lunes, 15 de junio de 2020

PARIR Y CRIAR


Matronas y nodrizas en la Vitoria de los siglos XVIII y XIX

FOTO 1 Portada del Libro Parir y Criar. Matronas y nodrizas en la Vitoria de los siglos XVIII y XIX

Autores: Manuel Ferreiro Ardións y Juan Lezaun Valdubieco.

Doctores por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea con tesis que evidencian el vínculo de su práctica profesional como enfermeros con su formación pareja en Historia y Antropología, respectivamente.

Desde 2004 son miembros de la Comisión de Historia y Humanidades del Colegio Oficial de Enfermería de Álava, institución donde han desarrollado la mayor parte de su actividad investigadora con cerca de una treintena de publicaciones.

Su línea de investigación principal gira en torno a la Historia de la Enfermería, si bien ello ha desembocado en trabajos con temáticas de historia sanitaria, epidemiología histórica, control social, pobreza y marginación.

En la actualidad, Manuel Ferreiro es profesor en el departamento de Enfermería I de la UPV/EHU y Juan Lezaun, tras serlo en el departamento de Enfermería II, desempeña labor asistencial en la OSI Araba de Osakidetza.

FOTO 2 Los autores Manuel Ferreiro Ardións y Juan Lezaun Valdubieco

La puesta en valor de la infancia, realizada por los ilustrados del siglo XVIII, debiera haber encumbrado a quienes facilitaban el nacimiento y crianza de aquella futura fuerza de trabajo de la nación; sin embargo, no fue así.

Matronas y nodrizas llegaron a las puertas de la contemporaneidad con el lastre de considerarse actividades innatas ligadas al género y, como tales, se desdeñaron en el nuevo diseño social del Estado Liberal. Tachadas de asesinas las primeras y mercenarias las segundas, quedaron arrinconadas en el proceso de transición sanitaria: las matronas en la apuesta del liberalismo por la medicalización de la sociedad como control social y las nodrizas en la revolución bacteriológica e industrial.

Este estudio reconstruye la crónica de este proceso en la ciudad de Vitoria, no porque esta guarde una especial particularidad con lo sucedido en otras partes, sino porque ofrece la base documental necesaria para evidenciarlo. La tesis mantenida en sus páginas complementa, por tanto, los enfoques de género tradicionales en la historiografía de las matronas, uniéndose ambas en la misma reclamación de una retrospectiva justa y digna para aquellas profesionales mal vistas por el mero hecho de ser mujeres, capaces y libres.

El Libro Parir y Criar

Colegio Oficial de Enfermería de Álava, 2020
Ediciones Beta III Milenio S. L. 2020
ISBN 978-84-17634-52-0
D. L.: BI-00370-2020

Consta de 184 páginas distribuidas de la siguiente forma:
Saludo de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Enfermería de Álava
Abreviaturas
Presentación
Introducción
PARIR
Capítulo I: Crónica de las matronas de Vitoria
Capítulo II: Las matronas ante los ilustrados
Capítulo III: Parir y criar en la Beneficencia Pública

CRIAR
Capítulo IV: La lactancia artificial
Capítulo V: Las nodrizas
Capítulo VI: La Gota de Leche
Epílogo
Fuentes y Bibliografía

Al comienzo del libro en el Saludo de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Enfermería de Álava, comienza diciendo que en este año 2020, declarado por la Organización Mundial de la Salud como Año Internacional de la Enfermera y la matrona, así como de la campaña Nursing Now, la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Enfermería de Álava se complace de manera especial con la publicación de este estudio histórico, fruto del trabajo de la Comisión de Historia y Humanidades de nuestro Colegio.

Hacerlo, además, en marzo, que en 1975 fue elegido por la ONU para celebrar el Día Internacional de la Mujer y que desde 2018 adquiere una fuerza verdaderamente revolucionaria, es otro motivo de celebración.

Sus autores, enfermeros al tiempo que historiador y antropólogo respectivamente, nos acercan a acontecimientos aparentemente lejanos, pero es imposible entender la situación de las matronas hoy sin conocer los sucesos de aquellos lejanos días.

