FOTO 1 Alcázar de la Fortuna y
Asilo de piedad. El Gran Casino de San Sebastián Hospital de Sangre
La batalla de Annual, en la guerra del Rif o el Desastre de Annual
Fue una grave derrota militar
española en la localidad marroquí de Annual el 22 de julio de 1921, que provocó
el socavón de los cimientos de la monarquía liberal de Alfonso XIII, acabando en el golpe de estado y la dictadura de
Miguel Primo de Rivera.
Fue tal el desastre debido a que
lo soldados españoles, en su mayoría procedentes de reclutas forzosos, estaban
muy poco entrenados, mal pagados y alimentados, pésimamente armados con fusiles
anticuados y peor calzados con abarcas y alpargatas, se desmoralizaron
enseguida y les tenían verdadero pavor a los soldados rifeños.
Los heridos y enfermos de
paludismo (entre las tropas hizo estragos) los traían desde África por Cádiz y
en tren hasta la estación del Norte del ferrocarril de San Sebastián para ser
ingresados y atendidos de sus dolencias.
FOTO 2 El Gran Casino de San
Sebastián, Hoy Ayuntamiento, postal de 1903
El Gran Casino
donostiarra
Este edificio,
próximo al Real Club Náutico, fue construido en 1887 en los jardines de Alderdi-Eder para albergar un casino. Se
construyó entre 1882 y 1887 como Gran
Casino por los arquitectos Aladrén y Morales de los Ríos y tiene un ligero
parecido, y está ligeramente inspirado, en el casino de los casinos, el de Montecarlo, de 1878.
El Casino fue inaugurado con toda pompa por María
Cristina de Habsburgo, la Reina Regente. Pero su vida dedicada al
juego, el lujo y la diversión duro poco. La prohibición del juego que promulgó la dictadura de Primo de Rivera,
supuso el cierre de sus suntuosos salones en 1924.
No nos debe extrañar
esta comparación puesto que la ciudad de San Sebastián se caracteriza por el
ambiente romántico de Francia, es un país que nos queda muy cerca y toda
aquella decoración que se llevaba en Europa muy pronto llegaba a España; por
eso siempre se ha llamado a San Sebastián la pequeña París.
FOTO 3 Preparación de las camas
para los soldados heridos en las dependencias
del Gran Casino Municipal de San Sebastián. Foto Ricardo Martín, 1924
El suntuoso edificio del que tan orgullosos nos podemos
sentir los donostiarras, nació de un impulso colectivo de muchos ciudadanos,
para dotar a San Sebastián de una infraestructura imprescindible para competir
con las mejores estaciones balnearias europeas. Personajes influyentes de la
época como Brunet, Echagüe, Collado, Satrústegui, López (marqués de Comillas),
aparecen como accionistas pero con ellos más de 350 comerciantes, hosteleros,
impresores, constructores, industriales, etc., apoyaron la iniciativa
adquiriendo una o pocas acciones más, cubriendo las 900.000 pesetas, necesarias
para su construcción. Los terrenos de Alderdi Eder eran municipales y fueron
cedidos durante 60 años a la Sociedad Gran Casino, teniendo que revertir a la
ciudad, solar y edificio, en 1947.
El acceso principal se hacía
desde la gran terraza, amenizada diariamente por los dos conciertos que la
orquesta del Casino amenizaba desde el kiosko y que podían ser escuchados
libremente desde los jardines de Alderdi Eder.
El edificio estaba
dividido en varias plantas donde la planta baja albergaba un restaurante, el
café, las salas de billar, de lectura, de piano, de conversación, biblioteca y
el salón amarillo, con mesas de juegos permitidos y muy populares como los
“caballitos”, un tipo de apuestas fijas de poco importe económico. Estos eran
lugares de tertulia para los ciudadanos donostiarras y los turistas. La segunda
planta estaba dedicada al casino como tal, en este mismo lugar se encontraba el
gran salón el lugar más importante desde el punto de vista social. Era un salón
de estilo neoclásico y tras él el salón de baile decorado por 12 lámparas de
araña con 336 bombillas donde se abrían unas grandes puertas a unos balcones
acristalados. Al fondo había un escenario para representaciones y conciertos.
En el piso superior
se encontraban los prohibidos salones de juego, de acceso muy restringido,
vedado a los donostiarras y con carnets especiales para los forasteros, casi
todos extranjeros.
