domingo, 13 de septiembre de 2020

MANUEL LINARES ABAD RELATOS DE UN HOMBRE LLAMADO MATRONA

 

Autor: Manuel Linares Abad

 

Foto 1 El autor con su libro. Manuel Linares Abad

 

Nació en Jaén el 21 de diciembre de 1961. Desde los veinte años realizó su ejercicio profesional y ha estado vinculado desde su inicio con los cuidados maternos infantiles y la salud de las mujeres en el terreno asistencial desde 1982 hasta 1998. Es Diplomado en Enfermería por la universidad de Granada (1982), especialista en Enfermería obstétrico ginecológica por la universidad Complutense de Madrid (1985), especialista en Enfermería radiológica por la universidad de Sevilla (1986). Licenciado en Antropología Social y Cultural por la universidad de Granada (2002) y Doctor por la universidad de Jaén (2007), tesis doctoral: Las matronas en el Jaén del siglo XX. El caso de la Comarca de Sierra Mágina, calificación: Sobresaliente Cum Laude.

 

Las Matronas en el Jaén del Siglo XX. El caso de la Comarca de Sierra Mágina. Publicado el jueves día 22 de octubre de 2009

http://enfeps.blogspot.com/2009/10/las-matronas-en-el-jaen-del-siglo-xx.html

 

Desde 1982 hasta 1991 ejerció como enfermero o especialista en diferentes centros hospitalarios y de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid y de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Durante 14 años trabajó como “matrón” en el ámbito de la sanidad privada.

 

En 1991 se incorpora como profesor a la Escuela Universitaria de Enfermería de Jaén, desde 2008 Profesor Titular de Universidad del Departamento de Enfermería de la Universidad de Jaén. La docencia la desarrolla en el grado de Enfermería y en diferentes másteres de la Universidad de Jaén, destacando el de Investigación en Ciencias de la Salud, Análisis Crítico de las Desigualdades de Género e Intervención Integral en Violencia de Género, Dependencia e Igualdad para la Autonomía Personal y el de Accesibilidad Smart City. Miembro del grupo de investigación “Enfermería e innovación en cuidados de salud” (código de grupo CTS-464).

 

Sus principales líneas de investigación “mujeres y salud” y cambio “climático y salud”. Estancias en Universidades extranjeras europeas y americanas en funciones docentes y/o investigadoras. Miembro de proyectos de investigación de carácter competitivo, miembro del proyecto internacional Nursus-Toolkit. Responsable-coordinador de varios proyectos de cooperación de concurrencia competitiva y cooperante en los Campamentos de Refugiados Saharauis con proyectos de la universidad de Jaén. Codirector de 5 tesis doctorales. Autor y coautor de más de 80 publicaciones entre artículos en revistas científicas, libros y capítulo de libros. Reconocidos 5 tramos docentes y un sexenio de investigación. Director de la Escuela Universitaria de Enfermería, de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud y Decano de la Facultad de CC de la Salud de la Universidad de Jaén en el periodo de 2004 a 2012.

 

RELATOS DE UN HOMBRE LLAMADO MATRONA. SU LIBRO

 

Este libro está organizado de la siguiente manera en sus 127 páginas:

En su índice consta de los siguientes capítulos.

Prólogo

Capítulo 1 ¿Cómo me llamo?

Capítulo 2 La especialidad de matrona en Madrid

Capítulo 3 Matrón en lo público y en lo privado

Capítulo 4 La distocia de hombros

Capítulo 5 ¿Esta es la anestesia?

Capítulo 6 El peregrinaje con la hermana de mi amiga Andrea

Capítulo 7 Desprendimiento brusco de la placenta normalmente inserta

Epílogo a modo de reconocimiento.

 

Prólogo

Los cuidados a las mujeres durante el parto han sido tradicionalmente prestados por mujeres y en un ambiente femenino. La partera tradicional jugó un papel decisivo en la asistencia al nacimiento en las comunidades donde vivieron en tanto que se producía el desembarco y la institucionalización de las profesiones sanitarias.

 

La asistencia al parto ha sido un terreno vedado durante mucho tiempo a los hombres y sería por ello que los hombres decidieron su asalto argumentado en una actuación dañina de las parteras tradicionales que aumentaba las cifras de mortalidad materna e infantil.

