijuelas ni ventosas, ni sacar dientes ni muelas, sin ser examinado primeramente por los dichos nuestros Barberos Mayores personalmente, so pena de cualquiera que usare las cosas suso dichas, ó de cualquiera dellas sin ser examinado, como dicho es, sea inhábil perpetuamente para usar dicho oficio y mas pague dos mil maravedís de pena para nuestra Cámara, y mil maravedís para los dichos nuestros Barberos Mayores; y del mismo hecho haya perdido y pierda la tienda que así tuviere puesta; pero que cualquiera que quisiese afeytar de navaja ó tixera, sin ser axâminado y sin su licencia; pero mandamos, que no pueda usar ni use del Arte de la Flobotomía, ni sangrar ni sajar, ni sacar diente ni muela sin ser axâminado, como dicho es, so la dicha pena…”.

 

Foto 2 Título de Barbero Flebotomiano Sangrador 1591 de Juan de Castro. Es un documento que informa sobre las actividades propias de este oficio socio sanitario durante la Edad Moderna. Juan de Castro fue un vecino de Allariz que en 1591 consiguió en Madrid la licencia que lo capacitaba para ejercer el oficio de “barbero sangrador”. Por ello, se le expidió este vistoso título orlado de rojo sangre a través del cual es posible conocer el tipo de técnicas que practicaban estos oficiales. Algunas podrían abarcar desde la extracción de muelas o de sangre con fines terapéuticos, hasta la realización de un simple afeitado. Allariz se ha conformado desde la edad Media como una importante villa y en 1591 contaba ya con unas 943 familias y con habitantes que se dedicaban a las actividades más variadas. Archivo Histórico Provincial de Ourense

 

Sin embargo, existía ya constancia documental de su existencia cuando se redactaron “Las Partidas de Alfonso X el Sabio, entre los años 1256 y 1265 con el nombre de “Alfajeme”. (Sánchez, Ortega, Elbal, 1996)

 

Un siglo después, en el año 1310, aparece una Cofradía de Barberos y Cirujanos en la Comunidad Valenciana, recogiendo sus estatutos que el examen para la obtención de la capacitación para ejercer, consistiría en un ejercicio teórico y otro práctico. (García, García, Valle, 1994)

 

En Barcelona en el año 1408 existía otra Cofradía de Cirujanos y Barberos, la cual fue elevada a la categoría de Colegio en el año 1485 por el Rey Alfonso V de Trastámara, llamado el Magnánimo. (Rodríguez-Sala, 2009)

 

Foto 3 Título oficial de Sangrador expedido en 1795

 

El importante papel jugado por los barberos como unos profesionales más en el complejo entramado de oficios que intervienen en la salud de los ciudadanos, está recogido en distintas citas publicadas por autores de reconocido prestigio en el campo de la investigación sobre los orígenes de la enfermería.

 

Se recogen a continuación algunas de ellas: “Por otro lado, y algo posterior en el tiempo, cobra entidad propia el “Cuerpo de Barberos – Sangradores, rama desgajada de los cirujanos menores; y que se dedican más concretamente a determinadas actividades técnicas como sangrías, curas, extracciones de piezas dentariasSuelen ser seglares que recorren las distintas ciudades ofreciendo sus servicios”. (Delgado, 1995)

 

A decir de algunos autores, los Barberos Sangradores y los Sangradores Flebotomianos, fueron quizá los profesionales más característicos de la práctica empírica de la medicina en la España Moderna. Su ejercicio estuvo asociado a la vigencia de la técnica delegada de la medicina, la sangría, que diera lugar a sesudos enfrentamientos entre defensores y detractores de sus indicaciones y eficacia terapéutica. (Amezcua, 2004)

 

Foto 4 Prematica por la que se da la orden en el examen de los Cirujanos Romancistas. En Valladolid, por Luys Sanchez. Vendese en casa de Francisco de Robles, Librero del Rey nuestro Señor. Año 1604

 

Sin embargo, con la aparición de la Congregación de Cirujanos y Sangradores y su incorporación a la Hermandad de San Cosme y San Damián, estos se fueron haciendo fuertes frente a los Barberos, interponiendo continuas demandas por intrusismo ante el Consejo de Estado que les fueron quitando competencias a los Barberos y dándoselas a los Sangradores.

