Nieves Muñoz rescata la
profesionalización de la enfermería en la I Guerra Mundial en su novela ‘Las
batallas silenciadas’
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1 Portada del libro de Nieves Muñoz de Lucas “Las Batallas Silenciadas”
AUTORA:
Nieves Muñoz de Lucas nace en Valladolid en 1976, en pleno
otoño castellano, rodeada de vientos que anunciaban un invierno blanco que aún
no había llegado y del que tomó el nombre. Vinculada siempre a las letras, bien
como escritora de historias o como lectora, eligió sin embargo un camino
diferente para su formación: la enfermería. Tras muchos años trabajando como
sanitaria en Castilla y León, actualmente es enfermera en la UCI pediátrica y
neonatal de su ciudad.
Graduado en Enfermería. Veintiún
años trabajando de enfermera; lleva diez prestando sus servicios en la unidad
de cuidados intensivos pediátricos y neonatales del hospital Clínico
Universitario de Valladolid. Consultora de lactancia en la asociación Lactancia
en positivo desde el año 2007. Miembro de las comisiones de lactancia del área
sanitaria este y oeste de Valladolid. Formadora de la IHAN (Iniciativa para la
Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia) desde el 2017.
FOTO 2 Las
Batallas Silenciadas. Autora: Nieves Muñoz de Lucas
Para ella, escribir es una forma
de vida. Tras formarse en técnicas literarias, ha colaborado en varias
antologías de relatos como: Un cuatro de
febrero, antología de relatos solidarios a favor de FEDER. Atrasis, cuentos de nueva fantasía,
(editorial Triskel). Relatos de brujería
de Castilla y León o Relatos
satánicos de Castilla y León (editorial Apache). Tres pulgas de biblioteca y el tesoro de la tierra muerta,
(editorial Mr momo). También ha participa como articulista para blogs de
narrativa y en la revista literaria El taller de la factoría. Ahora, con Las
batallas silenciadas, al fin se ha atrevido a dar el paso y nos ofrece una
maravillosa novela histórica con la que ha conseguido aunar sus dos grandes
pasiones. Publicado por Edhasa. Barcelona 2019
“Las
batallas silenciadas” es la primera novela de la escritora
vallisoletana Nieves Muñoz. El libro trata sobre el trabajo de
las abnegadas enfermeras en el marco de la batalla de Verdún en 1916. En dicha
batalla se perdieron muchas vidas, pero también muchas almas quedaron en
suspense...
Verdún, 1916. La
más larga y cruenta batalla de la Primera Guerra Mundial. A orillas del río
Mosa, las trincheras y fortines cambian de manos entre alambradas, duelos de
artillería y ataques de una incipiente aviación militar. Vivos y muertos
habitan un escenario de pesadilla.
Allí, entre el
barro y las balas, entre el miedo, Irene Curie se incorpora al hospital de
campaña francés de Barleduc para enseñar a los cirujanos del ejército a usar la
máquina de rayos X adaptada por su madre, Marie Curie, convencida de que
ayudará a salvar muchas vidas. Pero, una vez allí, deberá enfrentarse no sólo
al menosprecio y la ignorancia de los curtidos militares, sino también a la
vida al borde de la muerte.
FOTO 3 Herido en
las trincheras con los sanitarios
Junto a sus
compañeras, las enfermeras de guerra Berthe y Shirley, afrontará el mayor reto
posible: sobrevivir. No serán las únicas, y no siempre estarán solas. El
hospital, los pueblos cercanos y las trincheras están llenos de almas
solitarias. Nadie dijo que sería fácil..., pero el amor y la amistad, en
tiempos de odio, pueden significar la salvación.
Con una prosa
vibrante y enérgica, llena además de sensibilidad y feminidad, Nieves
Muñoz nos narra la batalla de Verdún como nunca antes la habíamos
visto: desde las trincheras, en los pueblos y en los campos, en el aire y en
las almas... Porque, como en toda guerra, hubo vencedores y vencidos, pero
todos tuvieron alma, y en ésta su primera novela Nieves Muñoz
nos abre la suya y la de sus personajes para darnos un bien eterno: la
esperanza (1).
