INAUGURACIÓN DOMINGO 26 DE FEBRERO DE 1928
Foto 1 Clínica Operatoria San Antonio San Sebastián. Foto cedida Museo de San Telmo
LA CLÍNICA DE SAN ANTONIO
Un establecimiento modelo inaugurado con toda solemnidad, el domingo 26 de febrero de 1928
Una de las salas de primera con cama suplementaria para la asistencia del enfermo
Nunca se había visto la parte alta del paseo de Atocha tan lleno de miles de automóviles y de bullicio mundano como lo estuvo toda la mañana del domingo último.
Numerosos invitados de calidad, entre los que se veían muchas señoras, fueron llegando en automóvil, desde las diez de la mañana a la Clínica San Antonio.
Los doctores Ignacio Urbina, Juan María Zurriaraín, José Larrañaga, Luis Urbina, Enrique de la Riva y Pablo Molano, hacían los honores de la casa a sus visitantes, que bien pronto se fueron esparciendo a curiosear por el precioso parque y por todas las dependencias del edificio (1).
Así se pasó agradablemente el tiempo hasta la hora anunciada para la ceremonia de la bendición. El celoso párroco de San Vicente, Don Vicente Barrena, bendijo los locales con las preces del ritual, asistido por los Padres Franciscanos, invitados también a la fiesta (1).
Foto 2 El Pueblo Vasco. Del martes 28 de febrero de 1928. Página 6
Después de la bendición fueron obsequiados los invitados con un espléndido «lunch». La Casa Suchard envió como regalo unas cajas surtidas de sus riquísimos bombones de chocolate que resultaron muy del agrado de los asistentes.
Foto 3 Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Damos a continuación algunos de los nombres de invitados que pudimos recoger en nuestro periódico:
Señor Alcalde don Laureano Azpiazu, don Quintín Altolaguirre, Reverendo Padre Superior de los Jesuitas, Reverendo Padre Superior de los Franciscanos, párroco de San Vicente, señor don José Aguirre y señora, don Tiburcio Bea, don José Eguía, don Ignacio Eguía e hijos, señorita Carmen Martín, señor don Juan Olazabal y señora, don Martín Azpiazu, Mendizabal, Lardizabal, don Joaquín Lizasoain, señora viuda de Ugarte e hija, señores de Ganchegui, señora viuda de Carrasco e hijos, don Pedro Aguirre, señores de Galardi, Careaga, Ituarte y Larrañaga, señorita Beatriz Lazcano, señor don Luis Sáez y señora, Carrero, Chamorro, Barandiarán, don Eugenio Rugel, don Ramón Gorostidi, don Joaquín Irigoyen, don Eugenio Cortajarena, Don Francisco Silveti, Yobadelo, señor Ortiz del Campo, don Vicente Antequera, don Juan Kutz, señor Amundarain, señor don Casimiro Aguirre y señora, don Ramón Zurriarain, don Segundo Zurriarain, don Manuel Bago, don Jesús Batanero, don José Beguiristain, don Julián Bergareche, don Fernando y don Ramón Castañeda, don Miguel Castillo, don Cándido Claraco, don Sebastián Córdoba, don Francisco y don José Cuadrado, don Jesús Cabezudo, don Justo Diez Tortosa, don Fernando Asuero, don Indalecio Cincunegui (1).
Don Emiliano Eizaguirre, don Ángel Elvira, don Luis Garmendia, don José Goicoechea, don Miguel Kutz, don Manuel Larrea, don Fermín Loidi, don Aurelio Maeso, don Román Marticorena, don Eusebio Polit, don Manuel Roncal, don Fernando Tamés, don Manuel Usandizaga, don Nicolás Zubizarreta, don Ignacio Casares, don Regino Ganzarain, don Román y don Leandro Aramburu, don José Otaño, don Ricardo Cardenal, don Benito Aramburu, don Luciano Zurriarain, don Ramón Aldasoro, don Víctor Barrenechea, don Gregorio Aspiazu, don Sergio Lizasoain, don Juan Olaizola, don Martín Garmendia, don José María Urban y don Antonio Urban, señor Zataraín, Jaurrieta, Casadevante y González, don Francisco Zurutuza, don Luis Capella, don Luis Campo y don Rufino Echeverría (practicantes) (1).
Un establecimiento modelo. En plena población y en pleno campo. Una quinta de recreo. Sol, luz y brisas marinas.
Foto 4 Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Al dar en nuestro último número la noticia de la inauguración de la Clínica de San Antonio, decíamos que se trataba de un establecimiento modelo entre los de su clase. Ahora, desde luego, esta apreciación del hecho de que el edificio se ha construido de nueva planta y con la mira puesta en los servicios a que se le destina (1).
Su situación, en la parte más alta de Atocha, está admirablemente escogida por su proximidad a la población, a pesar de la cual goza de todas las ventajas de los edificios situados en pleno campo. Y en pleno campo está efectivamente, puesto que desde su elevado emplazamiento domina con mucho los edificios más próximos, como es, por ejemplo, la Iglesia de los Padres Franciscanos, y desde sus galerías la vista se tiende ampliamente por sobre toda la población sobre el mar, y sobre el valle de Loyola.
Sol, brisas marinas y aire campestre llegan por todas partes al airoso edificio que, con sus colores claros y con su bella construcción, parece más bien que clínica una quinta de recreo, propia para quitar del ánimo de los enfermos la idea del dolor y de abatimiento.
La finca, que no dista del Puente de Santa Catalina más de 300 metros, ocupa una extensión de 6.000 metros cuadrados y tiene para los coches un fácil acceso por la parte central del Paseo de Atocha (hoy Duque de Mandas). Sobre la amplia portalada, un gran rótulo de letras bien visibles indica la subida por una carretera recién afirmada que lleva hasta el mismo pórtico de la clínica (1).
Foto 5 Parque lleno de árboles y de macizos floridos rodea el edificio. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Un extenso parque lleno de árboles y de macizos floridos rodea el edificio. Todo está en este parque admirablemente preparado para hacer agradable la convalecencia de los enfermos. Lo que la naturaleza no ha puesto por sí misma lo ha añadido la mano de los directores y jardineros, creando bellos rincones, rodeados unos y cobijados otros bajo la frondosidad de los árboles, miradores deliciosos para el descanso y para la contemplación de extensos paisajes. Desde uno de estos rincones, el más amplio y frondoso, se domina completamente el campo de fútbol de Atocha, con tanto detalle como desde la tribuna de preferencia (1).
El edificio y sus dependencias, Salas de operaciones, Cuartos suntuosos de primera clase, la capilla y el servicio religioso.
El edifico que, como hemos dicho en nuestro último número, es de estilo “Renacimiento”, presenta a la entrada un bello pórtico, sobre el que descansa una terraza amplia para baños de sol.
En el primer piso, un hall sobriamente decorado en estilo español, comunica a derecha e izquierda, mediante amplias puertas de vidrieras artísticas, con las dos salas de espera.
Una de las salas de este primer piso está destinada toda ella a dormitorios. En la otra hay un despacho para los doctores, decorado con severa elegancia; la sala de los Rayos X, diatermia y lámpara de Cuarzo, y dos salas de operaciones sépticas y otra para las asépticas, inmediata, pero separada de ellas, está la sala de anestesia, con el fin de evitar al enfermo, antes de privarle del sentido, la vista siempre un poco temible, de las salas de operaciones (1).
