miércoles, 14 de abril de 2021

LOS HOSPITALES DE MUJERES EN WIMEREUX Y ENDELL STREET 1914 y 1915

 

EL HOSPITAL FORMADO POR MUJERES PRIMERA GUERRA MUNDIAL

 

Hospital en Wimereux en Francia. Hospital de la calle Endell en Londres

 

Foto 1 Las doctoras Louisa Garrett Anderson a la izquierda y Flora Murray a la derecha

 

Las médicas apenas podían trabajar en los Hospitales convencionales, sólo lo podían hacer en los Hospitales y Clínicas de Beneficencia y sólo podían atender a mujeres y niños.

 

En 1915 fundaron un Hospital en la calle Endell de Londres, con todo el personal femenino. Atendieron a 26.000 soldados y luego las volvieron a marginar (1).

 

Las pioneras de la medicina, las doctoras Flora Murray y Louisa Garrett Anderson, reclutaron suficientes mujeres con formación médica y de enfermería para conseguir las suficientes personas para crear y montar todo un hospital en Francia al comienzo de la Primera Guerra Mundial que estuvo en funcionamiento desde 1914 hasta 1915 (2).

 

Al estallar la Primera Guerra Mundial, la mayoría de los hombres partieron hacia el frente; las mujeres ocuparon todos los puestos de trabajo que quedaron libres; y las sufragistas, como Flora Murray y Louisa Garrett Anderson, salieron de las cárceles (1).

 

Flora y Louisa querían votar y también ejercer su profesión de médicas; sólo se les permitía trabajar en Clínicas Benéficas donde trataban a mujeres y niños; no podían atender a hombres y menos a militares (1).

 

Foto 2 Flora Murray, antes de hacerse cargo del Hospital de Londres. En el Hotel Claridge de París reconvertido en un centro hospitalario en la Primera Guerra Mundial 1914

 

Louisa era hija de Elisabeth Garrett Anderson, la primera doctora de Inglaterra a pesar de las constantes trabas con las que se topó en su vida. La guerra les dio una gran oportunidad a las pocas médicas de aquellos años.

 

Foto 3 Crearon sus propios uniformes. En el hospital dirigido por mujeres

 

Flora y Louisa, primero, se fueron a Francia a trabajar en los hospitales militares.

 

Foto 4 Enfermera con el uniforme que crearon las mujeres para el hospital

 

Paradojas del destino, allí Louisa curó las heridas al policía que le había encarcelado. Los informes de los oficiales del Real Cuerpo Médico del Ejército británico fueron tan favorables que en 1915 el Ministerio de la Guerra les pidió que regresaran a Londres y se hicieran cargo de un Hospital recién abierto en la calle Endell, en lo que había sido un enorme hospicio.

 

Foto 5 Escena en una sala del hospital de la calle Endell. Colección Cook-Dickerman

 

El punto de partida de esta historia real ya serviría como garantía para que décadas después la convirtiesen en un libro, uno de esos ensayos sobre personas interesantes y sobre pioneras en la lucha por los derechos de la mujer que resultan tan interesantes (3).

 

Foto 6 Una sala de soldados heridos británicos en Endell Street, Colección Wellcome

 

Louisa Garrett Anderson era una de las hijas de la primera mujer que logró que las autoridades médicas británicas reconociesen su título en Medicina y que pudo ejercer como doctora en el país. Como su madre, Anderson también estudió Medicina y también trabajó en ese campo. A diferencia de su madre, no quiso centrarse en el tipo de trabajo médico que se consideraba adecuado para una mujer (ginecología o pediatría) y se convirtió en cirujana. Fue pionera en ese campo, como lo fue la mujer con la que compartiría tanto su trayectoria profesional como su vida, Flora Murray, que era anestesista. Ambas eran, antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, pioneras en sus campos, feministas comprometidas y activistas por el sufragio femenino (3).

