lunes, 25 de septiembre de 2017

DISPENSARIO SANTA ISABEL 1935



Gobierno Civil. El gobernador, en el Dispensario

El señor Muga manifestó a los periodistas que había asistido a la entrega de la medalla de la Caridad al Dispensario, cuya medalla también impuso a su director, el doctor Vic.


FOTO 1 Enfermera preparando el material. Enfermera realizando una cura en el Dispensario de Santa Isabel

EL AYUNTAMIENTO IMPUSO AYER LA MEDALLA DE LA CARIDAD A LA BENEMÉRITA INSTITUCION DONOSTIARRA

En el noble y generoso pecho del doctor Carlos Vic —fundador, director y animador constante del Dispensario Médico gratuito para pobres de Santa Isabel—, colgó ayer Donostia la Medalla de la Caridad. Homenaje oficial, merecidísimo, que tributaba la ciudad a la benemérita institución donostiarra y a su ilustre creador y colaboradores, por la intensa y dilatada labor humanitaria que vienen desarrollando año tras año, desde 1909, en beneficio de las clases humildes, de los enfermos pobres y necesitados, viejos, mujeres, niños...

Homenaje oficial, pero que en este caso llevaba el refrendo cordial, emocionado y sincero de toda la ciudad. Homenaje de amor de un pueblo agradecido, hacia una institución y un hombre que tanto le prodigaron ese mismo amor, tan generosa, tan desinteresadamente.

LA ENTREGA DE LA MEDALLA
En la sala de actos del Dispensario Médico de Santa Isabel —enclavado, como es sabido, en lo más denso y populoso del barrio de Gros— se celebró ayer, a las once y media de la mañana, el acto solemne de la entrega de la Medalla de la Caridad, concedida por el Ayuntamiento de San Sebastián, recientemente, a la citada institución benéfica.


FOTO 2 El ilustre doctor Carlos Vic, nuestro convecino, que ayer fue condecorado por la ciudad de San Sebastián, acompañado de su señora. Jueves 21 de noviembre de 1935. Foto Gueréquiz

Al acto asistió un público numerosísimo, que llenaba el salón de actos, invadiendo además las galerías y los salones contiguos. Se hallaban presentes el gobernador civil, señor Muga y su señora, el primer gestor accidental señor Melgarejo, los gestores señores Alonso, Ciriza, Echauz y otros; el presidente del Colegio Médico, don Emiliano Eizaguirre; los presidentes de las sociedades populares donostiarras, entre ellos el señor Echániz, de la Euskal-Billera, y el señor Artola, de la Iru-Chulo, quienes también ostentaban la Medalla de la Caridad, concedida en anteriores ocasiones por la municipalidad donostiarra.

El personal del Dispensario se hallaba representado por su presidenta doña Luisa Lizariturry de Rezola, por las señoras de Vic y Leremboure, y por todas las damas y señoritas enfermeras de la institución.

Del Cuerpo Médico se hallaban presentes los doctores Carlos Vic, Michel Leremboure, Augusto Harriet, Ángel Jaén, Carmelo Balda, José María Gastaminza, Antonio Echeto, Antonio Arrieta, Antonio Gonzalo, Ángel y Emiliano Eizaguirre, Luis Alzua, Julio Albea e Ignacio María Barriola, con el farmacéutico señor Matilla y el practicante señor Julián Baltanás. La sala de actos y las galerías se hallaban adornadas profusamente con plantas y flores.


FOTO 3 El ilustre doctor Carlos Vic, nuestro convecino, que ayer fue condecorado por la ciudad de San Sebastián. Foto original Gueréquiz

Comenzó el acto con un breve discurso del gobernador civil señor Muga, quien ensalzó la intensa labor humanitaria que desarrolla el Dispensario en favor de las clases menesterosas, y puso de relieve la obligación moral en que se hallan las corporaciones oficiales de prestar todo su calor y todo su apoyo a estas instituciones que tanto laboran por aliviar las miserias humanas, derramando el consuelo y el alivio de la ciencia, llenas de amor a los humildes y henchidas de calor de humanidad.

