Hoy
se inaugurará en Eibar el Dispensario Victoria Eugenia para tuberculosos
Una
importante obra social
Pequeña historia del esfuerzo realizado
por la villa para construir este magnífico sanatorio
Por fin hoy,
domingo 1 de junio de 1930, se inaugura el Albergue para tuberculosos, obra que
tanto enaltece al pueblo de Eibar. Aunque no sabemos concretamente el programa,
podemos adelantar que los invitados serán recibidos en el Ayuntamiento, de
donde, en ordenada comitiva y precedidos por la Banda municipal, se dirigirán al
Dispensario.
FOTO 1 EIBAR.
Enfermería Victoria Eugenia, hermoso edificio que se inaugura hoy, domingo, con
asistencia de las autoridades. Foto Ojanguren
Bendecirá el
edificio el cura párroco de Eibar, don Eugenio Urroz, y harán uso de la palabra
el reputado médico de San Sebastián don Emiliano Eizaguirre, don Ciríaco
Aguirre, médico titular de esta villa y director del Pabellón, y el alcalde,
señor Zubiate.
Han prometido su
asistencia al acto distinguidas personalidades: doctor Cortezo, de Madrid; el
señor Freigero, representante de nuestro Ayuntamiento en la corte; el
gobernador civil de la provincia, señor Santaló; el presidente de la
Diputación, señor Añibarro y varios diputados: la señora de Luzunáriz, representando
a la reina; el doctor Bergareche, presidente del Colegio Médico de San
Sebastián, y otras distinguidas personas.
El general señor
Palanca, inspector provincial de Sanidad de Madrid, no asistirá al acto por
impedírselo sus muchas ocupaciones. El alcalde, señor Zubiate, ha recibido un
telegrama del ministro de la Gobernación delegando en él su representación.
Después de la
inauguración, en la sala del Ayuntamiento tendrá lugar un gran banquete, con
asistencia de las autoridades locales e invitados.
FOTO
2 Dispensario antituberculoso de Eibar. Libro del Colegio Oficial de Médicos de
Gipuzkoa “Cien años de Medicina en Gipuzkoa, 1899 – 1999”. José María Urkia
Etxabe. Foto página 195 (2). Fotógrafo Indalecio Ojanguren
Desde hace
tiempo, el Cuerpo médico, secundado por otros entusiastas elementos, ha venido
trabajando con gran tesón para aminorar la mortalidad en Eibar. Recordamos aquellas
conferencias en las que los ilustres médicos don Niceto Muguruza, don José Madinabeitia
y don Ciriaco Aguirre, llenos de entusiasmo por su profesión, en vibrantes y
muy expresivas palabras hablaban de la tuberculosis, del peligro de este mal
para el pueblo de Eibar y de la conveniencia de edificar un albergue para enfermos.
En 1910 se llegó
a construir un hermoso Jardín y una preciosa Galería para enfermos y
convalecientes, en el sitio más soleado y alegre de la villa. La idea de su
creación fué lanzada por el finado doctor don Niceto Muguruza, en una
conferencia dada acerca de la Higiene en el Salón-Teatro durante el invierno de
1908, previa convocatoria de la Sociedad de Socorros Mutuos a los médicos de la
localidad, estimándose que la idea expuesta por el doctor Muguruza era muy
conveniente y humanitaria.
Muchos escollos
hubo que vencer para llevar a feliz término la idea, pues la mayor dificultad estaba
en la falta de dinero. Pero nombrada una Comisión, compuesta por el proponente
don Niceto Muguruza, don Cipriano Acha, don Esteban Sarasua y don Calixto
Ciorraga, esta Comisión organizó partidos de pelota, conciertos, tómbolas,
corridas de toros, etc. Y la banda “La Marcial” recorrió las calles de la
población, y con una colecta de fondos y la ayuda de donativos particulares se
compraron los terrenos el 27 de agosto. El 13 de septiembre fué sacada a subasta
la construcción del edificio. Su coste excedió a los cálculos de la Comisión, y
al objeto de cubrir el déficit fue abierta una suscripción popular en las
fábricas, casinos y establecimientos públicos. Una vez reunidas las 26.000
pesetas, se comenzó la construcción y se inauguró con gran pompa el benéfico
establecimiento el día 25 de junio de 1910.