 

Los Barberos llegaron a tener una Sociedad de Socorros Mutuos de peluqueros y barberos residentes en Madrid en el año 1876 y que fue revisada y actualizada en el año 1879.

 

Por último y a modo de síntesis, traigo aquí algunas citas que de alguna manera centran también y ayudan a comprender el papel jugado por este oficio y por las instituciones que lo regulaban: “El Protobarberato acabó integrándose en el Protomedicato” (Expósito, 2009), “sólo tuvo implantación en Castilla” (Siles, 1996), y, por último, que “desapareció en el año 1780, mediante Real Cédula de Carlos III de 13 de abril”. (Ventosa, 1984) (1).

 

Protobarberato”, según el Diccionario de la lengua española de la RAE, se refiere a un antiguo tribunal o cuerpo encargado de examinar y habilitar a los barberos-sangradores-cirujanos, es decir, aquellos que ejercían tanto la barbería como la cirugía básica en la época medieval y renacentista. La función del Protobarberato era asegurar que estos profesionales tuvieran la competencia necesaria para ejercer su oficio. (creada por IA).

 

En 1500 y por iniciativa de los Reyes Católicos se creó el “Protobarberato” para examinar a los barberos y sangradores, tribunal destinado para tal efecto e independiente del “Protomedicato” (Ventosa, 1984), cuyo oficio y funciones quedaron plasmados en la Pragmática de los Reyes Católicos del 9 de abril de 1500. (2)

 

Mandamos que los Barberos, i [sic] Mayores de aquí en adelante no consientan, ni dèn [sic] lugar que ningún [sic] barbero, ni otra persona alguna pueda poner tienda ni saxar [sic], ni sangrar, ni echar sanguijuelas, ni ventosas, ni sacar dientes, ni muelas, sin ser examinado [sic] primeramente por los dichos nuestros Barberos Mayores, (Leyes de recopilación, 1775, página 549). (2)

 

Los barberos y sangradores realizaban las siguientes funciones dentro de su oficio: realizaban sangrías, ponían sanguijuelas, ventosas y sacaban muelas, trataban heridas, entre otros cometidos.

 

Si en Castilla los barberos eran examinados por el “Protobarberato”, en el Reino de Valencia eran función del Colegio de Cirujanos ya que este oficio era “anexo al de Cirujano y Sangrador (Muñoz, 1751, página 110). Sin embargo, el Decreto de Nueva Planta de Felipe V, acabó con todos los fueros del Reino de Valencia, quedando el Colegio de Cirujanos subordinado al protomedicato castellano, lo que le llevó a entablar litigios una y otra vez para reivindicar los privilegios concedidos por los anteriores reyes (Campo Díez, 1999). (2)

 

Con el transcurso del tiempo el Protomedicato se anexionó el Protobarberato (Muñoz Garrido, 1967) hasta su completa desaparición mediante Real Cédula de Carlos III de 13 de abril de 1780 (Novísima recopilación, 1805).

 

Posteriormente, la cirugía tomó gran esplendor a partir de la creación de los Reales Colegios en 1748 (Ventosa, 2000). Hasta la aparición de los Colegios Profesionales de Enfermería (2).