El señor Melgarejo, en nombre del Ayuntamiento donostiarra, dedicó también cariñosas palabras de afecto al Dispensario, a su Cuerpo médico y de enfermeras, destacando especialmente la benemérita figura de los esposos Vic, que han dedicado su vida entera a la caridad, haciéndose acreedores a la gratitud más honda del pueblo donostiarra. Dijo que el Ayuntamiento de San Sebastián no había hecho más, al conceder al Dispensario de Santa Isabel esta medalla y este pergamino, que cristalizar en un acuerdo municipal un clamor unánime de la ciudad y especialmente de sus clases populares; un clamor de gratitud que se alza de la muchedumbre hacia la figura, tan venerada y tan querida, de los esposos Vic, para honrarles como merecen, honrando a la obra que ellos crearon.

El doctor Carlos Vic, con palabras elocuentes, impregnadas de emoción intensa, dio las gracias a las autoridades que le habían precedido en el uso de la palabra. Agradeció este homenaje que la ciudad tributa y que él acepta porque no es un homenaje a su persona, sino a la institución, al Dispensario de Santa Isabel, a todos sus médicos, enfermeras, colaboradores de toda índole.


FOTO 4 El Dr. Carlos Vic luego de habérsele sido impuesta la Medalla con que San Sebastián premia la labor suya y del Dispensario de Santa Isabel. Jueves 21 de noviembre de 1935. Foto Gueréquiz

Hizo historia de los titánicos esfuerzos que ha tenido que realizar el Dispensario para dar cima a su obra, que no consiste solamente en curar el mal físico, sino también, además, en llevar a los necesitados un poco de pan y un poco de consuelo.

«Ustedes nos han traído aquí —dijo— la recompensa a estos pocos méritos; este día es para nosotros un día de alegría, al mismo tiempo que de recogimiento; porque cuando vemos la cantidad de pobres y desgraciados que pasan por nuestro dispensario, nos preguntamos: ¿Cuándo vendrá el día en que todos unidos, podamos ver a la humanidad menos doliente y menos afligida?»

«Desde mucho tiempo, los pueblos se agitan para encontrar una fórmula de paz y de riqueza. ¿Cuándo la encontrarán? Dios quiera que sea pronto y que sin irritación, sin pasión y sin interés, podamos ver los hombres unidos en un mismo ideal de bienestar y de concordia.»

Terminó declarando que este premio que la ciudad dedica al Dispensario como recompensa a sus afanes, ha de servir para que la institución, ahora más que nunca vinculada a la ciudad enraizada en el corazón de esta gran familia que es Donostia, labore con mayor intensidad que nunca por la caridad y por el bien, que son la base indispensable de la fraternidad humana.

Los señores Muga, Melgarejo y Vic, fueron muy aplaudidos y felicitados. A continuación se sirvió a los invitados un espléndido «lunch», los fotógrafos tiraron varias placas de los concurrentes al acto, de los esposos Vic, y del Cuerpo médico de la institución, dándose por terminada la ceremonia.


FOTO 5 Enfermera realizando una cura en el Dispensario de Santa Isabel

Un almuerzo
Organizado por los médicos y enfermeras del Dispensario, se celebró, a la una de la tarde, un almuerzo íntimo en honor de los señores Vic. Quería, en efecto, el Dispensario, con ocasión de este homenaje de admiración y afecto a los que fueron sus fundadores y seguirán siendo el «alma mater» de la benemérita institución:
los esposos Vic.

El acto tuvo lugar en el restaurant de la Nicolasa, en la calle Aldámar. Alrededor de los señores Vic, sentáronse a la mesa los señores de Rezola (don Manuel), don Augusto Harriet y señora, coronel Harriet y señora, doctor Leremboure y señora, doctor Gastaminza y señora, señores de Jaén, Balda, Echeto, señora de Abaroa, señora de Pauliau, señores de Montenegro, de Vivanco, Fernando Gaytán de Ayala y señora, señorita de Harriet, señorita Lola Peña, señores de Martín de la Peña, señorita Isabelita Rezola, señorita Belén Machimbarrena, señores de Matilla, doña Pepita Trecu de Akerman, señorita de Ugarte, señores de Barriola, doctor Alzúa, Emilio Pisón, señores Arrieta, Albea, Ángel Eizaguirre, doctor Gonzalo, los practicantes señores Gregorio Baltanás Lasanta y Julián Baltanás Lerena y otros que no recordamos.

