A
decir de algunos estudiosos e investigadores de la profesión enfermera, “la
figura del barbero como predecesor del profesional de la Enfermería ha sido muy
importante. Sin embargo, no se le ha tenido la consideración que merece
en el estudio de la Historia de la Enfermería”. (Ventosa, 2000)
Los
barberos eran unos profesionales que ejercían una actividad curadora,
pero que estaban fuera de la regulación del Tribunal del Protomedicato. Su
función, además de las propias de la barbería, eran la de realizar sangrías,
sanguijuelas, sajaban, ponían ventosas, curaban heridas, sacaban muelas,
etcétera.
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1 Tribunal del Protobarberato con los examinadores Barberos Mayores, al fondo
el escudo de los Reyes Católicos, 1500 (IA)
“El
Barbero es otra de las numerosas denominaciones claves dentro del
contexto de las profesiones sanitarias. Ya en 1500 funcionaba el “Protobarberato”
como institución independiente del “Protomedicato”. (Siles, 1996)
En
el año 1500 se legisló por Pragmática Sanción de los Reyes Católicos dictada en
Segovia el 9 de abril de 1500, otro órgano examinador, el “Protobarberato”,
entidad independiente del Protomedicato, estableciendo los exámenes a
barberos, y la pena “de los que sin requisito pusieran tienda para sangrar,
y hacer las demás operaciones que se expresan”.
De
la Pragmática extraemos este párrafo como significativo del intento regulador
de los Reyes: “Mandamos, que los Barberos y Exâminadores Mayores de aquí en
adelante no consientan ni den lugar qué ningún barbero, ni otra persona alguna
pueda poner tienda para sajar ni sangrar, ni echar sangüijuelas ni ventosas, ni
sacar dientes ni muelas, sin ser examinado primeramente por los dichos nuestros
Barberos Mayores personalmente, so pena de cualquiera que usare las cosas suso
dichas, ó de cualquiera dellas sin ser examinado, como dicho es, sea inhábil
perpetuamente para usar dicho oficio y mas pague dos mil maravedís de pena para
nuestra Cámara, y mil maravedís para los dichos nuestros Barberos Mayores; y
del mismo hecho haya perdido y pierda la tienda que así tuviere puesta; pero
que cualquiera que quisiese afeytar de navaja ó tixera, sin ser axâminado y sin
su licencia; pero mandamos, que no pueda usar ni use del Arte de la Flobotomía,
ni sangrar ni sajar, ni sacar diente ni muela sin ser axâminado, como dicho es,
so la dicha pena…”.
Foto
2 Título de Barbero Flebotomiano Sangrador 1591 de Juan de Castro. Es un
documento que informa sobre las actividades propias de este oficio socio
sanitario durante la Edad Moderna. Juan de Castro fue un vecino de Allariz que
en 1591 consiguió en Madrid la licencia que lo capacitaba para ejercer el
oficio de “barbero sangrador”. Por ello, se le expidió este vistoso título
orlado de rojo sangre a través del cual es posible conocer el tipo de técnicas
que practicaban estos oficiales. Algunas podrían abarcar desde la extracción de
muelas o de sangre con fines terapéuticos, hasta la realización de un simple
afeitado. Allariz se ha conformado desde la edad Media como una importante
villa y en 1591 contaba ya con unas 943 familias y con habitantes que se dedicaban
a las actividades más variadas. Archivo Histórico Provincial de Ourense
Sin
embargo, existía ya constancia documental de su existencia cuando se redactaron
“Las Partidas de Alfonso X el Sabio, entre los años 1256 y 1265 con el nombre
de “Alfajeme”. (Sánchez, Ortega, Elbal, 1996)
Un
siglo después, en el año 1310, aparece una Cofradía de Barberos y Cirujanos
en la Comunidad Valenciana, recogiendo sus estatutos que el examen para la
obtención de la capacitación para ejercer, consistiría en un ejercicio teórico
y otro práctico. (García, García, Valle, 1994)
En
Barcelona en el año 1408 existía otra Cofradía de Cirujanos y Barberos,
la cual fue elevada a la categoría de Colegio en el año 1485 por el Rey Alfonso
V de Trastámara, llamado el Magnánimo. (Rodríguez-Sala, 2009)
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3 Título oficial de Sangrador expedido en 1795
El
importante papel jugado por los barberos como unos profesionales más en el
complejo entramado de oficios que intervienen en la salud de los ciudadanos,
está recogido en distintas citas publicadas por autores de reconocido prestigio
en el campo de la investigación sobre los orígenes de la enfermería.
