Una visita al Palacio de Medinaceli, Verdadero Museo
de Guerra, de Caza y de Pintura, convertido hoy en Hospital de Sangre y Cuartel
de Milicianos
FOTO 1 En el palacio de Medinaceli
de Madrid, convertido en parte en cuartel de las Milicias populares, las
fuerzas proceden al reparto de municiones. Foto Videa
Armaduras
y corazas antiguas que se conservan en el museo de caza del Palacio de
Medinaceli. En el centro de una
de las salas del museo de caza
del Palacio de Medinaceli se encuentra disecada esta jirafa gigante, a la que
hubo que cortar treinta centímetros del cuello
para que cupiera en la
habitación. Crónica. Revista de la Semana. Redacción y Administración.
Calle Hermosilla número 73 de Madrid. Director Antonio G. de Linares. 2 de
agosto de 1936. Año VIII. Número 351. Página 24
En el palacio de Medinaceli los
calendarios se han detenido en una fecha de abril de 1931
Los antiguos propietarios de este edificio salieron de España a raíz de
proclamarse la República; y aunque parece que después han regresado a Madrid,
no hay indicios de que hayan vuelto a habitar esta casa, verdaderamente
suntuosa, en la que se guardan joyas artísticas de valor incalculable.
Los ricos
tapices que antaño adornaban las paredes de la lujosa sala de fiestas y de
otras habitaciones de la casa fueron llevados de allí, seguramente trasladados al
Extranjero; pero de todos modos, la riqueza que en el palacio está atesorada en
cuadros de Goya y Velázquez, en antigüedades, relojes y muebles valiosos,
equivale a varios millones de pesetas (1).
FOTO 2 Médicos y
Enfermeras atendiendo a los heridos. Muchos de los hospitalizados en el palacio
de Medinaceli convalecen de sus heridas, y mientras llega el momento de darles
el alta definitiva leen tranquilamente el periódico. Foto Videa. Crónica.
Revista de la Semana. Redacción y Administración. Calle Hermosilla número 73 de
Madrid. Director Antonio G. de Linares. 2 de agosto de 1936. Año VIII. Número
351. Página 25
Al incautarse el
pueblo de este edificio lo ha destinado, en parte, a Hospital de Sangre, y en
parte, a Cuartel General de la Sección Motorizada de las Milicias Obreras del
Partido Socialista.
Los miembros de
estas Milicias pasean por el jardín. Sobre el césped, un grupo acaba de montar
unas ametralladoras, que esta misma tarde lanzarán desde las cumbres de la
Sierra su cortina de fuego. Sobre una de las paredes, los fusiles se alinean en
espera de que el maestro armero les eche un vistazo y un poco de aceite.
Los altavoces
instalados en todo el palacio transmiten a los milicianos las órdenes de sus
jefes, dictadas desde el micrófono. En estos cuarteles de las Milicias, la
radio, menos espectacular, pero mucho más práctica, ha sustituido a la cometa.
Hacemos una
rápida visita. Los tesoros artísticos del palacio son cuidados con todo celo
por estos hombres de «monos» azules, que recorren las habitaciones con ojos
maravillados. Unos carteles grandes avisan que todo aquello es del pueblo, y
que debe ser respetado.
El antiguo
poseedor del palacio tiene una afición extraordinaria a la caza. Llega a
constituir casi una obsesión en él. Asombrados, contemplamos el Museo de caza.
Animales de todas clases están allí disecados, bien en cuerpo entero, o
solamente la cabeza o los cuernos. Rinocerontes, focas, elefantes marinos,
búfalos, águilas, centenares de ciervos, jabalíes... Debajo de cada trofeo, un
óvalo dorado indica el lugar y la fecha en que fue cobrada la pieza. Hay una
jirafa gigante, una de las mayores que se han cazado; tan alta, que para
poderla meter en una de estas amplias salas hubo que cortarle treinta
centímetros del cuello (1).
FOTO 3
Enfermeras en una sala del Palacio de Medinaceli transformado en Hospital de
Sangre, 2 de agosto de 1936
El Museo de
armas y armaduras antiguas no es menos valioso e interesante. Las
corazas y los cascos guerreros, perfectamente adosados a maniquíes, nos hacen
recordar épocas remotas, cuando los guerreros peleaban dentro de una cárcel de hierro,
invulnerable a las armas de aquellas épocas. Morteros antiguos, cañones en
miniatura, sables, vestimentas de combatientes de otros siglos, pistolones
enormes y espuelas valiosas decoran las paredes de este verdadero Museo.
El Museo de
pintura, en el que, como hemos dicho, abundan los Goya y los Velázquez, se
distribuye por toda la casa. Rara es la habitación o el pasillo donde no hay
algún o algunos cuadros de inestimable valor.
Abundan los
motivos de caza, y el dormitorio del ex duque tiene las paredes decoradas con
escenas cinegéticas.
FOTO 4 Casino de
Madrid convertido en Hospital de Sangre, 9 de agosto de 1936
Junto al dormitorio
está el cuarto de baño. Las paredes son de caoba y decoradas con miniaturas de bronce
de los cuernos de todos los venados cazados. Junto a todo el lujo y esplendor
del palacio destaca la sencillez de la cama.
Por las salas,
sobre colchones extendidos en el suelo, muchos milicianos, que acaban de
regresar del frente, descansan de las duras jornadas, mientras otros se
preparan a salir. Las lámparas enfundadas en telas blancas, como muchos
muebles, dan a todo un aire fantasmal, turbado a cada minuto por el grito del micrófono:
El miliciano
Antonio López que se presente inmediatamente junto al teléfono del jardín para
encomendarle un servicio urgente (1).
R. M. G.
PALACIO DE MEDINACELI
HOSPITAL DE SANGRE 1936 y también llamado “HOSPITAL DE BASE NÚMERO 1” de Madrid
El
Palacio reconvertido en Hotel quedó en manos de un Comité de trabajadores en
1936. Al ver el Ministerio de Guerra un gran repliegue de las tropas del sur,
decide convertirlo en Hospital de Sangre, denominado “Hospital de Base número 1” de Madrid. El Médico Manuel Bastos Ansart decidió trasladar
el Hospital Militar de Carabanchel, debido a su proximidad con el avance de las
tropas asaltantes por el noroeste de la ciudad, evacuándose por completo y
trasladando al personal sanitario y el material quirúrgico al Palacio de
Medinaceli (2).
En
la planta baja se instalan los quirófanos de urgencias. La cúpula que iluminaba
el salón de baile con aquella luz, sirvió para poder realizar las operaciones,
ya que las bombas caídas sobre Madrid habían acabado con la luz eléctrica. Se
instalaron cerca de 800 camas. También estaban además del personal sanitario
todos los empleados que se dedicaban a recoger y trasladar a los heridos y
enfermos (2).
Agradecimiento
Esteban Durán León
Bibliografía
1.-
Crónica. Revista de la Semana. Redacción y Administración. Calle Hermosilla
número 73 de Madrid. Director Antonio G. de Linares. 2 de agosto de 1936. Año VIII.
Número 351. Páginas 24 y 25
2.-
Palacio de Medinaceli. Madrid
Autor:
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en
Enfermería. Osakidetza, Hospital Universitario Donostia, Gipuzkoa
Insignia
de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de
Enfermería Avanza
Miembro de Eusko
Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la
Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la
Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro no
numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)
Académico
de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia –
Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA
Insignia
de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa 2019
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