Al final del almuerzo, servido espléndidamente, el doctor José María Gastaminza ofreció el agasajo en los siguientes términos:


FOTO 6 El Dr. Carlos Vic luego de habérsele sido impuesta la Medalla con que San Sebastián premia la labor suya y del Dispensario de Santa Isabel. Foto original Gueréquiz

«Doctor Vic, señora de Vic, señoras y señores:
No debía de ser yo, pequeñez en medio de tan grandes valores, quien se levantara para hacer el ofrecimiento de este acto, que aunque pequeño por su materialidad, es grande en su esencia por significar el sincero homenaje hacia el maestro, sencillo, probo y caritativo, que después de titánicas luchas por llevar el consuelo a los hogares desamparados, ve compensados en parte sus esfuerzos con el conmovedor acto de la imposición de la Medalla de la Caridad, concedida por el excelentísimo Ayuntamiento de esta ciudad, al Dispensario de Santa Isabel, creación suya.

Homenaje que hacemos extensivo a su distinguida señora, quien por sus dotes, cualidades y virtudes de mujer amante del hogar y del esposo, ha sabido aunar su voluntad a la de su compañero para así juntos, transformar lo que era una ilusión de sus almas buenas, en la tangible realidad de la que todos nos enorgullecemos.

Señores de Vic, esta comida, que con el sincero afecto que por ustedes sentimos les ofrecemos, es el fiel exponente del cariño que por su labor palpita en muchos corazones agradecidos.»

La señora de don Manuel Rezola, como presidente de la Junta del Dispensario, pronunció un bello discurso a continuación para poner de relieve lo mucho que el Dispensario debe a los esposos Vic: a él como médico eminente siempre dispuesto a poner su ciencia al servicio de los necesitados; a ella, como abnegada e infatigable impulsora de la institución; a los dos, como creadores y mantenedores nobilísimos de esta obra de amor y de misericordia.


FOTO 7 El Dr. Carlos Vic a quién se le ha concedido la Medalla de la Beneficencia, rodeado de los médicos del Dispensario de Santa Isabel. Foto original Willy Koch

Finalmente el doctor Vic pronunció breves palabras para dar las gracias, en términos emocionados, por esta prueba de afecto que tributan sus compañeros y amigos a su esposa y a él, y que viene a coronar su larga carrera como el premio más alto y codiciado con que pudiera soñar.

Dio las gracias a todos por su valiosa elaboración en la obra desinteresada del Dispensario y, sobre todo, por este testimonio de cariño inapreciable.

En nombre del Dispensario y de todos los presentes, la señora de Manuel Rezola impuso a la señora de Vic una magnífica medalla que le dedica la Junta del Dispensario como expresión de su gratitud y admiración. Todos los oradores, y principalmente los esposos Vic, en el acto de la entrega de la medalla, que fué profundamente conmovedor, escucharon ruidosas ovaciones.

Y con ello se dio fin a esta gratísima jornada, en la que un pueblo hizo justicia a un a institución, y ésta, a su vez, a quienes le dieron generosamente lo mejor de su talento y de su vida (1).

EL PUEBLO VASCO

ENTREGA DE LA MEDALLA DE CARIDAD AL DISPENSARIO DE SANTA ISABEL

También se entregó otra medalla al doctor Carlos Vic; y médicos y enfermeras regalaron una a su señora

Ayer, jueves por la mañana, se celebró la entrega solemne de la Medalla de la Caridad que concede el Ayuntamiento de San Sebastián al Dispensario de Santa Isabel por su labor humanitaria en favor de los desvalidos.