A los profesionales, este estudio cimenta algo fundamental en cualquier profesión en cuanto enraíza nuestra labor en un pasado digno. No somos las primeras, y ya antes de nuestras maestras y de quienes las formaron a ellas existieron verdaderas profesionales que abrieron camino en las dificultades de su tiempo y a las que debemos cuanto hoy somos.

FOTO 3 Instrumentos de “enfermedades de las mujeres”. Grabado en plancha de acero siglo XIX

En la introducción nos dicen que en nuestro entorno, el término matrona define actualmente a la especialidad obstétrico-ginecológica de la Enfermería, siendo su masculino matrón.

Hoy en día la matrona asume toda la trayectoria vital de la mujer en su vida sexual y reproductiva, superando por tanto su esencia nuclear, la de la asistencia al parto. Esencia que aún se mantiene en el diccionario de la RAE, el cual hasta su vigesimotercera edición (2014) significaba por matrona a la “mujer especialmente autorizada para asistir a las parturientas”, modificándolo entonces a un forzado genérico de “persona especialmente autorizada…”, lo que históricamente solo es reconocible a partir del siglo XIX, especialmente a partir de la Ley de Instrucción Pública de 1857, y con dudosa evidencia y legitimidad.

Nos cuentan en este libro: la matrona como símbolo de la evolución humana, ¿Quiénes eran las matronas?, parir y criar y las matronas y nodrizas como cuestión de género.

Entrando en el capítulo primero, comienzan a andar en su libro a mediados del siglo XVII, con los primeros datos nominales de la actividad matronal en Vitoria. La realidad cambia a partir de 1648, a raíz de ciertas dificultades en el municipio para hacerse con los servicios de una matrona de calidad.

En el momento en que iniciamos esta crónica a mediados del siglo XVII, en Vitoria como en el resto de Castilla a más de cinco leguas de la Corte, las matronas recibían autorización directamente de los municipios tras comprobar su capacitación. De la documentación encontrada parece concluirse que la contratación de una matrona a mediados del siglo XVII era difícil y que su elección se basaba en referencias de tres tipos: con quién se había formado, la opinión de las poblaciones donde había ejercido, y haber sido autorizada en otras villas de importancia.

FOTO 4 Escena de un parto asistido por comadrona. Litografía coloreada siglo XIX

Las últimas matronas independientes
En julio de 1648 el Ayuntamiento de Vitoria hace presente la necesidad de buscar una matrona capacitada, porque corren el riesgo de quedar sin asistencia tan necesaria: “en esta Ciudad no havia mas que dos Comadres, la una que por su mucha hedadesta impedida y la otra de poca esperienzia, de suerte que por no tenerla han peligrado algunas mujeres de parto por no cumplir con su oficio y no ser perita en el”.

Como se aprecia, la búsqueda exige un perfil que no parece encontrarse fácilmente en el entorno más cercano, el interés era por buscar una matrona “de ciencia y experiencia”, además de haber escasez de matronas cualificadas, estaba la incapacidad de Vitoria de igualar los salarios ofrecidos en otras villas, teniendo que solicitar autorización real para incrementar su oferta económica y poder competir con otras poblaciones.

En el capítulo II: Las matronas ante los ilustrados nos dicen la pugna que había entre los cirujanos y las matronas porque querían apropiarse del Arte de partear. El Protomedicato, defendieron primero a los suyos, como era de imaginar.

Realizamos hallazgos que parecen determinar que los cambios vividos por las matronas vitorianas no fueron solo consecuencias de la imposición de legislaciones generales, sino que respondieron también a movimientos con raíces locales. Algunos autores de la Bascongada (RSBAP) que se pronuncian al respecto, como los Ruiz de Luzuriaga o Valentín de Foronda, supone también superar tanto la confrontación bipolar entre Protomedicato y matronas como los posicionamientos desde perspectivas de género para introducir una cuestión más, la de las relaciones sociales como determinantes en el posicionamiento de las autoridades civiles a favor de uno de los contendientes.

