La Primera cuestación de la Fiesta de la Flor en España 21 de diciembre de 1912
La semana del 6 al 12 de septiembre de 1912, San Sebastián fue la sede de uno de los Congresos Médicos más importantes que se han celebrado en España. Fue el II Congreso Español Internacional de la Tuberculosis, su Internacionalidad obedecía a que era exclusiva a los países de habla española que comprendía también Hispano América y Filipinas (1).
El I Congreso se había realizado en Barcelona en el año 1910, donde fue designada San Sebastián para la celebración del II Congreso, porque se conocía su organización y la labor que estaban desarrollando realizando una gran campaña antituberculosa, por el Comité Local Antituberculoso y con la colaboración del Dispensario Antituberculoso que dirigían los doctores Manuel Zaragüeta y Emiliano Eizaguirre. Al Congreso acudieron una brillante representación de los Gobiernos Hispano Americanos, así como de las más importantes capitales de España y de numerosos médicos españoles, hasta rebasar, entre los asambleístas y titulares, asociados y protectores, la cifra del millar.
En el curso de la sesión inaugural, que fue presidida por el Ministro de Estado don Manuel García Prieto, hicieron uso de la palabra todos los delegados de las naciones americanas y una de las intervenciones que más llamó la atención, fue la del delegado del Uruguay don Constancio Castell, quien entre otras cosas manifestó que en su país, todos los años se dedicaba un día a la “tuberculosis”, en el que todos los ciudadanos contribuían con una colecta pública para la protección de los enfermos con tuberculosis.
El año 1911, dijo, fue el día 31 de agosto y me es grato consignar que ese día se recaudaron 700.000 duros para fundar un Sanatorio al que acudían los enfermos tuberculosos, donde se les proporcionaba alimentos y asistencia médica – farmacéutica. Alfonso XIII inauguró el 15 de septiembre de 1912 el Sanatorio de Nuestra Señora de las Mercedes, muy cerca de la ermita de la Virgen de Uba, en Ametzagaña, en lo que es hoy el barrio de Loiola.
Foto 2 Cuestación de la Fiesta de la Flor en favor de los enfermos tuberculosos. La distribución de las simbólicas florecillas de tela con la Cruz de Lorena en medio, a cambio del óbolo correspondiente. Foto Cámara
Terminado el Congreso, después de fructífera labor, por lo que en el mismo pudieron aprender los concurrentes y en una de las reuniones del Comité Local Antituberculoso de San Sebastián, sobre el que pesó su organización don José Elósegui y Martínez de Aparicio, manifestó sobre la colecta, qué conociendo los métodos políticos de Madrid, en el sentido de que la clase de promesas hechas por los Gobiernos se demoraban con exceso o no se cumplían, propuso sin esperar a la implantación de la colecta por el Gobierno, fuese el Comité Local Antituberculoso de San Sebastián el que la inaugurase con carácter local, ya que la organización nacional, por lo difícil de su puesta en marcha, seguramente no se llevaría a cabo por el Gobierno, y así se acordó ponerla en práctica, sin esperar al verano, para evitar que los veraneantes pudieran considerarse asediados con colectas desconocidas por aquellas épocas, en las que hasta las señoritas de la buena sociedad postulaban, cosa que aún no había entrado en los hábitos españoles con la prodigalidad que hoy se realiza.
Se determinó por tanto llevarla a cabo el día 21 de diciembre de 1912, el día de Santo Tomás, día clásico donostiarra en que se acostumbra a hacer regalos a los niños, precursores de los que recibirán después el día de los Reyes Magos. Se hicieron numerosos carteles de propaganda explicando el origen y destino de la colecta, propaganda que fue recibida con toda la atención por el público, con la entusiasta colaboración de la prensa local y todo el comercio de la ciudad que puso a disposición del Comité Local Antituberculoso sus escaparates y los folletos que acompañaban. Así mismo, los Bancos, Cajas de Ahorros, entidades oficiales y particulares se prestaron de buen grado a colaborar con los organizadores.
