“El progreso no consiste en aniquilar el ayer, sino, al
revés, en conservar aquella esencia del ayer que tuvo la virtud de crear ese
hoy mejor”
Ortega
Y Gasset
FOTO 1 José Luis Blanco y Diego Buenosvinos, periodista
con el libro “El arte de cuidar”, en la sede del Colegio de Enfermería de León.
Fotografía de Mauricio Peña
Cien años de cuidados
El Colegio
Oficial de Enfermería de León cumplió un siglo de vida en 2017 que remató ayer,
28 de noviembre de 2019, con la presentación del libro “El arte de cuidar”, de Diego
Buenosvinos. La obra recorre desde los orígenes de la Unión de Practicantes
en la calle Las Fuentes hasta el alto nivel formativo y científico alcanzado en
el siglo XXI con 3.600 profesionales colegiados en León (1).
El arte de
cuidar. Cien años del Colegio de Enfermería de León, es la historia del último
siglo de una profesión de la que hay constancia en los archivos del antiguo
hospicio provincial desde 1857 —hay registro de nóminas de enfermeras y
enfermeros— y mucho antes como practicantes. Además, en 1915 la reina Victoria
Eugenia, esposa de Alfonso XIII, fue la impulsora del cuerpo de Damas
Enfermeras de la Cruz Roja.
Diego Buenosvinos Fernández destaca «el esfuerzo tan grande que durante décadas ha hecho la enfermería para
formarse, mejorar y crecer». El periodista y escritor también pone de
relieve «el apego al paciente, el desvelo
y la constancia», así como el nivel de «los
trabajos científicos» que desarrolla la enfermería en León en los últimos
años.
El Colegio,
que nació impulsado por un grupo de practicantes leoneses, tuvo su primera sede
en la calle Las Fuentes. Desde allí se lanzaron las primeras propuestas para la
mejora de la profesión a través del asociacionismo. Fue en la calle Santa Cruz
donde «comenzó a dar sus primeros pasos
con fuerza y a unir a los profesionales Practicantes», comenta Buenosvinos
(1).
En 1904 se
permite a las mujeres ser practicantes. Ahora son el 80 % de las personas
colegiadas.
FOTO 2 Cuidados
a un paciente en un centro sanitario de León. La novena provincia de la
enfermería era “Reino de León”. Archivo Histórico del Diario de León
El buceo en
los archivos ha sacado a la luz hechos tan significativos como que en 1919 el
colegio de León editó la revista “El Practicante Leonés”, una singular
publicación que por aquel entonces tuvieron en nueve cabeceras colegiales,
entre 45 colegios y dos agrupaciones. «Precisamente,
cien años después, no llegan a doce las provincias que tienen un monolito
dedicado a la enfermería como León cuenta con uno en La Palomera»,
apostilla el autor.
Hechos que dan
cuenta de la vitalidad del Colegio Leonés de Enfermería desde sus comienzos
hasta la actualidad. Y también de una sociedad que confiaba al asociacionismo
la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. El nacimiento del Colegio
coincidió con la reedición, poco después, del Boletín de la Unión Sanitaria
Leonesa y la fundación, en 1922, de la Federación Nacional de Colegios de
Practicantes con ocho regiones. No deja de ser curioso que la provincia leonesa
aparezca en esta nomenclatura con la denominación “Reino de León”, como recoge
la publicación con la que serán obsequiadas las 3.600 personas colegiadas a día
de hoy.
Desentrañando
la historia de esta profesión en la provincia también ha palpado Buenosvinos «la importancia que ha tenido siempre León,
con una historia y un patrimonio tremendo que nunca hemos valorado y tiene un
peso enorme para seguir creciendo», apostilla.
El
presidente actual José Luis Blanco Valle
señala que el libro desvela las raíces de la profesión en León «enraizando con profunda armoniosidad, el
pasado de un colectivo que se brindó en cuerpo y alma por el cuidado del
enfermo y conseguir su curación a base de sabia profesionalidad» (1).