FOTO 4 Heridos en las dependencias del Gran Casino Municipal de San
Sebastián, soldados de la Guerra de Marruecos. Foto Ricardo Martín, 1924
EL GRAN CASINO DE SAN SEBASTIÁN HOSPITAL DE SANGRE 1924
Doña María Cristina quiso que su hospital de
San Sebastián fuera uno de los primeros en recibir a los heridos provenientes
de África, por lo que la Junta de Gipuzkoa se dispuso a ampliarlo. En pocos
días, se instauró un nuevo hospital en la villa Txillardegui, próximo al ya
existente.
El 21 de julio de
1921, las tribus marroquíes infligen una severísima derrota al ejército
español, episodio conocido como el “desastre
de Annual”. La Reina Madre quiso que su hospital de San Sebastián fuera uno
de los primeros en recibir a los heridos de África y la Junta de Gipuzkoa se
dispuso a ampliarlo. El pueblo donostiarra dio muestras de gran esplendidez y,
en pocos días, se instauró un nuevo hospital, junto al ya existente, en la
villa Txillardegi.
El 22 de septiembre
de 1921, llegada una expedición de soldados heridos y enfermos a la estación
del Norte del ferrocarril de San Sebastián, a donde la Reina Madre salió a
recibirlos. Los heridos fueron transportados en automóviles particulares y Doña
María Cristina trasladó a dos de ellos en el suyo propio. Para los que venían
en camilla se utilizó un camión del Palacio Real de Miramar. Antes de dos horas
ya estaban todos los repatriados debidamente alojados en el nuevo Hospital de
Txillardegui.
FOTO 5 En el coche personal de la Reina María Cristina son
trasladados los soldados heridos al Palacio de Miramar de San Sebastián,
convertido en Hospital de Sangre, 1921
A finales de año, el
paludismo hacía estragos entre la tropa y, una vez más, se pidió a la Junta de
San Sebastián que ampliara sus dependencias para acoger a otros cien enfermos.
Ante esta situación, la Reina Madre ofreció su Palacio de Miramar. La Junta
local de la Cruz Roja, en una semana, habilitó un Hospital de cien camas en un
edificio destinado a las dependencias del Palacio de Miramar.
El 24 de noviembre,
a las diez de la noche, entraba en la Estación del ferrocarril un tren
hospital con cinco oficiales y noventa y seis soldados heridos destinados a
los Hospitales de la Cruz Roja existentes en la ciudad de San Sebastián. La
Reina Madre Doña María Cristina vino, ex profeso desde Madrid, para recibir a
los repatriados, mientras un numeroso público los acogía con vivas y aplausos.
En este momento, en
San Sebastián, existían tres Hospitales de la Cruz Roja: el Hospital
-Escuela María Cristina, destinado a los oficiales; el de Txillardegui,
a los heridos y el Palacio de Miramar para los enfermos. Los
hospitales estaban al cuidado de las Hermanas de la Caridad, Médicos, Practicantes y Damas Enfermeras de la Cruz Roja, estas
últimas, trabajaban una semana seguida en turnos de mañana o de tarde, y
libraban otra semana.
El 25 de marzo de 1921, se refundó la Cruz Roja
de Irún junto con la construcción e inauguración de un hospital dispensario en
la localidad.
FOTO 6 La Reina con los soldados heridos de la Guerra de Marruecos en el Palacio de Miramar de San Sebastián, Damas
Enfermeras de la Cruz Roja e Hija de la Caridad de San Vicente de Paul, año 1922
Una vez más se
solicita de la Cruz Roja de Gipuzkoa la ampliación de sus servicios para
atender todas las necesidades de una nueva campaña en África. En esta ocasión,
para instalar un hospital se recurre al Gran
Casino Municipal de San Sebastián (hoy sede del Ayuntamiento
donostiarra), a la sazón, cerrado por la ley de prohibición del juego dictada
por Primo de Rivera.
El 3 de octubre de
1924, el Ayuntamiento donostiarra cede parte de las dependencias del Casino
Municipal para utilizarlas temporalmente como Hospital de la Cruz Roja. En
aquellas dependencias se montó un magnífico hospital, con 300 camas para
heridos y enfermos, que estuvo activo unos dos años. En este tiempo fueron
atendidos 1.030 heridos. A finales de 1926, se cerró el Hospital del Casino y,
el Hospital de María Cristina volvió a la normalidad civil. La guerra de África
no terminó totalmente hasta 1927.
Una iniciativa generosa, un rasgo ejemplar han convertido el Gran Casino de
San Sebastián (hoy su Ayuntamiento), en Hospital para los soldados heridos en
Marruecos.
