jueves, 13 de enero de 2022

HOSPITAL LA ROSERAIE O RESIDENCIA DE MUTILADOS DE EUZKADI

 

Octubre de 1937 a junio de 1940

 

El Hospital “La Roseraie”, institución sanitaria dependiente del Gobierno Vasco en el exilio, situada en Ilbarritz, barrio perteneciente al municipio de Bidart y que se encuentra próximo a la costa, entre Bidart y Biarritz (Francia). El edificio fue alquilado por el Gobierno Vasco para el tratamiento y rehabilitación de los gudaris (soldados vascos) heridos o mutilados de guerra y para la población civil refugiada en Iparralde (Francia).

 

El edificio de La Roseraie fue construido como un hotel de lujo entre 1927 y 1928, inaugurado ese mismo año y fue calificado como “el más hermoso conjunto de art déco de la Costa Vasca”, cuando lo alquiló el Gobierno Vasco se encontraba cerrado desde 1933 (1).

 



Foto 1 El edificio de La Roseraie fue construido entre 1927 y 1928 y fue calificado como “el más hermoso conjunto de art déco de la Costa Vasca”. Construido por Joseph Hiriart como antiguo casino en Biarritz, y habilitado por el Gobierno de Euzkadi como Hospital para rehabilitación, maternidad y cirugía

 

El antiguo hotel-casino de “La Roseraie” fue convertido en un hospital, creado por el Gobierno de Euzkadi para atender a los gudaris (soldados vascos) heridos y a los civiles vascos que tuvieron que huir de los fascistas, además de ser un centro de rehabilitación, maternidad y cirugía (2).

 

Es cierto que entre todas las instituciones creadas en suelo francés por el Gobierno de Euzkadi para el sostén de sus refugiados, el Hospital de “La Roseraie” fue la más importante y la más exitosa. El Gobierno vasco en el exilio consideraba con orgullo esta obra, que simbolizaba en su opinión sus capacidades administrativas y políticas, al mismo tiempo que testimoniaba el profundo interés que ponía en su pueblo (2).

 

De mayo a octubre de 1937, una de las consecuencias de la ofensiva victoriosa del franquismo fue el exilio de una gran parte del Pueblo Vasco del sur de los Pirineos. 116.000 vascos llegaron a los puertos de Nantes, Saint-Nazaire, La Pallice, Pauillac, Baiona y Donibane Lohizune. Se calcula que en 1938 todavía había 20.000 vascos en suelo francés, perfectamente encuadrados por el Gobierno vasco. Esta cifra subiría hasta cerca de 60.000 en marzo de 1939, después de la evacuación de Cataluña (2).

 

Foto 2 Enfermeras del Hospital de La Roseraie, entre ellas Pepi Rotaetxe, primera fila la primera de la izquierda. 15 de junio de 1938

 

Al mismo tiempo que a los civiles, se evacuó a los gudaris (soldados vascos) que, por causa de la guerra, habían sido heridos o mutilados. A fin de acogerlos y cuidarlos; el Gobierno vasco alquiló a partir del 1 de julio de 1937 un amplio inmueble situado en la costa de Lapurdi, en Bidarte, barrio de Ilbarritz, a las puertas de Biarritz y a tres kilómetros del centro del pueblo.

 

Un periodista escribió: Es la obra magnífica de un pueblo que no desea morir. Y, en efecto, el Hospital de “La Roseraie” de Bidarte simboliza, todavía hoy, el esfuerzo de 1937 a 1940 de los vascos, vencidos militarmente por las fuerzas fascistas, pero no abatidos o resignados. Al mando de esta obra, se encontraba el consejero Eliodoro de la Torre.

 

Un gran amigo de los vascos, Pierre Dumas, pudo escribir: ¡Se puede decir que jamás se ha visto un exilio mejor organizado! (2).

 

Foto 3 Hospital de La Roseraie o Residencia de Mutilados de Euzkadi

 

Un Hotel Lujoso La Roseraie

El hotel de La Roseraie se construyó en 1927 hasta 1928 por el arquitecto Joseph Hiriart. 350 obreros trabajaron durante ocho meses para que todo estuviera dispuesto el día fijado para su inauguración el 14 de agosto de 1928. La Roseraie fue calificada como “el más hermoso conjunto de Art Déco de la Costa Vasca”.

 

El hotel, que tenía cinco plantas además de una planta baja, contaba con un total de 150 habitaciones lujosas y espaciosas. El hotel disponía también de un restaurante panorámico, un bar, un instituto de belleza, pistas de tenis, un campo de golf en miniatura, además de un pequeño casino.

 

La Roseraie parecía la promesa de un brillante futuro. Pero la crisis económica de 1929 iba a arruinar este magnífico hotel. No resultó un negocio rentable y tuvo que cerrar definitivamente sus puertas en 1933.

 

Fue este conjunto de pasado esplendor el que el Gobierno Vasco hizo habilitar como centro hospitalario para sus gudaris heridos o mutilados de guerra y para su población civil refugiada en Iparralde. Aunque deficientemente mantenido en los últimos años, no le faltaba encanto con su gran jardín, su piscina de agua de mar y su frontón. Los trabajos de habilitación se completaron rápidamente; en pocos meses, se abrieron todos los servicios: cirugía general, ginecología y maternidad, medicina general, dermatología, urología, otorrinolaringología, odontología, oftalmología, análisis y masajes (2).

 

En el hospital hubo para el año 1938, una media de 240 pacientes con un máximo de 300 heridos o enfermos al mismo tiempo. En total, 726 gudaris estuvieron hospitalizados en La Roseraie y hubo 823 enfermos de la población civil.

 

Foto 4 Sala de maternidad del Hospital de La Roseraie. Fotografía Euskadiko Artxibo Historikoa. Archivo Histórico de Euskadi

 

Para la dirección del hospital, Eliodoro De la Torre, consejero de Finanzas y de Sanidad del Gobierno vasco en el exilio a partir de 1937, nombró al cirujano bilbaino Gonzalo de Aranguren. En el desempeño de esta labor De la Torre creó los hospitales de La Roseraie en Bidart, la enfermería contra enfermedades pulmonares Osasuna en Cambo o el Sanatorio de Berk-Plage para 350 niños refugiados procedentes del Sanatorio Marítimo de Gorliz.

 

Si todos los servicios médicos funcionaron normalmente y fueron dignos de un hospital moderno, merece hacer una mención especial a la sección de Maternidad y del dispensario prenatal: La Roseraie pasó a ser el lugar donde daban a luz las mujeres del País Vasco peninsular refugiadas en el País Vasco continental.

 

En septiembre de 1938, José Antonio Aguirre con sus consejeros Telesforo de Monzón y Eliodoro de la Torre, visitó el hospital y conversó con muchos mutilados. En su discurso, se dirigió a ellos en estos términos: “Todas nuestras preocupaciones y todos nuestros desvelos están con vosotros… A partir de hoy, sois y seréis ciudadanos de honor del Gobierno de Euzkadi” (2).