Otro hecho
histórico que marcaría el futuro sanitario de la provincia de León —valora el
autor— fue la carta que en 1922 recibió el presidente del Colegio de
Practicantes en la que le instan a separar los servicios de Barbero y Practicante del Hospicio de San Cayetano. «Precisamente en este local de beneficencia
tenemos constancia de nóminas y estadísticas de diferentes épocas y en los que,
desde 1859, figuran ya profesiones como Enfermera, Celador, Ama de Lactancia o
Enfermero», explica.
FOTO 3 El autor del libro conmemorativo, Diego
Buenosvinos, con el presidente del Colegio de Enfermería, José Luis Blanco. Jesús
F. Salvadores
León estaba
sujeto a los cambios que se producían en España y en Europa en aquellos
‘felices’ años 20. En 1923 se produce un hito para la profesión con la creación
del Montepío Nacional al que el presidente leonés, Ignacio Martínez Galán, aporta las bases del reglamento.
En el bullir
sindical de aquellos tiempos el Colegio de Practicantes de León fue, con el de
Zaragoza, uno de los que se integró en 1925 en la Unión General de Trabajadores
(UGT).
La
colegiación obligatoria se estableció en 1929 para practicantes y un año
después para matronas. Tras la sublevación contra la II República se reunieron
en Burgos, sede de operaciones del frente rebelde, se reunieron en la ciudad
representantes de colegios de practicantes de diversas provincias, incluida la
de León.
Al finalizar
la guerra, destaca Buenosvinos la subida de una peseta por practicante del
precio de la colegiación en 1939, año en el que se compraron 139 carnés para
los colegiados.
En 1942 se
establece el seguro obligatorio de enfermedad para los profesionales.
Particularmente significativa se considera la década de los años 50 (1).
«En
1953, se funden en una tres profesiones —practicantes, matronas y enfermeras—
en Ayudantes Técnicos Sanitarios (A.T.S.)», señala el autor.
Es en esta
década cuando se estrena la sede en Ordoño II. En 1958 se requiere el servicio
de telefonía para el local que hasta los años 80 sería el punto de referencia
de la profesión en León. Con la incorporación del teléfono se pretende «mejorar la atención a los colegiados».
FOTO 4 Acta de la sesión celebrada el 25 de octubre
de 1933 en junta general extraordinaria que menciona el envío de dinero a
colegas de Bilbao para un recurso ante el Tribunal Supremo. AHP León
Las
inquietudes por divulgar la labor profesional se reflejan en 1963 en la
presentación de la revista colegial Técnica Sanitaria. Este mismo año, la
sección de matronas decide aportar una peseta por colegiada por el uso de la
sede «para ayudar a sufragar los gastos
comunes», de modo que, aunque estaban unificadas las profesiones en la denominación
de A.T.S., las matronas parece que estaban aparte.
Otro hito lo
marca, en junio de 1966, la creación de la Escuela
de Ayudantes Técnicos Sanitarios Femeninos por la Diputación Provincial,
que se completaría en 1970 con la creación de la sección masculina. Durante
años recibían enseñanza segregada. Así lo vivió José Luis del Blanco.
En 1904 se
permitió a las mujeres obtener el “Título de Practicante” y en 1915 se da el
empuje definitivo a las Enfermeras con la Real Orden de 21 de febrero. Ni que decir
tiene que la profesión de los cuidados devino en una ocupación feminizada a lo
largo del siglo XX. Actualmente el 80 % de sus efectivos son mujeres, comenta
Buenosvinos (1).
FOTO 5 Escultura de homenaje de Jorge Aller en La Palomera. Representa las
manos de una enfermera acogiendo la mano del enfermo. Fotografía
Ramiro
La profesión
cuenta con 385 colegiados en 1975 y dos años después consigue la Diplomatura,
primero con dependencia de la Universidad de Oviedo y ya desde 1979, de la
Universidad de León.
La labor del
colegio en el impulso a la investigación y la actividad cultural se hace notar
en 1985 con la creación de un premio científico y otro literario. La profesión
se consolida con la creación de la Diplomatura en Ponferrada en 1998 y el reconocimiento
de siete especialidades en 2005 y alcanza su cenit en 2015 con la creación de
la Facultad de Ciencias de la Salud para ser Grado Universitario.