 

Foto 7 El quirófano del Endell Street Military Hospital, London. Colección Wellcome

 

En 1912, Louisa Garrett Anderson fundaba con su amiga y compañera, la también doctora Flora Murray, el Hospital de Mujeres para Niños, un centro que trataba a familias sin recursos y daba a las profesionales sanitarias la posibilidad de coger experiencia que otros centros médicos les negaban, sobre todo por el tabú que existía que las mujeres doctoras no podían tratar a los hombres (4).

 

Foto 8 El personal del hospital estaba formado casi exclusivamente por mujeres. Cook-Dickerman Collection

 

Cuando entonces estalló la Primera Guerra Mundial, la historia de Louisa Garrett Anderson y Flora Murray comenzó un nuevo capítulo de su vida, otro más que no solo es clave en su historia como profesionales de la medicina sino también en la de la lucha por los derechos de la mujer y por demostrar las capacidades de las profesionales (especialmente en aquellos campos que habían dominado históricamente los hombres) (3).

 

Foto 9 La doctora Louisa Garrett Anderson fue reconocida como cirujana experta

 

El concepto de “Women's Hospital Corps” fue creado e instituido en 1914. Estas doctoras fueron prmeramente recibidas con hostilidad por los funcionarios, las doctoras Flora Murray y Louisa Garrett Anderson decidieron eludir al gobierno británico yendo directamente a la Embajada de Francia con su oferta de administrar un Hospital militar en Wimereux, Francia. Su idea fue aceptada y se les concedió un permiso de trabajo para viajar a Francia. En menos de dos semanas, Murray y Anderson pudieron reclutar suficientes mujeres con formación médica para el personal de todo un hospital; médicas, enfermeras, ordenanzas y secretarias (2).

 

Anderson y Murray acabarían en el frente de batalla en Francia, responsables de un hospital de guerra (o, mejor dicho, de varios hospitales de guerra) que serían referencia del buen trabajo y de los buenos resultados. Lo harían con un personal mayoritariamente femenino (lo era en su totalidad en los puestos claves, como el cuerpo médico y el de enfermeras, los hombres eran una minoría que ocupaba algunos puestos de celadores), a pesar de que, por supuesto, cuando estalló la guerra las autoridades militares no querían tener nada que ver con ellas (3).

 

Las propias mujeres crearon sus uniformes y recaudaron fondos para los suministros necesarios. Los visitantes del Hospital en Francia fueron muchos e incluyeron a la reina Amélie de Portugal. El hospital cerró en enero de 1915 cuando los soldados heridos británicos comenzaron a ser tratados en los Hospitales de Inglaterra en lugar de Francia (2).

 

Foto 10 Enfermeras atendiendo a un soldado herido en la Primera Guerra Mundial. Fuente: Biblioteca del Congreso

 

La historia de ese hospital, el trabajo de Anderson y Murray y el papel que jugaron en él las diferentes mujeres –profesionales de la medicina y enfermeras profesionales y voluntarias que se alistaron en medio de la guerra– es la base de “No Man’s Land”, “No es lugar para mujeres” de Wendy Moore, publicado por Perseus Books (3).

 

Cuando estalló la guerra, Anderson y Murray, como escribe Moore, “sabían que la guerra con Alemania suponía una amenaza terrorífica para Gran Bretaña, pero también que ofrecía una oportunidad única en la vida para las mujeres”. Aunque desde que la madre de Louisa Garrett Anderson, Elizabeth, había logrado que confirmasen su título y ejercer como médica habían cambiado las cosas, la posición de las mujeres en la profesión médica seguía siendo poco positiva. Existían muchas más mujeres doctoras, pero todavía las principales universidades seguían rechazándolas como estudiantes (3).

 

También tenían problemas para acceder a puestos médicos. Los hospitales seguían dando prioridad a los hombres o directamente negándoles la entrada a las médicas. A las mujeres, además, se las confinaba en áreas que eran consideradas “femeninas”. Por ello, las doctoras acababan siendo sobre todo ginecólogas o especialistas en niños, por mucho que lo fuesen en múltiples áreas (3).