 

Pedro Guimón Eguiguren, fue nombrado comandante del batallón mixto de Ingenieros, número 1 de Euzkadi. Al acabar la contienda en el País Vasco, Guimón se vio obligado a exiliarse en Francia. Murió prematuramente, el 3 de octubre de 1939, en el Hospital de La Roseraie de Bidart, el centro de asistencia sanitaria para evacuados, enfermos y heridos de la guerra civil que el Gobierno Vasco creó con el nombre de Hospital y Residencia de Mutilados de Euzkadi.

 

Foto 5 Enfermeras con los niños en los brazos, médicos y personal del Hospital de La Roseraie. Fotografía Euskadiko Artxibo Historikoa. Archivo Histórico de Euskadi

 

El 18 de abril de 1939 se trasladaron al Hospital de La Roseraie a 150 mutilados vascos heridos en la guerra, enviados por el jefe de escuadrón Davergne.

 

Cuadro Médico

El cuadro médico del citado hospital estaba formado por Gonzalo de Aranguren (Director y responsable de Cirugía General), Ángel de Aguirretxe (Ginecología y Maternidad), Román Pereiro (Medicina General), Ignacio de Garigorta (Dermatología), Francisco Pérez Andrés (Urología), Luis de Astorki (Otorrinolaringología), Nicolás de Ochandiano (Odontología), Luis López de Abadía (Oftalmología), José Luis Galiano (Análisis Clínicos) y Juan Badiola (Masajes) (1).

 

Hasta el 30 de junio de 1939 se realizaron 290 operaciones, 1.251 consultas y 3.197 masajes, siendo la odontología la especialidad que mayor número de consultas y operaciones generó, seguida de otorrinolaringología, dermatología y ginecología en el apartado de consultas y de otorrinolaringología en lo concerniente a las operaciones (1).

 

Entre los documentos encontrados se incluye la lista de nacimientos y defunciones producidos en “La Roseraie”, indicando el día y el mes desde octubre de 1937 a junio de 1940, la lista de ingresados en el hospital, tanto gudaris (726) como población civil (823), indicando sobre cada uno de ellos la fecha de ingreso, la fecha de alta y su filiación política (1).

 

También incluye el listado de trabajadores de “La Roseraie”, tanto médicos como enfermeras y personal de administración, con datos referentes a la fecha, lugar de nacimiento y profesión de cada uno de ellos. También cuenta con un nutrido apéndice gráfico (1).

 

Foto 6 Habitación de la sala de maternidad del Hospital de La Roseraie. Fotografía Euskadiko Artxibo Historikoa. Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

Las fuentes documentales consultadas, que son muy extensas, incluyen los archivos del municipio de Bidart (registro de nacimientos y defunciones), el Archivo del Nacionalismo Vasco-Fundación Sabino Arana, Memorias médicas y administrativas de la Residencia de Mutilados de “La Roseraie” y periódicos y revistas de la época, como Euzko Deya, Euzkadi, La Gazette de Biarritz, La Presse du Soud-Ouest, Le Courrier, Le Soud-Ouest, además de libros y testimonios de personas de Bidart y de residentes en “La Roseraie” (1 y 8)).

 

Centro de vida funcional

Los Talleres de Reeducación tenían por finalidad reeducar a los inválidos y readaptarlos en actividades u ocupaciones antiguas o nuevas. Los obreros y profesores recibían un salario. El número de trabajadores aumentó rápidamente hasta alcanzar 142 al final del año 1938. Los visitantes no dejaban de maravillarse al ver a los mutilados fabricar sus propios aparatos ortopédicos (2 y 3).

 

La Roseraie era también un centro de enseñanza para sus residentes; en junio de 1939, había 155 alumnos que recibían un pequeño salario.

 

La “Coral de los heridos o mutilados de guerra de La Roseraie” contribuyó notablemente al prestigio de este nombre y perduró en muchas memorias. Los bidartarras han guardado durante mucho tiempo el recuerdo de esta coral, bien en la iglesia con ocasión de las fiestas religiosas, bien en el frontón de la plaza de Bidarte, bien ante la alcaldía con actuaciones siempre gratuitas.

 

Foto 7 La “Coral de los heridos o mutilados de guerra de La Roseraie”. Fotografía Euskadiko Artxibo Historikoa. Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

El espectáculo de estas bellas voces que surgían de cuerpos lisiados y mutilados era particularmente emotivo y no dejaba indiferente a nadie. José Antonio Aguirre relató en el concierto que ofrecieron en su honor: “El día que visité el Hospital de La Roseraie, la Coral de los mutilados cantó en mi honor. Pocas veces en mi vida he sentido una emoción más profunda. Cantaban a su patria martirizada como sus cuerpos” (2 y 3).

 

La vida religiosa estaba presente en el Hospital de La Roseraie con un capellán que decía las misas en una pequeña capilla. ¿Cómo podría haber sido de otra manera? José Antonio Aguirre escribió: “... Porque el pueblo vasco emigró con sus creencias y con sus sacerdotes. Estos últimos también eran hijos del pueblo y siguieron el destino de los perseguidos en el exilio, así como frente al pelotón de fusilamiento”.  La misa dominical reunía a mucha gente, entre la que se incluían los habitantes del barrio Ilbarritz.

 

La vida cotidiana de los hospitalizados en el Hospital de La Roseraie transcurría de manera apacible, marcada para los convalecientes por algunos paseos a pie hasta el centro de Bidarte, unos tres kilómetros o incluso hasta Guéthary, alrededor de seis kilómetros, amenizados con algunas paradas en ciertos albergues; luego, las canciones no tardaban en salir.

 

Después de la evacuación de Cataluña en febrero de 1939 y de la derrota definitiva, 300 soldados heridos y mutilados de guerra vascos fueron internados en varios campos de concentración entre los que se encontraba el de Gurs (cerca de Oloron, en Bearn, donde hubo más de un centenar). A fin de trasladarlos allí y de prestarles los cuidados necesarios, el Gobierno de Euzkadi se preocupó inmediatamente de instalar nuevos establecimientos, ya que los edificios del Hospital de La Roseraie no podían acoger a esta población adicional.

 

Foto 8 La vida religiosa estaba presente en el Hospital de La Roseraie con un capellán que decía las misas en una pequeña capilla. Fotografía Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

El 22 de abril de 1939, el doctor Luis Bilbao, inspector general de Higiene del Departamento de Sanidad del Gobierno de Euzkadi escribió una carta al ministro del Interior francés solicitándole que autorizara la instalación de un anexo al Hospital de La Roseraie en el castillo de Ilbarritz del que no le separaban más de cien metros. Se trataba de un amplio y magnífico castillo construido en 1897 por el barón Albert de L’Espée. El centro recibió la autorización del ministro del Interior el 17 de mayo de 1939. Muy pronto, 230 personas residieron allí de manera permanente (2 y 3).

 

Nuevas Amenazas

En el momento de la declaración de guerra de Francia y de Inglaterra a Hitler el 3 de septiembre de 1939, no hubo vacilación ni equívoco alguno por parte del Gobierno Vasco que se situó desde el primer día al lado de los Aliados.