Los retos
son muchos, admite José Luis Blanco. El primero «mantener lo que hemos logrado,
mejorar la formación, conseguir la prescripción enfermera y la presencia en
órganos de decisión y directivos para organizar y gestionar la sanidad»,
señala. Con un siglo a sus espaldas León encara el horizonte del 2020, Año
Internacional de la Enfermería, y participa en la campaña Nursing Now para el
empoderamiento profesional.
Barberos y Practicantes
Empezaron
como Practicantes, oficio que hasta principios del siglo XX estuvo unido al de
Barbero, se diplomaron como A.T.S. (Ayudantes Técnicos Sanitarios, agrupando a
practicantes, matrona y enfermeras) y alcanzaron la categoría de Grado
Universitario en 2015 (1).
Los Barberos
estaban autorizados para hacer Sangrías desde tiempo inmemorial. También
existían los Ministrantes que, junto a los Practicantes, estaban autorizados
para hacer cirugía menor en los pueblos bajo la supervisión del facultativo
municipal. Barberos, Ministrantes y Sangradores son los oficios que dan origen
a los dentistas a finales del siglo XIX.
En cuanto a
la formación en León, antes que la Escuela de Ayudantes Técnicos Sanitarios que
promovió la Diputación en 1966, existió la Escuela tutelada por el Instituto
Nacional de Salud en la antigua Maternidad de la Avenida de Asturias y la Obra
Hospitalaria de Nuestra Señora inauguró su propio centro en 1967 (1).
La
Fisioterapia, por su parte, se desgaja de los A.T.S. en 1980. El primer intento
de crear una asociación de fisioterapeutas en León es de 1987 (1).
Tres años para un siglo de
cuidados
El periodista Diego
Buenosvinos presenta el resultado final de un esfuerzo personal y colectivo:
los Cien Años del Colegio de Enfermería de León compilados en el libro “El
arte de cuidar”
En aquellos
días de 1917 la enfermería leonesa poco o nada tenía que ver con la actual Profesión.
El recuerdo lleva a los primeros Barberos
que desarrollaban la enfermería en su local, donde Ignacio Martínez Galán
fue el primer Presidente Colegial; hasta dar un salto de cien años para
encontrar el gremio que hoy en día busca no solo curar, sino también acompañar
y cuidar. Pero por el camino hay historias, anécdotas y avances de un sector
que camina de la mano de la vanguardia (2).
Mucho ha
cambiado la enfermería leonesa desde aquel pretérito 1917. Pero para saber qué
cuestiones son diferentes toca disfrutar leyendo este fantástico libro.
«Hemos
intentado hacer una recopilación histórica en un trabajo que ha sido laborioso
pero tenemos una obra que logra que todo esté aquí», defendía el presidente del
Colegio de Enfermería de León, José Luis Blanco (2).
No parece sencillo resumir un siglo de vida, menos aun cuando el Colegio
ha pasado por siete sedes. «Hay que tener en cuenta que esta historia empieza con Barberos,
Ministrantes y Sangradores, que casi eran los que componían la profesión»,
reconocía el presidente (2).
FOTO 6 Archivo
Colegio de Enfermería de León
Con una
cuidada fotografía y con gráficos y documentos que apoyan el relato, el libro
busca contar una historia para aquellos que la desconocen y ser un testimonio
clave en proteger la trayectoria del colegio profesional. El reto, para el
autor, no era menor. «Uno cuando sabe que está ante un centenario y cuando
te piden esta misión te quedas un poco asustado por la responsabilidad,
pero lo que quise fue sintetizar el trabajo de los profesionales», destacó Diego Buenosvinos, que no duda en
asegurar que en estos cien años «se ve un
constante afán de superación y de formación, siendo la vanguardia» (2).
EL LIBRO “EL ARTE DE CUIDAR”
CIEN AÑOS COLEGIO DE ENFERMERÍA DE LEÓN
FOTO
7 Portada del libro “El Arte de Cuidar” Cien Años del Colegio de Enfermería de León
UN SIGLO CUIDANDO A LOS DEMÁS
El
libro consta de 314 páginas y 29 capítulos para glosar
la aventura de una profesión que va más allá de curar al que lo necesita. Su índice
se organiza de la siguiente forma:
1.- Nota del
autor
2.-
Introducción: Don José Luis Blanco Valle
3.- Prólogo:
Don Alfredo Escaja
4.- Prólogo:
Don Florentino Pérez Raya
5.-
Cronología: Evolución Histórica del Colegio de Enfermería de León
6.- Primeras
Actas
7.- 1917.