Se
recogen a continuación algunas de ellas: “Por otro lado, y algo posterior en
el tiempo, cobra entidad propia el “Cuerpo de Barberos – Sangradores,
rama desgajada de los cirujanos menores; y que se dedican más concretamente a
determinadas actividades técnicas como sangrías, curas, extracciones de piezas
dentarias… Suelen ser seglares que recorren las distintas ciudades
ofreciendo sus servicios”. (Delgado, 1995)
“A
decir de algunos autores, los Barberos Sangradores y los Sangradores
Flebotomianos, fueron quizá los profesionales más característicos de la
práctica empírica de la medicina en la España Moderna. Su ejercicio
estuvo asociado a la vigencia de la técnica delegada de la medicina, la
sangría, que diera lugar a sesudos enfrentamientos entre defensores y
detractores de sus indicaciones y eficacia terapéutica. (Amezcua, 2004)
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4 Prematica por la que se da la orden en el examen de los Cirujanos
Romancistas. En Valladolid, por Luys Sanchez. Vendese en casa de Francisco de
Robles, Librero del Rey nuestro Señor. Año 1604
Sin
embargo, con la aparición de la Congregación de Cirujanos y Sangradores y su
incorporación a la Hermandad de San Cosme y San Damián, estos se fueron
haciendo fuertes frente a los Barberos, interponiendo continuas demandas por
intrusismo ante el Consejo de Estado que les fueron quitando competencias a los
Barberos y dándoselas a los Sangradores.
Los
Barberos llegaron a tener una Sociedad de Socorros Mutuos de peluqueros y
barberos residentes en Madrid en el año 1876 y que fue revisada y actualizada
en el año 1879.
Por
último y a modo de síntesis, traigo aquí algunas citas que de alguna manera
centran también y ayudan a comprender el papel jugado por este oficio y por las
instituciones que lo regulaban: “El Protobarberato acabó integrándose en
el Protomedicato” (Expósito, 2009), “sólo tuvo implantación en
Castilla” (Siles, 1996), y, por último, que “desapareció en el
año 1780, mediante Real Cédula de Carlos III de 13 de abril”. (Ventosa,
1984) (1).
“Protobarberato”,
según el Diccionario de la lengua española de la RAE, se refiere a un antiguo
tribunal o cuerpo encargado de examinar y habilitar a los barberos-sangradores-cirujanos,
es decir, aquellos que ejercían tanto la barbería como la cirugía básica en la
época medieval y renacentista. La función del Protobarberato era asegurar que
estos profesionales tuvieran la competencia necesaria para ejercer su oficio. (creada por IA).
En
1500 y por iniciativa de los Reyes Católicos se creó el “Protobarberato” para
examinar a los barberos y sangradores, tribunal destinado para tal efecto e
independiente del “Protomedicato” (Ventosa, 1984), cuyo oficio y funciones
quedaron plasmados en la Pragmática de los Reyes Católicos del 9 de abril de
1500. (2)
Mandamos
que los Barberos, i [sic] Mayores de aquí en
adelante no consientan, ni dèn [sic] lugar que ningún [sic] barbero,
ni otra persona alguna pueda poner tienda ni saxar [sic], ni sangrar, ni
echar sanguijuelas, ni ventosas, ni sacar dientes, ni muelas, sin ser examinado
[sic] primeramente por los dichos nuestros Barberos Mayores, (Leyes de
recopilación, 1775, página 549). (2)
Los
barberos y sangradores realizaban las siguientes funciones dentro de su oficio:
realizaban sangrías, ponían sanguijuelas, ventosas y sacaban muelas, trataban
heridas, entre otros cometidos.