Foto 6 Vestíbulo y Sala de espera. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
En la Clínica de San Antonio, ambas salas de operaciones comunican con la de esterilización, mediante ventanales abiertos en las paredes medianeras. Están hechos estos ventanales con el fin de facilitar el paso del material esterilizado desde la sala de esterilización a la de operaciones. Es bien notoria la ventaja de esta disposición en las salas, puesto que con ella se obtiene la garantía absoluta de que el material que se emplea en las operaciones llega bien esterilizado, ya que no ha tenido que pasar por habitaciones intermedias, ni ha podido ser alcanzado en ningún momento por la atmósfera exterior.
En la misma planta se hallan también emplazados una sala de reconocimiento de enfermos, el laboratorio de análisis, el “office”, cuartos de baño, watters, etc (1).
FOTO 7 Sala de Operaciones Asépticas. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Por una amplia escalera principal, de mármol blanco y artística balaustrada, se asciende al piso principal, en el que encontramos primeramente un gran salón de visitas con muebles elegantes y modernos. Este salón tiene salida a la gran terraza central, que descansa sobre el pórtico.
Es en este piso principal donde se abren, a ambos lados del pasillo, las habitaciones de los enfermos, separadas entre sí por dobles tabiques para evitar la propagación de los ruidos.
Todos estos cuartos tienen amplios ventanales y galerías, baño, agua caliente y fría y un mobiliario de primera calidad. Los cuartos de primera son verdaderamente elegantes y hasta suntuosos, y aún los de tercera clase, dentro de su modestia, resultan verdaderamente agradables, gracias a las particularidades de su construcción, en la que se ha cuidado de que todos ellos tengan un aspecto claro y alegre, abiertos todos al campo e inundados de aire y de luz (1).
A un extremo del pasillo se halla situada la capilla para el servicio religioso de los enfermos, una capillita recogida y primorosa dedicada a la Milagrosa.
El piso alto está destinado casi exclusivamente a la Comunidad de las Religiosas Carmelitas Terciarias, encargadas de la asistencia religiosa y cuidados a los enfermos.
FOTO 8 Capilla. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz
Justamente con dichas Hermanas completarán el servicio religioso con los Reverendos Padres Franciscanos, que tienen contiguo a las mismas su convento.
En la planta baja están situadas las cocinas, lavaderos, cuarto de plancha, despensa, calefacción central y otros servicios auxiliares.
Detalles particulares de la construcción. Cómo se garantizan la higiene y la limpieza. Paredes lavables, pavimento continuo, azulejos ingleses.
Tratándose de una clínica, sería ocioso decir que en ella están cuidados particularmente todos los requisitos de la limpieza y de la más escrupulosa higiene. En todas ellas se cuida con esmero este primordial capítulo, que es una de sus principales razones de existencia.
Sin embargo esta de San Antonio ofrece detalles notables en este orden, que han sido observadas en gran parte por tratarse de una construcción hecha exprofeso para la especialidad a la que está destinada (1).
El número de teléfono de la Clínica de San Antonio es el 14.535.
Así por ejemplo hacíamos arriba mención del modo particular con que está construida la sala de esterilización, en comunicación inmediata con las salas de operaciones, a fin de garantizar plenamente la perfecta inmunización del material esterilizado que se emplea en las operaciones.
Foto 9 Sala de operaciones sépticas. Sala de esterilización. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Otra de las particularidades de este género que ha llamado mucho la atención en la Clínica de San Antonio, es un largo conducto que recorre todos los pisos y por el que se manda hacia el lavadero toda la ropa sucia, sin necesidad de llevarla por los pasillos. Para mayor limpieza, todo este conducto está revestido, interiormente de azulejos.
Todos los pisos de la casa, desde que se pone el pie en el vestíbulo, están hechas por el procedimiento moderno del pavimento continuo. Este procedimiento, implantado por una casa alemana, es de una limpieza suma, porque evita toda clase de rincones y hendiduras, en las que se almacena siempre la suciedad, a pesar de todos los cuidados de la más escrupulosa limpieza.
Es el de la Clínica de San Antonio un pavimento de pasta de madera y otros ingredientes químicos, perfectamente lavable, sin detrimento ninguno y con apariencia de mármol de colores diversos (1).
Han ejecutado el trabajo de pavimentación obreros especializados de una casa alemana que representan en San Sebastián los señores Klauss y Compañía.
Así como el piso, todas las paredes son lavables, esmaltadas, en forma que, al salir un enfermo de una habitación, los diversos servicios de desinfección la dejan inmediatamente en completa garantía de salubridad.
Foto 10 Habitación individual. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Las salas de operaciones, la de esterilización, los baños, las cocinas, todas aquellas dependencias, que exigen mayores cuidados de limpieza, están revestidos de azulejo inglés, que además de darle un aspecto agradable, contribuyen a facilitar los requisitos de la higiene más escrupulosa.
Doctores y especialidades. Un lecho elegante y una cuna de bebé. Enfermos de régimen. Accidentes del trabajo. Material clínico.
Los servicios de la Clínica de San Antonio correran a cargo de los reputados doctores don José María Zurriarain, cirugía general; don Ignacio Urbina, aparato genito-urinario; don Luis Urbina, cirugía ortopédica; don José Larrañaga, aparato digestivo; don Enrique de la Riva, nutrición y como otorrinolaringólogo don Pablo Molano. Habrá además servicio médico permanente en el establecimiento (1).
Todo el material de rayos X ha sido suministrado a la Clínica de San Antonio por la Casa Koch Sterzel, de Dresden en Alemania. El material de esterilización es de la Casa Hartmann.
El mobiliario quirúrgico ha sido adquirido en diversas casas alemanas e inglesas.
Su material completísimo de laboratorio, permitirá a los doctores de este establecimiento tan perfectamente dotado, hacer toda clase de análisis modernos, aún los más delicados y difíciles.
Foto 11 Despacho del director y biblioteca y Sala de Rayos X. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Además de las especialidades citadas, en las que son una verdadera garantía los nombres de los prestigiosos médicos arriba citados, cuenta la Clínica de San Antonio con algunos otros servicios muy interesantes.
Los invitados que en acto de la inauguración recorrían el domingo las dependencias de la clínica, se detenían con particular atención en un cuarto de primera clase lujosamente dispuesto, y en el que, al lado de un amplio lecho, elegante dentro de su sobriedad de mueble de clínica, se veía una linda canastilla de bebé. Los curiosos supimos bien pronto que la habitación ya está pedida desde hace días para un próximo alumbramiento.
También hemos sabido que el mismo domingo se recibió otro aviso, mandando reservar una habitación análoga (1).
Aunque conocemos los nombres de estas dos señoras, primeras clientas de la Clínica de San Antonio, una elemental discrección nos impide revelarlos, si bien podemos asegurar que se trata de personas de la más distinguida sociedad donostiarra.
Si citamos el caso es por tratarse de un nuevo e interesante servicio que la Clínica de San Antonio viene a implantar en San Sebastián, en donde, sin duda ninguna, ha de alcanzar gran importancia por el gran número de veraneantes de calidad que, al precisar servicios tan delicados, han de preferir con toda seguridad los de una Clínica tan cuidadosamente montada a la asistencia y al bullicio de un hotel.
Esto por lo que se refiere a los partos normales. En cuanto a los partos difíciles o distócicos, posee un material clínico modernísimo que le colocan en un lugar preminente en las especialidades de obstetricia. El hecho de hallarse al frente de esta especialidad el atinado doctor don Ignacio Urbina, que cuenta en San Sebastián con tan numerosa y distinguida clientela, es una garantía de que esta parte del servicio clínico de la de San Antonio ha de estar cuidadosa y expertamente atendida (1).
Foto 12 Sala de Cistoscopias y exploración radiológica del Aparato Urinario. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Otra especialidad que espera cuidar esta clínica es la de los enfermos de régimen. Para los que se ven obligados a hacer vida de hotel es cosa muy difícil, por no decir imposible, una cura dd régimen; aún en la casa propia se sigue frecuentemente con dificultad. En esta clase de enfermedades, bien terribles algunas de ellas, es donde se precisa, acaso más que en otra alguna, el cuidado vigilante y continuo del doctor.