Boletín del Colegio de Practicantes
8.-
Beneficencia
9.- Sucesores
del Practicante
10.- 1919.
Primera Revista Colegial
11.- Prensa
Histórica Local
12.- Comisiones
de Sanidad, Formación e Investigación
13.- Una
vida dedicada al Servicio de la Enfermería Leonesa
14.-
Colección de trajes enfermeros antiguos: vocación investigadora
15.-
Congresos
16.-
Presidentes del Colegio Oficial de León
17.- Colegio
Oficial de Matronas de Asturias y León
18.-
Personalidades presentes en las Actas de las diferentes Juntas de Gobierno
desde 1980 hasta nuestros días
19.- Sedes
Colegiales
20.-
Titulación en León y en el Conjunto de España entre los años 1877 – 1932
21.-
Deontología Profesional
22.- Cien
años de compromiso y Cuidados para la Salud de los Leoneses
23.- Las
Revistas Colegiales a través de las Fiestas Patronales
24.-
Convenios Institucionales
25.-
Documentos, sellos, carnets y diplomas
26.- San
Juan de Dios
27.-
Anuncios
28.- Junta
de Gobierno y personal del Colegio de Enfermería de León
29.-
Bibliografía
Según nos
cuenta el autor Diego Buenosvinos,
ha pretendido con este libro mostrar la filosofía enfermera sustentada siempre
en el compromiso, la dedicación plena y el arduo trabajo por superarse.
Cualidades pragmáticas que vemos hoy con normalidad, pero especialmente
valiosas en un mundo repleto de dificultades y todo ello desde una perspectiva
cambiante en organización, gestión, formación y ante los espejismos económicos
sustentados por las carencias y necesidades básicas en muchas de las etapas del
siglo XX (3).
Ha sido muy
importante el haber podido consultar los fondos del Archivo Histórico
Provincial de León, gracias a estos fondos, el autor ha podido verificar
numerosas claves organizativas del patrón de la sanidad leonesa desde mediados
del siglo XIX y también su correlación en el XX.
La
interrelación de practicantes, matronas y enfermeras ha supuesto la creación de
un grupo homogéneo que ha conseguido asumir con éxito los más punteros retos
como la consecución del Grado Universitario, y aspirar a seguir esta senda de
crecimiento y excelencia de manera imparable.
El
Presidente del Colegio de Enfermería de León, Don José Luis Blanco Valle, nos decía en su introducción que se sentía
muy honrado en poder ofrecer esta magnífica obra de investigación datada a
partir de documentos guarnecidos en los muchos fondos documentales de la
provincia de León.
León
ha contado, con la documentación actual, con diecisiete presidentes contando
con los presidentes accidentales, a lo largo de estos cien años de historia con
una “sección de matronas” bien perfilada, la cual a pesar de subordinarse a su
matriz asturiana, marcaba sus funciones con clara autoridad (3).
No
sería hasta diciembre de 1929 cuando se estableció de forma obligatoria la
colegiación y entonces modelaron las principales normas, reglamentos y dinámica
ética enfermera.
FOTO
8 El Censo de Colegios. Relación nominal de los Colegios y Agrupaciones de
Practicantes de Medicina y Cirugía. Madrid, 1 de septiembre de 1920
Don
Alfredo Escaja, Presidente del
Ilustre Consejo Autonómico de Enfermería de Castilla y León, nos contaba que
cumplir un siglo de vida es un privilegio del que pocas organizaciones gozan en
una sociedad tan incierta, voluble y trepidante como la actual.
A
lo largo de un siglo de vida ocurren muchas vicisitudes, de las cuales le
gustaría destacar aquí tres: la unificación, en 1953, de los entonces colegios
de practicantes, matronas y enfermeras al crearse el Colegio de A.T.S. en León;
en 1977, la organización dio un salto y pasó a convertirse en Colegio de D.U.E.
de León y finalmente en 2010, el Colegio fue testigo de la creación del Grado
en Enfermería con el Plan Bolonia (3).