Tuvo tanto éxito la colecta, que la prensa local y nacional se hizo eco de esta nueva modalidad de “cuestación”, con el distintivo que se colocaba en la solapa a los viandantes, de una flor artificial por las postulantes, lo que dio en que se calificase como la “Fiesta de la Flor”.
La recaudación fue magnífica, porque siendo el donativo corriente de “diez céntimos”, algunos entregaron “monedas de plata” y algún billete de “veinticinco pesetas”, alcanzando la cifra de las 50.000 pesetas, cifra importantísima para aquellos tiempos.
Después de la celebración de la Primera Fiesta de la Flor en San Sebastián, el Comité Local Antituberculoso de San Sebastián, empezó a recibir correspondencia de distintas ciudades, aún de las más alejadas de nuestra ciudad, rogando se les diera cuenta de la forme en que se organizó la “cuestación” y contestándoles a todas se les dio la información de cómo se había realizado y las instrucciones para hacerlo.
Años más tarde se irradió este método para otras “cuestaciones benéficas” como: “La Cruz Roja”, “La Liga Anticancerosa”, “El Domund”, “La Vejez del marino” y múltiples colectas, siempre de carácter benéfico y de esta manera fue San Sebastián la Primera Ciudad que organizó esta colecta que con el nombre de la “Fiesta de la Flor”, viene a ser una pequeña lotería gratuita para quien recibe su beneficio (1).
En San Sebastián, coincidiendo con la celebración del II Congreso Español Internacional de la Tuberculosis, Alfonso XIII inauguró el 15 de septiembre de 1912 el Sanatorio de Nuestra Señora de las Mercedes, muy cerca de la ermita de la Virgen de Uba, en Ametzagaña, en lo que es hoy el barrio de Loiola (2, 3 y 4).
El Patronato Antituberculoso
Se puso a discusión el dictamen de la Comisión especial, formada por los señores Romero, Murua y Zabala, respecto a la campaña contra la tuberculosis, proponiendo la creación de una Junta de Patronato encargada de estudiar y realizar la campaña antituberculosa y solicitando una asignación de 5.000 pesetas para efectuar los trabajos preliminares (5).
Hizo historia la labor realizada por la Comisión especial y declaró que solamente se trata ahora de constituir la Junta de Patronato, la cual estudiará y propondrá en su día el plan que ha de desarrollar aquélla, reglamentos por los que se ha de regir las Juntas Auxiliares que se nombren y que actuarán como informadoras de la Junta de Patronato.
Se extendió en amplias consideraciones para evidenciar la existencia de la “plaga de la tuberculosis”, que causa verdaderos estragos en esta provincia de Guipúzcoa, teniendo todos, la obligación de remediar este mal y salvar las vidas de tantos guipuzcoanos por humanidad, por moralidad y por interés de conservar esta riqueza.
El señor Inciarte intervino y declaró que estaba conforme con el dictamen; pero encontraba en él un vacío, estimando que en esa Junta de Patronato deben figurar tres médicos por lo menos: uno en representación del Comité Antituberculoso de San Sebastián, y dos en representación de los médicos titulares de la provincia.
Terminó proponiendo qué del remanente de la cantidad consignada en los actuales presupuestos para remediar la tuberculosis, que asciende a 1.034 pesetas, se destinen 500 para entregarlas el día antituberculoso a las señoras que visiten la Diputación de Guipúzcoa.
También intervino en el debate el señor Vicente Laffitte, quién se mostró conforme con el espíritu del dictamen, y declaró que, a su juicio, la Diputación no debe limitarse a dar unos cuantos cuartos al Comité Antituberculoso, pues vale más corregir, que remediar.
Indicó que la misión de la Diputación es evitar y atacar a la tuberculosis en sus focos más principales. Un de estos focos -añadió- es el alcoholismo. ¡Qué ha hecho la Diputación para combatir el alcoholismo! Muy poco o nada.
En vista de este estrepitoso fracaso, la Diputación presentó un nuevo reglamento para los establecimientos de bebidas, y tampoco dio esto resultado alguno. Lo único que hizo la Diputación fue elevar las patentes de establecimientos de bebidas, aumentado con ello los ingresos, cuyo 50 por 100 propuse que se destinara a combatir el alcoholismo, pero mi enmienda no fue aceptada.
