SOR ÁNGELA VIRGINIA LAZO MIDENCE
Personaje Ilustre de la Enfermería
Guatemalteca
La Escuela Nacional de Enfermeras
de Guatemala (ENEG), se fundó por empeño de las Hermanas de la Caridad por Decreto
Gubernativo de fecha 5 de junio de 1933, siendo la madre directora Sor María Antonieta Galloti. El 10 de Junio
de 1940, el Presidente de la República, Jorge
Ubico, emite el Acuerdo Gubernativo 2390, en el que se establece la Escuela
Nacional de Enfermeras como Institución única del Estado para formar enfermeras.
Sor Ángela Virginia Lazo Midence
“La
pequeña gran mujer, es así como he querido llamar a la tenaz, incansable,
dinámica y constante Sor Ángela Virginia Lazo Midence, extraordinaria mujer
cuya obra ha quedado imborrable en las páginas de la historia de la Enfermería de
Guatemala” (1)
Sor
Ángela nació el 12 de octubre de 1892 en la vecina República de Honduras, pero
a los tres años de edad, fue llevada por sus padres a Guatemala, donde creció y
se educó, obteniendo posteriormente la ciudadanía Guatemalteca. Hizo sus
estudios primarios en el Colegio de Señoritas “Doña Concha Zirión de Saravia” y
los de Maestra de Educación Primaria en el Instituto Normal Central para
Señoritas Belén.
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001 Cuadro que hay en la Escuela Nacional de Enfermeras de Guatemala de Sor
Ángela Virginia Lazo Midence
De 1921 a 1929 fue Directora de
la Escuela Primaria
de la Casa Central.
Con su dirección se inició la impresión de los primeros libros de texto de la Casa Central y que fueron
famosos aun fuera de Guatemala. En 1929 ya pertenecía a la Comunidad de las
Hermanas de la Caridad
de San Vicente de Paúl, una de las órdenes religiosas que más influencia ha
tenido en la Enfermería
mundial. Por esta razón, ese año empezó a trabajar como Contralora en el Hospital General San Juan de Dios de
Guatemala.
En
1931 al establecerse la
Escuela de Enfermeras del Hospital General de Guatemala, Sor
Ángela Lazo ingresó a la misma para realizar los estudios de enfermería donde
sobresalió como estudiante distinguida, aprobando todos los cursos de la
carrera con la máxima nota de 100 puntos, según consta en los archivos de la Escuela nacional de
Enfermeras de Guatemala. En esta Escuela impartió clases aún antes de
graduarse. Egresó como Enfermera Profesional el 17 de febrero de 1933.
En
1936 al fallecer Sor María Antonieta Galloti, asumió la Dirección de la Escuela de Enfermería a
sus 44 años, hasta 1940, año en que fue clausurada dicha Escuela por haberse
creado la Escuela Nacional
de Enfermeras de Guatemala. Durante su gestión como Directora de la Escuela de Enfermeras del
Hospital General de Guatemala, logró que la misma alcanzara gran prestigio
llegando a tener estudiantes de otros países de Centro – América.
En
1937, escribió “Breves notas sobre las lecciones de los cursos de la Escuela de Enfermeras del
Hospital General”, obra de 364 páginas y editada por la Tipografía Nacional.
Fue publicada en el Boletín de la Oficina
Sanitaria Panamericana, por lo que fue conocida en otros
países y a la vez muy solicitada. Con el producto de la venta de esta
publicación, se adquirió mobiliario y material didáctico para la Escuela.
La
labor docente de Sor Ángela Lazo en la Escuela de Enfermeras del Hospital General, fue
reconocida por las Autoridades y Profesionales de dicho Centro Asistencial,
quiénes consideraron que la mayor parte del éxito de la Escuela se debió a la
dedicación y capacidad de Sor Ángela Lazo.
En
1943 viajó becada a realizar estudios sobre Administración de Hospitales y
Escuela de Enfermería, en la
Universidad de San Louis Missouri, Estados Unidos de América.