Muchas
felicidades al Colegio de Enfermería de León y a su Junta de Gobierno actual
que han hecho posible la edición de este fenomenal libro, y a los enfermeros de
León por contribuir a crear la historia de esta excelente profesión.
Florentino
Pérez Raya, Presidente del Ilustre Consejo General de Colegios de Enfermería de
España, nos decía en su prólogo que los Enfermeros de León han contribuido con
su trabajo, dedicación y constancia, junto al resto de los profesionales
españoles, a alcanzar las elevadas cotas de desarrollo profesional de las que
hoy disfrutamos (3).
Aquel
germen que nació hace cien años, tiene como su propia historia que en 1919 el
Colegio edita la primera revista colegial “El Practicante Leonés” cuando en
todo el país solamente se editaban nueve revistas de los 45 Colegios inscritos
en el registro. Unos años después en 1922 encontramos una referencia de la
Junta Provincial de Sanidad donde se indicaba la separación de los servicios de
Practicante y Barbero (3).
No
menos importante fue el proyecto de Montepío de Practicantes de Medicina y
Cirugía de España en 1923 y redactado por el presidente del Colegio de
Enfermería de León, don Ignacio Martínez Galán, para poder socorrer a los
socios “inutilizados” en el ejercicio profesional.
En
el año 2017 estuvo en la inauguración, muy cerca de la Facultad de Ciencias de
la Salud y del Colegio de Enfermería de León, de un monolito para conmemorar,
precisamente, esos cien años de vida colegial en la Palomera (rotonda de
Enfermería). Representa las manos de una
enfermera acogiendo la mano del enfermo. De este modo, la Sociedad Leonesa
reconoce el trabajo de “sus enfermeras” con admiración y respeto.
Concluye
diciendo Florentino: “A todos los que han contribuido a establecer este perfil
enfermero, en este Colegio de Enfermería de León, durante sus cien años de
vida, nuestra mayor gratitud y nuestro mayor respeto (3).
Su Historia
En
el Boletín de los Colegios de
Practicantes de Medicina y Cirugía, datado en el mes de marzo de 1917, en la
página 14 y en la sección de noticias se encontraba el siguiente párrafo:
“Grata sorpresa nos ha causado la formación de los Colegio de León y La Coruña.
Finaliza el artículo poniendo los nombres de los dos nuevos presidentes que en
el caso de León fue Ignacio Martínez Galán.
Hemos
encontrado en el dosel denominativo los siguientes nombres: “ministrantes”,
“cirujanos dentistas”, “matronas”, “practicantes autorizados para partos”,
“odontólogos”, “sangradores”, “barberos” y otros muchos nombres para designar
aquellos que en todo momento han estado tan apegados a las necesidades de la
sociedad (3).
Beneficencia
En
la legislación sanitaria básica del siglo XIX, transcrita por J. L. Ausin
Hervella, se dicta el artículo 101 de esta Ley: “Los enfermeros darán cada
semana a la Junta parroquial o municipal, cuenta exacta de las cantidades que
se hayan invertido en este objetivo, de los enfermos que se hayan curado,
muerto o adolecido de nuevo y de todo cuanto juzguen digno de ponerse en
conocimiento de la Junta, para que ésta provea por si es conveniente, o recurra
a la municipalidad en caso necesario”.
En
el artículo 11 se lee, “Además del competente número de enfermeras, habrá en
cada hospital un director dotado de las cualidades debidas, a cuyo cargo estará
el gobierno interior del establecimiento y la conducta de los empleados y
enfermos”.
No
olvidemos que se especifica en el artículo 105 que habrás hospitales públicos
en todas las capitales de provincia. En el caso de León como aclara Fernández
Arienza, la primera referencia histórica data del año 1084, no siendo hospital
sino “Alberguería”, que fue mandad construir cerca de la catedral por el Obispo
Pelayo. Era en sí misma un lugar de cobijo para peregrinos o de descanso (3).
FOTO
9 Sellos de beneficencia de León
Los
primeros hospitales de nuestro país, comenzaron siendo “Albergues de la Iglesia”
donde se albergaba y atendía a peregrinos, mendigos, viejos, tullidos, ciegos,
huérfanos o locos. La atención proporcionada por los frailes y años después por
monjas no era otra cosa que facilitar el
reposo, proporcionar comida y calor así como la higiene que se podía (4).