Cruzan España de nuevo los trenes con su pasaje doloroso de mozos jóvenes
que dieron gallardamente su sangre por el honor y la causa de España, y otra
vez la nación entera vibra acompañándoles con su simpatía, con sus auxilios,
brindando para los cuerpos lacerados por el plomo enemigo la piedad de los
improvisados hospitales…
Blancas manos de mujer dejan su ocio elegante para vendar heridas y
velar el sueño de los convalecientes…
FOTO 7 Damas Enfermeras donostiarras
de la Cruz Roja de San Sebastián en la terraza del Gran Casino Municipal
de San Sebastián, año 1924
Todas las ciudades, en noble emulación, se aprestan a brindar con
entusiasmo asistencias y socorros para los soldados.
San Sebastián ha sido, como siempre, de las primeras en dar ejemplo de
solidaridad.
Y para la hospitalización de heridos, la Empresa propietaria del Gran
Casino ha cedido este edificio.
Damas de la alta
sociedad unieron sus esfuerzos para atender a los humildes soldados heridos y
enfermos que regresaban doloridos de la guerra de Marruecos. Allí estaban en
esfuerzo diario muchas mujeres donostiarras ayudando y compartiendo tareas con
las Damas Enfermeras de la Cruz Roja y las Hermanas de la Caridad.
En las salas donde triunfó la frivolidad y se desarrollaron los dramas del
Azar, donde las fortunas y las vidas se deshicieron, hoy se destacan las filas
de blancas camas y brillan los aparatos clínicos, y un ambiente de humana
piedad ennoblece y purifica lo que fue templo consagrado al vicio.
FOTO 8 Damas Enfermeras donostiarras
de la Cruz Roja de San Sebastián e Hija de la Caridad en la entrada por Alderdi
Eder del Gran Casino Municipal de San Sebastián, año 1924
Donostia contaba,
además con el Hospital de la Cruz Roja que, financiado por la Reina María Cristina
que veraneaba en la ciudad, abrió sus puertas a finales de 1917. Este centro
fue la primera Escuela de Damas Enfermeras de la Cruz Roja en territorio
español. Comenzó con 10 camas y funcionó como dispensario gratuito para los
pobres y Escuela de enfermeras. En 1921 acogió a muchos de los heridos del
desastre de Annual. En octubre de 1930, en el mismo emplazamiento, se abrió un nuevo
establecimiento totalmente ampliado con capacidad para 100 camas. Se cerró en
2002 y fue reconvertido en centro socio-sanitario para atender a personas
mayores.
La gran aportación
de la Reina Victoria Eugenia: las Damas Enfermeras
La creación del Cuerpo de Damas Enfermeras de la Cruz Roja
Española tardó en ponerse en marcha debido a que los cuidados de enfermería en
España, como hemos visto en el epígrafe anterior, estaban confiados a miembros
de comunidades religiosas, personas que no percibían retribución alguna por la
prestación de estos servicios, hasta que en 1915 nace oficialmente la figura de
la enfermera profesional (7 de mayo).
El origen de las Damas Enfermeras se remonta al estallar
la Primera Guerra Mundial. Es aquí donde la reina Victoria Eugenia
tuvo un destacado papel dentro de la enfermería española. Quiso con el ejemplo
dado por las aristócratas de los países beligerantes y con el suyo propio,
despertar en las damas de la más alta sociedad española el afán de ayuda a los
enfermos con el trabajo personal y no sólo con las limosnas.
FOTO 9 Llegada de los soldados heridos y enfermos a la estación del Norte del ferrocarril de San Sebastián,
para trasladarlos a los Hospitales de la Cruz Roja, año 1921
El Real Decreto de 16 de enero de 1916 que aprobaba las
bases para la reorganización de la Cruz Roja Española establecía dos secciones,
la de Caballeros y la de Señoras, ésta última presidida por S. M. la Reina
Victoria Eugenia que además ejercería la Autoridad Suprema por delegación de S.
M. el Rey Alfonso XIII. El reglamento de la Asamblea Central de Señoras fue
aprobado por Real Decreto de 29 de junio de 1916.
La Dama enfermera y todo el personal
auxiliar, deben tener una enseñanza sabiamente adecuada y uniforme para lo cual
precisa de un modo absoluto, que aquellas personas que estén encargadas de
ayudar al médico en la instrucción de las Damas y Enfermeras profesionales,
estén formadas en un plan único también, y bajo la vigilancia de un personal
médico competente.
PROMESA DE LA DAMA ENFERMERA DE LA CRUZ ROJA
La Dama enfermera se conformará con dormir, si es
preciso, en el suelo, sin exigir comodidad de ninguna clase.
La Dama enfermera no hará por si, bajo ningún
pretexto, ninguna cura ni modificación de vendaje, ni pondrá ninguna inyección,
etc., sin consultarlo con el Médico que esté de Jefe del puesto.