 

Foto 5 Doctrina moderna, para los sangradores, en la qual se trata de la flebotomía, y arteriotomía. De la aplicación de las Ventosas, de las Sanguijuelas, y de las enfermedades de la Dentadura, que obligan á sacar Dientes, Colmillos ó Muelas, con el Arte de sacarlas. Compuesto por D. Ricardo Le-Preux, primer Cirujano, y Sangrador que fue del Rey D. Luis I, Alcalde y Exâminador Mayor del Real Proto-Barberato. Con Licencia en Salamanca. Año 1721

 

Título de Barbero Sangrador Flebotomiano 1699

 

El presente documento es un título legal de barbero sangrador que presenta en la villa de Cáceres el vecino de Arroyo del Puerco Miguel García Trejo en 1699, después de haber superado las distintas pruebas que le facultaban para el ejercicio de su oficio en cualquier territorio de la Corona. El ejercicio de barberos y sangradores era controlado por el Protomedicato, institución que regulaba las funciones de médicos y cirujanos, pero cuyas competencias se extendían a otros oficios como ensalmadores, boticarios, especieros o herbolarios (3).

 

Foto 6 Título de Barbero Sangrador Flebotomiano 1699

 

Los sangradores flebotomianos eran examinados por el Protobarberato, que era la institución que vigilaba para que sólo ejercieran aquellos profesionales que eran examinados por los barberos mayores. Se refería a aquellos barberos que pusieran tienda para sajar, a quienes se autorizaba para sacar dientes y muelas, sangrar y poner ventosas y sanguijuelas, mientras que no se entrometían en el oficio de los que sólo ponían tienda de afeitar y cortar el pelo.

 

Para ser recibido a examen era preciso haber practicado el arte de sangrador flebotomiano durante al menos cuatro años bajo la tutoría de un maestro examinado, circunstancia que había de acreditar la justicia local. El examen constaba de una parte teórica y una práctica. En la primera el aspirante debía exponer sus conocimientos sobre la anatomía vascular y los procedimientos más rutinarios del arte: del conocimiento de las venas, cuáles y cuántas son y en qué lugares se reparten, y de los nombres de ellas y del modo de sangrar, sajar, echar ventosas, sanguijuelas, sacar dientes y muelas, mientras qué, en la segunda, realizada en un hospital, debía demostrar su habilidad práctica en las técnicas de las que había sido examinado.

 

Los derechos de examen se fijaban en media “annata”, que era el equivalente a la mitad del salario que podía producir el empleo en un año. Otra de sus obligaciones era la asistencia gratuita a los pobres de solemnidad que no podían pagar los honorarios de un sangrador (3).

 

Foto 7 Utensilios que utilizaban los barberos dentistas

 

Historia de la odontología en España

En España, en la Edad Media se constituyó el gremio de los barberos dentistas y tras su regulación por ley durante la época de los Reyes Católicos, se fundó el Protobarberato que otorgaba licencias y regulaba el oficio. Será en el siglo XIX con la creación de las primeras facultades de odontología cuando esta disciplina avance hacia la que conocemos hoy en día (4).

 

Rebuscando en la Historia

En tiempos en los que no existía la sanidad pública -el mero concepto resultaba impensable-, los médicos eran prácticamente un lujo sólo al alcance de unos pocos, dado que habían estudiado una carrera para vivir de ella y, consecuentemente, el pago de sus emolumentos únicamente podían efectuarlo las clases acomodadas. Por eso se hizo necesaria la aparición de otras figuras complementarias que pudieran atender a los menos privilegiados y así fue cómo en el Medievo se generalizó la figura del barbero sangrador.

 

Foto 8 Barbero – Sangrador realizando una sangría. Respirando una vena. Esta es la cuarta de cinco estampas relacionadas, basadas en bocetos del reverendo John Sneyd, amigo y caricaturista aficionado de James Gillray. 28 de enero de 1804

 

Su nombre alude a que supervisaba la labor del barbero normal pero se trataba de un oficio situado a medio camino entre los profesionales de la medicina titulados -los citados médicos y cirujanos, conocidos como latinos por su formación universitaria (había un tipo de cirujano denominado romancista que no pasaba por la universidad sino que obtenía su licencia acreditando cinco años de experiencia pero no podía recetar)- y los curanderos, sanadores y ensalmadores (curadores de llagas), que normalmente eran charlatanes que causaban más mal que bien. Es decir, el de los barberos sangradores consistía en un colectivo integrado por personas con una preparación menor, pero capaces de solventar problemas sanitarios no complejos.