 

El 4 de septiembre de 1939, José Antonio Aguirre habló de “nuestra total solidaridad con la causa de Francia y de sus aliados”. Y proseguía: “Dadas las causas invocadas y los métodos empleados por Alemania para desencadenar la guerra, se trata para nosotros de la guerra entre todo lo que es digno de ser apreciado y todo lo que merece nuestra condena…” Más de 3.000 vascos refugiados firmaron fichas individuales redactadas a este tenor:

 

X… de nacionalidad vasca, se declara dispuesto a asumir todas las consecuencias del compromiso suscrito por la Liga Internacional de Amigos de los Vascos para ayudar a Francia y a su Gobierno. Todos los gudaris (soldados vascos) aptos del Hospital de La Roseraie firmaron ese compromiso (2 y 3).

 

Foto 9 Los Talleres de Reeducación tenían por finalidad reeducar a los inválidos y readaptarlos en actividades u ocupaciones antiguas o nuevas. Fotografía Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

En nombre de la Liga Internacional de Amigos de los Vascos, su secretario general, el vicepresidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional, Ernest Pezet, ofreció la puesta a disposición del Gobierno francés del Hospital de La Roseraie.

 

La drôle de guerre (la guerra boba), de septiembre de 1939 a mayo de 1940, hizo que el alistamiento de los gudaris de Bidarte, así como el ofrecimiento del Hospital de La Roseraie, no fueran atendidos: el Gobierno francés no tenía necesidad alguna de este reclutamiento ni de esta oferta al no haberse desencadenado las hostilidades militares.

 

Más tarde, muchos refugiados del Hospital de La Roseraie fueron a parar al campo de concentración de Gurs, con ocasión de la redada que tuvo lugar en la costa vasca del 18 al 25 de mayo de 1940.

 

El 22 de junio de 1940, Francia y Alemania firmaron el armisticio. Los combates cesaron el 25 de junio y, dos días más tarde, las tropas alemanas ocuparon la costa vasca y tomaron posesión del Hospital de La Roseraie, vacío de sus antiguos ocupantes. La bandera de la cruz gamada reemplazó a la ikurriña. El Hospital de La Roseraie había muerto (2 y 3).

 

La acción del Gobierno de Euzkadi, con respecto a la asistencia a los refugiados

A la llegada a los puertos marítimos franceses de los refugiados vascos se les entregaba moneda del país, se les distribuía leche y alimentos, se les daba equipaje si no lo habían traído consigo, y se miraba si tenían puestas las vacunas correspondientes y tenían la asistencia sanitaria a los soldados heridos y a los enfermos, todo ello por personal competente que habían designado a tal efecto las Delegaciones de Bayona y Burdeos del Gobierno de Euzkadi. La colaboración brindada por los delegados y Autoridades vascas a las autoridades francesas es eficiente y facilita en gran medida la tarea de este último. Hablando de la organización de rescate a los exiliados, el periodista Pierre Dumas escribe: “Nunca vimos un exilio mejor organizado” (4).

 

Foto 10 Los talleres de rehabilitación creados en enero de 1938 tenían por objeto rehabilitar a los discapacitados y ellos mismos hacían sus prótesis. Fotografía Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

El Gobierno Vasco mantiene en exclusiva por sus propios medios una docena de refugios en Francia para los exiliados, con un total de alrededor de 3.200 refugiados, teniendo varios hogares para niños, pero el más famoso fue el de “La Ciudadela” de Donibane Garazi (Francia), que tiene aproximadamente 430 niños supervisados, por 80 adultos.

 

Además, para tratar a los discapacitados y mutilados de guerra y para ayudar a los refugiados tenían la atención sanitaria gratuita, creada por el Gobierno de Euzkadi desde julio de 1937, en el Hospital médico-quirúrgico de “La Roseraie” en Bidart, cerca de Biarritz, que funcionó hasta la ocupación nazi a finales de junio de 1940 (4)

 

Las enfermeras

Fueron diversas las formas en las que las enfermeras sobrevivieron profesionalmente en el exilio. Tras su salida fuera de España, y dependiendo del país en el que se encontraban, su camino se labraría de una forma u otra. Así en Francia, el acondicionamiento de áreas asistenciales se convirtió en un hecho primordial desde los primeros movimientos migratorio de 1936 desde el País Vasco. En el “Hospital de La Roseraie” prestaron sus cuidados enfermeros y el auxilio necesario a los gudaris (soldados vascos) y a todos los exiliados que acudieron a su hospital; fueron 32 las enfermeras profesionales que trabajaron allí (5).

 

Ya desde los primeros movimientos migratorios a Francia de 1936 y 1937 las enfermeras, matronas y practicantes españoles trabajaron en los hospitales creados para la atención de los refugiados de la guerra civil española.

 

Supieron superar las problemáticas epidémicas, de hacinamiento o falta de higiene y gracias a la experiencia de los sanitarios españoles y su buena organización, mejoraron la atención y los cuidados de enfermería de la población refugiada.

 

Foto 11 Enfermeras del Hospital de La Roseraie. Fotografía Archivo Histórico de Euskadi

 

Otra parte de las enfermeras vascas, matronas y practicantes en número de treinta y dos, trabajaron en la institución de referencia, que fue el creado “Hospital de La Roseraie”. Este antiguo casino de Ilbarritz se convirtió rápidamente en un centro de prioridad quirúrgica, pues más de tres cuartas partes de los soldados heridos que llegaron precisaban de algún tipo de cirugía. Con 300 camas y con una actividad asistencial en cirugía, obstetricia, pediatría, piel y venéreas, otorrinolaringología, odontología o vías urinarias. Su actividad vertiginosa hizo que entre agosto de 1937 y mediados del 1939 se practicaran 2.400 cirugías y se realizaran 7.500 consultas. La mayoría de estas enfermeras, matronas y practicantes trabajaron en el hospital durante todo el período que estuvo abierto ya que en 1940 con la llegada de los alemanes, cerró sus puertas (5).

 

Muchas enfermeras vascas, matronas y practicantes fueron exiliadas junto a los niños enfermos de tuberculosis o la mal llamada enfermedad de la peste blanca, principalmente para su protección. Un total de cinco fueron las enfermeras de las cuales hay constancia que previamente trabajaron en el Sanatorio de Gorliz (Bizkaia), y una vez que sus enfermos fueron evacuados a Francia ellas los acompañaron. Así enfermeras como Gregoria Fraile Fernández, continuaron con el cuidado de los 350 niños procedentes del sanatorio vasco. Lo cierto es que fueron seis las enfermeras las que trabajaron en este sanatorio francés, una de ellas, María Asunción Pereiro Echevarria, no queda recogida su labor durante la Guerra Civil, si fue en Gorliz o en otra zona (5).