Si
en Castilla los barberos eran examinados por el “Protobarberato”, en el Reino
de Valencia eran función del Colegio de Cirujanos ya que este oficio era “anexo
al de Cirujano y Sangrador (Muñoz, 1751, página 110). Sin embargo, el Decreto
de Nueva Planta de Felipe V, acabó con todos los fueros del Reino de Valencia,
quedando el Colegio de Cirujanos subordinado al protomedicato castellano, lo
que le llevó a entablar litigios una y otra vez para reivindicar los
privilegios concedidos por los anteriores reyes (Campo Díez, 1999). (2)
Con
el transcurso del tiempo el Protomedicato se anexionó el Protobarberato (Muñoz
Garrido, 1967) hasta su completa desaparición mediante Real Cédula de Carlos
III de 13 de abril de 1780 (Novísima recopilación, 1805).
Posteriormente,
la cirugía tomó gran esplendor a partir de la creación de los Reales Colegios
en 1748 (Ventosa, 2000). Hasta la aparición de los Colegios Profesionales de
Enfermería (2).
Foto
5 Doctrina moderna, para los sangradores, en la qual se trata de la flebotomía,
y arteriotomía. De la aplicación de las Ventosas, de las Sanguijuelas, y de las
enfermedades de la Dentadura, que obligan á sacar Dientes, Colmillos ó Muelas,
con el Arte de sacarlas. Compuesto por D. Ricardo Le-Preux, primer Cirujano, y
Sangrador que fue del Rey D. Luis I, Alcalde y Exâminador Mayor del Real
Proto-Barberato. Con Licencia en Salamanca. Año 1721
Título
de Barbero Sangrador Flebotomiano 1699
El
presente documento es un título legal de barbero sangrador que presenta en la
villa de Cáceres el vecino de Arroyo del Puerco Miguel García Trejo en 1699,
después de haber superado las distintas pruebas que le facultaban para el
ejercicio de su oficio en cualquier territorio de la Corona. El ejercicio de
barberos y sangradores era controlado por el Protomedicato, institución que
regulaba las funciones de médicos y cirujanos, pero cuyas competencias se
extendían a otros oficios como ensalmadores, boticarios, especieros o herbolarios
(3).
Foto
6 Título de Barbero Sangrador Flebotomiano 1699
Los
sangradores flebotomianos eran examinados por el Protobarberato, que era la
institución que vigilaba para que sólo ejercieran aquellos profesionales que
eran examinados por los barberos mayores. Se refería a aquellos barberos que
pusieran tienda para sajar, a quienes se autorizaba para sacar dientes y
muelas, sangrar y poner ventosas y sanguijuelas, mientras que no se entrometían
en el oficio de los que sólo ponían tienda de afeitar y cortar el pelo.
Para
ser recibido a examen era preciso haber practicado el arte de sangrador
flebotomiano durante al menos cuatro años bajo la tutoría de un maestro
examinado, circunstancia que había de acreditar la justicia local. El examen
constaba de una parte teórica y una práctica. En la primera el aspirante debía
exponer sus conocimientos sobre la anatomía vascular y los procedimientos más
rutinarios del arte: del conocimiento de las venas, cuáles y cuántas son y en
qué lugares se reparten, y de los nombres de ellas y del modo de sangrar,
sajar, echar ventosas, sanguijuelas, sacar dientes y muelas, mientras qué, en
la segunda, realizada en un hospital, debía demostrar su habilidad práctica en
las técnicas de las que había sido examinado.
Los
derechos de examen se fijaban en media “annata”, que era el equivalente a la
mitad del salario que podía producir el empleo en un año. Otra de sus
obligaciones era la asistencia gratuita a los pobres de solemnidad que no
podían pagar los honorarios de un sangrador (3).
Foto
7 Utensilios que utilizaban los barberos dentistas
Historia
de la odontología en España
En
España, en la Edad Media se constituyó el gremio de los barberos dentistas y
tras su regulación por ley durante la época de los Reyes Católicos, se fundó el
Protobarberato que otorgaba licencias y regulaba el oficio. Será en el siglo
XIX con la creación de las primeras facultades de odontología cuando esta
disciplina avance hacia la que conocemos hoy en día (4).