 

Así, lo mismo sacaban muelas que se ocupaba de lesiones menores (como luxaciones o fracturas) o practicaban la flebotomía, las famosas sangrías, bien sajando, bien aplicando sanguijuelas, ya que se consideraba que eliminar un exceso de sangre devolvía el equilibrio a los cuatro humores del organismo (sangre, cólera, melancolía y flema). De hecho, en determinados casos -pocos-, las sanguijuelas podían ser útiles para liberar sangre acumulada y además su saliva es anestésica, anticoagulante y vasodilatadora. Los sangradores también solían extraer los fetos muertos e incluso intentar cesáreas post mortem.

 

La figura del sangrador aparece documentalmente por primera vez en el Fuero Juzgo, que era la traducción a lengua romance que, cuenta la tradición, Fernando III ordenó hacer del Liber Iudiciorum, el código legal visigodo (por ello conocido también como Lex gothica), en 1241. Pero ya antes existía una diferenciación, pues el Fuero Real de Castilla establecía en 1225 la distinción entre médicos y cirujanos, siendo llamados los primeros físicos y los segundos maestros de llagas.

 

Posteriormente, Alfonso X añadió en las Siete Partidas las condiciones para la actividad de los barberos o alfagemes. En el siglo XIII, en la Corona de Aragón se amplió el espectro, habiendo médicos cirujanos y no cirujanos, a los que se sumaban los llamados cirurgians de roba corta, que eran los barberos y sangradores, capacitados para sacar muelas, poner ventosas, hacer sangrías y otras tareas menores. Bajo la advocación de San Cosme y San Damián, los barberos y cirujanos formaron una Cofradía en el siglo XIII que permitió regular la actividad y exigir unos conocimientos para poder ejercer, según la decisión que al respecto tomasen dos miembros de la hermandad.

 

Está escrito que en el siglo XIV se fundan las primeras Cofradías de Barberos y Cirujanos bajo la advocación de los Santos Patronos San Cosme y San Damián. Estas cofradías eran instituciones de carácter religioso - benéfico aunque en sus estatutos se dictaron normas sobre el ejercicio profesional, ya que para poder ejercer de cirujanos-barberos debían de ser examinados por dos cirujanos de la cofradía.

 

La formación de los barberos sangradores

El aspirante a barbero sangrador debía firmar una carta de asiento, un contrato que le obligaba a someterse a un aprendizaje de cuatro años en el que los gastos corrían a cargo de su familia a cambio de alojarse en casa de un barbero y recibir sus enseñanzas. Al acabar ese período, el maestro regalaba al aprendiz el instrumental que necesitaría. Eso sí, para ejercer era necesario acreditar limpieza de sangre -no precisamente la hemoglobínica- y prácticas certificadas. Luego ya sólo era cuestión de instalarse o enrolarse en alguna expedición militar. En el primer caso, lo normal era abrir una barbería en el bajo de su propia casa.

 

Foto 9 Instrumental de cirujano sangrador del siglo XIX. Foto cedida por Manuel Amezcua, Fundación Index

 

Probablemente habría más de un fraude, pero el impostor se exponía a duras sanciones por ejercer sin derecho: “…qualquiera que usare de las cosas susodichas, ò de qualquier dellas, sin ser exâminado como dicho es, sea inhabil perpetuamente para usar del dicho ocio, i mas pague dos mil maravedís de pena para la nuestra Camara, i mil maravedís para los dichos nuestros Barberos Mayores; i por el mismo hecho aya perdido, i pierda la tienda, que assi tuviere puesta…”

 

En tiempos de Felipe II se determinaron aún más las competencias, excluyendo del oficio a parteras, especieros, ensalmadores, drogueros, etc. Con el paso del tiempo, las funciones del barbero sangrador fueron siendo asumidas por los cirujanos, al igual que pasó con otras especialidades como las mencionadas u otras tipo bizmadote, algebrista (reparador de huesos) o batidor de cataratas (oculista).