 

Dicho argumento fue más que suficiente para que los hombres cirujanos apoyados desde el Estado se adueñaran de esta práctica desde una formación favorecedora para ellos y muy desigual y discriminatoria para las parteras matronas en un momento clave de inicio de la profesionalización sanitaria.

 

Foto 2 Portada del libro Relatos de un hombre llamado matrona

 

La incorporación de los hombres como matronas se fue generalizando progresivamente con la llegada de la actual Democracia. En estas líneas se describen situaciones vividas entorno a la asistencia del parto, las primeras exploraciones, procedimientos, técnicas y patologías contadas por un hombre que decidió ser matrona en la mitad de los años 80.

 

La formación en la Casa de Salud de Santa Cristina de Madrid, el ejercicio profesional en el ámbito de la Sanidad pública y privada durante la década de los 80 y 90 son narrados desde una perspectiva crítica, abierta, sin tapujos y suponen el hilo conductor de este libro. Manuel Linares Abad

 

Capítulo 1 ¿Cómo me llamo?

 

De una forma u otra, el inductor de mi devenir profesional fue el Real Decreto de 26 de Septiembre de 1980 (BOE 27/10/80) por el que se suprimía la limitación por razón de sexo a los estudios de Matrona, por lo que el ATS y Diplomado en Enfermería masculino podía optar por primera vez a cursar los estudios de esta especialidad. También se derogó las enseñanzas de Matrona en régimen de internado.

 

Un año después me disponía como alumno de segundo de enfermería a entrar en el servicio de maternidad del hospital donde hacía mis prácticas. Recuerdo que iba acompañando a Ana que quería visitar a su tía. A primera hora de esa mañana de mayo, había dado a luz una preciosa bebé que se convertía en su prima más pequeña.

 

Cuando íbamos a abrir las puertas batientes que daban acceso a las dependencias de las recién paridas, casi nos damos de bruces con Sor Petra. -¿Buenos días!, ¿A dónde vais tan deprisa?. Nos dijo la monja supervisora del servicio. - Buenos días Sor Petra, mi tía ha tenido una niña y queremos visitarla, ha sido esta mañana, a primera hora, se llama Carmen-. Dijo Ana. -Muy bien pero este grandullón que lo habrá parido su madre en dos veces no puede pasar-.

 

No me sorprendió mucho su negativa, ya sabía que los alumnos, sí los alumnos, teníamos prohibida la entrada por aquellos espacios que rezumaban maternidad, feminidad o lo que siempre había sido tabú para el sexo masculino excepto para médicos, después tocólogos, que en su día, ya hacía algunos siglos, habían arrebatado esa parcela a las mujeres, y aunque los partos en las casas eran la costumbre en el siglo pasado, a partir de los años 60, la Medicina, con el apoyo del Régimen y sus macro-hospitales, obsesionado por tener soldados fuertes para la Patria y aumentar las tasas de natalidad, introdujo a la embarazada en los centros hospitalarios para control de este proceso natural.

 

A pesar de esperarme esa reacción de la monja me quedé muy cortado y dándome la vuelta por donde había venido dije: -Ana te espero en la cafetería-. Era nuestra media hora libre. Los veinte minutos que tardó Ana en bajar a la planta semisótano donde se ubicaba la cafetería, los pasé pensando en mi intento frustrado por entrar, por primera vez, a una planta de maternidad.

 

Sentía curiosidad por ver ese servicio, por conocer cómo se distribuían las habitaciones, los nidos, era una planta de hospital diferente, allí solía respirarse la alegría inherente al nacimiento, a ser madres, las inquilinas habían pasado por un proceso doloroso, el del parto, pero se dice que es el único dolor, el asociado a las contracciones, que no se relacionaba con una patología.

 

FOTO 3 Portada del libro Relatos de un hombre llamado matrona

 

Yo no era consciente aun de que el nuevo Real Decreto de la reciente Democracia me daría licencia para visitar en 1987, ya como matrona, a una compañera de promoción que había tenido un niño. -¿Se acuerda de mi Sor Petra?- -Claro que me acuerdo, el alumno que su madre los parió en dos partos-. Soltó una carcajada. -Pues vengo a ver a una compañera, Lucía, ha sido madre, quiero verla, conocer a su hijo y ahora no me diga que no, soy matrona, estudié en Santa Cristina la especialidad, acabé hace dos años-.