Rebuscando en la Historia
En tiempos en los que no existía la sanidad pública -el mero
concepto resultaba impensable-, los médicos eran prácticamente un lujo sólo al
alcance de unos pocos, dado que habían estudiado una carrera para vivir de ella
y, consecuentemente, el pago de sus emolumentos únicamente podían efectuarlo
las clases acomodadas. Por eso se hizo necesaria la aparición de otras figuras
complementarias que pudieran atender a los menos privilegiados y así fue cómo
en el Medievo se generalizó la figura del barbero sangrador.
Su nombre alude a que supervisaba la labor del barbero normal
pero se trataba de un oficio situado a medio camino entre los profesionales de
la medicina titulados -los citados médicos y cirujanos, conocidos como latinos
por su formación universitaria (había un tipo de cirujano denominado romancista
que no pasaba por la universidad sino que obtenía su licencia acreditando cinco
años de experiencia pero no podía recetar)- y los curanderos, sanadores y
ensalmadores (curadores de llagas), que normalmente eran charlatanes que
causaban más mal que bien. Es decir, el de los barberos sangradores
consistía en un colectivo integrado por personas con una preparación menor,
pero capaces de solventar problemas sanitarios no complejos.
Así, lo mismo sacaban muelas que se ocupaba de lesiones
menores (como luxaciones o fracturas) o practicaban la flebotomía, las famosas
sangrías, bien sajando, bien aplicando sanguijuelas, ya que se consideraba que
eliminar un exceso de sangre devolvía el equilibrio a los cuatro humores del
organismo (sangre, cólera, melancolía y flema). De hecho, en determinados casos
-pocos-, las sanguijuelas podían ser útiles para liberar sangre acumulada y
además su saliva es anestésica, anticoagulante y vasodilatadora. Los
sangradores también solían extraer los fetos muertos e incluso intentar
cesáreas post mortem.
La figura del sangrador aparece documentalmente por primera
vez en el Fuero Juzgo, que era la traducción a lengua romance que, cuenta la
tradición, Fernando III ordenó hacer del Liber Iudiciorum, el código legal
visigodo (por ello conocido también como Lex gothica), en 1241. Pero ya antes
existía una diferenciación, pues el Fuero Real de Castilla establecía en 1225
la distinción entre médicos y cirujanos, siendo llamados los primeros físicos y
los segundos maestros de llagas.
Posteriormente, Alfonso X añadió en las Siete Partidas las
condiciones para la actividad de los barberos o alfagemes. En el siglo XIII, en
la Corona de Aragón se amplió el espectro, habiendo médicos cirujanos y no
cirujanos, a los que se sumaban los llamados cirurgians de roba corta, que eran
los barberos y sangradores, capacitados para sacar muelas, poner ventosas,
hacer sangrías y otras tareas menores. Bajo la advocación de San Cosme y San
Damián, los barberos y cirujanos formaron una Cofradía en el siglo XIII que
permitió regular la actividad y exigir unos conocimientos para poder ejercer,
según la decisión que al respecto tomasen dos miembros de la hermandad.
Está escrito que en el siglo XIV se fundan las primeras
Cofradías de Barberos y Cirujanos bajo la advocación de los Santos Patronos San
Cosme y San Damián. Estas cofradías eran instituciones de carácter religioso -
benéfico aunque en sus estatutos se dictaron normas sobre el ejercicio
profesional, ya que para poder ejercer de cirujanos-barberos debían de ser
examinados por dos cirujanos de la cofradía.
La formación de los barberos sangradores
El aspirante a barbero sangrador debía firmar una carta de
asiento, un contrato que le obligaba a someterse a un aprendizaje de cuatro
años en el que los gastos corrían a cargo de su familia a cambio de alojarse en
casa de un barbero y recibir sus enseñanzas. Al acabar ese período, el maestro
regalaba al aprendiz el instrumental que necesitaría. Eso sí, para ejercer era
necesario acreditar limpieza de sangre -no precisamente la hemoglobínica- y
prácticas certificadas. Luego ya sólo era cuestión de instalarse o enrolarse en
alguna expedición militar. En el primer caso, lo normal era abrir una barbería
en el bajo de su propia casa.