Creo que ha llegado el momento de abordar el problema y de estudiar y ver el modo de combatir el alcoholismo, que es, uno de los principales focos de la tuberculosis. Otro factor para combatir la tuberculosis es la sanidad en el campo, y estoy por decir que no hay higiene en ningún caserío. Consignó que no se había conseguido nada con aquel sistema de higienización de las viviendas rurales.
Terminó diciendo, que la Diputación debe ir en este problema más lejos, debiendo unirse a esa Junta de Patronato la Comisión de Reformas Sociales. El señor Olazábal estimaba que la Diputación tenía una misión bien definida, no debiendo, por tanto, ponerse a la cabeza de ese movimiento, aunque sin regatear ni negar todo el apoyo y concurso moral y material en favor de tan humanitaria campaña.
Intervino luego el señor Orbea, poniendo diferentes matices sobre la mesa. ¿Cuál va a ser -agregó- el objeto y la finalidad de este Patronato? Parece que se le quiere invertir con la facultad de presidir, intervenir y asistir a los enfermos tuberculosos, y quisiera poner en claro si las atribuciones de este organismo han de ser meramente consultivas, para estudiar y proponer un plan contra la tuberculosis, o si se pronuncia la Diputación en el sentido de hacer suyo este servicio, como lo es el de la Casa de Maternidad, Casa Cuna, etcétera.
Foto 4 El día de la Tuberculosis. La Voz de Guipúzcoa. Diario Republicano. Año XXVIII. Número 9.888. Página 1 del sábado día 21 de diciembre de 1912
El señor Murua, contestando al señor Inciarte en primer término, dijo que en el dictamen no se concreta nada respecto a las personas que han de formar el Patronato, pues esto ha de resolverse luego; pero que le parecía bien, sin embargo, que estén representados en esa Junta los médicos de la capital y de la provincia, y esto le verá la Diputación al designar las personas que hayan de formar la Junta.
Contestando al señor Olazábal, declaró el señor Murua que se trata de combatir una plaga existente, que diezma la población de Guipúzcoa.
Como no hubiese acuerdo, el presidente dispuso que se procediera a votar el dictamen nominalmente, quedando aprobado por 17 votos contra los dos de los señores Orbea e Itarte. Posteriormente se procederá al nombramiento de la Junta de Patronato (5).
El día de la tuberculosis
Hoy es la cuestación pública
Al pueblo de San Sebastián
“Hoy es el día de la tuberculosis. ¡Caridad para los pobres tuberculosos!”
Tales son las sentidas frases que oirás pronunciar y repetir con piadoso acento por todos los ámbitos de la población, de boca de la noble mujer donostiarra, representada por todas las clases sociales, que hoy llama a tus sentimientos de caridad (6).
El Comité local antituberculoso, que conoce tus generosos impulsos, confía fundadamente en que no desatenderás el humanitario ruego que por tan simpáticas embajadas se te hace.
Es la tuberculosis una terrible enfermedad que traidoramente te acecha sin tregua ni descanso, para arrebatar despiadadamente la vida de tus queridos hijos (6).
Natural es, por lo tanto, que de tu mismo seno salgan los elementos de defensa que t salud y bienestar requieren. ¡La lucha de hoy, será el triunfo de mañana!
El “Día de la Tuberculosis de San Sebastián” es una gloria para ti, puesto que das a la nación española, admirable ejemplo de cultura y civismo que, sin duda alguna, servirá de estímulo para que otras capitales y provincias, te imiten.
Fue en el Uruguay, de la joven América, donde el día de la “Tuberculosis” tuvo su cuna. Acogida la idea con unánime aplauso y aprobada por aclamación en el Congreso de la Tuberculosis, celebrado en esta ciudad de San Sebastián en el mes de septiembre, lo implanta por primera vez en esta ciudad con decisión y acuerdo.
¡Qué el día 21 de diciembre sea para ti de feliz memoria!
¡Qué nadie deje de ostentar en su persona, la simbólica flor que, con sus colores nacionales, ha pasado a ser piadoso emblema de tu inagotable caridad!