Se celebró el acto en una de las salas de curas del Dispensario, establecido en la calle San Francisco; y al mismo asistieron las autoridades locales, médicos, practicantes, enfermeras y damas favorecedoras de aquella Institución.


FOTO 8 El distinguido Dr. Carlos Vic, en el Dispensario para enfermos pobres de Santa Isabel, practicando una vacunación antitífica. Ayudan al médico aristocráticas enfermeras donostiarras que a diario evidencian sus generosos sentimientos de amor al prójimo. Revista Novedades, Año IV, nº 227. 26 de octubre de 1913

El gobernador pronunció algunas palabras, en las que dijo que con la entrega de esta medalla se realizaba un acto de justicia social a una Institución que tanto bien derrama. Al otorgar esta medalla el Ayuntamiento de San Sebastián cumple un doble cometido; el de premiar la labor del Dispensario de Santa Isabel y el de premiar al alma de la Institución, que es el doctor Carlos Vic. Terminó su breve discurso mostrándose satisfecho por ser él quien entregara la condecoración.

Seguidamente se hizo la entrega de la “Medalla y de un pergamino” entre afectuosos y entusiastas aplausos.

Después el señor Melgarejo, en funciones de alcalde, pronuncia también unas breves palabras en las que se refiere a la función sagrada y noble que realizan cerca de los pobres, médicos, enfermeras, religiosas Dominicas y cuantos se preocupan por la Institución.


FOTO 9 El Pueblo Vasco. La Voz de Guipúzcoa del 22 de noviembre de 1935

El señor Melgarejo escuchó numerosos aplausos, que dijo transmitía al doctor Vic y señora de Manuel Rezola.

A continuación el doctor Carlos Vic, pronunció el siguiente discurso:

“Excelentísimo señor alcalde, señores concejales: Desde el año 1909 había en San Sebastián una colmena, en la cual, sin ruido, sin manifestaciones, pero sí con mucho ardor y con mucha caridad, numerosas abejas trabajaban por el bien de los pobres, sobre todo de los enfermos pobres. Su labor cotidiana, modesta y anónima, tenía por objeto producir mucha miel que pudiese suavizar las asperezas, las privaciones y las dolencias de muchos hermanos nuestros olvidados de la suerte y, muchas veces, de la sociedad. Esa colmena que es el Dispensario médico gratuito para pobres de Santa Isabel, usted, excelentísimo señor alcalde y sus colaboradores, en particular nuestro buen amigo Francisco Alonso, ustedes, la han puesto al descubierto y han querido sacarla de su silencio, han querido hacer reducir el trabajo que en ella se hace. Lo han hecho con una discreción, una generosidad y una justicia a quienes damos todo el valor que merecen.

Les estamos sumamente reconocidos por la alta distinción que nos otorgan y por la ayuda importante que prestan al Dispensario. Les damos a ustedes las más sinceras y las más expresivas gracias. Estas medallas, este magnífico pergamino que constan, del agradecimiento de un pueblo a sus hijos que ustedes estiman lo han merecido, servirán de estímulo a todos los obreros de esta Institución para que, en lo que cabe, nuestra caridad y nuestra labor se hagan cada vez más perfeccionadas y más intensas hacia los pobres menesterosos.

Desde que se fundó el Dispensario, en él todo es anónimo y todo es gratuito. Aquí estamos, todas y todos, sin distinción de clases, al servicio del pobre. Eso fue, precisamente, la primera dificultad con la cual tropezamos, hace veintiséis años, época en la cual la caridad directa no se concebía, se hacía desde el coche o si no por un intermediario.


FOTO 10 Enfermeras atendiendo a los niños

Pero las señoras que nos ayudaron en crear esta obra, con su viva inteligencia y su gran corazón, demasiado comprendieron que era este el verdadero camino para hacer una obra benéfica eficaz, olvidándose de sus clases en la sociedad e instruyéndose de las nociones elementales de la patología humana y del prestigio del individuo.