Por su destacado rendimiento, le proporcionaron un viaje educativo a New
Orleáns, Chicago, Los Ángeles, San Francisco California, Santa Bárbara y Texas.
En New Orleáns también realizó estudios sobre Supervisión e instrucción
clínica. En San José de Costa Rica hizo estudios sobre Psicopedagogía. Además
del idioma español, sabía inglés y francés.
En
1945 le solicitaron hacerse cargo de la administración del Hospital San Juan de
Dios y de la Dirección
de la Escuela
de Enfermeras de San José de Costa Rica. En esta nueva posición, organizó el
Departamento de Enfermería del Hospital, el Servicio Central de Equipos, siendo
uno de los primeros organizado en Centro-América, el Departamento de Dietética
y estableció el uso de uniforme para todo el personal del Hospital.
En
el área docente, organizó la
Escuela de Enfermeras como tal, por lo que se le reconoce
como fundadora de la misma. Organizó el primer curso de Auxiliares de
Enfermería e inició los programas de educción en Servicio de Enfermería,
también los primeros en Centro-América.
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002 Óleo de las Hijas de la Caridad
Fue
organizadora del Primer Congreso Interamericano de Enfermeras, celebrado en
septiembre de 1949, en San José, Costa Rica y auspiciado por la OPS/OMS, siendo Presidenta del
mismo. Permanece hasta agosto de 1954 en Costa Rica, fecha en que el Gobierno
de Guatemala le solicita asumir la
Dirección de la Escuela
Nacional de Enfermeras de Guatemala, donde lleva a cabo una
total reorganización de la misma consistente en:
1).
Elevación del requisito de escolaridad para ingresar a la Escuela, exigiendo
estudios secundarios completos.
2).
Elaboración de un nuevo currículum de estudios, introduciendo la Enfermería
Psiquiátrica, con el cual se mejoró notablemente la
preparación de los estudiantes de enfermería.
3).
Enfatizó en la formación ética de la estudiante, impartiendo el curso de Ética
y orientación profesional.
4).
Orientó la educación al desarrollo integral de la estudiante, fomentando las
actividades Socio – Culturales.
5).
Elaboración de un nuevo reglamento para la institución.
6).
Estableció el Registro para el Personal de Enfermería, elaborándose el
reglamento correspondiente que incluía los requisitos para la incorporación.
7).
Gestionó ante el Ministerio de Educación para que las Enfermeras que únicamente
tenían sexto año de primaria, les fueran reconocidos los tres años de estudio
de Enfermería, como equivalente a los estudios básicos y así con dos años más
poder completar los estudios secundarios, situación que benefició a un gran
número de Enfermeras.
En
marzo de 1959 deja la Escuela
y es trasladada al Hospital General San Juan de Dios de Guatemala, donde se
hace cargo de la Dirección
de Enfermería llevando a cabo lo siguiente:
1).
Organización del Departamento de Enfermería del Hospital.
2).
Establecimiento del Servicio de Central de Equipos y esterilización, el cual no
existía.
3).
Reorganización de los Servicios administrativos del Hospital, estableciendo el
uniforme para todo el personal.
4).
Reglamentación del Departamento de Dietética.
5).
Inició los Programas de educación en Servicio para el personal.
En
este cargo permaneció hasta 1966, luego por disposición de la comunidad de
Hermanas, fue trasladada como Administradora, al Sanatorio del Hermano Pedro,
institución de las Hermanas de San Vicente de Paúl y en 1970 pasó a trabajar
siempre en el área administrativa, al Instituto de Cancerología, donde
permaneció por más de diez años.
En
1960, al crearse el Consejo Nacional de Enfermería, fue su primera Presidenta.
La Obra de Sor Ángela Lazo fue
altamente reconocida recibiendo las siguientes distinciones:
En
1948 recibió del Señor Presidente de Costa Rica un “Diploma de Reconocimiento”.
En
1950 “Revelación de su Fotografía” en la Escuela de Enfermeras de Costa Rica.