Tendrá también la Clínica de San Antonio una sección especial económica dedicada a accidentes del trabajo.
Por lo que hace al material clínico, podemos asegurar, después de haber oído a los muchos doctores invitados el domingo a la inauguración que es de lo más moderno y abundante que puede exigirse en esta clase de establecimientos. El mobiliario de las salas de operaciones, las mesas de operar, los aparatos de iluminación de las mismas y todo el instrumental de operaciones han sido elegidos y buscados con escrupuloso cuidado en las casas más renombradas de las que se dedican a la fabricación de esta clase de productos.
Foto 13 El bello conjunto arquitectónico que ofrece la Clínica de San Antonio del arquitecto hernaniarra Gregorio Azpiazu. Foto Ricardo Martín. 1928
La obra primorosa de un arquitecto nobel
El bello conjunto arquitectónico que ofrece la Clínica de San Antonio ha suscitado las mayores alabanzas. Arquitectos prestigiosos de San Sebastián que asistieron en buen número a la inauguración del domingo no ocultaban la inmejorable impresión que les producía esta obra de su compañero el arquitecto hernaniarra don Gregorio Azpiazu (1).
Se trata, en efecto, de un airoso edificio de estilo renacimiento español, que en ningún detalle de su aspecto externo recuerda a la clínica, antes bien diríase una “quinta de recreo” de un propietario de buen gusto.
Sus cuatro torreones, emergiendo airosamente del cuerpo del edificio, son el remate adecuado no sólo de la casa, sino de toda la colina en que se asienta y que parece elevarse de entre el caserío urbano en ansias de sol y de aire.
Las blancas terrazas están construidas en la forma más conveniente para que el sol se detenga en ellas complacido y se deja captar a raudales en beneficio de la salud. Y por las amplias galerías y ventanales, pródigamente abiertos a todos los aires han de pasar por fuerza lo mismo las brisas que vienen del campo que las que llegan de la costa, cargadas de frescura y yodo marino (1).
El edificio es en conjunto algo de lo más armonioso y agradable que puede concebirse, sin que por ello se hayan dejado de atender en él todas las conveniencias prácticas.
Foto 14 Vista general de la Clínica San Antonio. Foto Kruz Merino. 1928
El señor Azpiazu, que recibía el domingo 26 de febrero las felicitaciones unánimes de los invitados a la inauguración, nos decía que en ésta de la Clínica de San Antonio su primera obra de empeño, aunque lleva ya realizadas algunas otras menores y tiene en ejecución otra análoga de importancias (1).
Es el señor Azpiazu un arquitecto muy joven todavía, se ha revelado brillantemente con una concepción tan interesante y en la que algunos, antes de conocer al autor, creyeron adivinar la maestría de su prestigioso y avezado arquitecto.
Porque no es únicamente la parte artística o meramente decorativa lo que en la Clínica de San Antonio llama la atención, sino también la propiedad y conveniencia en los más mínimos detalles de la construcción. Para el profano que visita la casa no es fácil advertir cada uno de estos detalles, pero convenientemente advertidos por un conocedor de esta clase de obras se echa de ver a cada paso un acierto de construcción.
Es primeramente la acertada disposición y separación de servicios en la forma que ya dejamos explicada más arriba, y es después la sencillez y naturalidad con que toso está conseguido, buscando el mayor bienestar posible para el enfermo, sin dejar por ello de ofrecer una construcción artística en su parte externa y elegante en el interior (1).
Foto 15 Habitación doble con mirador. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Uno de los detalles interiores que no saltan inmediatamente a la vista es que ninguna de las paredes ofrecen ángulo; y esto, con la particularidad de ser todas ellas lavables, se presta a una facilidad importantísima de limpieza.
A la misma limpieza contribuye también en gran manera la implantación del pavimento continuo que, aparte de su aspecto agradable a la vista, suprime toda clase de bichos caseros e impide que se cobije el polvo en sitios de difícil limpieza.
Las tuberías del paso de instalaciones de luz, de timbres, de agua, de calefacción, están completamente ocultas al exterior por los pisos y los tabiques dobles, que impiden al mismo tiempo la propagación de ruidos.
Otro detalle curioso, que ha sido muy celebrado por su propiedad para esta clase de obras, es el vertedero de ropa sucia que atraviesa los pisos hasta el depósito del sótano.
Ha sido también muy elogiada la disposición de los cuartos, sobre todo de los de primera clase con sus bellos miradores, con su sala de visitas, con su cuarto de baño independiente.
Y en todos los cuartos, aún en los más modestos de última clase, abundancia de luz, lavabos de agua caliente y fría y armarios de luna empotrados en la pared (1).
Foto 16 Habitación individual y doble con ventana. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
No es posible enumerar cada uno de los detalles y particularidades de construcción que concurren en la Clínica de San Antonio y que hacen de ella un modelo en su género.
Para terminar, hemos de unir nuestra felicitación a las muchísimas que está recibiendo el joven arquitecto señor Azpiazu, que se ha revelado en esta obra como un artista de mérito y como un experto constructor (1).
Labor de los contratistas en la Clínica de San Antonio
En el reparto de elogios que a cada uno corresponde al tratar de la construcción de la Clínica de San Antonio no podíamos pasar por alto a los principales contratistas que han cooperado a la obra con el señor Azpiazu.
El mismo nos lo indica así, haciéndonos notar el acertado trabajo y la parte de ayuda prestada por cada uno.
Cantería y hormigón armado
De esta importantísima parte de la construcción se han encargado los señores Elizarán y Leal.
Todo lo que nosotros pudiéramos decir en elogio de la participación que estos contratistas han tenido en la Clínica de San Antonio lo dice mejor que nosotros podríamos decirlo la admiración que suscita en todo el que la contempla la decoración exterior de toda la casa, obra de los señores Elizarán y Leal (1).
Foto 17 Laboratorio. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Han sido estos dos expertos contratistas los más felices intérpretes de la idea del señor Azpiazu, y así nos lo ha hecho notar el mismo arquitecto, complaciéndose en la obra por ellos realizada.
Prueba de que no es éste de la Clínica de San Antonio un acierto aislado de los señores Elizarán y Leal, es que estos contratistas tienen actualmente grandes obras en Madrid y en Andalucía, conseguidas unas tras otras por méritos principalmente de su seriedad y laboriosidad industrial.
Son los señores Elizarán y Leal contratistas de la Compañía del Norte y ellos han construido, principalmente el señor Elizarán antes de constituirse la razón social que hoy integra con su hijo político, varios túneles y largos trozos de vía del ferrocarril del Canfranc.
A ellos se debe también la reforma de la carretera del Circuito Automovilista y la reconstrucción del Asilo de Caridad (1).
Foto 18 Pasillo del Primer Piso y del Segundo Piso. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
En la construcción del barrio de Gros fue el señor Elizarán uno de los contratistas que trabajó con más acierto.
El trabajo que han hecho en la Clínica de San Antonio acredita nuevamente a los señores Elizarán y Leal de contratistas concienzudos y de un gusto poco común.
Vaya nuestra enhorabuena a unirse con las muchas que estos días, llevan recibidas y que continúe la prosperidad de su negocio (1).
Hierros artísticos
Hablar de San Sebastián de la Casa Mendía y Múrua sería completamente ocioso si no fuera porque hemos de referirnos en esta información a los principales contratistas que han intervenido en las obras de la Clínica de San Antonio.