Médicos: Ramón Castañeda. Ramón Moraíz. Manuel Bago. Luis Alzua. José Elósegui. Manuel Celaya. Manuel Vidaur. Manuel Pérez Icazategui. Juan José Gurruchaga. Mariano Echauz. Luis Saiz. Tomás Acha. Tomás Maíz.
Foto 5 Cuestación de la Fiesta de la Flor el “Día de Santo Tomás” 21 de diciembre de 1916. A la dama de la izquierda se le ven las “florecillas de tela con la Cruz de Lorena” en medio que daban a los que daban sus donativos
Todos a la lucha
Es hoy día 21 de diciembre, el día asignado por el Comité Local Antituberculoso para realizar la cuestación pública de la que hemos venido hablando los días anteriores. La batalla está tan bien dispuesta que nos hace confiar en un brillante resultado (6).
Ayer día 21, se colocaron ya en todas las tiendas y establecimientos de carácter público, unos carteles con caracteres bien visibles, en los que se pide una caridad para los tuberculosos pobres. Son estos carteles a manera de concisas proclamas guerreras, que excitan a las gentes a luchar contra el enemigo terrible que produce la dolencia tuberculosa. El Comité local nos moviliza a todos, porque todos tenemos un puesto señalado en el combate contra la enfermedad.
Batidoras de este ejército social son las nobles damas que gustosamente han aceptado la misión de recorrer hoy la ciudad implorando limosna. Tan ardiente es la fe que las anima, que ya ayer empezaron casi todas ellas a cumplir su cometido.
No quieren que se les escape una persona, y sus primeros asedios los han dirigido contra aquellas de su mayor confianza. Hoy invadirán la ciudad, penetrarán en los comercios, detendrán a los transeúntes, lo invadirán todo con sus piadosas demandas y es casi seguro que ni un solo habitante de San Sebastián se quedará sin oír la voz suplicante de las postuladoras.
Así nos gusta contemplar a la mujer, metida de lleno en estas obras de caridad espontánea, de altruismo colectivo y sin disfraces. Hoy se las verá trabajar con una emulación nobilísima, que las pondrá por encima de todas las pequeñeces y miserias de la vida. Cuando llegue el tiempo en que la mujer considere estos abnegados menesteres como los más esenciales de la vida, entonces podrá creerse que se han mitigado en una gran parte las desventuras de la especie humana (6).
Foto 6 Cuestación de la Fiesta de la Flor el “Día de Santo Tomás” 21 de diciembre de 1916. Mujeres postulantes con el hombre del carro. A la dama de la derecha se le ven las “florecillas de tela con la Cruz de Lorena” en medio que daban a los que daban sus donativos
Las florecillas con la Cruz de Lorena en su interior, que hoy nos ofrecen las damas postulantes serán como una condecoración otorgada al mérito de atesorar buenos sentimientos. Ostentemos todos con orgullo esas pequeñas insignias, acaso más valiosas que muchas cruces colocadas en pechos henchidos por la fuerza expansiva de las insanas pasiones.
Meted todos la mano en vuestros bolsillos y dad aquello que esté al alcance de vuestros posibles. Que nadie se esconda para no dar, que nadie se enrojezca por que puede dar poco. Gran triunfo será el recaudar muchos miles de duros. Pero será mayor el triunfo, aunque se recaude menos, el ver hoy a todos los habitantes de esta ciudad luciendo en sus pechos y solapas el distintivo que los haga campeones beneméritos de la lucha antituberculosa (6).
Esta será la demostración de que aquí hay un pueblo de corazones buenos, que son los sillares más adecuados para levantar el edificio de una sociedad sin tristezas.
Abrid todos paso a las damas, y quien no pueda depositar en sus bolsos la limosna, que las salude respetuosamente. Es lo menos que merecen por el bien que realizan (6).