 

No obstante, la figura del barbero sangrador no desapareció y en los archivos se encuentran expedientes de exámenes, gracias a los que se puede ver que la matrícula costaba la mitad del salario de un año. Constaban de dos pruebas: una teórica en la que el aspirante debía exponer sus conocimientos de anatomía vascular y metodología, más una segunda en un hospital consistente en demostrar su habilidad en casos prácticos de cada especialidad. Por supuesto, no se presentaba sin más, pues contaba con toda una bibliografía para aprender.

 

Y es que, a pesar de que era un trabajo menor, había libros específicos como la Instrucción de los barberos flebotomianos (Alonso Muñoz, 1621), Directorio de enfermeros (Simón López, 1652) o los tratados de flebotomía y otras técnicas que diversos autores fueron publicando a lo largo de los siglos (Juan de la Cueva, Francisco de Molina, Juan Lorenzo Carnicer, Juan Bautista Xamarro, Miguel Martínez de Leyva, Alonso Muñoz, Diego Pérez de Bustos, etc.).

 

Foto 10 Una Clínica del Siglo XV, según una miniatura del tiempo

 

Si aprobaba, su título era válido en todos los reinos y señoríos de la corona, previo juramento de que no cobraría a los pobres y con la curiosa tradición de tener que dejar su bacía como muestra de su cambio de condición.

 

Si trabajaba en un hospital quedaba supeditado en autoridad al cirujano, aunque a veces las funciones de uno y otro resultaran similares. Claro que no era infrecuente que un barbero sangrador quisiera titularse luego como cirujano, profesión mucho más apreciada socialmente y mejor retribuida.

 

Al igual que los demás gremios de la Edad Media, el barbero sangrador atendía a sus clientes en el bajo de su propia casa, mientras que en la primera planta vivía con su familia, y en algunos casos con los aprendices de esta singular profesión que abarcaba actividades de lo más variopintas.

 

Los clientes de estos profesionales de la salud eran en su mayoría campesinos y artesanos que no podían permitirse pagar un médico o un cirujano. Sin embargo, los nobles también contrataban sus servicios por recomendación de sus médicos de cámara.

 

Foto 11 Barbero – Sangrador realizando una sangría. Respirando una vena. Esta es la cuarta de cinco estampas relacionadas, basadas en bocetos del reverendo John Sneyd, amigo y caricaturista aficionado de James Gillray. 28 de enero de 1804. Foto creada por IA

 

Denominación del nombre a través de los años

Enfermero Real; Enfermero Mayor; Maestro de Llagas (Fuero Real Alfonso X); Flebotomiano. Arte de Flebotomía 1450; Barbero Sangrador. Protobarberato 1500 – 1780; Enfermera de Damas (Felipe II); Enfermera palaciega; Cirujano Latino médico (con formación 1804); Cirujano Romancista o de faldón corto; Cirujano Sangrador; Barbero = Alfajeme (judío); Prácticos en el arte de curar; Ministrantes; Cirujano callista; Herbolarios; Algebrista; Bizmadores; Batidores de cataratas; Hernistas; Sacadores de piedras; Sacamuelas; Parteras; Matronas

 

Ley Moyano 1857

Practicante 1857; Matrona; Practicante Topiquero 1908; Practicante Dentista; Practicante de Farmacia; Enfermera 1915 (Título oficial); Ayudante Técnico Sanitario A.T.S. 1953; Diplomado Universitario de Enfermería 1977; Graduado en Enfermería 2008; Doctor en Enfermería.