La batalla de
Verdún es sin lugar a dudas la de mayor importancia, duración y crudeza de
cuantas tuvieron lugar durante la Primera Guerra Mundial
La batalla de
Verdún es sin lugar a dudas la de mayor importancia, duración y crudeza de
cuantas tuvieron lugar durante la Primera Guerra Mundial. Una contienda de
trincheras, en la que en los métodos de la prácticas bélicas se empezaba a
atisbar en el horizonte el empleo de la aviación, lo que daría lugar a una
auténtica revolución armamentística y un giro radical en la manera de abordar
las batallas (2).
Allí, lo más
cerca que podía estar del frente en el que las bajas eran constantes, es donde
decide desempeñar su labor de enfermera Irene Marie Curie, convencida de que el
invento desarrollado por su madre iba a poder salvar muchas vidas en la
trastienda del enfrentamiento.
FOTO 4 Hospital en Sidcup, Londres
Si ya la propia
Marie Curie ha pasado a la Historia por logros como ser la primera mujer en
obtener dos premios Nobel en diferentes disciplinas, o ser la primera mujer
profesora en la universidad de París, su hija y las compañeras en esta aventura
tendrán que vivir en sus propias carnes tanto el desprecio por su condición
femenina como la minusvaloración de la nueva forma de abordar la medicina y la
enfermería, derivadas de los primeros usos del descubrimiento de su madre.
Nieves Muñoz
(Valladolid, 1976) en esta su primera novela también nos hablará de
sentimientos, de lo que supuso para estas jóvenes ver como día a día los
hombres caían heridos, y como muchos perdieron la vida a lo largo de los diez
meses que duró esta cruel batalla. Vamos a poder percibir el olor de la tierra
húmeda de las trincheras, vamos a sentir sobre nuestras cabezas los vuelos de
la incipiente aviación militar, vamos a ser capaces casi de notar ese olor
dulzón a muerte propio del campo de batalla, al que habría que añadir un plus
de pesadumbre porque las bajas en el frente se producen sin poder despedirse de
los que uno más quiere.
Una obra
sensible pero que huye de la ñoñería, un libro que nos ayuda a tener más
conciencia de lo que ocurrió en aquella época, a actualizar y remediar ciertas
injusticias, pero sobre todo a albergar siempre en nuestro interior la
esperanza Tanto por el género humano, como por un futuro mejor (2).
FOTO 5 Agatha
Christie y Vera Brittain. Enfermeras Voluntarias de la Cruz Roja
El Instituto Castellano y Leonés de la
Lengua
El Instituto
Castellano y Leonés de la Lengua presentó el viernes, 17 de mayo, a las 19.30
horas, en el Palacio de la Isla de Burgos, el libro ‘Las batallas silenciadas’ (Edhasa), de la enfermera y escritora
vallisoletana Nieves Muñoz de Lucas. Esta novela histórica, debut en el género
de la autora, se adentra en la I Guerra Mundial, y recrea la batalla de Verdún
desde una nueva perspectiva. La protagonista del relato es Irene Curie, hija de
la investigadora de origen polaco y francesa de adopción Marie Curie, premio
Nobel de Química en 1911 por sus investigaciones sobre la energía nuclear (3).
Cuando estalla
la Gran Guerra, Irene Curie toma la decisión de estar lo más cerca posible del
frente. Convencida de que pude ayudar a salvar muchas vidas, gastará hasta su
último aliento en enseñar radiología a los cirujanos en los hospitales de
campaña a través de los aparatos portátiles de uso militar diseñados por su
madre, a la que ayuda en su manejo. Su estancia en el hospital de Barleduc se
convertirá en una lucha para ganarse el respeto de los curtidos militares y de
sus compañeras.
Nieves Muñoz
narra la batalla de Verdún como nunca antes se había visto; ante los ojos del
lector aparecen las vidas de todos aquellos que participaron, de una forma u
otra: desde las trincheras, en los pueblos, en el aire, en los hospitales de
campaña... Porque como en toda guerra, hubo vencedores y vencidos, pero todos
tuvieron alma, y en esta novela Nieves Muñoz nos abre la suya y la de sus
personajes para ofrecer un bien eterno: la esperanza (3).
FOTO 6 Mary e
Irene Curie, enfermeras voluntarias en la Primera Guerra Mundial
Nieves Muñoz rescata
la profesionalización de la enfermería en la I Guerra Mundial en su novela ‘Las
batallas silenciadas’
La joven
escritora vallisoletana Nieves Muñoz ha irrumpido con fuerza en el género de la
novela, con la publicación de un relato histórico lleno de matices, en el que
se dan cita un puñado de personajes memorables, especialmente los femeninos. La
autora se adentra de lleno en la Primera Guerra Mundial y como hilo conductor
echa mano de un episodio conocido como fue la presencia de Irene Curie hija de
la investigadora Marie Curie, en la batalla de Verdún, en primera línea del
frente.