En
1953, la Asociación
Guatemalteca de Enfermeras Profesionales, le otorgó el
“Diploma de Honor”, por ser una de las pioneras de la Enfermería en
Guatemala.
En
1954 reconocimiento conjunto del alumnado y patronato de la Escuela de Enfermeras de
Costa Rica; de la Junta
de Protección Social de San José, Costa Rica y de la Asociación de
Enfermeras de Costa Rica.
En
1959 el Gobierno de la
República de Guatemala, a través del Ministerio de salud
Pública y Asistencia Social, le confirió la Orden “Pedro de San José Betancourt”. En este mismo año tuvo el
reconocimiento conjunto del personal docente, administrativo y alumnado de la Escuela Nacional de Enfermeras
de Guatemala.
En
1960 en el Primer Seminario de Enfermería organizado por la Asociación
Guatemalteca de Enfermeras Profesionales, se le confirió el
“Diploma como Miembro de Honor” de dicho Seminario.
En
1962 “Reconocimiento” de parte del Curso de Auxiliares de Enfermería del
Hospital General San Juan de Dios de Guatemala.
En
1965 distinción de “Honor al Mérito” por la promoción de Enfermeras egresadas
de la Escuela Nacional
de Enfermeras de Quetzaltenango.
El
30 de mayo de 1972, las ex alumnas de Sor Ángela Lazo de las promociones de 1955 a 1958 y de 1956 a 1959 de la Escuela Nacional
de Enfermeras de Guatemala, le rindieron un homenaje por su meritoria labor en
pro de la Enfermería Nacional.
En el acto organizado para el efecto, le fue impuesta una medalla de “Honor al
Mérito” y la Biblioteca
de dicha Escuela fue bautizada con su nombre, en donde se develó una fotografía
y una placa de bronce conmemorativa.
En
1978 la Asociación
Guatemalteca de Enfermeras Profesionales, establece la
distinción “Florence Nightingale”, siendo Sor Ángela Lazo Midence, la
primera Enfermera en recibirla.
El
13 de septiembre de 1979, el Gobierno de la República de Guatemala,
le confiere la Insignia
de la Orden “Dolores
Bedoya de Molina”, por sus relevantes méritos cívicos.
Después
de haber consagrado su vida profesional al Servicio de la Enfermería
Guatemalteca, falleció el 5 de octubre de 1983, a la edad de 91 años
(2).
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003 Diferentes pinturas de las Hijas de la Caridad
EN EL PERIÓDICO “LA
HORA DE GUATEMALA”
Homenaje a las Hermanas de la Caridad
Hace
un año, se iniciaron los trabajos de organización, para la Celebración de los 125
años de la llegada a Centro América de la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de
Paúl, las conocidas Hermanas de la
Caridad.
Recordamos
la Misa
celebrada en la Capilla
de la Medalla Milagrosa,
de la añeja Casa Central, como primer punto de partida antes de la organización
del Comité Central.
Indudablemente
el pueblo de Guatemala se enteró de esta celebración, a través de sus
actividades sociales, religiosas, deportivas, culturales, etc. Que a lo largo
de 1987 se realizaron especialmente en la Casa Central. Es allí la sede
de CAPROV o Consejo de la
Comunidad para Centro América y Panamá.
Se
trató en muchas de las actividades, volver a festejar antiguas tradiciones que,
o ya se habían perdido, o se realizaban de una manera diferente. Fue así como
el día de Santa Luisa de Marillac en marzo, se arrancó con la que en tiempos
pasados era la tradicional “Kermes” de la Casa Central. Actividad en la
que se encontraron ex alumnos y ex alumnas. Se resucitaron viejas tradiciones y se revivió experiencias
estudiantiles, siempre bajo el mando de las estrictas Hermanas de la Corneta Blanca. Fue algo
inolvidable, el entusiasmo con que la antorcha de la Caridad ingresaba a la Casa Central, traída desde el
puerto de San José, lugar al que llegaron las primeras Hermanas Francesas de
París, a Centro América.