Me comprometo a servir de todo corazón a los que
se hallen en tratamiento en el hospital o dispensario al que yo pertenezca.
No cesaré nunca de esforzarme en el mejor
cumplimiento de la misión que me ha sido confiada.
Me comprometo solemnemente a no divulgar los
hechos de que yo tenga noticia acerca de la vida privada de mis enfermos.
Reconozco la dignidad y grandeza de la misión que
he aceptado. Ningún trabajo es trivial e indigno en la lucha contra la
enfermedad y preservación de la salud.
Me comprometo a servir con lealtad y obediencia a
aquéllos bajo cuya dirección estoy colocada. Que nunca en el cumplimiento de
mis funciones me falten la paciencia,
la bondad y la comprensión.
FOTO 10 Damas Enfermeras donostiarras de la Cruz Roja de
San Sebastián curando a un soldado herido en el brazo, en la sala de curas del Gran Casino Municipal de San Sebastián, año
1924
Programa Razonado para la
enseñanza de las Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española. 1917
Artículo nº 2
Para ostentar este título y pertenecer al Cuerpo
se necesita:
1º.- Ser súbdita española, mayor de diez y siete años y
pertenecer como Asociada a la Institución.
2º.- Aprobación, ante Tribunal de examen nombrado por la
Asamblea Central, de los estudios teóricos, con arreglo al programa oficial
aprobado.
3º.- Aprobación de la práctica en Hospitales que designe
la Asamblea Central, así como el tiempo de prácticas.
Programa del Cuerpo de Damas Enfermeras. 1917
Artículo 2 – 2.- Aprobación, ante Tribunal de examen
nombrado por la Asamblea Central, de los estudios teóricos, con arreglo al
programa oficial aprobado.
Artículo 2 – 3.- Aprobación de la práctica en Hospitales
que designe la Asamblea Central, así como el tiempo de estas prácticas.
FOTO 11 Un marinero herido llegado a la estación del Norte del ferrocarril de San
Sebastián, es transportado al Hospital del Gran Casino Municipal de San
Sebastián. Fotografía Pascual Marín, año 1924
Reglamento del Cuerpo de Damas Enfermeras. 1917
Artículo 9.- El examen de las alumnas oficiales
consistirá en una lección, sacada a la suerte, del programa aprobado en 28 de febrero
último, y una o más preguntas por cada uno de los individuos del Tribunal sobre
las materias de dicho programa.
Artículo 10.- Las alumnas libres que reúnan las
condiciones expresadas en el artículo 3º, presentarán sus instancias de examen
al Inspector general, en Madrid, o a la Presidenta de la Junta de la localidad
donde se efectúen los exámenes. Serán examinadas a continuación de las alumnas
oficiales y en la misma forma que éstas; pero tendrán que explicar tres
lecciones del programa, sacadas a la suerte, además de contestar a las
preguntas que el Tribunal crea conveniente hacerles de las comprendidas, asimismo,
dentro de dicho programa.
Ninguna clase podrá exceder de 60 alumnas.
Artículo 12.- Sólo las alumnas aprobadas en los exámenes
a que se refieren los artículos anteriores, serán admitidas a las prácticas del
Hospital que prescribe el Real Decreto de 28 de febrero último.
FOTO 12 Soldados heridos de la Guerra de Marruecos en el Palacio Real de Miramar convertido en Hospital de San Sebastián con sus
cuidadoras, las Damas Enfermeras donostiarras de la Cruz Roja, año 1922
Bibliografía
1.- La dama Enfermera. Enfermería
y Cruz Roja. Vidas Paralelas. Publicado el día 19 de marzo de 2009
2.- Hospital María Cristina de
San Sebastián. Escuela de Damas Enfermeras de la Cruz Roja de San Sebastián.
Publicado el sábado día 18 de febrero de 2017
3.- Villa María Cristina de San
Sebastián 1917 – 1937. Guadalupe Gaytán de Ayala y Ramonita Usabiaga Michelena.
In Memoriam.
Publicado el miércoles día 5 de
junio de 2019
FOTO 13 El 22 de septiembre de 1921, llegada una expedición de soldados heridos y
enfermos a la estación del Norte del ferrocarril de San Sebastián, los heridos
fueron transportados en automóviles particulares hasta los Hospitales de la
Cruz Roja. Fotografía Pascual Marín
Autor:
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en
Enfermería. Osakidetza, Hospital Universitario Donostia, Gipuzkoa
Insignia
de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de
Enfermería Avanza
Miembro de Eusko
Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la
Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la
Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro no
numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)
Académico
de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia –
Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA
Insignia
de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa 2019
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