Nieves Muñoz,
que presentó el viernes 17 de mayo en el Instituto Castellano y Leonés de la
Lengua su libro ‘Las batallas silenciadas’ (Edhasa), su debut en la
novela histórica, recordó ante el público el carácter romántico que tuvo la I
Guerra Mundial, época que coincide con los inicios de la enfermería y en la que
por primera vez se profesionalizó el trabajo de este colectivo sanitario.
“Encontré que había un vacío que cubrir ya que ese papel que tenían las mujeres
no había sido contado anteriormente”, apuntó la autora, que reconoció su pasión
por este momento histórico, que seguramente le sirva de inspiración para
futuros trabajos.
FOTO 7 Postales
francesas de enfermeras de la Primera Guerra Mundial
La utilización
de los aparatos portátiles de rayos x portátiles diseñados por la investigadora
polaca para emplear en vehículos militares, contribuyendo a salvar vidas
humanas y ayudando al cirujano es el episodio histórico al que ha recurrido
esta escritora, enfermera de profesión, para tejer una historia humana en la
que la guerra, sus consecuencias y las circunstancias últimas de las miles de
personas que viven en primera persona sus efectos casi siempre trágicos, están
muy presentes en su narración.
La decisión
personal de Irene Curie de implicarse personalmente y acudir a un hospital a
enseñar al personal médico la utilización de esta tecnología será la razón
última que impulse sus decisiones. Consciente de que sus conocimientos en
radiología pueden ser cruciales a la hora de salvar vidas y con la bendición de
su estricta madre, que conoce bien sus capacidades. Irene Curie tomará
decisiones arriesgadas y se enfrentará de frente a las consecuencias de la
guerra en toda su extensión y crudeza. La incomprensión del estamento militar
y, también, la de sus compañeros, marcará su estancia en el hospital de
Barleduc, convertida en una lucha diaria para ganarse el respeto de los
curtidos militares y de sus compañeras.
En este relato,
Nieves Muñoz aproxima al lector a la batalla de Verdún de forma singular,
facilitando una aproximación a las vidas de todos aquellos que participaron, de
una forma u otra: desde las trincheras, en los pueblos, en el aire, en los
hospitales de campaña e incluso en los burdeles. La escritora, que reconoce que
escribir supone para ella una forma de vida, se ha atrevido a dar el paso que
le ha llevado a irrumpir con fuerza en el género de la novela histórica con una
historia llena de crudeza, pasión y realidad. La novela, publicada en mayo, se
ha presentado también en Valladolid, y próximamente se presentará en otras
ciudades (4).
FOTO 8 Estos camiones con unidades de Rayos X se denominaron “Petit Curie”
y, sin duda, miles de vidas se salvaron gracias a ellos
LAS BATALLAS
SILENCIADAS. EL LIBRO
El libro consta
de 538 páginas distribuidas de la siguiente manera: Prólogo.
Primera Parte:
Antes de la tormenta (Barleduc). Capítulo I: Las tranquilas aguas del Ornain.
Capítulo II: Los colores de la guerra: dorado. Capítulo III: Cuestión de
perspectiva. Capítulo IV: Los colores de la guerra: ocre. Capítulo V: Bajo las
mismas estrellas. Capítulo VI: Los colores de la guerra: dorado y rojo.
Capítulo VII: Ratas. Capítulo VIII: Los colores de la guerra: ocre y gris.
Capítulo IX: Mares muertos. Capítulo X: Los colores de la guerra: dorado, rojo,
púrpura. Capítulo XI: Versos encadenados. Capítulo XII: Los colores de la
guerra: ocre, gris, negro.
Segunda
Parte: La Tormenta (Verdún). Capítulo XIII: El cielo lo sabe. Capítulo XIV:
Doce horas. Capítulo XV: Trommelfeuer. Capítulo XVI: Sin mirar atrás. Capítulo
XVII: Supervivientes. Capítulo XVIII: No pasarán. Capítulo XIX: La herida más
dolorosa. Capítulo XX: Promesas. Capítulo XXI: Fuego y hielo. Capítulo XXII:
Contra reloj. Capítulo XXIII: Prisioneros. Capítulo XXIV: La decisión. Capítulo
XXV: Lágrimas que saben a sangre. Capítulo XXVI: Fragmentos. Epílogo: Vestigios
de la tormenta. Nota histórica. Agradecimientos.