 

Foto 12 S. M. el Rey Alfonso XIII a su llegada al Sanatorio de Gorliz para niños tuberculosos, que se inauguró el 30 de junio de 1919, durante la visita del Soberano a Bilbao. S. M. el Rey visitando la sala donde los niños enfermos de tuberculosis toman baños de sol, en el Sanatorio de Gorliz. Una de las salas de niñas en el Sanatorio de Gorliz, inaugurado por S. M el Rey el día 30. Mundo Gráfico. Página 11 del 10 de septiembre de 1919

 

El Hospital de La Roseraie y el Sanatorio de Berck Plage destacan no solo por contar en sus trincheras asistenciales con personal español sino porque en ellos se invirtió más de la mitad de los francos destinados para las áreas asistenciales.

 

Foto 13 Hospital Marítimo Berck – Plage. Nuevo Hospital. Sala de operaciones y la cocina. Foto: Libro El Sanatorio Marítimo de Gorliz de Antonio Villanueva Edo. Página 32. Diputación Foral de Bizkaia

 

Si se menciona el cuidado de los exiliados más pequeños es cierto que el Sanatorio Marítimo de Berck-Plage fue el centro de mayor envergadura. Sin embargo, hubo otros espacios, en concreto escuelas e internados que también contaron con la participación de enfermeras españolas. Es el caso de Ángela María Arrue Orcaizteguim que trabajó en el internado vasco de Cagnotte, Soledad Maiztegi que lo hizo en el internado de Cibourne, Rosa Quintana Salaverri en Poyanne, Isabel Redondo Urcelai en la colonia de Orthez o Julia Rentería Aurrecoeche en el internado de Armendaritz.

 

Los hospitales públicos existentes no fueron capaces de asumir tal aluvión de soldados heridos y el personal sufrió un desbordamiento constante, estos factores propiciaron la apertura de otras áreas para poder aportar cama y cobijo a los heridos, aunque su gestión fue algo “desorganizada”. La cuantitativa problemática de personal y el desbordamiento de las zonas asistenciales fueron las principales causas que motivaron la contratación, o más bien la recolección de médicos, enfermeras, matronas, así como personal auxiliar español, en primer lugar, debido a la ayuda extra que suponía y en segundo lugar porque no recibieron ningún sueldo acorde al establecido por los sindicatos galos.

 

Desde los inicios de la Guerra Civil española se crearon colonias de niños que se evacuaron hacia otros países con el objetivo de proteger a la población infantil. En este sentido, dichas colonias contaron con enfermeras vascas como es el caso de la colonia infantil de Biarritz de 1937 donde acompañaron las enfermeras María Luisa Odriozola Sarriá, Isabel Redondo Urcelai y Dolores Larraz y María Jesús Landarte Larracoechea; o la colonia infantil de Puigcerdá de 1939 donde acompañaron 13 enfermeras, algunas de ellas con sus hermanas, hijos o sobrinos. Si se traslada el foco geográfico a otro lugar, como la Unión Soviética, también se han podido encontrar enfermeras en el exilio, su labor estuvo relacionadas con el cuidado de niños como es el caso de la enfermera Dulce María Díez Luege, que formó parte del personal de una casa de niños situada en la ciudad de Pushkin (5).

 

Foto 14 Las Hijas de la Caridad fueron las primeras empleadas del Sanatorio de Gorliz. Una limpieza concienzuda, a fondo, era en muchas ocasiones la primera medida higiénica que se tomaba al llegar los niños al sanatorio de Gorliz. Foto: Libro El Sanatorio Marítimo de Gorliz de Antonio Villanueva Edo. Página 116. Diputación Foral de Bizkaia

 

Muchas de las enfermeras volvieron a España por el estallido de la Segunda Guerra Mundial y por la clausura de los centros sanitarios donde prestaban asistencia como es el caso del Hospital de La Roseraie. El ejemplo de las raíces y el sentimiento patriótico se puede observar en caso de la matrona y practicante Cinta Rafaela Font Margalef que tras casi 30 años del comienzo de la guerra optó por regresar a su país junto a su marido.

 

Con la Guerra Civil española (1936 - 1939) la mujer no se quedó al margen, pues ejerció como líder de su hogar e incluso participó activamente en la lucha. Sin embargo, la guerra truncó muchos de los progresos en la profesión enfermera y su respectiva formación, por otro lado, el conflicto incentivó la demanda de estas profesionales en ambos bandos, el bando nacional y el republicano. La imperiosa necesidad de enfermeras era evidente en ambos bandos, pero su formación y actuación fue diferente (5).

 

La enfermería en el bando republicano tuvo un perfil socio profesional distinto. La mayoría de las enfermeras que asistieron en este bando eran de procedencia vasca, aunque Comunidades Autónomas como Cataluña, Andalucía o la Comunidad Valenciana también se encuentran a la cabeza en el llamamiento de las enfermeras republicanas exiliadas.

 

Foto 15 Enfermeras atendiendo a un soldado herido. Enfermeras Sanidad Militar de Euzkadi. Foto: Museo Vasco de Historia de la Medicina y de la Ciencia “José Luis Goti”

 

La edad de las enfermeras estaba entre los 21 a los 25 años. Muchas de ellas acababan de concluir sus estudios en Universidades como la de Salamanca, Valladolid o Barcelona y otras recibieron una rápida formación, previa a su incorporación a la contienda. El bando republicano contó con la participación de enfermeras visitadoras, puericultoras, ayudantes de quirófano o enfermeras psiquiátricas. Su labor asistencial no apartó sus creencias e ideales políticos, así muchas de ellas estaban afiliadas a partidos como el PSOE, PNV, CNT o UGT.

 

Como consecuencia de la derrota del bando republicano hubo un exilio masivo de miles de personas y junto a ellas el personal de enfermería. Francia a la cabeza como país que mayor número de exiliados acogió, no fue el único, México también se encuentra en el pódium en cuanto a acopio de enfermeras, en distintos barcos de vapor, cruzaban el océano, procedentes del país galo. Hay otros muchos países que albergaron enfermeras españolas exiliadas en su población: Unión Soviética, Argelia, Marruecos, República Dominicana, Venezuela o Chile (5).

 

La supervivencia fue clave en el exilio, continuar con las labores asistenciales para salir de los campos de refugiados fue una herramienta útil para muchas enfermeras de manera que continuaron con la ayuda a los heridos, en este caso exiliados, en dispensarios, refugios y sanatorios. Sin embargo, la transformación profesional y el cambio radical de su vida en el exilio, encontraron una nueva forma de realizar su actividad profesional, como actividades de espionaje, trabajos en fábricas, carnicerías o como profesoras (5).

 


Foto 16 Enfermeras vascas. Euzko – Gexozañak. Foto Fundación Sabino Arana

 

El Hospital de “La Roseraie”

 

El Gobierno Vasco en el exilio fue capaz de considerar con orgullo y orgullo legítimo esta obra del Hospital de “La Roseraie”, que simbolizaba sus capacidades administrativas al mismo tiempo que daba testimonio del profundo interés que tenía en su pueblo. El año 1937 resultó ser un año negro para los vascos y para su gobierno autónomo leal a la Segunda República Española, el Gobierno de Euzkadi (formado el 7 de octubre anterior), como un año negro en muchos aspectos. La presión de las tropas rebeldes de Franco dejó poco respiro para este gobierno (6).