 

Bienvenido, adelante-. Sí, matrona, así nos dábamos a conocer y nos llamaban en jornadas y congresos cuando presentábamos alguna comunicación oral por aquel entonces. Fue un querido colega, Juan Ignacio Valle Racero, matrón de la primera promoción del 81 en España, el valedor para que el Diccionario de la RAE contemplara la palabra “matrón/a” como persona, y no mujer, especialmente autorizada para asistir a las parturientas.

 

Recuerdo aun con el entusiasmo que leí su interesante artículo en el año 2003 en el que invitaba a los académicos de la Lengua a reflexionar sobre esta cuestión. No obstante, a día de hoy, cuando escribes la palabra matrón en un documento el procesador de texto la marca con un subrayado en rojo como si de una falta ortográfica se tratara.

 

No es ninguna tontería esto de la denominación de tu profesión, los matrones hombres siempre hemos sido conscientes de que ésta es una profesión históricamente de mujeres, pero he de confesar que siempre me ha producido crisis identitaria en relación a mi trabajo, y qué decir de las veces que las parturientas nos han confundido con tocólogos, eso sí, don fulanico a pesar de nuestra juventud en nuestros inicios en los paritorios pero, éramos hombres.

 

-Hágame una cesárea, ¡no puedo más! y este niño no quiere salir-. -Noooo, no puedo hacerle una cesárea, yo no soy tocólogo, soy matrona, comadrón, matrón, soy como Felisa, mi compañera de turno-. No sabía realmente como tenía que decirles que me llamaba, matrón sonaba mal, chirriaba, no entendían esa palabra pero el masculino de matrona era con acento en la “o” y sin la “a” y sin referencia en la RAE. -¿Usted no es comadrón o partero?, pues hágame algo, estoy rabiando de dolor-.

 

Esa fue la tónica durante muchos años en relación a la confusión que las mujeres tenían acerca de nuestra profesión. No entendían que fuéramos hombres y matronas, querían que tomáramos decisiones que no eran de nuestra competencia. Es cierto que también ocurría a la inversa, a las ginecólogas las confundían con matronas por el hecho de ser mujeres, esta confusión la solventaban haciendo demostraciones de autoridad y toma de decisiones de su competencia delante de las mujeres.

 

Estereotipos que hoy día continúan como vestigios de una sociedad patriarcal donde las mujeres no podían tener profesiones que no fueran propias de su sexo y la medicina era de hombres.

 

Los demás capítulos tan interesantes como el anterior, os los dejo para que podáis valorar mejor este gran libro sobre un hombre excepcional que su profesión fue la de matrona o matrón, y que la llevó a cabo con inteligencia e ilusión, con amabilidad y pasión.

 

Gracias Manuel por aportar este interesante libro de un gran compañero y amigo, en este año tan complicado y año Internacional de las Enfermeras y la Matronas, coincidiendo con el Bicentenario de Florence Nightingale.

 

Agradecimientos

Mi agradecimiento a todas las mujeres y a todos los profesionales que se dedican a cuidar de las embarazadas durante el parto, especialmente a matronas y matrones. Y también un agradecimiento muy especial a mi compañero matrón Juan Ignacio Valle Racero.

 

Bibliografía

Relatos de un hombre llamado matrona. Copyright 2020 Manuel Linares Abad. Autor: Manuel Linares Abad. ISBN: 9798676761547. Primera edición- 18/08/2020- Edición impresa-127 páginas.

Se puede comprar en Amazon

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FOTO 4 Manuel Solórzano con el libro Relatos de un hombre llamado matrona

 

Manuel Solórzano Sánchez

Graduado en Enfermería. Osakidetza, Hospital Universitario Donostia, Gipuzkoa

Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF

Miembro de Enfermería Avanza

Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos

Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería

Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería

Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.

Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. (RSBAP)

Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia – Bizkaiko Erizaintza Zientzien Akademia. ACEB – BEZA

Insignia de Oro del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa 2019

Sello de Correos de Ficción. 21 de julio de 2020

masolorzano@telefonica.net

 

 

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