La
primera referencia de un “Hospital urbano” o Alberguería” en España era el
hospital de Santa María o de la Catedral que nace en 1084 en León, situado ante
la Puerta y la torre Norte de la Catedral.
En
1096 se construye el monasterio de San Marcelo en la plaza de Santo Domingo hoy
en pleno centro de la ciudad y allí es trasladado el antiguo Hospital. Su torre
e Iglesia (que fue arrasada por Almanzor) aún existen. El Hospital, también
tenía una Torre llamada de Almanzor que era una parte de la Muralla leonesa (4)
Hacia
1460 el Hospital pasa a llamarse San Antonio Abad, en principio especializado
en curar el Fuego de San Antonio, enfermedad causada por la contaminación del
pan con el cornezuelo del centeno y que los frailes curaban con pan de trigo. El
Hospital de San Antonio Abad, pervive y se agranda durante muchos años hasta
que en 1922 se traslada a los Altos de Nava (4).
En
1961 lo adquiere la Diputación que se lo compra al Obispado, funciona como
hospital hasta 1975 (4).
En
el año 1996 se instala en él la Escuela Universitaria de Enfermería que ahora
se despide de este Histórico edificio que vivió entre monjes y monjas, barberos,
sangradores, ministrantes y cirujanos romancistas, médicos y canónigos,
administradores y… (4).
Para
terminar con estudiantes y profesores que ahora nos despedimos, no sin mostrar
nuestro orgullo de haber compartido con la historia esta institución milenaria.
Nuevos horizontes, por fin en el campus, por fin en la Universidad, pero
déjenme que derrame la última lagrima por este pedazo de nuestra historia (4).
Dr.
Javier Pérez Rivera. Profesor de la
Universidad de León
Reglamento para las
Carreras de Practicantes y Matronas
El
21 de noviembre de 1861 se aprueba la real Orden por la que se determinan las
enseñanzas de los Practicantes y Matronas. Esta Real Orden se vio modificada y
ampliada por otra publicada el 18 de noviembre de 1888 (3).
El
18 de noviembre de 1889 la Gaceta de Madrid, en su número 323, publicó la
citada aclaración al Reglamento que ordenaba de manera concisa la preparación a
que tendrían que acogerse los Practicantes como herederos de los Cirujanos
Menores, Ministrantes y Matronas. Se les otorgaba el título de “Auxiliares en
Medicina”, en virtud de lo establecido en el artículo 40 de la Ley de
Instrucción Pública de 9 de septiembre de 1857 y se les habilitaban para el
ejercicio de pequeñas operaciones que estaban catalogadas como cirugía menor
(3).
En
cualquier caso, no podrían realizar ningún tipo de acción médica sin previa autorización
facultativa. Se instituía también que pudieran acompañar y ayudar en las
operaciones importantes que los médicos llevaran a cabo y, por otra parte,
quedaban capacitados para realizar las curas después de una intervención. En el
artículo 5º de la norma, se explicaba que debían poseer conocimientos de
anatomía, vendajes y apósitos y que en ningún caso podrían ejercer como
dentistas.
También
se regulaban las prácticas que debían realizar: no podrían durar menos de dos
años y debían llevarse a cabo en hospitales públicos.
Un
Tribunal aprobado por los rectores de las Facultades de Medicina, deberían
examinar a los futuros “Auxiliares de Medicina” y “probar su suficiencia” a
través de cuestionarios orales y prácticos, como final de estudios (3).
FOTO
10 Litografía Barbero Sangrador. Realizando una sangría
La
preparación académica de las Matronas por su parte, se efectuaría de manera
similar a los Practicantes: debían adquirir conocimientos de Obstetricia,
preceptos y reglas para asistir a las parturientas y paridas, así como a los
niños recién nacidos en todos los casos en que el parto fuera normal.
También
debían conocer las pautas para administrar el bautismo en los casos en que
peligrase su vida. Los exámenes marcaban las mismas formalidades que en el caso
de los Practicantes. En el artículo 14º se derogaban odas las disposiciones que
se opusieran a ese reglamento que fue firmado por el Presidente del Consejo de
Ministros, José Canalejas y Méndez (3).