 

Foto 11 La lavandería del Hospital Militar de Endell, London. Colección Sir John Wells

 

Incluso cuando tenían formaciones y capacidades equivalentes a las de sus homólogos hombres en áreas que ellos dominaban, no tenían más remedio que acabar trabajando con mujeres y niños si querían trabajar. Anderson, cirujana, y Murray, anestesista, lo hacían en Clínicas de beneficencia para mujeres y niños (1).

 

Foto 12 Enfermeras en el cuarto de la ropa blanca. Fuente: Biblioteca del Congreso

 

La guerra cambió todo eso. No en un primer momento, pero sí a medida que el avance del conflicto hacía imposible que los médicos cubriesen todas las necesidades tanto de la población general como de la población militar. Cuando en un primer momento las profesionales médicas británicas decidieron sumarse al esfuerzo bélico y ofrecerse como profesionales al cuerpo sanitario militar, fueron desdeñadas (3).

 

En ese contexto, Anderson y Murray decidieron ofrecer, saltándose al ejército británico, sus servicios a la Embajada francesa; Francia era el campo de batalla, al fin y al cabo. No lograron mucho al principio, pero tampoco les cerraron la puerta del todo. Simplemente las mandaron a hablar con la Cruz Roja. Y la Cruz Roja les dio dos semanas para organizarse y conseguir fondos (que lograron gracias a su entorno de amigos y familia y a la capacidad de recolección de fondos de las sufragistas) para montar un hospital de campaña (3).

 

Foto 13 Cargar mantas en una ambulancia en Gower Mews, Londres, en septiembre de 1918. The Wellcome Collection

 

Lo hicieron en ese mismo verano de 1914, partiendo a Francia con su equipo de mujeres, vestidas con un elegante uniforme que Anderson y Murray diseñaron pensando no solo en que fuera cómodo para el trabajo sino también que las dotase de un cierto aire militar. La ropa funcionaba como una carta de presentación y como una vía para lograr ser respetadas, y en París era considerado muy chic, lo que les acabó abriendo puertas (3).

 

Murray y Anderson vestían bandas sufragistas moradas, blancas y verde en el frente de sus túnicas con orgullo”, añade además la biógrafa. De hecho, sus conexiones con el movimiento hacían que fuese conocido como el hospital de las sufragistas (3).

 

El equipo de estas dos mujeres organizó rápidamente un Hospital en un hotel de París, que empezó a recibir heridos del frente. Cuando las líneas de batalla cambiaron, el hospital se movió para estar mucho más pegado a los campos de batalla y lograr así ser más eficiente. Su trabajo en esos primeros meses en París y en los campos de batalla franceses acabaría cambiando su destino durante los años de la guerra (3).

 

Foto 14 El Dispensario, Hospital Militar de Endell Street, London. The Wellcome Collection

 

Un Hospital Modelo en Francia

 

En el medio del caos de la guerra, el Hospital de las sufragistas funcionaba de forma eficiente y efectiva, incluso aunque en un primer momento ninguna de ellas estaba preparada para lo que se les venía encima, pero como explica Moore tampoco lo estaba el cuerpo sanitario del ejército británico. En su primera operación con un soldado recién llegado del frente, “las dos mujeres sabían que el fracaso no era una opción”, escribe la historiadora. “Esa noche era una prueba crítica, no solo sobre ellas mismas sino de todas las mujeres doctoras”. Anderson acabaría operando ese verano durante horas, llegando en algunas jornadas a las 15 horas y no bajando de una media de 7 a 8 diarias (3).

 

Como ocurría con los demás hospitales, estaban expuestas a recibir visitas de inspección que controlaban cómo trabajaban y qué hacían. La primera de esas inspecciones cambiaría la suerte del hospital de las sufragistas (3).