 

A pesar de su valentía, los combatientes vascos, los Gudari, privados de toda aviación, habían sido derrotados por la superioridad militar y sobre todo aérea de las fuerzas de la coalición franquista, alemana e italiana. El presidente del Gobierno de Euzkadi, José Antonio Aguirre, permaneció al frente de sus tropas hasta el último momento. Inmediatamente instaló su gobierno en Cataluña para continuar la lucha contra el franquismo. Una de las consecuencias más importantes de esta victoriosa ofensiva franquista fue el exilio de gran parte del pueblo vasco del sur de los Pirineos (6).

 

Al mismo tiempo que los civiles, los soldados que, como resultado de la guerra, habían sido heridos o mutilados fueron evacuados. El 20 de agosto de 1937, un barco sale del puerto de Santander, en dirección al puerto de Bayona con 400 soldados heridos o mutilados a bordo. Fue para darles la bienvenida y tratarlos como se merecían, que el gobierno alquiló un gran edificio rápidamente convertido en el Hospital de “La Roseraie” en Bidart, distrito de Ilbarritz, a unos tres kilómetros del centro del pueblo y a las puertas de Biarritz. El Hospital de “La Roseraie” de Bidart simboliza y sigue simbolizando el esfuerzo de 1937 a 1940 de los vascos derrotados militarmente por las fuerzas fascistas, pero no derribados o renunciados (6).

 

Foto 17 Lehendakari del Gobierno Vasco José Antonio Aguirre, visitando a los heridos. Museo Vasco de Historia de la Medicina y de la Ciencia “José Luis Goti”

 

La organización de este exilio fue admirada por muchos observadores. El periodista Pierre Dumas de la Petite Gironde escribió: “Sin embargo, muy raros en la historia son los grupos humanos que han ofrecido ejemplos más bellos de solidaridad y espíritu de organización que los vascos obligados a abandonar sus provincias. Podemos decir que nunca vivimos un exilio mejor organizado”. El edificio que el Gobierno vasco eligió para instalar el hospital para heridos o mutilados de los soldados vascos había sido hasta entonces la sede de un gran hotel (6).

 

Los soldados mutilados en el Hospital de La Roseraie en el año 1938, estuvieron ingresados un promedio de 240 pacientes llegando en alguna ocasión a los 300 heridos o enfermos al mismo tiempo. Los servicios sanitarios y administrativos emplearon a un total de 70 a 80 personas. Cabe destacar que la plantilla era íntegramente vasca. Si todos los servicios médicos funcionaban con normalidad y eran dignos de un hospital completamente moderno, merece una mención especial para la sección de maternidad y dispensario prenatal. “La Rosaleda” se convirtió sobre todo en el lugar de entrega de toda la población originaria del País Vasco peninsular que se había refugiado en el País Vasco continental. Conté en los registros del Archivo Municipal de Bidart 143 nacimientos en el Hospital de La Roseraie”.

 

Este hospital no habría adquirido la reputación que le correspondía, ni habría dejado un recuerdo presente en la generación vasca del exilio si hubiera sido solo un Hospital. Era mucho más que eso, era un lugar donde varios cientos de refugiados vascos peninsulares cuidaban, cultivaban, vivían y olvidaban los horrores de la guerra (6).

 

Foto 18 Los talleres de rehabilitación creados en enero de 1938 tenían por objeto rehabilitar a los discapacitados y ellos mismos hacían sus prótesis. Fotografía Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

El Hospital de “La Roseraie” también fue un centro de rehabilitación funcional de la vida. Los talleres de rehabilitación creados en enero de 1938 tenían por objeto rehabilitar a los discapacitados, mutilados y readaptarlos a profesiones u oficios antiguos o nuevos. Los trabajadores trabajaban 6 horas al día, y eran alojados y alimentados, y recibían un salario. El número de trabajadores aumentó rápidamente a 142 en diciembre de 1938. Los visitantes se sorprendieron al ver a los mutilados hacer sus propios instrumentos ortopédicos: “¿Cómo no podemos sorprendernos de ver a los mutilados construir por sí mismos las extremidades que les faltan?” se pregunta, por ejemplo, el periódico Euzko Deya (6).

 

Cuerpo médico del Hospital de La Roseraie. De izquierda a derecha.: Dr. Ignacio Garaigorta San Vicente, Dr. Nicolás Otxandiano, Dr. Gonzalo Aranguren Sabas, Dr. Luis Astorki, Dr. Roman Pereiro Jauregui, Dr. Ángel Aguirretxe. Pero se dijo que los refugiados verían una nueva guerra, este mundo único. En el momento de la declaración de guerra de Francia e Inglaterra contra Hitler el 3 de septiembre de 1939, no hubo vacilación ni equívoco por parte del gobierno vasco; desde el primer día, se puso del lado de los Aliados. Posteriormente, muchos refugiados del Hospital de “La Roseraie” conocerán el campo de concentración de Gurs, de memoria siniestra, con motivo de la redada que tuvo lugar del 18 al 25 de mayo de 1940.

 

Foto 19 Cuerpo médico del Hospital de La Roseraie. De izquierda a derecha.: Dr. Ignacio Garaigorta San Vicente, Dr. Nicolás Otxandiano, Dr. Gonzalo Aranguren Sabas, Dr. Luis Astorki, Dr. Roman Pereiro Jauregui, Dr. Ángel Aguirretxe. Enciclopedia Auñamendi

 

El 22 de junio de 1940, los representantes de Francia y Alemania firman el acuerdo de armisticio. Los combates cesaron el 25 de junio y dos días después, las tropas alemanas ocuparon la costa vasca. Este último tomó posesión inmediatamente del hospital, vaciado de sus antiguos ocupantes. La bandera de la esvástica reemplaza a la ikurrina. El Hospital de “La Roseraie” había vivido hasta junio de 1940.

 

Y, sin embargo, permaneció en el corazón de sus antiguos residentes y muchos habitantes de la costa vasca, incluidos muchos bidartaros. Más que el lujoso palacio, estos últimos recordaban el antiguo Hospital, donde habían visto, en el difícil y turbulento período de agosto de 1937 a junio de 1940, a varios cientos de personas, a quienes habían reconocido como vascos como ellos, viviendo en el sufrimiento y la desgracia ciertamente pero sobre todo en una dignidad impresionante que crecía en sus ojos.

 

El recuerdo de estos hombres magullados, eclosionados y con voces maravillosas, que en su angustia cantaban canciones de amor, libertad, esperanza e incluso de alegría y de quienes, en sus conversaciones, nunca salió una frase de odio; ha permanecido grabado para siempre en su memoria. Hoy varios nombres de refugiados, hombres y mujeres, todos fallecidos en el Hospital de “La Roseraie” perpetúan en estelas discoides en el cementerio de Bidart, la memoria de aquella época (6 y 7).