Después, viendo
los estragos que venía haciendo la tuberculosis, el doctor don Ciriaco Aguirre,
en una conferencia pronunciada en el Salón-Teatro sobre el tema “La lucha
antituberculosa”, hizo un llamamiento al vecindario sobre la necesidad de
edificar un pabellón para los atacados de este terrible mal, invitándole a
contribuir con un pequeño óbolo para poder llevar a cabo la creación de un edificio
de esta índole.
El mismo doctor
Aguirre trazó y realizó el proyecto, nombrándose una Comisión, que trabajó con
gran celo y actividad, organizando fiestas benéficas. Tuvo lugar la
inauguración del edificio el día 12 de diciembre de 1926, no pudiendo
edificarse más que un pabellón, con una sala y cuatro o cinco dormitorios.
Al inaugurar
este pabellón, el doctor Aguirre, en un elocuente discurso, expresó su
aspiración de implantar un hermoso edificio, el mejor de la provincia, con
todos los adelantos modernos y con camas para cincuenta enfermos, donde
pudieran permanecer y ser atendidos los tuberculosos de esta villa.
Hoy aquellas
palabras se han convertido en realidad. La labor de don Ciriaco Aguirre ha sido
fecunda y de enorme trascendencia, ya que cada día se hacen más evidentes el
daño y los estragos de dicha cruel enfermedad.
Contando ahora
con este benéfico centro, sometido a un plan científico y dotado de la dirección
técnica adecuada y de los medios auxiliares necesarios para disponer de todos los
métodos de tratamiento eficaces, con más comodidad que en sus casas, podrán los
pacientes reponerse y su mal no será incurable.
Desaparece la
causa principal del mal, según aquel doctor tan querido de los eibarreses, don
Vicente Aguirre, y podrá cumplirse su receta: “buen alimento y buena
aireación”, que sin un edificio como el que hoy se inaugura no era posible,
porque sucede, desgraciadamente, que los enfermos tienen que trasladarse fuera
del pueblo, y esta salida no podía hacerse por los que no disponen de medios económicos,
y cuya falta de aislamiento suponía un peligro para sus familiares.
Además, en este
Dispensario, en donde ninguno será extraño a los otros, tienen cuando llueve
los convalecientes un lugar en donde recluirse y divertirse, pues dispone de un
amplio salón para el esparcimiento. T. Echaluce (1).
LA OBRA ANTITUBERCULOSA EN GUIPÚCOA
Es
bien conocido por la clase Médica de España que en Guipúzcoa el problema de la
tuberculosis constituía, a comienzos del siglo, una preocupación de las más
serias.
Achacábase
la gran mortalidad al clima, al alcoholismo, a un sinfín de factores mal
explicados, pero el hecho es que el número de defunciones era aterrador y
figuraba la provincia de Guipúzcoa con el mayor tanto por mil entre las de
España (Figura 1).
FOTO
3 Figura 1. Mortalidad por tuberculosis en las provincias de España
Ya
fue notado que en oposición a esta gran mortalidad por tuberculosis, la cifra
total de defunciones por el resto de las enfermedades era muy baja, siendo en
este aspecto Guipúzcoa, la de menor mortalidad de toda España, salvo Baleares.
El
conocimiento patogénico y el estudio epidemiológico de la tuberculosis,
demostró que no se trataba de un problema del clima; era la demostración
palpable de que una raza aislada en las montañas, se tuberculizaba al aumentar
las comunicaciones con el resto de las provincias de España.
Bastó
organizar una campaña profiláctica y una preparación de la clase Médica de
Guipúzcoa para lograr que descendieran notablemente las extraordinarias cifras
de mortalidad primitivas hasta conseguir en 32 años ver disminuidas las
defunciones en un 65 %. Hoy día figura Guipúzcoa en el décimo lugar entre las
provincias de España, (Figura 2).
En
San Sebastián las cifras son análogas, y como dato curioso que demuestra la
disminución de la mortalidad por tuberculosis en la infancia, haremos constar
que por meningitis tuberculosa ha disminuido la mortalidad en el 81 % y por
meningitis simple, concepto en el que probablemente eran incluidas gran número
de tuberculosas, la disminución ha alcanzado el 94 %.