Barberos Sangradores
En
1748 aparecen los Colegios Reales donde aparecían los barberos sangradores. Los
barberos tenían que pasar pruebas que suponían la preparación para ejercer como
cirujanos mayores. Entre los sangradores y cirujanos menores, comenzó a tomar
forma una de las denominaciones del servicio médico que triunfó con el paso del
tiempo y que formaría parte del sistema del “Practicante”.
Los
cirujanos romancistas eran sanadores que obtenían su título después de trabajar
como aprendices o “practicantes” de otro cirujano romancista diplomado, y
superar un examen ante el Protomedicato. El examen se realizaba en romance
castellano y de ahí el nombre con el que eran conocidos para diferenciarlos de
los cirujanos latinos, que realizaban su examen en latín.
En
el siglo XVII, los cirujanos romancistas fueron los que se hicieron cargo de casi
toda la asistencia sanitaria para la mayor parte de la población. Eran ellos
quienes curaban fracturas, heridas y llagas; abrían los tumores y sajaban los
abscesos; y también los que hacían las autopsias, pues los médicos no
trabajaban con las manos. A mediados del siglo XVIII se habían extendido por
todos los pueblos, pudiendo decirse, sin exagerar, que su práctica alcanzaba a
todos los habitantes.
Los
barberos sangradores como los ministrantes o cirujanos menores y dentistas,
entre otros profesionales de la época, estaban realizando tareas que luego
desempeñarían los propios practicantes. La Real Orden de 31 de marzo de 1836 se
promulgó precisamente para concentrar ya a primeros del siglo XIX todos los títulos
bajo una sola denominación la del “Practicante”.
1919 Primera Revista
Colegial
Los
practicantes leoneses, cerciorándose de la necesidad de comunicarse de forma
periódica para marcar pautas e informar de cuanto acontecía en aquellos tiempos
de cambios y avances, publicaron “El Practicante Leonés”, en una edición del
año 1919. En aquella época solo se editaban 9 periódicos de los 45 Colegios y 2
Agrupaciones que formaban la profesión.
Se
planteaba un reto más que evidente debido a las dificultades inherentes de la
falta de medios, dificultades económicas e, incluso, de distribución. Pero la
vocación de los profesionales afrontaba todas las trabas y se superaban para
tener una gran revista profesional y de vanguardia.
Tres Escuelas de
Enfermería en León
Coexistieron
tres Escuelas de Ayudantes Técnicos Sanitarios en León. De este modo tan
competitivo se fueron formando los profesionales de ambos sexos en León para
unirse al mundo sanitario. Hubo una dependiente de la Diputación Leonesa, la
Escuela tutelada por el Instituto Nacional de Salud (Insalud) ubicada en el
antiguo complejo de Maternidad, en la carretera de Asturias. La tercera Escuela
perteneciente a la Obra Hospitalaria “Nuestra
Señora de la Regla” que fue inaugurada el 9 de octubre de 1967 y finalizó
en 1977.
FOTO
11 Orla de la 1ª Promoción de la Escuela de la Excelentísima Diputación
Provincial de León. Ayudantes Técnicos Sanitarios (A. T. S.). 1968
La
Escuela de Enfermeras de la Diputación
Provincial de León fue creada en el curso académico 1965 – 1966, en su
sección femenina, llamada Escuela de Ayudantes Técnicos Femeninos como en casi
todas las capitales de provincia, y con el modelo de internado y el 18 de
diciembre de 1970 en la sección masculina y se impartían las clases teóricas en
el edificio hoy ocupado por el Conservatorio de Música de León.
Una
década después en 1979, esta Escuela pasaría a ser Universitaria, pero
continuando bajo la dirección de la Universidad de Oviedo. Pasó a denominarse
Escuela Universitaria de Diplomados en Enfermería, hoy en día Facultad de
Enfermería. Formaron durante 15 años, 2.433 titulados de ambos sexos, 1.626
mujeres y 807 varones.
En
1980 esta Escuela Universitaria fu trasladada al edificio San Antonio Abad, en
el complejo hospitalario.