 

En los albores del siglo XXI, al restaurar estas estelas y honrar la memoria de los vecinos de "La Roseraie", el gobierno vasco rinde homenaje a una generación ejemplar, de la que todos debemos esforzarnos por ser dignos herederos (6).

 

Foto 20 La visita del embajador de los Estados Unidos al Hospital de La Roseraie. Fotografía Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

Memoria de la Residencia de Mutilados de Guerra de Euzkadi “La Roseraie”

 

Gobierno de Euzkadi. Departamento de Sanidad. Residencia de Mutilados de Guerra de Euzkadi “La Roseraie” de Ilbarritz – Bidart, Francia.

 

Esta “Memoria” comprende el periodo comprendido entre el 27 de agosto de 1937 y el 31 de diciembre de 1938.

 

Entre las Instituciones que funcionaron en el exilio al amparo del Gobierno Vasco se encuentra el Hospital de “La Roseraie”, que se distingue por su elevada misión de índole humanitaria.

 

El Hospital de “La Roseraie” es, en primer lugar, la Residencia de los “gudaris” vascos que perdieron sus miembros o su salud luchando al servicio de la Patria. Es también la Casa que acoge las desgracias y dolencias de los vascos refugiados y pone toda su atención y esmero en remediarlas.

 

Para unos y otros representa esta Institución una ayuda inestimable que reduce en gran parte las pesadumbres de su incierta situación actual. Fuera de la Patria, sin medios de fortuna, fácilmente puede suponerse la tragedia que hubiera representado para los refugiados vascos, verse desamparados cuando llega la desgracia de una enfermedad o la necesidad de una intervención quirúrgica inaplazable; es decir, cuando más imperiosamente se precisan las atenciones y cuidados.

 

Foto 21 Memoria de la Residencia de Mutilados de Guerra de Euzkadi “La Roseraie”. Memoria” comprende el periodo comprendido entre el 27 de agosto de 1937 y el 31 de diciembre de 1938. Fotografía Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

La labor realizada por los sanitarios vascos en el Hospital de “La Roseraie” en este aspecto ha sido considerable, siendo testimonios de primera calidad los 1.800 refugiados que por este Hospital Residencia han desfilado durante el año 1938 para someterse a operación, consulta o tratamiento, sin contar las consultas e intervenciones practicadas a los que permanentemente residen en la Casa.

 

Foto 22 Los talleres de rehabilitación para los soldados mutilados y ellos mismos hacían sus prótesis. Fotografía Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

Otra labor en extremo interesante que en el Hospital de “La Roseraie”, se ha iniciado ha sido la “Reeducación Profesional de Mutilados de Guerra”, a cuyo efecto se han instalado convenientemente unos talleres en los que se ocupan actualmente 145 heridos y mutilados, que en breve plazo se hallaran capacitados para desempeñar una profesión adecuada a su estado físico actual, que les permitirá defenderse en la vida por sus medios propios.

 

Como complemento funcionan unas Escuelas en las que los heridos y mutilados van ampliando sus conocimientos y completando su preparación.

 

Siendo los heridos y mutilados la principal preocupación de esta Institución, su Dirección se afana por rodearles de las máximas atenciones posibles dentro de las circunstancias en que ha de desenvolverse. Los acogidos del Hospital de “La Roseraie”, gozan indiscutiblemente de una consideración especial muy parecida pues, aparte de tener cubierto las atenciones normales, pueden aprender un oficio, perfeccionar sus conocimientos, elevar su cultura y, finalmente, disponer de unos francos para sus necesidades personales.

 

“La Roseraie”, que se preocupa constantemente por perfeccionar su organización y mejorar sus servicios, supone para los vascos un orgullo y constituye una hermosa prueba del hondo interés que siente el Gobierno de Euzkadi por la serte de su pueblo.

 

Foto 23 Una operación quirúrgica en el Hospital de “La Roseraie”. Fotografía Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

Labor Médico-Quirúrgica realizada desde el 27 de agosto al 31 de diciembre 1937

 

Al objeto de atender en lo posible a los desgraciados soldados mutilados que pudieron evacuar de Euzkadi, Santander y Asturias, que en número de 240 hemos asistido y estamos asistiendo, montando el Hospital de “La Roseraie”, con una sala de operaciones, material sanitario de esterilización y dos salas de curas (9).

 

Por el lamentable estado en que se encontraban dichos soldados heridos, producto sin duda de los trastornos de las evacuaciones a que hubo que someterles, fue necesario operar a casi todos ellos.

 

Sus heridas fistulizadas desde hacía mucho tiempo, eran debidas en algunos casos a trozos de drenaje perdidos en el interior de las heridas; otros, a esquirlas o secuestros que mucho tiempo antes hubiese sido necesario extirparlos; y otros por trozos de metralla y balas que, infectando la substancia ósea, había también que extirparlos para que la herida cicatrizara rápidamente.

 

A estos casos hay que añadir una gran cantidad de muñones de amputación de procedencia ósea, que había necesidad de reamputación al objeto de prepararles convenientemente para que el día de mañana, al ponerles los aparatos protésicos, no les causaran molestias y dolores.

 

También se han practicado novocainizaciones en bastantes amputados, particularmente de los miembros superiores, por algias en las manos y pies amputados, procedimiento de gran eficacia en todos los casos tratados.

 

En algunos casos se han practicado simpatectomías periarteriales en muñones edematosos y con úlceras atónicas, quedando muy satisfechos de su resultado (9).

 

En parálisis de miembros por secciones nerviosas, sobre todo en suturas del nervio radial y cubital, hemos obtenido resultados realmente formidables, especialmente en dos casos: uno con sección del nervio radial y otro con sección del nervio cubital.

 

Foto 24 La “Coral de los heridos o mutilados de guerra de La Roseraie” en las escaleras del Hospital. Fotografía Euskadiko Artxibo Historikoa. Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

En uno de los casos, un trocito de metralla había seccionado totalmente el nervio radial y fracturado el húmero. Al operarle se encontró el trozo de metralla incrustado en el hueso y englobado en el nomoglioma de atrición o sección del nervio.

 

Se extirpó el trozo de metralla, se liberó el nervio, se suturó y se le practicó una plastia de grasa. El soldado herido en cuestión, que hacía ocho meses que tenía la mano paralizada y sin sentido del tacto y con dolor en el campo correspondiente al nervio radial, al segundo día de practicada la operación, sentía y movía la mano (9).

 

Lo mismo ocurrió en el otro caso del nervio cubital, a pesar de que con motivo de la pérdida de substancia del nervio, hubo que practicar un desdoblamiento del mismo; al segundo día ya movía os dedos, encontrándose poco después curado.

 

No se ha registrado la gran cantidad de raspados óseos, desbridamientos de heridas y otras intervenciones que se han practicado, teniendo que consignar que incluso ocho heridas que por las malas condiciones en que llegaron hubo que trasladarlos al Hospital de Bayona, donde fueron operados, al traerlos al Hospital de “La Roseraie”, fue necesario volver a operarles por habérseles infectado las heridas. Se obtuvo con estos un gran acierto, particularmente con uno de ellos, afecto de un “osteo ilitis de fémur y septicemia” al que se le operó in extremis, salvándosele la vida y el miembro (9).