 

En París, ya habían operado bajo grandes dosis de angustia y estrés, bajo la única luz de unas velas. Además pudieron usar una forma primitiva de rayos X para localizar las balas y tratar con éxito la gangrena ocasionada por los gases y los llamados pies de trinchera. Además la propia situación les permitió descubrir nuevos tratamientos como nuevos ungüentos antisépticos para curar heridas infectadas. Así evitaron muchas amputaciones que se realizaban precipitadamente. Sus avances eran de tal calibre que la revista médica “Lancet” publicó siete diferentes artículos llegados del propio Hospital, los primeros que aceptaban de mujeres (4).

 

Foto 15 Sala de soldados heridos en el Hotel Claridge de París reconvertido en un centro hospitalario en la Primera Guerra Mundial 1914

 

Las salas estaban bautizadas con nombres de santas, lejos del frío ordenamiento militar. Incluso bautizaron “Sala Johnnie Walker” al sótano donde dejaban a los borrachos descansar y recuperar su sobriedad. Los pasillos estaban decorados con colores alegres y había flores repartidas por los pasillos bajo las nuevas técnicas psicológicas que implementó Anderson para intentar reducir el trauma al que estaban expuestos aquellos soldados heridos (4).

 

Su trabajo fue inspeccionado por el responsable del cuerpo médico británico, que llegó hasta ellas, esperando lo peor y salió convertido en un defensor del trabajo médico de estas profesionales. La visita lo dejó convencido de que el Hospital de las sufragistas era “un hospital militar modelo y sus mujeres doctoras iguales a cualquier médico hombre”. De hecho, después de pasar por los dos Hospitales que estas mujeres montaron en Francia, les ofrecieron hacerse cargo de uno de los hospitales militares que se estaban montando en Londres. Y, aunque ellas no eran las únicas mujeres trabajando en el campo sanitario durante la Primera Guerra Mundial, sí se convirtieron en “las primeras mujeres doctoras en ser formalmente autorizadas a gestionar un hospital militar en la armada británica” (3).

 

Hospital de la calle Endell en Londres

 

Con la experiencia que adquirieron y con la ayuda del personal de este hospital en Francia, se estableció el Hospital Endell Street en Londres como hospital RAMC dependiente del Departamento de Guerra en mayo de 1915 por las doctoras Murray y Anderson. El hospital de Endell tenía 573 camas, lo que permitió atender a unos 26.000 soldados heridos y enfermos británicos durante los cinco años que estuvo activo.

 

Foto 16 Hospital Militar de Endell Street, 1915. Colección Imperial War Museum

 

El hospital cerró poco después del final de la guerra en diciembre de 1919. El Hospital adoptó el lema “Hechos, no palabras”, que también era el lema de la WSPU. A pesar del escepticismo del RAMC sobre la capacidad del personal médico de las mujeres para administrar un Hospital, Endell Street recibió una gran respuesta de los pacientes, el reconocimiento en revistas médicas profesionales y el tratamiento exitoso de un gran número de soldados durante su operación (2).

 

Foto 17 Cirujana, anestesista y enfermeras, todas mujeres en el quirófano de Endell Street Military Hospital. Colección Cook-Dickerman

 

Endell Street Military Hospital fue un Hospital militar de la Primera Guerra Mundial ubicado en Endell Street en Covent Garden, en el centro de Londres. El personal del Hospital estaba compuesto en gran parte por mujeres sufragistas (mujeres que apoyaban la introducción de votos para mujeres) (2).

 

Su Hospital en Endell Street, en la capital británica, se convertiría en un choque cultural para los soldados, que llegaban a un espacio en el que mandaban las mujeres y en el que todo lo hacían ellas, pero que también servía para familiarizarlos con el trabajo femenino y para verlas como expertas. Para las mujeres que trabajaban allí, el Hospital ofrecía oportunidades insólitas en trabajo, investigación y avance de la carrera profesional, al menos durante los años que duró la guerra y los momentos posteriores, el hospital siguió operando un poco más allá y sirvió incluso durante la epidemia de gripe, hasta 1919 (3).