FOTO 5 Hospital para niños abandonados. Bañando a los bebés. Grabado del siglo XIX

En el capítulo III: Parir y criar en la Beneficencia Pública nos cuentan como a falta de documentos, existían matronas que eran asalariadas por el municipio. El contrato con el municipio de estas matronas, al igual que con el resto de profesionales sanitarios, desde el médico al hospitalero, estaba destinado a la asistencia de vecinos pobres y a las instituciones asistenciales de patronato municipal. En algunos casos fueron contratos en exclusividad, no pudiendo ejercer privadamente al mismo tiempo. El contrato imponía también otros requisitos, como la residencia permanente en Vitoria y la prohibición de ausentarse de la ciudad sin avisar ni dejar sustituta.

Cuando el Ayuntamiento deja de contratarlas a finales del siglo XVIII, es evidente que no desaparecen, solo que se ven abocadas exclusivamente a la actividad privada. La pérdida del contrato municipal no solo les privó de una de las fuentes de ingreso más estables, sobre todo les quitó el reconocimiento de su valía por parte de las clases dirigentes.

Tenemos un ejemplo expresivo de la competencia de estos cirujanos ante el parto frente al de una partera, si bien el cirujano no era el comadrón municipal ni la parturienta una dama de la alta sociedad: en 1828, no pudiendo acudir el cirujano comadrón al parto de una mujer en la casa de corrección de Vitoria, acude el cirujano de la cárcel a pesar de que la parturienta decía “que no tenia que llamar a ningún facultativo porque una mujer anciana, que estaba en su coampañia llamada Pepa entendia de partos, y con efecto vio a dha Pepa preparada con un paño blanco y pronosticó que iva a parir luego y con felicidad. Que lo dio a entender a su ama y a breve rato vino el cirujano de Policia don Ramon Echevarria que no vio a la enferma sino que desde un tabique escuchaba si se quejaba y creyendo sin duda que no estaba próximo el parto se marcho a cosa de las once”, diciendo que aunque fuese cierto el parto tardaría muchos días. Que acosa de las once y media de la noche sintió la testigo que lloraba una criatura y dirigiéndose al cuarto de la Viloria vio que había dado a luz una niña y que estaba con toda felicidad.

FOTO 6 Beneficencia y Sanidad e Higiene, Ciudad de Vitoria, 1930

Las matronas recuperarán cierta autonomía a finales del siglo XIX, a lomos de la Ley de Instrucción Pública, la cuestión social y los cambios en la asistencia sanitaria. Hay dos instituciones el “hospicio o casa de Misericordia” y la “casa refugio o de corrección”, en la que necesariamente estuvieron presentes las dos figuras femeninas: la matrona y la nodriza.

CRIAR

A inicios de 1906 entraba en funcionamiento la “Gota de Leche” en Vitoria. El proyecto se había fraguado dos años antes a partir de las experiencias de dicha institución en ciudades vecinas como San Sebastián, Pamplona y Logroño. Su objetivo principal fue tratar de reducir la enorme mortalidad infantil dotando de leche “maternizada” con garantías nutricionales e higiénicas a la población lactante de Vitoria que no pudiera amamantarse con leche materna, así como para servir de leche de continuación tras el destete, momento en que se producía el mayor pico en la mortalidad infantil.

Al mismo tiempo que se dispensaba leche, se obligaba a los usuarios a pasar revisiones del estado de salud de los lactantes y era indispensable que se consintiera vacunarlos frente a la viruela al cumplir los tres meses.

FOTO 7 Hospital de Santiago de Vitoria a finales de la década de los cincuenta. ATHA

Los señores Ramón Sáseta, Guillermo Elio, José Zárate, Juan Ibargoitia y Antonio de Cabrera instan al Ayuntamiento de 1904 a fundar en Vitoria una institución que ya funcionaba en San Sebastián y Logroño: “La Gota de Leche”. Bien recibida por el Concejo, no duda en calificarla de “Institución Salvadora de la Infancia” solicitando inmediatamente el apoyo de la Diputación Provincial y “demás Centros y Corporaciones que pueden facilitarlo”, procediendo a encargar los estudios de obras, reglamentación, etc., necesarios para iniciar su funcionamiento.