Como en todas partes, los señores Mendía y Múrua han puesto en la citada clínica el sello de su buen gusto de forjadores artistas. Sabido es que a la Casa Mendía y Múrua no es solamente el trabajo corriente de fundición lo que le distingue, sino más bien sus elegantes forjas que recuerdan los trabajos de los antiguos artífices catalanes.
No hay en San Sebastián un detalle artístico de esta especie que no proceda de estos importantes talleres.
Balcones, verjas, puertas señoriales, rejas y balaustradas de estilo, todos los hierros que San Sebastián y en la provincia entera llevan un noble sello de belleza y de gusto artístico a la Casa Mendía y Múrua hay que referirlos seguramente.
En la Clínica de San Antonio no han hecho más que renovar, una vez más, los laureles artísticos e industriales, que les han dado nombre en España entera (1).
Foto 19 Vista general de la Clínica San Antonio. Foto Kruz Merino. 1928
Trabajos de hojalatería
Los señores Pradera y Echarri hermanos, han hecho en la Clínica de San Antonio a plena satisfacción de los directores y del arquitecto el trabajo concienzudo que en una finca de esta clase requieren las complicadas instalaciones de agua fría y caliente y las variadas conducciones que se ramifican entre pisos y tabiques.
En treinta y cuatro años que los talleres de los señores Pradera y Echarri llevan trabajando en San Sebastián han cimentado bien su fama de industrialismo serio y concienzudo a toda prueba (1).
Foto 20 Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Página 1. 1928
Ahí están para demostrarlo las múltiples obras en que han intervenido y entre las que recordamos ahora someramente las del teatro del Príncipe y casa colindantes, las del barrio de Gros pertenecientes al contratista don Bernardino Elizarán, de don Enrique Bengoechea, de don Eustaquio Romero, del chalet del señor Carrero en Hernani y de otras muchísimas de difícil enumeración.
Los señores Pradera y Echarri facilitan a todo el que los solicita, presupuestos económicos, dando a los clientes toda clase de facilidades que hacen más estimables sus servicios (1).
Pintura
La razón social Hijos de Baldomero Pamiés, han hecho en la Clínica de San Antonio un trabajo acabadísimo en la parte de pintura y empapelado de habitaciones (1).
Su establecimiento de la calle de San Marcial, presentado con un gusto irreprochable, da ya una idea de la delicadeza de sus trabajos. A ella debe la numerosa y excelente clientela con que cuenta en San Sebastián y en la provincia.
Todos los que han visto el trabajo que esta casa ha hecho en la Clínica de San Antonio han tomado bien cuenta la primorosa labor realizada y sin duda ninguna que tan excelente labor ha de valerles muchos clientes a los señores Pamiés (1).
Foto 21 Vista tomada desde la Clínica. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Instalaciones de electricidad médica
Todos los médicos donostiarras conocen bien al activo industrial de Bilbao, don José Schütz, por las muchas instalaciones de electricidad médica que aquí lleva efectuadas.
También en la Clínica de San Antonio los aparatos de rayos X y todo lo concerniente al mismo ramo de instalaciones, ha sido aportado por la misma Casa Koch y Sterzel, de Dresden de Alemania, de que es representante en España el señor Schütz.
En estos aparatos tan modernos y bien acabados se efectúan las rectificaciones por válvulas eléctricas, lo que hace que su funcionamiento resulte perfectamente silencioso. Su rendimiento es de 120 miliamperios y 115.000 voltios.
Con esta instalación pueden hacerse radiografías instantáneas y de tiempo, radioscopia, terapia superficial y terapia profunda.
Foto 22 El Pueblo Vasco. Del martes 28 de febrero de 1928. Página 7
Entre el material instalado por el señor Schütz llama grandemente la atención una mesa inclinable con diafragmas y con todos los movimientos imaginables para la mayor facilidad de las operaciones. Puede volcarse sin esfuerzo alguno lo mismo hallándose vacía que con el enfermo colocado sobre ella.
Los aparatos de diatermia que el señor Schütz ha instalado en la Clínica de San Antonio tienen sobre los antiguos la ventaja de que funcionan sin ruido, no necesitando alcohol ni mica, ni cuidado ninguno.
Sus detonadores son de una construcción muy ingeniosa, pudiéndose graduar nuevamente si por el mucho empleo se ha gastado (1).
Foto 23 Vista tomada desde la Clínica. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
También rayos ultravioleta se han instalado, producidos por la lámpara de Cuarzo.
En fin, esta parte de la Clínica es muy completa, y felicitamos tanto a los señores médicos como al señor Schütz, por la esmerada instalación (1).
Cómo conseguí el Cuaderno de Fotos
Hace muchos años investigando sobre la Clínica Operatoria San Antonio, subí donde había estado situada la Clínica y me encontré que le habían cambiado el nombre y el trabajo llamándose “OSALAN” y estaba como director Álvaro Abancens Izcue, que fue el que me dejó llevarme a mi casa y escanear las fotos del documento que se llamaba “Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Con Fotos de Kruz Merino” que tenía 25 páginas llenas fotografías de cómo se inauguró dicha Clínica, 2006 (2).
CLÍNICA SAN ANTONIO
Foto 24 La Voz de Guipúzcoa. Página 8. El martes día 28 de febrero de 1928
El domingo se inauguró con brillantes la nueva y notable Clínica de San Antonio
La máxima ventilación; limpieza e Higiene. - Servicios de la Clínica. - Instalación de diatermia y rayos X. Aparatos modernos y de un rendimiento de 115.000 y 120.000 voltios
El domingo, a las once de la mañana, se inauguró en San Sebastián la Clínica de San Antonio, situada en la parte alta del Paseo de Atocha. Al acto, que estuvo muy concurrido, asistieron numerosas personas de la buena sociedad donostiarra, entre las que vimos a don Laureano Azpiazu, don Quintín Altolaguirre, señores de don José Aguirre, don Tiburcio Bea, don José Eguía, don Ignacio Eguía, señorita Carmen Eguía, señores: don Juan Olazabal, don Martín Azpiazu, Mendizabal, Lardizabal, don Joaquín Lizasoain, señora viuda de Ugarte e hija, señores de Ganchegui, señora viuda de Carrasco e hijos, don Pedro Aguirre, señores de Galardi, Careaga, Ituarte y Larrañaga, señorita Beatriz Lazcano, señores don Luis Sáez, Carrero, Chamorro, Barandiarán, don Eugenio Rougel, don Ramón Gorostidi, don Joaquín Irigoyen, don Eugenio Cortejarena, don Francisco Silveti, Yobadelo, señor Ortiz del Campo, don Vicente Antequera, don Juan Kutz, señor Amundarain, señores don Casimiro Aguirre, don Ramón y don Segundo Zurriarain, don Manuel Bago, don Jesús Batanero, don José Beguiristain, don Julián Bergareche, don Fernando y don Ramón Castañeda, don Miguel Castillo, don Cándido Claraco, don Sebastián Córdoba, don Francisco y don José Cuadrado, don Jesús Cabezudo, don Justo Diez Tortosa, don Fernando Asuero, don Indalecio Cincunegui, don Emiliano Eizaguirre, don Ángel Elvira, don Luis Garmendia, don José Goicoechea, don Miguel Kutz, don Manuel Larrea, don Fermín Loidi, don Aurelio Maeso, don Román Marticorena, don Ensebio Polit, don Manuel Roncal, don Fernando Tamés, don Manuel Usandizaga, don Nicolás Zubizarreta, don Ignacio Casares, don Regino Ganzarain, señores don Román y don Leandro Aramburu, don José Otaño, don Ricardo Cardenal, don Benito Aramburu, don Luciano Zurriarain, don Ramón Aldasoro, don Víctor Barrenechea, don Gregorio Aspiazu, don Sergio Lizasoain, don Juan Olaizola, don Martín Garmendia, don José María y don Antonio Urba, señores Zaratarin, Jaurrieta, Casadevante y González.