 

Foto 12 Barbero-cirujano extrayendo sangre del brazo de una mujer y el médico examinando un frasco de orina. Obra de Balthasar van den Bossche, 1700

 

Pragmática de Felipe II. Diferentes denominaciones según la técnica que realizaban:

 

Sangradores: Sangraban en la bacía

Algebristas: Componían fracturas y luxaciones

Sacadores de Piedra: Operadores de cálculos en la vejiga de la orina “mal de la piedra”

Hernistas: Operadores de hernias

Batidores de cataratas: Operadores de los ojos afectados por cataratas

Barberos flebotomianos: Realizaban la sangría o flebotomía, además de extraer dientes y muelas, etc.

Matronas o Comadres o Madrinas: Mujeres expertas en el arte de atender a la parturienta

Cirujano Romancista: Realizaban cirugías menores

Cuidadores de enfermos: Vinculados a las Órdenes Religiosas. San Juan de Dios; Bernardino Obregón; Hijas de la Caridad, Siervas de María Ministras de los enfermos a domicilio, etcétera.

 

Foto 13 Barbero Sangrador curando una herida en la pierna derecha. Un antiguo aforismo griego reza “Donde hay amor por la enfermería hay amor por la humanidad”

 

Bibliografía

01.- 100 años de Historia del Colegio Profesional de Enfermeras y Enfermeros de Salamanca. (Carlos C. Álvarez Nebreda, 2017)

 

02.-La Organización Colegial de la Enfermería Española: Desde los inicios de la Actividad Colegial hasta la Colegiación única. (Raúl Expósito González, páginas 56 y 57, 2023)

 

03.- Título de Barbero Sangrador Flebotomiano 1699. Archivo Histórico Municipal. Concejalía de Cultura. Excelentísimo Ayuntamiento de Cáceres. Marzo 2017

 

04.- Historia de la odontología en España. Mª Ángeles Rodríguez Campo.

https://www.adeslasdental.es/historia-odontologia/

 

Foto 14 Prematica, en que se da la Orden que fe ha de tener en el examen de los Médicos y Cirujanos, y en el Protomedicato, y demás cofas que en ella fe declaran. Año 1617

 

Bibliografía consultada

 

Barberos Cirujanos. Raúl Expósito González; Jesús Rubio Pilarte y Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el día 12 de junio de 2009

http://enfeps.blogspot.com/2009/06/barberos-cirujanos.html

 

Ambrosio Paré, un aprendiz de barbero. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día 20 de junio de 2010

http://enfeps.blogspot.com/2010/06/ambrosio-pare-un-aprendiz-de-barbero.html

 

Barberos y cirujanos en las provincias de Gipuzkoa, Navarra y Almería. Raúl Expósito González; Jesús Rubio Pilarte y Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día 13 de noviembre de 2011

http://enfeps.blogspot.com/2011/11/barberos-y-cirujanos.html

 

Barberos y Otros Oficios. Raúl Expósito González; Jesús Rubio Pilarte y Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día 20 de noviembre de 2011

http://enfeps.blogspot.com/2011/11/barberos-y-otros-oficios.html

 

Barberos. Cofradías de San Cosme y San Damián. Raúl Expósito González; Jesús Rubio Pilarte y Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el lunes día 15 de julio de 2013

http://enfeps.blogspot.com.es/2013/07/barberos-cofradias-de-san-cosme-y-san.html

 

El Barbero en “La Busca” de Pío Baroja. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el sábado día 10 de agosto de 2013

http://enfeps.blogspot.com.es/2013/08/el-barbero-en-la-busca-de-pio-baroja.html

 

Historia de los Barberos, Cirujanos y Practicantes de la Armada. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el lunes día 2 de junio de 2014

http://enfeps.blogspot.com.es/2014/06/historia-de-los-barberos-cirujanos-y.html

 