En palabras de Germán Baraibar, jefe del Laboratorio municipal, el objeto de la Gota de Leche sería “suministrar leche maternizada y esterilizada que sustituya la alimentación de los niños que no pueden ser criados por sus madres ó nodrizas y proporcionar al propio tiempo leche esterilizada al público en general y en particular a las personas sometidas á régimen lácteo, á los convalecientes y sobre todo á los enfermos de afecciones gástricas”.

Así se proporcionaría este alimento tanto a las madres que necesitaban la ayuda del biberón para criar a sus hijos, como a las que faltas de recursos para costear una nodriza tenían que recurrir por completo a la lactancia artificial.

La madre cualquiera que sea su posición social debe amamantar á sus hijos, pero ésta obligación impuesta por los sentimientos naturales y la higiene no puede cumplirse desgraciadamente con demasiada frecuencia por multitud de causas que no es necesario enumerar. A remediar la falta de la madre viene el empleo de las nodrizas, pero notorios son los inconvenientes de tal recurso, pues siendo en su mayor parte seres egoístas que sólo atienden al lucro y no sienten por los niños el necesario amor, ocultan cuidadosamente sus defectos y enfermedades y las trasmiten á las criaturas que amamantan, siendo causa inconsciente pero muy eficaz de que la mortalidad en los niños hasta los cinco años se dé en proporción verdaderamente aterradora”.

FOTO 8 La Gota de Leche. Botella para leche esterilizada. Biberón

Cuando hablan de “egoístas”, que es tanto como llamarlas “mercenarias”. Los “benefactores” de la burguesía vitoriana seguían sin saber por qué las nodrizas hacían negocio de su leche, de su cuerpo, en lugar de donarlo altruistamente.

La prevención sanitaria sobre la leche que se expendía en las vaquerías correspondía al laboratorio municipal, cuyo jefe, Germán Baraibar, al defender la instalación de la “Gota de Leche” en Vitoria, presenta al Ayuntamiento un informe revelador: la leche sufría adulteraciones y su manipulación dejaba mucho que desear: “los expendedores no observan en su mayoría las reglas higiénicas más elementales y ahí que por ese descuido, debido tanto á ignorancia como á la desidia, puede darse y se ha dado el caso de transmitirse á los consumidores, enfermedades del vendedor ó de individuos de su familia”.

La leche procedente de las distintas vaquerías era distribuida en la ciudad por 250 vendedores y toda la leche era traída al mercado en “vasijas abiertas y en las peores condiciones” excepto la procedente de la Granja Modelo, propiedad de la Diputación Provincial, que era distribuida en “botellas y perfectamente cerradas”.

Conscientes de que el ambiente sucio y las temperaturas inadecuadas así como la contaminación de las aguas con las que se adulteraba la leche, “recogida de charcas o fuentes que no reúnen condiciones higiénicas”, eran origen de contaminación, previenen contra “el polvo con todos los microorganismos en él flotantes se fija en la leche, y como ésta es el medio mejor para los cultivos microbianos, adquieren estos en breve tiempo un extraordinario desarrollo”.

FOTO 9 La Gota de Leche de San Sebastián

La primera consulta de “La Gota” como así se la llegó a conocer, se proyectó para ubicarla junto a los laboratorios municipales, en el Campillo. En ese local se realizarían las consultas así como las pesadas de los niños que se verificaban una vez por semana o más, si el médico responsable así lo indicaba.

La documentación iba a constar de un registro general en el que se reflejaba el número de inscripción, nombre y apellidos, fecha de nacimiento, sexo, domicilio y fecha de presentación en el consultorio; una libreta individual que se daba a los médicos de la familia beneficiaria o en su caso a los médicos municipales; y otra libreta para la familia donde anotar los pesos del niño.