Lucha Antituberculosa
Toda una Ciudad en Campaña
Éxito brillante de la Fiesta de la Flor
Día de Triunfo. La prisa que tenemos de reflejar nuestras impresiones del día de ayer, 21 de diciembre en la Fiesta de Santo Tomás, nos hace sentarnos cubiertos en la silla de trabajo. Antes que a la pluma se nos va la mano al sombrero. Advertimos que cometemos una grave irreverencia al ponernos a escribir sin descubrirnos repestuosísimamente ante las nobles damas, ante las señoritas encantadoras que han realizado la cuestación del día de la Tuberculosis (7).
Ya descubiertos y con la cabeza reverenciosamente inclinada sobre las cuartillas, nuestro pensamiento se mueve inquieto, con saltos de regocijo sin límites, subiendo y bajando por la escala lexicográfica en que se contienen todos los varios matices del elogio. Es que no encuentra adjetivos con bastante fuerza calificativa para expresar toda la hermosa grandeza del día de ayer.
Santo Tomás del año 1912 queda grabado como una fecha de magnífico triunfo en los anales de la lucha antituberculosa y en las páginas innumerables d la caridad colectiva donostiarra.
En juicio periodístico del espectáculo que nos ocupa lo sintetiza una sola palabra, la más pomposa del diccionario, la que con mayor amplitud e intensidad signifique la identificación de todo un pueblo con una espléndida idea. El juicio público lo ha hecho la ciudad de San Sebastián entera, que no sabe cómo revelar la gratísima emoción que le ha producido el incruento combate que ayer se libró en las animadas calles de Donostia. ¡Soberbio, imponderable, estupendo!... Estas eran las palabras que brotaban de todos los labios.
La ciudad estuvo como sitiada desde las primeras horas. Asediábanla, por todas partes los grupos femenino de postulantes. Contra los microbios y las causas colaboradoras de su virulencia, se lanzaron al arroyo unas 800 mujeres con el alma inflamada por el fuego de las piadosas virtudes. En todo el día cesaron los disparos acertadísimos de sus generosas demandas. Dueñas absolutas fueron de la población entera, y todos los sitiados tuvimos que rendirnos.
Foto 7 El día de la Tuberculosis. Portada de La Constancia. Diario Íntegro Fuerista. Año XV. Número 5.046. Página 1 del domingo día 22 de diciembre de 1912
Pero era una rendición que nos llenaba de honores, porque al capitular nuestras voluntades con la mengua de nuestros bolsillos, nos convertíamos en aliados del ejército vencedor.
¡La victoria nos corresponde a todos, y todos gozaremos en mayor o menor parte del precioso botín recogido!
Los grupos femeninos efectuaron una labor invasora, de irrupción sin contemplaciones, de conquista definitiva. No hubo tienda, ni taller, ni fábrica, ni cafés, ni centro alguno donde no se internarán las audaces exploradoras.
No hubo tampoco transeúnte que no se viera asaltado, detenido y obligado a entregar su limosna. San Sebastián parecía ayer una ciudad sobre la cual habíase cernido una nube de extrañas mariposillas floriformes, de cuyas alas, decoradas como la bandera patria, se desprendía el polvillo fecundante del amor humano.
Chicos y grandes, pobres y ricos, forasteros y residentes todos lucían sobre el pecho, la insignia que acreditaba el donativo realizado. Muchas personas de ambos sexos, ostentaban 2, 4, 6 y hasta 8 distintivos, señales ciertas de que habían hecho otras tantas dádivas.
De diez años en adelante, bien puede asegurarse que no llegará a un diez por mil la proporción de los que se quedaron sin entregar limosna.
El Comité Antituberculoso de San Sebastián tenía preparadas 50.000 florecillas. Bastante antes de terminar la jornada quedaron agotadas y hubo que improvisar otras 10.000 insignias con pequeños cartones sellados. Son, pues, 60.000 0 más los donativos que se han recibido, desde la modesta moneda de cinco céntimos hasta el deslumbrador billete de 1.000 pesetas.
Podríamos citar varias importantes cantidades entregadas por una sola persona; pero sería injusto entrar en distinciones, porque tan meritoria o más que el hermoso billete del Banco es la pieza de cobre salida del bolsillo de un necesitado.