 

Foto 25 La “Coral de los heridos o mutilados de guerra de La Roseraie”. En la terraza del Hsopital. Fotografía Euskadiko Artxibo Historikoa. Archivo Histórico de Euskadi (7)

 

Teniendo en cuenta la situación económica de los refugiados se operaron también algunos casos de hernias y apendicitis y un caso de apendicitis aguda a una niña del refugio de Bayona. Se trataron varios casos de “sarna” a unos marineros de unos barcos de pesca y algunas complicaciones de blenorragias adquiridas durante la guerra (9).

 

A pesar del gran número de intervenciones practicadas durante este periodo de tiempo, sólo hubo que lamentar cuatro defunciones.

 

Como resumen hemos de manifestar que estamos altamente satisfechos de los resultados obtenidos, pues se ha logrado salvar la vida de muchos compatriotas; se ha conseguido librar de la inutilidad total a varios soldados mutilados y a otros muchos hemos aliviado de sus padecimientos (9).

 

Talleres

Existieron los talleres con sus diferentes secciones como las: de oficinas y almacenes, alpargatería, zapatería, ortopedia y prótesis, carpintería, hojalatería, electricidad, cestería, talla y ebanistería, grabado y joyería, brigada de servicios auxiliares y mecánica (9).

 

Escuela

Plan de estudios

Curso primero elemental: Lectura, escritura y reglas aritméticas.

Curso Primero superior: Gramática, aritmética, geometría y algebra.

Curso segundo: Aritmética superior y algebra. Geometría superior.

Curso tercero: Mecanografía, ortografía, taquigrafía.

Curso cuarto: Cálculo mercantil, contabilidad y correspondencia.

Y en todos los cursos: dibujo.

Firmado por el administrador: Juan de Otaola y del Médico-Director: Gonzalo de Aranguren (9).

 

Foto 26 Hospital de La Roseraie o Residencia de Mutilados de Euzkadi

 

Lista de los trabajadores del Hospital de La Roseraie

 

En este anexo aparecen los nombres en la lista de los trabajadores del Hospital de la Roseraie. Nombre y dos apellidos. Fecha y lugar de nacimiento y profesión. Fuente: Archivo del Ayuntamiento de Bidart, Laburdi. Francia. 29 de noviembre de 1939

 

Médicos y estudiantes de medicina

 

Gonzalo Aranguren Sabas. 23/08/1904. Bilbao. Médico Director

Ignacio Garaigorta San Vicente. 18/10/1903. Bilbao. Médico

Roman Pereiro Jauregui. 9/08/1877. Bilbao. Médico

Francisco Pérez Andrés. 5/07/1884. Tahuenca. Médico

Ángel Aguirreche Goicoechea. 20/09/1904.Bilbao. Médico

Luis Astorqui Chavarri. 8/11/1899. Bilbao. Médico

José Luis Gallano Gondra. 3/07/1905. Bilbao. Médico

Nicolás Otxandiano. 3/07/1894.Bilbao. Médico

Galo Guerrica-Echevarría Bilbao. 5/05/1896. Bilbao. Médico

Santiago Ibarguen Beitia. 20/09/1912. Elanchove. Médico

Ismael Belin Alzaga. 2/02/1909. Guecho. Médico

 

Jon Biar Bilbao. 11/01/1919. Deusto. Estudiante de Medicina

Javier Lasarte Arana. 27/04/1916. San Sebastián. Estudiante de Medicina

Manuel Nogueira García. 4/04/1911. Llodio. Estudiante de Medicina

Pedro Camiruaga Larrondo.15/09/1908. Guecho. Estudiante de Medicina

Juan Ibarguen Beitia. 11/08/1919. Elanchove. Estudiante de Medicina

 

Julián Badiola Bilbao. 19/06/1892. Bilbao. Masajista

 

Foto 27 Médico y enfermeras del Gobierno de Euzkadi realizando una cura en la sala quirúrgica. Foto: Fundación Sabino Arana

 

Enfermeras y Practicantes

 

María Teresa Calcedo Mateo.12/04/1911. Bilbao. Enfermera

Elvira Placer Martínez de Lezea. 17/07/1906. Busturia. Enfermera

Araceli Placer Martínez de Lezea. 19/03/1915. Ozaeta. Enfermera

Rita Arceluz Luceret. 22/05/1912. Bilbao. Enfermera

Matilde Echevarría Juaristi. 16/04/1914. Enfermera

Gotzone Arancibia Arregui. 1/03/1929. Bilbao. Enfermera

Miren Mugarra Goyeneche. 13/02/1916. Munguia. Enfermera

Teresa Agintzona Cendoquiz. 20/10/1911 Guernica. Enfermera

Mª Begoña Arbeola Fresnedo. 29/04/1912. Bilbao. Enfermera

Jone Bustinza Madariaga. 21/07/1916. Bermeo. Enfermera

Asunción Larrazabal Zaitua. 6/03/1913. Matanzas. Enfermera

Isabel Periro Echevarría. 23/02/1909. Guecho. Enfermera

Guadalupe Anzola Ituarte. 2/09/1916. Alzola. Enfermera

Arantzazu Arzanegu Uribe. 1/05/1916. Guernica. Enfermera adjunta

Isabel Olivares Larrondo. 19/11/1900. Guecho. Enfermera adjunta

Casilda Elías Romero. 13/08/1916. Arceniaga. Enfermera adjunta

Carmen Azcarreta Rotaeche. 30/07/1915. Guernica. Enfermera adjunta

Miren Urizar Bengoechea. 25/09/1915. Bilbao. Enfermera adjunta

Josune Aguirre Arteche.17/01/1911. Deusto. Enfermera adjunta

Mª Paz Bilbao Arruza. 21/01/1916. Munguia. Enfermera adjunta

Ricarda Iparraguirre Juaristi. 10/11/1914. San Sebastián. Enfermera adjunta

Julia Astigarraga Mendizabal. 20/12/1913. Lazcano. Enfermera adjunta

Elisa Azcarreta Rotaeche. 2/12/1917. Guernica. Enfermera adjunta

 

Basilio Arriaga Urberuaga. 28/03/1894. Mallavia. Practicante – Enfermero

José Uriarte Ceberio. 19/02/1904. Mondragón. Practicante – Enfermero

 

Foto 28 Isabelita Periro Echevarría, enfermera del Hospital de La Roseraie

 

Otras Profesiones

 