Los Practicantes, don Francisco Zurutuza, don Luis Capella, don Luis Campo y don Rufino Echeverría (3).
También asistieron al acto los Superiores de los religiosos Jesuitas y Franciscanos, y el Reverendo Padre Antonio Umerez.
El párroco de San Vicente, don Vicente Barrena, bendijo el edificio. Después se celebró un espléndido «lunch», obsequio de los propietarios de la Clínica a los invitados a la inauguración, haciendo los honores los médicos de la casa, con sus respectivas señoras.
Terminado el «lunch» los invitados recorrieron las diversas dependencias y regresaron a la ciudad, haciendo grandes elogios del establecimiento.
El «lunch» foé servido por el establecimiento de don Elías Ayestarán.
La Casa Suchard envió cajas de bombones para obsequiar a los concurrentes a la inauguración de la Clínica de San Antonio (3).
Situación y detalles del edificio
En efecto, la nueva Clínica de San Antonio no puede reunir mejores condiciones de las que tiene (3).
Foto 25 En lo alto del Paseo de Atocha se encuentra el bello conjunto arquitectónico que ofrece la Clínica de San Antonio del arquitecto hernaniarra Gregorio Azpiazu. Foto Ricardo Martín. 1928
Su situación, en lo alto del paseo de Atocha, como antes hemos picho, no puede ser más apropiada para darle una bella perspectiva que sirva para recrear el ánimo de los enfermos, con la hermosa policromía de los alrededores y para que tenga la mayor cantidad de luz, que tanto anima, y de aire libre sano, que tanto reconforta (3).
El edificio, proyecto del arquitecto hernaniarra don Gregorio Azpiazu, que tantos éxitos va obteniendo en su carrera, constituye una verdadera prueba de buen gusto, a la vez que reúne las condiciones higiénicas apetecibles para esta clase de establecimientos.
Las fachadas son de estilo Renacimiento, con detalles arquitectónicos que más que de clínica o sanatorio las dan aspecto de una gran finca señorial.
En el interior se tiende a la máxima ventilación y limpieza, con grandes huecos, pavimento continuo, paredes sin ángulo, todas ellas lavables y revestidas de azulejo inglés las de las dependencias en que mayor limpieza es necesaria, como las salas de operaciones, cuartos de baño, cocina, etc.
Un detalle curioso que demuestra y que demuestra hasta el extremo que se ha estudiado esta importantísima cuestión de la limpieza, es el vertedero de ropa sucia. Constituyen éste unos conductos por los cuales puede hacerse llegar la ropa de los enfermos desde cualquier punto del edificio hasta donde aquélla ha de ser lavada; desinfectada, sin atravesar ninguna habitación, pasillo ni dependencia de la Clínica. Esto, como como fácilmente se comprende, evita que se esparzan los microbios que van en aquellas ropas.
Foto 26 Cuarto de baño anexo a un dormitorio. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
La instalación del pavimento continuo es otro acierto, ya que al no haber en el suelo ranuras se evitan el polvo y microbios que se depositan en las junturas de los pavimentos ordinarios. Este pavimento ha sido instalado por una casa alemana, la cual representan las señoras Clauss y Compañía (3).
Los cuartos de los enfermos han sido, también, soberbiamente instalados. Aun en los más modestos, los de última clase, hay abundancia de luz y ventilación, lavabos de agua caliente y fría y armarios de luna, empotrados en la pared, en una disposición curiosa. Los de primera clase tienen, además, bellos miradores, sala de visitas y cuarto de baño independiente.
Estas habitaciones están separadas entre sí por tabiques dobles, lo que impide que llegue el ruido de unas a otras (3).
El mueblaje es sobrio, de buen gusto y cómodo.
Foto 27 Portería y Cocheras de la Clínica San Antonio. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz. 1928
Sobre el pórtico de entrada a la Clínica hay una terraza en la que los enfermos podrán tomar cómodamente baños de sol que completen y activen su curación, conforme a las prescripciones de los médicos.
En el piso principal se encuentra primeramente un hall, con mucha luz y amueblado lujosamente, y por el cual se pasa a las dos salas de espera, también amuebladas lujosamente (3).
Al lado izquierdo del hall están los dormitorios y en la parte de la derecha el despacho de los médicos, la sala de diatermia y Rayos X y dos Salas de operaciones; una para operaciones sépticas y otra para las asépticas.
Cerca de ambas salas se encuentra la de anestésicos. Esta dependencia es otro de los grandes aciertos que se observan en esta Clínica. Con esta sala se evita que los que van a ser operados vean preparado el instrumental, lo que tan deplorable impresión ocasiona siempre. Con haber instalado esta sala no sucede eso. El enfermo entra en la sala que no tiene indicio alguno de la operación que se va a realizar, sino que por el contrario es hasta alegre, bien decorada y con mucha luz, allí es anestesiado; y cuando se le lleva a la sala de la operación ya no advierte los terroríficos preparativos (3).
Foto 28 Fachada principal del Proyecto de Clínica Operatoria para los doctores Urbina, Larrañaga y Zurriarain. Archivo histórico del Ayuntamiento de Donostia – San Sebastián. Noviembre 1926 (4)
Otro acierto indudable es la disposición adoptada para que los instrumentos pasen directamente de la sala de esterilización a las salas de operaciones, con lo cual se evita que aquéllos reciban el aire, acaso contaminado, de otras habitaciones, y, por tanto, la asepsia es más completa. Esto se ha conseguido dando comunicación a las dos salas de operaciones con la de esterilización por unos amplios ventanales, por los cuales se pasa aquel instrumental (3).
En la misma planta principal están instalados la sala de reconocimiento de los enfermos, el laboratorio, las oficinas y los cuartos de baño.
En el piso principal se ha montado un salón destinado a visitas, con muebles modernos y artística decoración, y más dormitorios.
Foto 29 Planta baja, distribución en el Proyecto de Clínica Operatoria para los doctores Urbina, Larrañaga y Zurriarain. Archivo histórico del Ayuntamiento de Donostia – San Sebastián. Noviembre 1926 (4)
Al final del pasillo que sirve los dormitorios del piso principal se ha instalado una bonita capilla dedicada a la «Milagrosa».
Los servicios religiosos del establecimiento están encomendados a los franciscanos, destinándose a éstos todo el piso superior del edificio.
En la planta baja se han instalado las cocinas, los lavaderos y servicios accesorios.
El acceso al edificio se hace cómodamente, disponiendo los carruajes una amplia avenida que arranca de la parte central del Paseo de Atocha.
Las obras de cantería y hormigón armado han sido ejecutadas por los señores Elizarán y Leal, y bien puede decirse que las han llevado a cabo con el mayor acierto, reconocido, incluso, por el mismo arquitecto señor Azpiazu (3).
Desde luego que de estos contratistas no podía esperarse otra cosa, ya que tienen una fama bien cimentada en sus grandes conocimientos y en su seriedad y laboriosidad.
El herraje ha sido fabricado por los señores Mendía y Murúa, de ésta, que han hecho una obra artística, que no desmiente la fama que aquella casa goza en toda la provincia.
Los trabajos de hojalatería los han hecho los señores Pradera y Echarri Hermanos, no pudiendo decirse más que trabajos tan delicados como son éstos, en que tan complicadas instalaciones hay, los han terminado a completa satisfacción del arquitecto y directores de la Clínica.
La pintura y el empapelado de las habitaciones los han tenido a su cargó los señores Hijos de Baldomero Pamiés, habiendo realizado una labor esmeradísima.