Anoche recogimos algunas impresiones en el domicilio del Comité Antituberculoso y todos los miembros sin excepción de éste, no caben dentro de sí; tal es la satisfacción de que se hallan poseídos. De unos y de otros oímos la referencia de hechos que revelan cómo la postulación de ayer es una cosa que ha llegado hasta la médula del pueblo donostiarra.
De la mano ennegrecida de un carbonero que iba en su carro, cayó a la bolsa petitoria una moneda de cinco pesetas. Y dijo al entregarla; “las manos sucias, pero el corazón de plata”.
Un pobre mendigo y lisiado, que sin duda se mantiene de la caridad, entregó lo que buenamente pudo por recibir una flor.
Un infortunado que iba a pedir en la Inspección municipal papeleta para comer en el Asilo, llevaba puesta su flor en la solapa, obtenida a cambio de una moneda que le haría falta para comprar el pan.
Una encantadora niña se presentó en la oficina del Comité, y entregando una moneda de diez céntimos, pidió que le dieran “una tuberculosis”.
Foto 8 Carteles en tiendas y establecimientos públicos y periódicos de la época. Cuestación de la Fiesta de la Flor en favor de los enfermos tuberculosos que se celebrará el día 15 de agosto “Día de la Virgen
A las siete y media de la noche se presentó en la misma oficina un obrero ferroviario, manifestando que, como al abandonar su trabajo no encontró a nadie que le pidiese, iba para entregar una peseta.
Un modesto obrero, que estaba en su trabajo, entregó una moneda de cinco pesetas. La postulante, extrañada, le advirtió si aquella no era demasiado para él. No contestó: lo doy porque tengo un hijo tuberculoso. Notas con éstas se hubieran podido recoger a montones en todo el curso de la colecta.
Las postulantes, como antes decimos, mandaron en todo y a ultraje se hubiera tomado el que alguien entorpeciera su acción. Lo mismo paraban a su antojo los tranvías, que hacían desviar la ruta a otros vehículos.
Así transcurrió con un espléndido y caluroso día, agradabilísimo, que brindaba a ir a cuerpo y aún sin las prendas de uso corriente. Tal vez la naturaleza quiso asociarse también al día de la tuberculosis, haciendo innecesaria la ropa de abrigo para dejar al descubierto los corazones magnánimos de los donostiarras y de sus huéspedes.
Día soberano, en fin, porque a las galas del cielo se unieron aquí, con ocasión de nuestra clásica fiesta de Santo Tomás, los destellos resplandecientes de las almas compasivas.
Unos Consejos
Porque la Fiesta de la Flor que se hizo ayer, ha conquistado ya nuestros más hondos cariños y porque queremos que perdure queriéndola todos cada vez más, vamos a permitirnos ponerle unos levísimos reparos que puedan constituir para los años sucesivos, provechosas normas de conducta.
De este modo, cultivando al mismo tiempo el elogio merecido y la oportuna advertencia, apareceremos imparciales ante la opinión y será éste el mejor medio de atraer hacia la idea todas las simpatías del público.
No vamos a censurar, porque toda censura pierde eficacia al lado de las intenciones elevadas. Vamos únicamente a aconsejar, y lo hacemos en el sentido de que el plausible celo de las postulantes no rebase los límites de lo prudente.
Foto 9 Cuestación de la Fiesta de la Flor el “Día de Santo Tomás” 21 de diciembre de 1916. Mujeres postulantes junto a un barrendero y su carro. A la dama de la derecha se le ven las “florecillas de tela con la Cruz de Lorena” en medio que daban a los que daban sus donativos. Ricardo Martín
Ya en uno de nuestros anteriores trabajos, dijimos que las florecillas tenían por objeto evitar que se cayera en una reiteración desagradable. Quien entrega su limosna y recibe su distintivo, ha cumplido su deber ya no debe ser molestado nuevamente. Multitud de personas ostentaban ayer varias flores, y si bien hay quienes tienen mucho gusto en dar tres y cuatro veces, hay también quienes no quieren o no pueden dar más que una.
Esas flores, testimonios de una caridad gustosamente ejercida, deben ser sagradas y a quienes las ostentan no se les debe molestar con una segunda petición. Si así se hace, lograremos que el amor al día de la tuberculosis encarne en todos nuestros espíritus, no habiendo un solo vecino que rehuyan, antes bien, lo buscará, el encuentro con las postulantes.