Libro
excepcional, narrado por una enfermera con una visión de la profesión del
cuidado enfermero en tiempos de guerra, resaltando el trabajo realizado por
todas las enfermeras en las guerras, su entrega, sin horarios hasta la última
fuerza de sus cuerpos para atender a tantos heridos y darles un pequeño
consuelo.
FOTO
9 “Las
enfermeras cuando se enfrentan a la gran batalla, llevan el cariño y confort
conjugado con los auxílios que la ciencia moderna recomienda para el
tratamiento de los heridos y enfermos de guerra” Diário de Notícias:
12-Nov-1917
LAS BATALLAS
SILENCIADAS
En 1914 estalló
una guerra que supuso un antes y un después no sólo en los conflictos armados,
sino en la configuración de Europa y en la historia mundial. Cuatro años
duraron las contiendas, que poco tuvieron que ver con la forma de luchar de la
humanidad hasta entonces (5).
Las trincheras,
la guerra de desgaste y los ataques con armas químicas son solo tres ejemplos
de la barbarie que comenzó un 28 de julio con el asesinato del archiduque
Francisco Fernando de Austria en Sarajevo, aunque las cuerdas de las diferentes
potencias enfrentadas llevaban tensándose mucho tiempo antes. La Gran Guerra,
pese a no ser tan mencionada habitualmente como su secuela, la Segunda Guerra
Mundial, fue tanto o más importante, y por ello siempre ha ejercido una
atracción especial en mí.
Hace ya unos
años, cuando solo me atrevía a escribir relatos cortos, quise crear un homenaje
a los inicios de mi profesión, la enfermería.
El relato, de
cinco o seis páginas de extensión, tenía una documentación mínima. Se lo dejé
leer a una compañera y se entusiasmó por la idea, pero me dijo que era
demasiado corto y que esa historia se merecía ser contada de otro modo. Tenía
razón. Y entonces lo supe. Podía aunar mi pasión por la enfermería con la
fascinación que siento por la Primera Guerra Mundial. Pero no era fácil. Iba a
tener no solo que conocer los entresijos del estallido bélico desde el
comienzo, sino que debía colocarme bajo la piel de sus protagonistas.
FOTO 10 Enfermeras
Damas de la Cruz Roja Francesa, médico y practicante, 1916. Bibliothèque Nationale de France
Y estos eran los
hombres y mujeres anónimos cuyos nombres nunca aparecen en los libros de
historia. La documentación es esencial, pero también lo es la empatía para
contar lo que otros vivieron. Me embarqué entonces en un viaje al pasado que me
iba a suponer tres años de trabajo y dedicación documental, además de sentir y
reproducir la rabia, el dolor, la decepción y el miedo que se sufrieron hace
cien años.
Tras la invasión
de la neutral Bélgica y de Luxemburgo, Alemania traspasó la frontera occidental
de Francia en su camino hacia la conquista de París, pero las fuerzas aliadas
frenaron ese avance a los pocos kilómetros. El frente se situó en esa zona, a
lo largo de una línea de trincheras que fueron el epicentro de las más cruentas
batallas.
La guerra que se
había vaticinado y publicitado como breve y justa se estancó. El espíritu
romántico y orgulloso de los que luchaban desapareció al poco tiempo bajo el
barro de las trincheras. La Gran Guerra, iniciada como si fuera un juego de
ajedrez entre caballeros, se convirtió en una refriega sucia y despiadada. Cada
avance mínimo en las posiciones suponía desangrar a las tropas y los muertos se
iban acumulando en las orillas.
FOTO 11
Enfermeras con sus pacientes en un Hospital de campaña. Foto:
¿Qué momento
histórico de esos cuatro años era el más propicio para contar mi historia?
Buscaba uno que fuera representativo de las emociones que dicha guerra Mundial
me genera, de lo que necesitaba transmitir.
La batalla de
Verdún: diez meses de bombardeos y combates, veintitrés millones de
proyectiles, setecientas mil bajas entre un bando y otro, más de doscientos mil
muertos amontonándose en las colinas o en el fondo de los cráteres producidos
por los morteros.