Foto 30 Asistencia Facultativa. Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Página 2. Fotos: Kruz. 1928
Los servicios Médicos
La Clínica tiene una capacidad para 30 enfermos, los cuales son atendidos por las Religiosas Carmelitas Terciarias y el servicio de Practicantes.
La Clínica San Antonio está a cargo de los doctores don José María Zurriarain, don Ignacio Urbina, don José Larrañaga, don Luis Urbina, don Enrique de la Riva y don Pablo Molano.
El señor José María Zurriarain atenderá las operaciones de cirugía general con su pericia, que tantos éxitos le han valido ya. El señor don Ignacio Urbina tendrá a su cuidado, con el acierto que le caracteriza, las enfermedades de los aparatos génito-urinarios. Don Luis Urbina actuará en los casos de cirugía ortopédica; el señor José Larrañaga a las enfermedades del aparato digestivo, el señor Enrique De la Riva a las cuestiones de nutrición y como otorrinolaringólogo lo hará el señor Pablo Molano.
Aparte de estas especialidades, la Clínica San Antonio tiene montados otros servicios de gran interés y cuenta con servicio médico permanente.
Foto 31 Planta Piso Primero, distribución en el Proyecto de Clínica Operatoria para los doctores Urbina, Larrañaga y Zurriarain. Archivo histórico del Ayuntamiento de Donostia – San Sebastián. Noviembre 1926 (4)
Llama poderosamente la atención la instalación de Diatermia y Rayos X, hecho por la Casa Cook y Sterzel, de Dresden, que representa en España el activo industrial bilbaíno don José Schutz, ya bien conocido entre los médicos de San Sebastián.
Son esta instalación los aparatos más modernos y de mejor resultado. En los Rayos X la rectificación se efectúa por válvulas eléctronos, así es que el funcionamiento de aparato es completamente silencioso. Su rendimiento es de 115.000 y 120.000 voltios. Pudiéndose hacer radiografías instantáneas y de tiempo, radioscopias y terapia superficial y profunda.
Hay una mesa inclinable que es una maravilla, con diafragmas y todos los movimientos apetecibles y pudiéndose maniobrar sin esfuerzo alguno con el enfermo o sin él.
La Diatermia funciona sin ruido, no necesitando alcohol ni mica. También hay Rayos ultravioletas, producidos por lámparas de cuarzo.
En fin, que es una instalación completísima, que ha de dar los mejores resultado
Foto 32 Celebración del bautizo de un nieto del industrial vasco Patricio Echeverría en la Clínica San Antonio. Foto Paco Marí. 30 de septiembre de 1959
Ya hay habitaciones pedidas
Como detalle que demuestra la curiosidad despertada por la “Clínica San Antonio”, y la confianza que se tiene en los servicios médicos auxiliares de que allí se dispone, señalaremos que ayer ya había preparado un cuarto de primera Clase para una señora perteneciente a la alta sociedad donostiarra, que espera dar a luz próximamente, y ayer mismo se pidió un cuarto análogo para un caso de esta misma índole.
Por cierto que el cuarto que vimos, no podía estar mejor acondicionado. Hasta con el detalle de una preciosa canastilla que espera la llegada del lindo bebé (3).
Revista Vértice Clínica Operatoria San Antonio
El edificio fue construido según los planos del arquitecto don Gregorio Azpiazu e inaugurado el 26 de febrero de 1928. Se halla situado en el Paseo Duque de Mandas antiguo Paseo de Atocha y tiene una capacidad para 30 enfermos, los cuales son atendidos por las Religiosas Carmelitas Terciarias (5).
Constantemente hay en la Clínica un facultativo por si en cualquier momento fuese requerido por un enfermo.
De la asistencia religiosa se hallan encargados los Padres Franciscanos, quienes tienen su residencia contigua a la Clínica (5).
Foto 33 Clínica Operatoria San Antonio. Revista Vértice nº 2. Página 22. Mayo 1937
La Finca ocupa una extensión de cerca de 10.000 metros cuadrados, cuya mayor parte es destinada a jardines y parques (5).
1928 – 1984. Clínica San Antonio, 26 de febrero (domingo)
Con mayor capacidad y mejor equipamiento se inauguró el 26 de febrero de 1928 la Clínica de San Antonio. Algunos médicos que han trabajado en la Clínica: los médicos: Juan María Zuriarrain, los hermanos Ortíz de Urbina (Ignacio y Luis), José Larrañaga, Enrique de la Riva, Julio Albea, José María Recarte, Adolfo Gómez Sanz, Miguel Echavarren, Iñaki Zurutuza, Ignacio San Sebastián, etc.
Los practicantes que trabajaban en dicha clínica eran: Francisco Zurutuza; Luis Capella; Luis Campo; Rufino Echeverría; Eugenio Urrestarazu Iguaran; Juan Mari Anza Irazusta; Manolo Bermejo Zulaica; Ángel Monreal Cordobes, Paco Moreno, Victor Insausti Sansinenea y Ignacio Anza Soret (6).
Foto 34 El médico Miguel Echavarren y el practicante Juan Mari Anza Irazusta
Las matronas fueron Mensueche Arrillaga y María Luisa Arrillaga, esta última era la matrona que trabajaba de comadrona con el Dr. Julio Albea.
Con el doctor Miguel Echavarren trabajaba su practicante Juan Mari Anza Irazusta. Posteriormente a su jubilación de Juan Mari, le sustituyó su hijo Ignacio Anza Soret. En su última etapa en la Clínica se operaba a muchos niños de fimosis y de otras patologías por el urólogo Ignacio San Sebastián (6).
También atendía todo lo relacionado con los huesos el traumatólogo Iñaki Zurutuza.
Estaban a cargo de los Hermanos Franciscanos y al principio las Religiosas Carmelitas Terciariarias.
Foto 35 Recuerdo de mi Nacimiento. Ana María Méndez Muñoz
El 30 de junio de 1942 se solicita al Ayuntamiento de San Sebastián la ampliación de la Clínica San Antonio con una capacidad del doble de habitaciones para poder atender a sus enfermos ingresados y para dar cobertura al aumento de nacimientos; entre ellos llegó al mundo el jueves día 25 de febrero de 1965, en la Clínica San Antonio la niña Ana María Méndez Muñoz, sus encantados padres José y Flora (6).
La Clínica de San Antonio cesó su actividad en mayo de 1984 (6).
RECUERDO EN EL DIARIO VASCO DE 1997 CLINICA SAN ANTONIO
Los establecimientos de asistencia clínica iban aumentando en la ciudad. En los primeros meses de 1928 se inauguraron una clínica y un nuevo dispensario antituberculoso (7).
El 26 de febrero abría sus puertas la clínica de San Antonio, construida en la parte alta de Atocha, sobre la iglesia y convento de los PP. Franciscanos.
Las vistas eran magníficas, extendiéndose sobre toda la población, sobre el mar y sobre el valle de Loyola. Sol, brisas marinas y aire campestre llegaban por todas partes al airoso edificio que con sus colores claros y su bella construcción, parecía más bien una quinta de recreo, propia para quitar del ánimo de los enfermos la idea del dolor y del abatimiento.
Un extenso parque lleno de árboles y de macizos floridos rodeaba el edificio. La dirección de las obras la realizó el arquitecto don Luis Azpiazu (7).