Otra indicación que consideramos oportuna, es que algunos grupos recogían los donativos en bandejas para luego depositarlo en las bolsas asignadas para ello. Por este procedimiento el acto caritativo pierde la virtud de ser secreto. Hay personas, pobres o ricas, que experimentan cierto placer con que se vea lo que desembolsan; el que así lo desee, es muy dueño de hacerlo.
Pero hay otras personas a quienes les agrada más que no se descubra la cuantía de su sacrificio, y éstas tiene perfecto derecho a que se respete su intimidad. Es mucho mejor que no sean bandejas y sean las bolsas, en el cual entra una mano sin que la otra se entere de lo que deja caer la compañera.
No necesitamos insistir sobre el recto propósito de estas insinuaciones, que no tienen, lo repetimos, el más tenue asomo de censura. La costumbre de esta colecta ha de arraigar entre nosotros y todos estamos obligados a prepararlo con vivo interés y ser el más adecuado (7).
Foto 10 Cuestación de la Fiesta de la Flor el “Día de Santo Tomás” 21 de diciembre de 1918. Mujeres postulantes junto a chavales del barrio y dos policías de San Sebastián. Ricardo Martín
Cuando se hizo la suma de la cuestación de la Fiesta de la Flor en beneficio de los enfermos tuberculosos, se proclamó que la cifra pasaba de las treinta y cuatro mil pesetas, en números redondos (8).
El Presidente del Comité Antituberculoso, el doctor señor Ramón Castañeda, dirigió unas breves palabras a las damas postulantes, agradeciéndoles su trabajo y su generoso proceder y por el entusiasmo con que han secundado el pensamiento del Comité (8).
Foto 11 Damas postulantes en la cuestación de la primera Fiesta de la Flor de San Sebastián. 21 de diciembre de 1912
Comité Antituberculoso de San Sebastián
Presidente del Comité: Doctor Ramón Castañeda Otermín
Vicepresidente: Doctor Ramón Moráiz Otegui
Secretario. Doctor Luis Sáiz
Tesorero: Manuel Celaya Cendoya
Vocal: Excelentísimo Señor Don José Elósegui Larrañaga
Vocal: Doctor Manuel Bago Aguirre
Vocal: Doctor Luis Alzúa Carril
Vocal: Doctor Tomás Maíz
Vocal: Doctor Manuel Vidaur
Vocal: Doctor Manuel Pérez Icazategui
Vocal: Doctor José Gurruchaga Marticorena
Vocal: Doctor Mariano Echauz
Vocal: Doctor Francisco Tamés Arsuaga
Vocal: Doctor Raimundo Bueno Ramírez (9)
Junta del Dispensario Antituberculoso de San Sebastián
Médico Director
Señor Don Emiliano Eizaguirre Marquinez
Médicos Consultores
Señor Don Manuel Zaragüeta Fernández
Señor Don Modesto Huici Zalacaín
Señor Don Luis Egaña Monasterio
Señor Don Luis Ayestarán Gabaraín
Señor Don Victoriano Solano Gordón
Señor Don José Beguiristaín Gorriti
Señor Don Ángel Elvira López
Señor Don Julio Maeso Elorrio
Señor Don Fernando Asuero Sáenz de Cenzano
Señor Don José Larburu
Señor Don Francisco F. Usabiaga (9)
Agradecimiento
Ioseba Imanol Vilas Molina
Bibliografía
01.- Fragmentos de la autobiografía de un nonagenario dedicado a una nonagenaria. Manuel Celaya Cendoya. Médico. Gráficas Izarra. Calle Peña y Goñi número 13. San Sebastián. Diciembre 1970
02.- Sanatorio Nuestra Señora de las Mercedes 1912. Nuestra Señora de las Mercedes Sendategia. En Castellano y Euskera. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el lunes día 24 de marzo de 2025
https://enfeps.blogspot.com/2025/03/sanatorio-nuestra-senora-de-las.html
03.- Una visita al Sanatorio de Nuestra Señora de las Mercedes 1913. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el lunes día 15 de marzo de 2021
https://enfeps.blogspot.com/2021/03/una-visita-al-sanatorio-de-nuestra.html
04.- Sanatorio Nuestra Señora de las Mercedes 1916. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el jueves día 30 de noviembre de 2023
https://enfeps.blogspot.com/2023/11/sanatorio-nuestra-senora-de-las.html
05.- Patronato Antituberculoso. La Voz de Guipúzcoa. Diario Republicano. Año XXVIII. Número 9.887. Página 1 del viernes día 20 de diciembre de 1912.