Con fecha de 27 de noviembre de 1905, la Alcaldía de Vitoria se dirige a la Junta del Hospital Civil Santiago en los siguientes términos: “Habiendo de comenzar en breve el funcionamiento de la benéfica Institución denominada Gota de Leche y compartiendo que nadie como las Santas Hijas de la Caridad podrán prestar mejor el servicio necesario… Que pueda conseguirse que dos Hermanas de la Caridad se encarguen del cuidado del mencionado establecimiento previa correspondiente retribución” quedando de esta manera adscrita la nueva institución al hospital, aunque no ocupará sus dependencias sino unas próximas al inicio de la calle Santiago.

Dicha institución salvo lo necesario de carácter facultativo estuvo a cargo de las Hermanas de la Caridad.

FOTO 10 Cartilla de la Gota de Leche de San Sebastián. Año 1968

En este “Reglamento de la Gota de Leche y Consultorio de niños de pecho en Vitoria” se plasma en su capítulo 1, apartado nº 1, que el objetivo principal de la Institución “es luchar contra la mortalidad de la primera infancia” para lo cual se establece consulta gratuita para niños de pecho en la que se enseñaba a las madres lo relativo a la higiene infantil a la vez que insiste y promueve la lactancia materna. En el caso de madres que no pueden amamantar a sus hijos se les facilita leche “humanizada y esterilizada”.

El objetivo secundario que persiguen es “expender leche esterilizada al público en general” lo que, como es sabido, contribuiría a expandir la moda de la lactancia artificial entre la gente pudiente que veía en aquella leche, avalada por todos los avances de la ciencia, una panacea preservadora de la salud de sus hijos.

FOTO 11 Cartilla de la Gota de Leche de San Sebastián. Consejos a las madres. Año 1968

Los niños beneficiarios de estos servicios se clasificaron según este reglamento en tres categorías: de acceso gratuito, de medio pago y de pago completo. En la primera se incluían los hijos de familias pobres incluidas en el censo de la Beneficencia municipal y que obtuvieran una prescripción por parte de un médico titular.

En la segunda estaban incluidos los hijos de los obreros “cuyo jornal sea superior al que dá derecho á er incluido en el censo de pobres”. Y en la tercera categoría todos los demás.

Todos recibían la misma clase de leche, preparada de idéntica manera y “en vasijas de igual clase”. Las madres o encargados de la lactancia del infante recibían 9 biberones diarios por término medio, “tantos cuanta sean las veces que deba mamar la criatura durante 24 horas”.

La ración completa se abonaba a la entrega de los biberones y costaría para los de 2ª categoría 0,50 céntimos de peseta y 0,80 céntimos para los de 3ª categoría. Libremente se expendía a 0,25 céntimos el ¼ de litro.

La vida de esta institución continúa hasta el primero de noviembre de 1949, fecha en la que la Comisión de Beneficencia y Sanidad declara:

Que habiendo desaparecido las causas y motivos fundamentales benéficos que se tuvieron en cuenta para la instalación por el Ayuntamiento de la Institución Municipal tituladaLa Gota de Lecheen el año 1906, quede suprimida…, ya que en el Instituto Provincial de Higiene funciona el Servicio de puericultura, dándose una dualidad completamente innecesaria”.

FOTO 12 Historia y Significación de las Gotas de Leche en España. Cuadernos de Historia de la Pediatría Española. Número 8, octubre de 2014

Las nodrizas

Queda claro que hasta principios del siglo XX, si una familia o una institución quería sacar adelante a una criatura lactante privada de la leche de su madre, tenía que utilizar los servicios de una nodriza. Ningún alimento, ningún preparado alimenticio, ni ninguna leche de origen animal podía sustituir a la leche materna para alimentar a un recién nacido o con pocos meses de vida, salvo la leche de otra mujer.

Además de por la imposibilidad de lactar de la madre, existía un elemento añadido en la necesidad de nodrizas derivado del nacimiento de sucesivos hijos que, muchas veces, destetaban al anterior.