 

Foto 18 Personal del Hospital Militar de Endell Street en agosto de 1916. El Hospital adoptó el lema “Hechos, no palabras”. Las doctoras Flora Murray y Louisa Garrett Anderson con sus compañeras enfermeras. Fuente: Annie Fox. Katherine Turnbull (1892 - 1980) con el uniforme de enferma del Hospital Militar de Endell Street, 1915

 

Las mujeres del Hospital de las sufragistas demostraron la capacidad de las profesionales y fueron una prueba empírica contra los clichés de su tiempo. Las mujeres que trabajaban allí eran plenamente conscientes de ello. No solo tenían que hacer un trabajo clave, sino que debían demostrar que eran buenas en ello porque no se las juzgaría únicamente a ellas como trabajadoras sino que sus acciones se verían como un ejemplo de cómo eran las mujeres como profesionales sanitarias (3).

 

Además, durante la guerra, se necesitó aumentar el cuerpo médico, para cubrir no solo lo que ocurría en el frente, a donde se mandó a los hombres doctores, sino también lo que pasaba en la retaguardia (para donde no había profesionales suficientes), por lo que se alentó la entrada de las mujeres en el cuerpo sanitario. Ser médica o enfermera, se presentaba como una opción de trabajo perfecta para las mujeres, sí, a pesar de todo lo que se decía antes de la guerra, y el Hospital de las sufragistas era el ejemplo perfecto que empleaban los medios para mostrarlo (3).

 

Se trataba de algo insólito; un hospital donde todo el personal era femenino. En cuatro años atendieron a 26.000 soldados heridos. El rey Jorge V y la reina Mary, lo visitaron en 1916. Trabajaron allí 180 mujeres; pero, igual que la guerra les dio la oportunidad de trabajar, el fin de la contienda se las arrebató (1).

 

Foto 19 Miss G. R. Hale enfermera del Hospital Militar de Endell Street, Londres

 

El Hospital de Endell Street fue construido en mayo de 1915 en el antiguo St Giles Union Workhouse en Endell Street en Covent Garden, en el centro de Londres. La casa de trabajo vacía tenía espacio para que se instalara un Hospital más grande. La mayor parte del equipo hospitalario provino del Hospital militar de Wimereux en Francia, tras su cierre en enero de 1915 (2).

 

Foto 20 Enfermeras del Hospital Militar de Endell Street en Londres

 

Aunque diseñado para 520 camas, poco después de su inauguración se recibieron pedidos para instalar tantas camas supletorias como fuera posible. Desde 1916 hasta el verano de 1919, el número oficial de camas fue de 573.

 

Foto 21 Enfermeras en el laboratorio del Hospital Militar de Endell Street, London

 

Varios Hospitales auxiliares del Destacamento de Ayuda Voluntaria con un total de 150 camas se adjuntaron al Hospital de Endell Street. En momentos de presión cuando se permitía el alojamiento de hombres convalecientes, el número de pacientes registrados llegaba a 800. Endell Street Hospital atendió a unos 26.000 soldados heridos y enfermos durante los cinco años que estuvo activo (2).

 

Foto 22 Las secretarias en la oficina del Hospital Militar de Endell Street, Londres

 

Las cirujanas realizaron unas 20 operaciones por día durante ese tiempo. A veces llegaban hasta 80 soldados heridos cada noche. El Hospital estaba cerca de las principales estaciones de tren en Londres, lo que permitía una gran afluencia de pacientes cuando llegaban los convoyes de ambulancias. A menudo, cada convoy transportaba de 30 a 50 soldados heridos, algunos de los cuales requerían cirugía inmediata. Estos soldados fueron llevados directamente al quirófano (2).