Imposible
será olvidar el esfuerzo, entusiasmo y dinamismo de la juventud guatemalteca
que se unió a la celebración, a través de los Juegos Vicentinos durante varios
meses y su clausura en el mes de mayo, cuando después de varios meses y su
clausura en el mes de mayo, cuando después de varios años, nuevamente se
escuchó a los cuatro vientos, la banda de Guerra de la Normal de la Casa Central.
Cuando
se le escuchó después de varios años, se vieron salir lágrimas de muchos de los
presentes. Recordaban aquellas grandes épocas de oro en las que desde las 6:00
de la mañana, los 15 de Septiembre salta con su uniforme de gala la Normal, para regresar
trayendo algo más…“el primer lugar” en el desfile cívico.
De
mucho valor y profundo recuerdo, serán las celebraciones eucarísticas y en
especial la procesión de la Virgen de la Medalla Milagrosa
por las calles principales de nuestra ciudad y la Misa que celebrara, para
cerrar con broche de oro, el señor Arzobispo en la Catedral Metropolitana,
a la entrada de la procesión.
Particular
majestuosidad tuvo el Acto Cultural, en el que se remembró a grandes Hermanas
de la Época de oro, que forjaron juventudes que hoy tienen a su cargo los
destinos de Guatemala, como Sor Mercedes Torres, Sor Elena Roch, Sor María
Rincón, Sor Genoveva Chardan, Sor Filomena Roch y otras más. También se dio un
justo reconocimiento a los empleados fieles a través de tanto año en la Casa Central, al servicio de
los pobres y necesitados.
Justo
reconocimiento del Gobierno de la
República, al otorgar a la Compañía de las Hijas de la Caridad, la máxima
condecoración nacional de la Orden del
Quetzal, que fuera colocada al pabellón Nacional portado por la primera
Hermana de la Comunidad Sor
Visitadora.
También
hubo lágrimas cuando llegó septiembre y como parte de las celebraciones, se vio
desfilar después de varios años, a la
Normal de la Casa Central.
Así se cierra una página más de la historia de Guatemala, de la Comunidad y de la Casa Central. Ojala que todo lo
que se hizo no quede como el recuerdo de los 125 años, sino que sirva para que
se mantengan nuevamente estas tradiciones que han hecho grande a la Comunidad a través, del
tiempo y que contribuyen al fomento de los valores.
Que
sea entonces éste 125 aniversario y su celebración, el punto de partida para la
nueva época, ahora muy difícil por el tiempo tormentoso y crisis que se vive.
Que
Dios bendiga a la Comunidad,
ya regalada como premio a sus grandes virtudes con la aparición de la Virgen de la Medalla Milagrosa,
que le patentizó a Sor Catalina Labouré. (Dr. Edgar Miguel López Álvarez)
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004 Dos artículos del periódico “La Hora de Guatemala”. Cuadro de las Hijas de
la Caridad
En
otro artículo decía así:
Las Hermanas de la Caridad
El
servicio al prójimo es una virtud muy grande, y es que como decía, Gabriela
Mistral, “Toda la Naturaleza es un anhelo
de servicio”.
Y a
propósito, estamos en la víspera de la celebración del 125 aniversario de la
llegada a Guatemala y por consiguiente a Centro América de la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de
Paúl, las muy conocidas Hermanas de la Caridad que religiosamente sirven al pueblo
guatemalteco desde 1862 a
través de instituciones Educativas como la Histórica “Casa Central” forjadora de promociones
de guatemaltecos conscientes de los valores morales indispensables para el
mejor vivir en estos tiempos a través de la recordada Primaria de Varones de la
cual fuese su fundadora la Querida Sor
Mercedes Torres, la Maestra Guatemalteca
condecorada con la Orden “Francisco Marroquín”. Y que decir de la Normal de la Casa Central, el prestigioso
Colegio de Señoritas que destacó siempre entre los primeros en actividades
Académicas, Religiosas, Deportivas, Sociales, Culturales; llevando un toque
especial de distinción se conocía a una ex alumna de la Normal de Sor Filomena
Roch, la fundadora. Es un acontecimiento verdaderamente histórico, que debe
alegrar a todos los guatemaltecos conscientes del papel que esta Comunidad de
Religiosas ha desarrollado por más de 1 siglo por el desarrollo de nuestro
país. Y que decir, de la labor en el área de la salud, bien reconocidas y
recordadas son las Hermanas del Hospital General San Juan de Dios, aquellas
grandes enfermeras de la época que manejaban la administración y servicios
paramédicos del tremendo complejo hospitalario con excelente acierto, dinamismo
y acción profesional.