FOTO
12 Documento de la Escuela Universitaria de Enfermería de León
En
el Campus Universitario de Ponferrada, la enseñanza de la Escuela de Enfermería
pasó a integrarse en el nuevo Hospital del Bierzo, cediendo el antiguo edificio
a la Universidad de León, para poder crear la Escuela de Enfermería en el año
1998, ya con la titulación de Diplomado en Enfermería. La Universidad de León
creará en 2001 la Diplomatura en Fisioterapia en el Campus de Ponferrada para
el curso 2001 – 2002, y la Escuela de Enfermería pasará a denominarse Escuela
de Ciencias de la Salud y hoy en día la Facultad de Ciencias de la Salud.
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Documental
Búsqueda
Documental: Diego Buenosvinos Fernández;
Carlos C. Álvarez Nebreda; José Luis Blanco Valle; Inés Casado Verdejo; José Luis Pérez; José Carlos Gil Durán y Benilde
Ámez López.
Maquetación
y Diseño: Juan Pablo Domínguez Domínguez
/ elehache comunicación.
Revisión
de Estilo: Elena Bajo Pérez.
Fotografía:
Víctor Justel Ropero.
Edita:
Ilustre Colegio de Enfermería de León.
Imprime:
Redes / Imagen y comunicación.
Depósito
Legal: LE 738-2019
Año
de Impresión: 2019
ISBN:
978-84-09-14084-8
Fotos
antiguas retocadas por José Luis Santos
Flórez.
FOTO
13 Ficha del Colegio Oficial de Practicantes de la Provincia de León a nombre
de Antonio Vega Crespo
Agradecimientos:
A
la Junta de Gobierno por su incuestionable apoyo.
Al
enfermero, documentalista y escritor Dr. Carlos C. Álvarez Nebreda.
Avelino
Crespo Crespo, Secretario Técnico del Servicio Territorial de Cultura y Turismo
de la Junta de Castilla y León.
Al
Archivo Histórico Provincial de León.
A
los funcionarios del Archivo Histórico del Instituto Leonés de Cultura (ILC).
Archivo
del Consejo General de Enfermería de España.
A
la Fundación Sierra Pambley.
Francisco
Castañón González. Diputado de Cultura de León.
Germán
Sánchez Gómez. Catedral de León.
Dr.
F. Javier Pérez Rivera
Bibliografía
1.-
Diario de León. Ana Gaitero. 29 de noviembre de 2019
2.-
León Noticias, Nacho Barrio. 28 de noviembre de 2019
3.-
El Arte de Cuidar. Cien Años del Colegio de Enfermería de León. Diego
Buenosvinos Fernández.
4.-
Antecedentes históricos en la provincia de León. Dr. F. Javier Pérez Rivera. Profesor
titular de Enfermería Materno-Infantil. Director del Departamento de Enfermería
y Fisioterapia. Coordinador del máster de investigación en Ciencias Socio sanitarias.
Universidad de León
FOTO
14 Orla de la 6º Promoción de la Escuela de la Excelentísima Diputación
Provincial de León. Ayudantes Técnicos Sanitarios (A. T. S.). 1973
Mi impresión
Magnífico libro del Colegio de Enfermería de León, con sus tapas
duras y muy bien estructurado, que nos cuenta en sus páginas el transcurso de esos
primeros 100 años cumplidos y de sus profesionales.
Darles la enhorabuena a todos los compañeros de León por tener tan
bello ejemplar, para poder consultar y tener cerca en el trabajo, en los
hospitales y bibliotecas y que nos sirva a todos los profesionales a mejorar
nuestro trabajo diario.
Así mismo los futuros profesionales que lo podrán consultar en sus
universidades, encontrarán en él una ayuda para recordar cómo fue su profesión
y en su bibliografía, hallarán documentos para nuevas Tesis Doctorales y
trabajos de campo y así engrandecer a toda la Comunidad Enfermera, siendo la
que más profesionales aporta a la Sanidad Española.
FOTO
15 Contraportada del libro “El Arte de Cuidar” Cien Años del Colegio de
Enfermería de León
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en
Enfermería. Osakidetza, Hospital Universitario Donostia, Gipuzkoa
Insignia
de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de
Enfermería Avanza
Miembro de Eusko
Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la
Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la
Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro
Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en
México AHFICEN, A.C.
Miembro no
numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)
Académico
de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia –
Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA
Insignia
de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa 2019
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