Foto 9 Instrumental de cirujano sangrador del siglo XIX. Foto
cedida por Manuel Amezcua, Fundación Index
Probablemente habría más de un fraude, pero el impostor se
exponía a duras sanciones por ejercer sin derecho: “…qualquiera que usare de
las cosas susodichas, ò de qualquier dellas, sin ser exâminado como dicho es,
sea inhabil perpetuamente para usar del dicho ocio, i mas pague dos mil
maravedís de pena para la nuestra Camara, i mil maravedís para los dichos
nuestros Barberos Mayores; i por el mismo hecho aya perdido, i pierda la
tienda, que assi tuviere puesta…”
En tiempos de Felipe II se determinaron aún más las
competencias, excluyendo del oficio a parteras, especieros, ensalmadores,
drogueros, etc. Con el paso del tiempo, las funciones del barbero sangrador
fueron siendo asumidas por los cirujanos, al igual que pasó con otras
especialidades como las mencionadas u otras tipo bizmadote, algebrista
(reparador de huesos) o batidor de cataratas (oculista).
No obstante, la figura del barbero sangrador no desapareció y
en los archivos se encuentran expedientes de exámenes, gracias a los que se
puede ver que la matrícula costaba la mitad del salario de un año. Constaban de
dos pruebas: una teórica en la que el aspirante debía exponer sus conocimientos
de anatomía vascular y metodología, más una segunda en un hospital consistente
en demostrar su habilidad en casos prácticos de cada especialidad. Por
supuesto, no se presentaba sin más, pues contaba con toda una bibliografía para
aprender.
Y es que, a pesar de que era un trabajo menor, había libros
específicos como la Instrucción de los barberos flebotomianos (Alonso Muñoz,
1621), Directorio de enfermeros (Simón López, 1652) o los tratados de
flebotomía y otras técnicas que diversos autores fueron publicando a lo largo
de los siglos (Juan de la Cueva, Francisco de Molina, Juan Lorenzo Carnicer,
Juan Bautista Xamarro, Miguel Martínez de Leyva, Alonso Muñoz, Diego Pérez de
Bustos, etc.).
Foto 10 Una Clínica del Siglo XV, según una miniatura del
tiempo
Si aprobaba, su título era válido en todos los reinos y
señoríos de la corona, previo juramento de que no cobraría a los pobres y con
la curiosa tradición de tener que dejar su bacía como muestra de su cambio de
condición.
Si trabajaba en un hospital quedaba supeditado en autoridad
al cirujano, aunque a veces las funciones de uno y otro resultaran similares.
Claro que no era infrecuente que un barbero sangrador quisiera titularse luego
como cirujano, profesión mucho más apreciada socialmente y mejor retribuida.
Al igual que los demás gremios de la Edad Media, el barbero
sangrador atendía a sus clientes en el bajo de su propia casa, mientras que en
la primera planta vivía con su familia, y en algunos casos con los aprendices
de esta singular profesión que abarcaba actividades de lo más variopintas.
Los clientes de estos profesionales de la salud eran en su
mayoría campesinos y artesanos que no podían permitirse pagar un médico o un
cirujano. Sin embargo, los nobles también contrataban sus servicios por
recomendación de sus médicos de cámara.
Foto 11 Barbero – Sangrador realizando una sangría.
Respirando una vena. Esta es la cuarta de cinco estampas relacionadas, basadas
en bocetos del reverendo John Sneyd, amigo y caricaturista aficionado de James
Gillray. 28 de enero de 1804. Foto creada por IA
Denominación del nombre a través de los años
Enfermero Real; Enfermero Mayor; Maestro de Llagas (Fuero
Real Alfonso X); Flebotomiano. Arte de Flebotomía 1450; Barbero Sangrador.