Foto 36 Fotos del personal sanitario, Padre Franciscano, Religiosas Carmelitas Terciarias en la Clínica San Antonio 1966 y carnavales 1968. Fotos cedidas por Menchu Ruiz Azua
Bendijo la nueva clínica el párroco de San Vicente, don Vicente Barrena, y al acto asistieron las autoridades, con el alcalde don José A. Beguiristain a la cabeza y una nutridísima representación de la clase médica, entre otros los doctores José María Zurriarain, Manuel Bago, Batanero, Julián Bergareche, Ramón Castañeda, Sebastián Córdoba, Francisco Cuadrado, Cabezudo, Pedro Díez de Tortosa, Fernando Asuero, Emiliano Eizaguirre, Ángel Elvira, Aurelio Maeso, Francisco Tamés, Manuel Usandizaga, Luis Urbina y los farmacéuticos Zatarain, Jaurrieta, Casadevante y González (7).
Al frente de la nueva clínica figuraban los doctores don Ignacio y don Luis Urbina, don José María Zurriarain, don José Larrañaga y don Enrique de la Riva (7).
Foto 37 Fotos del personal sanitario, Padre Franciscano, Religiosas Carmelitas Terciarias y Menchu Ruiz Azua, Auxiliar de Clínica de la promoción de 1966, en la Clínica San Antonio 1966, 1968 y 1969. Fotos cedidas por Menchu Ruiz Azua
CUADERNOS DE HISTORIA DE LA MEDICINA VASCA
La hace poco citada Clínica San Antonio en cuya fundación intervinieron los hermanos Ignacio y Luis Ortiz de Urbina junto al cirujano Dr. José María Zurriarrain y los dos internistas los Dres. José Larrañaga, digestólogo, Dr. Enrique De la Riva, endocrinólogo de la escuela de Marañón, y el otorrinolaringólogo Dr. Pablo Molano (8 y 9).
Abrió sus puertas en 1928 instalado en gran edificio de nueva planta en el alto de Atotxa, gozó de gran prestigio desde sus inicios dada la categoría profesional y social tanto de Urbina como de Zurriarrain principalmente. Ignacio Ortiz de Urbina, eminente toco-ginecólogo con gran clientela era hijo de don Genaro Urbina y padre de su homónimo, recién fallecido cirujano. Su ayudante y continuador tanto en la especialidad como en la dirección del centro fue el Dr. Julio Albea cuya memoria se mantiene viva por su dominio en el campo de la cirugía no sólo ginecológica sino también en sus incursiones afortunadas en otro procesos, de tratamiento radicalizado en los últimos años, de cavidad abdominal, que falleció en la primavera de 1984.
De José Mari Zurriarrain puedo decir, aparte de lo ya indicado en páginas anteriores, que era tal su habilidad quirúrgica que, a comienzos de los años 30, le sorprendí un día en el Hospital de Manteo practicando sólo y a la perfección una resección gástrica sin otra ayuda que la de su practicante que, con éter como era habitual, anestesiaba al enfermo. Médico de la Patronal de Accidentes de Trabajo, cargo que le acarreó más de un disgusto, y le obligó a dominar la traumatología (8 y 9).
José María Zurriarrain era el ayudante de Luis Egaña hasta poco antes del fallecimiento de don Luis, junto con los hermanos Ortiz de Urbina, Ignacio toco-ginecólogo que se repartía con Solana, Agustín Uzcanga y Juan María Arrillaga la atención a las gestantes donostiarras de familias más conocidas, y Luis traumatólogo, así como con José Manuel Larrañaga digestólogo y Enrique de la Riva endocrinólogo abrían el 26 de febrero de 1928 las puertas de la Clínica San Antonio en el alto de Atocha.
Gozó de prestigio como centro quirúrgico, especialmente famoso fue el toco-ginecólogo Ignacio Ortiz de Urbina, su continuación fue gracias al Dr. Julio Albea. Albea fue médico también de Fraisoro y del Hospital Provincial, y se le recuerda por el Dr. José Luis Martínez de Salinas y Salcedo (Diario Vasco, 25 de marzo de 1984), como hombre cabal, caballero de la medicina, además de excelente pelotari y cazador de pelo y pluma, maestro en el arte de la becada (8 y 9).
Foto 38 Bendición de la ambulancia matrícula SS – 52367 para la Clínica San Antonio, están el alcalde José Manuel Elósegui y el Dr. Miguel María Echavarren, San Sebastián. Foto Paco Marí. Foto cedida por Menchu Ruiz Azua
De nueva planta, equipada muy al día, de capacidad superior a las anteriores, gozó de gran prestigio. A los fundadores siguieron Julio Albea ayudante de Ignacio Ortiz de Urbina, de su misma especialidad, buen cirujano capaz además de abordar campos importantes de la cirugía abdominal, José María Recarte urólogo que pasó de la Clínica del Coro, Adolfo Gómez Sanz cirujano general, Miguel Echavarren traumatólogo, cirujano hasta su jubilación de la Real Sociedad de Fútbol y quizá alguno más. Siguiendo la trayectoria de otras Clínicas también ésta desapareció en mayo de 1984 dando paso a diversos servicios del Gobierno Vasco (8 y 9).
Foto 39 Fotos Religiosas Carmelitas Terciarias y Menchu Ruiz Azua, en la terraza y con un bebé en los brazos, en la Clínica San Antonio 1967. Fotos cedidas por Menchu Ruiz Azua
JUAN MARI ANZA IRAZUSTA
Practicante y enfermero, personalidad deportiva guipuzcoana nacida en Donostia - San Sebastián. Futbolista, jugó en el Racing y en el Unión, ambos equipos del barrio del Antiguo. Posteriormente militó en las filas de la Unión deportiva Orensana.
De vuelta a Donostia-San Sebastián, fue practicante en la Clínica San Antonio y masajista de la Real Sociedad de fútbol desde 1948, siendo homenajeado por el equipo por su jubilación en 1979 (10).
Foto 40 Vista general de la Clínica Operatoria San Antonio. Foto: Kruz. El Pueblo Vasco. Página 7 del martes 28 de febrero de 1928
EL DOCTOR JULIO ALBEA UN HOMBRE CABAL
En el siglo V antes de Cristo, Hipócrates, iniciador de la Medicina racional y creador de un juramento que todavía en las Facultades de Medicina consideran válido, definió al médico como «hombre bueno perito en curar» (11).
Los dos términos del concepto vienen a ser independientes de tal manera que en él no cabe ni el buen hombre carente de conocimientos y de arte de curar, ni el muy experto pero que está vacío de esa proximidad casi amorosa hacia su prójimo que es la bondad.
Con estas ideas cavilaba yo la otra mañana cuando un grupo de amigos dábamos tierra en el pequeño cementerio de Amasa al cuerpo de Julio Albea, sobre la suave colina, en el verde escenario del valle del Oria y bajo un cielo azul y luminoso (11).
Foto 41 Fotos Religiosas Carmelitas Terciarias y Menchu Ruiz Azua, en la Clínica San Antonio 1969. Fotos cedidas por Menchu Ruiz Azua
Si traigo aquí el recuerdo es por creer que Julio Albea dio vida a la definición de Hipócrates en un grado de magisterio, de enseñanza y ejemplo para los demás y pienso que tiene que ser bueno que esto se sepa, más cuando nuestra vidas están llenas de glorias sin peso y falsa hojarasca que dificultan o impiden la visión de la autenticidad. Si algún defecto agravia y por partida doble, es el desagradecimiento y el olvido de aquellas personas que lograron hacer de su vida, como bien dijo Eugenio D´Ors, una obra bien hecha (11).
Creo que el Dr. Julio Albea al lado de su ciencia y arte médico, fue persona de rara habilidad. Pelotari en sus años jóvenes. Jugador de fútbol del equipo titular durante sus estudios universitarios en Zaragoza, cazador de pelo y pluma, maestro en el arte de la becada perseguida en sus pasos por los hayedos y robledales de Etxegarate, certero tirador de monterías. Todavía recuerdo de hace bien poco, cazando con nosotros en la Sierra de Loarre, como abatía un magnífico jabalí con su fusil express de armería eibarresa, justo cuando se iniciaba la batida.