La importancia
de mantener Verdún en manos francesas se convirtió en una cuestión de fe y
moral, pero supuso enviar a los soldados a un verdadero infierno. Fue, sin
duda, una de las batallas más angustiosas y despiadadas. Lo es, de hecho, hasta
hoy en día. Y, sin embargo, los datos no nos dicen absolutamente nada sobre los
hombres que lo sufrieron. ¿Qué podía pensar un soldado que vivía entre las
ratas y el fango dentro de una trinchera? ¿Cómo sobrevivir a las amputaciones
de miembros; a los cuerpos de sus hermanos pudriéndose sobre la tierra helada
un día, y otro… y otro más? ¿Cómo serían los lazos creados entre compañeros de
trinchera? ¿Cuál podría ser el grado de desesperación, angustia, desconsuelo y
miedo?
La Gran Guerra
tuvo muchos frentes y la lucha no fue exclusiva de los soldados. El papel de la
mujer en el conflicto se ha dejado de lado en los libros de historia, relegado
en muchas ocasiones a meras sombras secundarias, cuando en realidad fueron un
engranaje esencial de la maquinaria política, económica y social. Quise sacar a
la superficie, desde las profundidades más silenciosas del río que me
encontraba vadeando, las voces de aquellas mujeres que sufrieron, lucharon,
amaron, trabajaron y batallaron en la guerra. Recogieron las cosechas para que
sus familias no murieran de hambre, acudieron a las trincheras y cambiaron la
falda por el uniforme, condujeron ambulancias y se dejaron la piel en los
hospitales de campaña.
FOTO 12 Mari e
Irene Curie. Enfermeras voluntarias. Vera Brittain. Enfermera voluntaria.
Mis personajes
son mujeres representativas de las auténticas que vivieron esa guerra:
campesinas, enfermeras, voluntarias sin formación sanitaria, prostitutas, etc. Y
como punto de partida de la historia, la hija de Marie Curie, Irene, quien con
dieciséis años deja sus estudios de física en la Sorbona para hacer un curso de
enfermería y ayudar a su madre a llevar la radiología portátil al frente de
batalla, instruyendo a los cirujanos en las trincheras.
Como en toda
novela histórica, existe una parte documentada y otra en la que ficción es el
sustento. Personajes que existieron en realidad, como la doctora Nicole
Girard-Mangin, o Georges Duhamel, médico y escritor que plasmó por escrito sus
vivencias en los hospitales de campaña. Shirley StJohn, uno de mis personajes,
bebe de los escritos de Vera Brittain, una enfermera voluntaria inglesa que
retrató la cara olvidada de estas mujeres en una biografía: Canción de juventud.
Mi querida
enfermera Berthe Hinault es la representante de una profesión, la mía, que tuvo
que afianzarse en las condiciones más duras posibles. Las enfermeras lucharon
contrarreloj para salvar vidas y cuidar del cuerpo y el alma de los soldados
heridos, al tiempo que reclamaban sus derechos y el reconocimiento a su labor.
FOTO 13 Camión
radiológico Primera Guerra Mundial llamado: “Petit Curie”
Sobre las
enfermeras es una fuente de conocimiento increíble el título Veiled Warriors:
Allied Nurses of the First World War, de Christine Harrell. La medicina y los
cuidados de enfermería avanzaron a paso de bayoneta y metralla. La cirugía y el
control de las infecciones dieron un giro de 180º debido al tratamiento de las
heridas, fracturas y amputaciones. Se comenzó a utilizar la solución de Dakin
para la antisepsia de las heridas, los conservantes para almacenar sangre
donada, la inmovilización de las fracturas, etc.
El hacinamiento
de los soldados tuvo como consecuencia un estudio más exhaustivo de las enfermedades
contagiosas. La ingeniería creo nuevos artefactos que resultaron necesarios,
ofensivos y defensivos: máscaras antigás, vacunas, aviones más rápidos y
seguros…, y un largo etcétera. Las primeras descripciones de los síntomas por
estrés postraumático se dieron en los hospitales de campaña.