Protobarberato 1500 – 1780; Enfermera de Damas (Felipe II); Enfermera palaciega;
Cirujano Latino médico (con formación 1804); Cirujano Romancista o de faldón
corto; Cirujano Sangrador; Barbero = Alfajeme (judío); Prácticos en el arte de
curar; Ministrantes; Cirujano callista; Herbolarios; Algebrista; Bizmadores; Batidores
de cataratas; Hernistas; Sacadores de piedras; Sacamuelas; Parteras; Matronas
Ley Moyano 1857
Practicante 1857; Matrona; Practicante Topiquero 1908; Practicante
Dentista; Practicante de Farmacia; Enfermera 1915 (Título oficial); Ayudante
Técnico Sanitario A.T.S. 1953; Diplomado Universitario de Enfermería 1977; Graduado
en Enfermería 2008; Doctor en Enfermería.
Foto 12 Barbero-cirujano extrayendo sangre del brazo de una
mujer y el médico examinando un frasco de orina. Obra de Balthasar van den
Bossche, 1700
Pragmática de Felipe II. Diferentes denominaciones
según la técnica que realizaban:
Sangradores:
Sangraban en la bacía
Algebristas:
Componían fracturas y luxaciones
Sacadores de Piedra:
Operadores de cálculos en la vejiga de la orina “mal de la piedra”
Hernistas: Operadores de
hernias
Batidores de cataratas:
Operadores de los ojos afectados por cataratas
Barberos flebotomianos:
Realizaban la sangría o flebotomía, además de extraer dientes y muelas, etc.
Matronas o Comadres o
Madrinas: Mujeres expertas en el arte de atender a la parturienta
Cirujano Romancista:
Realizaban cirugías menores
Cuidadores de enfermos:
Vinculados a las Órdenes Religiosas. San Juan de Dios; Bernardino Obregón;
Hijas de la Caridad, Siervas de María Ministras de los enfermos a domicilio, etcétera.
Foto 13 Barbero Sangrador curando una herida en la pierna
derecha. Un antiguo aforismo griego reza “Donde hay amor por la enfermería hay
amor por la humanidad”
Bibliografía
01.-
100 años de Historia del Colegio Profesional de Enfermeras y Enfermeros de
Salamanca. (Carlos C. Álvarez Nebreda, 2017)
02.-La
Organización Colegial de la Enfermería Española: Desde los inicios de la
Actividad Colegial hasta la Colegiación única. (Raúl Expósito González, páginas
56 y 57, 2023)
03.-
Título de Barbero Sangrador Flebotomiano 1699. Archivo Histórico Municipal.
Concejalía de Cultura. Excelentísimo Ayuntamiento de Cáceres. Marzo 2017
04.-
Historia de la odontología en España. Mª Ángeles Rodríguez Campo.
https://www.adeslasdental.es/historia-odontologia/
Foto
14 Prematica, en que se da la Orden que fe ha de tener en el examen de los
Médicos y Cirujanos, y en el Protomedicato, y demás cofas que en ella fe
declaran. Año 1617
Bibliografía
consultada
Barberos Cirujanos. Raúl Expósito González; Jesús
Rubio Pilarte y Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el día 12 de junio de 2009
http://enfeps.blogspot.com/2009/06/barberos-cirujanos.html
Ambrosio Paré, un aprendiz de barbero. Manuel
Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día 20 de junio de 2010
http://enfeps.blogspot.com/2010/06/ambrosio-pare-un-aprendiz-de-barbero.html
Barberos y cirujanos en las provincias de
Gipuzkoa, Navarra y Almería. Raúl Expósito González; Jesús Rubio Pilarte y Manuel
Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día 13 de noviembre de 2011
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Expósito González; Jesús Rubio Pilarte y Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el
lunes día 15 de julio de 2013
http://enfeps.blogspot.com.es/2013/07/barberos-cofradias-de-san-cosme-y-san.html
El Barbero en “La Busca” de Pío Baroja. Manuel
Solórzano Sánchez. Publicado el sábado día 10 de agosto de 2013
http://enfeps.blogspot.com.es/2013/08/el-barbero-en-la-busca-de-pio-baroja.html
Historia de los Barberos, Cirujanos y
Practicantes de la Armada. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el lunes día 2
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http://enfeps.blogspot.com.es/2014/06/historia-de-los-barberos-cirujanos-y.html
Barbero, Cirujano, Dentista, Sangrador en