Esas son las ideas que alentaron los fundadores del Dispensario médico gratuito para los pobres de San Sebastián, y que han permitido su desarrollo en la forma que hoy está, consultas para toda clase de especialidades, laboratorio, terapéutica física, rayos X, farmacia, eso para la enfermedad; para el hambre y la miseria, alimentos y ropa; para los desamparados morales, palabras de confianza y de anhelo.

Ustedes nos han traído aquí la recompensa a estos pocos méritos; este día es para nosotros un día de alegría, al mismo tiempo que de recogimiento; porque cuando vemos la cantidad de pobres y desgraciados que pasan por nuestro Dispensario, nos preguntamos: ¿Cuándo vendrá el día en que todos unidos, podamos ver a la humanidad menos doliente y menos afligida?

Desde mucho tiempo, los pueblos se agitan para encontrar una fórmula de paz y de riqueza. ¿Cuándo la encontrarán? Dios quiera que sea pronto y que sin irritación, sin pasión y sin interés, podamos ver los hombres unidos en un mismo ideal de bienestar y de concordia.


FOTO 11 Enfermeras atendiendo a los pacientes

Hacemos votos muy sinceros para la prosperidad de nuestro querido San Sebastián y deseamos muy de veras a usted, excelentísimo señor alcalde, y a sus compañeros de Municipio, que continúen su buena administración y sus aciertos indudables, para bien de todos.

Saludamos muy respetuosamente al excelentísimo señor gobernador civil y agradecemos mucho su presencia, que ha venido a realzar el alcance de esta ceremonia.

Amigos y bienhechores que siempre nos alientan, recibid nuestras mejores gracias.

Damas enfermeras, practicantes, médicos compañeros cuyos esfuerzos se ven hoy coronados y alabados por la gentileza y la aprobación de la representación de nuestro pueblo, el Excelentísimo Ayuntamiento, recibid también la expresión de nuestra mayor gratitud por su abnegación y su fidelidad.

Sería una ingratitud de nuestra parte si no se hiciese aquí una mención especial de lo que debemos a las Religiosas Dominicas, enfermeras tituladas que tienen la dirección moral de nuestro personal, de nuestros enfermos y que la cumplen con una autoridad y una regularidad dignas de todo elogio.

Al terminar, hacemos votos sinceros de alivio y curación para nuestros enfermos. Esta tarde recibirán un suplemento de comestibles para sus modestas mesas, pues es costumbre en nuestro Dispensario que todos nuestros enfermos pobres participen del júbilo y de la alegría que nosotros podemos tener”.

El doctor Carlos Vic, fue muy aplaudido. Al final se sirvió un lunch.


FOTO 12 Enfermera poniendo una vacuna

Al mediodía, los médicos, practicantes y enfermeras del Dispensario obsequiaron a los señores Vic con una comida, como reconocimiento y estimación por la labor directiva que realizan al frente del establecimiento.

A los postres, los médicos, practicantes y enfermeras entregaron una medalla, costeada por ellos, a la señora del doctor Vic, con cuyo motivo se pronunciaron algunas palabras a las que contestó emocionada y reconocida la dama homenajeada, que lleva a cabo una obra tan altamente humanitaria (2).

MÉDICOS

Augusto Harriet Aguirre

Nacido en San Juan de Luz (B.P.) el 3 de julio de 1880. Alumno del Colegio Católico de Santa María (Marianistas). Que abrió sus puertas el 3 de octubre de 1887, en la calle de San Martín y de la Marina, siendo entre los diecisiete primeros alumnos, junto con sus hermanos Mauricio y Pedro, era el primer Superior y Director Don Luis Cousín. Hizo su primera comunión en Hendaya el 5 de julio de 1891 (3).


FOTO 13 Pasando consulta el doctor Augusto Harriet (3)

Cursó su carrera en la Facultad de Medicina de París, asistente de Oftalmología de los hospitales Laziboissiere en los años 1907 y 1908 al servicio del Doctor Víctor Mozar.

Augusto Harriet Aguirre. Médico oculista. Fundador y Director del Dispensario Santa Isabel. Caballero de la Legión de Honor Francesa, Orden de la Sante Publique, Cruz Roja Española. Falleció en la madrugada del día13 al 14 de abril de 1960, a los 79 años de edad. Su esposa Laura Aguirre. El entierro se celebrará en el panteón familiar de San Juan de Luz (Francia) (4).