Era un hombre certero. De clara y rápida visión de los hombres y de los problemas, lo que unido a su natural habilidad hicieron de él un gran cirujano de maniobra fácil y tranquila. Poco amigo de hablar pero de conversación aguda y ponderada, de múltiples saberes, de autorizado y amable tono (11).
Foto 42 El torero Paco Camino es atendido en la Clínica por el Dr. Echavarren. Foto cedida por Menchu Ruiz Azua
Creo que de la caza le vendría su actitud mantenida de hombre alerta que es la que para Ortega define el cazador. Pendiente de todo lo que asomase en el continuo aflorar de la ciencia médica, viajero de hospitales y clínicas por Europa y América, buscador y curioso, diferenciando el grano de la paja sin comulgar con las muchas ruedas de molino que quedan por ahí, atesorando técnicas y conocimientos para mejorar sus programas y rendirlos aquí.
Foto 43 Postal de la Clínica San Antonio, 1928. Me costó 1.000 pesetas
Fue hombre generoso de su labor y tiempo, estando muchos años en el Centro de Fraisoro aportando graciosamente su trabajo y su equipo, y en el servicio de Ginecología del Hospital Provincial con aquel fervor y desinterés de los primeros años fundacionales.
Tuvo un justo éxito profesional, pero él conocedor de su propia valía siempre fue modesto. Prestigió a la Medicina donostiarra y gozó de una gran clientela que trascendía de los límites vascos y de lejos venían gentes de alcurnia que mucho confiaban en él.
Fue de siempre un gran vasco, reuniendo virtudes y maneras de este pueblo, abierto a todo y espejo de gizatasuna.
Hablando esta mañana en nuestro Hospital con el Dr. Javier Etura, con palabras antiguas me dio la clave de su definición: «Fue un caballero de la Medicina».
Hoy en día, cuando el ejercicio de esta profesión, siempre rigurosa e innovadora, sufre las tarascadas y las duras críticas de una sociedad encrespada que no logra encontrar su armonía, cuando muchos médicos jóvenes y maduros se encuentran arrastrados por esta situación, la figura del Dr. Julio Albea con el ejemplo de su entrega y serenidad, puede ser buen jalón para el camino (11).
En aquella fría y luminosa mañana en que seguíamos al cuerpo de Julio Albea por la verde colina de Amasa, en el frontón próximo retumbaban los secos golpes de la pelota. José Antonio Alústiza que venía conmigo me comentó: «Con lo mucho que ha jugado él por aquí, quien iba a pensar que esta habría de ser su última música». Yo le dije que este era su sitio, que había vuelto a encontrar su bien ganada paz.
Dr. José Luis Martínez de Salinas y Salcedo. Director del Hospital de Enfermedades del Tórax. Amara (11).
Foto 44 Enfermeras y Auxiliares en el jardín de la Clínica San Antonio. Dr. José Luis Martínez de Salinas y Salcedo. Día de San José 19 de marzo de 1960
“OSALAN” INSTITUTO VASCO DE SEGURIDAD Y SALUD LABORALES
Siguiendo la trayectoria de otras Clínicas donostiarras también la Clínica San Antonio desapareció en mayo de 1984 dando paso a diversos servicios del Gobierno Vasco.
En octubre de 1989 comienzan los trabajos de Rehabilitación de la Clínica San Antonio para Gabinete de Seguridad e Higiene en el Trabajo (12).
Así, la Ley 7/1993, de 21 de diciembre, crea el Instituto Vasco de Seguridad y Salud laborales, bautizándolo como “OSALAN”. Que significa “salud y lan” que significa “trabajo”. Esta nueva institución se constituyó como Organismo Autónomo administrativo del Gobierno Vasco adscrito al Departamento de Justicia, Economía, Trabajo y Seguridad Social y actualmente al Departamento de Trabajo y Justicia. De este modo, OSALAN se convierte en el referente encargado de gestionar, coordinar y promover las diferentes actuaciones relacionadas con la salud de las personas trabajadoras (12).
Foto 45 Proyecto de ampliación Clínica San Antonio, 1942. Rehabilitación de la Clínica San Antonio para Gabinete de Seguridad e Higiene en el Trabajo, 1989
Agradecimiento Especial
Álvaro Abancens Izcue
Agradecimientos
Menchu Ruiz Azua
Anna Arregui Barahona
Esteban Durán León
Ion Urrestarazu Parada
José María Urkia Etxabe
Familia Anza. Ignacio y Mila Anza Soret
Nekane Flores y Belén Martínez
Archivo Donostiako Udala - Ayuntamiento de San Sebastián
Museo de San Telmo – San Telmo Museoa
Diario Vasco. El Pueblo Vasco. La Voz de Gipuzkoa
Fototeka Kutxa
Foto 1 Tarjeta postal de la Clínica San Antonio. Editor Arte, Bilbao. Tema arquitectura. Foto cedida por Museo de San Telmo – San Telmo Museoa
Fotógrafos:
Kruz Merino
Ricardo Martín
Paco Marí
Fotos
Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Fotos: Kruz Merino. Gráficas Iturbidechea. Pedro Egaña número 6 de San Sebastián. 1928
Menchu Ruiz Azua
Foto 46 OSALAN. Fotografía realizada por Manuel Solórzano Sánchez. 2006
Bibliografía
1.- El Pueblo Vasco. Diario Independiente. Fundador Rafael Picavea. Año XXVI. Número 8.601. Páginas 6 y 7 del martes 28 de febrero de 1928.
2.- Cuaderno de fotos de la Clínica Operatoria San Antonio. Con Fotos de Kruz Merino” que tenía 25 páginas. Gráficas Iturbidechea. Pedro Egaña número 6 de San Sebastián. 1928
3.- La Voz de Guipúzcoa. Diario Republicano. Año 44. Número 16.981. Página 8. El martes día 28 de febrero de 1928
4.- Donostiako Udal Artxiboa, expediente Proyecto de Clínica San Antonio 1926
5.- Revista Vértice. Revista Nacional de la Falange. Número 2. Página 22 de Mayo 1937. Biblioteca virtual Castilla La Mancha
6.- Un Siglo de Centros Sanitarios en San Sebastián. Manuel Solórzano Sánchez. El jueves día 5 de diciembre de 2019
https://enfeps.blogspot.com/2019/12/un-siglo-de-centros-sanitarios-en-san.html
7.- Diario Vasco. Decano de la prensa Donostiarra. Año LXIII. Número 19.699. Página 19 del martes 25 de febrero de 1997
8.- Cuadernos de Historia de la Medicina Vasca. Editorial Euskal Herriko Unibertsitatea 1981
9.- Cien Años de Medicina en Guipúzcoa 1899 – 1999. José María Urkia Etxabe. Depósito Legal: SS-473/1999
10.- Juan Mari Anza Irazusta
http://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/anza-juan-maria/ar-18248/
11.- Diario Vasco. Decano de la Prensa Donostiarra. Año LI. Número 15.025. Sociedad. Página 58 del domingo 25 de marzo de 1984
12.- OSALAN
https://www.osalan.euskadi.eus/quienes-somos/-/nuestra-historia/
Foto 47 En la calle Duque de Mandas de Egia de San Sebastián, entre los números 21 y 23 está el túnel llamado “Maldatxo Kalea” por donde subían en 1928 los carruajes de caballos y posteriormente los taxis y coches para ir a la Clínica Operatoria San Antonio. Foto 2020
Autor:
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Osakidetza, Hospital Universitario Donostia, Gipuzkoa
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)
Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA
Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa 2019
Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020
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