Gipuzkoa. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el lunes día 9 de febrero de 2015
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Ministrante,
Sangrador Practicante, Médico y Cirujano en el siglo XIX en Gipuzkoa. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día 10 de enero de 2016
http://enfeps.blogspot.com.es/2016/01/ministrante-sangrador-practicante.html
Manual Instructivo para “El Barbero de Pueblo”
1877. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado
el lunes 18 de enero de 2016
http://enfeps.blogspot.com.es/2016/01/manual-instructivo-para-el-barbero-de_18.html
Las páginas de nuestra Historia de la Enfermería
en Toledo. Aprendiendo a Cuidar: De la Doctrina de Sangradores a la excelencia
en el cuidado. In Memoriam de Koldobika Santisteban
Cimarro, enfermero. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día 7
de febrero de 2016
http://enfeps.blogspot.com.es/2016/02/las-paginas-de-nuestra-historia-de-la.html
Cirujanos y Barberos en la Primera vuelta al
Mundo 1519 – 1522. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el sábado día 13 de
julio de 2019
https://enfeps.blogspot.com/2019/07/cirujanos-y-barberos-en-la-primera.html
Reglamento para los Médicos-Cirujanos y
Sangradores de Cámara 1848. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado el domingo día
12 de enero de 2020
https://enfeps.blogspot.com/2020/01/reglamento-para-los-medico-cirujanos-y.html
Foto 15 Desengaño del Abuso de la Sangria, y
Purga. Año 1623
Enciclopedia Wikipedia
Manuel Solórzano Sánchez. Grado en Enfermería
https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez
Día 20 de octubre de 2022, jueves
Entziklopedia Wikipedia en Euskera
Manuel Solórzano Sánchez. Erizaintzako Gradua
https://eu.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sol%C3%B3rzano_S%C3%A1nchez#Ibilbidea
Día 27 de octubre de 2022, jueves
Foto 16 Barbero – Sangrador
realizando una sangría. Respirando una vena. Esta es la cuarta de cinco
estampas relacionadas, basadas en bocetos del reverendo John Sneyd, amigo y
caricaturista aficionado de James Gillray. 28 de enero de 1804
La Voz de
Enfermería en la Enciclopedia Auñamendi
Primera parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190
Segunda parte: http://www.euskomedia.org/aunamendi/39190/132780
El legado del enfermero Manuel Solórzano. Antton Iparraguirre. Artículo del Diario Vasco de San Sebastián. Lunes, 7
de agosto de 2023
Manuel Solórzano Su Legado
Enfermero.
Publicado el lunes día 4 de septiembre de 2023
https://enfeps.blogspot.com/2023/09/manuel-solorzano-su-legado-enfermero.html
Noticias de Gipuzkoa domingo 14 de
abril de 2024. Mí décimo
tercer libro.
Una Gota de Leche para los niños donostiarras
https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2024/04/14/gota-leche-ninos-donostiarras-8108257.html
Manuel Solórzano: curioso y defensor de su profesión
Manuel
Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Enfermero Jubilado
Insignia de Oro de la Sociedad
Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Premio a la Difusión y
Comunicación Enfermera del
Colegio de Enfermería de Gipuzkoa 2010
Director y Miembro del Blog de Historia de
Enfermería “Enfermería Avanza”
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de
la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la
Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico
Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro Supernumerario de la Real Sociedad
Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)
Académico de número de
la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA
Comisión de Historia de la
Enfermería del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa / Gipuzkoako
Erizaintza Elkargo Ofiziala
Insignia de Oro del Colegio Oficial de
Enfermería de Gipuzkoa. Años 2019 y 2022
Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020
y 31 de diciembre de 2022
Premio a la
Visibilización de la ACEB. 15 de mayo de 2024. Deusto Bilbao