La distribución
de la asistencia sanitaria, de los hospitales y ambulancias en la zona de Verdún
me creó verdaderos quebraderos de cabeza por la falta de información y, en
ocasiones, por datos contradictorios. El documento que más me convenció fue Le
Service de Santé durant la Bataille de Verdun, de Jean-Jacques Ferrandis (en
Histoire des sciences mèdicales, tomo XXXVI, número 2, 2002), y del que recreé
los mapas que aparecen en esta novela. Las técnicas médicas y quirúrgicas
utilizadas, así como el material mencionado en la novela, están documentados
mediante artículos sobre medicina de finales del siglo XIX y principios del
siglo XX, sobre todo de la Revista de Medicina y Cirugía prácticas, desde el
año 1882. Los avances técnicos sanitarios no llegaron al mismo tiempo a todos
los lugares y la falta de material quirúrgico en zonas de guerra era un hecho,
así que recreé el tratamiento de las heridas y enfermedades sin estos recursos.
Asumí que se debían utilizarse remedios conocidos anteriormente además de
introducir los métodos novedosos.
FOTO 14
Sanitarios en el camión radiológico Primera Guerra Mundial llamado: “Petit
Curie”
Y en el centro
de esta revolución sanitaria, la enfermería. Y las mujeres que la componían.
Pues la Primera Guerra Mundial inició el cambio social que se llevaba
reclamando mucho tiempo antes.
Sin embargo,
toda la aventura de Irene y sus compañeras en Verdún es ficticia, así como la
recreación de sus personalidades, pensamientos, las relaciones entre ellas y el
resto de personajes, sus motivaciones y anhelos, sus decisiones y acciones. He
intentado darles vida y he narrado su historia desde el interior del río:
mojándome en el proceso, sintiendo el frío y la angustia, nadando a contracorriente,
como hicieron las mujeres en aquella época.
Todos mis
personajes tienen un poco de mí, de lo bueno y de lo malo que puedo ofrecer. De
mis propias experiencias como enfermera y de lo que mis compañeras me han
contado a lo largo de estos años de profesión. Al fin y al cabo, solo han
pasado cien años desde entonces y la humanidad no ha evolucionado tanto como
hubiera sido deseable (5).
¡Espero que os
guste mi novela!
FOTO
15 Militares y enfermeras, 1917.
Bibliothèque Nationale de France
Bibliografía
1.- Todo
Literatura
2.- El imparcial.
Por Jorge Pato García
3.- El Instituto
Castellano y Leonés de la Lengua
4.- Nieves Muñoz
5.-
Resumen realizado por la propia autora: Nieves Muñoz de Lucas
FOTO 16 Enfermeras
Damas de la Cruz Roja Francesa, con los soldados heridos, 1916. Bibliothèque Nationale de France
Otra Bibliografía sobre el tema
6.-
Las Enfermeras Australianas en la Guerra Civil Española. Publicado el domingo
día 20 de marzo de 2011
7.-
Las Enfermeras que Lucharon por la Libertad. Publicado el sábado día 16 de
abril de 2011
8.-
Para nosotros era el cielo. Angela Jackson. Publicado el sábado día 16 de
febrero de 2013
9.- Mari Curie.
Mujer Inmortal. Manuel Solórzano. Publicado el domingo día 2 de noviembre de
2014
10.- Enfermeras de Guerra. Manuel
Solórzano. Publicado el miércoles día 1 de julio de 2015
11.- Las Enfermeras, su trabajo en la
guerra y la fatiga de combate. Manuel Solórzano. Publicado el domingo día 8 de
mayo de 2016.
12.- La
enfermería en la Gran Guerra: las novedades del frente. Javier Castro.
Manuel Solórzano Sánchez
Osakidetza,
Hospital Universitario Donostia, Donostia, Gipuzkoa.
Graduado en
Enfermería
Insignia
de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de
Enfermería Avanza
Miembro de Eusko
Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la
Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la
Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro no
numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)
Académico
de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia –
Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA
Insignia
de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa 2019
2 comentarios:
Felicito a la autora. Buscaré el libro para leerlo con gran interés.
Concha Brun Sandiumenge
Quiero alabar todopoderosamente al Dr. Oso que me ayudó con su cura para el vih, por favor ayúdame a darle gracias, es un gran hombre que Dios envió desde el cielo para salvar la vida de las personas, este hombre también salvó la vida de mi amigo. que tiene diabetes, por favor agradézcame a este hombre, también si tiene algún tipo de problema también puede contactarlo para que lo ayude, es un hombre maravilloso, el correo electrónico es drosohaberhome@gmail.com
O número de Whatsapp celular +2348162084839 gracias
También puede contactarme para obtener más información sobre el Dr. Oso faceynancy1@gmail.com
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