Miguel Leremboure Dihurcubehere
Miguel Leremboure Dihurcubehere. Doctor en Medicina. Comendador de la Orden de Alfonso XII, Caballero de la Legión de Honor Francesa. Croix de Guerre 1914 -1918. Falleció en Sare, Francia el día 13 de agosto de 1959. Su esposa Carmen Lardizábal. El entierro se celebrará en Sare, Francia (5).

Fue fundador de la Clínica Leremboure o del Perpetuo Socorro abierta en 1911 por el Dr. Michel Leremboure con los hermanos Miguel y Luis Rodriguez del Castillo, radiólogo éste. Leremboure por la extranjería de su título se encontró durante muchos años, como se ha dicho, marginado por sus colegas de Guipúzcoa y unido al grupo francés que, con sus colaboradores locales, formaba un conjunto muy compacto. Hábil operador influido por su actividad en los campos de batalla durante la primera gran Guerra Europea; abierto a toda sugerencia clínica y en especial a la de sus compañeros Carlos Vic y Augusto Harriet, era la simpatía personificada. Su clientela la constituían tanto familias de la aristocracia donostiarra con la que emparentó por matrimonio, como por gente vasca dado dominio y cultivo al euskera y por el apoyo que prestaba a las actividades típicas del país (5)


FOTO 14 Doctor Leremboure, pintura de Elías Salaverría. Museo San Telmo. San Sebastián. Mundo Gráfico, 1934

En Sara (Francia) ha fallecido el doctor don Miguel Leremboure

Ejerció en nuestra ciudad su profesión de cirujano y fundó el Dispensario de Santa Isabel

En Sara, Francia, donde residía, ha fallecido el doctor don Miguel Leremboure, siempre bien recordado en San Sebastián.

El doctor Leremboure ejerció su profesión de cirujano en nuestra ciudad con un celo ejemplar. Era un donostiarra más, un español de corazón, un hombre de generosos sentimientos, cordial y competente, amable y caritativo, siempre a disposición de la humanidad doliente. Para el doctor Leremboure lo primero era el enfermo. Estaba siempre a su disposición y sobre ellos puso sus manos y calmó muchos dolores. Por eso era tan querido en San Sebastián (5).

Además, estaba casado con una dama guipuzcoana de gran estirpe: doña Carmen Lardizábal, de cuyo matrimonio deja cuatro hijos, un varón y tres hembras.

En San Sebastián, donde residió largos años, fundó con sus compañeros franceses el Dispensario de Santa Isabel, primero de nuestra ciudad creado para asistencia gratuita de los enfermos pobres, por lo que el gobierno español le distinguió con el nombramiento de la Orden de Alfonso XII.

Durante la Guerra del 1914 prestó sus servicios en el frente de Salónica, y su comportamiento fue ejemplar, por lo que el gobierno francés le otorgó la Legión de Honor y la Cruz de Guerra.

Su cariño a San Sebastián se puso de manifiesto en diversas ocasiones, llegando incluso a donar un retrato suyo, pintado por Elías Salaverría, al Museo de San Telmo, donde figura.

El próximo lunes, en la parroquia de Sara, se celebrarán los funerales por el eterno descanso de su alma del Ilustre doctor, y acto seguido la conducción del cadáver al cementerio de la citada villa francesa, situado junto a la iglesia y al Ayuntamiento, del que tantos años presidió como alcalde.

Descanse en paz el buen amigo, el gran amigo de San Sebastián, de feliz recuerdo entre los donostiarras, y reciban su afligida esposa e hijos la expresión de nuestra sentida condolencia (5).

Don Carlos Vic Roumagnac
Don Carlos Vic Roumagnac. Doctor en medicina. Caballero de la Legión de Honor francesa. Cruz de Isabel la Católica, Alfonso XII, Cristo de Portugal. Medalla de la Caridad del Ayuntamiento de San Sebastián. Falleció el 21 de marzo de 1940. Domicilio en Villa Dorotea. Miraconcha. La conducción se realizará en el cementerio de Hendaya, Francia (6).