FOTO
4 Figura 2. Mortalidad por tuberculosis en las provincias de España
OBRA ANTITUBERCULOSA
Guipúzcoa,
para luchar contra la tuberculosis, contó en un principio con una Junta
Provincial en la Diputación que más tarde, por decretos del Estado, tuvo el
carácter oficial de las organizaciones provinciales.
En
San Sebastián, Eibar, Irún y Tolosa existen Juntas locales que desarrollaron su
labor sosteniendo Dispensarios o Sanatorios, y todas las Instituciones Hospitalarias
tenían un servicio destinado para tuberculosos pulmonares (3).
Dispensarios
El
de San Sebastián viene funcionando desde el año 1912, y para dar idea de su
labor, solo diremos que el año pasado (1933) reconoció a 1.600 enfermos nuevos
y en los ocho meses del actual, ya pasan de 1.200.
Aparte
del cuerpo Médico consultor, su función social se realizaba con cuatro médicos
visitadores y cuatro enfermeras, con cuya colaboración la profilaxis y la busca
de nuevos enfermos se lograba de una manera admirable, pues un enfermo
tuberculoso diagnosticado daba lugar a una concienzuda investigación en su
familia, allegados y hasta en talleres, bancos o escuelas, según sea la edad
del paciente.
Este
servicio de Médicos y Enfermeras visitadoras, unido a la ayuda de un
Practicante, permite la terapéutica a domicilio cuando los servicios
Hospitalarios y Sanatoriales no contaban con camas libres.
FOTO
5 Mortalidad por tuberculosis en San Sebastián y en Guipúzcoa
Para
la organización de Colonias Escolares, eran necesarios los servicios de un
Dispensario, que hacía la selección y los reconocimientos clínico –
tuberculínicos y radiológicos en todos los pueblos de la provincia y con
ocasión de esta selección, los datos que se obtenían servían considerablemente
para el cómputo epidemiológico, viéndose cómo en San Sebastián y pueblos
industriales el porcentaje de las reacciones tuberculínicas era considerable,
frente a una disminución marcada por la mortalidad y cómo se iba logrando el
tipo de curva modificada; pero en los pueblos agrícolas de escasas
comunicaciones, el tanto por ciento de reacciones tuberculínicas positivas era
escaso, lo cual nos decía que existía el peligro de la tuberculización a que ha
de llegar si no se logra evitarlo con la vacuna B. C. G., implantada
actualmente en aquella época y con una profilaxis que impida el paso a fuertes
y continuas contaminaciones (3).
Los
demás Dispensarios de Eibar, Irún y Tolosa, funcionaban de una manera análoga
al de San Sebastián. Se fue reorganizando y mejorando la dotación de
dispensarios y creando otros en los distritos de Azpeitia y Vergara (3).
La Vacunación con la B.
C. G.
La
vacunación en la provincia de Guipúzcoa se comenzó en el año 1930, por el
Dispensario Antituberculoso de San Sebastián y en 1934, gracias a la propaganda
de la Inspección de Sanidad se había logrado una extensa repercusión,
habiéndose vacunado más de 6.000 niños (3).
FOTO
6 Mortalidad por meningitis tuberculosa y por meningitis simple en San
Sebastián. Enfermeras de San Sebastián 1927. Fotógrafo Ricardo Martín
Bibliografía
1.-
La Voz de Guipúzcoa. Domingo, 1 de junio de 1930, página 6
2.-
Libro del Colegio Oficial de Médicos de Gipuzkoa “Cien años de Medicina en
Gipuzkoa, 1899 – 1999”. José María Urkia Etxabe. Foto página 195
3.-
Guipúzcoa Médica. Año XIX. Diciembre de 1934. Número 223. Servicios de
Asistencia Pública y Sanidad en San Sebastián. Páginas 59 -70.
Manuel Solórzano
Sánchez
Graduado
en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de
San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia
de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro
de Enfermería Avanza
Miembro
de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro
de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro
de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro
no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)