 

Foto 23 La enfermera Intendente Campell con su compañera poniendo una escayola de yeso en el Hospital Militar de Endell Street, London

 

Los cirujanos llevaban a cabo de forma rutinaria más de 20 operaciones al día con soldados entregados de los convoyes que recogían a los soldados heridos, que a menudo llegaban muy tarde por la noche y en ocasiones llegaban con más ochenta soldados.

 

Foto 24 La dentista con la enfermera realizando una inspección en la boca de un soldado herido en el Hospital Militar de Endell Street, Londres

 

De los veintiséis mil pacientes que pasaron por las salas del Hospital Militar de Endell Street, el mayor número eran británicos con una buena proporción de tropas del Dominio y Coloniales.

 

También había dos mil doscientos siete soldados canadienses. Había más de dos mil soldados australianos y neozelandeses, incluidos los heridos en la campaña de Gallipoli que comenzó a llegar en agosto de 1915. Sólo doscientos soldados heridos estadounidenses fueron tratados allí. Un pequeño número de soldados heridos rusos, griegos, japoneses y franceses fueron pacientes en el Hospital. Una pequeña sala para mujeres en servicio se abrió al final de la vida del Hospital. También se establecieron algunos hospitales satélite, incluido el Hospital Auxiliar Dollis Hill House, que se inauguró en 1916 (2).

 

Foto 25 La doctora Flora Murray estuvo a cargo del Hospital que atendió a miles de soldados británicos y de otros países

 

Al frente del Hospital, estuvieron siempre Flora Murray que fue nombrada doctora directora y Louisa Garrett Anderson que fue nombrada cirujana jefe. Muchos de las médicas que formaban parte del personal del Hospital habían trabajado anteriormente en el Hospital de Wimereux en Francia. Cuando ese Hospital cerró, las sufragistas fueron trasladadas al nuevo Hospital de Endell Street. En Endell Street, estas médicas trabajaron en lo que se consideraba trabajos apropiados para las mujeres como enfermeras, celadoras, conductoras de ambulancia y secretarias. El Hospital también contaba con mujeres como conductoras, dentistas, patólogas y cirujanas (2).

 

Bibliotecarios y oficiales de formación británicos visitaron a los soldados heridos para levantarles la moral. Los jardineros ayudaron en organizar el patio y las personas sin familia o amigos de los soldados, vinieron al hospital para pasar tiempo con los soldados heridos y solitarios que no tenían familia. Todo el personal trabajaba bajo la autoridad de la Oficina de Guerra, las doctoras del Hospital Militar de Endell Street recibían el sueldo y los beneficios de los grados militares de teniente a teniente coronel, pero no tenían rango y no podían mandar a los hombres. El Hospital adoptó el lema “Hechos, no palabras”. Las mujeres esperaban que eventualmente el Hospital y sus hechos demostraran la igualdad de las mujeres y su capacidad para cumplir con sus deberes como ciudadanas (2).

 

Foto 26 En la biblioteca del Hospital Militar de Endell Street, Londres

 

Los oficiales varones británicos creían y afirmaban que un Hospital con todo el personal femenino no podía nunca dirigir un hospital y menos un hospital militar. Además este personal muchas de ellas participaron en el movimiento por el sufragio, sumándose también al escepticismo sobre la capacidad de las mujeres para desempeñarse de manera profesional. Flora Murray relata a un coronel que estaba disgustado con la idea, exclamando “qué dificultades tendrás”. Dicho coronel consideró que las mujeres no estarían debidamente capacitadas para cuidar y controlar a los soldados en el entorno militar. Se demostró que estaban equivocados cuando las mujeres recibieron todos los reconocimientos positivos debido a sus “toques femeninos” en el hospital. Las flores, los colores brillantes y la iluminación adecuada, todo lo cual contrastaba con la monotonía de los hospitales militares, además habían puesto una biblioteca y una sala de juegos donde demostraron la capacidad de las mujeres para considerar lo primero la salud psicológica del soldado herido, su salud mental y su salud física (2).