Muerto ilustre. El Doctor Carlos Vic, gran donostiarra y amigo de España
En su villa “Dorotea” de Miraconcha Alto, murió santamente anteayer el doctor Carlos Vic, ilustre médico francés, pero donostiarra de corazón, que no abandonó nuestra ciudad ni siquiera el 18 de julio del año 1936, cuando la seguridad personal estaba en peligro del que pudo librarse por su condición de extranjero que empleó en dedicar y salvar a muchos compatriotas nuestros perseguidos por el llamado frente popular.

Salvo los cuatro años de la guerra europea, durante cuyo periodo sus deberes patrióticos le llevaron a Francia, el doctor Vic pasó entre nosotros cuarenta y cinco años, ejerciendo con alegre y generosamente su profesión.

Fundó y dirigió hasta su muerte el Dispensario de Santa Isabel gratuito para los pobres de San Sebastián y tomó parte en la iniciativa que San Sebastián ha desarrollado para ser lo que es: una admirable y servicial ciudad moderna y acogedora de cuantos extranjeros visitan nuestra Patria. Tanto hizo en este sentido el doctor Carlos Vic que fue condecorado en Francia como el donostiarra predilecto y aquí como el francés más amante de España (6).


FOTO 15 Dispensario de Santa Isabel: una enferma pobre es atendida por el doctor Carlos Vic, ayudado por beneméritas enfermeras honorarias aristocráticas

Por eso recibió honoríficas distinciones, entre otras la Legión de Honor francesa, la Cruz de Alfonso XII, la de Cristo de Portugal y la que más estimaba, la Medalla de la Caridad que el Ayuntamiento de San Sebastián solemnemente le impuso en 1935.

Pero las más altas distinciones, lo mismo que sus cargos relevantes en el Círculo Francés, en la Sociedad Francesa de Beneficencia, en el Touring Club, en la Amistad Hispano Francesa, no llenaban tanto su corazón como los testimonios de reconocimiento de los pobres atendidos en sus dolencias y socorridos en sus necesidades por el eminente doctor, por cuya muerte lloran y rezan hoy, con Isabel la atribulada hermana del finado, todos los buenos donostiarras y especialmente cuantos cultivaron su amistad exquisita y cordial de aquel modelo de caballeros que hemos perdido para siempre.

Descansa en paz el alma del doctor Vic, que por ser tan donostiarra fue tan gran amigo de España (6).

Fotografías
Fotos Cedidas por María del Coro Picabea Urquía

Agradecimientos
Museo de San Telmo de Donostia – San Sebastián. San Telmo Museoa
Biblioteca Municipal de San Sebastián. Donostiako Udal Liburutegia
Biblioteca Koldo Mitxelena. Koldo Mitxelena Kulturunea


FOTO 16 Portada del libro de Manuel Solórzano del Dispensario de Santa Isabel. Gratuito para los pobres de San Sebastián. Fundado en 1909

Bibliografía
1.- Diario Vasco, viernes día 22 de noviembre de 1935. Páginas 9 y 16
2.- El Pueblo Vasco, viernes día 22 de noviembre de 1935. Página 4
3.- Santa Isabel Precedente de la sanidad pública. 1909 El dispensario fundado por tres médicos franceses atendió a los donostiarras sin recursos hasta 1960. Publicado en el Diario Vasco el día 27 de enero de 2012
Dispensario de Santa Isabel de San Sebastián
Dispensario de Santa Isabel de San Sebastián
“Santa Isabel” Kontsultategia Donostian
4.- Diario Vasco, viernes 15 de abril de 1960, página 2
5.- Diario Vasco, sábado 15 de agosto de 1959, página 2 y 3
6.- Diario Vasco, viernes 23 de marzo de 1940, página 5
7.- El Dispensario de Santa Isabel, 1925. Publicado el miércoles día 6 de septiembre de 2017

Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)