Barbero, Cirujano, Dentista, Sangrador en Gipuzkoa. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el lunes día 9 de febrero de 2015

http://enfeps.blogspot.com.es/2015/02/barbero-cirujano-dentista-sangrador-en.html

 

Ministrante, Sangrador Practicante, Médico y Cirujano en el siglo XIX en Gipuzkoa. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día 10 de enero de 2016

http://enfeps.blogspot.com.es/2016/01/ministrante-sangrador-practicante.html

 

Manual Instructivo para “El Barbero de Pueblo” 1877. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el lunes 18 de enero de 2016

http://enfeps.blogspot.com.es/2016/01/manual-instructivo-para-el-barbero-de_18.html

 

Las páginas de nuestra Historia de la Enfermería en Toledo. Aprendiendo a Cuidar: De la Doctrina de Sangradores a la excelencia en el cuidado. In Memoriam de Koldobika Santisteban Cimarro, enfermero. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día 7 de febrero de 2016

http://enfeps.blogspot.com.es/2016/02/las-paginas-de-nuestra-historia-de-la.html

 

Cirujanos y Barberos en la Primera vuelta al Mundo 1519 – 1522. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el sábado día 13 de julio de 2019

https://enfeps.blogspot.com/2019/07/cirujanos-y-barberos-en-la-primera.html

 

Reglamento para los Médicos-Cirujanos y Sangradores de Cámara 1848. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día 12 de enero de 2020

https://enfeps.blogspot.com/2020/01/reglamento-para-los-medico-cirujanos-y.html

 

Foto 15 Desengaño del Abuso de la Sangria, y Purga. Año 1623

 

Enciclopedia Wikipedia

Manuel Solórzano Sánchez. Grado en Enfermería

https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez

Día 20 de octubre de 2022, jueves

Entziklopedia Wikipedia en Euskera

Manuel Solórzano Sánchez. Erizaintzako Gradua

https://eu.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez#Ibilbidea

Día 27 de octubre de 2022, jueves

 

Foto 16 Barbero – Sangrador realizando una sangría. Respirando una vena. Esta es la cuarta de cinco estampas relacionadas, basadas en bocetos del reverendo John Sneyd, amigo y caricaturista aficionado de James Gillray. 28 de enero de 1804

 

La Voz de Enfermería en la Enciclopedia Auñamendi

Primera parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190

Segunda parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190/132780

 

El legado del enfermero Manuel Solórzano. Antton Iparraguirre. Artículo del Diario Vasco de San Sebastián. Lunes, 7 de agosto de 2023

https://www.diariovasco.com/gipuzkoa/historia/legado-enfermero-manuel-solorzano-enfermeria-gipuzkoa-donostia-blog-manuel-solorzano-20230807210304-nt.html

 

Manuel Solórzano Su Legado Enfermero. Publicado el lunes día 4 de septiembre de 2023

https://enfeps.blogspot.com/2023/09/manuel-solorzano-su-legado-enfermero.html

 

Noticias de Gipuzkoa domingo 14 de abril de 2024. Mí décimo tercer libro.

Una Gota de Leche para los niños donostiarras

https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2024/04/14/gota-leche-ninos-donostiarras-8108257.html

 

Manuel Solórzano: curioso y defensor de su profesión

https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2024/04/14/manuel-solorzano-curioso-defensor-profesion-8108387.html

 

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Premio a la Difusión y Comunicación Enfermera del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa 2010

Director y Miembro del Blog de Historia de Enfermería “Enfermería Avanza”

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro Supernumerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Comisión de Historia de la Enfermería del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa / Gipuzkoako Erizaintza Elkargo Ofiziala

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa. Años 2019 y 2022

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020 y 31 de diciembre de 2022

Premio a la Visibilización de la ACEB. 15 de mayo de 2024. Deusto Bilbao

masolorzano@telefonica.net

 

 

 

 

 

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