En la Edad Media, por ejemplo, el tiempo de amamantamiento sugerido por los textos religiosos y legales oscilaba entre dos y tres años. En las disposiciones de Valladolid de 1351 se especificó que los tres años rezara para los niños, mientras que las niñas deberían conformarse con tan sólo dos años.

En el capítulo V de las nodrizas, además se especifica las mercenarias de la lactancia, la nodriza deseada, aparece también cómo debía ser y su estado; las nodrizas del hospicio vitoriano, las nodrizas de las clases pudientes, etc.

FOTO 13 Biblioteca Nacional de Madrid. Manuela Cobo de San Roque de Riomiera, posó para Bernardo López en un hermoso medallón que hoy cuelga en los Reales Alcázares sevillanos. Aquí la vemos sedente en la intimidad de los reyes, sosteniendo galana a la infanta Paz en 1863. Ama sentada, de cuerpo entero, con el crío sobre las rodillas; se trata de una pasiega robusta, muy pomposa de faldamenta como el resto. Con este paño cuadriculado, llamado tartán, cortaron los sastres los pantalones por media caña que llevaron nuestros bisabuelos, y las nodrizas fueron incorporándolo hasta convertirse en emblemático de su oficio.

Como conclusión personal, deciros que en este libro de “Parir y Criar en Vitoria”, mis amigos Manuel y Juan, han demostrado su amor y cariño a una profesión que es la nuestra, la profesión enfermera, que demuestra una forma de ver la vida, de sentirla y de transmitir lo que sabemos y lo que buscamos en los legajos de nuestra historia. He disfrutado leyendo este libro que me ha trasportado a los siglos XVIII al XX, comenzando también con documentos desde el siglo XIV.

Leer los capítulos, por su orden, aunque yo he hecho trampa y me salté varios para leer con detenimiento “La Gota de Leche” del que soy un enamorado buscando información y descubriendo muchos datos importantes para la crianza de nuestros antepasados.

Seguir luego con la lactancia artificial y con las nodrizas, (tema que tuve la suerte de tratar en el año 2012). Nos muestran unas aportaciones interesantísimas y completan un libro fácil de leer y más fácil de aprender lo que los autores nos transmiten.

Otro libro especial para Vitoria y con un gran valor histórico para la profesión enfermera, para que esté en las bibliotecas de las Universidades y de las Facultades de Enfermería y pueda ser consultado por los profesionales y por los futuros investigadores.

FOTO 14 Manuel Solórzano Sánchez con el libro Parir y Criar. Matronas y nodrizas en la Vitoria de los siglos XVIII y XIX. 10 de junio de 2020

Bibliografía
PARIR Y CRIAR. Matronas y nodrizas en la Vitoria de los siglos XVIII y XIX. Manuel Ferreiro Ardións y Juan Lezaun Valdubieco. Colegio Oficial de Enfermería de Álava, 2020. Ediciones Beta III Milenio S. L. 2020. ISBN 978-84-17634-52-0. D. L.: BI-00370-2020

Otra Bibliografía
Ética y valores en el Hospicio de Vitoria. Ilustración y Romanticismo. “Una apuesta por la vida y la dignidad de los expósitos”. Publicado el viernes día 8 de junio de 2012

Nodrizas. Publicado el jueves día 14 de junio de 2012

El Hospicio de Vitoria y su “Ramo de Expósitos”. Juan Lezaun Valduvieco. Publicado el día 12 de diciembre de 2012. Euskonews

La epidemia de cólera de 1834 en Álava. Manuel Ferreiro Ardions. Publicado el sábado día 20 de abril de 2013

Maese Francisco de Herrera. Barbero Cirujano 1599 en Vitoria. Autores: Manuel Ferreiro Ardións y Juan Lezaun Valdubieco. Publicado el jueves día 18 de mayo de 2017

Parteras y Comadronas en Álava. Pilar Alonso Ibañez. Publicado el sábado día 5 de octubre de 2019

FOTO 15 Separador del libro Parir y Criar de los autores Manuel Ferreiro y Juan Lezaun

Autor:
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Osakidetza, Hospital Universitario Donostia, Gipuzkoa
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)
Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA
Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa 2019

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