 

Para Anderson, “aquellos soldados estaban más heridos en sus mentes que en sus cuerpos”. Así, el Hospital también contaba con una biblioteca con más de 5.000 libros y se realizaba un amplio programa de actividades para el entretenimiento y la salud mental de aquellos soldados. El recuento de los medios de la época de aquel nuevo Hospital hablaba de “carniceros, mineros y soldados heridos mezclados con la destreza y sensibilidad de personajes de Jane Austen” (4).

 

Foto 27 Enfermeras en el cuarto de la ropa blanca del Hospital Militar de Endell Street, Londres

 

Cerca de acabar la guerra, en junio de 1918, una de sus doctoras notificó a sus directoras la aparición de “una peculiar nueva enfermedad”. Como ha ocurrido ahora, el Hospital no estaba preparado para aquella última amenaza.

 

Foto 28 Mujeres limpiando y regando el jardín en el Hospital Militar de Endell Street

 

No tenía material para proteger a sus profesionales sanitarios de aquel nuevo virus que se estaba expandiendo como la pólvora. Eran los primeros casos confirmados en Londres de “la gripe española”. Y no sólo los pacientes murieron, sino que el equipo médico femenino quedó diezmado hasta dejarlo bajo mínimos, infectados por la terrible enfermedad (4).

 

En octubre de 1919, Endell Street recibió órdenes de evacuar y cerrar el Hospital. El Hospital Militar de Endell Street cerró definitivamente en diciembre de 1919. Existía una placa que conmemora al personal del Hospital que murió en la Primera Guerra Mundial estaba ubicada en el Royal Free Hospital de Londres (2).

 

Foto 29 Enfermeras realizando la limpieza de una herida y posterior cura en el Hospital Militar de Endell Street, de Londres en la Primera Guerra Mundial

 

¿Qué pasó cuando acabó la guerra?

 

Cuando acabó la guerra, eso sí, el papel de estas mujeres, como las de todas las profesionales que trabajaron durante la guerra, se convirtió en problemático para el establishment. “No solo fueron las mujeres castigadas por robar los trabajos de los hombres, sino que también sus contribuciones durante el tiempo de guerra fueron infravaloradas y trivializadas”, explica Moore en su libro. “En el impulso por borrar los peores recuerdos de la guerra, los hombres querían que las mujeres volviesen a sus roles domésticos previos a la guerra y a su comportamiento sumiso” (3).

 

Del todo no lo lograron. Los años 20 fueron años de liberación y emancipación de la mujer y supusieron una oleada de libertad y cambios sociales a muchos niveles y de un modo bastante general en Europa (3).

 

Pero, por mucho que no se cumplieran exactamente sus objetivos, el día después estuvo lejos de ser perfecto. Estas doctoras, enfermeras y trabajadoras que hicieron tanto en tiempos de guerra tuvieron que contentarse, en general, con las migajas del trabajo sanitario en los tiempos de paz, cuando no directamente acabaron casándose y dejando el trabajo (lo que se esperaba de ellas con los códigos tradicionales) o vieron como las escuelas médicas que habían abierto sus puertas a las mujeres durante los años de guerra las cerraban nuevamente para centrarse solo en los hombres. “No es sorprendente que muchas mujeres sanitarias mirasen atrás a sus servicios de tiempos de guerra como el momento más feliz de sus vidas”, apunta Moore (3).

 

Foto 30 Las doctoras y enfermeras del Hospital Militar de Endell Street en Londres desfilando, por delante del Palacio de Buckingham al terminar la Primera Guerra Mundial

 

Y, por supuesto, aunque no lograsen del todo mandarlas de vuelta a las posiciones que ocupaban antes de la guerra, el mundo post-Primera Guerra Mundial sí difuminó su memoria (3).