06.- El día de la Tuberculosis. La Voz de Guipúzcoa. Diario Republicano. Año XXVIII. Número 9.888. Página 1 del sábado día 21 de diciembre de 1912
07.- Lucha Antituberculosa. Fiesta de la Flor. La Voz de Guipúzcoa. Diario Republicano. Año XXVIII. Número 9.889. Página 1 del domingo día 22 de diciembre de 1912
08.- El día de la tuberculosis. Fiesta de la Flor. La Voz de Guipúzcoa. Diario Republicano. Año XXVIII. Número 9.890. Página 1 del lunes día 23 de diciembre de 1912
09.- Sanatorio Nuestra Señora de las Mercedes 1916. Publicado el jueves día 30 de noviembre de 2023
https://enfeps.blogspot.com/2023/11/sanatorio-nuestra-senora-de-las.html
10.- Consultados en las mismas fechas desde el 20 al 22 de diciembre de 1912, los periódicos de la época que en su primera página contaban con el “Día de la Tuberculosis”. La Voz de Guipúzcoa, La Constancia, El Correo del Norte y El Pueblo Vasco.
Foto 12 El Pueblo Vasco. Año X. Número 3.505. Página 1 del sábado día 21 de diciembre de 1912
11.- La Fiesta de la Flor. San Sebastián. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el lunes día 9 de marzo de 2015
http://enfeps.blogspot.com.es/2015/03/la-fiesta-de-la-flor-san-sebastian.html
12.- La Fiesta de la Flor 1916. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el viernes día 22 de diciembre de 2023
https://enfeps.blogspot.com/2023/12/la-fiesta-de-la-flor-1916.html
Enciclopedia Wikipedia
Manuel Solórzano Sánchez. Grado en Enfermería
https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez
Día 20 de octubre de 2022, jueves
Entziklopedia Wikipedia en Euskera
Manuel Solórzano Sánchez. Erizaintzako Gradua
https://eu.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez#Ibilbidea
Día 27 de octubre de 2022, jueves
La Voz de Enfermería en la Enciclopedia Auñamendi
Primera parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190
Segunda parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190/132780
El legado del enfermero Manuel Solórzano. Antton Iparraguirre. Artículo del Diario Vasco de San Sebastián. Lunes, 7 de agosto de 2023
Manuel Solórzano Su Legado Enfermero. Publicado el lunes día 4 de septiembre de 2023
https://enfeps.blogspot.com/2023/09/manuel-solorzano-su-legado-enfermero.html
Noticias de Gipuzkoa domingo 14 de abril de 2024. Mí décimo tercer libro.
Una Gota de Leche para los niños donostiarras
https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2024/04/14/gota-leche-ninos-donostiarras-8108257.html
Manuel Solórzano: curioso y defensor de su profesión
Foto 13 Dos mujeres postulantes por las calles de San Sebastián recogiendo donativos para la lucha contra la tuberculosis en la Fiesta de la Flor. Están en el Boulevard, en el cruce con la calle Elcano. Ricardo Martín, 1915
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Premio a la Difusión y Comunicación Enfermera del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa 2010
Director y Miembro del Blog de Historia de Enfermería “Enfermería Avanza”
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro Supernumerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)
Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA
Comisión de Historia de la Enfermería del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa / Gipuzkoako Erizaintza Elkargo Ofiziala
Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa. Años 2019 y 2022
Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020 y 31 de diciembre de 2022
Premio a la Visibilización de la ACEB. 15 de mayo de 2024. Deusto Bilbao
No hay comentarios:
Publicar un comentario