Innumerable
es el número de heroínas que han pasado por esta Institución y se recuerda con
gratitud la época de las Superioras Francesas, con acierto denominada la época
de oro. Y más tarde imposible de olvidar a la Innovadora de la Educación en la Enfermería
Guatemalteca: Sor Ángela
Lazo Midence.
Los
tiempos pasan pero la obra es inmensa y da cuenta de la trayectoria de la Comunidad, una
agrupación de abnegadas educadoras, enfermeras, trabajadoras sociales que han
dejado huellas profundas a su paso por diferentes casas, hoy incontables en el
mundo. Han subsistido a pesar de los conflictos políticos y es la única
Comunidad que han permitido que continúe en países de ideología Comunista,
donde las Hermanas del Silencio realizan una encomiable labor.
Felicitamos
a la Compañía
de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl en su 125 Aniversario de
haber llegado a la tierra del Quetzal y una invitación a todos los ex alumnos y
ex alumnas de la Compañía
a través de sus instituciones Educativas en todo el país a participar con
Júbilo de este magno evento. (Dr. Edgar Miguel López Álvarez. Médico y
Cirujano, ex alumno de la
Primaria de Varones 1966 – 1971).
Notas
(1)
Dolores Santizo de Álvarez. Personalidades en el recuerdo: Vida de Sor Ángela
Lazo. Guatemala. Departamento de Educación de Enfermería, sección de educación
Continua. 1986
(2)
Castillo, Sor Eustaquia y Salazar, Sor Inés. Sor Ángela Virginia Lazo Midence.
Datos biográficos, Guatemala, agosto de 1978.
Ana
María Granados y Rosalina Rivera Pinzón. Sor Ángela Virginia Lazo Midence.
Datos tomados de la tarjeta de registro. Guatemala, departamento de Educación
de Enfermería, 19 de abril de 1982.
BIBLIOGRAFÍA
Artículos
publicados del Dr. Edgar Miguel López
Álvarez. Médico y Cirujano.
Hijas
de la Caridad San
Vicente de Paúl. Orígenes de las Hijas de la Caridad. Sor Sofía
Gómez del Cid.
Historia
de la Enfermería
en Guatemala. Licenciada Dora Estela
Sagastume Aquino de Morgan. Guatemala 2006
AGRADECIMIENTOS
Jesús F. Encarnación. Enfermero Licenciado. Miembro de la Sociedad
Internacional de Enfermería. Teniente Coronel (retirado) del Cuerpo de
Enfermería del Ejército de los Estados Unidos de América. Gran amigo y
compañero.
Rosalina Rivera Pinzón. Enfermera guatemalteca.
AUTORES
Raúl Expósito González
Enfermero.
Servicio de Anestesia y Reanimación. Hospital “Santa Bárbara” de Puertollano.
Ciudad Real. Experto en Barberos,
Ministrantes y Sangradores
Jesús Rubio Pilarte
Enfermero
y sociólogo. Profesor de la E.
U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
Miembro no numerario de La RSBAP
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero
Servicio de Oftalmología
Hospital
Universitario Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Vocal
del País Vasco de la
SEEOF. Insignia de Oro de la SEEOF
Miembro
de Eusko Ikaskuntza
Miembro
de la Sociedad Vasca
de Cuidados Paliativos
Miembro
Comité de Redacción de la
Revista Ética de los Cuidados
M. Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro no numerario de La RSBAP
1 comentario:
Gracias a Manuel Solórzano por sus frecuentes "regalos" que nos muestran enfermeras de todos los tiempos y latitudes
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