 

Foto 31 Al terminar la Primera Guerra Mundial y tener que cerrar el Hospital, se reunieron en el patio del Endell Street Military Hospital, 1919. Fuente: Sir John Wells

 

Las convirtió en notas al pie o en personajes ni siquiera secundarios sino más bien de los que hacen bulto en la historia de lo que pasó durante esos años (3)

 

Regresaron los hombres y a ellas las mandaron a sus casas. Flora y Louisa retornaron a sus labores médicas benéficas (1).

 

El increíble trabajo de aquellas doctoras quedaba sin premio ni reconocimiento. El propio Winston Churchill, que acababa de ser nombrado secretario de estado de temas de guerra se negó a otorgar el mismo rango a las doctoras militares y aseguró que ya no necesitaba de sus servicios.

 

Foto 32 Las doctoras Amy Sheppard y Winifred Buckley

 

«Fueron aclamadas como heroínas de guerra, pero no encajaron con la hostilidad hacia las mujeres de la posguerra», explica Wendy Moore, autora del libro “No es lugar para mujeres” (Crítica), donde se recoge la historia de este hospital extraordinario (1).

 

Después de unos años desde que comenzaron su trabajo, el hospital cerró, y Anderson y Murray estaban furiosas.

 

En 1920, el Imperial War Museum intentó abrir una exposición hablando del trabajo de las mujeres en la guerra, pero su aproximación anecdótica, como si sólo hubiese sido una nota de color en la oscuridad del horror, las acabó de sulfurar. “Preferiríamos que no nos recordasen en absoluto que nos recordasen falsamente”, dijeron y se negaron a participar. Ellas eran doctoras, no mujeres que habían tenido que ejercer la medicina por las circunstancias (4).

 

En 1928 todas las mujeres mayores de 21 años pudieron votar por primera vez en la historia de Gran Bretaña, un triunfo que Anderson y Murray también fueron responsables.

 

Foto 33 Mortuorio en el Hotel Claridge de París reconvertido en un centro hospitalario en la Primera Guerra Mundial 1914

 

Bibliografía

1.- El Hospital de las mujeres. Fátima Uribarri. Historia. Páginas 40 y 41. XLSemanal número 1746. Del 11 al 17 de abril de 2021

 

2.- Hospital Militar de Endell Street. London

https://es.qaz.wiki/wiki/Endell_Street_Military_Hospital

 

3.- El hospital de las sufragistas: una historia de doctoras pioneras en la I Guerra Mundial. Publicado el día 5 de octubre de 2020

http://www.libropatas.com/libros-literatura/hospital-las-sufragistas-una-historia-doctoras-pioneras-la-i-guerra-mundial/

 

4.- La Razón. Carlos Sala. 16 de mayo de 2020

https://www.larazon.es/cataluna/20200516/btnwd75sajd7vmsc7umeoplpdi.html

 

5.- El Español. Magas. Mujeres en la Historia. David Barreira. 25 de febrero de 2021

https://www.elespanol.com/mujer/mujeres-historia/20210225/hospital-britanico-guerra-mundial-dirigido-mujeres-sufragistas/561444296_0.html

 

Libro: No es lugar para mujeres de Wendy Moore. Editorial Crítica

https://www.anikaentrelibros.com/no-es-lugar-para-mujeres

 

Foto 34 Hospital Militar de Endell Street, 1915. Colección Imperial War Museum

 

Fotografías

Libro: Women As Army Surgeons. Being The History of The Women's Hospital Corps in Paris, Wimereux and Endell Street, London; September 1914 - October 1919. Flora Murray

https://archive.org/details/womenasarmysurge00murr/mode/2up

 

Foto 35 Portadas en inglés y castellano del libro: No es lugar para mujeres de Wendy Moore. Editorial Crítica

 

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Miembro de Enfermería Avanza

Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa 2019

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020

masolorzano@telefonica.net

 

 

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