María Korta Urribarren. 4/08/1912. Bilbao. Institutriz

Josefa Astigarraga Mendizabal. 28/08/1906. Lazcano. Costurera

Marcelina Bilbao Elorriaga. 2/06/1897. Deusto. Costurera

Mª Luisa Bilbao Elorriaga. 4/09/1916. Deusto. Costurera

Rosa Larrazabal Egusquiza. 5/09/1909. Bilbao. Costurera

Juan Otaola Uribarri. 20/10/1898. Guecho. Administrador

Ángel Aznar Candela. 8/08/1886. Bilbao. Delineante

Gregorio Ruiz Ercilla. 25/05/1896. Durango. Administrativo

Lorenzo Aguirre More. 28/11/1889. Deusto. Administrativo

Félix Ugalde Oxinaga. 2/11/1892. Arechavaleta. Almacenero

Salvador Alcalde Astigarraga. 20/08/1899. Motrico. Capellán

José Labauria Porturas. 20/06/1887 Guernica. Conserje

 

Foto 29 Médico y enfermeras del Gobierno de Euzkadi. Foto: Fundación Sabino Arana

 

Mauricio Olabarrieta Uriaguereca. 22/09/1887. Erandio. Jardinero

Juan Moral Elvira. 27/01/1895. Villa Ines. Peluquero

María Herrero Urbina.17/04/1906. Sestao. Asistenta

Mª Teresa García Hernández. 22/03/1920. San Sebastián. Asistenta

Elena Bilbao Echegaray. 1/01/1918. Plencia. Asistenta

Tomasa Astiazaran Mendiburo. 5/04/1908. San Sebastián. Asistenta

Trinidad ZamanilloZurinaga. 21/05/1909. Sestao. Asistenta

Francisca Goitia Uriarte. 4/06/1913. Mundaca. Asistenta

Juana Recagorri Basterrechea. 30/09/1915. Ceanuri. Asistenta

Gabriela Imas Bengoechea. 18/03/1916. Rentería. Asistenta

Juana Arruti Idiaquez. 27/11/1919. Zumaya. Asistenta

Eduarda Beldarrain Urrutia. 13/10/1912. Munguia. Asistenta

María Goicoechea Duo. 13/01/1916. Erandio. Asistenta

Luisa Barrutia Zuazobiscar. 16/09/1912. Mondragón. Asistenta

Josebe Urcelay Aramendi. 12/03/1915. Azcoitia. Asistenta

Dominga Mendizabal Ceciaga.19/12/1901. Mondragón. Asistenta

 

Andrés Arzubía Aguirre.4/02/1897. Apatamonasterio. Cocinero

Benito Layuno Fernández. 9/10/1915. Bermeo. Cocinero

Julián Uriarte Guezuruaga. 28/01/1911. Meñaca. Ayudante de cocina

Miren Garay Elustondo. 14/03/1916. Bilbao. Ayudante de cocina

María Ereño Arzubía. 2/05/1898. Villaro. Ayudante de cocina

María Olañeta Lizarralde. 20/10/1878. Eibar. Ayudante de cocina

 

Francisco Belaustegui Bilbao. 3/12/1869. Durango. Capellán

Cesáreo Maingolarra Aberasturi. 7/05/1882. Guernica. Sacerdote

Pablo Fernández Martínez. 23/07/1901. Santiago. Sacerdote

 

Cecilio Albeniz Ortíz de Zárate. 16/11/1899 Guecho. Zapatero

Irineo Goicoechea Arambarri. 18/10/1888. Azcoitia. Alpargatero

Ildefonso Urizar Izurieta. 11/10/1889. Bilbao. Hojalatero

 

Anexo VIII. 29 de noviembre de 1939. Fuente: Archivo del Ayuntamiento de Bidart, Laburdi. Francia (8).

 

Foto 30 Enfermeras Sanidad Militar de Euzkadi. Foto: Museo Vasco de Historia de la Medicina y de la Ciencia “José Luis Goti”

 

Gudari: soldado del Euzko Gudarostea, la denominación utilizada por el ejército del Gobierno Vasco durante la guerra civil española.

 

Soldado del Gobierno autónomo de Euskadi durante la Guerra Civil Española.

 

Agradecimientos

Jesús Rubio Pilarte

Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi

Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga

Helena García Gómez

Jean-Claude Larronde

Enciclopedia Auñamendi

Fundación Sabino Arana

Euskadiko Artxibo Historikoa. Archivo Histórico de Euskadi

Begoña Madarieta Revilla, Historiadora

Museo Vasco de Historia de la Medicina y de la Ciencia “José Luis Goti”. Museo de Historia de la Medicina. Facultad de Medicina UPV / EHU

 

Foto 31 Capellán y Enfermeras del Gobierno de Euzkadi. Foto: Fundación Sabino Arana

 

Bibliografía

 

1.- El Hospital de la Roseraie. Revista de Estudios Vascos. Número 47. Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi. Páginas 242, 243 y 244. 2002

 

2.- DEIA. Un refugio en el exilio: el Hospital de la Roseraie. (1937 – 1940). Un reportaje de Jean-Claude Larronde. Fotos de la Fundación Sabino Arana. 2 de abril de 2016

 

3.- Blog de Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga. 2016

https://ianasagasti.blogs.com/mi_blog/2016/04/un-refugio-en-el-exilio-el-hospital-de-la-roseraie-1937-1940.html

 

4.- Gure Gaiak. Bienvenida a los refugiados vascos en suelo francés y en particular en el País Vasco continental (1936 – 1940).

 

5.- Enfermería y exilio republicano durante la Guerra Civil española (1936 - 1939). Helena García Gómez. Trabajo fin de máster. Universidad de Alcalá. Madrid. 17 de julio de 2021

 

6.- Hospital de «La Roseraie» 1937 - 1940. Ediciones Bidasoa, 2002. Jean Claude Larronde, miembro de Eusko Ikaskuntza -Société d'Études Basques. Argazkiak: Enciclopedia Auñamendi. Euskonews & Media 186.zbk. 1al 8 de noviembre de 2002

https://www.euskonews.eus/0186zbk/gaia18603fr.html

 

Foto 32 Portada del libro de la Sanidad Militar de Euzkadi, 1937

 

7.- Euskadiko Artxibo Historikoa. Archivo Histórico de Euskadi. Archivo Histórico del Gobierno Vasco. Fondo del Departamento de Sanidad. 1938 a 1940

 

8.- Hospital de «La Roseraie» 1937 - 1940. Ediciones Bidasoa, 2002. Jean Claude Larronde. Anexo VIII: Lista de los empleados en el Hospital de La Roseraie. Anexo VIII. 29 de noviembre de 1939. Fuente: Archivo del Ayuntamiento de Bidart, Laburdi. Francia. Datos cedidos por el Doctor Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi. 12 de enero de 2022

 

9.- Memoria de la Residencia de Mutilados de Guerra de Euzkadi “La Roseraie”. 1938 - 1940

 

10.- La Sanidad Militar en Euzkadi. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el jueves día 24 de septiembre de 2015

http://enfeps.blogspot.com.es/2015/09/la-sanidad-militar-en-euzkadi.html

 

Foto 33 Enfermeras Sanidad Militar de Euzkadi. Foto: Museo Vasco de Historia de la Medicina y de la Ciencia “José Luis Goti”

 

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Miembro de Enfermería Avanza

Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa 2019

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020

masolorzano@telefonica.net

 

 

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